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¿El fin de cual historia?

Titulo
Quijano, Aníbal - Autor/a; Autor(es)
Cuestiones y horizontes : de la dependencia histórico-estructural a la En:
colonialidad/descolonialidad del poder
Buenos Aires Lugar
CLACSO Editorial/Editor
2014 Fecha
Colección Antologías Colección
Socialismo; Capitalismo; Globalización; Temas
Capítulo de Libro Tipo de documento
"http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140506053625/eje2-8.pdf" URL
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¿El fin de cual Historia?*

F rancis Fukuyama saltó de la oscuridad


de una oficina burocrática de los Estados
Unidos a la celebridad mundial, tras la publi-
idea central cala, literalmente, como anillo al

que se realizaba, se objetivaba, en la Historia humana,


cación de El fin de la Historia1, un texto cuya como Historia. Cuando todas su potencialidades y
virtualidades se hubieran objetivado, se habría llegado
pues al fin de la Historia. Es conocida la discusión
* Publicado originalmente en Análisis Político (Insti- sobre la presunta duplicidad de Hegel, entre la Idea
tuto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales - absoluta y el Estado Prusiano. Pero ese es otro asunto.
Universidad Nacional de Colombia) N° 32, sep.-dic., 1997. Esa tesis ha producido varias opciones de lectura.
Una es la de Marx. De una parte su visión del fin de la
1 Fue publicado en World Affairs, New York, 1989. La Prehistoria, como reino de la necesidad, y del comienzo
fama impulsó después al autor a expandir su relato en un de la Historia como reino de la libertad. De la otra, su
libro del mismo título. Después publicó textos que asumen tesis de que todo modo de producción, en este caso el
con más claridad su papel de publicista del capital: Trust. Capital, no se retira de la historia sino cuando todas sus
La historia filosófica de la idea, desde Hegel, es de potencialidades han sido plenamente realizadas. En fin,
dominio común. He preferido, por eso, abrir aquí un la propuesta de que toda Historia es la de una entidad
debate distinto, proponiendo una lectura diferente de si no suprahistórica, sí supraindividual, la sociedad,
la Historia transcurrida y una hipótesis opuesta sobre despojando así a la propuesta hegeliana de su envoltura
sus direcciones en curso. Ella misma dará cuenta, a mística. Otra es la de Benedetto Croce y la idea central
su tiempo, de ambas. Está pendiente el debate sobre de su libro La Historia como hazaña de la libertad,
las opciones alternativas de lectura de la propuesta implicando que la realización total de la libertad y de
hegeliana. Pero aquí es pertinente apenas una breve nota. su universalización en el planeta serían el final de la
Historia. La más reciente es la de Alexandre Kojéve
Hegel (Fenomenología del Espíritu y Ciencia de la (originalmente, Kojevnikov, emigrado ruso radicado
Lógica) propuso la tesis de una entidad suprahistórica en París), expuesta en su hoy famoso seminario de
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dedo de la burguesía mundial en el momento éste que las luchas de los obreros europeos y
mismo en que ésta emergía, finalmente, vence- euroamericanos tuvieron que ser enfrentadas,
dora absoluta de un largo enfrentamiento con- al mismo tiempo que las de los explotados y
tra sus explotados, los trabajadores de oprimidos del resto del mundo. Si bien no es-
todo el mundo, y contra su rival, el despotismo tuvieron siempre combinadas, su mera simul-
burocrático bautizado como “socialismo real” taneidad obligó a la burguesía central a admitir
y articulado en un sistema internacional de- reconfigurar el poder tan amplia y drástica-
nominado “campo socialista”. Ya que durante mente como fuese.
buena parte del siglo XX, tal “socialismo real”
había encarnado para muchos una genuina al-
ternativa histórica al capitalismo, y ese “campo Las mutaciones del capitalismo
socialista” el polo concreto de poder real an-
tagónico al sistema imperialista del capital, el Tal vez no es inútil recordar que, apenas comen-
colapso total de sus centros europeos parecía zado este siglo, arrancó la ola de las grandes re-
sellar para siempre esa victoria. voluciones sociales: México 1910, China 1911,
Ese período de guerra entre el capital y el Rusia 1917, Turquía 1919. Y, aunque entre 1918
trabajo se prolongó durante dos siglos y tuvo al y 1940 fueron derrotadas en Alemania, España,
planeta entero como escenario. Pero su tiempo Europa del Este, Estados Unidos y, después de
decisivo resultó ser el siglo XX. Porque fue en México, en toda América Latina, otro período
de revoluciones recomenzó poco después de la
Segunda Guerra Mundial, con las luchas antico-
la Sorbonne (1935-1939), de que la universalización loniales de África, al mismo tiempo que las de
del capitalismo, del mercado y de su orden político,
Asia, América Latina y Europa del Este contra
implican la plena objetivación de la Idea hegeliana y
en consecuencia el fin de la Historia. Fukuyama repite el imperialismo. Dicho período tuvo momentos
esa variante. Los escritos de Kojéve han sido ya casi de triunfos decisivos: China 1949, India 1950,
todos publicados en Francia. Sobre todo Introduction Bolivia 1952, Cuba 1959, Argelia 1962, Vietnam
a la lecture de Hegel, (París: Gallimard, 1947). Su más 1975, los “socialismos africanos” (Tanzania,
completa biografía intelectual todavía es la de Auffrett,
Mozambique, Angola, Guinea-Bissau), para se-
Dominique 1990 Alexandre Kojéve. La philosophie,
l´Etat, la fin de l´Histoire (París: Grasset). ñalar los más importantes.
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Para la burguesía mundial, en especial la eu- tido, sobre todo porque en ese contexto podían
roamericana, durante un primer período fue in- negociar mejor la distribución de los beneficios
dispensable, primero, ceder a los trabajadores de la explotación mundial.
europeos y euroamericanos la extensión de la Así pudo avanzar el proceso de descoloniza-
ciudadanía y, después, las ventajas del “Welfare ción en Asia y África y el proceso de nacionali-
State” o “Estado benefactor” para contener sus zación y democratización, sobre todo en Amé-
luchas dentro de los límites del poder capita- rica Latina. Las luchas nacionales y sociales
lista, pero también como precio de su lealtad forzaron una reconfiguración del poder mun-
frente a los “pueblos de color” (el más bella- dial, empujaron a la relativa desconcentración
co y perverso, pero también el más eficiente, del control de recursos de producción y a la
influyente y duradero de los instrumentos de extensión relativa de los derechos ciudadanos,
clasificación de los dominados), colonizados, para mantener el control de los ejes centrales
ultraexplotados, embotellados en el atraso y del sistema global.
en la degradación, bajo el dominio colonial eu- También, sin embargo, en esa misma lucha
ropeo e imperialista euroamericano. muchos trabajadores aprendieron que la con-
Empero, sobre todo desde la Segunda Gue- quista y consolidación de esas formas de exis-
rra Mundial, las víctimas del colonialismo del tencia social no serían viables, en definitiva,
poder emergieron combatiendo en todas par- sino con una radical mutación del poder, por la
tes, ante todo por conquistar las mismas ven- devolución a los trabajadores del control sobre
tajas de los euroamericanos, idealizadas desde su existencia cotidiana e histórica, es decir so-
la mirada colonial: Estados-nación, ciudadanía, bre el sentido de su historia. Por el socialismo,
democracia, igualdad social, libertad individual en una palabra. Eso amenazaba ya no solamen-
y acceso creciente a los bienes y servicios ma- te a los amos coloniales e imperiales, sino al
teriales y culturales producidos en el mundo. conjunto de la burguesía de todo el mundo y a
Capitalismo y modernidad, pues. No moderni- cada uno de sus grupos “nacionales”.
zación capitalista. En esa dirección y dentro de En consecuencia, ya no sólo para la burgue-
esos límites, incluso algunos núcleos importan- sía euroamericana, sino para su conjunto mun-
tes de la burguesía no euroamericana podían dial, fue preciso reorganizar las alianzas de ex-
tener con sus trabajadores un interés compar- plotación y de dominación. Eso fue llevado a
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cabo bajo la dirección de sus grupos centrales arreglo. A ésta se le permitió imponerse sobre
y de su Estado hegemónico, el de los Estados Europa del Este. Pero al precio, primero, del
Unidos. Hubo que admitir el rápido fin del colo- directo sabotaje de las revoluciones de Euro-
nialismo, ya que éste arriesgaba en el seno de la pa mediterránea, Grecia e Italia en particular.
propia burguesía enfrentamientos que podían Y en adelante, del control sobre los grupos
ser letales frente a vastos movimientos arma- revolucionarios organizados en los partidos
dos de trabajadores y de amplias capas medias comunistas. Desde entonces, la contradictoria
y que podían reducir el campo de maniobra naturaleza del despotismo burocrático se hizo
de la burguesía hegemónica. El colonialismo definitiva: rival de la burguesía en el control del
terminó y pudo ser reemplazado por el impe- poder mundial, pero ya no su antagonista, por-
rialismo, esa específica alianza de dominación tador del socialismo. El modelo se extendió, de
entre la burguesía imperial y la de los países modo independiente, a Yugoslavia, a China, a
sometidos, y se reordenó el frente conjunto de Cuba, a Vietnam.
la burguesía contra los explotados. Rebautizado como “socialismo realmente
existente” o “socialismo real”, para navegar
entre la crítica y el desapego crecientes de los
“Socialismo real” y capitalismo revolucionarios socialistas de todo el mundo,
pasó a ser rival de la burguesía imperialista
Por su lado, el despotismo burocrático, impues- en la disputa por la hegemonía sobre el orden
to por el estalinismo desde fines de los veinte, capitalista mundial, y apoyó por eso, limitada-
contra los trabajadores y los revolucionarios mente, las luchas anticoloniales y antiimperia-
socialistas en Rusia, fue admitido, durante la listas. Pero también pasó a ser su aliada para
Segunda Guerra Mundial, como aliado coyun- enfrentar a los movimientos revolucionarios
tural indispensable por el bando burgués, an- que emergían en contra del despotismo bur-
gloamericano sobre todo, que disputaba con gués y del burocrático, al mismo tiempo.
Alemania y Japón el control hegemónico del Nunca fue tan explícita esa alianza como en
imperialismo mundial. Como resultas de esa la decisiva década entre 1965 y 1975, cuando
guerra, la burguesía hegemónica y la burocra- una vasta ola antiburguesa, antiburocrática y
cia despótica de Rusia negociaron un nefando antiautoritaria, avanzaba en todo el mundo.
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Se la denominó “revolución cultural” porque los partidos llamados “comunistas”, princi-


ponía en cuestión no solamente las relaciones palmente en Checoslovaquia, en Polonia, en
materiales de poder, sino también, por fin la co- Francia, en Alemania, en Estados Unidos, en
lonización del imaginario y los supuestos, los China, en México.
fundamentos intersubjetivos de la racionalidad
capitalista. Era, por primera vez, la revuelta de
las gentes no sólo como trabajadores explota- El comienzo del fin:
dos, sino como portadoras de necesidades de la “globalización”
liberación en cada una de las dimensiones de
la existencia humana en sociedad. Fue, pues, Ese fue el comienzo del fin de esa historia. La
no sólo la revuelta de obreros, campesinos y derrota mundial de los movimientos radicales
capas medias contra la explotación del trabajo “antisistema” como dicen algunos –en otros
y la distribución de su producto, por el cambio términos, de los movimientos revolucionarios
de su lugar en la sociedad y en el Estado. Fue que luchaban por la “autoproducción democrá-
al mismo tiempo, la revuelta de los jóvenes, tica de la sociedad”, según la apta formulación
de las mujeres, de los homosexuales, de los de Castoriadis–, arrastró también la de todos
“negros”, de los “indios”, de los “mestizos”, de los demás movimientos de los explotados y
los “chicanos”, de los “newyoricans”, contra dominados del mundo y la gradual desintegra-
el “racismo-etnicismo”, contra el sexismo y el ción de sus organizaciones de defensa sindical
machismo, contra la represión sexual, contra y política.
el eurocentrismo, contra el imperialismo, con- Esas derrotas, asociadas a las consecuen-
tra la ética productivista y consumista, contra cias del agotamiento del patrón de acumula-
el autoritarismo en el Estado y en la vida coti- ción hasta entonces dominante, permitieron la
diana de la sociedad. exitosa contrarrevolución mundial que está en
Como nadie ignora, o puede pretender ig- curso. Esta reconfigura las relaciones de poder
norar, ese movimiento revolucionario mun- a escala global, entre países, entre regiones de
dial fue contenido y derrotado en todas partes cada país, entre sectores de la economía, entre
por el esfuerzo combinado de la burguesía y grupos burgueses, reconcentra y reprivatiza en
de la burocracia del “campo socialista” y de manos de los grupos hegemónicos de la bur-
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guesía, el control de recursos de producción ca, puede integrar mundialmente sus institucio-
y del Estado, desnacionaliza los Estados más nes de administración. Organiza, por medio de
débiles, los desdemocratiza, pues produce instituciones supraestatales (Fondo Monetario
la sustitución del control democrático de los Internacional, Banco Mundial), el control del
electores sobre el Estado, por el control de una movimiento de capitales en los países con Es-
tecno-burocracia cooptada del todo al capital, tados no nacionalizados o exitosamente desna-
que no depende para nada de la opinión o de cionalizados. Al mismo tiempo, y por medio de
la voluntad de los electores, desdemocratiza y esos mecanismos, condena a la mayoría de los
desnacionaliza sus sociedades, pues relegiti- trabajadores “de color” de todo el mundo a una
ma la desigualdad social y rompe las precarias pauperización continuamente agravada y así
conquistas sociales de los explotados, reclasifi- los empuja a la migración mundial, mientras los
ca la población mundial a escala global, en una presenta como chivos emisarios para la xeno-
tendencia irreversible de polarización entre fobia exacerbada de los trabajadores “blancos”
una minoría rica y todopoderosa de explotado- de los países centrales y organiza la represión
res y sus asociados y la inmensa mayoría res- contra los migrantes. Controla de ese modo, sin
tante de trabajadores cada vez más empobreci- atenuantes, el flujo mundial del trabajo.
dos, desintegra los procesos de agrupamiento Así, la concentración del control imperialis-
social y político de los dominados y los empuja ta sobre el tramo final del proceso de integra-
a una completa crisis de identidad social, con ción mundial de la estructura de acumulación,
todas sus implicaciones sobre la memoria, la iniciado con América hace 500 años y que des-
conciencia, el discurso. Usa el poder de la tec- de hace algunas décadas se conoce como “glo-
nología actual de comunicación y de transpor- balización”, parece no tener obstáculos.
te, para tratar de imponer una recolonización En un período notablemente corto y por el
mundial del imaginario. momento controlando la focalización de la vio-
En ese marco y sobre esas bases, la burguesía lencia estrictamente sobre las poblaciones más
mundial ha procedido a liberar de todo control pobres (Ruanda-Burundi, Zaire, Somalia, Che-
nacional el flujo mundial de capital, financiero chenia) o sobre los Estados más democráticos
en primer término. Gracias a su control de los del “socialismo real” (Yugoslavia), o sobre re-
productos de la revolución científico-tecnológi- gímenes despóticos pero que resisten la desna-
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cionalización de sus Estados (Irak), la victoria años no consiguieron desbordar, ni romper, mu-
total y definitiva de la burguesía aparece sin ri- cho menos hacer estallar, el patrón o “sistema”
vales, menos aún antagonistas, a la vista o pre- de poder configurado en torno del capital. Lo
visibles. El proceso parece incluso equivaler, a que produjeron en cambio, y paradójicamente
primera vista, a toda una integración global del cuando más exitosas fueron, fue el desarrollo
poder en todas y en cada una de sus instancias. de las virtualidades inherentes a la naturaleza
¿Quién podría dudar, a la vista de semejante de este poder. En especial dos: 1) la universa-
panorama del actual poder del capitalismo, que lización de la producción para el mercado y
éste puede ahora, y en adelante, reproducirse del mercado mismo, es decir de las relaciones
indefinidamente? ¿Qué, en efecto, podría obs- sociales de mercado, como ejes materiales e
taculizar aún el continuado despliegue de la intersubjetivos de la vida diaria de todas las
propiedad privada de la burguesía y del merca- poblaciones y en todos los espacios históricos;
do como los únicos ejes de la vida cotidiana de 2) la necesaria equivalencia de los actores en el
la humanidad? Y muertos para siempre los fas- mercado, como el único fundamento real y por
cismos y los socialismos, ¿qué podría interrum- lo tanto, el límite, de la equivalencia jurídica y
pir la continuidad del liberalismo como el úni- política de las gentes, esto es, de la ciudadanía,
co orden político realmente existente? ¿Y no del orden liberal, en suma.
es todo eso una demostración eficiente de que Esas no fueron siempre las demandas im-
toda visión o propuesta alternativa al reino del plicadas en las luchas revolucionarias de los
capital, del mercado y del liberalismo no era, ni trabajadores del mundo y tanto más fuertes y
podía ser, otra cosa que pura ideología? ¿No es, radicales. Pero ellas terminaron como el resul-
pues, simplemente exacto promulgar que, por tado histórico de las confrontaciones, como
lo tanto, toda otra historia no es posible? las victoriosas derrotas de la burguesía y, sobre
todo, de lo burgués, en las revoluciones. Así,
las revoluciones fueron decisivas en producir
¿Por quién doblan las campanas? el máximo desarrollo y la universalización de
tales virtualidades del capitalismo. ¿Por qué?
Debe ser visible a estas alturas, que todas La cuestión apenas comienza a ser abierta.
las revoluciones triunfantes durante estos 200 Con todo, es probable que eso se deba, en lo
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fundamental, a que en especial desde el fin del rrota final de los movimientos “antisistémicos”,
siglo XIX hasta entrados los años sesenta del anuncian, en consecuencia, que el sistema está
actual, entre esos movimientos y en particular plenamente configurado, madurado, desarro-
entre sus grupos más exitosos, la hegemonía lladas del todo todas sus potencialidades. Su
del eurocentrismo –el patrón central de la ra- historia ha terminado.
cionalidad capitalista– permaneció incontesta- Fukuyama aparece de la mano de una extra-
da. Es decir, no sólo no alcanzaron a liberarse ña razón. Porque es real que es el fin de esa his-
de ella, sino que nunca la pusieron realmente toria. Eso, de todos modos, es cierto. No lo es,
en cuestión, ni en su teoría, ni en su práctica. decir que esa es la única Historia posible para
Con su imaginario configurado por el eurocen- todo el tiempo que viene. Ha habido otras an-
trismo, en la mayoría de los casos, o entregado tes. Otras vendrán.
a él de nuevo, en los menos, terminaron practi-
cando, incluso contra su propio discurso, pre-
cisamente lo que estaba implicado en el patrón La Historia que viene
capitalista de poder.
Dicho de otro modo, toda la historia del El poder capitalista comenzó su mundializa-
siglo XX, incluidas las revoluciones, trans- ción con América, hace 500 años. Hoy culmina
currió dentro y como parte del desarrollo integrando toda su estructura mundial bajo un
del capitalismo. Y las revoluciones sociales, único patrón. Y en el momento mismo de su
triunfantes sobre todo, pero no mucho menos culminación está iniciando, ya ha iniciado, su
las derrotadas, sirvieron a la plena y final rea- proceso de transición a… otra Historia. Por-
lización y universalización de las principales que esta transición implica su desintegración
tendencias y virtualidades del capital y de su como el patrón de poder que conocemos. Las
orden de dominación. señales ya son visibles y para cada vez más
Desde esta perspectiva, la integración de to- observadores. Están en la irremisible agudi-
dos los espacios y poblaciones del planeta en zación de sus contradicciones internas, ma-
el poder de un capitalismo articulado finalmen- duradas hasta el límite precisamente con la
te bajo un único patrón, la desintegración del culminación del patrón; en la exhaustión de su
polo de poder rival del de la burguesía y la de- engranaje vital, la compraventa y valorización
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mercantil de la fuerza de trabajo; en la exacer- ninguna Historia. Pagaremos todos, todas


bación de la heterogeneidad histórico-estruc- sus consecuencias. Pero no todo está dicho,
tural de sus integrantes, bajo el manto de la in- ni decidido, sobre la suerte que correrán, que
tegración homogeneizadora: en el más rápido correremos, sus víctimas. Porque, pese a He-
acercamiento de los límites del modo actual de gel y a Fukuyama, no existe ninguna entidad
relación con la naturaleza. El capitalismo, la suprahistórica que pre-decida nuestro desti-
historia del capital, avanza ahora más rápida e no. Y en tabla alguna está escrito que sere-
irreversiblemente en la dirección de su última mos siempre derrotados. Es, por el contra-
realización. Cuanto más exitoso y más plena- rio, el momento de romper con las rejas del
mente realizado y gracias exactamente a su eurocentrismo y de preparar la otra Historia,
éxito, se despide de sí mismo. la que resultará de las grandes luchas que ya
El fin de esa historia no ocurrirá quieto, están a la vista. ¡Esa nueva Historia puede ser
ni pacíficamente. Nunca ocurrió así el fin de nuestra Historia!

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