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El Vallenato como instrumento cultural estratégico en la construcción de la

identidad en Colombia, (Diomedes Díaz)

Carlos Andrés González Restrepo.

Con la revolución francesa la forma de organizar el mundo cambio de manera


radical: democracia, libertad, igualdad y fraternidad fueron las proclamas de aquella
revolución, en América Latina estas consignas se tradujeron en Independencia,
soberanía, autogobierno. ¿Pero cómo organizar este vasto territorio siguiendo las
directrices europeas después de la ruptura con el imperio?, en un principio Simón
Bolívar a través de la Carta de Jamaica propuso una América unida, un gran estado
Latinoamericano, la unidad en lengua, religión, proceso de conquista y mestizaje
entre indígenas, negros y blancos delimitaban esa gran unidad. El desenlace hasta
nuestros días ha sido otro, un conjunto de naciones-estados creadas por intereses
de elites regionales que se resistieron a la gran unidad. El punto de partida para la
división contemporánea fue la misma que utilizo la administración colonial,
virreinatos y capitanías, por ejemplo, la capitanía de Venezuela o el Virreinato del
Nuevo Reino de Granda, (utilizando inteligentemente los centros indígenas
consolidados como el imperio Inca o el Azteca y demás para realizar las divisiones),
el primero como ejemplo, el segundo como tema que me ocupa.

El nuevo Reino de Granada es un territorio grande en comparación con los estados


nación de Europa, también los demás estados Latinoamericanos,1 la pregunta es:
¿Cómo ha sido el proceso de homogenización mental de las personas que habitan
un territorio tan grande como Colombia para que todos se sientan colombianos? En
términos de Anderson, cuáles han sido los artefactos culturales de las elites en
Colombia para crear la idea de nación, ¿cómo se pasa del Nuevo Reino de
Granada, división administrativa del imperio español al estado-nación de Colombia,
creación de las elites criollas?

1
Se utiliza Europa como referencia porque así ha sido el proyecto político de las elites que
han construido los estados en América Latina, para ellos el viejo continente ha sido su
horizonte.
Primero, despejaré lo que pretende ser mi objeto de estudio para ir delimitando el
problema. Esta pequeña introducción es para tener un contexto, un punto de partida
de cómo se han ido desarrollando los proyectos de identidades nacionales cómo
modelo de ordenamiento de la Modernidad. Desde el siglo XIX se han desplegado
múltiples estratagemas y proyectos políticos cimentados en artefactos culturales
como la literatura, la música entre otros -en el siglo XXI van a ser más amplios-. El
primero que tuvo amplia difusión en la primera etapa de la creación de las naciones
en el siglo XIX, fueron las novelas fundacionales, el nacionalismo romántico no
escatimo esfuerzos para construir identidades-nacionales-imaginadas, allí se van a
delinear ciertos modelos comportamentales. Algunas novelas representativas sería
María para Colombia, Doña Bárbara para Venezuela, Los de abajo para México o
Don Segundo Sombra para Argentina,2 en dónde se busca construir la nación de
arriba hacia abajo.

Otro de los artefactos culturales utilizados fue la música, tema que me ocupa, por
las investigaciones analizadas la música en dónde la pirámide se invierte, creando
la nación de abajo hacia arriba. Los estudios sobre música en lo que hoy conocemos
como Colombia se han desarrollado desde el siglo XIX partiendo con el bambuco,
música popular que se llevo al formato de música de salón, para que ella fuera más
al gusto de las elites hasta el siglo XXI con el vallenato y otros géneros musicales. Commented [F1]: Alguna bibliografía al respecto.

Luego del bambuco en el siglo XIX e inicios del XX se pasará a las músicas del
caribe, lo que algunos investigadores han llamado la tropicalización de la nación, se Commented [F2]: Por ejemplo.

pasa de ritmos andinos a los del caribe continental. Hay que entender que no existe
la identidad cultural entendida como una forma definida de una vez por todas desde
siempre y para siempre,3 es por eso por lo que, los artefactos culturales son
cambiantes según las épocas y las conveniencias o su vez debido a las lecturas
que hagan las elites para consolidar el proyecto que siempre será inconcluso,
cambiante.

2
Darío Blanco, “De melancólicos a rumberos… de los Andes a la costa. La identidad colombiana y
la música caribeña” en Boletín de Antropología Universidad de Antioquia 23.40 (2009): 102-128.
3
Peter Wade, Música, raza y nación: Música tropical en Colombia (Chicago: University of Chicago,
2000)
Las cumbias de la mano de Lucho Bermúdez, sustituirían a la música de la región Commented [F3]: Época.

andina para ser la música de la nación, característica de un discurso musical


centralista en el cual, hasta principios del siglo XX la ‘música colombiana’ traducía Commented [F4]: Punto.

música de la región andina, relegando así todas las otras regiones y sus prácticas
musicales a un lugar secundario, creando un centralismo, una hegemonía cultural,

La Música Costeña empezó a ganar terreno en el imaginario colectivo desde


mediados del siglo XX, cuando la identidad nacional se desmarcó de “El Interior” y
empezó a gravitar las coordenadas culturales y simbólicas del caribe colombiano,
coronando un proceso que algunos autores han entendido como de “calentamiento”
y “tropicalización” del país4, o el tránsito “de melancólicos a rumberos”5.

El vallenato será posterior a la cumbia e irrumpirá en la escena nacional


aproximadamente desde la década de los 50´s del siglo XX, la migración de jóvenes
del caribe hacia Bogotá en busca de educación iniciaría ese romance entre la
política y el vallenato, música que para la época no lleva el rótulo de vallenato pues
en la costa se le conocía como música de acordeón. Los estudios sobre la relación
entre el Vallenato y la política han sido realizados por Antropólogos y Sociólogos en
su gran mayoría. Commented [F5]: Unos dos ejemplos y cuáles son sus
tesis.
En las fuentes rastreadas se han encontrada una amplia documentación sobre la
historia del vallenato, desde folcloristas, hasta académicos con diferentes puntos de
vistas, analizada desde la centralidad a la periferia y viceversa, entre los estudios
se han analizado personajes referentes de la cultura nacional y la política, Gabriel
García Marqués, Consuelo Araujo Noguera “la Cacica”, Rafael Escalona, Carlos
Vives, Alfonso López Pumarejo, Alfonso López Michelsen, Carlos Lleras Restrepo
y Guillermo León Valencia, actores de suma importancia en la creación del vallenato
y su difusión nacional. Como proyecto político la idea iniciará con la creación del
departamento del Cesar en 1967 y la creación del festival vallenato un año después
todo esto acompañado de la institucionalización de la música de acordeón por parte

4
Peter Wade, Música, raza y nación: Música tropical en Colombia, (Chicago: University of Chicago,
2000)
5
Darío Blanco, Creaciones dinámicas y contradicciones del vallenato, (Bogotá: Tesís de pregrado,
2000)
de Consuelo Araujo Noguera con su libro Vallenatología: Origen y fundamentos de
la música vallenata.

De la poca información que he encontrado, hay varias constantes que me llaman la


atención, la primera: es la alta participación de autores bogotanos en
investigaciones sobre el vallenato, la segunda es el paso superficial por uno de los
íconos populares más destacados del folclore nacional según el DANE, Diomedes
Díaz, aunque muchos autores no desconocen el reconocimiento que tiene el
cantautor, no profundizan sobre su producción, regalándolo a un segundo plano,
son objeto de estudio a profundidad por antropólogos y sociólogos, Carlos Vives,
Rafael Escalona o el binomio de oro.

Mi hipótesis busca, rastrear en un intérprete la idea de lo que representa ser un


nacional colombiano a partir de un artista, Diomedes Díaz como proyecto político
por parte de unas elites regionales y nacionales, pues Diomedes Díaz de la mano
de algunos compositores vallenatos como Calixto Ochoa, Hernando Durán,
Romualdo Brito, Efrén Calderón, Marciano Martínez, logran entender, interpretar y
reafirmar una idiosincrasia nacional a finales del siglo XX, este argumento lo
sustenta el récord que aún hasta nuestros días conserva el cantautor, como artista
más vendedor de disco en el territorio nacional por encima de artistas nacionales Commented [F6]: Esta es la que hay que pelear y
trabajar duro. Pues es arriesgada. Matizarla un poquito
con proyección internacional. a lo mejor.

En definitiva, pienso, que ese proceso de identidad que se piensan las elites es
cerrado por un movimiento popular en la década de 1980 y 90s en una de sus
etapas, a su vez, también se piensa en el marco de una historia popular, posibilidad
que se le ha dificultado a la historia en los siglos anteriores, con la idea de desmarcar
la disciplina de su carácter elitista y conservador.

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