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LOS DISFRACES EN EL CARNAVAL DE BARRANQUILLA

El ingenio y la creación popular del Caribe colombiano se trasladan al disfraz que


anualmente se luce en la temporada de Carnaval. La celebración de los carnavales
en el mundo desde tiempo atrás estimuló a los hombres a dar rienda suelta a su
creación.

El disfraz en el Carnaval de Barranquilla es una puesta en escena recreada por


niños o adultos y puede ser individual o colectivo, estos disfraces son fruto del
ingenio y creatividad de sus autores, algunos de ellos, que se han ido consagrando
a lo largo de la historia de esta fiesta, se les distingue como Disfraces
Tradicionales.

Los disfraces se pueden clasificar en:

Históricas (farotas)

De relación (paloteo)

De batalla (garabato, paloteo, Congo)

De animales (goleros, gusanos, conyongos, caimán cienaguero)

De trabajo (pilanderas)

De burla (monocuco, marimondas, enanos, Son de Negro)

De leyendas (farotas, caimán cienaguero)

De tradición europea (diablos arlequines, monocuco)

De máscaras (marimondas, diablos Arlequines, monocuco)

Ceremoniales (indios farotos, cumbia, mapalé)


El garabato caracteriza un enfrentamiento entre la vida y la muerte. La palabra
garabato es el nombre dado al palo en forma de gancho en uno de sus extremos
que identifica a la Muerte, que lleva colgadas unas cintas de colores rojo, amarillo
y verde (colores de la bandera de Barranquilla), y que llevan los integrantes
masculinos de la danza. Este integra los diferentes aspectos que se demuestra en
las creencias que representa en garabato.

El disfraz se diferencia grandemente si es masculino o femenino. El hombre lleva


la cara pintada de blanco con los cachetes de rojo, lleva puesto un sombrero
blanco adornado con cintas y flores, un pantalón hasta las rodillas de color negro,
medias altas de color blanco, una camisa amarilla con un delantal azul y una capa
roja decorada con diferentes formas, y el bastón. Las mujeres llevan una falda
grande con los colores negro (este color cubre casi toda la falda), rojo, amarillo y
verde, una blusa con los mismos colores y un arreglo de flores en el pelo. Esta
danza tiene también otro personaje que es la muerte que tiene un disfraz de pies a
cabeza negro con huesos pintados, y maquillaje blanco en la cara.

Las marimondas

disfraz creado en el que se busca burlarse de la clase alta y los funcionarios


corruptos de la Barranquilla de antaño. Se dice que nació cuando un barranquillero,
al no tener dinero para disfrazarse, se le ocurrió vestirse con un saco, una corbata
y un pantalón viejos, puestos al revés y, como careta, un costal de harina al que le
abrió tres agujeros, para burlarse del resto de sus conciudadanos. El disfraz,
actualmente consiste en un pantalón, camisa manga larga, corbata, saco o
chaleco, y una careta hecha con una especie de bolsa de tela con tres huecos,
bordeados con tubos rellenos de tela, una nariz muy larga, semejante a un miembro
viril, y unas orejas parecidas a las de los elefantes, con figuras de colores.

Este disfraz debe ir siempre acompañado de un pito de caucho, conocido como


“pea pea”, cuyo sonido destemplado sirve para expresar el derroche y la alegría de
quien se disfraza de marimonda. Muy conocido es el dicho barranquillero: «No es
na' el disfraz de marimonda, sino los brincos que hay que dar». Algunos de sus
pases son el de Michael Jackson, el de conejito y del remo.
Los monocucos

La palabra "monocuco" viene, según el historiador Alfredo de la Espriella, de los


monos (el animal), quienes en la Barranquilla de antaño, mordían y lanzaban la
comida que robaban de las personas. De allí viene la popular frase "Monocuco
guayabero, saca presas del caldero, embustero y tramuyero", adaptación del viejo
dicho popular español "¡Zapatero merendero, come tripas de carnero, cómetelas
tú, que yo no las quiero!".

El disfraz de monocuco posee una máscara y una capucha, el traje, con botones
grandes, es colorido y ancho para que sea fácil el desplazamiento. Este disfraz, de
origen europeo, ayuda a reservar la identidad del que lo usa, y se da la libertad de
revelar verdades a las personas que se le atraviesan y que conoce en la vida
cotidiana hablando con una voz fingida, y si esta persona intenta quitarle la
máscara para saber quién es la persona que usa el disfraz, el monocuco le pega
con una vara de totumo.

Las Negritas Puloy

Surgió como disfraz individual en la década de 1960, y estaba inspirado en una


publicidad de un detergente venezolano de nombre Puloy. Para los años 1970, este
traje y danza ya había desaparecido. En 1983, Natividad López de Altamar y su
nuera Isabel Muñoz Vásquez deciden rescatar esta danza creando la comparsa de
"Las Negritas Puloy del barrio Montecristo”. Generalmente es usado por mujeres,
sin embargo también hay hombres que lo usan, algunos miembros de la comunidad
LGBTI.

Originalmente, a las negritas puloy no les veían el rostro porque usaban una
máscara que le cubría toda la cabeza. Era de tela y tenía pintados los labios de
color rojo y unos grandes ojos. El traje de blusa y falda era rojo con puntos blanco
pequeños y se ponía sobre unas licras negras para las piernas y para los brazos.
Actualmente se visten con una trusa manga larga en licra negra que simula la piel,
un vestido corto y coqueto en tela de bolitas blancas y fondo rojo, medias veladas
negras, zapatos de tacones, collares y candongas de colores negro, blanco y rojo.
Llevan un lazo elaborado con la misma tela del vestido y una peluca tipo afro de
color negra. El traje antiguo, sin embargo no ha desaparecido del todo, puesto que
muchos miembros de la comunidad trans continúan utilizando la máscara para
ocultar la identidad.
Son de Negro.

Es una danza con marcada influencia africana que recoge el sentir de los pueblos
apostados en las orillas del Canal del Dique, entre los departamentos de Atlántico
y Bolívar, lugar en el que tiene un enorme arraigo. Es una de las expresiones
ancestrales que llegó hace muchos años al Carnaval de Barranquilla, gracias a los
grupos de pueblos como Santa Lucía, Arenales, Malagana, Soplaviento, entre otros,
que decidieron mostrar más allá de las plazas y calles de sus municipios la riqueza
de su folclor.

La coreografía de esta danza es una burla de los esclavos negros hacia los amos.
Los hombres llevan el torso descubierto y el rostro marcado con pintura negra.
Además la boca y la lengua son realzadas con colorante rojo. Generalmente tienen
sombreros adornados con flores o papeles de diferentes colores, collares y un
bastón. Cuando bailan suelen hacer muecas divertidas y exageradas con su rostro.
Tradicionalmente era interpretada por hombres y uno de ellos hacia las veces de
mujer, quien era llamada Guillermina. Al momento de la danza, el movimiento se
caracteriza por ser fuerte y rápido, propio de la herencia africana, el de los hombres
se asemeja a convulsiones con expresiones de rígidas mientras las mujeres
mueven las caderas.

Las letanías del carnaval de Barranquilla

Son versos sencillos de característica entonación de rezo católico con los cuales
se satirizan, ventilan, critican y se hace burla de temas y personajes de la
actualidad local, nacional e internacional durante la celebración.

Las letanías del Carnaval de Barranquilla son una parodia o contraposición a las
oraciones católicas con que se invocan a Jesucristo, a la Virgen o a los Santos
como mediadores.

Las letanías constan de dos partes. La primera es el rezo que consta de cuatro
versos, y es entonado por solo uno de los integrantes del grupo de letanías. Cuando
este termina, viene el coro y lanza una sentencia de 2 versos.

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