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LEA 2019 – PRIMERA PARTE

LA COMUNICACIÓN:

HERRAMIENTAS TEÓRICAS DE UNA PRÁCTICA COTIDIANA


Según el modelo Roman Jakobson, el proceso de la comunicación lingüística implica seis
factores constitutivos que lo configuran o estructuran como tal. Todos los elementos siempre
están presentes en cada situación de comunicación, y si varía alguno varía también toda
1
situación comunicativa.

CONTEXTO

EMISOR MENSAJE RECEPTOR

CANAL

CÓDIGO

• El emisor (destinador o enunciador) es quién emite el mensaje.


• El receptor (destinatario o enunciatario) es quién recibe el mensaje.
• El mensaje es la experiencia que se recibe y transmite con la comunicación.
• Para que el mensaje llegue del emisor al receptor se necesita además de un contexto,
en el cual se tomarán en cuenta no solo las variables espacio temporales, sino también
la situación política, social, económica y cultural.
• Respecto al código, podemos definir diversas esferas que lo componen:
- La esfera lingüística refiere a la lengua natural.
- La esfera sociocultural comprende los conocimientos que tenemos acerca del
mundo y de la cultura
- La esfera ideológica es la que modela nuestra interpretación del mundo y
comprende tanto los sistemas de creencias y valores que se identifican con el
llamado “sentido común” como sistemas interpretativos más formalizados e
institucionalizados: las teorías.
- La esfera retórica comprende los conocimientos que tiene un hablante/escritor
acerca de las distintas clases de textos que conforman el universo discursivo de
una cultura.
• El canal permite establecer y mantener la comunicación entre emisor y receptor.
Este modelo permite establecer seis funciones esenciales del lenguaje inherentes a todo
proceso de comunicación lingüística, orientadas directamente a los seis factores mencionados
en el modelo anterior:

1. Emotiva: centrada en el emisor quien pone de manifiesto emociones, sentimientos,


estados de ánimo, etc.
2. Conativa: centrada en el receptor o destinatario. El hablante pretende que el oyente
actúe en conformidad con lo solicitado a través de órdenes, ruegos, preguntas, etc. 2
3. Referencial: Esta función se centra en el contexto entendiendo este último “en sentido
de referente y no de situación”. Se encuentra esta función generalmente en textos
informativos, narrativos, etc.
4. Metalingüística: se utiliza cuando el código sirve para referirse al código mismo. El
metalenguaje es el lenguaje con el cual se habla de lenguaje.
5. Fática: se centra en el canal y trata de todos aquellos recursos que pretenden
mantener la interacción. El canal es el medio utilizado para el contacto.
6. Poética: se centra en el mensaje. Se pone en manifiesto cuando la construcción
lingüística elegida intenta producir un efecto especial en el destinatario: emoción,
entusiasmo, etc.
Según las funciones recién mencionadas, podemos completar el esquema de comunicación
del siguiente modo:

CONTEXTO

(Referencial)

EMISOR MENSAJE RECEPTOR

(Emotiva) (Poética) (Conativa)

CANAL

(Fática)

CÓDIGO

(Metalingüística)
Guía de preguntas para analizar una situación de comunicación

DESTINADOR:
- ¿Cuál es su área de conocimiento?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?

DESTINATARIO:
- ¿A qué porción de la población se dirige el emisor? ¿Qué características tiene ese
público?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican? 3

CONTEXTO:
- ¿La emisión y la recepción es simultánea o diferida?
- ¿Cuál es el contexto institucional / académico / político / social / económico / cultural
en el que se produce este texto?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?

MENSAJE:
- ¿Cuál es el tema central del texto?
- ¿Cuál es la función predominante (a qué factor de la comunicación se orienta
predominantemente el mensaje)? ¿Por qué?

CANAL:
- ¿Es visual y escrito?
- ¿Cuál es el soporte que contiene este mensaje? (libro y tipo de libro, o capítulo, o
fragmento / artículo periodístico, etc.)

CÓDIGO:
1) ¿Cuál es el aspecto lingüístico del código? ¿Hay marcas textuales que indiquen
referencias extra-textuales? (Comillas, itálica, tipografía, etc.)
2) ¿Cómo funciona el nivel sociocultural del código? ¿Qué conocimientos
socioculturales (enciclopédicos / de diccionario) debe poseer el destinatario? ¿Por
qué? (Ejemplos)
3) ¿Cómo funciona el aspecto ideológico del código? ¿Existen rasgos de alguna
perspectiva teórica? ¿Cuáles? (Ejemplos)
4) En cuanto al aspecto retórico del código: ¿Cuál es la estructura interna en que el
texto se organiza? ¿Por qué? / ¿Cuál es la estructura externa (o género
discursivo)? ¿Qué elementos lo indican?
LOS GÉNEROS DISCURSIVOS

Denominamos géneros a formas de discurso estereotipadas, es decir, que se han fijado por el
uso y se repiten con relativa estabilidad en las mismas situaciones comunicativas. Por ello, son
formas reconocibles y compartidas por los hablantes, quienes identifican los géneros sobre
todo por su formato externo y por el contexto en que se suelen producir; cada género
discursivo responde a la necesidad de conseguir de forma satisfactoria una intención
comunicativa determinada. Son los géneros discursivos los que distinguen una carta comercial,
de un sermón, una noticia periodística, una receta, una conferencia, un brindis, un contrato o
una entrevista radiofónica, por ejemplo.
4
Los textos que pertenecen a un mismo género discursivo se han desarrollado históricamente
en una comunidad de hablantes, dentro de un ámbito social o profesional, y comparten una
misma forma de organizar la información y un mismo conjunto de recursos lingüísticos
(registro, fraseología, etc.). El uso de los conocimientos lingüísticos y discursivos típicos de un
género es convencional, esto es, está estandarizado y viene establecido por la tradición.

La noción de género se remonta a la Antigüedad clásica. La retórica griega establecía, como


respuesta a las necesidades de administrar la vida de la ciudad y los conflictos comerciales,
tres grandes géneros de discurso: el género deliberativo para la asamblea, el género judicial
para el tribunal y el género epidíctico para las ceremonias. En la tradición de la crítica literaria
se han elaborado clasificaciones para los textos literarios, atendiendo a criterios diversos:
según la composición, la forma y el contenido (se distingue entre poesía, teatro, novela y
ensayo); según el modo de concebir la representación de la realidad (géneros románticos,
realistas, naturalistas, surrealistas, etc.); o según la organización enunciativa de los textos
(géneros fantásticos, autobiográficos, novela histórica, etc.).

En el análisis del discurso y la lingüística del texto, se aplica el concepto de género para la
descripción de los textos en general, y no solo los literarios. M. Bajtín (1952-53), deslingándose
de la tradición literaria, plantea de forma novedosa el estudio de los géneros discursivos en
relación con las que él llama «esferas de actividad social» de cada comunidad de hablantes.
Según este lingüista ruso, la riqueza y diversidad de los géneros discursivos es inmensa, porque
las posibilidades de la actividad humana son inagotables y en cada ámbito de uso (comercial,
científico, familiar, etc.) existe un amplio repertorio de géneros discursivos que se diferencia y
crece a medida que se desarrolla y se hace más compleja cada situación de comunicación. En
este sentido, Swales (1990) y J. M. Adam (1999) han destacado el carácter histórico y cultural
de los géneros discursivos: por un lado, los géneros pueden cambiar y desarrollarse para
responder a los cambios sociales (ello explica, por ejemplo, la aparición de géneros nuevos,
como los géneros electrónicos: chat, foro de discusión, etc.); por otro lado, en cada cultura las
características discursivas y lingüísticas de un mismo género pueden variar (es el caso de la
entrevista televisiva,un género muy marcado culturalmente).

Los criterios que se han utilizado en la lingüística del texto y el análisis del discurso para
clasificar los géneros discursivos varían según el punto de vista teórico adoptado. Una
distinción establecida en la lingüística textual es la que diferencia entre géneros discursivos
(también llamados clases textuales en la lingüística germánica) y tipos de texto. Los tipos de
texto son formas textuales definidas por sus características internas (estructurales y
gramaticales), resultado de una conceptualización que persigue clasificar los textos en un
sistema tipológico cerrado. En cambio, los géneros discursivos se definen pragmáticamente
según parámetros externos, es decir, contextuales (propósito comunicativo, papel y estatus
del emisor y del receptor, tipo y modo de interacción) y, a diferencia de los tipos de texto, no
constituyen un repertorio cerrado de formas, sino que los géneros están abiertos, como se ha
dicho, a los cambios sociales y culturales.

Para la didáctica de segundas lenguas, dos tipos de descripción son relevantes:


• caracterizar rasgos textuales típicos o convencionales de cada género discursivo (tipo 5
de información, organización del contenido, marcas de emisor y receptor, registro,
etc.), rasgos recurrentes y reconocidos por los participantes en una
determinada actividad comunicativa; ello permite identificar correlaciones entre forma
lingüística-función discursiva pedagógicamente útiles;
• explicar esta caracterización en el contexto tanto de las restricciones socioculturales
como de las restricciones cognitivas que operan en cada ámbito de uso, en el sentido
de que en cada cultura y comunidad de hablantes un mismo género discursivo (un
testamento, una entrevista televisiva, un examen, por ejemplo) puede presentar unas
normas o reglas formales y temáticas distintas a las fijadas por el uso en otro contexto
sociocultural.

En la aplicación docente, el aprendizaje de una L2 a partir de los géneros discursivos tiene ya


una tradición en el campo de la enseñanza de la lengua para fines específicos. Se han llevado a
cabo propuestas de programas concretos relacionados con actividades sociales y profesionales
determinadas, como la actividad comercial, científica o económica.

En el Marco común europeo de referencia para las lenguas se especifican las situaciones que el
aprendiente habrá de resolver lingüísticamente y también los lugares,
instituciones/organismos, personas, objetos, acontecimientos y acciones en que podrá estar
implicado. En función de estos factores caracterizadores de los géneros discursivos,
el Marco establece para la enseñanza-aprendizaje de una L2 cuatro ámbitos de uso:

• el ámbito personal, en el que los hablantes se comunican con géneros como la


conversación, las cartas personales, la publicidad comercial, el diario, etc;
• el ámbito público, caracterizado por el uso de avisos públicos y carteles, etiquetas y
envases, anuncios, reglamentos, contratos, etc.;
• el ámbito profesional, en el que la comunicación se realiza a través de cartas
comerciales, notas e informes, instrucciones de uso, tarjetas de visita, etc.;
• y el ámbito educativo, en el que las formas típicas de comunicación son, entre otras,
los libros de texto, artículos de investigación, resúmenes, diccionarios, etc.

Fuente:
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/generosdiscursivos.
htm
EL PARATEXTO
Podría decirse que el paratexto es lo que queda de un libro u otro tipo de publicación sacando
el texto principal. Entonces, el paratexto es todo aquello que acompaña y rodea al texto (para
en griego significa “junto a”, “al lado de”) y que lo transforma en publicación y le permite
circular públicamente.

Se considera componente del paratexto de un libro, diario o revista, disco de música, película,
etc., tanto a la tapa, la contratapa, la solapa y las ilustraciones, como al diseño gráfico y
tipográfico, el formato y el tipo de soporte material del texto (tipo de papel, formato de
grabación, etc.). 6
En el caso de los libros también se incluyen en la categoría de paratexto a los prólogos, notas,
epígrafes, dedicatorias, índices, apéndices, resúmenes y glosarios. Esta diferenciación
paratextual está montada en la actividad de los receptores: son las señales que permiten
identificar el tipo de material frente al cual se encuentra, y a predisponerse correctamente
para la recepción. Por este motivo también cabe aludir a la imagen y a la tipografía, dado que
incentivan a la recepción, a la elección de ese tipo de material, o simplemente a determinar a
qué grupo de lectores está dirigido.

En efecto, el paratexto ofrece al receptor una primera aproximación al libro / revista / disco /
etc., cuya “lectura” va a iniciar. Una exploración de sus características le permite formular
hipótesis que anticipan y enriquecen la decodificación. Por esa misma razón, dentro de la
categoría libro se incluyen el prólogo y el epílogo como parte de los elementos paratextuales.

El prólogo cumple una función informativa e interpretativa respecto del texto y una función
persuasiva o argumentativa, destinada a captar al lector y retenerlo. No necesariamente es el
autor del libro en cuestión quién lo redacta, sino que puede ser ‘encargado’ a un especialista
reconocido en temáticas afines a la abordada en el texto.

El epílogo, al igual que el prólogo, cumple funciones interpretativas y persuasivas. Sin


embargo, su posición final en el conjunto de la obra determina el carácter muchas veces
correctivo o conclusivo de sus interpretaciones y orienta su fuerza persuasiva ya no a captar la
atención del lector -puesto que es de suponer que ha leído todo el texto- sino a reforzar el
compromiso y el acuerdo entre autor y lector.

Entonces, a partir de los elementos paratextuales podemos elaborar hipótesis acerca de


contenido de un texto, del argumento de una película, del estilo de un CD, etc.

El camino para realizar una hipótesis de lectura es muy similar al del análisis de la situación de
comunicación. La diferencia fundamental es que, al analizar solo los elementos paratextuales,
no tenemos herramientas certeras del texto para realizar afirmaciones. Por ese motivo, en
muchos casos será necesario recurrir a la estructura verbal condicional (sería…, podría ser…,
tendía…, se trataría de…, etc.). Así, al momento de realizar una hipótesis podemos tener en
cuenta la siguiente guía:
Guía de preguntas para realizar una hipótesis de lectura

DESTINADOR:
- ¿Cuál sería su área de conocimiento?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?

DESTINATARIO:
- ¿A qué porción de la población puede dirigirse el emisor? ¿Qué características tendría
ese público?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
7

CONTEXTO:
- ¿La emisión y la recepción es simultánea o diferida?
- ¿Cuál sería el contexto institucional / académico / político / social / económico /
cultural en el que se produce este texto?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?

MENSAJE:
- ¿Cuál es podría ser el tema central del texto?
- ¿Cuál podría ser la función predominante (a qué factor de la comunicación se
orientaría predominantemente el mensaje)? ¿Por qué?

CANAL:
- ¿Es visual y escrito?
- ¿Cuál es el soporte que contiene este mensaje? (libro y tipo de libro, o capítulo, o
fragmento / artículo periodístico, etc.)

CÓDIGO:
5) ¿Cuál es el aspecto lingüístico del código? ¿Hay marcas textuales que indiquen
referencias extra-textuales? (Comillas, itálica, tipografía, etc.)
6) ¿Cómo podría funcionar el nivel sociocultural del código? ¿Qué conocimientos
socioculturales (enciclopédicos / de diccionario) debería poseer el destinatario?
¿Por qué? (Ejemplos)
7) ¿Cómo funcionaría el aspecto ideológico del código? ¿Existen rasgos de alguna
perspectiva teórica? ¿Cuáles? (Ejemplos)
8) En cuanto al aspecto retórico del código: ¿Cuál podría ser la estructura interna en
que el texto se organiza? ¿Por qué? / ¿Cuál es la estructura externa (o género
discursivo)? ¿Qué elementos lo indican?
Ejemplo de elaboración de una hipótesis de lectura (Los datos paratextuales que sustentan lo
dicho están entre paréntesis, en rojo y subrayado).

Título: Por qué a algunos les gusta el picante


Subtítulo: Alimentos, genes y diversidad cultural
Autor: Gary Paul Nabhan
Traductor: Pedro Chouela
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Fecha de publicación: 13/12/2006
ISBN: 978-84-493-2337-9
Formato: 16 x 23
Número de páginas: 180
Lugar de edición: México
Encuadernación: rústica 8
Colección: Ciencia y tecnología

El emisor de este libro podrá ser un investigador (colección), probablemente del área de la
biología o la tecnología de los alimentos (colección), aunque también podría tratarse de
alguien con conocimientos en antropología, dado el perfil cultural en el que el libro anuncia
que se centrará (subtítulo).
El receptor debería tener un perfil de adulto, de formación universitaria, dado que es la
instancia en la que la cuestión de la genética puede ser abordada a nivel científico (subtítulo).
No hay indicadores para establecer a partir de que nivel universitario se podría comenzar a
decodificar este texto en su totalidad.
En relación con los códigos, en su aspecto lingüístico, si bien se evidencia que el libro está
escrito en lengua castellana, el paratexto indica que esta edición se trata de una traducción,
por lo que el autor no concibió la obra desde su inicio para hispanohablantes (traductor). En
cuanto al aspecto sociocultural, volvemos sobre una persona adulta, de formación
universitaria, que posee los conocimientos enciclopédicos suficientes para comprender e
interpretar la información genética/cultural (subtítulo/editorial/colección). En este mismo
sentido, el destinatario ideal tendrá que decodificar el aspecto ideológico del código y, aunque
no hay elementos paratextuales que lo sustenten, debería tener conocimiento de las teorías
de fondo que estructuran la discusión de la genética y la diversidad cultural
(subtítulo/colección). Luego, el aspecto retórico de este libro lo ubica en el género discursivo
del libro, y dentro de él en el subgénero del texto científico-académico (todos los elementos
paratextuales).
El mensaje central abordaría la cuestión de identidad cultural a través de la alimentación
(subtítulo), y su función predominante sería la referencial, dado que se trata de un texto
científico-académico.
El contexto de producción, diferido, se ubica en el área disciplinar de la biología y la
antropología (subtítulo/editorial/colección). Por último, el canal es visual y escrito.
Ejercicio:

Opción A: Siguiendo el modelo recién propuesto, realizar una hipótesis de lectura a partir de la
siguiente información

Opción B: A partir de los paratextos que continúan, inventar una breve historia
(completamente libre)

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RESEÑA CRÍTICA

Si demostrar significa hacer ver al otro que lo que se piensa o dice es cierto, la reseña crítica es
un texto argumentativo cuyo propósito es demostrar o brindar la mayor cantidad de pruebas
al lector –empleando juicios y argumentos sólidos e irrefutables– para que éste acepte como
verdad el hecho de que leer un libro, ver una película, una obra de teatro, un espectáculo
dancístico o un musical, bien vale –o no– la pena.
La importancia de la reseña crítica se encuentra precisamente en el empleo de la habilidad y
conocimiento, de quien reseña (escritor) para poder hacer que el lector acepte como ciertos
sus juicios acerca del libro, de la representación teatral, de la película, del baile o del concierto 10
observado.

¿Qué es una reseña crítica?

De acuerdo con la vigésima segunda edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
una reseña se define como una “noticia y examen de una obra literaria o científica”.
Según el autor Francisco J. de la Torre Zermeño (2008), una “reseña es el examen que se hace
de una obra literaria o científica a fin de dar una noticia crítica de la misma”.
Conforme a este mismo autor, la reseña se divide en dos:
1. Reseña descriptiva o informativa

2. Reseña crítica o valorativa

Organización textual de una reseña crítica

Como en la mayoría de los procesos de escritura, la reseña crítica debe tener la estructura
planteada a continuación:

1. Introducción o entrada: aquí se puede incluir la referencia bibliográfica del libro o


artículo reseñado –esto también se acostumbra a escribir al final de la reseña-. La
introducción, generalmente, abarca los primeros párrafos, los cuales brindan un breve
resumen de la obra. De acuerdo con el estilo del autor de la reseña, en esta parte se
puede incorporar su opinión central o tesis.

2. Desarrollo o cuerpo: dado que la reseña crítica busca, además de resumir, demostrar
una tesis, en el cuerpo del escrito se presentan todos aquellos elementos contenidos
en el libro o artículo que pueden servir para presentar las pruebas que sostendrán la
opinión. Aquí se hace énfasis en los aciertos y deficiencias de la obra leída.

3. Conclusión o cierre: es la redacción final – en uno o dos párrafos – donde, quien


reseña, condensa su opinión global frente al libro o artículo leído y, así, recomendarlo
o advertir acerca del riesgo de leerlo.
Algunas recomendaciones para realizar una reseña:

1. Llevar a cabo una lectura exploratoria del texto a reseñar para identificar el tema de
que trata.
2. Hacer una segunda lectura, de estudio, con el fin de:
- Subrayar las ideas más importantes.
- Anotar comentarios, motivados por diversos aspectos del texto.
- Hacer una pequeña investigación para conocer datos acerca del autor, como biografía
y trayectoria profesional.

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3. Investigar también acerca de las opiniones que la obra que se está reseñando ha
merecido por parte de especialistas en el tema

Ejemplo de reseña

UN MAR DE METALES HIRVIENTES

Crónicas de la resistencia musical en tiempos totalitarios (1975-1980)

MIGUEL GRINBERG

1ra. Edición: 2015

Editorial: Gourmet Musical

Prólogo: Miguel Grinberg

"La belleza es un mar flagrante de metales hirvientes, y solo es belleza si el cocinero se aleja
prudentemente y sabe las manipulaciones. Si no sabés los procesos, se convierte en una lava
hirviente que te quema el rostro y te destruye” - Luis Alberto Spinetta.

Un periodista heterodoxo, en el marco de un diario argentino sujeto a la censura castrense,


halló la manera de expresar casi diariamente el ansia de libertad y creatividad de una
generación de artistas dispuestos a no ser intimidados por la represión y mucho menos
silenciados por la censura que imperó en nuestro país durante los años del llamado “terror
azul”.

Miguel Grinberg, crítico musical y poeta, especialista en temas generacionales y movimientos


contraculturales, concretó en las páginas del matutino porteño La Opinión una artesanía de la
expresión indómita, con énfasis en las propuestas libertarias del rock autóctono y de otras de
las músicas renovadoras de la época.

El debut de Serú Giran, la reunión de Almendra, los numerosos festivales de rock y la actividad
de MIA, Los Jaivas, Alas, Nito Mestre, Raúl Porchetto y tantos otros músicos hoy famosos
algunos y otros ya no tanto; las experiencias de Aquellare, Spinetta y León Gieco en España,
12
Estados Unidos y Latinoamérica; los nuevos tangos de Astor Piazzolla y Rodolfo Mederos; la
difícil relación de la música y los medios de comunicación; los altos y bajos de la industria
musical, son solo algunos de los numerosos temas que abarcan estos textos.

Este libro, recopila por primera vez una selección de críticas, crónicas, entrevistas y otros
textos clave para entender el desarrollo del periodismo, la cultura y la música popular, así
como de la vida cotidiana durante la última dictadura militar entre 1975 y 1980.

Ejercicio: A partir de las siguientes propuestas, realizar una reseña crítica.

Artistas: Pink Floyd, Roger Waters


Fecha de publicación: 30/11/1979
Discográfica: Columbia Records

Año: 1985
Duración: 110 min.
País: Argentina
Director: Luis Puenzo
Actores principales: Héctor
Alterio, Norma Aleandro, Hugo
Arana, Chunchuna Villafañe,
Productora: Historias
Cinematográfica / Progress
Communications
ORALIDAD Y ESCRITURA
Con frecuencia, la escritura suele ser considerada como un código secundario cuya función
consistiría simplemente en registrar o reflejar la producción oral. Sin embargo, un análisis de
las características de la oralidad y de la escritura permite ver que no se trata de una relación de
mero reflejo sino de dos tipos de producción lingüística con especificidad propia.
La primera gran diferencia entre ellas deriva de los contextos en los que se desarrollan. En la
comunicación oral los participantes comparten un mismo contexto espacio-temporal (o, al
menos, temporal): la oralidad requiere de la actividad simultánea de los interlocutores. En esta
forma de interacción los gestos, las miradas, los silencios que acompañan a la palabra
permiten al hablante evaluar el efecto que causa en el destinatario y, gracias a esta 13
retroalimentación, puede regular su discurso a medida que lo va produciendo.
La comunicación escrita, en cambio, se da en forma diferida y a distancia. Se trata de una
comunicación “en ausencia” del destinatario. Por esta razón el escritor debe crear una imagen
virtual del lector, que le servirá de orientación a lo largo del proceso de escritura. Por otra
parte, el hecho de que escritor y lector no comparten un mismo contexto situacional, es decir,
que no están en contacto directo, exige al texto escrito un mayor grado de explicitación dado
que el lector no cuenta con la posibilidad de preguntar o pedirle explicaciones al autor, y el
texto, entonces, debe “valerse por sí mismo” para poder ser comprendido.
El discurso oral se despliega en el tiempo y, por lo tanto, está necesariamente vinculado a la
sucesión y la linealidad. A diferencia de lo que sucede con un escrito, por el que la vista puede
desplazarse en diferentes direcciones y al ritmo impuesto por el lector, el oyente no puede
“recorrer” distintas secciones del discurso para detenerse en alguna en particular o encontrar
una frase que desee volver a escuchar. Incluso con los medios de grabación modernos, el
discurso sigue estando cautivo del hilo temporal y, por ende, de la sucesión. La escritura, en
cambio, al fijar la palabra en el espacio, la libera del tiempo y permite a los sujetos volver una y
otra vez sobre las ideas objetivadas por los signos gráficos.
Desde el punto de vista de la producción, la urgencia que impone al hablante la situación de
comunicación oral muchas veces no le da tiempo suficiente para encontrar la forma más
apropiada. La limitación temporal incide sobre la capacidad de memoria tanto del productor
como del destinatario y esto influye, por ejemplo, sobre la selección de palabras, que
evidencian menor precisión, más ambigüedad, y la construcción de las oraciones, que suelen
ser más breves y menos complejas que en un escrito y tienden a acumular las unidades de
información en lugar de establecer relaciones explícitas entre ellas. Además, diversos factores
pueden afectar la producción (distracción, errores, vacilaciones, problemas de articulación,
cambios de estrategia sobre la marcha) que fracturan el hilo del discurso. Es por esto que el
discurso oral es siempre provisorio, se muestra “en proceso” y, por lo tanto, revela las
“imperfecciones” típicas de esta forma de textualidad: repeticiones innecesarias, falsos
comienzos, frases inconclusas, debilitación de la coherencia, entre otros rasgos.
La escritura, en cambio, permite al productor tomar decisiones más reflexivas sobre la
elaboración del discurso. Al no estar urgido por la necesidad de producir espontáneamente, el
escritor puede tomarse el tiempo necesario para planificar el texto y articular sus ideas con
mayor precisión. Como consecuencia, en un escrito las conexiones lógicas entre las
proposiciones suelen ser explícitas, el vocabulario más rico y variado, y la sintaxis
considerablemente más compleja ya que, por otra parte, el escritor sabe que su lector podrá
derivar por el texto según sus necesidades y releer aquellos pasajes más exigentes.
Finalmente, la oralidad y la escritura deben también sus rasgos distintivos a la naturaleza del
canal en el que se materializan. El significante de la oralidad es el sonido, aunque la
comunicación oral también se apoya en una serie de signos paralingüísticos percibidos a través
de la visión (gestos, miradas, movimientos corporales) que completan el mensaje. El escrito se
vale únicamente de la materia gráfica que se asocia a sistemas como el de la ortografía y la
puntuación, destinados en parte a representar visualmente algunas de las características de la
oralidad (como sucede con los signos de interrogación y exclamación, por ejemplo) y a orientar
la actividad de lectura e interpretación del texto.
14
Ejercicio: La siguiente transcripción corresponde a un fragmento de una entrevista al escritor
argentino Marcelo Cohen realizada en diciembre de 2004. Transformar este fragmento de
discurso oral en un texto escrito para ser leído: agregar todas las marcas gráficas necesarias
(signos de puntuación, acentos, mayúsculas) y eliminar las huellas de oralidad.

Leer y escribir

corrijo mucho pero corrijo mientras escribo es decir me gusta tardo mucho en que la frase

alcance lo voy a decir un poco ampulosamente la plasticidad no que que quiero y creo que lo

que no queda bien escrito es muy dificil de corregir por eso despues porque obedece al

momento hay en la escritura un vinculo casi como con el presente como que es como de

sensacion termica me gusta mas leer que escribir pero pero no puedo estar sin escribir no

puedo estar sin ninguna de las dos cosas y he notado que me pongo que si no leo me pongo

triste me aburro de mi mismo pero si no escribo me pongo cascarrabias nunca se me ocurre

una anecdota y despues le adjudico un paisaje determinado todo surge con su paisaje quiero

decir paisaje personajes acontecimiento nacen en mi juntos en una especie de pelotita que se

puede devanar el devanado la puesta la puesta en hilo es la narracion.

La grabación de esta entrevista puede escucharse en:


http://audiovideotecaba.com/obra-en-construccion-marcelo-cohen/

Contestar entre todos: ¿Qué signos de puntuación emplearon en la reescritura? ¿Cuáles de


ellos manifiestan actitudes del hablante? ¿Cuáles son esas actitudes?
Para continuar abordando la importancia de la puntuación, leemos el siguiente fragmento de
Perdón, imposible de José Antonio Millán

Aunque llevamos siglos sumergidos en una cultura de la palabra escrita, la lengua comenzó
siendo algo oral, materia hablada, y la cadena de sonidos que la constituye necesita
interrupciones que por una parte permiten respirar al hablante y por otra van dotando de
sentido, de ritmo y hasta de música al texto.

Pero eso no es todo: hace casi exactamente quinientos años Antonio de Nebrija (que escribió
la primera gramática del castellano) se expresaba así: 15

Lo mismo que en la lengua hablada es necesario realizar ciertas pausas distintivas, para que el
oyente perciba las distintas partes de la frase y para que el locutor, una vez recuperado el
aliento, hable con mayor energía, así, en la escritura, hemos de hacer lo mismo para resolver
ambigüedades, por medio de los signos de puntuación.

Nos surge aquí una segunda razón para la puntuación: hacer que pasajes que admitirían
distintas lecturas […] se decanten hacia una de ellas. Como muchas decisiones en el uso de sus
signos, esta función exige que quien escribe se ponga al mismo tiempo en el papel del que lee.
[…]
Además, debemos a la puntuación el conocimiento de lo que podríamos llamar la
macroestructura del texto: su división en párrafos, y dentro de los párrafos en oraciones.
Sabemos a través de ella qué ideas el autor consideró que podía unir (porque eran similares, o
por la relación que mantenían entre sí) y cuáles quiso dejar aisladas. La puntuación transmite
así la estructura lógica del texto.

La puntuación también nos ayuda a saber cuál es la postura del autor ante lo que dice: si
expresa algo con ironía o con escándalo, con temor, ansiedad o duda, con vacilación, como
súplica o con sorpresa, con pudor, con reticencia o con ánimo de ofender, si habla por sí
mismo o si reproduce las palabras de otro... El problema es que la lengua escrita no tiene
recursos suficientes para recoger con un signo distinto cada uno de estos matices, ni tampoco
abarca todo el amplísimo abanico de emociones y sentimientos humanos. Como dice un buen
experto en el tema, José Martínez de Sousa: «Por ejemplo, en esos casos en que decimos: “Lo
ha dicho con recochineo”. […] ¿Cómo se manifiesta el recochineo en lo escrito?». Este es un
terreno en el que ni siquiera los más furiosos experimentalistas del lenguaje han osado entrar.
Hablando de cómo los poetas de vanguardia abolieron la puntuación […], Borges comentó:
«Hubiera sido más encantador el ensayo de nuevos signos: signos de indecisión, de
conmiseración, de ternura, signos de valor psicológico o musical».

MILLÁN, José Antonio; Perdón, imposible.


Guía para una puntuación más rica y consciente,
Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, 2005

Responder:
a) ¿Qué funciones cumple la puntuación, según Millán?
b) En el comienzo del último párrafo, se dice que la puntuación también nos ayuda a conocer
la actitud del escritor respecto del tema del que se ocupa. Proponer por lo menos tres
ejemplos de enunciados en los que la puntuación transmita algunas de las posturas a las que
hace referencia el texto de Millán.

Para reflexionar acerca de la importancia de la puntuación, veamos el siguiente caso:

En el mes de septiembre de 2005, cuando el huracán Katrina devastó la ciudad de Nueva


Orleans, el presidente Bush fue a visitar la zona afectada. En esa oportunidad, un canal de
televisión subtituló de esta manera la imagen del presidente en conferencia de prensa: 16

BUSH: UNO DE LOS PEORES DESASTRES QUE HA GOLPEADO A LOS E.E.U.U

Inmediatamente la imagen se convirtió en una broma que dio la vuelta al mundo por correo
electrónico. ¿Por qué se consideró graciosa esta imagen? ¿De qué manera se podría
transformar el texto para darle una lectura “seria”?

Y para practicar, trabajamos con la siguiente anécdota que sigue fue recogida por J.A.Millán en
su página web (http://jamillan.com/perdonimposible/lectopun.htm): Un hombre rico al morir
dejó su testamento escrito de puño y letra. El texto decía así:
"Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi sobrino Pedro nunca jamás pagarse la cuenta al
sastre nada para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo".

Como el testamento no tenía puntuación, cada uno de los mencionados intentó salir
favorecido puntuándolo según su conveniencia. ¿Cómo lo hicieron? Escribir las cuatro
versiones de los “herederos”.
Y si no quisiera dejar su herencia a nadie, ¿cómo se podría puntuar?
LOS PROCESOS DE LA ESCRITURA
La producción de un texto escrito es el resultado de un proceso que pone en juego una
compleja serie de operaciones, saberes y recursos lingüísticos y cognitivos del escritor. Desde
el punto de vista de la psicología, el acto de escribir es concebido como una tarea propia de lo
que se conoce como pensamiento creativo, es decir, de esa facultad inherente a todo sujeto
(no solamente a los “creadores” como Borges o Cervantes sino a todos los seres humanos) a la
que recurrimos cada vez que se nos plantea la necesidad de resolver problemas de manera no
rutinaria o automatizada.

Los problemas para resolver pueden ser de la índole más variada: desde realizar un reclamo 17
hasta cómo formular y llevar a cabo un proyecto de investigación científica. Pero aun cuando
se trate de situaciones tan diferentes, estas situaciones “problemáticas” tienen algo en común:
todas parten de la necesidad de alcanzar un propósito determinado. Para eso, el sujeto
necesita, en primer lugar, evaluar la situación en la que se encuentra, definir el objetivo que se
propone alcanzar y decidir cuáles son los medios de los que dispone (o que debe procurarse)
para cumplir con sus propósitos.

En este marco, entonces, toda tarea de escritura es concebida como una actividad de
resolución de un tipo particular de problema: un problema retórico (es decir, comunicativo)
que comprende, básicamente, el manejo de un tema, el conocimiento del destinatario y la
determinación de la finalidad del escrito que se va a producir.

Para alcanzar el objetivo que se plantea con su tarea de escritura, el escritor necesita construir
una representación ajustada del problema retórico al que se enfrenta ya que una evaluación
imprecisa o incompleta conduce a una resolución inadecuada o ineficaz. Si, por ejemplo, un
alumno se encontrara en la necesidad de solicitar un cambio en los horarios que le han sido
asignados en la universidad y, para conseguirlo, tuviera que enviar una carta al Departamento
de Alumnos, antes de escribir deberá evaluar cómo debe dirigirse a su interlocutor, qué formas
de tratamiento emplear (no es adecuado encabezar la carta con “Querido Departamento de
Alumnos”, por ejemplo), qué razones son atendibles para lograr que la solicitud sea
respondida favorablemente (un argumento como: “No quiero ir por la mañana porque me
gusta dormir hasta tarde” no sería ni convincente ni aceptable en esta situación). También,
dado que se trata de una comunicación que se desarrolla en un ámbito institucional
fuertemente regulado, el escritor sabe o debe saber que es necesario que el pedido se
presente en formato carta e impreso en papel (por el valor documental que se asigna a este
soporte) y que probablemente no alcance con enviar un e-mail pidiendo el cambio de horario
para considerar que el trámite ha sido realizado debidamente. Todos estos conocimientos y
habilidades respaldan las decisiones que el escritor va tomando a medida que resuelve su
tarea de escritura.
Estructura textual externa e interna
Estructura externa (géneros discursivos)

Pretende reconocer los géneros discursivos (moldes en los que encajan los textos). Estos se
reconocer principalmente por los elementos para-textuales, es decir por los elementos que
advierten a priori, antes de leer el texto, y que permiten desplegar las herramientas
psicológicas que nos predisponen a decodificarlo de una determinada forma. Por ejemplo, un
titular, una foto y un epígrafe nos indican que nos enfrentaremos al género discursivo de la
prensa, y sabemos que no nos enfrentaremos a estudios científicos sino a información con
intenciones de objetividad, pero que siempre resultan de un recorte de la realidad. Un libro, en
cambio, nos predispone psicológicamente a pensar que encontraremos elaboraciones 18
estudiadas y comprobadas, con las explicaciones y/o argumentaciones necesarias.

También, dentro de los géneros, podemos encontrar sub-géneros. Así, en la prensa tenemos
diversidad ellos, y que dependen intencionalidad, que puede ser la divulgación científica, el
debate, la información. También dependiendo de la intencionalidad, cada uno de estos
subgéneros se organizará con una determinada estructura interna.

Estructura interna (tipos textuales)

En la estructura interna debemos reconocer la organización que predomina en el texto:


argumentativa, narrativa, explicativa y descriptiva.

Por ejemplo, dentro de la prensa encontraremos notas que se estructuran internamente de


diferentes formas, dependiendo del objetivo. Así, una nota de opinión será
predominantemente argumentativa, una crónica policial será predominantemente narrativa,
una nota de la sección de ciencia seré explicativa y una de la sección de espectáculos
descriptiva.

La predominancia en general le pertenece solo a una, pero por supuesto que pueden coexistir
varias estructuras dentro de un mismo texto. Por ejemplo, la estructura argumentativa puede
valerse de todas las otras para desplegar su desarrollo.

El cuadro que a continuación señala las características de las seis principales secuencias o tipos
textuales:
19
En el cuadro siguiente encontrarán las cuatro estructuras que utilizaremos habitualmente en
el ámbito académico:

20
Ejercicio: señalar los elementos que nos permiten determinar la estructura tanto externa
como interna

revista

21
Publicado on abr 24, 2013 por Revista Furias in N° 15, Relatos

Miradas
por Mariela Velez
LA ARGUMENTACIÓN

El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de
persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar o demostrar una idea (o
tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados
comportamientos, hechos o ideas.

La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele combinarse
con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación
intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo además de 22
la función apelativa presente en el desarrollo de los argumentos, aparece
la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.

La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, especialmente en los científicos,


filosóficos, en el ensayo, en la oratoria política y judicial, en los textos periodísticos de opinión
y en algunos mensajes publicitarios. En la lengua oral, además de aparecer con frecuencia en la
conversación cotidiana (aunque con poco rigor), es la forma dominante en los debates,
coloquios o mesas redondas.

Estructura general

INTRODUCCIÓN: Breve exposición en la que el argumentador entrega antecedentes del tema a


tratar e intenta captar la atención del destinatario.

TESIS: Postura o idea que se defiende con el fin de convencer o persuadir al destinatario.

CUERPO ARGUMENTATIVO: Razonamientos empleados para convencer al destinatario o para


demostrar la tesis.

ARGUMENTOS: son los por qué de la afirmación.

CONTRA-ARGUMENTO: Postura propia de los detractores de la tesis que debe ser refutada por
el argumentador.

CONCLUSIÓN: Breve recapitulación de lo expuesto o resolución a la que se ha llegado tras el


estudio o análisis de la tesis.
23
CONECTORES Y REFERENTES TEXTUALES

CONECTORES: Los conectores son aquellas palabras o expresiones que se usan para unir
las diferentes partes de una oración. Esta unión debe ser realizada considerando el sentido de
la oración y otros aspectos como la sintaxis y la ortografía. Es decir, los conectores unen el
texto y sirven para explicar, ejemplificar, justificar, contrastar, modificar, distribuir o resumir la
oración anterior.

CONECTORES CAUSALES: Señalan que lo que sigue es la razón por la cual se afirma lo anterior
(causa).
* Porque / debido a / puesto que / a causa de / pues / ya que / dado que, etc.
Ej.: No iré a tu cumpleaños porque no me has invitado. 24

CONECTORES CONSECUTIVOS: Efecto o consecuencia de una causa mencionada.


* Por ello/ por lo tanto/ por eso/ por lo que/ por ende/ por consiguiente/ con que/así es que/
entonces/así, etc.
Ej.: Pedro estudia mucho, por lo tanto, saca buenas notas

CONECTORES ADVERSATIVOS (CONTRASTE): Establecen relaciones de oposición y/o


comparación.
* Pero / sin embargo / no obstante / sino / antes bien / etc.
Ej.: Melanie estudia mucho, sin embargo, no saca buenas notas.

CONECTORES CONCESIVOS: Una negación parcial para el logro de una acción.


* Por más que / pese a (que) / aun cuando / a pesar de (que) / aunque, etc.
Ej.: Melanie saca buenas notas, aunque no estudia mucho.

CONECTORES CONDICIONALES: Se trata de un requisito o condición para que se realice la


acción o lo dicho.
* Si / a menos que / salvo que / a no ser que, etc.
Ej.: Si todos tomáramos conciencia, el Perú cambiaría.
No te volveré hablar, salvo que me pidas disculpas.

CONECTORES EXPLICATIVOS: se utilizan para enunciar lo mismo, pero en términos más


simples o técnicos.
* O sea / es decir / en otras palabras / quiero decir / en otros términos / esto es / a saber, etc.
Ej.: América Latina tiene 196 millones de personas que están por debajo de la línea de
pobreza, es decir, un 45.9% vive en una situación indigente.

CONECTORES DE SECUENCIA: Indican una secuencia de ideas o acciones que se llevan a cabo.
* Luego / antes / después / a continuación, etc.
Ej.: Los alumnos dieron su examen y luego se retiraron.
Primero realizaré las tareas y después descansaré.

CONECTORES DE CONCLUSION (RESUMEN): Indican que se procederá a hacer una síntesis de


todo lo expuesto.
* En resumen / en conclusión / en fin / bueno / a fin de cuentas, etc.
Ej.: En resumen, el aumento de disponibilidad es una reacción a estas fuertes presiones que
ocurren en determinados períodos.
CONECTORES DISYUNTIVOS: Indican que un elemento excluye al otro; o que la realización de
una proposición excluye el cumplimiento de la otra.
* O / u / o bien / ya / bien / ya sea, etc.
Ej.: Para irme a mi casa puedo usar dos tipos de transporte, ya sea el tren 2 o el colectivo.

CONECTORES DE SITUACION: Determinan un lugar específico.


* En medio / afuera / adentro / encima / debajo, etc.
Ej.: Adentro hacía un calor infernal y afuera, un frío sepulcral.

CONECTORES DISTRIBUTIVOS: El predicado abarca dos o más proposiciones.


* Además… también / No solo… sino que / Asimismo / Igualmente/Además
Ej.: Además de los niños, los adultos y los viejos disfrutaron del espectáculo. 25

CONECTORES COPULATIVOS (ADITIVOS): indican adición de elementos.


*y
Ej.: María salió y Juan se quedó

***Los ejercicios de conectores deben hacerse sin mirar inicialmente las alternativas, sino que
se debe tratar de establecer el sentido de la oración y ubicar un conector posible que complete
el sentido correctamente.

REFERENTES: La referencia textual designa la relación que se establece entre ciertas


unidades o expresiones lingüísticas y un elemento que ya ha aparecido o aparecerá más tarde
en el texto oral o escrito; con ella se señalan, pues, entidades que se encuentran «dentro del
texto» (referencia endofórica), por contraste con la referencia a entidades que se encuentran
«fuera del texto» (referencia exofórica).
Entonces, la referencia endofórica se presenta cuando la relación se establece con un
referente que está en el mismo texto:
Nos hizo una oferta excelente. En ella describe todas las ventajas de la alianza.
(El pronombre personal ella hace referencia a un grupo nominal que está presente en el
mismo texto: una oferta excelente)
En cambio, la referencia exofórica se presenta cuando un elemento del texto alude a factores
o situaciones extralingüísticos, es decir, que no están en el texto sino en el contexto
situacional:
Nosotros somos parte esencial de la Universidad Nacional de Quilmes.
(‘Nosotros’, establece una relación con algunos de los elementos de la UNQ que no están
presentes en el texto, como docentes, alumnos, etc.).
Por último, según la referencia se realice hacia atrás en el texto o hacia delante se distingue
entre referencia anafórica o anáfora y referencia catafórica o catáfora respectivamente. Las
anáforas y catáforas de un texto pueden señalar tanto a personas u objetos como al tiempo o
espacio creados dentro del tejido discursivo:
Ejemplos:
● Anáfora: Entre los caracteres físicos que contribuyen más a hacer que una persona
resulte atrayente o repulsiva hay algunos que varían según las modas sociales
(Algunos establece una referencia anafórica con caracteres físicos)
● Catáfora: Todos los empleados les solicitaron las directivas (Les establece una
referencia catafórica con las directivas)

*** Para identificar el referente correcto podemos formular un interrogante que nos oriente:
¿qué es lo que varía según las modas sociales? ¿Qué es lo que solicitaron los empleados?

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