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Riesgo moderado
Peligrosos
Después, Lima posee suelos eólicos arenosos, presentes en La Molina y en
zonas ubicadas entre cerros. Se les considera peligrosos. Según Torrealva, la
forma en que se percibe un temblor en estos lugares es muy distinta a las
superficies rocosas.
“En Miraflores (cuando ocurre un sismo), se siente una vibración antes de que
se muevan las cosas. Por otro lado, en la playa o en La Molina, percibes la
onda de movimiento directamente, pues la vibración es filtrada por el suelo
blando”, afirma.
Asimismo, hay superficies que cuentan con una napa freática muy alta, como
los Pantanos de Villa, en Chorrillos, y algunas zonas en Callao. Estos suelos se
caracterizan por ser granulares, tipo arena, y con agua a muy poca
profundidad. Por ello, tienen un peligro muy alto frente a un sismo.
Nuestro país se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona que
se caracteriza por su intensa actividad sísmica.
Los suelos eólicos arenosos, al ser más blandos, necesitan otro tipo de
tratamientos y cuestan más.
“Tienen más facilidad para deformarse con el peso de las estructuras que los
suelos rígidos”, destaca el especialista.
Por otro lado, Muñoz recomienda no construir en suelos que presentan arena y
agua, pues podría producirse “licuefacción”.
“Esto es, que la arena se vuelva como un líquido, y la edificación que está
encima se asiente y se venga abajo”, detalla.
Para él, la construcción y supervisión del edificio, desde luego, tienen que estar
a cargo de un ingeniero civil colegiado.
¿El suelo limeño está apto para esta transformación? “Si sacaras todas las
casas de Lima y pusieras edificios de 20 pisos, el suelo ni se daría cuenta”,
responde Muñoz. Ello se debe a que cada metro excavado permite construir
dos pisos y medio.
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(FIN) NDP/LIT
Publicado: 26/10/2018