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Los sueños y las bendiciones de Dios

Isangel Alcántara Falcon

Mar 18, 2019

Familia, Joven, Liderazgo,

Ministerio, Temática

179

Génesis 28

12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo;
y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu
padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

Cada vez que Dios puso su mirada en un hombre siempre fue para bendecirlo.

Un sueño es una visión hacia el futuro de lo que anhelamos tener o alcanzar. En el Antiguo
Testamento cuando Dios le daba un sueño a una persona, él le revelaba sus planes y propósitos
para su vida y la vida de sus generaciones. Los sueños de Dios son tan grandes e ilimitados que
la vida de un solo hombre no es suficiente para cumplirlo, se necesita una generación completa
para llevarlo a cabo. Dios le establecía al hombre un norte hacia dónde ir, le daba instrucciones
de cómo debía llegar a su destino, instrucciones que estaban íntimamente ligadas a los
principios de su palabra. Dios siempre nos muestra el final del trayecto, las bendiciones que nos
perseguirán como consecuencia de haber dicho que si a su propósito divino, pero

nunca nos muestra el proceso por el que debemos pasar para llegar a él y ahí es que muchos de
nosotros nos equivocamos cuando creemos que no hay desiertos para llegar a la tierra
prometida, y en esos desiertos es que nacen los hombres más radicales y guerreros que jamás
hayan existido, hombres con el carácter de Cristo y con gran convicción del Dios a quien le
sirven.

La obediencia a la palabra y al propósito divino son la clave para atraer las bendiciones de Dios.

Muchas personas creen que estar bendecido(a) es solo tener riquezas financieras (esto puede
ser en parte), y la verdad es que hay muchas personas que abundan en riquezas y son más
pobres que una persona que lucha día a día para comer el plato del día, porque la bendición de
Dios depende de la obediencia a su palabra, y una persona que no obedece los principios de la
palabra aunque lo tenga todo terrenalmente hablando, son más pobres que cualquier persona
que no tenga nada en lo terrenal pero que tenga a Jesús en su corazón. Las personas pobres
siempre están tristes, se sienten vacías, no le encuentran sentido a lo que hacen, están
depresivas, no tienen sentido de la vida, y en muchas ocasiones atentan contra su propia vida,
dependen de los diagnósticos de los hombres, no salen de una enfermedad ni de las deudas,
entre otras cosas.

Cuando Jacob tuvo el sueño, Dios le revelo sus planes para él y para sus generaciones, aquí
vemos la gran importancia de conocer el propósito de Dios, porque la bendición que carga tu
propósito no solo transformara tu vida, sino también la vida de tus generaciones y las naciones
a donde Dios te envíe.

Cuando José estaba viviendo la materialización del sueño de Dios, a parte de su familia, toda
una nación entera (Egipto) estaba siendo bendecida, porque un solo hombre con temor de Dios
había llegado al poder a gobernar Proverbios 29:2 .

Una persona que no tiene sueños ni conoce su propósito en Dios es una persona carente de
sentido de vida.

Una persona que no tiene sueños es una persona que no sabe el por qué luchar. Un sueño es la
razón por la cual nos esforzamos por dar lo mejor cada mañana. Un sueño es lo único que
despierta el espíritu guerrero que hay dentro de nosotros. Un sueño nos cambia el lenguaje,
nos lleva a tomar decisiones. Un sueño es lo que afirma nuestra identidad y nuestro llamado.
Un sueño es la razón por la cual José pasó de ser un simple sirviente a ser el gobernador de
toda una nación. Cada sueño que Dios nos da conlleva tres cosas: tiempo, sacrificio y
perseverancia. Muchas personas llevan años esperando la promesa de Dios cumplirse sobre su
vida, déjame decirte que su cumplimiento está más cerca que lo que esperas.

Busquemos en intimidad el propósito de Dios para nuestra vida. Es imposible conocer el


propósito si no tenemos hambre por conocer a Dios ni servirle a él. Cuando Dios ve un corazón
dispuesto y disponible para hacer su voluntad, es irresistible para él revelarle sus planes y
propósitos para su vida. No dejes que satanás entierre tus sueños formando una mentalidad de
derrota, de conformismo, y de desesperanza.

Dios no bendice al hombre, Dios bendice el propósito de él en la vida del hombre. Conoce tu
propósito y verás el surgimiento de grandes bendiciones sobre tu vida.

Oración: Señor te doy gracias por tu amor y tu bondad, gracias por enseñarme la máxima
prioridad que es conocerte más, para llevar a cabo el propósito por el cual estoy aquí en la
tierra. Te pido que reveles tu propósito a mi vida para que mi nacimiento no sea en vano en
esta tierra, enséñame a escuchar tu voz y pon en mí un corazón obediente para cumplir con
cada uno de tus principios. Pon en mí esa hambre por conocerte más cada día, y para servirte
con todo mi corazón, todo esto te lo pido en el nombre de Jesús, amen.

Dios nunca llega tarde


Isangel Alcántara Falcon
Oct 16, 2018
Joven, Liderazgo, Ministerio,
Reflexiones, Temática
1,693
2 Pedro 3:8-9 … Más, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil
años, y mil años como un día.

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente
para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento.

Las promesas de Dios no dependen de nuestras circunstancias presentes, por eso, en los
momentos más difíciles, es ahí donde Dios quiere cumplir su promesa sobre tu vida, para que la
gloria sea de él y no de los hombres.

Todos en alguna etapa de nuestra vida hemos pasado por la temporada del silencio. Hemos
sentido como que Dios se ha olvidado de nosotros, que no vemos respuestas a nuestras
oraciones ni a nuestras situaciones adversas. Clamamos y clamamos pero es como si Dios ha
cerrado sus oídos para no escucharnos, y en ese momento sentimos como que la derrota se ha
vuelto una realidad sobre nuestra vida. Quizás por mucho tiempo le has pedido una pareja a
Dios, quizás un negocio, un buen trabajo, la conversión de tu familia, la restauración del
matrimonio de tus padres, mejores calificaciones en la escuela, y mientras más oras, menos
respuestas circunstancial recibes,

porque Dios te quiere enseñar que su poder es más grande que las circunstancias adversas que
le quieren hacer la contra a tu fe.

Lo que para el hombre es un obstáculo para Dios es una plataforma para manifestar su poder.
La palabra nos enseña que cuando el pueblo de Israel fue libre de la esclavitud de Egipto
huyeron por el desierto en camino a la tierra prometida, hasta encontrarse con el Mar rojo
quien le impedía seguir su trayecto. Ellos pensaron que iban a morir sin ver la promesa de Dios
cumplirse sobre su vida, que fue una locura lo que había dicho Dios por boca de Moisés, ya que
la situación presente los obligaba a creer lo contrario a lo establecido por Dios (No dejes que las
situaciones presentes te hagan creer lo contrario a lo establecido por Dios). Entonces Dios le dijo
a Moisés: extiende tu mano sobre el mar y divídelo, y el mar se abrió en dos para que el pueblo
de Israel pasara en seco al otro lado y destruir en el lugar del milagro a todo un ejército
enemigo.

Una vez más Dios nos enseña que no hay nada imposible para él, que para lo que el hombre es
un obstáculo para Dios es una plataforma para manifestar su poder. Lo que no sabemos es que
en ese preciso momento nuestra fe está siendo probada para dar a conocer si le creemos a Dios
por lo que vemos o le creemos a Dios por nuestras convicciones. La palabra de Dios nos enseña
que debemos vivir por fe y no por vista 2 corintios 5:7 , porque Dios sabe que su poder no
depende de las circunstancias a nuestro alrededor sino de su voluntad en momentos
determinados. En pocas palabras,

podemos estar viviendo el peor momento de nuestra vida, y Dios es y seguirá siendo Dios, y en
su soberanía, hace las cosas según su voluntad.

Orar con fe es clamar sin importar los vientos contrarios que estén golpeando nuestra barca, si
los vientos arrecian, estas apunto de recibir respuesta a tu oración.

Muchos de nosotros hemos enterrado nuestros talentos, nuestros sueños, nuestros anhelos,
porque las situaciones adversas nos han hecho entender que Dios se ha olvidado de nosotros,
sin saber, que aun en la más densa oscuridad, la luz del día está apunto de resplandecer.

Debemos entender que el tiempo de Dios y el tiempo del hombre son dos tiempos totalmente
diferentes, lo que para el hombre son mil años, para Dios es un día, y para lo que el hombre es
un día, para Dios es mil años 2 Pedro 3:8 , pero debemos estar seguros, que lo que Dios nos
prometió, no hay principado, ni potestad, en los cielos, ni en la tierra que pueda detener el
cumplimiento de sus promesas sobre nuestras vidas.

Nuestra fe es lo único que le pone demanda al cumplimiento de las promesas de Dios en


nuestras vidas.

El padre de la fe (Abraham), tuvo que esperar veinte y cinco años para ver la promesa de Dios
cumplirse sobre su vida. Él pudo hacer dicho en ese trayecto de tiempo, que Dios había
enloquecido en lo que le había prometido, y en el momento naturalmente hablando menos
indicado, Abraham pudo ver la promesa de Dios hecha una realidad sobre su vida. Muchas
veces nuestras circunstancias presentes quieren hacernos dudar de las promesas de Dios para
nuestras vidas, porque no hemos entendido que las circunstancias presentes van en cambios
constantes, lo que nunca cambia es la verdad de Dios.
Dios nunca se demora en sus promesas, Dios siempre llega justo a tiempo. Dios no depende de
tus circunstancias adversas, tus circunstancias adversas dependen de Dios.

Oración: Señor te doy gracias por tu amor y tu bondad. Gracias por ser mi Dios, entendiendo
con esto que para tí no hay nada imposible. Perdóname por las veces que he dudado de tus
promesas, por las veces que me he dado por vencido a lo que me has prometido, te pido que
restaures mi fe a través de un encuentro contigo, crea en mí el hábito de leer tu palabra todos
los días para que mi fe se fortalezca día a día. Hoy me levanto con una nueva percepción de la
oración y de las situaciones adversas, creyendo que tu oh Dios, tiene el poder para hacer lo
imposible posible, todo te lo pido en el nombre de Jesús.

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