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FUTURO
No es posible predecir con certeza cuál será el impacto futuro del cambio
climático en la salud, crecimiento, distribución y composición de determinados
bosques (véanse los artículos de van Zonneveld et al. y Silveira Wrege et al.)
porque las proyecciones climáticas locales son poco abundantes; por lo demás,
la interacción entre factores bióticos y abióticos es impredecible. En ausencia de
influjos limitantes debidos a la humedad y a la indisponibilidad de nutrientes,
las estaciones más cálidas pueden estimular el crecimiento, la duración del
período vegetativo y el efecto fertilizante ejercido por unas concentraciones
mayores de CO2 en la atmósfera. En cambio, se prevén disturbios más
frecuentes que obligarían al reemplazo de los rodales a causa de las fuertes y
bruscas pérdidas de bosque en algunas localidades (véase el artículo de Allen).
Según ciertos modelos de predicción del cambio climático, en porciones del
bosque amazónico y en otros bosques tropicales se registrará un fenómeno de
muerte regresiva que a su vez podría extremar el recalentamiento mundial.
Existen otros cambios ocasionados por el ser humano en el entorno natural que
también podrían acentuar las alteraciones climáticas sufridas por los bosques.
Por ejemplo, el ozono a nivel del suelo –agente fitotóxico poderoso y común en
los países desarrollados– reduce el crecimiento de los árboles. La deposición de
sustancias nitrogenadas contaminantes puede estimular el crecimiento pero
asimismo causar desequilibrios de nutrientes. La introducción accidental de
plagas de insectos y patógenos por conducto de los intercambios comerciales
internacionales –que ya son responsables de las profundas alteraciones
observadas en muchos ecosistemas forestales en todo el mundo– ha aumentado
el riesgo de que se produzcan infestaciones en gran escala, puesto que la eficacia
de las barreras que impiden el establecimiento y proliferación de las plagas es
menor en los bosques en latitudes elevadas. Una mejor gestión de estos factores
podría contribuir a la adaptación de los bosques al cambio climático.
Las pautas emergentes de los impactos actuales y futuros del cambio climático
en los bosques desvelan un conjunto de secuelas negativas debidas a un amplio
espectro de factores relacionados con el cambio climático, además de otros
impactos menos evidentes o incluso positivos que se registran en regiones o
lugares específicos y a menudo solo en ciertas especies de árboles. En términos
generales, el riesgo que corren los bosques y la ordenación forestal a lo largo de
los períodos usualmente prolongados de rotación aumentarán
considerablemente en la mayor parte del mundo, y las ganancias de
productividad de algunos bosques se verán anuladas de resultas de las
perturbaciones sufridas. Es probable que, durante este siglo, el medio ambiente
forestal sufra menoscabos no pequeños.
contaminacion
•La emisión de gases de efecto invernadero conduce al calentamiento global que afecta a
ecosistemas en muchas maneras.
•El suelo se puede volver infértil e inviable para plantas. Esto afectará a otros organismos en la
cadena trófica.
•Dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno pueden causar lluvia ácida que baja el valor de pH del
suelo y las aguas en donde se precipita.
La destrucción del hábitat es, sin duda, la principal amenaza que enfrentan la mayoría de las
especies animales en el mundo. Los animales no tienen más remedio que adaptarse a los
cambios de su entorno, proceso que altera gravemente su organismo (teniendo que mutar o
evolucionar considerablemente) así como también altera la cadena alimenticia de muchas
especies.
Los lagos y lagunas se han convertido en grandes bodegas de basura acumulada; los suelos han
sido contaminados por plaguicidas, pesticidas, erosión por construcciones urbanas, etc.; los
ríos son apenas pequeños chorros de manguera circulando con agentes tóxicos debido a que
muchas personas los ocupan como baños, lavanderos, inodoros o excusados.
¿Qué pasará el día que los animales no tengan dónde ir; cuando no exista un solo ecosistema
que no haya sido alterado?
Mucho se habla de contaminación, la gente está tan acostumbrada a ver basura por doquier,
hasta el punto que le parece normal o le da igual que una especie animal se extinga debido a la
contaminación de sus hábitats. Según ellos no les incumbe.
Pero la realidad es que si una sola especie se extingue, estamos contribuyendo a la decadencia
de nuestro planeta. Cuando se producen cambios en los hábitats naturales, las especies
pueden lograr sobrevivir con mucho esfuerzo, adaptándose a los cambios generados en su
entorno, pero si la alteración es grave, es probable que los organismos que dependen de ellos
mueran.
En Nicaragua, por ejemplo, los jaguares están en la primera línea de animales en vías de
extinción, debido a la destrucción de sus hábitats naturales por la deforestación y
contaminación de los ecosistemas provocados por la actividad humana.
La clave está en encontrar el momento adecuado para consumir el pasto. Para ello
es básico conocer el concepto de «sitio de alimentación», que es el lugar donde el
animal puede tomar uno o varios bocados con el solo movimiento de la cabeza sin
necesidad de trasladarse. Cuanta más calidad y cantidad de pasto hay disponible
en un mismo lugar, mayor es el consumo, ya que se requiere menos tiempo para
consumir el forraje necesario a fin de lograr las máximas producciones
individuales.
El ciclo biológico cambia con el genotipo y con los factores del clima, esto quiere decir, que las
plantas del mismo genotipo sembradas bajo diferentes condiciones climáticas pueden
presentar diferentes estados de desarrollo después de transcurrido el mismo tiempo
cronológico. Por lo que cada vez cobra mayor importancia el uso de escalas fenológicas que
permiten a la vez, referirse a las observaciones y prácticas de manejo del cultivo en una etapa
de desarrollo determinado.
Dado que el producto final de un cultivo, no es sino la consecuencia de un proceso derivado de
las actividades agrícolas efectuadas durante todo el ciclo, para los investigadores y
productores se hace necesario el conocimiento de la fenología agrícola y la posible duración de
las diferentes etapas.
Etapa: Una etapa fenológica esta delimitada por dos fases sucesivas. Dentro de ciertas etapas
se presentan períodos críticos, que son el intervalo breve durante el cual la planta presenta la
máxima sensibilidad a determinado elemento, de manera que las oscilaciones en los valores de
este fenómeno meteorológico se reflejan en el rendimiento del cultivo; estos periodos críticos
se presentan generalmente poco antes o después de las fases, durante dos o tres semanas.
El comienzo y fin de fases y etapas sirven como medio para juzgar la rapidez del desarrollo de
las plantas
CONCLUSIONES
Las principales variables que controlan la fenología de un cultivo son: fecha de siembra,
duración del día, temperatura, suministro de humedad, componente genético, y manejo de la
planta.
Un cultivo puede no desarrollar todas sus fases fenológicas si crece en condiciones
climatologías diferentes a su región de origen.
Debido a su naturaleza interdisciplinaria, las investigaciones fenológicas pueden ser
dificultosas debido a la necesidad de categorizar bajo disciplinas tradicionalmente científicas.
Tres áreas que actualmente utilizan la información fenológica son: sensores remotos, cambios
climáticos y modelos.
La contribución potencial de la fenología, podría ser el desarrollo de trabajos de observaciones
sistemáticas a escala nacional y global en las próximas décadas, constituyendo un
conocimiento de la relación atmósfera-biosfera con implicaciones de cambio global (Schwartz,
1999).
Cambio climático y fauna silvestre en la Amazonía peruana
Impacto de la sequía e inundaciones intensas en la Reserva Nacional Pacaya Samiria
La discusión acerca del cambio climático en el mundo, ha dejado de ser un debate
exclusivamente ambientalista y se ha convertido en parte muy importante de las agendas de las
naciones y los Estados del mundo en temas de desarrollo, crecimiento económico y lucha contra
la pobreza. En este aspecto, nuestro país no es ajeno, al contrario, está activamente involucrado
y comprometido; una muestra de ello es esta publicación “Cambio climático y fauna silvestre en
la Amazonía peruana-Impacto de la sequía e inundaciones intensas en la Reserva Nacional
Pacaya Samiria”. En ella se puede evidenciar de manera científica los efectos del acelerado
cambio climático por efectos de actividades humanas en la reserva, la misma que alberga una
muestra representativa de la selva baja inundable de la Amazonía peruana. Evidencias que
esperamos contribuyan a generar reflexión y debate, en todavía algunos escépticos
que consideran que el cambio climático global es un eufemismo que detiene y limita el
desarrollo. Los investigadores y amantes de la Amazonía Richard E. Bodmer, Tula G. Fang, Pablo
E. Puertas, Miguel Antúnez, Kimberlyn Chota y William E. Bodmer, nos presentan pruebas que
nos permiten afirmar que la Amazonía peruana está experimentando efectos negativos, no
reportados anteriormente con el actual rigor científico, debido a las fluctuaciones climáticas
inusuales en los ecosistemas de bosques de tierras bajas inundables. Esta publicación es una
importante contribución no solo en el campo científico sino también en la práctica de la
adaptación, en donde existe un aporte concreto de las áreas naturales protegidas al
conocimiento de los posibles cambios que se podrían generar en la “cascada biológica”. Por lo
tanto, existen consecuencias en las poblaciones locales beneficiarias, directa e indirectamente,
de los servicios ecosistémicos que brindan las áreas naturales protegidas y de los cuales
dependen gran parte de sus economías.
La fauna silvestre del río Samiria habita un ecosistema influenciado por grandes fluctuaciones
estacionales y que comprende estaciones de vaciante y creciente. De esta forma, la ecología de
la fauna silvestre acuática y terrestre gira en torno a los cambios estacionales en el nivel de agua.
Las condiciones ecológicas durante los largos periodos de inundación, de más de seis meses, son
muy duras para la mayor parte de la flora y fauna terrestre (Junk y Piedade 1997). Muchas
especies de plantas no pueden soportar los periodos largos de inundación y la diversidad de
plantas en áreas fuertemente inundadas es menor que en restingas ligeramente inundables o
no inundables (De Simone et al. 2002). Igualmente, la fauna silvestre terrestre (venados,
pecaríes, roedores y tapires) se ve obligada a buscar restingas durante las estaciones de
creciente, incrementando la competencia por los recursos y la presión de los depredadores
(Bodmer 1990, Junk y Da Silva 1997). La fauna silvestre arbórea también depende de las
inundaciones, puesto que en los bosques inundables muchos árboles frutales son bastante
estacionales, dando como resultado estaciones con baja producción de frutos (Ayres 1986).
Igualmente, la fauna silvestre acuática se ve afectada por los cambios estacionales en el nivel de
agua. Durante los periodos de inundación los peces entran al interior de los bosques y se
alimentan de la abundante producción animal y vegetal, especialmente de la abundancia de
frutos, invertebrados y otros organismos vivientes atrapados en las inundaciones anuales (Junk
et al. 1997, Goulding 1980). En efecto, muchas especies de árboles fructifican durante esta
estación y dependen de las especies de peces como mecanismo principal para dispersar sus
semillas (Goulding 1980). Durante los periodos de inundación muchas poblaciones de peces se
reproducen en los bosques inundables (Ortega y Hidalgo 2008). En otras especies de la fauna
acuática, como los delfines, lobos de río y otros depredadores de peces, esta época es más
complicada puesto que sus presas están más ampliamente distribuidas a lo largo y ancho de los
bosques inundables. Cuando las aguas retroceden durante los meses de vaciante, las
poblaciones de peces se concentran y se recluyen en lagos, ríos y caños, facilitando la
competición y depredación. Durante este periodo de sequía muchas poblaciones de peces
migran desde los ríos pequeños hacia ríos mayores (Granado-Lorencio et al. 2007). Los delfines,
aves de orilla y otros depredadores de peces tienen una mayor disponibilidad de presa durante
la estación de vaciante, e incluso siguen a las migraciones de peces cuando bajan por los ríos y
canales. La gente que vive en los bosques inundables también se ha adaptado a los cambios
estacionales en el uso de recursos naturales y en su agricultura (Padoch 1988). Durante la
estación de creciente, la pesca es más difícil puesto que los peces se dispersan por todos los
bosques inundables (Goulding et al. 1996). Sin embargo, en este periodo la caza es más fácil
porque las especies grandes de caza, como el venado, pecaríes y tapir quedan atrapados en
restingas de menor superficie (Bodmer et al. 1998). Por el contrario, durante la estación de
vaciante, aumenta la dificultad de encontrar especies de caza porque incrementan su rango de
distribución, y los peces se capturan con mayor facilidad porque quedan atrapados en cuerpos
de agua reducidos de lagos, canales y ríos (Tejerina-Garro et al. 1998). De esta forma, los
pobladores locales indígenas de los bosques inundables modifican sus actividades de pesca y
caza de acuerdo a las estaciones, poniendo mayor énfasis en la caza durante la estación de
creciente y en la pesca durante la estación de vaciante (Pinedo-Vásquez 1988). Los ciclos
normales de los bosques amazónicos ahora están perturbados por los eventos recientes de
inundaciones extremas y sequía. Los bosques inundables son particularmente importantes para
entender el impacto del cambio climático en la Amazonía, y en la fauna silvestre acuática y
terrestre, puesto que los hábitats fluctúan entre la estación de vaciante y creciente, provocando
que estos sean más sensitivos a las grandes variaciones Cambio climático y fauna silvestre en la
Amazonía peruana 37 £ Capturando un caiman para estudiar. estacionales (Hamilton et al.
2002). El cambio del nivel del agua es un indicador robusto de la fluctuación climática, porque
las variaciones son semanales o mensuales conforme el aumento o retroceso de las aguas. Este
comportamiento difiere a otros factores ambientales como temperatura y lluvia, porque las
drásticas fluctuaciones diarias podrían provocar una mayor desviación estándar (Wittmann et
al. 2004). Entre los objetivos del estudio se evalúa el estado