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COLOMBIA Y EL FALLO DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA

ARCENIO VELANDIA SÁNCHEZ

1. NATURALEZA Y COMPETENCIA GENERAL DE LA CORTE


INTERNACIONAL DE JUSTICIA.

Culminada la segunda guerra mundial, con la rendición de Japón el 15 de


agosto de 19451, y la aceptación de la Declaración de Potsdam2 firmada por
Estados Unidos, Reino Unido, República de China y la Unión Soviética, se
firmó la Carta de la Organización de Naciones Unidas, en la ciudad de San
Francisco, el 26 de junio de 1945.

Se profirió el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, el cual la consagra


como órgano judicial principal de las Naciones Unidas, y le asigna competencia
para resolver “(…) todos los litigios que las partes le sometan y (…) todos los
asuntos especialmente previstos en la Carta de las Naciones Unidas o en los tratados
y convenciones vigentes.

Precisa el Estatuto, que “(…) Los Estados partes (…) podrán declarar en
cualquier momento que reconocen como obligatoria ipso facto y sin convenio
especial, respecto a cualquier otro Estado que acepte la misma obligación, la
jurisdicción de la Corte en todas las controversias de orden jurídico que versen
sobre (…) la interpretación de un tratado; cualquier cuestión de derecho
internacional; la existencia de todo hecho que, si fuere establecido, constituiría
violación de una obligación internacional; y la naturaleza o extensión de la
reparación que ha de hacerse por el quebrantamiento de una obligación
internacional.

1
Se firmó el 2 de septiembre de 1945.
2
La conferencia de Potsdam fue una reunión llevada a cabo en Potsdam, Alemania (cerca de Berlín) entre el 17 de julio y el
2 de agosto de 1945 y que tuvo lugar en el Palacio Cecilienhof. Los participantes fueron la Unión Soviética, el Reino Unido y
Estados Unidos, los más poderosos de los aliados que derrotaron a las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial.
Los jefes de gobierno de estas tres naciones eran el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Iósif
Stalin, el primer ministro Winston Churchill1 (posteriormente Clement Attlee)2 y el presidente Harry S. Truman,
respectivamente. Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Potsdam. 7 de noviembre de 2013; hora:
06:30 a. m.

1
Establece el instrumento internacional, que la Corte de La Haya tiene como
función decidir conforme al derecho internacional las controversias que
le sean sometidas, a partir de la convenciones internacionales, sean
generales o particulares, que establecen reglas expresamente reconocidas por
los Estados litigantes; la costumbre internacional como prueba de una
práctica generalmente aceptada como derecho; los principios generales de
derecho reconocidos por las naciones civilizadas; las decisiones judiciales y las
doctrinas de los publicistas de mayor competencia de las distintas naciones,
como medio auxiliar para la determinación de las reglas de derecho, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 59 ibídem. Finalmente, la Corte puede
decidir, a partir del principio “ex aequo et bono”, es decir, de acuerdo con lo
correcto y lo bueno, si las partes lo convienen.

2. COMPETENCIA DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA


RESPECTO DE COLOMBIA.

La Carta de San Francisco, en su Capítulo XIV, artículo 92, estableció la


denominada Corte Internacional de Justicia como “(…) el órgano judicial
principal de las Naciones Unidas”, precisando que todos los Estados parte de
la Organización de Naciones Unidas, ipso facto son parte en el Estatuto de la
Corte Internacional de Justicia, y que cada Miembro de las Naciones Unidas se
compromete a cumplir las decisiones de la Corte Internacional de Justicia en
todo litigio en que sea parte.

Adicional a lo anterior, el artículo 94 del referido Convenio Internacional, prevé


que “(…) si una de las partes en un litigio dejare de cumplir las
obligaciones que le imponga un fallo de la Corte, la otra parte podrá
recurrir al Consejo de Seguridad, el cual podrá, si lo cree necesario, hacer
recomendaciones o dictar medidas con el objeto de que se lleve a efecto
la ejecución del fallo”.

Se suma a lo anterior, que el 30 de abril de 1948, durante el desarrollo de la IX


Conferencia Panamericana en Bogotá, se firmó el Pacto de Bogotá, conocido

2
como el “Tratado Americano de Soluciones Pacíficas”, el cual entró en vigor el
6 de mayo de 1949, tras haber sido ratificado por Colombia3, entre otros nueve
Estados, sin reservas.

El Pacto de Bogotá, en su Capítulo Cuarto, desarrolla el tema del


Procedimiento Judicial, y prevé en su artículo 31, que “de conformidad con el
inciso 2º del artículo 36 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, las
Altas Partes Contratantes declaran que reconocen respecto a cualquier
otro Estado Americano como obligatoria ipso facto, sin necesidad de
ningún convenio especial mientras esté vigente el presente Tratado, la
jurisdicción de la expresada Corte en todas las controversias de orden
jurídico que surjan entre ellas y que versen (…)” sobre la interpretación de un
Tratado; cualquier cuestión de Derecho Internacional; la existencia de todo
hecho que, si fuere establecido, constituiría la violación de una obligación
internacional; y la naturaleza o extensión de la reparación que ha de hacerse
por el quebrantamiento de una obligación internacional.

3. LA SENTENCIA DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA-


COLOMBIA VS. NICARAGUA.

Con fundamento en la competencia aceptada por Colombia, a partir de la


demanda presentada por Nicaragua en el mes de diciembre de 2001, la Corte
Internacional de Justicia, el 19 de noviembre de 2012, profirió el fallo4
correspondiente, delimitando frontera marítima entre Colombia y Nicaragua en
el mar Caribe sudoccidental, reconociéndole a Nicaragua, soberanía y
derechos marítimos desde las 200 millas náuticas contadas a partir de sus

3
“Tras el fallo de la CIJ en el litigio entre Colombia y Nicaragua, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció el
28 de noviembre de 2012 que el país que representa se retiraba del pacto de Bogotá, poniendo término a la jurisdicción de
la CIJ en eventuales demandas con otros países. 2 Ese mismo día, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza,
confirmó el recibo de la denuncia del tratado por parte de Colombia” Tomado de
http://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_de_Bogot%C3%A1. 7 de noviembre de 2013; hora 08:00 a. m.

4
Jueces: Tomka, Sepúlveda A., Owada, Abraham, Keith, Bennouna, Skotnikov, Cançado, Yusuf, Greenwood, Hanquin,
Donoghue, Mensah (ad-hoc), Orrego V. (ad-hoc)

3
costas; además reconoció la soberanía de Colombia sobre las aguas que
rodean las islas y cayos en disputa conforme a las 12 millas náuticas.

En consecuencia de tal decisión judicial internacional, el Estado colombiano


perdió soberanía sobre gran parte la zona marítima al oriente del meridiano
82°, mantuvo su jurisdicción sobre el mar territorial circundante a las Islas de
San Andrés y Providencia, como también sobre los enclaves alrededor de los
cayos de Quitasueño y Serrana, y sus aguas circundantes, en un radio de 125
millas náuticas al alrededor, como mar territorial

4. CARÁCTER VINCULANTE DE LOS FALLOS DE LA CORTE DE LA


HAYA.

Colombia es Estado parte de la Convención de Viena de 19696, conocida como


el Derecho de los Tratados entre Estados, que estableció la denominada regla
“Pacta Sunt Servanda”7 que consagra la obligación de los Estados parte de
honrar sus compromisos internacionales, sin posibilidad de invocar
disposiciones de su derecho interno, como justificante del incumplimiento de un
tratado8.

Al respecto, la jurisprudencia de la Corte Constitucional, citando al tratadista


NIETO NAVIA9, precisa que "(...) la norma PACTA SUNT SERVANDA
constituye uso establecido por los Estados y su aceptación por los países
civilizados y en la conciencia jurídica de los pueblos la constituya en principio
general de derecho internacional típico no es sino demostración del valor de la

5
Cada milla náutica equivales a 1,852 kilómetros.
6
Incorporada mediante la Ley 32 de 1985, es la Ley aprobatoria, con sentencia C-321 de 2006; M. P. Manuel José
Cepeda Espinosa
7
"Pacta sunt servanda". Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe.

8 “El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho
interno como justificación del incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 46”.

9
NIETO NAVIA, Rafael. "De la Nulidad de los Tratados por violación del Derecho Interno de los Estados en la Convención
de Viena de l969", en Revista Universitas, No. 93, pp. 147-176.

4
norma aludida. (…) La norma PACTA SUNT SERVANDA (…) constituye la re-
gla más antigua y el más antiguo también problema de interés común para
todos los Estados (…) Es evidente que la norma según la cual los tratados
deben ser cumplidos, trasladada del derecho romano al derecho natural de la
Edad Media y convertida en norma consuetudinaria de derecho internacional,
constituye, si no la norma fundamental de todo el derecho internacional, sí la
del Derecho de los tratados".

Complementa lo anterior, que el artículo 26 de la referida convención, retoma


la citada regla "Pacta sunt servanda", señalando que “Todo tratado en vigor
obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe”

Se suma a lo anterior, que el Estado colombiano suscribió y ratificó el


“Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, conocido también como Pacto
de Bogotá, sin reservas, y por tanto reconoció “(…) respecto a cualquier otro
Estado Americano como obligatoria ipso facto, sin necesidad de ningún
convenio especial mientras esté vigente el (…) Tratado, la jurisdicción de
la (…) Corte10 en todas las controversias de orden jurídico que surjan entre
ellas y que versen (…)” sobre la interpretación de un Tratado; cualquier
cuestión de Derecho Internacional; la existencia de todo hecho que, si fuere
establecido, constituiría la violación de una obligación internacional; y la
naturaleza o extensión de la reparación que ha de hacerse por el
quebrantamiento de una obligación internacional.

Además, el Estado colombiano también es parte de la Organización de


Naciones Unidas, cuyo estatuto, en su artículo 92, estableció la Corte
Internacional de Justicia como “(…) el órgano judicial principal de las Naciones
Unidas”, precisando que todos los Estados parte de tal organización
internacional, ipso facto son parte en el Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia, y que cada Estado parte de las Naciones Unidas se compromete a

10
Se refiere a la Corte Internacional de Justicia.

5
cumplir las decisiones de la Corte Internacional de Justicia en todo litigio en
que sea parte.

Se suma a lo anterior, que el artículo 94 del referido Convenio Internacional,


prevé que “(…) si una de las partes en un litigio dejare de cumplir las
obligaciones que le imponga un fallo de la Corte, la otra parte podrá
recurrir al Consejo de Seguridad, el cual podrá, si lo cree necesario,
hacer recomendaciones o dictar medidas con el objeto de que se lleve a
efecto la ejecución del fallo”.

Conforme a todo lo argumentado, el Estado colombiano, jurídicamente está


obligado al acatamiento del fallo del Tribunal Judicial Internacional, conforme a
las obligaciones derivadas de la Convención de Viena de 1969, de la Carta de
San Francisco, y del Pacto de Bogotá, sin perjuicio que pueda solicitar a la
Corte Internacional de La Haya, aclaración del contenido y alcance de su
decisión, para implementar su aplicación, pero nunca para incumplirla.

LA DECISIÓN POLÍTICA COLOMBIANA FRENTE AL FALLO DE LA CORTE


DE LA HAYA.

Frente al fallo proferido por la Corte Internacional de Justicia, el Presidente de


la República, como representante del Estado, manifestó que dicha decisión
judicial “no es aplicable y no será aplicable hasta tanto se celebre un tratado
que proteja los derechos de los colombianos, tratado que deberá ser aprobado
de conformidad con lo señalado en nuestra Constitución”

Al respecto, sea del caso recordar, que la Convención de Viena de 196911 ya


citada, prevé la obligación de los Estados parte de la misma, de honrar sus
compromisos internacionales, sin posibilidad de que puedan invocar

11
Incorporada mediante la Ley 32 de 1985, es la Ley aprobatoria, con sentencia C-321 de 2006; M. P. Manuel José
Cepeda Espinosa

6
disposiciones de su derecho interno, como justificante del
incumplimiento de un tratado12.

Tal argumento resulta inválido para el Derecho Internacional, sobre todo si se


tiene como argumento para incumplir la providencia internacional, y no para
proceder a su cumplimiento.

La posición colombiana frente a la decisión internacional, al parecer, se


fundamenta en una excepción a la regla Pacta Sunt Servanda, desarrollada
por la doctrina, en la denominada “carga excesiva o imposibilidad moral de
cumplir”, fundada en un grave perjuicio que ponga el peligro la estabilidad y
existencia del Estado, y que sea resultado del cumplimiento del compromiso
internacional. Esta decisión política, por supuesto está expuesta al análisis de
la comunidad internacional, con las consecuencias, también políticas, que de
ella puedan derivarse.

De otra parte, desde la visión jurídica del derecho internacional, el Estado


nicaragüense podrá acceder a los mecanismos previstos en los tratados
internacional en búsqueda de compelir al Estado colombiano, al cumplimiento y
observancia del fallo proferido por la Corte Internacional de Justicia, incluyendo
“(…) recurrir al Consejo de Seguridad, el cual podrá, si lo cree necesario, hacer
recomendaciones o dictar medidas con el objeto de que se lleve a efecto la
ejecución del fallo”. Todo sin desconocer que las decisiones del Consejo de
Seguridad de adoptan por mayoría calificada, y que allí cobra trascendental
importancia el denominado derecho a veto, que recae sobre los vencedores de la
segunda guerra mundial, es decir, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China, y
Rusia, y que puede, en caso de veto de cualquiera de estos Estados integrantes
permanentes, generar el archivo de toda decisión de intervención.

12 “El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho
interno como justificación del incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 46”.

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