La Independencia del Perú fue un proceso político ocurrido durante los
primeros años del siglo XIX en el antiguo Virreinato del Perú o de Lima. Comenzó aproximadamente sobre el año 1810 con las primeras revueltas organizadas por logias masónicas que buscaban iniciar la revolución liberal en el Perú, movimientos que fueron sofocados rápidamente; y finalizó el 28 de julio de 1821 con la declaración de la independencia del Perú por parte del general José de San Martin en Lima, si bien la guerra no terminó hasta 1824 con la batalla de Ayacucho.
Estabilidad del virreinato del Perú
A pesar de los problemas en España con la ocupación napoleónica la situación
del Perú era bastante estable, los movimientos de juntas que se sucedieron en muchas ciudades americanas para ocupar el vacío de poder dejado por los reyes españoles Carlos IV y Fernando VII no tuvieron reflejo en Lima, es más, desde la capital peruana se enviaron tropas para someter a las juntas revolucionarias de La Paz y de Quito. Las élites peruanas, a pesar de que las reformas borbónicas no les favorecieron, continuaban lucrándose con el sistema español por lo que no tuvieron ningún interés en levantarse contra él. El virreinato aceptó las órdenes del Consejo de Regencia de instaurar la libertad de prensa y de reemplazar los cabildos tradicionales por organismos elegidos y la elección de representantes de Hispanoamérica ante las Cortes de España. El virrey José Fernando de Abascal era contrario a estas órdenes pero obedeció sin rechistar. Los indígenas en el virreinato
Los indígenas apenas participaron en los conflictos de la independencia porque
los criollos y las élites les tenían miedo por su capacidad destructiva, visto lo visto con las numerosas rebeliones indígenas que tuvieron lugar durante el siglo XVIII, por lo que evitaron inmiscuirles en los mismos. Dichas protestas nativas fueron de carácter económico más que independentista, al contrario de lo que tratan de hacernos creer muchos historiadores, que las muestran como los prolegómenos de una independencia que el pueblo peruano ni sentía ni pedía. Para que esta se ejecutase tuvieron que llegar del exterior ejércitos extranjeros como las tropas chilenas de San Martín desde el sur y las colombianas de Simón Bolívar desde el norte a darles, sin haberlo pedido, esa independencia.