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ANEXO II: Posibilidades de posicionamiento de una economía ante el


exterior; desde el Mercantilismo a la Economía Monetaria
Internacional.

Si nos planteamos desde una óptica a corto plazo, y con una visión estática de la riqueza
mundial (es decir, lo que yo crezco evita que crezcan los demás), las ventajas que
puede presentar a nuestro país el intercambio con el exterior, no estamos hablando de un
debate electoral antes de cualquier cita con las urnas (aunque nos pudiera parecer así
dado el nivel del debate económico público que tenemos que soportar últimamente);
sino que nos estamos planteando un tema con la visión de un grupo de estudiosos que
fueron etiquetados como Mercantilistas, que estuvieron ocupados en este tema hace ya
algunos siglos.

Se planteaba por entonces cuáles serían los efectos sobre la riqueza nacional, la
inversión, el empleo, los precios, la oferta monetaria del intercambio con el exterior, y
la conclusión principal a la que se llegó fue que un país sale beneficiado del comercio
con el resto del mundo cuando el valor de lo que exporta (y por lo que obtiene metales
preciosos, divisas o ingresos) es mayor que el de lo que importa (por lo que ha de pagar
metales preciosos, o divisas), por lo que la mejor política que se podía defender era la
del Superávit de la Balanza Comercial. Así, para maximizar las ventajas de esta
política, y por otras razones de carácter histórico (por aquel entonces los estados/nación
estaban en pleno proceso de formación), se tendió a un sistema económico intervenido
que estuviera orientado a potenciar esas exportaciones, con el fin de maximizar los
ingresos que permitieran mantener los presupuestos nacionales. Como complemento a
esa política, se trató de obstaculizar mediante todo tipo de restricciones legales y
monetarias las importaciones, lo que llevó a la articulación de unos paquetes de medidas
constituidos en políticas de carácter proteccionista.

Algunas razones que se esgrimían entonces y todavía en algunos ámbitos, para


defender estas políticas proteccionistas pueden ser:
• El comercio provoca una serie de pérdidas de puestos de trabajo.
• La dependencia del comercio exterior hace a un país más vulnerable, sobre todo
en tiempos de conflicto.
• Todos los países, para maximizar su nivel de exportaciones, practican un
comercio desleal, tratando de premiar a sus productores y penalizar a los del
resto del mundo.
• Los desequilibrios comerciales llevan a un país a endeudarse con otros; lo que
puede aumentar la debilidad de la economía.
• Los países débiles pueden aumentar su vulnerabilidad frente a otros países

Estas razones sin embargo, carecen de validez cuando se las contrasta con los costes que
supone la aplicación de medidas de carácter proteccionista para la economía. Hubo dos
frentes desde los que se protagonizó un ataque más en profundidad contra las tesis
mercantilistas; el ámbito monetario y el real.

Desde el ámbito monetario, se cuestionó la sostenibilidad en el tiempo de políticas


apoyadas exclusivamente en el carácter positivo del saldo exterior de la economía
(diferencia entre exportaciones e importaciones: X-M), políticas que reflejaban la
aceptación de Teoría del Superávit Comercial.. El hilo conductor de esta crítica se
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estructuró en torno a la teoría del Ajuste Automático; que venía a decir que un
superávit continuado termina generando una serie de de efectos (sobreoferta de metales
preciosos o moneda extranjera –exceso de oferta monetaria-, incremento de la inflación,
pérdida de competitividad en precios de los productos nacionales frente a los del resto
del mundo, aumento de las importaciones y reducción de las exportaciones) que
conducen al déficit o equilibrio comercial de una forma más o menos rápida. Es decir;
un superávit de carácter sostenido en la economía, tiende a autocorregirse por influencia
de la variación de precios en dirección a los flujos comerciales. Manteniéndose esta
tesis siempre que se cumplan dos supuestos:
• libre movimiento internacional de metales preciosos (de capitales).
• Paridad entre distintas monedas cuyo valor está determinado por el contenido
metálico de las mismas.

Fijándonos en la esfera real de la economía, las políticas de carácter proteccionista,


fueron desplazadas por los enunciados de la Teoría de la División Internacional del
Trabajo; que defendían los beneficios del comercio internacional apoyándose
inicialmente en proposiciones sobre la ventaja absoluta (Smith) y más tarde sobre la
ventaja relativa (Ricardo), y prestando atención a una serie de hechos que tendían a
desarrollar una división internacional del trabajo:
• diferencias naturales (existencia de distintas dotaciones de recursos según el área
geográfica).
• Diferencias en la productividad y costes reales de la realización de distintas
actividades en diversas economías.
Tratando de enunciar de forma somera la propuesta de Adam Smith sobre el superávit
comercial; el autor comentaba que se desfavorecía a la nación cuando se impedía que
rigiera el principio de especialización. Es decir, la riqueza del país decrece cuando el
proteccionismo promueve la producción de bienes que necesitan una mayor dotación de
capital al producirse dentro de la economía en vez de dejar que se obtuvieran de zonas
donde la dotación de capital (o de otros recursos) necesaria fuera menor (dejando actuar
al principio de especialización internacional).

De manera progresiva, la escuela clásica (sobre la que existe un cierto consenso al decir
que fue iniciada por Adam Smith), usando una formulación neutral respecto al dinero,
va haciendo más precisa la Teoría de la División Internacional del Trabajo, logrando
extender el campo de la especialización y libre cambio, con la sustitución del principio
de ventaja absoluta, por el principio de ventaja comparativa.

Al comercio exterior se le asignaron una serie de objetivos:

• Invertir la tendencia entre la razón de intercambio entre los bienes


manufacturados y los agrícolas (un interesente ejercicio para contrastar la
vigencia de esta proposición, podría ser interesante analizar la situación actual
de los mercados de bienes agrícolas en el mundo, una aproximación al tema se
puede encontrar en: “Rising food prices: Policy options and World Bank
response”,nota de discusión preparada para el Comité de Desarrollo del Banco
Mundial, 2008.
• Disminuir los salarios a través de la importaciones de bienes salariales más
baratos, originando el aumento de los beneficios y posibilitando la aceleración
de la acumulación de capital.
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• Reducir el gasto de los perceptores de renta y de beneficios mediante la


incorporación de bienes manufacturados que son los únicos en ser consumidos;
por lo que se produce un incremento de la parte de la renta destinada a la
formación de capital (ver Comité de Desarrollo del Banco Mundial, 2008).
• Ahorrar capital al liberarlo de la producción de bienes importados y poder
asignarlo a las industrias más eficientes en su uso (que deberían ser las
exportadoras).
• Sin confirmar qué ocurre con la dotación de capital (si se ve incrementada o
disminuída); el comercio exterior tiende a incrementar la oferta de bienes dentro
de la economía, teniendo en cuenta que el principio de ventaja comparativa de
Ricardo afecta también a la distribución de la renta y al crecimiento económico.

Si tratamos de acercarnos a través de una breve introducción al Principio de Ventaja


Comparativa.
El comercio permite a los individuos y países concentrarse en lo que producen mejor; es
decir, las ganancias derivadas del comercio son mayores al tener en cuenta la
producción. Así los individuos y los países se especializan en la producción de los
bienes en los que son más eficientes, no en términos absolutos, sino en términos
relativos.

Por todo esto, los países deben exportar los bienes cuyos costes de producción sean
relativamente menores.

Como ejemplo de esto podemos analizar la situación de dos países; A y B que producen
dos bienes a partir de un único factor de producción; así su estructura productiva, en
términos de la cantidad del factor dedicada a la producción de cada uno de esos bienes
sería:

País A País B
Trabajo para un ordenador
100 120
Trabajo para una Tm trigo
5 8
Coste relativo de un ordenador
expresado en Tm de trigo
20 15

Al comparar su competitividad; el país B, pese a ser menos competitivo de manera


absoluta en la producción de ambos bienes, tiene una ventaja comparativa en la
producción de ordenadores ya que emplea 15 veces más horas en un ordenador que en
una Tm de Trigo, mientras que el país A usa 20 veces más horas.

Si se abre la posibilidad de comerciar y cada país se dedica a producir aquel bien en el


que tiene una ventaja comparativa, la cantidad total producida (a igualdad de recursos)
aumentará.
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El principio de ventaja comparativa implica que el comercio siempre puede reportar


beneficios mutuos a los dos países, incluso cuando uno de ellos es más eficiente que su
socio comercial en la producción de cada uno de los bienes.

La ventaja comparativa lleva a la especialización y ésta a un aumento de la competencia


en las actividades especializadas, reforzando así la ventaja comparativa inicial.

Por qué aumenta la productividad como consecuencia de la especialización:


• El trabajador no pierde tiempo en cambiar de tarea.
• Al repetir siempre la misma, está más cualificado para realizarla.
• La especialización crea un entorno favorable para la invención.

Límites de la especialización: el grado de especialización (o división del trabajo) que es


posible depende del tamaño del mercado; hay que tener en cuenta la necesidad de evitar
una especialización ad infinitum, que podría crear trabajadores aburridos y no permitir
la generación de ideas a partir de la realización de actividades cruzadas.

La especialización puede conducir a la ventaja comparativa; vía incremento de la


productividad.

Podríamos resumir los determinantes de la ventaja comparativa.


• Dotaciones naturales (determinismo geográfico): tierra, recursos naturales,
clima...
• Dotaciones adquiridas: capital físico y cualificaciones humanas que ha adquirido
un país.
• Conocimientos superiores: incluye las ventajas tecnológicas; se pueden adquirir
por accidentes históricos o por acciones deliberadas.
• La especialización, puede crear ventajas comparativas entre países similares en
todos los demás aspectos.
Siguiendo entonces nuestro recorrido teórico, nos encontramos con que la defensa
(realizada en primer lugar por Ricardo) de que los beneficios de la división
internacional del trabajo con un criterio de especialización basado en la optimización de
la asignación de recursos según el principio de costes comparativos ha sido incorporada
(con algunas variaciones, que simplemente enunciaremos más adelante) en el Sistema
Neoclásico de Economía Internacional; constituyéndose como elemento de referencia a
aquellas teorías sobre el Comercio Internacional que se basan en “diferencias”.

La reformulación Neoclásica basa su atención en dos puntos:

A) el análisis de la especialización en distintos productos; mediante una revisión de


la teoría Ricardiana (ventaja comparativa) que es yuxtapuesta con el análisis
teórico de Mill (demanda recíproca); así:
o La teoría de la ventaja comparativa mantiene validez en lo referido a sus
principales efectos: aumento de la producción y aumento del consumo en
los dos países.
o Las causas de la existencia de distintos precios relativos se amplían al
venir estos reflejados por condiciones de oferta y demanda:
desigualdades en las productividades tanto del trabajo como del capital
(las funciones de producción pueden ser distintas), sin olvidar también la
demanda en cada uno los países de los bienes.
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B) Un estudio más concreto sobre los factores (Heckscher-Ohlin, 1919-1933); cuya


principal conclusión es que el origen de la existencia de la ventaja comparativa
no es otro que las diferencias en las dotaciones factoriales; que genera
diferencias de productividad, que al final provocan precios relativos distintos de
los diferentes factores.
Sin embargo; Ohlin defiende que, a largo plazo, los precios relativos de los
factores tenderán a igualarse.

Cuando hubo estudiosos que abandonaron el principio de neutralidad del dinero;


apareció la llamada Economía Monetaria Internacional; que, en relación al tema del
Comercio Internacional, definía que el equilibrio en la Balanza de Pagos se obtenía
(siempre que las reservas de metales preciosos, o monetarias en definitiva se
mantuvieran constantes) con el equilibrio del mercado monetario; así, un déficit
(superávit) de la balanza de pagos se deberá a un exceso (defecto) de la oferta monetaria
sobre la demanda de dinero.
La solución propugnada (siempre bajo el cumplimiento de ciertos supuestos) para
eliminar la situación de déficit de balanza de pagos, se basa en que este déficit puede
existir como consecuencia de una excesiva ampliación del crédito interno; por lo que
dicha solución podía ser exclusivamente monetaria.

Centrémonos sin embargo en la Balanza Comercial, marco de nuestro estudio de la


mejora de la posición del país. Así con posterioridad a la aparición del enfoque
puramente monetarista, han ido apareciendo una serie de enfoques sobre cómo mejorar
el saldo de nuestras transacciones comerciales; que, por lo menos, entendemos que
merece la pena enunciar:
• Teoría de las elasticidades críticas (condición de Marshall-Lerner): las
modificaciones en los tipos de cambio podrán mejorar el saldo de la balanza
comercial siempre que la suma de las elasticidades de demanda (de bienes
nacionales por el resto del mundo y de importación de bienes del resto de mundo
por los consumidores nacionales) sea mayor que uno; esto abre la puerta a los
distintos gobiernos a realizar depreciaciones competitivas de su moneda para
tratar de exportar su inflación a otros países y mejorar la competitividad en
precios de sus artículos.
Sin embargo, salvo en el caso Chino, donde tanto el tamaño de su mercado,
como la especificidad de la política monetaria de su principal mercado de
exportación (Estados Unidos, cuya moneda ha sido –al menos hasta ahora-
divisa de referencia para el mercado internacional, por lo que el recurso a la
depreciación no estaba tan al alcance de las autoridades monetarias –por las
implicaciones para todo el sistema financiero mundial-) les ha podido blindar de
posibles represalias comerciales de otros países, este tipo de medidas no han
tenido un gran éxito; ya que suelen ser respondidas con el mismo planteamiento
y no es tan fácil que la condición necesaria sobre las elasticidades se cumpla.
• Enfoque de los Multiplicadores de Keynes: que analiza el proceso de re-
equilibrio del saldo exterior (X-M) inducido por un aumento de la renta. Este
enfoque puso de nuevo el énfasis en los ajustes automáticos.
A nuestro entender; prestando atención al cumplimiento de los distintos
supuestos, este enfoque conserva gran parte de su validez.
• Enfoque de la absorción (C+I), estudiado por Alexander en 1952; analiza los
efectos de una devaluación sobre el saldo exterior vía variación de los
agregados: la renta (Y) y el consumo e inversión (C+I).
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• Síntesis de Meade (1951): que integra dos mecanismos distintos a la hora de


corregir el déficit; vía precios y vía ingreso. Así, explica que existen tres fases
que siguen a una devaluación encaminada a mejorar el saldo exterior; teniendo
en cuenta el supuesto de existencia de desempleo:
o Fase de corrección del déficit ((X-M) menor que cero); se realiza vía
precios relativos ; su alcance dependerá de la condición MArshall-
Lerner.
o La demanda de crédito aumenta como consecuencia de la reactivación
económica generada por la devaluación; lo que provoca un aumento del
precio del dinero (i) y la afluencia del capital extranjero (los bienes
nominados en moneda nacional, devaluada, valen menos en términos de
divisa, y los rendimientos del capital en renta fija se ven aumentados al
haber subido el tipo de interés).
o La subida de tipos de interés reduce la absorción (C+I); con lo que el
efecto global del:
 Ajuste vía precios (incremento del saldo exterior).
 Vía absorción (reducción del consumo y la inversión)
Dependerá de la propensión a importar del país bienes del resto del
mundo y de la propensión del resto del mundo a importar bienes del país.
La aportación de la evolución de la teoría del Comercio Internacional, reflejada
en la Síntesis de Meade, demuestra una gran importancia, ya que demuestra la
interdependencia de los países en sus procesos de ajuste de balanza por cuenta
corriente; siendo el ajuste más efectivo cuanto más opuesta y simétrica sea la
respuesta del resto del mundo al proceso: incremento de la demanda monetaria,
bajada de los tipos de interés (en valores absolutos o relativos), incremento de la
absorción, incremento de la propensión a importar bienes del país.. etc.

Con este recorrido a través de la evolución de la teoría del Comercio Internacional,


hemos tratado de responder a los tres interrogantes antes comentados: , ¿Por qué
incrementar el valor añadido de la matriz de exportaciones de una economía? ¿Cuál es
la razón para buscar la expansión de las exportaciones sobre las importaciones? ¿Por
qué basar el desarrollo de un país en la apertura al exterior? Parece demostrada entonces
la deseabilidad de tener una balanza por cuenta corriente saneada (con equilibrio o un
moderado superávit) que permita dar una estabilidad macroeconómica al país. También
se ha comentado la escasa consistencia de los argumentos a favor del Proteccionismo
Comercial; por lo que parece claro que la mejor opción para un país es buscar dentro del
comercio exterior un instrumento para el desarrollo de su economía.

¿Hasta qué punto un país ha de abrir su economía? Trataremos de responder a esa


pregunta, teniendo en cuenta que como consecuencia de la interdependencia sugerida
por Meade en su síntesis, parece que los distintos países han tratado (dentro de las
posibilidades de cada uno, tras la reorganización de las estructuras de poder mundial
tras Bretton Woods) de organizarse de dos maneras distintas: promoviendo la apertura
comercial de los distintos países para poder introducir sus mercancías y trascender el
mercado interno como único espacio de obtención de ingresos y creando una serie de
instituciones internacionales que se conviertan en árbitros de las reglas de juego.

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