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1. Ejercicio: la isla
a. Dibuje en el espacio designado(A) como sería la isla y con qué clase de recursos
contraria
b. Enuncie las actividades que deberían realizar para establecerse como habitantes de
la isla
c. Dibuje en el espacio designado(B) como sería la isla de sus vecinos quienes han
vivido por mucho tiempo en ella
d. ¿Qué relaciones podrían existir entre las dos poblaciones de las islas?
e. ¿Con que características deberían contar sus economías?
f. ¿Qué actividades se deberían desarrollar para controlar los procesos de intercambio?
g. ¿Qué mecanismos utilizarían para el intercambio de productos?
El concepto que, sobre el mercado, se maneja en la actualidad, ha cambiado respecto del que se
manejaba años atrás.
Antiguamente, únicamente se consideraba mercado al lugar en el cual se reunían compradores y
vendedores a intercambiar diferentes bienes y servicios disponibles en el lugar.
Aunque este tipo de mercados aún existen en muchas regiones, en este momento no se puede
limitar el concepto de mercado a este caso en particular.
El desarrollo de nuevas tecnologías, de nuevos productos, ha permitido que esos intercambios entre
personas no sólo se realicen en un lugar determinado, ni que los productos que desean intercambiar
estén físicamente en ese lugar.
Actualmente, se puede definir un mercado como el espacio, la situación o el contexto en el cual se
lleva a cabo el intercambio, la venta y la compra de bienes, servicios o mercancías por parte de unos
compradores que demandan esas mercancías y tienen la posibilidad de comprarlas, y unos
vendedores que ofrecen estas mismas. Pueden existir mercados de distintos niveles. Por ejemplo un
mercado puede ser una tienda de barrio, un centro comercial, el puesto de venta de un campesino
en una plaza de mercado o una bolsa de valores, como la Bolsa Colombia o la Bolsa de Nueva York.
Todos estos mercados, dependiendo del tipo de mercancía que manejan, se desempeñan de forma
distinta. En algunos, el intercambio se hace a nivel nacional y, en otros, a nivel internacional, siendo
mercados en los cuales intervienen compradores y vendedores de muchas partes del mundo. Por
otro lado, algunos mercados son muy personales, pues es necesario que el comprador y el vendedor
tengan contacto personal directo, mientras que otros son impersonales, pues el vendedor y el
comprador nunca se ven, ni se conocen el uno al otro.
En los mercados, los compradores reflejan sus deseos en la demanda, buscando lograr la mayor
utilidad posible, mientras que los vendedores buscan obtener ganancias al ofrecer productos que los
consumidores o compradores estén buscando; es decir, que estén demandando. Esta demanda y
oferta de mercancías actúan como fuerzas que, al interactuar, permiten determinar los precios con
que se intercambian las mercancías.
La información cumple un papel fundamental en los mercados, pues gracias a ella los vendedores y
los consumidores saben qué se está demandando, en qué cantidad y a qué precios, gracias a lo cual
pueden decidir qué y cuánto producir, así como qué comprar y en qué cantidad hacerlo, o, si así lo
consideran, pueden tomar algún otro tipo de decisión.
Cuando hablamos de una economía de mercado, esto hace referencia al intercambio entre las
personas (las cuales demandan bienes y servicios que producen las empresas) y las empresas (las
cuales también demandan materiales, bienes y servicios que se denominan factores de producción,
necesarios para la producción de bienes y servicios que
ellos mismos venden). En el mercado de esos factores de
producción es donde la economía centra su atención.
Estos mercados son el mercado de productos, el mercado
de trabajo y el mercado de capitales.
El mercado de trabajo se refiere al mercado en el cual las
transacciones se relacionan con la contratación de
trabajadores o de servicios de trabajo. En este caso,
existirá entonces una persona o empresa que demande
trabajo o mano de obra y una persona que ofrezca
realizar ese trabajo.
El mercado de capitales generalmente se refiere al mercado en el cual se hacen transacciones con
fondos; es decir, dineros que se encuentran invertidos a largo plazo. En estos mercados también se
incluyen a las entidades o instituciones que conceden y piden préstamos.
El mercado de productos se refiere al mercado en cual se encuentran los bienes elaborados por las
empresas que son ofrecidos a los consumidores finales; es decir, a las familias, las personas o a
otras empresas.
Estos mercados son muy importantes en el análisis económico, sin embargo, para otros propósitos u
otros tipos de análisis, como por ejemplo el de mercadeo, también se analizan mercados más
específicos, como por ejemplo el mercado de un determinado bien, como el de las frutas, los carros,
etc.
Dependiendo del número de vendedores o compradores, en los mercados se pueden presentar
monopolios (existencia de un solo vendedor), oligopolios (existencia de pocos vendedores),
monopsonios (existencia de un solo comprador), oligopsonios (existencia de pocos compradores),
o competencia perfecta (en la cual existen un gran número de vendedores y compradores). Este
tema se desarrolla en el documento |Competencia, monopolio, oligopolio, monopsonio y
competencia monopolística, disponible en la Biblioteca virtual.
Esta característica no está presente en las situaciones de monopolio (un único productor),
duopolio (dos productores), oligopolio (pocos productores), monopsonio (un comprador) y otros.
En realidad, para que haya verdadera "libertad de entrada y salida" sería necesario que no hubiera
costes de transformación, es decir, que la maquinaria destinada a una producción pudiera
"reconvertirse" sin coste alguno para producir cualquier otra cosa.
Información y racionalidad de los agentes. En los mercados de libre competencia los agentes
económicos conocen los precios de todos los productos y factores, sus características y la existencia
de posibles sustitutos. En el momento de decidir entre diferentes alternativas, los consumidores
elegirán aquellas que maximicen su utilidad y los productores las que maximicen sus beneficios.
Muchas veces la información puede ser un bien escaso y de alto coste. Por ejemplo: antes de
adquirir un vehículo necesitamos invertir tiempo y trabajo recorriendo los establecimientos de
muchos concesionarios para conocer cuál de los diferentes modelos que nos ofrecen puede
proporcionarnos mayor satisfacción. Nuestra decisión en cualquier caso será tomada siempre con
información insuficiente porque ¿Quién sabe distinguir cuál es la biela más resistente al desgaste?
Antes de pedir una ensaladilla en un bar. ¿Analizamos la mayonesa en varios establecimientos para
poder elegir la que tenga menor cantidad de salmonelas? Debido al coste de adquirir más
información llega un momento en que renunciamos a seguir investigando aunque ello pueda tener
como consecuencia una decisión de compra incorrecta.
Pero para que la decisión sea la correcta, además de información se necesita racionalidad, es decir,
capacidad para analizarla y valorarla. Los agentes deben poder adoptar decisiones que satisfagan
sus preferencias. La teoría económica, en principio, considera que los gustos y preferencias están
dados, son transitivos e invariables a corto plazo. La transitividad en las preferencias significa que
si un individuo prefiere A a B y B a C también preferirá A a C. Sin embargo, ha demostrado su
"Teorema de la Imposibilidad" que afirma que no puede haber ninguna constitución democrática que
permita que la sociedad en su conjunto pueda adoptar decisiones racionales y transitivas.
El monopsonio:
Éste implica un análisis del poder del mercado, no analizado desde el lado de los productores, sino
desde el de los compradores.
El monopsonio aparece cuando en un mercado existe un único comprador. Éste, al ser único, tiene
un control especial sobre el precio de los productos, pues los productores tienen que adaptarse de
alguna forma a las exigencias del comprador en materia de precio y cantidad. Esto le permite al
comprador obtener los productos a un precio menor al que tendría que comprarlo si estuviera en un
mercado competitivo.
También existe, en el análisis del poder del mercado referido al consumidor, el análisis del
oligopsonio, en el cual, en un mercado, no existe un solo consumidor, sino un número pequeño de
consumidores en los cuales se deposita el control y el poder sobre los precios y las cantidades de un
producto en el mercado. Por lo tanto, los beneficios se concentrarían en los consumidores, pero no
en los productores, los cuales ven empeorar su situación al no recibir un precio razonable por los
productos que elaboran.
Los ejemplos de oligopsonios son más frecuentes que los de monopsonio puro. Un ejemplo pueden
ser los fabricantes de automóviles en un país como Japón. Para los fabricantes de sillas para
automóviles sólo existe un número reducido de compradores, que son las pocas empresas
ensambladoras de automóviles japonesas, quienes, por lo tanto, podrán controlar las cantidades y
precios de las sillas para automóviles, puesto que son los únicos compradores en el país de ese
producto.
OFERTA Y DEMANDA
Cuando se habla de oferta se hace referencia a la cantidad de bienes, productos o servicios que se
ofrecen en un mercado bajo unas determinadas condiciones. El precio es una de las condiciones
fundamentales que determina el nivel de oferta de un determinado bien en un mercado.
La pendiente de la curva de oferta, al igual que en la curva de demanda, es un punto importante a
analizar. Esta pendiente determina cómo aumenta o disminuye la oferta ante una disminución o un
aumento del precio del bien. Esta es la “elasticidad” de la curva de oferta.
La ley de la oferta establece que, ante un aumento en el precio de un bien, la oferta que exista de
ese bien va a ser mayor; es decir, los productores de bienes y servicios tendrán un incentivo mayor
para ofrecer sus productos en el mercado durante un periodo, puesto que obtendrán mayores
ganancias al hacerlo.
En los mercados, los compradores reflejan sus deseos en la demanda y los vendedores buscan
obtener ganancias al ofrecer productos que los consumidores o compradores estén buscando; es
decir, que estén demandando. Esta demanda y oferta de mercancías actúan como fuerzas que
permiten determinar los precios con los cuales se intercambian las mercancías.
Si asumimos que los dos gráficos anteriores corresponden a la curva de demanda y la curva de
oferta de un mismo bien, podríamos superponer ambas curvas en un solo gráfico y encontrar que
éstas se intersecan en un punto. Este punto es conocido como el punto de equilibrio del mercado
para el bien bajo estudio. En este punto, tanto compradores como vendedores están de acuerdo en
la cantidad que se compra o se vende, así como en el precio.
En términos generales, al aumentar la cantidad de cierto bien (producto) fabricado, el coste unitario
disminuye; esta economía de escala es la que ha impulsado los procesos de concentración
empresarial y fomentado la existencia de multinacionales a escala mundial. La razón de tal ahorro de
escala se debe a la posibilidad de repartir la parte correspondiente a los costes fijos entre un mayor
número de productos, lo que redunda en un menor coste unitario y por ende en la posibilidad de
ofrecer el producto al cliente a un precio menor.
Sin embargo, cuanto mayor es el precio del producto, mayor es la cantidad de empresas dispuestas
a fabricarlo y colocarlo en el mercado, con la expectativa de venderlo a un precio elevado
incrementando su beneficio, de modo que a medida que el precio aumenta la oferta lo hace
igualmente.
Por otro lado los compradores también compiten entre sí, concurriendo al mercado para adquirir
ciertos bienes; en un mercado en el que los bienes ofrecidos son idénticos, como puede ser el caso
de ciertos mercados de productos industriales normalizados o cuando el producto es único; los
compradores pugnan entre sí por hacerse con los productos ofrecidos, de modo que a medida que
se incrementa la demanda, el precio que están dispuestos a pagar los compradores (algunos) se
incrementa, ante la perspectiva de no poder adquirir el producto por falta de oferta.
Para comprenderlo mejor podemos fijarnos en el caso extremo que sería el de la subasta, en el que
el precio de venta es el máximo que cualquier comprador está dispuesto a pagar; evidentemente, si
en vez de uno, fueran dos los bienes ofrecidos, dado que el segundo postor no está dispuesto a
ofrecer tanto como el primero, sería él el que fijaría el precio de venta ya que el primer postor se
negaría a pagar la cantidad de más que sí pagaría si el bien fuera único (es decir, comprarían ambos
al precio ofrecido por el segundo). Si añadimos más bienes al mercado y extendemos el
razonamiento concluiremos que lo que están dispuestos a pagar los compradores por el bien
disminuye a medida que aumenta la demanda.
Si se representa gráficamente las curvas de oferta y demanda, siendo x la cantidad de bienes y p el
precio, se observa que existe un punto de equilibrio en el que el precio y la cantidad de bienes
intercambiados se igualan.
Todo comprador que quiere comprar, compra, y todo el que quiere vender, vende.
El precio de equilibrio es estable y la cantidad de transacciones es máxima:
Si el precio se incrementara hasta M, habría un exceso de oferta ab, de modo que los vendedores
se verían obligados a disminuir el precio para poder vender dicho exceso.
Si el precio disminuyera hasta N, habría un exceso de demanda cd, situación en la que los
vendedores incrementarían el precio para aprovechar el tirón del producto.