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LAS CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES GENÉRICAS DEL

ARTÍCULO 46 DEL CÓDIGO PENAL


THE GENERIC MITIGATING CIRCUMSTANCES OF THE ARTICLE 46
OF THE PERUVIAN CRIMINAL CODE

Víctor Roberto Prado Saldarriaga*


Universidad Nacional Mayor de San Marcos y
Pontificia Universidad Católica del Perú

Due to the enactment of the 30076 Act, which A raíz de la dación de la Ley 30076, que modifica el
modified the Peruvian Criminal Code, the author Código Penal, el autor del presente artículo analiza
of this article analyses and explains the changes y explica los cambios realizados en el artículo 46.
made in the article 46. With that purpose, he Para ello, desarrolla el significado de las “circuns-
develops the meaning of the “circumstances” tancias” en el ámbito penal, así como el sentido de
in criminal matters, and the reason for being of las atenuantes y agravantes.
mitigation and aggravation.
Asimismo, analiza detalladamente las ocho ate-
Furthermore, the author analyses in detail the nuantes genéricas que plantea el nuevo artículo
eight generic mitigating circumstances that the (la edad del imputado, la reparación voluntaria
modified article introduces (the age of the imputed, luego de cometer el acto ilícito, la carencia de an-
the voluntary reparation after committing the tecedentes penales, entre otros), explicándolas
illicit act, the absence of a criminal record, y realizando una comparación entre lo que esti-
among others), explaining them and realizing a pulan diferentes códigos penales alrededor del
comparison between what other criminal codes mundo, nuestro código antiguo y nuestro nuevo
around the world, our old code and the new article artículo 46.
46 estipulate.

Key Words: Criminal Law; generic circumstances; Palabras clave: Derecho Penal; circunstancias ge-
30076 Act; mitigation; aggravation; Peruvian néricas; Ley 30076; atenuantes; agravantes; Códi-
Criminal Code. go Penal.

* Abogado. Doctor en Derecho por la Universidad de Valencia. Ex Presidente del Comité Especial de Coordinación en
Materia de Justicia Penal del Consejo de Coordinación Judicial. Ex Director Ejecutivo del Centro de Investigaciones Judi-
ciales de la Corte Suprema de Justicia. Ha sido presidente del grupo de expertos para el control del lavado de dinero de
la Comisión Interamericana contra el Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos (CICAD-OEA). Profe-
sor de pre-grado y post-grado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), en la Pontificia Universidad
Católica del Perú y en la Academia de la Magistratura. Juez Supremo Titular de la Corte Suprema de Justicia. Miembro
Fundador de la Asociación Peruana de Derecho Penal y del Instituto Peruano de Ciencias Penales de la UNMSM.
Contacto: vprado@pucp.pe.

Nota del editor: El presente artículo fue recibido por el Consejo Editorial el 12 de octubre de 2015 y aceptado por el
mismo el 24 de enero de 2016.

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LAS CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES GENÉRICAS DEL ARTÍCULO 46 DEL CÓDIGO PENAL

I. INTRODUCCIÓN y cuando auspician una penalidad conminada o


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pena concreta menor, son llamadas atenuantes.


La Ley 30076 renovó el marco legal correspondien-
te a la determinación judicial de la pena que re- Las circunstancias no deben confundirse con otras
gulaba el Código Penal desde su promulgación en reglas que afectan la construcción o extensión de
1991. A través de la inclusión de un inédito artículo la pena básica o concreta, como son las denomina-
45 A, el legislador nacional introdujo un esquema das causales de disminución o incremento de pu-
operativo para orientar al juez en su delicada tarea nibilidad (eximentes imperfectas, la tentativa o la
de aplicar penas justas al autor o partícipe culpa- complicidad secundaria) y las reglas de reducción
bles de un delito. Pero, además, con las modifica- punitiva por bonificación procesal (confesión sin-
ciones producidas en el artículo 46 construyó dos cera, colaboración eficaz o terminación anticipada
catálogos de circunstancias que facilitarían ese im- del proceso).
portante rol del órgano jurisdiccional.
Por tanto, es incorrecta la calificación de circuns-
Uno de esos listados circunstanciales estaba de- tancia privilegiada que el Proyecto de Ley del
dicado a integrar y sistematizar las circunstancias Nuevo Código Penal de 2014 ‒Proyecto de Ley
atenuantes genéricas. La finalidad de estos bre- 3491/2013-CR, del 14 de mayo de 2014‒ otorga a
ves comentarios es darlas a conocer y explicar su la tentativa inacabada en su artículo 23.2: “En la
eficacia teórica y práctica. Confiamos, pues, dada tentativa inacabada el juez reduce la pena hasta un
la relevancia de su reciente inclusión en nuestra tercio por debajo del mínimo legal señalado para
legislación penal, en que la doctrina y la jurispru- el hecho punible cometido. La tentativa inacabada
dencia vayan deduciendo y afinando sus contornos constituye circunstancia atenuante privilegiada”
dogmáticos y operativos, que ahora nosotros sólo [el énfasis es nuestro].
nos limitamos a perfilar.
III. LAS CIRCUNSTANCIAS GENÉRICAS DEL AR-
II. CONCEPTO Y FUNCIÓN DE LAS CIRCUNS- TÍCULO 46 DEL CÓDIGO PENAL
TANCIAS
Son circunstancias genéricas las que se regulan en
Una de las definiciones más claras e ideográficas la Parte General del Código Penal y que pueden
sobre las circunstancias del delito es la aportada operar en la determinación de la pena concreta
por Antolisei, quien señalaba que “[c]ircunstancia de cualquier tipo de delito. Esta clase de circuns-
del delito (de cincum stat) es, en general, aquello tancias sólo permiten al juez individualizar la pena
que está en torno al delito. Implicando por su mis- que corresponde al delito cometido y a su autor
ma índole la idea de accesoriedad, presupone ne- o partícipes, dentro del espacio punitivo generado
cesariamente lo principal, que está constituido por entre los límites inicial y final de la pena básica o
un delito perfecto en su estructura”1. espacio de punición que conforme al artículo 45 A
debe configurar previamente el juez.
Las circunstancias adoptan la forma de factores
o indicadores de carácter objetivo o subjetivo Ahora bien, cuando se trata de atenuantes gené-
que ayudan a la medición de la intensidad de un ricas que identifican una menor antijuridicidad del
delito. Es decir, posibilitan cuantificar la mayor o hecho o una menor culpabilidad de su autor, ellas
menor desvaloración de la conducta ilícita (anti- producen como consecuencia una menor punibi-
juridicidad del hecho), o el mayor o menor grado lidad o posibilidad de sanción del delito, y van a
de reproche que cabe formular al autor de dicha determinar una pena concreta menor, la que siem-
conducta (culpabilidad del agente). Las circuns- pre se ha de proyectar hacia el extremo inicial o
tancias permiten, pues, valorar si un delito es más mínimo de la pena básica y que en el artículo 45 A
o menos grave y a partir de ello ponderar el alcan- corresponde al primer tercio.
ce cualitativo y cuantitativo de la pena que debe
imponerse a su autor o partícipe. Por el contrario, si son agravantes genéricas que
tienen el rol de indicar una mayor antijuricidad de
Su función principal, por tanto, no es otra que la conducta o una mayor culpabilidad del autor, su
coadyuvar a la graduación o determinación del eficacia se expresará también como una mayor pu-
quantum o extensión de la pena concreta aplica- nibilidad o posibilidad de sanción del delito, la cual
ble al hecho punible cometido. Cuando las circuns- se materializará en una pena concreta mayor que
tancias promueven una penalidad conminada o se dirigirá siempre hacia el extremo final o máximo
pena concreta mayor, se les denomina agravantes; de la pena básica o tercer tercio.

1
ANTOLISEI, Francesco. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Buenos Aires: UTEHA. 1960. p. 319.

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Siguiendo la técnica legislativa de otros códigos cia del colombiano ‒artículo 55‒, no regula

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penales como el colombiano ‒artículos 55 y 58‒ o una atenuante genérica similar. Tampoco
el español ‒artículos 21 y 22‒, la Ley 30076 ha reu- fue incluida en el texto original del Código
nido un detallado listado de circunstancias genéri- Penal peruano de 1991. No obstante, el Có-
cas en el artículo 46, diferenciándolas sistemática- digo Penal nacional de 1924 aludía a ella im-
mente entre atenuantes y agravantes. La influen- plícitamente al considerar en el inciso 2 del
cia colombiana en el listado de estas circunstancias artículo 51 “los precedentes judiciales y pe-
es, por lo demás, manifiesta2. Cabe señalar que la nales” del agente del delito. Fueron los ante-
decisión normativa de abandonar el catálogo de proyectos del 2004 ‒artículo 46, inciso 1‒ y
circunstancias abiertas y avaloradas que tenía el 2008/2010 ‒artículo 45, inciso 1‒ los que,
otrora artículo 51 del Código Penal de 1924 y el siguiendo la orientación colombiana, los in-
texto original del artículo 46 del Código Penal de cluyeron en nuestro sistema legal. Cabe se-
1991, se adoptó desde el Anteproyecto de Código ñalar que los antecedentes penales registran
Penal-Parte General de 2004 (artículos 46 y 47). y dan constancia de las condenas impues-
tas a una persona para fines de control del
Posteriormente, ella fue ratificada en el Antepro- cumplimiento de las penas aplicadas. Pero,
yecto de Código Penal de 2008/2010 ‒artículos 46 también, ellos pueden indicar una actitud
y 47‒, y recepcionada luego en el texto definitivo proclive al delito o un estado de reincidencia
de la Ley 30076. Sólo en el segundo de los docu- (artículo 46 B).
mentos citados la Exposición de Motivos alude de
modo muy escueto a la utilidad y trascendencia de Por tanto, la ausencia de condenas penales
esta reforma para la labor judicial de la búsqueda anteriores coloca al autor o partícipe de un
de un resultado punitivo coherente y justificado: delito en una condición más propicia a la
“Con relación a la determinación judicial de la búsqueda de efectos preventivos especiales
pena, se construye un procedimiento más accesi- que indican una menor necesidad punitiva.
ble a la judicatura y más predecible en sus resulta- La atenuante, sin embargo, sólo debe ex-
dos. Para ello se establecen catálogos de circuns- cluirse ante la existencia de antecedentes
tancias agravantes y atenuantes, a la vez que se penales que registren condenas firmes. Tam-
regulan reglas precisas para la individualización de poco afectan su eficacia la mera existencia
la pena concreta”3. de antecedentes policiales o judiciales.

Ahora bien, una crítica que cabe formular a la nue- Si bien la norma no lo destaca expresamen-
va disposición nacional es su exagerado casuismo. te, ella permite inferir que los registros pu-
Ello no sólo compromete la coherencia interna de nitivos que impiden su configuración deben
los catálogos circunstanciales sino que, además, tener eficacia al momento de decidir la pena-

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en no pocos casos reitera innecesariamente el in- lidad concreta del condenado. Por tanto, la
dicador atenuante o agravante. Hubiera sido pre- atenuante opera aún en aquellos casos don-
ferible, pues, la enunciación de ciertas circunstan- de hayan pre-existido antecedentes penales
cias de manera más general y omnicomprensiva que fueron, luego, objeto de cancelación
(artículo 46, inciso 2, literales c y d). definitiva por el cumplimiento de la pena
impuesta (artículo 69) o por la extinción de
IV. LAS CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES GENÉ- ésta al vencimiento exitoso de un periodo de
RICAS prueba derivado de un régimen de suspen-
sión de la ejecución de la pena (artículo 61).
En el primer inciso del artículo 46 del Código Pe-
nal se incluyen ocho circunstancias atenuantes. b) El obrar por móviles nobles o altruistas.
Pasaremos ahora a examinar sus características y También de origen colombiano, esta ate-
presupuestos. nuante, según Velásquez Velásquez, deman-
da la necesidad de “indagar aquellas motiva-
a) La carencia de antecedentes penales. El Có- ciones que demuestran nobleza y altruismo
digo Penal español ‒artículo 21‒, a diferen- por parte del agente, todo lo que permite

2
Sobre el significado y los alcances dogmáticos asignados a las circunstancias genéricas en la doctrina penal colombia-
na, véase: VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. “La Determinación de la Sanción Penal”. En: VELÁSQUEZ VELÁS-
QUEZ, Fernando. “Manual de Derecho Penal: Parte general”. Bogotá: Comlibros. 2007. pp. 127 y siguientes; y PABÓN
PARRA, Pedro Alfonso. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Novena edición. Tomo I. Bogotá: Doctrina y Ley.
2013. pp. 656 y siguientes.
3
Al respecto, véase: TORRES CARO, Carlos Alberto. “El Nuevo Código Penal Peruano”. Lima: Fondo Editorial del Con-
greso del Perú. 2011. p. 106.

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fundarlo en un menor desvalor de acto por que lo hubieran agitado” (artículo 51, inciso
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tratarse de un injusto menos grave”4. 1). No ha existido, pues, en nuestra evolu-


ción legislativa, una disposición idéntica a la
Al respecto, es de señalar que la motivación que ahora se analiza. De allí, pues, que re-
que determina, induce o guía la acción de- sulte justificado el recurrir nuevamente a la
lictiva del agente, influye, de modo determi- doctrina colombiana para mejor entender su
nante, en la menor intensidad de su culpa- significado y presupuestos.
bilidad. Esto es, esta clase de circunstancias
reducen el grado de reproche que cabe for- En este contexto, se ha señalado que “el le-
mular al autor del delito. Su naturaleza sub- gislador toma en cuenta el estado psicoafec-
jetiva es preeminente y se expresa en una tivo de la persona al momento del hecho
valoración positiva de lo “noble o altruista” para efectos de formular un menor juicio de
de los móviles internos del agente. exigibilidad […] se tienen como atenuantes
los estados de emoción […] en general, a
El Código Maúrtua incluyó una opción de si- condición de que sean excusables, esto es,
milar efecto punitivo al referirse a “la calidad atendibles; o para decirlo en otros términos,
de los móviles honorables o excusables” que que jurídica o socialmente no sean merece-
determinaron la actividad delictiva del agen- dores de reproche o rechazo, aunque tam-
te (artículo 51, inciso 2). En torno a esta ate- poco susciten reacciones abiertamente favo-
nuante, Cornejo destacaba que “para la apli- rables”6 [el énfasis es nuestro].
cación de las penas lo que debe valuarse es
el motivo psicológico en cuanto se relaciona Cabe recordar que en el Derecho Penal na-
con los fines sociales, y es tanto más ilícito cional se ha tipificado una modalidad de
en cuanto más se opone a los sentimientos homicidio privilegiado en el artículo 109 del
básicos de la piedad, la solidaridad, de la cul- Código Penal que también puede ayudar
tura en suma”.5 a definir el sentido de esta atenuante. En
dicha disposición se alude también a una
Cabe señalar, además, que en determinados “emoción violenta que las circunstancias
delitos este tipo de móviles operan también hacen excusable […]” [el énfasis es nuestro].
como circunstancias atenuantes específi-
cas. Ello ocurre, por ejemplo, en el artículo Al respecto, como lo ha destacado la doctrina
146, que considera una menor punibilidad nacional al comentar dicha disposición: “No
para los delitos contra el estado civil de una es posible distinguir las emociones conforme
persona cuando se “comete el hecho por un a su propia naturaleza. Es inadmisible consi-
móvil de honor”. derar que ciertas emociones son en sí excusa-
bles y otras, condenables. Como exige la ley,
c) El obrar en estado de emoción o de temor este carácter de la emoción debe ser deter-
excusables. Es evidente que esta circuns- minado en cada caso concreto y apreciando
tancia atenuante nos vincula también con las circunstancias en que actuó el agente”7.
un supuesto que incide en la medición de
la culpabilidad del autor. Los precedentes Pero, además, en torno al autor del delito
históricos que ella registra en nuestra legis- “la emoción violenta debe ser excusable.
lación podrían ser dos. En primer lugar, está No quiere decir que sea exculpable, sino dis-
el Código Penal de 1863 que consideraba culpable en el sentido de atenuarle la pena
como atenuante genérica que el agente hu- por encontrarse ofuscado producto de una
biera cometido el delito “bajo influencia de situación externa que motiva su compor-
impresiones tan violentas que produzcan tamiento y reacción frente a lo sucedido.
arrebato u obcecación” (artículo 9, inciso Nuestra jurisprudencia entiende que son cir-
8). Luego encontramos la fórmula contenida cunstancias que hacen excusable a la emo-
en el Código Penal de 1924, que se refería al ción: honor mancillado, afrenta inmerecida,
agente del delito apreciando “las emociones ofensa injustificada”8.

4
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Óp. cit. p. 128.
5
CORNEJO, Ángel Gustavo. “Parte General del Derecho Penal”. Tomo I. Lima: Librería e Imprenta de Domingo Miranda.
1936. p. 242.
6
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Óp. cit. Loc. cit.
7
HURTADO POZO, José. “Manual de Derecho Penal. Parte Especial 1. Homicidio”. Lima: Juris. 1993. p. 62.
8
VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. “Derecho Penal. Parte Especial”. Volumen 1. Lima: Grijley. 2014. p. 250.

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En cuanto al temor excusable, este queda supuestos, una justificante perfecta o im-

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referido a un sentimiento de inseguridad o perfecta por estado de necesidad.
riesgo de sufrir un mal que afecta al autor y
lo constriñe directamente hacia la comisión e) Procurar voluntariamente, después de con-
del delito. Este temor debe igualmente ser sumado el delito, la disminución de sus
aceptable o atendible desde la valoración consecuencias. Se trata de una circunstan-
que sobre él y los factores que lo genera- cia de carácter subsecuente al delito y de
ron deberá de realizar necesariamente el origen italiano. Como señalaba Ranieri, se le
órgano jurisdiccional caso por caso. Sin em- construye a partir de una actitud de arrepen-
bargo, el temor que menciona la norma no timiento posterior que hace posible recono-
debe ser equiparable al miedo insuperable cer en el agente una “menor peligrosidad”.
cuyos presupuestos exculpantes regula el La doctrina colombiana, en cambio, la con-
inciso 7 del artículo 20. En el Código Penal sidera como vinculada a las razones político
colombiano, donde se ha preferido aludir a criminales de protección de las víctimas y
un “temor intenso”, se ha criticado su inclu- que inciden en la punibilidad del hecho11.
sión, pues está también referido a un estado
emocional y obliga a dimensionar su magni- Esta atenuante requiere para su realización
tud para distinguirlo de un estado de miedo que el autor del delito “se haya esforzado
insuperable9. espontáneamente, esto es, con base en mo-
tivos internos y no externos, como serían los
d) La influencia de apremiantes circunstancias surgidos a causa de una presión ajena o por
personales o familiares en ejecución de la imposición de la ley ‒por ejemplo, por deber
conducta punible. Esta atenuante reduce de asistencia o socorro‒, por eliminar o ate-
también la intensidad del reproche que cabe nuar las consecuencias dañosas o peligrosas
formular al autor del delito. Ella se edifica del delito. También se requiere que su activi-
sobre la base de la incidencia de factores dad haya sido desplegada eficazmente, es de-
extraordinarios y trascendentes, ligados al cir, de modo adecuado para alcanzar ese fin,
ámbito personal o familiar del delincuente, aunque, por motivos independientes de la
los cuales concurren e interactúan en la for- voluntad del agente, no lo haya alcanzado”12.
mación y limitación del espacio decisional
del agente, condicionándolo a la comisión Algunos sistemas jurídicos, como el espa-
del delito. Son, pues, este tipo de situaciones ñol, demandan que el agente ejecute los
extremas las que deben tomarse en cuen- actos dirigidos a la disminución de las con-
ta para decidir su configuración y eficacia. secuencias dañosas del delito “en cualquier
Como explica Velásquez Velásquez, son este momento del procedimiento y con anteriori-

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tipo de factores los que justifican “un juicio dad a la celebración del acto del juicio oral”
de exigibilidad menor”10. (artículo 21, inciso 5). La legislación nacional
no hace precisiones al respecto ni tampoco
De allí, pues, que el legislador demande una alude al modo en que tales actos deben pro-
calificación particular de los mismos como ducirse. No obstante, es de exigir para vali-
“apremiantes”: Esto es, como de eficacia dar el efecto atenuante que los mismos sean
inmediata e impostergable, compatibles, oportunos, idóneos y en lo posible eficaces.
pues, con una situación de emergencia o
urgencia que constriñe el arbitrio del autor f) Reparar voluntariamente el daño ocasiona-
del delito, derivándolo hacia su ejecución. do o las consecuencias derivadas del peligro
La casuística al respecto alude a casos como generado. Esta circunstancia toma también
la urgencia de atender el tratamiento de la en cuenta para la operatividad de su eficacia
enfermedad que afecta a un familiar cerca- atenuante una conducta posterior al delito
no o la de proveer alimentos para sí o para y que debe exteriorizar el agente. A ella se
los hijos menores, y que pueden determinar refiere también el artículo 64, inciso 7 del
al agente a cometer un hurto o un robo en Código Penal de Colombia. Lo esencial radi-
la medida en que no se configure, en tales ca en la decisión espontánea del delincuente

9
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. “Derecho Penal. Parte General”. Cuarta edición. Bogotá: Comlibros. 2009.
p. 1108.
10
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. “La Determinación de la Sanción Penal”. Óp. cit. p. 129.
11
Ibídem.
12
RANIERI, Silvio. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Tomo II. Bogotá: Temis. 1975. p. 29.

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de reparar en lo posible el daño ocasionado tariamente a las autoridades para confesar.


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u otras consecuencias negativas generadas Este último muestra arrepentimiento, o por


por su accionar ilícito. De esta manera, él lo menos, asume su responsabilidad, lógica-
revela una actitud positiva que debe meri- mente la atenuante es procedente; de suer-
tuarse favorablemente en la punibilidad del te que no puede favorecerse al delincuente
delito que aquél hubiera cometido. que huye y regresa después acompañado de
su abogado”15.
Sin embargo, es pertinente demandar, como
lo hacía Peña Cabrera al comentar una ate- Por su parte, los comentarios en torno a la
nuante similar del Código Penal de 1924, fuente legal extranjera seguida por el legisla-
“que la reparación debe ser espontánea, es dor peruano desarrollan una interpretación
decir, voluntaria y, naturalmente antes de la compatible con lo antes señalado: “Como es
respectiva sentencia. Se entiende que la re- de suponer, si el encartado confiesa la co-
paración debe partir del autor, y no de terce- misión de la conducta punible lo hace como
ros”13. Ella, por lo demás, tal como lo admite muestra de su arrepentimiento, aunque no
la doctrina colombiana, incluye “los eventos está obligado a ello. La presentación debe
de la restitución, reparación del daño o in- ser voluntaria, esto es, espontánea, libre,
demnización de perjuicios, compensaciones, sin mediar presión de ninguna índole o res-
etcétera”14. ponder a factores independientes del que-
rer del sujeto”16.
g) Presentarse voluntariamente a las autori-
dades después de haber cometido la con- Ahora bien, es importante diferenciar esta
ducta punible, para admitir su responsabi- atenuante genérica de otros supuestos le-
lidad. La presente circunstancia es similar gales que operan como reglas de reducción
en su naturaleza y efectos a la que recogía por bonificación procesal, a partir de actos
el inciso 10 del texto original del artículo 46 de confesión sincera en el marco de un pro-
(“La confesión sincera antes de haber sido ceso penal y que están contempladas en el
descubierto”). Ella también es regulada de artículo 136 del Código de Procedimientos
modo frecuente en el Derecho Penal extran- Penales y en el artículo 161 del Código Pro-
jero. Por ejemplo, con una redacción algo cesal Penal de 2004. En efecto, se trata de re-
diferente de la peruana, está prevista en el glas que no funcionan como atenuantes sino
texto vigente del artículo 21, inciso 4 del Có- que generan premios o recompensas para el
digo Penal español (“La de haber procedido comportamiento positivo de un imputado
el culpable, antes de conocer que el procedi- que facilita la abreviación del proceso y que
miento judicial se dirige contra él, a confesar se expresan como una reducción porcentual
la infracción a las autoridades”). que se aplica a la pena concreta. Por tanto,
la circunstancia atenuante del artículo 46 del
En esta atenuante nuevamente se valora un Código Penal, que aquí se analiza, equivale,
acto de arrepentimiento posterior al delito. más bien, a la denominada auto denuncia.
Con su conducta, el agente expresa su vo-
luntad de hacerse responsable por el ilícito h) La edad del imputado en tanto que ella hu-
cometido y de asumir plenamente las con- biese influido en la conducta punible. Tanto
secuencias jurídicas que de ello derivan. Esta el inciso 2 del artículo 51 del Código Penal de
actitud se destaca en favor del agente al ale- 1924, así como el inciso 8 del texto original
jarse este de un patrón conductual común y del artículo 46 del Código vigente, se refe-
que se suele orientar hacia el aseguramiento rían genéricamente a la “edad” del agente al
y la impunidad del infractor. momento de comisión del delito. Sin embar-
go, ambas disposiciones omitían cualquier
Al respecto, la doctrina nacional, incluso exigencia en torno a que este componente
desde la vigencia del Código Maúrtua, ha etéreo hubiese significado un determinado
destacado que: “Hay diferencia notable en nivel de influencia en la realización del he-
el delincuente que huye después de consu- cho punible, como sí se demanda en la fór-
mado el delito, del que se presenta volun- mula introducida por la Ley 30076.

13
PEÑA CABRERA, Raúl. “Tratado de Derecho Penal. Parte General”. Tercera edición. Lima: Sagitario. 1987. p. 264.
14
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. “Derecho Penal. Parte General”. Óp. cit. p. 1110.
15
PEÑA CABRERA, Raúl. Óp. cit. Loc. cit.
16
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. “Derecho Penal. Parte General”. Óp cit. p. 1111.

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Al respecto, cabe precisar también que en cacia de dicha influencia. Por ejemplo, en la

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el Derecho Penal colombiano no se ha re- norma colombiana se alude expresamente a
gulado una atenuante genérica de iguales que ella afecte la capacidad penal plena del
características, aunque el inciso 9 del artícu- agente. Esto es, se trataría de un supuesto
lo 55 otorga esa calidad a “Las condiciones equivalente al regulado por el artículo 22,
de inferioridad psíquica determinadas por que califica la edad como un factor de impu-
la edad o por circunstancias orgánicas, en tabilidad disminuida (“Podrá reducirse pru-
cuanto hayan influido en la ejecución de la dencialmente la pena señalada para el hecho
conducta punible” [el énfasis es nuestro]. punible cometido cuando el agente tenga
Tampoco en la legislación española encon- más de dieciocho y menos de veintiún años
tramos una disposición similar a la peruana al momento de realizar la infracción […]”).
(artículo 21), la cual ya había sido incorpo-
rada como atenuante genérica, con igual Si esta fuese la opción asumida, la atenuante
redacción, desde el anteproyecto de 2004 introducida sería en principio innecesaria; y,
(artículo 46, inciso 8). además, técnicamente incorrecta pues no
sería una circunstancia atenuante genérica
De hecho, cabe entender que el legislador sino una causal de disminución de punibili-
nacional ha asumido que la edad puede in- dad. Queda, pues, como una tarea futura de
fluir en la conducta punible. Lo que no se ha la jurisprudencia esclarecer estos aspectos y
especificado son las manifestaciones o efi- hacer el deslinde pertinente.

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