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LA MIGRACIÓN INTERNACIONAL Y LA CONFIGURACIÓN DE LAS

COMUNIDADES TRANSNACIONALES: DESAFÍOS PARA EL


ESTADO NACIÓN.222222

Introducción

La migración internacional y su estudio, implica analizar procesos que son marcados


por elementos multifactoriales La consolidación de redes comunitarias es uno de los
elementos que van de la mano con la migración internacional, ya que configuran un
sistema de intercambios que cruzan las fronteras políticas y que definen la política
internacional. La configuración de las comunidades transnacionales revela una
continua transformación no solo por los procesos de la globalización que las afectan,
sino por la influencia de actores como la sociedad civil u organizaciones no
gubernamentales.
Este ensayo se centra en el análisis de la construcción de los espacios
transnacionales y de las comunidades que dentro del marco de la migración
internacional han cuestionado la concepción del modelo estato céntrico, así como
del trabajo de incidencia de las organizaciones que acompañan y defienden los
derechos humanos de los sujetos migrantes.
En este punto se destaca la importancia de la migración internacional como
objeto de estudio, ya que es fundamental para interpretar los cuestionamientos que
surgen a partir de la configuración de las comunidades transnacionales en su
vínculo con el Estado Nación tradicional.
La hipótesis de este trabajo es: Las comunidades transnacionales cuestionan
al Estado Nación a través de las nuevas formas de organización política y códigos
culturales que emanan de estas, ya que chocan con los preceptos tradicionales del
orden estato céntrico. Así, las comunidades transnacionales reivindican, por su
mera existencia, la función del Estado – Nación de contener el monopolio de la
violencia física legítima (Weber, 2005)
Entonces, ¿Cómo se cuestiona al Estado Nación por medio de las
comunidades transnacionales?, ¿cómo se configuran las comunidades
transnacionales? y ¿por qué la migración internacional es un factor importante para
explicarlo?
La explicación de estos fenómenos y su comportamiento en la esfera
internacional se manifiestan por medio de situaciones que se están dando al interior
de los Estados; sin embargo, tiene también efectos al exterior de ellos.
Basta con apuntar a dos variables que nos servirán de guía para esclarecer el
surgimiento de este fenómeno y como cuestionan el concepto tradicional de estado
- Nación: la identidad y la violencia.

Para esto es necesario revisar las condiciones en las cuales se configuran


las comunidades transnacionales con respecto a la migración internacional, sus
características, en qué contexto nacen y las relaciones que los migrantes
internacionales crean a través de vínculos específicos.
También explora los conceptos básicos del Estados – Nación de la frontera y la
ciudadanía.

Marco Teórico - Conceptual

La mira central de este análisis está enfocada en una perspectiva


transnacional. Será necesario plantear los parámetros que sirvan de ejes
conceptuales para la interpretación del trabajo y su lectura, así como hacer una
distinción sobre los términos usados, ya que su aplicación puede variar
dependiendo de la aproximación.
Lo transnacional es “un proceso mediante el cual los migrantes forjan y
sostienen relaciones sociales que vinculan sus sociedades de origen y destino”
(Faist, Fauser y Reisenauer 2013)
Thomas Faist, Margit Fauser y Eveline Reisenauer escriben en Transnational
Migration que los migrantes construyen espacios que trascienden las fronteras
geográficas, políticas y culturales. En esta investigación es importante enfatizar
(utilizando el bagaje conceptual de los autores) que el término de transnacionalismo
pone en conflicto las ideas de ‘Estado’ y ‘nación’. Entendemos como ‘Estado’ a las
unidades territoriales del mundo y a ‘nación’ a los colectivos sociales. Para hacer
una ubicación exacta del término, es necesario mencionar que el Estado, según
Max Weber (2005), cumple con la función de tener el “monopolio de la violencia
física legítima”, pues es el único que tiene el privilegio de hacer cumplir la ley. A
pesar de esto, las comunidades transnacionales desafían el uso de la fuerza que
las constriñe por rebasar las fronteras establecidas.
El uso de la fuerza y la contención al interior de los Estados limita y segrega,
pero esto se ve trastocado por la naturaleza de las comunidades transnacionales.
Por otro lado, la migración transfronteriza conecta las unidades territoriales a nivel
global. El Estado - Nación, como nivel de análisis o forma de organización política,
se conforma de dos conceptos que no necesariamente deben coincidir. Como, por
ejemplo, la creación del Estado de Kuwait o la población del Kurdistán, repartida en
diversos Estados.
Es necesario aclarar, que el Estado y el uso legítimo de la violencia se ejerce
dentro de los límites territoriales, y que a través de las normas y reglas ejercidas
hacia la población es donde se contiene su legitimidad.
La condición transnacional de los migrantes implica un profundo efecto en la
concepción tradicional del Estado - Nación.
En un recorrido teórico sobre el transnacionalismo, Federico Besserer (1999)
posiciona a las comunidades transnacionales como “fenómenos que rompen con la
unidad estado soberano / sociedad civil, y que en sí mismas expresan el fin del
Estado – Nación.”
Besserer (1999) también plantea distintas nociones y definiciones con
respecto a las comunidades transnacionales que son entendidas como un resultado
de la construcción de la nación o como comunidades que se consolidan en un
‘desvanecimiento’ del Estado Nación. Aquí más que un desvanecimiento del
Estado, podríamos habar de un desvanecimiento de las funciones, alcances y
supuesto del Estado. Así como su capacidad de cobertura, es por esto, que más
que un cuestionamiento, se recalca el desafío al Estado Nación moderno por el
surgimiento de las comunidades transnacionales.
Algunos de los planteamientos de Besserer sobre las comunidades
transnacionales y sobre cómo superan el momento histórico del Estado se basan
en nociones económicas y sus transformaciones, pero los modelos económicos que
los regulan han cambiado. El fin del tratado Bretton Woods generó cambios en estos
modelos, que pasaron de estar centrados en el Estado Nación a uno supranacional.

“El fin del tratado Bretton Woods ha iniciado la formación de un régimen de


regulación supranacional que ha reformulado el sentido mismo de los
recursos y poblaciones a nivel local de una manera diferente a la que el
régimen nacional lo ha hecho hasta ahora.” (Besserer 1999)

Esta contradicción se encuentra en la sola existencia de la migración internacional,


ya que pone en jaque el control del Estado en sus fronteras.
La transformación de territorio, espacio y tiempo han permeado y transformado los
sistemas económicos creando espacios de poder transnacionales a partir de
procesos globalizadores. (Besserer 1999) En estos espacios se consolidan, y se
tejen relaciones que transforman percepciones sobre la realidad y la cotidianidad
que aterrizan en lo local. Las sociedades van experimentando múltiples
transformaciones, a la vez que los Estados se debilitan y fortalecen: “La
construcción y debilitamiento son polos de un mismo péndulo en donde oscila la
realidad contemporánea de los Estados nacionales” (Neira 2009)

Fronteras

Como se menciona anteriormente el Estado y el uso legítimo de la violencia


se ejerce dentro de los límites territoriales, las fronteras responden a un territorio
delimitado. Esta parte es crucial para entender cómo funciona el surgimiento de las
comunidades y como rebasa los límites territoriales, es decir, las fronteras.
Estas reflexiones invitan a un debate sobre la conceptualización de las
fronteras. Si hablamos de Estado hablamos también de unidades territoriales
delimitadas. Yerko Castro Neira se refiere a las fronteras como instituciones, con
funciones políticas:

“Dadas las condiciones actuales de transnacionalización y globalización de


las redes sociales, políticas y económicas, las fronteras han adquirido una
renovada e inusitada fuerza, están ahí delimitando sujetos y sentimientos,
separando y segregando, corriendo de la mano con procesos de racialización
y exclusión social.” (Neira, 2009).

Lo anterior demuestra que existe una tensión entre los procesos de


globalización y el establecimiento de fronteras. Por un lado, la frontera segrega y
establece límites entre sujetos, por otro lado, permite que estos mismos establezcan
resistencias. (Neira, 2009) Así, el concepto de territorio se incorpora a la reflexión
sobre transnacionalismo porque hace más complejos los procesos de migración y
les otorga una importancia material y una simbólica, colocándose en el centro del
debate sobre la construcción de una comunidad transnacional.

Ciudadanía

Así como el territorio es importante para entender cómo funciona el ejercicio


de poder de los Estados hacia dentro, la ciudadanía es la forma en la que se
instrumentaliza el ejercicio del poder, es una forma en la que la población queda
sujeta al Estado por medio de una membresía.
La ciudadanía gira en torno a la normatividad y al quehacer político del
Estado. La relación entre Estados y ciudadanos es conceptualizada como si las
actividades políticas de los ciudadanos fueran estrictamente contenidas dentro de
los confines territoriales de sus estados nación (Faist, Fauser y Reisenauer 2013)
lo cual excluye a las actividades transfronterizas de los emigrantes e inmigrantes de
un Estado particular. En los procesos migratorios se construyen nuevas formas de
ciudadanía. Es aquí donde el espacio, el territorio, y la pertenencia se cruzan.
El cuestionamiento sobre membresía, derechos políticos y deberes en este
trabajo se sitúa sobre el concepto de ciudadanía. Así, la perspectiva transnacional
permite observar la red transfronteriza con más detenimiento y analizar la
posibilidad de pertenecer a una trascendencia nacional y a una comunidad política
sin estar donde en una localidad específica o viceversa.
La ciudadanía es un concepto normativo y político que posee tres elementos:
la libertad política equitativa, derechos y obligaciones y afiliación colectiva. Pero,
también, la ciudadanía implica el sometimiento del poder del Estado. (Faist, Fauser
y Reisenauer 2013)
Sin embargo, al pertenecer a una comunidad transnacional se tienen
conexiones que trascienden las fronteras de los Estados Nacionales. El impacto de
la migración en las comunidades indígenas de México, por ejemplo, ayuda a
aterrizar este análisis en lo local y extenderlo.

La migración internacional y las comunidades transnacionales.

Las comunidades transnacionales nacen en un contexto donde los fenómenos


migratorios exponen la conexión que crean los migrantes internacionales entre ellos
y el impacto de estos nuevos vínculos comunitarios en el orden estatocéntrico.1
La perspectiva del transnacionalismo explica los vínculos que mantienen los
migrantes desde los países receptores con sus lugares de origen y la forma en la
que estas comunidades se construyen a través de las fronteras. El lente
transnacional sostiene que es fructífero mirar cómo las diversas formaciones y sus
prácticas sociales, a través de las fronteras de los Estados y de todo el mundo,
están vinculadas entre sí a través de intercambios; intercambios que nacen
mediante la movilidad de las personas, es decir, la migración.

1El orden estatocéntico como paradigma donde el Estado Nación es el actor fundamental
en las Relaciones Internacionales.
La migración se ha estudiado desde diferentes perspectivas teóricas, según
Joaquín Arango (2003). La pregunta principal sobre la migración se ha situado en
por qué la gente emigra y se traslada a otros lugares. Sin embargo, esta pregunta
no es suficiente para explicar la movilidad de los migrantes.

Además de los factores sociales y culturales. Es obvio que la explicación


de esta movilidad limitada tiene que buscarse en el terreno de la política,
más concretamente en el papel crucial que desempeñan los Estados.
(Arango, 2003)

El papel que desempeñan los Estados tiene que ver con las políticas nacionales y
los esfuerzos por ‘contener la problemática’ de la migración entre países. A pesar
de esto, es importante considerar que la problemática en realidad radica en que el
tema de la migración sea abordado en el marco de la soberanía de los estados, y
no como algo que compete a más de y que debe ser aterrizado a lo local al mismo
tiempo. Es por eso que la correcta interpretación de la migración, y los procesos
que la circunscriben brindan un marco adecuado para poder abordar el
transnacionalismo.
La importancia y la complejidad de estos procesos competen a una gran
variedad de actores internacionales, lo nuevo de la propuesta de las comunidades
transnacionales radica en los “eventos de carácter global que en las últimas
décadas masifican los movimientos geográficos entre las circunscripciones
nacionales.” (Díaz 2015)
Los factores que están involucrados en los procesos migratorios no solo
poseen una competencia a nivel estatal; cuentan con múltiples factores y variables
que no solo se ubican en un espacio geográfico específico, sino que son
transnacionales. (Urbano 2015)
Es decir, no solo se basan en motivaciones económicas, sino en la
temporalidad y la movilidad.
Es importante considerar la participación de la persona migrante como parte
fundamental de los procesos de construcción de comunidades y de cómo esta
persona se ve inmersa en diferentes contextos y prácticas. Sin embargo, ‘no todos
se encuentran involucrados en prácticas transnacionales o participan de forma
activa en las comunidades de acogida’ (Faist, Fauser, & Reisenauer, 2013). Por ello
no todos los migrantes se consideran transmigrantes. 2
Para Bedoya Díaz (2015), los asuntos económicos que la globalización trae
consigo tampoco no son suficientes para explicar la totalidad del fenómeno
migratorio. Los intercambios comerciales son básicamente multilocales, requieren
de movilidad para poder establecerse en diferentes partes del mundo, y el valor
comercial de los objetos cambia con respecto a su ubicación geográfica.
Casi como un efecto contrario están las barreras que se levantan como parte
de políticas migratorias violentas para favorecer el intercambio comercial. ¿De qué
sirven los grandes intercambios comerciales si las personas no pueden moverse a
través de las fronteras nacionales? Sobre esta reflexión, Bedoya Díaz apunta: “El
aumento de comercio y la prosperidad mundial no comprende mayores facilidades
para migrar.” (Bedoya Díaz 2015, 374)
Es decir, los beneficios del libre comercio y la globalización no comprenden
al migrante, ya que se le impone “acciones selectivas” y de riesgo.

Las teorías de migración no solo son para evaluar el volumen de las migraciones y
sus flujos. Hay que tomar en cuenta las formas en las que los migrantes se sujetan
a estas políticas. Las políticas migratorias y el flujo migratorio entre Estados Unidos
y México han definido las condiciones de la residencia legal de los migrantes, las
políticas migratorias fueron la clave para que las comunidades transnacionales
actuales se constituyeran (Velasco, 1998).
Estas nuevas configuraciones, que se generan a partir de la migración
internacional, hacen que las personas se vean involucradas en más de un sistema
político y social, cuando en realidad no están en dos lugares a la vez, sino que

2
Los transmigrantes son los inmigrantes que establecen campos sociales vinculando a
países de origen y de destino, además establecen conexiones a través de las fronteras.
Sus identidades públicas están configuradas en más de un estado – nación. (Schiller
1992, 1)
forman parte de una sola comunidad de individuos que no comparten una misma
geografía.
Anteriormente se mencionaba que la globalización, y los movimientos en el
mercado internacional no son suficientes para comprender la dimensión del
fenómeno migratorio. Es importante mencionar que existen contradicciones entre la
formación de las comunidades y la globalización. Neira (2005) explica como las
comunidades son la respuesta de las personas a los procesos globales, pero ¿qué
papel juega lo local cuando se habla de las comunidades?

Las migraciones internacionales se intensifican en un sistema capitalista, no se


pueden comprender fuera del orden global actual. (Velasco 2011, 376) Es por eso
que la globalización, y la acumulación capitalista flexible son fundamentales para
comprender estos procesos.
‘En los discursos acerca de la globalización suele equipararse lo global con
el espacio, el capital y la capacidad de actuar, mientras que lo local se asocia con
el lugar, el trabajo y la tradición.’ (Neira 2005).
Es decir, existen definiciones sesgadas del vínculo entre la globalización y lo
local, cuando en realidad, en los procesos de globalización las comunidades siguen
manteniendo vínculos fuertes con sus lugares de origen. Es decir, la globalización
se entiende más profundamente cuando se mira desde lo local. Hay muchas
vertientes en los análisis sobre las comunidades transnacionales, pero lo que es
certero es cuando se establecen desde una localidad específica hacia fuera.
La formación de las comunidades transnacionales aporta iniciativas que para
el transnacionalismo se basan en el cambio de la configuración de las relaciones
geográficas y sociales de los migrantes. En este sentido, se puede determinar que
las aportaciones del transnacionalismo son fundamentales para poder conocer y
evaluar el comportamiento de los flujos migratorios tomando en cuenta las
estructuras sociales, las dimensiones y contextos culturales de las comunidades. La
comunidad internacional y su construcción tienen que ver con estos
comportamientos y sus interacciones con los lugares de origen y de destino. En el
surgimiento de las comunidades transnacionales, la soberanía nacional se
encuentra limitada. Al cuestionar las fronteras el debate se dirige hacia el territorio,
el cual también es cuestionado. ¿Es el territorio nacional como único espacio del
ejercicio de una ciudadanía?

La ley y la violencia

Soledad Álvarez Velasco (2011) en “Frontera Sur Chiapaneca: El muro humano de


la violencia” expone a un Estado depredador que, aunado con las políticas de
exclusión, han mermado la situación de los migrantes al cruzar la frontera por el
estado de Chiapas. La historia de la violencia estatal y social que es ejercida hacia
los migrantes en la frontera chiapaneca es uno de los factores que ponen en tela de
juicio el papel del Estado – Nación.
El análisis que Velasco (2011) ofrece sirve para ahondar en el entendimiento
de la violencia en una dimensión política:

“Dentro de la dimensión política de la violencia se incluyen las formas de


agresión física o verbal y el terror derivado de la represión, la tortura o la
resistencia armada, así como la instrumentación de ciertos órdenes y
regulaciones de autoridades oficiales, policía o ejército, o de cualquier
grupo o movimiento opositor” (Velasco 2011, 376)

Sobre la instrumentación de ciertos órdenes y regulaciones de autoridades oficiales,


es importante apuntar al hecho de que la dimensión política está siempre presente,
y no se puede analizar sin tomar en cuenta que se da dentro de un proceso de
legitimidad por las formas en las que el Estado somete a la población a su poder.
Para la autora, este proceso de legitimidad está vinculado con relaciones jerárquicas
y de poder.
La discusión hace que se distinga la función de contención del Estado, el
cual, para legitimarse, utiliza la fuerza.
¿Qué justifica que el Estado a través de las instituciones de gobierno y su
normatividad ejerza el monopolio de la fuerza hacia lo que este fuera de sus
márgenes? La respuesta a esta pregunta está en “la clara dicotomía entre lo estatal
y lo extra estatal, lo legitimo y lo ilegitimo, lo legal y lo ilegal, lo formal y lo informal”
que “es construida e incluso mantenida como parte fundamental de la constitución
del Estado” (Velasco 2011, 378).
Aquí, podemos hacernos dos preguntas:

¿A qué responde el Estado cuando se ve amenazado?


¿Cómo se define a los migrantes como amenaza a la seguridad del Estado?

La dicotomía establece que lo que esta fuera del estado (lo extra estatal) es definido
por el mismo orden estatal. El Estado divide lo legal de lo ilegal, y esto es difuso,
difícil de percibir. Aunque parezca que estas definiciones son tangibles, lo real es
que son categorías conceptuales. (Nordstrom, 2004, 85)
La violencia que ejerce el estado es normalizada a partir de que esta línea difusa se
crea en la delimitación de lo ilegal y lo legal, con la creación de normas y reglas que
‘refuerzan y guardan justicia’ (Velasco 2011, 379)
Los migrantes indocumentados, caen en este vacío generado por las
limitaciones que guardan ambos conceptos, ya que están relacionados con una
amenaza y con la ilegalidad, y que justifica las acciones que llevan a cabo los
gobiernos que reproducen, legitiman e incluso, institucionalizan formas de violencia.
Las políticas migratorias, lejos de que sean un asunto interno, dependen de
la histórica relación con el vecino del norte. (Velasco 2011, 382). Gracias al Tratado
de Libre Comercio de América del Norte, México se ubicó como socio estratégico
de Estados Unidos:

“México quedo englobado materialmente dentro de los intereses


geoestratégicos de Estados Unidos dejando nuestra soberanía nacional
subordinada desde una perspectiva pragmática, a la doctrina de seguridad
de Estados Unidos; con ello nuestra supuesta autonomía respecto a la
política de control de las regiones y la política de relaciones exteriores con
Centroamérica se limitan por dicha subordinación” (Muñoz 2009, 63)
El concepto de “ilegalidad” del migrante provoca una criminalización generalizada
por el hecho de no tener documentos que acrediten su estancia legal en el país.
Esto causa que los migrantes sean tratados como delincuentes, y sean objeto de
discriminación.
Como ejemplo de las políticas tradicionales en México en materia migratoria,
podemos tomar dos momentos históricos, los atentados del 11 de septiembre de
2001 con la administración George W. Bush en Estados Unidos y Vicente Fox en
México, junto con la implementación de la Iniciativa Mérida (2008). Ambas trajeron
el aumento del control fronterizo y los programas de seguridad se incrementaron,
“al igual que la violencia 'legítimamente' ejercida en contra de los migrantes
indocumentados y de contener la amenaza migratoria” (Velasco 2011, 383).

Conclusión

A través del presente texto, se condensaron algunas impresiones que transforman


y cuestionan al Estado – Nación desde dos variables: el de la identidad y el de la
violencia ejercida hacia el migrante. De estas desprenden varias aseveraciones que
nos conducen a responder las interrogantes al inicio de este trabajo. Es a través de
las comunidades transnacionales, que se demuestra que las luchas locales del
migrante por el reconocimiento de sus intereses, aún en ausencia de sus derechos
formales, (esto por radicar en un lugar que ‘no lo vio nacer’) se pueden reivindicar,
y a la vez generar nuevas formas de pertenencia que no caben dentro de la idea de
ciudadanía del Estado Nación.
Las puertas que se abren a partir de este trabajo se encuentran en la construcción
de una ciudadanía desde abajo, o desde lo ‘local’ cuestionando el entorno
construido alrededor del orden estatocéntrico.
A la vez, también existe una contradicción: El Estado mexicano, siendo responsable
de generar condiciones de exclusión y expulsión a través de políticas, reclama el
reconocimiento de derechos sociales y políticos para sus emigrantes, a la vez
genera políticas que dificultan el libre tránsito y que violan sus derechos humanos.
Es importante que se tomen en cuenta el papel de las instituciones
gubernamentales, y como cooperan para estos sucesos. Repensar la ciudadanía
como una ciudadanía incluyente y la reivindicación de las tantas identidades que
albergan este país implica el reconocimiento del migrante como un actor político
importante en ejercicio de sus derechos humanos en cualquier sitio, en cualquier
país y por encima de los marcos legales estatales.

Los fenómenos migratorios y su estudio son necesarios para explicar las


condiciones de membresía y de ciudadanía hacia un Estado particular, dado que
también dislocan conceptos para re pensar la ciudadanía y los derechos cuando los
sujetos migrantes que atraviesan fronteras conmueven el marco de garantía de esos
derechos dados por los Estados-nación. ¿Por qué la migración implica la perdida
de igualdad ciudadana?

A modo de reflexión final, las comunidades transnacionales y su


configuración nos dejan ver dos aspectos importantes: Por un lado, no pueden
configurarse sin la existencia del Estado Nación y por otro se consolidan más allá
de este haciendo una presión sobre la idea de soberanía; las dos caras de una
misma moneda. El Estado Nación es atravesado por una serie de flujos socio
espaciales y socio económicos que muchas veces pueden resultar contradictorios,
como efecto de la globalización misma. A pesar de esto, son las fronteras y su
demarcación política las que fomentan estos múltiples intercambios que la ponen
en tela de juicio.
Las relaciones entre los Estados y sus ciudadanos no necesariamente están
contenidas dentro de los confines territoriales de un Estado Nación.
La perspectiva transnacional implica nuevas formas de abordar los problemas con
respecto a la migración internacional y también obligan a repensar y a considerar
nuevas formas de organización a través de las fronteras, tanto así que la
configuración de las comunidades transnacionales, en particular las indígenas, y su
naturaleza son de suma importancia para entender los procesos por los cuales
convergen la identidad y el territorio.
Para concluir, se recapitula y se abren nuevos campos de investigación.
Podemos darnos cuenta de los siguientes hallazgos, las comunidades
transnacionales y las nuevas formas de organización que emanan de ellas, son
posibles gracias a dos factores importantes: una es la cuestión de rebasar las
fronteras y la segunda es la forma en que se consolidan procesos de organización
comunitaria que responde a localismos específicos como es el caso en Chamula.
Les permite ejercer ciudadanía, en base a una estructura organizativa, a pesar de
la violencia ejercida por el estado de forma ‘legítima’

Lo anterior, les permite establecer lazos de solidaridad, entre México y


Estados Unidos, y la capacidad de incidir políticamente en ambos lugares.
Permite reformular nuevas formas de ciudadanía, las nuevas configuraciones
sociales y territoriales inspiran a nuevas estructuras sociales para que personas que
deciden migrar hacia estados Unidos tengan más facilidades y las familias puedan
re encontrarse.

Bibliografía

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