1. Hay diversas formas de interpretar un matrimonio cristiano: como una ordenanza,
como un sacra‐ mento, como un pacto (alianza), como un santo estado. ¿Cuál es la interpretación en su tradición teo‐ lógica particular? ¿Por cuál se inclina von Allmen? Para que se constituya un matrimonio Cristiano no sólo es necesario que esté constituido por la voluntad de Dios, expresada por medio de la iglesia, tampoco sólo se trata de la unión de un hombre y una mujer. Es muy importante que los esposos acepten consagrarse el uno para el otro.
2. El autor afirma que tanto la vocación al celibato como la vocación al matrimonio
son igualmente válidas para el cristiano. En un ambiente en que hemos sido educados para el matrimonio y los hijos, es probable que se pierda de vista «la grandeza y la belleza, como también la libertad del celibato». ¿Qué podemos hacer para recuperar de palabra y obra esa perspectiva?
3. ¿Cómo podemos manejar adecuadamente en la iglesia la sensualidad y el impulso
sexual («el ardor de los sentidos», la «vitalidad desbordante») que son, según von Allmen, «una suplica», «un llama‐ miento legitimo que Dios escucha, y que, incluso, suscita»? Enseñando abierta y adecuadamente a que todo tiene su tiempo y su propósito, No sólo les un deseo y atracción hacia otra persona de otro sexo, sino es un síntoma de formar una familia (casas) bajo la voluntad de Dios, pero muchas veces uno se adelanta y arruina la voluntad divina.
4. Si, según el autor, «toda unión sexual constituye un matrimonio», ¿cómo
podemos tratar adecua‐ damente los problemas de las relaciones pre‐ y extra matrimoniales (fornicación y adulterio) desde una perspectiva pastoral que refleje tanto el amor de Dios y su juicio? ¿Qué pautas nos da el autor? ¿Qué otros lineamientos podemos adoptar?
Enseñando sobre el arrepentimiento, que si uno no lo hace pues no habrá bendición en
su vida. Dios siempre está dispuesto a perdonar todo tipo de pecado. Para que uno tenga y disfrute de las abundantes bendiciones dentro del hogar.