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Reflexión del Libro “IDENTIDAD Y MISIÓN DEL RELIGIOSO HERMANO EN LA IGLESIA”

Capítulo 1
1
“Y todos vosotros sois hermanos”
Este bello documento que me sugirió y regalo por el hermano Edgar Santos, es sin duda alguna
una lectura providencial en el momento histórico en el que me encuentro del discernimiento de
mi opción ministerial. En el seno de la Orden y de nuestra Provincia, la gracia de “Ser Hermano” y
“Hermano Menor” ha constituido una gran riqueza y una manera concreta en el seguimiento de
Jesucristo.
Vocación que nace en el corazón de nuestra espiritualidad y que ha enriquecido la vida de la
iglesia. En Colombia a través de la presencia de nuestros hermanos de nuestra provincia, las
comunidades pobres en las cuales hemos hecho presencia a lo largo de nuestra vida provincial,
encuentra en el testimonio de los hermanos y en la manera misma de ser iglesia, algo distinto,
único y diferente, lo cual ha hecho que nos hemos ganado el cariño y el afecto de las
comunidades.
Es decir nuestra manera de ser y hacer, ha encontrado eco en la comunidades, porque hemos
logrado a pesar de nuestros aciertos y desaciertos, mostrar y testimoniar la grandeza de ser
hermanos todos y nuestras maneras de evangelizar y relacionarnos han sido trazados por esta
gran riqueza.
A lo largo de este bello documento, en su capítulo 1 se pude descubrir que desde los primeros
siglos del cristianismo, la vida consagrada ha sido prevalentemente laical. Opción, manera y modo
de ser iglesia y se seguir a Jesús, que encuentra en el mismo Jesucristo su motivación y proyección,
esta vocación como reflejo del rostro de la alianza y en comunión constante con el pueblo de Dios.
Este tesoro del Religioso Hermano, acompaña y enriquece la vida de la iglesia desde su naturaleza
y orígenes y ha descubierto su rol y su importancia en el hoy. El religioso hermano está llamado a
realizar su vocación de seguimiento a Jesús, como respuesta a ser:
- Vida Sacramental
- A ser pertenencia al Pueblo de Dios
- A ser integración personal de laicidad y sacralidad
- A ser signo de la presencia de Dios en las realidad seculares
- A ser vida fraternidad en comunidad
- A ser un carisma compartido

Mientras desarrolla el tesoro común, el religioso hermano se siente hermano del pueblo cristiano
y escucha en su interior la llamada del Señor a su Siervo: “Te he elegido como alianza del pueblo”
(Is 42,6). Esta llamada da sentido a todo lo que vive y hace, le convierte en profeta en medio de
sus hermanos y gracias a ella vive su consagración en una comunidad misionera y evangelizadora.2

Fray Duban Sánchez, OFM

1
Cf. Mt 23, 8
2
Cf. IDENTIDAD Y MISIÓN DEL RELIGIOSO HERMANO EN LA IGLESIA - Capítulo 1 – Numeral 10c

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