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Resumen
Desde hace más de 40.000 años, el hombre ha buscado metales y materiales provenientes de
suelos y rocas para ser utilizados en la cotidianidad y mejora de la calidad de vida. En esta
búsqueda, se ha hecho imprescindible desarrollar técnicas de construcciones subterráneas con el
objetivo de alcanzar zonas mineralizadas profundas que, de otro modo, serían inalcanzables. Con
ello se ha desarrollado diferentes métodos de explotación y su selección es la estrategia global que
permite la extracción de un cuerpo mineralizado de modo técnico y más eficiente, basados en
criterios particulares como lo son: el tipo de minería, estudios geomecánicos, facilidad de
entendimiento del personal, vías de acceso a la mina, etc.
No existe una clasificación universal a nivel mundial, ya que cada región minera tiene su propia
forma para denominar sus métodos de explotación. Esto se debe a las condiciones: geológicos
particulares de cada yacimiento; al avance tecnológico de cada país; a la condición económica en
especial a la producción y profundidad de las mineralizaciones.
Esta disposición de los tajos está configurada de tal forma que el picador más avanzado es el que
está arriba, justo al contrario que en los testeros, que era el de la sobre guía el que se encontraba
por delante. De esta forma, el carbón al ir desgasificando lentamente, circula con mayor facilidad
hacia el nivel superior y se facilita la ventilación. Al extraer en primer lugar los tajos superiores, la
capa va desgasificando naturalmente y así evitamos (o más bien atenuamos) los desprendimientos
instantáneos, que podían venir acompañados de proyección de material. Si esto ocurre, el carbón y
roca proyectados hacia delante sería capaz de tirar varios postes con el consiguiente hundimiento
de la rampla.
Si hablamos de las desventajas, la más importante es que hace falta un mayor número de obreros
en cada rampla ya que el carbón no cae por gravedad como en los testeros, sino que un rampero
tiene que ir echándolo con una pala por el coladero, bajo el cual se colocan unos tableros que van
guiando el carbón hasta los vagones.
Otra desventaja es la gran cantidad de madera necesaria para contener el relleno colgado y para
realizar los cuadros cerrados de los coladeros por los que baja el escombro.