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Informe de Filosofía del lenguaje

Luz María Bautista


John L. Austin E
“Emisiones realizativas”

La problemática a tratar en esta conferencia, se relaciona con una tendencia que ya venia de
Aristóteles y fue retomada por los positivistas lógicos. Efectivamente, en la historia de la filosofía
es una constante considerar que los mas importante en el lenguaje son las oraciones que pueden
ser verdaderas o falsos. Limitando el análisis del lenguaje a la función de representar y comunicar
información fáctica, dejando de lado las exclamaciones, la expresión de deseo. Esto se denomina
la falacia descriptiva, que consiste en pensar que todos los enunciados permiten describir alguna
situación fáctica. Pero este tipo de emisiones no permiten explicar otras oraciones que tienen que
ver con la acción y dejan de lado otro tipo de oraciones en las que están implicadas creencias,
emociones etc. por ejemplo, cuando se dice “prometo”.

Para no reducir a sinsentidos gran parte de lo que hacemos con el lenguaje, es necesario poner
limites y considerar si el enunciado se reduce a la verificación o si se puede considerar enunciados
aquellos en los que se busca convencer, llamar la atención; es decir, que hay diferentes usos del
leguaje. Aunque hay muchos usos del lenguaje, no se puede usar esto como modo de evadir
problemas filosóficos.

Austin plantea la teoría de los actos de habla e intenta distinguir entre las menciones connotativas
y las realizativas. Aclara que la palabra “realizativa” puede parecer extraña o confusa pero no es
una palabra profunda si no que simplemente hace lo que quiere decir.

El autor se ocupa de un tipo de emisión que parece un enunciado pero no es verdadera o falsa y
tampoco carece de sentido. Para evitar frases problemáticas u oscuras, se recurre a emisiones
claras, con verbos comunes en primera persona singular del tiempo presente. Son emisiones que
al ser dichas realizan efectivamente la acción, no describen o informan acerca de algo. Como en
el caso del bautizar, el prometer o aceptar un compromiso. Estas son las denominadas emisiones
realizativas. Pero un acto como casarse no se reduce a ser solamente decir algunas palabras, sino
que se requieren situaciones y condiciones particulares. Tampoco se puede pensar que la emisión
realizativa es solo el registro externo de un acto espiritual interior. Estas emisiones implican que
algunas cosas o condiciones son verdaderas o falsas (ser soltero, divorciado o viudo).

Las emisiones fracasan o son incapaces en ciertas situaciones que se denominan “infortunios”. La
emisión es desafortunada cuando en un procedimiento se rompen las reglas, por ello Austin va a
examinar esas reglas simples que se dan principalmente en los procedimientos verbales ( sin tener
en cuenta los no verbales) y que se dan según convenciones y siguen y reglas o condiciones. La
primera regla es que para que se de una emisión realizativa debe haber efectivamente una
convención. La segunda es que las circunstancias deben ser apropiadas para el procedimiento, de
lo contrario seria un fallo. Al igual que si los pasos del procedimiento no son llevados a cabo
adecuadamente. En consecuencia, circunstancias, objetos y procedimientos inapropiados hacen
que las emisiones sean fallos o infortunios.

Muchos de estos procedimientos debe ser realizados por ciertas personas y suponen ciertas
intenciones, sentimientos o creencias, de lo contrario, algo no va bien o habría una insinceridad.
También se dan casos de no cumplir con una acción futura con la que se estaba comprometido,
como en el caso de la promesa. Otra situación en la que se dan infortunios es cuando el
procedimiento no es llevado a cabo por la persona designada para ello, caso en el que la
clasificaciones del tipo de infortunio ha de ser difícil. Asimismo se dan malvendidos en la
comprensión o respecto a aquello que es referido.

En este punto, surge la pregunta de cómo es posible distinguir claramente entre las emisiones
realizativas y las que no lo son, si hay un criterio gramatical o una particularidad en los verbos a
los que se recurre. Austin senala que hay una diferencia o asimetría entre los tiempos y personas
de las formas verbales, por ello prometer es algo que se hace en primera persona y en presente, si
el verbo esta en pasado o en tercera persona solo se describe una acción pero no se lleva acabo.

No es posible limitar a estas condiciones gramaticales las emisiones realizativas, ya que se dan
casos en los que se utiliza la voz pasiva con segunda o tercera persona, como en los avisos o
documentos, así como el caso de las ordenes o advertencias que tampoco tienen la forma
gramatical mencionada anteriormente. Austin considera que es posible reducir a dos formulas las
emisiones realizativas, y partiendo de eso, seria posible hacer una lista de verbos que sirvan para
emisiones como valoraciones o veredictos, para comprometerse o ejercer derechos y poderes.
También se distingue entre verbos que son realizativos explícitamente y otros que no; aunque estas
distinciones son en ciertos casos problemáticas y también se da un desarrollo en la sociedades y
las lenguas de manera que los verbos realizativos primarios llegan a convertirse en verbos
realizativos explícitos o no según las necesidades.

Austin considera que no es del todo precisa la distinción entre las emisiones realizativas y las que
describen o informan, en ocasiones hay ambigüedad entre sus usos.

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