Miserias de la virtud

Miserias de la virtud es un artículo escrito por Francisco Pérez de Antón, este hombre
es un periodista guatemalteco que pudo presenciar el espectáculo cuando se presentó Jimmy
Swaggart a propósito “este hombre evangelístico siervo de Dios” sin embargo su espectáculo
nos muestra otra cosa en un contraste total de la verdad Bíblica.

Una noche este hombre Swaggart tenia previsto hacer su presentación en el estadio
Mateo Flores y toda la gente esperaba su llegada su presentación su mensaje, entonces se ve
que este hombre era muy influyente y seguramente ya recorrió muchos países llevando ese
tipo de presentaciones. Cuando llega el esperado Jimmy Swaggart vestido de blanco reflejado
con una potente luz, esto llama a una reflexión severa, de nuestra actitud como siervos de
Dios como mensajero de su palabra, Antón registra que es estadio estaba repleta “gente
humilde: hombre son ropa de trabajo, mujeres con niños en la espalda” como es nuestra
manera de presentarnos frente a los hermanos, como es nuestra manera de vestir dependiendo
el contexto en que nos encontramos, como debe ser nuestra manera de hablar e interactuar,
que el orgullo no sea el que nos domine sino la palabra de Dios.

Antón dice “allí hubo fiesta en verdad. O mejor dicho, un gran espectáculo” El autor
del artículo registra que allí no se presentó el evangelio al contrario fue completamente un
show, tan solamente fue un completo espectáculo, muchas veces hacemos un show del
evangelio y no presentamos el evangelio que Jesús dejo a lo largo de su ministerio.

También el autor dice que todo el espectáculo que hizo swaggart fue una “hipocresía
de la peor especie” alguien dijo que la mejor predica es la vida que uno lleva en su vida
cotidiana el ejemplo que da a su familia y a su contorno en general, muchas veces cuando
uno esta delante los hermanos tiende hablar de lo que ve de la necesidad de la gente o lo que
le gusta a la gente pero no hablamos lo que la palabra de Dios dice, el verdadero evangelio
el mensaje que Dios quiere en realidad para los hermanos. Que no se haga dela virtud, del
privilegio de estar delante de los hermanos una miseria.