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Parte 4 Resumida 51-66
Parte 4 Resumida 51-66
Los magnates estadounidenses adivinaron con rapidez que la electricidad abría las
puertas a mercado virgen que podía generar beneficios colosales, con el aliciente añadido
de ser una frontera inexplorada Todo el mundo demandaba energía eléctrica, pero pocos
sabían dominarla En Estados Unidos podía contarse apenas con Edison, Joseph Henry o
Elihu Thomson, el fundador de una de las primeras compañías eléctricas del país, la Thom
son-Houston Electric Company. En este contexto, los empresarios contrataban sin
pensarlo dos veces a todos aquellos científicos extranjeros de renombre que buscaban
fortuna en el Nuevo Mundo.
En ese paraíso cruel pero preñado de posibilidades se había colado Nikola Tesla con la
clara determinación de triunfar. Menos de cuarenta y ocho horas después de haber
arribado a Nueva York, había reparado las dinamos del Oregon durante toda una noche de
trabajo con la única ayuda de la tripulación. Edison se mostró impresionado y no tardó en
incorporarlo a su equipo, dándole carta blanca para investigar mientras se encargaba de
resolver las emergencias que se presentaran. «No entiende usted el sentido del humor
norteamericano». Tesla se sintió burlado y presentó la dimisión. Su jefe intentó retenerlo
Ofreciéndole un aumento de 10 dólares en su salario, que el joven no aceptó. Por aquel
entonces cobraba 18 dólares a la semana. En su versión oficial sobre lo sucedido, la
compañía explicó que era Tesla quien había ofrecido sus patentes de corriente alterna por
50000 dólares y que Edison, como era natural, se lo había tomado como una broma
Es posible que al serbio le costara bastante poco mantenerse firme en la defensa de su
dignidad, ya que ciertos inversores le habían propuesto fundar una sociedad. La primera
patente que consta a nombre del inventor, la patente número 334823, aprobada con fecha
del 26 de enero de 1886, presenta un conmutador para máquinas dinamoeléctricas
adaptadas para lámparas de arco. Se trata de un dispositivo que evita la generación de
chispas en el conmutador de un aparato eléctrico, del estilo de las de la dinamo Granune
que había estudiado en Graz.
A pesar de haber puesto en ella todo su empeño, la primera aventura empresarial de
Nikola Tesla no salió bien. Con su habitual falta de visión empresarial, había acordado que
su salario consistiría en acciones de la compañía. Apenas completó el trabajo, se vio fuera
de la dirección de la empresa, como un simple accionista. Y al ser la sociedad tan reciente,
y estar el país inmerso en otra de las crisis económicas cíclicas del sistema, sus acciones
casi no tenían valor alguno.
En muy poco tiempo, Tesla
encajaba un segundo revés,
quizá más duro que el
anterior, pues en este caso
no disponía de una salida
airosa.
CORRIENTE CONTINUA FRENTE A CORRIENTE ALTERNA
¿Cuál es la diferencia entre corriente continua y corriente alterna?
¿Por qué motivos la corriente continua era un callejón sin salida para la generalización de
la electricidad y la corriente alterna la única esperanza de futuro?
El fenómeno por el cual, durante el flujo de cargas eléctricas por un conductor, estas
pierden movilidad , que se manifiesta como radiación.
Gracias al conocimiento de la estructura atómica y los fenómenos eléctricos, es posible
comprender que este efecto se produce porque los electrones que forman la corriente
eléctrica «chocan», por expresarlo de un modo gráfico, con los átomos del material por el
que fluyen, de modo que ceden energía cinética que se transforma en energía térmica
Cuando una resistencia se calienta, se observa una transferencia de calor al entorno
inmediato. Por ese motivo todos los dispositivos eléctricos que se utilizan para
calentamiento se basan en este efecto. El efecto Joule también se manifiesta en otro
dispositivo básico: las bombillas de filamento incandescente, perfeccionadas por Edison.
A pesar de su utilidad, el efecto Joule también tiene implicaciones negativas, y estas eran
las que traían de
cabeza a Edison y su
equipo en los tiempos
pioneros de Pearl
Street. Del mismo
modo que se puede
usar para irradiar luz y
calor, el fenómeno
acarrea implícitamente
la pérdida de energía
durante el transporte
de la electricidad para
su suministro masivo.
¿Cómo hacer tal cosa?
DE LA FOSA A LA CIMA
A finales de 1886 Nikola Tesla languidecía en un taller. A través de su jefe, a quien
también le había hablado de su motor de inducción, conoció a dos posibles inversores que
estaban al tanto de las perspectivas que ofrecía la comente alterna: Alfred S. Brown, el
director de la empresa de telegrafía Western Union, y el abogado neoyorquino Alfred F.
Peck. Ambos encontraron interesantes sus ideas, pero tenían muchas dudas; en particular,
no acababan de captar el alcance y las posibilidades del campo magnético rotatorio.
Según menciona en sus memorias y recogen todas sus biografías, en ese momento Tesla
tuvo un golpe de genio al recordarles la historia del huevo de Colón. Relata Girolamo
Benzoni en su Historia del Nuevo Mundo que, en una cena con diversos nobles tras el
regreso de Cristóbal Colón de América, algunos comensales insinuaron maliciosamente
que cualquiera podía haber descubierto el Nuevo Mundo y que su único mérito había
consistido en perseverar navegando hacia el oeste. Alcanzó una velocidad vertiginosa y de
pronto se puso en pie y siguió rotando en perfecta estabilidad. Tesla explicó que estaba
«sostenido» por un campo magnético rotatorio.
En abril de 1887, la nueva empresa formada junto a Peck y Brown, la Tesla Electric
Company, instaló su laboratorio en el 89 de Liberty Street. Al fin se le presentaba a Tesla
la oportunidad de poner en práctica las ideas que bullían en su cabeza desde hacía tantos
años. Entonces pudo abrir todas las compuertas de su mente y zambullirse en el trabajo
con su proverbial entrega. En poco tiempo patentó íntegramente su sistema polifásico de
corriente alterna, que incluía el diseño de generadores, motores, transformadores y
controles automáticos, y una red de distribución completa
No solo Edison era ahora su competidor. El ingeniero eléctrico Thomas Conuneñord
Martin, antiguo colaborador de Edison y editor de la publicación más prestigiosa sobre la
electricidad, Electrical World & Engineer, impulsó la fundación del Instituto Americano de
Ingenieros Eléctricos. El AIEE se dedicó a poner en orden el sector y a dar a conocer los
últimos avances. Todos los
científicos, inventores o
industriales de la electricidad
se afilia ron de inmediato y lo
aceptaron como la máxima
autoridad en la materia T.C.
Martin estaba convencido de
que las ideas de Tesla, a
quien había conocido en
París, representaban un
punto de inflexión decisivo en
la tecnología de la
electricidad. Como primer
presidente del AIEE, Martin
se convirtió en el mejor aliado
de Tesla en un terreno
totalmente desconocido hasta
entonces para el inventor: las
relaciones públicas. Fue su
mediación la que proporcionó
al serbio uno de los
momentos de mayor éxito de
su carrera: la conferencia de
la Universidad de Columbia
ante los miembros del AIEE,
la flor y nata de la industria
de la electricidad en Estados
Unidos.