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(1) la bibliografía que existe en la actualidad sobre el tema que-nos ocupa es realmente abrumadora. Sólo
mencionaremos alguno de los trabajos consultados, los que creamos de mayor interés.
3
30 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA Vol. XXIII. - N.o 31
(1) Mouchet, A. y Roederer, C. - Rev. d'orthop, a. 30, s. 3, Vol. x, n, 1 pág. 19·23, 1923.
Enero de 1948 ANALES DE MEDICIN;l y CIRUGIA 31
Fig. 2. - Cortes frontales muy esquemáticos de los diferentes estadios del desarollo del raquis. Es-
quemas de GRAG modiricados por nosotros. A, miotoma, B, porción anterior de la escle-
rostoma; C, notocorda; D, porción posterior de la esclerotoma; E. proceso costal; F, arco
vertebral; G. fibrocartilago intervertebral.
7 ""
4 8
9
10
S
medades Osteoarticulares, tomo n, núm. 2, abril 1947, págs. 77 y 78, figs. 13 y 14.)
Con frecuencia, las des'\'Íaciol1es raquídeas son hereditarias, siendo casi siem-
pre en estos casos de origen congénito. EULEMBERG y HOFFEN creen que en un
25 a 30 por 100 la escoliosis es hereditaria. SCHULTERS reduce el porcentaje a un
10 ó 15 por 100.
LAvERMICOCA (1) publicó una observación de una familia de escolióticos, muy
demostrativa respecto a la influencia de la herencia en la escoliosis y su relación
con las malformaciones raquídeas. La observación de LAVERMICOCA es la siguiente:
, A buela materna, tswliosis grave. Tía ma·terna también escoli6tica, presentando
su hijo la misma desviaci6n raquídea. La mad,rle, de cuarenta y ocho años, pre-
senta ,una cifoe!YoO'liosisdorsolumbar. La radiografía muestra una sacralizaci6n de
la 5.° lumbar hacia la izquierda. Esta señora tiene suete hij'Os.
].0 Un var6n de veintt años afecto, según la madre, de .escoliosis.
2.° Una hembra de diez y nueve años, afecta de escoliosis d:,ebido a una, fusi6n
parcial as~'métrica de las vértebras dorsales 3.° y 4.0 Y B.O, 9.°, 10.0 Y 11.°.
3.° Un var6n, de diez y siete años, escoli6tico.
4. 0 Un van'ón, de quince años, sin ninguna desviaci6n raquídea.
5.° Una hembra, de once años, escoli6tica.
6.° Un var6n,de nueve años, que presenta una gravísima cifO'escoliosis, de-
bida a malformaciones de las vértebras dorsales B.O, 9.°, 10.° Y 11.° (somatosquisis
y emisoma incompleto).
7.° Una niña, de seis años, con escoliosis lumbar, deb'ida a una hemisacrali-
zaci6n de la 5.° vértebra lumbar.
Falta el estudio clínico y radiográfico de los casos ].0, 3.° :V 5.°, pero es muy
pro'bable que en ellos la desviaci6n raqu~dea fuera también ,de 01ligen congénito.
No vamos a enumerar los distintos factores que se ha supuesto pueden jugar
algún papel en la génesis de las ,malformaciones, pues de ello nos hemos ocupado
en otros trabajos (2). Para explicar la acción lesiva de los supuestos factores mal-
formantes debemos recordar brevemente algunos hechos del desarrollo de la colum-
na vertebral.
En la parte central del canal neural existe la notocorda, formación temporal
que servirá de eje a la futura columna vertebral. En los vertebrados inferiores la
cuerda dorsal adquiere gran desarrollo, pues se forma para obrar de hecho como
esqueleto. En cambio, en los vertebrados superiores sólo actúa como punto central
para la formación del esqueleto definitivo; quizás las células que la constituyen
ejerzan algún quimiotactismo positivo para atraer los elementos mesinquematosos,
o provoquen la proliferación necesaria para engendrar los elementos, que han de
servir como piedras de construcción del neuro-esqueleto definitivo (PUJIULA) (3).
El mesodermo que rodea la citada cuerda dorsal, dividida por planos perpen-
diculares a ella en unas 37 ó 38 metámeras denominadas somitas, se diferencian en
tres porciones: la placa cutánea o dermatoma, la muscular o miotoma, y la ósea o
esclerotoma. Cada esc1erotoma corresponde a una protovértebra.
La esclerotoma situada junto al notocorda rodea pOl' detrás al tubo neural,
formando los procesos neuralis, y por la Cilra ventral da lugar a los procesos cor-
dalis. Este 'estadio corresponde al me1nbranoso (fig. 1).
Al llegar a la cuarta semana, cada segmento de la esc1erotoma se diferencia en
dos porciones: una, cefálica de células claras, y otra, caudal de tejido más denso.
Entre los espacios libres que dejan las metámeras musculares (miotomas) crece
la porción posterior o caudal de las esclerotomas rodeando por la parte dorsal al
tubo neural y constituyendo así el arco vertebral. Por la parte ventral forma las
prolongaciones costales (fig. 2).
Los segmentos vertebrales primitivos están separados por la arteria ínterseg-
mentaría, por 10 que, según KEYES y COMPERE (4), se explica que las porciones
próximas a esta arteria por el hecho de estar más irrigadas, se diferencien más
rá pidamen te.
Así se forma la futura védebra, a expensas de la porción craneal de tejido
claro situado por debajo de la arteria, y la caudal de la masa de tejido denso
situada encima del citado vaso. La porción cefálica de la masa de tejido denso,
peor nutrida, queda indiferenciada, formándose a expensas de ella el disco inter-
vertebral, tejido avascular (fig. 3).
Más adelante aparecen en cada mitad del cuerpo vertebral tres núcleos carti-
laginosos: uno para el cuerpo (es el de aparición más precoz) y otros dos para el
proceso costal y el arco vertebral. Los núcleos del arco dan lugar a los esbozos
de apófisis articulares y transversas y en la parte posterior se unen rodeando al
tubo medular y consbtuyendo las apófisis espinosas. En la región dorsal el núcleo
cartilaginoso costal f9rma el esbozo de las costillas, en la cervical el borde anterior
del agujero transverso y en la lumbosacra se fusiona a la apófisis transversa
(ARGÜELLES) (1).
Los núcleos cartilaginosos del arco vertebral, al principio del tercer mes, dejan
aún por detrás una buena porción del sistema nervioso cubierto sólo por el esque-
leto membranoso. En el tercero y cuarto mes se sueldan por detrás, abrazando
todo el tubo nervioso e iniciando la formación de la apófisis espinoso-cartilaginosa.
La parte conjuntiva que queda entre los arcos de las distintas vértebras consti-
tuirá los ligamentos.
Los núcleos del cuerpo se unen en la línea media englobando la cuerda dor-
sal. Este estadio es el cartilaginoso. La cuerda dorsal vista entonces longitudinal-
mente, ofrece un aspecto de rosario de perlas o cuerpos fusiformes.
PUJIULA hace resaltar el hecho de que los cuerpos vertebrales se orig;nan siem-
pre en un lugar que corresponde a dos segmentos musculares o miol'omas j por 10
tanto, cada miotoma está situado entre dos vértebras. Si tenemos en cuenta las
funciones fisiológicas de la columna vertebral veremos que ésta ha de tener la
debida consistencia como eje del organismo, pero ha de ser elástica para que sean
posibles los movimientos del tronco. Para esta última función es indispensable
que las fibras musculares no tengan ambas inserciones en una misma vértebra,
pues resultaría imposible al contraerse el músculo ejecutar ningún movimiento.
Finalmente aparece la columna vertebral ósea. En cada vértebra se originan
tres núcleos de osificación. Uno en cada una de las, dos bases del arco y otro en el
centro del cuerpo vertebral. RABAUER cree que el citado núcleo está dividido en
dos porciones que después se unen, lo que probablemente no es cierto, pues nos-
otros hemos comprobado, como ARGÜELLES, que en los embriones de tres a cinco
meses, siempre que se observa el núcleo, éste es úmco. Si es cierto que pri,mitiva-
mente existen dos núcleos, debe aceptarse que se fusionan muy rápidamente.
Este núcleo aparece en el tercer mes en la región dorsal inferior j quince días
más tarde ya existe el núcleo de osificacion en todas las vértebras dorsales y lum-
bares. Al final del cuarto mes ya tienen núcleo todos los cuerpos cervicales y
sacros.
Cada vértebra consta en este est2.dio de tres cuerpos óseos unidos por cartílago
en la base de los arcos y en la parte posterior de éstos, en donde se continúa con
la apófisis espinoso-cartilaginosa. El primer alÍo de la vida extrauterina se sueldan
los dos arcos óseos y se osifica la apófisis. Hay que advertir, empero, que al año
esta osificación sólo es completa entre la 5.° dorsal y la 3.° lumbar, que a los cuatro
años aun existe una espina bífida posterior en el atlas y a veces también en las
últimas lumbares, y que a los diez años se completa la osificación del arco, excepto
en la primera sacra, en la cual aun puede existir un h;atus. La desaparición de
las tiras cartilaginosas que separan los arcos del cuerpo tienen lugar entre el 3.0 y
el 8.° año, aunque a veces hasta los catorce años se puede observar la existencia
de tejido cartilaginoso, verdadero cartílago de conjunción que se interpone entre el
cuerpo vertebral y el arco neura!.
La cuerda dorsal al osificarse la vértebra acaba desapareciendo, excepto a nivel
del disco intervertebral, en donde no sólo persiste sino que sus células proliferan
formando el núcleo pulposo. KEYES y COMPERE afirman que en el adulto las células
de la notocorda desaparecen, y que el núcleo pulposus se forma por proliferación
(1) Hanson, R.-Ronlgenpraxis 1, Jahrg, Heft, 5 - Acla Radiológica vol. V, fas. n.o 23,1926.
(2) Guibal, A.- Arch. de la Soc de Scien. Med. el Biol. de Monlpellier, 1.° 12, pag 262.
ANALES DE MEDICINI1 y CIRUGIA 35
Enero de 1948
A B C D E
Fig. 4 - A. Segmentación nor.nal de la columna vertebral. B,JC, Djy E. Segmentaciones anor-
males con el mismo número de segm~nto3 en ambos lados. (W. MULLER).
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neural del otro lado, o bien más precozmente aún por la atrofia de una mitad del
esbozo cartilaginoso que es doble?
KIRMISSON, en 1910, afirma que las escoliosis congénitas con malformaciones
congénitas primitivas, son debidas, () bien a una detencion en el desarrollo de los
esbozos cartilaginosos primitivos, o a una desviación por una presión excéntrica
del punto de osificación central y el punto neural correspondiente.
Es evidente que para estucliar la géne3is de todas las .1llalformaciones raquídeas
tenemos que remontarnos al período membranoso. Así pudo PUTII (1), fundándose
en los preparados de TURNER, ROKITANSKI, CALORI, FRISCH y CATTI, explicar las
diversas anomalías morfológicas del raquis. Divide .i:'uTfI la metámera tipo dorsal,
mediante tres ejes (UllO ánteroposter:or y otros dos diagonales) cuyo centro es el
canal medular, en seis porciones (fig. 7-A). Fu TI! ha demostrado que las anomalías
morfológicas pueden expÍÍCilrse por una alteración del desarrollo aislado o combi-
nado, de los sectores en que queda divididá la vérteora, mediante los ejes anterior-
mente citados. Cree PUTII que existe cierta independencia entre los mencion ados
sectores vertebrales, lo que se comprueba por el heCho de que en una misma vér-
teora pueden exisbr sec~ores en estado óseo, cartilag11loso y membranoso. Consi-
dera tres tIpOS de alteraclOnes morfológicas: la que se renere a los arcos verte-
brales, la de los cuerpos y las mixtas (fig. 7). En el primer grupo incluye el
Up¿st1'utoxoschts(s o dehiscencia del arco posterior (a), el Enioptsthotioxon o ía,ta
de unü de estos arcos (b) y el Anopisthotoxon, que es la ausencia completa de los
arcos \c). En el segundo grupo estudia el soma.toschisis, persistencia del surco
mediano anterior (d); el Emisoma, ausencia del medio cuerpo (e); y el Asoma,
falta absoluta del mismo (f). Finalmente considera tres tipos de alteraciones mixtas
- (de los arcos y a' cuerpo), el DimenospondyLus, falta de un arco neural comple-
t0 (g); el EmispondyLus, de un arco y medlO cuerpo vertebral (h) ; Y el Epitritos-
pJndy¿us, que es .a ausencia completa de todos los elementos de las vértebras con
pers~,;tencia de un arco (i). Describió, además, PUTTI el aplastamiento del cuerpo
vertebral o PlatispondUia.
l:OHM, que fue uno de los primeros autores que observó un mayor número d,"
escolLJsis congénitas, distinguía tres tipos de anomalías vertebrales: a) anomalía
neural; b) anomalía costal, y c) anomalías del cuerpo vertebral. Esta división,
aparte de no considerar todas las posibles malformaclOnes, implica el· aceptar la
ausencia de un elemento costal, sin la falta del eiemento lateral de la metámera
vertebral correspond:ente, hecho que no corresponde a la realidad, pues, como dice
TURNER, el desarrollo de las costillas está Íntimamente ligado al modelaje del
raquis. El mismo punto de vista de TURNER es sostenido por PUTTI, GECEMBAUER y
RECANDTE (2). Este último autor observó un caso de escoliosis congénita con 10 cos-
tillas en el lado derecho y 12 en el izquierdo. Las costillas que faltaban corres-
pondían a vértebras cuneiformes de base localizada en el lado derecho.
Las observaciones. de GUERRA Es TAPÉ (3), RIBA DE SANZ (4), PIQUET Y BERG-
MAN (5) también demuestran que desde el punto ele vista embriológico hay que
consiclerar las costillas como una parte de las vértebras, vues como sabemos aqué-
llas se forman a expensas de la porción caudal del tejido denso de los segmentos
ve:-tebrales membranosos.
Al estudiar las anomalías congénitas del raquis, seguiremos la clasificación de
PUTTI, el cual las divine .en cuatro gru'1os. variaciones numéricas; variaciones mor-
fológicas; variaciones mixtas (numéricas:r mOi:fológicas), y heteromorfismo re-
gional.
(1) Putti. Fortschr. a d. Geb. d. Rontgenstr., Vol XIV, pág. 285, Vol. XV, pág 65. Vol XV, pág. 243, 1909·10.
12) Recandte, M. A -Rev. d'Orthop. pág. 674, 1931
(3) Guerra Estapé-Anals de Ciencies Mediques. de Julia 1926
(4) Ribo de Sanz, J.-Bol. de lo Soc. de Cirugía de Barcelona, t.O I n.o 8, 1928
(51 Piquet, J y Bergman - Rev. d'Orthop. Vol. XVI, pág. 217, 1929
Eaero de 1948 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA 37
A a b e
e f g h
Fig. 7 - A. Metámera tipo dorsal dividida mediante tres ejes cuyo centro es el canal medular, en
seis porciones: a. Ophisthotoxoschisis, b. Emiophisthotoxon, c. Anophisthotoxon, d. So-
matoschisis, e. Emiosoma, f. Asoma, g. Dimerospondylus, h. Emispondylus, i. Epitritos-
pondylus (PUTTI).
38 ANALES DE i'vIEDICINA y CIRUGIA Vol. XXIII. - N.O 31
(1) la deducción numérica de vértebras cervicales, síndrome de KlIPPElFEll u hombre sin cuello se obser·
va aún con mayor frecuencia que la agenesia sacro-coxígea, hombre sin nalgas o distrofia cruro-vésico-glutea
de FOIX y HlllEMAND Ivéase M Salvat Esposa, Revista Médica de Barcelona tomo IX, n.o 54, Junio de 1928)
(2) Argüelles, R.-Rev. de Cir. Barcelona, Vol. IX, pág. 465-476, 1935
E nero de 1948 A NA LES DE MED l Cl N¡l y CIR UG l A 39
Fi g. 8-Age ne ia n o compl eta d el di sco inte rverte b ral, e ntre 5" Y 6." vé rtebra ce rvica l Li ge ra escoliosis.
F ig. 9- A parti r d e !d 6." m e t~lll e ra ve rtebral d o rsa l se com pru eba q ue la ulll o n d e las dos h elllil'i rtcbras
pri mitivas no sc ha l1t'cho d e u n m od o si m étr ico y pro p o rc io nal. H emivé rl ehra e n c ufla , co rres po ndient e
a l 7 .° seg mcnto d o rsa l derec h o, y un ida a los seg m entos s upra y s uh yace ntes. 9." Inetá ll1l'1'a verlt'b ral
d o rsal con sO lllato sc hi sis. La he mil'értcb ra d erec h a d e esta m et á lll era est" unid a a la ~." dorsal po r p uen -
tes óseos. Fu sió n d e la 9'" y 10 cost illas izqu iél'( las. H cm il' l' rt l' hra ti ." dorsal d erec ha. En pro\'c cc ió n !d te-
ra l la alt ura d e las tres últi lllasvérteb ras do rsa lesestáaum cntada . E llo se exp lica po r la si nóstosis existente .
40 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA Vol. XXIII. - N.O 31
Observación n.O 3. - Niña de diez y seis años. Escoliosis angular dorsal obser-
vada a partir de los catorce aftOso La unión de las hemivértebras primitivas no es
simétrica ni proporcional. Hemivértebras 7.° y 9.° dorsales derechas. Sinóstosis
costales y vertebrales.
Luisa G. Padres 'Jiven sanos. Dos hermmvos sanos. No ha,y antecedentes pato-
lógicos de interés. M enarquia a los doce mios. Desde hace dos Mí.os han notado sus
padres que el hombro derecho estaba algo más elevado que el izquierdo y que esta
anomaUa tend:l.a a acentuarse. Vista por nosoiros, observamos la existencia de una
escoliosis aingular cuyo vértice parece corresponder a la 9.° vértebra, morsal. ExPlo-
ración radiográfica (lig. 9). A partir de la 6.° tnetámera vertebral dorsal se com-
prueba que La unión de las tiJas hemi'JérUiJras primitivas no se ha hecho de un
modo sJimétrico y proporcional. H emivértebr.a en cuña, correspondiente al 7.° seg-
mento d,Jrsal derecho, 9.° metámera 'Jertebral dorsal con somatoschisis. La hemi-
vértebra derecha de esta metámera está unida a la, 8.° ,dorsal por puentes óseos.
Fusión de la 9.° y 10.° costillas izquierdas. Hemivertebral 11.° dO,11sal IPerecha. En
ni El síndrome de hombre sin cuello consiste en, al ausencia de cuello, bl limitación .de los movimientos
de la cabeza, cl implantación boja de las cabellos, Trastornos nervioso's en algunas zonas. Puede ir asociada
a una sobre elevación escapular. ANNEOVAZZI ha hecho observar en el citado síndrome existen verdaderas
variaciones morfológicas vertebrales, además de las fusiones.
En ero d e 1948 , 1.\".,1LES DE !\lJ::.DI C J.\"A y C l/?UG I /l 4t
Fi ~ ..' ? - A parti r d cl 3.° scg mento do rsa l compl ejas anomalías e n la uni ó n de las hemivé rt ebras
prnTIltlvas con slnostoslS vertebral es. Somatosc hi si s del 4. ° Y 5.° seg mento d orsal. Só lo ex isten 1 0 cos-
tillas en ambos lados.
Fig. 1 1. - Espondi lolistcsis. La c uarta vérte bra lum ba r r o n todos los c ue rpos vc rtc brales suprayacc n ·
tes se ha deslizado hac ia adelante abajo sob re la cara superi o r dé la qu inta vé rtebra lumbar .
42 ANALES DE ,"'IEDlCINA Y CIRUGlA Vol. XXIII. - N.o 31
proyección lateral la altura de las tres últimas -Jértebras dorsa,Ces está aumentada.
Ello se exPlica por las sin6stosis existentes.
Fi g . ' 2-Sc:\ IJLda lata o d eo rmidad d e Sp rc ng ucl. A, Obs érvese la exte nsió n d e la aplasia reg ional y la esco-
li osis exi stente. 13 . Máxima abdu cció n ac tiv a posibl e . La inte rv en c ión quirúrg ica (fijació n d e la esc:\ pula,
po r s u b o rd e int e rno, en u n punt o próx imo a la espi n a, a los li g am entos int crespinosos I'c rte brales
seg ún la téc ni ca H UC HOMBREDANNE ) pe rm itió sólo obte ner una li ge ra mcjoría d ebid o a la
m ielodispla sia existcnte .
embriones al final del tercer mes de la vida intrauterina, deben normalmente ha-
berse soldado entre ellos antes de unirse al núcleo del cuerpo vertebral.
BARRAQUER (1) incluye la espondilolistesis dentro del cuadrO' del status disra-
phicus, tanto por la naturaleza de las lesiones nerviosas a que aparece conjugado
como por ser indiscutiblemente de naturaleza congénita y quizá hereditaria. La
hipoplasia vertebral, la platispondilia y más frecuentemente la hipertricosis de l.a
piel de la región lumbosacra, son signos morfológicos, según BARRAQUER, que eVI-
dencian el origen ontogénico y disráfico de la espondilolistesis.
Hay una afección clínicamente muy semejante a la espondilolistesis, pero mu-
cho menos frecuente. Es el deslizamiento del sacro por delante de la 5.° lumbar o
sacrolistesis. WAINDRUCH y KORECHY afirman que se trata de una dislocación con-
génita de la 5.° lumbar hacia atrás y hacia abajO' (espondilolistesis posterior).
Creen que debe invocarse, no una anomalía del arco, sino una anomalía del sis-
tema músculo-ligamentoso articular de la región lumbosacra.
En la observación de LIPPERS puede invocarse un traumatismo (obrero de cua-
renta y ocho años, habiendo sufrido una contusión dorsolumbar). En los tres casos
de MouCHET, no existía ningún antecedente traumático.
No hay signos clínicos distintivos con la espondilolistesis clásica; tal vez es
menor el hundimiento del tronco en la pelvis. En todos los casos, lordosis lumbar
baja bastante pronunciada, con hundimientO' lumbosacro muy marcado, a nivel
del cual la palpación es dolorosa. Generalmente, como en la espondilolistesis, el
enfermo consulta por algias.
Localización. - 1.° Malformaciones que afectan sólo a los elementos que in-
trínsecamente consideramos que forman parte de la columna vertebral.
.2.° Coexistencia de malformaciones del cinturón escapular. La escápula alata
o enfermedad de Sprenguel va con frecuencia acompañada de una escoliosis que no
siempre puede catalogarse como congénita (figs. 12 y 13). En muchos casos existen
puentes óseos o cartilaginosos entre la escápula y las vértebras, o la escápula alata
va asociada a otras anomalías de desarrollo (fisura mediana del arco posterior de
la última vértebra cervical, soldadura de 3 ó 4 vértebras, anomalías de las costillas
o del sistema muscular, como ausencia del pectoral mayor o del trapecio).
ALLENBACH ha observado un caso de elevación congénita de la escápula derecha
coexistiendo con una hemiatrofia derecha de la 4.° vértebra dorsal. Ha revisado
23 casos de sobre elevación congénita de la escápula publioados por diversos auto-
res, encontrando las siguientes malformaciones vertebrales: 12 veces una espina
bífida oculta (11 veces de la columl1a cervical o dorsal superior, 1 vez de la dorsal
inferior); 8 veces desigualdades de desarrollo de los dos segmentos laterales de la
vértebra (6.° cervical y dorsal superior) ; una vez disminución del número de vér-
tebras, ausencia de la 4.°, 5.°, 6." y 7.° dorsales y de una hemivértebra.· En los
otros casos se trataba de piezas óseas suplementarias o de soldadura de las vérte-
bras entre ellas. (Llama la atención el que en todos estos casos las malformaciones
afectan al segmento cervical o dorsal superior, incluso en los que como la espina
bífida tienen una clara predilección por la columna lumbar.) Termina su trabajo
afirmando que todo hace suponer que las dos lesiones (sobre elevación y malfor-
maciones) dependen de una detención del desarrollo, siendo la sobre elevación
escapular, en realidad, una detención del descenso normal del hueso.
Cuando la escápula alata es bilateral, simula clínicamente la cifosis dorsal
juvenil, como en el caso de LAVERMICOCA, en el cual existían malfO'rmaciones y
fusiones múltiples vertebrales y costales. .
3.° Coexistencia de malformaciones del cinturón pélvico. TUDOR encuentra
una analogía entre el desarrollo del cinturón pélvico y escapular, pues su situa-
ción en relación con el raquis varía durante las diversas fases del desarrollo.
Estas alteraciones del desarrollo del cinturón pélvicO' asociado a alteraciones
del sacro, pueden producir escoliosis cuando las malformaciones son asimétricas.
4.° HETEROMORFISMO REGIONAL
El heteromorfismo regional está caarcterizado. por una anomalía del desarrollo
de las vértebras limítrofes de las diversas regiones de la columna vertebral, pre-
(1) Barraquer Ferré, l.-Semana Médica Española, noy. 1944, n.O 297, p6g. 569.
Ell ero de 1948 A .ú l/ . ES DE MED I CI N A Y C II~CC I A 45
Fi g . 15. - Cost illas cervical es supernum erarios de la 7." vértebra y a rtros is de la col umna 'ertebral.
46 ANALES DE MEDICINA Y CIRUCIA Vol. XXIII. - N.o 31
B
P'i g, 16 , - c\, Sac ra liza ció n b ilate ra l. Las a lgias cS laba n k ea liz:"bs en r ilad o d erec ho do nd e la apo-
fisis t ransvtrsa d e la quinta lumba r, d e \ll e na r ta m a li o, a penas eSlal'¡eeia co nt acto co n el sac ro. B, Se
prac ti có la resecció n d e la apufis is tran sve rsa y art ro d es is lu mb osn na Ine dian te un inj ert o pe ri ósti co,
Se obt u vo la c ura ció n , Radi ogafia p ra cti ca da a los 6 meses d,'spues d e la int e n 'e nc ió n .
48 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA Vol. XXIII. - N.o 31
Lado no doloros.o (izqui erd o) . Es co fi osis l1w¡bar de con'Vexidad derec ha . Las 'pru.ebas
de La segue y iIl elln ell dcmll est'ran la existencia de 111/.0. ciática dere cha. R efl ejos
n ormales en ambas cxtre/llid edes il1 fel1ÍtJrcs . Sacrali zación as hnü rica bilateraL. En
el lado donde existían las aLg ias la apófisis tra1lS"¡Jersa de la 5.° L'umbar cra de
1n.en o1' tama'iio y a.penas estabiecía W ll tacto con el sacro. Las algias el¡ eL Lado
d erecho podrían explicarse ( com\J el. caso análogo ubscr'V ado por PUTTI) a una
sobrocarga y a.rtrosis de la articu Lació ll 1.llmb os<1cra derec ha, consemlell cia de la
fijaci ón de la a,r ticllla ció" homóLoga d:e L otro lado. Se practicó la resecCl'ón de ~a
apófisis trans'Versa y artrodesis lU11l bosr.cra 11tcdiant e 11n inj erto osteoperióstico
(jig1l ra 16). Curaci6 1l ,
Observación n. O 8. - i\ ln jel' de tre inta y seis a fi os . D esde h ace un a rl O iu t e nsas
a lg ias sacrolumb ar es dercc iIas. Sacra l ización as imétri ca bilateral. Artrodes is d e la
neoa rt ic ula ción der echa. C ur ació n, Josefa 111. A'll gi ll as co n relati"¡Ja fr eC'I/·f'll cia. Des de
Los 'Vei lltid6s aii.os lumbalg ias, EIl ell ero de 1946 , aL agacharse, int ell sa s algias
sac'rolwn bares derec has , DI/rallt e Cl/atl'o días Los dotares fu eron ,i ntensísimos. L e
persist en desde elltonces aunque más atenua.dos. Las m oLes tias se acentlÍan aL tOSC1'
y esw'YIltld ar, Las algias 11.0 se iY1'tl dian a le extre1nidad. La ex pLora ció n lLCllroló-
g ica 'HO a.cuslJ, '~Iill gu n a allormal,idad. , L a l'adiografía derwu estra la exis tell cia de
una sacraDizaci6n asúnétl'~c a lJ,ilat eral (ji g . 17 A) . L as a.lgias es taball locn.ljza¡das
en el lado del'echo, dond e I.a apófisis t'mll-¡Jena de Ila 5, ° lumba:,\, de pm'l/. ia1'ltQ11 0,
se a'r ticu La.ba W I1 el sacro, Se obt1l"J'0 la CUl'a ci6 n co n u.na artrodesis de la neoal'ti-
cu.Laci61l (lig. 17 B ).
A B
~i ~. 17 , - A, Sac ralización bilate ral. Las al g- ias esta ban localiza das e n el lado ,krec ho , d o nd e la apo -
flsls tran sversa de la qUinta lum ba r, d e g ran tamafio, se articulaba co n el sac ro. B, Se ob tuv o la cu ra -
ción co n un a artl'Odes is de la neoa rti cula ció n formada por la apotis is tran ve rsa d e la quint a lumbar y
las al etas d el sacl'O, R adio\( rath pra cticada a los 7 m eses de la int ervL'nció n , El hu eso ne"fo rmado a
ex pens.ls d el injerto osteo peri óst:co es muy visibl e,
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