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LA VERDAD OCULTA DE LA GUERRA DEL PACIFICO

Por Alejandro Arroyo Paredes


“Fue una guerra inglesa contra el Perú con Chile como instrumento”

Hay dos historias: la historia oficial, embustera, que se enseña ad usum delphini, y la historia secreta, en la que se
encuentran las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia vergonzosa”. Graziano“

PROLOGO

Los intereses de una Reina y un banquero judío se unieron en la creación de la Guerra del Pacifico. Los intereses
económicos en la era contemporánea tanto del Gobierno ingles como de la familia Rothschild impiden al Estado Peruano
modificar los textos de Historia del Perú y nuestros ciudadanos y escolares no saben la verdad que aquí se cuenta.

ANTECEDENTES

Chile es el único país del mundo que posee depósitos de nitratos con leyes económicas enel Desierto de Atacama (en
otros desiertos del mundo existen nitratos, pero no en concentraciones económicas, de allí salió y sale la pólvora para
todas las guerras de los últimos 200 años en todo el orbe, es fantástico, por eso Inglaterra nunca desprotegerá a Chile).

Breve historia de la minería del salitre

La historia de la explotación salitrera chilena es un ejemplo de las vicisitudes de la industria minera en lo que respecta a
conflictos que puede crear la extracción de recursos naturales.

La explotación de nitratos comenzó en el norte de Chile en 1830, aunque algunas labores menores ya se habían
desarrollado en 1820 e incluso en 1810. El principal uso de los nitratos, en aquellos tiempos, era para producción de
explosivos (pólvora negra) y en menor medida para fertilizantes. La explotación chilena de salitreras se extendió en el
Siglo XIX más hacia el norte puesto que, para los chilenos, Chile llegaba hasta el paralelo 23ºS, mientras que para Bolivia,
el límite entre ambos países era el paralelo 26ºS.

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Debido a las diferencias de opinión existentes respecto a la ubicación del límite, en el año 1866 se firmó un Tratado,
donde se estableció que el límite entre ambos países sería el paralelo 24ºS, y que las ganancias obtenidas por la explotación
minera entre los paralelos 23ºS y 25ºS sería repartida en partes iguales entre Chile y Bolivia.

Este tratado no se cumplió, por diversas razones, y en 1874 se firmó un nuevo acuerdo, que establecía la renuncia de
Chile a los beneficios económicos obtenidos por la explotación salitrera en la zona comprendida entre los paralelos 23º y
25ºS. A cambio, el gobierno boliviano se comprometió a no alzar los impuestos, durante 25 años, a los trabajadores
chilenos que estaban ya instalados en la zona.

En el año 1878, el gobierno boliviano intrigado por el Gobierno Inglés, aprobó una ley que aumentaba en 10 centavos el
impuesto que pagaban los trabajadores chilenos que explotaban el salitre en el territorio boliviano. ¿Por qué se hizo esto a
sabiendas del inicio de una Guerra?, La diplomacia inglesa influyo en este accionar para originar la guerra.

Como esto contravenía lo establecido en el tratado de 1874, los trabajadores chilenos se negaron a aceptar esta alza
impositiva y ante la negativa el gobierno boliviano dio la orden de rematar las salitreras que estaban en manos chilenas
en Febrero de 1879.

Ante este conflicto, tropas chilenas desembarcaron en Antofagasta impidiendo la acción boliviana; el desembarco de las
tropas chilenas se produjo el mismo día en que estaba previsto el remate de las salitreras en manos chilenas, el 14 de
Febrero de 1879. Esto condujo a la Guerra del Pacífico de Chile con Bolivia y también con Perú en virtud de un tratado
de defensa mutua que tenían estos últimos países.

De acuerdo a lo expuesto, el salitre es un ejemplo de un recurso minero cuya explotación condujo a un conflicto armado
de Chile con sus países vecinos septentrionales. Ahora bien, durante la Guerra del Pacífico (1879-1883) Chile tuvo un
apoyo directo de Inglaterra, debido a que intereses económicos de dicho país controlaban la mayor parte de la explotación
salitrera en la Región de Tarapacá (entonces territorio peruano) y en Perú existía la intención de nacionalizar las salitreras
en manos inglesas (las armadas de Chile y Perú estaban equipadas con barcos ingleses y Perú no pudo obtener repuestos,
ni reponer barcos durante el conflicto, lo cual obviamente favoreció a que Chile lograra el control marítimo durante la
guerra).

El triunfo de Chile en la guerra en 1883 condujo a la anexión de las Regiones de Tarapacá y Antofagasta, con los extensos
recursos de nitratos existentes en ellas (“oro blanco”) de modo que hacia 1900 la explotación salitrera se constituyó en la
actividad económica más importante de Chile.

LOS INGLESES EN CHILE

La colonia inglesa, además, tuvo gran importancia en la zona norte del país durante el auge salitrero, en los puertos de
Iquique y Pisagua. John Thomas North, el rey del salitre, fue el principal empresario de la minería de los nitratos. Los
británicos dejaron su legado plasmado en las calles del centro histórico de la ciudad de Iquique, fundando diversas
instituciones, por ejemplo, un Club Hípico. Sin embargo, dicha presencia llegó a su fin, con la crisis salitrera, durante los
años 1930.

EL CRIMEN

Cuando comienza el siglo XX, los «salares» de Chile ya están controlados por empresas inglesas y alemanas. Ambos
grandes consumidores de nitratos en su agricultura.

Victoria I La Reina Inglesa


Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de la India

La Reina Victoria I, nacida en 1819 y fallecida en 1901, fue Reina de Gran-Bretaña e Irlanda de 1837 a 1901, ella con el
Primer Ministro el judío Benjamín Disraeli y su gran amigo el banquero también judío Lionel Nathan de
Rothscild decidieron la Guerra del Pacifico y su espía comercial y brazo ejecutor comercial en esta parte del Continente
fue John Thomas North quien fungió de testaferro del banquero judío y espía del Gobierno Ingles.

En 1868, el conservador Benjamin Disraeli, 1er conde de Beaconsfield, asume el cargo de Primer Ministro. Más adelante
se demostraría que fue el Primer Ministro favorito de Victoria. Su ministerio, sin embargo, pronto colapsó, y fue
substituido por William Ewart Gladstone, miembro del Partido Liberal (nombre con que ahora se conocía la coalición
Whig-Peelite). Gladstone era famoso por sus desacuerdos con Victoria y Disraeli durante su carrera política.

La Reina comentó una vez que cuando él se dirigía a ella era como si estuvieran en una reunión pública. La reina detestaba
a Gladstone, así como sus políticas, tanto como ella admiraba a Disraeli. Fue durante el ministerio de Gladstone, a
comienzos de la década de 1870, que la reina empezó a emerger gradualmente de su estado de luto perpetuo y aislamiento.
Con el estímulo de su familia, participó más activamente en la política.

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Disraeli volvió al poder en 1874, en el momento en que muchos apoyaban en el país un sentimiento imperialista,
incluyendo al nuevo Primer Ministro y la reina, así como muchos en Europa. En 1871 se había proclamado el Imperio
Alemán. La hija mayor de Victoria se había casado con su heredero, así que algún día ella sería Emperatriz, excediendo
con ello en rango a su madre la reina, de mayor poder político.

Para prevenir tal anomalía diplomática, en 1876 una nueva Acta de Títulos Reales del Parlamento dio a la reina el título
adicional de “Emperatriz de la India“. Victoria recompensó a su Primer Ministro, acelerando la acostumbrada concesión
de un condado a un Primer Ministro saliente, y le nombró conde de Beaconsfield mientras estaba todavía en su cargo.

La administración de Lord Beaconsfield (Benjamin Disraeli) cayó en 1880 cuando los Liberales ganaron la elección
general de ese año. Gladstone había abandonado la jefatura de los liberales cuatro años antes, y la reina invitó a Lord
Hartington, líder liberal de los Comunes, a que creara un gabinete. No obstante, Lord Hartington declinó la oportunidad,
argumentando que ningún gabinete liberal podría trabajar sin Gladstone y que él no serviría bajo de nadie más. Victoria
tuvo entonces que designar a Gladstone como nuevo Primer Ministro.

Los conflictos de Victoria con Gladstone continuaron durante los últimos años. La forzaron a aceptar sus reformas
electorales propuestas, incluyendo el Acta de Representación del Pueblo de 1884, que aumentó considerablemente el
electorado. El gobierno de Gladstone cayó en 1885, siendo substituido por un conservador, Lord Salisbury. Gladstone
volvió al poder en 1886 e introdujo la Ley Irlandesa del Gobierno Local, que intentó conceder a Irlanda una legislatura
separada. Victoria se opuso a la ley, que ella creía que minaría el poder del Imperio Británico. Cuando la ley fue rechazada
por la Cámara de los Comunes, Gladstone dimitió, lo que impidió a Victoria designar nuevamente a Lord Salisbury como
Segundo Ministro.

El Perú en el siglo XIX no fue la única víctima del poder británico encabezado por su Primer Ministro el judío Benjamín
Disraeli. Inglaterra imponía la política del “Libre Comercio”, presionando hasta obtener tratados comerciales a su
conveniencia, el caso del Perú fue por que el Estado peruano tenía el monopolio del salitre, que no permitía la participación
en el negocio de los capitalistas judíos y británicos principalmente. Para entenderlo debemos saber hechos históricos que
jamás nos mencionaron en la escuela, donde solo nos enseñan personajes, hechos, fechas y lugares, sin profundizar las
verdaderas causas.

La guerra del Pacifico fue planeada por Inglaterra, Chile recibió de ellos facilidades económicas muy cómodas para
adquirir armamento de origen británico, los uniformes chilenos eran de tela inglesa, y los soldados chilenos llevaban
fusiles ingleses en sus hombros, el Contra-Almirante Chileno Patricio Lynch, General en jefe de las tropas invasoras del
Perú luchó en China y la India como soldado inglés.

El Secretario de Estado de aquella época en Estados Unidos James Blaine declaró ante el comité de relaciones exteriores
del congreso norteamericano que la Guerra del Pacífico era “una guerra inglesa contra el Perú, con Chile como
instrumento”. (27 de abril de 1882).

NACE EN INGLATERRA EL PODER DE LOS BANQUEROS ROTHSCHILD

Lionel Rothschild financio toda la Guerra a Chile.

El nombre Rothschild fue adoptado por la familia en el siglo XVII inspirado por el hexagrama rojo que Mayer Amschel
Bauer colgó como icono en la fachada de su casa. “Rothschild” (Escudo Rojo en Alemán) el apellido que significa “El
Escudo de Salomón”.

Batalla de Waterloo y el Banco de Inglaterra

Al comienzo de dicha batalla entre Wellington y Napoleón, Napoleón parecía vencedor absoluto y los primeros informes
a Londres así lo confirmaban. Sin embargo, cuando llegaron los refuerzos prusianos, la balanza se empezó a inclinar a
favor de Wellington.

Rothwort, un correo de Nathan Rothschild, cabeza de la rama de la familia establecida en Londres, estaba en el campo de
batalla y viajó día y noche para hacer llegar el último informe a Londres. Cuando Nathan Rothschild recibió las noticias,
informó al Gobierno inglés pero nadie creyó sus palabras, todo el mundo estaba convencido de que Wellington perdería
aquella batalla.

Rothschild comenzó a vender todas sus acciones en la Bolsa de Londres y todo el mundo siguió su iniciativa, lo que causó
una bajada sin freno en el valor de las acciones. En el último momento, Nathan compró secretamente por medio de sus
agentes todas las acciones de nuevo a precios de saldo. El día 21 de Junio, se recibió la noticia del correo especial de
Wellington de que éste había ganado la batalla y Napoleón había sufrido graves pérdidas y a un tercio de sus hombres.

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Esto permitió a los Rothschild tener el control absoluto sobre la economía inglesa y forzó a Inglaterra a establecer un
nuevo Banco de Inglaterra, pero esta vez controlado por Nathan Rothschild.

Los Rothschild obtuvieron más beneficios aún de la Batalla de Waterloo, según la Enciclopedia Judía. Invirtieron en
libras de oro, sabiendo que Wellington las necesitaría para la campaña en España, se las vendieron a alto precio a éste,
después se las recompraron a bajo precio y se las vendieron de nuevo a la corona de Portugal para financiar su guerra
contra España.

De manera que, después de Waterloo, los Rothschild ya tenían una gran fortuna. Cuando Napoleón fue vencido, el
príncipe Guillermo, que había dejado su fortuna a cargo de Mayer Rothshild para evitar que Napoleón la confiscara, tomó
su lugar en el trono y los Rothschilds eran los banqueros más ricos de toda Europa.

Este fue el comienzo de la Casa de los Rothschild que controlaba una fortuna estimada entonces en $300,000,000. En
1913, se estimaba la fortuna familiar en más de dos mil millones de dólares.

Pronto los Rothschilds inundaron Europa con ferrocarriles, invirtieron en carbón y altos hornos, financiaron a Inglaterra
para adquirir el Canal de Suez Canal, pagaron para que se exploraran los recursos petrolíferos de Rusia y el Desierto de
Sahara, financiaron a los zares rusos, apoyaron las operaciones de diamantes de Cecil Rhodes ayudaron a Francia a crear
un imperio en África, financiaron a los monarcas de Hapsburgo y salvaron al Vaticano de la bancarrota.

En EEUU, por medio de sus agentes americanos y europeos, ayudaron a financiar la Rockefeller’s Standard Oil, la
empresa de Acero Carnegie Steel, y los ferrocarriles Harriman.

Werner Sombart, en su libro Los Judíos y el Capitalismo Moderno, escribió que los años de 1820 en adelante “pueden
considerarse como la era de los Rothschild” y continuaba “ hay un solo poder en Europa y éste es Rothschild.”

Mayer Rothschild tras su muerte dejó las líneas maestras a sus descendientes: 1) todos los puestos importantes en su
imperio económico serían ocupados por descendientes varones donde el hijo primogénito sería el patriarca 2) la familia
debería cerrar los acuerdos matrimoniales entre familiares (primos etc.), lo que pierde su importancia cuando comienzan
a establecer matrimonios con otras fortunas importantes 3) nunca debería haber un inventario de su fortuna hecho por
parte del Estado o la corte judicial, y prohibió cualquier acción legal o publicación sobre el valor de su patrimonio.

La Inteligencia Americana y Británica han documentado que la Casa de Rothschild, y otros Banqueros Internacionales,
han financiado a los dos bandos de una guerra desde la Revolución Americana. Durante las Guerra napoleónicas, una
rama familiar financiaba a Napoleón, mientras la otra financiaba a Gran Bretaña, Alemania y otras naciones.

Los Rothschilds operan desde el corazón de Londres, la llamada district ‘City’, que es, sin duda, el centro financiero del
mundo, sede de cientos de bancos, la bolsa de Londres, centro de trading de materias primas, etc.
La City de Londres se encuentra en la rivera del Rio Támesis y disfruta de derechos y privilegios especiales, así como de
cierto grado de independencia. Desde 1215 hasta el día de hoy, sus ciudadanos tienen el privilegio de elegir anualmente
a un alcalde al que llaman Lord Mayor.

De alguna manera, la City es como un estado soberano, como lo es el Vaticano y desde la fundación del primer banco
privado en Inglaterra en 1694, la City tiene mucho que decir sobre los asuntos políticos del país. Incluso la Reina de
Inglaterra, en el territorio de la City, está bajo la jurisdicción del Lord Mayor, porque éste y su comité no responden ante
la Reina ni ante el Parlamento.

Es evidente que los Rothschild siguen teniendo una influencia de primer orden en la economía y política mundial y que
están detrás de iniciativas políticas para llegar a una unidad política única, como la Unión Europea, que no es sino otro
paso más en el camino a un gobierno mundial.

En una época en que los gobernantes gozaban de poder absoluto sobre sus súbditos, como era aquella de las monarquías,
la solución que encontraron los banqueros para no perder su dinero y su cabeza, cuando los reyes comenzaron a acudir a
ellos en busca de dinero para financiar sus guerras, fue la de financiar a ambos rivales; al oponente se lo financiaba
discretamente.

También exigían cierta cuota de poder real inmediato, en forma de títulos de nobleza o tierras. En la Europa anterior a la
Revolución no era permitido a los judíos ser propietarios de tierras o negocios públicos.

MORALEJA

Esta doble estrategia tenía la ventaja de asegurarse siempre el retorno del dinero y el mantener la cabeza en su puesto.

Mayer Amschel Bauer (23 febrero 1744; F. 19 septiembre 1812 en Francfort) fue el fundador de la dinastía Rothschild.

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Su padre, Moses Amschel Bauer, fue un comerciante de monedas y orfebre que se asentó en el barrio judío y abrió un
negocio en 1750. Sobre la entrada colgaba un escudo rojo (rot Schild), origen del nombre Rothschild, (el rojo era el
pabellón de los judíos protestantes en el este de Europa). La forma germánica “Mayer” se instauró en 1802 en lugar de la
original “Meyer”.

Pocos años después de la muerte de su padre, Mayer Amschel comenzó como ayudante en la casa bancaria Openheimer
en Hanover, donde tras algún tiempo se hizo socio “junior”.
Mayer Amschel adoptó el nombre Rothschild después de retornar a Fráncfort y adquirir el antiguo negocio de su padre.

Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importará quién la gobierne. (Gran frase)
Mayer Amschel Rothschild.

Nathan Mayer Rothschild Fundador familia banquera de Inglaterra (1777 – 1836) En 1798 Nathan Mayer Rothschild fue
enviado a Inglaterra (la primera sucursal en el extranjero) y fue comerciante textil en Manchester hasta 1800. En 1808
fundó el Banco N.M. Rothschild & Sons en Londres, que aun sigue operando con éxito. En 1810 Mayer y sus 3 hijos
mayores crearon una intima sociedad en expansión: el más joven Jacob fue enviado a Paris en 1811, facilitando así las
operaciones de la familia por toda Europa. Nathan invirtió el dinero del arriendo de soldados de Guillermo I en oro de la
Compañía Británica de las Indias Orientales (Honourable East India Company); posteriormente, este oro fue necesario
para financiar la campaña del Duque de Wellington y aprovecharon esta situación privilegiada para financiar al ejército
de Wellington en Portugal, traficando con grandes cantidades de oro del gobierno británico y a sabiendas de sus Reyes.

HOY COMO AYER LOS ROTHSCHILD SIEMPRE PODEROSOS

Los Rothschild han sido colaboradores del Estado de Israel en el pasado en numerosas ocasiones y lo siguen siendo en la
actualidad:

1. En 1836 Zevi Hirsch Kalischer convenció a Rothschild que comprase “Erez” “la tierra prometida de Israel”. Erez Israel
fue el nombre hebreo del territorio gobernado por el mandato británico, 1919-1948.

2. Edmond James de Rothschild, fue el patrón del primer asentamiento en Palestina en Rishon-LeZion.

3. En 1917 Walter Rothschild, segundo barón Rothschild fue el destinatario de la declaración de Balfour de 1917, que
consigno el asentamiento en Palestina como patria de los judíos por el gobierno británico.

4. El primer kibbutz se llamó Erez. Fueron miembros del núcleo Noar Oved de Petah Tikva. El primer asentamiento fue
en lo que era Or HaNer en 1949. En 1950, mudaron a su actual ubicación encima de las ruinas del pueblo árabe
abandonado de Dimra. Tardaron varios años los Rothschild en crear a Israel. Los Rothschild siempre han sido el motor
detrás la creación de Israel. Es muy apropiado que la bandera del país lleve La Estrella de David o el Escudo de Salomón.

5. James Armand de Rothschild financió el edificio de La Knéset (‫כנסת‬, “asamblea” en hebreo) como un regalo al estado
de Israel.

6. La Corte Suprema de Israel fue donada por Dorothy de Rothschild.

Fuera del despacho del Presidente se observa la carta que Dorothy de Rothschild escribió al Primer Ministro de Israel
Shimon Peres expresando su intención de donar un nuevo edificio para la Corte Suprema.

LA CONEXIÓN ROTHSCHILD Y EL PRIMER MINISTRO BENJAMIN DISRAELI

Además de los hechos muy conocidos de la vida de Heinrich Heine , que se encuentran en cualquier enciclopedia, que
se relacionó con personajes populares de su tiempo como Humboldt, Ferdinand Lassalle, Víctor Hugo, Richard Wagner
o Balzac y que adquirió fama por el lirismo de su obra poética, reflejada en títulos como sus Cuadernos de viaje, es mucho
menos conocido que fue sobrino del banquero Salomón Heine de Hamburgo, que en la Universidad de Berlín tuvo relación
con Hegel (autor de los conceptos de tesis, antítesis y síntesis que después fue usada por los Illuminati) y que fue uno de
los más íntimos amigos de Karl Marx.

Gracias a Heine, Marx consiguió refugiarse en Inglaterra cuando huía de la persecución de las policías prusiana y francesa
y también gracias a Heine, encontró refugio en la casa de los Rothschild de Londres, adonde había encontrado también
protección un masón británico que ocupaba el asiento de primer ministro del Reino Unido, Benjamín Disraeli

Benjamín Disraelí y Rothschild se dieron a conocer por primera vez en el Parlamento ingles en 1847

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Y cuando fue Primer Ministro y a pesar de las objeciones de su propio gabinete y sin el consentimiento del Parlamento,
obtuvo un préstamo a corto plazo de Lionel de Rothschild para comprar el 44% de las acciones de la Cia, del Canal de
Suez que permitió a Inglaterra tener el control de esa parte del Mundo y con reconocimiento para el banquero.

Después de eso Rothschild hizo financieramente lo que quiso en Inglaterra, su siguiente paso fue América.

LOS ESPIAS INGLESES EN EL PERU

El 28 de octubre de 1879, 10 mil soldados chilenos son embarcados en Antofagasta para desembarcar en Pisagua, en el
trayecto estuvieron escoltados por los cruceros de la Armada Británica “Turqueza” y “Ninfa de los mares”

Otro oficial británico que estuvo entre las Fuerzas chilenas como “observador”, fue uno de los tripulantes del barco inglés
Shanon, el teniente de marina, Rudolf Edward March Phillips de Lisle, dejó testimonio de sus observaciones en esta
guerra, a través de 17 pinturas las cuales representan imágenes que solo pudieron ser captadas del lado chileno, como por
ejemplo el ataque a un reducto peruano en la batalla de San Juan y otro en Miraflores, en los que se ven gran cantidad de
muertos chilenos debido a que los peruanos están disparando desde el otro lado de sus muros y parapetos; también otras
pinturas después de las batallas en las que se ven soldados chilenos recorriendo los restos del enfrentamiento. Así también
pinturas sobre la captura del Huáscar, Destrucción de la corbeta unión por los peruanos, el bloqueo de Ancón, de
Chimbote, Un plano de Chorrillos, Miraflores y Lima con las posiciones peruanas, etc., (Estos dibujos y acuarelas son
propiedad de su descendiente Gerard de Lisle. y fueron publicadas en la obra de Rubén Vargas Ugarte Historia General
del Perú, primera edición, Tomo X, gráficos entre las páginas 160 y 161).

La prensa inglesa antes y durante la guerra fue favorable a Chile, como lo comprueban los editoriales del Times de
Londres del 10 de mayo y 30 de mayo de 1879, en este último se leen las siguientes frases: “En cuanto a las razones de
la guerra, no hace mucho que dijimos que estaban de parte de Chile y que los extranjeros neutrales deben concederles sus
simpatías. La querella es mercantil y mientras Chile pelea por la “libertad de comercio” el Perú a tomado el camino de la
restricción y del monopolio”.

Al ocupar la provincia peruana de Tarapacá, el gobierno chileno optó por la política de entregar la industria nuevamente
a las empresas privadas. John Thomas North y Roberto Harvey tuvieron conocimiento anticipado de esto (el banquero
Rothschild fue el que dio la orden) y adquirieron a bajo precio los certificados de muchas oficinas, para lo cual utilizaron
el crédito que les otorgó el gerente del Banco de Valparaíso Juan Dawson, este Banco tenía capitales del banquero
Rothschild. Fueron así beneficiados con el decreto expedido en Santiago el 11 de junio de 1880 que mandó devolver los
establecimientos salitreros que habían sido adquiridos por el gobierno peruano, a quienes depositasen por lo menos las
tres cuartas partes de los certificados emitidos por el valor de cada salitrera y entregasen una suma igual al precio de la
otra parte. Después tomaron vuelo los negocios de North hasta el Punto de ser conocido como “El Rey del Salitre”.

Robert Harvey, en Tarapacá se encargó de comunicar a las fuerzas chilenas de todos los movimientos de tropas y
preparativos del ejército peruano, así como el, otros ciudadanos británicos y marinos de la misma nacionalidad se
encargaron de hacer espionaje o labor de inteligencia en el Perú a favor de Chile.

Cuando Chile se apropió de Tarapacá y las compañías británicas empezaron a explotar el salitre, La población de Iquique
aumentó a 30,000 personas de los cuáles 6,000 eran ingleses, incluso la Iglesia Anglicana construyó un templo en esta
ciudad para sus compatriotas.

INGLATERRA FINANCIA A CHILE ANTES DE LA GUERRA

Gran Bretaña: Le facilitó a Chile préstamos por 1.000 millones de libras esterlinas entre 1860 y 1870. El país se convirtió
en la práctica en una semicolonia anglosajona. Resultaba más barato abastecer Valparaíso con carbón inglés que traerlo
desde las minas de Concepción. La libra esterlina y el idioma de Shakespeare, eran cosa corriente en el comercio. Todos
los meses un escuadrón de la Armada británica patrullaba la costa.

John Thomas North, llamado ”El Rey del Salitre” (1842-1896), colaboró con el ejército chileno en la ocupación de
Antofagasta e Iquique. Terminada la guerra, cuando el presidente chileno Manuel Balmaceda (1886- 1891), ”pretendió”
acceder al salitre, North al ver amenazado su ”enclave”, financió a un grupo sublevado en contra del Gobierno en la
cruenta contienda civil (1890-1891). El Presidente Chileno Balmaceda, como Allende después, acabaría suicidándose. La
pregunta es: ¿Por qué?

Desde 1879 hasta comienzos de 1920 recaudó el Estado chileno “por impuestos” la considerable suma de 250 millones
de libras esterlinas por concepto de exportación del salitre. Si estos fueron los impuestos, ¿cuánto habría sido la utilidad?

Uno de los fuertes pilares de la economía, en aquel entonces, fue el llamado “oro blanco” que diera bonanza, bienestar y
estabilidad económica, sobre todo para el Estado, para los empresarios y la pequeña burguesía chilena. Cualquier protesta,
cualquier amenaza de paro preventivo o huelga indefinida por parte de los trabajadores, respecto a una mejora salarial y

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de las condiciones de trabajo, era considerada una amenaza para la seguridad del Estado chileno. De ahí que la ley y la
justicia actuaran con mano de hierro y persiguieran con saña y brutalidad, a toda crítica o nueva propuesta que intentara
modificar al statuo quo. [véase: VICUÑA FUENTES, Carlos: op. cit. Capítulo III, págs. 49-50].

Principales transacciones / hitos históricos del Grupo Rothschild


1825: Nathan Mayer Rothschild rescata de la quiebra al Bank of England (Banco Central de Inglaterra) al apoyarlo con
sus reservas de oro
1835: Salomon von Rothschild financia y construye el primer ferrocarril en el imperio Austríaco
1837: James de Rothschild financia y construye el primer ferrocarril en Francia
1875: Lionel de Rothschild trabaja en secreto con el gobierno británico en la adquisición de un porcentaje controlador del
Canal de Suez

El nombre Rothschild fue crecientemente asociándose al oro en el mundo, influenciado principalmente por los siguientes
hitos:
1830: Rothschild se asegura el monopolio mundial para la provisión de mercurio necesario para la refinación del oro
1852: Rothschild se transforma en el mayor refinador de oro en Inglaterra
1919: Rothschild toma la responsabilidad de fijar el precio del oro, hecho que se llevó a cabo desde esa fecha hasta el año
2004
1918-1939: Durante ese período posterior a la primera guerra mundial, Rothschild cambia su énfasis hacia el
financiamiento de negocios de carácter más comerciales, tales como el financiamiento de las extensiones del Metro de
Londres o el financiamiento de la llegada de Woolworths a Inglaterra.

HISTORIA DE ROTHSCHILD EN CHILE

El vínculo entre el grupo Rothschild y la República de Chile se remonta al año 1825 cuando la rama inglesa del banco
estableció un vínculo comercial con la compañía Huth & Co. en Valparaíso, para la comercialización de lingotes de oro,
plata y posteriormente cobre.

En 1886, Rothschild es contratado como banquero del gobierno de Chile (cuando terminaba el gobierno de Don Domingo
Santa María y se iniciaba el gobierno de Don José Manuel Balmaceda) tras haber completado exitosamente la
renegociación de la deuda soberana de Brasil. Entre 1886 y 1930, Rothschild asesoró al gobierno Chileno en la obtención
de 16 créditos (la mayoría de los créditos solicitados por el gobierno Chileno durante ese período), mismos que se
utilizaron para el financiamiento de ferrocarriles, puertos y obras de alcantarillado.

John Thomas North (El Gran Testaferro) (*Yorkshire, 30 de enero de 1842 – † Londres, 8 de mayo de 1896). Empresario
salitrero inglés, obtuvo sus mayores ganancias producto de la Guerra del Pacífico entre Chile, Perú y Bolivia, al apoderarse
de la mayoría de las salitreras que cambiaron de nacionalidad como resultado de este conflicto.

Primeros años

Nació en el pueblo de Holbeck, cerca de la ciudad de Leeds, condado de York, Inglaterra. Fue hijo de un próspero
comerciante del carbón. Realizó sus estudios en un colegio de Leeds. Comenzó a trabajar a los 15 años como aprendiz de
ingeniero mecánico en la firma constructora de molinos y astilleros Shaw, North y Watson, de la localidad de Hunslet.
Tras ocho años de experiencia en el oficio de mecánico se cambió a la firma Steam Plough Works, de John Fowlers y
Cía., en Leeds. Se casó en 1865 con Jane Woodhead, hija de una prominente figura del Partido Conservador de la ciudad
de Leeds, con la cual tuvo tres hijos.

En 1869, fue enviado a Chile por la firma de Fowlers a supervisar la construcción de locomotoras en la maestranza de
Carrizal y el puerto de Caldera. Decidió hacer fortuna por sus propios medios, y en 1871 se dirigió al puerto peruano, que
luego pasó a ser chileno, de Iquique, que se transformaría en el centro de sus negocios salitreros. Allí, como empleado en
la oficina salitrera del peruano González Veliz, conoció la región de Tarapacá.

La nacionalización de las salitreras en Tarapacá

En enero de 1873, el Presidente del Perú, Manuel Pardo, estableció por ley el estanco del salitre en la provincia de
Tarapacá, y la prohibición de vender a extranjeros los terrenos salitreros fiscales. De esta manera, el Estado peruano
comenzó a controlar la compra y venta de la producción salitrera, con margen de ganancias para las arcas fiscales.

Dos años más tarde, Pardo expropió todas las oficinas y mantos salitreros de Tarapacá, entregando a los propietarios
certificados o vales a plazo con un interés.

Primeros negocios

Antes de Testaferro, aguatero

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Mientras esto ocurría, North iniciaba sus primeros negocios al importar herramientas y mercaderías desde Europa, para
surtir a las oficinas salitreras en Iquique, en sociedad con Maurice Jewell, primer vice cónsul inglés en el puerto (uno de
sus cómplices), además de actuar como agente local de las líneas de vapores.

Con el capital reunido, compró sus primeras oficinas salitreras, y hacia 1878 arrendó la administración de la Compañía
de Aguas de Tarapacá durante dos años, encargada de traer agua potable desde Arica en buques cisternas, almacenándola
en Iquique para su posterior distribución.

Al año siguiente, y en vista de los acontecimientos bélicos, los ingleses dueños de la compañía de agua potable
abandonaron el Perú, y las autoridades chilenas que ocuparon Iquique reconocieron a North como su propietario. Durante
la Guerra del Pacífico, North “el aguatero” controló el monopolio del agua potable del puerto.

LA GRAN MENTIRA

A continuación leeremos como la Historia quiere hacernos creer que después de una Guerra de DOS PAISES con cientos
de miles de vidas perdidas, todas las minas de salitre quedan en las manos de una sola persona: El Gran Testaferro
North. Y dice así:

Al terminar la Guerra del Pacífico, el territorio salitrero de Tarapacá pasó a poder de Chile, y los Certificados (Bonos)
emitidos por el gobierno peruano se desvalorizaron. Los empresarios ingleses que trabajaban en la zona, vieron así la
oportunidad de controlar el salitre.

En el departamento de Tarapacá North conoció a Robert Harvey, el cómplice mayor, ciudadano inglés nombrado por el
gobierno chileno inspector general de salitreras. Asociado en 1880 con Harvey, obtuvo “respaldo financiero” del Banco
de Valparaíso (controlado por Rothschild) para iniciar la explotación de la oficina «La Peruana».

North aprovechó bien las informaciones de su socio, Robert Harvey. Harvey se pasó al bando chileno, ofreciéndose
enseñar las características de la industria salitrera, apoyar al Ejército y servir de agente de informaciones de los
movimientos peruanos en los recientemente capturados territorios de Tarapacá. Esto permitía a North conocer con
antelación los planes del gobierno chileno.

La operación consistió en adquirir a vil precio la mayoría de los papeles (Bonos) correspondientes a las mejores oficinas
salitreras. Así consiguió los bonos emitidos por el gobierno peruano durante la nacionalización de las salitreras a bajo
precio (un 12 % aproximadamente de su valor original), pues los precios de los Bonos se desplomaban cada vez que el
ejército chileno obtenía una victoria, ya que se pensaba que las salitreras pasarían a Chile y este ignoraría a los tenedores
de bonos. North apostó por que el gobierno de Chile respetaría a los tenedores de bonos y ganó, Rothschild a través del
Gobierno Ingles los tenía a todos controlados.

Las medidas dictadas en 1881 y 1882 por los gobiernos de los Presidentes “títeres” Pinto y Santa María, reconocieron la
deuda de los bonos del Perú y entregaron las salitreras a los tenedores de ellos. De esta manera North o mejor dicho
Rothschild obtuvo el 60 % de las ganancias del salitre.

Denominado en la época como el «Rey del salitre», encabezó un conglomerado de empresas que manejaban desde la
explotación y comercialización de los yacimientos, hasta el abastecimiento y funcionamiento de las oficinas en las cuales
moraban los trabajadores. En 1888 fundó el Bank of Tarapacá and London Ltd., centro financiero de su “supuesto”
imperio económico, el verdadero dueño era Rothschild.

Sin embargo, el control que tenía sobre la industria salitrera no fue enfrentado por la administración de Domingo Santa
María. Sólo en los años de gobierno del único patriota que tuvo Chile, el Presidente Balmaceda, la situación cambió.

El traspaso de la propiedad

El gobierno de Aníbal Pinto Garmendia, basándose en la investigación de la comisión presidida por Álvaro Covarrubias
Ortúzar, decidió devolver las salitreras a sus dueños, es decir, a quienes tuvieran en esa fecha los certificados peruanos y
los depositaran en la Tesorería fiscal. El 28 de marzo de 1882 se decretó el otorgamiento de títulos de propiedad, por el
cual los ingleses John Thomas North y Robert Harvey se convirtieron en dueños de las mejores oficinas salitreras, y
obtuvieron el control de la explotación en Tarapacá, junto a las firmas también inglesas Gibbs y Williamson Balfour de
la FamiliaRothschild.

Las oficinas salitreras fueron incorporadas a la red de negocios que North se había encargado de formar antes y durante
la Guerra del Pacífico.

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En 1882 North viajó a Londres a buscar capital para sus empresas, organizando sociedades de acciones, que desde
Inglaterra controlaban el precio mundial del nitrato, por lo que llegó a ser conocido como El Rey del Salitre pero Lionel
Rothschild manejaba los hilos del títere.

Balmaceda v/s North

La figura y actividades de North han sido muy discutidas debido a su intervención en el gobierno de José Manuel
Balmaceda, fue acusado de aparecer como uno de los promotores del conflicto entre éste y el Congreso. Esta
confrontación habría tenido su origen en la posición de Balmaceda, quien vio la nacionalización del salitre como uno de
los objetivos de su política económica.

North se defendió desde Londres a través de medios legítimos e ilegítimos, y cuando volvió a Chile a comienzos de 1889,
con la intención de comprar todas las propiedades salitreras, se encontró con que Balmaceda tenía decididos planes para
que el Estado pasara a controlar la producción del salitre, que se había convertido en una década en la renta principal del
fisco chileno.

North regresó a Inglaterra en junio de 1889, dejando en Chile un grupo de abogados para defender sus intereses. Después
de la Revolución de 1891, una investigación en 1898 reveló que estos abogados recibieron fuertes sumas de dinero para
que en sus cargos como diputados hicieran oposición a Balmaceda en el Congreso y en la prensa, el peruano Vladimiro
Montesinos todavía no había nacido.

Vivió en Londres desde 1882. En 1888 decidió retornar a Chile. Poco antes de su llegada el presidente Balmaceda
prometió en Iquique acabar con los odiosos monopolios extranjeros, lo cual fue entendido por el magnate inglés como
una directa alusión a su persona. Por ello decidió acortar su visita al país y adelantó su regreso a Londres.

Balmaceda cumplió parte de su promesa, al quitarle la concesión del ferrocarril que debía construirse en aquella zona, a
pesar de los ingentes esfuerzos de North por evitarlo. Pero no nacionalizó el salitre (en parte Balmaceda se oponía a
cualquier clase de monopolio, privado o público), principalmente por la luchas políticas que devinieron en la Guerra Civil
de 1891, y en la que existe la leyenda de que hubo oro inglés de por medio. La Leyenda hoy confirmada

Después de esto North se deshizo paulatinamente de sus intereses en la industria del salitre, falleciendo pocos años
después.

LA ÚNICA VERDAD DE LA GUERRA = AQUÍ VIENE LO BUENO

EL TRÍPODE DE LA REINA

Como Corporaciones Hostiles, ocupadas otra vez en Hostiles Agresiones Bancarias y la disrupción de la Paz Civil en el
continente Americano usando el mismo MODUS OPERANDI que ellas usaron en 1860, 1870 y ahora en 1878.

a) Nuevos yacimientos de minerales han sido descubiertos en América Latina.

b) El viejo asunto que incluye la Guerra de Confederación y el Tratado de 1833 entre Perú-Bolivia, y Chile están otra vez
enconándose al punto de iniciar una guerra… (al momento que ésto está siendo escrito, Chile está entrando a poseer
armamento moderno para una guerra de agresión contra el Perú en estos momentos…).

¿Por qué existe este estado de guerra entre Perú y Chile y casi a punto de detonar?

¿Quién se beneficia de esta “vieja e insidiosa herida causada por agentes de conocidas corporaciones extranjeras en 1860,
1870 y desde 1872 a la fecha?

Respuesta: Las Corporaciones inglesas. Justo como ellas han hecho por cientos de años con contratos engañosos como la
de Corporación del Este de India que permitió al Reino Unido tomar posesión de India; y muchas de las naciones
latinoamericanas que sufrieron “la bancarrota y 60 años de confiscación hostil de ferrocarriles y sus instalaciones, recursos
naturales, y manejo de los gobiernos”.

Después los agentes de corporaciones inglesas manipularon los recibos de cargamentos de Nitrato-Guano de Perú,
Argentina, Bolivia y Chile en relación a los Bonos Peruanos de Guano vendidos en el Mercado de Bolsas Londinense,
respaldados por la Casa Rothschild la Banca de la Corona.

El Gobierno del Perú supo que los contratos de 1870-1872 sufrieron unos actos de “manipuleo de los recibos del cargo”
por el guardalmacén Depositario de Fe, Sir W. R. Grace y los Almacenes Trípode.

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Ellos supieron también del “manipuleo de los recibos del cargo de los cargamentos de Guano y Nitrato (salitre)” cuyos
excesos fueron almacenados en Los Almacenes Trípode en Boston, Baltimore, Nueva York, Liverpool y LeHarve,
Francia.

También supo el gobierno del Perú todo ese manipuleo de recibos por los agentes reales de W.R. Grace, que ellos no
podían pagar (hipotecas) a los inversores ingleses de deudas contraídas en los bonos peruanos de 1870-1872.

Ellos sabían que “la anulación del derecho de redimir las hipotecas y la posesión de un recibo a cargo de la propiedad de
otros….estaba bajo la mirada y control de los Agentes de la Corona de Inglaterra.”

Para este tiempo, el gobierno del Perú, mientras tanto, miraba la maliciosa, engañosa, voluntaria y fraudulenta intención
de esta Conspiración de “los Poseedores Ingleses de Bonos” traído a cuenta por el Agente Real:

a) El 14 de abril de 1875 Perú llama a todo el Cuerpo Legislativo.

b) Perú invoca la Autoridad Constitucional Conferida por la Constitución Peruana de 1862 para entrar en el Bono 3292
de Mercadería de Contrato, vendido en Nueva York, N.Y., E.U.A., el 1o. de Mayo de 1875, el cual fue “Perfeccionado,
Certificado y Tenido al Fiado por la Casa de Crédito Durhan (Intl. Ltd)”

Estos agentes de las corporaciones hostiles de la Corona activamente trabajan a través de agentes/agencias/ corporaciones
en las mismas prácticas fraudulentas, usadas anteriormente en la Guerra del Algodón/Guerra Civil y la Guerra de la
Confederación.

Es por esto que el Agente y Caballero de la Reina como Presidente Ejecutivo que controla la Reserva Federal del Sistema
Bancario Americano y la Reserva Federal Extranjera del Sistema Bancario Americano fue muy “indiferente (en desacato)
hacia el Congreso”.

Una vez más, estas Corporaciones de la Corona Inglesa van tras el i Oro ! y minerales de otras naciones; por y a través
de prácticas engañosas designadas para el control total de la Corona a través de Corporaciones de la Corona y el
apropiamiento cuando los gobiernos no sean capaces de controlarlos.

Los estados del Sur primero identificaron quién causó la Guerra Civil. Estos Estados identificaron el perpetrador como:
¡¡¡ Inglaterra ! Los Nitratos y el Guano habían incrementado la producción sureña del algodón, y las Corporaciones Reales
del Algodón perdieron 7 millones de libras Esterlinas debido a este incremento de producción por el Nitratos y el Guano
que estaba siendo usado por los Algodoneros Sureños.

Conviene entonces que ellos se adueñen de esos recursos para compensar sus pérdidas.

La influencia ROTHSCHILD en los Estados Unidos de América es de mucho tiempo, pero no hay ninguna razón para
creer la historia que el judío Haym Solomon que ayudó financiar la Guerra de la Independencia era agente de la familia,
cuando él murió en 1785, antes de que Amschel Rothschild se hiciera un financiero internacional.

En 1837 los Rothschild enviaron a agente suyo a que estableciera oficinas en Nueva York. Este era un judío llamado
Schoenberg cuyo nombre se cambió a August Belmont, y quién profesó la cristiandad. Este judío había tenido experiencia
las sucursales en Frankfurt y Nápoles de la conexión Rothschild. Desde 1844 a 1850, Belmont fue, a través de la
influencia de Solomon Rothschild, hecho cónsul-general austriaco en Nueva York; él renunció entonces como protesta
contra el tratamiento de Austria del revolucionario húngaro, Kossuth.

En 1853, Belmont se hizo representante de EEUU en los Países Bajos viviendo en la Haya durante varios años. Después
de eso, en 1860, él se hizo Presidente del Comité Nacional Demócrata. En total está claro que Belmont tenía un tremendo
poder en los Estados Unidos. Él se hizo enormemente rico y se casó con la hija del Comodoro Matthew Perry que “abrió”
Japón a las naciones occidentales.

Entretanto, los Rothschild “establecieron oficinas en los Estados del Sur de EEUU para la compra de algodón que ellos
enviaron a Francia, donde ellos la comercializaron… Ellos compraron a cosechas del tabaco enteras para proporcionar
los requisitos del tabaco de los varios Estados. Sus propias naves llevaron cargas enormes entre los Estados Unidos y
Francia”. (A, Vol. II., pág. 387).

Así, cuando la Guerra Civil (1861-5) irrumpió entre el Norte y Sur, los Rothschild de Europa estaban obviamente muy
profundamente involucrados en ambos lados. Es importante recordar aquí que ellos nunca estaban en buen humor con
Napoleón III., quién no pidió prestado de ellos sino de otros judíos.

Napoleón III tenía planes muy definidos acerca del futuro de América, y los Rothschild tenían evidentemente un esquema
algo similar. La desconfianza de Napoleón III para los Rothschild, sin embargo, le hizo imposible apoyarlo abiertamente
por ellos en sus esfuerzos con dinero.

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La idea de Napoleón III era establecer un nuevo Imperio adquiriendo México y algunos de los Estados Unidos del sur, y
él quería que Gran Bretaña entrara con él a compeler al Norte para abandonar el asedio de los puertos del sur.

El Sur (los Confederados), duramente apretados, estaba intentando afianzarle a Napoleón III la intervención en su favor
que ellos esperaron sobrevivir para ofrecerle algún territorio, en Louisiana y Texas. El Gobierno Confederado tenía al
judío Judah P. Benjamín como su Secretaria de Estado, y la Enciclopedia judío (B, Vol. III., pág. 30) quita toda duda
acerca de qué está pasando, porque dice:

“Desgraciadamente no se ha publicado todavía un estudio completo de la diplomacia de la Confederación, ni cualquier


biografía adecuada de Benjamín del que ése sería el capítulo principal. Pero por tal publicación sería mostrado cómo de
cerca la Confederación vino a afianzar a la intervención europea – particularmente a través de la ayuda de Napoleón III
– por tentar esfuerzos y del estadista del Departamento de Estado Confederado bajo la dirección de Benjamín, y a la
probable transformación de una insurrección en una revolución exitosa en consecuencia.”

Ese Benjamín, antes de la Guerra Civil, había conversado realmente con Napoleón en Biarritz en este mismo asunto de
un Dominio francés en América se revela en los Cincuenta Años de Clew en Wall Street (Z.3, pág. 62). Ayudado por
préstamos judíos, a través del Credit Mobilier y respaldado por la empresa de Pereira, el candidato de Napoleón,
Maximiliano de Austria, desembarcó en México en 1864 para volverse su efímero Emperador.

Pero el complot falló. Gran Bretaña no jugaría su parte. El hombre que lo previno era ¡el Zar Alejandro II de Rusia! Él
envió su flota, como esta era, por el océano y la puso a disposición de Abraham Lincoln, así los británicos y franceses
supieron que si ellos intentaran llevar a cabo el esquema de Napoleón III, ellos se encontrarían comprometidos en
hostilidades con Rusia.

A este pedazo de historia confidencial nunca se le ha permitido volverse propiedad pública. En el momento, el Zar él no
lo anunció porque, inmediatamente después, él fue forzado por la situación europea para hacerse amigo con Napoleón III.
Que la flota rusa estaba en aguas americanas en el momento, bajo el orden del hermano del Zar, y fue “invitada” por el
Secretario Seward, y que esto les impidió a Francia y Gran Bretaña llevar a cabo sus planes es confirmado por Clews
(Z.3, pág. 59). Clews consideró la presencia de la flota rusa como un incidente afortunado, pero el Gobierno británico y
francés consideró obviamente que era deliberado.

¿Ahora que quisieron los Rothschild? Sus deseos pueden ser estimados con bastante precisión citando la opinión dada
por Benjamin Disraeli sobre de América cuando la Guerra Civil estaba terminada:

“Esta será una América de ejércitos, de diplomacia, de Estados rivales y gabinetes manoeuvering, de turbulencia
frecuente, y probablemente de guerras frecuentes”. (Registro Anual, 1863, N.S. cv. 21).

Disraeli era la bocina de Lionel Rothschild.

Los Rothschild desearon reproducir en América las condiciones caóticas para obtener eso que en Europa ellos gobernaron
todos los Estados; una América unida sería demasiado poderosa para ellos; debía rajarse, y ahora era el tiempo para
hacerlo, pero era torpe que Napoleón III ¡no trabaje con ellos!

¿Qué fueron ellos a hacer? Había sólo una respuesta. Apoye ambos lados y prevenga que un gane completamente para
cualquiera lado, y así forzar al Norte y al Sur separadamente, con la capacidad que el Norte sea anexado a Canadá. En la
práctica, esto significó ayudando al débil Sur más que al Norte fuerte. Eso era lo que el Gobierno británico hizo realmente;
a pesar de mucho sentimiento liberal en simpatía con el Norte, la política británica viró ronda en favor del Sur, y la
Confederación fue reconocida por este y ayudada directamente permitiendo construir las naves, se ajustadas e incluso
tripuladas para este en puertos británicos; tanto así, como es bien conocido, Gran Bretaña tenía que pagar daño y perjuicios
seguidamente por las actividades de la Alabama y Florida en alta mar. August Belmont en Nueva York apoyó al Norte
“con el más gran vigor”. “Su más valioso servicio, quizás, era una correspondencia constante con amigos influyentes en
Europa, los Rothschild y otros en los que él fuertemente puso el lado Norte en el gran conflicto”. (Z.4, Vol. II., pág. 170).

La Enciclopedia Británica (R, Vol. III., pág. 710) también dice que él apoyó enérgicamente la Unión y ejerció su influencia
sobre financieros en Inglaterra y Francia en apoyo del Norte. Lionel Rothschild pensó que el Norte ganaría, dice Roth
(L). Entretanto, los otros Rothschild invirtieron pesadamente en bonos del Sur y tan finalmente por supuesto incurrieron
en fuertes pérdidas. (B, Vol. X., p. 496).

Los Rothschild, yo repito, respaldaron ambos lados, sus intereses materiales estando en ambos lados, y sus intereses
políticos requiriendo una guerra larga y un estancamiento que sólo podría ser producidos dando más ayuda al Sur que al
Norte.

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¿Tuvo August Belmont cualquier contacto con Judah P. Benjamín, el judío que fue primero Fiscal-general, luego
Secretario de Guerra, y finalmente Secretario del Gobierno de la Confederado? Yo encuentro que él tuvo. La esposa de
Belmont, una gentil, tenía un tío John Slidell (1793-1871), un socio en la firma legal de Slidell, Benjamín & Conrad, en
Louisiana, y del que ¡Judah P. Benjamín también era un socio!

¡Ésta apenas puede ser una coincidencia; era obviamente cadencia Cohen! Más, Slidell era uno de los dos comisarios que
la Confederación envió a Francia para comprar municiones y poner en orden los suministros y embarques y otra ayuda
para el Sur. Slidell estaba en términos familiares con Napoleón III. (Z.3, p.p. 60-68), y aprobó la aventura mexicana de
Napoleón. (Z.4).

Su hija se casó con el Barón Frederick Emil D’Erlanger, cabeza de la empresa bancaria judía en París cuyo hijo el Barón
Raphael Erlanger de Frankfurt había sido representante secreto de los Rothschild.

La empresa Erlanger financió a los Confederados (Estados Confederado de América, por J. C. Schwab, pág. 102, Nueva
York, 1901) y yo no tengo duda era ayudado por sus patrocinadores los Rothschild que no podría hacer nada abiertamente
debido a la desconfianza cordial de Napoleón III de ellos.

El Erlanger también eran agentes para el Credit Mobilier, rivales de los Rothschild’.

Abraham Lincoln intentó introducir Préstamos Estatales para librar al pueblo de América de los engranajes de los
banqueros. Nosotros necesitamos no ser sorprendidos que por consiguiente August Belmont “se opuso fuertemente a la
nominación y elección de Lincoln”. (Z.4, Vol. II.).

Lincoln financió la Guerra Civil sobre créditos del Estado, y por eso él fue asesinado en 1865 por el actor judío
Booth. Este Booth ni fue nunca un sureño ni poseyó un esclavo (A New American History, por W. E. Woodward, 1938,
pág. 475). Un esfuerzo por asesinar a Seward se hizo la misma tarde; Seward era el hombre que dio la invitación a la
flota rusa. Un intento contra el Zar mismo se hizo en París en el año siguiente y en 1881 él fue volado en pedazos por una
bomba. Después el Zar sería asesinado en una Revolución financiada por Lionel Rothschild.

¡Lincoln, Seward y el Zar fueron las tres personas que habían prevenido principalmente la partición judía de los Estados
Unidos! El Presidente Garfield que tuvo las mismas vistas sobre la verdadera naturaleza de crédito nacional como lo hizo
Lincoln, también fue debidamente asesinado.

“Lionel Rothschild tenía una porción grande en el exitoso fondo de la Deuda Nacional de los Estados Unidos”. (B, Vol.
X., pág. 501). Se concluye que su fortuna en EEUU tiene un origen asesino.

Éste sería el Acta del Fondo, 1866, después de la Guerra Civil que se retiró un gran número de billetes de banco (Notas
de Crédito de Estado) aunque el proceso se suspendió dentro de los dos años. En 1893, Pierpont Morgan, Belmont y los
Rothschild proporcionaron al Gobierno de EEUU con tres-y-un-medio millones de onzas de oro a cambio de bonos que
llevan cuatro por ciento de interés y a un precio por lejos debajo del precio del mercado actual de tales seguridades. Esta
transacción era muy impopular en los Estados, y con buena razón, porque el alivio ofrecido a las finanzas del país sólo
era de diez meses de duración y la situación seguía peor que nunca.

Entonces, sin embargo, el Gobierno de EEUU flotó un préstamo que le vende sus bonos al público, con resultados
satisfactorios. (A History of the American People, por S. E. Forman, 1922, pág. 647).

Belmont Augusto, el representante de Rothschild, se volvió Gran Sachem de Sociedad de Tammany que dirigió Tammany
Hall, el centro patrón de gobierno y corrupción en Nueva York; esta posición era sumamente útil a la Casa considerando
la cantidad de dinero de Rothschild que se invirtió en Nueva York. Tammany Hall es una clase de fachada Gentil para el
Kehilla judío, o el gobierno secreto judío.

Belmont Augusto se murió en 1890. Sus hijos, Perry y August, fueron ambos prominentes en la política corrupta del país.
Perry Belmont era Presidente del Comité en Asuntos Extranjeros, 1885-9, y Ministro Plenipotenciario en España, 1888-
9, y tuvo otros puesteo importantes. El segundo August Belmont tuvo un hijo, Morgan Belmont, y a través de él un nieto,
John Mason Belmont; él continuó la empresa para los Rothschild hasta su muerte y ahora Morgan representa a la familia
en este.

LOS MOMENTOS PREVIOS A LA GUERRA EN EL PERU

En esos días en el Perú se emitieron la oposición política de ese entonces emitió varios comunicados que decían así:

PRIMER COMUNICADO

A. Que el Congreso tenga el buen sentido para enfrentar el delito de desacato al y contra el Congreso.

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B. Que el Congreso enfrente de una vez la actividad de las Corporaciones Hostiles de la Corona Inglesa; y que “haga un
llamado a todas las deudas inglesas desde 1871-72….”

C. NO HAY NECESIDAD DE UNA GUERRA ENTRE PERU, BOLIVIA Y CHILE…”…el remedio se debe dar en
reciprocidad y acuerdos comerciales entre estos Países, dando derechos a Chile para el uso de Tierras Peruanas para
Transportar Bienes y Productos hasta el Mar en Litoral Boliviano….”

SEGUNDO COMUNICADO

a. Con la reciprocidad y los acuerdos comerciales mutuamente acordados, permitir a Chile el acceso al mar.

b. Cruzar Tierras Peruanas y bolivianas por ‘X’ cantidad de años… (tiempo a determinar por las partes involucradas).

c. Acuerdo que pueden ser extendidos si todo va bien entre ellos y Bolivia.

d. Perú consigue una compensación justa de Chile por el Transporte de Bienes, etc.., cuando se usen territorios peruanos
para el efecto.

A continuación se pasa “otro” texto de un comunicado que hacían las fuerzas vivas del Perú en esos días tratando de
“calmar” los ánimos:

TERCER COMUNICADO

NO HAY NECESIDAD DE UNA GUERRA EN LATINOAMERICA. LOS UNICOS GANADORES SERAN LOS
AGENTES TRIPODES DE LA CORONA DE INGLATERRA.

1. El Mayor Interés ahora, es si este congreso puede llamar todas las deudas debidas y pagables por Inglaterra desde 1871-
1872.

2. Es de interés que las Corporaciones Hostiles de la Reina de Inglaterra sean expulsadas de los Estados Unidos de
América.

3. Expulsar estas corporaciones predadoras de la Reina y repeler todas las leyes repugnantes relacionadas con este aspecto.

4. Pararse el congreso y hacer su deber de “gobiernos civiles soberanos de la Unión de los Estados Unidos de América”.

5) Parar el abuso de la Doctrina Monroe.

ES TIEMPO QUE EL CONGRESO, PERU, BOLIVIA, CHILE Y LATINOAMERICA DESPIERTE Y QUE LE DE UN


LARGO PENSAMIENTO A TODO LO ESPECIFICADO

“LA HISTORIA NO SE PUEDE NEGAR POR EDUCACION”.

Por considerarlo de suma importancia para los efectos en la comprensión de los sucesos globales que acompañaron la
Guerra del Pacifico entre Inglaterra y Perú, vuelvo a transcribir este párrafo:

Los estados del Sur primero identificaron quién causó la Guerra Civil. Estos Estados identificaron el perpetrador como: i
Inglaterra ! Los Nitratos y el Guano habían incrementado la producción sureña del algodón, y las Corporaciones Reales
del Algodón perdieron 7 millones de libras Esterlinas debido a este incremento de producción por el Nitratos y el Guano
que estaba siendo usado por los Algodoneros Sureños. Conviene entonces que ellos se adueñen de esos recursos para
compensar sus pérdidas. Estos recursos estaban en el Peru,

Los Rothschild han sido prestamistas originales de los Rockefeller y de todo el desarrollo petrolífero, ferroviario y
bancario en Estados Unidos, a través de los Morgan (banca y ferrocarriles), Harriman (ferrocarriles y altas finanzas) y
Rockefeller (petróleo y banca). De modo que en el siglo XIX, el control de los ferrocarriles, el petróleo y la banca – hay
que recordar que no había autopistas ni aviones – implicaba controlar gran parte del poder real en los Estados Unidos.

Resulta muy llamativo, entonces, que los Rothschild, en la reciente biografía oficial escrita por Niall Ferguson en dos
tomos, en Oxford, intenten mostrarse a sí mismos como un poder en decadencia desde mediados del siglo XIX,
argumentando que no pudieron instalarse como banca en los Estados Unidos. Resulta contradictorio con el hecho de que
a través de la financiación ejercen control sobre los tres principales negocios de Estados Unidos.

Hay entonces en esta familia la voluntad de pasar desapercibida, y esta búsqueda de anonimato está relacionada también
con que actualmente el clan Rothschild sólo presta su apellido a bancos de inversión singularmente pequeños.

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El general chileno Manuel Baquedano los miraba con su catalejo. No podía creerlo. Ellos eran 6 mil y los soldados de
Francisco Bolognesi no pasaban de los 1.400. No entendía cómo estos hombres, más que armados, enfurecidos, optaban
por el suicidio de enfrentarlos.

Bolognesi sabía que venía la muerte. Pero la patria era primero, por eso escribió cartas que no solo eran la despedida de
sus seres queridos, sino también una confesión de valentía y amor por el Perú.

Su trazo era firme, pero en el mensaje había fastidio y mucha tensión. Sabía la dura batalla que le esperaba... A pesar de
ello, en cada palabra mostraba las ganas de cumplir la orden encomendada. El héroe, quien nació un 4 de noviembre de
1816, vivía así un capítulo de su vida que hoy recordamos un día antes del aniversario de la batalla de Arica, gesta en la
cual entregó la vida por la patria.

Las cartas que el coronel Bolognesi le escribió a su familia antes de la batalla, en junio de 1880, durante la guerra con
Chile, mostraban la voluntad de cumplir con el deber, más allá de las dificultades.

"Querido hijo: son las 11 del día y te dirijo estas palabras para despedirme. El enemigo está cerca de Tacna. Allí lo
espera el general Montero con todo su ejército, salvo que los chilenos le hagan una jugarreta y vengan a tomar esta
plaza (Arica) que la han dejado muy débil", escribe Bolognesi a su hijo Enrique, el 19 de abril.

Meses después de esta emotiva carta, Enrique Bolognesi también decide luchar en la Guerra del Pacífico, en la batalla
de Miraflores de 1881.

"Yo no tengo para su defensa más que 1.400 infantes; ellos pueden –en horas– traer a Pacocha (Ilo) 3 o 4 mil hombres y
a la vez comprometer combate por mar y tierra. En fin, ha llegado el momento de decidir la cuestión.

No hay que asustarse: no estamos mal. Si se dirigen bien las cosas, les daremos un caldo como en Tarapacá.

Creo que seré el pato de la boda por ocupar este puesto que es el ensueño del enemigo. Mientras estén los nuestros en
Tacna quizá no habrá nada aquí.

Ya estoy fastidiado, deseo que llegue el momento de un ataque para descansar del modo que quieras entenderlo. Yo no
duermo, no me dejan ni comer; en la calle y por donde vaya tengo que hacer con todo el que me busca. Afectos a todos
en casa, a amigos y amigas. Adiós", narra en una misiva Bolognesi.

La historiadora Lourdes Medina comenta que cuando uno lee las cartas de Bolognesi, nota que el héroe siempre habla
del cumplimiento del deber, porque no quería defraudar al Perú.

"Hay que rescatar en Bolognesi su optimismo, en las cartas dice que le podemos dar sopa como en Tarapacá, él pensaba
que podía ganar en Arica, su esperanza estaba en la minas (dinamita camuflada), el trabajo estuvo a cargo del ingeniero
Teodoro Elmore, pero lo capturan con los planos, después los chilenos identificaron la ubicación de las minas",
recuerda la historiadora Medina.

Luego, el 22 de mayo, le escribió a su esposa María Josefa, quien en sus primeras palabras adelantaba que estas serían
sus últimas palabras, porque sabe que cada día que pasa el enemigo se acerca a Arica, conocía perfectamente que las
fuerzas de Chile superaban a los defensores peruanos.

"Adorada María Josefa:

Esta será seguramente una de las últimas noticias que te llegarán de mí, porque cada día que pasa vemos que se
acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el enemigo superior a las fuerzas peruanas son
latentes y determinantes. Los días y las horas pasan y las mismas como golpes de campana trágica que se esparcen
sobre este peñasco de la ciudadela militar, engrandecida con un puñado de patriotas que tienen su plazo contado y su
decisión de pelear sin desmayos en el combate, para no defraudar al Perú.

¿Qué será de ti, amada esposa, tú que me acompañaste con amor y santidad?, ¿qué será de nuestra hija y de su
marido, que no me podrán ver ni sentir en el hogar común? Dios va a decidir este drama en que los políticos que
fugaron y los que asaltaron el poder tienen la misma responsabilidad. Unos y otros han dictado, con su incapaz
conducta, la sentencia que nos aplicará el enemigo. Nunca reclames nada, para que no crean que mi deber tuvo precio.
Besos para ti y Margarita. Abrazos a Melvin”, escribe Bolognesi a su esposa.

Efectivamente, un grupo de peruanos, a pesar de la situación en contra y que sabían que iban a morir, se resistieron al
final. Además de la guerra por el guano y el salitre era una lucha por la dignidad nacional.

TELEGRAMAS

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Bolognesi, antes de la batalla, tenía comunicación con el prefecto de Arequipa, Carlos Gonzales Orbegoso. En los
distintos telegramas le dice que no cuente con Manuel Leyva, Lizardo Montero, Narciso Campero (boliviano), sus
batallones nunca llegaron a la batalla de Arica.

"Enemigo todas armas trasladadas trenes. Encuéntrense acampados dos leguas esta plaza. Esperamos mañana ataque.
Resistiremos", dice el telegrama del 2 de junio de Bolognesi al prefecto.

Para la historiadora Medina, los documentos mostraban que la situación era complicada, la falta de alimento, la alarma
por la ocupación chilena, pero aún así salieron al frente.
"Suspendido por enemigos cañoneo. Parlamento dijo: general Baquedano por deferencia especial a la enérgica actitud
de la plaza desea evitar derramamiento de sangre. Contesté según acuerdo de jefes: mi última palabra es quemaremos el
último cartucho. ¡Viva el Perú!", escribe Bolognesi al prefecto de Arequipa en telegrama del 5 de junio, mientras que
Orbegoso le responde con emoción:

"Felicito a usted y jefes de la plaza en nombre del pueblo arequipeño por su noble actitud. Arequipa contesta: ¡Viva el
coronel Bolognesi!".

EN LA BATALLA

Era tanta la laboriosidad que Bolognesi desplegaba en Arica para tratar de tener todo controlado, que casi no dormía. El
general chileno Manuel Baquedano, con su catalejo, lo miraba y no lo entendía, pues su tropa no pasaba los 1.400
hombres, mientras que los chilenos superaban los 6 mil soldados. Esto conmueve al oficial sureño y le ofrece la
rendición honrosa, por eso manda al chileno José de la Cruz Salvo, pero recibe esta respuesta:

"Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho", dice Francisco Bolognesi junto
con sus oficiales. Este suceso se produjo en la llamada Casa de la Respuesta en Arica.

"Hubo saqueo e incendios, ataque a consulados y muchos otros desmanes", indica la doctora Medina, quien señala los
excesos de los soldados chilenos, "la matanza de heridos y prisioneros se generalizó".

En esa batalla perdieron la vida peruanos como Alfonso Ugarte, José Joaquín Inclán, Justo Arias y Aragüez, entre otros.
Solo algunos coroneles se salvaron como Marcelino Varela o el oficial Roque Sáenz Peña, argentino que sirvió en el
ejército peruano y luego llegó a ser presidente de Argentina en 1910.

Los hechos ocurridos en la batalla de Arica significan uno de los capítulos más trágicos de la historia peruana.

Mil compatriotas perdieron la vida, el resto cayó prisionero. Muchos de ellos murieron fusilados en la plazoleta de la
iglesia de Arica. La sangre peruana derramada demoró muchas décadas en borrarse.

CLAVES

Bicentenario. Dentro de las celebraciones del bicentenario del nacimiento de Bolognesi, la comisión permanente de
Historia del Ejército ha organizado el cronograma de actividades de dicho evento que se desarrollará en el 2016.

Patrono. El Ejército tiene la tarea de promocionar el legado de Bolognesi entre la población. El próximo año se
realizarán concursos, ceremonias y una premiación a diversas personas.

Cronología

Vida del héroe. Francisco Bolognesi Cervantes nació en Lima, en el Virreinato del Perú, un 4 de noviembre de 1816, en
la calle Afligidos (hoy jirón Caylloma Nº 125).

1807. Su padre fue el italiano Andrés Bolognesi Campanella, violonchelista de Génova, que llegó al Perú en 1807. Su
madre fue la arequipeña Juana Cervantes Pacheco.

22-07-1844. Le tocó presenciar la batalla de Carmen Alto, librada en Arequipa, acción en la que las fuerzas
constitucionalistas del general Ramón Castilla derrotaron a las del gobierno de facto del general Manuel Ignacio de
Vivanco. Se dice que Castilla le ofreció un puesto en su ejército, pero Bolognesi optó por permanecer en la vida civil,
arguyendo asuntos familiares y de negocios, relacionado con la explotación de café y cascarilla.

1859. 25 mil fusiles con ánima rayada compró Bolognesi de Europa, además de 40 cañones para el uso del ejército, allí
se perfeccionó en estrategia.

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Febrero 1862. Bolognesi trajo de Europa 54 cañones, armamento que fue probado en las playas de Conchán.
Opositores del gobierno criticaron la compra, pero él los retó: si no funcionaban se disparaba un tiro.

Julio 1880. Los restos de Bolognesi fueron trasladados al Perú en julio de 1880, a bordo del transporte Limeña, junto
con los restos de otros dos caídos en Arica: Juan Guillermo More y Ramón Zavala. En un inicio fue sepultado en una
tumba familiar en el cementerio Presbítero Maestro. Actualmente se encuentra en la Cripta de los Héroes del
mencionado camposanto, junto con Miguel Grau, Alfonso Ugarte, entre otros.

5-11-1905. Se inauguró el monumento en su homenaje. A la ceremonia asistió uno de los sobrevivientes de la defensa
de Arica, el argentino Roque Sáenz Peña, con rango de general del ejército peruano.

LAS CARTAS DE FRANCISCO BOLOGNESI A SU ESPOSA

“Nunca reclames nada, pues mi deber no tuvo precio”

Cartas del héroe. Correspondencia enviada a su familia y al prefecto de Arequipa muestran la tensión que vivió el héroe.
“¿Qué será de ti, amada esposa?... Dios va a decidir este drama en que los políticos que fugaron y los que asaltaron el
poder tienen la misma responsabilidad”. Este domingo se conmemora el 135º aniversario de la batalla de Arica.
El general chileno Manuel Baquedano los miraba con su catalejo. No podía creerlo. Ellos eran 6 mil y los soldados de
Francisco Bolognesi no pasaban de los 1.400. No entendía cómo estos hombres, más que armados, enfurecidos, optaban
por el suicidio de enfrentarlos.

Bolognesi sabía que venía la muerte. Pero la patria era primero, por eso escribió cartas que no solo eran la despedida de
sus seres queridos, sino también una confesión de valentía y amor por el Perú.

Su trazo era firme, pero en el mensaje había fastidio y mucha tensión. Sabía la dura batalla que le esperaba... A pesar de
ello, en cada palabra mostraba las ganas de cumplir la orden encomendada. El héroe, quien nació un 4 de noviembre de
1816, vivía así un capítulo de su vida que hoy recordamos un día antes del aniversario de la batalla de Arica, gesta en la
cual entregó la vida por la patria.

Las cartas que el coronel Bolognesi le escribió a su familia antes de la batalla, en junio de 1880, durante la guerra con
Chile, mostraban la voluntad de cumplir con el deber, más allá de las dificultades.

"Querido hijo: son las 11 del día y te dirijo estas palabras para despedirme. El enemigo está cerca de Tacna. Allí lo
espera el general Montero con todo su ejército, salvo que los chilenos le hagan una jugarreta y vengan a tomar esta
plaza (Arica) que la han dejado muy débil", escribe Bolognesi a su hijo Enrique, el 19 de abril.

Meses después de esta emotiva carta, Enrique Bolognesi también decide luchar en la Guerra del Pacífico, en la batalla
de Miraflores de 1881.

"Yo no tengo para su defensa más que 1.400 infantes; ellos pueden –en horas– traer a Pacocha (Ilo) 3 o 4 mil hombres y
a la vez comprometer combate por mar y tierra. En fin, ha llegado el momento de decidir la cuestión.

No hay que asustarse: no estamos mal. Si se dirigen bien las cosas, les daremos un caldo como en Tarapacá.

Creo que seré el pato de la boda por ocupar este puesto que es el ensueño del enemigo. Mientras estén los nuestros en
Tacna quizá no habrá nada aquí.

Ya estoy fastidiado, deseo que llegue el momento de un ataque para descansar del modo que quieras entenderlo. Yo no
duermo, no me dejan ni comer; en la calle y por donde vaya tengo que hacer con todo el que me busca. Afectos a todos
en casa, a amigos y amigas. Adiós", narra en una misiva Bolognesi.

La historiadora Lourdes Medina comenta que cuando uno lee las cartas de Bolognesi, nota que el héroe siempre habla
del cumplimiento del deber, porque no quería defraudar al Perú.

"Hay que rescatar en Bolognesi su optimismo, en las cartas dice que le podemos dar sopa como en Tarapacá, él pensaba
que podía ganar en Arica, su esperanza estaba en la minas (dinamita camuflada), el trabajo estuvo a cargo del ingeniero
Teodoro Elmore, pero lo capturan con los planos, después los chilenos identificaron la ubicación de las minas",
recuerda la historiadora Medina.

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Luego, el 22 de mayo, le escribió a su esposa María Josefa, quien en sus primeras palabras adelantaba que estas serían
sus últimas palabras, porque sabe que cada día que pasa el enemigo se acerca a Arica, conocía perfectamente que las
fuerzas de Chile superaban a los defensores peruanos.

"Adorada María Josefa:

Esta será seguramente una de las últimas noticias que te llegarán de mí, porque cada día que pasa vemos que se
acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el enemigo superior a las fuerzas peruanas son
latentes y determinantes. Los días y las horas pasan y las mismas como golpes de campana trágica que se esparcen
sobre este peñasco de la ciudadela militar, engrandecida con un puñado de patriotas que tienen su plazo contado y su
decisión de pelear sin desmayos en el combate, para no defraudar al Perú.

¿Qué será de ti, amada esposa, tú que me acompañaste con amor y santidad?, ¿qué será de nuestra hija y de su
marido, que no me podrán ver ni sentir en el hogar común? Dios va a decidir este drama en que los políticos que
fugaron y los que asaltaron el poder tienen la misma responsabilidad. Unos y otros han dictado, con su incapaz
conducta, la sentencia que nos aplicará el enemigo. Nunca reclames nada, para que no crean que mi deber tuvo precio.
Besos para ti y Margarita. Abrazos a Melvin”, escribe Bolognesi a su esposa.

Efectivamente, un grupo de peruanos, a pesar de la situación en contra y que sabían que iban a morir, se resistieron al
final. Además de la guerra por el guano y el salitre era una lucha por la dignidad nacional.

TELEGRAMAS

Bolognesi, antes de la batalla, tenía comunicación con el prefecto de Arequipa, Carlos Gonzales Orbegoso. En los
distintos telegramas le dice que no cuente con Manuel Leyva, Lizardo Montero, Narciso Campero (boliviano), sus
batallones nunca llegaron a la batalla de Arica.

"Enemigo todas armas trasladadas trenes. Encuéntrense acampados dos leguas esta plaza. Esperamos mañana ataque.
Resistiremos", dice el telegrama del 2 de junio de Bolognesi al prefecto.

Para la historiadora Medina, los documentos mostraban que la situación era complicada, la falta de alimento, la alarma
por la ocupación chilena, pero aún así salieron al frente.
"Suspendido por enemigos cañoneo. Parlamento dijo: general Baquedano por deferencia especial a la enérgica actitud
de la plaza desea evitar derramamiento de sangre. Contesté según acuerdo de jefes: mi última palabra es quemaremos el
último cartucho. ¡Viva el Perú!", escribe Bolognesi al prefecto de Arequipa en telegrama del 5 de junio, mientras que
Orbegoso le responde con emoción:

"Felicito a usted y jefes de la plaza en nombre del pueblo arequipeño por su noble actitud. Arequipa contesta: ¡Viva el
coronel Bolognesi!".

EN LA BATALLA

Era tanta la laboriosidad que Bolognesi desplegaba en Arica para tratar de tener todo controlado, que casi no dormía. El
general chileno Manuel Baquedano, con su catalejo, lo miraba y no lo entendía, pues su tropa no pasaba los 1.400
hombres, mientras que los chilenos superaban los 6 mil soldados. Esto conmueve al oficial sureño y le ofrece la
rendición honrosa, por eso manda al chileno José de la Cruz Salvo, pero recibe esta respuesta:

"Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho", dice Francisco Bolognesi junto
con sus oficiales. Este suceso se produjo en la llamada Casa de la Respuesta en Arica.

"Hubo saqueo e incendios, ataque a consulados y muchos otros desmanes", indica la doctora Medina, quien señala los
excesos de los soldados chilenos, "la matanza de heridos y prisioneros se generalizó".

En esa batalla perdieron la vida peruanos como Alfonso Ugarte, José Joaquín Inclán, Justo Arias y Aragüez, entre otros.
Solo algunos coroneles se salvaron como Marcelino Varela o el oficial Roque Sáenz Peña, argentino que sirvió en el
ejército peruano y luego llegó a ser presidente de Argentina en 1910.

Los hechos ocurridos en la batalla de Arica significan uno de los capítulos más trágicos de la historia peruana.

Mil compatriotas perdieron la vida, el resto cayó prisionero. Muchos de ellos murieron fusilados en la plazoleta de la
iglesia de Arica. La sangre peruana derramada demoró muchas décadas en borrarse.

Cronología

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Vida del héroe. Francisco Bolognesi Cervantes nació en Lima, en el Virreinato del Perú, un 4 de noviembre de 1816, en
la calle Afligidos (hoy jirón Caylloma Nº 125).

1807. Su padre fue el italiano Andrés Bolognesi Campanella, violonchelista de Génova, que llegó al Perú en 1807. Su
madre fue la arequipeña Juana Cervantes Pacheco.

22-07-1844. Le tocó presenciar la batalla de Carmen Alto, librada en Arequipa, acción en la que las fuerzas
constitucionalistas del general Ramón Castilla derrotaron a las del gobierno de facto del general Manuel Ignacio de
Vivanco. Se dice que Castilla le ofreció un puesto en su ejército, pero Bolognesi optó por permanecer en la vida civil,
arguyendo asuntos familiares y de negocios, relacionado con la explotación de café y cascarilla.

1859. 25 mil fusiles con ánima rayada compró Bolognesi de Europa, además de 40 cañones para el uso del ejército, allí
se perfeccionó en estrategia.

Febrero 1862. Bolognesi trajo de Europa 54 cañones, armamento que fue probado en las playas de Conchán.
Opositores del gobierno criticaron la compra, pero él los retó: si no funcionaban se disparaba un tiro.

Julio 1880. Los restos de Bolognesi fueron trasladados al Perú en julio de 1880, a bordo del transporte Limeña, junto
con los restos de otros dos caídos en Arica: Juan Guillermo More y Ramón Zavala. En un inicio fue sepultado en una
tumba familiar en el cementerio Presbítero Maestro. Actualmente se encuentra en la Cripta de los Héroes del
mencionado camposanto, junto con Miguel Grau, Alfonso Ugarte, entre otros.

ALFONSO UGARTE

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¨No podemos abandonar Arica porque es un puerto artillado y tiene elementos y posiciones de defensa.Tenemos pues que
cumplir con el deber del honor, defendiendo esta plaza hasta que nos la arranquen a la fuerza. Ese es nuestro deber y así
lo exige el honor nacional. Estamos pues esperando ser atacados por mar y tierra. Estamos resueltos a resistir con toda
seguridad de ser vencidos , pero es preciso cumplir con el honor y el deber¨

(Carta enviada a su primo por parte del coronel Alfonso Ugarte el 1ro de junio de 1880).

Juan Alfonso Ugarte Vernal nació el 13 de julio de 1847 en Iquique, puerto principal del territorio salitrero de Tarapaca.
Sus padres fueron Narciso Ugarte y Rosa Vernal y Carpio. Tuvo cuatro hermanos: Isabel, Narciso y Fernando Ugarte y,
Luisa Hilliger fruto del segundo compromiso de su madre. Educado en colegios mercantiles de Valparaíso (Chile) y
Europa (1861-1867), obtuvo el título de contador y era dueño de una cuantiosa fortuna proveniente de empresas dedicadas
a la extracción de salitre, alquiler de bienes raíces de su propiedad, así como de la inversión de dinero en bonos. Iba a
marchar a Europa en viaje de negocios de la firma Ugarte, Zeballos y Compañía, que él había fundado, cuando se enteró
de aquella noticia de que Chile declaraba la guerra al Perú el 5 de abril de 1879.
Humilde y afectuoso rechazó la ayuda y seguridad prestada por sus amigos chilenos de negocios para salvar su fortuna,
su familia y su persona,decidiendo en tan difícil situación quedarse en el Perú e invertir su fortuna personal en favor de
la defensa del país.En Iquique, Ugarte organizó un batallón integrado por obreros y artesanos, conocido como batallón
de Iquique Nro 1, además donó 10,000 soles para los gastos de la guerra, imponiéndose el compromiso de dar 1,000
soles mensuales para el mantenimiento de la tropa del sur.
Comandando el batallón Iquique el cual estaba conformado por 429 soldados y 36 oficiales ,el ahora coronel Alfonso
Ugarte participó en las batallas de San Francisco (19 de nov. de 1879) y Tarapaca (27 de nov. de 1879). En esta última
recibió una herida en la parte superior del cráneo, negándose a ser conducido a Arequipa para su curación.Tampoco quiso
retirarse de la guerra a pesar de haber contraído el paludismo y replegándose junto con el ejército del sur que comandaba
el general Juan Buendia hizo la penosa marcha desde Tarapaca hasta Arica. Reorganizado el ejército, fue nombrado
Comandante en Jefe de la Octava división , al mando de la cual encontraría la muerte el 7 de junio de 1880 en la batalla
de Arica.

Retrato del coronel Alfonso Ugarte Vernal quien en su testamento le dejó 15 mil soles a su prima Timotea Vernal como
resarcimiento económico por haberle ofrecido matrimonio y no efectuarlo por la situación de guerra que vivía el Perú

¿Pero, como murió Alfonso Ugarte?


Lamentablemente la historia tradicional apoyada en trascendidos y rumores y no en versiones oficiales o partes de guerra
presentó y popularizó aquella imágen de Alfonso Ugarte montado en un caballo blanco que al verse rodeado por el
enemigo se lanzó desde el lado derecho del morro de Arica al mar, defendiendo el honor de la bandera nacional. Asi un

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artículo del diario limeño "La Patria" del 21 de mayo de 1880 decía: "El último acto de la corta pero interesante carrera
de Alfonso Ugarte revela cuanto era capaz esa alma verdaderamente grande .Acosado por innumerables enemigos ,
vencido ya en la cumbre del morro histórico, presenciando la mutilación de los caídos, la profanación de esas reliquias
sagradas del heroísmo quiso sustraerse a las manos enemigas y clavando las espuelas en los ijares de su caballo, se lanzó
al espacio desde aquella inmensa altura para caer despedazado sobre las rocas de la orilla del mar". El mismiso Basadre
tomó como verdadera dicha información. Markham siguiendo la misma línea dice:"Ugarte murió precipitándose desde el
morro". Otros historiadores como Rubén Vargas Ugarte o Eudoxio. H. Ortega repitieron esta misma historia que sin
ningún sustento ya era muy popular a principios del siglo XX entre la población de Tacna y Arica.La versión por demás
fantástica y nacionalista caló rapidamente en la memoria de los peruanos, siendo repetida hasta la saciedad como una
verdad histórica, sin embargo la realidad de los hechos fue totalmente distinta. El diplomático peruano Juan del Campo
Rodríguez en sus "Batallas legendarias del Perú y del Mundo" sostiene:"La leyenda romántica y patriotera presenta
falsamente al coronel Alfonso Ugarte Vernal arrojándose bandera en mano,sobre un blanco caballo desde la cima del
morro hacia el mar.Todo indica sin embargo que el coronel Ugarte murió cerca de Bolognesi, casi al final de la batalla,
en la cima del morro, cuando las fuerzas peruanas sobrevivientes fueron superadas tras una violenta lucha...". En el parte
de guerra del capitán de fragata peruano Manuel Ignacio Espinoza Comploda,segundo jefe de las baterias del
morro,redactado el mismo día de la batalla y que no fue tomado en cuenta por los historiadores antes mencionados se
lee:"mientras tanto la tropa que tenia su rifle en estado de servicio seguía haciendo fuego, hasta que los enemigos
invadieron el recinto haciendo descargas sobre los pocos que quedabamos allí;en esta situacion llegaron a la bateria el
señor coronel D. Francisco Bolognesi, jefe de la Plaza,coronel D. Alfonso Ugarte...y otros que no recuerdo;y como era
inútil toda resistencia, ordenó el señor Comandante General que se suspendieran los fuegos lo que no pudiendo
conseguirse a viva voz, el señor coronel Ugarte fue personalmente a ordenarlo a los que disparaban situados al otro lado
del cuartel , en donde dicho jefe fue muerto...".

Retrato del coronel Bolognesi y otros valerosos oficiales que entregaron su vida en la plaza fuerte de Arica. Alfonso
Ugarte aparece debajo del reloj.

El historiador chileno Nicanor Molinare en su obra "Asalto y toma de Arica" basándose en el testimonio del oficial
chileno Ricardo Silva Arraigada afirmaba:"Mas tarde pude ver los cadáveres de Bolognesi, Moore y Ugarte.Todos decían
que después de haberse rendido vulgarmente la tropa los habían ultimado a culatazos, porque con felonía, estando rendida
la plaza le dieron fuego a los cañones, reventándolos. El cadáver de Alfonso Ugarte se encontraba en una casucha ubicada
cerca del mastil, al lado del mar, mirando hacia el pueblo; en ese lugar las rabonas del morro cocinaban el rancho;y ahi;
esas pobres mujeres tenían oculto el cadáver de Alfonso Ugarte; era un hombre chico, moreno,el rostro picado de viruelas,
los dientes muy orificados, de bigote negro. Aquellas mujeres tenían profundo cariño por Ugarte y para guardar su
cadáver, lo habían vestido con un uniforme quitado a un muerto chileno.Pude saber que era el coronel Ugarte, porque el
doctor boliviano Quint cuando lo vió, exclamó:!Pobre coronel Ugarte; no hace mucho lo he visto vivo!...". Queda claro
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entonces,en base a testimonios y documentos oficiales como el parte de guerra del capitán de fragata peruano M.I.
Espinoza que el coronel Ugarte murió peleando en el Morro de Arica.

Pero, si el coronel Ugarte murió en la cima del morro porqué su cadáver apareció al pie del morro. Según el historiador
chileno Vicuña Mackenna, quien solía recibir informes de primera mano de los jefes y oficiales chilenos, el cadáver de
Alfonso Ugarte fue arrojado por manos chilenas a las cavernas del mar. Nicanor Molinare dice que terminada la
batalla¨...se dio la orden de arrojar al mar todos los cadáveres;sin duda que botaron también el de Alfonso Ugarte...¨, el
mismo Molinare sostiene que ¨durante mucho tiempo, el mar estuvo arrojando restos humanos a la playa...¨. Enterada
Doña Rosa Vernal de la muerte de su hijo, ofreció mil pesos de recompensa al que encontrase el cadáver, el chileno
Alfredo Lagos Zuñiga dice:"... se presentaron 12 cuerpos que tenian alguna semejanza con el coronel, hasta que el dia
14 de junio se encuentran en los roquerios de los pies del morro los restos del malogrado coronel...". De Alfonso Ugarte
sólo se encontró un costado del cuerpo, unica parte hallada al pie del morro y que fue reconocido por un calcetin que
llevaba puesto con sus iniciales. En la partida de defunción del coronel Alfonso Ugarte firmada por el R.P. Diego Chavez
el 15 de junio de 1880 se lee:"Yo el cura propio y Vicario de esta ciudad de S. Marcos de Arica,sepulte de Cruz Alta en
el panteón de esta el cuerpo Mayor del Coronel Alfonso Ugarte, que fue encontrado al pie del Morro, y de allí se depositó
en su respectivo nicho, hijo legítimo de don Narciso Ugarte y de doña Rosa Vernal; y para que conste, lo firmo.-José
Diego Chávez".

Fotografía chilena tras la toma del morro de Arica.

Durante el gobierno del general Andrés Avelino Cáceres y por decreto del 3 de junio de 1890 se dispuso la repatriación
de los restos de aquellos combatientes que habían sucumbido en Angamos, San Francisco, Tarapaca; Alto de la Alianza,
Arica y Huamachuco (este último en la sierra norte del Perú). Los restos de Ugarte transportados desde Arica al Callao
llegaron el domingo 13 de julio de 1890, siendo el 15 conducidos a la ciudad de Lima en medio de un gran fervor
patriótico. Entre los presentes se encontraban ilustres tarapaqueños como el coronel Remigio Morales Bermudez; el
presidente de la República y héroe de la Breña, general Andrés A. Cáceres y los sobrinos de Ugarte: Alfonso y Antonio
Vernal; y también la señora Teresa R. de Vernal. El ataúd conteniendo los restos del coronel Ugarte fueron enterrados
primero en el mausoleo del mariscal Castilla y tiempo después en el mausoleo que la madre del héroe ordenó construir.
Hoy en día los restos de Ugarte descansan en el tercer nivel de un sarcófago en la Cripta de los Héroes, en el cementerio
Presbitero Maestro. Para aquellos que dicen que la madre del coronel Ugarte se negó a reconocer dichos restos, no esta
por demás decir que la madre de Alfonso Ugarte,doña Rosa Vernal reconoció dicho cadáver como el cadáver de su hijo
pues en la cláusula cuadragésimo segundo de su testamento dice: "Dejo encomendado a la discresion y religiosidad de
mis hijas Isabel Ugarte y Luisa Hilliger lo relativo al entierro de mi cadaver, el funeral y píos sufragios para el eterno
descanso de mi alma, previniéndoles , empero, que se celebre todo con sencillez y modestia. Además ordeno que cuando
sea oportuno, mi esposo o mis herederos hagan conducir con todo decoro y respeto mis restos mortales a Lima ( la madre
de Ugarte murió en la localidad de Lonres, Francia, el 30 de agosto de 1903) para que sean depositados y descansen
siempre en mi suelo patrio y al lado de mi hijo Alfonso en su mausoleo". Para desvirtuar toda duda de que los restos que
descansan en la Cripta de los Héroes no sean de Alfonso Ugarte y sea este un simple cenotafio o tumba vacía, en el año
1979 Gerardo Arosemena Garland por entonces presidente del Centro de Altos Estudios Militares recibió la autorización
para abrir la tumba de Ugarte encontrando algunos restos envueltos en una descolorida bandera peruana.

Finalmente podemos señalar que por lo general se considera héroe a aquella persona común y corriente (Alfonso Ugarte
no era un militar profesional sino un civil) que realiza acciones extraordinarias en circunstancias también
extraordinarias.El heroísmo de Alfonso Ugarte no surge fortuitamente de los hechos que se forjan en el morro de Arica,
el heroísmo de Ugarte es en realidad la culminacion natural y lógica de una vida que siempre estuvo al servicio del
Perú,desde que se inició la guerra contra los chilenos hasta su muerte,de ahí el hecho de saber que él no se lanzó abrazado
del pabellón nacional con su caballo desde el morro de Arica no le quita para nada la categoría de héroe peruano, pues
entregó su vida defendiendo la patria y el honor nacional.

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LA BATALLA DE ARICA
La batalla de Arica, el 7 de junio de 1880, una de las páginas más dignas de la historia peruana, donde el coronel
Francisco Bolognesi dio una respuesta que marcó nuestra historia: "tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré
hasta quemar el último cartucho".

La Batalla de Arica

La respuesta que marcó nuestra historia


Francisco Bolognesi y Alfonso Ugarte
Luego de conocida la derrota en el Alto de la Alianza y de la captura de Tacna (26 de Mayo de 1880), quedaban
sólo dos posibilidades para los soldados peruanos en Arica: retirarse hacia el este (abandonar el puerto más
estratégico del sur y dejar definitivamente el sur a Chile) o bien quedarse a pelear hasta el final. Los soldados
peruanos, con el coronel Francisco Bolognesi a la cabeza, optaron por quedarse y ante el pedido de rendición del
enemigo decidieron luchar "hasta quemar el último cartucho".

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BATALLA DE ARICA: 7 JUNIO DE 1880
FUERZAS:

Chile: 5,300 hombres (el 77% de los combatientes era chileno), contaban además con caballería y apoyo naval del
Cochrane, la Covadonga, el Loa y el Magallanes

Perú: 1,600 hombres (el 23% de los combatientes era peruano), estaban sitiados, sin caballería, con apoyo naval del
monitor Manco Cápac y de la lancha torpedera Alianza.

Al comenzar la guerra, el puerto de Arica tenía una población de más o menos 3,000 habitantes. Allí estuvo durante
algún tiempo el Presidente Prado por cuyas órdenes se comenzó a llevar a cabo la defensa de la plaza, pero el ejército,
sus unidades más numerosas y el Estado Mayor, se dirigieron a Tacna y evacuaron Arica de cuyo comando se hizo
cargo el Coronel Francisco Bolognesi.

Las fortificaciones de Arica no habían sido completadas y la guarnición estaba compuesta por 1,600 hombres, en su
mayoría civiles armados que provenían de Tacna y Tarapacá. Su armamento era heterogéneo. En el puerto se
encontraba anclado el monitorManco Cápac, que actuaría como batería flotante. El Morro de Aricaes un cerro que se
eleva hasta 150 metros sobre el nivel del mar.

Bolognesi, al tomar posesión de la jefatura de la plaza de Arica, demostró una actividad y un entusiasmo extraordinario,
con los que asombró a quienes, por sus encanecidos cabellos veían en él sólo a un anciano. Trató de dar organización de
la defensa peruana, sin desanimarse por la escazes del tiempo y la falta absoluta de materiales. Formó partidas de
caballería para vigilancia y mejoró el alimento de la tropa.

En relación a la defensa, Bolognesi dirigió la colocación de las minas, se pusieron parapetos - algunos del espesor de un
saco lleno - y se trasladaron unos pocos cañones al Morro. Así, frágiles trincheras de arena surgieron en todos los lados
en que el Morro era accesible. Sin embargo, poco se pudo hacer por la falta de obreros, herramientas, tiempo y dinero.
Francisco Bolognesi había luchado con valentía y honor en la batalla de Tarapacá. Roque Sáenz Peña, el Teniente
Coronel argentino que vino a luchar voluntariamente a favor del Perú, narra así el accionar de Bolognesi en aquel
enfrentamiento:
"La batalla de Tarapacá le sorprendió gravemente enfermo (...) Pero siente los primeros tiros del combate, y el viejo
veterano se incorpora en el lecho (...) Asume el mando de su regimiento y soporta nueve horas de combate, con el
rostro encendido del febriciente, la mirada brillante por el ardor de la pelea y el corazón contento de haberse batido
por la Patria. ¡Qué sinceridad de sentimiento había en ese viejecito batallador! 'Las balas chilenas, nos dijo señalando
el pie derecho, apenas llegan a las suelas de mis botas'... un proyectil le había llevado un tacón de sus granaderas".

DESPUÉS DE LA BATALLA DE TACNA


Tarapacá y Tacna había caído en manos chilenas, Arica estaba
cercada por el sur y por el norte. Al oeste, poderosas naves en
la bahía hacían imposible cualquier intento de escapatoria. Se
podía abandonar el territorio marchando rumbo al este,
internándose en la sierra, para, rodeando las fuerzas chilenas,
alcanzar Arequipa o eventualmente Lima. Había también otra
opción: quedarse en Arica, donde sin duda morirían.

Bolognesi confiaba aún que el ejército aliado no hubiera


quedado destruído en Tacna y que acudirían a reforzar Arica.
El día 26 de mayo había dirigido un telegrama a sus
superiores, pidiendo órdenes y refuerzos y agregando: "Aquí
sucumbiremos todos antes de entregar Arica". No obtuvo
respuesta. Envió mensajeros, pero éstos no regresaron. Le
escribió al prefecto de Arequipa "estoy incomunicado".
Infantería chilena
El 1° de junio los regimientos chilenos comenzaron el
avance. El ingeniero Teodoro Elmore utilizó las minas cuando el ejército invasor atravesaba un sitio en la orilla norte
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del río Lluta. Algunos cazadores chilenos salieron contusos, pero los demás pasaron sin problemas. Elmore cayó
prisionero y su compañero Pedro Ureta falleció. Las minas peruanas eran ineficaces y no impedirían el paso del ejército
chileno.

Poco a poco, las tropas invasoras fueron acampando en las inmediaciones de Arica. El general chileno Manuel
Baquedanoordenó el bombardeo de la plaza, el fuego no pudo ser contestado porque los cañones peruanos en el Morro
no alcanzaban a ese sitio.

La situación era dramática. Los chilenos habían tomado Tacna, elGeneral Montero se había retirado, no había noticias
del Coronel Leyva, fue capturado Ingeniero Elmore, el enemigo bombardeaba sin cesar, y no había la más
insignificante suma de dinero para atender los urgentes gastos en las obras de defensa.

"Tengo deberes sagrados que cumplir


y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"

LA PROPUESTA DE REDICIÓN Y LA RESPUESTA DE BOLOGNESI

Bolognesi despachó el 4 de junio una carta a sus superiores, en la que dice desconocer el paradero de las fuerzas
peruanas y pide refuerzos. "tengo al frente 4,000 enemigos poco más o menos a los cuales cerrarré el paso a costa de la
vida de todos los defensores de Arica aunque el número de de los invasores se duplique", dice Bolognesi. "Todas las
medidas de defensa están tomadas, espero ataque pasado mañana, resistiré. Háganos propios (envíe refuerzos) cuantos
sea posible. Dios guarde a U.S. Francisco Bolognesi". A pesar del pedido desesperado, las fuerzas peruanas, al mando
del Coronel Leiva estaban lejos, se habían retirado a Arequipa.

El 5 de junio a las 7 de la mañana, el comando chileno envió como parlamentario, al mayor Juan de la Cruz Salvo,
quien fue recibido por Bolognesi en su casa, al pie del Morro, donde en la actualidad se encuentra el Consulado peruano
en Arica. El mayor le expresó a Bolognesi que el jefe del ejército de Chile quería evitar un inútil derramamiento de
sangre, puesto que el grueso del ejército peruano-boliviano había ya sido vencido en Tacna. De la Cruz Salvo le dijo
que tenía el encargo de pedir la rendición de la plaza, "cuyos recursos en hombres, víveres y municiones conocemos".

"Tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho", dijo Bolognesi al parlamentario
chileno, sin embargo, le advirtió que esta respuesta era personal y que debía consultar con los otros oficiales.

La consulta se dió. Uno por uno contestaron por orden de graduación. Ni una voz discrepante se alzó. Los defensores de
Arica dijeron:"Cuando menos sea nuestra fuerza, más animoso debe ser nuestro corazón".
Ese día, la artillería chilena inició el ataque de su artillería contra los defensores peruanos.

EL BOMBARDEO DEL 6 DE JUNIO

Al día siguiente, el 6 de junio, La artillería chilena terrestre y naval llevó a cabo un segundo bombardeo buscando la
capitulación peruana. "Abrigamos la esperanza de que con esas tentativas los peruanos desistirán del propósito de
seguir combatiendo, inútilmente, sin propabilidades de triunfo". El ataque por mar duró tres horas y el de tierra
cinco. Se intercambiaron 343 tiros, 272 chilenos y sólo 71 peruanos. Dos naves chilenas - el Cochrane y La
Covadonga - sufrieron 28 bajas y daños.

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Luego de la batalla, en lo que llamaban "el repase" los
soldados chilenos ultimaban a los heridos del ejército vencido

EL ASALTO DEL 7 DE JUNIO

A las 5:30 de la mañana del 7 de junio de 1880, se inició el asalto chileno por la retaguardia, en el fuerte de la
Ciudadela. Empezó una feroz matanza de prisioneros, de los 400 soldados peruanos, sólo sobrevivieron diez.

La resistencia final tuvo lugar en el Morro mismo. Allí estaban Bolognesi, More, Alfonso Ugarte, Saenz Peña,
Armando Blondel, con los restos de los batallones Tarapacá, Iquique, Artesano y Granaderos de Tacna. Eran unos
pocos hombres contra muchos asaltantes. Todo concluyó a las 9 de la mañana.

El general chileno, Manuel Baquedano en su informe escribió: "Perdidos sus últimos atrincheramientos, los peruanos
hicieron volar los fuertes del Norte. La lucha había sido porfiada y sangrienta hasta lo increíble. A las 9 a.m. la plaza era
completamente nuestra y la bandera de Chile se ostentaba en los fuertes y en los edificios públicos (.) el enemigo perdió
a sus mejores jefes".

Según Saénz Peña, "sólo More y Bolognesi continuaron haciendo fuego con sus revólveres" hasta que un soldado
chileno le disparó a Bolognesi y lo tendió muerto instantáneamente de un balazo en el cráneo".

Roque Sáenz Peña narra así el hecho: "(...) Allí cayó el coronel Bolognesi, inclina su frente y cae con el alma serena,
una bala le había atravesado el corazón (...) Aún conservo la impresión que me produjo la disposición del cadáver; se
le había despojado de la chaquetilla y de las botas y un feroz culatazo le había descubierto la parte superior del
cráneo. Aquella impresión fue para mí tan intensa, tan honda y dolorosa como la muerte misma de mi viejo amigo, el
querido y venerable anciano".

El monitor Manco Cápac fue hundido por su comandante José Sánchez Lagomarsino. La lancha torpedera Alianza, al
mando del teniente 1° Juan Fernández Dávila, trató de escapar hacia el norte, pero fue perseguida y cañoneada, sus
tripulantes la vararon y destruyeron cerca de Ilo.

Chile perdió 474 hombres, mientras que casi 1,000 peruanosperdieron la vida, el resto cayó prisionero, muchos de
éstos fueron fusilados en la plazoleta de la iglesia de Arica, en cuyo piso, durante muchos años, permanecieron las
huellas ensangrentadas. Hubo saqueo e incendios, ataque a consulados y muchos otros desmanes. Los excesos de la
soldadesca -afirmase por los chilenos- provinieron de la indignación por la creencia de que hubo empleo de las minas
aún en lugres teóricamente ajenos a ellas. La matanza de heridos y prisioneros se generalizó. El Morro de Arica y la
ciudad quedaron empapados en sangre peruana.

Roque Saénz Peña fue hecho prisionero por un comandante inglés que servía para el ejército chileno, y no fue
ejecutado gracias a su origen argentino. Sin embargo, fue encarcelado cerca de la capital chilena y pudo vivir para
contar la historia de este gran sacrificio nacional. Más tarde Sáenz Peña llegaría a ser presidente de Argentina.

En 1905, en reconocimiento a su actuación durante la guerra del Pacífico, fue invitado oficialmente por el Perú para
inaugurar el monumento a Bolognesi. Allí recibe la medalla de oro que se le otorga por ley del Congreso, y los galones
de General de Brigada del ejército peruano.

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“QUIEN NO HA PROBADO EL SABOR DE LA SANGRE, O SONIDO DE LAS BALAS ROZAR TU
CABEZA Y MAS ÁUN EL HABER PERCIBIDO EL OLOR DE LA CARNE DEL CAÍDO; NO SABE EL
SIGNIFICADO DEL AMOR A LA PATRIA”

Ocupación Chilena

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EL COMBATE DE ANGAMOS

Dsf

Cubierta del Huáscar. Imagen posterior al combate de Angamos. La fotografía posiblemente fue tomada el 21 de
octubre del 1879 al arribar el monitor a Valparaiso

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Torre de comando del Huáscar destruida en el combate de Angamos. Fotografía posiblemente tomada el 21 de octubre
del 1879 al arribar el monitor a Valparaiso.

Efectos de un proyectil de 300 libras lanzado por el monitor peruano Huáscar contra la corbeta de guerra Abtao, en el
combate de Antofagasta. 28 de agosto de 1879

Miguel Grau se ve acorralado y sabe que ese día morirá. Sabe también que dos naves peruanas no podrán contra seis,
aunque en sus correrías haya hecho las diabluras que en toda la historia naval hasta esa época, ningún barco de guerra
hizo. Por eso, le dice a la Unión que se vaya, solos aquellos valientes hombres embarcados en un monitor, enfrentarían a
inmensas máquinas asesinas. Los chilenos estaban determinados a acabar con esa piedra en el zapato que significaba el
Huáscar, considerado actualmente como el segundo blindado (acorazado) a flote más antiguo del mundo después del
HMS Warrior. Durante seis meses después de declarada la guerra, el Huáscar hizo lo que quiso: El 21 de mayo, tras un
combate de más de tres horas, el Huáscar hunde a la corbeta Esmeralda en el combate de Iquique levantando así el bloqueo
del puerto. Tuvo una destacada acción en el primer combate de Antofagasta (26 de mayo de 1879), consiguió la captura

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del vapor Rímac (23 de julio de 1879) y luego estuvo en el segundo combate de Antofagasta (28 de agosto de 1879). No
lo podían capturar, muy pronto se haría leyenda y las Correrías del Huáscar, una realidad.

Hasta que en su cuarta salida se toparía con la estrategia chilena. Regresando de aguas sureñas. Grau divisó al Blanco
Encalada, a la Covadonga y al Mathías Cousiño, luego se les unirían a los buques chilenos el Cochrane, O’Higgins y el
Loa. Miguel Grau ordena a La Unión que pegue la huida, y preparó a su gente para enfrentar al enemigo. Lo que sigue
es una sucesión de hechos desgarradores que lanzarían a la gloria a los valientes peruanos.
Junto a Grau murieron hombres de gran corazón y verdadero patriotismo. Fueron muchos y aquí solo mencionaremos a
algunos que los representan: aquellos que tomaron el mando cuando Grau murió y otros que por su destacada labor
merecen ser recordados por todos los peruanos.

Elías Aguirre (segundo en tomar el mando)

Antes de Angamos, el chiclayano Aguirre peleó contra los españoles en el combate de Abtao, a bordo de la Unión
comandada nada menos que por Miguel Grau. En ese entonces Grau era capitán de corbeta. Aguirre tenía a su cargo las
baterías de la corbeta, y su desempeño sobresaliente dirigiendo con eficacia y energía el fuego de su nave hizo que se
ganara el ascenso a teniente primero tras el combate. Estuvo también el viaje por el Estrecho de Magallanes trayendo el
Manco Cápac y el Atahualpa, y en el trayecto de la travesía se entera de su ascenso a capitán de corbeta. Viajó en la Unión
como segundo comandante cuando esta nave fue llevada a reparar en Inglaterra. La cañonera Chanchamayo encalló a su
mando, debido a las condiciones climáticas que tuvo que afrontar en una ocasión, por este hecho es separado de sus
funciones militares por dos años. Pero cuando se desató la Guerra con Chile ofreció sus servicios y Grau lo pidió como
segundo. Es así que cuando Grau muere asume el mando del Huáscar. Es él quien sabiendo perdida la nave debido a los
daños debido a los cañonazos, decide usar el espolón y embestir al Cochrane, pero esta nave logra evitar el contacto.
Debido a ello los chilenos contraatacan y otro proyectil acaba con la vida de Aguirre al igual que lo hizo con Grau y su
ayudante Ferré.

José Melitón Rodríguez (tercero en tomar el mando)

Limeño, ingresó como guardiamarina en 1869, al colegio militar, posteriormente sirvió en el monitor "Huáscar" y
posteriormente a la fragata "Independencia", entre 1871 y 1873. Fue uno de los que participaron en el pronunciamiento
de la Armada peruana en 1872, frente al golpe de estado de Tomás Gutiérrez contra el régimen del presidente José Balta.
En junio de 1877, durante el gobierno de Mariano Ignacio Prado, fue ascendido al grado de teniente primero graduado.
Al inicio de la Guerra del Pacífico regresaría a la dotación del "Huáscar", permaneciendo a bordo durante toda la campaña
naval. Concurrió también a los combates de Iquique, Antofagasta hasta que le tocó la hora de la verdad en Angamos. A
la muerte de Elías Aguirre asumió el mando siendo teniente primero. Hasta que un impacto de los cañones del Blanco
Encalada acabaron con su vida. Tuvo una muerte violenta, el disparo prácticamente lo decapitó.

Pedro Garezón (cuarto en tomar el mando)

Peleó en el Combate de Angamos como teniente primero. Le tocó la triste pero honorable decisión de ordenar el
hundimiento del Huáscar con todos los tripulantes que quedaban vivos a bordo. Estuvo en el Apurímac, la Unión, en el
vapor Tumbes, en la Independencia, y en el monitor Huáscar sirvió en tres oportunidades. Fue en esta última vez cuando
ocurrió el combate de Angamos. debió asumir accidentalmente el mando del “Huáscar”. Con la convicción del que se
sabe perdido, aunque sin rendirse en absoluto, ordenó el hundimiento del glorioso monitor para evitar ser capturado por
el invasor, para lo cual debían parar la marcha y abrir las válvulas. Sin embargo, los chilenos abordaron el buque de todos
modos, evitando, revólver en mano, el cumplimiento de la orden. Garezón correría la misma suerte de muchos de los
sobrevivientes del combate. Pasó al “Blanco” como prisionero, luego al transporte “Coquimbo” rumbo a Valparaíso,
permaneciendo en la localidad de San Bernardo hasta el 20 de diciembre del 79, cuando fue canjeado por los prisioneros
de la “Esmeralda” y el “Rímac”. Llegó hasta el rango de contralmirante.

Diego Ferré

Su destino era estar al lado del Caballero de los mares el día en el que todos aquellos hombres a bordo del Huáscar
pasarían a la historia. Este joven teniente primero, hijo de Eusebio Ferré Rodríguez -quien llegó a ser alcalde de Monsefú
en tres oportunidades- empezó su vida militar en el Colegio Naval Militar y su examen final fue presidido nada menos
que por José Gálvez Egúsquiza, héroe del Combate de 2 de mayo. Ferré siempre fue un joven de buen aprovechamiento
académico y fue destinado a posiciones de alta responsabilidad. Estuvo en la corbeta América, peleó allí en el combate

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de Abtao cuando Perú era aliado de Chile contra los españoles. Fue ascendido por ello a alférez de fragata. Estuvo también
a bordo de los monitores Atahualpa y Manco Cápac y participó en la hazaña que significó el viaje desde Nueva Orleans
hasta el Callao, pasando por el Estrecho de Magallanes. Ascendido a teniente segundo pasó a servir en el Tumbes y luego
en el Huáscar. Como teniente primero regresó al Manco Cápac, pero su destino sería volver al Huáscar. Una vez ahí, se
desató la Guerra del Pacífico, y como ayudante de Grau estuvo a su lado cuando un proyectil explotó en la torre de mando
matando al contralmirante e hiriendo de muerte al joven teniente.

Enrique Palacios

Hay una escena en especial de la que hablan algunos historiadores: en un momento los chilenos observaron que el pabellón
peruano estaba en la proa (símbolo de derrota) y ordenaron el alto al fuego, pero luego apreciaron que alguien lo volvió
a izar, por lo que se reanudaron los ataques. Ese hombre habría sido Enrique Palacios. Era muy joven, apenas egresado
de la Escuela Naval peleó en Abtao. Llegó al Huáscar cuando era comandado por el aún capitán de navío Miguel Grau,
y ahí se quedaría el resto de la campaña. Al principio del combate, Palacios ocupa su puesto de oficial telemetrista, sentado
sobre la torre de combate, con las piernas colgando hacia fuera; rochón en mano, daba desde allí las distancias a Grau,
que ocupaba la torre de mando; Tras la muerte de Grau, Aguirre, que dirige los fuegos, le ordena bajar a ocuparse del
cañón de la derecha. En este punto, estando ya la nave al mando de Aguirre, una esquirla de hierro le desarticula la
mandíbula inferior, teniendo que sujetársela con un pañuelo. Sobreponiéndose al dolor de esta herida, se recobra sobre la
cubierta del entrepuente a pesar de la fuerte hemorragia que sufre. El combate continúa, la torre de mando destruida, el
timón inutilizado, dejando sin gobierno al monitor; Palacios y Gervasio Santillana encuentran en la destrozada torre los
cadáveres de Elías Aguirre y José Melitón Rodríguez. Palacios es capturado por los chilenos y luego canjeado por el
teniente chileno Luis Uribe y conducido al Callao, pero el marino valeroso no llega a su destino pues fallece en Iquique
el 22 de octubre, de tétanos traumáticos, como lo certifica el médico comisionado por nuestro gobierno.

Manuel Melitón Carvajal

Carvajal hizo toda la campaña marítima con el Huáscar, estuvo presente en el bombardeo de Antofagasta, en el combate
de Iquique, en la captura del transporte chileno “Rímac”, al que por orden del contralmirante Grau, condujo a Arica y
finalmente en el combate de Angamos, el 8 de octubre de 1879. El corresponsal de guerra del diario “El Mercurio” de
Valparaíso, testigo del combate desde una de las naves chilenas, describe la actuación de Carvajal: “después de la muerte
del comandante, el Capitán de Fragata Melitón Carvajal, pasó a la torre a comunicar la noticia al Segundo del buque que
era el Capitán de Corbeta Elías Aguirre, para que tomase el mando, cuando una granada que penetró fácilmente las cinco
pulgadas del blindaje de la torre, mató a algunos hombres y cegó al capitán Carvajal, quien fue sacado sin conocimiento
y llevado al cirujano”. Al finalizar el combate, hecho prisionero fue conducido a Santiago, donde dos meses después era
canjeado. Fue ascendido al grado de Capitán de Navío en mayo de 1885

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EL DÍA QUE VELASCO QUISO INVADIR CHILE

Uno de los objetivos principales del general Juan Velasco fue el regreso de territorios que fueron ocupados por Chile en
la Guerra del Pacifico. Se estima que su gobierno gastó dos mil millones de dólares estadounidenses en la compra de
armamento a la Unión Soviética.

Según algunas fuentes, el gobierno de turno adquirió entre 300 y 500 tanques T-55, entre 60 y 90 cazabombarderos Su-
22, y cerca de 500,000 fusiles Kalashnikov. Se dice que el gobierno estuvo viendo la posibilidad de comprar el
portaaviones británico HMS Bulwark (R08) para apoyar la ofensiva. El “Día D” debía ser el 5 de octubre de 1975, con
un ataque masivo por aire, mar y tierra, pero los preparativos militares no pasaron desapercibidos en Chile, que a su vez
empezó a prepararse para la guerra. El dictador Augusto Pinochet tuvo un encuentro con el secretario de Estado
estadounidense Henry Kissinger, en el que tocaron este tema. Posteriormente Pinochet declaró en 1999 que si Perú atacaba
Chile en 1975, el país habría sufrido una quiebra financiera y “el Ejército peruano habría penetrado hasta Copiapó”.

EL DÍA QUE NO ESTALLÓ LA GUERRA CON CHILE

Durante 1974 y 1975, la tensión prebélica subía y bajaba en Chile. Desde que el general Juan Velasco Alvarado iniciara
en el Perú el mayor rearme de su historia, el gobierno del general Pinochet se preparaba para enfrentar un posible ataque
peruano. Y aunque pocas declaraciones bélicas se habían cruzado, en Chile persistía la certeza de que, si pudiera, Velasco
intentaría recuperar la zona de Arica, perdida en la Guerra del Pacifico.

A fines de julio de 1975, Velasco se apersonó al Pentagonito -sede del Comando de las Fuerzas Armadas-, revisó los
planes, analizó los mapas desplegados y entregó sus últimas instrucciones. Luego partió a Arequipa con el fin de arengar
personalmente a las tropas: “Soldados -señaló emocionado-, en ustedes recaerá, para la historia, el honor de escribir la
página más brillante del Ejército moderno, cuando sus botas pisen nuestro suelo santo de Arica, recién entonces podremos
decir: ¡Coronel Bolognesi, puede usted descansar en paz!”.

En noviembre de 1974, se realiza en la línea fronteriza de Perú y Chile la ceremonia del “Abrazo de la Concordia”. Sin
embargo, cuando esta estaba en etapa de organización, el comandante chileno Mena recibió una propuesta que lo dejaba
en muy mal pie. “Hagamos un desfile -sugirió el general peruano García- donde nosotros pasamos con dos escuadrones
de tanques y ustedes con otros dos”.

El comandante chileno no supo qué responderle. “¿De dónde sacaba dos escuadrones, si en todo Chile no los conseguía?”.
Afortunadamente los militares peruanos aceptaron la contraposición de Mena de realizar un desfile simbólico, con cada
banda instrumental y una treintena de hombres.

Hoy -37 años después- aún circulan innumerables versiones de porqué el presidente nunca dio la orden de iniciar el
ataque. Una de ellas –de origen peruano- relata que, cuando Perú se aprontaba a lanzar su ataque sobre Chile, los satélites
estadounidenses registraron los movimientos de la tropa y la Casa Blanca fue quien detuvo a Velasco Alvarado. Para
Estados Unidos, los vínculos peruanos con la URSS eran un fuerte argumento para impedir la agresión, además de que a
Washington jamás le ha interesado un conflicto militar en Sudamérica, por las consecuencias que podría acarrear en esta
área de su influencia.

Otra versión -recogida por la Marina chilena– apunta a que fue la fuerza naval peruana el gran freno para una incursión
bélica. Siendo la Marina la rama más derechista de las Fuerzas Armadas peruanas, y con difíciles relaciones con Velasco
durante todo el gobierno, los altos mandos habrían declarado no estar listos en 1975, ya que su rearme había sido el más
lento de todos, y su poder de fuego se consolidaría sólo unos años después.

Sin embargo, más allá de las conjeturas, lo que puso punto final al peligro de guerra fue el derrocamiento del general
Velasco, en la madrugada del 29 de agosto de 1975. Paradójicamente, el hombre que lo sacaría de Palacio de Gobierno
sería el mismo a quien el propio Velasco había señalado como su sucesor, el Comandante en Jefe del Ejército, general
Francisco Morales Bermúdez, y uno de los conspiradores del golpe de Estado de 1968.

OPERACIÓN SOBERANÍA

En caluroso día de noviembre de 1978, en Lima, el canciller peruano José de la Puente recibió la visita del embajador
argentino, en ese entonces un almirante. Este venía a proponer sin rodeo alguno la alianza militar argentino-peruana en
caso de un conflicto con Chile.

La respuesta del canciller peruano fue clara: “Usted tiene la mala suerte de encontrarse con un hombre que sabe mucho
de la historia”, le dijo. Sin dejarlo hablar, le relató paso a paso lo sucedido casi un siglo antes, durante la Guerra del
Pacífico.

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En 1873, Perú, Bolivia y Argentina firmaron un pacto secreto de alianza contra Chile. Mientras los dos primeros lo
ratificaron, el tercero no lo hizo, eludiendo así el compromiso firmado una vez que se iniciaron las hostilidades.

“Mientras nosotros perdimos diez y seis mil hombres y parte del territorio nacional -le remarcó el canciller de la Puente
al embajador argentino-, ustedes aprovecharon el preciso momento para conquistar pacíficamente La Patagonia”. Y
concluyó: “Ahora ustedes quieren que el Perú entre a la guerra, pero después, mientras Chile y Argentina se arreglan,
nosotros perdemos Arequipa”. (Tomado del libro “Realidad Nacional”, del Dr. Clemente Manco Villacorta).

“CHILE TEMIA LA INVASION”

La revista chilena “Qué Pasa” publicó hace un tiempo una larga serie sobre los preparativos que hizo Chile para defenderse
de un ataque peruano en 1975. La versión mapocha sobre este tema es interesante, pues revela el clima de tensión que
vivió el vecino del sur ante la inminencia de una ofensiva militar -básicamente con tanques rusos T-55- del Ejército
peruano comandado por el entonces presidente Juan Velasco Alvarado. Aquí unos párrafos de su informe:

“Arica, con una población de 90.000 personas, está en pie de guerra. El Ejército chileno se ha plegado -listo para el
enfrentamiento- en la más grave crisis militar de las últimas décadas. Al otro lado del límite las tropas peruanas se levantan
en una gigantesca movilización sobre la frontera con Chile. Desde Lima, el gobierno de Juan Velasco Alvarado vuelve a
alistar su poderosa maquinaria militar.

No es la primera noche y tampoco será la última en que los soldados ocupen trincheras y arenales, y en la que se teme
que, finalmente, Chile y Perú se enfrenten en una sangrienta guerra. Durante meses de larga tensión, una y otra vez se
repetirán los hechos. Una y otra vez Arica se aprontará a defenderse en esa larga espera que, desde hace más de un año y
medio, vive el norte chileno.

Durante 1974 y 1975 la tensión prebélica ha subido y bajado en Chile, como un tobogán. Desde que el general Juan
Velasco Alvarado iniciara en el Perú el mayor rearme de su historia, el gobierno del general Pinochet se prepara para
enfrentar un posible ataque peruano. Y aunque pocas declaraciones bélicas se han cruzado, en Chile persiste la certeza de
que, si puede, Velasco va a intentar recuperar la zona de Arica, perdida en la Guerra del Pacífico.

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