Los países de Europa occidental empezaron a salir del marasmo de la
posguerra gracias, inicialmente, a las ayudas del Plan Marshall (1948- 1952). Supuso 12.800 millones de dólares para la reconstrucción de aquellos países de Europa devastados tras la Segunda Guerra Mundial., en condiciones muy favorables: préstamos a bajo interés, ayudas a fondo perdido y acuerdos económicos ventajosos. Eso permitió comenzar a comprar materias primas, maquinaria, alimentos, etc. Detrás del “altruismo” de EE UU estaba su voluntad de “contener” el comunismo, dar salida a sus excedentes y evitar una recesión de su economía.
Se dieron cantidades mayores a las grandes potencias industriales, ya que
la opinión dominante era que su reactivación sería esencial para la prosperidad general de Europa. Aquellas naciones aliadas recibieron algo más de ayuda per cápita que los antiguos miembros del Eje o que se habían mantenido neutrales. El mayor receptor de dinero del Plan Marshall fue el Reino Unido, que recibió el 26 % del total, seguido de Francia con el 18 % y la nueva Alemania Occidental con el 11 %. En total 18 países europeos se beneficiaron del plan. Los resultados se hicieron efectivos muy pronto. A principios de los añosn 50, Europa entró en una etapa económica alcista. Los crecimientos oscilaron entre el 7,6% anual de la República Federal Alemana y el 2,9 del Reino Unido.
A pesar de que se le había prometido durante la guerra y se le ofreció, la
Unión Soviética se negó a participar en el programa por temor a la pérdida de independencia económica; con su negativa también bloqueó la posible participación de países de Europa del Este, como Alemania Oriental o Polonia. Al plan pronto se le criticó la poca importancia dada a la recuperación de ciertos sectores estratégicos europeos para favorecer la entrada de empresas estadounidenses y el temor a que los países europeos se convirtieran en estados clientelares y dependientes de EE. UU. El modelo que acompañó la reconstrucción fue el Estado del bienestar (Welfare State), inspirado por las tesis keynesianas, que transformaron el capitalismo europeo. Fue puesto en práctica, sobre todo, por partidos socialdemócratas y democristianos. Se proyectó en dos ámbitos básicos:
- Expansión del gasto público, posible por el crecimiento económico
general y la implantación de una fiscalidad progresiva. Esto permitió el aumento de las prestaciones sociales: sanidad, educación pública, seguridad social. o Inversión estatal en infraestructuras (transportes, comunicaciones, electrificación) y nacionalización de sectores económicos deficitarios.