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Chiroleu Adriana PDF
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Adriana Chiroleu
Universidad Nacional de Rosario – CONICET
Maipú 1065 – Of. 304 - 2000 Rosario
achiroleu@arnet.com.ar
1- El contexto general
En Argentina la profesionalización4 académica asume características
particulares a partir de las complejas circunstancias en las que la misma se da; esto
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Esta comunicación forma parte de una investigación más amplia, algunos de cuyos resultados
fueron publicados en Chiroleu,2003ª. La hipótesis que orienta ese trabajo sustenta que “en campos
disciplinarios más estructurados y/o con una tradición académica más sólida, las pautas de
desarrollo de la carrera están claramente definidas y existe un consenso general en torno a las
formas de legitimación / consagración dentro del propio campo que está por encima aún de las
posibles diferencias paradigmáticas. Esto hace que en áreas tan disímiles como física e historia
exista un conjunto de normas y valores compartidos por los miembros de la comunidad, es decir
que el núcleo de las coincidencias supere el de l as disidencias. En áreas aún no estructuradas, y
por ende no permeadas por los efectos de una tradición sostenida [como la de Comunicación
Social], el desajuste resulta más evidente, y tiende a acentuarse en un contexto de recursos
económicos escasos, que entorpecen la posibilidad de construcción institucional”.
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En este punto, adoptamos la clasificación presentada por Becher, 1993 y 2001.
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Las mismas se organizaron a partir de la construcción de una muestra intencional que procuró
incluir aquellos sujetos portadores de las condiciones necesarias para haber alcanzado una plena
profesionalización y tener carreras relativamente consolidadas. En este sentido, se contemplaron,
en especial, los siguientes criterios: sexo, tener 10 o más años de antigüedad en la actividad
académica y dedicación exclusiva a la misma para desarrollar actividades de docencia,
investigación y /o gestión.
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encuentros, los debates, en fin, que permita un desarrollo integral de las distintas
facetas de la vida académica.
Al respecto, la heterogeneidad de situaciones que es la característica más
saliente del cuerpo académico, es un rasgo que está presente tanto entre las
instituciones de ambos segmentos (público y privado), como entre las propias
disciplinas, esto último relacionado con sus singularidades y con el distinto poder
de negociación (de cargos, mayores dedicaciones, recursos económicos
complementarios, mejoras edilicias, etc) que las mismas presentan.
En el área de física por ejemplo, el problema considerado como nodal por
los entrevistados es la falta de un edificio que tenga capacidad para nuclear a
todos los equipos de investigación6. Sin embargo, cada grupo tiene su propio
espacio físico, dotado de laboratorios, instrumental, computadoras, etc., según el
perfil de la labor realizada En este caso, lo que se señala como problemático es la
falta de interacción entre los distintos grupos por la dispersión en que trabajan, la
imposibilidad del contacto cara a cara, la inexistencia de un intercambio
permanente. Sin embargo, aún los que se han especializado en física teórica -
calculando con lápiz y papel-, trabajan en el ámbito institucional provisto por la
Universidad o el órgano de investigación financiador, no reconociéndose la
posibilidad de otra alternativa o salida privada.
En lo que respecta a la provisión material de laboratorios e institutos, la
situación de los distintos grupos es diversa en la medida en que sus necesidades
y sus posibilidades de satisfacerlas también lo son. Los académicos que
desarrollan actividades en el ámbito de la física teórica, tienen menores
requerimientos en materia de instrumental por lo que consideran que su situación
general no resulta crítica. Aquellos que desarrollan actividades en física aplicada,
en cambio, tienen mayores carencias, especialmente en términos de actualización
del instrumental.
Otro punto importante de diferenciación es el que se establece en la
articulación entre el ámbito en el que se desarrollan las actividades y la posibilidad
de conseguir apoyo económico ya sea a través de financiamiento internacional o
de venta de servicios. De esta manera, cuando las actividades se desarrollan
dentro del ámbito físico de la universidad, las dificultades se multiplican en la
medida en que los fondos que puede proveer la institución son siempre escasos.
cinco años, pues el comportamiento de los mismos, año por año es muy irregular y
aporta escasos elementos para una clarificación de la cuestión.
En este sentido, más allá de las fuentes de financiamiento internacional, los
subsidios recibidos de la Universidad, el CONICET y la Agencia han sido
tradicionalmente muy importantes, aunque en la actualidad se observa un
considerable retraimiento de los mismos. El retraso salarial también es recogido
como una cuestión central, especialmente a partir de los recortes de los sueldos
del sector público9.
Al traducirse las dificultades presupuestarias en la disminución de los viajes
al exterior y de las visitas de profesores extranjeros; el trabajo comienza a
desarrollarse en condiciones de aislamiento relativo. En lo que respecta a la
incorporación de becarios, aunque la situación también aquí es heterogénea, en
general hay una tendencia a disminuir su ritmo de expansión, lo cual es destacado
con preocupación en la medida en que supone un agotamiento de los grupos de
investigación por su falta de renovación.
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Se hace alusión al recorte del 13% experimentado por los salarios de los funcionarios públicos a
partir de mediados del año 2001.
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Un entrevistado afirma: “No tener un lugar de trabajo no es un problema. El problema es no tener
bibliotecas”.
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Las formas de legitimación y consagración en los respectivos campos han sido tratados en
Chiroleu,2003ª.
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“Lo más importante que busca el académico no es el poder tras el cual va el político ni la
riqueza tras la que va el hombre de negocios, sino la buena reputación” (Becher,2001:.77).
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Al respecto señala Fernández Enguita (1989), el supuesto subyacente es que el único criterio
para elegir un empleo es la remuneración.
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En términos de uno de los entrevistados, “la burguesía de la ciudad tiene la impresión de que un
profesor es alguien que no sabe ganar dinero”.
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Algunos entrevistados, muy marcados por su experiencia en el exterior señalaron que e n Europa
la situación es diferente, y en países como Alemania o Italia existía un reconocimiento especial de la
figura del profesor. Otro tanto señala para el caso de España, Fernández Enguita (1989), aunque en
este caso remarca que el prestigio social está descendiendo con rapidez.
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“En el caso de los comunicadores coexisten las formas de legitimación y consagración propias
de la carrera académica con aquellas de la vida profesional. En efecto, se reconoce como
primordial el peso del ejercicio profesional por el aporte que efectúa a las tareas académicas,
especialmente en algunas áreas, como las prácticas. En este sentido, no se perciben como
ámbitos separados, sino que se conjugan y articulan fortaleciéndose mutuamente”
(Chiroleu,2003ª).
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4- Consideraciones finales
Por el carácter exploratorio de este estudio centrado en el análisis de tres
disciplinas en la Universidad Nacional de Rosario, no resulta factible efectuar
generalizaciones sobre la profesión académica, las disciplinas no analizadas, o la
heterogeneidad de las situaciones que se plantea a nivel nacional. Al respecto,
señalaremos sólo algunas coincidencias y contrastes relevantes entre las
disciplinas analizadas.
En este sentido, en un contexto de crisis de definanciamiento como el
experimentado en la Argentina de principios de siglo, todas las disciplinas se ven
afectadas en su desarrollo, aunque de manera diferencial. Del mayor o menor
grado de estructuración y tradición académica de las disciplinas parece poder
desprenderse –aunque de manera parcial- una explicación de las diferencias en
las condiciones materiales de ejercicio de la profesión académica. Es así como, en
el área de Ciencias de la Comunicación, las difíciles condiciones de trabajo no
hacen sino profundizar problemas ya existentes, como la falta de
profesionalización e institucionalización del campo, sometido además a la presión
de una constante expansión matricular sin la correlativa generación de
condiciones mínimas para su atención y contención.
En el caso de Física e Historia, el eje divisorio parece responder más a la
tradicional distinción entre ciencias duras y ciencias blandas, y su disímil
capacidad de negociación, es decir, las dificultades reseñadas en el ámbito de la
primera con toda su importancia, son menos profundas que las señaladas en la
segunda.
En el plano simbólico, el rol académico no goza de un reconocimiento
importante por parte de una sociedad cuyos modelos de éxito privilegian el plano
material y no le dan un valor adecuado al conocimiento ni a la función ejercida por
el académico. En el área de Física, esta situación se amalgama con la
complejidad de la disciplina y la primacía de un lenguaje esotérico que dificulta la
transmisión y la comprensión de la labor desarrollada. En Historia y Ciencias de la
Comunicación en cambio, por motivos diversos existe un cierto reconocimiento al
menos en el primer caso a los aportes que la disciplina puede efectuar en los
medios masivos de comunicación, y en el segundo a la función profesional.
En todos los casos, las perspectivas para el futuro son sombrías aunque,
una vez más Física, por su carácter cosmopolita y la fuerte inserción de la
comunidad local en el ámbito internacional, cuenta con anticuerpos más eficaces
para afrontar la crisis que experimenta el sector académico en Argentina.
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BIBLIOGRAFÍA
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