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SISTEMAS DE ALCANTARILLADO PARTICULAR

Los inmuebles ubicados en sectores que carecen de red de


alcantarillado público, deben disponer sus aguas servidas en instalaciones que sirven a un
reducido número de personas (tipo individual), denominadas sistema de alcantarillado
particular, los cuales tienen que reunir algunos requisitos fundamentales para proteger la
salud de la familia y de la comunidad:

a) No deben contaminar ninguna fuente de agua que se emplee para consumo o riego
de hortalizas.

b) Deben evitar el contacto de las heces con los insectos, roedores u otros posibles
portadores de gérmenes patógenos.

c) Deben impedir la accesibilidad de los niños y/o animales domésticos a las materias
fecales.

d) Deben prevenir la contaminación de la superficie del suelo.

e) No deben producir malos olores, crear desagrado o dejar las excretas expuestas al
aire libre.

f) Deben cumplir las leyes o reglamentos relacionados con la contaminación de aguas


destinadas a recreación (playas, balnearios, cursos de agua, etc.).

g) Deben ser sencillas y de costo económico.

Los sistemas particulares de alcantarillado se clasifican en sistemas sin


arrastre de agua y con arrastre de agua.

Los sistemas de disposición sin arrastre de agua, como su nombre lo


indica, no requieren agua potable para su operación. Como ejemplo de éstos se encuentran
las letrinas sobre pozo negro, la solución más comúnmente utilizada en las zonas rurales de
escasos recursos. Consiste básicamente en la letrina propiamente dicha o caseta y un hoyo
excavado a mano o pozo negro, con su correspondiente cubierta, taza y tapa. Para que la
letrina sanitaria cumpla su calificativo de sanitaria debe estar construida de acuerdo con los
siguientes requisitos:

a) Ajuste perfecto entre el pozo y la cubierta a través de un brocal.


b) Unión perfecta entre la taza y la cubierta.
c) Tapa de ajuste hermético a la taza.
d) Disponer de una caseta, de interés desde el punto de vista estético y moral.

Los sistemas de disposición de excretas con arrastre de agua tienen


aplicación en zonas urbanas o semiurbanas que cuentan con redes de agua potable pero que
carecen de redes de alcantarillado público, o zonas rurales que tienen sistemas particulares
de agua basados en norias o pozos con estanques de almacenamiento.

Entre éstos se encuentra el sistema de Fosa Séptica con descarga a


Pozo Absorbente o Cañerías de Infiltración (drenes), en el cual, las aguas servidas
provenientes de la instalación domiciliaria se evacuan a una fosa séptica, donde se origina un
tratamiento de tipo primario (aunque incompleto); y el efluente, que sale cargado de materia
orgánica en suspensión, finamente dividida, en estado coloidal y en solución, debe ser
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sometido a un tratamiento posterior (secundario) consistente en disponer estas aguas a un
pozo absorbente o sistemas de drenaje.

La Fosa Séptica es un estanque hermético, construido en ladrillo u


hormigón armado, generalmente rectangular, el cual se proyecta para que las aguas servidas
permanezcan en ella durante un tiempo determinado, normalmente de 24 horas. De este
modo, de los sólidos suspendidos que llegan a la fosa, decanta la mayor parte de la materia
sedimentable, la cual entra en un proceso de digestión anaerobio biológico con disolución,
licuación y volatilización de la materia orgánica, previa a su estabilización. Por esta razón, la
cantidad de lodo que se acumula en el estanque es pequeña; sin embargo constituye una
cantidad finita que con el tiempo hace disminuir el volumen efectivo de la fosa séptica y por
consiguiente reduce el tiempo de retención. Se estima que el volumen de lodos digeridos por
persona, entre períodos de limpieza (máximo 2 años) es del orden de 30 a 60 litros.

La fosa debe construirse de la forma más simple, con todas sus partes
accesibles y susceptibles de ser aseadas, evitando el empleo de mecanismos o piezas
móviles, pero asegurando la perfecta automaticidad del funcionamiento.

Toda fosa séptica debe ser estucada interiormente con mortero de


cemento puro, antes de su fraguado inicial. Entre la cara inferior de la cubierta de la fosa y el
nivel máximo del agua deberá dejarse un espacio de 0,40 m. como mínimo para la
acumulación de gases, materias flotantes y costra que se genera.

La fosa séptica estará provista de una tapa de registro impermeable y


hermética de no menos de 0,60 m. de diámetro, que permita el acceso de un hombre y la
extracción periódica de los lodos. Normalmente, y debido a las pendientes de las cañerías, la
fosa séptica suele estar a bastante profundidad. En este caso, el acceso se hace a través de
los escalones de una chimenea (tubo de 0,60 m de diámetro).

Las aguas servidas domiciliarias llegan a la fosa por medio de una “T”
que descarga verticalmente a una profundidad no inferior a 0,60 m. del nivel de agua. La “T”
se coloca inmediatamente debajo de la tapa de registro y dispone de un tapón que permite el
varillaje (limpieza) en caso de obstrucciones. La salida de agua sedimentada se efectúa
también a través de una “T” colocada en el extremo opuesto y que penetra en el agua por lo
menos un metro. La cabeza superior se deja destapada y colocada en el espacio libre
existente entre la cara inferior de la cubierta y el nivel del agua, a fin de que permita el
escape de gases por la cañería del efluente de la fosa séptica.

Las dimensiones de la fosa séptica varían según el número de personas


servidas, tiempo de retención, velocidad de escurrimiento y espacio adicional dejado para la
acumulación de lodos.

El cálculo de una fosa séptica se puede simplificar haciendo algunas


consideraciones iniciales:

a) Altura útil:
1,70 m hasta 19 personas
2,00 m hasta 35 personas
2,30 m hasta 50 personas
2,50 m hasta 100 personas.

b) Período de retención:
18 a 24 horas.

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c) Gasto:
150 a 200 (lt/hab/día)

d) Relación dimensional de planta:


largo/ancho = 2

e) Lodo acumulado por persona y por período de limpieza (dos años):


30 a 60 lt.

Los lodos acumulados en la fosa séptica deben extraerse


periódicamente; de lo contrario, disminuye el volumen útil y origina algunos trastornos, entre
los cuales deben destacarse:

a) Disminución del período de retención y, por consiguiente, aumento de la velocidad


del flujo, que conduce al arrastre de materias sedimentables y mayor velocidad de
colmatación de los sistemas de tratamiento secundario.

b) Obstrucción de los conductos de entrada o salida de la fosa.

Para extraer el lodo es preciso abrir la tapa de la fosa séptica y hacer la


succión a través de una manguera de aspiración de una bomba que evacua los lodos a un
estanque hermético, montado sobre un camión. Antiguamente, la limpieza se efectuaba en
forma manual, con todos los inconvenientes de prever. Debe tenerse espacial cuidado en que
la iluminación del interior de la fosa se haga con una bombilla eléctrica o linterna; de lo
contrario, se puede originar una explosión ocasionada por la combustión del metano
acumulado en la parte superior de la fosa. Los lodos extraídos de la fosa séptica no deben
utilizarse como abono, por cuanto hay materia orgánica semidigerida y aún fresca.

Se recomienda a todos los propietarios que tengan viviendas con fosa


séptica, mantener un plano de ubicación, con el propósito de destruir, durante la búsqueda de
la tapa, el mínimo de jardín o prado bajo el cual se encuentre la unidad.

El Pozo Absorbente consiste en una excavación en el terreno, por lo


general de 2,00 a 2,50 m. de diámetro, con una profundidad que normalmente varía de 6 a 12
metros, al cual se vacían las aguas servidas sedimentadas provenientes de la fosa séptica, las
cuales se infiltran en el terreno. El pozo es de forma cónica, relleno hasta ¾ de su alto con
piedra bolón de 0,20 m. de diámetro como mínimo, que sirve de entibación y para distribuir el
líquido en el subsuelo.

Todo pozo debe tener una cubierta o losa de hormigón armado de 0,20
m. de espesor, descansando sobre el brocal o anillo de hormigón. A la cubierta se le deja una
tapa de inspección de 0,60 x 0,60 m. y se conecta a una cañería de ventilación de 4” para la
eliminación de gases. Debe sobrepasar el nivel de la techumbre del inmueble y estar
protegida con malla de alambre fino que impida el acceso de moscas, cucarachas u otros
insectos.

Debido a las pendientes de las cañerías y a la fosa séptica, la losa del


pozo se encuentra de ordinario a 1,30 m. o más por debajo del nivel de superficie del terreno.

La determinación de la profundidad de un pozo absorbente se efectúa a


partir de la denominada Prueba de Absorción, según la cual se obtiene el índice de absorción
desde una tabla o gráfico. Esto permite determinar la superficie del manto del pozo necesaria
para infiltrar el caudal de aguas servidas sedimentadas.
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