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Test de Inteligencia Emocional
Test de Inteligencia Emocional
Las definiciones populares de inteligencia hacen hincapié en los aspectos cognitivos, tales como la
memoria y la capacidad para resolver cognitivos, sin embargo Edward L. Thorndike, en 1920,
utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras
personas.1 En 1940, David Wechsler describió la influencia de factores no intelectivos sobre el
comportamiento inteligente y sostuvo, además, que los test de inteligencia no serían completos
hasta que no se pudieran describir adecuadamente estos factores.2
Desafortunadamente, el trabajo de estos autores pasó desapercibido durante mucho tiempo hasta
que, en 1983, Howard Gardner, en su libro Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica,3
introdujo la idea de que los indicadores de inteligencia, como el cociente intelectual, no explican
plenamente la capacidad cognitiva, porque no tienen en cuenta ni la “inteligencia interpersonal”
(la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) ni la
“inteligencia intrapersonal” (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los
sentimientos, temores y motivaciones propios).
El primer uso del término inteligencia emocional generalmente es atribuido a Wayne Payen, citado
en su tesis doctoral Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional
(1985).5 Sin embargo, esta expresión ya había aparecido antes en textos de Beldoch (1964) ,6 y
Leuner (1966).7 Stanley Greenspan también propuso un modelo de inteligencia emocional en
1989, al igual que Peter Salovey y John D. Mayer.8
El éxito de ventas del libro de Goleman aumentó la difusión popular del término inteligencia
emocional hasta límites insospechados, haciéndose muy popular en forma de artículos en
periódicos y revistas, tiras cómicas, 10 programas educativos, cursos de formación para empresas,
juguetes, 11 o resúmenes divulgativos de los propios libros de Goleman.
Quice conocer acerca de mi nivel de inteligencia emocional, entonces realicé un test que encontré
en la web a continuación describo lo sucedido
La IE es una herramienta que abarca todas las áreas de la vida. Tiene diversas funciones prácticas
que son útiles para diferentes áreas fundamentales de nuestra vida:
Nos permite un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las personas, tanto en el área
afectiva-familiar, como en la social y laboral-profesional. En este último apartado, una alta IE es
sinónimo de llevar a un nivel óptimo la relación entre las personas: determina qué tipo de relación
mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o
con nuestros compañeros (trabajo en equipo). Las emociones determinan cómo respondemos,
nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo.
Un alta IE implica tener facilidad para tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los
sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo,
acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, lo cual
nos brindará más posibilidades de desarrollo personal.
Las personas que poseen una elevada IE suelen ser socialmente equilibradas, extravertidas,
alegres, poco predispuestas a la timidez y a darle vueltas a sus preocupaciones. Demuestran estar
dotadas de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, suelen
adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida, son afables y cariñosas en sus
relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada, se sienten a gusto consigo mismas, con sus
semejantes y con el entorno social en el que viven, además tienen visión positiva de ellas mismas y
superan mucho antes y mejor los reveses de la vida.
Hemos preparado este test que evalúa la Inteligencia Emocional en las personas para que puedas
evaluar con toda fiabilidad cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles en este sentido. El
test evalúa cinco categorías básicas:
Responde a todas las preguntas con sinceridad. Si en alguna pregunta crees que no hay ninguna
respuesta que corresponda exactamente con tu comportamiento, escoge la más parecida. Este
test sólo ofrece orientación y carece de valor diagnóstico.
Delante de los hijos, los padres, en relación con sus propios errores deben:
Ocultarlos.
Reconocerlos.
No reconocerlos claramente, pero admitir que los adultos también cometen errores.
7. Mi conciencia:
No es algo que me quite el sueño, espero que sean los demás que las expresen abiertamente.
Generalmente sintonizo muy bien con las emociones de los que me rodean.
Normalmente es estable.
Pienso que he tenido un mal día y que en otra ocasión lo haré mejor, no le doy más vueltas.
Sopeso si ha sido por mi culpa o no, sólo me siento culpable si veo claro que soy responsable.
Me mantengo al margen, lo hago y ya está, pero seguramente no me saldrá del todo bien.
Crees que detrás de la mayoría de las críticas se esconde una mala intención.
Acudes a alguien y le cuentas lo que te ocurre, pero esperas a que él se ofrezca a ayudarte.
No sueles pedir ayuda, te cuesta pedir favores y expresar abiertamente lo que necesitas.
No me afectan en exceso.
Me afectan mucho.
Prefiero pasar desapercibido/a con, pues soy muy sensible a los comentarios ajenos.
Saco todo mi potencial para superarlas, aunque luego me venga algo de "bajón".
Las dificultades son un reto en la vida para crecer y hay que seguir.
Sólo a veces.
Casi siempre actúo rápidamente y no pienso las cosas tanto como debería.
26. Estás con un grupo de amigos y empiezan a hacer bromas sobre ti:
No te gusta que tomen tus cosas en broma, pero les haces ver que no te afecta.
27. En tu nuevo trabajo te das cuenta que tus compañeros no cuentan contigo para ir a tomar
algo con ellos:
Piensas que pueden estar ofendidos contigo por algo que hayas hecho mal.
Soy una persona que me entusiasmo por las cosas con facilidad.
29. En tu trabajo se incorpora un compañero que tiene fama de aprovecharse de los demás:
31. Le doy muchas vueltas a las cosas, incluso a temas sin importancia.
Sí, a menudo.
Sí, es cierto.
No, no me cuesta.
Sólo a veces.
34. Lo que los demás piensan de mí:
No me interesa en absoluto.
Sólo me interesa la opinión de las personas muy cercanas a mi (familia y amigos íntimos).
Sí, a menudo.
Sólo a veces.
37. Pienso que tres de las principales cualidades que se debe inculcar a los hijos:
Pido consejo continuamente a gente de mí alrededor, pues no acabo de confiar en mis propias
decisiones.
Sí, es cierto.
No, no es cierto.
40. Hago lo posible para complacer a los demás, incluso a quienes no me gustan.
Sí, es cierto.
No, no es cierto.
Sí, a menudo.
Sólo a veces.
Eso es que no les gusto, que no contesté lo que debía ni me comporté como hubiera sido
deseable.
Quizás todavía no han tomado una decisión, de todas formas sólo es un trabajo, encontraré otro.
A menudo me superan.
Autoconocimiento.
Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan. En muy importante
conocer el modo en el que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles
son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles. Nos sorprenderíamos al saber cuan poco
sabemos de nosotros mismos. En este concepto encontramos la clave de la Inteligencia Emocional,
ya que el buen conocimiento de nuestras propias emociones, justo en el momento en que están
ocurriendo, hará que podamos controlarlas, evitando de este modo que quedemos a su merced,
es decir, gracias a este autoconocimiento emocional nos encaminamos a otro elemento esencial
que es la capacidad de desembarazarse de los estados de ánimo negativos.
Tu puntuación en esta área es de 7, que se encuentra dentro del rango bajo (0-7)
Has obtenido una puntuación bastante baja en este apartado, de lo que se desprende que eres
una persona "atrapada" en tus propias emociones. No percibes siempre correctamente las
diferencias entre las emociones. Puede que en situaciones de gran estrés no distingas entre la ira y
el miedo. Esto implica que además careces de empatía (la capacidad de entender las emociones de
los demás), ya que al no reconocer e identificar las tuyas propias, tampoco lo puedes hacer de
forma acertada con las ajenas.
Autocontrol emocional (o autorregulación).
El autocontrol emocional nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento. Es
saber reconocer qué es pasajero en una crisis y qué perdura. Es posible que nos enfademos con
nuestra pareja, pero si nos dejásemos siempre llevar por el calor del momento estaríamos
continuamente actuando irresponsablemente y luego pidiendo perdón por ello. ¿Quién no ha
estado alguna vez enfadado? Seguramente todos habéis sentido en algún momento esta emoción
porque razones para estar enfadados siempre hay, aunque ya veremos que éstas pocas veces son
buenas.
Tu puntuación en esta área es de 10, que se encuentra dentro del rango bajo (0-10)
Las personas que no poseen esta habilidad demasiado desarrollada, como es tu caso, caen a
menudo en estados de inseguridad, mientras que los que tienen un buen control emocional
tienden a recuperarse más rápidamente de los contratiempos de la vida.
El enfado parece ser el estado de ánimo más persistente y difícil de controlar, ya que nuestros
pensamientos internos nos van a dar siempre una variedad de argumentos convincentes para
justificar el hecho de poder descargar este enojo sobre alguien. Piensa que cuantas más vueltas le
demos a aquello que ha suscitado nuestro enfado, más razones y justificaciones encontraremos
para seguir enfadados.
Otra de las emociones negativas que deberías controlar mejor es la tristeza, aunque no debemos
olvidar que este estado de ánimo, al igual que cualquier otro, tiene sus facetas positivas, siempre y
cuando no se convierta en un estado que interfiere con su vida. Así, por ejemplo, ante una pérdida
irreparable, la tristeza nos aporta un refugio reflexivo que nos lleva a un período de retiro y de
duelo necesarios para asimilar nuestra pérdida, ayudándonos a restablecernos y seguir adelante.
Si como decíamos, esto se convierte en una obsesión para ti, la preocupación por aquello que nos
deprime sólo servirá para que se agudice y prolongue más esta depresión. Hay estudios que
demuestran que las personas deprimidas, tras un hecho traumático, incrementan sus
pensamientos negativos, al contrario que los no depresivos. De modo que una de las cosas que
tendremos que hacer también en este caso será la distracción, para poner fin a estos
pensamientos.
Significa saber dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar
nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos. En esto es necesaria cierta dosis de
optimismo e iniciativa, de forma que seamos emprendedores y actuemos de forma positiva ante
los contratiempos.
Tu puntuación en esta área es de 9, que se encuentra dentro del rango bajo (0-10)
Has obtenido una puntuación algo baja en este apartado. Debes saber que un aspecto esencial si
queremos lograr nuestro objetivo es no fijar nuestra atención en los obstáculos, sino en cómo
superarlos. De nada nos sirve una mente inteligente si antes el primer obstáculo nos
derrumbamos porque las cosas no van como desearíamos que fuesen.
Si nos paramos a pensar en la ansiedad o preocupación nos encontramos con una paradoja: la
misma excitación e interés para hacer bien un examen motiva a algunos estudiantes a prepararse
y estudiar para la ocasión, a la vez que puede sabotear a otros (en este caso el nivel de excitación
o ansiedad estará interfiriendo con su pensamiento).
Debemos ser cautelosos con esto, porque puede llegar a producirse una profecía auto cumplida,
es decir, cuanto más preocupados estemos por suspender un examen, más interferirá esta
preocupación con nuestro pensamiento, haciendo que seamos menos capaces de pensar con
claridad y buscar la opción correcta (es lo que pasa cuando vas a hacer un examen y justo antes de
repartirlo te quedas en blanco, en este momento tu nivel de ansiedad está interfiriendo con el
perfecto funcionamiento de tu pensamiento).
Las relaciones sociales se basan muchas veces en saber interpretar las señales que los demás
emiten de forma inconsciente y que a menudo son no verbales. El reconocer las emociones ajenas,
aquello que los demás sienten y que se puede expresar por la expresión de la cara, por un gesto,
por una mala contestación, nos puede ayudar a establecer lazos más reales y duraderos con las
personas de nuestro entorno. No en vano, el reconocer las emociones ajenas es el primer paso
para entenderlas e identificarnos con ellas.
Tu puntuación en esta área es de 7, que se encuentra dentro del rango medio (4-9)
Eres una persona con una buena capacidad para empatizar con los demás. La empatía es una
característica personal que nos permite saber lo que sienten los demás y cuya clave está en captar
los mensajes no verbales (así, por un lado tenemos que la mente racional se transmite a través de
las palabras y, por otro, que la mente emocional se transmite a través del lenguaje no verbal).
Algunos estudios han demostrado que lo que nos está realmente influyendo cuando recibimos un
mensaje no es tanto el qué se transmite (el contenido del mensaje), sino el cómo se está
transmitiendo (la forma de hacerlo), ya que es aquí, en el cómo, donde se perciben el tono de voz,
timbre, gestos... que se captan de una forma inconsciente (seguramente alguna vez habéis dicho
eso de "no sé por qué, pero ha habido algo que no me ha gustado"; en este ejemplo vemos
claramente que de una forma inconsciente hemos percibido algo en el tono de voz o en los gestos
del interlocutor que nos estaba haciendo sentir mal).
La empatía exige la calma y un grado de receptividad suficiente para que las señales emitidas por
los sentimientos de otras personas puedan ser captadas y reproducidas por nuestro propio
cerebro emocional. Esto explica el hecho de que ante una situación violenta, de enfado por
ejemplo, en la que el cerebro emocional no se controla, casi no te es posible la empatía y acabas
pensando en lo que realmente te interesa a ti mismo, pero esto entra todo dentro de la
normalidad.
Cualquiera puede darse cuenta de que una buena relación con los demás es una de las cosas más
importantes para nuestras vidas y para nuestro trabajo. Y no sólo tratar a los que nos parecen
simpáticos, a nuestros, amigos, a nuestra familia, sino saber tratar también exitosamente con
aquellos que están en una posición superior, con nuestros jefes, con nuestros enemigos...
Tu puntuación en esta área es de 13, que se encuentra dentro del rango medio (10-22)
Sin ser un líder nato, eres una persona muy bien aceptada socialmente. Sabes gestionar tus
intereses incluso frente a situaciones y personalidades difíciles. Además eres una persona
prudente cuando es necesario e intentas detectar las fuentes de conflictos potenciales para
conseguir no romper la armonía del equipo.
Al relacionarnos con los demás estamos emitiendo señales emocionales que afectan a los que nos
rodean. Muchos nos damos cuenta de que las emociones son "contagiosas", de forma que si
alguien nos contesta de manera airada nos sentiremos enfadados, y si alguien que está feliz se
sienta a nuestro lado y empieza a hablarnos y reír, acabaremos riendo con él. Por suerte tú sabes
controlar bastante bien este proceso.
Así, este arte de relacionarse con los demás es la capacidad de producir sentimientos en los
demás. Esta habilidad es la base en la que se sustenta la popularidad, el liderazgo y la eficiencia
interpersonal. Las personas con esta cualidad son más eficientes en todo lo que dice relación con
la interacción entre individuos, y tú sueles saber moverte bien en estos aspectos.