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Simulacion
Simulacion
Eustorgio verbel
Andres alvarez
Grupo: 1210
24/08/17
Montería/córdoba
Introducción
La simulación es considerada como la declaración ficticia de la voluntad con la
concurrencia de ambas partes y buscando, generalmente, fingir actos o contratos con
el fin de perjudicar a un tercero. La causa del negocio aparente será inexistente, y
habrá que determinar de que manera no haya sido la culpable de todo esto.
Así entonces la simulación es una falla del acto jurídico que consiste en el carácter
ficticio de la manifestación de voluntad de las partes que, en verdad, no ha querido
constituir los derechos a que se refiere su declaración, o han querido establecer
derechos distintos de los aparentemente constituidos.
Un ejemplo claro de esto es cuando el deudor, mediante un acto simulado, aparenta
la salida de un bien de su patrimonio para ponerlo fuera del alcance de la
posible ejecución de los acreedores, estos están autorizados para entablar una acción,
denominada de simulación, tendiente a la verificación de que ese bien subsiste en el
patrimonio de su deudor, pese a la apariencia contraria. Con ello procuran la
reconstrucción de la garantía colectiva de sus créditos, constituida por los bienes que
efectivamente integran el patrimonio del deudor. Por tanto, el fundamento del
ejercicio de la acción de simulación, por parte de los acreedores, reside en el principio
de la garantía colectiva
por lo cual se puede afirmar que la simulación no es un acto jurídico ya que le hacen
faltas muchos elementos fundamentales para que se pueda constituir como tal.
no es un acto jurídico si no, la mera apariencia de uno, cerrando la posibilidad de
declaración de nulidad de la simulación ya que esta solo aplica para los actos jurídicos
verdaderos y no para los que son meras apariencias de estos.
La doctrina también divide en dos la simulación, una absoluta, es cuando se celebra
un acto que nada tiene de real. Entonces las partes han constituido una pura
apariencia, vacía de sustancia. Y otra que es la simulación relativa cuando se emplea
para dar a un acto jurídico una apariencia que oculta su verdadero carácter En tal
supuesto concurren dos actos, uno irreal o ficticio que es el acto ostensible o
simulado; el otro es el acto serio o disimulado, pero entonces la inexistencia jurídica
del acto simulado no se opone a la eficacia del acto disimulado, con tal que no haya
en el la violación de una ley, ni perjuicio a tercero.
La simulación
La simulación es un acto realizado a diario por los seres humanos llevado a cabo
muchas veces de manera consiente, y otras veces inconscientemente pero el punto es
que lo hacemos para engañar a otras persona porque nos sentimos a gusto
engañándolas, pero ciertas veces esos actos simulatorios cobran relevancia jurídica
que hace necesaria una evaluación de estos para determinar hasta donde llega mi acto
simulatorio ya que no es lo mismo insolventarce para engañar a un familiar
pedigüeña, que para evadir la responsabilidad que se tiene con unos acreedores.
Existen autores que tienden a confundir la simulación con la reserva mental que,
aunque tienen cierto parecido son totalmente diferentes ya que la reserva mental
ocurre cuando el sujeto no quiero los efectos del acto jurídico que celebra. Debido a
que es un hecho mental, psíquico que no es conocible por la otra parte que interviene
en el acto, ni por terceros cuyo fin, corresponde casi siempre a la voluntad de engañar.
Así entonces la reserva mental es una violación unilateral, puramente interna, no
manifestada.
Y si bien tanto la reserva mental como la simulación buscan o tienen como fin el
engaño, es cierto también que mientras que la simulación busca es engañar a un
tercero, con la reserva se quiere engañar es a la otra parte y no precisamente a un
tercero, esta última tampoco afecta la valides del acto la simulación si lo hace y así
hay más diferencias que nos ratifican que si bien son parecidas, jamás podrían
tomarse como iguales.