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Advertencias Ambientales, 19 04 20
Advertencias Ambientales, 19 04 20
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Para evitar, sin duda, la trampa de las puertas giratorias mediante las cuales, los responsables
empresariales de las técnicas agroindustriales que han devastado la tierra, han sido designados, al renunciar a
sus puestos empresariales, en puestos gubernamentales (y viceversa) aprobando desde la función pública los
mismos productos, tóxicos, que habían pergeñado en el ámbito privado. Epítome de ese fenómeno ha sido
Monsanto, en EE.UU.
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Alude al último eslabón tecnológico alcanzado en el empleo y recursos de los celulares, que han sido
precedidos por sucesivos avances, 2G, 3G, 3,5 G, 4 G, cada vez con más dispositivos al alcance de sus
usuarios… y mayor irradiación.
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determinada, se tendrá que contar con que los mensajes no se topen con obstáculos. Y la única
forma de esquivar los muchos obstáculos siempre existentes tiene que ser que las emisiones se
disparen desde los ángulos más diversos y múltiples para asegurar éxito en la transmisión.
Donde hasta ahora se podía hablar de decenas de antenas en un radio reducido, digamos de
pocas hectáreas, tendremos que hablar ahora, tendremos que erigir un “bosque” de miles de
antenas.
Esa multiplicidad extraordinaria de mensajes, esa metástasis comunicacional, es la que
preocupa a los firmantes del llamado contra la implantación de 5G.
No deja de ser penoso que Uruguay acepte alegremente el papel de conejillo de Indias para
este nuevo avance tecnológico.
Interpela nuestro colonialismo mental. Nuestra confianza panglossiana. De que estamos
dispuestos a sacrificar un poco más todavía, nuestra maltrecha naturaleza.
Que ya ha perdido microfauna en cantidades de catástrofe, amén de nuestra crisis con el
agua.
Los biólogos, investigadores y médicos firmantes del llamado contra la instauración de las redes 5G
cometen un error, empero.
En un momento de su Llamado exhortando a tomar medidas para reducir la exposición
electromagnética sobre jóvenes y niños que tienen riesgo mayor para contraer gliomas
recomiendan la aplicación del principio precautoria ALARA (As Low as Reasonable Achievable; Tan
bajo como razonablemente se pueda alcanzar).
Ignoran los firmantes que este “principio” no merece ese nombre. Puesto que su fundamento
es pragmático, no principista. Su propia enunciación nos lo dice. ALARA se reduce a pedir a las
industrias que tengan cuidado y hagan el menor daño posible, el menor daño que puedan hacer.
Los consorcios y las oficinas regulatorias públicas agradecen la recomendación… y siguen adelante,
con sus propias pautas de seguridad.
Si observamos históricamente esa aplicación, ni los consorcios transnacionales ni las
instancias regulatorias estatales han logrado torcer el rumbo de los tecnodesarrollos que afectan la
salud ambiental. A lo sumo, ha bajado el ritmo, la aceleración, pero el sentido del proceso no ha
cambiado un ápice: sigue el calentamiento global, sin pausa, sigue la extinción de especies, desde
las mamíferas silvestres hasta los grandes animales marinos, sigue la merma generalizada de
biodiversidad, sigue el desmonte arruinando ecosistemas, sigue la plastificación de mares y suelos,
sigue la destrucción de la capa de ozono, sigue la proliferación de enfermedades producidas por
contaminación ambiental..
Es cierto que se logran, permanentemente, respuestas, contraofensivas que permiten a los
humanos defenderse mejor ante tales desarrollos, pero siempre “corriendo de atrás”.
¿Qué imaginan nuestros positivistas tecnocientíficos? ¿Que gozaremos de triplicar alergias,
cuadruplicar cánceres, quintuplicar deformaciones congénitas, porque tendremos siempre un
celular a mano para comunicar eso o cualquier otra novedad y que presentizando nuestras vidas,
desprendiéndonos de toda temporalidad, viviendo al instante, seremos mejores, estaremos mejor?
En rigor, cuando apelamos a ALARA, es porque ya estamos vencidos.
Ante un desarrollo tecnológico que ofreciendo una nueva ventaja, una comodidad, y porte
consigo una contaminación nueva o acrecentada, una secuela que siempre tardíamente se percibe
como inesperadamente gravosa, no conocemos de algún rechazo.
El daño es cada vez mayor aun cuando las ventajas y mejoras a su vez eleven y mejoren
calidades y cantidades de vida.
¿El proceso de contaminación progresivamente acelerado podrá romper el equilibrio que hasta
ahora nos ha resultado, aparentemente, ganancioso?
Estamos mejor y peor al mismo tiempo. ¿Qué hay que esperar? Como diría Thunberg: “No
quiero que tengas esperanzas, quiero que entres en pánico […] y quiero que actúes.”
En lugar de ALARA, los que consideramos que el planeta se está arruinando por razones
antropogénicas, debemos elegir entre ventajas materiales y comodidad… o la salud planetaria.