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Edad Antigua
PLATÓN: La Ciencia Política fue fundada por Platón en el siglo IV a.C. dicho pensador formuló
una propuesta sobre cómo construir un Estado perfecto, que no estuviese sujeto a la
corrupción y decadencia que afectaba a la sociedad Helénica. El idealismo platónico consiste
en la proposición de un modelo del Estado ideal que sería mandatorio para los hombres
porque ese arquetipo existe en la mente del Ser Divino como una esencia. Platón veía el alma
el hombre constituida por las mismas partes que el Estado. El estado era una especie de
hombre gigante. Así, la justicia es la armonía que debe existir entre las tres virtudes del
hombre y del Estado. Estas son la templanza, el valor y la sabiduría. De esta manera, la justicia
consiste en que todas las partes cumplan su función correctamente y, en el Estado, que las
clases cumplan con las suyas.
ARISTÓTELES: Estudió la realidad social y política de las diversas ciudades cuyas
constituciones comparó y analizó. Aristóteles ubicó a la ciencia política entre las que
corresponder al hacer del hombre y le atribuyó carácter empírico (materialista). Es el
fundador de la tradición del realismo político que excluye las creaciones y planteos utópicos,
ideales o abstractos. La corriente aristotélica considera que la política ocupa la cúspide de la
jerarquía de las ciencias, porque su objeto, la ciudad estado, engloba toda la organización
social. La política tiene una posición de preeminencia sobre las otras ciencias, porque regula
las actividades humanas.
CICERÓN: Cicerón pone en primer plano el aspecto jurídico de la ciudad: el derecho común a
todos, aceptado por todos, efectivamente obedecido por todos. El utopismo platónico
resurgirá en Roma y en actitudes reformistas y revolucionarias. En el medioevo el idealismo
platónico renacerá plasmado en la obra de San Agustín (“De Civitas Dei”). Allí plantea a la
ciudad de Dios como el arquetipo del Estado perfecto, que debe ser el modelo hacia el cual
tienda la ciudad terrena. La línea del realismo volverá a ser asumida por Santo Tomas de
Aquino (siglo XIII), que retoma el pensamiento aristotélico. Posteriormente lo harían:
Maquiavelo, Hobbes, Montesquieu y Tocqueville.
Edad Media
SAN AGUSTÍN: Afirmaba que las dos principales virtudes reales son la verdad y la justicia. Sus
ideas sobre el estado fueron tomadas de la república de Cicerón; a diferencia de este último,
pone acento en el elemento humano de la ciudad, en el vínculo afectivo que aglutina al
pueblo. El pueblo está unido por la pacífica y común posesión de lo que ama y sólo
secundariamente por el derecho y la utilidad.
SANTO TOMAS DE AQUINO: Se adhiere a las doctrinas de Aristóteles, alejándose del mismo en
un punto importante. Con él la política pierde la primacía que le había asegurado Aristóteles.
Aunque conserva en primer lugar entre las artes prácticas, ya que todas las ciencias y las artes
no convergen más hacia la política, sino hacia la teología. La política, como todas las demás
ciencias, es su sirvienta. La paz es el bien que se logra por la unidad. Un hombre está sano si
existe concordia en el cuerpo y en el alma. También esto sucede con la familia, la ciudad y el
género humano. El rey es para el pueblo y no el pueblo para el rey. Principios inmutables y
eternos.
Edad Moderna:
LISTA DE LA UNESCO:
UNIDAD II: IDEAS POLÍTICAS
Pirou distingue:
1. La Teoría: que es el resultado de la observación. Corresponde al conjunto de los hechos, no
sólo comprobados y ordenados, sino explicados y organizados.
2. La Doctrina: juzga los hechos e indican los caminos a seguir para asegurar la felicidad de los
ciudadanos o el poder del Estado.
El término de “ideas políticas” vuelve a instalar sistemas políticos dentro de un contexto
histórico, a esforzarse para ver cómo nacieron y qué representaban para los hombres que
vivían en esa época. Prelot dice al respecto; “El primer tema de la Lista Tipo, se denomina
Teoría Política.
Contiene dos subdivisiones: La Teoría Política y la Historia de las ideas políticas. Así la teoría
designa una construcción intelectual que aparece como resultado del trabajo filosófico o
científico.
LOS PUEBLOS ORIENTALES: La estructura social básica de los pueblos orientales era la tribu,
unido sobre la base de una religión propia. El individuo, la persona, sólo existe en función del
todo social; no tiene vida propia. El jefe sagrado era la fuente de donde manaba todo el
poder y la propiedad de la sociedad.
EGIPTO: era una sociedad donde la tierra era propiedad de los reyes dioses. Su sistema de
creencias y de vigencias sociales lo definen como una teocracia. La religión muestra un
progreso sobre la mentalidad primitiva. Se rinde culto a los muertos que habitaban el mundo
subterráneo y se los considera muertos. Existen residuos totémicos y elementos que permiten
descubrir una transición hacia el culto astral.
La CULTURA BABILÓNICA: La estructura social era tribal. El individuo era una astilla de la
estructura teocrática y la propiedad pertenecía al monarca divino. El plano religioso señala un
progreso notable. Los dioses revisten una forma humana y algunos de ellos se representan
como fuerzas cósmicas puras. Existía un estrecho paralelismo entre el cielo cósmico y el cielo
histórico. El universo físico y humano eran recurrentes. Los babilonios concebían en forma
mítica la separación entre lo humano y lo no humano y tenían una cabal idea de la muerte:
habían llamado a su continente la tierra sin retorno.
Los PERSAS: (600 a. C) consiguen trazar la primera religión superior. La estructura social
todavía es de carácter tribal, pero la religión se espiritualiza. La multiplicidad de dioses se
reduce a dos potencias: la Luz o el Bien y la Oscuridad o el Mal. La guerra entre las dos
potencias que buscan el dominio de lo material y espiritual, culminará con el triunfo del Bien.
Persia se convierte así en la primera civilización con vocación de imperio universal.
Luego de dichas civilizaciones, comienza una nueva fase en la historia humana, que se
desarrolla en GRECIA. Allí nació el Estado y el primer atisbo de democracia como una forma
más o menos autónoma de gobierno de un pueblo libre y consciente de sí. Esta estructura
social está ligada con una nueva concepción del ser humano: el individuo que se conoce a sí
mismo y que intenta realizarse a través de la paideia. (Los Sofistas).
En la primera mitad del siglo VII a.C., Atenas era una REPUBLICA ARISTOCRATICA pues en las
elecciones sólo podían ser designados arcontes, los Eupatridas (Nobles). El desarrollo del
comercio internacional promovió el ascenso de la clase de los comerciantes, quienes
comenzaron a plantear reivindicaciones políticas y el acceso a los privilegios nobiliarios.
REFORMA DE DRACÓN: Las tensiones sociales fueron creciendo, hasta que designaron
a Dracon para que revisara la Constitución y las leyes. Las leyes escritas fueron famosas por su
severidad, pero atenuaron la situación de las clases serviles y ampliaron la ciudadanía a todo
aquel que fuera capaz de proveerse de un equipo de armas. Estableció tribunales de la polis en
sustitución de la justicia de los genios, manejada por los aristócratas. La situación social
empeoró. El problema principal consistía en la subsistencia de los privilegios de los Eupatridas
y el endeudamiento de la clase popular.
REFORMAS DE SOLÓN: En el año 594 a.C. Solón fue designado como “Reconciliador y Arconte”
con poderes para dictar una nueva constitución que restableciera la armonía social. Sus
principales medidas fueron:
1. Dictó la cancelación de todas las deudas privadas, prohibiendo los préstamos que tenían
como garantía a la persona del deudor.
2. Abolió las leyes de Dracon salvo las relativas a los delitos de homicidio.
3. Reformó la Constitución, para lo que reestructuró las clases sociales según las riquezas:
Los Pentacosiomedimnos: quienes podían proveer hasta 500 sacos de cereal.
Los caballeros: Les correspondían las 2 magistraturas mayores: Arcontado y Tesorería.
Los Tronquistas.
Los villanos: solo podían pertenecer a la Asamblea General, que era un cuerpo con
jurisdicción judicial y tenía la facultad de pedir cuentas a los magistrados al fin de sus
mandatos.
Luego de establecer la nueva constitución se fue de su patria. A su partida surgieron tres
facciones:
1. La Montaña: se componía de los ciudadanos más pobres de la República. Estos no estaban
satisfechos con la Constitución que aún conservaba desigualdades. (Pisístrato)
2. La Llanura: se componía de ricos propietarios que pedían una Constitución más favorable a
sus intereses. (Licurgo)
3. La Costa: daba cabida a todos los mercaderes del Atica, que reclamaban un gobierno mixto,
para reformar los unos a los otros. (Megacles)
LA TIRANIA: Pisístrato se apoderó del gobierno de Atenas y estuvo a cargo de esa función
desde el 561 hasta el 528 a.C. Mantuvo en lo general la constitución de Solón, e impulsó una
vigorosa política comercial. Lo sucedió Clístenes (caudillo del levantamiento contra la tiranía),
quién establece una Constitución Democrática.
REFORMAS DE CLÍSTENES (508-507 a.C.):
1. El Atica fue dividida en proporciones de acuerdo a un criterio decimal. Esto originó 10 tribus.
2. Las nuevas 10 tribus aportaban 50 representantes cada uno para integrar el Consejo de
los 500, que tenía funciones administrativas, deliberativas y judiciales.
3. Los Arcontes fueron elegidos por el voto de la Asamblea.
4. Se crearon los cargos de estrategas bajo el mando del Polemarca.
5. Se instituyó el ostracismo (destierro político), que era dictado por la Asamblea, para
desterrar a los ciudadanos peligrosos para la democracia.
LA REFORMA DEMOCRÁTICA DE EFIALTES (462/1 a.C.): La reforma reduce las funciones del
Aerópago sobre el control de la constitución, y lo convierte en un tribunal simbólico. Hacia el
457 la tercera clase de Solón fue admitida al Arcontado y el Consejo del Aerópago se vio
reducido a entender en los casos de homicidio y funciones secundarias. El Consejo de los 500 y
la Asamblea asumieron la conducción del Estado, alcanzando Atenas la democracia plena, bajo
la figura de Pericles.
LA REFORMA DEMOCRÁTICA DE Pericles (443/429 a.C.): Pericles continuó con la tarea
emprendida por Efialtes y estableció un sistema para el control de la Constitución y la
preeminencia de la ley. La GRAPHEPARANOMON es una acción política pública que tiende a
garantizar la legalidad de los actos jurídicos en las polis. Estableció una dieta o sueldo para que
los ciudadanos pobres pudieran participar de la vida política.
GOBIERNO DE ATENAS
LA ASAMBLEA: Era la institución Suprema de Atenas y el centro de su vida política. La
integraban todos los ciudadanos de la ciudad. La presidían los Pritanos. El voto se computaba a
mano alzada o por aclamación. Las resoluciones de la Asamblea podían integrar la Constitución
y en ese caso, las revisaba una comisión para evitar que la nueva ley contradijese el orden
normativo existente. Si esto ocurría, podía ser atacada por una acción pública contra la ley
arbitraria. La grapheé paranomon es pues, una acción pública constitucional y penal, que
tiene por fin limitar el poder del pueblo. Cualquier ciudadano podía iniciarla, denunciando a
quien propuso una ley ilegítima. La acción suspendía la validez de la ley atacada hasta que
hubiese sentencia, si el recurso se había presentado ante la Asamblea. La ilegalidad por
cuestiones de fondo se verificaba cuando un decreto o una ley nueva entraban en
contradicción con una ley antigua no derogada. Esta acción introducida por Pericles fue un
formidable instrumento de estabilidad constitucional de Atenas.
MAGISTRATURAS: Era un cuerpo de 10 miembros designados por sorteo y a razón de 1
Arconte por cada tribu. Los Arcontes: cargos y funciones:
El arconte en jefe: era la cabeza visible del Estado. Sus deberes judiciales se relacionaban con
la ley familiar.
El arconte Rey o Basileus: principal funcionario religioso del Estado, entendía en los juicios
de homicidio y en las causas religiosas.
El Polemarco: entendía en las causas en las que formaban parte de los que no eran
ciudadanos.
Los Arcontes menores: se ocupaban de asuntos judiciales y de la conservación y revisión de
los códigos legales.
1 Secretario Arconte: Su competencia abarcaba: el homicidio intencional, el
envenenamiento y el incendio doloso.
Los Jurados Populares: en estos tribunales se resolvía la mayor parte de los juicios de Atenas.
Protágoras (sofista de importancia) había proclamado que “el hombre es la medida de todas
las cosas”, poniendo el centro de gravitación de su enseñanza en las ciencias del hombre y en
especial, en la política. Los sofistas señalaron que “para gobernar un Estado no son suficientes
las leyes sagradas, siendo necesario persuadir a los hombres y actuar sobre voluntades libres”.
Los sofistas no eran científicos ni pensadores abstractos, querían realizar su influjo sobre la
sociedad. Consideraban a la educación como un proceso ejercido conscientemente sobre el
hombre, mediante el adoctrinamiento y el ejercicio.
Sócrates: Sócrates y los sofistas tenían el mismo enfoque antropocéntrico, dejando de lado la
física para penetrar en la ciencia de la naturaleza humana. En su búsqueda de la verdad el
filósofo descubre que ella reside en nuestra alma y no es una serie de datos exteriores y
objetivos. Su método (la mayéutica) procura hacer “nacer”, hacer parir la verdad desde el
interior de su interlocutor a través de la dialéctica. Sostenía que el ser humano estaba
integrado por cuerpo y alma, y que en esta última, residen las esencias del bien, la verdad y la
belleza. Sentó una posición contraria al materialismo y utilitarismo de su época dominada por
la enseñanza de los sofistas.
Platón: de “La República” a “Las Leyes”: Platón era un pensador político que utiliza las
enseñanzas morales de Sócrates, para su arquitectónica del Estado. “La República” es el
diálogo más importante que escribió Platón sobre el Estado ideal. En esta obra, Platón
propone la construcción de un Estado ideal. El Estado es una obra de los ciudadanos, a la que
se arriba tras un proceso de formación y educación humana. El punto central de la teorización
es la relación que existe ente la estructura interna del hombre y la del Estado.
En contra de los sofistas, Platón señala que el bien es una aspiración natural del hombre y que
el político debe aplicarlo como meta y arte del Estado.
Platón renuncia al modelo de Estado de Derecho ateniense. La restauración del mismo, se
logrará mediante la perfección de las virtudes del ciudadano. La justicia del Estado se basará
en las conductas virtuosas de los ciudadanos.
La división del Trabajo: Un Estado bien organizado debe estructurarse en función de una
adecuada división del trabajo, que para ser eficaz, debe apoyarse en tres clases sociales bien
diferenciadas:
1. Los gobernantes (prudencia).
2. Los guardianes (valor).
3. Los artesanos – campesinos (templanza).
La justicia se fundamenta en que cada ciudadano cumpla con las tareas que debe desempeñar
de acuerdo a su clase en el Estado.
El Estado sano no requiere del rigor de las Leyes; sólo puede salvarse por la Educación, porque
ésta forma a los ciudadanos en la virtud y les revela que la justicia es la finalidad última de la
vida social. Según Platón, existe una simetría entre el individuo y el Estado. El alma de cada
persona está integrada por los mismos tres principios de acción en que se agrupan las clases
sociales de su “República”. Esto incluye:
1. El principio del deseo
2. El principio del valor
3. El principio del pensamiento.
La novedad profunda que aporta Platón en “La República” es que su Estado no busca
subordinar al hombre, sino que debe ser un instrumento de la perfección moral y de la
realización del individuo.
La teoría de las ideas: Platón, en el Mito de la Caverna, plantea que a través de la sensación, el
hombre percibe la apariencia, la realidad cambiante de las cosas y los seres. La inteligencia
penetra la realidad y mediante una visión espiritual, alcanza la comprensión de las ideas. Las
ideas son eternas, inmateriales, perfectas y puras. El mundo de las ideas está ubicado en el
Topos Uranos (más allá del mundo sensible) y solo puede ser contemplado por el pensamiento
puro.
La sucesión de los regímenes: Platón lucha contra dos frentes: contra Protágoras, por un
lado, contra su fe en el progreso, y por otra parte, contra su apología de la relatividad. En
segundo lugar, modifica la perspectiva de la polémica antidemocrática.
“Las Leyes”, aquí Platón intenta describir el mejor estado que se pueda construir en la
práctica. Las leyes deben tener un origen divino, y Dios es la medida de todas las cosas. Platón
obtiene en conclusión que el gobierno más estable será una aristocracia agraria de base
bastante amplia, en la que todos serían propietarios y ejercerían los mismos derechos
políticos.
Una serie de funcionarios controlarían la existencia de los ciudadanos. El “Consejo Nocturno”
dirige la vida moral y material de la Ciudad. El magistrado principal se ocupará de vigilar la
educación.
ROMA: La República Romana. El Estado como ente Jurídico. Los romanos legaron a la
humanidad un modelo de Estado estructurado en forma orgánica por medio del Derecho.
La juridicidad de ese Estado permitirá deslindar el Derecho Público y el Derecho Privado.
La República Romana señala la característica fundamental del Estado latino clásico. Es
propiedad de todos los ciudadanos y por ello, el núcleo desde donde se emanan los
derechos y las obligaciones de cada uno. Todos los ciudadanos son libres y gozan de los
mismos derechos en un plano de igualdad. Los romanos distinguen el Estado de los
individuos: cada uno tiene derechos y deberes diferentes. El individuo es el motivo de la
ordenación legal. El Estado es una persona jurídica que ejerce su autoridad dentro de
límites legales precisos. El individuo tiene sus derechos y prerrogativas frente a las posibles
arbitrariedades de los gobiernos. La Constitución Romana: Polibio sostiene
que la Constitución Romana ha sido la causa de la estabilidad de la República. Esto radica
en el hecho de haberse integrado, en un solo Estado, las tres formas puras de gobierno.
Este régimen mixto, no sólo proviene de un equilibrio dinámico entre las clases, sino
también de una tensión y controlador recíproco entre los poderes públicos. La aristocracia
se manifestaba el Senado, donde los ciudadanos más íntegros, capaces y prudentes,
resolvían los asuntos de mayor importancia política. El componente democrático estaba
representado en los comicios, donde todos los ciudadanos se reunían a debatir sobre la
marcha del Estado. El consulado se dividía entre dos jefes que en tiempo de guerra tenían
el poder absoluto y en tiempo de paz dirigían la magistratura.
Los Órganos de la República:
1. Las Magistraturas:
El Dictador: era una magistratura para circunstancias excepcionales y de breve duración.
Su imperium era fundamentalmente militar. Es transitoria.
El Cónsul: era una magistratura doble que sustituía a la monarquía. Tenía las funciones
ejecutivas del estado. Era elegido en los Comicios centuriados.
El Pretor: Era elegido en los Comicios centuriados. Su jurisdicción era civil. Luego se
agrega el “Pretor Peregrino”, que tenía autoridad sobre los extranjeros en las cuestiones
civiles. -
PERÍODO MONÁRQUICO: En el año 753 a.C., Rómulo fundó la ciudad Eterna. El período
monárquico concluyó en el año 509 a.C. con Tarquino El Soberbio. Numa Pompilio, el segundo
monarca de la ciudad que fue fundada por “la violencia y las armas”, fundamentó la
convivencia en las costumbres y las leyes. Las armas que utilizó para dar consistencia moral al
Estado romano fueron la religión y el ejercicio de la liberalidad civil.
Tulio Hostilio (tercer rey) tenía un temperamento especialmente guerrero. Inició una política
expansionista en deterioro de los pueblos vecinos. Anco Marcio fue un ejemplo de
moderación; logró consolidar bajo firmes bases éticas y de ejemplaridad a la sociedad Romana.
Tarquino el Antiguo, logró ampliar la base de su poder personal abriendo el senado a hombres
nuevos que le eran adictos. Servio Tulio reinó con el apoyo pleno del senado y fue un gran
Legislador. Instituyó el censo (que hizo recaer el peso de los tributos sobre los ciudadanos más
ricos) y estableció un orden jerárquico entre las clases sociales. Tarquino el Soberbio, el último
rey de Roma, reinó con la oposición del pueblo y del Senado y fue depuesto por la acción
triunfante de Bruto.
LA REPÚBLICA: El período de la República Romana abarca desde el año 509 a.C. hasta el año
27 a.C. El régimen de los reyes fue sustituido por el régimen consular. En lugar de un rey, todos
los años eran nombrados en los comicios centuriales dos cónsules que ejercían el poder militar
y judicial. Creyendo transferir el poder del rey a los Cónsules, la República en realidad lo había
trasferido al senado. El senado era el órgano representativo del patriciado (aristocracia). Esta
concentración del poder en manos de la aristocracia romana generaría un estado de
permanente tensión con los plebeyos, lo que daría origen a sucesivos acuerdos y que sería una
de las causas de la dinámica modificación de la Constitución Romana y la creación de nuevas
magistraturas. Los plebeyos llegaron a plantear una huelga militar y otras medidas retorcidas:
el retito en masa al monte Sacro, hasta obtener magistrados que velaban por sus intereses y
que restablecieron el equilibrio entre clases. La censura nació de la necesidad de levantar los
censos, que eran la base del sistema tributario y del sistema de reclutamiento militar.
La cuestura: es el primer cargo desde el punto de vista de la carrera de los honores. Esta
magistratura se refiere a la custodia del tesoro y a la recaudación y distribución de los
impuestos. La administración de Justicia estaba a cargo de un Pretor Urbano, que tenía
competencia sobre los ciudadanos romanos y un Pretor Peregrino que administraba justicia
para los extranjeros.
Causas de la Decadencia de la República: En el siglo II a.C. la República Romana alcanzó su
esplendor institucional. Las tierras conquistadas fueron el botín de la clase senatorial. La
explotación de los contratos públicos de construcción de vías de comunicación, acueductos y
de provisión de bienes y servicios, originó enormes ganancias a los senadores patricios y al
orden ecuestre, mientras que arruinaba la clase de los pequeños propietarios rurales.
Simultáneamente con este proceso de enriquecimiento de las clases superiores y extremo
empobrecimiento de las clases medias bajas, se verificó una rápida asimilación de la cultura
griega, que paulatinamente iría socavando las bases de “La Concordia” o consenso.
La influencia Griega: La Escuela Estoica aportó ideas renovadoras que permitieron a los
juristas romanos desarrollar la concepción de derecho natural, común a todos los hombres y
perceptible por la recta razón. La naturaleza hace iguales a los hombres por encima de todo.
Esta postura permitió el desarrollo de “La Humanitas”, que facilitaría la adecuación del
derecho de gentes a la realidad que advenía de una sociedad polinacional, multirracial, cultural
y jurídicamente heterogénea. Los juristas, poseedores de estas nuevas herramientas
intelectuales, comenzaron a apartarse del formalismo y lograr la espiritualización del derecho.
Tributarios de la Filosofía Estoica: la mayoría de los pensadores políticos de Roma fueron:
Cicerón.
Séneca, que tratará de encontrar un estilo moral y armonioso de vida.
El Emperador Marco Aurelio.
Las Guerras Civiles: Estas reformas que respondían a la finalidad de favorecer el mayor
número de personas, fueron abortadas por la aristocracia romana. Este hecho gestó la
creación del partido popular, que se batiría con el partido aristocrático dando lugar a las
guerras civiles y a la alternativa en el poder de hombre fuertes que conducían a uno y otro
bando. En el año 88 a.C. el partido popular toma el poder. Se produce un conflicto que tendrá
a Mario (jefe del PP) y a Sila (representante de la aristocracia) como principales actores.
Primera Guerra Civil: Comenzó en el año 85 a.C. y concluyó con el triunfo de Sila, que luego
fue elegido legítimamente por el senado como Dictador Encargado de construir la República y
dictar sus Leyes fundamentales. Sila destruyó al partido democrático, restableció los fueros de
la nobleza y restauró una constitución que desconocía las conquistas logradas por otros
estratos de la sociedad Romana. Con la muerte de Sila, el Poder público se desintegró y se
quebró en una serie de Poderes personalísimos.
Segunda Guerra Civil: Julio César había realizado un ascendente camino en la carrera de los
honores. En el año 58 a.C. el senado le confirió el mando de la Galia que César romaniza
íntegramente, tras la batalla de Alesia. Por su parentesco con Mario (era sobrino) y por sus
acciones en pro de los desposeídos, se convirtió en el Líder del PP.
LA EDAD MEDIA (476 d.C. al 1453): La Edad Media abarca desde la fecha de la caída de Roma
en el 476 hasta 1453, año en que los turcos toman la ciudad de Constantinopla, capital del
Imperio Romano de Oriente (o Imperio Bizantino).
La Edad Media desde el Punto de Vista Económico-Social: La E.M se caracteriza por la ruptura
del equilibrio económico del imperio romano. Hacia el siglo VII el Islam destruyó el sistema
comercial del Mediterráneo mediante una serie de sucesivas conquistas en las costas. Las
naciones occidentales fueron empobreciendo; el comercio se mantuvo a un nivel de mera
subsistencia; el oro desapareció y fue reemplazado por la plata, moneda corriente impuesta
por la monarquía carolingia. A partir del siglo VII, Europa se convierte en una región
meramente agrícola. La tierra fue la única fuente de subsistencia y la causa primordial de la
riqueza. La aparición del sistema feudal, se produce por la regresión de una sociedad tipo
urbano, a una civilización de base exclusivamente rural. El poder público se desintegra al
destruirse la economía financiera del estado central. Asume el papel de funcionario aquel que
puede sostener una primaria administración de justicia y organizar sistemas precarios de
seguridad de los campesinos. El ejército se recluta entre aquellos que pueden sostener
contingentes. Los únicos individuos capaces de desarrollar esas actividades son los señores
feudales, que suman a partir de entonces, la propiedad de la tierra, el poder económico y el
poder político. La preponderancia de la Iglesia es decisiva. Ella organiza la producción y la
administración perfecta de estos elementos.
El Ideal Económico:
a) La producción es fundamentalmente agraria. Producción de manufacturas. Los ideales
referidos a la producción tendían a asegurar un justo precio para que el artesano pudiera vivir
con dignidad y para que el consumidor no pagara más de lo debido.
b) Los gremios florecieron como unidades que reglamentaban ética y técnicamente la
producción. La Iglesia destinaba la mayor parte de su producción de atenuar la pobreza y a la
educación.
c) La prohibición de los préstamos a interés, evitó que pudieran contraerse préstamos de
consumo, sobre todo durante la etapa regresiva de Europa.
Renacimiento de la Actividad Comercial: En 1096 comienza la primera cruzada, que logra
fundar el reino de Jerusalén. Génova y Pisa, que habían apoyado a las cruzadas, obtuvieron el
beneficio de comerciar con las nuevas ciudades cristianas. La prosperidad difunde sus efectos
hacia Marsella y Barcelona, comenzando un proceso de reapertura del Mediterráneo al
Occidente. El resultado permanente de las cruzadas fue el haber dado a las ciudades italianas y
a las de Provenza y Cataluña el predominio del Mediterráneo, que les otorgó el monopolio del
tráfico que se realizaba desde el Bósforo y Siria hasta Gibraltar.
Con la resurrección del comercio comienza un nuevo proceso de consolidación de la vida
ciudadana. Las villas amuralladas, los castillos, comienzan a ser poblados por artesanos
mercaderes y nuevos villanos. Desde el siglo XII las villas obtienen autonomía judicial y
administrativa que las hacía independientes del Derecho territorial. Se crea un derecho nuevo
adecuado a la libertad que requería el comercio. El acrecentamiento de las fuerzas ciudadanas
y la dispersión del poder entre el monarca, la clase feudal, la Iglesia y la burguesía, creó un
área social donde las fuerzas espirituales pudieron desarrollarse en libertad. Entre los siglos XI
y XII se produce un crecimiento acelerado de la población, que va a producir un intenso
proceso de fundación de nuevas villas y la explotación de tierras incultas. Los mercados
locales crecieron y la existencia de monedas en circulación creció en proyección
geométrica.
Progresos en el Orden Económico Mercantil: En el siglo XIII reaparece en Europa la acuñación
de monedas de oro, que desplazaron paulatinamente al metalismo de plata instaurado por
Carlomagno. En el siglo XII para el negocio marítimo, se establece y desarrolla el seguro y se
generaliza el uso de letras de crédito.
Modificaciones en la Ética de los Préstamos: A partir de los siglos XI y XII las necesidades
monetarias resquebrajaron las restricciones éticas impuestas por la Iglesia frente a los
préstamos de interés. Es evidente que las circunstancias económicas habían cambiado
profundamente. A partir de entonces el crédito se destinaba a la producción o al comercio.
Comenzó a justificarse una retribución al capital, basada en el criterio de restituir una pérdida
eventual o la que se deja de ganar, o asegurar el riesgo que implica el préstamo. Esto permitió
liberar a los préstamos comerciales de la prohibición de establecer interés. A partir de esta
rectificación de principios, se generalizaron los préstamos de tipo bancario y se afianzaron las
instituciones que practicaban transacciones con dinero.
La Edad Media fue una época de lentos progresos que preparó la génesis de la cultura
occidental, como lo demostraron hechos tales como:
a) Surgimiento del capitalismo comercial. Se practicó la teneduría de libros y se conoce la
contabilidad.
b) Se sostiene que el dinero es un valor legal de cambio que no puede ser adulterado.
c) Europa experimenta inventos como la imprenta, la brújula, el reloj, que demuestran una
nueva vocación técnica.
d) Aparecen las primeras organizaciones comerciales de carácter internacional.
e) Aumento del gasto público debido a la utilización de armas de pólvora y pago de ejércitos
mercenarios.
Este nuevo impulso del gasto público produce una mayor avidez del poder real, quien
comienza una lucha contra la clase feudal, apoyado por la naciente burguesía. El poder central
trate de afianzarse suprimiendo los derechos fiscales de los grandes señores, creando a su vez
las condiciones para el establecimiento de amplios mercados nacionales.
f) En Inglaterra en el siglo XV se practica una política de protección a la industria nacional, de
expansión del comercio exterior. La industria y el comercio predominan sobre la agricultura.
g) Reviven las figuras jurídicas romanas, especialmente en el área de los contratos.
h) El redescubrimiento de la antigüedad clásica aporta modelos de absolutismo estatal.
El Derecho: La concepción del hombre medieval frente al derecho, es que éste pertenece al
pueblo y se genera por medio de la costumbre inmemorial.
El derecho canónico, regulaba instituciones como el matrimonio y la vida de los Sacramentos.
La Iglesia organizaba los registros bautismales y los registros matrimoniales. Todos estos
logros, se ordenan mediante normas.
Si la ley humana contradice a la ley natural no es obligatoria, porque vulnera el orden querido
por Dios. Si el gobernante legítimo o ilegítimo es injusto en sus actos, el pueblo no está
obligado a obedecerle. Ese derecho sólo puede ejercerse cuando se han agotado los
recursos normales para corregir los abusos del poder. El Estado, para cumplir con su destino
natural, debe servir al bien común, que es el bien de todos los hombres. El origen del poder se
asienta en Dios. Pero éste NO señala o delega el poder en ningún hombre concreto. La
designación del gobernante es un hecho humano, que tiene como fundamento al pueblo. La
mejor forma de gobierno es una forma mixta que permita la unidad de mando:
complementada por el consejo de la República y la participación del pueblo en la marcha del
Estado.
Concepciones sobre el Estado: Nacimiento de la Teoría de la Personalidad Jurídica.
Masiglio de Padua: sostiene que el principio constitutivo del Estado es la razón, en cambio,
en los organismos vivos, la naturaleza es quien los modela. Pero en el Estado la voluntad
humana es esencial para que todos los órganos funcionen bien, de acuerdo con la razón y las
atribuciones constitucionales.
Guillermo de Ockam: enuncia el principio de subsidiariedad, que hace posible la unión de los
hombres en el amor, la caridad y la justicia. La familia encuentra libertad para desarrollarse en
todo los que concierne a su bien, lo que ella no puede hacer lo realiza por ella su municipio.
La Quiebra del Orden Medieval: sus Causas y Aspectos: Copérnico, Kepler y Galileo han
destronado a la tierra del centro del universo, transformando las relaciones de los astros con el
orbe humano. El hombre deja de ser el gran protagonista. Estos hechos resquebrajan la
ciencia aristotélica permitiendo el surgimiento de una nueva filosofía racional: la filosofía
cartesiana. Max Weber ha señalado la repercusión del protestantismo en la creación del
orden capitalista basándose en distintas pautas como:
1. Los países protestantes disuelven sus vínculos con la Iglesia Católica y con el orden
económico-social medieval. La nueva cosmovisión aportada por la Reforma era de cariz
individualista y antitradicional.
Las tesis calvinistas sostienen que:
2. Dios ha creado el mundo pero luego le ha dejado librado a su propia suerte. Este mundo
desdivinizado forjó sobre todo a un tipo activista de hombre, para quien la única posibilidad de
conocer el orbe era dominarlo mediante la técnica. El signo de salvación era el éxito.
3. La metodología creada por Descartes que reducía la realidad a esquemas racional-
matemáticos, encuentra su aplicación más cabal en el mundo reformado. Esta particularidad
se pone de manifiesto especialmente en el área calvinista. Las ciencias se independizan.
4. En Inglaterra la identificación entre el comerciante y el buen cristiano se produce desde
1689. Esta elite se elevó contra el Estado y se asentó sobre una base económica de libertad. El
ideal científico-natural, la convicción de la existencia de leyes económicas
inmanentes, la prevención ante el estado y de un modo que aún abandonado de la mano de
Dios y del hombre, funciona con mecanismos automáticos, es de factura calvinista.
5. Otros factores que precipitaron el advenimiento del nuevo orden mundial fueron:
- El nacimiento de los Estados destruyeron la clase feudal y posibilitaron el nacimiento de
mercados nacionales.
- La conversión del Estado en un factor activo de desarrollo y la creación de empresas
monopolísticas.
- El flujo de los metales preciosos provenientes de América y los nuevos horizontes de
intercambio que abrió la navegación atlántica.
La Expansión del Mundo Conocido: España se consolida como un Estado Nacional emergente
y Portugal se afianza como una potencia marítima. En 1519 Magallanes emprende la primera
vuelta al mundo. Hernán Cortés conquista México en 1519-1521. Pizarro arrebata el trono a
los Incas. El oro de América comienza a fluir a Europa generando cambios profundos. Se eleva
con rapidez la clase comerciante. La abundancia del metal precioso provoca un proceso
inflatorio que arruina a las clases que viven de rentas fijas y a los terratenientes y favorece a
los productores y comerciantes.
El Mercantilismo (Siglos XVI y XVII): Se estableció el sistema de privilegios reales y
monopolios. El sistema de monopolio corresponde al ideario mercantilista que nacía de un
afán de dinamizar el Estado-nación, de reciente nacimiento. Desde el punto de vista político,
tendía a la centralización del estado y su afianzamiento interno e internacional. Desde el punto
de vista social, fue un factor determinante de la extinción definitiva del orden feudal. Los
teóricos del mercantilismo coincidían en cinco premisas fundamentales:
1. La alta estimación del dinero.
2. Fomentar las exportaciones como medio para obtener oro y plata y la de restringir las
importaciones para evitar que estos metales salieran fuera del reino.
3. La densidad de la población permite un mayor bienestar de la población al crecimiento.
4. El comercio y la industria tienen mayor importancia que la agricultura en la formación de la
prosperidad nacional.
5. El estado tiene como misión fundamental promover el bienestar general, impulsando la
economía y el comercio.
En conclusión, en la época del Renacimiento se desplaza el centro económico, y también el
social, a la ciudad. Se pasa del polo “conservador” al “liberal”.
La Monarquía Absoluta: La corriente absolutista se vio favorecida por la obra de los juristas y
publicistas de los siglos XV y XVI de la Iglesia que predicaba desde siglos la obediencia al
Poder establecido como un deber del buen cristiano. Jean Bodin desarrolla el concepto de “La
Soberanía”. La Soberanía se legitima por ser un imperativo de la existencia y la unidad del
estado. Por ello es indivisible y absoluta. Pero cuando el soberano ordena actos contrarios a
la ley natural, la desobediencia se convierte en lícita. A pesar de ser un teórico del
Absolutismo, Bodin trata de moderar el Poder. En esa tarea distingue entre:
1. La monarquía tiránica, cuando el rey no respeta las leyes naturales.
2. La monarquía señorial: el rey es propietario de los bienes y las personas, y no se ajusta al
derecho.
3. La monarquía real o legítima, que es aquella en que los súbditos obedecen a las leyes del
monarca y el monarca las leyes naturales.
El Estado Moderno: Nicolás Maquiavelo es quien designa a la nueva realidad política como “Lo
Stato” (EL ESTADO renacentista). Sus características fundamentales serán:
a) La concentración del Poder en una sola unidad de acción política.
b) La organización de un ejército permanente al servicio del poder estatal unificado que
reemplazará a las Tropas feudales.
c) El establecimiento de una burocracia estable, organizada jerárquicamente mediante una
clara especialización de funciones.
d) Una organización centralizada y racional del DERECHO.
El Renacimiento: El renacimiento comienza a incubarse ya en la E.M cuando las creencias
sociales y la organización medieval entran en crisis. La Edad Moderna comienza en una
atmósfera de soledad e inseguridad del hombre, provocada por la pérdida de Dios. El hombre
va a ocupar el centro de las preocupaciones de la mente y de las especulaciones de la razón.
Así surge el Humanismo Renacentista que abarca diversas expresiones secularistas,
positivistas y materialistas. Desde el punto de vista social, el Renacimiento implicó el ascenso
de un conjunto de valores propios de la burguesía, que impuso los rasgos definitorios de la
modernidad. Fue el momento del individualismo; el naturalismo y la admiración por los
arquetipos greco-romanos. El tercer rasgo característico fue el racionalismo inmanentista,
que resultó el principio fundamental de la nueva filosofía.
En la vida política se produjo un cambio significativo: La Sociedad medieval tenía como centro
social a la tierra. El señor feudal basaba en su propiedad su protagonismo político y
económico. En el Renacimiento se desplaza el centro económico y social a la ciudad. La
propiedad mobiliaria y el dinero pasan a ser los instrumentos de poder de la burguesía en
ascenso. La influencia de la Iglesia declinó durante el Renacimiento. La mentalidad secular, que
se abre camino en el Renacimiento, presenta tres rasgos característicos:
1. El individualismo.
2. El humanismo: la confianza en el hombre, en sus capacidades para dominar el mundo y
transformarlo a su mediad.
3. El Racionalismo: que se emplearía para la transformación utilitaria del mudo y de las cosas.
1) EL INDIVIDUALISMO RENACENTISTA: es una corriente intelectual de valorización de la
persona humana, que reconoce sus raíces en el retorno a las ideas de la antigüedad sobre el
individuo como ser consciente y dueño del propio e intransferible destino; y en la ascensión de
la burguesía como clase protagónica. Otra de las causas fue la Reforma, que potenció esta
valoración del individuo al instalar el libre examen y hacer de cada hombre un sacerdote.
2) EL HUMANISMO: El humanismo fue un movimiento histórico de vastas proyecciones,
que intentó restablecer en el seno del a cultura europea, los ideales de la antigüedad
clásica respecto del hombre. Desarrolló una concepción individualista, libre y crítica, que
describe a la persona humana como “la medida de todas las cosas”. En 1453 la ciudad de
Bizancio (Constantinopla) cae en manos de los turcos. La principal consecuencia espiritual de
este hecho fue que los sabios helenistas de esa ciudad, se refugiaron en Florencia potenciando
la Academia Medicea. En el campo de la Literatura Política, se escriben y publican Maquiavelo
con“El Príncipe” (1513) y “El arte de la guerra” (1521); Tomás Moro publica su obra “Utopía”
(1516).
El Humanismo Cristiano: Erasmo de Rótterdam: sus líneas de pensamiento son contrarias a las
de Maquiavelo, ya que se fundamentan en la religión y en el evangelio de Cristo. Descarta los
métodos basados en la mentira y la violencia, considerando que los preceptos morales deben
regir en la vida pública. A Erasmo le parece inaceptable la idea de la soberanía absoluta. Se
inclina por un tipo mixto de gobierno, que combine las ventajas de cada una de las formas y
modere sus defectos. Manifiesta su preferencia por los regímenes donde existe
representación popular o asambleas.
Tomás Moro: su obra más importante es “Utopía”. En la isla de Utopía (es una sociedad
igualitaria donde todos trabajan para todos) no existe la propiedad privada y el Estado regula
la vida económica.
3) RACIONALISMO: La Edad Moderna acuñó el principio inmanentista que proclamaría la
autonomía del hombre frente a toda ley y toda realidad recibida desde el exterior. El libre
examen proclama el advenimiento del YO, la revolución de la conciencia individual frente a la
religión tradicional y a la institución eclesiástica. René Descartes es el primer apóstol del
principio inmanentista. La verdad trascendental del ser y la realidad objetiva de los entes, será
suplantada por el YO que Piensa.
Persigue como finalidad la certeza. El ser concreto, el objeto de conocimiento deberá ser
reducido a términos matemáticos. Las leyes inmanentes del pensamiento, serán las mismas
leyes del Ser. El valor universal y el objetivo de la verdad nacerá del Yo que piensa, cuya
estructura es igual en todos los hombres.
El Racionalismo y la Nueva Visión de las Ciencias: Galileo introduce e inaugura el nuevo
método científico. Al método experimental se sumará luego el gran aporte de Descartes. Las
ciencias se apartan de la gran unidad del saber. Copérnico explicaba y afirmaba un orden
cósmico que desplazaba a la tierra de su posición. A esta nueva visión se sumó Kepler quien
inventó el telescopio y realizó comprobaciones de la tesis copernicana. Posteriormente Galileo
Galilei sentó y probó que la Tierra era un planeta insignificante dentro de un sistema que tenía
al sol por punto focal.
Giordano Bruno expone la teoría del universo infinito y la existencia de infinitos mundos,
relativizando lo existente y dado. La realidad infinita sobrepasa toda medida, destruye los
supuestos fácticos que fundaban la representación medieval del orden.
LA REFORMA: La Reforma que se inicia en el Siglo XVI quebró la unidad del orbe cristiano
favoreciendo el proceso de concentración del poder en manos de los monarcas y príncipes
reformados e impulsó el desarrollo del absolutismo monárquico.
La Iglesia ejercía una benéfica moderadora en los conflictos europeos. Estos conflictos darán
impulso a la necesidad de un poder fuerte que restablezca la paz social. La reforma acentuará
el proceso de secularización (transferencia de bienes eclesiásticos a personas o entidades
públicas con fines utilitarios o profanos) de la cultura y el desarrollo de instituciones civiles,
cuya tutela se desplazará de la Iglesia al Estado.
Martín Lutero: En 1505 formula votos para entrar en la orden de los Agustinos. En 1511 viaja a
Roma, donde recibe impresiones decisivas para su toma de posición contra la Iglesia Romana.
Bajo el papado de León X, se había encomendado a la orden de Santo Domingo la venta de
indulgencias para poder sufragar con su producto la construcción de la Basílica de San Pedro.
En 1517 da a conocer un escrito que contenía sus 95 tesis, siendo este el primer acto de
proclamación de la Doctrina Protestante y el inicio del Gran Movimiento Reformista.
Posteriormente escribe sus obras “Resoluciones” y “Del mejoramiento del estado de la
cristiandad”, “Del cautiverio de Babilonia y de la libertad cristiana”. Como consecuencia, León
X excomulga a Lutero. En 1521 el Emperador Carlos V lo hace comparecer ante la Dieta de
Worms, con el propósito de zanjar las diferencias entre Lutero y la Iglesia. El Reformador
rechaza los intentos conciliatorios, que suponían una rectificación de sus doctrinas. Sus tesis
son condenadas por la Dieta y Lutero se refugia en el castillo de Wartburgo. La ruptura con
la Iglesia Católica se torna definitiva, y el protestantismo se difunde.
La Obra de Lutero: En el “Tratado de la Autoridad Secular” separa la autoridad secular (a la
que el hombre debe una obediencia absoluta) de la vida espiritual. La sociedad humana es
un conglomerado de fieras que el poder debe dominar y disciplinar. El pesimismo fundamental
de Lutero respecto a la naturaleza humana, lo conduce a una conclusión inevitable: a sustentar
la necesidad de un poder temporal fuerte y a rechazar la autoridad de la Iglesia jerárquica y
dotada de un poder disciplinario externo o temporal. En su Tratado “De la Libertad del
Cristiano”, expresa que si el cristiano vive según su fe es libre. La autoridad temporal no tiene
que castigar la opinión, pero si la opinión se exterioriza y se torna peligrosa por su publicidad,
la autoridad debe procurar que no haya ni división, ni disturbio, ni rebelión entre los súbditos.
En conclusión, las tesis de Lutero se dirigen específicamente a la dimensión religiosa del
hombre y en ese carácter, constituyen un ataque a la Iglesia Romana. Una de la
consecuencias del Luteranismo, fue el rejuvenecimiento de la frase tradicional “Todo el Poder
viene de Dios” interpretada en la dirección de su exaltación y carácter absoluto, derivado de su
origen divino.
Juan Calvino: En su obra “La Institución Cristiana” es dedicada al rey de Francia. En ella
remarca la necesidad de la obediencia absoluta al poder que viene de Dios y señala que la
libertad cristiana puede “coexistir con la servidumbre civil”. Pero el hecho del origen divino del
poder exige que éste se ordene racionalmente a las misiones espirituales impuestas por Dios,
con el propósito de salvar a los hombres. (Predestinación y subordinación a la voluntad divina)
John Knox: Este calvinista escocés plantea una tesis revolucionaria que contrastaría con la
apelación a la sumisión absoluta contenida en el pensamiento calvinista: “Dios manda a
castigar a los idólatras y derribar a los príncipes enemigos de la verdadera fe”.
Los Monarcómanos: son autores que levantan la bandera del derecho de resistencia frente a
los monarcas que tiranizan a sus súbditos y no les permiten vivir plenamente su libertad
religiosa. Los primeros autores que sustentaron esta posición fueron los calvinistas. Los
Monarcómanos tienen estilo apasionado y, en algunos casos, apologético (rama de la teología
que expone y defiende los fundamentos de la fe cristiana).
Los Monarcómanos, con sus teorías fragmentarias constituyen un movimiento de gran
importancia en la acuñación de las ideas de la Modernidad, porque condenan el Absolutismo,
la legitimidad del Soberano se fundamenta en el consenso popular, emerge la “Teoría del
Contrato Social” y se genera la Teoría de la Resistencia a la opresión y de justificación del
Tiranicidio.
LA CONTRARREFORMA
El Concilio de Trento: En 1545 cuando comienza a sesionar el Concilio de Trento, convocado
por Paulo III, la unidad del medioevo europeo se cae a pedazos. La filosofía aristotélica cede
ante las ideas de Maquiavelo: la política ya no es idéntica a la moral. Carlos V lucha por
restaurar la unidad perdida. Fracasa en su intento de reconciliación con Martín Lutero. El
objetivo es la unidad; por ello se elige Trento. Su doctrina se condensa en el documento
final, Professio Fidei Tridentinae, donde se niega a cada devoto el derecho de interpretar
personalmente las Sagradas Escrituras. Se restablece la autoridad sacerdotal, se reafirma el
celibato, se reivindica el derecho del Pontífice a designar a los obispos. El cisma protestante
se torna irreversible, y la unidad buscada solo será posible entre los que quedan bajo la
hegemonía vaticana, luego de la amputación. El Concilio, que debió oponerse al surgimiento
de nuevas naciones, es escenario de la lucha entre ellas: cada estado propone reformas, para
poder lograr el poder sobre sus Iglesias.
Las Doctrinas de la Contrarreforma: En ese periodo y en diversas ocasiones tomaron las ideas
de los Monarcómanos para dar fundamento a sus posiciones políticas. Los jesuitas fueron sus
adversarios más tenaces. El hecho de la defenestración del monarca herético, debe ser
realizado por el pueblo, tras la señal inequívoca emana del Papa. Esta formulación llevaría a
justificar este tipo de movimientos, basándose en la tesis jesuítica de que la soberanía radica
en el pueblo. La posición jesuítica, cabalmente contrarreformista, es anti-absolutista por
oposición a las tesis luterana y calvinista de la obediencia absoluta y señala que la soberanía
pertenece al pueblo.
LA ESCOLÁSTICA ESPAÑOLA
Francisco de Vitoria: Es un dominico escolástico que recibió una fuerte influencia de Erasmo.
Es antiimperialista. En su obra abarca claramente el campo político. La sociedad y el Estado
pertenecen al ámbito del derecho natural. No puede concebirse a la humanidad sin
organización social y política, cuya finalidad debe ser el bien común. La Monarquía está
sometida a las leyes divinas. El mundo es una sola república y es así que todos los hombres
están aparados por el mismo e irrenunciable derecho natural. Vitoria es partidaria de la
Monarquía por el hecho de favorecer la unidad del poder.
Juan de Mariana: Señala las limitaciones que debe enmarcar el poder del Rey mediante la
participación del pueblo en los asuntos públicos y por la sumisión del Príncipe a las leyes del
Estado. Aparece como uno de los apologistas católicos del tiranicidio. Juan de Mariana justifica
el tiranicidio. La Escolástica Española que se inspira en Aristóteles y Santo Tomas, apunta a la
monarquía limitada, sostiene que la legitimidad se sustenta sobre la Base del bien común y
del consenso y, la soberanía, en última instancia, viene de Dios al Pueblo y de éste al Príncipe.
El Padre Suárez: Francisco Suárez de Toledo en 1599 comenzó a constituir su obra
fundamental sobre las leyes y la tituló “Tratado de las leyes y de Dios legislador”. En este
tratado, desarrolla la ley y el derecho que expuso Santo Tomas en la Suma Teológica. Puede
ser llamada ley aquella que es regla recta y honesta. Analiza la diversa significación de derecho
(jus) y ley. Aclara que en el derecho se distingue, el derecho en la cosa y a la cosa. Luego
establece la diferencia entre lo lícito y el derecho y la ley. “De dos maneras puede decirse
divina la ley: la una, porque está en el mismo Dios; la otra, porque está dada meramente por
Dios aunque esté fuera del mismo Dios.” Definiendo la ley natural, Suárez expresa, es aquella
que está inserta en la mente humana para discernir lo honesto de lo torpe. Se había hecho
consistir la distinción en el que el derecho natural es común a los animales y el de gentes sólo
a los hombres. Así, se dice que se llama derecho de gentes aquel que la razón natural
constituyó entre todos los hombres y es guardado entre todos con mucha equidad. Según tal
definición la división de derecho o de ley es: natural, de gentes y civil. El Padre Suárez
estableció que de acuerdo al derecho natural todos los hombres son iguales en esencia.
También instituyó el fundamento del poder, o sea del gobierno, pues no puede haber gobierno
desprovisto de poder. Se apoya luego en Aristóteles y en Santo Tomás, que el hombre es
animal social, y apetece natural y rectamente vivir en sociedad. Para él, hay doble
comunidad de hombres, la imperfecta o familiar, y perfecta o política. La primera es sobre
todo natural y fundamental, y tiende a la propagación del género humano. Pero esta
comunidad no es suficiente para sí, y por lo tanto, en virtud de la naturaleza misma es
necesaria en el género humano la comunidad política, que constituya al menos la ciudad, y se
componga de muchas familias. En la comunidad perfecta es necesaria la potestad pública a la
que pertenece por oficio intentar el bien común y preservarlo. Como consecuencia de este
razonamiento, es necesaria la existencia de magistrados civiles en la y tal potestad, debe
estar en mano de los hombres. Plantease luego el Padre Suárez la cuestión de si la potestad de
dar ley humana ha sido dada a los hombres inmediatamente por Dios. Para Suárez la potestad
la ejerce el príncipe supremo y la razón es que “hay como cierto convenio entre la comunidad
y el príncipe”, y por lo tanto la potestad recibida no excede el marco del convenio. Ese marco
puede colegirse por la costumbre, si no ha sido escrito. Se hace preciso, el consentimiento del
pueblo para dar leyes fundamentales, cuando el pueblo es gobernado por reyes. Para él, la
potestad legislativa está sólo en el príncipe supremo o sea absoluto, pero según la costumbre
puede referirse al consentimiento del pueblo, al menos, en cuanto a la aceptación. La potestad
legislativa está en aquellas comunidades perfectas que son gobernadas por sí mismas. Lo que
llama el gobierno simple o puro según doctrina de Platón y de Aristóteles es triple, a saber
monarquía o régimen por una sola cabeza; aristocracia, régimen de pocos y los mejores;
democracia, régimen de muchos y de plebeyos. Formuló la teoría de la soberanía en cuanto
a que pertenece inicialmente al pueblo. Cuanto ésta se da un príncipe “supremo” para
emplear su expresión, es evidente que el pueblo se ha despojado de su soberanía.
EL PAPADO DURANTE EL SIGLO XVI: En 1492 fue ungido Papa Alejandro VI (el Papa Borgia).
César Borgia (su hijo) logró el dominio de un dilatado territorio a expensas de los partidarios
y familiares de los antecesores de Alejandro VI. Mantuvo un orden férreo en los territorios
conquistados que basó en el terror. Julio II concentró toda su ambición en el
engrandecimiento del Estado de la Iglesia y puede ser considerado su fundador. Arrebató a
César sus castillos y sus fuerzas militares y las puso al servicio del Vaticano. En 1513 es ungido
León X en el Papado. Este Pontífice financia la construcción de la Basílica de San Pedro con
fondos provenientes de las Indulgencias. La corte de León X es típicamente Renacentista. En
1523 se hace cargo del Papado Clemente VII, último Pontífice Renacentista. En 1540 el Papa
Paulo III aprueba la Compañía de Jesús y su constitución. La orden jesuítica fue un instrumento
fundamental en la reforma católica. Paulo III convoca el Concilio de Trento que se realizará
entre 1545-1563 para asegurar la unidad de la fe. El Papa Paulo IV es un decidido impulsor de
las Reformas de la Iglesia. El Papa Pío V aprobará una nueva versión del Catecismo.
Unidad VI: El siglo XVII
Poder del estado: El Estado es la suma de los intereses particulares. Debe defenderse al
ciudadano. Éste sólo abandona sus derechos al Estado para ser protegido, el estado es, a la vez
“eclesiástico y civil”. Ninguna autoridad espiritual puede oponerse al Estado. Nadie puede
servir a dos señores. El soberano es el órgano no sólo del Estado, sino también de la Iglesia.
LIMITES DE LA SOBERANIA: El soberano no tiene ningún límite exterior a su poder. Pero es
soberanamente racional, por consiguiente, no tiene el poder de hacer lo que quiera.
INDIVIDUALISMO Y UTILITARISMO: Su pensamiento es esencialmente individualista. Lo que
fundamenta al absolutismo es el derecho del individuo a su propia conservación. El origen del
absolutismo es un egoísmo ilustrado. El individuo alcanza su más perfecto desenvolvimiento
en el Estado más autoritario, la política de Hobbes es, utilitarismo y hedonismo.
El absolutismo francés. Progresos y dificultades:
Absolutismo popular: El poder del rey es aceptado, e incluso exaltado, en los medios más
diversos.
Bossuet: Para Bossuet la monarquía es la forma de gobierno más común, más antigua y más
natural. La autoridad real tiene para él, cuatro caracteres: Es sagrada, Paternal, Absoluta,
Sometida, por último a la razón (el príncipe debe actuar por razón, y no por pasión o por
humor). El absolutismo de Hobbes y el de Bossuet son, por consiguiente, de esencia
profundamente diferente.
Las ideas políticas en Inglaterra antes de la revolución de 1688: Tras la ejecución de Carlos I
cobra un gran desarrollo la idea (implícita en Hobbes) de que las instituciones políticas y
sociales sólo se justifican en la medida en que protegen los intereses y garantizan los derechos
individuales. El utilitarismo reina antes de haber sido formulado oficialmente.
El Radicalismo de los Niveladores: Los niveladores constituyen un partido, siendo su más
notable representante Lilburne. La igualdad que reivindican es puramente civil y política, no
piensan en preconizar la igualdad económica y no atacan el derecho de propiedad. Su doctrina
expresa el punto de vista individualista de los artesanos y de los pequeños propietarios,
conciben la nación como: un conglomerado de individuos libres, que cooperan por motivos de
interés personal y que se dan una legislación conforme con el cuidado por la libertad
individual, creen que los hombres tienen derechos innatos a un mínimo de garantías políticas,
en materia religiosa están próximos a los independientes y son partidarios de la tolerancia la
doctrina de los niveladores es :
1) la emancipación, sino de una clase, al menos de un medio social bien determinado el de los
artesanos y pequeños propietarios.
2) no manifiesta ningún espíritu de clase.
3) las ideas políticas de los niveladores no tardan en fundirse con las ideas políticas de la
burguesía.
1. El Siglo XVIII en Francia: El siglo XVIII -siglo llamado de las luces- se caracteriza
precisamente, por haber puesto el centro de gravitación en el pensamiento humano.
Despotismo Ilustrado: El despotismo ilustrado pretende sumar a la autoridad del monarca
absoluto la justificación de la razón. El ideal es el de un monarca sabio que impone el progreso
a sus pueblos ignorantes y prejuiciosos.
1.1. Filosofía de la Ilustración: La fuerza de la razón permitirá al hombre develar todos los
secretos de la naturaleza y solucionar los problemas políticos y sociales, la razón, es desde el
punto de vista del individuo, el paradigma del hombre del siglo XVIII, es aquel que se rige por
la fe en su razonabilidad.
1.2. “El espíritu de las leyes” de Montesquieu: 1.3 Formas de Gobierno: Los aportes más
significativos que realiza Montesquieu desde el punto de vista de la Teoría Política, consisten
en una actualización de la Teoría de la División de los poderes.
1.- El gobierno Monárquico: Es el gobierno de una sola persona de acuerdo a las leyes. El
principio que sostiene a este régimen es el honor o espíritu de cuerpo.
2.- El gobierno Despótico: Es condenable porque es el gobierno de uno solo que conduce el
Estado en su propio beneficio, sin sujetarse a ninguna ley.
3.- El gobierno republicano: Es el pueblo el que tienen el poder soberano.
a) República Aristocrática: El poder soberano pertenece a un grupo de ciudadanos.
b) República Democrática: El conjunto del pueblo tiene el poder soberano.
1.4 Separación de los poderes: Montesquieu tiene como modelo a la Monarquía Inglesa. El
Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial no deben concentrarse en las mismas manos.
La voluntad general: La voluntad general es siempre recta, pero el juicio que la guía no
siempre es esclarecido. La voluntad es general cuando quiere el bien común y a él pospone el
interés particular. Es particular, cuando su interés lo es, y a él se supedita el bien de la
comunidad. Frente al egoísmo instintivo del estado natural, la voluntad de un solo individuo
puede ser general, cuando quiera el bien común por encima del propio, y en el otro extremo,
la voluntad de todos, puede ser particular -todos pueden coincidir en querer su bien particular
por encima del común-.La voluntad será general cuando tienda al bien común.
La Condena a Muerte del Rey: Tras el regicidio, se producirán las sublevaciones de los
católicos y se sumaran Inglaterra, Holanda y España, para terminar con la sangrienta
Revolución Francesa. Los Girondinos son detenidos y comienza el período denominado “El
Terror”, en el que fueron ajusticiados millares de ciudadanos franceses por la sola sospecha de
ser contra revolucionarios. El Tribunal Revolucionario condenó en París a más de 2.627
personas a la guillotina. Robespierre fue perdiendo rápidamente su popularidad debido a que
se lo sindicó como el ideólogo del terror, Robespierre fue finalmente guillotinado junto con 21
de sus partidarios. Inmediatamente cesó el Terror. La Convención Nacional dictó una nueva
Constitución que creaba el Directorio:
-un Poder Ejecutivo colegiado integrado por 5 miembros-, un Poder legislativo integrado por
dos Cámaras que aprobaba o vetaba las leyes emanadas del legislativo. La inestabilidad del
Directorio hizo crisis, designándose a Napoleón, Sieyes y Ducós, como cónsules.
En Diciembre Napoleón dictó una nueva Constitución. El Poder Ejecutivo, sería desempeñado
por el propio Napoleón. En 1804 Napoleón es proclamado “Emperador de los Franceses” por el
Senado.
UNIDAD VIII: SIGLOS XIX Y XX
EL LIBERALISMO:
EL NACIONALISMO
EL NACIONALISMO ALEMÁN: Fiahte: sostiene que solo mediante la educación de un hombre
perfecto, se podrá alcanzar un estado perfecto. Esta condición hace que los alemanes ocupen
un lugar de privilegio en el desarrollo histórico de la humanidad.
Hegel: proponía que a través de una religión popular y racional se pudiese restaurar al hombre
en su totalidad y armonía, para él, lo absoluto es, la razón.
EL NACIONALISMO SOCIALISMO:
Adolfo Hitler: vierte sus ideas racistas de pureza de la raza germánica, que tiene un manifiesto
destino mesiánico. “la raza aria es la única que contiene la posibilidad de engendrar una
humanidad superior”.
El NACIONALISMO ITALIANO:
Benito Mussolini: su eslogan era “todo en el estado, todo por el estado, todo para el estado.
Nada centra el estado. Nada fuera del Estado”.
EL HOMBRE CLASICO (El hombre griego, el romano): En Atenas se tiene la visión del hombre
como un ser autónomo, responsable de su destino y del destino de la polis y dotado de los
derechos correspondientes a su calidad de individuos libres, la igualdad y la libertad de la
palabra. El hombre de la antigüedad tiene una idea clara de la armonía y de la proporción. Su
visión del mundo es limitada. El orden moral, la disciplina interior del hombre debe guardar
correspondencia con el orden social y cósmico. La Polis está ubicada entre el microcosmos
humano y el macrocosmos universal. Cada hombre debe alcanzar el ideal. El hombre clásico
existe dentro de un orbe limitado y recurrente, que lo hace desde adentro. Los movimientos
intelectuales de los griegos no tendrán pues a cambiar un mundo. Por el contrario, su
pensamiento más bien quiso retornar siempre a una mítica Edad de Oro, preexistente y feliz,
por ser adecuada a la medida humana.
EL HOMBRE CRISTIANO: El hombre no solo reconocerá su dignidad emanada de ser la obra
cumbre de la naturaleza, sino que asumirá la realeza de su condición de ser creado a Imagen y
Semejanza de Dios. La paternidad humana de Dios sobre todos los hombres, creó una nueva
idea sobre la Fraternidad entre los hombres y realizó la noción de igualdad, al tiempo que dio
fundamentos trascendentes a la libertad personal y a la incoercible e inviolable libertad de
conciencia.
EL HOMBRE MEDIEVAL: Cree en la revelación bíblica, que le da la seguridad de una realidad
divina que está por encima del mundo. Dios está en el mundo pero no pertenece a él, sino que
está frente a él como soberano. Él es la personalidad pura y lo auténticamente absoluto. Desde
el punto de vista humano, el misterio de la encarnación pone a su alcance un arquetipo que
moverá a su limitación. El hombre medieval tratará de reconstruir el mundo como un todo y
asignar a cada ser un lugar de alguna manera necesario, se preocupa sobre todo por lo supra
terrenal y se aleja de lo mundano.
EL HOMBRE RENACENTISTA: Intenta plantear una reconciliación entre el mundo greco –
romano y el cristianismo. El planteo del retorno a la antigüedad tiende a insertar los valores
mundanos. Se inició una corriente de racionalismo que produciría la separación de las ciencias
de la filosofía y de la tecnología, dando una fundamentación epistemológica no trascendente a
los diversos saberes. A Maquiavelo debemos la acuñación de una concepción pesimista sobre
la condición humana, según él, los hombres son ingratos, volubles, dados al fingimiento,
aficionados a esquivar los peligros, etc. Son pocos los individuos que están por encima de las
miserias morales. Esos hombres relevantes son los que poseen la “virtud” (que significa
fuerza), expresa de esta manera el carácter fuerte que debe tener el príncipe. La línea
pesimista sobre la conducción humana será decepcionada por el pensador Hobbes. A partir del
renacimiento se ha desarrollado un proceso de desintegración del concepto del hombre que
puede sintetizarse en las siguientes corrientes:
El hombre como un ente de razón: Descartes dirá, “pienso, luego existo”, la realidad emergerá
de mi propio pensamiento y solo podré predicar la verdad de aquellas cosas que se tornan
transparentes a mi razón. Con Descartes, se habrá inaugurado la filosofía inmanentista.
El Homo – economicus: esta concepción vacía le hombre de toda su riqueza ontológica y
la considera un factor más, en juego de las leyes económicas que rigen en la vida real de las
sociedades.
El positivismo biológico: el hombre es un animal evolucionado, y su conducta puede
explicarse a través de mecanismos como el de estímulo respuesta, propios de la adaptación al
medio.
Marx: distinguió entre persona íntima y persona social. La persona íntima es influida por la
sociedad pero reservada para sí, en la intimidad su persona, la suprema cualidad humana: la
libertad.
Max Scheller sintetiza en tres círculos las ideas existentes en relación al hombre:
• La tradición judeo – cristiana: el hombre creado a imagen y semejanza de Dios.
• La antigüedad clásica: el hombre es, porque tiene “razón”.
• La concepción del moderno liberalismo: es un producto de la evolución natural.
La conclusión es queposeemos una antropología científica, otra filosófica y otrateológica, que
no se preocupa una de la otra. No poseemos una idea unitaria del hombre.
Max Scheller sostiene que el hombre es hombre porque tiene razón, pero ésta no se reduce
a la razón racional; sino que también el hombre tiene espíritu, sentimientos, etc. La propiedad
fundamental del espíritu es la independencia, la libertad, la autonomía esencial que se afianza
desde el centro mismo de la existencia persona, frente a los lasos y a la presión de lo orgánico,
de la vida y d todo lo que pertenece a ella. El hombre es libre por ser hombre y es hombre por
ser libre. El hombre tiene siempre su libertad, que ningún poder de la tierra puede allanar.
•Principio de trascendencia: la realidad existe con independencia del hombre que puede o
no percibirla. El realismo permite retornar al sentido común y dar una base sólida al
pensamiento.
•Estructura jerárquica del hombre y de la realidad: la realidad tal como se presenta
al conocimiento humano, expone distintos nivele y jerarquías, donde la legalidad natural
puede variar.
De los nuevos conocimientos aportados por las corrientes filosóficas del siglo XX se pueden
extraer los siguientes axiomas:
a- Lo superior puede explicar lo inferior, pero lo inferior no puede explicar lo superior: en el
hombre esa conformación jerárquica desciende desde el espíritu, pasando por la razón, hasta
los sentidos y no en sentido inverso.
c- La unidad esencial del hombre: esta idea presupone que el hombre es una criatura divina,
profundamente real. También presupone la idea de humanidad.
d-la estructura jerárquica del hombre señala que la reflexión debe preceder a la acción: la
actividad del hombre vacío del ser y de finalidad, introduce al caos en la naturaleza y en la
sociedad.
e- el hombre no es neutral respecto de los valores: su acción debe enderezarse al
bien, a la verdad, hacia la belleza, es por ello que el hombre nuevo rechazaenergéticamente la
idea que pueda ser bueno aquello que se realiza con medios perversos.
f- el ser humano es una unidad de cuerpo y alma: esa unidad debe tener un dinamismo
armónico, que le permita ser y actuar dentro de la ley natural, que le permita multiplicar los
bienes y alcanzar la plenitud individual y social dentro de la ley natural. Ese equilibrio solo
puede ser alcanzado mediante la comprensión, la aceptación y la propia cultura.
g- El hombre pertenece por naturaleza al reino del espíritu: este reino es el de la libertad. La
justicia y la paz no existen por sí mismas, sino que pertenecen al ámbito de la libertad, que es
propio de los seres espirituales. El orden social debe ser justo para quesea humano, aunque
para ello deba sacrificar algunas facetas del orden natural. El orden político debe asentarse
sobre la justicia, la paz, el orden debido.
EL HOMBRE REAL: El hombre concreto, sujeto y objeto de las ciencias sociales, es pues el
hombre real.
LA CONCEPCIÓN CRISTIANA DEL HOMBRE DE J. MARITAIN: La idolatría del método es una de
las consecuencias más negativas del cartesianismo. La excesiva valoración de lo metodológico
supone preferir lo substancial en función de lo adjetivo, situación que supone una pérdida del
sentido y la jerarquía de los saberes.
1) el moderno método empírico-racionalista derivado del cartesianismo, solo toma en cuenta
los datos de la realidad que puede verificarse a través de la experiencia, sin tomar los
saberes que reconocen a la intuición como una de las fuentes del pensamiento.
2) la visión opuesta, surge de una experiencia vivenciada del ser del hombre y nos conduce a la
segunda concepción La convicción que el hombre es un ser integrado por cuerpo y alma,
radicando en ella la más alta dignidad de la inteligencia y el asiento de las libertad.
LA FILOSOFÍA PERMANENTE Y AL HOMBRE TOTALMENTE RESTAURADA: J. Maritain dice: “el
hombre antropológicamente es uno, pero desde el punto de vista social puede ser
considerado como individuo o como persona”. El hombre como persona es un ser compuesto
de cuerpo y alma. Como individuo que pertenece a la especie humana, tiene necesidades y
fines que se satisfacen a través de la vida de relación, de la participación social y política. La
idea de J. Maritain es que tomando el hombre como individuo, éste es un ser social que debe
sujetarse a la normas y prescripciones estatales. Pero el hombre como persona debe tener la
libertad de elegir su destino último para salvarse o para perderse.
EL HOMBRE COMO INDIVIDUO: DIMENCIONES Y PLANOS DE LA REALIDAD ENQUE
TRANSCURRE SU VIDA: El hombre es el origen y el fin de la sociedad y del estado. Esta
afirmación es verdadera partiendo del hombre real y concreto, integrado naturalmente en lo
social y en la vida política, pero al mismo tiempo dueño de propia intimidad y de finalidades
personalísimas que no se agotan en su actividad relacional. Las dimensiones en que se mueve
la vida del individuo y que emergen de su propia naturaleza son:
• La mundanidad.
• La sociabilidad. De la existencia humana
• La politicidad. Estas dimensiones se refieren a la vida exterior del ser humano, pero no a su
intimidad.
2- LAS REGULARIDADES DE DERECHO O NORMATIVAS: Son percibidas por los individuos como
comportamientos obligatorios y exigibles. Su exigibilidad responde de ser derivados de
convenciones sociales, principios éticos - jurídicos o del derecho natural.
LAS ORDENACIONES SOCIALES: La aceptación de los ordenamientos sociales se produce
porque el hombre en general lo recibe como algo habitual que le otorga determinadas
seguridades, una cierta estabilidad a su vida. La legitimidad de las ordenaciones sociales
se produce:
• Por vía de tradición
• Por vía carismática
• Por vía de la razón
LA ORGANIZACIÓN: La organización es vista por HELLER, como un proceso racional que se
aplica unilateralmente actividades individuales de carácter social para lograr una acción común
conforme a un plan.
TEORÍA DE LAS GENERACIONES: CONCEPCIÓN DE ORTEGA Y GASSET.
El hecho más elemental de la vida humana es que unos hombres mueren y otros nacen, toda
vida humana está encajada entre otras vidas anteriores y otras posteriores, el hombre tiene
edad, la edad es el comienzo del tiempo vital, ser niño, joven, maduro o anciano, esto significa
que toda actualidad “hoy” envuelve en rigor tres tiempos distintos, todos somos
contemporáneos, vivimos en el mismo tiempo y atmósfera, en un mismo mundo, pero
contribuimos a formarlo de modo diferente, alojados en un mismo tiempo externo y
cronológico, conviven tres tiempos vitales distintos, esto es lo que se suele
llamar anacronismo esencial de la historia, si todos los contemporáneos fuéramos coetáneos,
la historia se detendría, sin posibilidad de innovación. En el “hoy” coexisten articuladas varias
generaciones, y las relaciones que entre ellas se establecen, representan el sistema dinámico
que constituye en todo instante la realidad la vida histórica, que está en cada momento
constituida por la vida de los hombres entre treinta y sesenta años, ese período de plena
actividad histórica del hombre ha sido considerado siempre como una sola generación, como
un tipo de vida homogénea, son pues dos generaciones y ambas tienen puestas sus manos en
la realidad histórica al mismo tiempo, por lo tanto no se suceden, sino que conviven y son
contemporáneas, no coetáneas, según esto, que desde el punto de vista importante a la
historia, la vida del hombre se divide en cinco edades de a quince años, niñez, juventud,
iniciación, predominio y vejez. Lo único que podemos aprovechar, para la concepción de
nuestro tiempo, es el principio general de que cada quince años cambia el cariz de la vida. La
teoría de las generaciones permite explicar cómo se realiza el cambio histórico y de qué
manera los estratos o grupos generacionales aseguran su continuidad o su proyección en el
tiempo y el espacio.
3) CONSIDERACIONES EMPÍRICAS ACERCA DE LAS “CLASES POLÍTICAS”:
EL PLANTEO DE BURDEAU: Señala que se presenta como problema en los regímenes
democráticos, pues es en ellos donde aparece el contraste entre el principio del gobierno del
pueblo por sí mismo y la realidad de que grupos minoritarios ejercen el gobierno. Define
descriptivamente la “clase política” como el conjunto de personalidades o agrupaciones que
prescindiendo de toda referencia a los objetivos que persiguen, comparten los privilegios
atribuidos al ascendiente político.
EL PLANTEO DE DAHL: En desacuerdo también con las “teorías” de la “clase política”, expresa
que el hombre es un animal político porque necesita vivir en una comunidad política pero que
no todo hombre lo es del mismo modo, porque no todos se ocupan y se preocupan del mismo
modo por la vida política. La experiencia muestra que hay algunos a los cuales la política les es
indiferente. Entre éstos, sólo unos cuantos buscan activamente el poder. Y entre los que
buscan el poder, sólo algunos obtienen más poder que el resto. La existencia de esos cuatro
grupos, lo llevan a Dahl a construir su modelo de los estratos políticos: los estratos apolíticos,
los estratos políticos, los buscadores del poder y los poderosos.
4) EL PROBLEMA DE LOS ORÍGENES DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO: Si nos referimos al origen,
tenemos que pensar la sociedad en términos de familia, o grupo humano semejante, y el
Estado en términos de “relación política” incipiente y como grupo humano formado por
escasas familias o pocos individuos, predomina en la actualidad la tesis de que la humanidad
comenzó con la familia individual. En cuanto al Estado, son muchos, entre los etnólogos
contemporáneos, quienes prefieren utilizar ese vocablo para designar el primer tipo de
“relación política” súper familiar.
LA CUESTIÓN DEL COMIENZO SIMULTÁNEO O SUCESIVO DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO:
Las hipótesis acerca del comienzo de la sociedad y del Estado, de la simultaneidad o no de ese
comienzo y de la uniformalidad o diversidad del fenómeno, pueden agruparse en tres clases
distintas:
a) las que se basan en mitos y leyendas.
b) las que se fundan en investigaciones realizadas en el seno de grupos humanos arcaicos.
c) las que se elaboran partiendo de ciertos supuestos racionales.
Todas, sin embargo, tienen algo de común, y consiste ello en la admisión de la unidad esencial
de la naturaleza humana. Concordaron en establecer que el origen de la sociedad es anterior al
Estado.
LAS HIPÓTESIS BASADAS EN EL ESTUDIO DE LAS SOCIEDADES ARCAICAS: Entre esas
investigaciones se distinguen, las efectuadas por el norteamericano Morgan ,sus conclusiones
fueron que, durante ese período de génesis primitiva, había dos etapas: en la primera
predominaba la familia consanguínea, como base de la organización social, en la segunda, que
imperaba la producción de bienes de consumo, la antigua sociedad era reemplazada por una
organización política -Estado- cuyas unidades constitutivas eran grupos locales, ambas etapas
habían coincidido con las tres fases del salvajismo, barbarismo y civilización. Durante las fases
salvaje y bárbara se operaba una evolución de las primitivas "gens". La "gens" era la
organización de los grupos primitivos basada en meras relaciones personales. Luego, sobre esa
base, por sucesivas aglutinaciones, se formaba la "fratria", la tribu y la confederación de tribus,
que constituía la “nación”, de acuerdo con la tesis de Morgan, es que la gens, la fratria y la
tribu tienen raíz común: no son sino grupos originados por diferentes gradaciones de
consanguíneos, la organización política surge cuando la experiencia muestra que la antigua
organización no satisface las necesidades sociales.
HIPÓTESIS SOBRE LOS FACTORES DETERMINANTES DE LA FORMACIÓN DELESTADO: El factor
étnico, como factor decisivo, se puede manifestar de dos maneras distintas:
1) cuando se considera que el origen de la sociedad y del Estado se encuentra en
la"reunión de grupos consanguíneos", las última investigaciones, muestran que la
consanguinidad o parentesco es el lazo más antiguo de las comunidades humanas, y que la
historia política comienza con la idea de que la comunidad de la sangre es la única base de una
comunidad de funciones políticas
2) cuando se asigna especial importancia al factor racial relacionado con el factor bélico, se
considera al factor racial (el distinto origen étnico, combinado con el factor bélico) la lucha
entre los grupos de origen distinto-, y que culmina con el sometimiento de los vencidos. El
factor religioso también ha sido considerado por algunos autores como el decisivo en el origen
del Estado.
UNIDAD O DIVERSIDAD DE ORÍGENES O FACTORES DETERMINENTES: Las diversas hipótesis
tienden todas a establecer pese, o bien un origen común o uniforme en todos los casos, o bien,
también en todos los casos, un único y exclusivo factor determinante. Tales hipótesis,
francamente "monistas", no resultan verosímiles. Por eso sólo parecen razonables y resultan
admisibles las hipótesis de carácter pluralista.
UNIDAD X EL ESTADO: LA SOCIEDAD Y EL ESTADO
El Estado es un ente moral de operación, está ordenada por la unidad de sus fines, los
elementos que constituyen el sustrato del Estado son:
Una finalidad común: el pueblo está asociado y organizado en forma estable y teniendo un fin
que es bien común, ésta asociación, no es estática sino dinámica, dentro de una unidad y un
orden, el factor que convierte el Estado en una empresa común, es el proyecto político que
otorga el fundamento moral y la base de la legitimidad de ejercicio del poder.
El bien común como elemento no tradicional y sustantivo del Estado
El proyecto componente sustantivo y dinámico del Estado debe tener sus fundamentos en los
elementos que forman su sustrato.
El proyecto componente esencial e implícito del Estado debe buscar sus temas en esos
elementos, para potenciarlos hacia un destino elegido en forma racional.
El territorio: Es el ámbito geográfico sobre el que se extiende la soberanía del Estado,
Aristóteles dirá: el mejor territorio es aquel que permita asegurar la independencia del
Estado, la extensión y la fertilidad del territorio deben asegurar que todos los ciudadanos
puedan vivir como corresponde a hombres libres. La función y misión del territorio es:
poseer todo lo que se necesita y no depender de nadie.
Formación del territorio argentino: Las primeras intendencias que se organizaron los
territorios que constituirían el solar argentino, fueran las gobernaciones de Tucumán y de Chile
que abarcaba Cuyo. Luego se crea las gobernaciones del Río de la Plata con capital en Buenos
Aires. En 1776 se decidió la creación del Virreynato del Río de la Plata, como respuesta a las
presiones expansionistas portuguesas sobre el territorio otorgado por el tratado de Tordesillas
a España.
Durante los siglos XVI y XVII, la tendencia expansiva de los mamelucos fue contenida por las
misiones jesuíticas. Pero en la primera mitad del siglo XVIII los bandeirantes volvieron a
encabezar una dinámica corriente de expansión tras el descubrimiento de minas de oro y
diamantes en Minas Gerais. La presión de los bandeirantes culminó en 1750, cuando, por el
Tratado de Permuta, se reconoció al Brasil (todavía colonia) un territorio tres veces mayor que
el asignado en virtud del Tratado de Tordesillas. El tratado de permuta generó una protesta
enérgica y unánime de los cabildos, obispos y gobernadores, asentados en el actual territorio
argentino, que lo apreciaron como una mutilación del territorio español.
Poco tiempo después, el Cabildo de Buenos Aires recolectó 80.000 pesos fuertes para costear
la expedición que debía frenar el avance portugués en la Banda Oriental. Esta decidida acción
de los vecinos de Buenos Aires fue precisamente la que dio lugar a la creación del Virreinato
del Río de la Plata. La consecuencia más importante de esta creación política desde el punto de
vista geo-económico, fue que desde ese momento del nuevo virreinato se invirtieron las
corrientes comerciales del mundo hispano-americano. Lima dejó de ser paulatinamente centro
del poder político y económico transfiriendo ese papel en favor de Buenos Aires. La
constitución del Virreinato del Río de la Plata confirió a todo su territorio una vigorosa
autoridad y fuerza militar concordante con los propósitos de su creación en una jurisdicción
extensísima y un sentido de la dignidad política y geográfica que surgiría en forma nítida en
1810.
Los territorios comprendidos en esta organización política forman actualmente los siguientes
países: Argentina, Uruguay, Paraguay, parte del Brasil (Río Grande del Sur) y parte de Bolivia
(Alto Perú). Por el Sur, la jurisdicción política del Virreinato se extendía hasta Cabo de Hornos
comprendiendo las Islas Malvinas.
El proceso de desmembramiento territorial: La Revolución de mayo actualizó el antagonismo
entre los dos centros de mayor envergadura geopolítica de la América hispánica del sur:
Buenos Aires y Lima, al convertirse en los polos de la revolución y contrarrevolución,
produjeron interferencias de tipo comercial y roturas territoriales.
El proceso de desmembramiento territorial se reflejó en la desintegración de los espacios
territoriales. Las regiones históricas, las gobernaciones e intendencias se fueron fraccionando
para dar lugar al nacimiento de las provincias argentinas.
La Constitución Nacional de 1853 dio origen a un proceso de reintegración que concluyó con la
incorporación de la Provincia de Buenos Aires. En ese flujo y reflujo el país había perdido su
vinculación con el Océano Pacífico, las provincias del Alto Perú, la Banda Oriental, después de
la guerra con Brasil y el Paraguay.
NACIÓN Y PUEBLO:
El pueblo Argentino: se formó partiendo de la base fundacional realizada por la España
imperial del siglo de oro, la política inmigratoria concebida por la generación del 37 y realizada
por la del 80, produjo una transfusión de sangre europea, la mayor parte de este aluvión
provenía de estirpe latina, llegaron inmigrantes italianos y españoles, que poseían la misma
tradición cultural mediterránea, la población criolla tenía una gran fuerza transformadora, el
país era capaz de dar trabajo a millones de hombres y mujeres que se incorporaban año a año
buscando mimetizarse a lo argentino.
El pueblo: portador de principios, bienes y valores:
La formación étnica e histórico- cultural del pueblo argentino, señala los principios, valores y
bienes culturales que constituyen su acervo intelectual, esos principios bienes y valore son:
a) la fe: Max Weber señaló que la religiones el elemento determinante de las formas éticas y
en gran medida incide en los estilos políticos y económicos de las sociedades dentro de las que
opera.
b) un sistema de valores universales: El sistema objetivo de valores sobre el que se ha
edificado la civilización cristiana y occidental.
c) el conjunto de los bienes culturales de la Nación: Son de distinta naturaleza, pero todos
ellos constituyen el patrimonio del pueblo argentino, las más importantes provienen de la
herencia cultural, la lengua castellana, la familia monogámica, la iglesia y el orden jurídico que
se funda en el Derecho Romano.
EL PODER: Las formas fundamentales de organización del poder se reducirían a:
1.- La monarquía
2.- La aristocracia
3.- La democracia
El poder político y poder del Estado: Es una relación bilateral de mando y obediencia, que
según Deterger presenta los siguientes aspectos:
1) Es un fenómeno biológico: que también se manifiesta en el reino animal, y registra
adherencia provenientes del hábito, la fuerza física y el sexo.
2) Es un fenómeno de coerción: que opera a través de mecanismos diversos:
a)coacción física
b)la presión del temor
c)la presión social
d)medios económicos
e)la propaganda
3)Es un fenómeno de especial naturaleza psíquica: El poder busca siempre hacerse aceptar,
reverenciar por medio un sistema de creencias.
La legitimidad del poder: La idea de la legitimidad, se funda en una convicción social
dominante que reconoce y acepta al poder constituido tal cual es, la legitimidad puede ser:
De origen: Las teorías de la soberanía explican y justifican la obediencia al poder:
a) de origen divino: todo poder viene de Dios.
b) de origen popular: el consenso
De ejercicio: El poder debe responder a un fin
a) el bien común: El poder es legítimo por su ejercicio.
b) si no procura el bien común: El gobierno legítimo por su origen, es ilegítimo por su ejercicio.
Distintas clases de poder político: Max Weber distingue tres tipos puros de dominación
política de carácter legítimo:
a) de carácter racional: dominación legal con administración burocrática.
b) de carácter tradicional
c) de carácter carismático
Poder político de carácter racional: la obediencia se cumple en función de normas objetivas,
estas normas señalan cómo deben cubrirse las funciones o roles de gobierno.
Poder político de carácter tradicional: la obediencia se funda en un vínculo hacia la persona
que gobierna, que está fundada en la historia.
Poder político de carácter carismático: se obedece al conductor, por la adhesión personal que
suscita en su pueblo y que se funda generalmente en motivaciones irracionales, en general, la
estabilidad de un régimen político, se sustenta en una combinación de estos tres tipos de
dominación.
La teoría de la soberanía absoluta fue concebida para consolidar la unidad de Francia.
El problema de la titularidad de la soberanía: El movimiento intelectual “ los doctrinarios”
tendía a personalizar la soberanía decía “Dios sólo es soberano, nadie en la tierra es Dios, ni los
pueblos, ni los reyes”.
La Soberanía: deriva del título que se le daba al rey -souverain- en la Francia Medieval. Jean
Bodin define a la soberanía, como el poder absoluto y perpetuo de una república. Es un poder
supremo que se ejerce sin restricciones sobre los súbditos de un Estado.
Caracteres de la soberanía:
1- Aspecto positivo de la soberanía: significa que el Estado es obedecido por todos los
habitantes y las instituciones existentes en el interior del Estado, soberanía interna.
2- Aspecto negativo: el Estado en esta faz no obedece a ningún otro poder o persona, este
aspecto tiene que ver con la vida exterior del Estado.
3- Autolimitación del Poder del Estado por el Derecho: la constitución debe establecer esas
limitaciones, por consiguiente, la soberanía del Estado, presenta las siguientes notas
definitorias:
1- es un poder supremo y de dominación
2- es un poder independiente
El hombre que no puede vivir sin el Estado, encuentra en éste, la proyección de sí mismo, con
sus virtudes y con sus defectos. El Estado es una forma de vida social, una forma de
convivencia humana y en cuanto formación social, conducta humana organizada, formamos
parte de él en la medida que él forma parte de nosotros, las relaciones políticas son relaciones
humanas, son forma de vida social humana. Carlos Fayt señala que si bien el Estado es la
organización del poder político dentro de una comunidad, esa organización no pertenece al
reino de la naturaleza, sino al del espíritu, producto de la cultura, de la interacción humana, de
manera tal, que hasta el momento de su formulación institucional, los grupos humanos se
desarrollaron políticamente amorfos. Bidart Campos agrupa las distintas ponencias
doctrinarias en cuatro categorías principales:
a) teorías sociológica
b) teorías deontológicas;
c) teorías jurídicas;
d)teorías políticas, pudiendo adelantar en punto a esta clasificación que:
Algunas de estas teorías son “monistas”, es decir que después de adoptar uno de los cuatro
enfoques, consideran que la realidad del Estado es sólo y exclusivamente sociológica, o
deontológica, o jurídica, o política, agotando la realidad del Estado en alguno de esos aspectos,
otras, sin ser monistas a rajatabla, ponen el acento fundamentalmente en uno de esos cuatro
aspectos, o sea, es lo que primero y principalmente ven y reconocen como realidad del Estado,
pareciéndoles que los otros aspectos son secundarios, o que se dan en función del primario.
Las monistas, sobretodo, fallan porque precisamente son monistas, porque agotan la realidad
del Estado en un solo aspecto, extraviando el resto.
1) Fin del Estado: concepto: La teleología política se ocupa de investigar cual es el “fin del
Estado”; se pregunta “paraqué existe la institución política”, puede afirmarse que “todo obrar
humano, sea individual, colectivo o social, tiene siempre un fin. Referenciales:
a) Desde el “orden de la valoración”: el Estado debe procurar la buena vida comunitaria,
puede y debe lograr el “buen vivir de todos”;
b) Desde el “orden de las normas”: lo que aparece plasmado en el plan político o
“Constitución del Estado” o sea, dan forma positiva al mismo fin que el Estado debe promover
de acuerdo con el ideal de justicia;
2) Clasificación de los fines: La actuación humana obliga, a prestar la debida atención a la
pregunta finalista del “para qué” existe la comunidad política. Bidart Campos propone
la siguiente clasificación:
a) Fines objetivos: Para este modo de ver el “fin” está ahí, en la misma naturaleza de la cosa, o
sea, del Estado. Es la naturaleza del orden político, como expansión del orden individual
y como parte del orden natural, la que da “objetivamente al Estado su fin”. El fin se inserta en
la organización política. No es la voluntad política la que asigna un fin al Estado, sino que ese
fin surge de la propia naturaleza de las cosas. El Estado lo tiene por su intrínseca naturaleza,
por ser una institución política al servicio del hombre, autosuficiente y perfecta.
b) Fines subjetivos: Rechazan la idea de la existencia de un “fin” objetivo dado por la
naturaleza a “todo Estado”; defendiendo, por el contrario, que cada Estado empírico tiene el
“fin” específico y concreto que él mismo elige y se atribuye. Se los califica como fines
“parciales” y pueden, a su vez, subdividirse en:
1. bien material (persigue el engrandecimiento económico del Estado, la redención del
proletariado, etc.); bien moral (alcanzar la libertad); bien espiritual (pretende la perfección del
hombre).
En razón del sujeto, el “fin” subjetivo titulariza un determinado bien en una o algunas
personas o entidades.
c) Fines particulares: El “fin” subjetivo de cada Estado representa para él su “fin” particular,
que son los que incumben a un Estado en un momento determinado para los hombres que lo
constituyen. El Estado, como todas las asociaciones, se comprende de las finalidades e ideales
que los hombres se forjan cuando crean y mantienen esas asociaciones, porque toda
asociación se comprende de su finalidad o ideal.
d) Fines relativos: El relativismo absoluto despoja al Estado de fines objetivos, dados por el
orden natural, y se los forja artificialmente al arbitrio de las generaciones interesadas. El
relativismo parcial ajusta el “fin objetivo” a las contingencias cambiantes según las
necesidades que surgen en el devenir político.
3) Bien común y bien común público: Cuando los hombres se agrupan teniendo en miras un
“fin”, hay “bien común”, es decir, que todo grupo humano que persigue una finalidad
extensiva a sus miembros, tiene su “bien común”. Dabin señala: el bien común puede ser:
a) Particular: Cuando su cometido se relaciona sólo con los miembros del grupo y responde a
sus intereses particulares, el bien perseguido por una institución cultural, vecinal, deportiva,
etc. Es “común” porque pertenece a los miembros de ese grupo y porque se busca en común,
pero es “particular” porque alcanza únicamente a ellos y a los intereses de ese grupo.
b) Público: Cuando concierne a la masa total de individuos y grupos integrados en el Estado,
que conviven en la entidad política. El Bien Común como fin del Estado es el bien de toda la
comunidad, de la multitud, y no de grupos parciales, por importantes que sean.
El Bien Común Público:
a) Concepto de bien común: el fin propio, objetivo y necesario del Estado es el “bien común”.
La elaboración de la noción del “bien común” se debe en gran medida a teólogos católicos y en
particular a las corrientes tomistas. Según el padre jesuita Francisco Suárez, el “bien común” es
un status en el cual los hombres viven en un orden de paz y de justicia con bienes suficientes
para la conservación y el desarrollo de la vida material, con la probidad moral necesaria para la
preservación de la paz externa, la felicidad del cuerpo político y la conservación continua de la
naturaleza humana, el “bien común”, en su clásica acepción, no es el bien de todos, sino el
conjunto de condiciones apropiadas para que todos (grupos intermedios y personas
individuales) alcancen su “bien particular”.
b) Composición del bien común: El “bien común”, enseña Bidart Campos, es complejo y
abarca múltiples aspectos, siendo, además, variable, en la medida que evolucionan y se alteran
las necesidades y condiciones de los hombres y de los pueblos en las circunstancias que el
devenir histórico va presentando, podemos esquematizar al “bien común”, haciéndolo de la
siguiente manera:
1. En primer lugar el “bien común” es un “bien temporal”. Lo “espiritual” en tanto fuera
religioso pertenece a una jurisdicción distinta del Estado. La política no puede tocar el
altar desde que las potestades civiles y espirituales quedaron deslindadas con el cristianismo.
En época de sólidas vigencias cristianas, como la Edad Media, el bien religioso hacía parte, en
cierta medida, del “bien común” temporal, de donde v.g., los delitos religiosos como la herejía
eran punibles civilmente porque atacaban el “bien común”, lo que significa, en otros términos,
que el “bien temporal” puede recoger, a veces determinados ingredientes del “bien religioso”
como suyos propios.
2. En segundo término, el “bien común público” o “público temporal” expresiones todas que
pueden usarse como equivalentes, no implica el “bien individual de todos y de cada uno de los
miembros de la comunidad; el Estado procura la felicidad de todos, pero solamente creando
un estado ambiental que haga posible y asequible la felicidad de cada uno. El “bien individual,
particular o parcial”, no es promovido directamente por el Estado. El “bien común” de la
sociedad no es una suma de los “bienes particulares” de las personas que constituyen la
sociedad, sino una armonía, una coordinación del “bien de los individuos”. El Estado no
procura el “bien particular” de cada hombre, sino el “bien común” simultáneo a todos, y del
cual participa el “bien singular”, implicando, que este bienestar de todos(social) comprende,
naturalmente, un bienestar particular de cada uno de los individuos, sin el cual es evidente que
el bien social no puede existir, el Estado, para cumplir su fin de “bien común”, no ha de dar
alimento, vivienda y vestido individualmente a cada hombre, ni educarlo directamente, sino
ofrecer los medios suficientes para que cada hombre con su propia iniciativa, consiga
qué comer, con qué vestirse, dónde vivir y cómo educarse”.
3. También integra la composición del “bien común”, la consideración de los “derechos del
hombre”. Para cumplir el “bien común”, el Estado debe respetar y hacer respetar los derechos
naturales de la persona; ante todo aquellos que son incesables e irrenunciables: derecho a la
vida, al matrimonio, al celibato, al honor, a la vida sexual matrimonial, a adorar al verdadero
Dios, a educarse y educar a los suyos, etc.
4. El “bien común” no se agota en la tutela de los derechos. Comprende, además, otros
elementos, que Dabin agrupa en tres categorías:
1) Orden y paz: Regla de derecho
En lo interno comprende: Policía Justicia.
En lo externo comprende: Protección diplomática Protección militar.
3) Suplencia y ayuda: a las iniciativas particulares o privadas, cuando una eventualidad así lo
exige. A esto llamamos “principio de subsidiariedad”: el Estado no debe hacer lo que los
hombres y los grupos menores pueden hacer eficazmente por sí mismos, porque si el Estado
existe para remediar la insuficiencia y la limitación de los individuos, ha de intervenir
solamente cuando hace falta.
5. El Estado y sus funciones: El Estado desempeña “funciones” de carácter medular tendientes
a establecer un orden social, donde impere la justicia, la seguridad y la paz, por ende son de
carácter esencial, estas calidades preeminentes sin cuyo cumplimiento harían injustificable la
existencia del Estado, se completan con los nuevos roles que ha debido ir asumiendo para
abarcar un ámbito de acción más amplio, requerido por las exigencias que emanan del ser
“dinámico” del Bien Común. Estas adherencias conceptuales a las que denominamos
“funciones esenciales” y “funciones en servicio del interés público”, merecen, para estas guías,
la siguiente consideración:
a) Funciones esenciales: El Estado sería inconcebible si no fuera capaz de imponer el “orden”,
asegurar la defensa externa, otorgar seguridad proveyendo la legislación y la administración de
justicia. El cumplimiento de estas funciones el Estado debe tener un grado de eficacia tal que
permita destacar la presencia de un poder ordenador. La función de tutelaje es básica porque
de ella depende la protección y seguridad de las personas y los bienes, que es la primera
condición del orden social.
b) Funciones en servicio del interés público: El Estado por razones que hacen a su fin -el Bien
Común- también realiza otros servicios que pueden caracterizarse como de asistencia. Estas
tareas pueden ser cumplidas por otras personas o instituciones, en virtud de la importancia de
esos temas. Esas funciones de asistencia son prestadas mediante diversos servicios que
refieren a la “educación”, la “cultura” y la “salud pública”. El Estado tiene pues la obligación
primera de realizar con eficacia las funciones esenciales. En segundo término, puede y debe
prestar servicio necesario en fundamento del Bien Común, que es de esencia procurar, en los
aspectos señalados (educación, cultura, salud pública). Finalmente, cuando el Estado ha
cubierto las funciones de tutelaje y de asistencia, recién puede incursionar en actuaciones
referentes al campo económico productivo, ciñéndose estrictamente al principio de
subsidiariedad, que permite la presencia estatal en actividades que, debiendo hacerlo, no
realiza el sector privado.
Ordenación constitucional del Estado: El Estado no es un mero hecho, sino una comunidad
ordenada, y “ordenada jurídicamente", de manera tal que el Derecho Constitucional se los
indica como orden u ordenamiento Constitucional, en cuanto es el derecho o el orden que
constituye al Estado. Todo Estado por ser Estado, tiene Constitución; todo Estado tiene una
Constitución, que es “la suya y no de otros”, porque cada Estado es una realidad singular,
existencial, individualizada conforme lo es el hombre. El Derecho Constitucional persigue
“organizar el Estado”. El Derecho Constitucional es el sistema de condiciones que hacen del
Estado un Estado jurídico, un Estado que se acomoda al derecho.
Constitución: concepto Constitución, en una acepción del término, todo, cualquier hombre y
cualquier objeto, cualquier establecimiento y cualquier asociación, se encuentra de alguna
manera en una Constitución, y todo lo imaginable puede tener de alguna manera una
Constitución. Por ello, si se quiere llegar a determinada inteligencia, hay que limitar dicho
significado a:
Constitución del Estado: Se refiere a la unidad política de un pueblo, en un sentido amplio,
puede afirmarse que no existe un solo Estado civilizado que no posea una Constitución, ya que
el acto primario de una comunidad que decide constituirse en Estado organizando un gobierno
para conducir sus asuntos políticos, consiste en la formulación de un cuerpo definido de
principios determinando los principales aspectos del gobierno a crearse. Es decir, que
la Constitución, en sentido específico y especializado, significa, a la vez instrumento de
gobierno, restricción de poderes y garantía de la libertad. No basta, entonces, que un Estado
posea una Constitución para que merezca el calificativo de constitucional; precisa que ésta, a
la vez que organice el gobierno, contenga un sistema de garantías de la libertad individual
mediante limitaciones al poder público, y es en este contexto que podemos definir la
Constitución como un conjunto de normas que integra un ordenamiento jurídico,
condicionado por ideales y valoraciones políticas, a través de lo cual el poder político-social se
convierte en poder estatal.
Escuelas: racionalista, histórica y sociológica
La tesis Racionalista de la Constitución ha creído haber descubierto el tipo de Constitución
apto para todos los Estados, y haberle dado curso definitivo a la historia. La Constitución se
escribe, se recubre de una formulación solemne. Sólo puede emanar de un órgano con
facultades especiales, y una vez emitida, sólo puede revisarse de acuerdo con un
procedimiento también especial, que la sustrae a las modificaciones comunes. La Constitución
es una ley de protección política, que se da como programa, con la creencia de que su solo
enunciado bastará para cumplirlo".
La Escuela Historicista: Va a lo individual, a lo particular, a lo concreto. Cada Estado es una
unidad política específica, cada Estado tiene su propia situación, su peculiar circunstancia, su
historia individual; y además, se encuentra en continuo devenir, en desarrollo dinámico, el
“historicismo” admite la tradición, que es lo que viene del pasado, a través de las costumbres,
el estilo, la idiosincrasia de un pueblo. No se pueden crear formas constitucionales, sino que se
deben recoger las consuetudinarias. La Constitución tiene que transmitir como una propiedad
la herencia legada por los antepasados, sin referencia a ningún derecho más general o
anterior.
La Escuela Sociológica: La Constitución es una forma de ser, pero que no surge de la tradición
ni de la costumbre sino del medio social ambiente en el momento presente. Es, sobre todo,
algo vigente, actuante, la realidad social es el soporte de la Constitución, cada comunidad
política tiene un pasado previo que la condiciona, que la informa, que la precede, para hacerla
ser de una manera determinada y no de otra.
El Constitucionalismo: consideraciones generales: Cada Estado, por precario que haya sido, ha
tenido alguna estructura constitucional, y en su medida, alguna Constitución como
norma básica y como realidad. El constitucionalismo es tan viejo como la humanidad, porque
que desde su origen, el hombre actualizó, necesariamente su apetito de vida política. La
historia política de la humanidad nos presenta la manera como en las distintas épocas se
organizaba la convivencia de las comunidades. Advertimos primero el constitucionalismo
antiguo, el medieval, etc. En éste último, podemos afirmar, comienzan los antecedentes del
“Constitucionalismo Moderno” que define el concepto de Constitución. En 1.215 con la “Carta
Magna Inglesa” estimada por los autores no sólo como la única constitución escrita que
Inglaterra ha tenido sino como el prototipo de la Constitución de los Estados Unidos. El
constitucionalismo moderno hace su aparición como una reacción contra el absolutismo
monárquico imperante, sus puntos distintivos:
a) La Constitución que adopta tiene el carácter de una Ley de Garantía para el individuo
frente al Estado, a fin de auspiciar sólidamente la seguridad jurídica;
b) La Constitución responde , generalmente al tipo escrito y rígido, es decir, se fija por escrito y
se la sustrae a la reforma por la práctica del mecanismo ordinario;
c) La Constitución acepta el molde “racionalista” en base a principios dictados por la razón que
descubre un Derecho Natural;
d) La Constitución contiene un reparto de competencias en forma rígida, adoptando el sistema
de división de poderes;
e) La Constitución destaca, por conducto de su normativa, una preferencia por el
Poder Legislativo al que encumbraría como el Poder Supremo del Estado por su Vinculación
con el ejercicio de la soberanía y calificar a la sanción de las leyes como la función fundamental
del Estado;
f) La Constitución concibe al Estado como limitado por normas jurídicas; es el imperio dela
legalidad que elimina al Poder arbitrario;
g) El único fin del Estado es asistir pasivamente al juego de la libertad individual sin promover
ningún bienestar colectivo; es el concepto abstencionista del Estado y del individualismo;
1. La dinámica política: La dinámica política es, “una parte” del conocimiento científico y de
la asignatura (Derecho Político, Ciencia Política o Politología), que se dedica a estudiar las
fuerzas políticas, los cambios, los procesos, etc., debemos puntualizar cuáles son en la
realidad esos agentes que toman participación. En primer lugar corresponde mencionar al
hombre, toda vez que es él el “único agente automotor o autónomo que tiene en sí mismo
fuerza propia para actuar como protagonista originario del quehacer político”; por ende, los
demás elementos que inciden en la “dinámica política”, reciben el impulso vital del hombre.
Sin embargo, existen otros factores que no son propiamente “fuerzas políticas” sino
influencias que por sí son inertes pero que al conectarse con los hombres repercuten o
gravitan en la política o en el régimen político, pudiendo indicarse entre otras:
1. La influencia demográfica de la raza, de la nación, de la población, de la edad, del sexo, etc.,
provenientes de elementos preponderantemente biológicos;
2. La influencia socio-sicológica de la cultura, la educación, la mentalidad política;
3. La influencia geográfica del medio derivada de elementos como el territorio, el espacio, el
clima, la ubicación física, la estructura del suelo, etc.
4. La influencia económica, surgida de los recursos naturales, la tecnología, los modos de
producción y de consumo. La propiedad de los bienes de producción, la distribución de la
riqueza, el dinero, etc.
2. Actos políticos y medios de acción: ideologías, utopías y mitos: Partiendo dela base de que
toda acción está impulsada por algo, que tiene móviles y fines, debemos hacer referencia al
influjo que sobre el quehacer político tienen las ideologías, las utopías y los mitos, en cuanto
motores de los hombres dentro del Estado. la ideología es una elaboración racional que
estructura un cuerpo de doctrina política; a veces, ese esquema mental no se construye
con una intención concreta de influir sobre la acción, sino únicamente con el fin de alcanzar lo
que se cree verdadero mediante el esfuerzo intelectual, otras veces, sí se efectúa con miras a
la aplicación, tanto en un caso como en otro, las ideologías son susceptibles de incorporarse a
la realidad, de convertirse en programas de acción, de suscitar actividad política, y en esa
medida son medios de acción. El mito, en cuanto ficción alegórica, es posiblemente el motor
más potente en el curso de la política, en tanto se encamina al sentimiento y no a la razón ni la
ideología, utopía, o mito suelen darse en estado íntegro de pureza; o sea, que se entremezclan
mutuamente, desempeñan un rol fundamental en la vertebración de la política y en el que
hacer del Estado, en el acontecer político se puede distinguir entre “evolución”, “revolución” y
“reforma”, suele ponderarse que la “evolución” implica un cambio paulatino de las
estructuras, que se opera sobre la marcha del tiempo y de los acontecimientos,
sedimentándose lentamente por obra de las ideas y de los comportamientos, respecto al
concepto de “revolución” -sobre todo la de tipo política- es señalada como una ruptura brusca,
y a veces violenta, que quiebra las estructuras del Estado. Los hechos salen delos cauces
señalados por la Constitución o por la Ley, para rebasarlos e imponer nuevas formas, de modo
súbito. En cuanto la “reforma”, alude a las modificaciones de estructuras que transitan por la
vía legal, ajustándose a los procedimientos normativos previstos para introducir variantes al
régimen.
3. La Opinión Pública: sujeto y objeto; nacimiento y difusión; formas de expresión: En la
antigüedad las formas de participación de las personas en la cosa pública y el marco donde se
desenvolvía la convivencia, aportaban una situación de intimidad e inmediatez a la expresión
de la voluntad política. En la actualidad, esa apreciación ha variado “Los hombres no se
conocen entre sí, las relaciones políticas están mucho más impersonalizadas; un gran
anonimato preside la convivencia, generalmente los ciudadanos ni siquiera tienen trato con los
candidatos por quienes vota, las discusiones, los debates y las luchas políticas no se efectúan
directamente, cara a cara; decimos que la opinión “es un saber intermedio entre la
certidumbre y la ignorancia, y en rigor, más que un saber es una probabilidad de saber, no
toda opinión es pública, la calificación de pública significa varias cosas:
a) que no es individual;
b) que no es secreta;
c) que se refiere a una cuestión de interés general, que interesa a muchos.
Hecha la precedente aclaración, señalamos que la opinión transmitida públicamente permite
destacar dos etapas: a) de expedición b) de recepción. Bryce considera a los hombres divididos
en tres capas: 1º. La minoría encargada de los asuntos públicos, y que prácticamente hacen
opinión; 2º. Los que toman interés en la política, juzgan, modifican y corrigen los puntos de
vista de la minoría; éstos no originan opinión, pero la amoldan; 3º. Los más numerosos e
indiferentes respecto de los negocios públicos, que se acomodan a la opinión.
4. Las presiones sobre el Poder Estatal: Definimos al Poder como una fuerza social que
impone comportamientos humanos en la dirección de quien la ejerce, observamos el
desarrollo, despliegue y fuerza política de ese poder, cuando nos referimos a presiones sobre
el poder estatal, hacemos alusión a una influencia, una gravitación, una fuerza, ejercidas sobre
los hombres que, según la Constitución escrita entre nosotros, son los titulares del Poder, los
gobernantes, o que por lo menos “forman el elenco de la administración pública”. La presión
es una fuerza o influencia que tiende a condicionar y motivar la toma de decisiones por parte
de quienes ejercen el poder, con el fin de que esas decisiones satisfagan los intereses que
importan a aquél que presiona se distingue en ella: 1. Un sujeto que presiona (“factor de
presión”) 2. Un sujeto presionado (que directa o indirectamente se trata de un hombre que se
mueve en el radio del Poder Político). 3. Un objetivo (que es satisfacer determinados fines
pretendidos por el “factor de presión”) 4. Una técnica (que es el medio empleado para
presionar)
A) CLASIFICACIÓN DE LOS FACTORES DE PRESIÓN: Si atendemos a la cantidad de los sujetos
que presionan, podemos diferenciarlos en individuales y colectivos. En los primeros, el
sujeto es uno solo, un líder político, un primer ministro, un diputado, la mujer del gobernante
de turno, cualquier persona destacada que compone la élite, etc. En cuanto a los colectivos o
plurales, los sujetos que presionan conforman un grupo, organizado o no, grupo de jubilados o
una asociación de ellos, una iglesia, un sindicato, etc. En cuanto a los métodos que pueden
emplearse a los fines de ejercer presión, puede decirse que éstos comprenden un amplio
espectro que va desde la simple petición condicionada hasta la violencia, un grupo presiona a
un partido para que apoye una ley de su conveniencia, prometiéndole caudal electoral; el
primer ministro presiona al presidente para que disuelva las Cámaras, amenazando renunciar;
un órgano extremista coloca bombas en los colegios privados para lograr que el gobierno
retire su aprobación y apoyo a la enseñanza libre, etc. También podemos distinguir las
presiones por su duración:
PERMANENTES: las que ejercería el partido político gobernante sobre el Poder Ejecutivo y
Legislativo. - - - --
TRANSITORIAS: la que produce un grupo de jubilados ejercida en oportunidad de discutirse el
proyecto de ley que los beneficiaría. -
OCASIONALES: la que asume un grupo callejero que reacciona contra la policía para que deje
en libertad a manifestantes detenidos.
LATENTES: la que a modo de vigilancia y expectativa ejerce una liga de moralidad pública sobre
todas las medidas oficiales que inciden en el pudor público.
Por último, no podemos pasar por alto destacar que los factores de presión, tanto pueden
influir en épocas electorales, como luego de producidas ellas, actuándose en todos los casos,
indistintamente, sobre los integrantes de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, tanto
referentes al ámbito nacional, provincial o municipal, se trate en su conjunto o de manera
individual.
B) GRUPOS DE PRESIÓN: PARTICULARIDADES: El grupo es un sujeto plural que presiona, las
fuerzas sociales que se mueven en el ámbito de la población y que conjugan la acción de
muchos hombres, son, en este caso, protagonistas de la acción presión ante frente al poder,
son agrupaciones intermedias entre el poder político y el individuo que, desbordan a veces los
cuadros jurídicos tradicionales, se define también al grupo de presión como aquel grupo
organizado para la defensa de intereses propios, de naturaleza diversa, que actúa sobre los
órganos responsables del Estado para obtener los beneficios que pretende, existen numerosos
grupos y organizaciones destinados a reunir individuos de intereses comunes (económicos,
cívicos, religiosos, culturales, etc.), y que actúan sobre los organismos del Estado y sobre los
partidos políticos, influyendo, a veces, decisivamente, sobre la orientación de esos poderes y
de esos órganos”. Un grupo de interés es un conjunto de individuos que tienen un interés
común; ese grupo social puede estar organizado en forma de institución, asociación, persona
jurídica, etc., y puede no estar organizado, el grupo de interés (organizado o no) se convierte
en grupo de presión o actúa como grupo de presión cuando para conseguir la satisfacción de
ese interés, utiliza la presión como una fuerza política de influencia sobre el poder estatal
Bidart Campos anota algunos de los caracteres o particularidades que individualizan a los
grupos de presión, señalando:
1. El sujeto es siempre plural;
2. Se los considera como fuerzas políticas que actúan sobre el poder;
3. Tienen un interés común a sus componentes;
4. Pretenden que ese interés sea satisfecho desde el poder;
5. Pretenden condicionar las decisiones del poder a sus propósitos;
6. No buscan asumir la titularidad del poder;
7. No son poder invisible, ni suplente de él, sino una fuerza política de influencia en el poder
estatal;
El Sufragio: concepto; bases ideológicas y naturaleza jurídica del sufragio: el sufragio se funda
y legitima en el Estado contemporáneo por la necesidad y la justicia de dar a la comunidad un
medio o procedimiento organizado de expresión política, los hombres han de poder canalizar
su opinión política para participar activamente en la política, en el régimen; y han de
contar con medios a través de los cuales la obediencia tenga voz y votos decisivos, podemos
definir al Sufragio diciendo que es una técnica o un procedimiento institucionalizado mediante
el cual el cuerpo electoral hace manifestación o expresión de opiniones políticas con dos
finalidades distintas:
a) para elegir gobernantes;
b) Para la adopción de decisiones políticas.
a) el “constitucionalismo” como la el sufragio electoral, o sea la de elección popular de los
gobernantes;
b) respecto a cuestiones diversas -reforma de la Constitución, sanción o derogación de
normas, revocación de la función conferida a gobernantes, etc.- encarnando las conocidas
formas Semidirectas de democracia, tal cual lo son el referéndum, plebiscito, iniciativa
popular, destitución o revocatoria, veto popular, apelación de sentencia, etc.
En cuanto a la naturaleza jurídica del Sufragio, referiremos a cuatro teorías que ofrecen sus
conclusiones:
1. La que considera al Sufragio como un derecho, entendiéndolo como un derecho subjetivo
de todo hombre en cuanto miembro o parte del Estado; o también como derecho positivo
otorgado por el Estado.
2. El Sufragio es un deber, opinan otros, puesto que todo elector que ha entrado en las
condiciones de tal por la Constitución y la Ley, tiene obligación de emitir su voto para la
formación de los Poderes del Estado.
3. reconoce una naturaleza ecléctica o mixta, de manera tal que el Sufragio sería a la vez un
derecho y un deber.
4. El Cuerpo Electoral: Cuerpo Electoral no es otra cosa que un nombre colectivo con el que se
designa aquel sector del pueblo que es sujeto de votaciones, si bien el cuerpo electoral, por la
función política que desempeñan sus componentes, puede considerárselo al igual que los
partidos políticos como un sujeto auxiliar del Estado o del Poder este sector del pueblo no es
un órgano del Estado, determinar qué individuos forman parte del Cuerpo Electoral, es una
cuestión de derecho positivo, o sea la organización legal de cada Estado determina quiénes lo
componen, quiénes son titulares del sufragio, hasta que se difundió el sufragio universal, la
formación del cuerpo electoral era limitada. Los principales sistemas electorales en función del
territorio son:
a) El de Distrito Único, en que todo el territorio del Estado se considera como un solo distrito
electoral;
b) El de Distrito Uninominal, en que el territorio se divide en tantos distritos electorales como
cargos a llenar; cada elector tiene un solo voto, y no puede votar más que por una sola
persona;
c) El de Distrito Intermedio, en que se divide el territorio en grandes circunscripciones, en
cada una de las que se elige un número de personas generalmente proporcionado a la
población. El sistema territorial se relaciona con las divisiones del cuerpo electoral, cuando
todo el territorio constituye un distrito único, el cuerpo electoral integra también un colegio
electoral único, cuando el territorio se divide en varias circunscripciones, el cuerpo electoral se
reparte en pluralidad de colegios electorales, en cuanto al modo de votar, mencionamos los
siguientes sistemas:
SECRETO: rodeando al acto de las garantías necesarias;
PÚBLICO O CANTADO: Exteriorizando la decisión ante la mesa electoral;
INDIVIDUAL: En que cada elector tiene un voto único;
ACUMULADO O FAMILIAR: En que cada elector puede acumular más de un voto, por
diferentes títulos, por ej. el padre de familia por los componentes de la misma;
DIRECTO: Con la designación de la persona que elige;
INDIRECTO: Elige a personas que a su vez eligen a los funcionarios que gobernarán;
POR LISTA: En el que se vota por alguna de las listas que fueron oficializadas, no pudiéndose
tachar nombres ni agregar otros;
POR CANDIDATOS: En el que sí es posible sustituir un candidato por otro;
ESCRUTINIO DE DOBLE VUELTA: En el cual la elección se efectúa en dos etapas; en la primera
se presentan todos los partidos y los electores sufragan por el de su preferencia; la segunda
votación sólo queda circunscripta a los dos partidos que obtuvieron el mayor número de votos,
no pudiéndose emitir votación por los que no participan; se concede a todos por igual
conforme la Ley;
UNIVERSAL RESTRINGIDO O CALIFICADO: Se concede solamente a algunos en razón del
sexo, cultura, posición económica, etc.;
OBLIGATORIO: Cuando todos deben votar porque así lo determina la Ley;
FACULTATIVO: Cuando queda librado a voluntad del elector votar o no;
REFORZADO O PLURAL: Cuando el elector está autorizado a emitir más de un voto en una
misma circunscripción electoral, ej. por alguna razón especial que provenga de su actividad o
función, como ser, afiliado a un sindicato, o profesor, o universitario, etc.
Los Estados son los sujetos primarios de las relaciones internacionales (llamase Estado a un
conjunto de población que habita un determinado territorio y que se encuentra políticamente
organizado bajo la autoridad de un gobierno) así, la población y el territorio son los elementos
materiales del Estado en tanto que el gobierno no es su elemento formal, las palabras
“Estado”, “nación” y “país” suelen usarse indistintamente para designar a la misma realidad.
En sentido riguroso, estas tres expresiones no son equivalentes, cuando se habla del Estado se
pone el acento en la comunidad política en cuanto se encuentra jurídicamente organizada, la
palabra “nación” designa a la misma cosa, pero lo hace, poniendo el acento en los aspectos
socio-culturales de la comunidad, en sentido estricto, podría haber una nación no constituida
en Estado, de la misma manera que un solo Estado (como fue el caso de Austria-Hungría)
podría ser plurinacional. En cuanto a la palabra país, se la usa también indistintamente, si bien
la expresión tiene una connotación predominantemente territorial. Es español puede equivaler
a “comarca” y en italiano a “pequeña localidad”. En el uso corriente las tres palabras se usan
de manera indistinta, tres elementos ya mencionados -población, territorio y gobierno- la
doctrinal suele añadir un cuarto: la capacidad de mantener relaciones con otros Estados. Este
elemento está consignado en la Carta de la Organización de los Estados Americanos y en la
Convención Interamericana sobre Derechos y Deberes de los Estados. La capacidad de
mantener relaciones con otros Estados debe entenderse en un sentido jurídico y en un sentido
moral. En un sentido jurídico, es necesario que el Estado sea plenamente soberano y disfrute,
por tanto, del iuslegationis. Una unidad política que hubiere delegado en otra el poder de
negociar no podría ser considerada como Estado desde el punto de vista internacional. En el
sentido moral, es necesario que una unidad política posea un mínimo de aptitud para la
convivencia. Los elementos que acabamos de mencionar son comunes a todos los Estados.
Pero aparte de estas notas definitorias, los Estados poseen características que los diferencian
profundamente. Los Estados pueden diferir en extensión. Mientras la Unión Soviética, el
Canadá, los Estados Unidos, Australia, el Brasil, China y la India superan los 4 millones de
kilómetros cuadrados cada uno, la Ciudad del Vaticano tiene 44 hectáreas, es decir, menos de
medio kilómetro cuadrado.
Evolución histórica: Las unidades políticas jurídicamente organizadas son tan antiguas como la
historia pues aun en las formas más rudimentarias, el hombre fue siempre “animal político” y
siempre estuvo sujeto a una autoridad. Pero las formas de esa organización, desde las tribus
primitivas hasta el complejo Estado moderno, han variado grandemente. Una de las formas
más antiguas de organización política, posterior a las etapas primitivas fue la del Estado-
Ciudad. Como su nombre lo indica, se trataba de una estructura en la cual el Estado se
identificaba con la urbe y le daba su nombre. De ella eran los gobernantes y de ella los
ciudadanos. Fue la forma típica de los Estados griegos antes de la conquista macedónica, de los
fenicios y de Roma antes de Julio César. Durante toda la Edad Media y el Renacimiento fue el
régimen adoptado por varias ciudades italianas. Venecia subsistió como Estado independiente
hasta 1.797.
No siempre el Estado-Ciudad circunscribía su jurisdicción a los límites urbanos. Muchas veces
poseía grandes extensiones territoriales. Atenas hasta el final de la guerra del Peloponeso
poseyó territorios en Sicilia, en Asia Menor y en la propia Grecia continental. Roma, antes de
su transformación imperial, era ya dueña de las Galias, de Italia, de Grecia y de las antiguas
posesiones cartaginesas. La diferencia que separaba, en estos casos, al Estado-Ciudad del
Estado moderno consistía en que el ius civitatis estaba limitado a los oriundos de la ciudad
originaria; todo lo demás era considerado como colonias o protectorados. Sólo después de la
guerra social, Roma extendió parcialmente el derecho de ciudadanía a los habitantes de la
península. Tan antiguos como el Estado-Ciudad fueron los Imperios. Estos estaban formados
sobre la base de un pueblo dominante, dueño de territorios extensos, a los cuales se agregaba
por vía de conquista el dominio sobre un número a veces considerable de pueblos sometidos.
Después del caos que sobrevino con motivo de la caída del Imperio Romano, la Cristiandad
restauró, bajo formas nuevas, la idea imperial. Fue así como resurgió la idea del Imperio.
Fundado y apoyado en la ficción de continuar el antiguo Imperio de los Césares, el Imperio
medioeval se inspiró en una concepción eminentemente religiosa. La sede teórica de esa
nueva estructura política seguía siendo Roma, y en la Urbe por antonomasia eran coronados
los emperadores. Pero los titulares efectivos del poder imperial fueron siempre príncipes
germánicos. Nominalmente, el Imperio cristiano duró hasta 1.806. Pero ya a mediados del
siglo XVI -concretamente luego de la abdicación de Carlos V- la institución había periclitado. Su
sustituto en Occidente fue el Estado nacional.
El Estado nacional: Los orígenes remotos del Estado nacional datan del apogeo de la Edad
Media. Francia e Inglaterra ya eran, a mediados del siglo XIII, reinos autónomos que sólo
rendían -y no siempre- pleitesía formal al Emperador de Occidente. De hecho, y dentro de la
estructura feudal, eran, en germen, auténticos Estados nacionales. Fue, sin embargo, al
comienzo de la Edad Moderna cuando el Estado nacional se configura definitivamente con los
rasgos que actualmente le conocemos. El rey deja de ser un primus inter pares respecto de los
señores feudales y se transforma en la autoridad suprema de su reino. Deja, al propio tiempo,
de considerarse inferior en dignidad al Emperador. El Estado que nace en el siglo XVI es Estado
nacional y es, a la vez, Estado dinástico. Es Estado nacional porque posee un territorio y una
población homogéneos.
Es también Estado dinástico porque el titular de la soberanía es el monarca, que accede al
trono por sucesión. Los pueblos sujetos a un soberano no son “ciudadanos” sino “súbditos”.
Aunque templada por usos y costumbres de origen medioeval, la autoridad del monarca es, en
teoría, absoluta. Con la Revolución Francesa, el Estado nacional se mantiene y se fortalece
pero la autoridad cambia de titular. El dueño del poder es el pueblo, quien delega ese poder en
sus representantes. Los mismos reyes -cuando la forma de gobierno adoptada es la
monárquica- son meros representantes de la Nación, no soberanos por la gracia de Dios.
El surgimiento del Estado nacional modifica sustancialmente el esquema de la estructura
internacional anteriormente vigente. Mejor dicho, la vida de relación internacional, tal como
nosotros la concebimos, nace con el Estado nacional. En el sistema de los Estados nacionales,
cada Estado no reconoce a nadie superior a sí mismo.
La Soberanía: De todas las expresiones técnicas de las ciencias políticas, tal vez ésta de la
soberanía sea la que más haya traspasado al lenguaje y a las inquietudes de la masa. En el
orden interno se habla permanentemente de la “soberanía popular”, y en el plano de la
política exterior es siempre candente el de la “soberanía nacional”. Para la doctrina cristiana,
la soberanía es la facultad que compete a la sociedad política (el Estado o el Príncipe) de
imponer leyes que aseguren el bien común de la sociedad. En cambio, para el pensamiento
naturalista de Bodino, la soberanía es el poder supremo del Estado sobre sus súbditos, poder
absoluto y que no depende, para su validez, del consentimiento de los subordinados.
Claro está que estas dos definiciones se aplican principalmente a la soberanía interna, es decir,
al poder del Estado sobre sus propios ciudadanos.
Para los naturalistas, sean maquiavélicos o rousseaunianos, la soberanía es un absoluto de
orden metafísico y, por lo tanto, toda restricción que se le imponga constituye una
contradicción en los términos. Llevada esta doctrina al plano internacional, ello significa que el
Estado no debe reconocer norma alguna superior a sí mismo o, más precisamente, a su propio
interés. Hasta la observancia misma de los tratados estará supeditada al supremo derecho del
Estado de determinar por sí y ante sí lo que más le conviene. Innecesario resulta subrayar los
resultados nocivos que esta doctrina ha tenido para el mantenimiento del orden y la paz
internacionales.
La doctrina cristiana de la soberanía, en cambio, subordina el interés particular al bien común,
tanto en el orden interno como en el internacional. Los Estados no solamente tienen el
derecho sino también el deber de procurar su propio bien. Pero en el plano internacional
deben, al propio tiempo, tener en cuenta los derechos ajenos y el bien del conjunto. La
soberanía no es, así, un concepto ilimitado y absoluto. Está limitada por la razón y por la ley
natural. Como lo puntualiza Maritain, está también limitada por los derechos de la autoridad
espiritual.
En el orden internacional la soberanía significa esencialmente la facultad de decidir por sí
mismo el propio destino y no verse sujeto a imposiciones extrañas. La soberanía es una noción
política que supone y exige la posesión de elementos accesorios mediante los cuales se hace
posible su ejercicio efectivo. Un Estado puede ser nominalmente soberano en el plano
internacional y no poder ejercer, de hecho, esa soberanía por carecer de viabilidad económica,
de protección militar o, inclusive, de voluntad de ser independiente. Por tanto, la primera
condición para lograr que la soberanía consignada en los documentos sea efectiva en la vida
real es asegurar esas condiciones de viabilidad y fortalecer la conciencia nacional. La “igualdad
soberana” de los Estados, afirmada por la Carta de las Naciones Unidas, es una consecuencia
de la idea absoluta que acabamos de mencionar. En efecto, si la soberanía no reconoce grados
tampoco puede haber diferencias entre los Estados que la poseen; por tanto todos son iguales.
El poder: Llamase poder en política internacional a la capacidad que tiene un Estado para
imponer su voluntad a los demás.
Debemos, ante todo, distinguir el poder de la fuerza. En tanto que la fuerza es un hecho
puramente material y supone la posesión de elementos físicos coercitivos, el poder es un
hecho sicológico que supone, además, influencia o gravitación sobre las mentes. Casi siempre
quien tiene poder dispone de fuerza pero no siempre quien tiene fuerza tiene poder.
Tres son los elementos generadores de poder: El primero es el temor a las sanciones; el
segundo es la esperanza de premios y el tercero es la adhesión por admiración o afecto. Los
dos primeros elementos constituyen las fuentes más usuales de poder pero la tercera es la
más sólida y la más duradera. El poder político en el plano internacional supone fuerza militar.
Durante la Edad Media el Pontificado fue la institución más poderosa de Europa (aun cuando
su fuerza militar era reducida) en virtud de la adhesión del Papa en los pueblos creyentes y en
virtud del temor que inspiraba su facultad de aplicar sanciones espirituales. Pero en la Edad
Moderna la tenencia de fuerza física se convirtió en el factor decisivo en última instancia para
dirimir las contiendas de supremacía. El tipo de poder militar mediante el cual se procura y
obtiene el mando absoluto es eminentemente mutable. En el mundo antiguo las Falanges
macedónicas y las Legiones romanas aseguraron a Alejandro y César el dominio del orbe
conocido. En el superioridad de su marina de guerra otorgó a Gran Bretaña la hegemonía
mundial. En la actualidad, el armamento atómico confiere a los Estados Unidos y a la Unión
Soviética el carácter de superpotencias. También la riqueza confiere poder político. En tiempo
de paz la posesión de dichos recursos asegura una situación privilegiada frente a las naciones
carentes de recursos. Finalmente, un liderazgo inteligente y vigoroso es fuente apreciable de
adquisición y de conservación del poder. De tanto en tanto aparecen figuras geniales que
decuplican el poder del país que gobiernan y lo convierten en un Imperio. Napoleón es el más
típico de esos casos en la Edad Moderna.
En síntesis, el poder es un elemento complejo y sutil de las relaciones internacionales, y su
apropiado manejo constituye la primera calidad del gobernante.
El gobierno y los regímenes políticos: La forma cómo cada país se gobierna a sí mismo es, por
su naturaleza, un problema de orden interno y que, en principio, sólo interesa a su pueblo. La
no intervención en los asuntos privativos de cada Estado constituye uno de los pilares del
derecho internacional contemporáneo e incluye el respeto por la forma de gobierno que cada
nación quiere darse. Ello no obstante, el gobierno y el régimen institucional de los Estados ha
sido con frecuencia materia de problemas internacionales. En muchas ocasiones, el tema se
proyecta más allá de las fronteras. El pensamiento político liberal confirió vigencia a la doctrina
según la cual los regímenes monárquicos eran más belicistas y conquistadores que los
gobiernos republicanos y democráticos. Esta concepción culminó al terminar la Primera Guerra
Mundial cuando se sostuvo que la desaparición de los tres grandes Imperios europeos
garantizaría el afianzamiento de una paz duradera en el mundo.
La teoría del belicismo de los gobiernos autoritarios no era verdadera entonces y tampoco lo
había sido antes. Es cierto que hubo muchas monarquías y dictaduras belicosas a lo largo de la
historia de Occidente. Pero también es cierto que muchos gobiernos de raigambre popular no
fueron menos agresivos que aquéllas. Es posible que en tal o cual situación particular, un
gobierno o un régimen que no dependa del voto popular o al cual no interese la opinión
pública pueda llevar con mayor facilidad a un país a la guerra que aquellos gobiernos que
deben contar con esos factores. La existencia, dentro de un determinado ámbito internacional,
de un país cuyas instituciones políticas no coinciden con las del conjunto, constituye una
fuente frecuente de conflictos internacionales. Sea porque el país “disidente” procure expandir
sus doctrinas y su forma de gobierno más allá de sus fronteras.
Es sumamente frecuente, en caso de conflicto bélico, que los beligerantes declaren que no
hacen la guerra contra el país con el cual están en conflicto sino contra su gobierno. Esta
declaración fue expresamente consignada en el tratado de la Triple Alianza que unió a la
Argentina, el Brasil y el Uruguay contra la República del Paraguay, entonces gobernada por el
mariscal Francisco Solano López. Durante la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos de los
países aliados afirmaron constantemente que su lucha era contra los regímenes fascista y
nacional socialista y sus respectivos conductores.
El Nacionalismo: El nacionalismo es una consecuencia directa de la evolución del Estado
nacional hacia la forma populista que revistió a partir de la Revolución Francesa. El culto de la
nación, de donde surge el nacionalismo, aparece con la Revolución Francesa.
El nacionalismo es una doctrina y es también un estado de ánimo. Por eso podría definírselo
como un sentimiento de adhesión apasionada a la propia nación y a los valores por ella
expresados, en el marco de una concepción ideológica que los coloca por arriba de todo en el
plano temporal.
El nacionalismo es la más poderosa y popular de las ideologías políticas de los tiempos
modernos, es la base natural de la sociedad civil y la unidad natural de la política internacional.
Por su naturaleza, tiene aptitud de convocatoria a todos los miembros de la comunidad
nacional, gobernantes y gobernados, pobres y ricos, sabios e ignorantes. Puede atraer a los
espíritus más conservadores como a las mentalidades más revolucionarias.
Nacionalismo y patriotismo no son expresiones sinónimas. El patriotismo es amor a la patria. El
nacionalismo lo es también, pero no en el marco de una rigurosa forma ideológica. En los
países católicos, el nacionalismo apoya la devolución a la Iglesia de los derechos y
prerrogativas que le habían sido quitados en el siglo anterior por los gobiernos liberales.
Las corrientes marxistas encontraron en la adopción del sentimiento nacionalista un poderoso
instrumento de penetración en los países menos desarrollados o recientemente surgidos a la
independencia como resultado de la disgregación de los imperios coloniales.
La comunidad internacional: son entes supremos que no están sujetos a ninguna autoridad
superior a la suya y que no obedecen a ninguna ley que ellos mismo no hayan promulgado.
Recién en los últimos años la comunidad internacional ha llegado a abarcar a todos los pueblos
que habitan el planeta.
Después de la Revolución Francesa, la Comunidad internacional dejó de basarse en la
solidaridad dinástica para fundarse en la defensa de los intereses comunes. Entre tanto, los
nuevos estados extraeuropeos se incorporaban al concierto de las naciones e iniciaban el
proceso de universalización del orden internacional. La emancipación de las colonias inglesas
de América del Norte a fines del siglo XVII y la independencia de las posesiones luso-españolas
a comienzos del siglo XIX llevaron al Continente americano al seno de la comunidad
internacional. Después de la Segunda Guerra Mundial la Comunidad internacional se expandió
más que en cualquier período anterior.
Por nuestra parte creemos que la expresión “comunidad internacional” es más correcta
porque corresponde a la verdadera naturaleza de los vínculos que unen a los Estados. Estos
vínculos derivan de la existencia de un bien común universal, el que no puede ser logrado sin
una comunidad que lo procure.
En resumen, la comunidad internacional existe, y bajo muchos aspectos los vínculos que unen
a sus integrantes tiende a hacerse cada vez más amplia. Las diversidades y los antagonismos
que permanentemente surgen entre ellos son sin duda reales y justifican el temor de fisuras
que podrían derivar en catástrofes. Pero mientras ello no ocurra, la comunidad de naciones es
un hecho vigente y un elemento básico de la vida internacional.
Las organizaciones internacionales: Las organizaciones internacionales son la expresión
jurídica de la vocación comunitaria que poseen los Estados. Las organizaciones internacionales
son relativamente recientes. Las primeras organizaciones de existencia real fueron de carácter
no político y comenzaron a surgir después de mediados del siglo XIX. Recién a comienzos del
siglo XX la segunda conferencia de la paz de La Haya constituyó la “Corte Permanente
Internacional de Arbitraje” para dirimir los pleitos entre los Estados. La primera organización
general de carácter mundial fue la Sociedad de las Naciones, constituida por el tratado de
Versalles después de la Segunda Guerra Mundial. La primera característica de las
organizaciones internacionales es que la adhesión a ellas es libre y no compulsiva. Desde el
punto de vista del derecho, ningún Estado puede ser obligado a integrarlas ni forzado a seguir
siendo miembro de ellos más allá del término fijado por los propios Estatutos que los Estados
aceptaron al incorporarse. Desde este punto de vista, la soberanía de los Estados se mantiene
en pleno vigor. De hecho, hay organizaciones internacionales de las que los Estados no podrían
dejar de formar parte sin gravísimos perjuicios para sus propios intereses. En cuanto a las
organizaciones políticas, la situación es variable según los casos. La participación en las
organizaciones internacionales entraña una restricción voluntaria a la soberanía de los
Estados. En efecto, en todos los Estatutos y Cartas constitutivas, los Estados miembros se
comprometen a delegar en la organización algunas atribuciones que le son propias. Esas
delegaciones de poderes no comprometen nunca lo que los Estados consideran vital para sus
intereses. Tan sólo la Carta de las Naciones Unidas confiere facultades coactivas al Consejo de
Seguridad en caso de amenazas contra la paz, pero esos poderes no son aplicables a los
miembros permanentes del Consejo. Las organizaciones internacionales pueden ser de
carácter mundial o regional. Casi todas las organizaciones mundiales están hoy directa o
indirectamente ligadas a las Naciones Unidas.
Las organizaciones internacionales constituyen hoy un elemento vital de la política
internacional. Por eso, en nuestra definición de política internacional incluimos a dichas
organizaciones como sujetos -junto con los Estados- de nuestra disciplina. Gran parte de las
relaciones internacionales se desenvuelve en el seno de las organizaciones y ellas son, en la era
presente, el foro común en que los problemas internacionales se debaten.
LA POLITICA EXTERIOR DE LOS ESTADOS
1. Política internacional y Política exterior: La política exterior consiste en la acción que cada
Estado desarrolla en el plano internacional. Esa acción puede desenvolverse en forma bilateral,
respecto de cada uno de los miembros de la comunidad internacional, o en formal multilateral,
en el seno de las organizaciones internacionales. La política exterior ocupa un lugar
preponderante y cada vez mayor en las actividades del Estado. Siempre, sin duda, la
política exterior constituyó un elemento capital de esa actividad, en la época actual el hecho
de que la interdependencia haya adquirido tal fuerza y los problemas internacionales sean de
tal repercusión para la suerte de los países y de los hombres que los habitan, hace que la
política exterior constituya el tema crucial por excelencia de la vida pública, no consiste en una
mera sucesión de actitudes inconexas, lo que define la existencia de una política exterior es la
coherencia y la continuidad que guardan esas actitudes entres sí, un país que obrara en cada
caso con total prescindencia de la conducta que ha seguido o sigue en otras situaciones
análogas podrá tener relaciones internacionales pero, en el sentido estricto de la palabra, no
tendrá política exterior, buena o mala, acertada o errónea, la política exterior exige un mínimo
de unidad de acción. Suele confundirse en el lenguaje corriente a la política exterior con la
diplomacia. En cambio, la diplomacia es el conjunto de instrumentos mediante los cuales
el Estado asegura la ejecución de esa política. La diplomacia es, por tanto, la herramienta
principal-aunque no la única- con que se elabora la política exterior. La existencia de la política
exterior es una consecuencia directa de la división del mundo en Estados soberanos y
recíprocamente independientes. Cuando entre dos unidades políticas existe una relación
mutua de subordinación, no hay entre ellas actos de política exterior; hay actos de mando y
actos de obediencia o desobediencia. La política exterior presupone la libre determinación. Por
eso, cuando un Estado nominalmente soberano se encuentra, de hecho, bajo la influencia de
otro, sólo en apariencia realiza actos de política exterior. Suposición es equivalente -aunque
formalmente no lo sea así- a la de una colonia o a la de un protectorado. El signo más claro de
que un Estado goza de plena soberanía es que lleva a cabo una política exterior independiente.
2. Los órganos de la política exterior: La política exterior de los Estados es, conducida por sus
respectivos gobiernos. Es a ellos a quienes corresponde tomar las decisiones que
comprometen o interesan al país en el orden internacional, en cuanto a los órganos de
gobierno a quienes toca participar en la conducción de los negocios extranjeros, el asunto es
materia del derecho interno de cada Estado, dentro de las normas básicas que rigen su
ordenamiento institucional se establece y delimita las atribuciones de cada órgano del poder
público en materia internacional, el grado de participación de los cuerpos parlamentarios en la
conducción delos negocios internacionales varía considerablemente según las leyes y según los
hábitos de cada país, en las naciones donde priva una tradición de gobierno fuertemente
personal, la participación de los órganos legislativos es relativamente secundaria, estos se
limitan a tener conocimiento periódico de las decisiones del Poder Ejecutivo y, a dictar leyes
que correspondan a ese sector de gobierno. Esta facultad específicamente legislativa incluye
siempre el poder de aprobar o desechar los tratados En los países donde existe una fuerte
tradición de gobierno parlamentario, los órganos legislativos tienen una presencia actuante de
primer plano en la elaboración de la política exterior, tanto en los países de régimen
presidencial como en los de régimen parlamentario, el manejo efectivo de las relaciones
internacionales, bajo la autoridad del jefe de gobierno, corresponde al Ministro de Relaciones
Exteriores, a él toca planear la orientación de la política exterior, aconsejar al jefe de gobierno
las decisiones que deben ser adoptadas por éste y llevar a cabo las negociaciones con las
potencias extranjeras. El Ministro es, además, jefe del servicio Exterior. El Ministro (o Canciller
como se lo llama en algunos países) no integra el Cuerpo Diplomático y no necesita, por tanto,
ser un “técnico” en el sentido estricto de la palabra, pero debe poseer los conocimientos
generales que hoy son indispensables para actuar en el plano internacional y, por sobre todo,
tener sentido común e instinto para los problemas de la política exterior, experiencia acerca de
esos problemas no es, la menos importante de las cualificaciones que se requieren para
desempeñar el cargo. En cuanto al responsable último por la conducción internacional -sea
jefe de Estado o jefe de Gobierno- no es ni necesario ni conveniente que la totalidad de los
asuntos sea llevada a su consideración, no le es posible conocer en su detalle los problemas
que surgen encada departamento de la Administración. En las cosas esenciales no solamente
debe ser consultado sino que la decisión le corresponde personalmente a él, en lo demás, el
rumbo debe ser trazado por el Ministro ningún otro organismo gubernativo podría
pretender impartir instrucciones o señalar rumbos al Ministerio de Relaciones Exteriores en
materias que le son privativas, algunas veces, ciertos organismos oficiales pretenden modificar
las orientaciones de la Cancillería o, inclusive, planificar su acción futura, si por ejemplo, el
Ministerio de Agricultura adopta una determinada posición en materia de exportación de
cereales, es necesario compaginar su punto de vista con la conveniencia del país en los
aspectos que nada tienen que ver con la agricultura. Si todos intervienen y nadie regula y
ordena esa intervención, un país puede simultáneamente ser belicista y pacifista, aislacionista
e integracionista, autoritario y democrático. La existencia de un organismo que, como la
Cancillería, tenga el poder de decisión final, impide esas incoherencias. En la era actual no es
inusual que los gobernantes tengan a su lado a hombres o equipos de confianza a los que
no asignan funciones formales claramente especificadas, pero que son sus consejeros más
influyentes.