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GUÍA DE MONTAÑA

(TÉCNICAS DE ORIENTACIÓN TERRESTRE)

ORIENTACIÓN:
Se conoce que existen muchas maneras de orientarse y a continuación se
explicará detalladamente como hacerlo en cada uno de los casos.
Para hacerlo de un modo más ordenado, comenzaremos con los medios naturales
y terminaremos con materiales.
¿Cómo orientarse con el Sol?
Información básica:
Comúnmente dicho, sale por el Este y se pone por el Oeste, sin embargo conviene
saber que en realidad esta regla se cumple en su totalidad solamente dos días al
año.
A partir del 21 de marzo se desvía progresivamente hacia el Norte, hasta que da
lugar el solsticio de verano el 22 de junio. Para estas fechas se puede apreciar
como prácticamente sale por el NE y se pone por el NO.
Es a lo largo del verano que el sol va regresando a su posición Este – Oeste,
coincidiendo con el 23 de septiembre.
Durante el otoño el proceso se repite a la inversa, dirigiéndose al Sur. Es el 25
de diciembre cuando el Sol casi sale por el SE y se pone por el SO.
Nota: En verano, el medio día se corresponde a las 14:00h.

Sabiendo esto veamos algunos métodos de orientación usando el Sol:


Con un palo y su sombra:
1. Deberemos clavar un palo en el suelo, de modo que el Sol incida en éste.
2. Realizaremos una marca en el suelo justo donde finaliza la sombra.
3. Esperaremos un tiempo, el suficiente para que la sombra se haya
desplazado un espacio apreciable.
4. Marcaremos nuevamente el punto final de la sombra.
5. La unión en línea recta de los dos puntos resultantes nos indica la
dirección Oeste hacia la primera marca, y el Este hacia la segunda.
6. Realizando una línea perpendicular obtendremos el Norte y el Sur.
Este método es menos fiable en zona ecuatorial debido a la inclinación de la tierra
(la eclíptica de la Tierra). Para garantizar la efectividad es recomendable hacer
uso de este método por encima de los paralelos 23 en ambas direcciones (Norte y
Sur).
Con las agujas de un reloj:
No es que sea del todo un medio natural pero, entra dentro de esta categoría ya
que sin el sol de nada serviría el siguiente método.
Hay dos maneras de proceder dependiendo del hemisferio en el que nos
encontremos.
Hemisferio Norte:
1. Ajustar el reloj a la hora solar.
2. Manteniéndolo en posición horizontal, apuntar con la aguja corta hacia el
punto del horizonte que se encuentre justo bajo el sol.
3. El Sur vendrá indicado por la bisectriz del ángulo formado por la aguja
corta y la línea imaginaria de las doce en punto.
Hemisferio Sur:
1. Ajustar el reloj a la hora solar.
2. Manteniéndolo en posición horizontal, apuntar con la línea imaginaria de
las doce, hacia el punto del horizonte que se encuentre justo bajo el sol.
3. El Norte vendrá indicado por la bisectriz del ángulo formado por la aguja
corta y la línea imaginaria de las doce en punto.
Si el reloj que llevas es digital… ¡no hay problema! Dibujas un reloj en
cualquier papel indicando la hora solar actual y podrás realizar el mismo
procedimiento.
Método de orientación usando la Luna:
 Sabiendo que en cuarto creciente su forma es una “D”, sus cuernos miran
hacia el Este.
 Así mismo, en cuarto menguante cuya forma sería una “C”, sus cuernos
miran hacia el Oeste.
 La hora más exacta para esta medición son las 24.00h solares.
Método de orientación usando las Estrellas:
La más conocía es la Estrella Polar, sin embargo ésta nos es útil solo en el
hemisferio Norte. Se encuentra en el extremo de la cola de La Osa Menor.
¿Cómo encontrar la Osa Menor?
1. Nos guiaremos de la Osa Mayor, trazando una línea imaginaria entre las
dos estrellas exteriores del carro.
2. Prolongaremos esa línea unas 5 veces la distancia entre las dos estrellas
(aprox) en línea recta.
3. El final de ésta debe coincidir con la Estrella Polar o en su defecto,
indicarnos aproximadamente donde está la Osa Menor para luego localizar
la Estrella Polar.
Si nos encontramos en el hemisferio Sur, la constelación que nos indicará
precisamente el Sur, goza de un bonito nombre: La Cruz del Sur.
¿Cómo encontrar la Cruz del Sur?
Realmente no nos indica el Sur, para ello deberemos una vez localizada,
prolongar su mástil unas 4,5 veces y al final de la prolongación obtendremos el
Sur.
El Sur gracias al Cinturón de Orión.
Uniremos con una línea imaginaria la estrella rojiza Betelgeuse con la estrella
azulada Rigel (la estrella más brillante de la constelación).
Donde se cruzan esta línea imaginaria con el horizonte estará muy
aproximadamente el Sur geográfico.
Como orientarse con la vegetación:
Siempre seguirá el mismo patrón en su crecimiento, dependiendo del hemisferio
en el que nos encontremos.
En el hemisferio Norte, las vertientes N y NO se mantienen más frías y húmedas
debido a la poca luz solar que recibe durante el día, esto genera las condiciones
ideales para que la vegetación sea más verde. Lo mismo ocurre con la nieve, la
cual permanece más tiempo y en mayor cantidad.
Si observamos las montañas:
Se puede apreciar como tienen una vertiente más verde o más densa en
vegetación. Esa nos indicará el Norte. Por lo contrario el Sur vendrá indicado por
la vertiente contraria de la montaña cuya vegetación se encuentra en menor
medida.
Si observamos el musgo:
Sobre todo el que se encuentra en los árboles podremos apreciar el mismo efecto.
En el caso de que uno de los costados carezca de musgo, ese será el Sur ya que la
humedad que propicia su crecimiento se encuentra en la cara Norte. En el
hemisferio Sur ocurre lo mismo pero a la inversa, siendo la cara sur donde más
musgo puede verse.
Debido a los climas locales y relieves de la zona, lo dicho antes puede verse
afectado y no ser muy claras nuestras observaciones. Sin embargo en el caso (por
ejemplo) de que un árbol tenga musgo por todo el tronco, habría que fijarse en
que parte se encuentra más verde, húmedo, denso etc.
Si observamos los árboles:
Concretamente los tocones de árboles cortados, podremos apreciar como los
anillos de crecimiento se encuentras más separados en un costado que en el
opuesto.
En el hemisferio norte, el costado con los anillos más distanciados se encuentra
en la cara Sur. Se debe a que los arboles crecen más por el lado más incidido por
la luz solar.
Así mismo ocurre en el hemisferio Sur pero a la inversa, siendo la cara Norte del
árbol, la que dispondrá de anillos de crecimiento más separados. Observando
¿De cuánto tiempo disponemos?
Para calcular el tiempo de luz solar que nos queda, se procede de la siguiente
manera:
Abriremos la mano manteniendo juntos los cuatro dedos y con el pulgar
levantado (formando una L). Encajaremos el disco solar en la (L) con el pulgar
hacia arriba y el resto horizontales (perpendiculares al horizonte). Sabiendo que
cada dedo son 15 minutos, sumaremos tantos dedos caben entre la parte baja del
sol y el horizonte, añadiendo dedos de la otra mano si fuera necesario (cada 4
dedos una hora de sol).

Orientación con mapa y brújula.


El mapa:
Si bien es cierto que en muchas ocasiones no es necesario el uso de un mapa ya
que con un buen sentido de la orientación podría ser suficiente, en ocasiones si lo
será y, sobre todo durante la planificación nos será de gran utilidad aunque luego
no se use durante la actividad.
Vayamos por partes:
 El mapa debería ser topográfico tal y como ya mencioné en el post
“planificar”. Éstos tienen curvas de nivel y la escala debería oscilar entre
1/25.000 y 1/50.000 sin superar nunca ésta última.
 La escala es esencial para el cálculo de distancias horizontales que nos
sirven como referencia.
 Hay que comprobar que la versión del mapa es la más actualizada
posible, sobre todo para baja y media montaña dado que la frecuencia
humana puede influir en la alteración del relieve, senderos útiles o en
desuso etc.
 La correcta interpretación de las curvas de nivel es primordial para la
correcto y cálculo de distancias y desniveles. Hay que ser capaz de
extrapolarlo a la realidad y ser consciente de lo que éstas nos quieren
decir.
 La curva maestra no es más que una curva de nivel, solo que ésta se
diferencia por su grosor y que vienen acompañadas por el número
correspondiente a la latitud. Cada cinco curvas de nivel encontraremos
una curva maestra.
Gracias a las curvas de nivel podremos reconocer distintos accidentes geográficos
como podrían ser: picos, mesetas, colinas, pendientes etc. El siguiente ejemplo
hace referencia a cómo se aprecia un pico en el mapa según las curvas de nivel.

Interpretación del paisaje con el mapa:


Para facilitar este proceso es conveniente localizar referencias fácilmente
reconocibles como aristas, picos, ríos o puntos aislados.
Una vez localizados debe compararse con el mapa. En el siguiente ejemplo se
distinguen dos picos que nos sirven de referencia.
En el caso de tener dos picos parecidos a nuestra espalda… el río nos serviría
como tercera referencia, sabiendo que éste debe quedar entre nosotros y los
picos.
Hay que tener cuidado con no sacar conclusiones precipitadas ya que en
ocasiones puede haber muchos puntos similares que causen confusión.
Lo ideal en actividades largas es dividirlas en tramos y localizar puntos de
referencia en cada uno de ellos.
La brújula:
La más utilizada para trazar rutas es el modelo suizo, con placa base plana y
a poder ser transparente. En la siguiente fotografía podremos diferenciar cada
una de sus partes.

Si no disponemos de mapa, su uso más habitual es la medición de rumbos


(aparte de la localización de puntos cardinales para orientarse).
¿Cómo
mediremos un rumbo?
1. Mirando a nuestro punto de referencia (la cima de una montaña donde se
encuentra nuestro próximo refugio, por ejemplo), apuntaremos con la
Flecha de dirección (9).
2. Sin que la flecha deje de apuntar al punto de referencia, giraremos el hasta
que la punta de la flecha de orientación (9) coincida con la aguja magnética
en su parte roja (ésta indica el norte)
3. Lectura del numero en grados que coincide con la flecha de dirección (lo he
marcado con flechitas amarillas en la foto del ejemplo).

 En esta foto de ejemplo que he realizado con mi brújula, suponemos que la


flecha de dirección (marcada con flechitas naranjas) está apuntando a
nuestro punto de referencia.
 El limbo coincide con la aguja imantada roja (marcado con flechitas azules)
 La lectura marcada con flechitas amarillas es la que coincide con la flecha
de dirección, que en este ejemplo son casi 120 grados.
 Les recuerdo que para este proceso la brújula se mantiene en la mano, por
lo que hay que tener pulso. Con el uso de la brújula se acostumbra uno a
realizar este procedimiento con soltura.
¿Cómo mantener el rumbo?
Una vez tenemos el rumbo marcado en la brújula, es muy importante no
mover el limbo, de lo contrario no habrá sido útil el procedimiento anterior.
Cuando nuestro punto de referencia deja de ser visible ya sea por niebla,
árboles o relieves intermedios debido al avance de la marcha, para saber si
estamos siguiendo el camino correcto procederemos de la siguiente manera:
1. Nos daremos media vuelta y buscaremos el punto del que venimos, para
usarlo como referencia.
2. Apuntando al punto de referencia con la flecha de orientación,
comprobaremos que coincide con la aguja imantada en su parta blanca.
3. Si coincide, estamos siguiendo el rumbo correcto ya que la parte blanca de
la aguja imantada nos está indicando justo el camino contrario (ya que nos
hemos dado la vuelta).
4. Si no coincide, manteniendo la flecha de orientación apuntando a la
referencia (nuestro punto de partida), nos moveremos lateralmente hasta
lograr esa coincidencia. Una vez conseguida y mirando al punto de partida,
el rumbo a seguir esta justo a nuestras espaldas.
¿Y qué ocurre cuando no tenemos ese punto de referencia porque tampoco
podemos ver el lugar del que partimos?
Un consejo que os doy:
Cuando vayan a comenzar la actividad y se dispongan a seguir el rumbo, mirar
justo en la dirección opuesta y busquen un punto de referencia más alto, como
podría ser la montaña a la que le darán la espalda siguiendo el rumbo hacia
vuestro destino. De ese modo evitaremos que desaparezca de nuestra vista cuando
necesitemos ese punto de referencia opuesto, en caso de no poder ver el punto de
referencia de destino.
Cálculo de rumbo inverso.
Veamos un ejemplo.
(1) Salimos de A a B y antes de dirigirnos a C, calculamos rumbo B-D (desde el
punto B). Comprobamos que corresponde al sentido contrario de A-B. Si coincide,
calculamos el rumbo inverso de A-B-D. Para ello, si el rumbo es menor de 180º,
le sumamos esa cantidad y obtenemos el rumbo inverso: 60 + 180 = 240ª. Si
fuera mayor, le restaríamos esa cantidad. Anotamos en un papel.
(2) Nos dirigimos al punto C y estando ahí comienza a nublarse. Por si acaso
medimos el rumbo C-D. De camino a D, a la altura de Y perdemos la visibilidad
completamente debido a las nueves/lluvia/niebla lo que fuera.
A partir de entonces seguiremos a D siguiendo el rumbo C-D que tenemos
macado en la brújula.
(3) Estando en D, hay que volver al punto B, para ello sacaremos el papelito que
previamente habríamos guardado (240º que corresponden a D-B-A).
Podremos volver siguiendo ese rumbo de modo que es de importancia no perder
esos rumbos cuando se guardan en papelitos, libretas etc.
Debemos suponer que al menos D es un punto reconocible incluso con mala
visibilidad.
Mapa y brújula, la combinación perfecta:
Para poder hacer un uso correcto de un mapa, debemos orientarlo primero y
para ello haremos uso de la brújula. Los pasos a seguir son sencillos, tal que:
1. Colocaremos el mapa en una superficie plana horizontal, y la brújula
encima coincidiendo el canto de ésta con una de las líneas N-S o, nos
servirá también el borde del mapa como referencia, para colocar ahí la
brújula si se prefiere.
2. Nos aseguraremos de que la Flecha de Dirección, coincide con la Flecha
Norte (girando el limbo).
3. Luego tan solo hay que girar ambos con cuidado, hasta que la brújula nos
indique el norte. De ese modo el norte del mapa coincide con el norte real.

En la primera foto puede verse como la flecha de dirección no coincide con la


aguja imantada. Girándolo 20º al O conseguiremos tal coincidencia y es
entonces cuando tenemos el mapa orientado, tal y como se aprecia en la
segunda foto.
Hay que tener en cuenta no solo con que la brújula se mantenga paralela a la
cuadricula del mapa, sino que ésta, tenga su flecha de dirección (que a su vez
coincide con la flecha norte) apuntando al norte del mapa. El norte del mapa
debe estar indicado en alguna de las esquinas de éste.
Diferencia entre Norte Geográfico y Norte Magnético:
El Norte Geográfico coincide con el eje de rotación de la Tierra mientras que el
Norte Magnético (el que nos indica la brújula) se define por el campo magnético
de la tierra.
¿Qué es la Declinación Magnética?
La declinación magnética en un punto de la Tierra es el ángulo comprendido
entre el norte magnético local y el norte verdadero (o norte geográfico).
Resumiendo: La diferencia entre el norte geográfico y el indicado por una
brújula (el denominado también norte magnético).
Por convención, a la declinación se la considera positiva si el norte
magnético se encuentra al este del norte verdadero, y negativa si se ubica al
oeste.
La expresión variación magnética equivale a declinación (magnética).
Por qué necesitamos saber todo eso si usamos brújulas y mapas para
orientarnos?
 Sabiendo que existe esa diferencia, si vamos a realizar largas distancias
debemos tenerla en cuenta ya que el mapa estará orientado al Norte
Geográfico y la brújula nos indicará el Norte Magnético.
 Normalmente los mapas tienen indicado en grados la declinación que le
corresponde.
 Es bueno saber que la declinación va cambiando, ergo hay que asegurarse
de que el mapa, está actualizado.
 También hay que tener en cuenta la latitud en la que nos encontramos, ya
que la declinación es inferior cuanto más cerca del Ecuador nos
encontremos.
¿Cómo usar el mapa y la brújula para orientarnos y seguir un rumbo?
Para resolver esta pregunta debemos tener presentes dos situaciones: Cuando
sabemos en qué punto del mapa nos encontramos y cuando no lo sabemos.
Si lo sabemos:
1. Para dirigirnos a un punto que no conocemos (en la realidad), mediremos
su rumbo con la brújula tal y como ya expliqué anteriormente.
2. Con el mapa orientado, colocaremos la brújula de modo que con el lateral
de ésta, unamos el punto donde nos encontramos con el punto “destino”,
teniendo en cuenta que la flecha de dirección apunte al “destino” (en el
mapa).
3. Ahora, sin mover la brújula giraremos el limbo hasta que coincida la flecha
Norte con la parte roja de la aguja imantada.
4. El mapa ya ha terminado su función llegados a este punto por lo que
puede guardarse y seguir procediendo con la brújula.
5. Manteniendo la coincidencia entre la flecha Norte y aguja imantada (roja),
será la flecha de dirección la que nos indique el camino.
Recomiendo buscar varias referencias reales y trazar rumbos distintos por si
acaso, tal como se practica en el ejemplo “equis”.
Si no lo sabemos:
Para proceder, seguiremos el mismo principio que se usa en pueblos y ciudades
como podría ser “el cruce de calles”.
En medios naturales haremos “lo mismo” siguiendo los siguientes pasos:
1. Deberemos localizar dos puntos en el mapa que sean fáciles de localizar en
la realidad, podrían ser dos montañas por ejemplo.
2. Con la brújula mediremos el rumbo a una de las montañas.
3. Manteniendo ese rumbo, pondremos la brújula en el mapa de modo que
una de las esquinas superiores coincida con la montaña, y trazaremos una
línea recta siguiendo “la regla”.
4. Repetiremos el mismo procedimiento con el otro punto de referencia.
5. Nuestra posición en el mapa será justo donde se cruzan las dos líneas.
A este procedimiento se le conoce como triangulación.
Antes de terminar con toda esta lección sobre orientación, debo decir que sin
duda una de las mejores alternativas para estar seguro en la montaña es la
adquisición de un GPS. El uso de mapa y brujulas siempre será necesario en
caso de que nuestro GPS se quede sin batería trás largas travesías en las que no
se dispone de electricidad ni pilas para recargarlos pero, tener uno siempre va a
ser recomendado por cualquier profesional.

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