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Un oligopolio es una estructura de mercado en donde existen pocos competidores relevantes. Cada
uno de ellos tiene cierta capacidad de influir en las variables del mercado (como precio y cantidad
de equilibrio).
En el oligopolio, las empresas competidoras tienen poder de mercado, pero a un nivel inferior que
en caso del monopolio. Ya que en vez de haber solo un oferente, existe un pequeño grupo de
empresas. Esto significa que si bien cada una de las empresas tiene influencia sobre el precio y
cantidad de mercado (no lo toman como dado), la libertad para elegir el nivel de dichas variables se
ve limitado por la existencia de otras empresas competidoras. Un caso especial de oligopolio es
el duopolio, donde existen solamente dos oferentes en un mercado.
La interdependencia estratégica hace que las decisiones que tome cada una de las empresas
afectarán a las restantes y el resultado final del mercado.
Líder-seguidor: en este caso tenemos que una empresa (generalmente la más grande o más
antigua) elige primero la variable clave (precio o cantidad) y luego la otra u otras empresas
hace su elección. Así por ejemplo, en el mercado tecnológico podemos observar que IBM
es una empresa líder y que sus decisiones marcan la pauta para las decisiones de producción
y precio de las empresas competidoras más pequeñas. La toma de decisión óptima es este
escenario competitivo se refleja en el modelo llamado Stackelber en donde el líder debe
tomar en cuenta la posible reacción del seguidor ante el nivel de cantidad o precio que
decida elegir. Posteriormente, el seguidor toma como dado o fijo el valor de la variable
elegida por el líder para finalmente decidir cuál será el suyo.
Elección simultánea de cantidades: también conocido como modelo de Cournot, acá las
empresas deciden al mismo tiempo la cantidad a producir sin que exista un valor dado. En
este caso, las empresas maximizan sus beneficios dadas las expectativas o pronósticos que
tengan de las decisiones de producción de las otras.
Elección simultánea de precios: también se conoce como el modelo Bertrand. En este caso,
las empresas también eligen de manera simultánea y el resultado final se acerca
a competencia perfecta cuando las empresas venden productos muy similares
(homogéneos).
No obstante, si bien la colusión puede ser un escenario muy favorable para las empresas, existen
ciertas dificultades para lograrlo. En efecto, los miembros del acuerdo tienen la tentación de
engañar a sus compañeros y así aumentar sus utilidades individualmente. De esta forma, para que
un acuerdo de colusión sea exitoso es necesario que las empresas encuentran formas de controlar
el comportamiento de sus colegas y sancionar en caso de desvío.
En cualquier caso, la colusión es una conducta ilegal, que es perseguida y sancionada por la gran
mayoría de los países que cuentan con leyes de competencia. El organismo encargado de investigar
y sancionar este tipo de conductas anticompetitivas es la Agencia de Competencia.