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Existen una serie de técnicas que pueden reducir el riesgo de lesión seria o

reducen al mínimo el daño causado por las autolesiones. Esta lista no es


exhaustiva (las personas difieren en cuento a las técnicas que les resultan
útiles), de modo que si una no te funciona, prueba con otra:

1. Para e intenta descubrir qué tendría que cambiar para no sentir más el
deseo de dañarte.
2. Cuenta hacia atrás empezando desde el diez.
3. Busca cinco cosas, una para cada sentido, a tu alrededor, para dirigir tu
atención hacia ellas y hacia el presente.
4. Respire lentamente. Inspira profundamente por la nariz y expulsa el aire
por la boca.

Si todavía sientes necesidad de dañarte, intenta lo siguiente:

1. Píntate una línea usando témpera y tus propios dedos en vez de cortarte.
2. Utiliza un saco como los de boxeo para golpear.
3. Haz flexiones rápidas, salta a la comba o cualquier otro tipo de ejercicio
físico intenso.
4. Grita (aunque sea un grito silencioso).
5. Frótate con hielo en la zona donde sientes deseo de lesionarte.
6. Abre cualquier libro al azar y empieza a leer en voz alta (o ten preparado
un libro concreto para estos casos, o un poema o algo que hayas escrito
especialmente para leer en estos momentos). Si profesas alguna religión
puedes recitar una oración.
7. Empuja con fuerza la pared, como si quisieras desplazarla o echarla abajo
(pero sin golpearte, sólo empuja). O bien tira de un objeto muy pesado,
tratando de arrastrarlo.

Las mencionadas en la página anterior son estrategias para utilizar justo en el


momento en que sientes deseos de dañarte. Después, puedes utilizar otras
estrategias:

1. Busca ayuda de un psicólogo. El daño a uno mismo es casi siempre un


síntoma de otro problema o problemas subyacentes y puede ser necesario
tratarlos todos con ayuda profesional.
2. Analiza con detalle qué es lo que te lleva a sentirte así (qué pensamientos,
situaciones o emociones concretas; qué sucedió justo antes de desear
dañarte). Puedes llevar un diario o registro donde anotes todo esto.
3. Lleva un diario donde anotes todos tus pensamientos,emociones y
sucesos del día. Céntrate más en los aspectos positivos de tu vida y
escribe los negativos desde una perspectiva de búsqueda de soluciones y
preguntándote si te puede aportar algo bueno a larga, cómo puedes
utilizar el suceso para crecer, etc.

Analiza con detalle qué es lo que te lleva a sentirte así (qué pensamientos, situaciones o
emociones concretas; qué sucedió justo antes de desear dañarte). Puedes llevar un diario
o registro donde anotes todo esto.

Lleva un diario donde anotes todos tus pensamientos,emociones y sucesos del día.
Céntrate más en los aspectos positivos de tu vida y escribe los negativos desde una
perspectiva de búsqueda de soluciones y preguntándote si te puede aportar algo bueno a
larga, cómo puedes utilizar el suceso para crecer, etc.

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