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El Precedente en El Derecho Ingles Rupert Cross y J W Harris P 153 164 PDF
El Precedente en El Derecho Ingles Rupert Cross y J W Harris P 153 164 PDF
HARRIS
EL PRECEDENTE
EN EL DERECHO INGLÉS
Traducción de
na Angélica Pulido
Marcial Pons
MADRID J BARCELONA BUENOS AIRES
2012
EREXI40 INGLÉS
istrale's C'ourts
de obligados a
las decisiones
Delaciones.
irt no está vin-
pie, cuando se
deberá ser re-
viento ha sido
21 mismo parte
3. seguir las de- CAPÍTULO IV
isiones pueden EXCEPCIONES AL STARE DECISIS
o.
aun, iribinia(s)
ikntrt en ejerci-
confiere a los
ter apelaciones 1. INTRODUCCIÓN
le retira dicha
ces este último Una de las razones por las cuales consideramos que las anotaciones preli-
r los jueces de minares que hicimos en el capítulo I en relación con las reglas del precedente
De otra parte, son poco precisas es que, salvo en lo que se refiere a la Cámara de los Lores,
ter apelaciones en las mismas no se hace referencia a las excepciones de la regla del stare
decisis. El objetivo del presente capítulo es analizar dichas excepciones.
alidad legal, los
lento sea cal ifi- Debe precisarse que dichas excepciones han venido variando a lo largo
del tiempo, ya que el .stare decisis ha sido la regla general en Inglaterra du-
- los tribunales rante un largo periodo. En todo caso, consideramos conveniente comenzar
mente son pu- haciendo referencia a los planteamientos de Sir William HOLDSWORTH sobre
:ales, pero con
el tema para posteriormente examinar el concepto de °cernir/lig (derogar o
tricta del stare dejar sin valor un precedente) que es esencial para un apropiado entendi-
miento del resto del capítulo.
de manera ab-
&1n Depactnieni Histcey of Engin!? Low, XII, 160. Las opiniones discutidas en este texto fueron originalmente
formuladas en LOR, SD (1934), 160 s.s. Dicho articulo es reproducido en History of English Lao.
X14 146162.
153
RUPERT CROSS Y 1 W FIAREIS EL PRECEDENTE EN EL DERECHO 1NG
) Supra, p. 49.
1 (1859) 5 H y N. 1, 5,
154
IV EXCEPCIONES AL STARE DECTSIS
efecto, algunos jueces del siglo roan otorgaban mayor importancia a los prin-
cipios que a los precedentes, aunque debe precisarse que ellos enfatizaban
en el principio precisamente cuando no existía un precedente aplicable 4, e
incluso hoy en día es frecuente que los jueces acudan a amplios principios ge-
nerales sin basarse en un determinado precedente, o que se refieran a princi-
pios que no pueden ser alterados por una decisión judicial, como ocurrió por
ejemplo en el caso Johnston v. O'Nei11 4, en el cual Lord DUSEDIN manifestó:
,,Sostener que uno de los postulados fundamentales de la propiedad real pue-
de ser cuestionado simplemente porque el mismo no ha sida establecido en una
decisión de la Cámara de los Lores, en mi opinión significa dotar a los pronun-
ciamientos judiciales de esta Cámara de una autoridad de la cual no están inves-
tidos. Por lo general el ABC del Derecho no se somete a decisión de los miembros
de esta Cámara precisamente porque es el ABC».
Por lo demás, cabe señalar que estos principios surgen de las fuentes
más heterogéneas. Como sugiere el fragmento anterior, los mismos pueden
provenir de raciones deridendi que no son vinculantes para el tribunal que
examina un caso, o de dicta judiciales, o de afirmaciones contenidas en obras
jurídicas, o de máximas del Derecho romano y del Derecho canónico, o prin-
cipios de moralidad comúnmente aceptados, Cualquiera que sea su origen, el
hecho de que tales principios sean reconocidos de manera reiterada por los
tribunales tiene importantes consecuencias en el problema de la definición
del Derecho que se discutirá brevemente en el capítulo VII.
Es claro que el concentrarnos en el precedente resulta inevitable en una
obra referida especificamente a dicho tema, pero ello no debe ser entendido
por el lector como indicativo de falta de sensibilidad hacia la importancia de
tales principios por parte de los autores. Lo que sucede es que es altamente
improbable que un juez inglés contemporáneo se niegue a seguir una deci-
sión que le es vinculante según las reglas del precedente, argumentando que
la misma es contraria a los principios.
Finalmente, cabe señalar que para HOLDSWORTI-I las últimas dos reservas
mencionadas permiten a los jueces, dentro de límites bastante amplios, elegir
o rechazar los precedentes antiguos, y de esta forma lograr que el Derecho se
adecue a las modernas circunstancias. En todo caso, parecería que ninguna
de tales reservas es reconocida en la actualidad, básicamente por las razones
expuestas en relación con cada una de ellas.
La famosa afirmación de Lord MANSFIELD según la cual «el Derecho es una extraña ciencia
que se basa sólo en los casos», fue formulada precisamente para responder al argumento de que no
existía ningún precedente que se refiriera al punto debatido [Tones y Randall (1774) Loft. En 3851
11911I AC 552 a 592.
RUPERT CROSS Y I W. HARRIS EL PRECEDENTE EN EL DERECHO INGLÉS
jerárquicamente superior a aquél que decidió el caso previo que resulta in-
validado.
Es posible que se deje sin valor un determinado caso de manera implícita
o explícita. No hay nada particularmente nuevo que decir en relación con la
invalidación explícita ya que, si un tribunal que tiene el poder para invali-
dar o derogar un caso A, manifiesta en un caso B que ha decidido derogar
o invalidar el caso A, entonces la ratio decidendi del caso A inmediatamente
deja de tener autoridad alguna, por lo menos en relación con la doctrina del
precedente. Parafraseando una metáfora de Lord DLINEDIN, dicho caso A es
«borrado del mapa» completamente, y en consecuencia, si ello ocurre, la
sentencia del caso A podra tener un gran valor histórico, e incluso contener
dicta que puede citarse en un caso posterior, pero de ninguna manera podrá
ser citado como autoridad para la proposición jurídica que constituía su ra-
tio decidendi.
En relación con la posibilidad de invalidar implícitamente un preceden-
te, lo primero que debe precisarse es que la misma es una posibilidad sur-
gida en la práctica judicial reciente. En efecto, en 1922 el Tribunal de Ape-
laciones decidió seguir y aplicar uno de sus propios precedentes, aunque el
mismo era abiertamente inconsistente con el razonamiento de una decisión
posterior de la Cámara de los Lores, y decidió seguirlo, argumentando que
la decisión del Tribunal de Apelaciones no había sido invalidada expresa-
mente. Solo hasta 1944 la Cámara de los Lores reconoció dicha posibilidad
al examinar la decisión dictada por el Tribunal de Apelaciones en el caso
Young v. Bristol Aeroplane Co., en el cual la invalidación implícita era un
tema esencial.
En este mismo sentido se pronunció la Cámara de los Lores en 1949,
cuando afirmó que una decisión de la Crown Cases Resenied había sido im-
plícitamente derogada por la Cámara de los Lores. Sobre el punto, Lord
Gontmén en SU VOTO manifestó:
«Sin importar si un caso ha sido expresamente invalidado o no por una deci-
sión posterior del tribunal que es la última instancia de recurso, si, por la manera
en que dicho caso fue tratado o porque los hechos fueron mirados de una manera
totalmente diferente por dicho tribunal, resulta evidente que el mismo considera
que tal caso fue decidido equivocadamente, en mi opinión esta Cámara debe en-
tender que dicho caso fue invalidado o derogado sin importar si dicho tribunal
no dijo de manera explícita que dejaba sin valor dicho caso» 7
Por demás, pueden surgir intrincados problemas cuando la Cámara de
los Lores afirma que un caso se decidió equivocadamente por el Tribunal de
Apelaciones, aunque ello no era necesario para resolver el asunto bajo exa-
men. Un ejemplo de este tipo de situación lo encontramos en el caso Williams
and Giyn's Bank Ltd. v. Boland, en el cual se hizo referencia a Cedar Holdings
Ltd. v. Green.
6 Consett Industrial & Provident Society v. Consett /ron Co. Ltd.11922] 2 Ch. 135.
7 R. y. Porter [1949] 2 KB 128 a 132.
156
IV. EXCEPCIONES AL STA RE DECÍSIS
Dado que estos dos casos versaban sobre la interpretación de las dos
disposiciones legales diferentes, la decisión adoptada en ambos casos bien
podría mantenerse simultáneamente sin contradicción lógica y podría ser
sostenible desde el punto de vista de las políticas públicas. Sin embargo, de
acuerdo con lo establecido en el caso Cedar Holdings, los derechos del esposo
no podían haber sido transferidos mediante el acto realizado. Dicha modi-
ficación de la doctrina fue rechazada en el caso Boland. Como resultado de
lo anterior se ha venido sosteniendo que actualmente la regla vigente es la
contraria a la primera regla establecida en el caso Cedar Holdings '°, mientras
que la fuerza vinculante de la segunda regla allí establecida no se vio afecta-
da por Boland ".
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RUPERT CROSS Y J. IV. HARRIS EL PRECEDENTE EN EL DERECHO INGLÉS
[19501 P. 253-
L3 [19461P. 36-
" (1884) I Rol,. Ecc. 279.
15 [1948] AC 274.
158
Iv EXCEPCIONES AL STARS DECISIS
«La totalidad del fundamento que servía de base a la conclusión a la que llegó
el Tribunal de Apelaciones ha sido entonces desvirtuado, y en mi opinión, ello
implica que también la conclusión quedó desvirtuada, y por esa razón, quedó
abierta la posibilidad de llegar a una u otra conclusión » 16.
[1950] p. en 258.
Vid la nota del Prof J. L. MONTROSE en 17 MLR 462.
18 livenon Estates Ltd. v. Wearwell Lid (1975) Ch. 146, 161. Industrial Emperne(Barton HilD
d. v. Assoceuted Electrice, h2duetries Ltd. (1977) (AB 580, 599.
RUPERT CROSS Y J. W. HARRIS EL PRECEDENTE EN EL DERECHO INGLES
Aeroplane Co. Ltd. Otros jueces se han pronunciado con mucha menor clari-
dad frente a las decisiones rechazadas y frente al porqué del rechazo de las
decisiones que están «en conflicto»iy
De otra parte, cabe recordar que en la Declaración de Práctica (Practice
Statement) emitida en 1966 por la Cámara de los Lores no se habla de «dejar
sin valor» sus precedentes, sino que se habla de la posibilidad de «separar-
se» de una decisión previa cuando parezca correcto hacerlo, aunque en la
práctica, desde aquel entonces la Cámara ha venido usando con bastante
frecuencia el término «invalidar» y en realidad no existe mayor diferencia
entre «dejar sin valor» un precedente y «separarse» del mismo.
Daulia Ltd y. Millbank Ariuninees Ltd. (1978) Ch. 231.249-50 Buckley 1.1 251 Orr.
Ross-Smith v. Reos-Smith [19631 AC en 294, p. 31 supra.
11 [1968] AC 910.
22 [1972] AC 879.
23 [1942] AC 624. Aunque ello no viene al caso aquí, se discute que parte del voto de Lord
160
IV EXCEPCIONES AL STARE DECISIS
Reports se dice que tales dicta del caso Duncan y Canimell Laird Lid estaban
derogados, mientras que en el Repertorio denominado A1l England Reports,
se manifiesta simplemente que el caso Duncan v. Camine!? Laird Ltd. no fue
seguido.
E] otro precedente que nos permite ilustrar esta situación es el caso
,British Railwa y s Board v. Harrington. En dicho caso la Cámara de los Lo-
-res estableció una nueva regla en relación con la responsabilidad de los
'poseedo r e s de inmuebles por las lesiones sufridas por menores de edad al
Invadir una propiedad privada, siendo éste un tema álgido ya que se debatía
debía o no presumirse que los menores habían sido implícitamente au-
- rizados a entran En tal proceso fue invocado el precedente Robert Addie
d Sons (Collieries) Ltd. v. Durnbreck 2', en el cual la Cámara de los Lores
Í.bía considerado que no podía presumirse la existencia de una autoriza-
n implícita.
Después de la decisión del caso Herriogron quedó claro que si se hubiesen
. entado hechos similares, la decisión habría sido diferente. En tales cir-
tancias difícilmente podría estarse en desacuerdo con los comentarios
.rd R EID, quien manifestó:
«No me gusta usurpar las funciones del Parlamento, pero me parece que
.it4nemos que decidir si seguimos el caso Addie o si preferirnos regresar en el
rapo y modificar drásticamente las reglas establecidas en el caso Addie. Al-
os han sugerido que podemos realizar dicha modificación desarrollando la
a establecida en el caso Addie sin necesidad de invalidar ningún aparte de la
• taj an. En mi opinión eso es imposible. Se puede afirmar apropiadamente que
está desarrollando la regla establecida en un caso emblemático, pero ello sólo
, -puede hacer siempre que no llegue a decirse que el caso original fue decidido
forma equivocada, Y en mi opinión, cualquier desarrollo aceptable de la regla
blecida en el caso Addie necesariamente nos llevaría a concluir que si los
hos del caso Addie se presentaran hoy en día, el caso sería decidido de otra
a» 25.
obstante, la Cámara de los Lores consideró que esta cuestión era
blenaa purament e semántico. En efecto, Lord D IPLOCK en su voto
I AC 358
1 AC en 897 - 8.
34.
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RUPERT CROSS Y 3 W. HARRIS EL PRECEDENTE EN EL DERECHO INGLÉS
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1V EXCEPCIONES AL STARE DECISIS
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RUPÉRT CROSS Y J IV, HARRIS EL PRECEDENTE EN EL DERECHO INGLÉS
conocidas por los diferentes tribunales. A este respecto, y dado que en este
momento sería imposible enlistar taxativamente tales excepciones, debemos
advertir desde ya que necesariamente tendremos que concluir nuestro estu-
dio con algunos planteamientos genéricos.
Para una discusión más profunda a este respecto vid. J. W. HARRIS, «Towards Winciples of
Overr/ing— When should a final coma of appeal second guess?», OlLS 10 (1990), 135.
" E. L. °hiendan( and Co. GMBEI v Tradax Export. S. A., The Johann asiendo& (1974) AC 470,
" Sociedad Financiera de Bienes Ratees S. A. y Agrinwex Hungarian Trading Co. tror Agricultur
Products, The Aello (196I)AC 135.
/I (1976) AC 443.
" Re United Railways of Havana and Regla Warelronses Ltd. (1961) AC 1007.
I/ (1976) SLTR 21.
39 (1892) RHL 31 [reportado de manera más completa s. n. Word v. Gran, and .50 18
AC 5761
" (1980) AC 1148.
41 (1948) I Al/ ER 948.
" R. y Secretary of State for the Home Department, ex parte Khawaja (1984) AC 64.
R. v Secretary of State For the H01112 DepallInellt, ex parte Zamir (1980) AC 930.
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