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IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO: EL PASADO Y EL

FUTURO

Los ecosistemas forestales, y sus bienes y servicios

A nivel local, no resulta fácil atribuir la causa de un fenómeno ambiental


extremo aislado al cambio climático. El clima es intrínsecamente variable y los
episodios climáticos extremos no son raros. Un brote de insectos ocasional o la
mortalidad causada por la sequía en un cierto lugar pueden ser consecuencia o
verse estimulados por la variabilidad natural del clima. En muchos casos, la
carencia de registros prolongados y fiables dificulta la labor de determinar si la
frecuencia de los acontecimientos climáticos extremos haya podido aumentar a
no. A escala mundial sin embargo, el número actual de estos accidentes y sus
proporciones aportan una prueba circunstancial contundente de que los
ecosistemas forestales están siendo afectados por alteraciones generalizadas e
inusitadas (véase el artículo de Régnière).

En los bosques boreales templados la cubierta de nieve se ha reducido y las


nieves se derriten antes de tiempo, las heladas son más cortas y los
acontecimientos climáticos extremos son más numerosos; estos fenómenos
determinan que aumente la probabilidad, frecuencia, alcance e intensidad de las
sequías, canículas, inundaciones y tormentas fuertes. Unas temperaturas más
altas, asociadas a veces a una ordenación forestal deficiente, han hecho que
algunos de los grandes ecosistemas forestales homogéneos estén más expuestos
a brotes de insectos, enfermedades y plagas diversas. Un claro ejemplo es la
infestación con el escarabajo del pino de montaña (Dendroctonus ponderosae),
que ha hecho estragos en una extensión de más de 13 millones de hectáreas de
bosque en el Canadá occidental. Los ecosistemas forestales tropicales han
experimentado temperaturas más altas y fenómenos extremos de oscilación
meridional El Niño más frecuentes, que han determinado una incidencia mayor
de ciclones de gran intensidad, graves sequías, incendios, inundaciones y
corrimientos de tierras. La merma del caudal de los ríos y las grandes marejadas
ciclónicas han ocasionado un incremento en el nivel de salinidad de los
manglares y de otros humedales forestales costeros, que a su vez han causado la
degradación de estos vitales ecosistemas.

En las tierras áridas y semiáridas, la mortalidad de árboles por sequía se ha


acentuado y ha acarreado degradación y una distribución más reducida en la
totalidad de algunos ecosistemas forestales, por ejemplo de bosques de cedro de
Atlas (Cedrus atlantica), en Argelia y Marruecos. Conforme la productividad de
las tierras agrícolas contiguas disminuye por efecto de la sequía, muchas
comunidades africanas carentes de fuentes de ingreso alternativas resuelven
volver a utilizar las tierras forestales para sus cultivos, el pastoreo y la cosecha
ilícita de la madera y otros productos forestales, con la consiguiente mayor
pérdida de cubierta forestal en la localidad.

No es posible predecir con certeza cuál será el impacto futuro del cambio
climático en la salud, crecimiento, distribución y composición de determinados
bosques (véanse los artículos de van Zonneveld et al. y Silveira Wrege et al.)
porque las proyecciones climáticas locales son poco abundantes; por lo demás,
la interacción entre factores bióticos y abióticos es impredecible. En ausencia de
influjos limitantes debidos a la humedad y a la indisponibilidad de nutrientes,
las estaciones más cálidas pueden estimular el crecimiento, la duración del
período vegetativo y el efecto fertilizante ejercido por unas concentraciones
mayores de CO2 en la atmósfera. En cambio, se prevén disturbios más
frecuentes que obligarían al reemplazo de los rodales a causa de las fuertes y
bruscas pérdidas de bosque en algunas localidades (véase el artículo de Allen).
Según ciertos modelos de predicción del cambio climático, en porciones del
bosque amazónico y en otros bosques tropicales se registrará un fenómeno de
muerte regresiva que a su vez podría extremar el recalentamiento mundial.

Existen otros cambios ocasionados por el ser humano en el entorno natural que
también podrían acentuar las alteraciones climáticas sufridas por los bosques.
Por ejemplo, el ozono a nivel del suelo –agente fitotóxico poderoso y común en
los países desarrollados– reduce el crecimiento de los árboles. La deposición de
sustancias nitrogenadas contaminantes puede estimular el crecimiento pero
asimismo causar desequilibrios de nutrientes. La introducción accidental de
plagas de insectos y patógenos por conducto de los intercambios comerciales
internacionales –que ya son responsables de las profundas alteraciones
observadas en muchos ecosistemas forestales en todo el mundo– ha aumentado
el riesgo de que se produzcan infestaciones en gran escala, puesto que la eficacia
de las barreras que impiden el establecimiento y proliferación de las plagas es
menor en los bosques en latitudes elevadas. Una mejor gestión de estos factores
podría contribuir a la adaptación de los bosques al cambio climático.

Las pautas emergentes de los impactos actuales y futuros del cambio climático
en los bosques desvelan un conjunto de secuelas negativas debidas a un amplio
espectro de factores relacionados con el cambio climático, además de otros
impactos menos evidentes o incluso positivos que se registran en regiones o
lugares específicos y a menudo solo en ciertas especies de árboles. En términos
generales, el riesgo que corren los bosques y la ordenación forestal a lo largo de
los períodos usualmente prolongados de rotación aumentarán
considerablemente en la mayor parte del mundo, y las ganancias de
productividad de algunos bosques se verán anuladas de resultas de las
perturbaciones sufridas. Es probable que, durante este siglo, el medio ambiente
forestal sufra menoscabos no pequeños.

Poblaciones y medios de vida

Las sociedades ricas de países industrializados disponen de los medios para


hacer frente a los efectos inmediatos del cambio climático, y suelen sufrir menos
sus consecuencias a breve plazo. Por el contrario, para muchas comunidades
pobres de países en desarrollo o de países menos adelantados que dependen de
los bosques para la obtención de alimentos, piensos, leña, medicamentos y
servicios del ecosistema, el impacto económico y en el bienestar humano del
cambio climático puede ser muy agudo. Las escaseces de agua y las lluvias
impredecibles, en combinación con el crecimiento constante de la población y la
degradación de la tierra, aumentan la presión sobre los ecosistemas forestales y
sus posibilidades de satisfacer las necesidades primarias relacionadas con los
medios de vida. Gracias a la promoción de las iniciativas de silvicultura
comunitaria en los países en desarrollo se puede reforzar la capacidad de
adaptación de las poblaciones locales, ya que serían las personas que en primer
lugar experimentan los efectos del cambio climático aquellas a quienes se
asignaría la responsabilidad de adoptar las decisiones; asimismo, la silvicultura
comunitaria fomenta el papel del conocimiento vernáculo en la ordenación
forestal (véase el artículo de Gyampoh et al.).

Incluso en los países desarrollados, algunas comunidades que dependen de


industrias basadas en el bosque o de industrias ubicadas en paisajes forestales
ya están sufriendo los efectos de las perturbaciones relacionadas con el cambio
climático. En Canadá, por ejemplo, los frecuentes fuegos en bosques boreales
ponen en peligro la salud e integridad de la población, y la grave plaga de
escarabajo del pino de montaña se traducirá ineluctablemente en una
reestructuración no leve del sector de las industrias forestales, con
consecuencias negativas en el bienestar de la población local (véase el artículo
de Konkin y Hopkins).

El cambio climático repercute también en los ingresos locales derivados del


turismo y en los servicios de esparcimiento, porque un bosque muerto o en
regresión tiene menor atractivo paisajístico, o una capa de nieve discontinua es
motivo para abreviar una temporada de esquí.
LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL TAMBIÉN DAÑA A LOS ANIMALES

La naturaleza funciona como un todo armonioso. Cualquier alteración en uno de sus


componentes, afecta el equilibrio ecológico. La extinción de especies animales o la disminución
en su número, provoca una variación drástica en la cantidad de otras especies pertenecientes
a la flora y fauna. Este hecho produce entre ellas una relación de competencia que lleva a la
desaparición de unas especies, al aumento de otras y, en consecuencia, al rompimiento del
delicado equilibrio de la naturaleza.

contaminacion

La contaminación se ha encontrado presente ampliamente en el medio ambiente. Existe un


amplio número de efectos debido a esto:

•Biomagnificación: describe situaciones donde toxinas (como metales pesados o


contaminantes orgánicos persistentes, etc.) pueden pasar a través de niveles tróficos,
convirtiéndose exponencialmente en toxinas más concentradas en los niveles tróficos más
altos.

•La emisión de dióxido de carbono causa el calentamiento global por aumento en su


concentración en la atmósfera, y la acidificación de los océanos el decrecimiento del pH de los
océanos de la Tierra debido a la disolución de CO2 en el agua.

•La emisión de gases de efecto invernadero conduce al calentamiento global que afecta a
ecosistemas en muchas maneras.

•Especies invasoras pueden competir con especies nativas y reducir la biodiversidad.

•El suelo se puede volver infértil e inviable para plantas. Esto afectará a otros organismos en la
cadena trófica.

•Dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno pueden causar lluvia ácida que baja el valor de pH del
suelo y las aguas en donde se precipita.

LOS ANIMALES Y LA CONTAMINACIÓN DE SUS HÁBITATS NATURALES

La destrucción del hábitat es, sin duda, la principal amenaza que enfrentan la mayoría de las
especies animales en el mundo. Los animales no tienen más remedio que adaptarse a los
cambios de su entorno, proceso que altera gravemente su organismo (teniendo que mutar o
evolucionar considerablemente) así como también altera la cadena alimenticia de muchas
especies.

Los lagos y lagunas se han convertido en grandes bodegas de basura acumulada; los suelos han
sido contaminados por plaguicidas, pesticidas, erosión por construcciones urbanas, etc.; los
ríos son apenas pequeños chorros de manguera circulando con agentes tóxicos debido a que
muchas personas los ocupan como baños, lavanderos, inodoros o excusados.

Las especies de fuentes acuíferas contaminadas se ven obligadas a adaptarse a estos


componentes contaminantes o, por el contrario, si no logran adaptarse al cambio de su
ecosistema, tienden a desaparecer.

Por consiguiente, cuando un ecosistema es contaminado por basura, deforestado o quemado,


las especies animales como insectos, mamíferos, aves y reptiles, se ven obligados a migrar a
otros lugares cercanos, los cuales muchas veces son destruidos nuevamente por la acción del
hombre.

¿Qué pasará el día que los animales no tengan dónde ir; cuando no exista un solo ecosistema
que no haya sido alterado?

Mucho se habla de contaminación, la gente está tan acostumbrada a ver basura por doquier,
hasta el punto que le parece normal o le da igual que una especie animal se extinga debido a la
contaminación de sus hábitats. Según ellos no les incumbe.

Pero la realidad es que si una sola especie se extingue, estamos contribuyendo a la decadencia
de nuestro planeta. Cuando se producen cambios en los hábitats naturales, las especies
pueden lograr sobrevivir con mucho esfuerzo, adaptándose a los cambios generados en su
entorno, pero si la alteración es grave, es probable que los organismos que dependen de ellos
mueran.

En Nicaragua, por ejemplo, los jaguares están en la primera línea de animales en vías de
extinción, debido a la destrucción de sus hábitats naturales por la deforestación y
contaminación de los ecosistemas provocados por la actividad humana.

No contaminemos más el hogar de nuestra preciada fauna, ni el de nosotros mismos; seamos


conscientes de las fatídicas consecuencias de nuestras acciones en contra del medio ambiente
y los animales.
¿Cómo proteger a los animales en peligro de
extinción?

Medidas básicas de protección


La realidad es dura. Científicos afirman que estamos muy cerca de la próxima
extinción en masa, esta sería la sexta según la historia del planeta Tierra. Predicen
que será un evento global que afectará a tres cuartas partes de las especies animales
que ahora existen.
Esto será a nivel mundial, pero a nivel local, todavía hay pequeños cambios y mejoras
que cada persona puede hacer en su pequeño entorno para colaborar y frenar la
nueva extinción de los animales, una problemática que a todos nos afecta en gran
medida. Comparte las siguientes medidas que te proponemos en ExpertoAnimal con
tus familiares, amigos y comunidad:
 Debemos ser los protectores de la vida silvestres, no dañarla. Disparar, atrapar, forzar
o acosar a los animales son prácticas crueles e ilegales en muchas partes del mundo.
Capturar a animales con fines de entretenimiento humano puede conducir a su
extinción. No participes ni apoyes actividades como: circos, zoológicos, safaris de
caza, acuarios y parques temáticos, todo esto atenta gravemente con la vida animal.
 Una de las mayor amenazas con la que tienen que lidiar las especies es con el
deterioro y la pérdida de su hábitat. A través de la protección de los lugares donde
viven los animales, estamos protegiendo su vida y la vida en el planeta. La comida,
el refugio y un espacio propicio para reproducirse es esencial. El desarrollo, la
explotación forestal, la perforación de recursos naturales llevan a una destrucción
masiva de hábitats. Por ejemplo, cuando vayas a comprar una casa, considera su
impacto directo en el hábitat. Ayuda a proteger parques (grandes y pequeños),
refugios de vida silvestre y otros espacios abiertos en tu comunidad. No apoyes la
destrucción a través de complejas construcciones o minería descontrolada. No
compres productos donde los recursos fueron sustraídos indiscriminadamente de
ecosistemas naturales, como por ejemplo, las selvas tropicales.

Cambios pequeños hacen grandes mejoras


Además de las medidas iniciales para proteger a los animales en peligro de
extinción, existen otros cambios que pueden ayudar considerablemente a salvar la
vida en el planeta:
 Es importantísimo reducir nuestra huella de carbono (lo que causa el cambio
climático) y esto lo hacemos a través de mejorar nuestros hábitos y dinámicas de
vida. No tiene que ser un cambio dramático, son pequeñas reestructuraciones que no
realmente nos afectarán nuestro día a día pero sí al futuro de la vida animal,
incluyendo al ser humano. Todo es un ciclo, aunque no lo veamos nuestro día a día
afecta en otras escalas. En vez de usar el coche para todo, intenta usar transporte
público, bicicleta o hasta ir caminando, sin duda hay distancias donde no es
necesario.
 Ahorra dinero y energía del planeta apagando las luces cuando salgas y
desconectando los aparatos electrónicos. Cambia las bombillas a bulbos
fluorescentes compactos, estos utilizan mucho menos combustible fósil. En el
invierno, modifica la calefacción de tu casa y oficina dos grados más frío. Tu cuerpo
no lo notará tanto y al mismo tiempo utilizarás mucha menos energía. En el verano lo
mismo, no abuses del aire acondicionado.

Voluntariado, educación y compra consciente


Además de modificar algunos hábitos de tu día a día, puedes hacer mucho más para
proteger a los animales en peligro de extinción:
 Visita con cautela y respeto los refugios, santuarios de vida animal y parques
naturales. Estos suelen ser espacios protegidos que sirven de hogar de mucha flora y
fauna. Recuerda que la vida animal se entrelaza y nutre directamente con la vida
vegetal. No propicies el turismo desmedido sino el turismo respetuoso con el medio
ambiente.
 Involúcrate y forma parte del cambio a través de la realización de programas
de voluntariado en centros de protección a la naturaleza o refugio de vida
silvestre. Unas horas a la semana no cambiarán tus dinámicas, cede parte de tu
tiempo para una gran causa.
 Infórmate acerca de las especies en peligro de extinción tanto en tu área como en el
mundo. No compres animales, ni ninguna de sus partes si están en la lista negra (y
si no están tampoco). Los animales no son trofeos ni artículos de uso humano. Ayuda
en la educación ambiental y conversa con tus familiares amigos y comunidad acerca
del tema y su importancia. Aprender a apreciar la vida animal y su valor, en su
máxima expresión, es una gran forma de tomar conciencia. Recuerda que nuestro
mundo natural (esto incluye a los animales) nos proporciona un hogar donde vivir.
 Por ningún motivo arrojes basura a los medios naturales. Tu contaminación será
directa. Así mismo, recicla para preservar el medio ambiente y proteger a los
animales en peligro de extinción.
 Intenta compra comida local. De esta forma, no solo apoyarás a los pequeños
comerciantes sino también al medio ambiente, esto incluye la vida animal y ayudarás
a proteger a los animales en peligro de extinción. A nivel general, las pequeñas
explotaciones de granjeros locales suelen ser en menor escala y hacen menos daño
ambiental, además que suelen tomar medidas más éticas y sostenibles que las
grandes industrias de alimentos.
Manejo de pastos y forrajes
Manejo de pastos y forrajes. Los pastos constituyen la fuente de alimentación
más económica de la que dispone un productor para mantener a sus animales. Sin
embargo, depende de un manejo adecuado para que el pasto adquiera todo su
potencial y al ser utilizado, desarrolle las funciones de crecimiento, desarrollo,
producción y reproducción en los animales.

Aspectos para el manejo adecuado


 La necesidad o no de implementar riego.
 La necesidad de mantener buenas técnicas de drenaje.
 El modo como ha de ser sembrado o establecido el pastizal.
 La conveniencia o no de la rotación de potreros.
 El establecimiento de asociaciones con otros pastos.
 La capacidad de carga de pastos.
 La tolerancia del forraje en cuando a algunos factores como la quema, la
sequía, el aguachinamiento, las heladas, el pisoteo, suelos ácidos, suelos
pobres y otros.
 La presencia de sustancias tóxicas para una determinada especie animal.

La mayoría de estos factores están determinados directamente por el pasto en


cuestión. El productor debe entonces conocer las características del pasto y de los
animales que está criando para poder implementar un manejo adecuado de
potreros, pastos y forrajes.

Manejo del pasto


La dinámica del pastizal es tal que los excedentes, una vez envejecidos, se
transforman en un obstáculo para la conversión de pasto en carne. Solo un manejo
activo del pastoreo puede aumentar a la vez la producción de carne y la de pasto,
además de mejorar la estructura y la calidad del pastizal.

En las zonas subtropicales y tropicales, el crecimiento de los pastos es muy alto


durante gran parte del año, debido a las altas temperaturas combinadas con la
humedad. Esto lleva a que los pastos tiendan a envejecer, disminuyendo
notablemente su calidad.

La pérdida de calidad del forraje no permite que los animales en pastoreo


dispongan de la cantidad adecuada para lograr las máximas ganancias de peso
posibles a campo en función de su potencial genético. Ello conduce a que la
producción de carne anual por individuo y por unidad de superficie (hectárea) sea
muy baja en relación con el potencial forrajero.

En consecuencia, la gran mayoría de las empresas ganaderas obtienen una baja


producción de carne debido al bajo consumo de materia seca, que a su vez se
debe a la baja calidad del forraje ofrecido. Para aumentar la producción de carne,
entonces, se requiere que los animales consuman la mayor cantidad de materia
seca posible, y para ello, es necesario que la calidad del pasto sea óptima.
Conversión de pasto en carne
El pasto crece debido al proceso de fotosíntesis, que le permite a la planta fijar
el carbono. Al mismo tiempo, la planta también consume carbono mediante el
proceso de respiración. La acumulación neta de materia seca es la diferencia entre
ambos procesos.

La clave está en encontrar el momento adecuado para consumir el pasto. Para ello
es básico conocer el concepto de «sitio de alimentación», que es el lugar donde el
animal puede tomar uno o varios bocados con el solo movimiento de la cabeza sin
necesidad de trasladarse. Cuanta más calidad y cantidad de pasto hay disponible
en un mismo lugar, mayor es el consumo, ya que se requiere menos tiempo para
consumir el forraje necesario a fin de lograr las máximas producciones
individuales.

En contrapartida, si en cada sitio de alimentación el forraje de calidad es escaso, el


animal tendrá que trasladarse continuamente en busca de la cantidad y calidad de
pasto que necesita.

Pérdida de calidad de pastos por exceso de reposo


Con respecto al aprovechamiento del pasto se debe lograr que el animal consuma
el pasto a tiempo, para con ello lograr altos niveles de producción.

En consecuencia, la clave está en consumir el pasto a tiempo para lograr la mayor


calidad posible y así poder consumir la mayor cantidad posible. Hablemos,
entonces, del consumo.

El consumo diario se define a través de dos factores: el peso del bocado y el


número de bocados consumidos en el día. A su vez, el peso del bocado se define
por el volumen del bocado (área por profundidad del bocado) y la densidad del
mismo. Por el otro lado, el número de bocados está en función de la cantidad de
horas de pastoreo.

Importancia del manejo de pastos


En nuestro país, las plantas forrajeras constituyen la base de la alimentación del
ganado vacuno. Además, son la fuente de nutrientes más barata y la mejor
adaptada a los requerimientos fisiológicos de los rumiantes. Entre otros factores, la
eficiencia de la producción animal depende de la óptima utilización de los
alimentos en las diferentes etapas como: el crecimiento, desarrollo y reproducción.
Al citar alimentos, nos referimos a todo lo que es ofrecido al animal, puede ser en
forma de pastura, heno, ensilaje o concentrados.

La pastura utilizada eficientemente, se ve reflejada en los altos rendimientos por


hectáreas. Esto significa que el pasto cosechado con los tenores de proteína bruta
de 10 % y energía de 63 % que son los óptimos, harán que el animal obtenga
elevadas ganancias de pesos. Es fundamental que los alimentos estén disponibles
en cantidad y calidad suficientes, permitiendo al rumiante expresar su toda su
capacidad genética de producción.
LA FENOLOGÍA COMO HERRAMIENTA EN LA
AGROCLIMATOLOGÍA
INTRODUCCIÓN.

En la actualidad se dispone de suficiente información sobre los factores climáticos, edáficos y


biológicos involucrados en la duración del ciclo biológico y producción de los cultivos, sin
embargo, es bastante frecuente encontrar que para referirse a un momento determinado de
su ciclo biológico, esto se haga en términos de una escala de tiempo (Días Después de la
Siembra, DDS) relacionándola con las observaciones y prácticas que se llevan a cabo en ellos
sin tomar en cuenta el efecto de tales factores sobre la morfología de las plantas.

El ciclo biológico cambia con el genotipo y con los factores del clima, esto quiere decir, que las
plantas del mismo genotipo sembradas bajo diferentes condiciones climáticas pueden
presentar diferentes estados de desarrollo después de transcurrido el mismo tiempo
cronológico. Por lo que cada vez cobra mayor importancia el uso de escalas fenológicas que
permiten a la vez, referirse a las observaciones y prácticas de manejo del cultivo en una etapa
de desarrollo determinado.
Dado que el producto final de un cultivo, no es sino la consecuencia de un proceso derivado de
las actividades agrícolas efectuadas durante todo el ciclo, para los investigadores y
productores se hace necesario el conocimiento de la fenología agrícola y la posible duración de
las diferentes etapas.

El estudio de los eventos periódicos naturales involucrados en la vida de las plantas se


denomina fenología (Volpe, 1992; Villalpando y Ruiz, 1993; Schwartz,1999) palabra que deriva
del griego phaino que significa manifestar, y logos tratado. Fournier, 1978 señala que es el
estudio de los fenómenos biológicos acomodados a cierto ritmo periódico como la brotación,
la maduración de los frutos y otros. Como es natural, estos fenómenos se relacionan con el
clima de la localidad en que ocurre; y viceversa, de la fenología se puede sacar secuencias
relativas al clima y sobre todo al microclima cuando ni uno, ni otro se conocen debidamente.

Fase: La aparición, transformación o desaparición rápida de los órganos vegetales se llama


fase. La emergencia de plantas pequeñas, la brotación de la vid, la floración del manzano son
verdaderas fases fenológicas (Torres, 1995).

Etapa: Una etapa fenológica esta delimitada por dos fases sucesivas. Dentro de ciertas etapas
se presentan períodos críticos, que son el intervalo breve durante el cual la planta presenta la
máxima sensibilidad a determinado elemento, de manera que las oscilaciones en los valores de
este fenómeno meteorológico se reflejan en el rendimiento del cultivo; estos periodos críticos
se presentan generalmente poco antes o después de las fases, durante dos o tres semanas.

El comienzo y fin de fases y etapas sirven como medio para juzgar la rapidez del desarrollo de
las plantas

CONCLUSIONES

Las principales variables que controlan la fenología de un cultivo son: fecha de siembra,
duración del día, temperatura, suministro de humedad, componente genético, y manejo de la
planta.
Un cultivo puede no desarrollar todas sus fases fenológicas si crece en condiciones
climatologías diferentes a su región de origen.
Debido a su naturaleza interdisciplinaria, las investigaciones fenológicas pueden ser
dificultosas debido a la necesidad de categorizar bajo disciplinas tradicionalmente científicas.

Tres áreas que actualmente utilizan la información fenológica son: sensores remotos, cambios
climáticos y modelos.
La contribución potencial de la fenología, podría ser el desarrollo de trabajos de observaciones
sistemáticas a escala nacional y global en las próximas décadas, constituyendo un
conocimiento de la relación atmósfera-biosfera con implicaciones de cambio global (Schwartz,
1999).
Cambio climático y fauna silvestre en la Amazonía peruana
Impacto de la sequía e inundaciones intensas en la Reserva Nacional Pacaya Samiria
La discusión acerca del cambio climático en el mundo, ha dejado de ser un debate
exclusivamente ambientalista y se ha convertido en parte muy importante de las agendas de las
naciones y los Estados del mundo en temas de desarrollo, crecimiento económico y lucha contra
la pobreza. En este aspecto, nuestro país no es ajeno, al contrario, está activamente involucrado
y comprometido; una muestra de ello es esta publicación “Cambio climático y fauna silvestre en
la Amazonía peruana-Impacto de la sequía e inundaciones intensas en la Reserva Nacional
Pacaya Samiria”. En ella se puede evidenciar de manera científica los efectos del acelerado
cambio climático por efectos de actividades humanas en la reserva, la misma que alberga una
muestra representativa de la selva baja inundable de la Amazonía peruana. Evidencias que
esperamos contribuyan a generar reflexión y debate, en todavía algunos escépticos
que consideran que el cambio climático global es un eufemismo que detiene y limita el
desarrollo. Los investigadores y amantes de la Amazonía Richard E. Bodmer, Tula G. Fang, Pablo
E. Puertas, Miguel Antúnez, Kimberlyn Chota y William E. Bodmer, nos presentan pruebas que
nos permiten afirmar que la Amazonía peruana está experimentando efectos negativos, no
reportados anteriormente con el actual rigor científico, debido a las fluctuaciones climáticas
inusuales en los ecosistemas de bosques de tierras bajas inundables. Esta publicación es una
importante contribución no solo en el campo científico sino también en la práctica de la
adaptación, en donde existe un aporte concreto de las áreas naturales protegidas al
conocimiento de los posibles cambios que se podrían generar en la “cascada biológica”. Por lo
tanto, existen consecuencias en las poblaciones locales beneficiarias, directa e indirectamente,
de los servicios ecosistémicos que brindan las áreas naturales protegidas y de los cuales
dependen gran parte de sus economías.

La fauna silvestre del río Samiria habita un ecosistema influenciado por grandes fluctuaciones
estacionales y que comprende estaciones de vaciante y creciente. De esta forma, la ecología de
la fauna silvestre acuática y terrestre gira en torno a los cambios estacionales en el nivel de agua.
Las condiciones ecológicas durante los largos periodos de inundación, de más de seis meses, son
muy duras para la mayor parte de la flora y fauna terrestre (Junk y Piedade 1997). Muchas
especies de plantas no pueden soportar los periodos largos de inundación y la diversidad de
plantas en áreas fuertemente inundadas es menor que en restingas ligeramente inundables o
no inundables (De Simone et al. 2002). Igualmente, la fauna silvestre terrestre (venados,
pecaríes, roedores y tapires) se ve obligada a buscar restingas durante las estaciones de
creciente, incrementando la competencia por los recursos y la presión de los depredadores
(Bodmer 1990, Junk y Da Silva 1997). La fauna silvestre arbórea también depende de las
inundaciones, puesto que en los bosques inundables muchos árboles frutales son bastante
estacionales, dando como resultado estaciones con baja producción de frutos (Ayres 1986).
Igualmente, la fauna silvestre acuática se ve afectada por los cambios estacionales en el nivel de
agua. Durante los periodos de inundación los peces entran al interior de los bosques y se
alimentan de la abundante producción animal y vegetal, especialmente de la abundancia de
frutos, invertebrados y otros organismos vivientes atrapados en las inundaciones anuales (Junk
et al. 1997, Goulding 1980). En efecto, muchas especies de árboles fructifican durante esta
estación y dependen de las especies de peces como mecanismo principal para dispersar sus
semillas (Goulding 1980). Durante los periodos de inundación muchas poblaciones de peces se
reproducen en los bosques inundables (Ortega y Hidalgo 2008). En otras especies de la fauna
acuática, como los delfines, lobos de río y otros depredadores de peces, esta época es más
complicada puesto que sus presas están más ampliamente distribuidas a lo largo y ancho de los
bosques inundables. Cuando las aguas retroceden durante los meses de vaciante, las
poblaciones de peces se concentran y se recluyen en lagos, ríos y caños, facilitando la
competición y depredación. Durante este periodo de sequía muchas poblaciones de peces
migran desde los ríos pequeños hacia ríos mayores (Granado-Lorencio et al. 2007). Los delfines,
aves de orilla y otros depredadores de peces tienen una mayor disponibilidad de presa durante
la estación de vaciante, e incluso siguen a las migraciones de peces cuando bajan por los ríos y
canales. La gente que vive en los bosques inundables también se ha adaptado a los cambios
estacionales en el uso de recursos naturales y en su agricultura (Padoch 1988). Durante la
estación de creciente, la pesca es más difícil puesto que los peces se dispersan por todos los
bosques inundables (Goulding et al. 1996). Sin embargo, en este periodo la caza es más fácil
porque las especies grandes de caza, como el venado, pecaríes y tapir quedan atrapados en
restingas de menor superficie (Bodmer et al. 1998). Por el contrario, durante la estación de
vaciante, aumenta la dificultad de encontrar especies de caza porque incrementan su rango de
distribución, y los peces se capturan con mayor facilidad porque quedan atrapados en cuerpos
de agua reducidos de lagos, canales y ríos (Tejerina-Garro et al. 1998). De esta forma, los
pobladores locales indígenas de los bosques inundables modifican sus actividades de pesca y
caza de acuerdo a las estaciones, poniendo mayor énfasis en la caza durante la estación de
creciente y en la pesca durante la estación de vaciante (Pinedo-Vásquez 1988). Los ciclos
normales de los bosques amazónicos ahora están perturbados por los eventos recientes de
inundaciones extremas y sequía. Los bosques inundables son particularmente importantes para
entender el impacto del cambio climático en la Amazonía, y en la fauna silvestre acuática y
terrestre, puesto que los hábitats fluctúan entre la estación de vaciante y creciente, provocando
que estos sean más sensitivos a las grandes variaciones Cambio climático y fauna silvestre en la
Amazonía peruana 37 £ Capturando un caiman para estudiar. estacionales (Hamilton et al.
2002). El cambio del nivel del agua es un indicador robusto de la fluctuación climática, porque
las variaciones son semanales o mensuales conforme el aumento o retroceso de las aguas. Este
comportamiento difiere a otros factores ambientales como temperatura y lluvia, porque las
drásticas fluctuaciones diarias podrían provocar una mayor desviación estándar (Wittmann et
al. 2004). Entre los objetivos del estudio se evalúa el estado

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