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LA NEUMONIA EN EL ADULTO MAYOR

La neumonía es una inflamación de los pulmones especialmente del


parénquima pulmonar, usualmente
causada por bacterias, virus, hongos u
otros organismos. Esta inflamación
provoca un aumento del líquido en la
parte infectada del pulmón
disminuyendo el flujo de sangre a
éstos, con la consiguiente baja de los
niveles de oxígeno en el cuerpo.
Esta disminución es más probable que
ocurra a una edad avanzada y en
personas enfermas. El cuerpo trata de
preservar el flujo de sangre a órganos vitales disminuyendo el flujo
sanguíneo a otras partes del cuerpo. Las complicaciones de la
neumonía en los ancianos puede amenazar la vida del paciente al
comprometer otras funciones, como una baja de la presión arterial,
insuficiencia renal o una sepsis generalizada.
Síntomas
Las personas de edad avanzada son más susceptibles a la neumonía
por varias razones. El sistema inmunológico se va debilitando con los
años y con frecuencia ya sufren de condiciones co-mórbidas como
enfermedades del corazón, lo que
significa que no toleran la infección tan
bien como los jóvenes.
La neumonía es causada por más de
treinta tipos de organismos diferentes, lo
que significa que los síntomas pueden
variar de un caso a otro. Sin embargo, los siguientes síntomas
pueden indicar la presencia de una neumonía:

 Malestar o sensación de debilidad


 Tos
 Flema verde o amarilla
 Dolor en el pecho
 Confusión
 Fiebre
 Escalofríos
 Falta de aire al respirar
A menudo, las personas creen que es simplemente una gripe, pero
los síntomas de la neumonía en los ancianos pueden diferir de la
población en general. Un paciente de más edad puede no tener
fiebre. Los síntomas pueden ser más suaves, como perder el apetito,
o sufrir de vértigo y caídas.
Las personas a menudo están expuestas a los microorganismos que
causan esta enfermedad, pero los mecanismos de defensa del
pulmón por lo general los eliminan. A veces, estos organismos burlan
el sistema inmunológico e infectan las cavidades de los pulmones.
Cuando un paciente tiene neumonía, los alvéolos afectados se
inflaman y se llenan de líquido. Esto da lugar a problemas
respiratorios, falta de flujo de sangre a las secciones enfermas y a
una disminución en el nivel de oxígeno del torrente sanguíneo.
Diagnóstico y Causas
Pruebas simples pueden confirmar un caso de neumonía en los
ancianos. Un médico puede
detectar una infección al pulmón
simplemente auscultando al
paciente. Una oximetría calcula
los niveles de oxígeno de la
sangre y se pueden realizar
cultivos a la flema para
identificar el causante. Una
radiografía de tórax o TC da a
menudo el diagnóstico definitivo,
indicando dónde está la
infección y cuánto se ha
expandido.
Aunque la neumonía puede ser
causada por más de dos
docenas de organismos, en los ancianos es generalmente causada
por bacterias o virus. El estreptococo pneumoniae (o neumococo),
haemophulus influenzae son las bacterias responsables de cerca de
cuarenta mil muertes cada año. Los ancianos son más propensos a
coger esta cepa de la neumonía. Puede dañar los pulmones, causar
bacteriemia en el torrente sanguíneo y meningitis en el cerebro.
Los virus también pueden
desencadenar esta
enfermedad y se cree que
causa aproximadamente el 50
por ciento de las infecciones de
neumonía en la población
general. Usualmente, la
neumonía viral es menos
grave, pero puede dar paso a
una neumonía bacteriana.

Prevención
La neumonía en la vejez, así como en los jóvenes se produce cuando
se debilita el sistema inmunológico de la persona. A pesar de que
puede transmitirse por el aire o por el contacto físico, si el sistema
inmunológico es fuerte puede luchar contra la infección. Algunos
métodos de prevención son:
 La vacuna antineumocócica: Esta vacuna ayuda a prevenir 23 diferentes cepas de la
neumonía bacteriana. Es importante señalar que la vacuna es eficaz para un corto
período de tiempo en las personas mayores. Los expertos recomiendan tener su primera
dosis a los 50 y la segunda dosis a los 65 años y a continuación cada cinco años.
 Vacuna contra la influenza: Esta vacuna es tan importante como la vacuna
neumocócica. La neumonía es una infección secundaria a menudo después de un
primer episodio de gripe. Las personas que reciben esta vacuna tienen menos riesgo de
desarrollar neumonía como complicación de gripe. Los adultos mayores deberían
vacunarse contra la gripe cada año.
 Lávese las manos: Es muy importante lavarse las manos todo lo que se pueda para
evitar los contagios.
 Higiene dental: Las infecciones de la neumonía pueden comenzar alrededor de los
dientes infectados, por lo que cualquier trabajo dental debe mantenerse en buen estado.
 Buenos hábitos de salud: El ejercicio, el descanso y la alimentación saludable pueden
aumentar la resistencia a la neumonía.

Por supuesto, la prevención de la


neumonía en el adulto mayor es
siempre preferible al tratamiento. Pero
si usted observa alguno de los
síntomas descritos en su ser querido,
una rápida intervención puede llegar a
salvarle la vida

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