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Representaciones sociales

que influyen en las políticas sociales de


infancia y adolescencia en Europa
Social representations that influence social childhood
policy and adolescence in Europe
Ferrán Casas
Universitat de Girona

Resumen categorías sociales, diferenciación categorial,


estereotipos, creencias, tweens.
Se revisan y analizan algunas creencias, es-
tereotipos y representaciones sociales pre- Summary
valentes en la sociedad occidental sobre la
infancia, la adolescencia y la juventud, tanto Prevalent believes, stereotypes and social rep-
en el presente, como en perspectiva histó- resentations of childhood, adolescence and
rica. Se ofrecen ejemplos de cómo han cam- youth in the western society are overviewed and
biado o están cambiando algunas de estas analysed at present, and also in historical per-
creencias o representaciones compartidas, y spective. Examples of how some of this shared
se señalan algunas de las consecuencias so- believes and representations have changed or
ciales y políticas que derivan de las mismas. are changing recently are offered, and some of
Se subrayan tanto el reciente “descubri- the subsequent social and political consequences
miento” de la infancia como capital humano are pointed out. The recent “discovery” of child-
y social, como su potencial para generar nue- hood as human and social capital and its po-
vos datos, porque configuran una nueva tential to generate new data are underlined as
oportunidad de hacer visibles diferentes as- a new opportunity to make socially visible dif-
pectos de la sociedad que implican a los ciu- ferent aspects of society involving the youngest
dadanos más jóvenes, y que han sido tradi- citizen that have traditionally been invisible. A
cionalmente invisibles. Un cambio de change of attitudes is needed among adults –in-
actitudes es necesario entre los adultos, in- cluding scientific researchers– to make possible
cluidos los investigadores, para que sean po- new forms of intergenerational relationships and
sibles nuevas formas de relaciones interge- some challenges are analysed in order to make
neracionales, y con ese propósito se analizan possible new social dynamics in that direction.
algunos retos cuyo abordaje posibilitaría
nuevas dinámicas sociales. key words: childhood, adolescence, youth,
young people, social representations, social
palabras clave: infancia, adolescencia, ju- categories, differential categorization, stereo-
ventud, jóvenes, representaciones sociales, types, believes, tweens.

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1. Los aún-no adultos: algunas creencias, do e imperan en el mundo anglosajón son
estereotipos y representaciones sociales observables también en otros entornos
sobre la infancia, la adolescencia y la ju- socio-culturales, aunque se hayan mezclado
ventud con pinceladas culturalmente específicas, y
tienen sus orígenes en períodos mucho más
Griffin (1993), en su libro sobre represen- remotos de nuestra historia.
taciones sociales de la adolescencia y la ju- Ya en la Antigua Grecia, la atribución
ventud en el mundo anglosajón, puso énfa- de “irresponsabilidad” se refirió por parte
sis en señalar cómo muchos “pánicos de diversos autores no sólo a una capaci-
morales y crisis construidas” habían gene- dad aún no alcanzada (por la infancia),
ralizado creencias e ideas estereotipadas1 so- sino también a una actividad poco ejercida
bre la población más joven. Estas ideas no (por los jóvenes), a diferencia de los adul-
sólo habían invadido la sociedad, sino que tos: “A dónde iremos a parar con esta
también habían impregnado el mundo aca- juventud de hoy en día, que está perdiendo
démico a lo largo de la década de los ochenta todos los valores…”, es una frase a veces
del siglo XX y condicionado la investigación atribuida a Platón.
científica, limitándola a unas pocas temáti- Los últimos meses han circulado por
cas “problemáticas”. Internet Power Points, y se puede acceder a
Muchos textos académicos sobre la varias webs en Latinoamérica, que inclu-
juventud, según esta autora, la presenta- yen unas frases más antiguas todavía, utili-
ron, durante los años 80 del siglo pasado, zadas en una supuesta conferencia de un
como “una etapa de edad universal”, carac- médico de familia inglés citado como
terizada por la emergencia de subgrupos Ronald Gibson2, referidas al eterno conflic-
conflictivos (delincuencia, embarazos pre- to intergeneracional jóvenes-adultos:
coces, drogadicciones, desempleados, etc.). • “Nuestra juventud gusta del lujo y es
El contexto (macro-psico-social) era la creen- mal educada, no hace caso a las auto-
cia generalizada de que unos intelectuales ridades y no tiene el menor respeto
habían logrado el “estatus de expertos por los de mayor edad. Nuestros hijos
sobre la vida de otros”, y jugaron un papel hoy son unos verdaderos tiranos. No
ideológico fundamental en la construcción se ponen de pie cuando una persona
y reproducción de un “sentido común aca- anciana entra. Responden a sus
démico” acerca de la juventud. Las voces de padres y son simplemente malos”
los jóvenes fueron frecuentemente patolo- (frase atribuida a Sócrates).
gizadas, criminalizadas, acalladas o silen- • “Ya no tengo ninguna esperanza en el
ciadas (Griffin, 1993). La juventud se había futuro de nuestro país, si la juventud
convertido en un período de “transición” de hoy toma mañana el poder, porque
hacia un mundo adulto de salarios paga- esa juventud es insoportable, desen-
dos, matrimonio y paternidad, y había que frenada, simplemente horrible” (frase
velar para que no aparecieran “desviacio- atribuida a Hesíodo, 720 a.C.).
nes” de esa ruta. • “Nuestro mundo llegó a su punto crí-
Si bien el análisis de esta autora aporta tico. Los hijos ya no escuchan a sus
reflexiones relevantes para comprender padres. El fin del mundo no puede
dinámicas sociales del período y contextos estar muy lejos” (frase atribuida a un
estudiados, parece fuera de duda que buena sacerdote del 2000 a.C.).
parte de las representaciones sociales y aca- • “Esta juventud esta malograda hasta el
démicas que sobre la juventud han impera- fondo del corazón. Los jóvenes son

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malhechores y ociosos. Ellos jamás alma los niños (por una parte) y las niñas
serán como la juventud de antes. La (por otra). La superación que hoy vemos
juventud de hoy no será capaz de man- “más lógica” de estos debates parece haber-
tener nuestra cultura” (frase supuesta- nos llevado a la convicción de que “todos
mente escrita en un vaso de arcilla des- somos humanos” y a que “todos los huma-
cubierto en las ruinas de Babilonia y nos tenemos derechos humanos universa-
con más de 4.000 años de antigüedad). les”. No obstante, no podemos precipitarnos
en concluir que la “nueva lógica” es la que
Parece que, al menos en la civilización occi- realmente impera en nuestra sociedad:
dental, existen ideas ancestrales y profun- Debemos insistir en que las ideas, estereoti-
damente enraizadas tendentes a represen- pos y representaciones sociales profunda-
tarse a los jóvenes como “diferentes” de los mente arraigadas son muy resistentes al
adultos, estereotipándolos negativamente. cambio en términos de sociedad global.
En este contexto, las relaciones inter-gene- Aunque subconjuntos de actores sociales,
racionales parecen haber funcionado con un discurso convincente, parece que
siguiendo los prototípicos procesos de dife- hayan invertido los procesos de diferencia-
renciación categorial que se observan en las ción categorial, hasta consensuar la existen-
relaciones entre grupos dicotómicos, tan cia de una supracategoría por encima de los
estudiados por eminentes sociocognitivis- litigios (“los seres humanos”), ello no signi-
tas europeos (Tajfel, 1978; 1981; Doise, Des- fica que las “lógicas” ancestrales no sigan
champs y Mugny, 1980): cada grupo o cate- perviviendo entre nosotros. ¿Cómo es posi-
goría de personas tiende a atribuir al otro ble que los niños tengan los mismos dere-
cualidades inferiores, destacando las cuali- chos que los adultos? No parece “lógico”…
dades positivas del propio grupo (endo- Los desiguales procesos de inversión de
grupo) y las negativas del otro (exogrupo), y las dinámicas de diferenciación categorial
generalizando las respectivas cualidades a dentro de una misma sociedad han llevado
todos los miembros de cada grupo por a auténticas paradojas. Varias veces en la
igual. Invertir este tipo de procesos de dife- historia y en sociedades distintas, los deba-
renciación categorial exige tiempo y energí- tes sobre los derechos de los animales han
as, porque generan inercias muy resistentes llegado a consensos antes que los debates
al cambio (véase Casas, 1996; 1998). sobre los derechos de los niños, con un
La diferenciación categorial más primi- resultado que parece esperpéntico: la legis-
tiva estuvo posiblemente, en términos his- lación sobre derechos de los animales ha
tóricos, en la diferenciación entre humanos sido promulgada antes que la legislación
y no-humanos: ni los esclavos, ni los ene- sobre derechos de los niños en diversas
migos, ni los niños eran representados ocasiones.
como pertenecientes a la categoría “huma-
nos” en las culturas ancestrales. El paso 2. Nuevas miradas hacia la población más
siguiente, ya dentro de la categoría “huma- joven: un largo proceso inacabado
nos”, fue representarse a los “ya humanos
del todo” como distintos de los “aún no Buena parte de las representaciones socia-
humanos del todo”. Rastreando nuestra les compartidas sobre la juventud se refie-
historia, podemos encontrar debates tan ren a población dentro de un intervalo de
curiosos como el referido a si las mujeres edad borroso, que puede ir desde la prime-
tienen alma como los hombres, o el centra- ra adolescencia hasta la “adultez más
do en dilucidar a partir de qué edad tienen joven”, quizás desde los 12 o 14 años hasta

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los 25 o 30 o más. Rara vez “juventud” se edad civil”, es decir, los que no votan) equi-
refiere al “conjunto global de las generacio- vale a “infancia y adolescencia”, por lo que
nes más jóvenes de cada sociedad”. Es hay un período de la vida (entre los 12 o los
decir, generalmente esta representación 14 años y los 18) que parece considerarse a
excluye a la “población infantil”. Nos la vez juventud, adolescencia e infancia. El
encontramos, pues, ante dos conjuntos de concepto de “menores” refuerza una ances-
población, la representación social de los tral representación negativa “del otro
cuales comparte la idea de que son “aún- grupo o categoría de personas”, y refuerza
no”. La construcción moderna de la juven- la dicotomización: el cambio de capacidad
tud, al menos en el mundo occidental, acaece, como por milagro, en el mismo ins-
parece haberse basado en excusas adultas tante de cumplir años.
para ampliar el conjunto de los que “lógi- Ya hemos planteado en otros lugares
camente” aún no son como los adultos. (Casas, 1992; 1998; 2006a; 2006b) que posi-
El concepto “infancia” en su acepción de blemente, al menos en términos históricos,
“población infantil de un territorio” es otro la categorización que tiene grandes repercu-
concepto borroso. Es muy difícil ponerse de siones prácticas es la que divide a los huma-
acuerdo sobre la edad o etapas de la vida nos entre los “ya” adultos, y los “aún-no”
que se incluyen en la infancia, cuándo ter- adultos. La definición “adultos” ha incluido
mina y cuándo empieza otro período ancestralmente dos ideas, una de capacidad
(Chombart de Lauwe, 1984; 1989). A lo física (para trabajar) y otra de capacidad
largo de siglos, y aún hoy en muchas cultu- mental. Sólo en las sociedades más comple-
ras minoritarias, la infancia se acaba con la jas la segunda idea empezó a predominar
incorporación al mundo adulto. De hecho, sobre la primera. En muchas culturas, para
para la Convención sobre los Derechos del dejar de ser niño, debe mostrarse capacidad
Niño de Naciones Unidas, la infancia equi- de trabajar (como hacen los adultos). Sin
vale prácticamente a “minoría de edad civil”, embargo, en las culturas más complejas, ya
que en muchos países acaba mayoritaria- en la antigüedad, para ser considerado adul-
mente con el 18 aniversario. Distintos histo- to, lo importante era la “madurez”, concepto
riadores han destacado que la actual forma expresado en multitud de otros términos
de ver la infancia como un período distinto cotidianos (conciencia, discernimiento, uso
de la vida que la adultez, que requiere aten- de razón, capacidad de raciocinio) o jurídi-
ciones y tratos diferenciales, aparece en épo- cos (imputabilidad, responsabilidad).
cas muy recientes de la historia de la huma- Cuando la “lógica” compartida que sus-
nidad (Verhellen, 2002). Sin embargo, esto tenta toda categorización dicotómica queda
no resulta incompatible con el hecho que en entredicho por las evidencias, aparecen
puedan identificarse otros elementos dife- diversos tipos de mecanismos defensivos
renciadores mucho más ancestrales. por parte del grupo favorecido por los pro-
Tenemos por tanto dos conceptos cesos de diferenciación categorial.
borrosos, y sendas representaciones socia- Una tesis subyacente a este artículo es
les para cada uno de ellos, que se solapan, que los miembros de la categoría social de
al menos parcialmente: la juventud empie- los “adultos” hemos creado subcategorías
za, para el imaginario colectivo mayorita- de sujetos para poder seguir argumentan-
rio de las sociedades occidentales actuales do que hay seres que, por encima de todo
bastante ANTES de la mayoría de edad, y no pueden ser considerados “iguales” a los
termina bastante después. Sin embargo, la “ya adultos”. El conflicto nace cuando este
noción jurídica de “menores” (“minoría de “por encima de todo” choca silenciosamente

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(¿inconscientemente?) con una ideología Lo cierto es que el término aparece
que introduce otra “lógica” en el discurso mayoritariamente vinculado a investigado-
social: primero, y por encima de todo, res y empresas de marketing, consumo y
todos somos seres humanos con unos dere- publicidad, aunque el formato de las webs
chos humanos universales. en las que se habla de tweens frecuente-
A partir de aquí, el conflicto está en mente es el de páginas “pedagógicas” que
decidir si primero destacamos las similitu- dan consejos a los progenitores con hijos
des (todos los humanos somos iguales en en esa etapa de la vida. En la contraparte
alguna cosa: habrá que profundizar en qué de este campo están entidades de defensa
somos iguales) o primero destacamos las del consumidor, de apoyo a los progenito-
diferencias (que resulta ser la lógica histó- res, de concienciación sobre el uso de
ricamente imperante: es obvio que niños y medios audiovisuales, de defensa de los
adultos no somos iguales; ¿cómo podemos derechos del niño, y de académicos de pers-
tener los mismos derechos?). pectiva crítica.
La ciencia introdujo la idea que no se Cabe destacar dos publicaciones crucia-
trata sólo de dos grupos o categorías con- les en la implantación de esta “nueva”
frontados, sino de más de dos. Diversos auto- etapa de la vida:
res señalan que en la década de 1880 fue G.S. • El libro The great tween buying
Hall quien “descubrió” la adolescencia, como machine. Marketing to today’s tweens
“etapa” universal de la vida que sigue a la (La gran máquina de comprar de los
infancia y precede a la juventud. En vez de tweens. Marketing a los tweens de
categorizar las personas, se propone catego- hoy) de D. Siegel, T. Coffey y G.
rizar los procesos evolutivos, a pesar de la Livingston (1999), dedicado a desta-
variabilidad individual observada. Cada car el potencial de los chicos y chicas
sociedad creará subcategorías evolutivas en de esta franja de edad como consumi-
función de múltiples intereses concurrentes. dores, y concluyendo que se trata de
En 1999, a partir de una operación de un grupo de población pendiente de
marketing rastreable en Internet, en el explotar más en los Estados Unidos.
mundo anglosajón se inventó otra etapa de • El artículo “The truth about tweens”
la vida, posterior a la infancia y anterior a la (La verdad acerca de los tweens) de B.
adolescencia, los tweens, que de momento Kantrowitz y P. Wingert (1999) en la
no parece ampliamente aceptada en el revista Newsweek. Ha sido una publi-
mundo latino. La justificación académica cación muy destacadamente citada
de la necesidad de “crear” una nueva etapa por la prensa, incluso internacional.
de la vida, son las supuestas observaciones Presenta a los tweens como si real-
por parte de investigadores, profesionales, y mente fueran aquello que los especia-
progenitores de comportamientos “típica- listas en marketing desean que sean.
mente adolescentes”, mucho antes de la apa- Posiblemente parte del impacto de
rición de la pubertad, al menos en las socie- este artículo en el mundo anglosajón
dades occidentales. Esta etapa estaría entre fue debido a que incluye un debate
los 8 y los 12 años, aunque los investigadores con un “experto” en psicología de la
no se ponen de acuerdo en su inicio y final... adolescencia (W. Damon) sobre la
La idea defendida es que más que pre-ado- “obsesión” a estas edades. El experto
lescentes (pre-teens), a esa edad hay una dice que entre los 10 y los 12 años el
etapa, “entre” (between) la infancia y la ado- cerebro tiene un crecimiento neuroló-
lescencia, y de ahí el nombre. gico espectacular y que es entonces

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cuando pueden aparecer fascinacio- tos supuestamente típicos de la adoles-
nes que pueden rayar en la obsesión; cencia, como es la confrontación con
es la edad de coleccionar, memorizar los adultos, formas de vestir más eroti-
lo que les interesa (músicos, futbolis- zadas, rebeldía ante las normas
tas, cohetes o dinosaurios); esta explo- impuestas por los mayores, etc… Cuan-
sión no debe ser censurada por parte do mediante la publicidad audiovisual
de los adultos, por rara que parezca, consiguieron que algunos conjuntos
porque puede dar lugar a habilidades de jóvenes entre 8 y 12 años se com-
increíblemente valiosas más adelante. portaran realmente como adolescentes
El experto pone como ejemplo que es precoces, buscaron que esta “nueva
a estas edades cuando Bill Gates y realidad” fuera avalada por la investi-
Steve Jobs sintieron fascinación por gación científica para justificar la “exis-
los ordenadores... tencia” de un grupo diferente o una
Por tanto, los publicistas agresivos etapa de la vida que exige “diferencia-
incitaron a los chicos y chicas de estas ción” de las demás por sus característi-
edades a comportarse como si fueran cas. Se trata de un interesante ejemplo
mayores, incluyendo comportamien- de cómo se puede manipular la reali-

cuadro 1. visiones que han cambiado


Ideas ancestrales (“lógicas” resistentes al cambio) Visiones alternativas (recientes)

La socialización es un fenómeno unidireccional: Los que La socialización siempre es bidireccional e


saben, enseñan a los que no saben. Los adultos tienen interrelacional (todos aprendemos de todos).
poco o nada que aprender de los niños (o de los
jóvenes).

Los niños y niñas “aún no pueden ser” como los adultos Los niños tienen una muy larga lista de derechos
en cosas importantes: aún no saben “lo que es la vida”, humanos universales comunes con los adultos.
aún no son “estables”, etc.

Si resulta obvio que en alguna cosa niños/niñas tienen La mayoría de los niños y niñas tienen más habilidades
mejores conocimientos, capacidades, habilidades o que la mayoría de los adultos para aprender muchas de
destrezas, que los adultos se consideran cosas poco las nuevas tecnologías audiovisuales. (Los sofisticados
importantes, poco serias, “cosas de niños”. conocimientos sobre informática de los jóvenes hackers
no son una cuestión para frivolizar).

Hay adultos poco fiables, poco responsables y poco


Los niños y niñas “aún no” son ni tan competentes, ni competentes, al igual que hay niños/as fiables,
fiables, ni responsables, como los adultos. responsables y competentes.

Puede haber diversas perspectivas o visiones de una


Si adultos y niños o niñas no tienen la misma misma realidad. Todas las perspectivas pueden captar
percepción o evaluación de una realidad, los adultos aspectos “reales”. Para comprender una realidad social
tienen “más razón”, es más probable que estén más compleja, debe conocerse la perspectiva de todos los
cerca de la “verdad”. agentes sociales implicados (perspectiva de la calidad
de vida).

Los niños/as son agentes poco productivos para la Los niños/as son agentes sociales activos que
sociedad. contribuyen productivamente a su sociedad (capital
humano y capital social).

Los valores humanos por excelencia se alcanzan en la Los valores más apreciados o aspirados pueden ser
adultez. distintos para cada generación y grupo social, sin que
ello implique rangos de superioridad entre ellos.

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dad para obtener beneficios económi- – No hay ningún problema en separar
cos. Y, en última instancia, de cómo las a los hermanos y hermanas. Más vale
sociedades seguimos creando estereo- que chicos y chicas vivan en grupos de
tipos sobre los más jóvenes…, al servi- edad homogénea y del mismo sexo.
cio de los intereses adultos. – No se ve problema en “proteger” a las
Veamos, para acabar estas reflexiones víctimas etiquetándolas (sin embar-
iniciales, algunos ejemplos de ideas go, no se debe etiquetar a los maltra-
que, en la historia de la humanidad, han tadores: registros de maltratados,
cambiado sólo recientemente, y toda- pero no de agresores). Resistencias
vía no están del todo exentas de “resis- judiciales a acabar con el fenómeno
tencias” al cambio (véase Cuadro 1). de la “doble victimización”.

3. Cómo afectan algunas de estas repre- Las nuevas aportaciones de la investigación


sentaciones sociales a la definición de los científica, los debates mediáticos y otras
problemas sociales y las formas de solu- dinámicas sociales contribuyen a que algu-
cionarlos nas “lógicas” muy arraigadas vayan cam-
biando lentamente. Un ejemplo interesante
Las ideas y representaciones sociales com- son los procesos que se han ido dando pro-
partidas sobre la infancia en cada sociedad, gresivamente en muchos países, sobre todo
condicionan el cómo se construyen los que europeos, para que el castigo corporal a los
se consideran problemas “sociales” de la niños y niñas quede explícitamente prohi-
infancia, es decir, problemas cuya solución bido por la legislación (véase Cuadro 2).
es vista como una responsabilidad colecti- La identificación y deconstrucción de
va (Casas, 1996; 1998). A su vez, la forma muchas afirmaciones “lógicas” sobre la rea-
cómo se construyen y representan estos lidad de la infancia, la adolescencia o la
problemas condicionará las ideas compar- juventud, sean compartidas por buena
tidas sobre las formas apropiadas de solu- parte de la sociedad, sean propias de círcu-
cionar cada problema social.
Veamos algunos ejemplos de representa-
ciones sociales ampliamente compartidas cuadro 2. países en los que el castigo
corporal a los niños está
hasta hace bien poco sobre las intervencio- explícitamente prohibido por la ley*
nes más “apropiadas” ante problemas
sociales de la infancia: – Suecia (1979) – Ucrania (2004)
– Más vale que los niños y niñas adop- – Finlandia (1983) – Rumanía (2004)
– Noruega (1987) – Hungría (2005)
tados no sepan sus orígenes. Las
– Austria (1989) – Grecia (2006)
madres que abandonan a sus hijos – Chipre (1994) – Países Bajos (2007)
tienen derecho al anonimato. – Dinamarca (1997) – Nueva Zelanda (2007)
– Lituania (1998) – Portugal (2007)
– Más vale alejar a los niños y niñas de
– Croacia (1999) – Uruguay (2007)
su familia biológica, porque siempre – Israel (2000) – Venezuela (2007)
resulta un “mal ejemplo”. Hay que – Bulgaria (2000) – España (2007)
– Alemania (2000) – Costa Rica (2008)
minimizar los contactos.
– Islandia (2003) – Rep. Moldava (2008)
– Los abuelos y abuelas no son acoge-
* La Corte Suprema italiana lo declara ilegal en 1996, pero
dores aconsejables. Hay una “trans- sigue sin legislar.
misión generacional” del maltrato. La Corte Suprema de Nepal declara ilegal en 2005 una Ley que
lo permitía, pero aún no se ha corregido.
– Las familias pobres dan a sus hijos e EPOCH. http://www.endcorporalpunishment.org/pages/frame.html
hijas una atención de “baja calidad”.

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los más reducidos (p. ej.: grupos profesio- un elemento en los debates sociales fue
nales) es una actividad decididamente ini- cómo iban a sufragar las familias de clases
ciada hace pocas décadas y que tenemos la más humildes los gastos que esto les iba a
responsabilidad histórica de seguir desa- comportar, y una de las soluciones que a
rrollando. Sólo así seremos capaces de muchos les parecían “lógicamente” más
identificar y consensuar nuevas acciones aceptables era que los propios niños traba-
de cambio positivo a favor de la infancia y jaran al mismo tiempo, para cubrir los gas-
de sus derechos. tos generados, a pesar de la prohibición del
trabajo infantil (Verhellen, 2002). Las
4. La infancia representada como futuro mejoras en el bienestar social de la infancia
social: ¿gasto o inversión, para quién? han sido representadas muy a menudo
como “sobre todo” una carga social, como
En 1903, la autora sueca Ellen Key publicó un “gasto” público, un conjunto de seres
un libro titulado El siglo del niño (citado en “improductivos”, sin que los futuros posi-
Verhellen, 2002). Su propuesta crucial era bles “beneficios sociales” pesaran, ni
pensar en la infancia como futuro social mucho ni siempre, en la balanza.
colectivo. Un indicador de cuánto se apre- Muy recientemente, la infancia parece
cia una sociedad a sí misma es el trato que haber empezado a despertar nuevos intere-
da a sus niños, porque son su futuro. Esta ses internacionales a partir de que algunos
lógica caló fuerte en algunos sectores de la economistas primero, y organismos inter-
sociedad. En 1937 Dietrich Bonhoeffer nacionales a continuación, se han hecho
decía “La prueba de la moral de una socie- eco de las nuevas teorías sobre el capital
dad es lo que hace por sus niños” (citado humano y el capital social. Resulta incierto
por De Paladella, 2007). hacia dónde nos llevan estas nuevas preo-
Sin embargo esta poderosa argumenta- cupaciones.
ción fue silenciosamente tergiversada a lo Hasta hace muy poco, destinar recursos
largo del siglo XX desde las políticas oficia- a la infancia y a la educación era visto
les: como son el futuro, no corre prisa ocu- estrictamente como un “gasto social”. La
parse de ellos, “ya llegarán”. Su bienestar nueva propuesta es que lo veamos como
presente es cuestión privada: ya se ocupa- una “inversión” para el futuro de la socie-
rán los padres. La sociedad sólo debe ocu- dad, incluidas todas sus connotaciones eco-
parse de su bienestar futuro, de que deven- nómicas, aunque para muchos autores la
gan seres adultos con bienestar, no de que idea va más allá de lo económico, siendo
tenga bienestar en su presente (en inglés también una inversión para el futuro bie-
well-becoming, en vez de well-being). Final- nestar social colectivo.
mente, se acuñó la famosa frase “los niños El primer aspecto considerado clave
son los ciudadanos del futuro”, con la que, para la generación de capital humano es la
a decir de Verhellen (2002), se consiguió educación (Keeley, 2007). No sólo la educa-
consolidar la lógica colectiva de que “aún- ción escolar, en el sentido más restringido,
no” son ciudadanos (ni “del todo”, ni del sino también la educación familiar, la pre-
presente), es decir, son una conjunto de escolar y la educación permanente, de por
seres humanos en condición de “moratoria vida. Otros aspectos cruciales del capital
social” como ciudadanos (hasta que pue- humano son la salud y el acceso a capital
dan votar). social. Para la OCDE, el capital social son
Cuando se empezó a implantar la esco- redes, junto con normas, valores y formas de
larización obligatoria en distintos países, entendimiento compartidos que facilitan la

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cooperación dentro de un grupo o entre gru- El bienestar personal está demostrado
pos (Keeley, 2007). que mantiene una estrecha relación con la
La idea de cooperación intragrupal satisfacción con las relaciones interperso-
como potencialidad tiene importantes nales que cada persona mantiene. La cali-
antecedentes en psicología comunitaria, dad y número de estas relaciones están
mientras que la idea de cooperación inter- relacionados con su accesibilidad a redes
grupal adquiere tintes de nuevas fronteras sociales. A partir de está lógica se ha plan-
y nuevos retos, más allá de la pura ayuda teado la relación entre capital social y bie-
humanitaria internacional. nestar personal como un nuevo campo de
Algunos teóricos del capital social (p. ej.: investigación científica, pero también
Lin, 2001) han puesto gran énfasis en el como un conjunto de nuevos retos políti-
valor de las redes sociales disponibles por cos, incluso a nivel internacional.
parte de personas, grupos y comunidades Un gran tema que queda pendiente de
como potencial. La importancia de nues- articular con las ideas de capital humano y
tras redes sociales como “inversión” tiene capital social es el de la participación social
muchos antecedentes en distintas ciencias de la infancia. Se trata de un tema que ha
sociales. Nuestras redes de apoyo social, despertado gran interés, y que permite
reales o percibidas, contribuyen a nuestra identificar numerosas webs que presentan
sensación de seguridad ante distintos tipos experiencias de participación infantil a
de eventualidades. La disponibilidad de niveles locales, regionales, nacionales e
muchas relaciones interpersonales, por internacionales, aunque no son muchas las
ejemplo, pueden aumentar las posibilida- experiencias estables a lo largo del tiempo
des de encontrar un mejor empleo. En últi- (Casas et al., 2008). El enriquecimiento per-
ma instancia, las redes sociales son un sonal y experiencial para los niños, niñas y
potencial para mejorar el bienestar indivi- adolescentes que participan en estos pro-
dual y también el colectivo. gramas parece fuera de toda duda. Su
El tema de las redes ha adquirido nue- potencialidad para facilitar nuevas relacio-
vas dimensiones con la implantación y nes interpersonales y la generación de nue-
expansión de Internet (Buckingham, 2000). vas redes sociales también parece evidente.
Las cyber-redes son una nueva realidad, No obstante, la idea de que los “aún-no
en la que participan, como media, más adultos” puedan participar socialmente
activamente los más jóvenes que los “más genera todavía una multiplicidad de temo-
adultos”. Las nuevas habilidades mostra- res sociales y políticos que hoy por hoy aún
das por los más jóvenes con los medios hacen dificultoso que se tome seriamente
audiovisuales en su sentido más amplio, y su aportación al capital social.
por las nuevas tecnologías de la informa- Quizás de la mano del pensamiento
ción y la comunicación en particular, ya económico finalmente parece que vamos a
han puesto en entredicho la supuesta (y considerar que el bienestar infantil tiene
representada) superioridad del grupo “beneficios sociales”, y, por tanto, es una
“adultos”, frente a los “aún-no adultos”. El buena “inversión” social, pensando en el
capital social en forma de cyber-redes futuro colectivo. Si es así, ya sólo faltará
accesibles está resultando ser, por término otro paso pendiente, más allá del imperan-
medio, muy superior entre los más jóve- te pensamiento adultocéntrico: que el bie-
nes. Estamos ante una nueva evidencia de nestar de la infancia sea visto no sólo como
la necesidad de repensar las relaciones algo bueno para la población adulta, sino
intergeneracionales. también para la propia población infantil.

representaciones sociales que influyen en las políticas sociales de infancia... [ 23 ]


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5. ¿Los datos acerca de la población incluso aunque tuvieren capacidades nota-
infantil y los datos proporcionados por bles para seguir estudiando. Destacan dos
niños, niñas y adolescentes, tienen algu- evidencias relativas a esta problemática
na utilidad política? “no legitimada” (Casas, 1996; Casas y Mont-
serrat, 2009):
Albert Einstein dijo que “no todo lo que se
puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta a) Los sistemas educativos no reconocen a
se puede contar” (citado por De Paladella, los chicos y chicas del sistema de protección
2007). A finales de los años ochenta algu- como un conjunto de la población escolar
nos sociólogos europeos denunciaron las con necesidades especiales. A diferencia de
graves consecuencias políticas de la “invisi- lo que ha sucedido con otros conjuntos
bilidad estadística de la infancia” (Qvor- (minorías étnicas, discapacidades físicas,
trup, 1987). La mejor forma de que la opi- psíquicas o sensoriales), se han ignorado sis-
nión pública desconozca un problema es temáticamente el análisis de sus necesida-
que no existan datos sobre el mismo. La des de apoyo en el proceso de aprendizaje.
mejor forma de ignorar a la infancia es dis- La noción de “normalización” y de integra-
poner de escasas estadísticas sobre la situa- ción les ha sido aplicada de forma distinta
ción de la población infantil. que a otros grupos, y de manera insuficien-
¿Para qué invertir dinero y esfuerzos te, con el argumento de un respeto a su “inti-
para tener datos de una población política- midad”, es decir, no “desvelar” dentro del sis-
mente irrelevante? ¿Han existido voces con tema educativo que están bajo tutela de la
peso social que se opongan a esta “lógica”? administración pública. Esta negación de la
Sólo las de algunos profesionales y acadé- realidad en este caso tiene consecuencias
micos han insistido en esa dirección. Pero perversas para el futuro personal de estos
la representación social mayoritaria siguió ciudadanos, y genera una situación de con-
percibiendo que estaban hablando de “otro junto de desigualdad de oportunidades.
grupo social”, no prioritario, no productivo.
En algunos países han cambiado b) Ningún país europeo, salvo una única
muchas cosas en dos décadas y ahora dis- excepción, dispone de estadísticas regula-
ponen de muchos más datos. Sin embargo, res sobre los resultados educativos de los
siguen existiendo lagunas importantes. jóvenes ex tutelados por los sistemas de
Voy a considerar sólo dos ejemplos de protección social a la infancia.
reciente y creciente interés en la cancha
internacional: (1) el caso de los jóvenes que La consecuencia de esta situación ha
han estado bajo la tutela de los sistemas de sido “descubrir”, en el 2008, que en el Reino
protección social a la infancia. (2) el debate Unido sólo el 14% de los tutelados acaban
sobre los indicadores de bienestar subjeti- su formación básica obteniendo el Certifica-
vo en la infancia. do General de Educación (equivalente a
nuestro Certificado de Estudios Primarios),
(1) Los profesionales del sistema de protec- frente a un 65% de la población general.
ción a la infancia han sabido siempre que En el 2003 se estimó que sólo un 1% de los
un porcentaje elevadísimo de chicos y chi- tutelados llegaba a la universidad (Jackson
cas tutelados por las administraciones y Ajayi, 2007). Un 35% de los tutelados o
públicas no finalizan sus estudios básicos, ex tutelados no estaban ni estudiando ni tra-
o, muy frecuentemente, no los continúan bajando, contra un 10% de la población
después de dejar el sistema de protección, general. Después de un cambio legislativo y

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de la puesta en marcha de novedosos pro- “percibir que la tiene”. Esta reflexión asu-
gramas de apoyo con importante dotación mida en el mundo del comercio pasó a ser
presupuestaria, en algunos distritos ingleses tenida en cuenta en el mundo de los servi-
de servicios sociales se han alcanzado cifras cios públicos y de las actuaciones políticas
de accesos a la universidad por parte de la en general. De ahí la proliferación de “índi-
población tutelada superiores al 6%. Aún ces” de progreso, de bienestar, de felicidad,
muy lejos de la media de la población in- o de calidad de vida que pretenden
glesa: el 43% llega a la universidad. Estas “medir” el estado de las naciones, publi-
cifras generaron inmediatamente la sospe- cando rankings que despiertan recelos de
cha que en los demás países puede estar todo tipo.
pasando lo mismo, o peor. Sin embargo, no Sin embargo, a lo largo de estas cuatro
hay datos para corroborarlo. Sólo reciente- décadas de debates en torno a los indica-
mente se ha iniciado un proyecto de inves- dores subjetivos, que conlleva la elabora-
tigación para intentar hacer balance de la ción de complejos sistemas de indicadores
situación en cinco países y proponer formas por parte de múltiples organismos inter-
de abordaje de este “nuevo problema social” nacionales, sólo han aparecido reciente-
en Europa (http://tcru.ioe.ac.uk/yippee). mente tímidos intentos de proponer indi-
cadores que evalúen el bienestar de la
(2) El segundo ejemplo de datos sobre la población infantil, con un ínfimo número
infancia casi inexistentes se refiere a las de propuestas que incorporen indicadores
evaluaciones sistemáticas DE LOS PRO- subjetivos, es decir, datos obtenidos pre-
PIOS NIÑOS Y NIÑAS sobre ámbitos de guntando directamente a niños, niñas o
sus vidas, y de su vida globalmente, en tér- adolescentes sobre sus opiniones, puntos
minos de satisfacción, felicidad, bienestar de vista, evaluaciones o aspiraciones de
o calidad de vida. En los años sesenta del forma sistemática.
siglo pasado, el denominado “movimiento Cabe destacar un interesante primer
de los indicadores sociales” (Casas, 1996) intento promovido por UNICEF (Adamson,
tuvo un gran impacto en las políticas 2007), que incorpora un discutido indica-
públicas, incluso a nivel internacional, dor subjetivo de satisfacción global con la
conllevando nuevas iniciativas para la vida. La OCDE también ha abierto recien-
recopilación sistemática de datos que temente este debate, aunque su última
pudieran configurar los denominados publicación con indicadores de bienestar
“indicadores subjetivos”: Datos sobre la infantil (OECD, 2009) no ha dado todavía el
satisfacción de la población (adulta, claro) paso de incorporar indicadores subjetivos,
de un territorio acerca de distintos aspec- tema en el que fueron pineros en 1982 a
tos y ámbitos de sus vidas. nivel internacional.
La noción “calidad de vida” aglutinó la
idea de que para evaluar si las cosas van “a 6. Algunos retos pendientes
mejor” socialmente es necesario disponer
no sólo de datos de las condiciones mate- La obvia conclusión de las ideas expuestas
riales observables “objetivas” de vida, sino por este autor es que debemos abordar más
también de las percepciones, evaluaciones intensa y profundamente el cambio muchas
y aspiraciones de los ciudadanos que viven de las representaciones sociales mayorita-
en tales condiciones. En otras palabras, no rias acerca de la infancia que siguen condi-
es suficiente que un producto “tenga” cali- cionando un reconocimiento efectivo de
dad, sino que también el usuario debe sus derechos, de su ciudadanía y de su bie-

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nestar, en nuestro país, y en todo el plane- sideradas para la toma de decisiones políti-
ta. Sin embargo, esta conclusión no es muy cas? Por ejemplo, igual que se hacen son-
concreta, es sólo un acto de fe de un psicó- deos sobre la satisfacción de los adultos
logo social convencido de que en el cambio con su ciudad y con su alcalde, se podría
de las representaciones sociales amplia- preguntar a los niños, niñas y adolescentes
mente compartidas hay uno de los retos por su satisfacción con los espacios de
clave, pero poco visible, para mejorar juego de su ciudad, los centros para activi-
muchas dinámicas sociales. dades infantiles o juveniles, los centros
Por una parte, hay procesos de cambio escolares, la seguridad cuando se circula en
que ya están en marcha, gracias a las múl- bicicleta, el transporte público, la atención
tiples informaciones que entre todas las recibida en oficinas públicas, etc… ¿Sería
personas interesadas por la infancia hemos útil tener esa información “igual que la
conseguido que circulen y se debatan: son queremos tener de los adultos”, o sería irre-
la base para iniciar cambios de actitudes, levante, poco fiable o “cosas de niños” a las
que, a su vez pueden conseguir que se tam- que no hace falta hacer mucho caso?
baleen algunas de las creencias ancestrales Se ha repetido hasta la saciedad que
más invisibles y arraigadas sobre la pobla- hablar de derechos de los niños debe con-
ción infantil en nuestra sociedad. Habrá llevar hablarles de deberes. Yo nunca he
que seguir apoyando estos procesos. No oído a nadie defender que los derechos no
sería la primera vez que nos cansamos de conlleven deberes, y no dejo de quedar per-
repetir siempre los mismos mensajes, por- plejo ante tamaña insistencia cuando
que los que coincidimos en los mismos hablamos de derechos de los niños. Quizás
espacios ya los hemos oído muchas veces: deberíamos cambiar de estrategia y reivin-
hay que repetir los mismos mensajes en dicar que se concreten más lo deberes
múltiples y diversos espacios sociales. COLECTIVOS de los adultos hacia el con-
Por otra parte, hay procesos de cambio junto de su población infantil. ¿Es la infan-
psicosocial positivo pendientes de impul- cia, como conjunto de población, realmente
sar. Desde el punto de vista de este autor, una preocupación social? Deberíamos dise-
algunos de estos procesos están relaciona- ñar indicadores que comprobaran cuánto
dos con generar contracorrientes ante las se practican estos deberes3. Un primer indi-
“lógicas” y procesos imperantes de diferen- cador, por ejemplo, podría ser la inversión
ciación categorial: NO es necesario profun- hecha para disponer de datos sistemáticos
dizar en qué somos DISTINTOS adultos y y fiables sobre la situación de la infancia
niños. El reto pendiente es ponernos de en nuestro territorio.
acuerdo en qué somos IGUALES: ¿hay La infancia, en nuestro entorno socio-
derechos humanos universales que son cultural, sigue representándose como una
IGUALES para los niños, niñas, adolescen- realidad perteneciente sobre todo a la vida
tes y adultos? ¿Hay, con relación a estos privada: una responsabilidad mayoritaria-
derechos, un derecho añadido a la no dis- mente de los progenitores o, a lo sumo,
criminación por razón de edad, del que también de los maestros en las escuelas.
tanto cuesta hablar? ¿Los niños, niñas y Las políticas sociales públicas de infancia
adolescentes son realmente ciudadanos del tienen un alto consenso, pero una baja
presente, con elementos equiparables a la intensidad, además de una baja prioridad
ciudadanía adulta? y una baja dotación presupuestaria. Nues-
¿Las opiniones y evaluaciones de los tra inversión en capital humano y capital
niños y niñas pueden ser escuchadas y con- social está siendo mucho menor que la de

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otros países, algunos de cuyos frutos son social transmission. In R. Farr & S. Moscovici
evaluables. El futuro de los actuales adul- (Eds.): Social representations. Cambridge, Cam-
tos depende de cuánto capital social acu- bridge Univ Press.
mule la generación más joven. Aunque Chombart de Lauwe, M. J. (1989): La représen-
sólo sea por este tipo de egoísmo, ¿no tation sociale dans le domaine de l’enfance. In D.
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representaciones sociales que influyen en las políticas sociales de infancia... [ 27 ]


sips - revista interuniversitaria de pedagogía social [1139-1723 (2010) 17, 15-28] • tercera época
Notas DIRECCIÓN DEL AUTOR: Ferrán Casas. Instituto de In-
vestigaciones sobre Calidad de Vida. Universitat
1
Esta autora también habla de “asunciones de sen-
de Girona. Pl. S. Domènec, s/n. 17071 Girona.
tido común”, que equivalen a lo que Moscovici,
1981, define como “representaciones sociales”. Correo electrónico: ferran.casas@udg.edu.
2
El autor de este artículo sólo ha sido capaz de
encontrar en Internet conferencias de un pastor Fecha de recepción del artículo: 25.X.2009
anglicano norteamericano con ese nombre, con Fecha de aceptación definitiva: 24.I.2010
frecuentes alusiones a la juventud, pero sin que
aparezcan las citas exactas aludidas, ni sus fuentes.
3
Por ejemplo, como propone el Global Move-
ment for Children, sería interesante que se
COMO CITAR ESTE ARTÍCULO:
implantara un “Índice de Compromiso con el
Desarrollo”, http://www.cgdev.org/section/ini- Casas, F. (2010): “Representaciones sociales que in-
tiatives/_active/cdi/, que publica el Center for fluyen en las políticas sociales de infancia y ado-
Global Development, y que permite abrir un lescencia en Europa”. Pedagogía Social. Revista In-
debate internacional sobre los compromisos de teruniversitaria, 17, pp. 15-28.
cada país.

[ 28 ] • Ferrán Casas
sips - revista interuniversitaria de pedagogía social [1139-1723 (2010) 17, 15-28] • tercera época

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