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Cuando, a pesar de la aclaración, el sujeto sigue en estado de indecisión pasiva, sin tomar
ninguna iniciativa, es de sospechar que la conducta de tal sujeto es aparentemente adaptada y
sufre de una autoimagen negativa o de fracaso. En algún caso, el sujeto trata de eludir la
prueba alegando fatiga, encontrarse mal, o no saber dibujar, siendo inútil toda explicación reto
o estimulo para que realice la prueba. La negación rotunda a realizar los DFH, o el intento de
justificarse con cualquier excusa absurda, puede interpretarse como un mecanismo de defensa
frente a la desadaptación o frente a complejos de menor valía que privan al sujeto de la
sensación intima de capacidad para resolver problemas indispensables para su evolución.
Por tanto, evadir la realización del DFH o del Test de la pareja humana, es un síntoma de
angustia ante la prueba de sí mismo, ante la inminencia de la revelación, no deseada, de
rasgos de personalidad que el sujeto no quiere que se descubran. Puede ser también que el
sujeto se defienda o tema un fracaso que no sabría aceptar.
a) el de los sujetos disléxicos o con fuerte carga depresiva que producen dibujos mal
lateralizados, por ejemplo, con predominio del lado derecho y torpeza en el modo de
resolver el lado izquierdo, o viceversa, o dibujando figuras incompletas. Este caso
puede darse también en ciertos "zurdos contrariados" o en sujetos con algún
padecimiento corporal, que muchas veces se niegan a hacer la prueba, sea por una
actitud de defensa inconsciente o para no proyectar las propias minusvalías.
Por ejemplo:
Conviene anotar estas observaciones que serán muy útiles a la hora de interpretar el test.
Todo gesto, toda mirada, todo silencio, toda decisión o reflexión cautelosa, se integra en una
semiótica general. (1[1])
1
La prueba, no despierta complejos psicológicos en los individuos sanos y optimistas
Es frecuente en los DFH con trazos débiles, que el sujeto intente retocar algún desliz en la
configuración del dibujo, lo que se traduce en una corrección insistente de la anomalía
(repetición de trazos en una pequeña zona o área de los DFH)En estos casos, se debe
sospechar una dificultad, minusvalía o problema, físico o psíquico, en la parte retocada de la
figura. Estos retoques insistentes, suelen presentarse en la cara, los brazos, las manos, los
hombros, la zona de los órganos sexuales, en el aparato locomotor (piernas y pies), etc
En resumen: Los dedos, en los DFH, tienen una clara significación psicológica, prueba de
ello es que los niños suelen hacer primero los dedos que la mano o los pies. El pulgar
escondido en el puño cerrado parece ser un indicador de un deseo inconsciente de regresión a
la infancia en busca de protección. Puede reflejar también cierta fatiga interna y deseo de
abandonar la lucha activa contra obstáculos y dificultades que el sujeto encuentra en su vida.
En este caso, la busca de protección seria un deseo de comodidad y de liberación de esfuerzos
que el sujeto no puede, o no desea, mantener. La ausencia del pulgar, puede estar relacionada
con estados de ansiedad o depresión.
Normalmente, se puede deducir el estado de ánimo del examinado a través de los DFH, viendo
su situación dentro del espacio gráfico. Si las figuras están erguidas y sólidamente apoyadas
sobre el suelo imaginario, el estado de ánimo es normal. Si están desplomadas o inclinadas,
con las piernas cortadas o sin base de apoyo, se puede sospechar estados de angustia y
ansiedad y la debilidad vital, y entre otros síntomas, la tendencia depresiva.
Cuando en la vida del sujeto, las tendencias y deseos se han visto seriamente
obstaculizadas o frustradas, puede producirse una "regresión", una marcha hacia atrás, hacia
estadios en donde el sujeto se ha sentido más "cómodo", más "protegido" contra los
problemas. Esta vuelta atrás, es como un repliegue, más o menos narcisista, en el que el sujeto
se recluye en las vivencias del pasado, en cuyo caso se observar el desplazamiento de las
figuras hacia la izquierda y abajo del papel, la pequeñez en el tamaño, muchos retoques,
borraduras en el propio rostro y otras anomalías en manos y pies.
5. LA OMISIÓN DE LA NARIZ
Es un indicador de algún problema relacionado con la sexualidad y con el concepto de
"virilidad" o masculinidad, como puede ser la dificultad del sujeto para afirmar su personalidad y
rechazar las presiones externas (complejo de castración). Como en el caso anterior, es también
un signo de retraimiento, de ansiedad, de timidez, de sentimiento de impotencia o de
inoportunidad (el sujeto teme estorbar la concentración o intimidad de otros y se abstiene por
coartatividad o por temor a que los demás piensen que "quiere meter la nariz en los asuntos
ajenos)
Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos
a la vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse
que se operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según
la intensidad del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del
sujeto.
La inhibición disminuye la actividad psicomotriz y voluntaria y suele producir fallos de memoria,
de atención, de asociación de ideas, etc. El sujeto que padece inhibiciones psíquicas
importantes, se ve a veces reducido a la impotencia en situaciones más o menos tensionales y
estresantes, como pueden ser, por ejemplo, exámenes, acusaciones inesperadas, hablar en
público, etc. Las inhibiciones, suelen producirse a menudo como defensa frente a ansiedades
de tipo paranoide o depresivo. (Ver más detalles sobre este mecanismo psíquico en mi obra
"Diccionario").-
Cara sombreada o excesivo detalle en los rasgos faciales y poco en las manos.