Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Carla Riccio
Todo el sistema familiar se ve afectado cuando a uno de sus miembros se los diagnostica una
enfermedad crónica. En este diagnóstico, se dan un conjunto de emociones negativas que
vienen acompañadas de exigencias tales como hacer un cambio en la organización familiar; se
rompe la estabilidad.
Depende de la familia el tiempo que les tome lograr un equilibrio nuevamente. Dependiendo de
la estructura previa al diagnostico la misma puede favorecer, como también contribuir a la
experiencia de estrés.
Adaptación óptima
Adaptaciones disfuncionales
Hay otras adaptaciones que no son favorables para cumplir sus funciones y lograr un equilibrio
entre la estabilidad y el cambio. Esto puede consistir en el exceso de respuesta ante la
enfermedad ya que no logran flexibilidad sino el sometimiento rígido a una pauta de
funcionamiento limitada; no se comparten responsabilidades, ni flexibilizar los roles.
También pueden existir las familias desligadas en las cuales no se les da la atención adecuada al
enfermo. Esto puede consistir en descargar toda la responsabilidad en el propio enfermo o
también que tomen la enfermedad como una rutina más.
Dependiendo de la edad que tiene aquel que contrajo el mal, los efectos van a ser distintos.
La enfermedad de un hijo también afecta la relación de pareja de los progenitores ya que el niño
pasa a ocupar el primer plano y no confían en niñeras que puedan cuidar del mismo. Todo el
tiempo que requiere ocuparse de un niño, puede desgastar la energía y el afecto de la pareja.
Las familias con hijos en edad escolar saben que los mismos entran en contacto con otras
fuentes de autoridad e información aparte de sus padres. Las familias con un hijo de esta edad
que padece una enfermedad desde el nacimiento o temprana edad pueden renunciar a las
funciones de crianza y protección para traspasar esta responsabilidad a “extraños” a quienes no
se ha enseñado como tratar a un niño enfermo.