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LA SALUBRIDAD EN LOS DESARROLLOS URBANOS NO PLANIFICADOS

Sindy Vanessa Machado Galvis, sindyvanessamg@gmail.com


Codigo: 30000025146

Docente: Wilson Montoya

Universidad de San Buenaventura Colombia


Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño
Arquitectura
Bello, Colombia
Formación Humana: Análisis político y sociocultural a través del cine.
24 de abril de 2019
La vivienda es el entorno en el que la mayoría de las personas pasan la mayor parte
de su tiempo, son refugios que proporcionan protección contra el clima y entornos
potencialmente hostiles, pero más allá de lo básico, la vivienda puede y debe apoyar
la buena salud; la conexión entre vivienda y salud ha sido reconocida desde hace
mucho tiempo, los movimientos de salud pública y vivienda tienen raíces comunes
que se plantaron hace más de un siglo en los esfuerzos para abordar la vivienda de
“tugurios”, las primeras leyes de vivienda modernas se establecieron para responder
a las amenazas de enfermedades infecciosas para la salud pública, como la
tuberculosis y la fiebre tifoidea, además de que la provisión de plomería interior
mejoró el saneamiento y condujo al control del cólera y otras enfermedades
transmitidas por el agua.

El concepto de vivienda saludable ha comenzado a generar estrategias de


prevención que ayudan a mejorar las condiciones de vida a las familias que habitan
en hogares insalubres e inseguros. La OMS (Organización Mundial de la Salud)
desarrolla la idea de vivienda saludable como una vivienda apropiada que construye
beneficios hacia sus moradores, permitiendo crear barreras contra las
enfermedades o padecimientos crónicos, para así tener un ambiente digno en
donde el ser humano pueda crecer social y psicológicamente, siendo la vivienda el
espacio vital para su bienestar.

En la actualidad, un significativo número de familias se asientan de manera informal


en las laderas de nuestra ciudad, en donde constantemente se está generando una
arquitectura poco saludable, que trae consigo grandes riesgos para las personas
que habitan allí, en estos sectores el hacinamiento y los problemas sociales son
situaciones que se ven a diario, ya que generalmente los habitantes son
desplazados por la violencia del país, los cuales no cuentan con la capacidad
económica para adquirir una vivienda digna, puesto que satisfacer las necesidades
de una vivienda no es solo un problema de derechos humanos, sino también un
problema de costos, ya que las personas con desventajas socioeconómicas tienden
a tener necesidades de vivienda insatisfechas, y el precio individual que pagan es
una mayor tasa de mortalidad, mala salud y riesgo de enfermedades crónicas
graves.

Dentro de la periferia se puede destacar tres tipos de vivienda, la primera es hecha


de cartón y plástico, sostenida por madera improvisada, la segunda es levantada
por medio de madera tratada industrialmente y tejas de zinc, y la tercera es
levantada por concreto y ladrillo, con un techo de tejas de barro, viviendas de este
tipo no protegen la salud de sus habitantes y propician enfermedades; se ha
demostrado que la calidad de la vivienda está asociada con una amplia gama de
efectos en la salud, que incluyen:

Enfermedades infecciosas: La falta de acceso al agua potable, la mala eliminación


de excretas y residuos sólidos, y la infestación de insectos y roedores, pueden
contribuir a la propagación de enfermedades infecciosas, además de que el
hacinamiento puede facilitar la transferencia de enfermedades entre las personas.

Enfermedades crónicas: La mala calidad del aire interior y la exposición a la


humedad pueden contribuir a enfermedades como el asma, la tuberculosis u otras
infecciones respiratorias. Se plantea la hipótesis de que los ambientes húmedos son
acumuladores de ácaros, cucarachas, virus y hongos, que contribuyen a la
generación de enfermedades respiratorias.

El entorno construido, la ubicación en zonas inseguras y los materiales inadecuados


para la construcción de la vivienda también afecta la salubridad de estas personas;
la relación entre la vivienda y salud es multifacética, un hogar saludable necesita
tener una estructura sólida, estar libre de peligros, proporcionar instalaciones
adecuadas para dormir, higiene personal, preparación y almacenamiento de
alimentos, ser un entorno cómodo, privado y tranquilo, para el intercambio social
con amigos, familiares y otros.
El concepto de pobreza es tanto una causa como una consecuencia de la mala
salud, la pobreza aumenta las posibilidades de una mala salubridad y la mala
salubridad, a su vez, atrapa a las comunidades más vulnerables; la OMS define la
salud como “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y
no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. (La cita procede del
Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud.), que
demuestra que la salud es tanto un problema social como un problema biológico.

Es importante decir que las estructuras económicas y políticas que sostienen la


pobreza y la discriminación en el país deben transformarse para poder abordar las
situaciones que están sucediendo en los hogares de los desarrollos urbanos no
planificados, puesto que estos grupos marginados a menudo son los más afectados,
se ven privados de la información, el dinero o el acceso a los servicios de salud que
podrían ayudarlos a prevenir y tratar enfermedades; es de suma importancia reducir
la pobreza, mejorar la nutrición y garantizar que las personas tengan acceso a agua
potable y saneamiento, así como a fortalecer los sistemas nacionales de salud, de
lo contrario, abordar una amenaza en particular simplemente deja a las personas
abiertas a otra enfermedad mortal.

Los líderes mundiales y las organizaciones internacionales se han dado cuenta del
impacto de las enfermedades infecciosas más prevalentes, La Organización
Mundial de la Salud ha declarado emergencias globales de tuberculosis, VIH y
malaria. Sin embargo, además de abordar enfermedades específicas, es crucial que
los líderes también aborden las causas subyacentes, aquellas problemáticas que
están en la cotidianidad y que no se desarrollan en una sola ciudad o país, si no que
se ven reflejadas en muchos rincones del mundo. Los gobiernos tienen la
responsabilidad de proporcionar a los ciudadanos los elementos básicos de la salud,
fomentándoles el diseño, la construcción y el mantenimiento de hogares saludables,
permitiéndoles crear viviendas que cumplan con los diversos criterios de
asequibilidad y necesidades especiales que los residentes necesitan para construir
una vivienda saludable.
REFERENCIAS

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