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¿Señor Que Quieres Que Yo Haga?

Hechos 9:1-6

Este es el primero de los tres relatos que aparecen en los Hechos sobre la
conversión de Pablo (véase 22.6–21; 26.12–18).

Eran más de 200 kilómetros, que tendría que hacer posiblemente a pie -aunque
muchas veces se ha dicho y se ha pintado que Saulo se cayó del caballo- y
que le ocuparían toda una semana.

Antes de llegar a Damasco se encontraba el monte Hermón desde donde se


podía contemplar la ciudad de Damasco. Esa región tenía un fenómeno
característico: cuando el aire caliente de la llanura se encontraba con el aire
frío de las montañas, se producían violentas tormentas eléctricas. Se ha
sugerido que fue eso lo que pasó precisamente en aquel momento; pero lo más
importante es que, desde una de aquellas tormentas o desde «otra», Cristo
habló con Saulo.

El que entró en Damasco era un hombre cambiado. ¡Y hasta qué punto! El que
había pensado llegar a Damasco como una furia vengativa, iba conducido de la
mano, ciego y menesteroso.

Saulo había estado haciendo lo que él quería, lo que él creía mejor, lo que su
voluntad decidía. Desde ese momento, se le diría lo que había de hacer. El
cristiano es alguien que ha dejado de hacer lo que quiere, y ha empezado a
hacer lo que Cristo quiere que haga.

Hechos 13:2 el espíritu santo fue quien los escogió, los capacito, los cualifico y
les lleno de poder.

Conquistadores Pentecostales

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