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LA COMUNICACIÓN:
CONTEXTO
CANAL
CÓDIGO
CONTEXTO
(Referencial)
CANAL
(Fática)
CÓDIGO
(Metalingüística)
Guía de preguntas para analizar una situación de comunicación
DESTINADOR:
- ¿Cuál es su área de conocimiento?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?
DESTINATARIO:
- ¿A qué porción de la población se dirige el emisor? ¿Qué características tiene ese
público?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican? 3
CONTEXTO:
- ¿La emisión y la recepción es simultánea o diferida?
- ¿Cuál es el contexto institucional / académico / político / social / económico / cultural
en el que se produce este texto?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?
MENSAJE:
- ¿Cuál es el tema central del texto?
- ¿Cuál es la función predominante (a qué factor de la comunicación se orienta
predominantemente el mensaje)? ¿Por qué?
CANAL:
- ¿Es visual y escrito?
- ¿Cuál es el soporte que contiene este mensaje? (libro y tipo de libro, o capítulo, o
fragmento / artículo periodístico, etc.)
CÓDIGO:
1) ¿Cuál es el aspecto lingüístico del código? ¿Hay marcas textuales que indiquen
referencias extra-textuales? (Comillas, itálica, tipografía, etc.)
2) ¿Cómo funciona el nivel sociocultural del código? ¿Qué conocimientos
socioculturales (enciclopédicos / de diccionario) debe poseer el destinatario? ¿Por
qué? (Ejemplos)
3) ¿Cómo funciona el aspecto ideológico del código? ¿Existen rasgos de alguna
perspectiva teórica? ¿Cuáles? (Ejemplos)
4) En cuanto al aspecto retórico del código: ¿Cuál es la estructura interna en que el
texto se organiza? ¿Por qué? / ¿Cuál es la estructura externa (o género
discursivo)? ¿Qué elementos lo indican?
LOS GÉNEROS DISCURSIVOS
Denominamos géneros a formas de discurso estereotipadas, es decir, que se han fijado por el
uso y se repiten con relativa estabilidad en las mismas situaciones comunicativas. Por ello, son
formas reconocibles y compartidas por los hablantes, quienes identifican los géneros sobre
todo por su formato externo y por el contexto en que se suelen producir; cada género
discursivo responde a la necesidad de conseguir de forma satisfactoria una intención
comunicativa determinada. Son los géneros discursivos los que distinguen una carta comercial,
de un sermón, una noticia periodística, una receta, una conferencia, un brindis, un contrato o
una entrevista radiofónica, por ejemplo.
4
Los textos que pertenecen a un mismo género discursivo se han desarrollado históricamente
en una comunidad de hablantes, dentro de un ámbito social o profesional, y comparten una
misma forma de organizar la información y un mismo conjunto de recursos lingüísticos
(registro, fraseología, etc.). El uso de los conocimientos lingüísticos y discursivos típicos de un
género es convencional, esto es, está estandarizado y viene establecido por la tradición.
En el análisis del discurso y la lingüística del texto, se aplica el concepto de género para la
descripción de los textos en general, y no solo los literarios. M. Bajtín (1952-53), deslingándose
de la tradición literaria, plantea de forma novedosa el estudio de los géneros discursivos en
relación con las que él llama «esferas de actividad social» de cada comunidad de hablantes.
Según este lingüista ruso, la riqueza y diversidad de los géneros discursivos es inmensa, porque
las posibilidades de la actividad humana son inagotables y en cada ámbito de uso (comercial,
científico, familiar, etc.) existe un amplio repertorio de géneros discursivos que se diferencia y
crece a medida que se desarrolla y se hace más compleja cada situación de comunicación. En
este sentido, Swales (1990) y J. M. Adam (1999) han destacado el carácter histórico y cultural
de los géneros discursivos: por un lado, los géneros pueden cambiar y desarrollarse para
responder a los cambios sociales (ello explica, por ejemplo, la aparición de géneros nuevos,
como los géneros electrónicos: chat, foro de discusión, etc.); por otro lado, en cada cultura las
características discursivas y lingüísticas de un mismo género pueden variar (es el caso de la
entrevista televisiva,un género muy marcado culturalmente).
Los criterios que se han utilizado en la lingüística del texto y el análisis del discurso para
clasificar los géneros discursivos varían según el punto de vista teórico adoptado. Una
distinción establecida en la lingüística textual es la que diferencia entre géneros discursivos
(también llamados clases textuales en la lingüística germánica) y tipos de texto. Los tipos de
texto son formas textuales definidas por sus características internas (estructurales y
gramaticales), resultado de una conceptualización que persigue clasificar los textos en un
sistema tipológico cerrado. En cambio, los géneros discursivos se definen pragmáticamente
según parámetros externos, es decir, contextuales (propósito comunicativo, papel y estatus
del emisor y del receptor, tipo y modo de interacción) y, a diferencia de los tipos de texto, no
constituyen un repertorio cerrado de formas, sino que los géneros están abiertos, como se ha
dicho, a los cambios sociales y culturales.
En el Marco común europeo de referencia para las lenguas se especifican las situaciones que el
aprendiente habrá de resolver lingüísticamente y también los lugares,
instituciones/organismos, personas, objetos, acontecimientos y acciones en que podrá estar
implicado. En función de estos factores caracterizadores de los géneros discursivos,
el Marco establece para la enseñanza-aprendizaje de una L2 cuatro ámbitos de uso:
Fuente:
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/generosdiscursivos.
htm
EL PARATEXTO
Podría decirse que el paratexto es lo que queda de un libro u otro tipo de publicación sacando
el texto principal. Entonces, el paratexto es todo aquello que acompaña y rodea al texto (para
en griego significa “junto a”, “al lado de”) y que lo transforma en publicación y le permite
circular públicamente.
Se considera componente del paratexto de un libro, diario o revista, disco de música, película,
etc., tanto a la tapa, la contratapa, la solapa y las ilustraciones, como al diseño gráfico y
tipográfico, el formato y el tipo de soporte material del texto (tipo de papel, formato de
grabación, etc.). 6
En el caso de los libros también se incluyen en la categoría de paratexto a los prólogos, notas,
epígrafes, dedicatorias, índices, apéndices, resúmenes y glosarios. Esta diferenciación
paratextual está montada en la actividad de los receptores: son las señales que permiten
identificar el tipo de material frente al cual se encuentra, y a predisponerse correctamente
para la recepción. Por este motivo también cabe aludir a la imagen y a la tipografía, dado que
incentivan a la recepción, a la elección de ese tipo de material, o simplemente a determinar a
qué grupo de lectores está dirigido.
En efecto, el paratexto ofrece al receptor una primera aproximación al libro / revista / disco /
etc., cuya “lectura” va a iniciar. Una exploración de sus características le permite formular
hipótesis que anticipan y enriquecen la decodificación. Por esa misma razón, dentro de la
categoría libro se incluyen el prólogo y el epílogo como parte de los elementos paratextuales.
El prólogo cumple una función informativa e interpretativa respecto del texto y una función
persuasiva o argumentativa, destinada a captar al lector y retenerlo. No necesariamente es el
autor del libro en cuestión quién lo redacta, sino que puede ser ‘encargado’ a un especialista
reconocido en temáticas afines a la abordada en el texto.
El camino para realizar una hipótesis de lectura es muy similar al del análisis de la situación de
comunicación. La diferencia fundamental es que, al analizar solo los elementos paratextuales,
no tenemos herramientas certeras del texto para realizar afirmaciones. Por ese motivo, en
muchos casos será necesario recurrir a la estructura verbal condicional (sería…, podría ser…,
tendía…, se trataría de…, etc.). Así, al momento de realizar una hipótesis podemos tener en
cuenta la siguiente guía:
Guía de preguntas para realizar una hipótesis de lectura
DESTINADOR:
- ¿Cuál sería su área de conocimiento?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
DESTINATARIO:
- ¿A qué porción de la población puede dirigirse el emisor? ¿Qué características tendría
ese público?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
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CONTEXTO:
- ¿La emisión y la recepción es simultánea o diferida?
- ¿Cuál sería el contexto institucional / académico / político / social / económico /
cultural en el que se produce este texto?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
MENSAJE:
- ¿Cuál es podría ser el tema central del texto?
- ¿Cuál podría ser la función predominante (a qué factor de la comunicación se
orientaría predominantemente el mensaje)? ¿Por qué?
CANAL:
- ¿Es visual y escrito?
- ¿Cuál es el soporte que contiene este mensaje? (libro y tipo de libro, o capítulo, o
fragmento / artículo periodístico, etc.)
CÓDIGO:
5) ¿Cuál es el aspecto lingüístico del código? ¿Hay marcas textuales que indiquen
referencias extra-textuales? (Comillas, itálica, tipografía, etc.)
6) ¿Cómo podría funcionar el nivel sociocultural del código? ¿Qué conocimientos
socioculturales (enciclopédicos / de diccionario) debería poseer el destinatario?
¿Por qué? (Ejemplos)
7) ¿Cómo funcionaría el aspecto ideológico del código? ¿Existen rasgos de alguna
perspectiva teórica? ¿Cuáles? (Ejemplos)
8) En cuanto al aspecto retórico del código: ¿Cuál podría ser la estructura interna en
que el texto se organiza? ¿Por qué? / ¿Cuál es la estructura externa (o género
discursivo)? ¿Qué elementos lo indican?
Ejemplo de elaboración de una hipótesis de lectura (Los datos paratextuales que sustentan lo
dicho están entre paréntesis, en rojo y subrayado).
El emisor de este libro podrá ser un investigador (colección), probablemente del área de la
biología o la tecnología de los alimentos (colección), aunque también podría tratarse de
alguien con conocimientos en antropología, dado el perfil cultural en el que el libro anuncia
que se centrará (subtítulo).
El receptor debería tener un perfil de adulto, de formación universitaria, dado que es la
instancia en la que la cuestión de la genética puede ser abordada a nivel científico (subtítulo).
No hay indicadores para establecer a partir de que nivel universitario se podría comenzar a
decodificar este texto en su totalidad.
En relación con los códigos, en su aspecto lingüístico, si bien se evidencia que el libro está
escrito en lengua castellana, el paratexto indica que esta edición se trata de una traducción,
por lo que el autor no concibió la obra desde su inicio para hispanohablantes (traductor). En
cuanto al aspecto sociocultural, volvemos sobre una persona adulta, de formación
universitaria, que posee los conocimientos enciclopédicos suficientes para comprender e
interpretar la información genética/cultural (subtítulo/editorial/colección). En este mismo
sentido, el destinatario ideal tendrá que decodificar el aspecto ideológico del código y, aunque
no hay elementos paratextuales que lo sustenten, debería tener conocimiento de las teorías
de fondo que estructuran la discusión de la genética y la diversidad cultural
(subtítulo/colección). Luego, el aspecto retórico de este libro lo ubica en el género discursivo
del libro, y dentro de él en el subgénero del texto científico-académico (todos los elementos
paratextuales).
El mensaje central abordaría la cuestión de identidad cultural a través de la alimentación
(subtítulo), y su función predominante sería la referencial, dado que se trata de un texto
científico-académico.
El contexto de producción, diferido, se ubica en el área disciplinar de la biología y la
antropología (subtítulo/editorial/colección). Por último, el canal es visual y escrito.
Ejercicio:
Opción A: Siguiendo el modelo recién propuesto, realizar una hipótesis de lectura a partir de la
siguiente información
Opción B: A partir de los paratextos que continúan, inventar una breve historia
(completamente libre)
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RESEÑA CRÍTICA
Si demostrar significa hacer ver al otro que lo que se piensa o dice es cierto, la reseña crítica es
un texto argumentativo cuyo propósito es demostrar o brindar la mayor cantidad de pruebas
al lector –empleando juicios y argumentos sólidos e irrefutables– para que éste acepte como
verdad el hecho de que leer un libro, ver una película, una obra de teatro, un espectáculo
dancístico o un musical, bien vale –o no– la pena.
La importancia de la reseña crítica se encuentra precisamente en el empleo de la habilidad y
conocimiento, de quien reseña (escritor) para poder hacer que el lector acepte como ciertos
sus juicios acerca del libro, de la representación teatral, de la película, del baile o del concierto 10
observado.
De acuerdo con la vigésima segunda edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
una reseña se define como una “noticia y examen de una obra literaria o científica”.
Según el autor Francisco J. de la Torre Zermeño (2008), una “reseña es el examen que se hace
de una obra literaria o científica a fin de dar una noticia crítica de la misma”.
Conforme a este mismo autor, la reseña se divide en dos:
1. Reseña descriptiva o informativa
Como en la mayoría de los procesos de escritura, la reseña crítica debe tener la estructura
planteada a continuación:
2. Desarrollo o cuerpo: dado que la reseña crítica busca, además de resumir, demostrar
una tesis, en el cuerpo del escrito se presentan todos aquellos elementos contenidos
en el libro o artículo que pueden servir para presentar las pruebas que sostendrán la
opinión. Aquí se hace énfasis en los aciertos y deficiencias de la obra leída.
1. Llevar a cabo una lectura exploratoria del texto a reseñar para identificar el tema de
que trata.
2. Hacer una segunda lectura, de estudio, con el fin de:
- Subrayar las ideas más importantes.
- Anotar comentarios, motivados por diversos aspectos del texto.
- Hacer una pequeña investigación para conocer datos acerca del autor, como biografía
y trayectoria profesional.
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3. Investigar también acerca de las opiniones que la obra que se está reseñando ha
merecido por parte de especialistas en el tema
Ejemplo de reseña
MIGUEL GRINBERG
"La belleza es un mar flagrante de metales hirvientes, y solo es belleza si el cocinero se aleja
prudentemente y sabe las manipulaciones. Si no sabés los procesos, se convierte en una lava
hirviente que te quema el rostro y te destruye” - Luis Alberto Spinetta.
El debut de Serú Giran, la reunión de Almendra, los numerosos festivales de rock y la actividad
de MIA, Los Jaivas, Alas, Nito Mestre, Raúl Porchetto y tantos otros músicos hoy famosos
algunos y otros ya no tanto; las experiencias de Aquellare, Spinetta y León Gieco en España,
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Estados Unidos y Latinoamérica; los nuevos tangos de Astor Piazzolla y Rodolfo Mederos; la
difícil relación de la música y los medios de comunicación; los altos y bajos de la industria
musical, son solo algunos de los numerosos temas que abarcan estos textos.
Este libro, recopila por primera vez una selección de críticas, crónicas, entrevistas y otros
textos clave para entender el desarrollo del periodismo, la cultura y la música popular, así
como de la vida cotidiana durante la última dictadura militar entre 1975 y 1980.
Año: 1985
Duración: 110 min.
País: Argentina
Director: Luis Puenzo
Actores principales: Héctor
Alterio, Norma Aleandro, Hugo
Arana, Chunchuna Villafañe,
Productora: Historias
Cinematográfica / Progress
Communications
ORALIDAD Y ESCRITURA
Con frecuencia, la escritura suele ser considerada como un código secundario cuya función
consistiría simplemente en registrar o reflejar la producción oral. Sin embargo, un análisis de
las características de la oralidad y de la escritura permite ver que no se trata de una relación de
mero reflejo sino de dos tipos de producción lingüística con especificidad propia.
La primera gran diferencia entre ellas deriva de los contextos en los que se desarrollan. En la
comunicación oral los participantes comparten un mismo contexto espacio-temporal (o, al
menos, temporal): la oralidad requiere de la actividad simultánea de los interlocutores. En esta
forma de interacción los gestos, las miradas, los silencios que acompañan a la palabra
permiten al hablante evaluar el efecto que causa en el destinatario y, gracias a esta 13
retroalimentación, puede regular su discurso a medida que lo va produciendo.
La comunicación escrita, en cambio, se da en forma diferida y a distancia. Se trata de una
comunicación “en ausencia” del destinatario. Por esta razón el escritor debe crear una imagen
virtual del lector, que le servirá de orientación a lo largo del proceso de escritura. Por otra
parte, el hecho de que escritor y lector no comparten un mismo contexto situacional, es decir,
que no están en contacto directo, exige al texto escrito un mayor grado de explicitación dado
que el lector no cuenta con la posibilidad de preguntar o pedirle explicaciones al autor, y el
texto, entonces, debe “valerse por sí mismo” para poder ser comprendido.
El discurso oral se despliega en el tiempo y, por lo tanto, está necesariamente vinculado a la
sucesión y la linealidad. A diferencia de lo que sucede con un escrito, por el que la vista puede
desplazarse en diferentes direcciones y al ritmo impuesto por el lector, el oyente no puede
“recorrer” distintas secciones del discurso para detenerse en alguna en particular o encontrar
una frase que desee volver a escuchar. Incluso con los medios de grabación modernos, el
discurso sigue estando cautivo del hilo temporal y, por ende, de la sucesión. La escritura, en
cambio, al fijar la palabra en el espacio, la libera del tiempo y permite a los sujetos volver una y
otra vez sobre las ideas objetivadas por los signos gráficos.
Desde el punto de vista de la producción, la urgencia que impone al hablante la situación de
comunicación oral muchas veces no le da tiempo suficiente para encontrar la forma más
apropiada. La limitación temporal incide sobre la capacidad de memoria tanto del productor
como del destinatario y esto influye, por ejemplo, sobre la selección de palabras, que
evidencian menor precisión, más ambigüedad, y la construcción de las oraciones, que suelen
ser más breves y menos complejas que en un escrito y tienden a acumular las unidades de
información en lugar de establecer relaciones explícitas entre ellas. Además, diversos factores
pueden afectar la producción (distracción, errores, vacilaciones, problemas de articulación,
cambios de estrategia sobre la marcha) que fracturan el hilo del discurso. Es por esto que el
discurso oral es siempre provisorio, se muestra “en proceso” y, por lo tanto, revela las
“imperfecciones” típicas de esta forma de textualidad: repeticiones innecesarias, falsos
comienzos, frases inconclusas, debilitación de la coherencia, entre otros rasgos.
La escritura, en cambio, permite al productor tomar decisiones más reflexivas sobre la
elaboración del discurso. Al no estar urgido por la necesidad de producir espontáneamente, el
escritor puede tomarse el tiempo necesario para planificar el texto y articular sus ideas con
mayor precisión. Como consecuencia, en un escrito las conexiones lógicas entre las
proposiciones suelen ser explícitas, el vocabulario más rico y variado, y la sintaxis
considerablemente más compleja ya que, por otra parte, el escritor sabe que su lector podrá
derivar por el texto según sus necesidades y releer aquellos pasajes más exigentes.
Finalmente, la oralidad y la escritura deben también sus rasgos distintivos a la naturaleza del
canal en el que se materializan. El significante de la oralidad es el sonido, aunque la
comunicación oral también se apoya en una serie de signos paralingüísticos percibidos a través
de la visión (gestos, miradas, movimientos corporales) que completan el mensaje. El escrito se
vale únicamente de la materia gráfica que se asocia a sistemas como el de la ortografía y la
puntuación, destinados en parte a representar visualmente algunas de las características de la
oralidad (como sucede con los signos de interrogación y exclamación, por ejemplo) y a orientar
la actividad de lectura e interpretación del texto.
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Ejercicio: La siguiente transcripción corresponde a un fragmento de una entrevista al escritor
argentino Marcelo Cohen realizada en diciembre de 2004. Transformar este fragmento de
discurso oral en un texto escrito para ser leído: agregar todas las marcas gráficas necesarias
(signos de puntuación, acentos, mayúsculas) y eliminar las huellas de oralidad.
Leer y escribir
corrijo mucho pero corrijo mientras escribo es decir me gusta tardo mucho en que la frase
alcance lo voy a decir un poco ampulosamente la plasticidad no que que quiero y creo que lo
que no queda bien escrito es muy dificil de corregir por eso despues porque obedece al
momento hay en la escritura un vinculo casi como con el presente como que es como de
sensacion termica me gusta mas leer que escribir pero pero no puedo estar sin escribir no
puedo estar sin ninguna de las dos cosas y he notado que me pongo que si no leo me pongo
una anecdota y despues le adjudico un paisaje determinado todo surge con su paisaje quiero
decir paisaje personajes acontecimiento nacen en mi juntos en una especie de pelotita que se
Aunque llevamos siglos sumergidos en una cultura de la palabra escrita, la lengua comenzó
siendo algo oral, materia hablada, y la cadena de sonidos que la constituye necesita
interrupciones que por una parte permiten respirar al hablante y por otra van dotando de
sentido, de ritmo y hasta de música al texto.
Pero eso no es todo: hace casi exactamente quinientos años Antonio de Nebrija (que escribió
la primera gramática del castellano) se expresaba así: 15
Lo mismo que en la lengua hablada es necesario realizar ciertas pausas distintivas, para que el
oyente perciba las distintas partes de la frase y para que el locutor, una vez recuperado el
aliento, hable con mayor energía, así, en la escritura, hemos de hacer lo mismo para resolver
ambigüedades, por medio de los signos de puntuación.
Nos surge aquí una segunda razón para la puntuación: hacer que pasajes que admitirían
distintas lecturas […] se decanten hacia una de ellas. Como muchas decisiones en el uso de sus
signos, esta función exige que quien escribe se ponga al mismo tiempo en el papel del que lee.
[…]
Además, debemos a la puntuación el conocimiento de lo que podríamos llamar la
macroestructura del texto: su división en párrafos, y dentro de los párrafos en oraciones.
Sabemos a través de ella qué ideas el autor consideró que podía unir (porque eran similares, o
por la relación que mantenían entre sí) y cuáles quiso dejar aisladas. La puntuación transmite
así la estructura lógica del texto.
La puntuación también nos ayuda a saber cuál es la postura del autor ante lo que dice: si
expresa algo con ironía o con escándalo, con temor, ansiedad o duda, con vacilación, como
súplica o con sorpresa, con pudor, con reticencia o con ánimo de ofender, si habla por sí
mismo o si reproduce las palabras de otro... El problema es que la lengua escrita no tiene
recursos suficientes para recoger con un signo distinto cada uno de estos matices, ni tampoco
abarca todo el amplísimo abanico de emociones y sentimientos humanos. Como dice un buen
experto en el tema, José Martínez de Sousa: «Por ejemplo, en esos casos en que decimos: “Lo
ha dicho con recochineo”. […] ¿Cómo se manifiesta el recochineo en lo escrito?». Este es un
terreno en el que ni siquiera los más furiosos experimentalistas del lenguaje han osado entrar.
Hablando de cómo los poetas de vanguardia abolieron la puntuación […], Borges comentó:
«Hubiera sido más encantador el ensayo de nuevos signos: signos de indecisión, de
conmiseración, de ternura, signos de valor psicológico o musical».
Responder:
a) ¿Qué funciones cumple la puntuación, según Millán?
b) En el comienzo del último párrafo, se dice que la puntuación también nos ayuda a conocer
la actitud del escritor respecto del tema del que se ocupa. Proponer por lo menos tres
ejemplos de enunciados en los que la puntuación transmita algunas de las posturas a las que
hace referencia el texto de Millán.
Inmediatamente la imagen se convirtió en una broma que dio la vuelta al mundo por correo
electrónico. ¿Por qué se consideró graciosa esta imagen? ¿De qué manera se podría
transformar el texto para darle una lectura “seria”?
Y para practicar, trabajamos con la siguiente anécdota que sigue fue recogida por J.A.Millán en
su página web (http://jamillan.com/perdonimposible/lectopun.htm): Un hombre rico al morir
dejó su testamento escrito de puño y letra. El texto decía así:
"Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi sobrino Pedro nunca jamás pagarse la cuenta al
sastre nada para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo".
Como el testamento no tenía puntuación, cada uno de los mencionados intentó salir
favorecido puntuándolo según su conveniencia. ¿Cómo lo hicieron? Escribir las cuatro
versiones de los “herederos”.
Y si no quisiera dejar su herencia a nadie, ¿cómo se podría puntuar?
LOS PROCESOS DE LA ESCRITURA
La producción de un texto escrito es el resultado de un proceso que pone en juego una
compleja serie de operaciones, saberes y recursos lingüísticos y cognitivos del escritor. Desde
el punto de vista de la psicología, el acto de escribir es concebido como una tarea propia de lo
que se conoce como pensamiento creativo, es decir, de esa facultad inherente a todo sujeto
(no solamente a los “creadores” como Borges o Cervantes sino a todos los seres humanos) a la
que recurrimos cada vez que se nos plantea la necesidad de resolver problemas de manera no
rutinaria o automatizada.
Los problemas para resolver pueden ser de la índole más variada: desde realizar un reclamo 17
hasta cómo formular y llevar a cabo un proyecto de investigación científica. Pero aun cuando
se trate de situaciones tan diferentes, estas situaciones “problemáticas” tienen algo en común:
todas parten de la necesidad de alcanzar un propósito determinado. Para eso, el sujeto
necesita, en primer lugar, evaluar la situación en la que se encuentra, definir el objetivo que se
propone alcanzar y decidir cuáles son los medios de los que dispone (o que debe procurarse)
para cumplir con sus propósitos.
En este marco, entonces, toda tarea de escritura es concebida como una actividad de
resolución de un tipo particular de problema: un problema retórico (es decir, comunicativo)
que comprende, básicamente, el manejo de un tema, el conocimiento del destinatario y la
determinación de la finalidad del escrito que se va a producir.
Para alcanzar el objetivo que se plantea con su tarea de escritura, el escritor necesita construir
una representación ajustada del problema retórico al que se enfrenta ya que una evaluación
imprecisa o incompleta conduce a una resolución inadecuada o ineficaz. Si, por ejemplo, un
alumno se encontrara en la necesidad de solicitar un cambio en los horarios que le han sido
asignados en la universidad y, para conseguirlo, tuviera que enviar una carta al Departamento
de Alumnos, antes de escribir deberá evaluar cómo debe dirigirse a su interlocutor, qué formas
de tratamiento emplear (no es adecuado encabezar la carta con “Querido Departamento de
Alumnos”, por ejemplo), qué razones son atendibles para lograr que la solicitud sea
respondida favorablemente (un argumento como: “No quiero ir por la mañana porque me
gusta dormir hasta tarde” no sería ni convincente ni aceptable en esta situación). También,
dado que se trata de una comunicación que se desarrolla en un ámbito institucional
fuertemente regulado, el escritor sabe o debe saber que es necesario que el pedido se
presente en formato carta e impreso en papel (por el valor documental que se asigna a este
soporte) y que probablemente no alcance con enviar un e-mail pidiendo el cambio de horario
para considerar que el trámite ha sido realizado debidamente. Todos estos conocimientos y
habilidades respaldan las decisiones que el escritor va tomando a medida que resuelve su
tarea de escritura.
Estructura textual externa e interna
Estructura externa (géneros discursivos)
Pretende reconocer los géneros discursivos (moldes en los que encajan los textos). Estos se
reconocer principalmente por los elementos para-textuales, es decir por los elementos que
advierten a priori, antes de leer el texto, y que permiten desplegar las herramientas
psicológicas que nos predisponen a decodificarlo de una determinada forma. Por ejemplo, un
titular, una foto y un epígrafe nos indican que nos enfrentaremos al género discursivo de la
prensa, y sabemos que no nos enfrentaremos a estudios científicos sino a información con
intenciones de objetividad, pero que siempre resultan de un recorte de la realidad. Un libro, en
cambio, nos predispone psicológicamente a pensar que encontraremos elaboraciones 18
estudiadas y comprobadas, con las explicaciones y/o argumentaciones necesarias.
También, dentro de los géneros, podemos encontrar sub-géneros. Así, en la prensa tenemos
diversidad ellos, y que dependen intencionalidad, que puede ser la divulgación científica, el
debate, la información. También dependiendo de la intencionalidad, cada uno de estos
subgéneros se organizará con una determinada estructura interna.
La predominancia en general le pertenece solo a una, pero por supuesto que pueden coexistir
varias estructuras dentro de un mismo texto. Por ejemplo, la estructura argumentativa puede
valerse de todas las otras para desplegar su desarrollo.
El cuadro que a continuación señala las características de las seis principales secuencias o tipos
textuales:
19
En el cuadro siguiente encontrarán las cuatro estructuras que utilizaremos habitualmente en
el ámbito académico:
20
Ejercicio: señalar los elementos que nos permiten determinar la estructura tanto externa
como interna
revista
21
Publicado on abr 24, 2013 por Revista Furias in N° 15, Relatos
Miradas
por Mariela Velez
LA ARGUMENTACIÓN
El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de
persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar o demostrar una idea (o
tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados
comportamientos, hechos o ideas.
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele combinarse
con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación
intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo además de 22
la función apelativa presente en el desarrollo de los argumentos, aparece
la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.
Estructura general
TESIS: Postura o idea que se defiende con el fin de convencer o persuadir al destinatario.
CONTRA-ARGUMENTO: Postura propia de los detractores de la tesis que debe ser refutada por
el argumentador.
CONECTORES: Los conectores son aquellas palabras o expresiones que se usan para unir
las diferentes partes de una oración. Esta unión debe ser realizada considerando el sentido de
la oración y otros aspectos como la sintaxis y la ortografía. Es decir, los conectores unen el
texto y sirven para explicar, ejemplificar, justificar, contrastar, modificar, distribuir o resumir la
oración anterior.
CONECTORES CAUSALES: Señalan que lo que sigue es la razón por la cual se afirma lo anterior
(causa).
* Porque / debido a / puesto que / a causa de / pues / ya que / dado que, etc.
Ej.: No iré a tu cumpleaños porque no me has invitado. 24
CONECTORES DE SECUENCIA: Indican una secuencia de ideas o acciones que se llevan a cabo.
* Luego / antes / después / a continuación, etc.
Ej.: Los alumnos dieron su examen y luego se retiraron.
Primero realizaré las tareas y después descansaré.
***Los ejercicios de conectores deben hacerse sin mirar inicialmente las alternativas, sino que
se debe tratar de establecer el sentido de la oración y ubicar un conector posible que complete
el sentido correctamente.
*** Para identificar el referente correcto podemos formular un interrogante que nos oriente:
¿qué es lo que varía según las modas sociales? ¿Qué es lo que solicitaron los empleados?