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PERÍODO DE LATENCIA

Es una etapa del desarrollo psicosexual infantil, momento donde de la libido o energía
sexual se detiene y permanece en estado latente. Se inicia alrededor de los 6 años,
paralelamente con el final de la elaboración del complejo de Edipo.

Corresponde a una etapa del desarrollo donde la evolución de la sexualidad pareciera


hacer una pausa y culmina con la entrada a la pubertad, aproximadamente a los 12
años.

En esta etapa, la libido o energía sexual pareciera quedar inactiva, o latente,


disminuyendo el interés del sujeto por lo sexual. Depositándolo entonces en
actividades de carácter asexuadas.

Es en el período de latencia donde el desarrollo psicosexual del niño se dirige y se


centra en un desarrollo mental y afectivo. Esta etapa coincide con el inicio y los
primeros años escolares del niño.

Entre sus principales características, aparece la adquisición por parte del niño de una
autoestima; un sentimiento de pertenencia respecto al grupo de pares y ya no al de
los padres; apareciendo también la adaptación al juego reglado y al aprendizaje
escolar.

Es durante y hacia el final del período de latencia que el niño comienza a forjar las
características inherentes a su personalidad, las cuales exterioriza por medio de sus
comportamientos y conductas en relación a los otros, en este caso sus pares.

¿Cómo debe entenderse el período de latencia?

Es un momento en la vida del sujeto en el cual se producen importantes


transformaciones a nivel psíquico. Etapa del desarrollo donde el individuo se verá más
influenciado por el contexto que lo rodea, cobrando mayor relevancia que en etapas
o estadios anteriores.

En este período el sujeto desarrolla su intelecto, adquiere interés por el aprendizaje y


por las relaciones sociales.

La energía sexual, presente en todo el desarrollo psicosexual del niño, no


desaparece, sino, cae bajo la represión. El interés se vuelca ahora en las actividades
asexuadas.
La libido no se haya centrada en ninguna zona erógena del niño, no teniendo una
meta específica. Esto debe entenderse como el estado latente de la energía sexual,
característica principal del período de latencia.

Características principales

 En esta etapa, el lenguaje se vuelve el principal medio de comunicación y


de expresión.

 Hay un aumento en la producción de fantasías y del pensamiento reflexivo,


con el fin de coartar la satisfacción inmediata de los impulsos.

 Se constituye el Superyó (entendido como instancia psíquica componente


del aparato psíquico de todos los sujetos). El cual opera como una autoridad
que impone barreras éticas. Con su consolidación, aparecen los
sentimientos de autocrítica, de vergüenza o de pudor, entre otros.

 La sexualidad infantil se reprime.

 La cultura y el orden social cobran relevancia en este período, resultando


un posible canal mediante el cual el sujeto puede simbolizar o canalizar todo
lo que le pasa.

Subetapas del período de latencia

Dentro de este período, el cual abarca aproximadamente seis años en el desarrollo


del niño, pueden encontrarse dos momentos bien diferenciados, los cuales
corresponden a las transformaciones y progresos de la psiquis humana a lo largo de
todo su desarrollo.

Latencia Temprana

En esta subetapa del período de latencia, la psiquis no se encuentra todavía


desarrollada al cien por ciento. Su funcionamiento es débil, pues el control de los
impulsos todavía es inestable.

Lentamente, la represión de los deseos sexuales se va instalando y el psiquismo


empieza a reacomodarse.

Paralelamente el Yo (Instancia psíquica relacionada con la consciencia) se va


desarrollando y poco a poco la necesidad de satisfacción inmediata de los impulsos
se va demorando.
Esto podrá evidenciarse a través del comportamiento de los niños, quienes en su
accionar mostrarán conductas de postergación y control, principalmente focalizando
el interés en controlar su motricidad.

La actividad motriz empieza a desarrollarse y ponerse en práctica cada vez, por medio
de los juegos reglados y los deportes, que funcionan como reguladores de la misma
evitando sus desbordes.

Es en este período que los niños acceden al aprendizaje de la lectura y la escritura


mediante el ingreso al sistema escolar. Es frecuente la posibilidad de que el niño se
angustie y demande la presencia del adulto.

También es esperable en esta subetapa ver que los niños elijen juntarse con aquellos
de su mismo sexo, excluyendo a los del sexo opuesto.

En relación a la obediencia, aparecen conductas ambivalentes de acatamiento


y rebeldía. Pudiéndose evidenciar en ésta última un sentimiento de culpa el cual se
ha generado a partir de la génesis del Superyó.

El pasaje de la latencia temprana a la latencia tardía se produce alrededor de los 8


años de edad.

Latencia Tardía

Es en esta subetapa que aparecen las características propias del período de latencia.
Entre ellas, aparece un mayor equilibrio y más estabilidad entre las distintas instancias
psíquicas del aparato psíquico. Éste fue concebido por Sigmund Freud en su teoría
psicoanalítica del desarrollo de la personalidad y el desarrollo psicosexual infantil.

Es en este momento de la latencia, donde se consolida el desarrollo del Yo y del


Superyó (Instancias psíquicas componentes del aparato psíquico). Como resultado
de ello aparece un control más efectivo de los impulsos.

Se desarrollan el autocontrol y la autovaloración adquiridos a través de las


experiencias de logros y los reconocimientos y valoraciones por parte del entorno
familiar y escolar.

La autocrítica aparece de forma más severa, por lo que la autoestima suele verse
afectada y más vulnerable. El niño empieza a verse de una forma más realista,
reconociendo sus propias debilidades y fortalezas.
Al reconocer y diferenciar los distintos roles que desempeña en los diversos espacios
sociales de los que es parte, el niño adquiere una perspectiva de sí mismo más
integrada y compleja, afianzando su sentido de identidad.

Sumado a ello, va adquiriendo la capacidad para desarrollar distintas habilidades y


sentimientos, siendo conscientes de ellos.

Logra separar su pensamiento racional de sus fantasías. Y, como resultado de todo


ello, va generando huella en lo que serán sus rasgos de personalidad.

De este modo, el período de latencia puede describirse como una etapa del desarrollo
psicosexual del niño, que se caracteriza por la represión de la sexualidad infantil,
donde la libido permanece en un estado de latencia, mientras a nivel psíquico se
desarrollan las nuevas estructuras del psiquismo.

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