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Moderno herrete gringo propone Uribe para marcar a

los trabajadores colombianos


(Artículo publicado en Lazos de Unidad (Cut Antioquia), Septiembre del 2006

Carlos Arturo Cadavid V.(*)


carloscadavid@hotmail.com

La primera semana de mayo pasado, varios articulistas de importantes diarios


colombianos criticaron acerbamente la noticia de que el presidente Uribe había hablado
sobre la posibilidad de implantarles a los colombianos que viajan a Estados Unidos un
microchip mediante una vacuna, con el fin de controlar su permanencia ilegal, y
manifestaron su inconformidad por la vulneración de derechos fundamentales que dicha
inoculación acarrearía a las personas seleccionadas. 1

Tras ser consultado, el presidente Uribe eludió las preguntas de los periodistas pero el
incidente quedó registrado en el diario de un senador norteamericano, Alen Specter,
presidente del Comité Judicial del Congreso de E.U., en uno de cuyos aparte dice: “El
Presidente (Uribe) dijo que consideraría implantar microchips en los cuerpos de los
trabajadores colombianos antes de ingresar a Estados Unidos”. 2

El implante en cuestión consiste en una pequeñísima cápsula provista de información


binaria única, la cual se inyecta en el cuerpo humano y transmite a un receptor el código
de identificación asignado al usuario, médicamente puede contener los datos cruciales de
la persona para ser usados en caso de emergencia. No se trata de una novedad, la
ciencia y la tecnología han avanzado significativamente en la miniaturización de
componentes electrónicos hasta límites insospechados. El inconveniente radica en la
destinación que se le asigna para vigilar y controlar las actividades de una persona y la
obligatoriedad de su uso con clara violación de derechos fundamentales elementales,
convirtiéndose el sencillo e inocente adminículo en un medio de punición preventiva
generalizada, que somete a los usuarios comunes y corrientes, léase trabajadores
emigrantes, a registrarse en fechas prescritas en los lugares destinados a ello.

Se estaría así juzgando no la comisión de un delito señalado en un código con antelación


sino la condición de inmigrante de un ser humano, que es “herrado” para que la sociedad
representada por el poder administrativo sepa a quien tiene vigilado y quién puede ser un
eventual transgresor de sus normas, porque “…el poder de juzgar ha sido transferido, por
una parte, a otras instancias que los jueces de la infracción. La operación penal entera se
ha cargado de elementos y de personas extrajurídicos.” 3. Aún así este microcomponente
no se note visualmente y singularice una forma de ”sobriedad punitiva”, al decir de
Foucault, no deja de ser una medida ajena a la voluntad del receptor e interferirle y

1
El Espectador, 7 mayo de 2006, Sin más que agregar, Jorge Leyva Valenzuela; „Chips-citos‟
Alfredo Molano Bravo; 1984, 30 años después, Alejandro Gaviria.
2
El Tiempo (versión digital) Mayo 5 de 2006.
3
Foucault, Michel. Vigilar y Castigar: nacimiento de la prisión. Siglo Veintiuno Editores de
Colombia, Ltda., Bogotá, Colombia, Pág 29
1
limitarle sus derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la circulación, a la
tranquilidad, es decir, se constriñe su libertad y su intimidad. Ateniéndonos a que de su
introducción inmediata no se desprende un peligro inminente para la vida y la salud del
ciudadano en términos materiales, su introducción en su epidermis sí representa una
grave amenaza para su integridad sicológica, que es otro importantísimo derecho
fundamental constitucional vapuleado al sentirse constantemente vigilado y forzado, so
pena de sanciones penales y disciplinarias directas, si, por ejemplo, la persona receptora
olvida reportarse.

No obstante, la intervención de la epidermis y compulsión muscular para colocar un


microchip adecuadamente representa un acto invasivo de un cuerpo ajeno cuya
compatibilidad no se encuentra garantizada y provoca serias dudas en la comunidad
científica universal por lo que las secuelas en ciernes representan una aflicción no
solicitada.

La comunicación ha sido establecida como un derecho humano esencial y dentro de su


ejercicio se contempla la información que es lo que se conduce o manifiesta a través del
uso de los diferentes medios de almacenamiento y transmisión, los cuales hacen “parte
de la dignidad humana, y como tal está en la base de los demás derechos y debe ser
garantizado por los Estados. Comprende derechos contenidos en instrumentos
internacionales como la Convención Americana de Derechos Humanos y el Pacto de
Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos, tales como el derecho a la libertad de
expresión, la información, la verdad y el derecho de rectificación o respuesta, entre
otros.” 4

Los “chips” señalados transportan y transmiten información relativa a determinada


persona en contra de su expresa voluntad. Los colombianos tenemos derecho a usar los
medios de comunicación e información otorgados por el desarrollo agigantado de la
ciencia y la tecnología, por supuesto, pero cuando lo decidamos libremente y tengamos
acceso seguro y efectivo a los mismos, de lo contrario esta garantía queda truncada, pero
también tenemos derecho a no comunicar la información que consideremos íntima,
personal, propia, familiar, vergonzante o simplemente por que no nos da la bendita gana
de compartirla.

Décadas ha que ya existen inventos tecnológicos encaminados a proteger a las personas


con objetivos de bienestar e integridad, como las pulseras de monitoreo permanente de
las condiciones de salud de un paciente que transmiten datos por radio frecuencia o más
recientemente como la aparición de morrales “inteligentes” para saber la ubicación de los
escolares en algunas ciudades de Japón o como un “chip” que permite que las personas
secuestradas puedan ser encontradas en caso de un plagio 5, elementos éstos que
funcionan a través de la red de Satélites de Posicionamiento Global (GPS).

4
Agenda Social sobre el derecho a la comunicación, documento de trabajo. Tema 5. Campaña
Cris por el derecho a la comunicación. Editado por Planeta Paz y Ministerio de la Cultura, Bogotá,
Noviembre del 2003.
5
Colombia: Bienvenido un Chip Antisecuestros, Sandra Ardila, artículo digital publicado en
CONTACTO Magazine, el 10 de abril de 2002. Dato obtenido de Internet
2
Sistemas similares de marcación personal están siendo usados en prisiones
norteamericanas desde hace lustros: manijas o pulseras con señales intermitentes para
los prisioneros en libertad condicional, a guisa de muestra.

Los no tan nuevos microprocesadores de identificación por radiofrecuencia, han


encontrado uso en una amplia gama de aplicaciones, desde tiquetes de peajes y cajeros
electrónicos en las tiendas al detalle, hasta los que hoy en día están próximos a tomar su
residencia dentro del cuerpo humano en forma masiva y no ya experimental.

Como negocio de gran futuro para grandes multinacionales e intermediarios locales, estos
inventos tienen y tendrán enorme demanda, por lo que cabe cuestionar si en realidad
tienen fines transparentemente terapéuticos o preventivos de la criminalidad, pues lo que
importa en definitiva son los resultados económicos que se generen de su
comercialización y para ello deben garantizar, gobiernos y multinacionales, campañas de
mercadeo y adquisición, que serían inútiles sino crearan aparejada su imperiosa
necesidad.

Una fábrica en Florida, “Soluciones y Aplicaciones Digitales” (Palm Beach, Fla), hace rato
creó “un chip compatible con el tejido humano, apto según sus promotores para implantar
con los marcapasos, defibrilatores y las junturas artificiales. El Grupo, también lo
promociona para inyectar códigos de barras, mediante una jeringuilla, en aplicaciones de
seguridad y vigilancia dentro del cuerpo humano. El ingenio llamado VeriChip abre
amplias perspectivas en el mercado americano. Sus fabricantes prevén unos 900 millones
de dólares de ventas al año, si la sociedad acepta la idea de emplear los microchips en la
identificación de las personas. Los ejecutivos de “Aplicaciones Digitales” proyectan incluso
ampliar sus suministros hasta el mercado mundial, estimando que tales chips
implantables podrían alcanzar ventas de unos 70 billones de dólares/año.” 6 Y así existen
numerosas empresas interesadas en estos desarrollos en virtud de los beneficios que les
depararía su explotación y comercialización.

Inclusive el gigante de los programas de computador, Microsoft, no podía faltar y según


una publicación digital, “ha conseguido los derechos exclusivos sobre el empleo del
cuerpo humano para actuar como la red de un ordenador. Hace dos semanas, a la
empresa se le concedió la patente estadounidense 6.754.472, bajo el título de «Método y
aparatos para transmitir energía y datos utilizando el cuerpo humano».” 7

En sí misma la tecnología no tiene sello de clase y debe considerarse patrimonio universal


para objetivos benéficos con base en el respeto a la dignidad humana, pero hasta hoy los
centros de poder en el curso de la historia de las sociedades han aplicado los avances
técnicos respectivos para prevenir delitos, proteger la propiedad privada y controlar a la
población, en suma, reproducir sus abusivos sistemas económicos y políticos, sin
escatimar medios por violentos que fueren o inocuos que parecieren.

6 Ministerio Nacional de Difusión Profética México. Artículo sin título de Charles Murray En:
www.finaldelostiempos.com.mx
7
La informatización del cuerpo humano, Microsoft patenta el uso de nuestro organismo para
transmitir datos. Revista digital El Portal de los Profesionales de la Seguridad. Miércoles, 14 de julio
de 2004. En: http://www.belt.es/noticias/2004/julio/14/informatizacion.htm

3
En América, especialmente en el período de la Colonia, se herraba a los indios usando el
"fierro del Rey" con una C o una R si eran esclavos de guerra o rescate, herraje que era
un procedimiento de legalización de la propiedad de la “pieza” esclava, ante los oficiales
delegatarios del poder real.

En Cartagena, en este nada idílico período de nuestra historia, a los negros se les
marcaba “con un hierro al rojo vivo, con el símbolo de la corona española” y se “les hacía
“dos quemaduras: la primera en la parte superior derecha del pecho y la segunda en el
extremo superior izquierdo de la nalga”, también para controlar su propiedad y sus
movimientos. 8

Hace tiempo que el ganado es marcado en algunos lugares del planeta con “un
transmisor implantable, asociado a un sistema de monitoreo satelital, como el GPS
(Global Positioning System), (que) permite al propietario localizar animales perdidos.” 9

Por eso no deja de ser curiosa la propuesta de Uribe, la cual puede motejarse de
moderno herrete para marcar trabajadores colombianos, pues hace recordar la protesta
simbólica de un artista brasileño contra estos dispositivos digitales, quien el 11 de
noviembre del 2000 en la Casa das Rosas, en Sao Paulo, Brasil, se implantó en su propio
tobillo un microchip conteniendo un número de identificación de nueve caracteres y lo
registró en un banco de datos norteamericano, utilizando a Internet como medio, en
abierta referencia a la forma en que marcaban a los negros con hierro en esa parte del
cuerpo, durante el período de la esclavitud en el Brasil.10

A pesar de la superación de medios de control del pasado, siguen vigentes propuestas


vulneradoras de la dignidad de las personas que coartan caros derechos humanos y que
además buscan obtener enormes ganancias con el uso de sofisticados herretes digitales
como los chips descritos.

Debemos sumarnos a la resistencia que ya varias asociaciones norteamericanas de


derechos civiles han realizado contra lo que consideran un nuevo paso en la invasión de
la intimidad de los trabajadores y repudiar la perversa y retrógrada posición del
mandatario colombiano, porque no se trata de un chiste flojo. 11

(*) Carlos A. Cadavid V., es socio de la Escuela Nacional Sindical, socio del Club del Técnico Electrónico de
Medellín, Investigador y asesor laboral.

8
Eva Durán, Cartagena, la ciudad de las mentiras, Revista casa Tomada No. 7, Cartagena,
Colombia, edición digital en: http://www.casa-tomada.com/Cartagena.htm.
9
Machado, Arlindo, Cuerpos y mentes en expansión, Artículo publicado en El Paisaje Mediático.
Buenos Aires, Libros de Rojas, 2000, pp. 51-58. Dato obtenido de Internet.
10
Ibidem.
11
Polémica en EEUU por la implantación de chips de identificación en trabajadores, Febrero 21 del
2006. Agencia EFE, versión digital del periódico español El Mundo. En: www.elmundo.es
4

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