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La Tierra

La Tierra es el tercer planeta desde el Sol y el quinto del


Sistema Solar en cuanto a tamaño.
Es el único planeta conocido que tiene vida, aunque algunos de los
otros planetas tienen atmósferas y contienen agua.

Gira describiendo una órbita elíptica alrededor de su estrella, nuestro


Sol, a unos 150 millones de km, en, aproximadamente, un año. Al
mismo tiempo gira sobre su propio eje cada día.

La Tierra no es una esfera perfecta, ya que el ecuador se engrosa 21


km, el polo norte está dilatado 10 m y el polo sur está hundido unos
31 metros.

La Tierra posee una atmósfera rica en oxígeno, temperaturas


moderadas, agua abundante y una composición química variada. El
planeta se compone de rocas y metales, sólidos en el exterior, pero
fundidos en el interior.
Desde la antigüedad se han elaborado mapas pera representar la
Tierra. Con la llegada de la fotografía, los ordenadores y la
astronáutica, la superfície terrestre ha sido estudiada con detalle,
aunque todavía queda mucho por descubrir.

En este capítulo...

Movimientos de la Tierra: En esta página se explican los dos


movimientos de la Tierra que determinan la duración de los días y de los
años ... Leer página
Precesión y nutación: Los equinoccios no son fijos porque el plano del
ecuador gira en relación al plano de la eclíptica ... Leer página
La Tierra: hidrosfera y atmósfera: Los astronautas siempre hablan de la
Tierra como "El Planeta Azul", debido a su color ... Leer página
Capas de la Tierra: la corteza: La Tierra es uno de los planetas sólidos o,
al menos, de corteza sólida, ya que no todas las capas lo son ... Leer página
El manto y el núcleo: La corteza terrestre es una fina capa si la
comparamos con el manto y el núcleo del planeta ... Leer página
Magnetismo y electricidad en la Tierra: La Tierra se comporta como un
enorme imán. El físico y filósofo natural inglés William Gilbert ... Leer página
Los mapas de la Tierra: El ser humano siempre ha tenido la necesidad de
desplazarse de un lugar a otro. A veces, en busca de alimentos ... Leer
página

La Tierra

La Tierra es nuestro planeta y el único habitado. Está situado


en la ecosfera, un espacio que rodea al Sol y que tiene las
condiciones adecuadas para que exista vida.
La Tierra es el mayor de los planetas rocosos. Eso hace que pueda
retener una capa de gases, la atmósfera, que dispersa la luz y absorbe
calor. De día evita que la Tierra se caliente demasiado y, de noche,
que se enfríe.

Siete de cada diez partes de la superficie terrestre están cubiertas de


agua. Los mares y océanos también ayudan a regular la temperatura.
El agua que se evapora forma nubes y cae en forma de lluvia o nieve,
formando rios y lagos. En los polos, que reciben poca energía solar, el
agua se hiela y forma los casquetes polares. El del sur és más grande y
concentra la mayor reserva de agua dulce.
Datos básicos La Tierra Orden

Tamaño: radio ecuatorial 6.378 km. 5º

Distancia media al Sol 149.600.000 km. 3º.


Dia: periodo de rotación sobre el eje
23,93 horas 5º.

Año: órbita alrededor del Sol 365,256 dias 3º.

Temperatura media superficial 15 º C 7º.

Gravedad superficial en el ecuador 9,78 m/s2 5º.

La Tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene forma de pera.


Cálculos basados en las perturbaciones de las órbitas de los satélites
artificiales revelan que el ecuador se engrosa 21 km; el polo norte está
dilatado 10 m y el polo sur está hundido unos 31 metros.

Formación de la Tierra

Se formó hace unos 4.600 millones de años, junto con todo el Sistema
Solar.

Aunque las piedras más antiguas no tienen más de 4.000 millones de


años, los meteoritos, que se corresponden geológicamente con el
núcleo de la Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la
cristalización del núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos
se cree que ocurrió al mismo tiempo, unos 150 millones de años
después de formarse la Tierra y el Sistema Solar.

Después de condensarse a partir del polvo cósmico y del gas mediante


la atracción gravitacional, la Tierra era casi homogénea y bastante fría.
Pero la continuada contracción de materiales y la radiactividad de
algunos de los elementos más pesados hizo que se calentara.

Después, comenzó a fundirse bajo la influencia de la gravedad,


produciendo la diferenciación entre la corteza, el manto y el núcleo,
con los silicatos más ligeros moviéndose hacia arriba para formar la
corteza y el manto y los elementos más pesados, sobre todo el hierro y
el níquel, cayendo hacia el centro de la Tierra para formar el núcleo.

Al mismo tiempo, la erupción de los numerosos volcanes, provocó la


salida de vapores y gases volátiles y ligeros. Algunos eran atrapados
por la gravedad de la Tierra y formaron la atmósfera primitiva,
mientras que el vapor de agua condensado formó los primeros
océanos.

Magnetismo de la Tierra

La Tierra se comporta como un enorme imán. El físico inglés William


Gilbert fue el primero que señaló el magnetismo terrestre, en 1600,
aunque sus efectos se habían utilizado mucho antes en las brújulas
primitivas.

La Tierra está rodeada por un potente campo magnético, como si el


planeta tuviera un enorme imán en su interior cuyo polo sur estuviera
cerca del polo norte geográfico y viceversa. Por paralelismo con los
polos geográficos, los polos magnéticos terrestres reciben el nombre
de polo norte magnético y polo sur magnético, aunque su magnetismo
real sea opuesto al que indican sus nombres.

El polo norte magnético se sitúa hoy cerca de la costa oeste de la isla


Bathurst en los Territorios del Noroeste en Canadá. El polo sur
magnético está en el extremo del continente antártico en Tierra Adelia.

Las posiciones de los polos magnéticos no son constantes y muestran


notables cambios de año en año. Las variaciones en el campo
magnético de la Tierra incluyen el cambio en la dirección del campo
provocado por el desplazamiento de los polos. Esta es una variación
periódica que se repite cada 960 años. También existe una variación
anual más pequeña.

La Tierra
El planeta Tierra es una esfera ligeramente achatada en
los polos con una superficie de unos 510 millones de
kilómetros cuadrados, la longitud de su radio oscila entre
6.357 km. (radio polar) y 6.378 km. (radio ecuatorial).La
Tierra es un planeta único, capaz de sustentar la vida
gracias a sus océanos de agua, su atmósfera rica en
oxígeno, sus condiciones de temperatura, etc.

Es el cuerpo más grande en el sistema solar con una


superficie sólida y es el único planeta con placas
tectónicas activas que producen el lento pero constante
movimiento de placas grandes y rígidas sobre la
superficie del planeta. La superficie sólida atrapa el calor
necesario para forzar que la corteza se mueva.

El origen de la Tierra

. Para describir el complejo proceso de formación de la


tierra se suele dividir en varias etapas. Una de ellas, cleve
para comprender las características de nuestro planeta,
es la llamada etapa de la evolución pregeológica. Esta
etapa comprende una larga serie de procesos, desde la
individualización del protoplaneta terrestre, a partir de la
llamada "nebulosa matriz" del sistema solar, hasta la
consolidación de la superficie de nuestro planeta en una
estructura más parecida a la existente hoy en día, esto
es, formada por rocas y agua, con una temperatura
media determinada fundamentalmente por la radiación
solar.

Teniendo en cuenta que la edad aproximada de la Tierra


como cuerpo celeste es de unos 4.500 millones de años y
que las edades de las rocas más antiguas de la corteza
terrestre oscilan alrededor de unos 3.500 millones de
años, la duración del período pregeológico de la evolución
de la Tierra se estima en unos 1.000 millones de años.

En sus orígenes, el protoplaneta terrestre debió de ser


mucho mayor que la Tierra actual, por tratarse todavía de
un simple fragmento de una nebulosa difusa constituida
esencialmente por gases entre los que predominaban el
hidrógeno y el helio. Los demás constituyentes debían de
encontrarse en concentraciones semejantes a la
concentración de los elementos en el Universo.

Por contracción y acreción de materia interestelar el


protoplaneta fue aumentando de masa y creó a su
alrededor un potente campo gravitatorio.
Simultáneamente, a causa de la contracción, la
temperatura aumentaba hasta alcanzar valores de 2.000
ó 3.000°C.

Durante el período pregeológico de la evolución de la


Tierra se debieron producir las principales reacciones
entre los átomos para originar los primeros compuestos
químicos. H. C. Urey ha estudiado los procesos mediante
los cuales se formaron tales compuestos, teniendo en
cuenta la hipotética composición del protoplaneta
terrestre y los principios de la termodinámica. Sus
conclusiones pueden resumirse así:

1. El hidrógeno, elemento más abundante en el Universo,


se combinó con el nitrógeno y con el carbono dando lugar
respectivamente a amoníaco (NH 3 ) y metano (CH 4 ).

2. La primitiva atmósfera del protoplaneta estaría


formada por hidrógeno, helio, amoníaco y metano, al
igual que las atmósferas actuales de algunos de los
planetas mayores.

3. El oxígeno se combinó activamente con silicio,


aluminio, magnesio, hierro, calcio y potasio, dando lugar
a los silicatos a partir de los cuales se formaron las partes
sólidas más externas del planeta.

4. El hierro, elemento bastante abundante en el cosmos,


dio lugar, según la temperatura, a óxidos y sulfuros, por
debajo de 25 °C, mientras que por encima de 327 °C se
concentraría en forma de hierro metálico.

Como consecuencia de los procesos descritos el


protoplaneta terrestre debió de estar formado por una
atmósfera muy distinta de la actual, en la que
predominaban hidrógeno, helio, amoníaco y metano, y
una parte sólida constituida por hierro y silicatos.

La estructura de la Tierra

La tierra está formada por tres elementos físicos: la


litosfera (elemento sólido), la hidrosfera (elemento
líquido) y la atmósfera (elemento gaseoso). La
combinación de estos tres elementos es la que hace
posible la vida en nuestro planeta.

. El estudio de los terremotos ha permitido definir el


interior de la Tierra y distinguir tres capas principales,
desde la superficie avanzando en profundidad, en función
de la velocidad de propagación de las ondas sísmicas.
Dichas capas, apreciables en un corte transversal, son:
corteza, manto y núcleo. También la información que nos
proporcionan los meteoritos puede ser de gran utilidad
para conocer la composición de los materiales del interior
de la Tierra.

La litosfera

Los métodos de datación sitúan la edad de algunos


meteoritos en unos 4500 millones de años coincidente
con la edad de la tierra. Se cree que la composición de
muchos meteoritos es idéntica a la de algunas capas del
interior terrestre.

La corteza

Con el nombre de corteza se designa la zona de la Tierra


sólida situada en posición más superficial, en contacto
directo con la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. La
corteza terrestre presenta dos variedades: corteza
oceánica y corteza continental.

La corteza oceánica

La corteza oceánica tiene un grosor aproximado de 10


km; no obstante, esta cifra decrece notablemente en
determinados puntos del planeta, como en el rift valley,
en el área central de las dorsales oceánicas, donde
alcanza un valor prácticamente equivalente a O. En dicha
zona, el magma procedente del manto aflora
directamente. En la corteza oceánica se pueden distinguir
diversas capas. Los sedimentos que forman la primera
tienen un espesor situado entre 0 y 4 km; la velocidad
media de propagación de las ondas sísmicas alcanza los 2
km/s.

A continuación se localiza una franja de basaltos


metamorfizados que presentan entre 1,5 y 2 km de
grosor; la velocidad de las ondas es en este punto de 5
km/s. La tercera capa de la corteza oceánica, formada por
gabros metamorfizados, mide aproximadamente 5 km; en
ella, la velocidad media queda comprendida entre 6,7 y 7
km/s. Cabe mencionar una última parte, donde se
registra la máxima velocidad (8 km/s); está constituida
por rocas ultra básicas cuyo espesor ronda el medio
kilómetro.

La corteza continental

Con un espesor medio de 35 km, la corteza continental


incrementa notablemente este valor por debajo de
grandes formaciones montañosas, pudiendo alcanzar
hasta 60-70 km. Aparece dividida en dos zonas
principales: superior e inferior, diferenciadas por la
superficie de discontinuidad de Conrad. En este plano
existe un brusco aumento de la velocidad de las ondas
sísmicas, que, no obstante, no se registra er~ todos sus
puntos. Consecuentemente, puede afirmarse que no hay
una separación nítida entre ambas capas. La corteza
superior presenta una densidad medía de 2,7 kg/dm3 y,
en el continente europeo, su espesor medio se sitúa en
algo más de 810 km. Los materiales que la constituyen
son rocas sedimentarias dispuestas sobre rocas
volcánicas e intrusivas graníticas. La corteza inferior
contiene rocas metamorfizadas cuya composición es
intermedia (entre granito y. diorita o gabro); su densidad
equivale a 3 kg/dm3.

El manto

En un nivel inmediatamente inferior se sitúa el manto


terrestre, que alcanza una profundidad de 1900 km. La
discontinuidad de Mohorovicic, además de marcar la
separación entre la corteza y el manto terrestres, define
una alteración en la composición de las rocas; si en la
corteza —especialmente en la franja inferior— eran
principalmente basálticas, ahora encontramos rocas
mucho más rígidas y densas, las peridotitas. Hay que
hacer notar que la discontinuidad de Mohorovicic se
encuentra a diferente profundidad, dependiendo de que
se sitúe bajo corteza oceánica o continental. El manto se
puede subdividir en manto superior e inferior.
El manto superior se prolonga hasta los 650 o los 700 km
de profundidad. En este punto, la velocidad de las ondas
sísmicas se incrementa, al aumentar la densidad. A su
vez, en el manto superior pueden diferenciarse dos
regiones; en la superficial, el incremento de velocidad es
constante con relación a la profundidad, mientras que en
la inferior la velocidad decrece súbitamente. Como
resultado de la fusión que experimentan las peridotitas en
esta última capa, su rigidez disminuye con relación a la
capa superior.
El grosor del manto inferior varía entre 650-700 km —
bajo la astenosfera— y 2.900 km —en la discontinuidad
de Gutenberg, que marca la separación entre el manto y
el núcleo—. En la parte interna de esta capa, tanto la
densidad —que pasa de .4 kg/dm3 a 6 kg/dm3,
aproximadamente— como la velocidad aumentan de
manera constante.

El núcleo
El núcleo de nuestro planeta es una gigantesca esfera
metálica que tiene un radio de 3.485 km, es decir, un
tamaño semejante al planeta Marte. La densidad varía, de
cerca de 9 en el borde exterior a 12 en la parte interna.
Está formado principalmente por hierro y níquel, con
agregados de cobre, oxígeno y azufre.
El núcleo externo es líquido, con un radio de 2.300 km. La
diferencia con el núcleo interno se manifiesta por un
aumento brusco en la velocidad de las ondas p a una
profundidad entre 5.000 y 5.200 km.

El núcleo interno tiene un radio de 1.220 km. Se cree que


es sólido y tiene una temperatura entre 4.000 y 5.000° C.
Es posible que el núcleo interno sea resultado de la
cristalización de lo que fue una masa líquida de mayor
magnitud y que continúe este proceso de crecimiento. Su
energía calorífica influye en el manto, en particular en las
corrientes de convección.

Actualmente se considera que el núcleo interno posee un


movimiento de rotación y es posible que se encuentre en
crecimiento a costa del externo que se reduce.

Muchos científicos creen que hace 4.000 millones de años


la Tierra ya tenía un campo magnético causado por un un
núcleo metálico. Su formación marcó la frontera entre el
proceso de consolidación y el enfriamiento de la
superficie.
La hidrosfera

La superficie de la Tierra está cubierta principalmente por


agua (70,8%) y la tierra firme (29,2%) está
fundamentalmente contenida (85%) en un hemisferio
centrado en un punto entre París y Bruselas, pues el otro
hemisferio estaría ocupado principalmente por el océano
Pacífico.

La hidrosfera está formada fundamentalmente por agua


líquida, aunque también se incluye al hielo como
componente sólido y a las nubes como emulsiones de
pequeñas gotitas de agua o cristalitos de hielo. El vapor
de agua presente en la atmósfera está en equilibrio con
los depósitos superficiales y atmosféricos de la hidrosfera
y su cantidad depende de la temperatura terrestre. El
agua contribuye a regular el clima del planeta por su gran
capacidad de almacenar energía, modela su superficie con
los efectos de los agentes geológicos, diluye los
contaminantes y es esencial para los seres vivos.
Constituye un recurso imprescindible para la agricultura,
la industria, la generación de energía eléctrica, el
transporte, la higiene, etc.

En un futuro no muy lejano el agua se utilizará para la


obtención de hidrógeno a gran escala, gas que a su vez
será una de las fuentes energéticas esenciales para el
desarrollo y el progreso del planeta. La energía eléctrica,
que sólo podía almacenarse en pequeñas cantidades en
pilas o en condensadores, podrá utilizarse en la obtención
de hidrógeno, el cual constituirá un reservorio energético
de capital importancia y un tipo de energía limpia y no
contaminante.

El agua cubre casi las tres cuartas partes de la superficie


de nuestro planeta. Los principales depósitos de agua son
los océanos con 1.322 millones de km3 (97, 2 % del
volumen total); los glaciares tienen 29,2 millones de km3
(2,2 %); las aguas subterráneas poseen 8,4 millones de
km3 (0,6 %); los ríos y lagos almacenan 0,2 millones de
km3 (0,002 %); y la atmósfera contiene 0,01 millones de
km3 (0,001 %).

La cantidad de agua dulce que consume una persona


anualmente oscila entre 900 metros cúbicos en una
sociedad agrícola y 1500 en una sociedad industrial; por
tanto, los 5000 millones de habitantes de la Tierra
necesitan aproximadamente 7,5 billones de metros
cúbicos por año.

El hombre utiliza fundamentalmente el agua dulce, que


representa sólo una pequeña parte de la hidrosfera, de la
cual consigue captar una ínfima parte para diversos usos.
La obtiene sobre todo de la escorrentía superficial y de los
lagos, y en menor medida de los acuíferos subterráneos;
para ello construye embalses, realiza sondeos y
captaciones de diversa índole. Ahora se construyen
plantas de desalación de aguas marinas. El agua es un
recurso indispensable para el desarrollo de las
civilizaciones.

Desgraciadamente los recursos hídricos no se distribuyen


de acuerdo con las demandas de los mismos, existiendo
zonas ricas en agua pero poco pobladas (regiones
circumpolares y Siberia) y a la inversa (París, regiones
mediterráneas, centro Europa, EEUU, etc.)

En algunas regiones donde el agua no se repone con


suficiente rapidez (es un recurso no renovable), por
necesidades de desarrollo, se está procediendo a su
agotamiento; tal es el caso del centro de Australia, Arabia
Saudita, Egipto, Libia y Sahara septentrional
La atmósfera

Es la capa protectora que rodea la Tierra, formada por


una mezcla de gases.

Su límite inferior es la superficie del planeta, pero su


límite superior es impreciso, aunque algunos científicos lo
sitúan en 30.000 km.

La mayor parte de la energía radiante que llega a la


Tierra procedente del Sol se convierte en energía térmica
atmosférica antes de ser devuelta al espacio en forma de
radiación infrarroja. Las radiaciones procedentes del Sol
inciden de manera desigual sobre la atmósfera y sobre el
resto del planeta debido a la inclinación del eje de
rotación. La llegada de energía a la capa más cercana a la
superficie, la troposfera, origina los fenómenos
meteorológicos y una compleja circulación del aire.

La circulación atmosférica, en la que destacan


especialmente los vientos, distribuye la energía, en
colaboración con la circulación oceánica. Gracias a la
atmósfera y a la hidrosfera, la Tierra es un planeta con
una temperatura adecuada para el desarrollo de la vida.

Las diferencias en la insolación, junto con el régimen de


precipitaciones, es la causa de la existencia de distintos
climas en la Tierra.

Desde el punto de vista geológico, la atmósfera es un


sistema químico altamente agresivo, con capacidad para
hidratar, oxidar, carbonatar, hidrolizar, etc. Por otra
parte, da origen a importantes procesos mecánicos
(gelivación, cambios de temperatura, etc.) y está
íntimamente relacionada con la génesis de muchos
agentes geológicos o con sus formas de actuación
(viento, oleaje, precipitaciones, torrentes, ríos, glaciares,
etc.)

Las actividades humanas están contribuyendo a originar


numerosos cambios en la atmósfera (“efecto
invernadero”, “agujero de ozono”, lluvia ácida, etc.)

La atmósfera está compuesta por una mezcla de gases, a


la que denominamos aire, y diversas partículas en
suspensión que constituyen el polvo atmosférico (polen,
esporas, polvo, hollín, sales, microorganismos, etc.)

Sus componentes fundamentales son:

Nitrógeno ................. 78,09 % en volumen.


Oxígeno .................... 20,95 % “ “

Argón .........................0,93 % “ “

Dióxido de carbono .....0,03 % “ “

También existen otros gases con concentraciones muy


pequeñas (neón, helio, metano, etc.) y cantidades
variables de vapor de agua y ozono.

La proporción de CO2 está cambiando debido a la


combustión de carbones e hidrocarburos. Respecto a esta
molécula, preocupan los cambios de temperatura que
puede originar su aumento.

El vapor de agua se presenta en proporciones muy


variables. Tanto las cantidades de vapor de agua como
las de CO2, que se presentan en la atmósfera, están en
equilibrio con los depósitos superficiales, y ambas
concentraciones contribuyen al "efecto invernadero".

Existen diversos criterios para dividir la atmósfera


terrestre en diferentes capas, aunque quizá la más
conocida es aquella que distingu las siguientes:

Troposfera.- En ella se fragua el tiempo y el clima;


también es la capa que más relación tiene con el efecto
invernadero. Es la capa más densa, pues debido a su
comprensibilidad se concentra en ella el 80 % de los
gases atmosféricos. En los primeros 500 metros (capa
sucia) se condensa el polvo en suspensión procedente de
los desiertos, volcanes, la sal marina y las actividades
industriales. El citado polvo servirá de núcleo de
condensación para que el vapor de agua forme
emulsiones de pequeñas gotas líquidas o cristales de hielo
(nubes). La temperatura es máxima cerca de la superficie
terrestre, descendiendo la misma con la altura hasta -70
ºC. El vapor de agua se distribuye heterogéneamente. El
polvo y el CO2 son más abundantes que en otras capas.
Presenta diferente espesor (18 km., 12 km. ó 7 km.)
según las diversas latitudes de la Tierra.

Estratosfera.- Absorbe energía directamente de la


radiación solar incidente, debido a las reacciones
fotoquímicas en las que interviene el ozono, por lo que es
más cálida que la parte superior de la troposfera. Situada
entre 18 y 60 km. de altura. El ozono (O3), con una
abundancia de 2 partes por millón en la troposfera (con
una altitud de 18 Km, 12 km ó 7 km), alcanza hasta 12
partes por millón a 30 km (máxima concentración de
ozono) en la estratosfera. Es el único gas que absorbe el
ultravioleta próximo. La formación de ozono tiene relación
con las radiaciones ultravioleta y explica la alta
temperatura alcanzada a 50 km:

Mesosfera.- En ella disminuye otra vez la temperatura


desde +17 ºC hasta -83 ºC. Situada entre 60 y 80 km. de
altura.

Ionosfera o Termosfera.- Con componentes atmosféricos


ionizados, capaces de absorber gran parte de la radiación
ultravioleta de la luz solar. Se incrementa notablemente
la temperatura, llegando a superar los 1000 ºC. Situada
entre 80 y 400 km. de altura.

Exosfera.- Por encima de 400 ó 500 km, donde se igualan


las densidades de la atmósfera con el espacio interestelar
(en este caso con la atmósfera solar que alcanza la
Tierra) Un móvil que en esta zona alcance la velocidad de
11 km/seg puede escapar de la atracción terrestre.

Los movimientos de la Tierra

. Los movimientos de la Tierra y la Luna con respecto al


sol, marcan la alternancia del día y la noche, al igual que
la sucesión de las estaciones y las mareas. El movimiento
de rotación es responsable de la repetición regular del día
y la noche.

a) Movimiento de rotación: Es el movimiento que realiza


la Tierra sobre sí misma alrededor de un eje de rotación
imaginario que pasa por los polos. La rotación terrestre es
de oeste a este y tarda 24 horas en dar una vuelta
completa, este movimiento marca el día sideral y es uno
de los factores responsables del clima y por lo tanto las
estaciones.
b) Movimiento de traslación: Es el recorrido en forma de
elipse casi circular (orbita) que realiza la Tierra alrededor
del Sol. El Sol se encuentra prácticamente en el centro de
la elipse, el plano que la contiene se denomina plano de
la eclíptica. La Tierra tarda 365,242 días para dar una
vuelta completa alrededor del Sol.

Los movimientos de rotación y traslación terrestres son


responsables de los cambios climáticos y estaciones las
cuales presentan rasgos particulares según la altitud y
coordenadas terrestres.
Las estaciones son consecuencia del eje de rotación de la
Tierra, ya que éste no es perpendicular respecto al plano
de la eclíptica, sino que tiene una inclinación de 23º 27'.
En el Solsticio de Verano, 21 ó 22 de junio, el Hemisferio
Norte se inclina hacia el Sol. Los días son más largos que
las noches y los rayos del Sol inciden de forma más
perpendicular, al situarse el Sol en la vertical del Trópico
de Cáncer, iniciándose en este hemisferio la estación más
calurosa, el verano. Sin embargo en el Hemisferio Sur se
produce la situación contraria, iniciándose entonces el
invierno. En el Equinocio de Primavera, 20 ó 21 de marzo,
los días y las noches tienen igual duración en todo el
planeta, al situarse de nuevo el Sol en la vertical del
Ecuador, comenzando la primavera en el Hemisferio Norte
y el otoño en el Hemisferio Sur.

Otra consecuencia del movimiento de traslación de la


Tierra alrededor del Sol es la división del planeta en
grandes zonas térmicas y climáticas, la zona intertropical
que es cálida, dos zonas templadas en las latitudes
medias de ambos hemisferios y dos zonas frías o polares.
Estas diferencias de calor en las zonas térmicas
mencionadas se deben la variación en la cantidad e
intensidad de radiación solar que llegan a la superficie
terrestre, la cual varía según la latitud y las estaciones
del año.

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