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“Obesidad” Gajardo M., Herrera G., Saldivar C., Villanueva L.

-2014

ESCUELA DE FARMACIA-UAJFK

Introducción a la problemática farmacéutica

TRABAJO DE CAMPO 2014

“OBESIDAD”

Comisión: Turno noche

Docente: Gustavo Dodera

Susana Migliaro

Integrantes:

202007- Gajardo Marisa

201939- Herrera German

202046 – Saldivar Cintia

201640- Villanueva Luis Jorge

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“Obesidad” Gajardo M., Herrera G., Saldivar C., Villanueva L.-2014

Índice

Introducción................................................................................................................... 3

¿Qué es la obesidad?....................................................................................................4

Factores que la condicionan..........................................................................................4

¿Cómo se detectan Obesidad y Sobrepeso?.................................................................5

Incidencia Regional y Población vulnerable...................................................................5

¿Cómo afectan la salud el sobrepeso y la obesidad?....................................................9

La universidad y la obesidad........................................................................................10

Programas de prevención............................................................................................11

El farmacéutico y la obesidad......................................................................................12

Los medicamentos y la Obesidad................................................................................13

Intervención comunitaria..............................................................................................14

Bibliografía................................................................................................................... 18

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“Obesidad” Gajardo M., Herrera G., Saldivar C., Villanueva L.-2014

Introducción

La obesidad se define como un exceso de adiposidad corporal, y la Organización


Mundial de la Salud (OMS) la describe como una epidemia a nivel mundial con un
alarmante crecimiento.
En el presente trabajo comenzaremos describiendo la obesidad, y analizando su
importancia regional a partir de artículos periodísticos.
Luego de identificar los múltiples factores que la obesidad y las poblaciones más
vulnerables nos centraremos en la población infantil, ya que….
Las acciones orientadas a prevenir la obesidad, además de fomentar el peso
adecuado, contribuyen a disminuir la proporción, de personas con obesidad al mínimo
nivel posible, por lo cual analizaremos cómo se involucra la Universidad en el abordaje
de la problemática y los programas de prevención que existen actualmente.
Por su parte, el farmacéutico goza de una situación de privilegio a la hora de abordar
la prevención del sobrepeso y la obesidad. Su accesibilidad y cercanía al paciente, le
confieren una ventaja sobre otros agentes sanitarios, es así que profundizaremos en el
rol del farmacéutico y su incumbencia en este tema.
Por último se propone una estrategia de intervención comunitaria con el objeto de
prevenir la problemática.

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¿Qué es la obesidad?

La obesidad es un importante problema de salud, a nivel público, físico, psicológico y


social. Hay que destacar que obesidad y sobrepeso no son sinónimos; aunque están
relacionados, no son necesariamente interdependientes, ya que por sobrepeso se
entiende un incremento del peso respecto de la altura y, puede ser por aumento del
peso de cualquier tejido, como ocurre en la hipertrofia muscular por exceso de
ejercicio. La obesidad en cambio, se define como el incremento de peso,
exclusivamente, debido a una excesiva acumulación de grasa en el tejido adiposo, por
un desequilibrio prolongado entre la ingestión de calorías y el consumo de energía. En
palabras sencillas el incremento de peso se produce cuando las calorías que se
consumen (en las comidas y bebidas) superan a las calorías que se gastan (en el
metabolismo basal, el efecto térmico de los alimentos y la actividad física).

Factores que la condicionan

La obesidad es el trastorno metabólico más común de la especie humana y de los más


antiguamente descritos. El hombre primitivo se alimentaba de carnes magras,
pescados y vegetales, y su actividad cotidiana, se basaba en procurar sus alimentos y
defender su seguridad para sobrevivir. En otras palabras, había un equilibrio entre el
gasto energético y la ingesta, aun en ciclo de escasez.
La causa fundamental de la obesidad es el consumo excesivo de alimentos ricos en
grasas o carbohidratos, que se almacenan en el organismo por ese consumo excesivo
y por descenso del gasto energético al no hacer ejercicios. Esta circunstancia se
relaciona con los cambios en los hábitos de vida.
Los malos hábitos de alimentación adquiridos durante la infancia pueden llevar al niño
a sufrir sobrepeso u obesidad con consecuencias preocupantes en la edad adulta,
principalmente para su salud.
Un aspecto fundamental para el desarrollo de la obesidad infantil es el sedentarismo,
las actividades de muchos niños se ha reducido a ver televisión, jugar en la
computadora o a los video juegos.
Otro factor no menos importante pero no definitivo es la genética, si uno de los padres
es obeso, las posibilidades de obesidad en el hijo pueden llegar al 50%. Si lo son
ambos progenitores, las posibilidades pueden llegar al 80%. Sigue habiendo un
margen para que la adopción de hábitos de vida saludables pueda priorizar las
posibilidades de no padecer la enfermedad.
Lo complicado realmente de la obesidad es su multifactorialidad. No hay un sólo factor
sino muchos y, ni siquiera uno que sea determinante.

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¿Cómo se detectan Obesidad y Sobrepeso?

Existen multitud de técnicas para determinar de forma exacta la grasa y la


composición corporal, pero son de uso hospitalario, de elevada complejidad y coste
como la densitometría, ultrasonidos, absorción de doble fotón, resonancia magnética,
etc.
Las medidas antropométricas son, frecuentemente, el primer paso en la valoración
nutricional de todo individuo y muy sencillas de llevar a cabo. Entre ellas la más
frecuente es el índice de masa corporal (IMC), es un indicador simple de la relación
entre el peso y la talla (altura). Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos
por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
De acuerdo a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
 Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso.
 Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.

Además del peso, es importante detectar el lugar en donde se acumula la grasa. En el


hombre es más frecuente su distribución abdominal y en la mujer a nivel de la cadera.
La distribución abdominal de la grasa se evalúa a través de la medición del perímetro
de cintura. Este tipo de distribución se asocia a aumento del riesgo de enfermedades
cardiovasculares, diabetes e hipertensión arterial, entre otras.

Incidencia Regional y Población vulnerable

Hemos podido observar que, en general es habitual que los diarios de principal tirada
de nuestro país abordan el tema de la obesidad dando conceptos generales sobre la
problemática, y hacen hincapié promocionando las mejoras en la alimentación y los
beneficios de la actividad física, pero en cuanto a datos estadísticos estas noticias no
son tan comunes. Entre los datos que se han podido recoger, podemos citar los
siguientes:
“La Argentina ocupa el segundo puesto mundial de obesidad masculina después de
los Estados Unidos, que es el país con mayor proporción de obesos del mundo.
Nuestro país, según se publica en el libro The Economist "Pocket World in Figures,
2013", tiene un 37,4% de hombres obesos y Estados Unidos un 44,2%. Este ranking,
que comprende el año 2010, sorprende negativamente.
La mujer argentina ocupa el puesto número 17 en el ranking mundial de obesidad lo
que, a primera vista, es un alivio ya que indicaría que se cuidan mucho más que los
hombres. Pero en realidad no es así, ya que la proporción de mujeres obesas en
nuestro país es de 37,8 % del total de mujeres, similar a dicha proporción en los
hombres que es de 37,4%. Lo que pasa es que hay países con mucha proporción de
obesidad entre las mujeres: Barbados 57,2 % de la población femenina, Kuwait 55,2
%, Trinidad/Tobago 52,7%, Jamaica 48,3% y el quinto lugar es para las mujeres
americanas con 48,3 % de ellas obesas.”

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Tabla 1. Porcentaje de Obesidad en hombres y Mujeres por países

Fuente: “La obesidad de los argentinos (06/12/13). La Nación”


“Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada por el
Ministerio Nacional de Salud, mientras se convierte en una enfermedad epidémica en
todo el mundo, la obesidad también empezó a dar señales de alerta en nuestro país.
Entre los datos más relevantes que arrojó el sondeo se destacan que la obesidad
sigue en aumento y la Argentina ocupa el 7º puesto a nivel mundial en la cantidad de
obesos por habitante.
Seis de cada 10 personas tienen exceso de peso y dos, obesidad. Los números
revelan un fuerte ascenso en tan solo ocho años, ya que la prevalencia de la obesidad
subió un 42,5% respecto de la primera edición de la encuesta, en 2005. El resultado
más preocupante es que más de la mitad de la población en nuestro país (entre el 54
y el 60%) padece de sobre peso y obesidad y el avance es constante. El porcentaje
promedio de obesidad en el país trepó del 14,3% en 2005 al 18,9% en 2009.
En niños de 8 a 14 años, 1 de cada 4 padece de sobrepeso y/o obesidad y el 10% de
estos tiene serios problemas anímicos a corta edad.”

Tabla 2. Resultado de Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2005 y 2009

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Fuente: Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR). Ministerio de Salud.

Es así que resulta necesario, considerar las particularidades de ciertos grupos


poblacionales que, por sus características y situación particular, son especialmente
vulnerables a la obesidad entre ellos, los niños, las mujeres y aquellos en situación de
pobreza.
Mujer: en la gran mayoría de los estudios de prevalencia de la obesidad, se observa
que el sexo femenino tiene una prevalencia más elevada que el masculino. La mayor
prevalencia de obesidad en las mujeres es producto de características biológicas y
psicológicas así como de situaciones sociales. En comparación con los hombres, el
mayor porcentaje de masa grasa en las mujeres determina un gasto energético menor
por kilogramo de peso, lo que hace más difícil perder el sobrepeso ganado, además
los embarazos y la menopausia tiene efectos desfavorables en la composición
corporal que conduce a un aumento en la obesidad.

Población en situación de pobreza: a la vez que existe desnutrición en esta


población y deficiencia de nutrimentos específicos, la obesidad es cada vez más
frecuente. La obesidad en la gente de bajos recursos ocurren por distintos
mecanismos; las dietas se caracterizan por ser de alta densidad energética y de baja
densidad de nutrimentos, ya que aportan mayor volumen, saciedad y palatabilidad a
un menor costo. Son dietas en las que predominan productos ricos en hidratos de
carbono y lípidos, tradicionalmente no perecederos y escasea en las verduras y frutas.
Las dietas de alta densidad energética pueden llegar a aportar energía en cantidades
considerablemente superiores de las que se requiere. Por otra parte, este grupo de
población con frecuencia carece de oportunidades para llevar una vida activa, y
además suele buscar atención médica para problemas de salud cuando están en
estadios avanzados. Esto limita su calidad de vida y encarece los servicios de salud.

Población infantil: es frecuente que en niños y adolescentes el sobrepeso pase


inadvertido por sus padres e incluso por el médico que vigila su estado de salud y que
aún cuando la obesidad exista, no se le dé suficiente importancia, debido a que

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erróneamente puede ser considerada como un estado transitorio e inherente a los


primeros años de vida o incluso como normal. Si un niño tiene sobrepeso entre los 6
meses y 7 años, tiene un 40% de posibilidades de ser obeso de adulto. Si mantiene
ese sobrepeso entre los 6-13 años de vida, las posibilidades aumentan al 70%.
A esto se le suma que los niños en situación de pobreza y desnutrición son más
propensos a sufrir obesidad en la edad adulta. De aquí, la importancia de extremar la
información a la población sobre todo en estas primeras edades. Además es
importante adquirir los hábitos desde el principio pues cambiarlos con posterioridad se
antoja mucho más difícil.
La obesidad produce cambios psicológicos en el niño el cual trae asociado conductas
desfavorables para el desarrollo en el ámbito que se encuentra. La baja autoestima,
bajos resultados en el colegio, cambio en la auto-imagen seguida de la introversión
que a menudo deriva en un rechazo social.
En nuestro país, luego de la 1ra Jornada sobre Obesidad Infantil organizada por el
Centro de Estudio sobre Nutrición Infantil y la Sociedad Argentina de Obesidad y
Trastornos Alimentarios donde se recolectaron trabajos sobre prevalencia de
sobrepeso y obesidad realizados en las distintas provincias del país analizados con los
patrones de referencia OMS 2007 se pudo obtener las siguientes estadísticas.
Tabla 3. Prevalencia de Sobrepeso y Obesidad por provincias.

Fuente: Centro de Estudio sobre Nutrición Infantil y Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos
Alimentarios

Tabla 4. Estadísticas sobre Sobrepeso y Obesidad según grupo etario infantil

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Fuente: Centro de Estudio sobre Nutrición Infantil y Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos
Alimentarios

Por todo esto en lo que sigue del trabajo nos enfocaremos en la Obesidad Infantil.

¿Cómo afectan la salud el sobrepeso y la obesidad?

Cada año fallecen alrededor 3,4 millones de personas adultas como consecuencia del
sobrepeso o la obesidad.
Un IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles,
como:
 Enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatías y accidentes
cerebrovasculares);
 Diabetes;
 Trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad
degenerativa de las articulaciones, muy discapacitante);
 Enfermedades digestivas;
 Algunos cánceres (del endometrio, de mama y de colon).
 Y no hay que olvidarse además de las secuelas psicológicas y sociales que
acarrea esta enfermedad.

Los niños obesos tienen un riesgo considerablemente mayor de padecer estas


enfermedades y de desarrollar obesidad mórbida, la forma más grave del trastorno, al
llegar a la edad adulta.
El sobrepeso, además, puede tener consecuencias negativas sobre el desarrollo
emocional de niños y adolescentes. La obesidad, a pesar de su prevalencia, no está
bien vista socialmente y puede generar en las personas que la padecen, y
especialmente en aquellos cuya personalidad no está formada, sentimientos de
inferioridad y baja autoestima. Pueden sentirse rechazados y aislarse, además de
desarrollar actitudes antisociales y depresión infantil. El aislamiento social lleva a
mayor sedentarismo y a una ingesta superior de calorías, lo que agrava el problema.

Otras complicaciones asociadas a la obesidad infantil son:

 Muchos trastornos del comportamiento alimentario, como la bulimia y la


anorexia, también pueden estar relacionados inicialmente con el sobrepeso.

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 Un escaso aporte de fibra, debido a una dieta inadecuada, y la escasez de


actividad física pueden originar estreñimiento infantil.
 El exceso de peso supone una sobrecarga para los huesos y el aparato
locomotor, disminuye la tolerancia al ejercicio físico, y provoca problemas
respiratorios.
 La obesidad también tiene consecuencias negativas para la piel, ya que
favorece el desarrollo de infecciones en los pliegues, y la aparición de
hematomas ante mínimos traumatismos.

La universidad y la obesidad
La universidad influye en la vida de los estudiantes, es por eso que constituye un
campo importante para introducir medidas relacionadas con el control o prevención de
la obesidad. Así, la mayoría de las Universidades del país educa y concientiza a través
de charlas y talleres respecto a las relaciones que existen entre el consumo, el gasto
energético, el peso, y los beneficios de la actividad física; a la vez que fomenta estas
actividades a través de diferentes ofertas deportivas con el fin de promover hábitos
más saludables. Por su parte hay algunas que promueven el control regular por medio
de exámenes de salud obligatorios y otras como la Universidad de Cuyo en la que
implementaron campañas para que se consuman frutas en el predio de la Universidad
Es así que la institución debe aportar información correcta y clara que permita a los
estudiantes tomar decisiones informadas y más saludables aunque esto debería
inicializarse en la infancia pues esta proporciona una oportunidad única para promover
la salud ya que los hábitos incorporados durante esta etapa difícilmente se modifiquen
durante la edad adulta y mientras más temprano se aprendan más fácil va a ser
solucionar la epidemia del siglo XXI.

Desde este punto la universidad debe formar profesionales con vastos conocimientos
para que puedan intervenir en la sociedad. La Universidad Nacional de Buenos Aires
por ejemplo, desde la parte de extensión cuenta con grupos de nutricionistas y
psicólogos que van a los colegios a dar charlas sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria
y Alimentación Saludable
La universidad también puede promover la Investigación en temas relacionadas con la
obesidad: más investigación en obesidad puede incrementar nuestro conocimiento
respecto a cómo es posible la prevención y el tratamiento de la misma. Como se
mencionó, es deseable la investigación en relación a los beneficios de la actividad
física, las causas y las consecuencias de la adopción de determinados patrones de
alimentación y estilos de vida poco saludables. Esto podría complementarse con
investigación de las causas de la dificultad para el control del peso.

En este sentido, es precisa la promoción, incluso mediante incentivos monetarios, de


la investigación aplicada sobre el tema. Es necesario el financiamiento de estudios que
profundicen el análisis de las posibles medidas de política y sus impactos para que
estas se hallen de acuerdo con las características socioeconómicas y culturales de
cada región.

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Programas de prevención

La prevención de la obesidad es una prioridad de la salud pública internacional.


La prevalencia de la obesidad y del sobrepeso está en aumento en las poblaciones
infantiles en todo el mundo, con implicaciones para la salud a corto y a largo plazo.
Las estrategias de prevención de la obesidad infantil pueden cambiar la conducta,
pero su eficacia para prevenir la obesidad se conoce poco aún.
La detección precoz y la instauración de medidas higiénico-dietéticas adecuadas
pueden corregir el problema antes de que vaya a más. La intervención alimentaria
debe estar orientada a conseguir que el peso del niño disminuya, pero sin interferir en
su crecimiento y desarrollo. Lo más efectivo es confeccionar un menú equilibrado, que
incluya todos los alimentos necesarios en las cantidades adecuadas, y establecer
unas pautas de ejercicio físico, reduciendo todo lo posible las actividades sedentarias.
Es muy importante que la familia se involucre en este cambio de hábitos de vida,
procurando realizar las principales comidas juntos, cuando esto sea posible, y
participando en los deportes y actividades lúdicas activas junto al menor.
Los objetivos en el tratamiento de la obesidad infantil se establecen a largo plazo, ya
que es conveniente que la pérdida de peso sea lenta y progresiva y lo que se
persigue, además de eliminar el sobrepeso, es establecer un estilo de vida saludable.
La escuela juega un importante papel en la prevención de la obesidad ofreciendo a los
niños información sobre los aspectos nutricionales de los alimentos y cuáles son los
hábitos alimentarios que deben adoptar para mantener una buena salud, como el
comer verduras.
El Ministerio de Salud de la Nación Argentina publicó una guía para el tratamiento de
la obesidad en base a las evidencias aportadas por cientos de estudios científicos que
han evaluado beneficios de diferentes estrategias. Para la confección de la guía,
intervino un panel interdisciplinario que estuvo formado por especialistas como Alberto
Cormillot, María Elena Torresani, Julio Montero y Mónica Katz, entre otros. Hay diez
pautas básicas que se recomiendan para bajar de peso sin hacer esfuerzos excesivos:
1. Calcular el índice de masa corporal.
2. Medir la circunferencia de cintura: es un indicador de la distribución de la grasa
corporal. Los depósitos de grasa en la panza son más peligrosos que los
acumulados en la cola.
3. Recibir la atención de un equipo de profesionales: debe estar integrado por
nutricionista, profesor de actividad física, psicólogo y médico.
4. Ponerse como objetivo en 12 meses la reducción del 5 al 10 por ciento del
sobrepeso respecto al peso de inicio. Se desaconsejan los descensos rápidos
porque se pierde también masa muscular, y se produce un rebote más
fácilmente que en los descensos cómodos.
5. Identificar los beneficios que la reducción de peso puede traer para la salud.
6. Seguir un plan alimentario que se adapte a los gustos de la persona. No hay
alimentos inadecuados, sino cantidades inadecuadas. Es importante que no se
picoteen alimentos fuera de los horarios pautados de comida.
7. Practicar actividad física, especialmente aeróbica: lo más recomendable son
las caminatas rápidas de 5 kilómetros por hora, pero depende de la situación
de cada paciente.

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8. Seguir una terapia conductual: puede ser útil para algunos pacientes
con obesidad. Sirve para modificar hábitos no saludables, y prevenir recaídas.
A través de la atención con un profesional especializado en terapia conductual,
el paciente aprende a usar herramientas para generar habilidades que le
permitan alcanzar un peso saludable.
9. En algunos pacientes, medicación: la guía del Ministerio de Salud avala el uso
del fármaco orlistat. Sin embargo, los especialistas en obesidad suelen también
recetar otros productos que pueden colaborar en el tratamiento.
10. Recurrir en algunos casos a la cirugía bariátrica. Se recomienda sólo cuando el
tratamiento convencional no funcionó. Requiere de una preparación previa del
paciente para asumir el impacto de la operación. Si la terapia convencional no
funcionó es porque el paciente tiene dificultades para encarar un plan, y
justamente la cirugía no resuelve el problema si no se acompaña de un
seguimiento profesional con experiencia.

El farmacéutico y la obesidad

Las farmacias, como Centros de Salud, tienen la oportunidad de colaborar desde cada
mostrador con la comunidad para disminuir el incremento de esta enfermedad y sus
derivaciones, ya que, puede ser la solución para las personas que no consideran que
tienen un problema y evitan así acudir al médico. En este sentido, hay que educar y
concientizar a la población de la importancia de este problema desde la farmacia.
El profesional farmacéutico está capacitado para realizar seguimientos farmacológicos,
estudios farmacológicos y toxicológicos, supervisar personal técnico a su cargo y
asesorar a otros equipos de salud y a la población en general sobre el uso racional del
medicamento
Estamos ante una realidad en la que el farmacéutico puede intervenir de manera
fundamental en todos los aspectos relacionados con la prevención, el tratamiento y el
seguimiento de la persona con obesidad, en coordinación con el equipo de atención
primaria. El farmacéutico debe enriquecer sus conocimientos sobre medicamentos,
alimentación y nutrición para convertirse en un elemento clave en la asistencia del
individuo obeso, su asistencia puede orientarse no solo a la divulgación de información
sobre los tratamientos prescriptos para el control de peso y sobre el uso inadecuado
de productos laxantes y diuréticos en terapias de adelgazamiento, sino también en el
consejo alimenticio y de estilo de vida saludables. Sin dudas, el farmacéutico “es el
profesional de la salud más cercano a la población y al que las madres confían la
alimentación de sus bebés en un porcentaje muy elevado”. Es por ello que debe estar
al día de todos los datos disponibles sobre hábitos nutricionales en las primeras
etapas de la vida, con el objetivo de “transmitir mensajes claros y efectivos a los
padres
Lo que el farmacéutico debe saber

 Motivos que llevan a la persona a adelgazar y cuál es el peso que se desea


lograr.
 Las posibles causas del sobrepeso
 Cuándo comenzó a manifestar sobrepeso.

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 Hábitos alimentarios.
 Enfermedades que ha tenido.
 Si realiza algún tipo de tratamiento con un especialista.
 Si cuenta con una dieta y de qué tipo.
 Si toma otros medicamentos, o remedios del tipo homeopático o naturista.
 Si realiza actividad física.
 Antecedentes familiares.
 Si presenta enfermedades cardiovasculares o digestivas.
 Conocer todos los tipos de medicamentos y suplementos dietarios destinados
al tratamiento de la obesidad. Contraindicaciones y posibles reacciones
adversas.
 Ventajas y desventajas de los tratamientos.

Los medicamentos y la Obesidad

La comunidad científica sigue investigando sobre medicamentos y tratamientos que


sean efectivos para minimizar esta epidemia en constante crecimiento.
El tratamiento de la obesidad es un problema complejo, y los cambios en el estilo de
vida no siempre tienen resultados satisfactorios, por lo que se han utilizado diversos
fármacos para tratar de combatirla y algunos han mostrado ser efectivos. Entre estos
medicamentos se encuentran aquellos que suprimen el apetito, los que incrementan el
gasto energético, y los que modifican la absorción o el metabolismo de
macronutrimentos. Sin embargo, algunos de ellos, a pesar de haber sido aprobados,
han tenido que ser retirados del mercado debido a su asociación con efectos adversos
graves. En la actualidad, de los utilizados para bajar de peso, solamente 2 de ellos se
encuentran aprobados en población pediátrica: orlistat y sibutramina. Estos fármacos
son de interés, no sólo por que facilitan la pérdida de peso que no se alcanza sólo con
tratamiento dietético, sino porque facilitan el mantenimiento de las pérdidas ponderales
logradas.
Pero por lo general los medicamentos para bajar de peso no se recomiendan para los
niños.
Habrá que tener en cuenta que un tratamiento farmacológico no se considera ni la
primera ni la única medida, requiere de indicación y control médico. La indicación para
un tratamiento con fármacos tiene lugar cuando con dieta y actividad física no se
consigue una pérdida ponderal superior al 10% del peso en un período determinado.
 Sibutramina: se destaca tanto por su eficacia como por su perfil de
tolerabilidad. Es eficaz en el control de la glucemia y en la mejoría de la
sensibilidad a la insulina en pacientes diabéticos, y produce mejoras en el perfil
lipídico. Por su mecanismo de acción, la sibutramina suele no ser indicada en
pacientes con cardiopatías.
 Orlistat: es un inhibidor de las lipasas gastrointestinales que consigue bloquear
la absorción del 30% de la grasa ingerida. Es eficaz en reducir la recuperación
ponderal tras la pérdida inicial. Efectos secundarios: aumento del número de
defecaciones y la interferencia con la absorción de vitaminas liposolubles son
los efectos secundarios más relevantes.

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No hay duda que los agentes terapéuticos que disponemos para el tratamiento de la
obesidad son limitados. Es por esto que existen suficientes motivaciones para
investigar la eficacia de nuevos agentes.

Intervención comunitaria

El bajo peso al nacer o el retraso del crecimiento intrauterino con una rápida ganancia
de peso posnatal está asociado con obesidad futura. Además, en los primeros dos
años de vida, la rápida ganancia de peso produce más ganancia de masa magra que
de masa grasa pero luego de los dos años y particularmente luego de los cuatro años,
la rápida ganancia de peso se asocia con aumento de la masa grasa y riesgo de
obesidad. Podríamos abundar más en cifras pero lo que resulta realmente importante
es planificar adecuadamente estrategias de prevención dirigidas a la población infantil.

Aunque son los pediatras los que están más entrenados para reconocer al niño sano
del niño con riesgo a desarrollar sobrepeso/obesidad, el farmacéutico por su cercanía
con la población puede realizar un diagnóstico de situación de manera temprana si
está entrenado en la aplicación de los métodos antropométricos.

Entonces el objetivo del plan de prevención de la obesidad infantil desde las


Farmacias es fomentar hábitos saludables de alimentación y práctica regular de
actividad física para prevenir el sobrepeso y la obesidad, es decir aumentar la
probabilidad de que el niño y la familia adhieran a un estilo de vida saludable en forma
temprana, evitando así tratamientos costosos que incrementan el gasto económico
familiar en salud (medicaciones, traslados más frecuentes, pérdida de días escolares,
etc.).

Este plan se llevará a cabo con la participación voluntaria de las farmacias de todo el
ámbito nacional, y estará dirigida particularmente a todos los niños y a los padres que
acudan a la farmacia interesados de algún modo por el tema. Pero por la gran
cantidad de factores que influyen en una enfermedad como la obesidad, se va a
requerir de una actuación coordinada y multidisciplinar de los distintos agentes de
salud y el apoyo de los padres.

Gran parte del éxito en la consulta con el equipo de salud radica en establecer una
relación empática con el niño, más aún en aquellas consultas en las cuales la familia
está íntimamente involucrada con el devenir de la situación. Es de esperar que estas
consultas se repitan en el largo plazo, como muy necesarias para acompañar los
cambios buscados. En consecuencia, durante las mismas es importante sostener una

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actitud humanista, que se manifieste en la perspectiva, la preocupación y la acción


sobre los aspectos sociales, culturales, de hábitos y conductas, con una escucha
tranquila y atenta, con la necesaria disponibilidad de tiempo (y no atendiendo tan solo
a los aspectos biológicos como el examen físico, antropometría, bioquímica, etc.).

En primera instancia el farmacéutico evaluará si el niño y su entorno cumplen


parámetros de salud a través de una sencilla encuesta a los padres, y, si corresponde,
se sugerirá al niño y su familia las estrategias a seguir.

Para poder tomar decisiones respecto al tipo de consejo que se les brindará se
valorará talla y peso y de acuerdo con esto vamos a dividir a los pacientes en 3 grupos
de acuerdo a su IMC:

 Normopeso: vamos a intentar detectar conductas de riesgo para evitar


problemas futuros.
 Sobrepeso: vamos a pautarle un seguimiento según la edad, pero se le
recomendará consultar con un nutricionista.
 Obeso: derivaremos directamente al médico.

Pasos a seguir en la consulta:

 Recomendar el control periódico por parte del médico de familia o pediatra.


 Valorar el IMC, siendo capaz de interpretarlo.
 Evaluar los cambios antropométricos periódicos (y registrarlos /
documentarlos).
 Entrega de material informativo sobre obesidad (por ejemplos :podrían
entregarse folletos para padres que informen los riesgos asociados a la
enfermedad , y folletos para niños que enseñen de manera didáctica como
alimentarse saludablemente, y “ hacer ver a la comida sana como un habito
divertido” , también estos folletos pueden recomendar links para complementar
todo lo referido a la obesidad .
 La consejería en hábitos alimentarios es un apoyo importante para brindar a las
familias el necesario acompañamiento en el establecimiento de conductas
adecuadas desde el punto de vista alimentario y nutricional. A fin de disponer
de instrumentos que puedan ser de utilidad, sugerimos algunas
recomendaciones en función de cada etapa vital.

Primeros años de vida:

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 Procurar la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad.


 Reforzar en la familia la importancia de no sobrealimentar al niño, prestando
atención a sus signos de saciedad.
 Investigar qué le ocurre al niño cuando llora o se queja, sin ponerlo al pecho u
ofrecerle comida como primera alternativa.
 Ofrecer alimentos en su estado de sabor natural, sin el agregado de sal ni
azúcares.
 A partir de los 6 meses de edad, incluir en las comidas de los niños, alimentos
sólidos y variados.
 Comenzar desde la edad temprana con buenos hábitos saludables como:
tomar agua y comer diariamente frutas y verduras, tener un menú amplio y
variado, etc.
 Separar los alimentos en el plato, para que el niño aprenda a reconocer y
diferenciar texturas y sabores diversos.
 No usar la comida como método de estimulación (ni premio, ni castigo) y evitar
los líquidos azucarados, las galletitas o los caramelos como medio para
tranquilizar al niño/a.
 Volver a intentar que el niño/a pruebe un alimento rechazado, por lo menos 10
a 12 veces, a través del tiempo y en diferentes situaciones y preparaciones
para superar la neofobia.

Niñez:

 Recordar que los adultos son los responsables de elegir las comidas, pero
siempre deben respetar las decisiones de los niños en cuanto a la cantidad
que desean consumir.
 Organizar los horarios de la comida del niño/a y establecer el desayuno
como comida importante en la rutina de la familia, ofreciendo alimentos
saludables y variados.
 Promover el mayor número posible de comidas en familia.
 Permitir que el niño/a manipule alimentos (que haga las compras, que las
elija, que cocine con los padres).
 Variar el color, la forma y el sabor de los alimentos ofrecidos.
 Variar la modalidad de cocción de los alimentos, evitando las frituras.
 Abandonar el concepto de “con tal que coma, que coma cualquier cosa”.
 No instaurar el concepto de repetición de las porciones. Idealmente, que se
repita sólo cuando hay necesidad.
 No mentir, ocultar o engañar al niño/a para lograr que coma algún alimento
rechazado.
 Comer las mismas comidas que le son ofrecidas al niño/a.
 Valorizar el aspecto saludable y nutricional de las comidas, y compartir
estos conocimientos con la familia.
 Evitar el televisor, la computadora y los diarios a la hora de comer.
 Instaurar la sobremesa en el grupo familiar.
 Asegurar un espacio de tranquilidad a la hora de las comidas.
 Limitar el tiempo ante la televisión a 2 horas diarias. Los niños que miran
más de 5 horas por día de televisión, presentan un riesgo de desarrollar
sobrepeso 8,3 veces mayor que aquellos que sólo miran 2 horas por día o
menos. Los hábitos se forman tempranamente y aquellos niños que crecen

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“Obesidad” Gajardo M., Herrera G., Saldivar C., Villanueva L.-2014

sin la costumbre de “estar activos” probablemente serán adultos con poca


tendencia a prácticas de actividad física.

La obesidad es una enfermedad crónica y además grave. Esto hay que dejarlo muy
claro tanto a los padres como en las charlas de prevención que podamos y, de hecho,
debemos impartir por ejemplo en centros escolares como estrategia primera de
prevención. Y es que nuestra labor ya no puede ceñirse al ámbito reducido de nuestra
farmacia sino que ha de ampliarse al entorno poblacional que nos rodea.

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“Obesidad” Gajardo M., Herrera G., Saldivar C., Villanueva L.-2014

Bibliografía

Material de soporte electrónico

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2. Ministerio de Salud de la Nación. Sobrepeso y obesidad en niños y
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http://www.msal.gov.ar/images/stories/bes/graficos/0000000378cnt-sobrepeso-
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Páginas web

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3. Fundación InterAmericana del Corazón Argentina.
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http://ubaprogramasextension.wordpress.com/2013/10/30/el-equipo-de-
nutricion-y-psicologia-de-la-seube-dio-talleres-sobre-trastornos-de-la-conducta-
alimentaria-y-alimentacion-saludable-en-un-secundario-de-pompeya/ [Último
acceso: 23/11/2014]

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