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i N DJ C E

Título origina\: L'enfant arrierl! el sa more


L ?dición fra ncesa de e •l"' libro fue publicada en
~ :hamp freudien, colección dirigida por Jacques Lacao
e Edition du Seu il, 1964
ISBN 2-02-002'151

Traducción de Rub6n Núñcz

PREFACIO, por Colette Audry, 9.


§_c¡,_reimpmión, ~9~~ INTRODUCCION, 13 ,
Nota técnica, 17
l. El trastorno orgánico, 19
I m rcso en \a Argentina . Printcd in Argentina ·:: A. Descripción fenomenológica , 19
Qu~da hecho e\ depósito que previene In luy 11.7- 3 ,,
B. Enfoque analítico del problema, 22

11. La insuficiencia mental, 26


A. El débil mental simple, 29
B. Secuelas de encefalitis, traumatismos .. ., 40
ei Copyright do todas los ediciones en castellano C. Ni.!los de estructura psicótica, 43

Editorial Paidós SAJCF JU. La contratransferencia, 47


Defensa 599, Buenos Aires
Ediciones Paidós Ibérico SA IV. La relación fantasm.ática del niflo con su madre, 53
Mariano Cubl 92, Barcelona
Editorial Paidós Mcxicann SA V: El Jugar de Ja angustia en el tratanúento del d6bil mental 61
Rubé n Darlo 118, México D.F · A . La angustia en el tratamiento, 61 · '
B. La angustia en la interrupción del tratamiento, 63
C. La angustia en la curación, 64
. .· l d ~ libro en cualqu ier forma que sea, idónticn o VI. El problema de la resistencia·en el pSicoanálisis de los
L a reproducción total o parc10 e e~ . tero ~ •multigraph" m im~'6grafo, impreso por
modificada, escrito a máqui na, por e sis to . d por los 'editores viola derechos ni.!los retardados, 69
~ . fotoduplicación, cte., no au n za a . . • A. Una resistencia parental , 70
r~~~:.;~:~s. Cualquier u tilización debe ser previamente sobc1tada. B. ReSistencia e interrupción del tratamiento, 72
C. Recibir el mensaje de los padres, 76

81

,.'-.... ·7
VIII . EJCperiencia en consultorio externo médico-pedagógíco. Historias
de casos, 90 ·
PREFACIO
A. Anamnesis, 91
B. Conclusiones, 103

IX. Las etapas de una reflexión sobre el retardo, 107

APENDICES
l. Psicoanálisis y reeducación, 116

11. Efectos de una reeducación en un niflo neurótico, 132

CONCLUSION PRACTICA, 153

Este libro atrae al lector por sus relatos conturbadores. No es, por lo
mismo, una obra fácil.
,. Vivimos en medio de nociones psicológícas, éticas y pedagógicas que
se nos pegan, aun cuando hayan dejado de satisfacemos, total o parclal-
mente. Renunciar a ellas exigiría un trabajo considerable. Más grne
aun: presentimos que tal esfúerzo equivaldría a despojamos de nosotros
nú.smos para saltar hacia Jo desconocido.
Con ese bagaje hereditario de nuestras literaturas, de Ja historia huma·
na, tal como es habitualmente relatada, de lecciones de moral y de reli-
gión, de Jos manuales de filosofía, han venido a amalgamarse hoy en día
algunos términos freudianos. Los usamos de ordinario para desig.oar
ciertas zonas oscuras y para probarnos que conocemos Ja importancia
del pasado infantil en nuestro propio desarrollo y de las pulsiones se-.
xuales entre las fuerzas que mueven al mundo. Decretamos, pues, que
un adolescente es tímido o perezoso "porque tiene complejos'', tonto o
agresivo "porque ha sido traumatizado". Esto viene a deslizar una fina
cap:i verbal suplementaria y totalmente superflua entre nuestras exiguas
explicaciones y nuestra ignorancia. No hemos comenzado aún a con-
templamos con la óptica freudiana, ni tan siquiera aquellos de nosotros
que manejarnos las obras psicoanalíticas. ¿Qué hay de comWI, pensa-
mos, entre el "Hombre. de los Lobos" y nosotros mitmos? Al salir de e-
sas lecturas que nos sustraen por un momento de lo cotidiano -verda- .
deros w~sterns de la psicología- volvemos a sumergírnos en nuestro U·
niverso estructurado y recomenzamos el juego con los demás y con no-
sotros mismos según las normas y las motivaciones de las que siempre
nos hemos servido.
Ahora bien, el estudio de Maud Mannoni exige de nosotros el coraje
de reconocemos y de comprometemos. Porque, para captar la significa-

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~n de esas. relaciones ~an "naturales" y tan increibles entre padres e
unos es pn:clSO _constrerurse. a reencont rar tal recuerdo,"taJ conducta de samos; sublime ceguera. Esa madre lucha por otro ser como si se tratara
pua~o m~1mtam_e?te alejado; a resucitar cierto suefio entremezclado de su propia existencia.
c~n la v~da, c1~rta V1S1ón pueril cuya realidad nos resulta de dudosa de. Sucede de pronto que interrumpe una psicoterapia bien encaminada;
cisión, ciertas impresiones de delirio durante un sarampión infantil· to- que se sumerge ella misma en la enfermedad a medida que resucita el es-
das ellas experiencias casi infonnulables porque se situaron m:ís auá de píritu de su hijo; que se lanza al suicidio en la víspera de la curación.
la palabra, se~ en una época o en momentos en que no podíamos acce- ¿No estaba pronta, entonces, a salvar a su nino a cualquier precio?
der al le~guaJe, cuando só_lo nuest~ cuerpo les decía a Jos otros y a no- No a ·cualqwer precio, sin duda . Pues era en verdad por su propia e-
5?tros _nusmos lo que hab1a que dectt. Si acometemos el esfuerzo reque- xistencia que luchaba; y esto no es ninguna metáfora. O, más bien, la vi-
rido, s1 logramos recordar cómo suced{a aquello en esos momentos, SÓ· da misma es metáfora . Y descubrimos que la existencia de la madre en-
lo e~tonces po~remos volver a recorrer al tanteo el camino de nuestra globaba también el retardo del Dino; que la enfermedad del nil'lo servía
co~un fonn~ción Y sabremos que a través de esas aventÚras "anonna- asimismo para proteger a la madre contra su angustia profunda. Que al
les · se trata siempre de nosotros mismos. luchar por él - para curarlo sin curarlo- luchaba también por ella mis·
Tao sólo así podremos recoger el verdadero fruto de las investigacio· ma, a riesgo de terminar por luchar también contra él, en nombre de esa
nes Y las o~servaclones de la autora; es decir, entrever lo que deberían parte enferma de éste que es ella misma y cuya desaparición no.puede
ser las r~lac10nes correctas entre adultos y nifios. soportar.
Médicos, ~dagogos o simplemente padres, nos creemos convencidos El amor materno es uno de los tabúes de nuestra civilización. Pero el
de que los niftos son seres humanos; sin embaigo, no cesamos de tratar- ser humano no alcanzará la plena humanidad hasta el día en que el ver·
los como cosas, con el pretexto de que su humanidad es algo del maña- · dadero rostro de cada tabú aparezca a plena luz. Maud Mannooi nos re·
na. No cesam~s de someterlos a juicios de la realidad que, de diversas vela las frustraciones, los sentímlentos de un paraíso perdido, los infor·
fonnas, const1turen otros tantos veredictos aplastaptes. Diagnósticos, tunios - ellos mismos infantiles- que conforman por adelantado el senti·
medidas del cociente intelectual, elección de métodos de reeducación miento que une a la madre, desde su embarazo, con el ser que saldrá de
nuestros esfuer7.0s PQr comprender y ayudar al niJ'io débil mental com'. ella. Descubrimos el papel que puede desempellar en una familia la en·
port~ a menu.do. el riesgo de fijarlo a su enfennedad. Prueba de ello es fermedad de un niflo; lo qúe va a representar para todo un grupo, de tal
¿,ue esas aprec111c':°nes y esas mediciones son más de una vez desmenti- modo que se hace nnposible discernir. en el meollo de esta totalidad, la
as por. la evo~ción del enfermo. Algún niílo con cociente intelectual lesión orgánica original y saber dónde comienza la enfennedad del niflo
muy ba~o termma~ por desenvolverse mejor que'otro que roza el térrni. y dónde termina la neurosis de los padres.
no med10. La propia noción de debilidad mental vacila· es el momento Toda madre - todo padre tambil!n- debería meditar este libro. Por-
en que se ~abla de falsos y verdaderos débiles. Maud MannonJ que ¡0 que.el drama de un niflo ha comenzado, a veces, veinte anos, cuarenta a·
~:~~c~U:nte un tiempo, nos ensefl.a oómo debió abandonar ~sa dife. !los antes de su nacimiento. Los protagonistas han sido los padres; in·
cluso los abuelos. Tal es la encarnación moderna del destino.
~o no significa, por lo demás, que "la estimulación", el sistema que ¿Cuál será, en ese drama, el papel del psicoanalista, tan mal conocí··
consiste en hacer "tomar confianza" al nino tal como lo pract' do, tan mal comprendido?
valga mucho mil p 1niJ'i d ' icamos, Ni hechicero ni hipnotizador, corno se querría obligarlo a ser muy a
. . s. orque e o escubre la intención del adulto y adi-
vma la d~da tras el elogio simulado; descubre otra forma de enclerro y menudo; sea con la esperanza del milagro, sea para aniquilarlo mejor.
su angustia no queda mitigada . Pero tampoco médico, ni pedagogo, ni confesor ni tampoco refor-
. ¿Es preciso, pues ~nunciar a todos nuestros medios de aproxima- mador social, funciones todas a las cll3!es se querría reducirlo, pero que
• ción,_ ª . nuestros re:neihos y nuestros instrumentos? No, sin duda, con Ja debe cuidarse de asumir si pretende llevar su tarea a buen término.
cc;>~dic16n d~ no a~narles '?!Is valor que el que en verdad tienen ; a con- El es quien desata los hilos del destino, haciendo acceder a la palabra
, dición ~e oo ~tar al nitio por su utilización. Con la condición de el universo imaginario que obsesiona a su pequefl.o enfermo. Es q wen
pro~n:10nar Siempre, a través de ellos, suficiente juego paca abrir paso desobstruye los caminos de la hbertad.
a la libenad del sujeto cuando ésta despierte y quiera tomar vuelo Este papel no es, por cierto, fácil.
La madre no termina jamlis de batirse por su nino retardado C~do
en to?1? de ella todos desesperan, es la única en proseguir las ~nsultas Colette Audry
en exigu.n.uevo~ diagnósticos, nuevas investigaciones, nuevos trata.míen~
.tos. La resignación le resulta imposible. Milagro de amor materno, pen·

lO
11
INTRODUCCION

A la memoria de mi padre

El siguiente estudio trata de ubicarse en el sentido de la más auténti-


ca tradición freudiana, en Ja medida en que ésta, a través de la termino-
logía biologista de la época, nos ha revelado sobre todo Ja importancia
de la historia subjetiva para Ja constitución y la comprensión de Jos tras·
tomos psicológicos. ·
Jacques Lacan nos ha ensei'iado, tiempo atrás, que en wia cura psico-
• Tía,"dime algo; tengo miedo porc¡ue está muy oscuro . analítica, se trate de una neurosis o una psicosis, el sujeto es, ante todo,
WJ ser que dialoga y no un organismo. Fue para informar acerca de he-
· i.De qué te serviría, ya que no puedes vel'llle?
- Eso no importa: apenas alguien habla, se hace la luz. chos neuróticos y psicóticos que Lacan llegó a demostrar de qué manera
Jos textos de Freud, incluso los más antiguos, implican un inconsciente
~iground Fieud, Tres ensayos sobre una teoría sexual. estructurado como un discurso , del que deriva todo el simbolismo rela-
cionado con el nacimiento, con los parientes, con el propio cuerpo, la
vida y la muerte . Pero no es éste el lugar para exponer esas consideracio-
nes teóricas.
Este libro podría ser contemplado como la extensión de esta orienta-
ción a un tercer campo hasta ahora descuidado: el de los retardados
mentales, dominio en el que no se podía asegurar que fuera aplicable el
mismo método hasta no haber intentado su utilización.

Si bien la obra de Freud se orientó en la dirección, hasta .entonces


inexplorada, de la palabra, Ja creencia en Ja naturaleza orgánica de cier-
tas afecciones continúa sin embaigo influyéndonos en forma ambigua:
en teoría, un mejor conocimiento de los factores orgánicos debería sim-
plificar y reforzar nuestros medios de acción; pero de hecho, muy a me-
!lUdo la creencia inicial en el carácter determinante de los factores orgá-
nicos no nos satisface como excusa por nuestra impotencia.
Uno de los dominios donde la cuestión merece ser examinada sin
preconceptos es el de los niflos anormales; ya se trate de la é~trada cir-

13
cunstancial de un niño anormal en una familia que no lo es en absoluto, teza de su sentido clínico en psicoanálisis fue decisiva en la orientación
o de niños de quienes puede decirse que es su destino familiar el que los de mis trabajos.
impulsa en el sentido de la anormalidad. Cuando se los ve de cerca, los Hago llegar mis agradecinlientos a todos los miembros de Ja Société
problemas reales son menos simples de lo imaginable; y si puede parecer Fran~aise de Psychanalyse, a quienes debo la posibilidad de hacer este
parad ojal tratar a la vez, como Jo he hecho, reacciones de Ja madre lla- trabajo .
mada normal y reacciones de la madre patógena, en presencia de un ni- Mi reconocimiento a Colette Audry y a mi marido por sus consejos
flo a quien un accidente ha vuelto anormal y en presencia de nii\os sim- durante la redacción de esta obra.
plemente retrasados o débiles mentales sin ningún terreno orgánico Este libro, en fin , no podría haber sido escrito sin J acques Lacan,
comprobado, la explicación es bien simple: me propongo abarcar en su quien me ha alentado a plantearme interrogantes más bien que a adelan-
tar las respuestas.
conjunto la variedad de las reacciones fantasmáticas de la maternidad.

Cualquiera sea la madre, la llegada de un niño no corresponde jamás


exactamente a lo que ella espera. Después de la experiencia del embara-
zo y el parto, debería llegar la compensación que hiciera de ella una ma-
dre feliz. Pero la ausencia de esa compensación produce efectos que me-
recen ser considerados, aunque más no sea porque nos introducen en o-
tro orden de problemas aun más importantes. Porque puede ocurrir que
sean las fantasías de la madre las que orientan al niño hacia su destino.
Aun en los casos en que se halla en juego un factor orgánico, ese ni-
fio no tiene que afrontar tan sólo una dificultad innatatoWio también la
forma en que su madre utiliza ese defecto en un mun<lo fantasmático,
que termina por ser común a ambos.

Después de quince aflos de estudio de esos nii'los, considerados a me-


nudo como no tratables, he llegado a cuestionar la propia noción de de-
bilidad mental. Para defmir esta noción no basta recurrir a la de déficit
intelectual.
Yo comencé mi trabajo sin ning\ln juicio preconcebido y los prime-
ros éxitos me orientaron hacia la distinción entre una "verdadera" y
una "falsa" debilidad. En la actualidad, ya no sé más qué puede signifi-
car esta dmtinción.
He sido inducida a tomar otra dirección, distinta por completo. A
buscar, de entrada, el sentido que puede tener un débil mental para.la fa.
milla, en especial para la madre; a comprender que el niflo asigna él mis-
mo, en forma inconsciente, a la debilidad, un sentido impuesto por a-
quel que le dan sus padres. Pienso que he descubierto un abordaje psi-
coanalítico que abre posi~ilidades de éxito y de desarrollo.

Esta obra es el result~do de largos afios de clínica. No la hubiera po-


dido llevar a cabo sin Nyssen y Emest De Craene (Bruselas), que me ini·
ciaron en la psiquiatría y en la criminología; sin Dellaert (Anvers), Syl-
vain Decoster y Drabs (Bruselas), que , en mis comienzos, me abrieron
generosamente sus servicios; sin la Société Beige de Psychanalyse, donde
me formé; sin Schlumberger, Leuba y Lagache, de París. Debo a Fran-
90ise Dolto haber podido beneficiarme con su enonne experiencia; la ju~-

14 15
NOTA TECNICA

En el curso de este libro, los términos psicoterapia y psicoanálisis se-


,• rán empleados alternativamente. Importa subrayar desde el comienzo
que no se trata de una diferencia esencial; que en realidad son dos for·
mas de psicoanálisis propi.a¡¡¡ente dicho (se trata de diferencias de posi·
ción, sentada o aco·stada, y de un ritmo de sesiones más espaciado).
Esta cuestión de terminología debe ser revista, en momentos en que,
en ciertos ambientes psicoanalíticos, el término psicoterapia es opuesto
al de psicoanálisis (se trata entonces de una psicoterapia de apoyo o de
sugestión o tan sólo de una ayuda afectiva, como todo psiquiatra o pe-
diatra puede ser llevado a proporcionar). Como lo destacó Held en el
Congreso de Lenguas Romances (París, 1963), a partir de ahí intervie-
nen toda una serie de factores para distinguir netamente, y hasta opo-
ner , el espíritu de la psicoterapia y el del psicoanálisis (en especial por la
ausencia comprobada de neurosis de transferencia y la reducción en el
tiempo de duración del tratamiento).
Cuando empleo el término psicoterapia. se trata siempre de una pura
captación psicoanalítica del caso (con posibilidad de una neurosis de
transferencia). Que quede bien claro para el lector que mi posición es
siempre estrictamente psicoanalítica y que, por lo mismo,,estoy en des-
acuerdo con la extensióñre'educativa dada en ciertos medios analíticos
al espíritu de Ja psicoterapia llamada analítica, cuando ésta se aleja, en
la conducción del tratamiento, del rigor analítico indispensable.
En cuanto a Ja duración de una psicoterapia, he abordado esta cues-
tión en el capítulo V. Si es verdad que , en psicoterap.ia,se acepta más fá-
cilmente la interrupción del tratamiento motivada por la sola desapari-
ción de Jos síntomas; si es un hecho que, en los niños, la intervención
de un psicoanalista en ciertos momentos de una crisis puede resolverla

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"como por arte de magia", y si ciertos tratamientos psicoanalíticos pue- CAPITULO 1
den ser asombrosos por su brevedad, no es menos cierto que se trata a-
quí de nociones que es preciso rever en el plano teórico. EL TRASTORNO ORGANICO
El cuestionamiento de mis propios "tratamientos cortos" me ha
conducido a una prudente reserva: una duración media del tratamiento
parece indispensable, cualquiera sea el nú¡ne.ro de sesiones semanales. Si
la extensión del tratamiento es demasiado abreviada en el tiempo, se
corre ·el riesgo de dejar al sujeto, a posteriori, pugnando con otra forma
de neurosis. He tratado de abordar esta cuestión en el capítulo VI.
Deseo subrayar que no estoy de acuerdo.con las diferencias que esta-
blecen algunos, en oportunidad del diagnóstico, entre las indicaciones
de tratamientos cortos, de sostén y las indicaciones de tratamientos psi-
coanalíticos, largos. Esto, es claro, cuando se trata de una psicoanalista;
porque es evidente que todo médico es llewdo a veces a hacer alguna
fonna de "psicoterapia" de tipo corto.
Si el caso de un sujeto plantea sesiones psicoanalíticas, desde el pun-
to de vista de la técnica, la mejor actitud para el psicoanalista es no te-
ner una idea preconcebida sobre la duración (de lo contrario, corre el
riesgo de errores idénticos a los denunciados a lo largo de todo este libro
y por \os cuales un nil\o, etiquetado como débil mental,q11edarnarcado
para el desempe!lo de ese rol). La perspectiva del tratanílento corto o
largo entra!la el peligro de fijar asimismo al psicoanalista en un papel y A. DESCRIPelON FENOMENOLOGICA
tener una influencia inoportuna sobre sus actitudes contratransferencia·
les. Si es verdad que, de hecho, tenemos tendencia a "largar pronto" ·E~aré aquí el caso de niños retardados graves o mongólicos cu
a cierta categoría de nil'los, se trata de una euestión que merece ser revis-
ta y repensada en el plano teórico. Este problema es de gran importan-
~~~!:~~dad, d~sde el comie~;va a acentuar el .caráct~r fatal de I~
tico defllÚti~~e eva a los médtCOs a plantear muy pronto un diagnós-
cia, pero no tiene nada que ver con la diferencia establecida por algunos
entre psicoanálisis y psicoterapia. Mi estudio es, por fuerza parcial po ue no ab
sos en que los padres han sid~ llevad~s a :nsultar a ~a n_iás quliste.
los ca-
se trata de un estudio general del proble . d n pSICoana a; no
't d d ma, smo e un examen muy li
ll1l a o e padres puestos en dificultades por la llegada de un hf ~ .
mo, llamado desde el comienzo irrecu rabi ~o en er-
no de ser un día huésped de un asilo. pe e y, por lo tanto, en cami-
c· Los padres ~ratarán de hacer revisar cien veces el diagnóstico (esde-
t~·~~;~asdc1ón del ~~cter casi irrecuperable de la enfermedad); de
o, e e su nacmuento , el bebé se convertirá .
duo de los consultorios médicos. en concurrente as1-
cial~i::!~: ~s ¡i;::n emprenderá contra la inercia o la indiferencia so-
.. a. a cuya meta es la salud de su ni!lo desahuciado salud
n
que e a remnd1ca manteniendo
hostilidad o del de;aliento una mo
ra1 d '
e hierro en medio de la
d dSi el dpadre está vencid~, resignado, si es ciego o inconsciente del ver-
a ero rama que se desarrolla ella 1 d
terrible lucidez He ' '. ma ~e, es muy a menudo de una
ª
da frente a c~to ~~e~:~<!:~ ~dVJda, eidstá hdasta tal p_unto sensibiliza.
a surg a e ella, que puede incluso

19
18
sentirse duena de la muerte cuando el ser que ella ha traído al mundo le le puede dejar vivir. No es el grito de una madre - agrega- sino una re·
hace imposible toda proyección hwnana.1 belión metafísica."
La relación amorosa madre-hijo tendrá siempre, en ese caso, un tras· Esta madre ha elegido no saber, al precio de una agorafobia que apa-
fondo de muerte de muerte negada, disfrazada, la mayor parte del reció el día en que se pianteó con nitidez el problema de la muerte de
tiempo de amor s~blirne ; a veces de indiferencia patológica; en ocasio- su ~o y de su propio suicidlu.
nes, de rechazo consciente; pero w ideas de muerte_están, en verdad, Este nillo se halla, a Jos t!ieciocho meses, en un estado de estupor fó.
ahí, aunque todas las madres no puedan tornar con~ncia de ello. . bico, que paraliza un desarrollo de por sí perturbado. A la anorexia su-
La aceptación de ese hecho está, por lo demás, ligada, la mayor par- cede el negativismo lllotor (aunque técnicament e haya adquirido la mar-
te del tiempo, a un deseo de suicidio; ello es tan cierto que se t rata a· cha). Para Pedro, la única manera de no dejarse a rrastrar a los deseos de
qui, concretada en fonna ejemplar, de una situación en la ~ue m~re e muerte de la madre es ser negativo. En esta oposición encuentra el apo.
hijo no son más que uno. Toda ocasión en que se desprecia al niño es yo del padre, quien puede así reconocer en su hijo una "virilidad".
recibida por la madre como un ataque a su propia persona. Todo des- Julio es una hennosa nilüta de ocho anos, condenada desde su na~'i·
ahucio del nillo significa para ella su propia condena de muerte. SI deci- miento por tres profesores. "Es una mongólica; no hay ninguna esperan-
de vivir, será preciso q uc lo haga en oposición al cuerpo médico, con la za de que camine,"
muy frecuente complicidad callada del marido, impotente ante un dra- A los dos anos y medio es tratada por un especialista alemán, que de-
ma que jamás lo afectará de la misma maner~. ·. . clara que la nil'ia tiene 13ll siete vértebras cervicales bloqueadas. Algunos
La madre va a vivir, pues, contra los médicos, pero, al mismo tiempo, días después la niña camina y sus tics desaparecen.
buscará sin cesar su apoyo. Irá de consulta en consulta, ¿para obtener Comienza luego para la madre la batalla de la educación: de ahí en
qué, en verdad? más quiere que esa niña, que le debe el no ser una enferma, sea además
¿La curación de su ni/fo? instruida. Pero el contexto fÓbico es tal que, sin la madre, Julia se sien-
No cree en ella; y ese nino le pertenece; no piensa cedet1o. te perdida . ¿Eso es todo, en verdad? Examino a la runa sola, pese a la
¿Un diagnóstico? oposición de la madre. ¿Qué va a suceder?
Ha sido formulado ya múltiples veces por eminentes especialistas. Por el lado de la ~a , un deWTollo contenido (desarrollo que se ma-
¿La verdad, entonces? nifiesta en diversos malestares somáticos); pero por parte de la madre
Pero, ¿qué verdad, ya que sólo la madre $libe? un pánico que la hace irrumpir tres veces en el consultprio pam ver si
¿Qué sabe ella, exactamente? . . , . Julia está todavía (esd~ir , si J ulia está t odavía viva).
Sobre todo no quiere saber nada ru rec:i1>1r nada de ese médico a En casos análogos, las tentativas de psicoterapia son por lo común re-
quien ha ido a pedir ¿qué? . chazadas, porque la madre no puede admitir sin gran dificultad la intru.
Nada, en lo que concierne al ni~o. Un poco, en lo q ue concierne a e- si6n de un tercero: es preciso que el niño escape de alguna manera a la
lla mismá. Desea oscuramente que su pregunta no obtenga Jamás res- ley del padre. Es la madre sola quien le asignará su lugar. La ronda de
puesta, para que pueda seguir planteándola. Pero le es pre~isa la fu~rza los médicos continuará, pero ahora se tratará, tan sólo, de hallar una
de proseguir y es eso lo que viene a solicitar. Le es necesano un testigo; causa orgánica "curable". ·
un testigo que sienta que es ella la q ue no puede más, detrás de esa fa. Tal es, asimismo, Ja situación de Liliono, de catorce anos, C .1 49,
chada de t ranquilidad. Un testigo que, en caso necesario, sepa que ella anoréxica desde el nacimiento. La madre rechaza la prueba de psicotera·
tiene el impulso de matar. pia que se le propone y opta por dejar a la ~a encerrada en una habi·
La senara B . sabe q ue su hijo es mongólico desde su nacimiento. Só· taci6n mientras trabaja en la fábrica, antes que confiarla a una extrafla.
lo que ella no oye las palabras del partero . Cuando el niño tiene tre~ me- De todos modos, no ren11Dcia a otros exámenes, buscando el factor res·
ses, un pediatra confirma ese diagnóstico. ~sta vez, la macJre lo entiende ponsable del estado de la niña en un trastorno org~co endocrino.
y rechaza Jos exámenes orgánicos que permitirían establecer el diagnós· En todos estos casos, los padres no se sienten con el derecho a ser
tico en forma Irrevocable. tratados como interlocutores válidos. "Un nillo enfermo - me decía uno
"¿De qué sirve lo que me piden? A un ser anormal se le mata; no se de ellos- es asunto de la mujer." y cuando, por excepción, el padre se
siente involucrado , no es raro que reaccione con episodios depresivos o
1 ¿Por qu6? Porque, dlgámoslo desde ya, Ja enfermedad de ui: niño ~fect~ a la persecutorios. Entonces interviene para interrumpir una psicoterapia en
madre en un plano narcisista: hay una pérd ida bfW<'.a de t~da oeñal de 1dent1fica- marcha, porque sabe que " todo está perdido", "est4,hasta la coronilla
ciÓn y, como corolario, Ja·posibilidad de conductas unpulsivas. Se uata de un pá· de ml!dicos que lo explotan", etútera.
nico ante una image n de si que ya no se puede reconocer mamar. . Si el padre acepta con serenidad la enfermedad de su hijo, ea

20 21
la verdadera dimensión del drama? Es en otro lado, es decir, en ella mis-
bilid d· como hombre, como pa- ma, que la madre va a sentir, por consiguiente, la inseguridad de ser .1
. . de una enorme culpa ª· ad e se siente hasta
siempre;;:;~~n alguna medida ~n fraca~d~~ i::cil ~nunciar. Su rol
dalre, es to comprometida con su nil\o qued·111e .~:....o en los instintos de
Cada mujer, ante la falta de las sel\ales de identificación de su nil\o
enfermo, va a vivir su angustia3 en función de aquello que la ha marca-
t pun .l cia1 de su !""...,,.. i6 in· do en su historia; es decir, en función de su propia castración oral, anal,
está marcado: volcara. o ~sen belde será sublime en su ab~gac. n, ta fálica. Cada madre vivirá así, según su propio estilo, un drama real que
vida y muerte ; reivindicativa, re ardiana de una fortaleza si se il\ten - siempre hace eco a una experiencia vivida con anterioridad en el plano
. te si se trata de matar y gu el de madre hasta en el re fantasmático y de la cual ha salido de algún modo marcada .
~=~~~terapia. tendrá ~!1ci,~:~~:~.f?devenir un sujeto ar::s: "Yo estaba segura -me dice la senora B.- de que el parto iba a ser
chazo del derecho de su lol\ombres de sú progenie' hallará en a algo terrible; mi partero tenía la mano mutilada". '
mo. ldentificándose co: s no agotada jamás. "Quería ser una buena madre - me decía otra- y ensayaba, en mi
gracia una fuerza sobre umana, imaginación, sentirme como mi bisabuela". Esta mujer, en efecto, no
había podido hallar en su madre ni en su abuela seftales de identifica-
ción válidas.
La llegada de un niilo enfermo al hogar de una mujer que ha mante-
nido malas relaciones con su propia madre, puede llegar a despertar con-
B. ENFOQUE ANALITICO DEL PROBLEMA flictos neuróticos compensados por el casamiento. Se presenta angustia
y, a veces, reacciones fóbicas.
· edid de Por el contrario, si la mujer ha permanecido muy apegada a su pro-
. . to de un nil'lo'? En la m a pio padre, el nifio va a encontrar un lugar definido en la familia. Será a
. ué es, para la madre, el nacmuen raro es, ante ttllio, la revancha
lo ~~ desea durante el. c~no d~ s~l e~=ada de un nil'\O va a ocupar un
menudo el preferido; aquel a quien, en la fantasía materna los otros her-
manos y hermanas tendrán que servir hasta su muerte.~
O el repaso de SU propia 111f~~· a suel\O encargado de llenat lo que Está visto que el nifio enf~o es rara vez incorporado a una situa-
lugar entre sus suel\os P.erdido~oun imagen fantasmática que ~ su~ ción verdaderamente triangular. Pero hay casos en que es el padre quien
quedó vacío en su propio ,,P~ mñ_ ~ste nil'\o sonado tiene por. ou~ se preocupa por el nillo; se trata entonces, la mayor parte de las veces,
e a la persona "real de o;.: . oria de la madre fue JUzga o
de una identificación con su propia madre. En tanto que custodio de la
1:i:iecer • rep.arar aquello ;~:;~c~~prolongar aquello a lo que ella ley, el padre no puede sino sentirse perplejo ante un nillo que, desde el
deficiente, su.fndo como un . a enfermo, comienzo, está destinado a vivir fuera de todas las reglas.
debió ren~ciar. do así de todos sus suel\os perdidimos, ~~del cuerpo · Si se trata, en fin, de una madre llamada normal, la llegada de un ni-
Si ese nil'lo, carga . 1 realidad de uria a& 1 flo enfenno no puede no tener incidencia sobre ella. En efecto, en res-
. w! será de éf? La irrupción en a shock· en el instante en que, en e
,q va a causar en la madre un · un nil'lo imaginarlo, surge 1
~::;antasmático, un v~cío ~:e~~~ !:'~ a despertar los trawi;as1; _
1
La ausencia de diálogo, una situación a dos en una soledad total, es reponsa-
ble de la angustia y de la depresión do esas madres que, a los ojos del mundo, "a-
al que por su en1erm • dirá más adelante, en e P guantan admirablemente el golpe". E;sta angustia que no pueden dar a compartir

~s~~hri:~::
no SII1l
::~:·;,~a

i~l~ie:J~~a1 x:~~:re d~e~:
td dero acceder a a - el nil\O
es pesada para soportar. Por ello e s que hay un momento, en la historia del niño
enfermo, en que más allá de su problema es el de la madre que se plantea aguda·
mente. ·
tracióQ.¡Porque ese ve a . al nil'\o fetiche, que no es otro qu
3
tablemente por la renuncia . ·ón Angwtia Y castración : "Lo propio de la angustia - declaraAubgnler- .., que
· · ario del Edipo. .dad se concreta cierta situaci no 1e la nombra para nada. Decir que.se está angwtiado es haber tomado distan·
imTn revancha, vemos qu~n ~:Un objeto para cuidar, fue.ra:er~­ c:I& como para reconocer la angustia. Hablar de etulraclón es una metáfora. Noso-
1101 vemos la angustia, o el síntoma. ¿La curracl6n? Es lo que aparece bajo la for·
fantasmttica: se le. da. esebien ~ menudo hallará la fuerza para cna o ma de angustia cuando el Otro no reconoce más al sujeto como objeto de de1eo
influencia del mando, Y (y no a su madre). tis (pualelamente a la absorción de la leche, hay absorción de una relaclÓn fantasmá-
mitiéndose a su propio padre nif\O normal sería neurotizante, plor sa ~ llca, deseos de uno y del otro)... El fantasma fundamenta} se da cuando el sujeto
Esta situación, que para 'Un histérico es considerada, en e terren ya no p uede orientarse frente al deoeo del otro. La angustia sur¡e en tomo de lo
terno de tipo · ' bre la madre que se qllt no • puede nombrar: transfonnane en un objet o cuyos signos ya no son des·
facer un deseo rna . t del niflo: ino es so hi. all'rlbltt. Al decir oral, anlll, fálico, 90 defmea los signos con los que el yo se recu-
real, CO{llO adecuada al b:e\aruidado de gestar eternamente as~ ·~ ble p - reconocerse·-.
1 revierte ' como muy nat~ ~~~ente, en ese nil\o que se le va a e,¡ ,
t. 4eflclento7 iNo está ahí, P 23
Si, por el contrario, el nil'lo se manifiesta como sujeto deseoso, es su
d 1niño deberá proseguir. de alg.una ro.~ª· una cuerpo el que no le pertenece ya y que está como alienado. Se crea una
Puesta a· la demanda (
e •
llena un de9Co en e1
plano de la fantas1a mcons-
d situación en que madre e hijo no tienen más soporte de identificación.
gestación eterna que d . niño que no puede liberarse e e-
ª
ciente). Dicha madre va a CJªr ~ ·CX: como el pájaro empollando Ante el animal dañino en que se convierte el niño por momentos, lama-
\la por agresivid~d, en un esta~;~ T:s ~adres terminan por quedar dre reacciona con la actitud imperativa que enmascara la angustia ante
un huevo que ¡amás podrá a r~se. · cto esquizoide a fuena de
aspe el ser humano que ya no reconoce.
adquieren un ' 6 · Y, sin embargo, todas las madres están siempre en busca de una luz,
marcadas por 1a prueb Y ª
comportarse también ellas, en respue a a
st la criatura de manera a-t 01·
' felices con una nada que es en ciertos casos del orden del más allá. "Lo ·
ca a.dinámica. · . . dual En el interior mislllO del que yo pido - me dice una madre- es poder imaginarme que Dios habi·
'Nos hallamos aquí en una llllU~~ó;iVersa~ reacciones perversas (has- ta en mi criatura". Dios y no un abismo insondable.
retraso mental se halla~ abanicono) sicóticas. fóbicas, que hacen e- Por otra parte, tan · sólo la música es capaz de aportar a esos niños
ta llamadas fondo orgánico pervelnad '"forma de relación madre-nil'lo, ya una especie de alegría pura.
videntemente pare¡·a ,con determ d ndaa'' · eantas1as.
del nil\O con sus propias · Las madres oscilan entre la actitud imperativa y una suerte de indife-
que la madre responoe a la em~ be subestimar: es la forma en que el rencia apacible, fuera de lugar, a imagen del nifio que se siente por com-
Pero hay otro factor q~e no se emadre aiin si es normal, e inducirla a pleto fuera de un cuerpo y fuera de una relación con el Otro.
nil'lo va a modelar ti roJSmO a su. de' vínculos sado-masoquistas. La Madres sublimes, tranquilas o feroces, pero en quienes siempre habl-
adoptar' con respecto a uloél, un tipoplano fantasmático' en un momento ta la angustia y cuyo autodominio es negarla, ya que el recharo de saber
madre ha viv1.· ·do ese vínc en un ·
rimitivo muy fugaz, e:xpenmen- es para ellas prenda de salud. Esas madres sitdan netamente su angustia
de su historia y le recuerda ~~t:: le ella niliroa; se trata de algo que en la relación con el Otro; en efecto, su problema gira en tomo de lo
tado a veces con una muñeca dif'cilmente ubicable en una relación con que imaginan que el Otro espera o puede soportar de ellas.
tiene un carácter destructor y d 1ir dif'cilmente confe9Íble. El nit\o va Cuando se tiene un lújo anormal - parecen decir- se está a la vez
el Otro ; sería aun m6~ exacto ec la ~adre no fue jamás simbol.ii.ado.4 muy sola, pues en ese nifio una no se reconoce como ser humano, y
l
·a despertar algo semCJante : e enclama la educación llamada de adqui· muy vigilada, ya que, más q!le otra madre, se debe da.- de sí misma cier-
ta imagen soportable.
El estado de estupor de · . 0 re esto alienado como suje-
sición de automatismos. ~l nil'l_o está, P?;
sui;;n el ~aw del niño a.diná- Dicho de otro modo: todo lo que en el incoruciente queda de fanta-
to autónomo, P~.ª de~~~~~~~~ :nc':n:r~da vegetativa, en la que no sías sin uso, de resid1JQs de una herida que ha quedado cicatrizada, es
mico, madre e hi¡o se tlJ • vi'da continúa La madre, entre- muy necesario guardarlo para sí, porque de lo contrario, como decía
. . l esfúerzo mientras 1a · -1.¡ una madre, hay un "retomo al remitente" . "Una ni.fiita echó un día a la
hay llltiO para e . ' ás bien habitada por un ser que .., o
tanto ' acepta ser para.sitada, o sm basura algo que no tenía aspecto humano.6 Una vez vaciado el tacho,
existe en un cuerpo parcelado. un resto le fue expedido como retomo al remitente. ¿Qué quiere usted
que yo haga con ese sueno, con ese resto?", concluyó la cliente.
'd al bras por no entrar ni
• No simbolizado: que no puede ser t raduc1 o en p a ' La verdad y el dolor no son, en efecto, reconocidos sino en la medi-
en el orden de la ley ni en el orden de la "':'!:;::·vivida en una relaciÓn imaginaria da en que el Otro acepte la pena a través de su propia angustia.
Se trata·de u"na cxperienCl8 muy partí ~ nte sino mi doble en una espe<;ie Uno de los dramas de las madres de anonnales es, por cierto, su sole-
del ouo . el ouo que no es ese ~ujeto,, m• ";¡me¡a . ~da o más bien, la única sa- dad frecuentada por fantasías de las que no pueden hablar; el niño, que
de refleiri6n especular. La situación as1 crea a es SIR • •
participa siempre del mundo fantasmático de la madre, está el). cierta
lida es la violencia. 1 ch imaginarla es necewio un tercer t~rmmo. forma marcado . ¿Pero qué decir de la madre, por siempre embrujada,
Para ilCll':' a so~repa.a~~ta u r ªel don del trabejo, media? te el cual el su¡eU:
Pan Hegel, este esta constt. do po . slbllidad de exp1CS16n. Para Lacan, es trabajada por la idea de que su hijo jamás revestirá un rostro humano?
encuentra un dominio.~" mbln~ ~~:!"J: es precisamente lo sirnbÓlico.
ta tercera detemunacion. aunque im"'O~ ,
. ~· b' ue vienen a agravar el retraso Y
s Sucede que hay estados de est¿;or>c~~~o\asta un estado vecino al que se 6
l97l . Utilizo en. este libro el té~o dl4/ogo en una forma que cone el ~o
w;a im~en
:!.
la dependencia del ttillo b.ac;Ja su _ma _e , no uede tener de sí mismo
halla en ciertas fonnas pSicotlcu. ni?,o queptraduce en sus dibujos, indica su un·
de cuerpo unificado; su "parcelarn, to • resa que no puede ser sino una bo-
de prestane a confusion. Hoy fonnular1a Ju cosas de diferente forma. Se trata, en
con~reto, de una referencia a la teoría Jacanlana según la cual ea el símbolo (el Jen.
posibUldad al respecto ; sucedeª" que _n':i' ~xpagen unificada de sí mismo lo pone gullje) lo que permite salir de una situación imasinarla o especular. El diálogo de ¡'
ca una boC1 para alimentar. !-". ausencia e'::' do· de ahi que busque refugio en que. se trata_no ~s. un intercambio de infonnación. Se trata de la pre1encia del~~
gua¡e en la situacton. · ·"
·
'• .
. en' altilación de peligro• en_panico de ser rec an ' . .. -~ ..... J;
un adwio al que va a parsS1tat. f.
25
24
CAPITUW 11 to por completo. La caiga emocional, la culpabilidad ql!e implica lo que
se oculta, no sólo a la propia conciencia, sino a la del médico, es de tal
LA INSUFICIENCIA MENTAL importancia que no se puede cuestionarla de entrada.
Tratando la enfermedad somática, pero teniendo a la vez al auxiliar
psicoanalítico para lo que por otra parte no marcha, el médico ayuda a
la madre a hacer ella misma el desplazamiento que rechazaba.
Lo mismo sucede, en cierta medida, cuando se nos viene a consultar
por un "retardo mental". Raros son los casos en que los padres aceptan
de buen grado que se asigne una dimensión psiconalítica a un problema
que para ellos debe resolverse en un nivel práctico: debemos, o bien ne-
gar que haya un retardo, o dar un remedio concreto (clase especial, ope-
ración, medicamento) para desembarazarse de un mal muy concreto, sin
el que, se nos dice, "todo marcharía bien". ·
Pero, ¿qué es en realidad la debilidad mental?
Aquí son posibles dos actitudes: o bien el consultor "sabe", y con
toda conciencia orienta al niño hacia un servicio de reeducación compe-
tente, o bien trata de comprender y el tiempo poco le importa: para
He examinado en las páginas precedentes la relación muy particular condenar a un ser, la hora suena siempre demasiado pronto.
que une al retardado grave con la madre ..EI diagnóstico de irrecuperabi- En forma deliberada, yo he optado por no saber. Quiero decir que,
lidad pesa por sí mismo sobre ambos destinos y los ~dela en cierta consciente del problema psíquiátrico que se plantea, me he tomado
forma. siempre tiempo para reflexionar, llevando, para el nil\o, el tiempo del
Para el niflo débll mental, la situación es diferente . El retardo no diálogo lo.más allá posible.
es siempre percibido de entrada; la anomalía no se presenta como fatal Entonces, en cada ca.so ·~ ha desprendido, más allá del síntoma, una
desde el comienzo; llega a suceder a menudo que la insuficiencia mental significación que podría tener su importancia en un tratamiento even-
no sea descubierta sino en forma casi accidental, en ocasión de una con- tual. Aparecía cada vez un tipo de relación interhumana que permitía,
sulta médica. si se la aclaraba, introducir en el lenguaje lo que a menudo quedaba en-
mascarado ~n el solo síntoma. Al reeducar apresuradamente el síntoma,
Sabemos que, en el consultorio de pediatría, sucede que una madre no aólo hubiera dejado escapar una posibilidad de expresión e11Cncial, si-
acude por malestares del hígado, del estómago, síntomas que, en esa o· no que me hubiera hecho cómplice de una mentira en el terreno de los
casión, no son más que una manifestación de angustia (de la madre o padres. Mentira que el sujeto respetaría de alg(Ul modo, permaneciendo
del nillo). que se traduce en ese lenguaje sin palabras que 01 11 enferme- también él en su universo cerrado.
dad. El auxiliar psícoanalítico que el pediatra puede tener en OIO& casos He tomado para ilustrar nú propuesta, cuos de nifloa diferentes des-
permite la solución de ciertos casos de "urgencia"; tan es verdad que el de el punto de vista del grado de gravedad del síntoma. Se t rata, en pri·
peligro de muerte en que se halla el nifio es, a veces, de entrada, una im· mer término, de lo que se llama de ordinario~¡ débil simple, aquel cuyo
potencia para aoportar solo una carga de angustia excesiva. ·· C 1 se escalona entre 50 y 80 y que no manifiesta trastornos caracteria-
La intervención de un médico que, en lugar del niflo, se hace recep- les evidentes ni una evolución psicótica caracterizada.
tor de la perturbación materna permite una recuperación de las relacio- Esta "etiqueta" de débil mental ha sido adjudicada a los niftos luego
nes normales madre-nifio, indispensable para que el pequeno pueda con· do una consulta médica. Los padres han recibido una b1dicación de o-
tinuar su vida .1 rientación basada en el examen del sujeto. ·
Hay que subrayar un hecho: se consulta por un síntoma precito q~e · Por diversas razones, los padres han buscado una confirmación del
alcanza dimensiones de real gravedad y se trata a menudo de algo distm- diagnóstico emitido y el azar los ha llevado al circuito psicoanalítico.
1 .Se han hecho e.itudios sobre el tema en el servicio de la Sna. Aubry; ol equipo No se trataba ya de "orientar" desde entonces, apresuradamente, sino
publicó de inmediato un Hbro sobre el psicooomalismo. Por otra parte, el Dr. Be·
de abarcar, aun al precio de varios meses de entrevistas o de psicotera-
noit escribió un artículo sobre la significación de los casos de UJgenda en pedla· pia, un problema complejo que, a nuestro juicio, no se hallaba resuelto
tría. con la simple orientación. A propósito de divenos casos - los de Daniel,

26 27
Felipe, Raimunda, Carlota, Irene- plantearé, por etapas, las cuestiones ¿Qué otra cosa es la aventura psicoanalítica que ese avance a través
que me preocupan acerca del examen de un nifio retardado . . de senderos sin cesar inexplorados, donde se entrevé la verdad, sin ja-
Esa puerta, "debilidad simple", se abrió para mí sobre un umverso más atraparla?
desconocido. Encontré allí dramas, relaciones humanas patógenas, tal
·como las hallamos en las anamnesis de los psicóticos. Los casos elegidos
servirán aquí para seflalar puntos y subrayar notas que serio retomadas A. EL DEDIL MENTAL SIMPLE
más adelante. Volvamos ahora a nuestro estudio: como acabo de explicarlo estu-
Abandonando el dominio del "débil simple", he tomado el ejemplo dio a los niños no caractcriales• cuyo C I se escalona entre 50 y 80.
de un caso llamado "secuela de encefalitis"; el ejemplo de un nil!o mar- Lo que me plantea un problema es la muy grande diversidad de éxi-
cado por una historia masiva de traumatismo y después dos casos de ni- to escolar y social en estos nillos de C l insuficiente: que algunos lo-
nos de estructura psicótica. gren un certificado de estudios primarios con un C I de 65, en tanto
que otros, con un C I de 80 teJ18llil dificultades para su calificación en
Mi investigación, en todos los casos, rechaza ser congelada como de: el plano profesional, he aquí algo que plantea un interrogante y merece
flnitiva. No se trata, para mí, de hallar una causa nueva del retardo ru un examen atento . Al estudiar más detenidamente el tema, ito se puede
menos de establecer un mejor diagnóstico. Me esfuerzo, muy simple- dejar de sorprenderse por la diversidad de los casos que se nos presen-
mente, por ír más allá de un rótulo que ha sido el punto de partida de la tan: cada nillo tiene su historia bien particular, que pesa sobre todo su
devenir hwnano. No hay aquí nada de banal, pero el contexto afectivo
cristalización de una angustia familiar.
El problema que me planteo no es el de si es débil o no. Antes bien, del que la debilidad mental ha sui:gido ha sido descuidado durante anos
este problema sería del orden siguiente: ¿qué hay de perturbado en el en beneficio de una orientación basada estrictamente en un factor cuan'.
nivel del lenguaje (en la Mlación madre-hijo), que se expresa por un ca- titativo deficiente. Ahora bien, la gravedad del desorden psicotnotor de
mino extraviado, inmovilizando al sujeto en el estatuto socl&1 que se le estos nillos es también, en ocasiones, función de la relación fantasmáti-
ha adjudicado; ftjando a la madre en el rol que ella misma se ha asigna- ca del sujeto con la madre y co~au propio cuerpo.
do? Esta relación es, pues, l.o que de entrada interesa aclarar.
El método de composición que empleo en este capítulo va a tomar,
pues, en forma muy primaria, como punto de part.ida los ~iagnóstico.s Daniel es un nillo que tiene ocho anos en el momento del examen; C
formulados por otros profesionales. No trato de remtrodliClJ una clasi- I , 60. Niflo no deseado, pero que ha sido bien recibido al nacer. Desa-
ficación distinta. Por el contrario, a partír de un veredicto me limito a rrollo nonnal, al parecer, hasta la edad de seis meses, en que debe ser
cuestionado. A través de estos casos, senalo lo que puedo descubrir en realizada de urgencia una operación quirúrgica (hernia). La madre ob-
ellos de aberrante: rasgos psicóticos, perversidad, dramas familiares. serva, sin embargo, que se inquietaba con respecto al nifto desde su naci-
·Cómo van estos rasgos a reunirse luego para confonnar la imagen del miento, porque no sentía en él inclinación hacia el otro. Los médicos la
~ifto retardado, tal como la concibo? La continuación del libro penniti· tranquilizaron: " su bebé es normal". Sin embargo, si bien no tenía
rá retomar estos temas, para acentuar lo que ha sido senalado pero de- dificultades de alimentación, iba a presentar un retardo en todo su desa-
jando, a pesar de todo , en penumbra el retrato del "retardado", porque rrollo psicomotor (marcha a los dos aí'los, lenguaje a Jos cuatro aí'los, et-
a esta altura de la inveqación es preferible un paseo en la noche que cétera). Al examen físico, presenta un retardo del desarrollo óseo de
la seguridad que brinda la luz. , dos años y un retardo estaturoponderal de dos aflos también. Este retar-
"Vea parecen pedirme estos niftos, dígame lo que yo soy; digamelo do de maduración aparece en el examen psicológico: nifio dulce, ama-
de una ~z por todas, a fin de que pueda, con toda tranquilidad, recupe- ble, que no sabe su edad o dice de pronto que tiene cinco 3.fios; le cues-
rar mi lugar en la sombra y volver a hallarme cómodo en la noche". ta realizar indicaciones simples. Se halla sometido a la dominación de u-
No quiero en absoluto, por mi decir, írnpulsar el hacer del sujeto. na hennana dos años menor , que se ocupa de la deficiente motrici-
Tiene sus razones para pennanecer en la noche. Trato de seguirlo. La
luz no llega sino a pantallazos y me disculpo ante el lect~r por dejarlo • En francés suele emplcuse el té nnino caracterie/, que traducimos aquí por
en esta angustia, indispensable, de la penumbra y del desorden. caraderial, p ara referirse a "niños o adolescentes que presentan perturbaciones de
A través del desorden se va a liberar un cierto orden. No será tal vez Ja conducta relacionadas <'On la estructura de su personalidad o con dificultades
afectivas". (Gilbert de l..anaJheeve, Dict/onnalre de l'~va/uation et de la·recherche
el mío ni el vuestro, sino el del sujcto;entonces se le comprenderá me- en édu cation, París, P.U.F., 1979, pág. 32). [E.]
jor.

28 29
dad del hennano: le ata los cordones de los zapatos, lo orienta en la ca- Sólo _me parecía indicado un instituto médico-pedagógico 1 : el cua- ·
lle, etcétera. dro clíruco era banal, la anarnnesis pobre. Lo esencial del contexto fa-
LO que sorprende, en un examen más profundo, es la forma en que miliar no apareció sino gradual.mente a través de las fantasías apor-
el sujeto vive por completo en un mundo fantasmático, doJlde predomi- tadas por el nino (fantasías que los padres se esforzaron por "explicar"
nan las ideas de muerte, de asesinato, especialmente la muerte de un ni· cuando les hablaba de ellas).
ilo de cinco afios (de su edad, en suma, porque dice tener cinco aí'los) o Lo ~ue eng~ en est~ tipo de examen es la reserva de los padres, que
de ta edad de la hermana a la que está emparejado. Este miedo a la no qweren onentar la mvestigación fuera del solo retardo intelectual,
muerte responde, por lo demás, a todo un contexto fóbico referido a rechazando muy a menudo el abordaje psicoanalítico del problema y a-
los motores, los caballos; todo cuanto es dinámico es sentido como peli- teniéndose a que su solicitud de ayuda escolar sea tomada estrictamente.
groso y se traduce en fantasmas de ingestión antropofilgica. "Estoy harta de mé~cos -me decía la mujer de un viliador-; sin
Una anamnesis más profunda revelará que, a los_cinco anos, el nifto embargo, es muy simple. Se les presenta a nuestro pequetlo; hay ahí, en
asistió a un accidente de automóvil en el cuno del cual el padre aplastó el cerebro, algo qu~ no se ha llenado; es necesario llenado, operarlo. Se
a su compaftero de juegos (cinco aflos). Ahora bien, ese padre es, él sacan tantos apéndices y cosas as{ .. debe haber también un médico que
mismo, un fóbico , criado por una madre autoritaria, exclusiva y tratado los meta, esos chismes que faltan. Lo demás son cuentos".
siempre como "minus" por su propio padre. Y el nillo a quien le falta ese algo va a reproducir con el médico o el
El accidente dejó al padre de Danlel abrumado, "como si eso signifi- an~sta la actitud que ha inducido en él la de sus padres, coniendo as{
cara que mi padre tenía razón", dirá. el nesgo de una respuesta idéntica: el terapeuta sólo tratará de modifi.
La madre sólo me confesará en el cuno de la psicoterapia que aquel car la deficiencia desde el ángulo esencialmente pedagógico. ·
a quien llama "papá" y a quien parece muy adicta, no es en realidad su Ya que ese vacío 11~~ lisa y llanamente a la angustia, Ja angustia del
propio padre. Sus padres se divorciaron cuando ella tenía dos aftos; en ter~peuta ante su prop.ia unpotencia, el único enfoque psicoterapéutico
cuanto al padre verdadero, siempre lo ha detestado. posible es ':º desear n~a en lugar def niño; si no, éste se hace pájaro
Si la ma¡lre de Daniel tuvo, desde el nacimiento de su il!jo, el presen- - como dec1a muy graciosamente Daniel- para evitar tener un cuerpo y
timiento de que sería anormal, fue por miedo a que se pareciera a ese tener deseos. El niño aspira a recibir del Otro una respuesta que lo libe-
padre real, cuya existencia ocultaba a todos. . re de respon~bilidad en el plano instintivo; pero ante esa respuesta se
Por su parte, el padre de Daniel ve en el retardo de su hijo una con- evade presa de pánico. Vedándose toda resiiuesta es como se le cond~ce
firmación de su propia nulidad, un eco de las predicciones de su padre. ~cia la sola salida posible : hacia una eventualidad, no de cura-
Aun si Daniel hubiera sido normal, habría sido incluido en el fantas- ción, pero sí de utilización máxima de sus posibilidades intelectuales en
ma de los padres,quienes desde el comienzo tenían miedo de reencontrar un cuerpo por él reconocido . '
en el niilo la evocación o los rastros de lo que los había herido, a uno y Si _la_deficiencia psicomotriz de este tipo de nillo es a menudo el sig-
al otro, en su infancía, en forma irremediable. no chnico que confinna el retardo intelectual, no es menos cierto que
Y el retardo global de la maduración de este niflo no podía sino ser e:ic cuerpo enfermo tiene una relación fantasmática con el nil!o imagina.
vivido por ambos padres con una intensidad dramática, equivalente al no de la madre.
sufrimiento de la castración, porque sabían, aun antes de las comproba.- '_'Yo no quería ~ ~o - me dijo la madre de Felipe (C I : 0,80; ano-
ciones médicas, que ese niño simbolizaría lo <l.ue siempre les había fal- réXJco desde el nacuruento). Mi madre murió cuando yo nací; mi her-
tado. En tomo de esta carencia se cristalizó la demanda de la madre en mana gemela está muerta y la otra es loca. Mi madrastra me dijo: tu lu-
todas las consultas ~dicas. Esa carencia se constituyó en expresión de gar no está más aquí; nada de esta casa es tuyo. Mi padre me ha dejado
un deseo que desde entonces ha tendido a realizarse. Y el nifto, en res- expulsar. Me casé para no sentinne huérfana. Un nif!o es algo que separa
puesta, se ha querido pájaro , para "no tener cuerpo, no tener deseos, del marido; ya no es más lo mismo."
salvo el de no estar nunca por mucho tiempo en el mismo sitio": . Felipe se ha vuelto el protegido del padre (este mismo con $Cntl-
Recordémoslo ahora: este niflo ofrecía, cuando nos lo presentaron, llllcnto de culpa por una escolaridad deficiente y fracasos profesiona-
un cuadro físico y psíquico de debilidad simple tan uniforme, sin pre- les); hace lo posible para que el niño no moleste a la madre, es decir, no
sentar, por lo demás, n.ing6n trastorno caracterial, que no lo hubiera so-
1
metido jamás a la psicoterapia si el médico de la familia no hubiera in- Institutos Médico-Peda.o;ógjcos: Internados especialiudos ablert J •
sistido en fonna especial sobre el interés de una prueba psicoterapica, a :.1• ni;
ños de intcJ!gencia infc~or a la media. Los niños retardados., ~cuentr:
fin de aliviar a la madre, que reclamaba desesperadamente "que se hicie- ~~~o auamo de su mtemad 6n, privados de toda relación con el mundo .:.::.
ra algo" .

30 31
pue por los rigores de la ley que ella encarna. Algo que asombra en es- El problema, que se me plantea es saber para qué podría servir la inte-
tos niftos es la forma en que siempre logran desarrollar una situación a ligencia de' Raimunda si la tuviera (los otros niños de la familia, no débi-
dos, convirtiéndose en objeto de uno de los padres. El sentido de la in· les mentales, tienen, en efecto, un retardo escolar enorme ; son disléxi-
suficiencia motriz se inscribe en esa relación (el cuerpo del niño perte- cos y caracteriales; pero he aquí que el padre es universitario).
nece siempre a uno de Jos dos padres). Para poder estar en buenos términos con esa madre rígida y fób ica,
"Mamá y yo, somos dos contra uno - postula Néstor, un débil men· es preciso, en el caso límite, no existir. " Desde el momento en que se
tal de dieciséis allos, difícilmente recuperable en el plano profesional-; mueve -me dice la madre- grito" . De hecho, no soporta nada de sus
siempre soy yo quien gana y eso le sirve de lección." "Le" se refiere al chicos, sobre todo su dinamismo. La madre es el terror; niños y marido
padre . Este ha tenido siempre vergüenza de este hijo que no Je hacía ho- están de algún modo reducidos al estado de objetos que se dejan mani-
nor; la madre del niño, fijada a su propio padre de un modo lústérico, pular para evitarle una depresión. Los muchachos reaccionan con tras-
reivindicaba de alguna manera un macho para ella sola; un macho que tornos caracteriales; Raimunda se hace momia para no ser rechazada.
no tuviera que dar brillo a los hombres que no eran de su progenie . Su debilidad mental tiene, en cierta forma, un carácter compulsivo
Tales conductas parentales traen aparejado, como consecuencia, un de defensa. En respu~sta a la exigencia de Ja madre, es una pequeña ate-
lote de comportamientos asociales, cuyo origen es menos orgánico que rrorizada, pronta a hacerse olvidar.
fruto de la reacción a una situación familiar patógena. Si el padre asume una responsabilidad, la madre aúlla o cae en esta-
Este carácter patógeno pasa a menudo inadvertido cuando el nii'io es dos confusionales. En consecuencia, será ella quien mande; ella va a ser
pequeño, pues el médico, a instancias de Jos padres, se preocupa ante la ley, sin ningún soporte simbólico:~ "Jamás pude imaginar lo que po-
todo de la readaptación escolar, sin darse siempre cuenta de hasta qué día ser un niño - dice- . Cuando estaba encinta, sentía su vejiga pesar
punto el medio familiar pesa sobre la génesis de los trastornos caracte- sobre la mía; por lo demás, siempre se hace pis en la cama. Su cabeza
riales que se agregan a Ja debilidad mental, o simplemente sobre Ja re- -agrega la madre, tocándose Ja suya- tal vez haya sufrido un episodio
tención misma del éxito escolar o profesional. El débil a quien se ha a·~ meníngeo". Raimunda es vivenciada por la madre como fonnando parte
signado un Jugar como tal en la familia hallará siempre mucli.as más difi¡ de su propio cuerpo. Si la madre se muestra tan severa en Ja educación
cultades que aquel que, a pesar de su retardo, es pasible de las sancione~ de hábitos higiénicos es, agrega te~tualmente, "porque no me gusta sen-
paternas. tirme mal". · ·•
¿Por qué encontramos débiles mentales "tontos" y débiles mentales La debilidad mental de Raimunda parece tener una base orgánica in-
"inteligentes". con e 1 idénticos? negable. Los especialistas están todos de acuerdo en sostener que se tra·
La respuesta no está, por cierto, en el sentido de la ~istinción entre ta de una "historia in u tero''. Todo el desarrollo físico inicial de la nina
verdadera y falsa debilidad ; más bien reside en el sentido que Ja enfer- fue perturbado: marcha a los dos allos, habla a los seis aflos, después
medad ha tomado en la constelación familiar. Es lo que trataré de acla- un período de afasia . ·
rar a través de los casos siguientes. Ahora bien, ¿qué fue para la madre, desde el punto de vista psicoló-
Raimunda tiene catorce años cuando se me viene a consultar su caso. gico, ese embarazo?
En todos los tests arroja un nivel homogéneo de débil mental (C I, 63). Soltera, encinta pese a los medicamentos abortivos, llegó al término
Tiene la apariencia física de una gran retardada: presenta una gran del embarazo en constante peligro de ser abandonada por quien llegó a
incoordinación y debilidad psicomotriz; tiene marcha "de pato" y sus ser su marido y que no la desposó hasta que la viabilidad de la criatura
brazos parecen estar allí para estorbarla más que para serle útiles; de fue debidamente comprobada. "Si no hubiera llegado -me dijo el pa-
una extrema torpeza, su manualidad no parece servir para nada. dre- no me hubiera sentido obligado a desposarla."
A un examen afectivo más profundo, aparece como una muchacha "Si no la hubiera tenido como uno de mis propios órganos, no ha-
neutralizada por completo, criada en la imposibilidad de oponer el me- bría conocido la vergüenza" , me dijo la madre.
nor negativismo activo. Todo es "amable" y los seres humanos son des- Y cada uno de los dos padres refiriéndose entonces a su propia fami-
critos por ella como seres sin vida, sin contacto. En sus relaciones con la lia. La madre ha tenido, a ,Ú ' vez:· una madre rígida, que jamás soportó
madre , Raimunda oscila entre el negativismo pasivo y la agorafobia.3 la intrusión de u n hombre en sus asuntos. El padre tuvo una madre so-

3 Su po!lclón es pasiva; el negativismo no es franco; es una "pequeila que, por 4


Es decir, sin ninguna referencia a una imagen humana cstructurante y sin que
momentos, no comprende nada; no puede ejecutar ya ninguna orden". Culpabili- su nilla reprelltlnte en verdad para ella un ser h umano situado en un devenir. A esta
zada por una actitud sentida como revoltosa, la niña tiene otros momentos de ago- madre le es precúo ejercer un poderío en forma cuui "gratuita• y, por lo tanto,
rafobia, obligando a la madre "detestada" a acompañarla por doquier. absurda.

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breprotectora que jamás pudo resignarse al matrimonio de su hijo prefe-
ción de su hija. Fue el padre quien tomó el asunto en sus manos y per-
rido. mitió, a través de los dramas familiares, una normalización del estado de
En ambos existe, pues, el pánico de tener un nitlo, es decir, algo in-
Ja: nilla.
confesable, que no sería reconocido por sus propios antecesores, con el
La madre, devastada por Ja angustia, necesitaba que esta parte enfer·
agravante, para la madre, de la obsesión de traer al mundo un ser que
ma de sí misma permaneciera enferma a la vista de todos. Raimunda de-
corría el riesgo de ser hermafrodita, como sucedió -dice- con la her-
venía así el objeto testigo que protegía a la madre contra su propia fo-
mana de una abuela.
bia.
Por lo tanto, Raimunda tenía ya su destino marcado antes de nacer. La "curación" , como hemos visto, sólo pudo lograrse a costa de una
Sería ese algo no simbolizable para los dos padres: persiguiendo a lama. grave crisis de la madre . En efecto, ésta se hallaba en peligro desde que
dre en el nivel de los órganos; .obligando al padre a mostrane como tal, se modificaba detenninado tipo de relación con su niila, calificado por
cuando hubiera querido liquidar toda idea de comercio sexual con res- ella misma corno de "equilibrio humoral" .
pecto a la madre. Raimunda no ha alcanzado, en los tests, una inteligencia normal. Pe-
Esta nifla de catorce allos, enurética con nula escolaridad desputs de ro el hecho de no estar más paralizada, congelada, para todo lo que es
seis años de clases diferenciales, era también nula en el plano motor: no calificado cotno " malo", el hecho de poder moverse pese a las cóleras
podía andar en bicicleta , ni nadar, ni limpiar la vajilla, ni coser; apenas maternas, le ha pennitido emprender el camino que la conduce hacia
si descender las escaleras sin caerse . una autonomía efectiva, el día en que cesó, por fin, de habitar como pa.
Una psicoterapia la llevó a una recuperación motriz tal que la jovenci· rásito el lugar del propio cuerpo materno, Según su medio, ella se ha
ta es en la actualidad ayudante en un jardín de infantes, toma el tren, "adaptado socialmente".
viaja y tiene una recuperación escolar que le pennite estar en un 5 gra- ° ¿Qué podemos decir? Su C 1 ha permanecido casi incambiado; sin
do.• El C 1 se ha modificado apenas: 67. La recuperación social ha si- embargo, ya no es tonta . ¿De modo, pues, que se desenvuelve bien con
do espectacular, al extremo de que la muchacha fonna p~e de grupos el 60 por ciento de la inteligencia de que dispone?
de jóvenes y se mueve en un medio de su edad, realizando un trabajo a En otros térrnin9s, ¿es en el plano de la eficiencia que hay que situar
su medida. · la noción de inteligencia? En tal caso, las reeducaciones especializadas
El tratamiento de la n.illa llevó a la madre, en varias ocasiones, a acce- emprendidas debieron ser suficientes para "readaptarla".
sos confusionales. No se ·efectuó sino a través de trastornos caracteriales En cambio, las reeducaciones fueron inoperantes mientras la psico-
violentos, que alteraron con criSis de agorafobia. terapia no hubo devuelto a la nilla su dimensión de sujeto autónomo.
El análisis puso en evidencia en Raimunda un núcleo persecutorio, Mientras era un parásito de la madre, su inteligencia y su rnotricidad no
con aparición, en cierto momento, de "espíritus" malignos que la habi- Je pertenecían.
taban. Estos espíritus malignos se oponían a una curación. Ahora bien, Resulta, pues, que más allá de un déficit capacitarlo interviene otro
no es superfluo aquí relacionar este contexto persecutorio con los ras- elemento que desempeña el papel de freno en toda relación interperso-
gos hipocondríacos de la madre; la forma particular en que ella se sen- nal que el sujeto va a establecer. Y de aquello de que "ese otro elernen·
tía invadida desde el comienzo de su embarazo por un " órgano suple- to" está hecho dependerá a menudo el grado posible de recuperación.
mentario" e impotente como madre, al nacimiento de lanilla, salvo pa-
ra los cuidados de higiene y alimentación. Carlota, dieciséis ai'ios, es una nilla cuyo determinismo orgánico va a
Raimunda no pudo de1oenir " inteligente" y socialmente desenvuelta jugar, como en Raimunda, un rol importante.
hasta el día en que pudo habitar sola en un cuerpo de su propiedad. En Su C I se sitlla entre 50 y 60. Puesta en una escuela diferencial a Jos
tanto ese cuerpo estaba habitado por los espíritus de la madre, no podía ocho aflos, sale a los dieci~is, sabiendo apenas leer y escribir. Enurética,
ser más que un animal aterrorizado, aterrorizante, sin ninguna referen· la jovencita tiene, además, un carácter tiránico que hace penosa toda in-
cia simbólica humana. serción familiar.
También aquí el retardo de maduración ha sido vivido por la madre El electroencefalograma arroja "un trazado anormal para la edad de
antes de toda comprobación médica. Ella sabía que engendraría la des- la nilla, dada la lentitud de los ritmos dominantes, pero en el que no se
gracia. Pero a diferencia de la madre de Daniel , no buscó jamás la cura- ponen en evidencia signos de comicialidad ni de sufrimientos focaliza-
dos" .
Seguida con mucha regularidad en el nivel ~dlco, la joven recibe,
•Se emplea en todos los casos la denominación de nivel escotar en la Algenti- entre otros, extractos tiroideos, rnaxitón glutarnínico, vitamina B 12.
na.
Desde el punto de vista neurológico, no se observan trastornos im-

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A la pregunta:
portantes del tonus. "Posibilidad de un !mi a{ndrome piramidal en el
-¿Y si mamá no estuviera más?
miembro inferior izquierdo".
-Bueno, sería papá junto a ml hermana.
De9de el punto de vista m otor, se emprtnd• una roeducación especia-
-¿Y si t u hermana tampoco estuviera?
lizada.
-Bueno, sería papá para algún otro.
Mantenida durante ocho a!los en una eacuela eepec!alizada, sale inap- En otro momento, la nii'la agregará que no sabe qué es eso de tener
ta desde el punto de vista profesional, con un nivel escolar de 2° gra-
pena .en el corazón. "No hay más que el mal físico que valga la pena pa- ·
do.
ra llorar."
El origen del retardo pennanece enigmático. El desarrollo inicial fue Habiendo seguido en el fondo de sí misma como una "mona malv~­
desde el comienzo el de una nifia retardada: marcha a los diecinueve da", Carlota no vive más que para fastidiar al prójimo. Esta suerte de •·
meses, habla a los seis anos. dentificación con el padre, que apareció con el deceso de éste, no es en
Carlota, hija no deseada, yino al mundo seis ellos después del naci- realidad más que una identificación con un objeto.de placer. ,
miento de la hermana mayor, en un momento en que el padre, fatigado La tentativa de psicoterapia analítica, emprendida muy tard1amente,
por trastornos cardíacos, requería c uidados especiales. luego que todas las fonnas de reeducación fueron ensay,adas, ~uso e~ e-
Fue la hija preferida del padre; la m adre "se la dejó", en cierto mo- videncia en qué medida el fracaso en el trabajo, la no-mserción socml,
do, para distraerlo , sin comentarle jamás las dificultades caracteriales de habían devenido para Carlota su fonna de relación con el Otro (el Otro
su hija "porque - había afirmado el cardiólogo- la menor contrariedad que era por eso hasta negado). .
podía proYOcarle Ja muerte". El psicoanálisis pemútió a Carlota no transformarse en asilada, pero
En efecto, el estado del padre empeoró cuando la nifia tenía cinco a- la recuperación fue sólo parcial; la joven pudo,~ .menos, ser .ª~eptada
nos. Murió cuando ella tenía catorce, sin haber querido admitir jamás el como ayudante de cocina en una comunidad religiosa Y no vmr en su
estado patológico de su hija menor. El abuelo paterno, que vivía en la casa como un parásito. · .
casa parte ,del afio' falleció algunos días después, de un
"ataque cere- Carlota había dado tal sentido de perversión a su retardo, mstalado
bral", como su hijo y su mujer. así en forma masiva , que ningl,llla reeducación especializada había podi-
A los catorce ailos, Carlota se halla pues sola con la madre y la her- do ser eficaz. Mejor: el análisis permitió poner en evidencia que todas
mana mayor, sin imagen masculina. La madre de Carlota pierde, con su esas reeducaciones terminadas en fracaso habían sido para Carlota la
marido, la única imagen masculina que en verdad conoció (huérfana d.e principal fuente de placer.
padre a los dos a!los, vi,vió en un medio compuesto ~r miembros esen- Al estudiar el sentido que puede tener, en ei.nlfto retardado, su retra-
cialmente feineninos). so, se descubren situaciones que recuerdan en (orma extrafia las que ve-
mos en las familias de psicóticos o en las estructuras perversas.
Ese medio femenino es el que las tres mujeres van a tratar de resuci- Al cambiar de entrada el tipo de relación de esos nill.os con el mun-
tar. Sin embargo , debido a Ja desaparición del padre , por primera vez se do se les da al mismo tiempo la posibilidad de beneficiarse con una e-
pide para Carlota una consulta psicoanalítica. Ya que, durante la vida du~ción especializada. En tanto que al ignorar los trastornos psicóge-
del padre, Carlota no había desempellado otra función que la de ser ese nos subyacentes se corre el riesgo, como en el caso de Carlota, de hacer-
1
objeto mal definido que servía al deseo paterno. le el juego a la neurosis.
Su necesidad de destrucción, sus actitudes maroquistas (dar con la Una psicoterapia precoz es tanto más preciosa en esos nil'los, porque
cabeza en tierra hasta sangrar) eran, en cierta forma, una respuesta a están mucho más expuestos que los otros a inmovilizarse en fonna defi-
una supuesta demanda. Lo que contaba para Carlota era menos la exis- nitiva en un lugar donde representan inconscientemente para el Otro ·
tencia del padre en tanto que Otro, que su presencia como soporte fáli- una carencia que tienen por misión llenar con su situación de objeto.
co ante el cual Carlota hacia, en cierta forma, el exhibicionismo caracte- Si éste es, en efecto, el caso, se comprende por qué la torpeza de
rial. s ciertos débiles mentales no es otra cosa que el precio de un lazo que só-
En el examen afectivo, Carlota rehúsa ubicarse en el tiempo. Dice lo el psicoanálms puede desatar, a condición de que sea emprendido
con t oda claridad que está contr a todo y que encara ser "papá junto a bien pronto, antes de que una rigidez de estructura perversa no Ja haya
mamá". coagulado como tal.
Los trastornos témporo~spaciales de estos ninos, aun e n la hipótesis
de una organicidad definida, se acampanan siempre con dlficuhades pa-
s Había negación del padre como sujeto. Se <ervfa de él como objeto de tortu-
ra o de placer, en una construcción fantasmática perversa. ' ra los puntos de referencia en lo imaginario. Estos niftos tienen proble-

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mas para ubicarse con relación al 'ignficante paterno. Una reeducación ble por enviada a un establecinliento de nillos más afectados que ella. I-
espacial, que utilice como intérprete la palabra, portadora ella 111Uma rene se desarrolló a tal punto en un medio de escuela n:ucva que llegó a
de un elemento significante, tiene a veces incidencias negativas en el ni- cursar allí una clase desº grado excepto en cálculo (donde las lagunas
no en el nivel núsmo del lenguaje. Tanto es así que una reeducación co- en el dominio témporo~spacial son tales que exigen una técnica espe-
rre siempre el riesgo de ser tomada por el sujeto en el sentido de sus cializada).
trastornos más bien que en el de su curación.6 Casos de este Mnero no son raros y muestran hasta qué punto debe-
Un mismo tipo de pedagogía especializada puede, desde ya, mostrar· mos desconfiar, los adultos, de toda actitud normativa con relación a un
se enriquecedora para uno y defo.nnante para otro, sin que la naturaleza ser infradotado. Este, aun más que un nülo normal, reclama esa dimen-
de la pedagogía sea, sin embargo, cuestionable. sión de sujeto que le es acordada con tanto retaceo.
Lo que hay que cuestionar es el tipo de nillos al que esa reeducación" · Estos runos que, desde el comienzo, son, por su estado, objeto exclu-
se dirige y el papel sobredetenninante·que está destinada a desempefiar sivo de los cuidados maternos, sín intervención de la ley encarnada en la
con relación a ellos, en la relación madre-0illo. En los casos en que el imagen paterna, recrean en su vida escolar un mismo tipo de relación
reeducador sustituye a una madre sabihonda, se corre el rieSl!P de que el dual, con una mujer otra vez dedicada por completo a ellos y preocupa-
nillo responda a su demanda con una evasión... da por encarnar en su lugar el deseo (deseo de adaptarse, de progresar).
Un estudio sístemático de los éxitos ·y fracasos en las reeducaciones Se crea de tal modo una situación muy particular, donde en la relación
especializadas sacaría a luz el sentido que adquieren en el fantasma de con el Otro, el deseo del Otro no es simbolizado: el niflo, puesto al res-
cada nillo, en respuesta al lugar que el propio nifto ocupa en los fantas· guardo por la solicitud del adulto, no tiene la posibilidad de afrontar el
mas de los padres. sufrimiento de la castración. El mensaje del padre no le llega jamás. Es-
tá llamado a permanecer en cierta relación fantasmática con la madre,
que por la ausencia del significante paterno en ella, Jo deja reducido al
Otro aspecto no de,;leñable es la contratransferencia del educador estado de objeto, sin esperanza alguna de acceder al nivel de sujeto. Por
ante el nillo retardado. Es frecuente que este educador se conduzca el contrario, para este tipo de nillos, la imposibilidad de establecer una
con él en función de su situación de madre adoptiva, haciendo tabla ra- identificaeión significante los. deja sin defensa ante las situaciones de de-
sa con toda adquisición posítiva que una madre, aun torpe, ha podido pendencia dual. No tienen la posibilidad de interrogarse sobre su falta
aportar a su nillo y reclamando la separación de la madre y la ubicación de ser, porque esta falta, captada en el nivel de la realidad por el am-
en un establecimiento donde se prestar.! especial atención a la " adqui- biente, los condicionará de algún modo para no sufrir, y para llenar
sición de automatismos". Esta reacción,inoportunay bastante frecuen- un vacío (su vacío intelectual, escolar) sín que jamás se plantee el inte-
te, merece ser mencionada. Es en general la expresión de un miedo ante rrogante de saber si ese vacío real no sed uplica en la madre por su pro-
el abismo instintivo que el nillo presenta. Es una forma de no dejarse a- pia falta de ser, cuyo acceso se encuentra rara vez impedido al niflo por
rrastrar a él rechazar a un nillo con C 1 catalogado como notoriamente
el significante paterno.
insuficiente. Estos nillos responden al pánico del adulto con una actitud Estos nillos que, en un nivel consciente, no han tenido la posibilidad
aun más estructurada o aun más violentamente caracterial. Es dable que de pasar por la castración significante, mantienen, frente al mundo obje-
un medio normal, del tipo escuela nueva, aporte una mejoría espectacu- tal, un comr.rtamiento particular: no pueden cargar significativamente
lar, contradiciendo los pronósticos pesimistas de reeducadores especiali- Jos objetos y es en especial en el dominio témporo-espacial y en las
zados. ¿Por qué? matemáticas que se evidencia un tipo muy singular de dificultades, re-
Porque el sujeto va por fin a hallarse en un medio donde nada en belde a la pedagogía tradicional.
concreto le es pedido. Ante la ausencia de deseos del adulto con rela- Falta hasta tal punto una detenninada dimensíón de lo simbólico
ción al nülo, éste responderá entonces manifestando sus propios deseos. que es rechazada la noción misma de las cifras como tales: tres manza-
Tal fue el caso de/rene. doce afios,muy fóbica,de C l 62, "rechaza- nas, en la realidad de esos ni.nos, pueden ser aceptadas como una enti-
da" en un establecimiento especializado, cuya directora hizo lo imposi· dad correspondiente a la cifra 3 ; pero a la desaparición de las manzanas
corresponder.! la desaparición del significante y, por consiguiente, la ci-
6 Curando demasiado pronto el síntoma por una ''reeducación", se corre en f ra 3 no corresponde más a nada.
ciertos casos el riesgo de provocar un brusco brote psicótico; es otra fonna de.ex- La reeducación en matemáticas, tal como hasta el momento de escri·
presar ro alionacl6n por el niño en proceso de "reeducación". Un dhcurso pertur·
bado, una desorganiz1ción completa en la orientacl6n y el ritmo, tienen a menudo 7
una causa psicógena, que corresponde tomar en consideración. Permanecen desprovistos de scntido.

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bir esta obra ha sido concebida por Francine J aulin, se orienta en esen- nes, páru.co que puede traducirse por la apatía, la ob esidad, la " estupi·
cia, en un primer período, a reintroducir mediante juegos progresivos en dez masiva" de un niño que, de hecho, no quiere saber nada de nada.
el dominio abstracto, ese soporte esencial faltante, que no tiene nada Pedro, trece anos, C 1 70, encefalitis a Jos cinco anos, ha presentado
que ver con una carencia en el nivel de la Realidad o de la comprensión. en el curso de su enfermedad una especie de episodio ansioso: se sentía
Más allá de las manzanas, de los celadores, hay algo que no puede ser a- habitado por un diablo que le daba vueltas en la cabeza; en otros mo·
similado por el débil mental; los ejercicios en el terreno concreto son in· mentos, tenía la impresión de ver sobre el balcón a un hombre que ame-
suficientes. Desde el comienzo debe int'roducirse un trabajo que lleve a nazaba matarlo.
una confrontación del sentido, a partir del sentido más elemental de .las A. continuación sobrevinieron dificultades en el terreno del habla.
cosas. Es inútil abordar los rudimentos del cálculo, agrega Francine Jau- Caricia significaba asno gentil. Malvado significaba perro peligroso. Se
lin , si el sujeto no puede ubicarse con relación a su c uerpo, con relación produjo una verdadera detención en la posibilidad de comunicación, co-
al espejo, al espacio, a la familia, a su lugar en ella. Por lo tanto, es pre· mo si la cadena verbal se hubiera interrumpido por palabras cuyo rol
ciso introducir de entrada un diálogo, como si uno se hallara comenzan. esencial era remitir a otros objetos tranquilizantes o aterrorizadores, es
do con un niño de dieciocho meses. decir, susceptibles o no de ser incorporados.
"¿De qué sirve -me decía, por ejemplo, Isabel- ser la segunda entre Instalada la inlubición, el nil'lo se cerró cada vez más a los problemas
c~co o la séptima entre cinco?" ¿De qué sirve, en efecto, en la medida intelectuales, hasta el día en que el médico dio su opinión, que él hiro
en que el sujeto no ha asimilado en sí mismo una situación triangular suya de inmediato: "débil mental''.
que le pennita dar un sentido a cuanto sobrepasa una relación primitiva ¿Qué me aportó de esencial la primera entrevista que tuve con el pa-
con la madre? dre?
Además, la inquietud del medio, en lo que atañe a las lagunas intelec· La edad real del niño no era la de su estado civil. En efecto, lama·
tuales o motrices del niflo , lo ftja como objeto parcial, dándole en su dre, para hacerle "olvidar" su retraso, Jo había declarado después de su
fantasma un valor privilegiado. "Mi inteligencia está blqqueada - me di- enfermedad con un retraso oficial de dos af\os; de ahí, me dijo el padre,
ce Pedro- . El doctor X. ha dicho que soy un débil mental por la fiebre surgió todo un embrollo familiar, "pero por lo que hace al nifto, siem-
que he tenido a los cinco años; así que tengo lagunas de memoria, lagu- pre la he dejado hacer a nú mujer; ella podía, mejor que yo, dane cuen-
nas para el pasado y para el cálculo." Este niño, en realidad muy dotado ta de lo que requería su enfermedad".
pero tratado como débil mental después de una encefalitis, no se ha re-
cuperado jamás de no haber pasado por la Ley del Padre .. Se ha hundido En el curso del análisis, la revelación al sujeto, a través del padre , del
en una especie de autismo donde la preocupación prihcipal era no sufrir. engal'lo de la madre, provocó una crisis grave, equivalente a un verdade-
"Me haré monje -me dijo el propio niño- para no tener problemas." ro rechazo del sufrimiento de la castración. "No quiero continuar más,
Debido a que el significante paterno no se ha encontrado con el in· sufro mucho, quiero ser monje."
consciente materno, el sujeto se halla desprovisto del sentido de su pro- Fue el padre quien intervino para que el análisis prosiguiera, causan-
pia vida y en peligro de no sentirse dueno de sus pulsiones. do así en la madre del niflo un desarrollo idéntico, debido a la interven-
ción de la ley.
A raíz de esta crisis descubrí Ja existencia de una hermana mayor es-
quizofrénica y de otra caracterial. Todo el análisis del niño se desarrolló
B. SECUELAS DE ENCEFALITIS, TRAUMATISMOS... desde entonces a través del miedo de traicionar un secreto; es decir, el
núed o de desagradar a la madre revelando palabras dichas "terribles o
La encefalitis puede llegar a crear reacciones persecutorias tan pro- feroces", pronunciadas en ausencia del padre y referentes a la abuela
fundas que el carácter del sujeto se ve inmediatamente alterado. La in- materna. Estas palabras habían sido sentidas en realidad por el niño co-
tervención precoz de la psicoterapia (un mes después de la enfermedad) mo un peligro de muerte dirigido contra él, "porque mamá, entonces,
. previene trastornos graves que, al fijarse, podrían concluir en conductas parecía la más poderosa de todos" .
perversas. El nivel intelectual de algunos de esos niños no es siempre tan No es superfluo agregar que, a partir de la intervención paterna, pu-
irrecuperable como se supone. Un psicoanálisis pone a menudo de mani- dieron ser adquiridos los signos matemáticos + y - , y se entrevió una
fiesto, al comienzo, sentimientos persecutorios (debidos a la agresión de esperanza de escolarización .
la enfermedad, asimilada con frecuencia a una imagen parental), y si el
ataque ha sido precoz, veremos que la ausencia de significante paterno También a partir de una acción paterna la escolaridad de Nicolás fue
va a crear en esos sujetos un verdadero pánico con relación a sus pulsio- detenida y quedó defutitivamente comprometida en mate~cas, don. .
'\"......···,/· L"..,
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40 41
l,1,.,:---.
f'RiRi1ñ1~-·
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de cualquier problema hundía al sujeto en un estado de pánico vecino al La torpeza de Nicolás, su amabilidad, no eran _sino el re~~rso de ideas
estupor fóbico.
El nifto había sido separado de los suyos a la edad de siete anos: en
d
e
en
::e
erte de sentimientos de odio y de rebeld1a. La debilidad mental,
c~ había resuelto todo; y )os trastornos de la palabra, que al· .
t ' d limin ' ar no eran otra cosa que la entrada a la senda
un acceso de violencia, el padre acababa de aaesinar a su mujer y su sue· gunos tra aron e e • · ¡ ¡
gra. Fue tambi6n el padre quien, en un momento de irritación, había que conduce 8 la noche, a esa especie de olvido que.bmi:da ª. ocura.
partido con un hacha un dedo de su hijo cuando éste tenía cuatro anos. Este caso ejemplar ilustra hasta qué punto la mteligencia no es un
· · as1' como •·-poco
factor puramente cuantitativo, """ equivale
_ a una adap-
La irrupción en la realidad de una imagen paterna castradora debía
cerrar al nilio el acceso a la castración simbólica fij4ndolo a un cuerpo taciÓn. Está ahí para servir a fines que co~i;nos el p~ligro de no ca~tar.
fantasma parcelado. Toda exigencia social había entonces de conducir En este caso, la falta de inteligencia perrrut1a el olvido y la ausencia de
al objeto parcial con el que Nicolás estaba identificado en la época del rebeldía.
drama y despertar en él la angustia que expresaba su fantasía.
Todo sucedería a continuación como si cada prueba pusiera en juego
su cuerpo. Para protegerse , Nicolás se haría obsesivo, "amable pasiw"
y de 'una torpeza no justificada en absoluto por un C I relativamente al· C. NIÑOS DE ESTRUCTURA PSICOTICA
to: 87.
Sólo después de siete allos de rceducaciOnes varias se aceptó un psi· La insuficíencia intelectual sirve a veces para otros fmes. P~obil':~es
coan'1iais, en condiciones dífíciles, porque el sujeto había tenido tiem· de abordar ena cuestión, veamos cómo se pre~ntan aparentes e. . a-
po de estructurar defenas contra toda reeducación que le hiciera correr des en casos que no son otra cosa que estructuras psicóticas, no recono-
el riesgo de volverse inteligente. cidas como tales en una primera consulta. .
En efecto, era necesario que Nicolú guardara para sí 10lo, a cual- EdullJ'do tiene siete al\os cuando su primer examen. Inclasificable en
quier precio, el secreto (el crimen del padre). sin que, sir¡ embugo, tu· los tests, corre el riesgo _de una in.ternaciónvill
'. 1 adre "Usted com·
viera que reconocerlo. No obstante, a la muerte de su mallre el nillo ha· Esta solución parec1a converui: a mara as a a m · . .
bía dicho estas palabras•: "Debo morir para reencontrarla ... ¡ah, cuan- prende, sellora, que lo que se hilCC por un hombre no se hace por un ru-
do yo sea grande le pedi!6 un fusil y veremos!"
'Estas serían sus últimas palabras agresivas (el drama de sus padres iba llo'ia madre es univenltarla; el padre, sin empleo , es el "bebé" de la
a serle ocultado) y el nifto iría a hundirse en "ausencias" cada vez más madre y hace frecuente s estadas en casas de salud. .
frecuentes, que lo aislarían del ambiente. EdUAido nació despUt!s de varios abortos naturales; llegó como U1,1 ~­
Habrían de inStalarse trastornos de la palabra y una inlu"bición escolar t desalojando al padre de su papel de hijo 6nico. Desde el pnnc1·
enorme lo volvería rebelde a todas las reeducaciones. Esta inhibición era pr::°r~e considerado por este padre corno un rival (zancadil:1asddeiide q'i:-
del tipo de "rechazo de reconocimiento de lo adquirido la víspera" . ) tad 1 ego sádicamente en pre11lncia e una m
Así, pues, estancamiento en un presente que, sobre todo , no debía te- :1~!a~~a1:ts ~~do seas grande, verdad?" De este modo el
ner relación con un p~do ni con un porvenir. Nicolás había olvidado padre hostigaba al nifto para sacarlo de su presen~. ara los
el pasado. En cuanto al porvenir, rehúsaba vislumbrarlo. Eduardo se transformó en un uocial, ~estruchvo, peligro90 P
Se trataba, oon toda evidencia, de un caso de falsa debilidad mental, demás, sin que jamás su familia se conmoV1era. alerta·
aunque el valor que se había concedido a la insuficiencia intelectual ha- Fue necesario que llegara a la edad escolar para que ~a m~st;bilidad
bía conducido al nil'ío a cultivar ese síntoma (al que manifiestamente ra al médico esoolar y se hiciera un primer d~óst1co .e ~
adhería toda la familia de adopción, ya que se trataba de un desplaza- mental profunda, oon la mención de que "no tiene la apariencia de un
miento de la verdadera naturaleza de la enfermedad de Nicolás, en rela- ol.igofrénico", sin embargo.
ción con la ;...1portancia del drama).
Nicolás se había, pues, encerrado en un círculo, al abrigo de la angus- Comenz.ó entonces la aventura psicoanalítica.
Muy ptonto , Eduardo nos declaró que había perdido la cabeza~ 1a
tia; el síntoma ~ra el significante de algo que el sujeto no quería hacer a- .. Sm•ieron meses de conductas agresivas de autodestrucción,
parecer en su conciencia. j'or lo demás, la familia de adopción se esme- memona. -o- d, vozhurna
equivalentes al suicidio, antes de que el nillo, un 1a, con una . . -
raba en no darle la clave que le permitiera develar el secreto_. me dijese llorando: "No hay un jefe en.Ja casa. Papá se ha1do,está·
1 Relatadas por un amigo de la familia , en cuya cua el nlllo había encontrado ~:Iermo; no es cómodo tener una mamií que ha elegido un papá como
nfugio en el momento del drama. éste."

42 43
Estas palabras fueron pronWJ.ciadas por el nif!o sobre el diván de aná· · pa a veces de su relato, para decir: "Mire , una m osca; mire un obrero so·
lisis ..Pre<:ediendo este giro, hubo actitudes regresivas, cuasi fetales, de bre el techo", para retomar enseguida, con un aire tan desesperantemen·
WJ. niflo replegado sobre sí mismo, que decía con rabia: "Yo no he naci- te estúpido, la continuación de su lústoria que no es tal. Pues las solas
do." palabras verdaderas están en aquello que le es ajeno: el obrero sobre ~l
De paso, es curioso notar que este nacimiento con la dirección sim- techo y la mosca Je interesan . Sólo que como esos detalles no se cons1·
bólica implicada, se produjo en el clima del rigor ~alítico . "Sufro tanto deran de interés para el analista, el sujeto, objeto del deseo del Otro,
-me decía el nil'lo- que voy a perder.el corazón de mi corazón." vuelve a su disco de tono impersonal, ya que no se t rata de él. La tram-
. ...Iain_!>iéll-l!~YÍ.~-~~~~da_d _era F~~~l!l_ino una máscara que ocultaba pa en- que cae el analista es que, a pesar suyo, se ha hecho una idea de la
c1ei:ta conf!JS!ó_n entre lo rea[ y lo simbólico eñ un· ser a quieñ se-te1ik · debilidad y toma por buena moneda lo que no es más q ue un tipo de re-
bía impedido el acceso a lo irnagina¡:Jo. .. · ·_ lación del nifto con la madre. Pero Jo que satisface a la madre está lejos
El r~clamo ~e Eduardo jamás había sido simbolizado por el Otro. de satisfacer al analista: de ahí el malentendido actual en tomo de las
F:intas~a ,Y realidad estab~ ~asta tal punto confundidas que padres y curaciones de los niflos débiles mentales. El analista se aburre con ellos
niflos viv1an una fiesta sacrific1al perpetua, pero en ausencia de Dios. en gran forma; se domina para guardar las apariencias y resuelve la cues-
Eduardo se había estructurado a sí mismo como un "gorila" recha- tión terminando en la incurabilidad del caso. No quiero significar con
zando toda otra dimensión que la satisfacción inmediata de sus'pulsio· esto que todos los débiles sean curables. Pero, en el centro de la propia
nes. El débil aparentemente - en realidad psicótico- se presenta, ya sea noción de debilidad, hay un problema importante que merece atención.
con grandes trastornos caracteriales, como Eduardo, sea con una especie La debilidad mental, cualquiera sea el origen que se le atribuya, es
de apatía rebelde a todos los estímulos. concebida en general c0mo un déficit de la capacidad del sujeto. Los
El débil mental " difícil" tiene más posfüilidades de ser orientado en tests son considerados como medida de la capacidad restante y no como
psicoanálisis que el débil mental tranquilo, amorfo, cuya estructura s ub- indicaciones de un síntoma. Esto influye en el pronóstico en el sentido
yacente es a menudo de difícil definición. A veces, la familia se ha a· de una incurabilidad fundamental; el analista no espera, desde el princi·
. pro piado de u'.1 diagnóstico desde tiempo atrás y no tfuiere en absoluto pio, más que una mejoría más o menos marcada como resultad~ ~el ~ra­
que se lo cuest10ne. Ella acude tan sólo a pedir una orientación una ree- tamiento. La curación está orientada en el sentido de una utilización
ducación y no siempre es cómodo para el médico diferir el pedklo. práctica de la capacidad restante. El éxito de la cura se va a definir en
También se presenta el caso en que la "debilidad mental verdadera" términos de readaptación.
aparece como un " accidente" en una familia numerosa y parece ser tan Si, en el plano pedagógico y práctico, reeducación y readapt~ción
clara de por sí que ni se intenta ponerla en duda. son factores no desdeí'\ables en la cura de los débiles, no es menos cierto
~ón~a. diez aflos, ~ J 5 6, ha seguido cuatro aí'los de clases prepara- que, como analistas, debemos cuestionamos nosotros mismos, si quere·
tonas Sin haber aprendido a leer. ¿Qué me dice esta nifia luego de una mos llegar a poner al día, en el plano teórico, el psicoanálisis de los dé·
breve. entrevista que mantengo con ella? "¡Oh, sí, sí, aho;a usted! 1·Us- biles, así como tratamos en la actualidad de consolidar nuestras bases de
ted bien sabe que no puedq!" acceso a las curas de los psicóticos.
Esta nilla ha encontrado su ubicación en una familia numerosa en El psicoanálisis de los débiles mentales es una experiencia muy partí·
ta~to que débil mental y ni ella ni su madre desean que se la saque de cular, que no tiene nada de común con el psicoanálisis de los neuróti·
. ah1. cos. Se relaciona con el análisis de los psicóticos por la fonna en que la
~l análisis de este tipo de niflos, no caracteriales, no francamente psi- familia del sujeto entra en juego en forma masiva en ocasión del trata-
cóticos o perversos, se parece en cierta medida a las curaciones en las miento.
enfermedades pslcosomáticas, con la diferencia, en cuanto al sujeto, que Y, en efecto, es porque la familia detenta el poder de frenar en el s~­
en lugar de a~ ortar su malestar de estómago, traen como regalo su tor- jeto todo desarrollo que el analista debe cuidar tanto no tomar la posi-
peza. Su discurso es el relato detallado , sin color afectivo alguno, de los ción de esta familia como parte de la concepción que él puede tener de
pequeí'los hechos de la semana: "Esta mallana fui a hacer compras; aho- la noción de debilidad.
ra voy a almorzar con mamá en el centro; tuve un diez en lectura. Mi La debilidad mental concebida como déficit de la capacidad aí$/a al
hennanito carnina." sujeto en su defecto. Al buscar para la debilidad una causa definida, se
· Tendreis este relato sesión tras sesión, con algunas pequellas varian- niega que pueda tener un $efltido, es decir, una historia, o que pueda CO·
tes: el hermanito habría sonreído o llorado, en vez de caminar. rresponder a una situación.
~ tWco. irn~revüto (confirmatorio, a los ojos de algunos analistas, Lo que más me ha sorprendido en las anamnesis de los débiles meo~·
del dmgnóstico irrefutable de debilidad) es la forma en que el nifto esca- tales, es hasta qué punto podían aparecer "vacías": sólo algunas entre-

44 45
'
....,~I
vistas prolo~gadas. nos pemútían conocer la existencia ·de un familiar
CAPITULO Ill
. ~ayor esquizofréruco, de un acontecimiento traumático o de una hist
na familiar grave de d ¡ d . . O·
. uno e os pa res, histona a la que el niño débil LA CONTRATRANSFERENCIA
mental da, por su nusmo estado un sentido
. Si..el psi~an~ista está en ge~eral de acu~rdo sobre el carácter defen-
s:v_o neurótJco de la estupidez, piensa, no obstante que un sicoaná
~SJS_, q';: po~e en juego la palabra, sólo puede destin.;se a sere!'dotado;
~ ~te ~encra ,?ormal. Como caso límite, acepta de buen grado un dé-
bil 'intelig~nte , pero, para el débil verdadero, ¡nada que hacer!
Ahora bien, detrás de la máscara de la debilidad mental sed' · la
vec~s una evolución psicótica o perversa. En otros casos se tra~~u 3
eqwvalente psicosomático al que tiende el enfermo Pero.lo a e un
gafia -~s 1a m
· fl · · · que nos en-
uenc1a de una familia que trata de mantener el Ju 1
ha asignado al runo. . gar que e
Por ~so el. estudio del débil mental, como .el del psicótico, no se limi-
ta al su1eto, sino que comienza por la familia.
E~ fracaso de las terapias en los débiles nos enseña por lo menos tan
to, sino más, que los éxitos. -
Pe~ el analista n~ puede estudiar esos fracasos sino cuestionándose No se puede abordar el psicoanálisis de los débiles mentales sin men-
también él ante ese tipo tan especial de enfermos p · 1
· d 1 • orque es por e des- cil:mar el lugar que en él ocupan los sentimientos contratransferenciales
v10 e a. contratransferencia que se abre el camino que co. nduce a la
comprensión de los débiles mentales. ,> del analista. Este es puesto a prueba desde el primer momento. Una
puesta a prueba siempre "imprevista", que no recuerda en absoluto la
situación analítica tal como se prc:aenta en el neurótico.
En los casos de los nilfos oligofrénicos que hemos estudiado en el pri-
mer capítulo, el analista está muchísimo más cómodo en el hospital que
en su consultorio particular. Lo que Je molesta, en efecto, es hacer pagar
el tratamiento a una familia sin ninguna certeza de mejoría. Al princi-
pio, se defienda o no, será identificado, en el pensamiento de los padres,
con esos "mercaderes del dolor" que van a consultar aunque sabiéndose
por adelantado explotados. El psicoanalista después del curandero, ¿por
qué no? Pero no se cree en él.
O más bien la madre quiere creer y el padre deja hacer, por cansancio
o culpabilidad.
La artalista mujer va a ser de inmediato atrapada en la red materna.
Pero la madre no confía a su niño, en el extremo límite, más que pua
probarse y probaros que nadie sino ella es capaz de afrontar la situa-
ción.
El llamado indispensable al padre se salda a menudo con un balance
de carácter negativo. El padre os acusa de entrada de ser, en alguna for.
ma,_"el aprovechador de la desgracia ajena" ; ahí está su hijo, como una
cruz que él carga; no comenta para nada su desesperación con su mujer,
para no acorraJarla al extremo. O bien, si en lugar de ser agresivo, el pa-
dre se muestra amorfo, la situación no es por eso mucho mejor; atrin-
cherado detrás de su mujer, os dice más o menos así: "Arréglense uste·
des dos; éste no es asunto mío" . Se trate de un, padre terrible o huidizo,

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47
/

la si~uación sei:r. p~es, siempre muy especial al principio: "Esto se arre- J} Si se trata de que el niño pemzanezca como débil:mental, su esta·
glara entre mujeres . Y la madre va a despertar en la analista a la Todo- do encubre un riesgo de d epresión grave de la madre, qwén, desde el CO·
pod~rosa Maternal que esta última ya encontró en su propia primera in· mienzo va a intervenir para "detener" el tratamiento, tomando en ge-
fanc1a. neral ~mo pretexto los progresos realizados por el nillo.
El trabajo del ai;alista con el nillo es, o bien negado (Ja madre cree El analista puede , por cierto, apelar al padre, pero en la ".'ªY~r pa~e
que su sola presenc13 puede sacar al nillo de la situación), o bien elogia· de tos casos la madre es la ley y Ja apelación al padre resulta mútil. Exis-
do con exceso, calificando de milagrosos sus efectos y ahí está Ja tram. te el error de querer, desde él comienzo, deshacerse de una madre tan
pa: la madre os invita a entrar como ella en la zona de omnipotencia (e- frágil, enviándola a lo de otro analista, para hacer en fomia autóno~a.
lla tiene necesidad de creer en eso, para "aguantar el golpe"). Olfatean- " por su cuenta y riesgo" . Esto no es pos.füle, por~ue para e~~ es el niño
do el peligro, el analista, para no hacerse sostén de los fantasmas mater- "su cuenta y riesgo". Lo que requiere es el analista de su hij~, parad~·
nos, corre el riesgo de denunciarlos, a fin de defenderse. De golpe detJe. primirlo en lugar de ella. El secreto del éxito de esos tratarruentos rest·
ne el tratamiento. Al decir a los padres, después de tres meses de cura: de, en realidad, en esta relación 4e grupo, donde cada uno , en tanto que
"Cre_o ~aber .~legado ~ un límit~ y no sé si se puede esperar una mejoría individuo, es impulsado a plantear su problema. Soportando de entrada
pros¡gu1en~o • el analista se satisface mostrándose sincero, mientras que la depresión de la madre, con el riesgo de su suicidio, a veces, ~s co~o el
n_o hac~ sino defenderse de los fantasmas agresivos de los padres, que analista tal vez llegue después a conducir un análisis con un nillo SUJeto,
llene miedo de aceptar. en lugar de un niño objeto fóbico de la madre. .
Ese fantasma de la pareja parental está también presente en el curso No es raro ver entonces al padre entrar en escena, para que¡arse a su
del tratamiento, entre el analista y el niilo . SI, al comienzo, el analista vez; pero, cosa curiosa, esta queja llega en momentos en que todo mar·
entra en un~_relación emocion~ de madre adoptiva, se deja besar, abra- cha ya mucho mejor y cuando el padre sabe que sus reproches no com-
zar por el_runo bab_oso (es decir, en estado de pánico}, puede, cuando portarán riesgo alguno. Detrás del nillo débil se transparenta así, a v~­
esas reacciones fób1cas cedan, dejarse ganar por la impar,iencia ante el ces, un perfil de pareja sadomasoquista, congelado en su doble neuroSJS
rechazo del niño de vivir los afectos en otra forma que dé un modo ins- por el estado estático, inmovilizado, del niño.
tintivo puro. Al impedir la rotura de objetos, se está expuesto en con- La disposición de esos niflos consiste, en general~ en_"_haci:r hablar"~
trapartida, a alaridos destinados no sólo a afectarlos, sino también a a· los padres en su Jugar. Los padres son quie_nes, al pnnc1p10, tienen la rru-
lertar a la madre que aguarda y oye. La tonalidad aguda del sonido es sión de expresar la relación transferencial; es unportante tenerlo en
un desafío a los tipos de protección antiacústica más perfeccionados. Al cuenta y recibir los mensajes de donde provienen.
fuial de la sesión se encuentra una madre que se compadece de vuestros
males. Y si, a la sesión siguiente, el niño no aúlla más, la propia madre ia
2) Si, al contrario, debilidad mental del niffo no es soportada por
asombrada, hará esta observación: "¿Qu~ es lo que no marcha? Hoy nd los padres, éstos asignarán, de entrada, al analist~ un rol de reeducador.
lo he oído. Pienso que está fatigado." Se topa entonces con un tipo de madre sabihonda, a q uien, una vez
Lo que, en los casos graves, puede aliviar a una madre es la idea de más, es precisO tener en cuenta. Si se pone en evidencia el_sentido de la
que su nillo os pennite saber tanto como a ella. Si el niño falta a esta re- relación materna, se corre el riesgo de provocar la detención del trata-
gla, la entrevista con la madre será aun más útil, porque tendrá todavía miento, dado que se crea en la madre una angustia insoportable. .
más reflexiones negativas para haceros. Si con un nillo normalmente dotado, puede uno permitirse pedir a·Ja
~ interrupción de la terapia, a menudo por intervención del padre, madi:, que se ocupe de sus propios asuntos más bien que de los del hijo,
denva la mayor parte del tiempo de la contra transferencia del analista· no es posible semejante conducta pedagógica normativa con la madre de
éste tiene bastante ya, no se atreve a decirlo y tennina por declarar a ¡0~ un débil mental, ya que se tropieza con el mundo fantasmático mater-
padres que no tiene ya gran esperanza. Ellos tenían ya conciencia de es· no. "Antes de que los médicos me lo dijeran, yo sabia ya que sería a·
ta re_alldad, pero se ~esistían a reconocerla. Si el analista está dispuesto a normal".
continuar el tratamiento, la expresión de una duda resulta inoportuna; A esta madre es preciso hacerla hablar de ella, de su sufrimiento, SO·
en el estado actual de nuestros conocimientos, no podemos permitirnos portar su angustia, para que el niño esté menos impregnado. Para ese ti·
afirmar demasiado pronto que toda esperanza es vana. po de madres, se es " el analista milagroso", con todo lo que ello com-
porta de ambivalencia. . .
En los casos de debilidad mental simple, la relación del analista con El análisis de estos niños es largo, porque se resisten a reproducu du·
los padres dependerá del rol q ue éstos han as;onado al nifio en tanto rante la sesión su tipo de relación con la madre: son "objetos buenos"
débil. 'O • cuya sola forma de existencia consiste en llenar la existencia del Otro.

48 49
"Has trabajado bien con la setlora"; tal será siempre al fm de Ja se-
2) M~chos análisis de débiles rnen t a les -1 volveré
sión, la frase de la madre ansiosa, quien tiene siempre el arte de hacer el
nalistasobre esto largamen-
se conforma con la
tipo exacto de obseJVaciones que no debe hacer. Sin embargo, de nada . /u os En estos casos, e a análi ·
sirve Violentar las cosas, en momentos en que madre y niño no forman te- quedan mconc s. . sd 1 punto de vista técnico, estos sis
sola readaptación social. De e e d . lo que ha sido modificado
aun más que un solo cuerpo. Al oponerse a la madre, se crea en el nil'io . · · uiera han comenza o , .. El
una angustia que hace imposible la continuación del tratamiento. Lo con frecuencl8 ni siq . el ti de relaciones intrafamiliares.
único por hacer es analizar con el niño y la madre ese tipo de observa. por la presencia del analista es to d~sta del análisis, queda por hacer.
ción, a fm de comprender lo que significa para el uno y la otra. verdadero trabajo, desde el punid través de las ideas de muerte; tan
Para el débil mental de estructura psicótica, hallamos madres que re- Ese t rabajo deb~ ser proscg~eº:r accesible a los símbolos más que
cuerdan a las de los esquizofrénicos que hemos aprendido por otra par. cierto es que el laSUJeto
comprendiendo ~o pu
relación eXtºsten te entre el sentido de su deseo y el
te a conocer; por lo tanto, estamos cor¡ menos pelJ.gro de rechazarlas,
porque sabemos mejor a qué corresponde su presencia en Ja propia con. homicidio . dif'cil hablar es porque personifica de alguna
· ducción del tratamiento. . Si al débil mental , ducta y en su discvrso. El es es-
¡ le es 1
s
manera la mu~r:ie, ª.neg ' llama a su madre y eterniza su de~o . . u
ación en su con
AJ ocuparme del análisis de los nillos débiles, me he hallado de entra·
da incorporada al mwido de los padres; ta¡i cierto es, que el camino que ta negación VlV!ente . como tal id . a pii.rtir de esta experiencia.
existencia no puede ~om~ u~ se~~ ~ ~1::i~bra. Es decir, en general, ha.
conduce al sentido de la debilidad mental pasa primero por el sendero
de los padres. Es aclarando, en el nivel de los padres, la situación del nilio Falta todavía poder mtro u~
0 1 ara no desear nada, al cabo de
en los fantasmas de ellos, como se llega a obtener cierta liberación que llar un analista bastante paciente fº~~: más muerto que él mismo, de
permitirá despu6s, continuar el análisis. los años y volverse • por fin , para e ~J , . l
forma que la angustia pueda por llltJJDo s~~- "va de sC', es mucho más
Y en relación con esto, ¿podemos en realidad hablar aquí de análi- Si en el análisis de los adul_t~s ;:t~i~~s pues el niño tiene siempre la
sis? ¿No se trata, más bien , de una serie de pruebas pop las que noso- difícil de mantener en un análi:res en su iugar. Con frecuencia es nece·
tros, en nuestro papel de analistas, debemos pasar? opción de hacer habla~ a los¡ 1 niño en el de los padres, para poder ha·
1) De entrada, experiencia de no satisfacción integral, en la mayoría sario buscar el inconsciente e h ible la curación del nifio. Esto
de los casos de débiles mentales no psicóticos o perversos: el analista se cer con d ios cierto trabaj~ que_ laga:~fin sea concebible que la Ver.
aburre en compaft{a de un paciente estl1pido, de buena voluntad, para conduce a crear una s1tuac~n en a q a asumida por el sujeto. Esta Ver-
quien lo real y lo simbólico están a tal punto confundidos que el humor dad oculta detnls de los sin tomas~ eces ata los cabos de "secre·
le es raramente accesible. dad tan difícil de alcanzar en los p res, a :Uedo de sentirse en peligro
De hecho, esta "realidad" tan envolvente que se vuelve de una me- tos': que el niño no q4iere traic~011~, i¡;¡~
es en tales casos, el testimo· .
diocridad repugnante, es el caparazón que sirve al sujeto para no asirse de perdición. Dicho d~ otro mi o . o~led: la par°eja . Ni bien se lp toca, se
nio Vivo de una mentira en e ruv
de su impotencia, ya que al sentirse impotente se vuelve fóbico , en for. desmorona el edificio ·
ma automática. J,,o que, de hecho, complica el trabajo, es la colusión
madre-nillo en el interior de ese caparazón. Al incjdir en la impotencia
del niflo , se incide en la carencia de ser de la madre, provocando así, a
menudo, reacciones en el nivel de la realidad, carente de mediador sim- a veces en la madre satisfacciones, tal.••
que 1; . ';';,.como
olución si
deell nmo corre eluna
nillo dejara peligro
par.
b.ólico. Si el niJlo llega, en el análisis, a cierto pasaje fóbico verba- de ser sentida por ella como una perd1datde ~ :ue'sarge la esperanza de una mejo-
lizado, está salvado, porque se va a introducir un nuevo orden: en lugar te del cuerpo materno. En ems!:r.~s<;,.":,"d~lduelo patológico. Tal otra_rpaddereqb::C~
d!~~~:'este
¡ del nillo no son raros recibe la confümacmn
de hallarse dentro de la madre, el nilio partirá fuera de ella en busca de :; instituto' para débiles mentales. el caso, sólo la intervención del
una solución y hará entonces, en general, lo necesario para introducir al niño se ha re cuperado en el plano intel
padre pudo poner al nillo al abrigo de un re rn
~ o al estado de enfermedad que, de
padre en el diálogo analítico . Pero, en este momento, la madre se halla.
rá aislada hasta tal punto que a menudo quedará como guardiana para hecho, convenía a la_madre. ción primitiva d onde el Otro está au·
siempre de una fortaleza, que no es otra cosa que un compromiso fami. 2 El sujeto tiene que sobrc:aa_s;;du;: i~~dficación
a través del uso r~co~t~­
sente para acceder a una ~osa t
~~!~!sao
liar en el seno de .la neurosis matema. i él de pasar del estado de obJC_to e
do d¡ su función ima&i;rtat1Va. Se Y sucede que el pacien te elige "ha-
sujeto; pero de.,,nir SU.Je:~º ~om~ ,. al analista, por la inercia que opon~~n lo·
i Neurosis de unamaclr~ que acepta mal una verdadexa situación de tres, donde ce"e el muerto" o tamb1Cn 'pct _icar mental en esos casos, rasgos psicot1cos o
el padre desempella el papel de guardián de la ley. La sltuacián "de dos" provoca los asp~ctos.
os neurosis
duna +Recubr~
oQseslVa grave. ~~:~~ad;egunta q~e el analista es llevado a plantear·
se...
50
51
li t y es, tal vez, ante esta posibilidad de reacción en cadena que el ana
8 8 se protege, declarando curado a un niñ d d . - CAPITULO IV

!:~~~~:~a~~Ji:~~ :~sd:a~~~ del yo, da~~ q::uº;;~:~ ~~:~~ t~~ lARELACION FANTASMATICA DEL
NIÑO CON SU MADRE

Hemos visto hasta qué punto el nií'lo retardado y su madre forman,


en ciertos momentos, un solo cuerpo, confundiéndose el deseo de uno
con el del otro', al punto que ambos parecen vivir una sola y misma
historia. Esta historia tiene por soporte, en el plano fantasmático, un
cuerpo que se diría afectado por jdénticas heridas, que han revestido
una seflal significante. Lo que en la madre no ha podido ser resuelto en
el nivel de la prueba de castración, será vivido en forma de eco por el ni·
í'lo, que en sus síntomas no hará más que hacer "hablar" a la angustia
materna.
Maruja tiene ocho aí'los cuando acuden a consultar con respecto a e-
lla. El psiquiatra nota una debilidad mental importante (C 1 54); se a-
dopta un tratamiento de glutamina y una orientación en una escuela di-
ferencial.
La runa se hace expulsar de la escuela cliferencial. Se encara a conti·

1
El psicoanálisis freudiano se cazacteriza por la importancia dada al deseo en
la constitución del sujeto y del objeto.
Jacques Lacan destaca que el de!llo se diferencia de la necesidad y de la de-
manda•
. El deseo aparece como un vacío, como una carencia del ser,que subsiste como
carencia aunque sean satisfechas la necesidad y la demanda. La satisfacción de la
necesidad se presenta entonces como un cebo. La madre, cebada con la perspecti-
va de la necesidad y de la demanda, cxee escapa¡ a los problemas del deseo abru-
mando al niño "con la bazofia oculta y asfixiante de lo que él tiene", olvidando
'1o que no tiene" y "confundiendo sus preocupaciones con la dádiva de su anior".
(Ltl Prychanalyse, volumen V, Puís, P.U.F.)
La demanda (que es la articulación de la necesidad y que conesponde,,al naci-
.miento mismo del lenguaje) está también en el punto de partida de la relaciÓn del
nillo con la madre y de las vicisitudes de esta relación.

52
53
nuación una reeducación foniátrica . .
en última instancia, se consulta al ~i:a mayor éXJto . Desesperándose, en que, durante el análisis, se le pidió la posición acostada. Lanilla me
De entrada, Maruja plantea su bl . " . hizo una crisis de histeria (crisis que no era la suya): "Me duele la pier-
Al adulto lo Uama Ar elia P~ e!'"a: .¿Quién es Maruja?" na, se me parte. No quiero volverme una mujercita, sino una mujer me·
termómetro e inyeccionc:. . Aq¡elia tiene siempre en los bolsillos un diana; tengo miedo de ser una mujercita, porque eso quiere decir que
Se propone a los padres un psico áli . h soy una nii'lita. No quiero ser una mujer ridícula. Cuando se es mujer
la madre: "Cuando Maruía est"'
. , " aqu1
3!1
no
SIS , rec azado de inmediato por
tengo miedo · si ted
demasiado pronto se es débil. Es una mala costumbre. Hacer el amor ha·
de 1M3ruJa, yo no puedo viVir." ' • us se ocupa ce volverse débil. Es ser mal educado. Es preciso ser una verdadera mu·
Ahora bien , ¿qué es lo que me c ta M . jer."
materna? "La ni.liita h ~en aruJa corno eco a Ja angustia La niila, en un discurso eco de las preocupaciones maternas, nos
ace cosas sucias Se la desvist S 1 muestra su deseo de tener un yo. La imagen materna es experimentada
madre cae enferma." (Esas cosas .· e . e a acaricia. La
magina el análisis). sucias, es la forma en que Ja madre i· como la C0$1l del Padre y nada más.
Más tarde, en eJ curso <le un ·u M . Será preciso hacer con la nilla todo un trabajo , durante el tratamien-
"¿Qué es lo que tú esperas de hjbe~~~c·dªi;:J~.me ~porta lo Siguiente: to, para ubicarla de cara a la fratría, de cara a la madre en un cuerpo
pequei'la no escuc~a a su padre y sangra."' o . ice e padre a su hija . La que le sea propio, con deseos distintos de los de su madre. La autono·
Vemos ya aqu1 que Maruja y su madre n . mía de que Maruja va a hacer uso ejercerá su influencia sobre la madre,
das en el tratamiento . Una se sentirá sie o podrá~Jamás ser disocia- pues ésta interviene en ese momento de la curación para interrumpirla .
ra captar el sentido de los síntomas de lm: concenu~a por la otra. Pa- Es lo que, en efecto, me dice la niña en esa misma sesión:- "Mamá quiere
lodo en los padres. ª a, es preciso buscarlos ante a Maruja tal como es; eqtonces, ¿por q~ cambiarla?"
En la familia de Maruja el ad fi ¿Por qué cambiar, en efecto? ¿No está Maruja ahí, precisamente, pa·
ley. Madre infantil y fóbi~ qupe re hpre ~e~e ser policía; fa madre es la ra representar todo aquello que en los padres no ha podido tomar un
genes ad ultas, que murieron• cada nou a vivido mas que ..·pe¡¡a.,,. d a" a uná-
· sentido ; todo lo que en ellos no ha podido ser simbolizado, por no ha-
años, se casó para reemplazarlas. n na a ~u t.u?1º: Huérfana a los veinte ber estado sometidos a la ley? ¿Todo lo que, en fui, no ha entrado nun-

En ausencia del padre M . d



imagen adulta cuya única funció~ e~a ~ VIVIr Sll1 estar ad~erida a una
13

e preservarla del miedo.


ca en una dialéctica verbal? (amb,os padres han sufrido de una carencia
paterna y han vivido en un meá'io femenino del cual estaba eliminada
contrafóbico. Si se le quha a ª::~. esempei!a. para la madre ese papel
8 :i1
defensas y se encuentra de Ip ~ Y mando, se le sacan todas sus
toda imagen masculina).
Maruja es, a ratos, el entretenimiento de los padres. La niña lo expresa
la historia de Ja madre. . go e en peligro . Al tratar a Maruja se revela con claridad en una sesión en la que hace de la mujer la descripción si-
Un drama ha inoolJ>Orado a M j al , guiente:

ruja creía ser una persona en


realidad de una imagen de
t:
llos la nilla fue atropeUada po aru a circulo materno. A los cinco a-
~ au~omóvil. Es la edad en q ue Ma·
n e w verse grande · La irrupción en Ja
"Una mujer es una hermosa flor cortada; no se rnarclúta nunca. Un
papá Je da de beber. La mujer-flor es el entretenimiento del papá. Ella
no es capaz. El papá ama a esta mujer-flor incapaz.
desencadenamiento sicótioocuerpo atropellado marcó el comienzo del " Los niftos son capaces porque son pequeños. Cuando uno crece, se
no quisieron ver ahí~s que ~:~:~:: du~~J ~siquiatras consultados vuelve incapaz de hacer lo necesario.
Desde ese día, Maruja se hizo ll e a mental). "La mujer capaz tiene como única tarea la de sus niños. Ella aprende
menor no atropellada que ~ar Ca~la (nombre de la hermanita en su lugar. La mujer-flor no se ocupa nunca de sus asuntos. No tiene
Quedó con un cuerpo t' t ' como t ' tenia derecho a crecer). Maruja ocupación .
. , an asma enfermo "Un cuerpo -d ' Ua
Jamas un cuerpo sino peda · ice e - , no es " Los nillos están tristes por tener una madre así. Esto me hace reír,
Este aplastanrlento en zos q~e se entienden o no se entienden". porque me hace pensar en mamá .
impedido a la nitl Ja realidad -:-Y no en un nivel simbólico- ha
b . . a, como consecuencia, afrontar no · "Las mujeres - agrega la niila- son algo feo de mirar. Más vale ser u-
a, es decir, de pasar por la "castración 5. bóli " nnporta q ué_ prue- na 'loca'. Es más agradable. Es bueno ser deseable. Lo único que cuenta
un cuerpo fantaseado, despedazado ~ ~ • és~a ehocana con es divertirse."
peli8ro de. aplastanúento o de violaci~:°ndna de inmediato a Maruja en De_hecho, la madre de Maruja es el deber encamado (aunque impo-
El accidente, traumatizante de r • tente para todo trabajo manual). También es el fastidio , la respetabili·
una historia de violación vivida po Usi, se superpl180 para la madre a dad. Pero las fantasías de esta madre están todas centradas en tomo del
d b . ti . por e a en la edad prepuberal La nill
e 1a su nr los efectos: este drama d 1 d ~ . . · a tema de la violación. Acontece que de pronto se presenta vestida talco-
ª
e ma re 1ue vivido por eUa el día mo una joven del 1900. En ese momento parece salir de un cÜadro, ver-
54
55
dadera pintura viviente, con esta n.il'ia etérea participando de su ensoña.
ción, ambas fuera del tiempo o, más bien, suspendidas en un tiempo . . uede hacer nada por mí; nada :C me
que el se quiere
nodeseo dejar pasar. Maruja simbolizaba entonces, para suma- "Soy una pobre niñita; no se p . ara ser linda." ¿No velS, pa·
dre, perdido. . más que para JUgar, P • ?
puede pedir. No savo reconocida por los mios.
Como eco a las dificultades de la madre, Maruja, en el interior de Ja rece decir, que sólo en es!e paped ~~dad y psicosis se conjugan; ~r t~
situac:ión transferencia!, parece estar siempre en peligro en su relación En un caso de est e genero, e . to interesa recibir el mensa1e de
r---"n en la conducción del tratanuenf; orece la explosión psicótica e-
con el Otro. La niña se defiende de dos modos:
niil
dJAJ ' d El lima que av . . para
J) Puede manejar en un sentido de pánico las fantasías de devoración o y el de los pa res. c . . t d -••o El SUJe!o Juega
. . ció n .al nacmuen omue1""'
xiste aun con anticipa . en el plano f;antas
preciso . ·
maternas,
ta. 2 con aparición de ansiedad. Maruja nos da con esto Ja respues- 1
la madre, desde la concepción, und p_apeserá e: objeto sin deseos propios
d f está ya traza o.
Para esta entrada en Ja angustia durante el curso del tratamiento, no mático; su es mo . hnar la vida materna. • ·
puede decirse q ue se encuentra una palabra; se halla como eco Ja res. cuyo único rol co~si.shrá. en co é del tratamiento, las fant~1as del DI·
puesta de Ja madre a su propia angustia . Tratando de d1stmguJr, a trav s l f . su propia lústona, en lugar
11 al su1·eto a asum .
2) O bien, en un acceso lúpomanfaco, Maruja hace el payaso: enfren- no de las maternas, evo . ad La historia del niño no es en
tada al deseo del Otro, logra no sentirse en peligro de ser suprimida; es de permanecer alienado en la de la mal re. a través de varias generacio-
h' t · 8 que se ese ona
al Otro a quien ella suprime. En este tipo de .sesiones, Ja n.ü'ia trastroca menor grado una IS on . en el nivel de los abuelos.
nes. El nudo del drama ~XJste ya. se me dirá- lo que usted saca a la
¿Pero no es la propia he~e=e -cuyo origen se sitúa, a veces, en la
los papeles, caricaturiza al personaje del terapeuta y se conduce como el
bufón del rey: está ahí para divertir.
luz a través de ese mal unp a ? '
Para Maruja, todo enfrentamiento a la Ley pennanece como algo im-
posible: en tales momentos, busca en la locura un lugar al abrigo. Es.ta tercera generación de antecesores . d tivos patógenos pueden exacta·
locura, sin embargo, ha sido considerada siempre por el psiquiatra como Pues bien; sucede que padres a ~p da relación fantasmática madre-
Ja expresión de su debilidad mental. Se ha pedido todo/los años elec. mente del mismo
niffo) crear m~o ps1co
una relación (e~ dt~=em:n la que uno se convertirá en dé-
troencefalogramas para seguir el progreso de "maduradón". Los elec-
tros son nonnales, pero cierta creencia en una posible organicidad hace bil mental Y el otro en sobre~!!~~· hecha esa relación fantasmáti~a.
que, en fonna paralela a la influencia del análisis, la acción del médico Recordemos desde ya de q ·' d t . un primer estado, vecmo al
E~, ..e para la madre, real o a op iva, iffo es al conu·enw una espe-
venga a objetivar a niña y padres en una enfennedad que no es otra cosa J\.GIL " niB.o"· este n
sueilo en que ella anhela un , ro ia infancia, que se per-
que la expresión de una historia familiar, una historia existente ya antes
del nacimiento de cada wio de los autores del drama. cie de' evocación alucinat oria :
1
alg~ d~~Jzo ~n la huella del recuerdo
He relatado aquí un caso ejemplar para seffalar hasta qué punto el ni- dió. Este niflo de maffana se a a col ue se hallan incluidas todas las
ño es tributario de la salud de los padres; hasta qué punto participa, sin que la madre le crea; un recuerdo! en e a~e del corazón o del cuerpo (su-
saberlo, de las dificultades que ellos mismos no alcanzan a sobrepasar. heridas sufridas, expresadas en un .~nrC:s las diferentes etapas del em·
Hemos visto que el principal escollo con que el débil mental tropieza es cede así que en las madres de ?SJ . i . ' mo un desarrollo del cuer·
rión serán vividas en el plano un~mari)o Ecoste nillo tan ardientemente
b
la imposibilidad de afrontar las pruebas - Jo que los psicoanalistas llama- · 1 · de ellas mismas · ' d
mos "prueba de castración"-. Esta fijación en determinada etapa del po parcial en el m enor d 11 ga es decir cuando la deman a .s e
desarrollo a menudo ha sido ya Vivida por uno de Jos padres en forma deseado, crea ?ara la madre_cu~e~ e uÍ pues, este ser de carne ... pero
no exitosa. A su mancra,elloshan hallado la solución imaginaría a la fal - concreta, la prunera decepc~n. aqen'el nivel inconsciente, era con
stá ahí separado de ella, siendo que,
ta de ser en la cual han caído; para la madre de Maruja, en su fobia, su
histeria, sus miedos de violación y de devoración. ~ayespecie
1
de fusión que ella so~aba.tará reconstruir su sueilo con este
partir de este momento, mtedn va a superponerse una idea
Maruja, atrapada en el mundo materno, vive por interpósita persona nifí 11 A te niffo e carne
la inseguridad de la madre. Las fantasías de la niffa, como las de Ja ma- o separado de e a. es . d . la decepción fundamen tal
dre, son una búsqueda de simbolización. Pero Ja falta de significante pa. fantasmática, que ten drá por. fttnción re uclfen su propia infancia
historia . )·
temo la deja en un mundo desprovisto de sentido, en un mundo donde de la madre (decepción que tiene su adre y niilo una relación engallo.
la falta de ser no llega nunca a ser completada. Desde ya se va a establecer entr~ m ara la madre la significación
sa;ese niño , 'en su materialidad, es Siempre p
2
es decir, una conducta pslcótJca que llega para proteger al suje- de otra cosa. liarse acerca de su hijo.
to conSu
trarespuesta,
Desde el principio la madre va aden~ sde su propia más lejana infan-
todo cue.stionamiento.

Esc deseo, que le llega a Ja rna re ellos se mantiene tanto tiempo


. deseo que le es develado en sus sue
56 eta,
,
_4
57 l<f7 .. '\~
como Je es posible ped· 1
a medie! ªo. Será pu
a que éste reponde a Ja
se evapora. La con .
d es, muy Pedido al propio nift
emanda materna h • o, pero lumen JV- de hablar de esta familia adoptiva, en la que uno de los ni· .
.a la madre en el ~cción del fantasma tomar.( eÍ e,:qu1 que el deseo nos,Juan M., había quedado fijado en un rol de débil y el hermano, su-
conquista del ob·canunto que Ja lleva, en wta espe ~ed vo, para relanzar perdotado, había debido a la curación del otro el ser a su vez tratado.
1e o perdid El . c1e e espe··
especie de soporte d .i.. º· niño se convertirlf . b ~1smo, a la • Cada niño tenía la impresión de ser el único que existía para la madre;
malentendido fi e - 0 esencial para la mad ' sm sa erlo, en una es decir, de acapararla con sus síntomas, al extremo de que toda posibi-
El nil'i d undamental entre madre e hi' re, de donde surge un lidad de curación era vislumbrada con pánico. La curación de Juan M.
o, estinado a colm ~o.
significación q 1 . ar la falta de ser de la marcó , en efecto, una aproximación con el padre adoptivo y una ruptu-
manda de la O:C:de ~Xlstir para ella y no para é;n;,dre, no tiene otra
pues mlfs allá d 1 es srempre' diríamos tellIJin . esponder a la de-
ra con la madre. "Por suerte me queda el pequello", me confió. Pero e-
se pequell.o, superdotado, se sumergió poco a poco en trastornos del
que no tiene co~c~e~u~ ella formula, hay ~Ira coS:r :~ un malentendido, carácter de tal gravedad que hubo que aconsejar una hospitalización.
rresponderá de inm~· y a toda pretensión del nifl~ ~esea, pero de lo Tales madres pueden, por otra parte, mantener asimismo en el niño
fan~tic? del que ti~~·!:;:;adre, Ja desapaJi~nª~!ºe':':'~~; enfermedades imaginarias, es decir, objetivar en el nivel del cuerpo un
defecto que halla su sentido en Ja madre. De tal modo, en otra familia,
¿Qué" qwere exactamente 1 .
su demanda es Ja cubierta d a madre de:su hijo? No lo sab .. se asignó a la hija mayor el papel de eterna enferma: búsqueda de sífi-
y cuando, ante tal ers e su.deseo perdido. e, 18D<>ra que lis a los seis ailos, investigación de desórdenes tiroideos a Jos nueve, za.
niño que sea intelig p pectiva, Ja madre - real 0 d . patos ortopédicos y corsé ad hoc para la columna vertebral. Más tarde ,
En la edid ente!, ¿qué va a suceder? a optiva- pide a su búsqueda de trastornos cardíacos.
m a en que detr;í d
ta, el nilto va a permane'ce s e su pedido, es de otra cosa La niña logró no convertirse en hipocondríaca al precio de una rup-
~~tr':~':% ~re~!so a su ~~~~~~n~ªf::~a; habíéndo~l~ea~:~ tura con la madre. Sus estudios primarios y secundarios sufóeron, de
todos modos, Jos efectos nefastos de Ja fantasía materna: lanilla debía
El niflo no sabe~::e::r ~establecer a través de ~~n;,~:;:aad 1:,
relación mantenerse dentro de determinados límites en Jos estudios (en especial
voto materno . . amado a desempeffar e ormante. con relación a una hermana menor, que se deseaba brillante), por lo que
Sin él saberlo :~enscalg1ente (rol de superdotado : ~;:araildutisfacer el en favor de un cambio de idiopia (dejó el país de su padre por el de su
En e1 C/UlO ' de Ja debiJid
una manera "ra t d ., '
d
, e enfermo)
p a o en el deseo de 1 . madre) olvidó todas las nociones de matemfüca adquiridas y quedó
~:a la i:nadre hasta e/ pu:to ~=nt~, la Inteligencia deficient: :~~~u- siempre insuficiente en esa materia . Por otra parte, había debido cierta

:i~:~~e~~j~:~!ª:~~~q~éll~~~ ~~s:ie:sh~~c:;n~:f~:: ni-


estabilidad en su primer desarrollo a la chance de haber sido educada en
so ; Asia por una nodriza indígena , fuera de todas las proyecciones mater-
sunular¡f la enfermedad materna) persuadida, la enfermedad del hij. ud~- nas, hasta la edad de seis aflos.
Todo deseo de de rtar : o ¡. La hermana menor "brillante" era anoréxica y caracterial. En su pri-
forma sistemática, P:eia m del nillo serlf combatido sobre la mera infancia no conoció un período de estabilidad tan lar¡¡o como
por persuadirse de "que 61 adre, hasta el punto de que aqué;i;arc~, en el de su hermana mayor y no pudo mantenerse en un equilibrio relativo
no puede" 1 no puede". En tod ernunar¡f más que poniéndose en "contra" de todo lo que llegaba de Ja madre . E-
Tal ' a madre se ocupa de 61 y lo . o caso, en tanto "que él
es madres estlln satisti qwere. ra su'medio, desesperado, de obligar a la madre a estructurar deseos fue-
para ellas el 1 . echas cuando otro nift /1 ra de ella. Esta inteligencia se mantuvo "brillante" en tanto fue el refle-
poner contin~ape de niflo superdotado. Sin darse ~- ega a representar jo del mundo fantasrnático de Ja madre, pero se reveló " impotente" en
ción de hernia:ente a l?s dos niños, el uno al otro ;n cuenta, van a o.
en cada uno d teneffil8os; relación que les pe . a crear así la reJa:
ran aun a c e e os, el sustentáculo fant••-átimute mantener intacto
la adolescencia, es decir, en el momento en que la actividad intelectual
no podía tomar un sentido más que en nombre del sujeto. En ese mo-
mento, la nil'la "plantó" los estudios, a la altura del tercer afio, con el a-
!~t::~J:a
su .
rearen cada u d
la mllsica, el ::a
n~ no em ahí más que P
;:as
~• coque necesitan U

1~~t~:e~ artificiales: uno. es;:


. ero este don en el que
'
cuerdo tácito de la madre, indiferente en suma al éxito intelectual, dado
que ese éxito debía establecer la separación de cuerpo entre madre e hi·
impotenc13. ara marcar en el niño sus 1• 't ja.
La noción de test será utiliza mu es y
rec~~::~~mpre ~ nillo su defic~:cr;r la madre en fonna abusiva, para Todo estudio del niño débil mental queda incompleto mientras no
o Ocasión - en un art ~ 1 sea en la madre que se busque de entrada el sentido de la debilidad. El
cu o aparecido en la Psychana/
¡yse, 'YO· estudio del tipo de relación fantasmática madre·nil'lo llevaría tal vez a
58
59
precisar los factores determin .
ca o perversa. antes de la elección psicótica, psicosomáti-
CAPITULO V
Una búsqueda del sentido de 1 ~
debe conducimos por otra a en ennedad del nif!o en Ja madre no EL LUGAR DE LA ANGUSTfA
madre a quien hay que trat!ª~· ta la conclusión simplista de que es Ja EN EL TRATAMIENTO DEL DEDlL MENTAL
anamnesis bien entendida de. drataal, por el contrario, a partir de una
ayu ar nil'io .
t0 •
• en su nombre, su propia histo ª asumir, en el tratamien.
tades relacionales de la madre con":~ en ~ar de hacer suyas las dificul-
do así en su neurosis el sentido faota pro~1a madre, la abuela, realizan.
para su madre, al nacer. En cuanto smáttc~ que ha podido constituir
del tratamiento del nll'lo, necesitará a sab~r si la madre, a continuación
_to en absoluto distinto . también ella ser tratada, es un asun-

La situación analítica desemboca, tarde o temprano, en la angustia.


Esta surge en la relación transferenciaJ; tiene una estrecha relación con
r' la forma en que el sujeto se sitúa con respecto al deseo del Otro.
Como, de hecho, el analista no desea nada, el sujeto se encuentra
confrontado, a través de sus proy.11cciones, con su propio mundo fantas-
mático. Precisamente, es el descubrimiento del fantasma la fuente de
angustia . "Tengo que salvarme, tengo miedo de sus pinchos," me dice
un nillo psicótico , en momentos en que, por otra parte, traduce en plas-
tilina un cuerpo fantasma de violación en el nivel oral: " Una pistolita y
una arafla divirtiéndose con su pistolita."
Lo que caracteriza la situación de angustia es la imposibilidad, para
el sujeto, de utilizar la palabra como mediador. Cuando consigue tradu-
cir en palabras lo que siente, ya no tiene en verdad angustia: ha podido
establecer una comunicación.
Una falsa cuestión es aquella en la que el sujeto se sirve de la palabra
-como sucede a menudo- para expresar lo contrario de aquello de que
se trata. De tal modo, el nil'lo utiliza a sus padres provocando sus quejas
y los propios padres tratan de enmascarar la angustia con sus quejas.
El analista está presente para ser sel'!alado a su turno y constituye
para cada uno el lugar del Otro, de donde puede surgir la angustia.

A. LA ANGUSTIA EN EL TRATAMIENTO

¿Qué pasa en el tratamiento del débil mental llamado sin angustia?


¿Quién habrá de soportar esta angustia y qué papel desempeñará ésta
en la relación transferencia! analista-sujeto-padres?
Lo que caracteriza a ese tipo de pacientes es que no existen sino co-
mo testigos de una angustia q uc provocan.
60
61
En el momento en que Maroja debe partir para hacer deportes de in-
el niño sólo lo que j~aba conve.niente en la f~;
ar una solución
vierno sin su madre, ésta cree recibir de Dios, una noche , un mensaje m'ase pudo encar
ntenimiento ..
que Je concieme: "Si dejas Partir a tu hija, le acaecerá una desgracia." "teri<>sa· continuación
en "El Sel'lor
· me h a envia de la terapia yb
· do esta prue a,. esnecesarioquelaacepte 'tal
Y la angustia le estruja el vientre; un ginecólogo, llamado de urgencia,

~an~~':~l~:~::~~~!er~~a~:~~ m~:a~:anl:~:d~í~~ :~~a~i


habla de "neurosis de angustia" y prescribe calmantes.
En realidad, esta crisis es un mensaje que me está destinado, en tanto fue
que analista de la niña. Mensaje que el P.adre está encargado de hacerme ho de que el analista no hab1a responsa la invocación a Dios en el mo·
llegar: "Mi mujer está enferma; esta vez no es un chantaje ; sabe que su. c tal No fue por cierto, por azbar,I l011lente interrogante: "¿Qué
Jantea a e s..,-
mento en que la m~ re ".' p
cederá una desgracia y yo no quiero ser el responsable". ¿Qué viene a paren · ' d and más
dónde llegara con su dem a, 0 n-
Pedirme ese padre, sino una respuesta a la angustia que su mujer prol'Q. q uiere de mí esta cnatura, h~ta ue me sienta perdida hasta tal pu
ca y que él no puede asumir sin estar tam_bién afectado? bien más allá aun, qué hay ah1 para q .
¿Y cUál será mi respuesta, sino la aceptación total de la situación en
la que, desde mi posición, debo de algún modo ser afectada? ·,~ · Qui~n va a castrar al 51tro .
to? " ?" así podría fionnularse la angustia.•

.de1~e ~
' e·ar" dijo la madre, con algo as1
"Pobre de usted -tiene el aire de decirme- si algo le sucede a esta
nií'ia." "No ¿puedo, pese a todo, c/esgd de no ser considerada una
como vergüenza, como St comera
Mi respuesta fue: -Que parta. buena madre .

Esto fue entendido como una orden,. que permitió al padre recono.
cerse como tal: sería él quien velaría por la aplicación de la ley. La in- B LA ANGUSTIA EN LA INTERRUPCION DEL TRATAMIENTO
transigencia paterna tuvo como Primera consecuencia la disolucMn de la
angustia en la madre, tranquilizada por un tiempo como por ª"e de ma- . . . rtable cuando declara a la
El analista hace su~ir .u.r;t ang~=~=r l~::ido el 1imite." De tal mo:
madre de un oligo fréru".°. Creo uda de la madre en cuanto a la c~a
gia. Los trastornos psicosomáticos cesaron. Después todo•fue de nuevo
do devela , por su pro~1a d~da;~:!o había sido siempre rechazad~.re~
cuestionado, al retomo de ·Ja nifia , quien se reintegró a un internado
p~
luego de los deportes de invierno .
bilÍdad de' su hijo. La idea e · tenía una fe similar a la de los
"Mi hijita es muy feliz -me escrlbió Ja madre- , los hermanos y her-
manas se sienten mal, lo que prueba que su lugaI está entre nosotros.
Yo no quiero más que su bien. Estoy en perfecta salud moral y con to-
. ción de un analista que no
mterv: el abandono del tratamiento.
provo . bre. es decir, la afirmac n en
J: 1 madre venía a pedu era
que et discurso del Otro de su
da objetividad le comunico mi decisión <le recuperarla."
prog~~s~~~a~\0 ~\~!~~:a~e:1ar :~fuga;
una cert1dum • ad debía penna·
De nuevo el marido tuvo Ja misión de venir a culparme. "¿Está usted que desde el pu nto retroce-
segura de tener razón? ¿Está usted segura de lograI un resultado, y
cuándo?" 1 1
necer fuera d: to d a sospecha só o po
no i>o<iía •
reconocer sin sentuse de irunediato
día ante una unagen que . . n
en peligro , en el plano ?ª~cmsta. ti sintiéndose, en fonna permane •
En realidad, ¿dónde estaba la verdad? ¿Con qué derecho podía yo
presionar?
buscaba Eraalcanzaba.
y me en el terreno de mi propia conf"ianza que el padre me 1 njfto quien VJv1a la angus a, amís hacen de camareras.
Era e ásito del adulto. "Las m . mamá "
El analista toma, de algún modo, el relevo del niJ'io cuya ausencia te, destructor
En cuanto a m1,? Gp::.ardo • soy una nifta y papá
d dº ro· Gera1uo t~a¡alapcaraolrnaba
de otro
El padre llenaba a la madre e ~e eUa la referencia al te~ce­
Para
crea un vacío; llamado de angustia para cada uno de los miembros de la
familia.
do absorbiendo todos sus ~o~en os.o soportó' la prueba de la ps1co-
"El pequello está abatido por completo desde que no tiene a su her.
mana y con nosotros pasa lo mismo", me dijo el padre.
Completamente distinta fue la reacción de la familia X, donde la se.
:º debía hasta
. . tal veztalporque e:!~ ~~es~po
puntoelnoan comprender a tiempo el aJ.

can~~:. madrela deseaba permane~r ~r~~~ ªy del miedo . El rol de est~


terapl3bnbólico de la quietud materna. cambio de que el analista
paraclón de un nii'lo caracterial (débil mental después de una encefalitis
.vaccinaJ) había aportado un alivio tal que su regreso fue vivido como U·
totalidad el peso e a s ar de veras sobre s
na desgracia. El niJ'io se mostraba todavía más parásito y destructor. La asumiera en d nillos muy afectados, e carg bilidad. ·no es
óltimo, en los casos e ustia está mezclada de culpa . ? · •
~=l~a anomalí~ d~I ~de
madre no tuvo otra salida que venir a humillar al analista: "Esto no sir-
ve para nada; está como el primer día . Por supuesto, le pego y q uisiera la angustia parental. explicar la muchas
que se fuera." Escuchando a la madre, dejándole la opción de hacer por pre~iso~ac:~::~,
so Mientras
vueltas. ,.
kque los padres vie?e~: g:_~:; sercimputable a aJ.
e1 fracaso de un tratamten
62
63
en evidencia en la transferencia
guien, la esperanza se mantiene. Curiosamente, en momentos en que Lo que no ha sido bastante¡ pu~~ta en tanto que objeto parcial en
todo parece, al fin, posible (hallados la escuela ideal y el terapeuta), la es el papel desempeñado por e an Ja f~nción del analista en ese plano
madre se permite flaquear y atraviesa un episodio depresivo, en el curso Ja fantasía del nii'\o. Al desc;i;ocer ·ón precoz del tratamiento. Por-
del cual el Otro es enfocado. En ese preciso momento se desea otra vez se corren serios riesgos con in1errue: nos va a dejar su interrogante Y
la angustia del analista y se intenta una superación de la situación ape- que, a partir de ese m~mento • en~; ara él el camino de Ja " torpeza
lando al Amor de Dios: es en absoluto necesario que todo esto tenga un su angustia de castración, toma P ecanismo de defensa. Parece es-
sentido; el sufrimiento sólo se hace soportable si tiene el carácter de una neurótica" • descrita por Freud cof~~e suficiente simbolización, en el
expiación o es sublimado. tar en estrecha relación con un~ al la carencia Defecto de simboli·
sujeto' de todo cuanto se relac1o~a con d . arse. arrar en Ja trampa
zación también de part.e del analista, qu:a~a:1stra dS:la articulación del
C. LA A.>IGUSTIA EN LA CURACION de una "realidad"• deja escapar una pie
deseo en sus avatares. l l tamiento contra una depresión que re·
En el momento en que la " curación" puede entreverse , se presenta Si Ja niña se defiende en e ra lo 1 nülo evita todo Jo que en el
una etapa angustiosa en el tratamiento de un niño débil mental. Con viste a menudo el carácter de un duel :n~rentamiento con el Padre. Se
motivo de esta posibilidad de salida "feliz", toda la familia va a ser de análisis pueda evocar el problema d.e de lo ue en la transferencia será
nuevo cuestionada. El analista está todavía enredado con una situación va a establecer un ~tatu quo! a pa~ación ieI objeto "bueno"; el ana-
ansiógena, que trata a veces de evitar aceptando Ja detención prematura asimilado por el sujeto a la mte~ f cerá a este 6ltimo el regalo de su
del tratamiento , pedida' por los padres. Subestúna siempre, en esos ca- lista en la ocurrencia. El su¡eto e 0 re
sos, el papel que continúa desempeñando en el fantasma maternal "la éxit~ escolar o del abandon:i de u~ sín~~:·no pide a menudo nada me-
falta del nifio", en el preciso momento en que se corre el ri_esgo de que Pero, al igual que ~dos pd r~·c:r:11constituye para él un elemento gra·
ya no vaya a faltar ... jor. En efecto, la rap1 ez e
Muchos aruílisis interrumpidos demasiado pronto dejan <¡le hecho al tificante no despreciable. . . t nto d'"a en tan gran medi-
sujeto en el umbral de una neurosis obsesiva. Se deja a un niño aparen- . ió del análisis en es e pu -, d
Pero la mterrupc n .· fundamental que en Jos casos e
temente "readaptado", para encontrar, tres o cuatro alíos después, un da al sujeto en lucha con s~ problema a con una U-:terrupción del desa-
adolescente paralizado, cerrado a todo pedido, aislado en una torre de débiles mentales, el tratamiento ~e ~oqueos del comienzo; seria más
marfil, al abrigo de Ja angustia que, sin embargo, permanece en un es- rrollo intelectual, un retom.º} º:e los síntomas en el sentido de una
tado de dependencia total con relación al Otro. exacto decir una transformac~n ascarar una "estupidez neuró·
La transferencia no ha sido bastante profundamente analizada; ha adaptación superficial, desuna a a enm .
quedado, incluso, suspendida en el fantasma del paciente. Por consi· tica" _1 . did de los padres y del niño .apareja el peligro
guiente, toda la actividad del tratamiento se ha limitado a una ayuda su: Esta interrupción, a pe o l rob lema de la curación • sino con
gestiva en una relación imaginaria. Lo que ha faltado es la verdadera a- de dejar al sujeto en lucha, no c;: ~· P decir que permanecerá bien a·
pertura psicoanalítica sobre lo que para el sujeto constituye demanda y el de un rechazo de curar d~ ~e a n,oe~emas~do ansiOSO, para confor·
deseo. En la medida en que ninguna solución ha sido aportada a ese pro- mable, insuficientemente cntico y obtienen un beneficio narcisista y
blema, se corre el riesgo de que aparezca la rigidez obsesiva. mar • en tal forma , a Josdíntim~s ~u~a reivindicación del sujeto, tales co-
El analista de ni!los - tal vez en especial la mujer- deja con facilidad no son afect.ados por la epres n ális'
aJ fmal de unan IS. ·6
partir al cliente, pronto a dar por terminado un tratamiento, si el sujeto mo pueden present arse d á si el nivel óptimo de curac1 n
manifiesta ese deseo. Por tomar demasiado al pie de Ja letra un deseo de 1
Es preciso preguntarse, por o em ~· al que es verosímil que los ín-
evolución, combinado con un éxito escolar, se deja de lado la angustia, en un nil\o muy afectado no cor:resi>?n e ·as 'ecundas se detienen en el
C"ertaS mteligencl I'
que está ahí, oculta en el pedido. El sujeto, solo en lucha con ella, corre tnnos puedan sopo rt ar· 1 d culpabilidad sobre el factor
desde ya el peligro de enmascararla; de ahí la impasse en que desembo· curso de Ja evolución para mo e1arse , por •
can análisis en apariencia exitosos, ya se trate de débiles llamados sin inluoitorio del ambiente adulto.
angustia o de débiles ansiosos, vueltos al parecer apacibles, "disponi- . rvaba a veces rasgos de ge-
l La ignorancia del sujeto anus de~tra~•:n;;u~:', al nudo mismo del dJama
bles". La brevedad del tratamiento deja a menudo en suspenso un pro-
nio en lanlo estaba dis~~sto a~ .~ e\ac~ casi siempre sobre la nota de espo-
blenia más profundo, enmascarado hasta entonces por un síntoma; de- famillar. Y la in 1errupc1on. del anál1S1s ::' ,.,.. Pero sí ello tiene lugar en fonna pre-
saparecido éste, el verdadero problema permanece, pero no reaparecerá ue da una personalidad que se u . . . .
sino más tarde, incluso como una neurosis obsesiva. =r~, lo que sucederá será una mediocridad stn brillo.

65
64

-.....---... . . . .- --.
A e ~s n ii'i os los vuelve a encontrar más tan! " " .
~~r~1do hasta la orig " 1 aOQUeTe-- ·- -.-_sl_.JpJ!Wl.o.s.:...hahien-
titud paia-cofüicer" habr.isíito~éq':_t:~t~nfer1a su n..:_~sis. Su "inap- nalista. Si el tratamiento hubiera aportado al sujeto un éxito completo
escolar precoz en el sentido de ~n~ 1~~_re~uelfa!íor una orientación en el plano escolar, de todos modos lo hubiera dejado también en un
dos" se han convertido d 1 tc. n. Niftos "problematiza- estado d e dependencia respecto del adulto:
de la satisfacción de tene:nu~ ~~~:~~":ie~ioc~:~· Si los padres gozan "La transformación comenzada con usted continúa. El nillo se da
por sí mismo todo cuestionamient .'fácil ' éste ha abandonado cuenta de que todo lo que le pido es por su bien personal, actual y futu·
de los padres de Dios del d o, ~e sena también cuestionanuento ro. Se desarrolla y conserva de las sesiones con usted un muy buen re-
superyó de lo~ padres., mun o y a hecho suyo, de algún modo, el cuerdo, pues usted ha sido la primera en sacarlo de su ensimismamien-
Uno puede preguntarse si el . . to.º ·
de un tratamiento psicoanal 't· meior pronóstico de evolución después ¿Cómo sabe esta madre que su hijo ha conservado muy buen recuer-
de cuasi crucial 0 dramático J~~Jtº se planteaª partir de lo que tiene
1
do del tratamiento, si no es porque madre y niilo forman un solo cuer-
la ª118Ustia de muerte) Lo u ~a parte ~el tratamiento (a través de po? Por haber tomado al pie de la letra el pedido de interrupción de la
·
d e curar - s casos graves" tien • á cura, el analista, también aquí, ha fracasado en su verdadera misión, que
por completo (sobre todo si la t: ili en as1 m s posibilidades
casos intermedios "recuperados" la f:am ..ª no los soporta) que Jos es Ja de insertar al nillo en el juego del significante, más que de a"daptar-
analista, que qued~ con el resultadc!';;atifi amiliadcon la c_omplicidad del Jo a la simple "realidad".
Lo que me sorprende en 1 d cante e un éxito. Puesto que el nillo queda entonces cautivo de una relación imagina·
psicoanalítico será a continua~~nº:Ocasc;s, es la forma en que el trabajo ria, estando a la vez bastante liberado para un éxito escolar, y en Ja
nífto. mp etamente escotomizado por el medida en que este éxito tiene aún relación con la madre, no podemos
A los dieciocho allos ha "olvidad ,, • prever lo que sucederá a continuación en el plano sexual y en el del éxi-
con~rvado tan sólo un vago recuerd~ d:~~:ib~~~Odo ~adsu infancia y ha to profesional adulto. En la medida en que el nillo, por su síntoma,
llora . Ciertas orientaciones (h . . ~ s rea os con una se- . constituye para la madre una suerte de garantía contra su propia angus-
.
Inconscientemente aceue psiquiatra) han ·.a.. · tia, la cura no está terminada. Madre y niño tienen que realizar una evo-
motivadas por 1 ed Stosv, sm embargo,
ci~es disponibles para una sublim~c~~ qu. a de elementos transferen- lución hacia una autonomía recíproca . Si la madre no es ayudada para
residual de la transferencia h exitosa. Cuando este elemento poder aceptarlo, se las arregla¡:i!, para permanecer como único duel'lo del
del tratamiento cesan al mism~ p::~ecido no simbo~able, los efectos destino de su lújo.
En estos casos el suieto de•·~up que la presencia del analista. "Si hemos puesto fin al tratamiento - me escribió otra madre- es
-" ' , - w a mecarusmo d ·1 · porque mi lújo no ha querido seguir sometiéndose al mismo, afir-
<Uectos que hacen muy problemático tod é "t sde 31S amiento de Jos
Como el tratamiento no lo ha vuelto o ~ o e una cura ulterior. mando haber comprendido mejor sus obligaciones futuras. Ahora se ha
nuevo el riesgo de ser atrapado en el • e~ r~ad autónomo, corre de vuelto afectuoso y abierto. Tal vez el gran retraso que tiene en francés y
He aquí, a continuación, como result~~rc do e a dependencia materna. su gran emotividad lo hagan fracasar. En ese caso, recurrir~ a sus buenos
0
entre otras. e una encuesta, una respuesta consejos."
"Mi ltijo se ha vuelto muy agrad bl . También .aquí la cura psicoanalítica fue considerada por la madre co·
hadado cuenta de que es un retard da e, apático, deferente, calmo. Se mo una ayuda de una· estricta naturaleza moral y educativa. Desde el
ues ni necesidades y no es feliz . a o y sufre. Parece no tener ambicio- momento en que las dificultades caracteriales desaparecen, se asigna al
migos." smo cerca de nosotros y de nuestros a- nifio un lug¡ir en la familia, a pesar del riesgo de fracaso entrevisto con
l.a detención de la psicoterapia en claridad . La madre es quien tiene la última palabra.
bido en parte a la actitud contr transti este _caso había_sido un error, de- En el caso de débiles ansiosos, la terapia corre el riesgo de detenerse
terrumpido la labor justo a tie a erencial del analista, que había in- cuando ya no hay trastornos del carácter; al aceptar la detención del .
las reivindicaciones las an n:1po para no ser él mismo alcanzado por tratamiento en ese momento, el analista remite al circuito materno a un
la madre a "la Sello~" ·1e l~aUstib. asidmatdemas. Este niilo, "prestado'' por sujeto cuyas defensas se han derrumbado, pero que no está lo bastante

b ta ed ' 1a s o evuelto a su pedid . 1 · maduro como para encarar un desarrollo por su propia cuenta.
qu ado reducido al estado de ob. . o. e niño ba-
que jamás el padre se hubiera manifes:C~º ~e cambio entre las dos, sin En los casos de débües m entales llamados sin angustia, la detención
0 del tratamiento tiene menos riesgo de producirse con una madre trans-
la madre carta blanca. ª e otro modo que dejando a
He aquí otro tipo de respuestas p6 . ferente. El peligro subsiste con una madre sobreprotectora, porque la e-
miento había sido interrumpido a p' :Jrod srto de un nillo cuyo trata-
e 0 e 1a madre, con acuerdo del a·
volución del niño es Ja expresión de la propia castración de aquélla.
"Después de su partid a - me dijo una madre- siento en mí un vacío ; ya
no sé qué hacer de mí misma ; estoy perdida por completo."
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CAPITULO Vl
Le respondimos: el niño, en su enfennedad, protege a veces al adulto
de la locura o la d esesperación; de alú la necesidad, para el analista, de EL PROBLEMA DE LA RESISTENCIA EN EL
tornar en cuenta a la familia en forma efectiva, porque si ésta no se sien- PSlCOANALISIS DE LOS NI~OS RETARDADOS
te suficientemente ayudada, "retomará" a un nilio al que pretenderá cu-
rado, mientras que, de hecho, su estructura psicopática ha pennanccido
inalterada.
"Si la cosa es así - me dijo un padre con problemas, a quien el analis-
ta parec{a prestar poca atención- no le confío más mi hija." " Por otra
parte parece que mi mujer se ha sacado Ja lotería; hace su vida de gran
dama, es feliz ...esto no lo podemos admitir.'.'
Olvidamos demasiado a menudo , cuando nos ocupamos de un nil\o,
que nos ocupamos de lo que justamente existía como germen patógeno
aun antes de su nacimiento . Al cambiar la relación con el mundo del su-
jeto , se choca sin falta con Jos adultos que, por sus propias dificultades,
han creado en el nií'io ese tipo perturbado de relación. Es preciso que e-
sos adultos puedan aceptar la curación de quien, con su enfennedad, ce-
rraría la herida parental.
"¿Qué sería de Enrique si le tomara gusto a la vida?", me decía una que ocupa la resistencia en un
madre bien intencionada, prefiriendo la idea de un estancamiento a la Freud ha destacado en su o b ra e11ugar d . mo utilizarla para ha- -
. al 'tico y nos ha ense!la o co d
de una continuación del tratamiento , con el riesgo de incubar en el hijo tratamíento ps1coan 1 ; d la distorsión del discurso. La palabra e1
ideas de matrimonio. ( Este rujo con un C l de 80, considerado como un cer surgir la verdad a trare\ e tira tras la cual se disfraza. Es necesa-
importuno , se manifestaba en la vida, como respuesta a la demanda ma- sujeto debe ser_ liberada ~ ~~ea~á del lenguaje objetivante, anónim~,
terna, en forma de. un gran débil, por completo inexistente, perdido en rio que el analista p~eda ~'al letl" ua·e de su deseo, es decir, al lengua¡e
los abismos de un masoquismo total). para conducir al pacien!e llá d ~o ~ue nos dice acerca de sí mismo, ya
La angustia está siempre presente. Soportada por el niño, que la ex- primitivo en el cual, mas a ~ del síntoma inicial" .1
presa con trastornos del carácter; vivida por la madre, que se sirve de su nos habla sin saberlo y con los s1mbolos a menudo ante un enigma a
hijo para enmascararla; o utilizada por el niño como único modo de re- El psicoanálisis sd1~a entonc~;;é~Yde una me~tira que puede ser
lación posible, apuntando al surgimiento de la angustia en el Otro. El a- descifrar. Como ya h~ d1ch~:ii_~~ ~ún buscarla allí donde, se haU1,1;escrita.
nalista no puede evitar la lucha con ella, a menos de detenerse, como su- recuperada la verdad, h~:~o la resistencia del sujeto, seguiré paso a paso
cede a menudo, en el preciso instante en que va a t omar sentido en el Al tratar en. este ~ªF! nf dosa con el fin de cuestionar no sólo ~u
diálogo analítico. una construcc~n dificil_, C a ·Ón de una falta de confianza en m1 o
El nifto puede utilizar a la madre en forma tal que ésta lo sustraiga a fuga sino tamb~é_n la m1,a ex~~SlOlro buscará lo que puede, al uno y al
en el psicoanálisis). En uga.r e 1
un enfrentamiento muy penoso, así como la madre puede sentirse a-
menazada a través de la prueba vivida por su hijo. El analista, lo quiera otro constituirnos como su¡eto. st al introducirnos en el len-
o no, estará en determinado momento enfrentado a los padres, es decir, Ei cuestionamiento de nuestra ~::u:c1~'ar lo q ue puede parecer in-
·e de nuestro deseo, nos pemu .
en el blanco de un estilo de relación que no existe sin despertar sus pro- ~~~prensible en una conducta u oscuro en un discurso.
pias defensas. Pero es preciso que pueda ser alcanzado por la angustia
que el Otro trata de provocar en él y que Ja asuma, para pennitir Ja pro- Ps ch alyse" en La Pychanalyse, v<>-·
1 J. Lacan: " La Parole et le Langage en y an •
secución de un t ratamiento .
lumen I, París, P.U.F.
1 iliz dos en el capítulo precedente, para
• Retomaré aquí a veces ejernp os u_t a en Maruja Y en Gerar<lo, el ollgc¡fré·
ilustrar la angustia en el trata~tent~ -P~:e'°sentido será a veces la exteriortz.ación
nico- a ftn de adam aho ra e .sentt º·r tas cometidas por mí que puedo brindar
de mis errores. Porque es ª. P~6de ¡u
las refiexionet que a continuact n orm
~o sobre la conducción de un ttatamien·
to.
69
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A. UNA RESISTENCIA PARENTAL 2) Este padre había sido él mismo, de algún modo, el objeto parcial
de su propia madre, gran melancólica, a quien consolaba de un marido
que ella menospreciaba. Luego había colmado de dinero a esa madre,
~i, en el psicoanálisi~ de Jos adultos, Ja resistencia se manifiesta por siempre insatisfecha y depresiva. Durant e su infancia se había creado
que¡as que van a constituir un obstáculo para el descubrimiento de la entre ambos una relación muy especial: él debía de continuo " llenarla"
fantasía, en el psicoanálisis de los nifios es el yo de la madre lo que a de satisfacción, sin llegar jamás a lograrlo, sin duda, porque dado su es-
menudo llegará a interrumpir el progreso, antes de que el fantasma se tado patológico, la madre estaba condenada a una eterna insatisfacción ,
devele . Es en la madre, pues, donde de entrada va a surgir la angustia. AJ menos había llegado a ser quien, por su presencia, yugulaba la angus·
En el tratamiento de Maruja, las palabras "No puedo vivir más" se- tia. Pero se trataba de una presencia de "objeto para llenar a la madre de
rán p ronunciadas por la madre antes de ser vividas por la nifla. Curiosa- satisfacción" más bien que una presencia de un ser h umano autónomo,
mente , es la madre quien en este caso va a introducir su resistencia en el porque la madre hubiera llorado esa autonomía como una pérdida(~­
precfs<> momento en que , durante el tratamiento, el niño estará a punto mo la pérdida de un objeto que se tiene) o hasta como una amputación
de liberarse de los fantasmas de violación de la madre y de Ja histeria de una parte de su propio cuerpo.
materna. 3) El padre había encontrado en su mujer el mismo esquema fami-
Si el niffo, como nos dice Lacan, es la falta de la madre, ¿qué sucede liar, tropezando con el mismo tabú de castas. En efe cto , ést a era de fa-
en los casos de retraso , donde él es verdaderamente falta ? Ya hemos vis- milia acomodada, superior a la suya. Había tratado de mantener con su
to hasta qué punto cristalizará alrededor de esta falta la demanda de la mujer relacio nes excluyentes, malquistándose con sus suegros Yquedan-
ma~re en todas las consultas médicas. La angustia de la madre está de do anonadado el día en que aquélla le anunció que estaba encinta: "No
alg~n modo enmascarada por la preocupación de tener que "meter algo puedo - le había dicho- soportar la idea de hacer algo vivo ,"
alh donde no hay nada", retomando los pro11ios términos de una de e- De modo que el padre de Gil, de acuerdo con su historia, no estaba
llas. ¿Pero qué sucederá el d(a en que la falta no faltará más? La madre preparado para asumir un rol de jefe de familia. De lo que tenía necesi-
(o el padre) va entonces a volcar a través de su desarrollo su ¡)~opio pro- dad era de una imagen materna para llenar de satisfacciones, pero de sa-
blema .d~ cas~ra~ión, enmascarado hasta entonces por el nil'lo , que tenía tisfacciones que no conllevaran Q1l fruto y que, sobre todo, estuvieran
por n:usi.ón significarlo . En casos extremos, la curación del nil'lo puede desprovistas de todo sentido simbólico. Hacer algo vivo era introducir
constituu la muerte de uno de los padres. un tercer término en la relación con su mujer. Era entrar obligado en
He tenido ya ocasión3 de citar }a respuesta de ese niJio de doce anos una dímensión de relación humana insoportable, tan cargada estaría de
a la pregunta del médico:
angustia. . . , .
-El doctor puede curarte y volverte inteligente, ¿quieres ensayar? Al principio, Gil no podía ser t olerado, salvo con la condición uruca
-Es necesario que le pregunte a Dios - respondió el niflo . de no ex.istif. La leche materna vehiculizó el mayor tiempo posible una
-Pregúntale . dosis bastante grande de somnífero.
-Bueno, Dios dice que puedo trabajar con el doctor, pero no quiero, El retardo del primer desarrollo permitió de algún modo mantener
porque mamá no me tiene más que a mí para vivir. dormida la angustia parental. El día en que al fin se produjo el desarro-
llo mot or, el padre no pudo soportarlo e hizo un delirio de pe~cución
. El niflo no puede siempre formular esta advertencia y el analista no · que terminó con un suicidio, e n relación directa con el tratarruento que
siempre puede sopesar el peligro . Así comenzó el análisis de Gü, gran oli- daría al nü\o una posibilidad de curación.
gofrénico, c<_>n el sólo c<_>nsentimiento escrit o del padre que invocó razo- En el trabajo psicoanalítico, el diálogo se anudó en el nivel núsmo
nes de trabaJ? para no u nunca a lo del analista con su hijo. AnamneSis de rechazo del niJio, en el nivel mismo de su ausencia. Desde el eo~n­
no~al; pareJa. wtida .Y en ap~~n~ia sin historia. Tres meses después del ro, todo el material aportado por éste giró en torno de Ja escena primiti-
comienzo del tratamiento: suicidio del padre. Sólo a partir de este suce- va.
so pudo hacerse el esclarecimiento psicoanalítico del caso: En los fantasmas que nos aportó, el niño nos mostraba que si se iden-
aricaba con el padre, recibiría un sexo no fecundo . Si se identificaba
con la madre, recibiría del padre la muerte.
1) Gil había sido, en realidad, perturbado desde su nacimiento por
¿Cómo nacer de esta muerte? Tal seda el problema mismo de la cu-
un p adre que no soportaba a su hijo sino en la medid a en que~ hacia el
muertó. ra .
Pero al intentar hacer vivir a un niño ligado a un padre patógeno, el
3 analista no puede más que precipitar el surgimiento de un aCto no con-
"La Psychothérapie des débiles", en la Psychanalyse, vol. V, París, P.U.F.

70 71
-1~...QQL él. La falta del niflo no e · • Se trata de un nifío oligofrénico. Se encara una psicoterapia de prue-
función del padre. Al tocar este u s aqu1 mas que Ja garantía de la
brutal, car.1 a cara con su ro ¡~ nto, se va a poner al padre, en fonna ba durante un período de t res meses. Se indica a los padres que vuelvan
que, imposibilitado de podep ~ . !problema de castración; hemos visto a consultar al médico analista que aconsejó el tratamiento, a fin de sa-
r vivir o en un n·v
1 el sun
· bóli ber si es necesario o no continuar la experiencia. Al cabo de ese plazo,
trarlo en su realidad cotporal su ri . d co, va a encon.
. Qué sígnifi" • P mi6n ose. la analista notifica a la madre que se aproxima la fecha de esa consulta y
" ca para los padres Ja curación del hijo? Se t t d que enviará el balance del trabajo efectuado. Le participa su duda:
pregunta que el nino puede plantea . d · ra a e una "Creo haber alcanzado el límite, peto si el médico considera convenien-
°
aventura psicoanalítica; pero sería ~~cuan se halla_ embarcado en la
te continuar, acepto." Esta observación, hecha en forma bastante b ru-
ciones parentales;' incluso para pode~ ::s
ra por adelantado a fin de estar lu~ ente ci:;e el analista se Ja plantea-
esprevenid? ~te las reac-
grado de tolerancia de los padres al a áli . . eccr un pronost1co sobre el
O SIS.
tal, provoca la ruptura. ¿Por qué?
Porque la madre, fuerte en apariencia, serena por su confianza en la
analista, ha construido. su fuerza sobre la ambigüedad siguiente: "Soy
Alberto débil encop ét · . . Todopoderosa ·No soy Todopoderosa". Y ha proyectado esta ambigüe-
mi, d : r 1~0. aporta el s1gwente sueño: "Papá me "d dad sobre la analista de su hijo.
gran e para curar a mamá, que está accidentada" pi e
La madre, castradora de mach · b · 1) La madre da el niflo, que.es su falta. La arialista es. desde entonces,
débil para · t os, nece51 ta a ese hijo encoprético y la falta que el objeto de angustia de la madre va a completar. Procedien-
que afront:~aª~~:e:~i~ udnea ~~:a~ni~c::iv~
1 Ai
curar a.1 niño había do así, la madre erige a la analista en Todopoderosa.
~~.; ~r:léf :I~~ padre tenía el aire de knplor;le ~u~ :~:::i~~=~ue~g:: 2) Sin embargo, si la analista es Todopoderosa, la madre no tiene
más función ; no puede más dar el objeto de su angustia. Es preciso,
Ha familia d pues, que la analista sea también un personaje no Todopoderoso. Y la
7?) Y s on~e todos lo mucliachos son débiles (C ¡ entre 60
Y exentos de cuidados porque segu' 1 . Y madre va a reservar un lugar a esta frase inconfesada.
madres: "No es sino al 1 d ' d • n ª expresión de una de esas Si la analista hubiera dicho : "Puedo, de todos modos, ensayar", ha·
a o e sus padres y baio su intJu..! ·
den encontrar el bienestar." , ~11cl3 que pue- bría satisfecho ese voto inconfesado : "No es Todopoderosa", y lama-
EI nií'lo· no deseado se convierte en a ueJ dre habría podido entonces dotarla de Poder haciéndole el don de su
mor o mucho odio En b q que soporta luego mucho a- propio objeto de angustia. AJ mismo tiempo, la madre la dominaría.
. . am os casos se desarroUa en una situación
quista que no se reconoce, ya que la misió d 1 . . maso. Al decir a l.a madre: "Creo haber alcanzado el límite", Ja analista.de-
la angustia de los padres Este Uamado n: eseo: º cons.iste en apelar a bería , en suma, satisfacer a la madre, si el voto de ella: "No es.Todopo-
para el peligro de ver ~ir "la verdadera" ""º.::;sadquel una barrera derosa" fuera consciente. Pero como, precisamente, no lo era, con esas
quiere saber. · · - .., a, e a que no se palabras Ja analista entró en el juego de Ja revelación de la fantasía, de
Al ocuparse del nií'lo u . donde surgen pánico y rupt ura. Decir a la madre : "No soy Todopode·
quilibrio entre padres e hüo~~ se ocupa también, en cierta fonna, del e. rosa", equivale a decirle: usted no es Todopoderosa; dicho de otro mo-
Lo que importa a mi· · · d do, mostrándome castrada, la castro.
pecificidad de est~ctu JWCJO , e entrada, no es la búsqueda de una es. ¿Qué significa esa respuesta con relación a la prueba de castración?
de retraso se puede h~ae~ e~ débil : creo, en efecto, q ue t ras el rótulo Que yo obligo a la madre a pasar del plano de la castración imaginaria a
perversión: con la circunS:an~iaª ~: gam~ de la ne.urosis, la psicosis y Ja la verdadera castración. Mi respuesta equivale a decir: "Usted no es na-
carácter de gravedad inhabitual La qgrue ~ ~udrols1s ofrecer.! siempre un da para mí; no corro más detrás de su hijo."
en ese · d 1 - · aveª e a enfermedad depende
nc.ia e sistema de relaciones en el que el débil hall Si la analista asume en el tratamiento Ja castración simbólica,4 · el a-
En la it ·ó · se a agarrado
más clari~a:~~t~n~:r~':n~~~~;a es donde este problema aparecerá c~n 4
lados con anterioridad. de qué manera, retomando ejemplos ci- Asumir la castración simbólica: Se trata aquí de una expresión muy imper·
recta, en uso en el mundo psicoanalítico, de difícil m ducción. De hecho, no se
uume jamáS Ja castración; pero, en un momento de su desarrollo, el sujeto es ca-
paz de comprender que Ja prueba que tiene que vivir no comporta para él un ries-
B. RESISTENCIA E INTERRUPCION DEL TRATAMIENTO go de i!Jnputaclón corporal. En el momento en que quien está implicado en la a·
menaza de castración ya no pone en j uego el cuerpo, entramos en una dialéctica
¿Cuál es el error de técni h
!amiento _de Gerardo? (págin~a ~)~ a provocado la interrupción del tra-
6
verbal. Este momento corresponde para el sujeto a la entrada en d mundo simbó-
lico (es decir, que deja una relación inuginaria dual amenuadora, aceptando Ja in·
·. RecapttuJemos la situación. truslón de un tercer término, que es entte otros el nom bre del padre en el momen-
to del Edipo}.

72 73
n'1lsls no es, sin embargo ibl á . ·
:¡1
jeto de angustia de la rnad!º~r: s que SI. tcepta al_bergar en sí el ob- más agravada por la respuesta materna y dar entonces una estructllfa
tener para eUa. Ahora bien 'en 1 fe rn~~rar e el sentido que eso puede psicótica sobreafladida.
te" h ' a rase . Creo haber alcanzado el 1• . El nillo débil mental afronta con frecuencia , junto a los padres, lo
• ay corno un rechazo de ser el Ju d ¡ . mu.
forma muy curiosa esta af.trrnac·ó d gar e 8 anguStia del Otro . Y, en inafrontablc, que no es otra cosa que su propia muerte. Si se quiere ais-
la madre, insatisfecha la doble piron e. ~óarte de la ~a~ va a dejar en lar en el débil algo con carácter de estructllfa, es por cierto a esto a lo
te. ' posic1 n contradictoria y coexisten. que se llega. Se trate de un voto de muerte transfonnado en amor su-
El Todo-poderío implicado · d 1: blime, en el caso de un ruJ'io muy afectado (que reacciona con un estu-
~ªu:1r~~~~o~u;~o tpodengoerio,
0•
~:es~~c~~~e ~~~ ~:i~.~~~~~~t~:~ ~=
a ella a quien se lo retiro
por fóbico sobreagregado al retraso), o de un rechazo materno que da a
. un niño con deficiencia leve el aspecto de un retardado profundo, por-
y si lo q~e yo expreso es mi impotencia, .se trata de una f~ta té
. que no se siente con derecho a existir más que haciéndose el muerto; se
no compartible en una relación afectiva Al . . cruca trate de un drama de los propios padres con sus antecesores, drama que
el mundo de la fantasía de la madre. · ntlSmo tiempo, me anulo en crea en ellos un pánico, cuando son obligados a reconocerse a su vez co-
La castración no puede, pues, ser asumida orla . mo padres; se trate, en fin, de un accidente mortal en el que el nillo ha
f:'eba que comporta o~upe un lugar en el Toda :~~~a: '(ue la
orro1: creído participar...
a, puramente profeS10nal y simbólica corre el . d a ana- En todos esos casos, la función del nillo es ser ese objeto de la fanta-
fectos imaginarios que conducen a la det~nción del ~~~::ru:ni~~ucir e- sía que protege a los padres contra el devclanúento del nudo mismo de
su neurosis. Para suprimir este objeto de queja que constituye el nillo
enfermo se apela a las defensas de los padres y se los enfrenta a algo tan
es :!;~~ee:ae~mplot d~ Maruja (página 61), la ruptura no tuvo lug~ in90stenible que algunos reaccionan con actos suicidas.
¿Está usEted seg':1~eªlle:~rp:i~:: r~s¿~~~:.s~~u~~~.~eq:~eór r~ni En el caso de Gil (página 70), la curación significaba para el padre la
denuncia de su relación incestuosa inconsciente. Después de haber ame-
puesta. 1 padre trataba de rovo . • sin res-
rosa (es decir incluir en m .P c~e, de hacerme mostrar todopode- nazado a los suyos con la muerte, se colgó . "Nosotros estarnos maldi·
tia) a fm de ~orprenderm: e~ s~e~:·licomo objeto de a~or y de angus- tos", habla dicho pocos días antes de su muerte. Mientras Gil permane-
desconociera Ja ley. orma en una posición en que yo ·ciera como un muerto viviente·; el padre no se sentía amenazado por un
enfrentamiento homosexual. Desde el día en que Gil no estuvo más in-
did~~~ q~e yoi3delanté es,j~stamente, la fideiidad a la ley (en la me-
10
movilizado por el estupor fóbico, el- padre desarrolló un delirio de per-
co~ n~~~? ~~c:s~~:es~t~a~~~~::J~~~~~~~3:~~~rinvo)
que siguió mostraria que el d . d . no ·
cado
secución.•

garante de la ley, pero sólo en la me~~d re queria CJ~rme con~tituida en s La dificultad de abordar una situación triangular dejaba al padre do Gil en un
el objeto d.: 'Su angustia, a saber el p~b~: quedé! m1smlo ~d1a dejarme peligro permanente de fascinación por Ja imagen del Ouo; la exacerbación de una
con su mujer. ' ma e sus re acrones sexuales relación esenclalmen te dual se traducía en crWs de \liolencia. Tan sólo la acepta·
clón de un tercer término lo hubiera puesto al abrigo, en fanwíu, de un rieago de
La Particularidad del anális · d 1 · . agresión (que era, tal vez, el reveno de un deseo homosexual incoruciente). Al
son los padres más que el niñ~ e .ºs niños reside en el hecho de que mostrane como un muchacho, Gil despertaba en su padre sentlmientos de dcS<;O y
esta noción de' guardián de la le' ~UJenes ponen a prueba al analista en de peligro. En efecto, toda Idea de competencia, todo enfrentamiento a una irna-
nar su angustia, pues de loco ty, ~ro les ha~e f~ta para esto abando- gcn muculina era sentido p or el padre como un homicidio (porque vivía en un ni-
troducir un ~'lalista en el circwnt rano no neceSitanan, para su n.iño, in- vel arcaico donde el Otro no era aun más que una imagen especular de sí, un ob-
o ... jeto a demoler). Se trata ahí de una relación patológica con el Otro, que podemos
volver a hallar en las eslrUctuia.s paranoicas, donde el reconocimiento de un rival,
En los tratamientos de los nillos débil . es decir, de un Otro como tal, e. imposible, ya que el Otro es1' siempre confundi-

::rl~~:l~ punto lospadres están escla:.an:t::~f:·d~~~~a~ºe~:~- do con el propio cuerpo; de ahí la inexiJtencia de un semejante y el peligro de una
reflexión e&pecular (donde la imagen del doble desempefia un rol central) en un
mundo do nde lo ajeno está ausente. La vida sólo es ahí posible en la muerte (en·
formas r vea en que éste materializa demasiado la falta: de alu' la;
tardn. :a:ia ~ ~~~~~~: :e~~t;~f,3.ra c~ertos niflos _Ja_ desventaja del re.
mo en el mito do Na.relso); su.ic:idio u homicidio se toman en tonces equivalentes
posibles.
neurótica ravc h iciencia para precipitar una evolución Por esto es que el pape l del tercer término, en toda relación con el Otro, es
. tificad g ~ .acer. aparecer una conducta masivamente débil tan importanto: pennite al sujeto sobrepuir una relación imaginaria dual sin saJi.
JUS i a por nmgun test; así como una deficiencia seria puede ser~: da, para acceder a un •torden de la cultura". Esta tercera determinación es llamada '
simbólica por Lacan : corresponde a la entrada del pad re en. Ja relación madre-hijo
74
75
La Privación del objeto de su que'a v .
cara con sus propias ideas suicidas c!iert
a a Poner a cierta madre cara a están siempre presentes, si se sabe reconocerlos a través del discurso del
equilibrio de la pareja, mantenido ~n fi llti'I~, ~ curar, va a afectar el
0
sujeto. El problema de saber si van a aparecer o no en la escena analítica
la que el hijo era el garante Si se . orma artificial por esa mentira de es falso, pues hágase lo que se lúciere, hacen irrupción. Si su aparición
fiado por la enfermedad del .nitlo di:~~ra ese rol característico desempe- " real" es aceptada por el analista, ello permite hasta la desaparición pro-
dres, se corre el riesgo de hacer est 1 con respect? a la salud de los pa- gresiva , en el disclJ!'SO del sujeto, de una palabra alienante que no es a
barreras que los protegían contra la aallastr~n c!Jlaos unprudentemente las veces más que Ja del pad re interviniendo en lugar de la del sujeto. Suce.
Por . • . ngu 1a o locura
eso, aqui nias que en otro lado · · · de así que un niflo revela en el análisis la lústeria de la madre, que no
necesidad de recibir los mensajes de ':: unpone par~ el terapeuta Ja tiene nada que ver con su propia estructura . Si se descuida la demanda
soportar la angustia más que . am os padres, quienes no podrán
Dejándolos solos, en lucha
cidente en la vida real.
co:
e~::n:i;~vés del analista de su criatura.
s ~'se corre el peligro de un ac-
de los padres, en especial en los casos de débiles mentales y de psicóti-
cos, se compromete en el plano t 6cnico la verdadera marcha del trata-
miento, que permanecerá siempre en un nivel superficial, diríamos arti-
No todos los padres de niflos débile ficial. Esta demanda se efectuará, d esde luego , a través del niflo , sustra-
ta tal punto. Hay que destacar de t d s m:tales están perturbad.os has. yendo al psicoanalista, en el caso planteado, una posibilidad esencial de
de el débil mental puede asu-;. do lo s ~ os, que en las familias don- acción y poruendo al niílo en un estado de inseguridad y de culpabilidad
.. ~ su o encia· · t
se busca la ayuda del analista Lo .e m egrarse socialmente no con respecto a la curación.
bien aquellos en quienes ciert~ ti s que somo_s llamados a ver son :n.is No es recibiendo el mensaje de los padres que se emprende su psico-
prometido una evolución normal. po de relación padres-niño ha COm· terapia. Es ubicándose en el nivel del tratamiento del hijo que ese men-
saje no debe escapar al analista, e11 particular en el caso en que ninos y
C. RECIBIR EL MENSAJE DE LOS PADRES padres forman aún un solo cuerpo; Por otra parte, el padre no experi-
menta la necesidad de quejarse "en otro lado" (pero la indicación de so-
¿Debe o no ocuparse de los padres el . . meterse a un psicoanálisis sólo podría plantearse con esta condiciónf. E l
Este problema ha d · ,,.,.. J>SICOanalista de nilfos?' padre quiere el mismo analista de su hijo; esto se debe, muy a menudo,
. IVNJUO a 1os medios psicoanaJf ¡
puesto dIVersas soluciones para evitar "la . . t ~s. Se han pro- a que el niflo se las arregla Pl}Ill que as( sea. De tal modo , se evita, en
dres en el análisis". IIrUpción anSJosa de Jos pa. consecuencia, que el niño iniroduz.ca en una conducta fuera del análisis
Planteado de tal modo el ble una palabra que tiene su lugar en el diálogo analítico .
psicoanalista ante estos te~r ¿;rc:_de ma sa~a a luz la incomodidad del
dres. Mandarlos "a otra part~'
En los casos graves, llega el caso de poder verbalizar al padre ansioso,
. cargo representados por los pa-
ante el lújo, la culpabilidad que experimenta éste, a quien hay que tra-
ro no para el paciente. De hech~u~;:i:td~!roblema.J!ara el analista, pe- tar.
, 1 ogo anal1tico, el o Jos padres
" Los padres piensan que la nena está mucho en psicoterapia . Acep-
e in trodue<1 un 01den (de Ja le d tan esto, pero bajo ciertas condiciones. Un día la van a destruir, a
;"'icular un tipo de •elación c~~ e~ ~:~~u:t;:.•~lengu~o). Partit de ahí se va a
!' la psicoterapia."
ar en eJ O tro el sentido do un disc ¡e .º"' senwa o no apt o Para deve- Esta frase de Maruja , explicada a los padres con acuerdo del sujeto,
:;;:~ri)o, del otro (o) que es el ouoU!//:~1:.':,::'c, ~~r:cia. al O_t!o (0), sujeto del ha provocado esta respuesta esencial, en el curso del cara a cara seguido
,.. o . na S1tuac1on dual es el otro
Freud ha escrito, en la fonna más neta 'b
con el padre : "Es cierto que la encuentro suficientemente curada y que
~ncl6~'d(le los padres es un peligro pesitivo~'~ le:,.:_-En un psicoanálisis, la lnter- esta curación me irrita."
rontar U, :v:cxm, volumen X • Pe..,;ro que no sabemos cómo , Este mismo padre, consciente de sus propios problemas, me había
Stand. Edit.). 1'odos los analista V, lntroductory lecturer º" Pzycho-a1111/ i·ª· solicitado, en un momento dado, Ja dirección de un psicoanalista, con
1
te~a de este U~ado de atenció:. ~:~~~ ºiJ;"!' leni~o ocasión de verificar lá'J~:: miras a emprender un análisis él mismo . Por último, no pudo resolverse;
mismo. En el unlco análisis de niilo ~n &is de nü\os, no sucede por t'uena Jo
~':i~a:~ás arnp~a. - a mi juicio de~:.~ad:::~~:a~'O~";i cado,ha concedido
1
a tal punto les concernía aún, a él y a su mujer, soportar a la nil!a .
. o, o auxiliar. Es evidente ue si J ro e padre, de quien se Al olvidar esto uno se expone a detenciones prematuras del trata-
fto es su propio asunlo, sabemos u~ e . unto al ~~cho de que la neurosis del ni- miento , como cuando se deja al nillo solo en su lucha con los fantasmas
toma de h m adre o de la par . q 1 rufto neu10ttco es al mismo tiempo el •
· •Ja P-ntal se estad · s m- homicidas de los padres, fantasmas que serán con toda naturalidad ex-
eucncia la modificación de Ja lécnica ' Impulsado a intentar en conse-
6 • presados en el curso de la sesión. No es necesario explicarlos, sino reci-
. Esa t'ue la cuestión suscitada en es .• birlos. "Es a usted a quien necesito dejarle esto", me decía una madre .
qwatrfa de Roma (Junio 1963) mesa ~~n oca'!on .del Congreso de Paidop.ti-
' re on sobre 'Psicoterapias analítica.". Traducía as{ la necesidad de dejar al analista de su hijo " un resto" no lim·
bolizable, del que el hijo había sufrido las consecuencias en ~I puado.
76
77 -íS,• . ''~
,:.:?,/~ ....
, 1\.' --- 1
Jhl/-~·"'•l.lt..A.. ~. ~
. h. é . 0 la aparición de un emba·
En los casos de neurosis, sucede que una madre abusiva quiera ocu- En /a madre tendre.mos su queja. ~!;:~azo en el curso del cual los
par la sesión en lugar de su hijo. Esto puede ser verbalizado en una en- razo durante el trat~nto de MaruJt' ad . habrá en el nivel de lo real,
trevista a solas con la madre. Por lo demás, la situación se plantea de tal otros nif!os quedan ~orado~. En ~e:fá~~; mediante un ensayo de mu-
modo al conúenzo de un tratanúento. Después, el hecho de saber alana- protección contra la unagen e mil) ·e asfixia del nillo, et c.).
lista disponible basta para que la demanda de la madre no se presente a- tilación (tentativa de .hacer abort~~ a s~o~';a~~es está en peligro, pues e-
travesándose en el camino del propio tratamiento del nii'lo. Si Maruja comuruca su angus 13 ~ila 'ón en ~l plano real. La existen·
Por o tra parte, si la demanda de la madre se plantea con insistencia, llos reaccionan en forma de unadm~e y~ de una importancia capital pa·
se trata en general de su problema personal, enmascarado detrás del pro- Cl
·a del analista como tercero es, es • t"d
. da llegar a tener sen t o·
blema del nii'lo. En tal caso, puede plantearse una indicación de análisis ra que el discurso de la n:il'la pue . t donde debo estar, al lado de
de la propia madre, pero no "en nombre del nii'lo". Si se dice a un adul- ' 'Maruja no ha nacido, yo qwero es~ ue se me formula: " Esto no
to: " usted necesita un análisis a causa de su _hijo", se marcha en el senti- mamá" viene en forma de eco a la queida ql loter1'a. es preciso que re·
' . ·· · hija se ha saca o a •
do de una perversión de la relación padres-fliilos. Si el nii'lo debe apren- puede continuar as1, ~ " b bée,, como sus hermanas y henna·
der a vivir por su propia cuenta, sucede lo mismo con los padres, quie- grese a la vida"' es decir' que se a
nes deben asumir su vida y su análisis en su propio nombre. nos. 1 t . nt o -me dice el padre- , usted no me da
Cuando se trata de la cura de un nii'lo, el :analista llega a afrontar su "Suspendamos e t ra a~e . ,,
propio cuestionamiento por el análisis d e la contratransferencia. Al re- · suficiente garantía contra nu muJermá. d !ante el runo agrega: "Quiero
chazar el diálogo con el padre patógeno, se expone a verlo hacer irrup- Por otra parte , como veremos sa e '
ción en lo real, de la forma menos previsible (es así que una abuela, ex- verme como no aceptado ·" · . ntinuación de la psicotera·
1
cluida de la consulta, no paró hasta llegar a separar a su nieto de lama- La entrevista con los padres per1; ª;'ta de utilizarme contra su
dre, haciéndolo hospitalizar). pía y muestra has~ qué i;::t~nede~~s~~e;aen el plano real .
Por desgracia , se plantea la cuestión del tiempo: no podemos hacer- mujer, buscando amnco~ el duelo que para ella representa la
nos cargo sino de pocos nii'los psicóticos, pues es preciso Clbnsagrarles La madre no ha podido aceptar barazo " Ahora me siento
mucho tiempo, a ellos y a su familia. Sucede que, en un consultorio curación de la hija al precio de.un nuevo em .
público , uno u otro de Jos padres trata de movilizar a los diferentes pre!lada y esto marcha.". . d . se impone una intervención
miembros del servicio, pero esto fonna pon e integrante del tratamien- "Esto no puede seguir -dice el pa. re-' -:"'~ continúe el trata·
. · · usted quiere que 1a •w ...
•to: es un punto de capital importancia que no hay que olvidar jamás. terapéutica para rru muJer,,; d cir una elección en el nivel de una mu·
Quienes habiendo hecho en su práctica la experiencia del peso de miento · lo uno o lo otro. s e •adr niña para que el padre
• ' al a l a m e o1 a a ,
los padres de psicópatas o de débiles, los han orientado enseguida hacia tilación que debena e~ la an ustía debe ser vivida por e1
otro consult orio, han quedado sin la posibilidad de vivir la segunda par- pudiese vivir. Una elección en la ~~ a tr~sladar su sufrimiento a otro
t e de la experiencia, que consiste en conducir la curación del niflo con la analista para que el padre sea ayu a o l eal
intrusión del reproche parental. Esta intrusión no es "fastidiosa" sino nivel q~e el de un arreglo de cuentas ~n ho ~ l~ continuación del trata·
en la medida en que el analista ya no la soporta. En ese preciso momeñ- "Vea usted: tengo una resist~n~a ª Soy yo quien tendría necesi·
to, pierde un as de triunfo en la conducción del tratanúento. miento, como si se t ratara de m1 nusmo. en mi hija. Era como
Sólo la conducción de un psicoanálisis infantil con la intrusión del 00
dad de un análisis, pe.ro n? pued~:e ~;~n;;° habría de ten.er mi
padre patógeno permite comprender hasta qué punto la castración no ella; tenía miedos~ rm mu3er ta_m nf;.¡~as?"
puede ser asumida por el nillo más que sí la angustia que implica es a- nii'la los mismos miedos y !ªs mlSJ.na~os pad~es reacciones de angustia, de
ceptada por el Otro. Es sólo en ese momento que va a ser posible algo Las faltas que desenca enan en ueden asignar un sentido.
relativo a lo simbólico. El analista es quien hará la experiencia de ese O· las que no son duei'lo~, a las que no ~o en la madre; formando parte de
tro, el padre patógeno para el nillo ; y el hecho de ser alcanzado por la El lugar de Maru¡a está, de e~ ~a la angustía. Separada de lama·
angustia parental le permitirá ayudar a los padres y al nii'lo a dar a aqué· los órganos matemos es como oqu. una falta no simbolizable, no
lla un sentido. dre Maruja deviene, en tanto que ~Jetod_d jamás hacer su duelo de la
' .. En el tratamiento de Maruja, cada vez que la angustia de castración sigitificable; en efe~o, la madre no a po J o
se constituya en la sei'lal de una falt a, la niña colocará en ambos padres separación en ocasión del parto. o sujeto · la nilía es ese ob·
esa falta que no ha podido ser simbolizada y desatará en ellos reacciones Maruja no es reconocida por los suyos cot~ de aquÓllos· angustia que
. mascara la angus ia ,
de defensa en el nivel de lo real. ~ jeto de la fantaSta que hije
~ sfuerza en existir como sujeto.
se expresa desde que 1a a se e

78 79
CAPITULO Vil
¿No es acaso en función de cierto discurso imposible que los prime-
ros interrogantes de la nina en el tratamiento serán preguntas sobre la EL PROBLEMA ESCOLAR
muerte, el nacinúento, el sexo, a tr11J1és de la dimensión de la castra-
ción? Dirección al p arecer necesaria para poder pasar del universo anó-
nimo de " la nena" al del yo y del rú, escandido por el tiempo en
el q ue va a poder inscribirse el pasado simple.
"Quiero la facilidad, es lo que cuenta. Aceptar las dificultades es una
mala idea. Cuando tú eras nfüa has aceptado las dificultades. Has tenido
dieciocho años. Tú aceptas más aun las dificultades; has tenido muy ma-
la idea al hacer así. Yo no he aceptado las dificultades. Era feliz con la
no aceptación. No soy como tú. Sin embargo, cuando era pequefta, so-
ñaba con la prisión, con la promesa de vivir."
"¿Por qué no tienen 'pajarito' las rtiñas7"
"¿Qué peligro se corre cuando se nace?"
"¿J¡n qué consiste perder a los paares7 ¿No estoy ya, de hecho, en
tren de perderlos?", es la pregunta sobre la que nos hemos detenido en
este momento del análisis; en el muy preciso momento en que el discur-
so de la niña no es más por completo el de una psicótica. · según las e stadísticas de Heu-
Aceptar la din1ensión de lo simbólico es para Maruja aceptarse huér- 4SOD00 nillos re~asado~ en !r:::riciente de escuelas para recibir-
fana. Es difícil cuando no se tienen aún diezallos - sin embargo, está en yer, Piéron y Sauvy ' un. n~e1 Ministerio de Educación Nacional, de
realidad ahí una condición esencial de la curación-. Dado qi¡e ello inl· los; la falta , a~n en ~lf ruve . e hacer obligatoria la escolaridad de
plica a tal punto otra forma de intercambios padres-nifta, es necesario una coordinación satis act~na par~ nza común: tal es la situación.
para e~ analista poder captar la angustia de los padres desorien lados por todo nil'lo inepto para segutt la e!)JIC a eó cursos diferenciales y escue·
la hija que t rata de vivir, llamarse por su nombre frente al Otro y no es· La ley del 15 de abril de 19Ó9 , que cr 1 d lim'tados como conse·
tar ya incluida en el Otro. las para nil'los inestables sólo:;; da~o ·r~:~e~ n~s pe~tía itlngún rastreo
cuencia de su ca.i;ácter ~o ~b U:~º:;: atoriedad escolar.
sistemático y no unponida rung chligexactitud P. Nobécourt y L. Ba·
Como Jo nan seftala o con mu a
2
bonneix : d ilépticos ni de perversos, encefalíticos o
a) esta ley no se ocupa e ep
de~)cuen~~s~cluir en el programa de las escuelas normales nociones re-
onu • d 1 anormales·
lativas a la pedagogi~ e occiós. . d. 'especial para las clases de perfec·
c) no prevé una mspe n me ica
cionarniento. d nos diferenciales y las escuelas autóno-
" La ley hace de~~ er 1
. os cu 1 gar de reunirlas en un organismo
mas de varias admirustraciones en u
único." . . n forma sucesiva han sido p resentados proyec-
Con postenond~d Y e. rsos diferenciales y para atender a la
tos para hacer obligatorios 1~s. cu
formación de maestros especializados.

1 J -L Lang: Enfance /nadaptée, Par ís, P.U.F., 1962.


· Par' Masson 1939
2 En Les enft mts et /eunes genr anormaux. "• ' .

81
80
En 1935, Heuyer propuso un planJ En este c¡¡pítulo sólo abordaré las cuestiones pedagógicas- desde el
de los retardados del aumento d . que se preocupa de la detección
' e1 nwnero de cursos dif; · ángulo en que puede percibirlas el psicoanalista (cuando es evidente que
cursos para inestables, de establecimientos de . erenciales, de se trata de un niño fracasado en tal sistema escolar, donde hasta corre el
riales epilépticos, encefaHticos y delin reeducación para caracte-
En J 937, Ja Sra. Brunschw· cuente~ anormales, etcé1cra. riesgo de una internación, y adaptado en otro sistema, sin que pueda a·
Nacional, organizó prácticas ~; subsecretaria de Estado de Educación tribuirse este logro, no obstante, a la presencia del tratamiento psicoa-
que se ocupan de ~'"'o pal a los llllembros de la ense!lanza pública nalítico).
'"" s anorm es. . Mi finalidad consiste en plantear aquí estos problemas, a fin de hacer
Las numerosas iniciativas privad · d ·. . · hincapié sobre la complejidad de un tema que sólo puede ser abordado
de establecimientos especializado as SirVen ~ fe~ paliativo a la falta
con gran amplitud de visión y flexibilidad .
cación Nacional y al Ministerio desS~u¿; c~ea~1ón wcumbirí~ a la Edu.
¿Cuáles son, en el estado actual de las cosas, los métodos de educa·
establecimientos privados escapan a meau7bli~. ~or de~acia , aquellos
0 ción de los retardados?"
Desde la creación de la Seguridad Social ª as mspecc10nes médicas.
los externados médico da ó . son cada vez más numerosos
ser reconocidas entra~n ~a ~~s Y~as escuelas especializadas que, al l. Cursos diferenciales
posibilidad de a~mentar el mater::iª e aqu~lla repartición (de ahí la La admisión de los nif'los depende de una comisión médico-pedagógi·
mero suficiente de personal califi pedagógic.o Y de rodearse de un nü- ca. No se admite en estos cursos más que a nifios llamados educables,
guardia de la Infancia y de la Ad~~ado ). ?rgarusmos tales como la Salva-
cuyo C I oscila entre 75 y 80.
y organización de esos establecim .~c~ncia sel ocupa~ de la coordinación El alumnado se limit a en principio a quince niños. Se trata de que la
tos. Sin embargo falta aún al• n °~ en o relativo a los tratamien-
evitaría la anarq~ía admini;t ª
~~ nacmnal, un organismo central que
rauva y organizaría en fórm al 1
ensel'ianza se individualice , recurriendo a las disciplinas manuales y a las
nociones concretas. En esos cursos por lo general no se admite a los ni·
ensenanza tradicional, la enseñanza d 1 . • a par e a a la ños que presentan trastornos psicológicos de cierta gravedad (en espe-
sefla:nza especializada . e °.5 wadaptados,. No sólo Ja en-
cial los psicóticos y los " caracteriales").
esta e113enanza en el se~:~e~;daptados s.mo también la integración de
deben adelantarse a la pro™• p~:;icas ~dico-psicológicas que a menudo 2. Escuelas que se inspiran eninétodos activos, clases experimentales
Val r- agog1a.
e 1a pena mencionar de pasada 1 .
Hermanos de Caridad pusi~ron en • ~ expenencia belga. En 1857 Jos Estas escuelas corresponden con mayor frecuencia a iniciativas priva-
rado sobre· todo en Séguin destin ~are a un.método pedagógico inspi-
.: ~ co_nuenzo a los necesitados re-
0 das. Si bien excluyen a los mongólicos y los retardados profundos, ad-
tan:lados y extendido a contin
miten una gama bastante amplia de deficitarios rechazados por Jos cur-
.La influencia del doctor Deuc~~lyn ~ ~~ ~ffios de la clase pudiente.
sos diferenciales tradicionales. Encontramos allí psicóticos y niilos con
del siglo XX , desató un vasto mo . ' . em?or Y otros a comienzos
de una inspección médica para
0
::i 1111
ento médico-pedagógico: creación C l muy inferior a las normas aceptadas, próximos a veces a 50, a quie-
dos, desde los seis afios de edad. va ~~:e 1~ detección de los retrasa.
nes l a experiencia de cierto estilo de vida al que se agrega la psicoterapia
las públicas y privadas con der , h n a e cases especiales y de escue- les permite mejorar en forma considerable. Algunos nifios, que llegan a
5
'·" una preparación profesi·ecna! o da tener su propia a u tonom1a. , Se ac- trabajar normalmente, deben la salud a este tipo de escuelas. De paso,
t ual .,,.,,
d . o e 1os retardados a · . se!lalemos que es lamentable que las convenciones de inoorporación ofi-
ma e subvenciones muy liberal que ab b 1 . s1 como un s1ste- cial presenten, en el fut uro, el riesgo de limitar el ingreso a raíz de una
ción de la Infancia. ' arca ªe con1unto de la Protec-
reglamentación demasiado estrecha y de cerrar la puerta a niflos suscep-
Este sistema permite la creación de escuela d . tibles de recuperación, cuando puede brindárseles esa posibilidad.
za, adecuadas a la gran variedad d r d s. e muy diversa naturale-
rótuJo común de retraso. ..e ipos e ltil'ios que se rellnen con el
, 4 No abordo el problema de la organización de los l.M.P. Mi finalidad es tan
Si la organización de la ensefi d 1 solo el problema de la escolaridad en el externado. ·
nivel ministerial, no es menos c:1rt~ ºueºsaretardados es ;°ecesaria en el 5 Citemos el externado médico-pedagógico dirigido por la sellora Niox Oia-
frentamos con la variedad del pro . q bl partu de ah1, debemos en. leau en Lcvalloi! y el dirigido por la senorila Ooghe en Thiais, incorporados am·
tratado de presentarlo en una perspp10/ro e~a del retraso, tal como he bos en la actualidad a la Seguridad Social. Otemos como otra Iniciativa privada la
ec 1va estnctamente psicoanalítica. escuela de la sellorita Forey, en Lcvalloi!. Sin olvidar lo que deben ciertos niños a
l la Escuela Nueva de Levalloh, dirigida por la señorita Roustin . Al comíeMo
Publicado en la Revue médico-socia/e de /'En/anee• año t erecto, numero
• 3, no e.ttaba destinada más que a los nii\os llamados normales, pero Ja introdUc·
1935 . ción, en número muy linútado, de casos atípicos (retardados manilicslos) ha

82 83
Los métodos de estas dU:•
los de la educación sensoria/re~tes esc~el~s están a menudo basados en
examen afectivo profundo). Existe una preocupación legítima de sepa-
dad. 6 Esto supone el uso de •.f:i est~s . d ia por los Hennanos de Cari·
rar Jos niños educables de Jos " no educables", pero Ja propia noción de
cación del tacto' el oído la vista ma e rial ~norme '! costoso para la edu-
educabilidad no es siempre clara; hemos visto que existen nillos de apa-
lar: cálculo, lectura etcé~era Y•ª partJT de a/u, del aprendizaje esco-
riencia propia para la internación, que son en parte recuperables con a·
El método de lo~ Centro; de /nter: yuda de una psicoterapia.
zado por el doctoro. Decrol ( . es. por otra Parte, ha sido actuali.
la del doctor Jadot Decroly ye:;plic~d) en forma especial en Ja Escue-
Se podría clasificar a los retardados de edad escolar en las siguientes
categorías (clasificación arbitraria, basada sólo en lo que sucede de he-
lizado entre todos los educadores d~se as . ~n cierta forma se ha genera.
cho en la práctica cotidiana):
programa de enseñanza centrado en ;:orm ~s . Se intenta establecer un
necesidad~s del nifio (alimentar-
se, vestirse) y en sus relacione
ño ?'Jos animales, etcétera). s:
:::~i:amed1~ (el niño Y su familia, el ni·
JlOSlble; que deje Jugar a una PQsibilid d ~ue en.sc~a~~ sea lo más viva
ª
• Niños aptos para beneficiarse con los cursos diferenciales, es decir, pa·
sibles en lo esencial de una pedagogía especializada.
a la vez, al máximo, la participación a:tivacdtri3~ªJº mdmdual, buscando - Los que han sido rechazados por la comisión y enviados a Centros pa·
A esto se agrega la introducción d . e mteresado. ra niños con un C I bajo, generalmente un I .M .P. (Internado Médico-pe-
de determinadas dificultades: e metodos especiales, específicos dagógico) . Algunos de estos nii'iOs son recuperables si se los ubica en un
1) El aprendizaje de la lectura de ¡ . medio menos asilar. Hay entre ellos psicóticos que, sea el que fuere su
ª
cuenta Jos trabajos de la seño B Y M escntura se hace teniendo en c 1" requirirían más bien hospítales de día.
2) Lo mismo se h ace ara'fas ore1 aisonny al respecto . - Los nillos enviados o rechazados de Jos cursos diferenciales, adaptables
bligatoriamente Ja ayuda ~e un fo~~~ultades del lenguaje (se requiere 0 •
rados). 1
raen os establecimientos incorpo-
a un ambiente normal. ·
· Los niños que, dirigidos hacia un Centro de retardados graves, logran
3) Más tarde se ha prestado t i6 integrarse en un medio del tipo de la e:rcuela nueva.
señora J aulin ha actualizado a e~c : a las dificultades d~ cálculo (la • Aquellos que con un C 1 relativamente elevado (80) fracasan en las cla-
destinado en particular a los ~n m to ~ de preaprendizaje del c:ílculo ses de perfeccionamiento .
el plan~ témporo-espacial). llÍfiOS que tienen trastornos acentuados en
4~ Siguen a continuación Jos traba.os . Tratemos de ilustrar con ejemplos algunos de estos íiems
de dJbujo, de pintura libre (cabe ~ manuales, las diversas técnicas 1) Los cursos diferencia/es permiten que ciertos niños, auxiliados,
ción de los trabajos de Amo Stem) su rayar, en este terreno , Ja aporta- por o tra parte, con psicoterapia, entren en el circuito nonnal, a condi·
. ~) Hay que señalar también la ~ uda a o . ci6n de que su fo ndo masoquista haya sido puesto en evidencia. Este
cializad~ y Ja representación teatral .y p rtada por Ja gnnnasia espe- fondo masoquista, por lo demás, corre parejo con una conducta agresi-
6) Fma!mente, se ha puesto el ace t va que apela a la respuesta ansiosa del Otro . Algunos de estos niños tie-
bre la reeducación psicomotriz r. . n o, e~ fo?11a preponderante, 50• nen una necesidad afectiva de destruir un medio normal para triunfar en
y práxica, reeducación gestual 'et1~ca, ~laJrmn, reeducación gnósica un medio "que avergüence a los padres" . Algunos fóbicos se hallan divi-
parados es obligatoria la particlpa ~e~ . nd os establecimientos incor- didos entre el riesgo de destruir el medio y el miedo de tener "la cabeza
, c1 n e ree ucadores especializados.
que estalla", siendo entonces sentido el éxito escolar como una amena-
La selección del alumnado se h za.• !i\.lgunos nii'ios rechazados en clases de perfeccionamiento y orienta-
que el examen puramente intelec::_::j sobr~ todo, en base al C 1 (sin dos al l.M.P. desarrollan un verdadero complejo de " abandono" ; la ubi·
sea Siempre completado por un
cación no hace entonces más que precipitar los mecanismos de deses-
tructuraciórí~ Estos niños corren aun el riesgo de instalarse más y más en
permilido muchu veces una recu ., ,
un comportamiento asilar al que ya no se puede hacerlos renunciar.9
pecíaJ.izado, donde los niños ,., mi::'::;~º;,,'~ vez m~s _eficaz que en un medio es-
pldecen_~Ormal.idadcs. Po r d~¡¡racia, des ués~partim1ento estanco entre los que Es deseable, pues, una posibilidad de psicoterapia para todo niño
convencaon con el Estado, se vio o bligada: h e que ~ta escuela se avino a una destinado a ser orientado en un I.M.P.: toda orientación está destinada
tos para la enseñanza nonnaJ terminand
aJsunos. '
7 azar todos Jos casos d e ni~os inep-
o .. una experiencia tan beneficiosa para
al fracaso cuando no comporta una motivación válida para el sujeto. A
6
lo l:ugo de este trabajo hemos visto hasta qué punto el drama de estos
Education senvri fl h nillos es, precisamente , no ser nunca tratados como sujetos de sus de·
1922. e e e ez 1es enfants anonnaux,Fréres de la Otaritó, Gante,
$e<>s. (La entrada de un :iúfio co n~ente de sus dificultades en un esta·
blecimiento especializado , es preferible , como pronóstico de recupera-
84
85
. ro fundo de algunos de esos chicos. A la
ción, a la de un niflo que llega allí indiferente, sin sentirse preocupado en el sentido del masoquismo P rvos en algunas escuelas no con·
por su porvenir, "porque se lo ha metido ahí"). inversa, la influencia de los métod~s ac J sibilidad de evolución na·
2) Algunos oligofrénicos psicóticos se adaptan mal a los cursos dife- . ales aporta a este tipo de nil\os una po
vencion
renciales (en los casos en que por excepción son admitidos). Es preciso da despreciable . • . s es no tener ninguna idea precon-
seílalar que son, en mayor medida que otros, sensibles a la salud mental El secreto de estas ultunas ese.u~1a. . a Jos niilos (sin que se dailen
del maestro. Gil, por ejemplo reaccionó con pánico frente a la estructu- cebida, salvo el cuidado de perrni~~:1~omar conciencia, desde el co·
ra depresiva de un excelente maestro , cuyo único defecto era ser des- mutuamente}, o?serv~rlos, ayu~a al nnitirles múltiples fonnas de
graciado; así, el niño reaccionaba con una conducta agresiva en absolu- mienzo, de SU situac1~n de stl}ttOS,
expresión, habiendo Sido dur~~e. mu
ero tiempo objetos modelados a
lar se efectúa en un segundo
to inhabitual e inexistente en las casas normales donde había tenido
ocasión de estar en época de vacaciones. Poco faltó para que el niño voluntad del aduho . . La adqu1~1c1~~e e~ión al grupo. por lo demás, es
fu era encaminado a un establecimiento hospitalario, a pesar de la opi- tiempo después de una necesan.a lll gra do con la exigencia de las ma-
• ndo se tropieza a menu f cili
nión contraria del terapeuta y del médico del Centro psicopedagóglco en este momento cua . o la instrucción y se muestran.con a -
donde era controlado. Ahora bien, colocado a continuación en un me- dres que buscan con entuSlllsm " t 'do" a un ritmo suficiente. Esta
dio de escuela activa, especializada para retardados, Gil no sólo tuvo un dad 'descontentas si el niflo no es nu n lad ser en sí misma benéfica
comportamiento nonnal, sino que aceptó una escolaridad rechazada has- insatisfacClón · mat ema puede • por otroal fi º• lugar donde las ·wcia
· · t'vas
1
niño quien va a encontrar, 10, un
ta entonces (es decir, hasta los diez aílos). "Quiero de veras leer, porque para e 1 • lo través de la madre.
ª rd d es necesaria una selección,
despues puedo partir piedras". Y más tarde el nil\o me explicará: "En la
otra escuela tenía miedo; el maestro estaba loco." En realidad no estaba
serán tomadas por él so Yno
SI en Jos establecimientos Pªr:1 ret~e :n:s codificación demasiado es·
debe ponerse el acento ~n. el pelis: del C 1 , cuya rigidez tendría por
loco, pero su depresión despertó en el niño el recuerdo de la depresión
de su propio padre, que había terminado suicidándose; poniendo alma- tricta, basa~ .sob~e e~ u~coc!:~! límites, en tanto que hay psicóticos
estro a prueba, Gil hacía, en cierta forma, revivir a su padre ... efecto la elimínllción e os . a ia en forma paralela.
3) Irene: C 1 60; rechazada en un curso diferencial a cal& de su de- recuperables si se encara.una :nc:'!:Ukados con una perspectiva de cla-
bilidad motriz, de su aspecto "poco despabilado" (en esta nil'la el papel Muy a menudo los nil\OS d._,.. del médico acentúa por arte de
.. cuyo caso el vere •~'º rt 'dad en
de los factores orgánicos en la génesis de sus trastornos aparecía irrefu- sificacwn, en rd s· les brinda una opo uru •
table}, se desenvolvió a tal punto en una escuela nueva (para normales) magia el carácter fatal 4el reta o. ihse e a menudo una obra útil. Poc
que llegó a cursar un s0 grado, con excepción de cálculo·. Sobreagrega- el medio dispuesto a '.ªce~t~l~\:c:~eficiente debe, por un lado, r~­
do a sus trastornos existía un estupor fóbico que cedió poco a poco ba- ello, toda ceglamentación e a lll evitar la explotación de cierta rnisena
jo la influencia de la psicoterapia. dearse de garantías morales para 1 iniciativas individuales, a
No es, pues, raro encontrar un niño con un C 1 bastante bajo (60) humana· por otro lado, más aun, apoyar as. enta1es con un carácter
que lleva todas las de ganar al ser colocado en un medio más evoluciona- fui de ¿ue se multipliquen .las escu~~ee::n escolar corresponde a
do: el contacto con retardados graves lo deprime y contribuye a frenar propio. Esta no homogeneid~d e; d p agrupados bajo el rótulo de
en él todo progreso y curiosidad. una necesidad: la de la d1versida e caso5
Si un ambiente de retardados graves puede permitir, eventualmente, "retraso". . . stemas escolares diferentes, no se
un progreso en el plano técnico (motricidad), esta ganancia es a menudo Lo éxitos bastante paradoial~s ~n Sl picado ni por el nivel intelectual
poco significativa comparada con la falta de emulación en el plano afec- explican ni por el mét~do pedag g1~0 e":.e éste encuentra, en respuesta a
del sujeto, sino más bie~ poc ª.que q ar aUí
0
tivo. Estos niños se dan cuenta de que están con los "idiotas" y reaccio- .
nan con una conducta de agresividad pasiva. Les falta algo esencial para lo que, en fonna inconsc1ente,1ba a bi;sc acenwarlas dificultades del ru-
su desenvolvimiento personal. EI educador pue~e, con s~ ;~¡i:sd:~pegue; y esto' bastante a menu-
Es así, todavía, como Raimunda (C 1 63) se transformó el día en 1\o 0 por el contrano, pemuur
di? s~ que en cealidad lo creyera pr;>b~ble. especie de anocexia escolar
que le fue posible la frecuentación de una escuela de economía domés-
tica , pese a su imposibilidad de seguir allí los cursos teóricos, demasiado
ard uos para ella.
'>'Es evidente que un nU\o que su t e ~~~de nada le sea de hecho i.Jn-
se enoontrará más cói:nodo en un ~o medio puede crear en otro la
uesto También es cierto que ese
P · d adro estructurante.
La orientación pedagógica de todos estos nil\os plantea, pues, un angustia por falta e un cu f sifvo es a menudo Po1 "
problema. Una pedagogía especial, fundada tan sólo en la adquisición \¡ Si el medio normal puede tener ~ ~~t~ 1:vo1~ciÓn del níllo. De be-
de automatismos, no es siempre la solución más feliz , porque se orienta que interviene en un momento prec
87
86
{· iflo tiene siempre todo a ganar cuando
cho, el medio escolar se presenta a través de un camino ya erizado de di· zar diagnósticos sin a~uda. El n rt Su drama comienza cuando los
ficultades. El maestro despertará con frecuencia resonancias de presio- se le permite un máxim~d; ªf¡~ ~i3doctor dijo que soy débil mental
..
nes parentales antiguas y del modo en que el niño llegue a soportar es- adultos ya no esperan m ~ . " Cuántos diagnósticos de este
ta situación dependerá su despegue.
po r la fiebre que tuve a los cmcodaflos ...muerte fiiando para siempre
cen con enas a . • • il. t
Al fin de cuentas, no hay método pedagógico que pueda ser presen. tipo se escucll~, y pace !ano de sobceprotección culpab izan .e
tado como una panacea; los más criticables pueden ser eficaces en cier· las relaciones rui'lo-p~ces en un p . ás eno· osos. -~··
tos casos. La personalidad del maestro puede ser Wl factor importante, cuyos efectos neuróticos son .de l~ m. nal istriba en poder orientar a to·
por lo demás casi incontrolable, pero entre otros factores de los cuales S La misión de Ja Educación. aclO . tema escolar muy flexible, que
· . _ (l pondna un sis ·
es difícil decidir por adelantado si su constelación será o no fa\IOrable. dos los mnos o que s~ una escolarización q ue tuvier.ª. e!1
En el estado actual de las experiencias pedagógicas y de nuestras cla· ermitiera a todos \os IJladapt~dos scolar menos rígido pernutma
P ') Un sistema e s
sificaciones en materia de retraso mental, sólo se puede desear la prose· cuenta sus d jfj1culta d es · . l medio normal (lo que no e
cusión de tentativas mal reglamentadas, cuyos éxitos y fracasos me pa· en un plano humano recuperaciones en e
recen bien instructivos, tanto para los pedagogos corno para los psicoa- posible en clases sobrecaig~das). edida en que importa descubrir ~on
nalistas y que , por afladidura, se muestran más bien beneficiosos para El problema es complejo en la ~ó t s de concebir los remedios.
los propios. nifios. El gran peligro es que Ja reglamentación escolar (de claridad el sentido de la . inadaptaci. ~ ans~pone posibilidades escolares
Jos niños retrasados) vaya más rápido que nuestros conocimientos reales. Esto no se puede hacer Slno en ~qwp y da ser realizado, en cada caso,
más amplias, para que ~l tratam1en~o ·~~es
En conclusión: en el medio más conveniente para e ru .

l) Si he hablado, en este capítulo, de experiencias pedagógicas diver·


sas y de Ja variedad no menor de diferentes tipos de nifios débiles o con
desventajas, es para subrayar que éstos saldrán fa'IOrecidbs al no recibir
en forma ' prematura un "rótulo" determinado, del que dependerá toda
su orientación futura.
2) Si me he extendido tanto sobre los diversos tipos de experiencias
pedagógicas es también para subrayar el efecto terapéutico inesperado,
q ue en alguno facilitará una reinserción social y hasta una curación, en
tanto que en algún otro el mismo tipo de escuela no aportará nada positi-
vo. A cocientes intelectuales iguales no corresponden idénticos tipos de
ensenanza. Jamás se .insistirá b~"tante en las razones inconscientes que
impulsan a determinado nif!o a adoptar, en cursos diferenciales, una con-·
docta que lo haría aparecer como un asilar y, en otro establecimiento,
mostrarse· capaz de una adaptación perfecta, que permite la continua-
ción de una psicoterapia; en tanto que, para tal otro, la misma clase di.
ferencial constituye la solución para su salud.
3) Lo que me parece capital en mi estudio sobre el nil'!o débil men- bate• todo un mov!Jniento actual
. ? J969. Este capítulo, escrito en 1 96~' no cªuestlona Y enjuicia las instltudo·
tal es en qué gran medida es necesario tener en cuenta el problema mé- 'ue tanto en Francia como en ~I extr~Jº'ºcie " cuidados". El rastreo en higiene
dico-psicológico y no descuidar nunca el esclarecimiento que puede a- q 'tradicionales de enscilanza ~1ferenc1al y s utilizado con una visión esencial·
portar el psicoanálisis. Sólo un trabajo de equipo (médico-psicoanalista) ::ntal se mJJnlfiesta corno patogeno, porque e
permite una orientación válida del nil'!o inadaptado ; orientación que de- mente segregadora. . . . duccn en los hospitales generales o e~
bería poder ser siempre cuestionada. Es revelador que, en los fracasos 8 Hay en Francia cxpen~n~as que '!'l!~os una posibilidad de tratamiento pS1·
de las orientaciones pedagógicas, se advierta que ha sido omitido el fac. los consultorios cxt•rn?s rned1c~-pedag~ra del establecimiento y pan otros den-
analítico, que se realiza para a gunos .
tor psicoanalítico, desmintiendo así los pronósticos más optimistas o
~;:,. tt:dedor de un IJlillón de niños "m~pta-
los más pesimistas. á J97J . Hay censados e:n es~a fecha alcar un problema político; el d e un •rstema
4) La enscnanza primordial que brinda la aprehensión psicoanalítica d s" Esta cifra elevada no de¡a de plant .. •
de los casos más graves es la necesidad, para el consultante, de no reali- q~e Íabric• /01 inadaptado• que "neceS1tamos r

88 89
CAPITULO vm
psiquiatría francesa, he tratado sobre todo de introducir, aquí como en
EXPERIENCIA EN CONSULTORIO EXTERNO
otros lados, la comprensión psicoanalítica en el problema de cada uno .
MEDICO. PEDAGOGicoi A través de la aride-.t y la monotonía de estos informes, el lector ha-
llará la preocupación que a lo laigo de todo este hl>ro he tratado de
HISTORIAS DE CASOS mantener y que permite adelantar lo siguiente:
Un diagnóstico es un punto de referencia para el m édico. Para el en·
f enno, un diagnóstico no tiene mucho sentido y no sabe qué hacer con
él. Se trata de ayudarlo a superar un veredicto y esto no puede hacerse
sino a partir del diálogo; todavía falta poder establecerlo.
Veamos, pues, el informe de casos de niflos orientados hacia consul-
torios externos médico-pedagógicos a causa de su retardo mental. Para
algunos, dicho retardo mental encubre, de hecho, una evolución psicóti·
ca.

A. ANAMNESIS

.Se me reprocha a menud


baios: es muy atracti o ~a falta de precisión no . . l. Ana. Edad real: seis afias y medio ; edad mental: cuatro ailos y me-
b!emas del retardo vo, me dicen, abordar como Jo ~ló~a en mis tra.
nes psiqlliá'.t . • P~. con todo . no pierd
• . El d. neas ~senciaJes? •¿
ace usted Jos pro.
e usted de vista las nocio-
Se
dio; C 1 69;no se le hizo electroencefalograma.
trata de hecho de una evolución psicótica .
La nitlita, tercera de tres hijo~, llega dieciséis af!os después de los ma-
¿ Ll8Dóstico de encefaJj ·
ro? Usted dice que el niJ'l0 tis estaba mal encarado d yores. La madre se esfuena por ocultar su embarazo: ''Tenía vergüen·
vez se trate de ot presenta secuelas en el 1 ~e el conúen. za". Poco antes de que su hija naciera, tuvo el presentin1iento de que no
• ¿Puede ser ra cosa. Pano J>SJcomotor. Tal ser(a igual que con los otros: "¿Qué es lo que saldrá de aqu1"1", se repe-
Le aseguro q~~ sus niflos retardados h . tía sin cesar... ·
U que el verdadero" débil ayan sido mal catalogad ? Parto difícil. El bebé rechaza Ja leche, pero parece precoz, reaccio-
na vez más esta se presenta co os.
el nivel pnlctÍco ·qª!crtu;; psicoanaI(tica no carecendm~nos problemas. nando a la voz materna, sensible a su presencia.
La objeción ~ ha se el.anta con ello? e mterés, pero en Sin emba¡go, a Jos doce días la nifla es separada de la madre. Lama·
completar este traba. Parecido bastante seria com temidad la retiene durante un mes (en una incubadora) y se ocupan de
pedagógico (es de;/º con una encuesta en COnsult ~ para que trate de ella una serie de jovencitas.
retardados por indi • e~ un medio especializado qººº:,xterno médico. Es devuelta a Ja madre en un estado físico lamentable, vomitando
competente de la Se:~~~~ r._s1 uiatra y bajo'el u~nt:J ~c;be nill?s
iq)
·
siempre y llorando día y noche. La madre siente, con toda claridad, que
El legajo de estos nin c..., . e sernCJo tiene en sus brazos un niflo en peligro . Ante el estado precario que pre-
bién aquí ir más all4 d os es con frecuencia lacónico H . senta, surge en ella la idea de alimentarla de noche y la niña comienza a
liar. ' e un veredicto para ab · e querido, tam. encaminarse (es decir, la madre siente que se establece de nuevo un con- ·
Si, i:omo se verá 1 arcar una situación ffl111i· tacto, aunque la niña continúa vomitando los biberones durante el día).
una c/asificac. . _en as conclUSiones de est . A los dos meses hay que hospitalizarla de nuevo, por desgracia, para
ion teruendo en cuenta las adqu· ~ ~p1tulo, he establecido
una operación considerada más tarde inútil (tumo r cerebral, ganglios in-
IS1ciones tradicionales de la
i
flam ados). Son afectadas las cuerd~ vocales. La nifla está al borde de Ja
Agradezco a la señoril O muerte. La madre Ja retoma a la edad de tres meses; se siente ella misma
da. a J.·l. ~ P<>r haber a .ºBh• el haberme abierto muy fatigada y exhausta para acoger a una hija con quilln hay que resta-
cntlcas que me fueron v~~~o a bien releer los capít::!o:~~la. Estoy reconocí. blecer de nuevo el contacto.
y Vlll, aportando
Para ella, su beba ha conocido dos veces el abandono; ha sido agredi·
da físicamente y le ha sido devuelta sin voz.
90
91
Los vómitos van a repetir h
bio de régimen (alimento só~o)ª~: !ºs ocho me~s. Des~ués del cam- La mayor de tres niflos, Carola nace en un momento difícil para loa
pequefla se vuelve alegre. rastomos alirnentanos cesan y Ja padres: ninguno d e los dos tienen todavía formación profesional. Son
Sm embargo, es preciso aguare! . .d . jóvenes, no tienen dinero y están preocupados por sus exámenes. La ni·
"Era práctico que permaneciera ar vemtJ os meses para que camine: ña conocerá , en forma sucesiva: Ja casa~una a los tres meses, un destete
reas"• me dice la madre D h ch en su lech?, para poder hacer las ta. brusco a los cuatro meses (la madre está de nuevo encinta) y a los seis
tal punto inerte que "do~deeseel
0
• ª.Jos q_ umce meses lanilla era hasta
La a pon1a se quedaba" meses la separación de la madre , reemplazada por la abuela materna.
adquisición de la motricidad va a' · · Al parecer, se establece una buena relación de objeto. 2 Pero a los doa
~a, Y desde ento nces todo s ucede co P:1f:da con una conducta fóbi-
madre. "Ella tiene m:..d
a
1ara el riesgo de hacer revivir en lan;.~s1 el ~ueva experiencia apare.
a e peligro de la pérdida de la
aflos la nii'la es retomada por la madre, que ha alumbrado entre tanto un
segundo bebé. La nif1.a es confiada durante el día a una nodriza, junto
. "~ o Yse pega a mf'. · con su hermanita.
La propia madre está ansiosa· "Los nillo d" Entra ent onces en un período depresivo, con comienzo de crisis fóbi·
a~iedad." La imagen paterna es.de lo más dse~·~cC:-dh~.bloqu~ado
1
mi cas. En tanto que reclama con desesperación a su abuela, vive su rela·
nu luz", me dice la madre Los . u¡a a. Los nifios son ción persecutiva con el Otro sobre una serie de objetos transicionales
.
do b ten · mayores, sm embargo h d
. Sólo la menor presenta u .. . .'se an esarrolla- que serán rotos, destruidos, torturados.
" .Q · · na evo1uetón pSJcóhca
¿ ué es lo que saldrá de aquí?" se d .. 1 .. La llegada de un tercer bebé, niílo esta vez, con un intervalo bastante
to- , antes del nacimiento . · ' ª
yo madre -ya lo hemos vis. corto , nada soluciona (la niíla, por lo demás, hace como si ese hermano
Cuando más tarde el médico ll . no existiera). Se trata de la reviviscencia de unos celos ya experimenta-
sabe hasta qué punto su diagnósti:a tu at~nción sobre un tumor, no dos sin haber podido ser comprendida . La niña parece haber perdido las
madre , va a crear en ella una es ec~ a reunirse con los fantasmas de la referencias de identificación con el nacimiento de la segunda. Después
realidad en el lugar de la fantasí/ de shock, por la irrupción de la se ha aislado cada vez más, tomándose inadaptada en la edad escolar.
Por otra parte en la nifla hubo pénl.id d •' De hecho, al nacer la hermana (coincidencia con una separación
e~o representab; desde el punto de vistaªs· e~ ~z matero~ (con lo que y la pérdida de una buena relación de objeto, esencial para un nilio
pia voz, en la realidad Cuand 0 b h 1m lico) Yagresión a su pro. perturbado por separaciones precoces) es cuando va a quedar detenida,
blece una clara distm · ·ció se sa e asta qué punto un bebé no esta- hasta los seis ailos, toda adquisición del lenguaje.
n con respecto a su m 3d .
cuerpo de ésta es sentido por el nifl re, en qué medida el Carola dice "tú" en lugar de "yo" y no pronuncia una frase sino en
dirse el drama del bebé arran d o como su propio cuerpo, puede me. repuesta a una pregunta que ella misma se plantea y que el adulto debe
referencia simbólica con res ~ ª
0
~ madre, perdiendo todo sitio de repetir, pues su discurso sólo puede ser el eco del discurso del Otro . Al
ción en el nivel de lo real (pep~ui ~ ade 1ª y sufriendo además una castra· perd\lr al Otro ella se ha perdido (el enfrentamiento al menor en la reali·
Es difícil dec· . . IJ cio e as cuerdas vocales). dad se ha superpuesto al daño sufrido en el plano simbólico por la pér-
. u si, a panu de ese mome t .. 1 .
Lo Cterto es que esta niña va a ti no, e Juego estaba dado". dida de la abuela. La nifla no ha podido hacer en esa época una regre-
ya hemos Visto a qué precio. ormarse con la base de esta fragilidad, y sión satisfactoria, porque la regresión habría significado un retorno a
. Su ubicación en un externado médi . . un período anterior de inseguridad). La elección psicótica se ha presen-
lldo, porque permite no sól co:pedagógico mtegral tiene sen. tado entonces como única solución.
una psicoterapia que es Jo ú~~na escolandad flexible sino' sobre todo Los trastomos del lenguaje y el retraso no pueden ser reeducados.
por fóbico, de mutismo cuya r:ia~~~ puede sacarla de su estado de estu: Sólo un tratamiento psicoanalítico puede ayudar a la nii'la a salir de su
No se trata aquí de ;eeducación ~~~n;! r~~rd~ queda por aclarar. mundo persecutorio .
sacar a la niña de su mundo psicótie<'.i. s ten e tratamiento para
6~ ; E E G: no realizado.
111. Carlos. Once ailos; C I :
IJ. Carola. E.R.· seis aílos· EM · Orientado en externado médico-pedagógico con motivo de su retra·
no se le hizo E E c." . .: ..
cuatro aílos Y dos meses; C 1 60; so, después de un ensayo infructuoso de reeducación del lenguaje y psi·
lia sido aconsejado el externado médi d . comotriz.
psicoterapia. No se trata de un retardo ".°i>~ ~óg1co, con vistas a U!la La ausencia del lenguaje inquietó a la madre cuando el nillo tenía
rasgos que hacen pensar en una . st.mp e, ~o de un conjunto de cuatro aJ'los.
referirse al solo factor de retard:v~J:ic~ón ps1~ttca (no es posible, pues, 2
llJOS precoces que evoca el cuad ) esarro 0 dado por los traumatis- Rdación de objeto: t érmino freudiano para designar las relacio nes del sujeto
ro . con una persona, por oposición a las a ctitudes narcisistas (como se dice, en et len·
guaje corriente, el objeto amado).

93
-~
'•9 , , ·

. h ·a agachado en el suelo, 00- • ,


"No quería hacer en un tach o, ac1 "
teres. · ·ente adecuado .
De hecho, su historia remonta al nacimiento. Desde el principio estu- rno un perro' pero nunca en un ~eetp~ilépticas hasta ciento veinte por
vo demás, como la madre estuvo demás en su propia familia (no criada Después llegaron las ausencias e a to'da costa una ubicación.
por una madre que rehusaba educarla). Condiciones de alojamiento dra· día las que decidieron a la madre a buscar angustia y crisis caracteria·
máticas acentuaron la perturbación de la pareja, que vivía en hotel y era ' ._ dió al echazo materno con . ·
El runo respon r te niflo· qué había en él inexpresable,que no
amenazada con la expulsión cuando el bebé lloraba. les. iQué buscaba, pues,_es ' . ? .
Los padres no conocieron más que esa expulsión durante los prime- podía asumir ni introducir en su lengu~~: dagógico peanitió el cese
ros aflos de vida del nil!o y éste , en respuesta a las fantasías de aquéllos, La paz que halló en el externado md icbo·peestoy obligada a atarlo, en
. ("en casa uste sa e . d
gritó desde el nacimiento en fo nna ininterrumpida, no dejando a la ma- de las crisis ep iléPt icas á d' co!aridad deficiente para ree U·
dre ningún respiro, ni de día ni de noche. " ¿Qué es un nillo? Desampa· " )· ro adem s e una es d
espera de esto •pe , . l1'fco como única posibilidad e ayu·
rada, en esta pieza, yo me decía: ¿qué es lo que hace aquí, quién es?" car estaba el trataITUento psicoana 1 desesperación que hasta en·
A los catorce meses, separación del nifio,dado a una nodriza para ali- dar' al nif\o a introd~cir en el len:;~:en~on el lenguaje corporal.
viar a la madre (en espera de que fuera asignado a la pareja un H.L .M .*). to nces no había podido expresar .
La madre no lo retomó sino a los veintiún meses. "Estaba como lo·
V. Dionisio. El cuarto de cinco hijos; diez af\os; C 1 79; E E G : nv
co, rodaba por tierra ; estaba pálido , triste y salvaje ; aullaba ."
Nada arregló el nacimiento de un hermano, un año más tarde. Llega- efectuado. . -peda 6 ·co a causa de su retraso
do a la edad escolar, Carlos no pudo aprender a lee1. Orientado al externado médi~o n~~muerto (ictericia precoz) Y
Si el factor escolar es importante en este caso (a los once años el ni- mental. En la familia se comprue a un
1\o no alcanza el nivel del curso elemental) no es meno s cierto que sólo dos débiles mentales. . 1 adro· ·mcompatíbilidad de grupo san·
·co doml!la e cu · . . · 1
el tratamiento psicoanalítico podía sacar al nIDo de esa situación . El f actor orgánl d d if\os hace una ictencia nuc ear
dres· uno de ca a os n
Al comienzo, Carlos era para la madre un ser desprovisto de toda sig- guíneo en 1os pa • 1
movimientos coreiformes.
nificación. No tenía ubicación más que como testigo de la d~sgracia ma- con lesión cerebral. Además, prese~ ª á · ha sufrido hospitaliza·
terna. Sobre ese fondo de inseguridad se injertó Ja separación madre-ni· Sin embargo , además del detenoro o~ _ruco, 1 rirnera infancia:
f\o . El regreso a la casa, un afio después, lo conocemos: en~prético , e- ciones precoces Y
deterioro m9¡al Y f!SICO en
· .
ª P
s· el nif\o es atado en
nurético , cubierto de granos, congestionado; tal era el cuadro de trastorno - Hospitalizaciones a los d iez y qumce medse ;,
moral de un nif\o demasiado frágil para ,estructurarse en ausencia de la · andovealama re ·
la cuna "porque s~ emoc16ona ~u d'eciocho meses y operación desastrosa
madre. (La separación se había efectuado sobre un terreno en que el ni· •. Nueva hosp1tabzac1 na os 1 .
lio se sentía ya rechazado, en el nivel simbólico; desde entonces estaba . il\ sale trastornado y nervioso.
de vegetacio nes . E1 n o . ifoideaen forma meníngea conduce a
maduro para embarcarse en una e'IOlución perturbada). · ·- A los dos al'ios Ymedio• una t d de pánico del niño aumenta Y
El niflo no ti_ene casi lenguaje. ¿Qué podría decir él, que ha vivido to- una cuarta. h~spit_alización. LaU:~a :::mación en Néris-les-Bains, para
do tan intensamente en su propio cuerpo1 motiva la 111d1cac1ón de un_a q El il'io es atado nuevamente y sufre mal·
un tratamiento de los nemo~. ~ n fue más tarde cla\lsurado por la Se·
N.Juan. Ocho aftos, débil epiléptico ; C 1 65; E E G : muy perturba· trato físico en un establecmuen o que,,
do , con numerosas oleadas de ondas en pico . guridad Social. "Se volvtó co:o loco. los médicos desde los dieciocho
La madre me dice: "Es el mayor de tres niflos; es decir, que vale por De hecho, el niílo ~a ten ° te_r~~:o su comportamiento fóbico (ha
dos"; y agrega: "mi cuerpo no estaba hecho para recibirlo. Hijo mío, meses. La hospitalización ha prec1lp~ utilación que dificultó, en con·
habrá que haced e lugar; es pesado." habido irrupción de_un hecho. rea e m '
Tal es, pues, el lugar reservado por la madre al niño. secuencia , la castración simbólica~. e la amenaza continua de pér·
Desde su nacimiento , el bebé lloró sin interrupción ;cada uno de sus El niño va a sentir ' en su pro~1oalizcu lf'°nes' las separaciones , tendrán
deseos sería sentido por la madre en forma persecutoria. No se deseaba . 'd d Las hosp1t ac10 • d
dida de la mtegn a · resión con el desamparo e no
que caminara demasiado pronto, pues las dificultades de alojamiento siempre , así, el sentido de una nueva ag na ~agen masculina (el niJ1o,
hacían que el sitio del niflo fuera el lecho más que el suelo. Todo el re- sentirse protegido contra la madre por·~o por una madre a quien sentía
traso del primer desarrollo correspondió al deseo de los padres.
El niilo se oponía a la madre en cuanto al entrenamiento de esfín-
enfermo se sentía siempre mal proteg¡ r s)
como mi°potente para_ precavcrlo_d: los~~ i: p~dre", me dice la madre.•
"Yo hubiera querido un mand co . . testinos." (Tiene, en efec·
a
• HL.M.: sigla de habitatlon /oyer modút (alojamiento de alquilere• mode· , " Mi represión - agrega más tarde- son mis ID
rados): inmueble generalmente construido por una comunidad y destinado a fami·
liude escuos ingresos. [ E. J
95
94
to, una parálisis intestinal que cesa cuando el objeto de angustia se ma- Sólo una investigación psicoanalítica podría acla~rnos este pu_n to .Y
terializa en el niño, qui~n viene , de algún modo, a oonstítuirse en relevo hacernos comprender el sentido que para la madre t1Cne la deficiencia
del instestino ...). de su hijo.
Por s.u. historia, Dio~isio hubiera sido, aun sin trastorno oiPnico,
una poS!bilidad de d~st1110 psicótico. La organicidad aparece tan sólo. Vil. Juanita. Quinta de cinco hermanos; trece afíos; C 1 54; E E G :
_como fac~or suplementario. Dionisio es débil mental, como su hermano, no efectuado. ..
~ro no está ah~ lo esencial. Este niño no·puede ser recuperado IJlás ql!c.
" la hemos puesto en E.M.P.• porque no La quieren en o tro s1110. Para
st ~lega a traducu _ en palabras un pánico que vive en el nivel del cuerpo, nosotros está bien. Que haga lo suyo, es suficiente." De tal modo lama·
a causa de la _falta de un mediador simbólico . ¿Cómo p0dría superar su dre encara las dificultades de su hija. "Nosotras dos nos entendemos
enfermedad S1 permanece atado a una fijación traumática de su Iústoria? muy bien; es mi preferida ."
3 . • En realidad, sólo la madre comprende el lenguaje de la nil\a: Esta pa·
Sanar, para él, sólo puede concebtrse como una reconquista de sí
como sujeto, no alienado en el espanto. rece haber tenido desde el comienro un retardo en el plano psicomotor
(a Jos seis meses no se mantenía sentada) p~ro hasi~~ muy bien. integra·
VI. Claudio. Seis aflqs_; C 1 º~¡ E E G : no realizado. da en una familia numerosa donde cada niflo part1c1pa en la VJda de la
Hijo único de una pareja de gente sencilla, cuya vida es difícil a causa casa y donde la armonía de la fratría es buena. . .
de las malas .condiciones de vivienda. "Una pieza muy clúquita, con to- Juanita parece haber hecho una evolución de débil mental; muy bien
do adentro, hasta Ja coc.ina; de noche se hacen las camas y es todo." - tal vez demasiado bien- aceptada por la familia. •·se halla en el papel
"Tiene adoración por su tren eléctrico, pero la pieza es tan pequeña de niña mimada, lo que no sucede con el hermanito." . . ,,
que hay que caminar por encima y no se lo puede instalar. Para que esté De hecho , aun con la hipótesis de una "verdadera debiltdad .' no pue-
t ranquilo no hacemos venir a nadie." de evitarse destacar que es en tanto que débil mental que Juaruta ha po·
A los dos anos y medio, la madre se separa del nifio, quien vive hasta dido hallar un lugar en el seno de la familia.
los cuatro 3J1os con los abuelos maternos, que sólo _h ..,lap bretón, la Las sesiones psicoanalíticas, aunque no modificaran para nada el C l ,
lengua de la madre, un idioma que ésta se había prolúbido hablar con su permitirían tal vez aclarar cómo Jos beneficios secundarios de la enfer-
hijo cuando bebé, por consideraciones de status social. medad4 han hecho formal ~ Juanita. Partiendo de ahí se podría llevarla
A los cuatro allos el nil'io se sentía perdido en París y se mostraba i· a asumirse como sujeto responsable.
nestable en la clase. Sin embargo, la madre dice que "es amable, siempre
pensativo, siempre apartado, se lo deja en un rincón y ahí se queda". Vlll. Alberto. Seis afios; C l 7 1; E E G: "trazado espontáneo c~nte­
En realid;id, a los cuatro años el niño no construía frases en francés ; niendo anomalías consistentes en elementos lentos, de poca amplitud,
no obstante, parecía haber adquirido el bretón. con Jos que se m~zclan largas oleadas de ritmos rápidos pato\ógieos en
En la actualidad el lenguaje espontáneo es bueno, observa la psicóJo. ausencia de tratamiento barbitúrico". . .
La madre se presenta con aspecto rígido y ausencia total de afectlVl·
ga, aunque las frases no estén construidas. El b loqueo existe en el nivel
dad . Cuenta Ja historia de su hijo como si se tratara de algo que n~ le
de la comunicación; como si, desde que el otro está en j uego , las pala-
concierne. Lo dominante es su rechazo de tener nillos. Pero ~a tem~o
bras no pudieran ya ser vehlculizadas. "Pasa sin transición de una cosa a
tres. El mayor murió a los diez días; el menor al al\o; Alberto tiene se~.
otra - dice Ja madre- ; todo el tiempo tiembla, a la menor cosa."
Tienen en vista un H.L.M ., pero hasta ahora la familia no ha conoc1·
Más allá del retardo mental y de los trastornos específicos del lengua-
je, hay por cierto algo para interpretar en el nivel mismo de la comuni- do más que una sucesión de cuartos de hotel. El nillo há sido dado a una
cación, es decir, del diálogo: desde que éste se instaura, el sujeto no nodriza hasta los cinco meses y medio; los padres lo retornaron aprove- .
puede hacer otra cosa que ponerse entre paréntesis. chando unas vacaciones e hizo una toxicosis a Los siete meses. Se lo lle-
"Claudio no sabe Uorar ; nunca es malo. Estamos tan habituados a su vó en coma al hospital."Está a salvo, dijeron los médicos, pero el porve-
retardo que lo hallamos bien así." Esta "retirada de la agresividad" es nir dirá qué es lo que va a resultar."
tal vez una imposibilidad del sujeto de estructurarse como muchacho
sin sentirse de inmediato en peligro de ser rechazado. 4 La enfermedad es vivida a veces por el sujeto como un modo de relación con
el Ouo, del que puede obtener ventajas, incluso privilegios. .
3
Con el. término "curar" no pr~tcndo restituir una integridad física y psíquica • F..M.P.: sigla de éco/e munici¡NJ/e profesrionneUe <:scuela municipal profeno-
oomprometula P,or fac\ores orgamco s no despreciables, sino liberar al sujeto de nal) que recibe a niños con problemas de aprend1ta¡e. (F.. ]
los trastornos psiquicos que frenan una evolución con un handicap inicial.

96 97
A su salida del hospital el nil'lo es enviado con la misma nodriza has
ta los dos aJ'!os y medio. A su regreso es cuando las dificultades van "Mi hija es inteligente -dice la madre-, tiene algun:: ~~c~!3!;.~
comenzar. La vivienda exigua impide toda actividad motriz; el niño e para hablar." En realidad ~ lr~ta de un gran retraso ment , e q
puesto en la cuna durante el día y por la noche encuentra a una madre bos padres no tienen conciencia· . Se le hizo a Ja madre
Hubo, de entrad~; un tra~?1ª~~~ enu~op:'portar los intensos dolo-
fatigada por su trabajo. Se vuelve incontinente y grita durante la noche. 1 0
Para aliviar a la madre se propone una nueva separación y Alberto parte· una inyección para acelerar • e ª
P. · términos se vol-
para una guardería, de donde vuelve en un estado d·e inestabilidad terri- res que sobrevinieron brusc~entc: ~:g~~s~!~p;~ el parto' se pro-
j'
~ó53'~r::~ ~~~~~~~~e~~~=:fórceps (exist~n secuel~s n~uro)lógi-
ble. Su carácter se deteriora cada vez más. Se hace el duro: "Vete a a- 1
costar - le dice al padre-; soy yo quien manda aquí."
El hermanito de un año está también desorbitado por completo: vo-- c focales al parecer
cas ' de poca unpo
· rt ancia,
· según el neuropS1quiatra · .
rnita y, por la noche, grita. El prun'er desarrollo de la niña fue retardado. Hubo r~chaz~~I : ·
El nifio enfrenta, además de su retraso, una situación familiar pertur- mento y dificultades caracteriales. A los tres aí'los todav1a no ia -
blar y se emprendió una reeducación ~e ;~!~ª~ara~adre bajo la tutela de
badora: una madre fuerte , que impone su ley; un padre borroso, que ha
conocido en su infancia el abandono materno. Alberto se siente en peli- El hecho de tener una niña ".'1º 1:111 ietud de ambos era experimenta-
gro con esta madre (al igual que ella, provoca al padre, subrayando que su propia madre Y de su suegro , la mqu. ¡ "como a la muerte
es él, el nifto, quien manda). En realidad, busca un maestro que le mar- da por ena corno un reproche. Se sent 1a muy so a, fue estuve de
que la ley, a él y a la madre. No ha tenido en absoluto ternura. Una con- d _; padre cuando yo tenía nueve ailos. Cuando 61 se
e .... ' d vac ·o "
pe!::~: ~ae:l~~oh!i~~e ~~nt:se.en
ducta reivindicativa se ha vuelto su único modo de comunicación: Surge
continuo estado de abandono
~ara tard~
la pregunta de si no estarían indicadas sesiones psicoanalíticas, aunque
más no fuera a Wulo de ensayo. Este nillo, agredido en s u cuerpo, ha esta! de su hija . "Es inteligente; habla mal, pero eso se
estado además en un estado de cuasi ab~ndono materno . :~:~~ar~n vi~,ª
r;I crecimiento. Deseo para ella una de soltera, agrada-
IX.Marce/o. Seis allos; C J 57; E E G : Normal . r~ ble, con un oficio, aunque no sea. muyqre;n::~~~~~a por afrontar la si-
Es el mayor de tres hermanos, todos con retardos del lenguaje (y tal En concreto, madre muy ansiosa, u
vez con retardo intelectual). tuación a toda costa.
La madre está extenuada por las dificultades de los primeros aí'los de .. C 1 .· S8·' E E G : no realizado;
. años Y med to, el cuar-
matrimonio ( la pareja tiene sólo desde hace poco una habitación decen- XJ Pedro Seis medio· o
te). to de .cinco hljos: el mayor anonnal, murió a los dos años y ' -
El bebé, mal recibido, lloraba día y noche. A los ocho meses, una tros dos son retardadofis. . tal y más tarde de depresión anaclítica.
Pedro sufrió de as ooa neona ad t d o
toxicosis motivó una hospitalización de un mes. A los cuatro años, una d .ó toda la familia vivía en una pieza. La m re, ago a a, n
separación del medio familiar durante cinco meses (aún no había co- Cuan o nact , b ¡ beb6 desde el comienzo
p~~º. ~s c~~~:s=e:~~~~~:Siedad
1
menzado a adquirir el habla) fue sufrida en forma muy traumatizante. afrontar 'de la madre, el nifio
"Estábamos mal alojados; entonces nos lo llevaron . No sonrío nunca dificil, pues rec aza . . siva Anoréxico vomit ador, devino ca-
- agrega la madre- no soporto tener niños así." reacci?nó colon unatopoallsicoiós ~.~ªcau~ de las maÍas condiciones de la vi-
En realidad, esta madre, abandonada por su propio padre cuando era racterial A s cua ro • ¡ ánd lo e un
vienda": se lo separó de la madre durante un afio, co oc o n
pequeña, se ha formado con un tono depresivo. "Los demás tienen her-
mosos niños; sólo a mí me está reservada la desgracia." Con sus nervios aerium. • b o perdi-
agotados, no puede encarar su papel de madre: "Lamento mi casamien- "Hab ía perdido toda el habla - dice la madre-. Esta a com
to; lamento haber tenido hijos."
En ese ambiente, los niftos se enfrentan con la ausencia total de un
do.~ d olvió la madre tuvo un miedo terrible de perder!?, en rel~-
uan o v ! his . (huérfana a los cinco anos, no hab1a conoc1-
sentido de la vida en los padres. Estos les responden con una clausura ción con su propia toria. y la falta de amor). Madre engreída, te-
del mundo simbólico (los trastornos del lenguaje, en los tres chicos, no do más que traslados sucesi~s ue los niños no lograban tener deseos
son tal vez puramente mecánicos; más bien testimonian cierta carencia nía tal exceso de amor ~ara ar~ la solicitud materna con diversos
en las relaciones fundamentales con la madre). propios. Cada uno de e os e.scad a bstétrico se duplicó con hospitali-
.trastomos. Para Pedro, el acc1 ente o
X. Julia. Doce al'ios; la mayor de dos hermanos; C J 57; E E G : Nor-
mal; radiografía de cráneo: normal. •En Francia, establecimiento d?ndc ~ interna
. a nillos quienes se
. supone tie-
nen tendencia a contraer tuberculo <11. [ E. J

98
99
zaciones e inseguridad materna. "Siempre estoy temiendo la muerte de Se trata, en el nivel límite; de un caso "de hospitalismo familiar" .
un niflo. Mi marido me dice: nos atraes la mala suerte con t u forma ·de Bebé en estado de abandono con una madre extenuada que no puede
ver en todos lados la desgracia. He sido tan infeliz que sólo veo eso." entablar ningún intercambio humano normal.
XII. R oge/io. Ocho años; C l 70; E E G : algún signo cortical de le- XfV. Pablo. Diez años; C 1 5 5; E E G : retardo en Ja maduración, sin
sión focalizada . alteración cortical; 111timo de tres niños.
Hijo único de P.adres. de e?ad avanzada (la madre tiene hijos norma· Enfermo durante todo el primer allo de vida: una veintena de otitis;
les del pruner matnmoruo). Sietemesino, el bebé hizo una asflXia neona- un comienzo de meningitis a los nueve meses: una toxicosis quince días
tal Y más tarde una cstafüococcia bulbosa. Pasa los cinco primeros me- después, con hospitalización de un mes. A partir de los dieciocho meses,
ses en el hospital. "No sabía sonreír, porque sólo conocía Ja soledad." convulsiones a raíz de cada elevación de temperatura y fiebre para todo
Madre ansiosa, que va a abandonár a los mayores para consagrarse a shock emotivo (aunque se trate de una alegría, de un regalo) .
este ~i!lº enfermo. Lo ~ace de tal fonna que no le da Jugar a ninguna Madre maternal, que rehúsa ver el retardo de su hijo y lo integra a
P?SJbilidad de autonom1a. El padre no tiene derecho a ninguna observa- sus otros niños como un sujeto nonnal. "Una mamá no se'da cuenta de
ción so~re la educación de su hijo. "A los mayores los eduqué sola; con eso. Una mamá siempre encuentra bien a su niño ." _
un mando, ya no se puede hacer nada. Le digo a usted que, desde que
hay un hombre , esto no marcha más."
La emotividad de este chico, agredido desde tan joven en su seguri- !
dad f{sica básica, desempella un rol esencial en el plano psicosomático. !
Todo le está prolu'bido a este niño (ninguna libertad motriz); la ma-
dre está alerta ante todo accidente psicosomático. Esta mujer se h a he-
Pablo no puede ser feliz sin el riesgo de hacer de inmediato temperatura ¡
y convulsiones. - -'
cho fabricar, para ella y su hijo, camas gemelas ...
El niño está aquí engrampado en la fantasía materna. Su enfermedad XV. Francisca. Siete afias; C 1 50; E E C : trazado ligeramente anor-
o.torga a la.ma~re todos los derechos y al padre Uila culpabilidad sufi. mal por causa de la lentitud y la inestabilidad; la mayor de dos henna·
ciente para JUstificar su abstención. nos.
Un retraso intelectual bastante leve, en suma, se encuentra reforzado La falta de vivienda impulsa a la madre a dar a la nifla a. una nodriza
en forma masiva por un tipo de relación madre-hijo al que un niflo nor- hasta Jos seis meses. La beba se halla bien, en un ambiente calmo, en el
mal no hubiera podido resistir sin serias perturbaciones. campo. Habiéndosele asignado al matrimonio un H .LM., es retomada y
confiada durante el día a una vecina ruidosa, q ue tiene ot ros chicos.
XIII. Jorge. Siete anos y medio; por su inestabilidad no se le pudo a- Este cambio es mal soportado y aparecen crisis convulsivas que sólo
plicar el test de Tennan, E .E G : no efectu ado. cesan a los tres meses y medio. A los siete meses, meningitis con hospi·
El mayor de seis hijos (en siete aflos de matrimonio). Otros dos her- talización. Francisca, llevada después con su abuela materna, se reinte-
manos son retardados. La familia h abita en un departamento de dos ha- gra al hogar a Jos trece meses, en el momento del nacimiento del herma-
bitaciones y cocina. nito, a quien nunca pudo aceptar (en esa época, período de encopresis).
La ~adre hubiera. deseado una planificación de nacimientos, "pero Distintas personas se ocupan de la niña, en fonna sucesiva, durante el
los médicos me han dicho que para eso no podían hacer nada". d(a; se muestra inestable y difícil. Choca con su padre, que la ignora,
Nacido cianótico, Jorge es un bebé vomitador hasta Jos seis meses. A " tanto mal le hace tener una hija ast'.
esta edad aparece una "meningitis", con retardo motor, entre otras se- Encolerizada ante su impotencia para expresarse, la niña pasa a los
cuelas. ·
hechos y provoca reacciones negativas en los adultos.
La madre d e Jorge, huérfana de madre a los diez años, estuvo coloca- De hecho, desde los seis meses de edad ha conocido la ruptura con
da como empleada de servicio desde esa edad. "Estaba tan soía que qui- un ambiente apacible, reencontrado por un tiempo en casa de la abuela
se casanne; ahora tengo demasiados nillos; no puedo más y temo que mi y vuelto a perder después . "Con nosotros está nerviosa; hay que llevarla
marido me deje." pronto con aquella señora."
La madre del marido le dijo: "Estoy en contra de este casamiento· te La madre está extenuada por su trabajo de telefonista. "Es la carrera
deseo que le hagas muchos hijos y que vuelvas con nosotros solo." ' del rendimiento; hay veces en que ya no oigo más a los abonados y ten-
~ los veinticuatro años, al borde de Ja depresión, esta débil joven go vértigos. Entonces todo empieza a embarullarse y viene la depre·
muJer no puede ser madre. "No me agrada jugar con Jos niños, ni ha· síón."
blarles. Estoy sobrecargada de trabajo y no soporto más a nadie. Pienso
en el suicidio y por momentos me siento sofocada''. XVI. Renato. Diez años. C I 60; E E G : N. caracterial; el mayor de
tres hennanos.
100 101
"Desde que camina, ya no se puede más; quiere romper todo; no pue- Hijo no deseado, al que un accidente de auto, a los tres at101 y me-
de portane como todo el mundo; me dicen que hay que atarlo." dio, ha tomado fóbico e inestable .
.."Ha recibido cahnantes desde los primeros biberones• que ...omita. Madre depresiva, colocada como empleada, desde los diez allos, en
ba. una casa de campo. La sucesión de embarazos la ha reducido a tal esta-
¿Se trata aquí de una debilidad simple? do de extenuación moral que todos los hijos reaccionan con trastornos
La oposición, los trastornos caracteriales del. chico hacen difícil el psicosomáticos o problemas caracteriales.
examen. M~dre ansiosa, no preparada para el matrimonio, presa de páni- Tan sólo una psiooterapia de ensayo podría ensenamos algo más a-
co ante la idea de que el nil!o pueda llorar en la habitación del hotel lo cerca de este niflo moralmente desamparado.
que si&ni?caría la expulsión. Este niño no deseado es objeto de una~­
breatenc1ón materna, a la que reacciona con vómitos, trastornos carac- XIX. Evelina. Trece aJ'los y medio; C I 55; E E G : no efectuado; la
teriales, rechazo escolar. "Yo estaba en un estádo de nervios terrible mayor de seis hermanos.
-dice la madre-; en cierto momento, creí que estaba perdida:" Meningoenoefalitis a los tres meses..Como secuelas: aheración de un
Tan sólo una prueba psicoterápíca puede decidir si este niño es tan nervio auditivo, sin tratamiento posible.
retardado como lo indican los tests ... Madre soltera en la época de este primer embarazo. Desorientada,
mal preparada para la maternidad por una madre poco instruida, la jo·
XVII. Sibila. Ocho aí'los: CI 53; EEG: N.; la menor de tres herma- ven se agota inútilmente y da a lui: antes de término, a los seis meses y
nos . medio.
. . A lo~ se~s meses, la nií'la hace una infección a virus, con una hemiple- La nifla , puesta en incubadora, es entreg¡ida a la madre dos meses
J1a conSJgwente, comprobada a los ocho meses. después, con wi peso de dos kilos. "Yo tenía una pieza con oocina; se
Esta enfermedad re~lta tanto más dramática, cuanto que Sibila, an- necesitaban 25° de calor, día y noche; hacía falta meter lefla y carbón
t~s de nacer, estaba destmada a reemplazar, en la fantasía maternp, a una. en la estufa. Fue terrible; no quisiera volver a pasar por esto ."
hiJa mayor, concebida en el curso del primer matrimonio. "No hablo Un mes después, sobreviene una hospitalización por rneningoencefa-
ni:i1ca de esto: a los quince anos no quiso verme más; esto hasido para litis, seguida de otru internaciones hasta los seis meses de edad, y otra
mi como un duelo." más tarde en un establecimiento. hospitalario a orillas .d el mar " para re-
Si'.'ila es muy p~nto objeto de una sobreatención materna, a Jo que cuperar la salud".
reacciona con vónutos y asma. A los cuatro aJ'los a raíz de una mudan- Madre maternal, desbordada por una familia numerosa, pero afron-
za, la nil!a J>ierde el sueno y extenúa a la madre ,tl extremo de que ésta tando la situación con valor . Su actitud sobreprotectora con la mayor, a
hace una depresión nerviosa. quien quiere sustraer a la ley del padre, hace de ésta una gran histérica,
A~emás, el médico ~lantea una conclusión inapelable: "Es congéni- con chantaje de suicidio .
to; s1 la pequena la fatiga, puede desembarazarse de ella en mi servicio " He hecho lo que he podido; yo no tenía instrucción. Mi marido es
hospitalario.""Ahora - agrega la madre- estoy agotada." amable; la nifla nos separa a menudo y maneja el buen y malhumor en-
De hecho, esta madre tiene la impresión de haberse resistido contra tre nosotros. Veda así me hace llorar y dejo que todo siga. Si usted me
el. cue~ i_nédi~o Oa reeducación motriz fue emprendida por ella y ui- dice que es preciso que no sea así, quiero creerla .. .hace bien hablar, los
nusmo eligió el internado médico-pedagógico). médicos nunca tienen tiempo. No soy instruida, pero lo que usted me
"Usted comprende; un médico no debería matar nunca la esperanza. dice lo entiendo por intuición."
La esperanza es necesaria para vivir. A mi pequena la he querido viva . El Todas las madres, sin excepción, piden hablar y por eso, constituyen
garrotazo que los médicos me han dado, se lo han dado tambil!n a ella." por consiguiente una carga para el personal tl!cnico, aplastado por las.
. Ma~re al borde de una nueva depresión nerviosa, que sólo aguanta Ja reivindicaciones, los pedidos, que no son sino la expresión de una ansíe·
Sttuac1ón con reacciones psicoaomáticas en cadena. Al condenar a una dad, agravada por el sentimiento de soledad en la desgracia.
nifia a quien la ~adre. trataba de hacer vivir, es a esta última a quien se
ha co~cado en situación de abandono moral, sin provecho alguno pata
una ru otra. B. CONCLUSIONES

. XVlll . Dionisio. Ocho al'los; C I 66; E E G: no realizado; segundo de Estos diecinueve nifios representan la mitad del externado médico-
cmco hermanos (otros tres con trastornos caracteriales y dificultades es- pedagógico estudiado (los otros diecinueve no han sido tomados en
colares). cuenta porque estaban ya en psicoterapia) .

102 103
En lo que atalle a la clasificación, tienen un C I variable entre 50 y Los padres tratan de ser ayudados; su desa~paro es. a ve~s m~y.or
70. Casi todos tienen dificultades en el plano psicomotor y trastornos que el d el nino, quien por la propia circunstancia de ~a agresión f1Sica
del lenguaje . precoz, ha desam>llado una sensib ilidad d~ tipo es_pe~iB;I· "· .
Se encuentran en el seno de esta población escolar las grandes formas El psicoanálisis en Ja escuela 6 ( contrano en pnncipto a la te.on~ ana-
clínicas descritas por Símon y Vermeylen: lítica) se impone en un medio de familias pobres y cuyas obligaciones
a}Losdébiles mentales armónicos, afectados de retraso simple. no permiten largos desplazamientos. . ..
b}Los débiles mentales inarmónicos, que.tienen, además de un retra- Todos Lo padres aspiran a establecer un diálogo anal1tlco. Algunos ya
so intelectlial , una inestabilidad, una emotividad anormales. no saben hablar. "Estoy hecho pedazos; entonces, como usted com-
c} Los débiles mentales epileptoides, perversos, y los llamados débiles prende, quiero olvidarme de todo y no tengo fuerzas para hablar. Es la
mentales e1Jolutivos (es decir, de posible evolución psicótica). carrera del rendimiento; ya no oigo los pedidos." . .
La etiologta de los retrasos es variada. Hemos podido detectar: En un gran número de casos, la pareja parental ofre ce la propli lffi~­
l. Los factores genéticos de los ~etardados simples. gen de Ja resignación . Los padres no tíenen con ellos el me~o de.hacer VI·
2 . Las causas patógenas de la vida intrauterina (factores infecciosos, vir al ruflo que, desde el coni.icnzo, está condenado a cierto estado de
incompatibilidad sanguínea , etcétera). desesperación y destinado al más total sins~n.tido. .
3. El papel de los traumatismos obstétricos (anorexia neonatal). Sólo una dialéctica verbal puede pcrnutirnos esperar una modifica-
4. Las causas que provienen del propio ambiente del bebé (hospitalis- ción de Jas relaciones padres-runo y, en consecuencia, la evolución, has-
mo en instituciones y hospitalismo familiar; dificultádes económicas y ta Ja curación a veces, de este último .
.miseria social).
He reconocido el papel importante de las carencias afectivas, la situa- En cuanto a la prevención. he volcado mi intención en tres factores:
1. La nocividad de las hospitalizaciones y separaciones precoces, que
ción anaclítica ! del nil'lo separado muy precozmente de la madre; en
provocan trastornos a veces irreversibles, cuando el niflo es muy peque-
concreto, un conjunto de signos de carencia seftalados eq 1945 por
Spitz , en 1951 por Bowlby, y en 1955 por Jenny Aubry. Con frecuen- llo y no ha adquirido aún el lenguaje.
Hay separaciones que son a veces aconsejadas, pe~ a un pasado de
cia los efectos son irreversíbles. Puede agregarse a esto los efectos psico-
hospitalismo, porque las coltdiciones de vivienda son msuficientes. Pe~
lógicos de u na toxicosis del lactante, a quien Ja aparición brusca de la
nada cilmbia a renglón seguido : la madre debe afrontar siempre condi-
enfermedad sumerge en un estado de estupor vecino de la reacción "ca-
ciones de alojamiento dramáticas, a lo que se agrega el problema de un
tastrófica".
níilo gravemente perturl>ado por un alejamlento contraindicado desde el
Pero Jo que distingue este estudio es Ja forma en que, con toda inten- punto de vista psicológico. . . .
ción, h~ querido en c.ierta forma ignorar el rótula que estigmatizaba al 2) Es evidente que no se pueden incluir las extraordmanas dificulta-
nino, para entrar en diálogo por encima del síntoma. des de la vida material, en particular de la vivienda, en el número de fac-
Diálogo a menudo perturl>ante, con padres castigados en la descen- tores que provocarían o agravarían las defici~~cias mentales. Pero es
dencia, a quienes demasiado a menudo hay quien se permite decir: "No preciso tener en cuenta el hecho de que estas dif1cul_tades: a las q~~ se a·
hay nada que hacer". grega ader:nás la completa ignorancia de toda planíficac16n f~~· a-
La clasificación y la etiología diversas de los retardos mentales no de- centúan los sentimientos negativos de la madre ante un nuevo nac1ll\llln·
ben hacemos perder de vista aquello que tienen en común, sobre lo cual to. Más aun, sucede a menudo que esas dificultades materiales ~van
un psicoanálisis puede surtir cierto efecto: en todas esas familias existe Ja tarea de la madre y terminan por crear situaciones que se podrian de-
un malestar con el que se convive, una historia perturbadora paralela al signar con el té.rmino paradoja! pero por cierto justificado de hospitalis-
retardo o que lo agrava. mo familiar.
3. Importa llamar la atención sobre los graves dafios ~u~dos ~r los
diagnósticos médicos. Aun si no se tiene esperanzas •. !~ uruca actit~d a-
s Fenichel explica así el término: "En lo que concierne a los mecanismos de la
elección del obje to, Freud ha hecho una distinción entre el tipo de elección ana· ceptable es una perspectiva hum·ana, donde algo poSit1vo sea ~frec1do ~
clftica -en el cual un objeto es elegido porque provoca asociaciones relativas a o- los padres desconcertados. "Usted comprende, cuai_ido el médico me di-
tro objeto original en el pasado, con frecuencia el padre del gexo o puesto- y el ti· jo: es congénito:. no van a conseguir nada; eso ha Sido terrible, no tener
po de elección narcisista, en el cual el obje to es elegido porque representa ciertos
caracteres do la propia peuonalldad del sujeto." Se ha dado el nombre de situa-
más esperanza ...
ción llllllclftlca a Ja situación de desamparo de un nillo a quién Je falta el objet o o- 6 Mi posición sobre este punto ha cambiado bastante a partir de 1963. La •,x-
riginal que le proporciona seguridad. plico en Le Pzychiatr•, son "fou" et la psychaMly~. Seui~ 1970.

104 105
''.He tardado anos en encontrar gente buena. Estaré toda la vida reco. CAPITULO IX
~:~a ese doctor X., que no podfa hacer nada por mi pel'lU!ue me
como a un ser humano. Mi nenita fue, por primera ~z un ser hu- LAS ETAPAS DE UNA REFLEXION SOBRE EL RETARDO
mano, Y~o sólo eso ; Ah, si usted quiere desembarazarse de ella "
Ese diálogo humano, esa posibilidad de lenguaje no son co~~os
a ~s °}adres d: los deficientes. Una sentencia co~denatoria tiene los
m ne astos e1ectos con respecto a la pareja en primer ténnin l
nivel ~e la criatura, a continuación. &tos padres tienen más ~/o~n e
nece~dad ~e que se les preste atención afectuosa y a~yo !ru
oonsi erac~nes precedentes no quitan nada al carácter orgánico de. mu-
~
chast alteraCIOnes.
Ja ...:.< _ ._
Pero tienen importancia en lá medida en que Darn an
1 en~"'º ouure un factor agravante suplementario.

En l 'Evolution psychiatrlque, 1962, tomo XXVII, fascículo lll , B.


Castets, R. Lefort, M. Reyns, dan cuenta de una experiencia de psico·
terapia en débiles mentales (algunos de ellos retardados profundos) en
,• un instituto médico-pedagógico del norte de Francia y dicen lo siguien·
te: "No parece inconcebible que idiocia, imbecilidad y debilidad mental
sean las más de las veces, formas de autismo ...que sean, en una palabra,
formas psicóticas que deben set" tratadas como tales." ·
Esta experiencia, que coincide con otras aisladas, constituye de por
sí un hito en la historia de la medicina. ·
En efecto, hasta una fecha no demasiado lejana, el diagnóstico de
"debilidad mental" era una conclusión incontestable; '!na contraindica-
ción para toda tentativa psicoterapéutica.
tos psicoanalistas, alertados por Freud en el sentido de que los insu-
ficientes mentales y los sobredotados podrían provenir de una misma
fuente, la histeria, aceptaban sin objeción la noción de "imbecilidad"
como defensa neurótica, pero, por otra parte, rehusaban dar un sentido ·
a la debilidad mental concebida como un d6flcit orgánico. 1
Fisiólogos y biólogos han descrito las alteraciones del cerebro en
determinados deficientes mentales. Los endocrinólogos han puesto en
evidencia las anomalías del metabolismo en ciertas formas de oligofre·
nía, subrayando, además, que ciertas psicosis estlln ligadas a un desequi·
librio endocrino . En resumen, han sido ensayadas mdltiples clasiflcacio·
nes para describir las anomalíu de los deficientes mentales, sin lograr,

1 Los psicoanalistas se han ocupado de niños nonnales, inhibidos o neuróticos,


en quienes la Imbecilidad exa signo de un bloqueo afectivo, que repercutía sobre
el plano Intelectual. Por et cont rario, la insunciencia mental h a sido m111tenida
·mucho tie mpo fuera del campo d e la investlgaci6n psicoanalítica.

106
107
empero, estructurar una teoría sobre 1 1 .ó El primer dibujo de Javier fue el de un hombre sin cabeza, caminando
ficiencia orgánica y la conducta de 1 a ~e ac1 n entre los tipos de insu- sobre una cuerda floja por encima de un precipicio.
ca por aquélla. os su¡etos: ésta no siempre se expli- Se trataba de una historia dramática, mantenida en secreto en la a-
Los psicólogos, influidos pese . - namnesis y que sólo se reveló poco a poco. Este niño de cinco años ser-
tas, han establecido a su vez'clasif a e. os rn:m~s, por las tesis organicis-
11
vía para proteger, con su presencia, a un padre buscado por la policía
bir un desanollo mental tj icac!On~s es~das 1!1ás bjen a descri-
fa
no alcanzaban en los tests ~ue a explic~ 1~ ms~flci7ncia de quienes
francesa, que hab ía colaborado con los alemanes, denunciando a una al-
dea entera, y que tenía sobre la conciencia la muerte de centenares de
derada como una cantidad hom~la re~uenda~Ul mteligencia es consi- hombres. De padre temible con el unifonne nazi, se hab ía convertido en
ce para decidir la orientación de u~é~~~·t!~ noción de capacidad prevale- un hombre acosado; su único recu~ consistía en ocultarse con su hijo,
cuya presencia debía bastar para acallar todas las sospechas. Pero, a pe-
En Estados Unidos en part· 1 h d
veles (escolares, indusÍriales) l~c~e'::"ci:~ciaa elsarro.11.ado_ en todos los ni- sar del hijo,o a causa del hijo , el padre fue arrestado.
los tests; pruebas que sirven para el T ª1 ª utilización uruversal de
Desde ese momento , el niño desarrolló una especie de "pérdida de la
d~tados, d_otados, mediocres. Estaa~b1~~;n º¡e~~e~~a~ano~en sobre- realidad", según unos; una "actitud regresiva" , según otros. Las adquísí·
ciones escolares cesaron. Algo parecía detenido en el desarrollo de Ja·
cierta medida consecuencia d 1 1 . 1cac1 n es, en
dos lados, el ~ejor rendirnien:o ~:si~~:~~:. ~.t~dta de ob~ener, en to-
8
vier .
e! caso límite , como robots. m IVI uos considerados, en A la edad de seis ai\os, el niño se encontraba con que hab ía perdido
no sólo un padre real (es posible conformarse con el duelo), sino en ver-
ideológicas; a criterio de ellos t~das piar hos pbs1cólogos rusos por razones
Estas ideas han sido combafd 1 . dad lo que Lacan llama el nombre del padre, que ya no podía evocar sin
ll . , os os om res deben llegar a desarr vergüenza; hasta el punto de sentirse no tanto huérfano de hecho como
arse SI se les asegura un medio favorable. En la U R.S.S el t o- huérfano en sí mismo, por pérdida del significante paterno. '\
pone, en lo fundamental b 1 d . · · acen o se
todos las mismas oportu:U~aI:s ªs~e agobgia destinada a proporcionar a El dibujo entregado en la primera sesión fue explicitado en forma
vest" d · m em argo, desde hace afios,.los in verbal durante el tratamiento: "Ese niño no tenía cabeza porque si la
gogí~~a~~~~u;: ~::~:e~~~~oª cuestionar los fracasos de_una peda: tuviera estaría loco de dolor."
En realidad, la historia del nii'lo umontaba bastante más allá del dra-
ma E~a~~:~:ná~~~n~:;o:i,!u~~-de ~s norteame?-canos, .Y que reto- ma. El padre dictaba la ley con su uniforme na1J, pero en la casa lama-
XVlll, no es en la ráctic ~!On por esencra, propia del siglo dre era la ley. Hallamos esta característica en todos los psicóticos y en
I~ debilidall mentalp sus a :~~os meficaz, pu~s recae en la negación de la mayoría de Jos débile.s.
educacionales corrie~tes
rrollo retardado. '
:on
t'~as,taraidaplicar al sujeto los métodos
e sunp e c u ado de adaptarlos a un desa-
El éxito del psicoanálisis de Javier me llevó a creer que había "fal-
sos" y "verdaderos" débiles mentales. Me orientaba, pues, al principio,
hacia un examen psicológico profundo y pude establecer dos catego-
A partir de una clasificación psicoló · . .
~:~: establec~entos para deficjente~:e~t~~:.~~¿ssc:i~r:~~~=~
rías: los que obtenían un nivel homogéneo de debilidad mental en los
distintos tests y los que arrojaban resultados contradictorios ent re un
los p~g~s;,;~:1: roi;:;!~r~~~~~3!e~~/~~:~ªp~;~!ª~~ióhn social";
test y otro. Me basaba sobre este criterio para orientar o no a los nii\Os
los nifios puedan beneficiarse . . o nz, acen que hacia una psicoterapia ...
las más modernas técnicas conce'enrru.uenntmest1ltuto mdédic?·pedagógico, con
s a a ree ucación · Pero un día, Fram,oise Dolto tomó a un niño en psicoterapia, a pesar
a ci::;:,: 1~~~~: ~~::r~cacione~ técnicamente bien llevadas induce de la homogeneidad manifiesta de los tests, que certificaba la debilidad
los débiles mentales eran ex~~:~~~~~~~ ~i:.1: d~ tre~ta años todos
del sujeto (C 1 60). La anarnnesis era anodina, como es común en los
como "ineptos para una psicoter . .. ono s pSlcopedagógicos psicóticos. ]llo había nada que seftalar. En la familia , todo era en absolu-
de una atención especial Se tr apta ' hoy son, con frecuencia, objeto to nonnal.
ro" débil . . ata, pensamos, de distinguir al "verdade- ¿Pero qué reveló bien pronto el análisis? Que el ni.!lo era el objeto
. odamental, mepto para una psicoterapia, del "falso" débil que protegía a la madre contra su propia fobia a los perros. La mejoría
qu¡en t s 1as esperanzas son posibles. ' para del níi'lo condujo a la madre a una grave crisis y debió, a su vez, ser tra-
tada. Madre e hijo fonnaban un solo cuerpo; al tocar a uno no podía de-
En esteelsentido
\lbliqu6 ,_,, se dorienta
1 ~~ mis pnmeras
· •mvestigaclones. En 1950
P uuonne e análisis de un nii'lo d 'bil tal jar de afectarse al otro.
bajo el control de la doctora F. Dolto. e men , emprendido Hay que observar aquí, por otra parte, que no fue la madre quien pi-

108 109
dió una consulta para el nil!o, sino la institutriz. En cuanto al padre, se debilidad interviene para impedir la comwúcación de lo que el sujeto
escudaba en la madre , "Ella es quien decide". experimenta. Y la inteligencia se estructura en forma tal que se convier-
El éxito de este caso (certificado de estudios con C I notoriamente te no en una interrogación sobre la vida y la muerte: esa inteligencia es
insu.ficiente , que no experimentó cambios pese al análisis) me apartó pa- esta muerte misma. Se tiene la respuesta de un sujeto que, en el caso lí-
ra siempre de la certeza de un diagnóstico, certeza en la que nunca, en mite, se quiere asexuado para no tener que interrogarse acerca de nada.
psicoanálisis, habría que confiar. El análisis lo lleva a cuestionarse a partir de su insuficiencia vista co-
Fue entoflces cuando me puse a estudiar las reacciones de la familia mo "carencia" (es en efecto así como es sentida por todo sujeto, en for-
frente a la debilidad. Este relato fue presentado en 1954, en el Congre- ma casi persecutoria, la intervención del analista en su vida).
so de los Centros Psicopedagógicos, en París. El estudio versaba sobre o- Ahora· bien, para el débil mental esa insuficiencia es plena; tiene co-
chenta niilos, cuyo C 1 oscilaba entre 35 y 80.
Ya había abandonado la clasificación "débil homogéneo" y "débil
con resultados contradictorios". Me había dado cuenta de que ciertos
1l mo función,justamente,ocultar no sólo su propia falta de ser, sino tarn-
bidn lo que es sentido como falta de ser en la madre.
La ausencia de imagen paterna como soporte identificatorio consti-
débiles con carácter homogéneo se recuperaban con una psicoterapia, 1 tuye para el niílo el sentido de su retardo; un retardo que corre parejo
¡
en tanto que otros de resultados contradictorios casi no progresaban. l con el rechazo de someterse a la ley de otro. El nil!o queda fijado a un
Terminé este estudio formulando las siguientes observaciones: yo imaginario de cierta edad y su elección se realiza en ese sentido. Una
"Un C 1. inferior o superior no tiene en sí mismo un significado real. elección que, la mayor parte del tiempo, rechaza el convertirse en un
Lo que cuenta es lo que el niflo hace de su C l. Para qué le sirve su inte- hombre.
ligencia. Avanzando en el análisis de estos nil!os, llega un momento en Desde que se comienza un análisis, todo criterio de "verdadero" o
que se está obligado a plantearse una pregunta: ¿es un débil mental o "falso" caduca. Lo que cuenta tan sólo es saber de qué modo es vivida
un esquizoide? Profundizando aun más, la propia noción de debilidad y la debilidad mental por el sujeto y su familia.
tal vez hasta la génesis de las psicosis deberían ser cuesti01~adas." Existe un tipo de relación madre-hijo que se encuentra en los trata-
Este trabajo no tuvo otro efecto que inquietar a los médicos sobre la mientos de psicóticos. El pronóstico es favorable si el nino es pequelio y
noción de " falsa debilidad". si la madre puede ser ayudada.
¿Sería posible -Se me respondía- , que, a consecuencia de errores de Ciertos mecanismos aparecen eñ.las enfennedades psicosomáticas co-
diagnóstico, un "falso" fuera clasificado como "verdadero"? mo en determinadas estructuras perversas. En la medida en que el niflo
Era demasiado pronto para que la noción misma de debilidad mental obtiene de su enfermedad un beneficio secundario bastante importante,
pudiera ser cuestionada en pl1blico . renuncia a .ella con dificultad ; de ahí los fracasos de ciertos tratamien-
tos.
Sin embargo, el resultado práctico fue que, a partir de ahí, todo nif[o
con C 1 insuficiente era sometido en el hospital Claude Bemard a un Antes de plantear la pregunta: "•¿Qué es la debilidad mental?", qui-
"examen complementario" (en mí recayó el privilegio de sugerir o no siera dar aquí un ejemplo de lo que Aulagnier llama "el develamiento <~
la utilidad de una psicoterapia). del fantllsma". Se trata, en esta ocasión, de un momento crucial en el
Sin tiempo material par¡¡ someter a todos los niños a " pruebas com- tratamiento de Maruja.
plementarias", me tomé al menos el necesario para escuchar sus discur- "Esto me hace dallo, no está bien, me pone triste. El vestido no es a·
sos. "Oh, bueno, bueno! también usted! ... usted bien sabe que no pue- legre . Esta prohibido el pantalón; tía Eliana no gusta de los pantalones.
do." "Mi problema es no estar en pantalón. Los calzones no pasan de las
No todos brindan tan claramente la clave de su debilidad. Pero todos rodillas. Es porque eso se ve que los pantalones no quedan bien.
indican, en forma más o menos confusa, su modo de situarse frente al "Cuando se tienen las piernas cubiertas está mejor.
Otro. Es raro que se o pongan a este otro; tratan con preferencia de aco- "Me porto mal. Me parece que voy a contraer la enfermedad del pan-
modarse en el molde de su deseo. Todo enfrentamiento es rechazado y talón. Es de mala educación estar en pantalón. Se nos ve por atrás y se
la prueba d~ castración es el escollo con el que tropieza todo débil men- ve todo. comprendes, es un hecho.
t~l, ~ue. vive la prueba en su realidad corporal, dado que es un sujeto "MI problema son los vestidos. Los pantalones representan al diablo.
disnumudo, pero que no puede vivirla en el nivel simbólieo. En efecto El diablo tiene unas medias que Je llegan hasta la cintura y un panta-
no puede rendir su testimonio y , menos aun, a partir de ahí, aperM aÍ. lón."
Otro. Dibujo /: "'Es la señora M. que se va a 4uedar en pantalón , con los ca-
Todo peligro de castración es negado, en el plano de la palabra. La bellos que sobrepasan las rodillas. Aquí está el pantalón de la seflora M.

110 111
con caca adelante. Está sucia; le sale pipí por debajo ¡Oh, oh, sí que es-
tá sucia!
"Y después hace caca en sus pelos.
- " No tiene más que un ojo, porque está en pantalón . El otro ojo se
fue en el pantalón y sangra. Este ojo ve los pelos rojos. Está contento y
ve una margarita.
"Este ojo mira el fuego que sale del popó de la sefiora M. Este ojo ve
una cantidad de otros, alineados. Todos estos ojos juzgan al ojo del pan-
talón. Por eso este ojo pantalón logra placer.
.. " En el pantalón hay un ojo que ve a un lobo que llega con la lengua
;
que dice: es bueno ; el lobo quiere comer el ojo del pantaló n.
"El lobo va a comer el ojo del pantalón. La señora M. no lo tendrá
. más. A partir de ahora es el otro ojo que va a funcionar: habrá un pesca·
'.
., do que va a enviar un hilo en la boca de la seí'iora M. El pesca.do quiere
;

"
una másc.ara y otros ojos más. Esa máscara es un hombre . El ojo del pes-
,• cado ve el otro ojo del lobo. El lobo está contento de ver esto .
/ / ..
"La máscara estaba distraída. Vio a alguien con trenzas. Es otra más-
' .,
VL\~
:· cara .
·-.,. "Esos ojos, se ve rojo, es decir, la muerte de la sefiora M. va·a morir ,
:¡.' porque le gusta morir .
,. '... " Detrás (dibujo 11) te hago lo que sigue." (Se trata de una cabeza de
..'•.
;
estatua unida por los ojos a una madre fálica.)
;
;.
"La seftora M. no se ha deja5t.o morir. Aceptó las trenzas y un lunar.
·j' Su cabeza está cortada; se ha.dejado morir. Sus ojos ven a alguien vi-
·f·¡¡ viente que le habla y no está en pantalón. Ese alguien se tia puesto un
,
'. camisón. Los ojos van del uno al otro. La señora M. se ha vuelto esta-

tua. Ya no tiene miedo de que le corten nada." Y Ja niña se va, con la
mano en el sexo ...
Se le exige a Maruja que se ponga un pantalón . Maruja no puede eje-
cutar esta orden. Se lo ponen por la fuerza. Maruja marchará entonces
como una autón1ata, habiendo perdido toda seiíal. de identificación an·
te el misterio que parece constituir para ella el deseo del Otro de verla
con pantalón. Maruja no sabe más quién es y reclama con angustia un
vestido para poder nombrarse de nuevo.
En espera de ello, se presenta , ante el deseo de) Otro , como un obje-
to que ha perdido no sólo toda identidad , sino también toda unidad; e)
espejo le devuelve una imagen de ella misma desprovista de significa-
ción; y el otro, en tanto que soporte identificatorio, se encuentra al mis-
mo tiempo disuelto: es la angustia. La respuesta consiste en un cuerpo
con fantasía de parcelarniento, con el que la niña expresa el nudo mis-
mo de su drama y sitúa la falta fundamental, de donde todo ac~so al
estado de sujeto parece imposible .
En efecto, para Maruja, amar es absorber o ser absorbido, es decir,
hacerse objeto. De aquí qµe todo lo que es placer esté de inmediato en
peligro de ser suprimido, comido por el Otro.
Y, sin embargo, Maruja se esfuerza por situarse como sujeto frente al
11 2 .• si-•.
113 .. r.,~<>
' / ""
•. .•
.,. • ~1 ~
• "'·.••\

Otro (los ojos se enlazan el uno al otro, se fijan sobre alguien vivien- perfecta, que hasta logran éxitos escolares, pero que, no obstante, resul-
te), pero para que e~ relación se mantenga será alienado el cuerpo, tan "débiles" en los tests.
fuente de placer: Maru¡a se vuelve estatua, lejos de todo peligro de cap- ¿No habrá que revisar, pues, la propia noción de inteligenc~~
tación, fuera de toda amenaza de ingestión. El estudio sistemático de los niflos débiles mentales llevana•. tal vez,
más allá de la organicidad irrefutable en ciertos casos, a descubnr facto-
Maruja nos d~a como mensaje esta sucesión de ojos, introyección
del Otro en el ruvel de su cuerpo, en tanto que multiplicación de cuer- res comunes que hallamos en los tratamientos de psicóticos. He tratad.o
pos parciales que est'n ah{ como otras tantas amenazas endógenas. de sellalarlos a lo largo de todo mi trabajo. t'-antengamos en la memona
Descubrimos aquí una dimensión del drama común a cierto tipo de lo que me ha parecido constituir la instancia esencial: .
1. Situación dual con la madre, sin intervención de un1gen paterna
débiles mentales, que nos pennlte comprender por qu6 en ellos una
reeducación intenaiva (como puede ser el emploo del oído eloctró~) interdictora. .
2. Rechazo de la castración simbólica (el nillo es el prcnuo de la de-
puede precipitar una evolución psicótica, por infroducción de cuerpos
extraJlos suplementarios. · manda del Otro, en tanto que objeto parcial}.
3. Dificultad de acceso a los símbolos y P.•pel desempeil~o por la
¿Qui l!l, piuis, 14 debilidad mental? carencia de la metáfora paterna en ciertas dificultades especificas del
¿A qUI! he arribado, partiendo de tesia organicistas y de clasificacio- cálculo. • "bil 1
nes psicológicas, a travts de los continuos cuestionamlentos de mis in- En consecuencia, planteo esta cuestión: ¿no tendrá el de menta
vestigaciones? A no querer saber nada, al principio, del C.1 o de la alte- mds ven tatas si es tratado como enfenno mental (con una espel'lln7a de
ración ?rgánica, a fin de escuchar hablar al sujeto, para captar, a través recuperación) que Inmovilizado en una orientación basada en un deflclt
de su d.tSCuno y del de los padres, el sentido que había llegado a tener la capacitarlo? .
debilidad mental para uno y otros. . Hasta hace no demasiado tiempo,_el psicótico era en.viado al marue;o-
Pero al débil mental le es bastante difícil hablar; rus bien es.habla- mio. Hoy en día, el débil mental tiene todavía por destino ser el ob¡e-
do. Le es difícil desear; es un objeto manejado, reeducado dosdé su pri- to de alguien o de algo (pasa de la reeducación materna a toda clue de
mera infancia. La dimensión que le damos lo hunde en la angus&: 8.i formas de reeducación). Tal vez mallan& encontremos con mayor certe-
ser tratado como sujeto , pierde de golpe toda referencia de identifica- za el camino que conducirá aJ"aébil a reconocerse ~mo humano.•.con
ción. 1'.Iº sabe rus quién es ni adónde va. y a menudo tendrá una gran deseos no alienados en el Otro. Sólo entonces las noC10nes de debilidad
tentación de permanecer en una débil quietud antes que aventurarse so- mental podrán ser puestas de nuevo en discusión.
lo en lo desconocido.
• En el estado actual de nuestros conocimientos, vale la pena intentar
toda "prueba de psicoterapia de tres meses", aun - yo diría sobre to-
do- en el ser nús desamparado, puesto que cuanto nús afectado está
un sujeto en el terreno orgánico, más destinado está a vivir corno pará-
sito de la madre.
La ubicación de tales nillos en institutos médico-pedagógicos com-
porta a menudo, como primera reacción, mostrarse destructores con re-
lación al ambiente, comprometiendo así, cuando existen, las probabili-
dades de reeduc~ión . Un ensayo de psicoterapia pcmtite, al menos, sa-
car a luz lo negatiVO y darle un sentido .
Cuanto más avanzamos en el abordaje psicoanalítico de la debilidad
mental, rus nos alejamos de las nociones psicológicas corrientes concer-
niente~ a la inteligencia. La inteligencia es una noción grosera, opuesta
artiflcialm~nte al~ afectividad. La debilidad.mental no tiene nada que
ver con la 1mbecilid ad, que es más bien una defensa neurótica.' El cri-
terio de adaptabilidad es también insuficiente para corroborar la noción
de debilidad mental. Hemos visto débiles mentales con una adaptación
2
Véaoe la nola 12 de la página 124.

114 115 ·
APENDlCES En sus comienzos, el psicoanálisis infantil tropero, en su técnica, con
el problema pedagógico. Actualmente, en muchos casos las diferentes
formas de reeducación se han colocado en el primer plano , a expensas
del aruílisis propiamente dicho.
PSICOANALISJS Y REEDUCACION Si estaba bien establecido que, para curar a un adulto, el psicoanálisis
debía mantenerse dentro de una técnica rigurosa (es decir, que no debía
volverse moralista), para el psicoanálisis infantil se ha creído poder per-
mitirse todas las dc~'Viaciones de técnica y, en particular, la intervención
en el plano de lo real, como si se fuera un super~ducador, un super-pa-
dre. Esta actitud normativa ha tenido efectos perjudiciales, de los que
aún no nos hemos desembarazado. En la actualidad, si bien los psicoa-
nalistas admiten que tal proceder no está acorde con la doctrina freudia-
na, continúan estando influenciados por la pedagogía, a pesar de ellos
mismos..Hay a menudo pedagogos que, cuando se trata de trastornos es-
colares, de debilidad mental, de dislexia, de trastornos de cálculo, etcé-
tera, proponen programas de reeducación, cuando sería necesaria una
investigación psicoanalítica, al menos en un primer período.
Voy a tratar de aclarar esa progresión peligrosa de las influencias cul-
turales, sociales, morales, sobre el psicoanálisis, planteando aquí el pro-
Los ~sicoan'.i1ist~s de nii1os están aún, sin saberlo, fascinados por la
pedagog1a; fascmac16n que preYdleció durante toda una época. blema en sus orígenes.
Trataré aquí de ubicar mejor el psicoanálisis de runos con rei:lción a Hasta una época relativamente reciente, el psicoanálisis de adultos
la pedagogía y a las diferentes fonnas de reeducación. pertenecía a un sector privado de la medicina y su empleo en los hospi-
Se trata de sa~er si ~ctuamos en fonna siempre oportuna al dirigir tales era muy limitado.
en el acto a un .nífto hacia una reeducación, sin tomarnos el trabajo de No sucedió lo mismo con el psicoanálisis infantil, que tomó impulso
comprender me¡or lo que subyace en el síntoma por el que Jos padres a- en forma paralela al desarrollo del Servicio Social a trav~s del mundo.
cuden a consultarnos. Tanto que en ciertos países psicoanálisis infantil y asistencia han podido
· Si, desde el punto de vista práctico, uno se desenvuelve como puede confundir sus límites.
e~ sesiones de consu_Ita a menudo sobrecargadas, con personal insufi. "¿Cómo separar el Servicio Social y el dominio del cura, del juez, del
ciente , no es menos cierto que, desde el punto de vista de la teoría exis- médico , del educador?", se dijo' en el Congreso Internacional de Servi-
te en la actualidad un problema, en especial en ocasión de la prlmera cio Social de 1927.
consulta: ¿es preciso orientar a todo deficiente mental hacia cursos es- Era la época en que el número de pedagogos y psicólogos aumentaba
pecializados,_a todo disléxico hacia una reeducación, o se debe comprcn- en Estados Unidos, en tanto que en Europa las aplicaciones de la psi-
d.er desde el comienzo el sentido de un síntoma que, reeducado dema- quiatría estaban reservadas a los médicos, pues el llamado análisis pro-
siado pronto, nos pone ante el riesgo de expresarse de ot ra manera? fano estaba en sus comienzos.
. Mi experie~cia me ha ensenado que las diversas fonnas de reeduca- J
:(
Freud había previsto este impulso : también él había sollado con una
ción, muy valiosas cuando son empleadas con toda conciencia resultan medicina humanitaria y con la necesídad futura de "adaptar nuestra téc-
malgastadas cuando el nill.o no está preparado para beneficiarse'con ellas '~ nica a nuevas condiciones" . Había sonado con ver a Estados Unidos a-
C?mo sujeto autónomo y responsable. Se corre aún el peligro de que las ceptar un día la carga de inversión que representaría el psicoanálisis de
dificulta~es se estructuren a modo de defensa obsesiva. El psicoanálisis los asistentes sociales.

l
emprendido luego de una reeducación fracasada será siempre más difícil "Cualquiera sea la fonna de esta psicoterapia popular y sus elemen-
y, con frecuencia, vivido por el niilo como una carga suplementaria. tos, agregaba, las partes más importantes, las más activas, seguirán sien-
Al puntualizar determinada evolución del psicoanálisis, tengo el cui- do las tomadas al estricto psicoanálisis desprovisto de todo preconcep-
dado de formular interrogantes allí donde a veces todo ha sido resuelto
por medio de soluciones aportadas en otra época, que se ha cometido el 1 Doctor René Sand, l• S•rvtu Socwl 6 mzven l• mond•, Annand Colin,
error de considerar después como defmitivas. 1931.

116 117
to" (o, como dice Ja traducción francesa , el psicoanálisis que no se preo- asiste a su renuncia bajo el efecto de la culpabilidad, mientras la ansie-
cupa de ningún ideal social o caritativo). dad del niílo no cesa de aumentar .4
La visión de Freud se concretó en Estados Unidos, pero Ja parte prin- Esa necesidad de bondad y de caridad de las cuales el psicoanálisis
cipal, que debía corresponderle al psicoanálisis puro, se encontró redu- nos ha ensenado a desconfiar, se manifestó al máximo en Estados Uni·
cida por el hecho de que no se impartió una verdadera formación psi- dos hacia 1930.
coanáliUca a los Psychiatric Social Workers•. Fueron creadas habit clinics (clínicas de Júbilos buenos) para los pe-
En el art(culo que acabo de citar, Freud había insistido en el hecho queños difíciles; child guidance clinlcs (clínicas de orientación infantil)
de que el psicoanálisis de las clases populares sería más dif(cil, dado que para detectar los retrasos y educar los caracteres. Esta preocupación de
la neurosis es más valiosa para los pobres y su abandono más difícil.1 educación se extendió a los padres. Se crearon no sólo escuelas de pa-
En Estados Unidos se tendía a proceder corno si el psicoanálisis del dres sino tambic!n escuelas de educación sexual para adultos.
pobre, por el contrario, demandara menos gútos. De tal modo, al lado del psicoanálisis clásico, en apariencia bajo su
Los asistentes sociales psiquj¡ltricos están al servicio de las familias influencia, pero en realidad en una dirección muy diferente, se des¡¡rro-
enfrentadas con dificultades psicológicas, de carácter conyugal o peda- 116 en ese país todo un sistema psicosocial de prevención y tratamiento.
gógico: se trata, en esencia, de readaptar al i1'dividuo al medio. El asis- Se trata bastante a menudo, de un verdadero atiborrarniento, casi de
tente psiquj¡ltrico se transforma, en alguna medida, en el árbitro del un introdu~ir por la fuerza buenas costumbres y consejos esclarecidos.
conflicto, el consejero a quien se escucha. No es superfluo seilalkf que instituciones y m6todos de este g6nero son
He aquí el informe textual de una de esas actividades.3 "Carlos, un un eco, de alguna manera, de la enorme Inseguridad oral de Jos nortea-
nillo de once aftos, exasperaba a quienes lo rodeaban por su desobedien- mericanos. s
cia, su violencia, su pereza. Los hermanos y hermanas lo ridiculizaban
sin cesar; los padres le hacían constantes reproches; los profesores lo He esbozado aquí el cuadro de un fenómeno que no es exclusivo de
éastigaban o rehusaban ocuparse de él. Se hablaba de ponsrlo en una Estados Unidos (aunque en determinado momento fue allí particular·
clase para anormales o en un centro de reeducación. mente apreciable), en lo concerniente a lo que podría llamarse los efec-
tos paralelos del deaarrollo del verdad~.ro psicoanálisis.
6
"La clínica de educación del carácter hlzo una exploración que de-
mostró que el nillo era víctima de un medio en el que las preocupacio- En ese clima de medicina social· el psicoa1Wlisil se ha desarrollado
nes materiales causaban una constante tensión nerviosa. también en Inglaterra. Pero esta aplicación se limita a los tribunales pa-
"La asistente psiquiátrica logró, poco a poco, que la madre animara a ra nillos, a las clínicas de orientación infantil, a las casa-cunas experi·
su hijo, en lugar de rechazarlo; de las hermanas y herrnanos,que cesaran mentales. Parece que al comienzo ha habido una primacía de Ja com-
de alimentar en ~I un sentimiento de inferioridad; de Jos profesores, que prensión psicoanalítica sobre el factor social, o al menos, que un trabajo
se preocuparan de elogiar sus progresos más que de insistir sobre sus fra. más modesto qué el encarado en Nortea~rica había permitido un me-
casos."
He ahí, en forma caricaturesca, la descripción de lo que sucede cuan- • Como to 1ecoe1da Lacan, el síntoma es una "palabra amordu.ada". En 11 ex·
do se descWda Ja comprensión analítica para volcar todas las esperanzas perlencia analítica, et sujeto trata de hllCer entru al anafutl en su juego;_es lo que,
en una reeducación por medio de consejos. De tal modo, sucede que imptopiamente. llamamos resistencia (en realidad <e trata de la reslstenaa del ana·
despu~s de haber dado a Jos padres consejos considerados juiciosos, se lista). Toda relación con o! ollo estí mucada con el sello de lo imaginario (en.,_
te campo ,. ubica el pedido de consejo). La experiencia anal ítica lleva al paciente
a traducir el pedido en otro nivel , el nivel simbólico. Lacan reprocha al analista .
tradicional habcne ftjado sobre una dialéctica tedncida del sujeto.
• Asi.m•n~s sociales psiqumtricos. En inglés 011 el original. (E. J 5 Existe una forma de ••inseguridad o ral" que se manifieata por una avidez Y
2
una exigencia siempre insatlsfech~. No se trata aquí ,de dar blberon~ s suplemen.ta·
Tenemos hoy, en este dominio, una experiencia. más amplia que en la época rlos y variados sino de inventar fonnulas de educaeion, do pedagog1a, de dlet6uca
de Freud, aunque orientada en el mismo sentido. Es necesario tener en cuenta el sin cesar reno~adlls, para colmar la. angustia de las madres norteamericanas. E~ta
beneficio secundarlo de la cnfennedad y las resistencias que de ello resultan. Estos preocupación de educación de los padres se confunde, de hech?• co~ ":" .forr:mg
casos oe encuentran en todu las capas sociales. Pero tal vez la perspectiva de aban· de consejos que es precisamente lo contrario de una lnfo rmaclon ob¡etiva e Impi-
donar la neurosis para marchll hacia la realidad es más fácil de encarar cuando las de toda actualización de los problemas jndividuales.
condiciones exteriores son más atractivas. 6 Al lado del psicoanálisis se ha dearrollado una especie de pedagog ía inspita-

1 da en una vulgarización simplista de lu nociones frcudianas. El corueiero sexual,


Porter R. Lu y Marlon E.Kenworthy,Menta/Hyfiene and S<>ci"1 Work, Nue- educatiVo, viene a superponerse al pslcoanalista, con grart detrimento deJ p&iooa.ni·
va York, The Commonwealth Furui, 1929. lit.is. Las caricaturas norteamericanas son elocuentes por si mismu al respecto.

118 119
jor control por el equipo analítico y evitado los ab usos. La presencia de Por otra parte, Me lita Schmideberg actuaba en sus consultas con un
~nalistas da a.I~ conmltas de child guidance una jerarquía diferente de rigor analítico que la ponía al abrigo del peligro de inOuir en el medio
a que caractc.nza al SllTlple trabajo del psychiatric "°cial worker, aun. .del ~o de quien se ocupaba.
que éste tr~baJa en equipo, aconsejado por un analista en cuanto a la
mterpretac1ones a dar al cliente. s En momentos en que se desarrollaban en Occidente las obras sociales
. En Inglaterra se ha tenido el cuidado de separar Ja influencia d 1 y las técnicas psicoanalíticas, la Unión Soviética de 1930 ponía en mar·
d~ ( c:on las modificaciones que se le aporten) de los conflictosein~:~ cha un enorme aparato de Estado para crear condiciones de vida encua·
ps1q.u~cos. P;eocupado como estaba por actuar sobre el medio el psico- dradas Jo mejor posible con el trabajo: al mismo tiempo que lospadres
aná~s ~ab1a terminado por olvidar la eXistencia de esos conructos in· recibían los medios de hacer un trabajo productivo, los niños eran edu·
traps1q llJ COS. cados, poniendo siempre el acento sobre la necesidad de descanso para
ban~no de los grandes méritos de Melita Schmideberg ha sido el de a. unos y otros. En resumen, era reducida al mínimo la asistencia, en tan·
onar las recetas e ideas preconcebidas para volver a un auténtico to que se incentivaba al máximo la integración de cada uno según sus
re~xame? .de .los problemas humanos. Si bien ella concedió una am- posfüilidades y sus gustos. Era ésta una conducta política; no había Ju.
p~a Part1c1pación .ªla influencia del medio y alJactor social en Ja etiolo- gar para el psicoanálisis. .
g1a de las neu~~s, proponiendo en particular munerosas medidas pre. Sin embargo, esta conducta política no había sido desa¡robada por
v~nuva_s '! d~ higiene social, supo, por otra parte, mantenerse como mé.· Freud, quien insistía, desde 1919, en que la única solución válida se si-
d1ca chruca n~rosa en las consultas hospitalarias. tuaba en el nivel del Estado, porque implicaba verdaderas reformas de
Su con.cepC1ón con respecto a la influencia a ejercer sobre los padres, estructura.
era de algun modo opuesta a las concepciones norteamericanas: su méri· "No podemos - decía Freud además- adoptar en la vida una actitud
to fue escuchar a los padres; les daba pocos o ningiln consejo se de higienistas o de terapeutas fanáticos. La profilaxis ideal de las enfer·
mostraba m~y receptiva a los relatos de sus desdichas 0 de .,.., ;J:a~os
0
medades neuroticas no sería ventajosa para todos. Las neurosis tienen
aunque los hijos fueran ya adolescentes. ..,... ' una función biológica como medida defensiva y una razón de ser so-
Escuchaba, utilizando sus conocimientos analíticos para decidir has cial." .
ta dónde pod.ía llegar ~n lo que los padres demandaban. y se mostrab~ De modo que el problema no resiae tanto en enseflar a los hombres a
mu~ poco exi~ente . Cita el caso de una madre que le llevó a un hijo i- ser buenos, caritativos, tolerantes, como en prowcar, en el terreno polí·
~hco; desp~s la madre se felicitó del cambio observado y comen':s: tico, refonnas estructurales pal'l! que el hombre pueda, de algún modo
Debe ser la mfluencia de la luna ." "¿Por qué no?", respondió Melita · en un marco legal, encontrar los medios de desarrollo.
Schmideberg. Y agregó: "La torpeza de ciertos padres es su manera de ]¡
accionar frente a una situación intolerable " 1 Si el psicoanálisis infantil corre el riesgo, en Ja consulta, de substituir
'.'No tengo ningún fin , ninguna orienta~ión en materia de educación
-d1~- Y pudo sucederme aprobar a una madre hipertensa por pegar a
f a Ja Sociedad , tratando de reformar el medio más que de insistir SO·
b re los trastornos psicógenos del nif\o, corre el riesgo de ser víctima de
su hijo cuando sentía la necesidad; no es que apruebe las zurras pero un un error idéntico con relación a los padres: es grande la tentación de o.
esfuerzo de autodo~o es!8ba más allá de las fuerzas de esa'madre ." cupar el lugar de los educadores naturales, actuando como pedagogos
Se trata de .conducir ~ nii'io, por la psicoterapia, a desenvolverse con o moralistas, antes que como psicoanalistas. Por lo demás, la principal
la ~dre que uene, más bien que de inculcar a esa madre principios edu. escisión en el mundo psicoanalítico inglés se ha producido en tomo a
cacionales que tal vez correspondan a la verdad del psicoanalista pero esta controvenia.
no a Ja del cliente. ' En efecto, Anna Freud quería, en sus comienzos, ser una superedu-
De tal modo, Melita Schmidebcrg tenía una doble actitud: clldora. No con un espíritu de refonna social, como los psychiatric wor-
Por una parte, esclarecía, por su comprensidn analítica el problema ken norteamericanos: Anna Freud era analista y su punto de vista se
social d~ los nii'los d~lincuen_tes, de los huérfanos, y provo~aba estudios mantenía en el individualismo. Pero los padres eran para ella el adversa·
e~ los niflos del med10 hospitalario , a fm de introducir las reformas SO· rio ; hacía falta, desde el punto de vista educativo, ocupar el lugar de c·
~~es necesarias. Digamos que, en este terreno, tenía una conducta po. llos. El aspecto. social reaparecía con la idea de que se podría crear es·
1t1ca; educadores y jueces sdlo podían ganar ahí en la comprensión de cuelas especiales para acoger a los niilos en tratamiento analítico, a fin
un problema que también les concierne. de eliminar la influencia de los padres.
1
Melita Schmidebetg, Chüdrtn in netd. Londres, AU en and Unwin Ltd. a S. Freud, De lo ttchnique psychoMlitlque, París, P.U.F., página 33.

120 121
. . t ~es se abrieron para los estudiantes: se trata de los
Semejante actitud de "madre adoptiva" corría, por otra parte, el Pe- vmcl3S; cen ros s . · · iativa de Claude
ligro de ser tan poco comprendida, que Anna Freud sugería, al princi- B.A.P.U .' º (el primero fue creado en Pans por uuc .
pio, limitar la incorporación a esas escuelas a los hijos de analista~ ... Veil y Eliane Amado): tro público plantea problemas parti· ·
Encontramos en esta controversia temas relativos a la contratransfe- El uabajo del analista en un cen . ado r la sociedad, trata
rencia del analista con relación a los padres. Fue de hecho por este ca- • culares, en la medida _en ~ue el ana::~:.;:acia'J'.°Ahora bien, esta " e·

í
mino indirecto que Anna Freud llegó a considerar el amilisis infantil co- inconscientemente de 1ustifical'$C po d vista de la norma ana-
ficac ;. .. es a menudo discutible desde el punto e .
mo muy diferente del anilisis de los adultos. Descubrió que la neurosis 1
- ¡ " ió " del su¡eto
de transferencia no se instala en el nil!o. El tratamJento fue desde el co· Htica y llega a ~ompromet~::c:ec~~cb~u~~~ n~cesaria ada~tación de la
mienzo concebido como una mezcla de análiSis y reeducación. Y esto, Freud -rep1t~moslo-. P . h bía insistido en la salvaguar-
por lo demás, a expensas del análisis. 9 Anna Freud lo demuestra al ex- técnica a una ps1coter~pia popular.• pe~ e:te - or me parece indispen·
poner el caso de una nifta neurótica que se volvió perversa en el curso dia del espíritu analítico. En ~unc.~~es perso: es 'e n nuestos actos ex·
del anilisis; el error provino, sostiene la autora, de no pennitir a Jos pa· sable cuest10na~ nuestras. mohvac1 . n la consulta pública que en la
dres asumir normalmente el rol de educadores. traanalíticos, siempre mas numerosos e
El m~rito de Melanie Klein reside, precisamente, enhaberinsistido SO· clientela priv;ida · ¡ · .
bre los peligros de tal actitud conuatransferencial y en haber restituido Dos ejemplos ilustrarán la cuestió n que p anteo.
. nillo que vive con cuatro hermanos Y
al análisis infantil Ja dimensión del análisis del adulto. 1. Tengo en psicoterapia a un d · · sin agua. Me lo
La transferencia va a poder aparecer por la reintroducción del rigor hermanas y con sus padres en. ~ cuarto e serne10,
en la conducción del tratamiento y - agrega M. Klein- la ausencia de traen por nerviosismo e :csta~ilida~ extenuada por los prodlglos de in·
toda intervención pedagógica, en lugar de debilitar el yo, lo refonani. En realidad, :s lama re quien es ntables a sus cinco nii'los. Su marido
Después de haber establecido esas nuevas bases, esta investigadora se genio que despliega para tener pre~. acece imposible el acceso a un H.
encontró, en detenninado momento, prisionera de un slstel]la (por su ·ginario de Africa del Norte . ._.,s P . al
manera, a veces discuUble, de interpretar las fantasías fOO& de todo ~-~~La madre es frágil y sólo las preocupaciones extenores 1a ponen
contexto, la analista terminaba por perder de vista el discurso del suje· abrigo de una depresión. --·d . del factor ambiente y he
to , preocupada como estaba por la respuesta a darle). Pero los funda· Me he d.ejado influir por la pre~r~~nica actitud propiamente
mentos del psicoanálisis infantil estaban planteados. hallado un alojamiento para e~a ento ~n los problemas personales de
Sei'lalemos que el impulso del psicoanilisis infantil, en especial en las analítica ha sido la de poner e .ac. bligarla a volver, para
1
co nsultas hospitalarias, coincidió con el desarrollo de nuevas técnicas esta mujer! ajenos a lasr p~eo~pa~1oy~e~:se;~c~uciones no evitaron el
pedagógicas y sociales, lo que dio a esta rama del psicoanálisis su fisono· que la siguiera otro pro1eS1on • n ·
mía particular. Si en la ~poca de Anna Freud nos queríamos pedagogos, isod' d ·vo al día siguiente de la mudanz.a. -
en nuestros días intervienen las múltiples formas de reeducación para, ep·To:m:~:::.í todo el problema_de l~ asistencia =:d~::se:~~
en alguna medida, hacerse caigo de alguna manera de la tranquilidad de qué es lo que ha~mos cuando a c = : enu:~~~:conducido a realizar
actos aJSbladU:t¡~: :neralizaciEn de un.a forma de acción que
conciencia del analista. Quisiera desarrollar ahora este aspecto.
sejo.s.I:°'
Francia ha debido esperar al fut de la guerra de 1940 para ver desa- no ¡ustifican ' no o s • .. "
rrollarse los equivalentes de la child guidance cUnic. ExJstían ya nume- no es, por cierto, la del ~·un muchacho que vino "para recibir un.a
2. El segundo caso ~s e e ., p e enviado a una agencia univer-
ayuda y dejar ~u traba10 d~dcel~;~tisf~cho Volvió a verme para decir-
rosos servicios sociales y toda una política social, pero el psicoanálisis
no había entrado aún en la vida pública. Existían sólo consultorios hos·
sitaria de trabaJO Y su Jled!dad d 81·coanáJi~ puesto que había come·
0
pitalarios donde los niftos podían ser seguidos en análisis.
me que no tenía ya necesi
etaPde " . Qu6 es' lo que vas a hacer1" me
La introducción de la Seguridad Social había de crear una demanda
1
guido lo que pedía. A a pregun t.
pública de consultorios médico.psicológicos. En París se abriría, a irn·
pulsos de George Mauco y Juliette Boutonier, un primer centro oficial 10 Oficina de ayuda p<ico16gica universitaria (en el cuadro de la mutual de ...
de Child Guidance, patrocinado por los minisuos de Salud y de Educa·
i tudiant••). 'allzada el derecho a una
11 El dmecllo al alojamienlo, a la ~!:"'~~~~~º• d;peodoI de la cari·
ción Nacional.
Después los centros se multiplicaron, tanto en París como en las pro· ! vida decente en el obrdlen mda~:;;.;~ fto qu~ <Uprimc la cuestión complicada de la
' dad pnvada; º'pro orna e

l
9 Ann a 1'1oud, P1ychonaty,. dei enfontr, Parí<, P.U.F., 1951. "deuda" y de la gratitud).

123
122

-- - - -- - ----
respondió: " Fastldiar a la sociedad no trabajando más y siguiendo siem- Pero es esto lo que me parece capital en clínica infantil; ya que el
pre socorrido". médico, sin darse cuenta, tiene a menudo tendencia a satisfacer a los pa-
~st'! muchacho era, por cierto, un enfermo serio; pero cuando logró dres, tomando el sínto ma al pie de la letra. Pienso en las dificultades es-
sattsfacer con gran facilidad su pedido cortó en forma neta una posibili- colares, en los problemas derivado s de la dislexia y la debilidad. Es cier-
dad de recuperació n. Si le era casi imposible, por su nerviosidad asumir to que existe una gran tentació n de orientar al nino , de cambiarlo de
a la vez una vigilancia y la prosecución de sus estudios, la ayuda.acorda- medio, de introducir d iversas reeducaciones aun antes de que se haya
da iba a daxle, corno paradoja , el derecho de estar enfermo y creax así comprendid o Ja significación del síntoma, tanto en la historia del sujeto
en sí mismo, una ausencia de deseos.12 ' como en su relación familiar .
En una consul.ta de dis~nsario , el analista se halla inducido, a pesar En diversas ocasiones Freud h a ubicado el p roblema de la inteligen-
suyo, a oonoeder 1rnportanoa al factor ambiente: a veces, se siente ridícu- cia y de su s avatares en la estructura histérica u o bsesiva. Hemos citado
1~ al ~onsi~erar los problemas en el solo' sentido analítico. Ahora el texto d e Estudios sobre la histeria,14 donde ha subrayado que los su-
bien, &1 es cierto que el ambiente desernpena un papel y merece ser to- perdotados y los débiles pueden haber surgido de una misma perturba-
rnado ~ consideración en una perspectiva de reforma política, no es ción: la histeria . Y sabemos, por nuestra práctica de análisis infantiles,
menos cierto que, cuando se nos presenta un individuo exlste el interés en qué medida se confirma esta observación; creo haber demostrado, en
de ubicarlo corno sujeto en su historia ; es dei:ir, comprender ante todo mi estudio sobre los superdo tados y los débiles, IS que en ambos casos
la naturaleza de su demanda y cuidarse muy a menudo de tomarla al pie se ponen en acción los mismos mecanismos de defensa .
d.e la letra, para que pueda articularse su relación con el Otro , o sea con- No se puede tener tal perspectiva si se confía el sujeto a Jos instru-
&1go rrusrno . mentos de medida , sin hacer intervenir a la dimensión analítica indis-
pensable .
. La originalidad de Balint, en medicina , ha consistido en no tomar al El analista consultante tiene a menudo escruspulo s de introducir la
~1e de la letra el ~ínt~rna, sin~ de ensayar, cada vez que fu~ posible, dimensión analítica en la con sulta pública , como si allí se hallara, más
msertarlo en la histo na del su1eto, haciendo hincapi6 en el sujeto antes que en o tro lado , influido por los imperativos sociales y tentado por
que en su parte enferma. fórmulas de reeducación en ap89~ncia más rápidas.
13
~!libro de B~t , tan pertinente en medicina, h a recibido una apli-
cación a veces discutible en psicoanálisis. En efectd, para algunos se ha Demos otra vez aún un ejemplo (nunca serán demasiados) de lo que
planteado el problema de saber si correspondía examinar al niilo "sínto- el
puede brindar abordaje propiamente analítico de un caso.
ma de los padres" . Al cristalizar el examen en el nino nos dicen se lo Alberto era un débil mental de nueve aflos (C 1 70) que no sabía
fija corno objeto y se coagulan los síntomas. ' ' leer, escribir ni contar.Había sido sometido sin éxito a una reeducación
No es así corno Balint plantea el problema; se ocupa en lo esencial de foniátrica.
la contratransfercncia, a fu1 de ayudar al médico a tomar suficiente dis- Era en realidad un fóbico parasitado por completo por una madre
tancia con respecto a la enfermedad, al enfermo y a sí mismo. Se trata que no lo diferenciaba de ella misma.
de saber si el médico va a dar medicamentos, consejos, una orientación, Una psicoterapia permitió un cambio completo del niño que, sin po-
para quedar en paz con su enfermo; o bien, si va a ser el sostén del cues- sibilidad de escolaridad hasta entonces, pudo integrarse en cursos di-
tlonarniento de. un Pi:>blema h~~no que le es planteado, lo que equi- ferenciales . En la actualidad está en una clase común de escuela pública,
vale a un cuest1onanuento de s1 nusrno, en la medida de las resonancias con dos anos de retraso. Tambil!n esta vez se ayudó a la madre y al ni-
que el problema despierta en él. ño , lo que permitió descubrir la significación de la debilidad de éste en
la histo ria d e aquélla.
11 Vale Ja p ena relatar la historia , mantenida secreta en la primera en-
En ..o ejemplo, Je faltó al much ach o la ayuda del Estado mienuas estuvo trevista, donde se revela en forma sorprendente la génesis de la debili-
sano, la ~ue le fU•. acord~da desde que .enfermó. La estructura persecutoria (e~
11 paranoica) de~ sujeto existía bastante antes de esos acontecimientos, pero Ias di-
dad:
fi~~ltades ~a~ria)es, a la edad en que Jos estudios son considerados vitales, preci· La madre de Alberto, huérfana a temprana edad, fue criada por un
pito el surgmt1~nto .~e los trastornos neuróticos. Si el chico hubiera estado menos hermano mayor, de veinte anos. Contra la voluntad de ese hermano, se
afectado , habria_ ~ulizado su neurosis mlll tando en el terreno polílico . Por el con- casó con un hombre veinte anos m~yor, el padre de Alberto. Ese matri-
tra no, se sumerpo en una actitud de rebelión anárquJca, pasiva y estéril.
14 S. í'reud, Studies on
/Jy rteria, Standard Edition , 1895, vol U, cap. 111.
13
Balínt, l t mldtcin, son maladt tt la ma/adie, París, P. U.F., 1960, traduc- " Co ngres des Centres psycho-pédagogiques, París. 1954.
ción de J. P. Valabrega.

124 125
monio provocó el casamiento del hennano y la madre de Alberto quedó
encinta al mismo tiempo que su cuilada. Es.te embarazo fue causa de
una reconciliación general.
""'""" """'"~"~ pm •U..frente
la actitud que el médico adoptará
entrevista.
D< ohí '""'m' -~
al bsíntoma, desde la primera

Sin embargo, la cuí'lada tuvo una nifla, en tanto que Ja madre de Al- En primer lugar, la elección del consultante, en clientela privada, no
berto alumbró un niño , que había sido fervientemente deseado por el es indiferente; a menudo- está en función de las defensas de la familia
hennano. que va, de tal modo, a orientar la investigación en el sentido aceptado
. Al mes la bebita comenzó una anorexia mental, mientras el padre se por ella.
mtemaba en un sanatorio. Pronto la casa quedó a caigo de Jos padres de El pediatra o el médico familiar son consultados por trastornos mani·
Alberto·. Cuando éste t~~o seis al!os, se sumió en un estado depresivo; fiestamente psioógenos, no por ignorancia, sino por el rechazo más o
v~e deCJr que se tomó idiota y con inhabilidad manual. La madre ven- menos consciente de considerar el elemento afectivo . Si el pediatra
d~ en~onces su comercio, para ocuparse tan sólo lle ese hijo, al que ves- quiere ser eficaz y no perder su clientela , está obligado a tener en cuen-
ha, alimentaba, lavaba. El chico donnfa en el cuarto de Jos padres. El ta esas defensu, a no abordarlas de frente y a llevar en forma inaen&ible
problema e~lar tomó para la madre una importancia tanto mayor a los padres (son necesarios a veces tres o cuatro allos) a consultar con
cuanto que ella deseaba que .s~ hijo se volviera instrµ ido como su propio un psicoanalista.
hermano y no con mera habilidad manual, como su· marido. En un contexto semejante, la acción que puede ejercer un médico,
Alberto_ Y su prima vivieron así una especie de curiosa relación geme- si ha sido él mlsmo analizado, es de las más útiles. En tal sentido son im-
lar, no ten.i_endo el ~no'. al parecer, derecho de vivir sino a expensas de Ja portantes los trabajos de Balint.
otra. La pnma era mteligente, pero predispuesta a trastornos psicosomá- El contacto humano, la presencia humana del médico que trata, más
ticos. Alberto rebosaba salud, pero era un débil mental. Los dos lleva· allá del síntoma, de establecer un contacto verbal, da resultados que el
. ban el peso del mito familiar; eran los niJ'los malditos del incesto. cliente llama " milagrosos". En algunas de esas historias familiares, a me-
El cuerpo fantasmal, tal como lo presentaba Alberto en sus p~eros nudo sólo al nivel del nilio (es decir , de la tercera generación, a veces)
modelados, correspondía al modelo del cuerpo oral. La cabeza tenia ta podni producirse una toma de conciencia analítica de los problemas.
forma de atrás: con dos enormes ojos, ausencia de nariz, boca y orejas; El psiquiatra no analista es en general consultado por miedo al análi-
las representaciones corporales eran las de un cuerpo digestiro. sis. _
Albei:t? era a la vez negaUvi~a y fóbico; su neurosis se traducía por El pncólogo, si es analista y no médico, es consultado como tal para
una d~bilidad mental que tend1a a ftjarse y por supuesto trastornos or- "que el uunto no revista gravedad"; es de primordial importancia que
t'!fórucos (dos anos de ~~ucación sin que el nil!o aprendiera a leer). la cuestión del examen completo (es decir, en equipo con un analista
El enfoqu~ pS1COan~1tlco de ese caso nos permite comprender por médico) sea planteada de entrada, a fin de que la psicoterapia, en caao
qué una medida educativa de recuperación sólo podía conducir al fraca- de marchar, no se oriente en una falsa perspectiva, Ja de los padres.
90; era necesario liberar de entrada una energía hasta entonces moviliza- En fm , el m édico analista, si es el primer consultante, es solicitado
da en la angustia. porque los padres admiten,implícit amente,el factor psicológico. Se sien-
ten simplemente culpables y el nillo es el equivocado. Todo el arte del ana-
Los nif!.os débiles se presentan a .menudo como grandes fóbicos. Sin lista conaultante consistirá en el desplazamiento de ese juego de ajedrez.
embugo, algo los diferencia en forma radical del nei¡.rótico: el neuróti- En relación con la propia historia de los padres, se tratará de hacerles
co puede expresar la amenaza del Otro en un nivel simbólico con una comprender la génesis de las dificultades del nillo, sin acentuar Ja culpa-
diaMctlca verbal, porque no se siente implicado por compkto en su bilidad, valorizando a los padres en su rol de tales, al nillo en su condi-
cuerpo por esta amenaza. ción de sujeto, mientras se permite aparecer los m.alentendidos.
El débil o el psicótico responden a la amenaza del Otro con su cuer·
~-Su cuerpo está habitado por el pánico; les falta la dimensión de to En la primera visita, el consultante tiene Ja posfüilidad de cumplir un
sunbólico que les pennitiria ubicane con relación al deseo del Otro sin acto verdaderamente ps.icoanaütico, hablándole al sujeto, en presencia
estar en peligro de dejarse atrapar por él. de la familia, sobre los resultados del examen y ubicando las dificulta-
. ~o hemos dicho a lo lazgo de todo este libro : la importancia de la fa- des con relación a los padres en una perspectiva no culpabilizante. Este
milia, en los casos de análisis infantiles, crea, desde el punto de vista téc- acto es aun más necesario en caso de que no se emprenda una psicotera-
nico, un problema similar al que se encuentra en el tratamiento de los pia.
psicóticos. Esa familia que IO!icita al médico, espera desde el primer mo- Permite una dinamización de las tensiones nillo-padres, una desdn-
mento una respuesta en relación con lo que la persona del débil mental matización de la situación establecida y aporta a menudo al nillo, por

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primera vez, la posibilidad d e ser tratado como sujeto y encaminado co- cuestionable. Es preciso no subestimar el riesgo de fijar al nifio en loa
mo tal. El analista deviene así el reservorio de Ja ansiedad parental y e- síntomas que presenta, los cuales pierden su valor de lenguaje desde que
sos padres, menos polarizados sobre el hijo, pueden dejarlo vivir. Pero se los reeduca; entonces los vivirá de otra forma, como lo he demostra·
esto es posible sólo si el analista se abstiene al máximo de brindar con:ie- do en el caso de Jsabel 11 , disléxica reeducada.
jos. La prueba es tanto más grande en la medida e.n que los padres acu· Male y Favreau han planteado asimismo, en forma muy clara, el pro·
den para recibirla. blema de la consulta en el medio hospitalario, y han bosquejado el cua-
En una consulta de orientación infantil, el consultante se encuentra dro (página 126) tal como se le presenta al clínico que trata de estable-
enfrentado no sólo con la demanda de Ja familia, sino también con el cer un diagnóstico . Se trata de puntos de referencia que permiten esta·
juicio de la sociedad. Está a menudo atrapado dentro de un marco peda- blecer los factores neurológico, pedagógico, psicológico, con miras a
gógico Y asume, lo quiera o no, un papel social definido en una iniciati- una reeducación adecuada.
va de readaptación. Es consultado como uno d.e Jos engranajes de un Sin embargo, las relaciones del psicoanálisis con las diferentes fo~as
orgarusmo. Este organismo desempefia el papel mágico y n o es indife- de reeducación siguen siendo un importante elemento teórico a elucidar.
rente que se trate de un centro psicopedagógico, un dispensario de con- Repitámoslo : son los fracasos de las orientaciones pedagógicas los que
sultas familiares o un servicio hospitalario. En la mayoría de los casos nos ensellari que la dimensión analítica fue omitida en Ja consulta, resul·
se confía más en el renombre del servicio que en él del médico en parti'. tando así falseado el diagnóstico. Nada es seguro en este dominio Y la
cular. fuerza del consultante reside muy a menudo en el hecho de atreverse a
El primer consultante está él mjsmo influido por los mecanismos del asumir la duda, pemútiendo así al sujeto escapar a una condena...
servicio y las facilidades existentes para las diversas formas de reeduca-
ción. Si se dejara llevar por la fantasía , podría hacerlas aplicar todas a la El problema que se le plantea al consultante es el de la orientación,
vez sin hallar objeción, siempre que fuera en distintos días a causa de sea hacia una forma de asistencia (social, pedagógica), sea hacia un psi-
los Hmites impuestos por la Seguridad Social... Existe aq~í un factor coanálisis.
importante: una organización dada induce al clínico sin suficieate con- ¿Pero qué es en la actualidad el psicoanálisis infantil y cuáles son sus
ciencia a adoptar ante todo soluciones de adaptación social o escolar sa- relaciones con la pedagogía?
tisfaciendo así la demanda de los padres y el superyó de la sociedad.' Kris 18 ha hecho una síntesis del desarrollo de las ideas psicoanalíti·
Sin embargo , las diversas reeducaciones utilizadas con toda concien- cas recordando que, al comienzo , efinterés estaba centrado en las r~ac­
cia (es decir, a menudo después de una psicoterapia) son a este respecto ciones típicas del nillo y las interrelaciones genéticas, económicas, dmá-
más eficaces; en la tesis presentada por Francine Jaulin en 1960 sobre Ja núcas; que con el desarrollo de la psicología del yo tomaron importan·
reeducación en matemática, los resultados espectaculares fueron obteni- cia los factores históricos; organismo y medio son vistos en sus interac·
dos por quienes se habían beneficiado de una psicoterapia. Tan cierto es ciones; que a ·continuación el psicoanfüsis no se ha planteado más que
q~e la posibili~ad de una reeducación depende de que halle a su disposi- en términos de conflictos, dándose la prioridad a los mecanismos de
ción una energ1a lo bastante liberada de trabas neuróricas. defensa (Anna Freud) o al trabajo sobre el fantasma (Klein).
A pesar de todo, dice Kris, el psicoanálisis infantil se orienta muy ne-
El estudio del fracaso escolar ha sido hecho en forma muy pertinen- tamente en una p erspectiva de adaptación, de aprendizaje.
te por el equipo de Claparéde. 16 Desde el punto de vista técrúco, la conducción var(a según que se es·
~ale Y Favr~au distinguen el fracaso relacionado con Ja pura readap. time necesario ver al nifio solo, al niño con la madre o a madre Y nillo
tac16n .~d~óg¡ca, del fracaso síntoma neurótico, vinculado con un psi· en fonna paralela.
c?anális1s. Sm embargo, la distinción no es fácil. Los errores de o rienta- Estas ideas desarrolladas por Kris muestran hasta qué punto el psico-
ción son los que nos ensenan después lo que estaba amalgamado al sín- análisis ínfántil se ve en dificultades para desprenderse de la influencia
toma. Si bien es cierto que para algunos es suficiente una readaptación del factor wcilll y pedagógico.
pedagógica, no es menos cierto que se toma a veces por t rastornos acci-
dental".8 lo q~e en realidad constituye el comienzo de una evolución . 11 Maud Mannoni, "Problemes posés par la psycllothérapie des débiles" on La
neurótica o psicopática. PsychaMlyst, volumen 5, P.U.F. ; véase también el Apéndice 11 de ese libro: " L'I·
En cuanto al valor de los tratamientos.asociados (con diferentes for. magc du corps et la parote dans un cas de dyslexie rlld uquéc" . publicado en
mas de reeducación) para un nifio sometido a psicoterapia, puede ser Sau•egarde del'Enfance , junio 1960.

16 "Kris. "Developments lnd proWems of child l'sycllology", hych0o<1na/ytkol


Mate Y Favreau,LaP1ychil1trltdt l~nfant, volumen 2, faoclculo t, P.U.F. Studyofthtchild, volumen V, lntematio.nal University Press, Nueva York.

128 129
l."

Desde el momento en que se trata de Ja curación de un nií'lo , el psi-


Pero la pareja no conoce su problema. Lo que quiere es una respues-
coanalista se siente como acusado ante la sociedad si su bestima los valo-
ta para un momento en que su angustia se ha to mado insoportable . E·
res (por lo demás reales) de los t ratamientos asociados o d e los interna-
dos especiali7..ados. voquemos, a este respecto , el diálogo relatado por Freud en Tres ensa·
En un estado de acusación ante los padres, cuando el rulio fracasa en
yos sobre una teoría sexual, colocado como escolio de este libro.
u~ examen, su ~rimer reflejo, cuando ejerce en un organismo pú-
Si se debe brindar una palabra a la pareja en desarrollo, q ue sea en es-
blico, corre el peligro de ser el acudir a la asisten cia o a la reeducación ; te nivel. Una palabra en la noche, p recisamente Ja necesaria para que el
9
es d ecir, está tentado de asumir el papel de la sociedad, del maestro, de problema pueda rebotar, lfüerado del pánico del abandono.'
los padres, cediendo así a los fenómenos de contratransferencia ante los
ed ucadores naturales.
Anna Freud tuvo el gran mérito de plantear Ja cuestión del análisis
infantil, pero para trope7..ar en seguida con 'los problemas de la educa-
ción.
Y es siempre con este mismo problema pedagógico que tropieza el
psicoan álisis infantil .
Si bien es cierto que para el porvenir escolar de los niilos es esencial
una ayuda pedagógica apropiada (clases especializadas, reeducaciones)
(
no lo es menos que, en la consulta, el analista gana ignorando al princi-
'
pio todas las posibilidades de reedu cación, para p lantear todas las defi-
ciencias (intelectuales u ortofónicas) en témtinos " analíticos"; a saber :
¿qué significan esas deficiencias en la historia del sujeto?
Como he tratado de demostrarlo, al escuchar al sujeto se puede a me-
n~do hacer desprenderse el sentido mismo de su deficiencia, que por
cierto gana al no ser tratada de entrada como tal.
Al t omar el s(ntoma al pie de la letra, se llega a p·e rder de vista el dis-
curso del nifto. Y en ese discurso intervienen t odos Jos elementos de de-
sorden escolar, intelectual, etcétera, que han motivado la consulta.
Constituyen, a semejanza del sueflo, un jeroglífico que es preciso llegar
a descifrar. Es necesario a veces u n lento trabajo antes de que se pueda
leer ese informe que los padres presentan y al que el nillo hace eco en
su fonna de presentarse .
En su neurosis, el niílo muy a menudo ha logrado desarrollar un mito
alrededo r de su síntoma, que se convierte así en un elemento significan-
te. Si nos precipitamos demasiad o pronto hacia fó nnulas de reeduca.
ción se cierra al sujeto la posibilidad de plantear su problema y de salir,
por el lenguaje, de una mentira, de un rechazo de la verdad, objetivada
hasta entonces en síntomas defmidos.
Pero para que 'aparezca un sentido hace falta una posibilidad de mo-
vimiento en la instauraci.ó n del diálogo analítico. El analista no puede
establecer este diálogo si introduce de sopetón su respuesta.
\ 19 Lo único que Interesa es que el analilta pueda ser alcanzado por Ja angustia
puntal. A partir de ahí, la pareja puede 0t1cont.rar de nuevo la fue!'la para enfren ·
tar su drama.
En cuanto a lo demás. la posición correcta del analista consiste en no tomar al
Bajo el peso de su ansiedad , Jos padres tratan de ponemos en situa·
pie de la letra el síntoma del sujeto. Este síntoma tiene el valor de un 1<'1guaje. Es-
ció~ de r~sp~nder . ~i lo hacemos, no será con frecuencia más que una tá ahí pan expresar lo que el •ujeto no se atre..: a decir con palabra<. En el trata·
gratificación mmediata, d e corta duración, con el rielll!o de pisar en fal- miento analítico , el trabajo conducirá aJ sujeto a una tom a de conciencia de sí
so . ~orque esa respuest~ va bastante más allá d e una orientación peda· mismo. a través do la ongustia. y ayudaiá a abandona r una relación por com pleto
gógica. Lo que se nos viene a pedir es hacerse cargo no sólo del niJlo si- imaginaria para en trar en un mundo donde los demás tienen un lugar. Puede decir-
no de la pareja parental y de su problema. ' se que en ese instante el sujeto se abre a Ja cultura, a un orden en la escritura. el
lenguaje, etcétera.
130
131

\
de la actitud .de los padres ante la enfermedad . Cuanto más ansioso es
11 el medio familiar, mayor es el desarrollo del trastorno en el niflo. Trata·
ré de profundizar este aspecto del problema, procurando comprender
EFECTOS DE UNA REEDUCACION los trastornos que nos lo seflalan.
EN UN N!i'lO NEUROTICO 1 Hay nií'los disléxicos a quienes basta para curar una reeducación fo.
niátrica. Otros son ayudados por esta reeducación si reciben al mismo
tiempo una ayuda psicológica apropiada. En otros, en fin, una reeduca-
ción foniátrica encarada sin psicoterapia previa corre el riesgo, si no de
agravar los trastornos psicóti.cos subyacentes, por Jo menos de dificultar
seriamente, en consecuencia, la recuperación escolar: las muletas ofre-
cidas a un nillo que, por razones profundas, rehúsa valerse por sí mis-
mo , tendrán por único efecto complicar un cuadro clínico ya rico en o-
posiciones o en abandonos.
La reeducación foniátrica parece, de hecho, prematura en los casos
en que el nillo no es en verdad capaz de otorgarle un sentido. Lo que
cuenta no es saber que By A forman BA; es saberse conducido hacia O·
tros conocimientos, es decir, otras trampas y otras dificultades. El niflo
que no quiere saber que By A forman BA tiene razones profundas para
permanecer en su estado. Y estas razones me interesan en primer térmi-
Quisiera intentar, a través del análisis de un caso, no de esclarecer la
no.
naturaleza de la dislexia, sino de hacer emerger las estructuras subya·
Si Ja nilla de quien vamos a hablar había llegado a leer, a fuerza de
centes, a fin de estudiar la posible relación de la reeducación.foniátrica
paciencia, había rehusado, lisa y llanamente, dar un "sentido" a la lec·
con el psicoanálisis. . . tura; leía, sea, pero era inútil ~dirle que utilizara Ja lectura para supla·
Dejaré de lado ·a propósito, en esta exposición, toda la explicación
cer, ni tampoco para progresár. Por otra parte, para frenar todo pouble
neurológica del problema, que ha sido dada en forma muy clara por
progreso, se había vuelto rebelde ante las cifna y, en este punto, uno se
Francis Kochei en su b'bro Rééducation des dys/exiques. 2 En enero de estrellaba como ante un muro: no quería nunca saber nada de cílculo.
1950, la seflora Roudinesco y el seflOr y la seflora Trelat publicaron un
estudio muy completo sobre el tema.3 Después de haber h.istoriado los ¡,Quién era esta niña?
trabajos neurológicos, los autores ponen el acento sobre los trastornos Isabel t1;nía siete años y cuatro meses cuando la vi por primera vez.
de la motricidad, de la representación espacial, de lateralización, el re- Era la tercera de una familia con cinco hijos. Los mayores son gemelos
tardo del lenguaje en Jos nillos examinados. Subrayan el hecho de que, (varón y mujer), tres aflos mayores que ella. Despu6s viene una nillita de
en los nií'los disléxicos, la percepción global es visual, automática y no cuatro años menor que Isabel y un chico que en esa l!poca tenía vein-
simbólica. Cualesquiera que sean las implicaciones neurológicas del pro· tiún meses. Los nif\os son todos dotados y normales en apariencia, muy
blema, el único tratamiento previsto es una reeducación foniátrica que, tónicos y vivaces. Isabel es la excepción; aparece de pronto como el pa-
según Jos casos, insistirá en la lectura o en los ejercicios de orientación tito de la nidada. Es desgraciada y hace todo_a destiempo. Llora cuando
que la preceden. ¿Por qué? Porque " au~ si hay. una lesión orgátúca •. en se le hace un regalo y si dice "sí" no es seguro que eso no quiera decir
los sujetos jóvenes se establecen suplencias funcionales y la reeducac.ión "no". E& torpe; cuando dice "bajo" hay que entender que va a subir. A
sigue siendo posible" . los siete aflos, no ha adqWrido aún Jo que se llama lenguaje común.
A pesar de Ja orientación neurológica del trabajo, Roudinesco Y. los Según este .sucinto · cuadro, el problema escolar aparece comprome-
Trelat terminan su exposición insistiendo sobre el hecho de que casi to· tido de antemano. Es evidente que lo que cuenta para Isabel no es a-
dos los disléxicos estudiados tienen trastornos del carácter. Según sus prender que 1+1 son dos sino, primero , ponerse de acuerdo con el sig·
observaciones, la misma gravedad de la dislexia parece estar en función no +, tal como es reconocido por los demás. Para Isabel, al comienzo,
1
más puede querer decir menos.
Publicado e n Sau"llgarde de l 'Enfance, junio 1960, bajo el título "L'image
du corps et la parole dans un cu de dyslexie rééduquée".
2 La nifta va a vivir muy pronto esta contradicción, en simbiosis con la
Pnrls. P.U.F.
3 "Studc de 40 cas de dyslexicd'évolution", E•fance.
madre. Esta es una mujer joven, muy dotada, que comenzó muy tem-

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132 133 l:'i;~~--~ ~- ~- ::~.
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prano estudios de matemáticas superiores. Esos estudios hubieron de ser "ausente". IOsta "ausencia" estaba manifiestamente ligada al sufrimien-
interrumpidos cuando tenía diecinueve ai'los, a causa de la muerte de su to de la madre, mal adaptada aún a su nueva condición. En la medida en
propia madre, con quien mantenía relaciones ambivalentes: "Yo era que la ausencia de la nii!a requería a la madre, ésta salía de su sufrimien-
- me dijo- muy dai'lada por mamá, que me pegaba todo el tiempo." Se to para ocuparse del de su hija.
creyó obligada a reemplazar a esa madre (siendo que su hermana, de ca· Cuanto más insoportable se volvía Isabel, más apegada a ella se tor-
torce aflos, pod{a prescmdir de ella); mejor aun, adoptó un rol de vícti· naba la madre, quien a la vez descubría sus deberes de ama de casa. Isa·
ma. Esa hermana de catorce años, Ooja en la e5cuela, era la preferida de bel ayudaba a la madre a·renunciar a sus suellos de joven independiente.
la madre y se entendía mal con la mayor. Esta última abordó después su Era Isabel quien impondría a los suyos la tírania: así es como lama-
vida de mujer en carácter de víctima. dre recuperaba con naturalidad el papel de víctima que tenía con su
Encontró, muy joven, a un muchacho brillante, apasionado por las propia madre o antes con esa hermana de catorce aflos por quien había
matemáticas y la investigación ; al lado de ella es el eterno estudiante, e- abandonado los estudios.
xitoso, por lo demás, en su vida profes.ional, consciente y responsable El padre sólo se interesaba por los mayores; únicamente retenía su
de sus deberes familiares. Es la imagen misma de todo lo que la joven as- atención el niño evolucionado en su lenguaje y en sus expres.iones. De
piraba a ser a los veinte anos. El marido es quien representa,en la vida, la hecho, hubo·que esperar la curación de Isabel para que se interesara a su
liberación de la tutela materna, mientras que la mujer, a semejanza de respecto. Tal vez sea útil senalar, de pasada, que este padre, tan poco
su propia madre, se transfonnu en el ama de casa que se consagra a los presente para la nilla, se había ocupado de ella a Jos tres anos, para lle-
hijos. A estos hijos los ha tenido cada vez contra su voluntad. El prime- varla al hospital para una ablación de amígdalas, a raíz de lo cual Isabel
ro murió antes de cumplir el afio. Enseguida llegaron los gemelos. Ya estuvo tres días sin querer "reconocerlo". A los seis anos la llevó a Ja es-
no conoció descanso y hubo de renunciar al suei'lo de proseguir los estu· cuela, donde n9 la pudieron tener de tanto que gritaba.
dios. Cuando los mayores tuvieron la edad para ir a la escuela, estaba
encinta de !sabe! y se sintió condenada por el destino a su pap;l de ama En el primer examen, Isabel da un CI de 71, un test de Rey absoluta-
de casa. El nacimiento de Isabel fue el punto de clivaje de su vida: con mente perturbado, desprovisto por completo de sentido. Con el Kohs,
este nacimiento, renunció a s{ misma para asumir el anónimo rol de es- fracasa en la prueba de cinco allos. Desorientada totalmente en el
posa y de madre. Anónimo, es decir, no reconocido por ella misma. Se· espacio, sale ~!ante en la prueba de nueve allos del Porteus.
r{a lo que el destino quisiera. Los.nacimientos sucesivos fueron acepta· BI examen afectivo evidencia, de entrada, los problemas. Todo trans-
dos con resignación . Para todos, fue la madre proveedora de alimentos, curre como si Isabel no hubiera debido vivir. Con el retardo, puede has.
. que cuida bien a sus nillos. Para todos, salvo para Isabel. Para Isabel fue ta decirse que la nilla ha sentido que su nacimiento era la muerte de al·
mucho más. A Isabel hac{a falta salvarla de ella misma ; hacía falta for- go esencial en la madre. "Lo más hennoso que me puede suceder -di·
zarla a vivir. ni- es un 'hada que me haga morir. Soy demasiado mala para vivir." Me
dirá también que anhela ser una flor roja para morir y un animal negro
Isabel fue una nifla prematura (1,900 kg); la madre debió batirse, para no ser amada, como si el hecho de ser amada comportara en sí un
según sus propias palabras, para que se Ja alimentara. En efecto, durante peligro. Peligro que Ja nii!a hace aparecer en el protocolo del Rorschach.
los ocho primeros d{as sólo recfüió inyecciones de suero. Al noveno día, En la lámina dos: esto sangra, esto muere . En la lámina cinco: Ja o].
luego de su regreso al hogar, el médico autorizó dar a Ja n.iila leche ma- na habla del corazón de nuestro vientre, como si el vientre tuviera un
terna, que bebió golosamente. La nifla se volvió con rapidez muy her- corazón. En todo caso, hay malos y buenos vientres (los malos son ne-
mosa. A los cuatro meses se había recuperado hasta tal punto que se gros, como el animal nunca amado). Los buenos son coloreados. La lá-
dispuso el destete progresivo, de acuerdo a los modernos métodos de a· mina diez, con sus algas diseminadas, evoca todo e¡ vientre bueno que se
lirnentación. La nifla rechazó la alimentación de transición; permaneció presenta en el parcelamiento de la lámina. .
veinticuatro horas sin COJMr; luego se instaló una discreta anorexia que Observo, en ese entonces, que en sus fantasmas Ja nifla parece hacer
decreció a partir de los dieciocho meses, es decir, a la edad prácticamen- una regresión con imágenes de muerte.
te en que adquírió su mdependencia motriz y pudo escapar de la madre
y "hacer tonterías". En este momento cedió el rechazo a los alimentos En este primer examen, me parece necesaria una psicoterapia. Pero
y lanilla experimentó, por el contrario, la necesidad de alimentarse co- esto no depende de mí. El tratamiento sólo sera iniciado dos anos des-·
rno un ~dulto (salchlchón, vinagre). puds. En el curso de esos dos ai'los, la nif\a siguió una reeducación foniá-
Sin embargo, desde los cuatro a Jos dieciocho meses había recibido trica que le permitió el aprendizaje de la lectura, aunque Jl!!rsistió el re-
considerables dos.is de gardenal y, según la expresión de la madre, parecía chazo de la escolaridad y el comportamiento dif{cil. '

134 135
Cuando la vuelvo a ver, a los nueve aftas, Isabel se presenta como_una
nií\a miedosa, Dorando todo el tiempo, "pegada" a la -madre, agresiva,
sin amigos y sin contacto alguno con un padre que parece ignorarla por
comp111to ._Isabel hace siempre rancho aparte; si bien ha terminado por
aceptar la escuela, no se ha integrado para nada en un grupo. Por su
comportamiento difí cil ha logrado apegane a una maestra, al extremo
de que la ha mantenido en su clase hasta los once af!os.
En la primera sesión, la niíla presenta de inmediato la situación trian·
guiar. Como una hija única, se encuentra con un padre y una madre que
se ocupan por completo de ella (no se trala,enrealidad,de unasituación
a tres, sino de una situación lineal). ·
En el dibujo, la casa de los padres, construida en el ángulo ,está uní·
da por una avenida con flores a la casa de la pequena, construida al re-
vés (la nií'lita tiene la cabeza hacia abajo) (dibujo 1).
En la segunda sesión aparecen el sol, que se oculta, y las flores , que
permiten hablar a la niíla (estas flores serán utilizadas por la nil!a en for-
ma espon\ánea, sin que hubiera aparecido en escena la muneca de F.
Dolto) (dibuio 2) .
Las flores son, pues, las que al principio permitirán a Isabel expresar
sus emociones. El hecho es tanto más destacable cuanto que esta nifla
no se exterioriZa y presenta un serio retardo en el desarrollo del lengua-
je. La técnica del análisis infantil, tal como es utilizada por F. Dolto,
permitirá a la niila, en un le!!guaje simbólico, encontrar de inmediato
una riqueza de expresión sorprendente. Por otra parte, esa facilidad del
lenguaje aparece porque en realidad no se trata nunca de ella misma; du-
rante cerca de un ano , Isabel habla de generalidades; hay que destacar
que siempre se trata de flores en general, de riiñas, de árboles, de todo
~de sí misma.
Las flores tienen impulsos de independencia, pero permanecen , por
..., obligación, sujetas a la tierra. Yéndose provocarían dolor: Isabel se iden- .
tífica en forma espontánea con la margarita; por otra parte, se dibuja
entre la casa y las flores. Su boca es muy grande y sw manos no deben
"servir para nada", según su expresión.
A partir de la cuarta sesión, Isabel ubica su problema; dice claramen-
te que su dislexia es un equivalente del episodio anon!xico. Mejor aun,
nos invita a comprender las razones de su anorexia, que nace, al parecer,
en la propia ambivalencia de la madre respecto de ella.
He aquí, tal cual, las palabras de la niña:
" En el dibujo 3 la nifla sufre en el pescuezo; no será nunca grande, se
la obliga a comer, escupe todo . Ella se siente bien cuando ha escupido
todo. No quiere llenarse para no ser grande, para no trabajar . Su cabeza
está en otro lado, sus manos se distraen y tiemblan de frío. Ese buen
hombre se sentiría bien si tuviera una flor en lugar de Ja cabeza, porque
bebería. No bebería más que leche, con el buen vientre bien lleno de te.
che."
La niña distingue a continuación dos imágenes maternas:

1;36 137
·la mamá buena, que da la leche, re de pronto la habilidad motriz: teje, monta en bicicleta ... Tiene ami·
~a mamá mala, que da de comer. gos. Ese período "catastrófico", retomando los términos de la madre,
Dar de comer es asimilado al peligro de muerte. Isabel agrega: "Las corresponde asimismo a una interrupción de las sesiones, dado que me
cosas en la escuela son parecidas; eso hace morir ..." hallo enferma. Es innecesario establecer una relación con la transferen-
· ¿Qué es Jo que eso hace morir? cia. Isabel la establece por sí misma. Hace en plastilina un gran lobo ne·
"La señora y Ja nena." gro (he p'.cnsado en el animal no querido del comienzo) que, con suco·
Volvemos a encontrar aquí las relaciones de los objetos buenos y ma· razón y sus patas, casca y roba el alimento. La njfia agrega: "La seflora
los. El vientre que recibe la buena leche es bueno. La madre que da de· Mannoru ha sido muy malvada al dejar a Jsabe l."
masiado pronto alimento sólido (o la comida de la escuela) es sentida Ese lobo se hallaba en un est ado de disociación. Su cuerpo, según las
como mala, como el objeto introyectado. Y esto malo, si se lo traga, ha· palabras de la niña, no estaba de acuerdo con el corazón Ylas patas. El
ce morir. Para vivir, pues, es preciso rechazar. Lanilla se enfrenta enton- cuerpo, es decir, la cabeza y el tronco, estaba paralizado; el corazón y
ces con la madre, quien se siente morir si ya no tiene un objeto fálico las patas actuaban con maldad y una buena seilora reparaba los dafios.
para el matemaje. "Si el lobo fuera una niñita, la niñit a buscaría camorra, salvo la cabeza,
El progreso en la conducta de Isabel datar.! de esa sesión, a través, que no entraría en juego -¿y por qué?- para no hacer morir a toda la
empero, de una sucesión de ensayos de crecimiento-y de regresión. Va· familia que la molesta." La nií'lita se cuida, pues, de ser agresiva con su
mos ahora a asistir a est as alternativas. cabeza y con su lenguaje; es, a lo sumo, pasivamente negativa . En últi-
El dibujo siguiente es el de una niilita dando la mano a su madre, que ma instancia, es con esa imagen del cuerpo que se inscribe en su relación
tiene el aire de no ocuparse de ella (dibujo 4). La madre tiene la cabeza con los demás.
baja (como si sufriera en el corazón o en Ja cabeza). Tiene una puertita A la sesión siguiente (séptima), me entero de que es Isabel quien ha-
en su vientre. Esa puertita, en las explicaciones de Isabel, devendrá la' ce leer a su hermana; la t oma a su cargo y la protege. Sus relaciones SO·
puerta que Isabel tiene en las orejas y que mantiene cerrada. , ciales en la escuela se han normalizado de repente. En esa sesión, la ni-
"La nillita bebe vino por los ojos y crece. Hace una mezclide pipí i'\a me dice : ''Sería cómodo si uno pudiera decir si tiene ganas de nacer
caca y no llega a distinguir sus ganas de adelante de sus ganas de atrás.'.' 0 no" . Plantea aquí, implícitamente, el deseo de la madre de tener o
Con la boca, toma lo que se le da. Con los ojos, sólo toma lo que le no un hijo; e' deseo del hijo dé tener tal o cual madre.
gusta. En las orejas tiene una puertjta cerrada y sólo escucha lo que tie- De todos. modos, Isabel y su madre ya no constituyen una entidad
ne ganas de escuchar. Esa puerta se cierra para las personas grandes y, sadomasoquista; ambas devienen distintas y se descubren los deseos.
por supuesto, en la escuela. A menudo rehúsa agarrar con las manos; La pequeila del dibujo 5 no. quiere tener piernas para no fatigarse; no
ton los .pies hace de todo. Rechaza todo lo que llega dentro del vientre, quiere trasero para·no estar obligada a hacer caca. En cambio, desea unP
salvo el vino. Está en contra de todo lo que entra por la fuerza en el parte de adelante de niña.
vientre y mira con malos ojos a los responsables. La nil'la me habla de Ese rechazo del trasero y de las piernas es bastante positivo, a pesar
los ojos de miedo, de los ojos de los mayores, de los ojos que oculta de todo; es, en primer término, un rechazo a sufrir una s.ituactón maso·
cuando mamá la obliga a comer. quista. Esta relación sadomasoquista madre-niña se aclarará en la sesión
¿No nos da aquí la nilia un cuadro completo de sus dificultades? Ha· siguiente, en la que el áíbol está en abierta rebelión contra la mala tie·
liarnos el traumatismo vivido a los cuatro meses por la bebita que se ha· rra, que le da mal alimento. El sol se queja, porque no manda. (En lo
b{a saciado con la buena leche y que, por su rechazo del alimento, per· que concierne a Isabel, el padre no manda. Es la 11nica hija de la familia
turbó de tal modo al ad ulto que éste se transformó para ella en ogro de- que concierne por entero a la madre. Esta sólo ha hecho intervenir al
vorador, lanzando espanto hasta por los ojos. Esos ojos que le provocan marido para acciones traumatizantes: llevarla·a lo del otorrinolaringólo·
angustia en el ~uello . go - Isabel tuvo la impresión de q ue el padre quería hacerle arrancar la
La puertna cerrada a las personas mayores habla laigamente sobre lengua- y llevarla a la escuela, que por cierto parece haber sido la revi·
el rechazo escolar y sobre la inutilidad que existe para el adulto de agra· viscencia de ese primer t raumatismo; Isabel gritó como si se quisiera a·
var la situación haciendo ingerir por la fuerza lo que no puede ser deglu- rrancar algo , me cuenta la madre.) La njfia se detiene de golpe y me di·
tido. ce: "Todo esto es secreto; no hay que hablar del árbol ; las niñitas t ienen
¿Pero qué misteriosa relación existe entr& la puerta de la madre y el un secreto, no tienen derecho a pensar en cosas malas." "Además -a·
hecho de que la nifla la hace suya para rechazar el lenguaje? grega- si yo fuera :irbol, cambiaría de familia." Eso sería, en efecto,
El petíodo que sigue a esa sesión entralla un rechazo total de la esco· muy cómodo, le digo; elegir su familia ; uno no estaría ya complicado
laridad, una rebelión total contra la madre. Sin embaigo, Isabel adql.Üe- con las cifras, porque hab ría elegido su sitio. En efe cto, Ja nilla ignora el

l JX 139
·~

lugar que ocupa; ignora si es la mayor o Ja menor; de tal modo, hasta la


jerarquía de las cifras está desprovista para ella de sentido. "¿Por qué
soy la tercera de cinco, como tú dices? Yo digo que soy lo mismo el nú-
mero cuatro o el número nueve; por otra parte, me llamo Emilia y no
Isabel. Por otra parte, quien es viejo, quien es joven, todo es mayone·
sa."
He aquí, pues, que Isabel comienza a ubicarse en el tiempo y a esta·
blecer jerarquías, a pesar suyo. Al hacer esto, acepta a la vez los sufri-
mientos y los duelos que ello implica. D.igo los duelos porque también
en esa sesión la nilla ha ewcado el fantasma del bebé muerto, en tanto
que la madre, en forma incidental (que no era, por cierto, un azar) me
habló de su miedo de que Isabel muriera, corno el bebé ... En la ~sióh
siguiente, lsabel plantea que ahora tiene orejas para escuchar. ¿Para es-
cuchar qué? Dice: "No se la encuentra linda y torpe. Además, ella no
tiene cabeza, siempre ha conservado su flor roja a guisa de cabeza " (di-
bujo 6).
No tiene nombre, está en busca de padres y de una buena tierra para
poder crecer. Termina por hallar una casa ideal, la casa de los suefiOs de
todas las niflas, la familia que uno elegiría si pudiera elegirla.
Esa familia ideal va a poder vivir en una casa que dure. Esa casa des-
. cansa sobre la mala tierra mezclada con la tierra buena. De aquí surge
que Isabel parece querer aceptar la mezcla de lo bueno y lo malo en un
cuerpo que, por lo tanto, no se disocia. De todos modos, agrega que la
nil'ia del dibujo no está en la"casa y las manos de la nifia no tienen de-
seos de hacer nada y los pies tienen deseos de deshacerse .
La mejoría de Isabel es de más en más espectacular: Ja nil'ia se toma
alegre y de aspecto agradable ..Pasa las vacaciones de Pascuas con su fa.
milla y su padre Ja descubre; por fin tienen mutuos intercambios. En
el plano escolar, la lectura corriente no ha sido aún adquirida y el c'l·
culo permanece inexistente.
Llega ahora un período que podemos llamar de persecución. "La falta
es de los otros" será el tema de las próximas sesiones.
La nil'ia aborda el problema de los celos con relación a sus hermanos
y hermanas, más dotados. Para no ser desgraciado a causa de los celos,
se dice no a todo. Si uno es agresivo, mata; la única solución, pues, es
mostrarse pasivamente opositora.
Isabel desarrolla de nuew el tema de las dos casas; una, que descansa
sobre nada, la otra que descansa sobre la tierra buena . Aparecen allí dos
clases de nillos: los que tienen su cabeza y los que tienen una nada sóli-
da. Estos llltirnos hacen rancho aparte y dicen no. Decir sí sería tener
miedo. ·
En las sesiones siguientes, la nilla welve todavía al tema de las casas
que no descansan sobre nada y en las que no se puede vivir. En ese país,
la llnica manera de vivir es convertine en una flor que pica. He aquí, al
fin, expresada una posibilidad de agresión dinámica: no dejam arrancar
o comer.

140 141

,,
En ocasión de la flor, que pica, Isabel va a descubrir el yo. En fonna
espontánea, me dice: "Yo seré la flor que pica" (dibujo 7).
Isabel parece pronta, a la vez, a aceptar la idea de independencia y
de autonomía. El tema de la sesión siguiente será la vida de dos huérfa·
nos que se desenvuelven perfectamente sin las personas mayores (es po·
sible que se trate aquí de ella y de su doble imaginario) (dibujo 8) .
. En la última sesión de este primer afio, lanilla me trae a su padre,
quien la halla transformada. ''Tengo aquí una niña vivaz; ahora me pa-
seo con ella ."
La nlfla parte en vacaciones. Al regreso, ha adquirido en fonna es·
pontánea la lectura corriente y lee por placer libros correspondientes.a
su edad. Ha adquirido también un lenguaje norrnal y su vocabulario se
ha enriquecido en forma notable. Las nuevas adquisiciones se producen
N'l casi siempre durante las vacaciones: sea cuando Isabel está separada de
los padres, sea, como ha sido aquí el caso, a favor de un acontecimiento
••• nuevo, vale decir, la aproximación a su padre (pudo participar en los
juegos de Jos hermanos mayores con el padre, de los que hasta entonces
estaba ex.cluida).
A su regreso, Isabel me desarrolla una historia que tiene por tema el
espejo y el ni/fo. El espejo no está contento de que el niño se mire den-
tro de él. El espejo quisiera estar solo; no quiere que Jos dos sean igua-
les. El espejo quisiera comer al niilo, porque querría ser el nillo. El niño
quisiera comer al espejo, porqwe querría ser el espejo (dibujo 9). Isabel

9f agrega: ''Todo esto es bastante complicado. Las flores de esa casa se mar·
chitan en prímavera y el espejo también se equivoca. Se embarulla con
lo que vive y lo que muere; toma lo uno por lo otro." La vida y la muer-
te; es también el sí y el no. Pero Isabel no sabe o no sabe más si decir sí
o hacer sí es crecer o morir. Comer para crecer es correr el riesgo de no
estar más ahí; correr el riesgo de morir. "Esto puede hacer morir -di·
., ni- ; estar contento con lo que se hace: hay una sellara que estaba tan
contenta de hacer postres que se murió en su negocio."
Lo que podemos rescatar en este pasaje deshilvanado es el sentimien-
to de peligro que parece representar, para la nlfla, el acuerdo del acto
con el sentinúento. Todo sucede como si para ella fuera necesario no es-
tar nWtca por entero de acuerdo con lo que se hace. Este es un pasaje
de estilo obsesivo, donde adopta el sí no como medio de defensa.
Todavía, ¿qué es ese espejo con relación a Isabel? Me ha parecido
que es la propia relación de Isabel con los demás. La niíla descubre que
es necesario ser dos y diferentes y no dos, fundidos el Wto en el otro .
En la sesión siguiente, Isabel agregará por su cuenta palabras de las que
rcsuha que es preciso poder dejar a mamá con sus miedos y no adoptar
los miedos de mamá. "El humo -dice Isabel- hace arder Jos ojos de Jos
niños. Ellos tienen miedo. En el fondo, no tienen miedo: es porque la
rnatni tiene miedo que tienen el miedo de la mamá. El peque!lo ha ter-
minado por hacer las cosas que quiere y no lo que quiere mamá." La
niña descubre que es preciso hacer Jo que se quiere y no Jo que mamá
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quisiera que se quiera. Pero para eso hace falta ser nü\o. "En efecto -di- precisarme sus relaciones con la madre: "Hu biera querido ser hija única
ce Isabel- la mamá se dijo: felizmente, tengo mi pequeña; qué va a ser para estar sola con mamá."
de mí, oh, la, la, si mis muchachos me abandonan ...". Al día siguiente, Isabel hace una especie de acting out en la escuela:
Volvemos a encontrar aquí una de las razones de ser fundamentales vomita en clase y grita durante tres horas. Por la tarde, a solas con Ja
.en muchos débiles. ¿Qué va a ser de mamá, si no tiene más la debilidad madre, se muestra alegre y eficaz en la casa.
de la nilla para sostenerla? A la sesión siguiente, me expone su deseo de abandonar a mamá y su
En la distinción hecha por Isabel entre muchacho y clúca hay, en es- miedo de que sea la madre quien la deje o muera.
tado de reflejo, el problema mismo de la madre,que no puede aceptarse Este período de angustia intensa -un mes- se cierra con una gran
como mujer sino siendo sadizada. Al separarse de la madre, Isabel devie- distensión y la partida de Isabel, quien deja a su madre para ir a practi-
ne muchacho-cltica (es decir, no puede lograr su autonomía más que al car esquí con un grupo de niños. Se mostrará allí perfectamente nor-
precio de una contradicción interna). mal, ocultando a los demás su retardo escolar. El día de la partida, una
Isabel sigue el catecismo con los nillos de su edad y va a lasJeanne-
ttes. •Unos y otras ignoran que esanormal.Enambosgrupos ha logrado,
al comienz.o, ser inscrita como nifia normal.
j nif\a hace esta observación a la hermana mayor: "¿Así que es tu herma-
na Isabel? Tienes suerte de tener una hermana como ésa, no es nada
cargosa."
En la sesión siguiente, Isabel expone lo que podría Uarnarse su "Edi- Al regreso, Ja maestra nota un evidente progreso en francés; ha ad-
po". En el relato de I8abel, la mamá dice a lanilla: "No quiero que crez-
cas; te retendré siempre por tus defectos; no quiero que el sol te halle
graciosa". "Dentro de diez allos -explica Isabel- estaré sola por com-
1! quirido cantidad de nociones gramaticales. Isabel permanece refractaria
al cálculo, aunque ha adquirido la noción de número,
Ahora, en las sesiones, hace intervenir los olores asociados a los ali-
pleto, pero mamá me dice: si tú creces, no tendré ya de qué ocuparme.
Cuando yo era pequefia, era mamá quien hacía o hablaba en mi lugar." ..
··5
mentos: hay buenos y malos olo res y el peligro de dejarse invadir por
ellos ...
Crecer es hacer morir a mamá de pena; también la nifia hd.!ita en ha- Los .progresos de la nifia son cada vez más rápidos. Me trae el siguien-
cer morir a mamá. ,En la sesión siguiente, insiste en el caso de la peque.
na que se queda con su madre, contra su voluntad. La mamá cayó enfer-
ma, la pequefla ·decía no todo el tiempo, y esos no valían por sí. La pe-

iJ o
te tema: "Las voces de papá y mamá hablan en la noche. Quisiera saber
lo que dicen y lo ·q ue dicen de mí. Tengo miedo de que se vayan los
dos ... "
quefla se arroja al fuego y, gracias a esto, la mamá le da una flor con un El padre continúa interesándose en el trabajo de Isabel. Cuando ello
bebé adentro. La mamá puede -agrega habel- decir si a la pequefla que
í!
.'. )
sucede , provoca en la nifla una g_ran satisfacción y en consecuencia un
va a crecer y a partir. excelente rendimiento.
• Sigue luego un período de vida muy penoso para la madre y lanilla; j Isabel adquiere la noción del tiempo; sabe leer la hora y se le toman
porque ahora son las dos quienes van a transformarse y es la madre accesibles las tablas de multiplicar.
quien ayudará a la nií'la a atreverse a crecer. La madre es Ja primera que J Estarnos en abril de 1959. Entreveo, para lanilla, la posibilidad de
ha podido hacer su duelo con relación a un objeto fálico. Acepta por
fin que su marido sea severo con Isabel como con los otros. Isabel va a
tener en cuenta, pues, la palabra del padre, que será igual para ella que
f

un internado en el ano próximo, con la idea de que podría beneficiarse
de una recuperación escolar más completa y de que la separación de la
familia , al igual que en ciertas anorexias, no puede serle más que saluda-
para sus hermanos y hermanas. Isabel está de lo más mal en la vida y ble. La niña es q uien acepta y la madre quien sufre. Toda Ja familia va a
juega, con toda evidencia, a ser anormal. A oontinuación me aporta visitar el establecimiento en ocasión de las v~caciones y a la directora,
sus propias fantasías de reivindicación fálica: "Las niñas querrían arran- que le plantea la cuestión de su posible concurrencla el próximo aflo,la
carles los pajaritos a los muchachos." Me hace oon plastilina un moni- nilla responde: "Como sé escribir, si no me gusta diré que me vengan a
gote que llama muchacho, con un pajarito en el trasero y una delantera buscar."
de nü\a, que destruye con rabia, diciéndome que no tengo nada bien. Al comien zo de Pascuas, Isabel juega con cinco muñecas, todas Di-
Agrega que no quiere jugar más
con los muchachos, que saltan sobre nas. Les da clase, en especial de cálculo. Isabel tiene, en las Jeanettes,
las chlcas y les hacen dallo. una amiga querida que la visita a menudo . Ahora me habla mucho de o-
Ahora que el padre lleva a Isabel de la mano, va a ver a Ja maestra, se tros niños, de Jo·s exámenes de los mayores y de Ja necesidad que tendrá
interesa en sus progresos, la nifta pasa por una crisis de ansiedad. Tiene de sufrirlos algún día. Aborda espontáneamente la cuestión de su edad y
miedos que no puede definir. Es en ese período que Isabel es Uevada a del nivel de su clase. "Tengo once af\os; le digo a todo el mundo que en-
tro en primer año de la escuela secundaria; sé que no estoy más que en
-.. Niñas e xploradoras. (T.] el segundo grado de la primaria."

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,. . ... - .....- .... --- . ···- . " ....... ____

miento. La madre trajo a Isabel al mundo, rechazando y a la vez desean·


do este nacimiento. Fue una madre gratificante mientras la bebita cons·
tituía una prolongación de ella; después hubo una falta para la madre a
la que la nilla reaccionó con un llamado. Y durante ai'los, se desen'volvÍe-
ron en eco la una de la otra, a falta de una vida propia de cada una de e-
llas. Cuando la pequeña descubre la posibilidad de ser autónoma diril
en sustancia: "¿Qué va a ser de mamá sin mí para ocuparse?" Madre e
hija deberán ser ayudadas de algún modo a pasarse la una sin la otra. Pe-
ro el sufrimiento es mucho mayor para la madre que para la hija.
En estas cuestiones de reeducación disléxica, nos encontramos a me-
nudo con estructuras prepsicóticas, como en los débiles mentales. Lo
que no marcha correctamente en el lenguaje, la escritura y la ortografía
toma s:ntido en la imagen del cuerpo y la propia historia del sujeto. U:
mayoTJa de estos niflos viven en la ignorancia: no se aceptan con su se·
xo, niegan la si~uación familiar perturbadora en la que se hallan, etcéte·
ra. Esto puede ir bastante más allá: recuerdo el caso de un nifto que se
Isabel termina el afto con un premio. En la penúltima sesión, la nii'la decía ~jo de su madre y de su abuela. Se hallan, pues, estas inversiones
retoma uno de los temas del comicnw, pero la atmósfera es por com- en la vida, en las relaciones del niflo con los demás y se traducen a con·
pleto distinta. Hay una casa donde se está cómodo para jugar; las ílores tin uación -yo diría acrecentadas- en el dominio escolar.
Y los árboles se sienten bien, los árboles no mueren porque beben y tie· I sabel era, originariamente, un niflo-nifla, un sí-no, como eco a Ja
· nen buena tierra que les da lo que necesitan (dibujo 10). r' propia situación de la madre. Fue preciso que la madre saliera primero
La última sesión termina con las imágenes de un padrino y una ma- de su propia contradicción, se pusiera de acuerdo con el universo del
drina que Isabel parece introducir como sustitutos de las imágenes pa· significante para que la hija des>ubriera a su tumo, a renglón seguido, su
rentales. Se trata de que pueda pasar una temporada con ellos. Mientras sexo como un significante. En otras palabras, núentras Isabel estaba ab-
tanto, me dice, me han dado un casal de tórtolas. sorbida por su madre, su única autonomía consistía en rechazar la comi-
Es demasiado pronto para pronunciarse sobre este caso. En aparien- da y en cerrar la puerta de su oreja. El problema del rechazo del lengua·

~ia, "!íla ha cambiado por completo; tal vez le sería veníajosa una in· je aparece, curiosamente, como en relación con la puerta del vientre de
la madre. Hay vientres buenos y malos. ¿Habrá también palabras buenas
vest¡gac1ón más profunda, pero no Jo sé. En todo caso, es evidente que
desea una salida que la independice. Puede ser que la adquisición escolar y malas? La nil'la , cerrada al lenguaje realista, es sensible al de las fábu-
se haga de golpe, gracias a la separación, que le permitirá decirse que no las, cuyos signos no son percibidos como peligrosos.
debe a nadie su progreso. Desde el punto de vista del método, el análisis de Isabel fue conduci·
Creo que si se hubiera comenzado por una psicoterapia y terminado Jo en forma paralela con una ayuda gratificante a la madre. Creo que en
por una reeducación foniátrica, se hubiera ganado tiempo y evitado la este Caso de simbiosis madre-nifla, era prefenble que las dos fueran vis·
separación, que se hizo necesaria. En efecto, ha sido preciso no sólo des- tas por el mismo terapeuta . Ello me pennitió evitarle a Ja madre uno de
hacer las estructuras subyacentes de la dislexia, sino también atacar el esos derrumbes espectaculares que siempre comprobé en mis psicotera-
atiborramiento suplementario que ha representado para la nilla la reedu- pias de débiles mentales. Aquí, la madre fue casi Uevada a hacer el
cación foniátrica. En el comienzo la psicoterapia vino a ser casi como "don" de su hija a la sociedad. Con eUo pennitió, en todo caso, un nue.
YO nacimiento de la niña.
un corrector foniátrico suplementario.
Es eso lo que me ha parecido lo más característico en la muy limita-
Lo que me ha parecido destacable en est e caso es la manera en que la da experiencia que tengo con niilos disléxicos: asistimos siempre, en un
nifta fue llevada en forma espontánea a esclarecer sus problemas y CÓ· momento dado, a una transfonnación radical en la relación madre-oino
mo, a través de esto, p udo recuperar, en forma sucesiva, una estabilidad por la que la madre da al niilo el derecho a una vida autónoma, mient~
psicomotriz, el sen tido del ritmo, de la orientación, del gllllto por la lec- antes estaba implícitamente obligado a adoptar sus deseos o su ritmo.
tura, la noción de los números (por aftadidura, el C I llegó a ser nonnal: Es cuando el njño, de acuerdo con la madre, no tiene ya que rechazar
el juego materno, q ue puede reencontrme en un cuerpo que le es pro·
93).
pio, articulado, con una cabeza humana en lugar de una flor.
La ambivalencia y la oontradicclón existían desde antes del naci·
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146

:~\
Esto es válido, sin duda, para muchas psicoterapias infantiles, pero Es p or un lenguaje de imágenes, que en apariencia no concernía a la
en particular para aquellos que, por haberse construido bien a la inversa, nifta, que se pudo englobar de entrada la relación sin paliibras madre-ni-
han devenido enfermos en el ritmo, la palabra, la escritura. lla. El aprendizaje de lo que se llama el lenguaje se realizó al mismo·
Si retomamos la situación a tres, tal como Isabel la presentó al co- tiempo que se introducía el padre en la vida de la nil'!a. Le fue necesario
núenzo del análisis, hallamos una imagen paterna descartada y, en pri- a Isabel liberarse primero de Jos lazos perturbadores que la paralizaban,
mer plano, una mamá que se ocupa por completo de la nllla. para poder detpués aceptar un aprendiz.aje.
Para Isabel sólo cuenta una relación dual con la madre; relación agre- ¿Qué soy, nifia o muchacho? ¿Qué es la vida y la muerte? Los temas
siva donde, según sus palabras, cada una está en peligro de comer a la o- pueden al fm plantearse, conduciendo a la nií!a, poco a poco, al domi-
tra o de ser comida. Los dos momentos importantes del análisis serán túo del lenguaje y de su propia historia.
aquellos en que la nif!a expresa esa relación sin palabras con la madre. Al principio, no se trataba del lenguaje en general, sino sólo de una
En un primer tiempo están Jos ojos de miedo, los ojos de personas ma- imposibilidad de aprendizaje en el dominio de fa lectura, de la ortogra-
yores que .se soportan cuando mamá la obliga a comer. Rechazar el ali- fía y el cálculo.
mento es 1.a llnica salida que la nifla tiene_Para introducir un tercer tér- En el plano técnico, Isabel aparecía ante todo como una dialéxica:
mino y para escapar así de la imagen absorbente, terrorífica, de lama- era una nií!a en edad de aprender , que se negaba a aprender y que, por
dre. En un segundo tiempo (que coincide con la adqltisición del lengua- esta razón, moviliZaba a padres, educadores y médicos. No parecía te-
je corriente y de la lectura) Isabel introduce la imagen del espejo y de la nerse en cuenta su retardo del lenguaje y su debilidad expresada en los
otra nilla. Con ello escapará al peligro de ser comida por el otro. El es- tests venía por afladidura.
pejo desea ser lanilla; la nilla desea ser el espejo. El hecho de hablar de Se ensayó hacerla pasar por el aprendizaje de la lectura en forma de
esto hace salir a Isabel de una situación de la que estaba presa. El " ter- una reeduc~ción fonilltrica. Fue en cierta medida el fracaso de esa reedu-
cer término" introducido en la ocasión es el lenguaje de las fábulas. En cación Jo que llevó a la psicoterapia. ¿Qué era, pues, esta niña a quien se
esa lengua imaginaria empleada en psicoterapia, la. nií!a puede hablar había llegado a enseflar a leer, pero que permanecía hasta tal punto aje-
porque las cosas no le conciernen. En la vida real, hablar'es un compro- na al sentido de lo que leía que el éxito del aprendizaje se tomaba un
miso en el que no puede consentir. sinsentido?
· En psicoterapia, la nii'l.a es lo bastante sensfüle para comprender que Siguiendo las etapas ael desarrollo de la imagen d el cuerpo, tal como
aquello de lo que habla también le concierne, pero puede jugar a no es- Isabel nos lo presenta en Ja psicoterapia, asistimos en forma paralela a
tar concernida, y yo acepto el juego. En Ja vida real, el único subterfu. la recuperación de todo lo que en la nifla estaba bloqueado. Al princi-
gio posible para conservar la autonomía que necesita, es rechazar el len- pio, según las propias palabras de Isabel, la cabeza y el tronco están pa-
guaje y sus signos. No es posible jugar a rechazar porque la madre se ralizados; 9:Slo están vivos el coraz.ón y las piernas. Uno se sirve de esas
siente implicada en el juego y el rechazo. Isabel podría temer que mamá piernas para ser malo ... o bien no se sirve de ellas para nada. Las manos
muriera de veras, en tanto que es una broma que tiene deseos de que no pueden agarrar nada; los ojos tienen miedo. Tal es la imagen del
mamá muera, a fm de poder existir de verdad. Para que el lenguaje re- cuerpo dada después de algunas sesiones de análisis. Ya en la primera se-
sulte accesfüle a Isabel, sería preciso que comportara un disfraz, una es- sión, Isabel nos hizo sin titubeos un buen hombre con la cabeza para
capatoria posible. Es preciso que pueda filtrarse una distancia entre ella abajo, imagen misma de sus imersiones.
y el otro. La nifla recuperará primero la habilidad motriz, tendrá amigos. Ha-
Pero en el lenguaje sin palabras, tal como existe en la relación dual biendo recuperado un cuerpo humano, Isabel utiliza sus orejas para oír.
entre Isabel y su madre, no hay escapatoria. La madre se siente implica- Se vuelve bonita; su padre se ocupa de ella. Sólo a partir de ahí se ubica
da en todo, al punto de que Isabel debe inventarse un lenguaje secreto . la adquisición del.lenguaje corriente. La lectura llega a continuación, en
Si pudo hallar ese lenguaje conmigo es porque permanecía todo el un orden, creo, bien natural.
tiempo que quiso en un plano que no la concernía, aunque concernién- La lectura corriente y el lenguaje están, por otra parte, asociados al
dola. Jugué el juego de no comprometerla nunca, hasta el momento en d escubrimiento del yo; cuando la niña habla en su nombre es cuando
que pudo comprometerse d e veras al ser la flor que pica. Antes de eso, expresa, en una sesión, su relación con la madre, en particular en el pa-
era uno. Hubo bastantes sesiones, al comienzo, en que la nií!a empleaba saje del espejo y la nifla.A renglón seguido podrá ubicarse en su familia,
el yo, pero.era para agregar, casi en seguida: no es cierto. El yo delco- descubrirse un lugar y un nombre. El cuerpo está en su sitio, la familia
mienzo era la duda, Ja negación "yo soy el número cuatro, el número en orden y con ella la lectura.
nueve, me llamo Enúlia y no Isabel, todo es mayonesa", y en el fondo La disle~ (es rlecir, un univ"Tso donde los signos están trastorna-
nada de todo eso existe. dos) va muy a menudo del brazo con lo que se llame un retardo del len-

148 149
,.
guaje, que no es en sí mismo, a veces, más que un bloqueo de la expre- El progreso escolar, luego de la interrupción de Ja psicoterapia, fue
sión del sujeto. Recuerdo la conversación de un muchacho disk!xico de nulo. Dicho de otro modo, la adquisición de la lectura y del cálculo, lo-
doce afias con su madre, que Jo acucia a decir todo lo que hace durante grada en el curso de la psicoterapia, sin reeducación especializada, per-
el día. "Bueno ...sí ... - contesta el muchacho, evasivarnente. "Entonces, maneció en el mismo nivel, a pesar de Jos esfuerzos de los reeducado-
qué. ¿No me dices nada?" "Pero si - replica el chico- acabo de expli- res especializados.
carte todo." En el mundo del disléxico hallarnos, a la vez, una imagen El establecimiento de reeducación se deshizo de la niña, orientándo-
de cuerpo invertida, )acunar y una relación sin ·palabras con la madre, la hacia un instituto para niños débiles mentales, donde no la retuvieron
tan rica de significaciones que el niflo, para no perderse, se evade de e- a causa de sus trastomos conductales.
llo buscando un tercer ténnino que será una negación. Y es en esta ne- "¿Qué soy yo: niña o muchacho? ¿Qué son la vida y la muerte?"
gación, forma de determinado lenguaje, que será preciso descubrir un Las preguntas -decía yo- pueden plantearse al fm, conduciendo poco
sentido que permita al sujeto encontrar para sí mismo, primero una es-· a poco a la niña al dominio del lenguaje y de su historia. Los progresos
tructura correcta en un mundo aceptado por él, llegando luego el apren- espectaculares logrados en el curso de la psico terapia me hab(an hecho
dizaje, no impuesto por el adulto sino deseado por el nil\o. creer que " la continuidad se daría". Las ideas de "maduración" me in-
Lo que aquí podernos planteamo$ es saber si el habla es una actividad fluyeron, a pesar mío .
corporal o bien si el conocimiento del cuerpo se ·hace mediante la pala- Isabel había planteado el problema de la muerte en las últimas se-
bra, o bien si la actividad corporal y la palabra se combinan. En el caso siones, al mismo tiempo que apareció el terna promisorio del casal de
de Isabel, todo puede ser palabra, aun Jo que no se dice. Poco importa; tórtolas ...pero me había dejado su interrogante.
lo que cuenta, para el analista, no es tanto verbalizar lo que no marcha Así pues, el análisis debió ser retomado en el punto preciso que ha-
como ser receptivo al desarrollo de un cuerpo fragmentado, que no se bía sido evitado entonces: la entrada en un mundo donde todos los re·
1
sitúa en parte alguna. Cuando Isabel emplee correctamente la palabra, lojes se detienen, donde Ja vida está en suspenso, donde Ja muerte está
habrá recuperado en parte una imagen del cuerpo correcta.
Mi intención no es resolver aquí ese problema de la ·relaciói: de la i-
t ahí, pero una muerte que eterniza para siempre el deseo...
La interrupción del análisis en el preciso momento en que la vida to-
magen del cuerpo y de la palabra en el nil\o disléxico. Me limito a plan- ·¡ maba para Isabel un sentido, puso a la niña en peligro. No habiendo te.-
tearlo y mantener la expectativa. nido tiempo de reconocer, en !áºsituación transferencia!, el lugar que yo
ocupaba entre 8us figuras mortales, transfirió su poder de momificación
En estas páginas, a la luz de un caso "extremo", he tratado de poner sobre sus reeducadores : si un p.sicoanalista puede y debe hacerse más
en evidencia los rasgos característicos del disléxico. Se me opondrá la muerto que la muerte misma, ¿por qué, en fm , el reeducador - el sujeto
diversa etiología del disléxico y el abanico muy amplio de las diversas en el que se hace el llamado al Otro- no puede protegerse cont ra una
formas de dislexia. Ello no impide que se pueda encontrar, en diversos niña que se estanca y desafía las t écnicas más probadas? La respuesta
grados, perturbaciones en las relaciones con la madre que pueden ir del reeducador fue un nuevo envío a un centro de débiles mentales. El
desde rasgos fóbicos leves hasta Ja estructura esquizoide, frecuente, por destino de Isabel hizo que el análisis apareciera de nuevo en su camino.
otra parte, en los casos llamados "débiles mentales verdaderos". Anoréxica, fóbica, rebelde a t odo aprendizaje escolar, pudo tener de-
Si el débil mental parece tener "su Jugar" en la familia, el disléxico seos en el cuno del andlisis porque no se los tenía en lugar suyo. La in-
está en conflicto más o menos abierto con los suyos; no se "admite" su terrupción del arullisis la haría recaer en el peligro qúe suscitaba en la ni-
infortunio (la madre es a menudo de tipo histérico).
!la toda objetivación de Jos síntomas en una ~ducación. El rechazo es-
En casos de traumatismo (niño que ha estado al borde de la muerte), colar volvió el mismo d {a en que la demanda de la ni!la (aprendizaje es-
se encuentran asimismo signos disléxicos, acompañados de una imposi- colar) fue tomada al pie de la letra, ya que esta demanda encubría de
bilidad de identificación animal. hecho la muerte y no la vida .4
Por suerte, no todos los niños disléxicos tienen necesidad de psicote-
rapia; pero sería útil, por cierto, estudiar la historia de todos ellos, a fin 4 Isabel escapó a una investigación ana!Ítica más profunda por la demanda de
de llegar un día a desentrañar el sentido mismo de la dislexia. una escolarización intensiva. Esta demanda encubría, de hecho, el dete0 de los pa·
Dicho esto, puede ser de interés para el lector saber qué fue de Isabel ,, dtes: haciéndolo suyo, ta nllla ie>ivía las dilicul14des do 1u inf&PCÍI y reaccionaba
frente a ellas con mecanismos do defensa oboe&iva. Lo que para los padres consti-
después de ese tratamiento interrumpido . tuía >ida y progreso, era oxperimenl4do por Isabel como peli¡ro y ne«&dad de
Las noticias recientes de esta nifia, que después de su permanencia en inmovilizane "p""' que Mda cambiara". Sólo la prosecución de la psicoterapia le
el internado había sido confiada a un establecimiento de reeducación permitiría a la nlfla una evolucl6n conecta. El aprendizaje será posible el día en
que la nilla lo de..e por sí misma. no alienada en el d-o de los adultos. En este
especializado, nos aportan los datos siguientes:

150 15 1
r ....

· E~te ca!O d~muestra hasta qué punto el analista más convencido co-. CONCLUSION PRACTICA
ne siempre el nesgo ,porque se trata de un niño, de proponer soluciones
educativu. Pero su papel consiste en aceptar y soportar la idea de una
impotencia total, de una ineficacia completa, para que el sujeto pueda
nacer a su destino.

El esclarecÜ1Üento psiooanalftico del problema del retardo mental,


tal como se ha expuesto en este b'bro, no niega el valor real de las reedu-
caciones especializadas, Ja u111encia del problema social y escolar, el be-
neficio de los tratamientos médicos.
El n6mero de psicoanalistas infantiles especializados en el tratamien-
to de psicóticos es, por clerto·;insuficiente; por lo tanto, no espoat'ble,
nl siquiera desde el punto de vista de la técnlca, ¡;roponer una generali-
zación de Jos m6todoa psicoanalíticos para todos los deficientes menta-
les, a escala nacional.
Lo que he querido hacer captar no es tanto un m6todo de tratamien-
to opuesto a otro, sino un nuew espíritu para encarar a un ser disminui-
do; una forma de aproximación radicUnente "antirracista" al problema
humano.
La ewlución de la técnica nos lleva hoy a crear cursos y escuelas pa-
ra dotados, superdotados, infradotadoa. Parece normal basarse en el co-
ciente intelectual para orientar autoritariamente a un sujeto, hasta para
informarle que ea Kdébil mental por la fiebre que tuw".
En las culturas primitivas, los locos vhen entre los otros seres, tienen
su sitio en el pueblo, asumen un papel, aunque sea el de loco y son res-
petadoa como tales. En nuestra civilización, no hay lugar para un ser hu-
mano incapaz de cierto rendÜ1Üento social o escolar determinado. La
carrera por el rendimiento esoolar afecta al prep(Jber, quien, si la mala
suerte lo acompalla, conocerá desde muy chico su rechazo de todo siste-
ma escolar. Seiá excluido, no por el color de la piel, sino por la forma o
e~,,. hut perdido años "para ganar tiempo", 11n tiempo escolar. Una roed~- · la cualidad de su inteligencia .
clón del o!ntoma ha lijado a lanilla en sus dificultades. la interrapción demasiado Esta total imposibilidad, para el ambiente, de aceptar un "enfermo
apresunda de la psicoterapia la volrió a enmntar a..., problema fundamental (la mental" fija a ~ste en su enfermedad, en forma automá1ica. Ser rotula·
an¡llStla de muerte) del que ya había tratado de etcapar al inmorilizarse.
do como débil mental o loco, tal como se seftala a alguien con el dedo- si
152
153
es neg'.'°, sólo .Pu~e conducir a sufrir ese estado de cosas 0 a rebela.ne perjuicios desfavorables con respecto a los débiles mentales. Aceptan o.
No existe posibilidad de asumirse como ser autónomo, sobrepasan<!~ cupane de Jos llamados "falsos débiles", pero no entrar en diálogo con
una frontera trazada por el Otro . Tal como se ha sidoi·u,a d d b Jos ''verdaderos". Más allá de todo factor de organicidad, me he eafona·
permanecer. ...,a o• se e e
do en hacer aparecer al sujeto, perdido, olvidado a lo largo de los exá-
menes de laboratorio .
. Los progre~s de la pedagogía marchan en el sentido de una ada !a-
ción, de un bienestar para el sujeto dentro de los IUIU
' ·1e 1 Op El capítulo "Historias de cllllOs" está consagrado a Ja entrevista con
cree posible. • s que e tro Ja fanúlia del enfermo; entrevista que versa, no tanto sobre los sínto·
ió La eV?lucidn de.Ja medicma social va en el sentido de una recupera. mas, como sobre los vínculos interhumanos e~ el seno de la familia y
e n social de los seres disminuidos: se construyen escuelas es ciale sobre el sentido q ue, para la madre, han tomado las cuestiones siguien·
hay t~eres que acogen a los deficientes. pe s, tes:
Mas adelante, una reglamentación de Jos problemas d ¡ ,_r · · ¿Qué es un niño?
nadaptada nnitinl ¡ . e a "" ancia •· ¿Qué es un niño deficiente?
. naJ pelo ta vez una me¡or coordinación de la educación
nact0 con s servicios de salud pública. Considerar un síntoma evidente ,10 aporta , como consecuencia, Ja
El ?C!jgro está en que las reglamentaciones· se adelanten a nuestros curación. Algunos me reprochan el riesgo de aportar así esperanias ilu·
~~ocuruentos Y que, una vez más, la Ucnica predomine sobre Jo huma- socias. Se olvida que el drama de estos ninos está hecho, precisamente,
de desesperanza. ¿Cómo pueden Juchar, cuando los padres han acepta·
Desde q~e las escuelas han sido oficializadas,• es cada vei más difícil do, en lugar de ellos, con resignación, la imposibilidad de progresar?
hacer adnútrr, a título excepcional a un débil mental (tal ¿Qué sentido dar a una vida que los adultos mismos han consagrado al
ble · . • vei recupera-
coaln una psicoteraplll, o susceptible de mejorar) para quien un medio smsentido? Para alglln otro, el drama está en que su insuficiencia tiene
nonn constituye a veces un aporte esencial. por misión ocuhar la locura o la neurosis grave de unq de los progenito-
Asimismo, las escuelas de ensenanza doméstica que acogíiÜi a vece res. Para otro aún, tal vez no haya nada que hacer, pero dándole una di-
;:m a
carácter de exc~pció~, nillas poco dotadas ;ero aptas para apre~: mensión de sujeto, en Jugar de ser ese objeto peloteado que los adultos
er el arte ~e la cocina, cierran sus puertas "a causa de Ja inspección" se pasan, se le permite ya una-lúperación de su desgracia. Aceptarse con
La segregación ha entrado en nuestros hábitos al extremo de esta · sus l(nútes intelectuales o con su miseria física supone una posibilidad
glamentada. • r re- de rebelión creativa o salvadora, a lo largo de un camino donde ha podi·
escuela oficial se compromete a no recibir n;na<- nifl do ser percJbido el drama personal: elegir una vida es siempre elegir una
.c 1''Toda
msuílciente." - ...-. o con un lucha.
Si no estamos en guardia, corremos el peligro de olvidar que el débil
A lo laigo de todo este libro, me alw contra ese estado de cosas puede ser llevado a plantearse interrogantes.
Si que mis protestas son a menudo escuchadas como una teniativa "¿Quién soy?" Esta pregunta nos introduce a 11 diferencia entre el
de pmbar la supremacía del psicoarullisis sob.re las otras discipJmas .N yo y el tú; la autonomía de la conciencia se obtiene a partir del momen-
es est~ respuesta, en sí misma, un s.igno de nuestro tiempo dontln~~ to en que el sujeto puede situarse en el tiempo, poniendo a los demás en
por la idea de com?Ctición y de especialiiacnn a toda costa?' su Jugar, lo mismo que se sitOa ante los demás. La dialéctica psico~·
.Po~ue den un~, en un grupo, diversos ra!l!los "moralizadores y cari- tica lleva en fut al d6bil a retomar en sus manos su propio destino y su
tativos ~e determinada concepción del psicoanálisis infantil, se creyó relación con el mundo.
que c'f'ttonaba todo el actual sistema de a&stentes sociales y de educa- Este trofeo es aun más precioso para un runo a quien su enfermedad
dores. Cada uno se siente amenuado en su propia disciplina desde ha fijado como un objeto, cerrándole toda posiblli~ad reflexiva.
abordo, a la lui .del psicoanálisis, el problema del niflo retardado. ¿S~';;
p~es, este cuestio~ento d el .nillo retardado, también un cuestiona- Pocos niflos pueden beneficiarse de un psicoanálisis; el tratamiento
11Uento de nosotros mismos? psicoanalítico sigue siendo patrimonio de privilegiados (privilegiados del
Los psicoanalistas, al igual que otros médicos, no están al abrigo de destmo, del azar, de la fortuna). La reflexió n psicoanalítica presente a
cada instante en este libro, nos aparta , de todos modos, una ensenania
• La autora Je Jefiere. por supuesto, a Francia.
esencial: a saber, que un ser humano tiene todo por ganar si no recibe
. ' Comunicación al grupo de estudios
dlc1embre 1962.
d~ la Sociedad Francesa de Psico·-' "· ·
.......u,
de un mJembro de la Sociedad un veredicto inap~lable .
Desde que se plantea un diagnóstico precisO, el niño va a fijarse en

154 155
un rol y los padres asumirán una misión jalonada de trampas neuróticas "Si esta palabra es accesfüle , es porque ninguna verdadera palabra lo
en el plano de las relaciones interpersonales. es sólo del sujeto , ya que siempre opera cúnentwdolo en la mecliacióo
En nuestra 6poca, todo el mundo emíte diagnósticos: el ~dico, el con otro sujeto ; por esto, la palabra queda abierta a la cadena sin fm
director de escuela, la asistente social, la vecina de puio, informada por - pero no sin duda indefinida, ya que vuelve a cemme- de las palabras
la úhima emisión de T.V. Todo adulto "erolucionado" está pronto para donde concretamente se realiza, en la comunidad humana, la dialéctica
dar una "opinión autorizada". Cada uno cono!l" la "mejor escuela", el ' del rcconocimjento."4
mejor reeducador; cada uno da su opinión 1e>bre el tratamiento y tiene
en la punta de la lengua el nombre del "mejor" ~dioo.
Tal vez se trate del efecto de la vulgarización de Ju nociones cientí-
ficas, pero tambUn se ·trata de un test de la ansiedad del p6blico. Al o-
cupane de un deficiente, se enmascara la propiá aogustia. Es 61 quien es-
tá enfermo, no nosotros.
Este libro tiende, precisamente, a no cuestionar las institucionea ni a
las personas (aun siendo muy senc"bles a los d~fectoa de una política
que presta tan poca atención a la salud p(Jblica y a la educación; pero
no es 6ste nuestro propóaito); al buscar un responsable, se 1e>slaya el ver·
dadero problema, que es el cuestionamiento de uno mimlo y de la 6po-
ca.
No hay litio en nuestra sociedad para el deficiente mental. Ese es el
drama. Por la fuerza de los hechos se ve condenado a permanecer al
1113Jgen de los seres, o "condenado" a curar (es decir, a aswn.i, una do-
sis de sufrimiento).
Este problema no es sólo de Francia. Si bien nuestro país tiene el pri-
vilegio de contar con un equipo de aY111Zada en el dominio del trata-
miento de Jos nil!os d6biles mentales y psicóticos, 2 no estamos adelan-
tados, a escala nacional (en comparación con lo que se hace en la
_U.R.S.S.) en cuanto al problema del diagnóstico, por el handicap deri-
vado del carácter esterilizante y fatalista de los testa de nivel mental.
Muchos niflos son orientados hacia un fracaso , cuando en realidad se les
podría dar una posibilidad de desarrollo en un medlo e1COlar donde les
sería más fllcil vivir.3
¿Qu6 es un Mbil mental?
Este boro dejan al lector sin respuesta. No es esto lo esencial. Lo 1
que cuenta es buscar, mú alld del.deficiente, la palabra que lo comigura
como sujeto presa del deseo.

2 Debemos mucho, en este domlsúo, a las in..,stlpciones teóricas y a los traba-


jos de Aulagnier, Dolto, Lacan, para no citar mís que a éstos.
3 Lo q11e hay quo euestionu os una mentalidad colectiva con respecto a la "on-
fennoclad mental•. La ley ñancea del 17 de julio de 1970, ll ostablocer la de tec-
1
ción obtigatoña de los trastornos mentales, agrava el problema de la oegrepdón y
de la oelecclón. Las primeras •fctimu de esas detecciones fuero¡¡ los niflos salido•
de medios socioeconómicos de1favorables. De tal modo, oe trabaja en aras del iur- 4
gimiento de un Lumpen proletaria/ en el futuro . Jacques Lacan.

156 157
r
Biblioteca de PSICOLOGIA PROFUNDA Biblioteca de PSICOLOGIA PROFUNDA
(cont.)

79. C. D. Pércz - Masculin(}oFtmtnino o la 1l S. C. G. Jung - Psicologfa d< lo dtmencia


2. A. Frcud -Psicoanálisis tkl desarrollo 45. l. Bercnstein • El complej<> d' Edipo. btlla diferencia pre.coz. Psicogine.1U ~ k111eftrmeda·
del niño y del adolescenre Estructura y sig,.,ificación 80. S. Freud • Etquoma d<I psicoanáli.ris dts mentales 1
4. A Frcud - P!icoanáfisis del jardfn de 48. J. Bowtby - El vinculo afectivt> 81. D. Logache - Obras I (1932 - 1938 ) 117. M. Ledoux - Com=t¡>ci0t1e.s psicoanall-
itij'ontts y to educación del rJÍiio 49. J. Bowlby - la uparaci6n aftcriva 82. D. Lagache - Obras 11 (1939.1946) ticas de. las psicotis ínfanti/t$
6. C. G. Jw¡g - La psicologla d< la tra11sf•- SO. J. Bowlby-Lopérdidoaftctil'a. Tristeza 83. D. Las eche - Obra1111 (1947 - 19-19) 118. M. N, Eagle • Desarrc>llru conUmpord-
r1ncitJ y depresión 84. D. Lagache - Obras IV (1950 - 1952) tWos rteie.nte.s en psicoandlist'1
7, C. G. Jung -Simbo/os d< lransformaci6n 51. E. H. Rolla - Fu.,,i/ia y perso1W1lidod 85. M. Ualint - Lt1 falta b6sico 119. P. Bcrchcric - Gl~sisdt /os conceptos
8. A. Frcud ·El pJicoanólUi.t J la crianza S6. l. Btr'enuein - Psicoandlisis y stmiótiC'a 91. M. MaMorU - El niño retardado y su fre.udianos
dtl niño dt los su11ios madu 120. C.G.Jung-Elconttniclodelapsicosís.
9. A. Frcud - El psicoandlisis infantil y lo 51. Aruta Freud - Estudios psicoonnlfticos 92. L C. H. Delgado - Ar.álisis estructura/ Psic-oglnesil de. las e.nftrmaladts
clfnica 59. O. Kcmberg-la 1Lorladtlt>ll'elocio<1ts do/ dib11jt> libre mentales 2
12. C. G. Jung - La inruprttad6n dt lo obfetoles y ti psicoandütis rlfttico 93. M. E. García A=no-E/ sfndronre do la 12 L J. B. Pontalis. J. !.aplanche y otros -
naturo/tza y la psique 60. M. 53rñi-Ali - Cuupo real, t'tltrpo ima- 1111'lt1púbu lnterpretaci6n freudiano y psicoaná-
13. W.R. Bia1 • Alención e interpretación ginario 94. C. D. Pérez - Un lugar en el espejo. El lisis
14. C. G. Jung - J\rq11etipo1 t inconscitmt 62. V.:· R. Bion -Seminarios de p.finxmdli- t spacio ,·i rluaf de Ja clínica
95. M. Mahlcr • Es1udio.t I. P.ricosi1 infan1i-
122. H. Hartmann - La psicología do/ yo y <I
coltctivo sis problema de Ja adoplaci6n
1,. A. Freud - Neurosis y .rintol'tf(ltofogfa 63. J. Chaueguer-Smir¡el -Losct1mi11osdtl lts y otros rrabajos 123. L Bataille - El ombligo d<l t111flt>
itl/Qnlil anti-Edipo 96. M. Mah.ler - Esrudios 2 • Separaci6n - 124. l ... Salvarezza - Psicogeriotrfa. Ttorfa
16. C. G. Jung ·Formaciones de lo incons- 64. G. Groddeck • Las primeras 32 con/1!· indii•fritkJá6n y clínica
ci111tt rtncias p.ricoanatí1icas P'!'ª 111/umos 97. C. S. Hall - Comptnaio de psicologla 125. F. Dolro - Didlogos tn Q11obec. Sobre
17. L Gñnbcrg - /de.tidod y cambio 65. M. A. Mattoon -El andli!lt junguianode frtUL/inna pulHrtad, adopci6n y OITOS temas p.si-
20. A. Ganna • Psicoandlisis dt los sutJio.t Jos SUtÍIO.J 98. A. Tallúerro - Cu_rso básico tk psico- c-oanalfricos
21. O. f-enichel • T<orla psicoanalftica dt 66. D. Fwlkcs - Gramd1ica dt los suditu ondlisis 126. E. Vera0carnpo - Droga,p$icoa"41isis
la.t neurosis 67. Anna Freud-E/ )'<> ylosmt canümostk 99. F. Doho - Sttr"1lidad femenino y toxicomanía
22. Maric Llnger ·Maternidad y suo dtfensa 100. B. J. llulacio y otros - De la drogadic- 127. M.C. Gcar y E. C. Uendo - Hacia el
24. Hanne S.gal - lmroducci6n a lo obra dt 68. Heinz Kahul - la rutouroci6n drl sl- ci6n cumplimiento del dtseo
Mtlanit Kltin ntismo 101. ]rene B. C. de J<n,U (comp.) - la escu- 128. J, Puget e L Bcrenstein - Psicoa"4liti1
25. W. R. Bion - Apr<ndi<ndo de la .X{>'- (/). R. Fliess (comp.), W. Rcich y otros - cha, lo histeria de la pareja matrimonial
• ritlftia Escritos psicoanalltico:1 f undamentales 102. O. F. Kcmbc:rg - Desórdenu frollleri- 129. H. Mayer - Volv<r a Froud
29. C. G. Jung - Psicología y simb<Jlica del 70. Georges Amado - Del niño al mlu/to. El zos y narcisismo patólógico 130. M. Safouan - Lo tran1fe.uncia y el
arquetipo psiccahólisis y el ur l 03. D. Lagache - El psicoandlisis deuo dtl ono/is1a
30. A. Garma -Nuevas aportaciones al psi- 71. lean Goillaumin - los sutilos y ti yo. 104. F. Dolto - la imagen inconsciente </.ti 131. JI. S.gal - la obra tk Hanna Stga/
coandlisi.J dt los sueños Rup1urCJ, contiflui.dad, crtoci6n tn ta cuerpo 132. K. Homey - Ultimas conferencias
31. Arminda Abcrutury - Apor1acio111s al vida psíquica IO:S. H. R4c.ker -EstudiM sobre licnico psi- 133. R Rodulfo • El niño y •I significan/<
psicoattóliti1 de nilfos 72. l. Bcrenstein - P.1icoanálisis dt fo es- coana/11ica 134. J. Bowlby · Una bosestg11ra
32. A. Ganna • El P'Ícoandlisis. Teorfo. tructuro familiar 106. L J. Kaplan - Adoltsctncia. El adi6t a \35. Maud Manooni • Dt la pasi6n dtl Ser a
clínico y tlcnica 73. M. A. Mauas - Paradojas p.fictX11U11fti- la infancia la ..locura" dt so/Hr
33. R. W. White ·El yo y la realidad <n lo cas lf11. S. Roscn-Mivozirácontigo.Lmcutn- 136. M. O.ar, E. Uendoy olroo - Tecnalt>gía
ttoria psicoan.alftica 74. N. Yampcy-Psicoan4/Uisdt la culhua tos did4ctico.r de M. 11. Erick.son p.sicoanaltlico multidisciplinaria
35. W. Reich -Lafunci6n d<I orgasmt> 1S. C. M. Mencgauo - Magia, milo y psico- 108. M. P~rci Sánchez - O/mrvaci6n de 137. C. Garza Guerrero - El '"Ptry6 en lo
36. J. Bleger ·Simbiosis y ombigiltdad droma niños reoría y t11 la práctica psicoanolltiCO$
37. J. Sandl<r, Ch. Date y A . Holder - El 76. L Grinberg · Psicoanálisis. Aspectos 110. H. K ohut ·¿Cómo cura el análisis? 138. l. Bcn:-nsttin - Psicoanalizar una fa-
pacitnU y t i a1Jálisis teóricos y clfnicos 11 L H. Mayer - llisteria milia
40. Anna Freud -Normalidad yporo/t>gla tn 77. D. J. Feldfogel y A. U. Z imem1an 112. S. P. Bank y M. D. Kahn - El vlncul<I 139. E. Galcnde - Psicoc111óli1is y salud
la ni~z (comps.) - El psiquismo ilt l nitlo t11ftr- frattmo mental
42. S. Leclaire y J. D. Nasio- Desenmasca- mo orgánico 113. C. G. Jung - Aion, Contribuci6n a IM 140. D. W. Winnicott -El grstoeJpontón.o
rar lo real. El objeto tn p.rícoand/i.sis 78. C. G. Jung -Energética psíquica y t:stn- 1imbolisrnOJ del sí-mismo 141. Gear. M.C.. Uendo E. G. y otros •
44. l. Btrenstcin - Familia y en/trmtdod cia dtl Stieño 114. C. G. Jung - lasr<locionu entrul yo y SuperviJión ttraplutica
me111al d inconsciettlt
UNIVERSIDAD ANDRES BELLO

BILIBQ108441
EL NINO RETARDADO Y SU MADRE
356110004(;2237

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