Nociones organizacionales en la teoría sociológica clásica. Contexto histórico y herramientas
conceptuales. En nuestros días entendemos por organización un sistema creado con el propósito de lograr determinados objetivos o finalidades, los cuales -en simultáneo y eventualmente- pudieran hallarse constituidos por subsistemas interconectados y que desempeñan roles específicos. Se trataría de cualquier colectivo de sujetos, con variadas dimensiones, “agrupados” en torno a la división de actividades -y de un cuerpo administrativo compartido, quienes entablan vinculaciones recíprocas en el contexto de una estructuración relativamente sistematizada, en aras de alcanzar metas comunes. Todo ente organizacional únicamente resulta viable en la medida en que convivan individuos comunicados en forma mutua y, además, dispuestos a accionar de modo coordinado, a los efectos de poder concretar los fines planteados de antemano. Debido a tales condicionamientos, la organización desarrolla algún tipo de reglamentación o norma, estipuladas en pos del cumplimiento de sus objetivos. Por otro lado deviene esencial, de cara a las tareas fijadas dentro de esas entidades, contar con un dispositivo de recursos humanos, materiales, técnicos, económicos, inmobiliarios, etcétera. Los agrupamientos ciudadanos, cuya finalidad consiste en encarrilar cualquier clase de demandas sociales, son catalogados en términos de “organizaciones civiles”, entre las cuales figuran partidos políticos, representaciones sindicales, clubes deportivos, Organizaciones No Gubernamentales, etcétera. Es posible elaborar muchas taxonomías complementarias sobre las organizaciones, partiendo de criterios divergentes: localizaciones (local, regional, nacional o mundial), tipo de propiedad legal (privada, pública, mixta), magnitud (pequeña, media o grande), fines de lucro o no, etc.. Asimismo existe la organización empresarial, concerniente a la administración productiva y laboral en esa esfera. Agunos elementos claves residen en la estructura de las firmas respectivas, la autoridad burocrática, la especialización del empleo, la departamentalización, la cadena de mando, la descentralización y la formalización. El estudio acerca del modo por vía del cual las empresas se organizan corresponde a la disciplina “administración de empresas”, que analiza las variables referidas a procesos administrativos, junto a la gestión de los recursos propios de cada actividad. El término “organización” admite una diversidad múltiple de acepciones, que abarcan prácticamente a todos los hechos sociales, desde los más cotidianos y comunes hasta a aquellos otros con gran trascendencia institucional. En nuestro idioma, la palabra organización alude al significado de “acción y efecto de organizar u organizarse; disposición de los órganos de la vida, o manera de estar organizado el cuerpo animal o vegetal; asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines; disposición, arreglo, orden”. Como gran parte del léxico castellano, y de otras lenguas, se percibe una especie de asimilación de índole semántica, en cuanto a definición de significados, de la sustancia de los fenómenos -en general- referidos al campo de las ciencias naturales. La funcionalidad de los componentes orgánicos de un sistema dado, la organicidad de las partes de un esquema administrativo, etcétera, remiten en última instancia a un sentido emparentado, de algún modo, con mecanismos de orden “biológico”. Este aspecto deberá ser convenientemente puesto en discusión a lo largo de la cursada. El presente curso apunta a las organizaciones de carácter formal dotadas de finalidades taxativas explicitadas, las cuales comprenden un amplio abanico de manifestaciones en cuanto a sus naturalezas, estructuras, variables administrativas, dimensiones, poderío, etcétera. La raigambre esencial de la concepción sobre la conformación, el significado y las funciones de las “organizaciones modernas” en su conjunto, tal como las observamos en las sociedades occidentales, remitirían retrospectivamente al surgimiento y a la expansión progresiva del “capitalismo industrial”, sobre todo desde el siglo XIX. El contexto en el cual emergió y evolucionó este sistema económico, que implicó un modelo determinado de relaciones socio-productivas, se conectaba con el apogeo de la racionalidad pragmática, el progreso técnico utilitarista, en definitiva del enfoque científico-positivo, sumados a la influencia del pensamiento “enciclopedista” del siglo XXIII, correspondiente al movimiento cultural de la Ilustración iluminista. Se podría afirmar, en consecuencia, que el conjunto de las diversas formas de organización, en campos heterogéneos de la actividad colectiva de las personas, tuvo su epicentro - y punto de partida- en la Europa “industrialmente avanzada”. El origen etimológico del vocablo “organización” procede del griego, lengua en la cual organon significa “algo útil, instrumental o herramienta”. La obra Novum Organum de Francis Bacon (1620), al igual que dos siglos después con el desarrollo de las corrientes positivistas, se enfrenta al pensamiento teológico y metafísico, planteando la necesidad de organizaciones humanas basadas en fundamentos “modernos”. Así es que es posible rastrear la incidencia de este pensamiento en la caracterización del “industrialismo” de Saint-Simon, en los modos de producción del materialismo histórico, en el enfoque liberal e individualista spenceriano, de carácter biologista y/o en la división social del trabajo de Durkheim. Un punto de inflexión en el abordaje conceptual de las organizaciones contemporáneas radica en la visión de la sociología comprensiva weberiana respecto de la administración racional legal-burocrática, a partir de la teoría de la acción social y de la sociología de la dominación. Las transformaciones “modernizadoras” ocurren en el marco de un nuevo ordenamiento político-institucional. Éste tributará a la emergencia y evolución de la sociedad “industrial”, que hace hincapié en la creciente productividad ocupacional (ganancia, explotación de la mano de obra, etc.). A lo largo del curso, veremos distintos paradigmas que han incidido en el modo de entender las organizaciones modernas, de las cuales se derivan modelos de análisis e intervención distintos.