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Actividad de enseñanza aprendizaje No 1

Funcionamiento de los mercados


Desarrolle en su cuaderno cada uno de los siguientes cuestionamientos con base en las
lecturas de las paginas siguientes, de acuerdo al nivel de comprensión del grupo,
establecerá los tiempos y el orden en que se desarrollen las actividades, teniendo en
cuenta los parámetros que para tal fin se han expuesto; Recordando no exceder el tiempo estimado
para el desarrollo de la guía completa.
xx

1. Ejercicio: la isla

Ustedes se encuentran viajando en un crucero por el caribe y de repente una tormenta


golpea el barco donde viajan y se ven obligados a abandonarlo; al día siguiente aparecen
en una isla donde no existen habitantes, su trabajo consiste en:

a. Dibuje en el espacio designado(A) como sería la isla y con qué clase de recursos
contraria
b. Enuncie las actividades que deberían realizar para establecerse como habitantes de
la isla
c. Dibuje en el espacio designado(B) como sería la isla de sus vecinos quienes han
vivido por mucho tiempo en ella

d. ¿Qué relaciones podrían existir entre las dos poblaciones de las islas?
e. ¿Con que características deberían contar sus economías?
f. ¿Qué actividades se deberían desarrollar para controlar los procesos de intercambio?
g. ¿Qué mecanismos utilizarían para el intercambio de productos?

2. Según su criterio ¿Cuál sería la definición de mercado?


3. compare su definición de mercado con la del texto relacionado al final de la guía
4. ¿Defina qué es un mercado, cuáles son los tipos de mercado y de qué dependen?
5. Establezca las características de los diferentes tipos de mercados médiate la
realización de un cuadro comparativo
6. Mencione un ejemplo Colombiano para cada uno de los tipos de mercado
7. ¿Qué tipos de mercado se manejan en Tibacuy y cómo se desarrolla?
8. ¿Defina qué es oferta, demanda, cómo se establecen los precios en el mercado y
diseñe su grafica para un producto de la región?
9. De acuerdo con su criterio ¿cuál sería el papel que tiene la oferta y la demanda en la
economía?
10. Mediante un mapa mental represente la comprensión que tiene al respecto de los
temas tratados
11. Mediante la el siguiente diagrama causa efecto establezca los problemas que afronta
los mercados locales, determine sus causas y plantee posibles soluciones al
problema

El concepto que, sobre el mercado, se maneja en la actualidad, ha cambiado respecto del que se
manejaba años atrás.
Antiguamente, únicamente se consideraba mercado al lugar en el cual se reunían compradores y
vendedores a intercambiar diferentes bienes y servicios disponibles en el lugar.
Aunque este tipo de mercados aún existen en muchas regiones, en este momento no se puede
limitar el concepto de mercado a este caso en particular.
El desarrollo de nuevas tecnologías, de nuevos productos, ha permitido que esos intercambios entre
personas no sólo se realicen en un lugar determinado, ni que los productos que desean intercambiar
estén físicamente en ese lugar.
Actualmente, se puede definir un mercado como el espacio, la situación o el contexto en el cual se
lleva a cabo el intercambio, la venta y la compra de bienes, servicios o mercancías por parte de unos
compradores que demandan esas mercancías y tienen la posibilidad de comprarlas, y unos
vendedores que ofrecen estas mismas. Pueden existir mercados de distintos niveles. Por ejemplo un
mercado puede ser una tienda de barrio, un centro comercial, el puesto de venta de un campesino
en una plaza de mercado o una bolsa de valores, como la Bolsa Colombia o la Bolsa de Nueva York.
Todos estos mercados, dependiendo del tipo de mercancía que manejan, se desempeñan de forma
distinta. En algunos, el intercambio se hace a nivel nacional y, en otros, a nivel internacional, siendo
mercados en los cuales intervienen compradores y vendedores de muchas partes del mundo. Por
otro lado, algunos mercados son muy personales, pues es necesario que el comprador y el vendedor
tengan contacto personal directo, mientras que otros son impersonales, pues el vendedor y el
comprador nunca se ven, ni se conocen el uno al otro.
En los mercados, los compradores reflejan sus deseos en la demanda, buscando lograr la mayor
utilidad posible, mientras que los vendedores buscan obtener ganancias al ofrecer productos que los
consumidores o compradores estén buscando; es decir, que estén demandando. Esta demanda y
oferta de mercancías actúan como fuerzas que, al interactuar, permiten determinar los precios con
que se intercambian las mercancías.
La información cumple un papel fundamental en los mercados, pues gracias a ella los vendedores y
los consumidores saben qué se está demandando, en qué cantidad y a qué precios, gracias a lo cual
pueden decidir qué y cuánto producir, así como qué comprar y en qué cantidad hacerlo, o, si así lo
consideran, pueden tomar algún otro tipo de decisión.
Cuando hablamos de una economía de mercado, esto hace referencia al intercambio entre las
personas (las cuales demandan bienes y servicios que producen las empresas) y las empresas (las
cuales también demandan materiales, bienes y servicios que se denominan factores de producción,
necesarios para la producción de bienes y servicios que
ellos mismos venden). En el mercado de esos factores de
producción es donde la economía centra su atención.
Estos mercados son el mercado de productos, el mercado
de trabajo y el mercado de capitales.
El mercado de trabajo se refiere al mercado en el cual las
transacciones se relacionan con la contratación de
trabajadores o de servicios de trabajo. En este caso,
existirá entonces una persona o empresa que demande
trabajo o mano de obra y una persona que ofrezca
realizar ese trabajo.
El mercado de capitales generalmente se refiere al mercado en el cual se hacen transacciones con
fondos; es decir, dineros que se encuentran invertidos a largo plazo. En estos mercados también se
incluyen a las entidades o instituciones que conceden y piden préstamos.
El mercado de productos se refiere al mercado en cual se encuentran los bienes elaborados por las
empresas que son ofrecidos a los consumidores finales; es decir, a las familias, las personas o a
otras empresas.
Estos mercados son muy importantes en el análisis económico, sin embargo, para otros propósitos u
otros tipos de análisis, como por ejemplo el de mercadeo, también se analizan mercados más
específicos, como por ejemplo el mercado de un determinado bien, como el de las frutas, los carros,
etc.
Dependiendo del número de vendedores o compradores, en los mercados se pueden presentar
monopolios (existencia de un solo vendedor), oligopolios (existencia de pocos vendedores),
monopsonios (existencia de un solo comprador), oligopsonios (existencia de pocos compradores),
o competencia perfecta (en la cual existen un gran número de vendedores y compradores). Este
tema se desarrolla en el documento |Competencia, monopolio, oligopolio, monopsonio y
competencia monopolística, disponible en la Biblioteca virtual.

LOS MERCADOS DE COMPETENCIA PERFECTA

Vamos a empezar analizando un mercado sencillo e "ideal", el "mercado de competencia perfecta".


En realidad no existe ningún mercado tan "perfecto" como éste pero dejaremos para más adelante el
estudio de las diferencias que hay entre la realidad y este modelo. (Para facilitar la comprensión
pensemos, por ejemplo, que estamos hablando del mercado del trigo). Para que ese mercado pueda
ser considerado de competencia perfecta tiene que mostrar las siguientes características:

Libre concurrencia. Ningún agente puede influir en el mercado. El número de compradores y


vendedores es muy alto y las cantidades producidas o demandadas por cada uno de ellos son tan
pequeñas en relación con el total que su influencia sobre los precios es inapreciable. (Ningún
fabricante individual ni ningún comprador de trigo puede influir sobre el precio). Para que haya libre
concurrencia es imprescindible la libertad de entrada y salida en las industrias, es decir, que no
haya barreras que impidan a una empresa dedicarse a producir cualquier cosa. (Cualquier
empresario que lo desee puede destinar su capital a la fabricación de trigo). La expresión "industria"
indica el conjunto de empresas que se dedican a producir el mismo bien.

Esta característica no está presente en las situaciones de monopolio (un único productor),
duopolio (dos productores), oligopolio (pocos productores), monopsonio (un comprador) y otros.
En realidad, para que haya verdadera "libertad de entrada y salida" sería necesario que no hubiera
costes de transformación, es decir, que la maquinaria destinada a una producción pudiera
"reconvertirse" sin coste alguno para producir cualquier otra cosa.

La libre concurrencia en realidad es la excepción y no la regla. Algunos economistas británicos


sugirieron que para estudiar el sistema económico habría que empezar analizando el monopolio, que
es lo más habitual, y no la libre competencia. En cualquier caso, las
ventajas de los mercados de libre competencia son tan grandes con
respecto a los demás mercados que son presentados como la meta a la
que se debe tender: las legislaciones nacionales y las normativas
supranacionales se plantean como objetivo explícito el fomento de la libre
competencia y la represión de las prácticas que la limitan.

Homogeneidad del producto. Para que haya libre competencia es


necesario que el consumidor sea indiferente a comprar el producto de una
empresa o de otra, por tanto los productos tienen que ser exactamente iguales; sólo así se hará
realidad que si una empresa pusiera el precio por encima del establecido por el mercado, los
consumidores dejarían de comprarlo. La homogeneidad debe incluir todas las condiciones de venta
tales como garantías o financiación. En la realidad, como todos sabemos, las empresas tratan de
diferenciar sus productos mediante campañas publicitarias, envases llamativos o pequeños cambios
en el diseño o la composición. Es más, una de las principales virtudes de la libre competencia es
precisamente el esfuerzo que obliga a todas las empresas por mejorar continuamente sus productos
tratando de diferenciarse por su mayor calidad o menor precio.

Información y racionalidad de los agentes. En los mercados de libre competencia los agentes
económicos conocen los precios de todos los productos y factores, sus características y la existencia
de posibles sustitutos. En el momento de decidir entre diferentes alternativas, los consumidores
elegirán aquellas que maximicen su utilidad y los productores las que maximicen sus beneficios.

Muchas veces la información puede ser un bien escaso y de alto coste. Por ejemplo: antes de
adquirir un vehículo necesitamos invertir tiempo y trabajo recorriendo los establecimientos de
muchos concesionarios para conocer cuál de los diferentes modelos que nos ofrecen puede
proporcionarnos mayor satisfacción. Nuestra decisión en cualquier caso será tomada siempre con
información insuficiente porque ¿Quién sabe distinguir cuál es la biela más resistente al desgaste?
Antes de pedir una ensaladilla en un bar. ¿Analizamos la mayonesa en varios establecimientos para
poder elegir la que tenga menor cantidad de salmonelas? Debido al coste de adquirir más
información llega un momento en que renunciamos a seguir investigando aunque ello pueda tener
como consecuencia una decisión de compra incorrecta.

Pero para que la decisión sea la correcta, además de información se necesita racionalidad, es decir,
capacidad para analizarla y valorarla. Los agentes deben poder adoptar decisiones que satisfagan
sus preferencias. La teoría económica, en principio, considera que los gustos y preferencias están
dados, son transitivos e invariables a corto plazo. La transitividad en las preferencias significa que
si un individuo prefiere A a B y B a C también preferirá A a C. Sin embargo, ha demostrado su
"Teorema de la Imposibilidad" que afirma que no puede haber ninguna constitución democrática que
permita que la sociedad en su conjunto pueda adoptar decisiones racionales y transitivas.

COMPETENCIA, MONOPOLIO, OLIGOPOLIO, MONOPSONIO Y COMPETENCIA


MONOPOLÍSTICA

Para poder hablar de términos como monopolio, oligopolio, monopsonio y competencia


monopolística, es necesario primero aclarar la definición de competencia.
Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas, las cuales
realizan la oferta y venta de un producto (son oferentes) en un mercado determinado, en el cual
también existen unos personas o empresas, denominadas consumidores o demandantes, las cuales,
según sus preferencias y necesidades, les compran o demandan esos productos a los oferentes.
Sin embargo, en algunos casos, la competencia se presenta con distinta intensidad y en diferentes
niveles, que hacen que aparezca un sistema de clasificación diferente. Esta clasificación depende
también de la cantidad de control que sobre los precios puedan tener tanto el que ofrece como el
que demanda, la variedad de los bienes que se encuentran en el mercado y la facilidad con la que
nuevos oferentes entran al mercado.
Existen dos tipos de competencia: la competencia perfecta y la
competencia imperfecta. La competencia perfecta se refiere a
aquella en la cual el número de personas o empresas que
ofrecen y demandan un determinado producto es tan grande
que dicho número se puede considerar infinito, así mismo, no
existen barreras a la entrada de nuevos oferentes del mismo
producto y de esta forma ningún oferente o demandante tiene
control sobre el mercado ni sobre el precio con el cual se
negocia el producto, ya que la cantidad que cada uno aporta a
la cantidad total del producto negociado es tan insignificante que se hace imposible tener control
sobre el precio y la cantidad de producto negociada. En este caso, tanto los productores como los
consumidores serían “tomadores de precios” porque aceptan y negocian con los precios que se
presenten en el mercado para los diferentes bienes. Tendríamos, entonces, un mercado
perfectamente competitivo, que se presenta más como un desarrollo teórico que como una situación
real.
Por otro lado, existe la llamada competencia imperfecta, la cual se ajusta más a la realidad que la
noción de competencia perfecta. A continuación se nombran los casos más importantes de
competencia imperfecta:
El monopolio:
Este es el caso en el cual, para un producto, un bien o un servicio determinado, solo existe una
persona o una sola empresa (monopolista) que produce este bien o servicio. Se debe tener en
cuenta que este bien o servicio no tiene un sustituto; es decir, ningún otro por el cual se pueda
reemplazar sin ningún inconveniente, por lo tanto, este producto es la única alternativa que tiene el
consumidor para comprar.
¿Qué sucede en este caso? Que el productor de este bien tiene una gran influencia y control sobre
el precio del bien, puesto que aporta y controla la cantidad total que se ofrece en el mercado,
convirtiéndose, así, en un “formador de precios”.
El monopolista no tiene competencia cercana, puesto que existen barreras a la entrada de otros
productores del mismo producto. Estas barreras pueden ser de distintos tipos
(Barreras legales, tecnológicas, o de otro tipo), y se convierten en obstáculos que los posibles
nuevos productores no pueden atravesar.
Actualmente, en muchos países existen leyes antimonopolios.
Los monopolios, por el gran control que tienen las empresas o las personas productoras, se pueden
prestar para que éstas cometan grandes abusos en contra de los consumidores; igualmente, los
monopolios traen grandes problemas para el avance tecnológico de los países, puesto que, al tener
pleno control en el mercado, no tienen ningún incentivo para mejorar su forma de producción e
incorporar tecnología, que es lo que se obtiene a través de la competencia | [. Con este tipo de leyes,
los gobiernos buscan incentivar la competencia y, así, lograr que el consumidor pueda tener acceso
a más y mejores productos a precios más razonables.
La competencia monopolística:
En este tipo de competencia, existe una cantidad significativa de productores actuando en el
mercado sin que exista un control dominante por parte de ninguno de estos en particular.
La cuestión clave en este caso es que se presenta una diferenciación del producto; es decir, un
producto en particular, dependiendo del productor, puede tener variaciones que le permitan ser, en
algún aspecto, diferente a los demás productos similares hechos por otras empresas.
La competencia, entonces, no se dará por precios sino, por ejemplo, por la calidad del producto, el
servicio durante la venta o posventa, la ubicación y el acceso al producto, la publicidad y el
empaque, etc.
Otra característica para destacar de la competencia monopolística es la de la fácil entrada y salida a
la industria por parte de los productores. Un gran número de productores de un bien determinado
permite que las empresas no necesiten grandes cantidades de dinero, ni un gran tamaño, para
competir; los costos, sin embargo, se pueden incrementar por la necesidad de buscar diferenciarse
de los demás competidores.
Un ejemplo de este tipo de competencia puede ser el mercado de ropa para mujeres. Los
productores, aunque se dedican a producir ropa para mujeres, no hacen vestidos iguales a los de los
otros, pues los productos de uno u otro son diferentes por calidad, diseño, servicio en la venta, etc.,
haciendo que cada producto sea diferente de otro sin por ello dejar de ser ropa para mujeres.
El oligopolio:
Este caso se da cuando existe un número pequeño de
empresas de un mismo sector, las cuales dominan y
tienen control sobre el mercado.
Estas empresas pueden producir bienes o servicios
iguales
(Como lo son productos como el acero, el cemento, el
alcohol industrial, que físicamente son iguales y
difícilmente diferenciables) o bienes o servicios
diferenciados por algún aspecto en particular, como es el
caso de productos como los cereales para el desayuno,
los detergentes o algunos electrodomésticos.
Este es un caso muy similar al monopolio, sin embargo, el poder no se concentra en un solo
productor, como sucede en el monopolio, sino en un grupo pequeño de productores. Cada uno de
los productores, dado que produce una cantidad significativa del total, tiene un control importante
sobre el mercado, lo que le da poder de intervenir y manipular los precios y las cantidades del
producto en el mercado. De esta forma, hay más de un producto del mismo tipo en el mercado, pero,
debido al control y poder que estas empresas tienen, aparecen los mismos problemas y limitaciones
que impone el monopolio.
Una de las barreras de entrada más comunes que impone el oligopolio, es la cantidad de dinero
necesario para ingresar a ese selecto grupo de productores que existen en el mercado. Ante la
existencia de productores tan poderosos en el mercado, un nuevo productor que desee ingresar a él
necesitaría una cantidad muy grande de dinero que le permitiera competir sin ser eliminado
tempranamente del mercado.

El monopsonio:
Éste implica un análisis del poder del mercado, no analizado desde el lado de los productores, sino
desde el de los compradores.
El monopsonio aparece cuando en un mercado existe un único comprador. Éste, al ser único, tiene
un control especial sobre el precio de los productos, pues los productores tienen que adaptarse de
alguna forma a las exigencias del comprador en materia de precio y cantidad. Esto le permite al
comprador obtener los productos a un precio menor al que tendría que comprarlo si estuviera en un
mercado competitivo.
También existe, en el análisis del poder del mercado referido al consumidor, el análisis del
oligopsonio, en el cual, en un mercado, no existe un solo consumidor, sino un número pequeño de
consumidores en los cuales se deposita el control y el poder sobre los precios y las cantidades de un
producto en el mercado. Por lo tanto, los beneficios se concentrarían en los consumidores, pero no
en los productores, los cuales ven empeorar su situación al no recibir un precio razonable por los
productos que elaboran.
Los ejemplos de oligopsonios son más frecuentes que los de monopsonio puro. Un ejemplo pueden
ser los fabricantes de automóviles en un país como Japón. Para los fabricantes de sillas para
automóviles sólo existe un número reducido de compradores, que son las pocas empresas
ensambladoras de automóviles japonesas, quienes, por lo tanto, podrán controlar las cantidades y
precios de las sillas para automóviles, puesto que son los únicos compradores en el país de ese
producto.

OFERTA Y DEMANDA

En economía, Ley de la oferta y la demanda es el mecanismo de formación de precios; establece


que el precio en el mercado de un bien o servicio es aquel para el que se igualan la oferta y la
demanda.
Cuando se habla de demanda, se refiere uno a la cantidad de bienes o servicios que se solicitan o
se desean en un determinado mercado de una economía a un precio específico.
La demanda que una persona, una familia, una empresa o un consumidor en general tiene de un
determinado producto o servicio puede estar influenciada por un gran número de factores que
determinarán la cantidad de producto solicitado o demandado o, incluso, si éste tiene demanda o no.
Algunos de estos factores son las preferencias del consumidor, sus hábitos, la información que éste
tiene sobre el producto o servicio por el cual se muestra
interesado, el tipo de bien en consideración y el poder de
compra; es decir, la capacidad económica del consumidor para
pagar por el producto o servicio, la utilidad o bienestar que el bien
o servicio le produzca, el precio, la existencia de un bien
complementario o sustituto entre otros. Es importante aclarar que
estos factores no son estáticos, pues pueden cambiar a través del
tiempo o en un momento determinado.
En el análisis económico se tiende a simplificar este panorama
manteniendo en niveles constantes todos los factores con excepción del precio; de esta forma, se
establece una relación entre el precio y la cantidad demandada de un producto o servicio. Esta
relación se conoce como la curva de demanda.
La pendiente de la curva es un punto importante que se debe analizar. Está pendiente determina
cómo aumenta o disminuye la demanda ante una disminución o un aumento del precio.
Este concepto se denomina la “elasticidad” de la curva de demanda.
En general, la ley de la demanda indica que existe una relación inversa entre el precio y la cantidad
demandada de un bien durante un cierto periodo; es decir, si el precio de un bien aumenta, la
demanda por éste disminuye; por el contrario, si el precio del bien disminuye, la demanda tenderá a
subir (existen excepciones a esta ley, dependiendo del bien del que se esté hablando).

Cuando se habla de oferta se hace referencia a la cantidad de bienes, productos o servicios que se
ofrecen en un mercado bajo unas determinadas condiciones. El precio es una de las condiciones
fundamentales que determina el nivel de oferta de un determinado bien en un mercado.
La pendiente de la curva de oferta, al igual que en la curva de demanda, es un punto importante a
analizar. Esta pendiente determina cómo aumenta o disminuye la oferta ante una disminución o un
aumento del precio del bien. Esta es la “elasticidad” de la curva de oferta.
La ley de la oferta establece que, ante un aumento en el precio de un bien, la oferta que exista de
ese bien va a ser mayor; es decir, los productores de bienes y servicios tendrán un incentivo mayor
para ofrecer sus productos en el mercado durante un periodo, puesto que obtendrán mayores
ganancias al hacerlo.
En los mercados, los compradores reflejan sus deseos en la demanda y los vendedores buscan
obtener ganancias al ofrecer productos que los consumidores o compradores estén buscando; es
decir, que estén demandando. Esta demanda y oferta de mercancías actúan como fuerzas que
permiten determinar los precios con los cuales se intercambian las mercancías.
Si asumimos que los dos gráficos anteriores corresponden a la curva de demanda y la curva de
oferta de un mismo bien, podríamos superponer ambas curvas en un solo gráfico y encontrar que
éstas se intersecan en un punto. Este punto es conocido como el punto de equilibrio del mercado
para el bien bajo estudio. En este punto, tanto compradores como vendedores están de acuerdo en
la cantidad que se compra o se vende, así como en el precio.

En términos generales, al aumentar la cantidad de cierto bien (producto) fabricado, el coste unitario
disminuye; esta economía de escala es la que ha impulsado los procesos de concentración
empresarial y fomentado la existencia de multinacionales a escala mundial. La razón de tal ahorro de
escala se debe a la posibilidad de repartir la parte correspondiente a los costes fijos entre un mayor
número de productos, lo que redunda en un menor coste unitario y por ende en la posibilidad de
ofrecer el producto al cliente a un precio menor.
Sin embargo, cuanto mayor es el precio del producto, mayor es la cantidad de empresas dispuestas
a fabricarlo y colocarlo en el mercado, con la expectativa de venderlo a un precio elevado
incrementando su beneficio, de modo que a medida que el precio aumenta la oferta lo hace
igualmente.
Por otro lado los compradores también compiten entre sí, concurriendo al mercado para adquirir
ciertos bienes; en un mercado en el que los bienes ofrecidos son idénticos, como puede ser el caso
de ciertos mercados de productos industriales normalizados o cuando el producto es único; los
compradores pugnan entre sí por hacerse con los productos ofrecidos, de modo que a medida que
se incrementa la demanda, el precio que están dispuestos a pagar los compradores (algunos) se
incrementa, ante la perspectiva de no poder adquirir el producto por falta de oferta.
Para comprenderlo mejor podemos fijarnos en el caso extremo que sería el de la subasta, en el que
el precio de venta es el máximo que cualquier comprador está dispuesto a pagar; evidentemente, si
en vez de uno, fueran dos los bienes ofrecidos, dado que el segundo postor no está dispuesto a
ofrecer tanto como el primero, sería él el que fijaría el precio de venta ya que el primer postor se
negaría a pagar la cantidad de más que sí pagaría si el bien fuera único (es decir, comprarían ambos
al precio ofrecido por el segundo). Si añadimos más bienes al mercado y extendemos el
razonamiento concluiremos que lo que están dispuestos a pagar los compradores por el bien
disminuye a medida que aumenta la demanda.
Si se representa gráficamente las curvas de oferta y demanda, siendo x la cantidad de bienes y p el
precio, se observa que existe un punto de equilibrio en el que el precio y la cantidad de bienes
intercambiados se igualan.

Al precio de equilibrio (S):

Todo comprador que quiere comprar, compra, y todo el que quiere vender, vende.
El precio de equilibrio es estable y la cantidad de transacciones es máxima:
Si el precio se incrementara hasta M, habría un exceso de oferta ab, de modo que los vendedores
se verían obligados a disminuir el precio para poder vender dicho exceso.
Si el precio disminuyera hasta N, habría un exceso de demanda cd, situación en la que los
vendedores incrementarían el precio para aprovechar el tirón del producto.

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