El “Strogonoff” es una receta originaria de Rusia y sin lugar a dudas la más
famosa de este gran país; es conocida en todo el mundo e infinitas veces
trasformada o adaptada a los gustos de diferentes países y de distintos comensales. Los Stróganov o Strogonoff eran una familia de comerciantes y terratenientes a los que se les otorgó un título nobiliario. Su gran poder se puso de manifiesto desde el siglo XVI hasta el siglo XX, en el que, con la revolución rusa, tuvieron que abandonar sus tierras y exiliarse al extranjero. Su riqueza la crearon partiendo de una salina en el Mar Blanco, está fue la base de una gran industria y una gran fortuna. Son muy conocidos por la construcción de varias iglesias y por su fantástico palacio que en la actualidad forma parte del Museo Ruso en San Petersburgo.
Con la llegada de la Revolución Rusa (1917) los Strogonoff emigraron con el
movimiento blanco (contrarrevolucionarios partidarios del Zar que lucharon contra Revolución de Octubre y el Ejército Rojo desde 1918 hasta 1921). Todas sus propiedades fueron nacionalizadas. En 1992 se creó una fundación para conservar, proteger y restaurar la herencia rusa de los Strogonoff. Pero volvamos a los fogones, el cocinero de la familia preparó este plato inspirándose en la cocina medieval rusa donde era muy tradicional acompañar la carne con nata agria, ingrediente muy habitual de su gastronomía, si a esta base le añadimos un poco de mostaza nos encontramos con la receta original ya que los champiñones y los pepinillos se le añadieron a principios del siglo XX. El “Strogonoff” fue durante muchos años plato estrella en todo restaurante con un poco de nivel, lo acompañaban de arroz blanco convirtiéndose en un manjar que nadie se quería perder. Ahora ya no lo encuentras en casi ninguna carta, pero no deja de ser una carne deliciosa y muy sencilla de preparar. Una de las historias más extendidas es la del camarero francés Fernand Petiot, quien podría haberlo inventado en 1920 en el Harry’ s New York Bar de París. Cuenta la leyenda que este barman al principio solo lo elaboraba de tomate y vodka pero que, al trasladarse a Estados Unidos para trabajar como jefe de bar del King Cole Bar en el Saint Regis Hotel de Nueva York, la receta evolucionó y le añadió el resto de ingredientes. Respecto al inolvidable nombre de este cóctel, y pese a que muchos apuntan que puede ser en honor de María I de Inglaterra (también conocida como María Tudor o ‘ María la Sangrienta’ ), parece ser que fue fruto de la casualidad. Al parecer, dos clientes procedentes de Chicago que pidieron este combinado rojo le contaron a Petiot que les recordaba a una camarera de su ciudad que trabajaba en el pub Bucket of Blood(Cubo de Sangre), a la que apodaban Bloody Mary. Y esto es lo que podría haber hecho que el barman francés bautizase su exitosa fórmula con este nombre que, desde luego, ha pasado a los anales de la historia de la coctelería.Ingredientes: Tres cucharadas de vodka Seis cucharadas de zumo de tomate 1 cucharada de zumo de limón Unas gotas de salsa Worcestershire (la más conocida es la 'Perrins') Unas gotas de tabasco Sal y pimienta