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EDICIÓN
YAILUMA VÁZQUEZ DOMÍNGUEZ
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
NORBERTO MOLINA MARTINEZ
SOBRE LA PRESENTE EDICIÓN
© ILEANA VELÁZQUEZ ARBAIZA, 2017
© DIRECCIÓN DE PUBLICACIONES DE LA UCSG, 2017
ISBN
978-9942-904-62-1
DEPÓSITO LEGAL
GYE-XXXXXX
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ÍNDICE
PREFACIO 13
I. EL ESTRUCTURALISMO 17
El nacimiento del estructuralismo 21
Signo, significado, significante 24
Lo arbitrario del signo 26
El carácter lineal del significante 29
Lenguaje, lengua y habla 30
Inmutabilidad y mutabilidad del signo 32
El estructuralismo de Saussure 33
Principales representantes del estructuralismo 34
El pensamiento de Claude Lévi-Strauss 38
La antinomia fundamental 40
La caracterización del método de análisis estructural de Lévi-Strauss 41
El estructuralismo leviestraussiano y la totalidad 44
CONCLUSIONES 99
BIBLIOGRAFÍA 107
DEDICATORIA
A Apolonia Vera que, mejor que la mayoría,
conoce de joy de lalangue.
El trabajo del artista no es sucumbir a la desesperación,
sino encontrar un antídoto para el vacío de la existencia.
Woody Allen
Esta segunda tópica –el Yo, Ello y Superyó– es considerada por varios au-
tores como una versión estructural de la psiquis, aunque se formuló antes de
que el movimiento estructuralista apareciera: «es incluso así como tradicio-
nalmente se ordena el desarrollo de la obra de Freud: se distingue gustosa-
mente el punto de vista dinámico, el punto de vista económico y el llamado
estructural; es en este sentido que se llama estructural la localización hecha
por Freud en su segunda tópica, del Yo (moi), del Ello y del Superyó» (Miller,
1988b, pp. 89-90).
Por su parte Jacques Lacan (1901-1981), con su «retorno a Freud» (1984a, p.
105), siguió esta tendencia de dialéctica entra la teoría y práctica psicoanalí-
tica, entendiendo que todo lo que podamos decir sobre lo que pasa dentro de
la «caja negra» –la mente de las personas– son hipótesis; pero que conforme
se contrasten ciertos conocimientos sistematizados a partir del dispositivo
inventado por Freud y se confronten estos, con otros obtenidos y tratados de la
misma manera, se formará una teoría sólida al respecto.
Así, Lacan llegaría a decir, en su último seminario, en Caracas, el 12 de ju-
lio de 1980, que «del debate que mantengo con Freud, y que no es de ayer. Aquí
está: mis tres no son los suyos» (1980, p.), refiriéndose a la segunda tópica de
Freud.
Las tópicas freudianas y las estructuras freudianas y lacanianas son for-
mas de concebir el aparato psíquico, la caja negra o el sistema de pensamiento
humano; y fueron construcciones conceptuales que se nutrieron y formaliza-
ron al incorporar elementos en base a su práctica e investigación conceptual.
Tanto Freud como Lacan tenían una visión no organicista de su comprensión
del sujeto humano; aunque teorías evolutivas hayan formado esquemas basa-
dos en propuestas freudianas, como por ejemplo los estudios sobre las etapas:
oral, anal, fálica, latencia, entre otras. Lacan llegaría a decir incluso que «la
descripción de los estadios, formadores de la libido, no debe ser referida a una
pseudo-maduración natural, siempre opaca. Los estadios se organizan en
torno de la angustia de castración» (1987, p. 72).
Con los avances –en cuanto a la comprensión del funcionamiento del
lenguaje– de Ferdinand de Saussure (1987-1913), la lingüística se desarrolló
de manera consistente, hasta llegar a considerarse una disciplina científica,
en el sentido positivista. En los años que viviera Lacan en Francia, todas las
llamadas ciencias humanas quisieron valerse del paradigma saussuriano a
fin de que también sus campos de estudio pasaran a ser considerados como
ciencias respectivamente. Es así como Dumézil, Benveniste, Barthes, Jak-
obson, Lévi-Strauss, y Lacan fueron considerados estructuralistas, en tanto
buscaron, en este movimiento, elementos que sirvieran a sus disciplinas
(Milner, 2003).
PREFACIO 15
En tanto a la clínica, Lacan (2006) –en su última enseñanza– pasa de una con-
cepción discontinua de categorías que llama estructuras: neurosis, psicosis
y perversión, hacia una noción de estructura continua: el nudo borromeo
de cuatro cade-nudos (p. 109). Se trata de un modelo que permite entender
16 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
Aquí está: mis tres no son los suyos. Mis tres son lo simbólico, lo real y
lo imaginario. Me vi llevado a situarlos con una topología, la del nudo,
llamado borromeo.
El nudo borromeo pone en evidencia la función de al-menos-tres. Anuda a
los otros dos desanudados.
Eso le di yo a los míos. Se los di para que supieran orientarse en la práctica.
¿Pero, se orientan mejor que con la tópica legada por Freud a los suyos?
Hay que decirlo: lo que Freud dibujó con su tópica, llamada segunda, ado-
lece de cierta torpeza. Me imagino que era para darse a entender dentro de
los límites de su época.
¿Pero, no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura la aproximación
a mi nudo? (Lacan, 1980, p.)No hay página pues es una base documental
digital, como consta en la bibliografía
Significado
Signo
Significante
Figura 2. El signo.
Fuente: Saussure, 2007, p. 92
la elección del signo era arbitraria y no estaba motivada por ninguna relación
preexistente entre el significado y el significante.
Si, en efecto, la relación entre el significado y el significante es arbitraria
¿cómo los diccionarios e instituciones establecen como se estructura y se habla
una lengua con corrección? Si una palabra posee un significado y no otro es
porque hay reglas. Si hay un mal uso es porque se ha determinado lo correcto
e incorrecto. En la línea que venimos desarrollando, existen relaciones entre
el significante y el significado, estas están establecidas, pero de manera arbi-
traria, a partir de estas se origina una lengua.
Es posible pensar que si existen relaciones establecidas entre los elemen-
tos del signo entonces no hay arbitrariedad, sería una contradicción; sin
embargo, lo que nos indica Saussure es que las relaciones establecidas en los
significantes y sus significados tienen reglas, pero estas no son inamovibles
como la gravedad, solo están dadas por una comunidad lingüística, y son
arbitrarias en tanto esa comunidad pudo relacionar cualquier significante
con cualquier significado. Es decir, estas reglas son de obligado cumplimiento
para el hablante, pero se establecieron de modo totalmente arbitrario en la
comunidad lingüística:
Ya en este punto, es posible avizorar las fuertes connotaciones que este con-
cepto tuvo en todo el campo de lo social. El pensamiento común consideraba,
para decirlo en pocas palabras, que los acuerdos sociales eran tan inamovibles
como las leyes naturales; esto es algo que ha ido declinando, aunque aún está
presente con menor fuerza. De aquí, por ejemplo, la creencia que la monar-
quía y su sangre real –escogida por Dios–, era la única que podían llevar las
riendas del gobierno. En las leyes pasó algo similar, mientras más antigua
o por ejemplo entregada por Dios, se consideraba más inamovible: los diez
mandamientos son un buen por ejemplo. Incluso, al día de hoy, se interpela
que la ley no debe interpretarse, principio de la exégesis.
Si uno se detiene un segundo a pensarlo, se percata de que esta línea de
pensamiento no soporta la mínima revisión, la interpretación siempre será
necesaria, aún cuando se hace a través de un código dado por acuerdos so-
ciales. Es un sueño del positivismo, un error del desarrollo del pensamiento,
el pretender prescindir del sujeto en la ecuación de la comprensión de un
28 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
fenómeno. Si bien es cierto que hay niveles de inclusión del sujeto en la inter-
pretación de la realidad, no existe la posibilidad de eliminarlo totalmente de
la ecuación. A este punto también se llegó desde la física cuántica y parece ser
el derrotero en suspenso del desarrollo del pensamiento científico.
A guisa de breve conclusión parcial, el estructuralismo demostró que la
tan buscada objetividad, en asuntos relativos a la thesei, no existe; sino una
emulación de las sociedades de tratar los acuerdos sociales, las leyes, como si
fueran leyes de la física. Este movimiento permitió, al darles el tratamiento
de leyes de la física a las leyes sociales, llegar a una supuesta objetividad. Ex-
puesto de esta manera, queda más claro el error: las leyes sociales no pueden
ser tomadas como leyes de la naturaleza en tanto y cuanto son arbitrarias,
como nos explicara Saussure.
A la vez, esto permitió un avance importante en el conocimiento, pues
si bien es cierto que quienes quisieron ser engañados lo fueron, el estructu-
ralismo vino a adelantarse con un punto aún hoy no logrado: la noción de
conocimiento científico tiene que cambiar, está cambiando, el paradigma de
lo que se puede considerar «medible, verificable y repetible» se queda corto;
para avanzar, hay que mirar hacia las elaboraciones de Pierce.
El pensamiento de inicios de 1900, sin proponérselo, vio en las propuestas
de Saussure la posibilidad de encontrar como contentar a los positivistas,
con una estrategia tipo Caballo de Troya: en una estructura «fuerte» –la
propuesta de encontrar un objeto de estudio que cumpliera las demandas
del paradigma positivista–, se depositó en el interior, el caso a caso, la sub-
jetividad; por esta razón rechazada con tanta fuerza en su momento y que
Lacan pudo ya entrever: las leyes sociales solo pueden ser tomadas en cada
caso y por un tiempo, o más bien, hay que estar atento a los cambios, con lo
cual nos acercamos ya al método clínico, que colinda entre el conocimiento
científico y el arte.
Por otro lado, surge la pregunta de fondo: ¿si la sociedad está conformada
por individuos, es el individuo quien determina a la sociedad o la sociedad la
que determina al individuo? En la lingüística, si el individuo elige usar una
lengua, ¿es el individuo el que determina esta lengua o la lengua determina
al individuo?
Es importante en este punto aclarar la función que tienen los diccionarios,
se trata de establecer un código que determina cómo se debe hablar y escribir
correctamente. Es decir, un ente que recoge los usos que hacen las comuni-
dades lingüísticas y que los registra. Con Saussure sabemos que la unión de
un significante y un significado es arbitraria, en tanto cualquier significado
puede estar representado por cualquier significante; sin embargo, he aquí el
asunto, el que un significado esté ligado a un significante depende de acuer-
I. EL ESTRUCTURALISMO 29
dos sociales, no escritos, pero que se autorizan en razón del uso de la lengua
en las comunidades lingüísticas.
Por esta razón, un individuo no puede cambiar a su voluntad la relación
de un significante con un significado, pero una comunidad decide estas re-
laciones en su uso. Las relaciones entre significante y significado no están
escritas en ningún lado, ni siquiera en un diccionario, ni en algún otro tipo
de entidad que las determine; los diccionarios se limitan a interpretar los
usos en las comunidades lingüísticas y registrarlos; para, una vez registradas
las relaciones, poder señalar los malos usos o usos errados; y de esta manera
estabilizar la lenguas y prever el caos comunicativo. Muchas veces sucede que
una comunidad cambia estas relaciones y no queda a las instancias descritas
más que registrar el cambio. Esta situación se verifica con facilidad en la in-
corporación de nuevas relaciones: neologismos, sobre todo, o en la influencia
de lenguas foráneas, en un sistema lingüístico dado; los anglicismos en el
español, por solo mencionar un ejemplo.
Es posible que este punto de la arbitrariedad del signo haya servido a
Pierre Bourdieu, sociólogo francés, para elaborar su propuesta de «prácticas
sociales». «Las estructuras elementales del parentesco» de Lévi-Strauss es
otro posible beneficiario. Ejemplos que remarcan la importancia y actualidad
de un asunto aparentemente obvio, pero que nadie antes de Saussure había
señalado con la suficiente claridad, justificación y fuerza.
Por otro lado, Lacan trabaja también la interrelación individuo y sociedad,
pero enfatiza, más que en el lado social, en la forma en que se estructura
la psiquis; es decir, en cómo el lenguaje, los acuerdos sociales, marcan o
determinan al individuo y cómo este –como parte de un todo– influye en la
sociedad. Para esto, este autor tomó de la topología la «banda de moebius»
para ilustrar esta interrelación y creó el neologismo «extimidad» a partir de
lo exterior (el lenguaje podemos decir), que se vuelve lo más íntimo (la psique
diremos rápidamente). Con Lacan, podríamos decir que la sociedad marca al
individuo quien a su vez marca a la sociedad, a través de la influencia a los
sujetos con quienes se relaciona, de forma especial en su proceso formativo.
Aún en las lenguas de señas, por ejemplo, que son de carácter visual,
se constata que la temporalidad en la secuencia de las señas o en el movi-
miento para ciertas señas es necesario: «los significantes […] no disponen
más que de la línea del tiempo; sus elementos se presentan uno tras otro;
forman una cadena. Este carácter se destaca inmediatamente cuando
los representamos por medio de la escritura, en donde la sucesión en el
tiempo es sustituida por la línea espacial de los signos gráficos (Saussure,
2007, p. 95).
En la obra de Saussure, el carácter lineal del significante nos habla de una
temporalidad, lo cual se desarrollará con mayor profundidad y, en otro nivel,
con su noción de diacronía.
Por otro lado, el término «cadena», nos remite a la «cadena significante»
que Lacan utiliza a lo largo de su enseñanza. Vemos la influencia, pues no
podría ser de otro modo, entre pensadores que, como Jakobson y Lévi-Strauss,
leyeron a Saussure; aunque esto poco nos dice aún sobre si habría alguna
vigencia de lo que se llamó o llamamos estructuralismo.
Como ya se indicó, el principio del carácter lineal del significante al in-
corporar la temporalidad o, por lo menos, la secuencia, adelanta, sin llegar
a serlo, la diacronía e inclusive a la sincronía. Habría en la sincronía una
temporalidad, por lo menos la del carácter lineal de los significantes en un
momento determinado, a la manera de una foto en del estado de las relacio-
nes entre significantes y significados en una lengua determinada, lo cual se
desarrollará con mayor detalle cuando se trabaje las versión de Lévi-Strauss
del estructuralismo.
Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en
el seno de la vida social. Tal ciencia sería parte de la psicología social, y
por consiguiente de la psicología general. Nosotros la llamaremos semio-
logía (del griego sēmeîon ‘signo’). Ella nos enseñará en qué consisten los
signos y cuáles son las leyes que los gobiernan. Puesto que todavía no
existe, no se puede decir qué es lo que ella será; pero tiene derecho a la
existencia, y su lugar está determinado de antemano. La lingüística no
es más que una parte de esta ciencia general. Las leyes que la semiología
descubra serán aplicables a la lingüística, y así es como la lingüística
se encontrará ligada a un dominio bien definido en el conjunto de los
hechos humanos. (p. 43)
I. EL ESTRUCTURALISMO 31
Sincronía...
Lengua...
Lenguaje... Diacronía...
Habla...
Figura 3. El lenguaje.
Fuente: Saussure, 2007, p. 123.
LENGUAJE
Sincronía
HABLA
(individual)
LENGUA
(social)
Diacronía
El cuadro pretende ilustrar la relación entre las ideas del lingüista sobre los
conceptos de lengua, lenguaje y habla, en razón de sus relaciones:
Toda sociedad conoce una lengua porque esta ha sido heredada de generacio-
nes precedentes, esta es producto de factores históricos y estos últimos son los
que le dan el carácter de inmutabilidad a la lengua, ya que no cambian. Para
que sea posible la mutabilidad en la lengua se necesitaría siempre del tiempo y
de una masa hablante, puesto que ambos elementos se relacionan. El tiempo
sin la masa social no tendría sobre quién incidir y viceversa. Si se considerara
solo la masa parlante no se podrían apreciar los efectos del tiempo o, mejor
dicho, sobre quién actuaría el tiempo: «la lengua evoluciona; nada tan com-
plejo: situada a la vez en la masa social, y en el tiempo, nadie puede cambiar
nada en ella; y, por otra parte lo arbitrario de sus signos implica teóricamente
la libertad de establecer cualquier posible relación entre la materia fónica y
las ideas» (Saussure, 2007, p. 101-102). El tiempo, entre otras de sus funciones,
cumple con alterar los signos lingüísticos y por esta razón podemos hablar
de la inmutabilidad y mutabilidad del signo: «El tiempo que asegura la con-
tinuidad de la lengua, tiene otro efecto, en apariencia contradictorio con el
I. EL ESTRUCTURALISMO 33
EL ESTRUCTURALISMO DE SAUSSURE
Con los principales principios extraídos de la obra Curso de lingüística general, en
el cuadro 2 se resumen, a manera de caracterización, las ideas principales que
luego diversos autores tomaran, interpretaran y aplicaran para lo que luego se
denominó estructuralismo, sería entonces «el estructuralismo de Saussure».
34 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
Quien posee una lengua deslinda sus unidades con un método muy
sencillo, por lo menos en teoría. Tal método consiste en colocarse en el
habla, mirada como documento de lengua, y en representarla con dos
cadenas paralelas, la de los conceptos (a) y la de las imágenes acústicas
(b). Una delimitación correcta exige que las divisiones establecidas en la
cadena acústica (a, ß, γ...) correspondan a las de la cadena de conceptos
(a’,ß’,γ’...). (p. 128)
más al ideal de la ciencia que anima a Mach o a Freud […] En esto, Dumézil
se limita a expresar, más abiertamente que otros, uno de los caracteres
propios de la escuela de París. Porque el ideal de ciencia que esta reinvindi-
ca le viene de las ciencias de la naturaleza. (Milner, 2003, p. 52)
Émile Benveniste (1902-1976) fue «uno de los actores capitales del programa es-
tructuralista» (Milner, 2003, p. 89). Este autor fue expulsado de la enseñanza
pública en 1940 por ser judío, reclutado por el ejército y hecho preso durante la
ocupación francesa. En 1939 sostuvo que el signo es neceario y no arbitrario,
con lo cual pretendía ayudar a avanzar las ideas de Saussure: «es quizás el me-
jor testimonio de la fecundidad de una doctrina el engendrar la contradicción
que la promueve» (Milner, 2003, p. 96). Lector y seguidor de Hegel y de Kojève,
Milner comentará: «el cruce entre marxismo y estructuralismo, en el punto
de la ciencia, puede contar a Benveniste entre sus representantes: discreto,
cuando no secreto, pero no si convicciones». Podríamos considerar como una
de sus máximas en este cruce: «la lengua puede ser considerada dentro de la
sociedad como un sistema productivo: produce sentido» (2003, p. 107). Para
Benveniste, el lenguaje es una infraestructura sólida, concreta e individual
I. EL ESTRUCTURALISMO 37
Cada gran lingüista ha propuesto una manera nueva de completar sus de-
mostraciones: su grandeza no es otra cosa que esta novedad de las marcas
por las que él reconoce el instante en que la cadena de razones puede ser
cortada. Que realice, pues, su gesto más racional, el que lo califica como
erudito: concluir victoriosamente una argumentación; es entonces cuan-
do, disfrazada con el ropaje de la deducción, se desliza la punta subjetiva.
(Milner, 2003, p. 134)
punto de decir que lo autoriza a hablar de estructura lo que ha leído del an-
tropólogo. Por su parte, Lévi-Strauss, en varias de sus obras, hace mención
al psicoanálisis como disciplina. Así también, mantuvo contacto directo
con Roman Jakobson, uno de los lingüistas que mejor trabajó la lingüística
estructural y llegó a presentar formas y métodos que facilitaban la aplica-
ción de sus conceptos.
Claude Lévi-Strauss nació en Bruselas, el 28 de noviembre de 1908. De
origen judío, en 1927 inició sus estudios de Derecho y Filosofía en la Sorbona,
poco después abandonó los estudios de derecho y culminó los de Filosofía en
1931. Durante su período universitario, no solo mantuvo estos estudios sino
también asistió a clases de geología, ciencia que lo apasionaba. Es en este
momento que descubre el marxismo y el psicoanálisis, ambos movimientos
poseían fuerza en las aulas universitarias de la época. Al término de la se-
gunda guerra mundial, Lévi-Strauss dejó Francia y viajó a los Estados Unidos.
En 1941, en Nueva York, conoce al lingüista de origen ruso Roman Jacob-
son. Las teorías estructuralistas de Jakobson ejercieron una gran influencia
en el antropólogo, quien se ubicaba un lugar relevante entre los investi-
gadores que afirmaban que las diferentes culturas de los seres humanos,
sus conductas, esquemas lingüísticos y mitos revelaban la existencia de
patrones comunes para toda la vida humana.
A través de Roman Jakobson, Lévi-Strauss tomó contacto con el proto-
estructuralismo lingüístico de Ferdinand de Saussure y del trabajo del propio
lingüista que formaliza su obra con formas operatorias de entender y aplicar
el estructuralismo. De esta forma, Lévi-Strauss tomó varios conceptos que
serían pilares de su estructuralismo: la repetición, las unidades mínimas
de análisis, las oposiciones binarias (como las que ocurren para distinguir
por oposición a los fonemas del lenguaje), los ejes de sincronía y diacronía, la
estructura permanente, entre otras.
Mención aparte merece el principio de simetría heredado por el filósofo y
antropólogo de Jakobson, como disposición preponderante de los elementos
en toda estructura. Lévi-Strauss, al igual que otros varios pensadores, creyó
encontrar en el estructuralismo un paradigma que le permitiría llevar el
campo de las llamadas ciencias sociales –antropología, sociología, psicología,
psicoanálisis– al nivel científico, en el sentido positivista de ciencia que impe-
raba como paradigma epistémico en la época.
En 1947, Lévi-Strauss regresó a París para doctorarse en la Sorbona, para lo
cual presentó dos trabajos escritos: una tesina con el título «La vida familiar y
social de los indios nambikwara» y una tesis doctoral, en 1948, «Las estructuras
elementales de parentesco». Esta última fue mencionada por Lacan en su «Se-
minario V. Las formaciones del inconsciente» y posee una marcada influencia
40 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
del lingüista Jakobson y sus estructuras mínimas binarias por oposición. Para
el presente trabajo, se tomará «La estructura de los mitos», con el fin de anali-
zar la propuesta de estructuralismo de Lévi-Strauss. Este artículo apareció en
1955, en el Journal American Folklore; luego sería incluido en Antropología estructural.
Su obra Mitológicas (1964–1971), comprendida en cuatro tomos, conforma uno
de los textos más representativos y originales dentro del campo de la antro-
pología del siglo xx. En ella aborda, desde su método de análisis estructural
la mitología americana; analiza los «mitemas» o elementos significativos de
miles de estos por medio de todo tipo de oposiciones (alto/bajo, crudo/cocido,
seco/húmedo, entre otros), en las cuales es posible apreciar, una vez más, la
influencia jakobsoniana en el pensamiento de Claude Lévi-Strauss.
Este brillante filósofo y antropólogo francés falleció el 1 de noviembre del
2009, fue el máximo exponente contemporáneo del estructuralismo. Escribió
numerosas obras, tales como: Raza y cultura (1983) y La alfarera celosa (1985),
entre otras.
LA ANTINOMIA FUNDAMENTAL
En el texto «La estructura de los mitos», Lévi-Strauss se propuso dilucidar
el problema de los mitos desde su modelo de análisis estructural. Los mitos
tienen una particularidad que Lévi-Strauss denominó «antinomia funda-
mental» (figura 6). Esta consiste en que, por un lado, parecería que solo
hay arbitrariedad en este tipo de narraciones, que todo podría suceder sin
ninguna ley, y que todo es contingencia; y, por otro, se conoce de mitos muy
parecidos en lugares en extremo remotos del planeta, que nunca han estado
contactados entre sí.
La antinomia fundamental
de los mitos para Lévi-Strauss
Arbitrarios-contingentes Absolutos-fijos
Este hecho denota un cierto grado de fijeza, de algún tipo de absoluto, que
intriga al antropólogo. Lévi-Strauss anota, que esta antinomia se parece a la
contradicción que encontraron los primeros filósofos que trataban el lenguaje,
al buscar una conexión directa entre los sonidos y los significados.
Luego establece que con los avances de la lingüística se concluyó que no
hay conexión directa entre los sonidos y la función significante, sino que su
relación se basa en la manera en que los sonidos se encuentran combinados
entre sí.
MITEMA
Un mitema se encuentra
en el plano de la frase
Lévi-Strauss
Estructura permanente
lo propone
Su substancia
TEMPORALIDAD DEL MITO se encuentra en el relato
o historia
Estructura permanente: Su substancia
Propuesta Nivel I un absoluto que permanece se encuentra
de Lévi-Strauss en el tiempo en la repetición
Lengua: histórica
Nivel II Su substancia
DIACRÓNICA
Lingüística se encuentra en el estilo,
de Saussure modo de narración
Habla: ahistórica y/o sintaxis
Nivel III
SINCRÓNICA
Una vez definidos los mitemas, se tendrá la capacidad de aplicar a los datos
obtenidos operaciones lógicas y simplificaciones sucesivas para obtener la ley
estructural del mito considerado, sin olvidar la importancia de incluir en este
I. EL ESTRUCTURALISMO 43
EL ELEMENTO AUSENTE
En este primer capítulo del Seminario xxiii destaca un primer grupo de refe-
rencias: la falta, el vacío, el agujero y la división subjetiva.
La palabra sinthome, tiene la ventaja de comenzar con la falta –el sin–, dice
Lacan, quien continúa indicando que esta falta o falla, tiene la particulari-
dad de que siempre se agranda y que encuentra su límite en la castración.
Lacan hará una comparación entre la falla y el falo, para indicar que «hace
II. EL APORTE DE LACAN AL ESTRUCTURALISMO 51
falta algo de valor, el falo, para “tener miedo” de perderlo e instaurar la ley»
(Lacan, 2006, p. 13).
Sobre el vacío, hace referencia al trabajo sobre los conjuntos del matemático
alemán Georg Cantor (1845-1918), para destacar la prominencia de la función
de bolsa vacía que cumple el cuerpo, de burbuja, de envase. Vale destacar que
anota que la inscripción de los S1 no instauran la idea de unicidad del cuerpo,
pero permiten que este pueda ser una bolsa vacía; es decir, que los significan-
tes unos serían la sustancia con la cual se le da límites al cuerpo, pero no dan
la sensación o idea de unidad en el ser.
El agujero ya está presente en los tres registros de Lacan –en lo imaginario,
lo simbólico y lo real–, en su forma topológica del toro. En este seminario dará
preeminencia a la articulación del síntoma con el registro de lo simbólico. Se
trata de una relación que forma lo que llamará un «falso agujero»; y para la
cual cabe recordar que el sinthome viene a enlazar el registro de lo simbólico, en
principio, con los otros dos registros, en una estructura borromea.
Sobre la división subjetiva, Lacan indicará que el sujeto es siempre dividido y
que de lo que se trata es de dar cuenta de lo que constituye lo real en esta división.
En los cuatro sintagmas antes mencionados y anotado su uso en esta parte
del presente seminario de Lacan, queremos destacar lo que tienen en común,
como abordajes distintos a lo innombrable en cuestión; es decir, que son cua-
tro formas de acercarse a lo real, a lo cual no puede acceder el lenguaje.
Consideramos principal para la presente tesis la concepción lacaniana
de la dialéctica lenguaje-real, en tanto lo que puede decirse-lo que no puede
decirse. Sobre esta noción anota que el lenguaje agujerea «lo que se puede
situar como real» (Lacan, 2006, p. 32). Lo que se puede situar como real no
es lo real en un sentido estricto; y si apoyamos esta afirmación con la frase
«opera su captura de lo real» (Lacan, 2006, p. 32), vale recalcar que «su»,
nos habla solo de una versión de lo real; y no, de la operación propiamente
dicha. En resumen, consideramos que Lacan entiende el acceso del lenguaje
a lo real, como la operación de identificar los elementos cercanos a lo real
propiamente dicho.
SINTHOME
Sobre el sinthome, Lacan hará una referencia a La mujer, para delimitar lo
que quiere decir con este sintagma. Anota que «La mujer solo es toda bajo la
forma del todo, pero no eso» (Lacan, 2006, p. 14); y a continuación, afirma:
«introduzco el pero no eso, como el sinthome» (Lacan, 2006, p. 14). Lo anotado
guarda estrecha relación con lo dicho en párrafos anteriores, en tanto «pero
no eso» en relación al todo. Se trata de otra forma de ilustrar la división
subjetiva, la falta, agujero, el vacío; pero forzamos una diferencia, en tanto
52 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
JOYCE
James Joyce fue para Lacan un sujeto que no tenía «firmeza fálica» y que suplió
esta con su arte, el cual se constituyó en «el verdadero garante de su falo»
(Lacan, 2006, p. 16). Este falo, es la conjunción del órgano, por un lado, y la
función de la palabra, por otro. Es decir, se entiende como algo de valor que
viene a representar al sujeto.
En este apartado Lacan menciona dos vertientes del sinthome: el sinthoma
daquín y el sinthome roule. El primero hace alusión a la relación de Joyce con
lo «bello», trabajado por quienes lo estudiaron, menciona a Jacques Aubert
como «claritas» y, por el mismo Joyce, denominado «esplendor del ser» (La-
can, 2006, p. 16). Con lo cual, dice Lacan, que Joyce privaba a su sinthome de
su «madaquinismo». Podríamos decir, de su automatismo, pero también es
una alusión velada a Santo Tomás de Aquino, por homofonía, Saint Thomas
d’ Aquin. El sinthome roule, el «síntoma con rueditas» (Lacan, 2006, p. 15) jue-
ga con las homofonías en francés con «la regla del hogar» que Joyce conjuga
con el otro.
VARIOS
Casi de pasada, o como introducción a otro tema, Lacan señala su orientación
sobre el «control». Dice que para los fines que persigue, puede dividir esta
actividad en dos partes. La primera es aquella en la cual vienen las personas,
II. EL APORTE DE LACAN AL ESTRUCTURALISMO 53
EL ELEMENTO AUSENTE
Lacan menciona que si nombró a su objeto a de esta manera fue porque el
objeto es ob, «obstáculo a la expansión de lo imaginario concéntrico es decir
englobante» (Lacan, 2006, p. 83). Ello significa que allí donde lo imaginario
se podría inflar sin límite, el objeto a viene a agujerearlo. Similar relación
utiliza para lo verdadero, que se hincha creando sentido sin fin, y tiene que
auto-perforarse.
54 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
SINTHOME
El síntoma principal es para Lacan el constituido por «la carencia propia de
la relación sexual» (Lacan, 2006, p. 68); y el psicoanálisis sería la respuesta a
este enigma: mediante lo que denominó «un empalme de lo imaginario con
el saber inconsciente» (Lacan, 2006, p. 70); con lo cual: «se obtiene un sentido,
lo que es objeto de la respuesta del analista a lo que el analizante expone a lo
largo de su síntoma […] encontrar un sentido implica saber cuál es el nudo y
unirlo bien gracias a un artificio» (Lacan, 2006, pp. 70-71). Este artificio es el
sinthome, que permite reparar la cadena borromea si se ha presentado un error,
si lo simbólico se libera; o si hay dos faltas, y todos los registros se liberan. De
esta manera, ilustra su sinthome como un redondel de cuerda que rodea el lugar
mismo donde se presenta un lapsus en la cade-nudo borromea. Remarca que
es necesario operar este redondel de cuerda en el sitio en que se presenta la
falta, ya que si se lo ubica en otro punto, no tiene el mismo efecto corrector.
En la medida en que el otro sexo es sostenido por el sinthome, será posible la
relación entre los sexos, de lo cual se extrae que «una mujer es un sinthome para
II. EL APORTE DE LACAN AL ESTRUCTURALISMO 55
todo hombre» y «un hombre es para la mujer […] un estrago» (Lacan, 2006,
p. 99). ¿Qué quiere la mujer?, Lacan dirá que Freud se equivocó al plantear la
pregunta, ya que lo que se puede preguntar sería ¿qué quiere una mujer?
JOYCE
¿Qué es la relación de Joyce con Nora? Es como si Joyce vistiera su mano dere-
cha con el guante de la mano izquierda dado vuelta, de lo cual habló Kant,
este guante es Nora, es la manera de Joyce de poder decir que le viene como
un guante. Todo esto para decir que «lo que subsiste de la relación sexual es
esta geometría a la que aludimos a propósito del guante» (Lacan, 2006, p. 83).
Lacan propone, en este capítulo, considerar que el caso de Joyce responde a un
modo de suplir un desanudamiento del nudo. Anota que el deseo de este artis-
ta de hacerse leer por la mayor cantidad de gente posible compensó de alguna
manera que su padre nunca hubiera sido un padre para él, que no le hubiera
enseñado nada y que descuidó todo, excepto valerse de los padres jesuitas.
Existe en Joyce algo como una compensación por esta «dimisión paterna»
(Lacan, 2006, p. 86) que Lacan ubica en el hecho de que Joyce se haya sentido
imperiosamente llamado y, continua diciendo, que es este hecho por el cual
el nombre propio se le hace tan extraño al artista. En efecto, Joyce valoriza su
nombre propio en detrimento del padre.
El nombre propio hace todo lo posible por volverse más que el S1, a lo cual
agregamos que, tal vez, este nombre propio quisiera hacer unidad, cerrar la bol-
sa como diría Lacan, suplir la función del rasgo unario. Finalmente Lacan dirá:
«he centrado la cosa en torno del nombre propio y he pensado […] que por querer
hacerse un nombre, Joyce compensó la carencia paterna» (Lacan, 2006, p. 92).
VARIOS
El tema de la relación, de cómo un objeto podría en lo real correlacionarse con
otro es uno de los problemas que Lacan se plantea y, dentro de su búsqueda,
toma como punto de partida la relación sexual, en tanto no existe. ¿Qué
quiere una mujer? Se trata de un enigma y sobre este bosqueja una fórmula
que permite desbrozar su forma de operar: Ee, esto es, enunciación subíndice
enunciado, en donde el primero es lo dicho entre líneas y el segundo lo dicho
en forma literal. En resumen, un enigma es un enunciado sobre el cual no
se encuentra su enunciación. A este llamará Lacan un arte de entre líneas,
aludiendo a la cuerda.
Lacan ubica una distinción entre lo verdadero y lo real: para Freud lo verda-
dero causa placer y lo real no forzosamente, para el primero el goce pertenece a
lo real. Anotará además que «cuando se escribe, se puede tocar lo real pero no
lo verdadero» (Lacan, 2006, p. 77).
56 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
EL ELEMENTO AUSENTE
Aunque lo real en Lacan no es símil del objeto a, si tiene un espacio que com-
parte con este, siendo una de sus vertientes. Anotado esto, diremos que Lacan
indica que lo real en su pensamiento es siempre un fragmento, un cogollo,
sobre lo cual se tejen historias y que, pese a ello, este real se caracteriza por no
enlazarse con nada. Es decir, que si bien sobre su realidad se entrelazan todo
tipo de historias –para velarlo–; sin embargo, estas no llegan a relacionarse
con lo real. Al parecer esta sería una de las motivaciones mayores del psicoa-
nalista para mantenerse interesado en los nudos durante años.
Para ilustrar lo dicho, Lacan toma como ejemplo la pulsión de muerte, la
cual inscribe en este campo –de lo real–, pero en la cual resalta su cualidad de
imposible de pensar.
Ante este obstáculo, planteará buscar un elemento orientador, ya que no es
posible abordar el problema de manera directa. Utiliza para fines ilustrativos
la temperatura, aunque creemos que en una forma errónea; ya que piensa que
el cero indica la ausencia total de calor, lo cual no es cierto. Pero dentro de sus
indicaciones está, que si bien en la temperatura no hay límite superior, el cero
si indica el límite inferior y esto es «algo orientador». Es decir, que plantea el
mismo lugar de su cero, para su real: un elemento que orienta.
II. EL APORTE DE LACAN AL ESTRUCTURALISMO 57
SINTHOME
Lacan comenta, que al releer su escrito «La significación del falo» encuentra
lo que él llama la descripción de su nudo borromeo. En su opinión la esencia
de la cadena borromea estaba en la verificación del falso agujero y que esta
verificación o cualquier otra solo la puede cumplir el falo, ya que este elemento
es el sostén de la función significante, el que, a su vez, crea todo significado.
Lacan dirá que así como Freud descubrió el inconsciente –si es que este
es un descubrimiento verdadero–, su invención es el registro de lo real como
respuesta sintomática. De la misma forma, toda invención del sujeto queda
reducida al sinthome. De esta forma, el psicoanalista solo puede concebirse
como sinthome, no así el psicoanálisis.
VARIOS
Aunque en la sociedad pueda estar arraigada la idea de que el círculo es símbolo
de totalidad, Lacan anota que no lo es en absoluto, ya que en él hay un agujero.
Continuará anotando que la humanidad toda siempre ha tenido necesidad de
que hubiera un Otro del Otro, es decir Dios, y que el análisis revela que es La
mujer. Entendemos que se refiere a La mujer como significante que no existe
en el inconsciente del goce todo o paraíso perdido.
Lo que vela esta conjunción de lo simbólico e imaginario, es la falta, que
se ha pretendido llenar con sentido. Lacan anotará que sobre un cómo hacer
con la falta se podría fundar una «folisofía» o una «sabiduría sobre la falta»
(Lacan, 2006, p. 126); y que sobre ello se puede encontrar en el libro de la Biblia
llamado precisamente sabiduría.
58 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
EL ELEMENTO AUSENTE
En este capítulo creemos que Lacan se refiere a dos tipos de falta: la falta en
ser y, sobre todo, a la falta como lapsus del nudo. Aunque para muchos fines
se puede equiparar estas dos acepciones, en ciertos pasajes conviene estar
prevenidos de las diferencias. Queremos remarcar la interrogante que plantea
Lacan en este capítulo y que nos parece central en su obra y para el presente
estudio: «¿qué pasa cuando algo le sucede a alguien como consecuencia de una
falta? (Lacan, 2006, p. 145).
SINTHOME
Lacan caracterizará su nudo borromeo otorgándole ciertas cualidades:
Lacan en este apartado dice que la escritura a la que se refiere, no viene de otro
lugar que del significante y hace alusión al rasgo unario. Es decir que no se
refiere a la escritura en papel, sino en el cuerpo y trae como ejemplo el rasgo
unario, que sería la escritura que hace Uno en el ser (figura 1).
Debido a su nudo borromeo, Lacan puede representar este rasgo unario con
la recta infinita, en tanto, esta tiene equivalencia con el círculo y dirá que es
«la mejor ilustración del agujero, mejor que el círculo» (Lacan, 2006, p. 143).
Expondrá que el hombre es un compuesto de elementos: el rasgo unario,
real, imaginario y simbólico y que «la característica de un elemento es que se
proceda a la combinatoria de elementos» (Lacan, 2006, p. 144).
Es decir, que el rasgo unario dará inicio a la sustitución que conformará el
sinthome y que anudará de forma borromea a los tres registros. Lacan se propo-
ne con esto crear una lógica de bolsas y cuerdas.
Para seguir el orden de presentación de las ideas en el texto de Lacan, en
tanto la lectura que hicieran los autores del presente trabajo, remitirse a los
anexos, desde el número cincuenta y tres, hasta el cincuenta y seis para este
tercer capítulo. Estos anexos son mapas conceptuales en los cuales se repre-
sentan las relaciones entre las ideas-elementos antes mencionados.
«La escritura en cuestión no viene de otra parte que del significante. No fue sin embargo ayer cuando
me interesé en este asunto de la escritura, y cuando la promoví por primera vez que hablé
del rasgo unitario, Einziger Zug en Freud»
unario
«Debido al nudo borromeo, di otro soporte a este rasgo unitario. Aún no les expuse este otro soporte.
En mis notas, lo escribo DI. Son las iniciales de Droide Infinie (recta final)»
droit
«La recta infinita [...] es la mejor ilustración del agujero, mejor que el círculo»
«La virtud de la recta infinita es tener el agujero todo alrededor. Es el soporte más simple del agujero»
«Un elemento es, por un lado, lo que hace uno –en otras palabras, el rasgo unitario–
unario
y lo que, por hacer uno, da inicio a la sustitución.
La característica de un elemento es que se proceda a la combinatoria de elementos»
JOYCE
Para Lacan el ego en Joyce cumple un papel distinto al que cumple en los que
podemos llamar para fines prácticos neuróticos. Define el ego como «la idea de
sí mismo como cuerpo» (Lacan, 2006, p. 147); y dirá que en Joyce el ego cumple
una función distinta y se basa en un episodio de la obra «Portrait of the Artist
as a Young Man», en el cual el escritor es amarrado y golpeado por cuatro o cin-
co compañeros y, sobre este episodio, diría que sintió que su cuerpo se soltaba
de sí mismo «como una cáscara».
Aunque el psicoanalista no explicita exactamente la función del ego
en Joyce, si dirá que este «ejerció en él una función de la que sólo puedo dar
cuenta por mi modo de escritura» (Lacan, 2006, p. 145) y que «la escritura es
esencial para su ego» (Lacan, 2006, p. 145). También dirá que el ego de Joyce
tendría para él una función correctora de «la idea de sí mismo como cuerpo»
(Lacan, 2006, p. 147); y que esta se basaba en un artificio de escritura. Con este
artificio se refiere al hecho de que su forma de proceder, de escribir y de hablar
es la de dar vueltas y hasta eludir el lugar de enunciación, quedando sus actos
y escritos en el campo del enigma. Es decir, que en Joyce su posición de causar
la pregunta en todos de «por qué diablos se pronunció de tal manera», es su
forma de lograr consistencia como ser.
Allí donde el neurótico inicia su sinthome con el rasgo unario, y con este
último adquiere Unicidad, un lugar, una ubicación en el discurso, James
Joyce evade esta problemática y la suple con un artificio de escritura: la
utilización del enigma en el lugar en que generalmente los neuróticos nos
ubicamos, a falta de un significante que lo represente ante otro significan-
te. (Lacan, 2006, p. 151)
VARIOS
Queremos resaltar la referencia de Lacan en torno a la danza, como un arte
en el cual el cuerpo ya no sirve como tal, es decir, como idea de sí mismo,
sino como forma de expresión; no como eje del sujeto, sino como forma de
comunicar (Lacan, 2006, p. 152).
CUADRO 1
LACAN
■ Si Saussure daba primacía al significado por
■ El signo está compuesto por significado sobre el significante, Lacan –en razón de la
y significante. influencia de los últimos en el goce– invierte
el orden de importancia.
■ La noción de Otro, sintagma al cual le agrega
«social» es una redundancia, sin embargo, se
■ Las relaciones entre los significados y
suele utilizar para dar énfasis en el carácter
los significantes se dan por acuerdos
social del concepto.
sociales.
■ El Nombre del Padre también sintagma
■ Cualquier significado podría estar
construido por Lacan, en una de sus vertientes
La arbitrariedad relacionado con cualquier significante.
nos remite al «por qué si». Si los acuerdos
del signo ■ Un individuo no puede cambiar las
sociales son tales no son por una razón
relaciones entre los significados y los
natural o de relación con lo legislado, es pura
significantes; tampoco la comunidad
arbitrariedad a la manera que nos propusiera
lingüística que utiliza una lengua, aunque
Saussure. El orden social, el Nombre del Padre
estos cambios se dan en el tiempo.
es pues una contingencia, una arbitrariedad no
del individuo sino de la sociedad.
■ El lenguaje es la capacidad humana
universal de representar la realidad. ■ Se podría decir que Lacan agregaría: la
■ La lengua es el sistema de signos que lengua y el discurso, no como niveles, sino
Lenguaje,
adopta una comunidad específica para como conceptos que le sirven para orientar
lengua y habla
comunicarse. la práctica clínica y que se pueden ubicar en
■ El habla es la ejecución individual de relación con estos conceptos de Saussure.
cada hablante, es la lengua en acción.
■ Es inmutable por la tradición que «pone
en jaque la libertad de elegir»: sincronía.
Inmutabilidad
■ Es mutable por el continuo cambio ■ La diacronía y la sincronía tienen una vigencia
y mutabilidad
de la relación entre el significado y el en la clínica.
del signo
significante, efecto de la arbitrariedad
del signo: diacronía.
A partir de las nociones lenguaje, lengua y habla, tal como las presentara
Saussure, se propuso un esquema al que ahora se le agrega la propuesta de
Lacan, que incluye la lalangue y discurso (figura 1).
LENGUAJE
Sincronía
Discurso HABLA Lalange
LENGUA
Diacronía
Figura 2. Relaciones entre lenguaje, lengua y habla de Saussure y el discurso y la lalangue de Lacan.
62 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
Hay que resaltar, por otro lado, que el término estructura no es utilizado
por ningún otro tipo de clasificación, en general, ni aplicada a la psiquis o
entidades mórbidas en particular. Ninguna corriente de la psicología o psi-
quiatría utiliza o ha utilizado este sintagma, quedándose más bien con el
modelo médico de clasificación de enfermedades. El hacer extensivo el modelo
médico de clasificación de enfermedades trae el problema epistémico de no
considerar al sujeto que sufre, sino solo su enfermedad, como si ambos (sujeto
y enfermedad) pudiera separarse de alguna manera.
Estos elementos, significantes en Lacan (que no son los matemas, de los cua-
les nos ocuparemos más adelante), cuyo uso hará variar al de la lingüística,
están, sin embargo, al mismo nivel significante. Las unidades mínimas de
análisis, llamadas significantes en el sistema de pensamiento lacaniano,
pueden aparecer:
El carácter arbitrario del signo lingüístico es, pues, provisional. Una vez
creado el signo, su vocación se precisa, [...] en relación con el conjunto
de los otros signos, es decir, del universo de la lengua, que tiende natu-
ralmente a formar sistema (Lévi-Strauss, 1987b, p. 133).
II. EL APORTE DE LACAN AL ESTRUCTURALISMO 69
Por otro lado, podríamos añadir que Lacan mantuvo del estructuralismo
otros principios que no menciona Lévi-Strauss ni en La estructura de los mitos
ni en el «Apéndice de los capítulos 3 y 4» ni en «La eficacia simbólica». A
estos elementos si habían hecho referencia directa otros autores, tales como
Jacques-Alain Miller:
campo, lo que se le escapa al lenguaje. Si bien menciona este campo –lo Real–,
desde el inicio de su enseñanza, no alcanza el tema todo su valor hasta este
seminario:
LA SUSTANCIA LACANIANA
Para terminar, quisiéramos decir que Lacan da a sus unidades mínimas de
análisis una sustancia, comprendida en características con las cuales agru-
par frases, palabras, lapsos, síntomas, entre otros. Esta sustanciación hace
existir a los elementos con los que representa la psiquis humana al otorgarles
características mínimas para ser diferenciados. Un ejemplo sería el concep-
to de «rasgo unario», el cual toma siguiendo la forma que trabaja Freud la
identificación –Einziger Zug– en alemán. Este rasgo unario debe tener las
siguientes características:
1 2 3 4
5 6 7 8
9 10 11 12
13 14 15
Este campo que intentamos explicar o por lo menos señalar, Lacan los aborda
en este seminario desde los conceptos que aparecen en el cuadro 2.
En el lapsus del nudo, donde deberían entrecruzarse los registros y no lo hacen: la falta
En cada uno de los registros RSI y SINTHOME, representados por toros: agujero
Sin embargo, estos elementos no son sinónimos para los fines propuestos, ni
como conceptos; pero tienen en común el hecho de que son intentos de apre-
hender lo inalcanzable.
Este es el mayor aporte de Lacan: la noción de elemento ausente, presente
en su cadenudo borromeo de distintas formas, y cuya cúspide se plasma en
la noción de sinthome, sintagma elaborado a partir de la lectura de la obra de
James Joyce y su uso de la enunciación como enigma.
Lacan abandona toda idea de «unidad de solución» como un abordaje totali-
tario respecto a su universo de estudio (el sujeto), cosa que si mantendría Lévi-
Strauss. El psicoanalista rompe con el paradigma estructuralista al agregar la
noción de incompletud, con lo que proponemos llamar: análisis estructural
por incompletud; en el cual el objeto de estudio ocupará el lugar del vacío in-
accesible y es posible analizar solo los elementos que lo bordean, los cuales, a
su vez, están formados por la «estructura permanente» (Lévi-Strauss, 1987a).
Allí donde Lévi-Strauss intentaba descifrar la «ley estructural», Lacan
avanza y se da cuenta, con Joyce, que cada sujeto es inasimilable a ningún
tipo de categorización, meramente referencial. Si la palabra mata la cosa, la
etiqueta destruye al objeto de estudio: «La palabra o el concepto no es, para el
ser humano, más que la palabra en su materialidad. Es la cosa misma. No es
simplemente una sombra, un soplo, una ilusión virtual de la cosa; es la cosa
misma» (Lacan, 1954, p. ).
Es con el sinthome, el elemento que da unidad a la estructura, que Lacan
pasa de estructuras discontinuas (neurosis, psicosis y perversión) a la estruc-
tura continua de sus tres registros más el sinthome. Con este avance, recalca
la verdadera función de cualquier categorización, meramente referencial.
En palabras de Lacan: «la verdad solo se sostiene en un medio decir» (Lacan,
1992, p. 116), una frase que se remite a la verdad del goce, pero que dentro del
contexto que venimos trabajando tiene relación sobre todo con el objeto, con
lo cual podríamos anotar, parafraseando a Lacan, que todo lo posible de decir
se sostiene en un medio decir.
La función del sinthome remite al sujeto en su calidad de único y lo inscribe
en la estructura al permitir delimitar que el lenguaje depende no solo de la
voluntad colectiva, sino del sujeto de la enunciación, que las palabras no sig-
nifican, sino que se les otorga significado por consenso social. Sin emabargo,
la novedad está en que también hay una manipulación del significado por el
lado del juego que desde el lugar de la enunciación hace todo parlêtre.
Ahora bien, para el estructuralismo, el aporte de la noción objeto ausente,
puede tener aplicaciones parecidas: si colocamos el objeto de estudio, en el
lugar del objeto a y, por lo tanto, este resulta inaccesible, entonces podremos
construir un armazón, formado por la «estructura permanente» (Lévi-
76 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
Strauss, 1987a), que permita delimitar superfil y/o funciones, tomando al pie
de la letra la consigna de que el «referente está perdido».
Resulta curioso que siendo lingüistas no vean que todo uso del lenguaje,
sea cual fuere, se desplaza hacia la metáfora, que todo lenguaje es metafó-
rico. Toda tentativa de análisis de este fenómeno así lo demuestra. Esta no
puede hacer más que intentar partir de lo que se define siempre, cada vez que
uno se compromete en un esfuerzo lógico, un lenguaje-objeto. Ahora bien,
en los enunciados de cualquiera de estos ensayos lógicos se palpa que este
lenguaje-objeto es inasequible. Corresponde a la naturaleza del lenguaje, no
digo de la palabra, sino del lenguaje mismo, que, en lo que hace a alcanzar
allí lo que sea que signifique, el referente nunca es el bueno, y esto es lo que
constituye un lenguaje. «Toda designación es metafórica, solo puede hacerse
mediante otra cosa [...] el referente es siempre real, porque es imposible de
designar. Por lo cual, no queda más que construirlo. Y se lo construye si se
puede» (Lacan, 2009, p. 43).
Si tomamos como estrategia aceptar esta pérdida intrínseca al lenguaje, es
posible buscar la consistencia de una estructura en sus elementos y en como
estos se relacionan –sus funciones– y no pretender una exactitud del lenguaje
respecto a la realidad, que para empezar, habría que decidir cual sería esta
realidad a considerar. En resumen, tiene más coherencia guardar el lugar
del vacío formando una incompletud y aprovechar las consecuencias de esta
relación, que pretender tapar o negar el vacío y la incompletud, que no son
posibles de eliminar ni en la condición humana, ni en el lenguaje que por ser
creación humana hereda su condición.
Las consideraciones anteriores traen toda suerte de consecuencias para
el estructuralismo y las ciencias sociales. Intentaremos dar cuenta de estas
consecuencias, en términos generales, en tanto sean pertinentes al presente
trabajo:
Lacan anotaba que no hay respuesta al ser, se puede lograr un saber hacer que
nos permita una cierta consistencia. Esta consistencia es representada en su
ilustración de la estructura psíquica por el nudo borromeo, ya que si un ele-
mento se suelta de esta cade-nudo, todos los demás lo harán de igual manera.
En el seminario XXIII, Lacan otorgará esta función a un nuevo elemento, el
sinthome y, de esta manera, resaltará la importancia de la consistencia en su
estructura y la posibilidad de que se presente de formas diferentes a la que
comúnmente los neuróticos hacen –el Nombre-del-Padre–. Es decir que la in-
completud es la falta en ser con la que se confronta todo parlêtre y sobre la cual
la consistencia aparece como respuesta, siendo esta última la idea de sí mismo
que como unidad cada sujeto tiene. En este sentido, el cuerpo es el conjunto de
significantes que han marcado la carne y usualmente representan el sentido
de unidad en un parlêtre, es decir, su consistencia. En palabras de Lacan:
¿Qué quiere decir la consistencia? Quiere decir lo que mantiene junto, y por
eso aquí se la simboliza con la superficie. En efecto, pobre de nosotros, solo
tenemos idea de consistencia por lo que constituye una bolsa o un trapo. Esta
es la primera idea que tenemos al respecto. Incluso al cuerpo lo sentimos
como piel que retiene en su bolsa un montón de órganos (Lacan, 2006, p. 63).
II. EL APORTE DE LACAN AL ESTRUCTURALISMO 79
PARLÊTRE
Cuerpo
Rasgo unitario
Sinthome
Figura 4. El resultado de la interacción de los elementos del mínimo binario por oposición, como representa-
ción de la psiquis humana.
Vale resaltar que la noción de sentido en Lacan, como el cruce entre lo simbó-
lico e imaginario (Lacan, 2006, p. 132), se representa en la pregunta ¿qué es
lo que quiere decir diciendo eso?, pregunta que utilizará el parlêtre para darse
una respuesta del Otro sobre su falta en ser, de la cual dirá Lacan que no hay
ser ni esencia del ser, solo hay consistencia (Kaufmann, 1996). Sobre el Otro,
Roudinesco (1998) dirá que es un término que utilizado para designar un
lugar simbólico que determina al sujeto –el significante, la ley, el lenguaje,
el inconsciente o incluso Dios–, a veces de manera exterior a él; y, otras, de
manera intrasubjetiva.
III. EL ESTRUCTURALISMO
Y EL PSICOANÁLISIS HOY
El estructuralismo hizo cumplir el ideal del positivismo en las ciencias
sociales, mediante el movimiento de estudiar las leyes de la fonética que se
presentan de forma regular en todas las sociedades, como si se tratara de
un fenómeno de la naturaleza; es decir, tratar un fenómeno social como un
fenómeno de la naturaleza (Milner, 2003, p. 53). En razón de que presentaban
la misma regularidad, existían universales sostenibles:
En este punto hay que notar la gran utilidad que tendría esta cualidad de
«reconstrucción certera de formas no solo inobservadas sino inobservables»,
ya que ante la propuesta del conductismo de no meterse con la caja negra por
ser inobservable, no medible y que, en su momento, planteara un avance a la
psicología para poder formalizarse, este punto que nos trae Milner ubica una
respuesta posible en un momento en que el paradigma conductista menciona-
do no funcionaba más. Prosigue Milner (2003):
ley de Grassmann, ley de Verner, etc.) solo son constantes porque no son
universales. No resultan de las leyes fundamentales y necesarias de toda
lengua posible…; resultan de una contingencia absoluta: la estructura de
una lengua particular [...], enteramente conjetural pero también ente-
ramente no necesaria en cuanto a su forma y en cuanto a su existencia;
de esta contingencia inicial extraen ellas la necesidad inexorable de su
funcionamiento (p. 53).
Es decir que las leyes, los acuerdos sociales, «tan constantes como las de la
naturaleza», solo sirven para una lengua, en un momento dado, para las
predicciones anotadas, en un nivel sincrónico y, además, es preciso prestar
atención a los cambios en el nivel diacrónico.
En este sentido, es hora de que el pensamiento científico, con los rema-
nentes positivistas que pululan en toda institución de saber se enteren del ,
avance luego de este movimiento: la necesidad de incluir preceptos univer-
sales en todo campo, incluso en las ciencias sociales y, dentro de ellas, en el
método clínico inclusive; pero, y aquí viene la novedad para los pululantes,
que incluso para las ciencias duras en necesaria la consideración de la
subjetividad, del caso a caso, del sujeto por el cual tanto se criticó a Lacan,
visionario para su época.
Que si el psicoanálisis tiene del método estructural, que si no lo tiene,
que si las estructuras, que si ya la clínica borromea no son estructuras, entre
otras pocas comparaciones, son lo poco que se ha enunciado sobre este tema.
Lo cierto es que hay una relación indudable entre el psicoanálisis y el estruc-
turalismo, cuál es el estatuto de esta relación, es otro tema, al cual deben
dedicarse otros estudios como el que aquí se presenta.
Un error bastante común es pensar que la influencia del estructuralismo
como herramienta que utilizara Lacan para releer a Freud, muere con el paso
de la clínica discontinua de Lacan de las estructuras: neurótica, psicótica y
perversa a la clínica continua del sinthome.
La propia idea de la clínica continua del sinthome, tiene un antecedente en
en el lingüista que leyera Freud:
EL HIPERESTRUCTURALISMO
El estructuralismo trabajado por todos los autores nombrados como parte del
programa estructuralista –Saussure, Dumézil, Benveniste, Barthes, Jakobson
y hasta Lévi-Strauss– implicaba ubicar la estructura significante universal.
Una que permitiera el análisis de todo lo posible de conocer, resumido bajo la
proposición: la estructura es el lenguaje.
Milner pone en la cuenta de Lacan, la posibilidad de crear estructuras de-
pendiendo de la necesidad del acontecimiento a estudiar y ubicar, cada vez,
los principios que permiten delimitar los objetos y las funciones provienen
de la fórmula una «estructura cualquiera tiene propiedades no cualesquiera»
(Milner, 2006, p. 147), cuyas características pueden variar según la disposi-
ción de sus elementos. Estas serían, en esencia, la metáfora y la metonimia.
86 EL ESTRUCTURALISMO DE LACAN. APORTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN...
Es decir, que si bien la estructura puede estar formada por infinidad de ele-
mentos, sus propiedades serían un campo más restringido, cuyo binarismo
mínimo podría ser la metáfora y metonimia. Para llegar a esta conclusión,
Milner hace el recorrido de la cadena significante como estructura mínima,
y anota que:
EL SIGNO LINGÜÍSTICO
Lévi-Strauss (1987a) en su artículo «El análisis estructural del mito», apun-
taba: «El principio saussuriano del carácter arbitrario de los signos lingüís-
ticos necesita por cierto ser revisado y corregido» (p. ). En efecto, lo hará en
el capítulo V de su libro Antropología estructural (Lévi-Strauss, 1987b). Este autor
parte de la arbitrariedad del signo lingüístico saussuriano, pero aplica a esta
III. EL ESTRUCTURALISMO Y EL PSICOANÁLISIS HOY 87
El carácter arbitrario del signo lingüístico es, pues, provisional. Una vez
creado el signo, su vocación se precisa, por una parte en función de la
estructura natural del cerebro, por otra, en relación con el conjunto de los
otros signos, es decir, del universo de la lengua, que tiende naturalmente
a formar sistema. (Lévi-Strauss, 1987b, p. 133)
la palabra mata la cosa, el significante eclipsa el objeto. Por otro lado, está es
la única forma que tenemos para comunicarnos.
Sin embargo, ante este eclipse del significante en el objeto, nos queda
repetir lo que anotaría Lacan: «la verdad solo se sostiene en un medio decir»
(1992, p. 116). Una frase que repetiría en sus seminarios XVIII, XIX y XXI.
Lévi-Strauss anota: «Tal vez un día descubramos que en el pensamiento mítico
y en el pensamiento científico opera la misma lógica» (1987a, p. 239), puesto
que también se preguntaba: «¿Necesito recordar que todo el pensamiento míti-
co, el ritual en su conjunto, consisten en una reorganización de la experiencia
sensible en el seno de un sistema semántico?» (Lévi-Strauss, 1987b, p. 133).
Sobre esta noción del inconsciente Lévi-Strauss anota: «el término de sub-
consciente se refiere al hecho de que los recuerdos, si bien se conservan,
no siempre están disponibles. El inconsciente, por el contrario, es siempre
vacío» (1987a, p. 226). Y esto condensa todo lo que sería la propuesta del
análisis estructural por incompletud: un objeto no se toma de forma direc-
ta, se delimita su superficie a partir del contraste con otros elementos de la
estructura, contraste que ubica al elemento ausente en el centro. La tensión
entre la «estructura permanente» y el vacío, produce un efecto de sinergia por
contraste y se mantendrá unida en tanto guarden una relación consistente
sus elementos.
LA ESTRUCTURA MÍNIMA
A partir de las lecturas propuestas y tomando el método descrito, resaltando
la influencia jakobsoniana, y con lecturas complementarias, proponemos
la estructura binaria mínima por oposición del psiquismo humano como la
dialéctica entre «la insondable decisión del ser» (Lacan, 1971c, p. 168) y la
«contingencia», como lo trabaja Miller en su seminario «Sutilezas analíticas»
(2011b) (figura 1).
PSIQUE HUMANA
Rasgo unario
Escritura Semblante
ELEMENTOS Y FUNCIONES
Todo el estructuralismo descansa sobre el axioma de que es posible separar el
término de la posición que ocupa (Milner, 2003, p. 249). Lévi-Strauss (1987a)
con Jakobson, da relevancia a las funciones, quitando importancia a los tér-
minos o elementos. Miller, incluso, hablará de anti-sustancialismo (1988,
p. 8 -9). Sin embargo, no se podría ser tan radical. En efecto, no existen
propiedades inalterables en ningún tipo de objeto o ser; pero tampoco es
posible pretender eliminar toda característica o cualidad interna a cada
elemento; para ello, tendríamos que anotar que, por lo menos, en un mo-
mento dado, o en un lugar dado, habrá consistencia o características de un
elemento dado. Por ejemplo, no es lo mismo un tapón de corcho que uno de
aluminio, en la misma posición o función, se tendrá resultados totalmente
distintos. La justa medida está en que cada elemento tendrá características
dependiendo de su función o situación, del contexto, si queremos y resulta
posible generalizar más.
III. EL ESTRUCTURALISMO Y EL PSICOANÁLISIS HOY 91
Por ejemplo, tomando el juego del ajedrez, las funciones simples serían los
diferentes movimientos permitidos de las piezas y las compuestas, las posicio-
nes producto de la ubicación y la interrelación de las piezas y sus posibilidades
de movimiento en el tablero.
En este sentido vale anotar la noción de que los elementos si tienen
sustancia, no solo están delimitados por su ubicación o función, no es lo
mismo una bala de plomo que de hielo o acero. Cada característica intrín-
seca tiene sus consecuencias en el resultado final. Por otro lado, esta idea
aparentemente resuelta se complica si nos percatamos que en el lenguaje
no tratamos con objetos en sí, sino con su representante en la lengua y,
efectivamente, estos, según nos indicó de Saussure, son arbitrarios. ¿Será
posible que en un momento dado, haciendo un corte sincrónico, un concep-
to tenga sustancia como tal? Pensamos que sí, pero es un tema que rebasa
los análisis del presente trabajo.
DELIMITACIÓN
DE ELEMENTOS Y FUNCIONES
La repetición es un índice para ubicar objetos y/o funciones que, a su vez, se
pueden localizar según su estructura:
Esta operación fue la que realizó James Joyce: irrumpir en el campo de la litera-
tura con un nuevo paradigma y, con ello, conseguir que todos quienes lo han
estudiado intenten comprender y someter su obra a razones, a significantes,
al sentido. De esta manera es como avanza el saber: ante la irrupción de un
real, buscan la manera de explicarlo y de las consecuencia conseguidas de la
explicación, re-significar todo lo antes descubierto. Pero en el reconocimiento
de esta dialéctica, en la cual está basado el avance científico, deberían tam-
bién reconocer el papel activo y fundamental de la falta como noción, no a
III. EL ESTRUCTURALISMO Y EL PSICOANÁLISIS HOY 95
Etiqueta
Sensación
Rasgo unario que representa SINTHOME Infinito
insignificantizable
al sujeto
Identificación
Caída
del objeto a de un rasgo
del Otro
identificación que no esté en este campo, si es que se puede aún llamar así,
toma otra connotación cuando llega a ser una interpretación en base al rasgo
unario; aquellos significantes primeros (solo S1) (Lacan, 2006, p. 24) que nos
marcaron en momentos específicos, es lo que pretendemos anotar en la figura
8, p. 96. Profundizar en este tema es algo que desborda las intensiones del pre-
sente trabajo, por lo cual nos remitimos a nombrar solo algunas apreciaciones.
Para un aporte más significativo del psicoanálisis sobre el estructuralismo
y la lingüística, se debe investigar sobre las consecuencias del matema S (A)
–significante del Otro borrado-, que propone Miller (1988b, p. 103), como la
conclusión del esfuerzo de Lacan para inscribir al sujeto en la estructura. Este
matema sería el elemento que responda a la incompatibilidad del sujeto con la
estructura, entendida esta como una cadena lineal que tiene un significante
último que resignifica a todos los anteriores y a la falta del cual el conjunto
no representaría nada. Es el intento de escribir al mismo tiempo lenguaje y
palabra, al representar la inconsistencia del Otro (Miller, 1988b, pp. 103-104),
en tanto lugar simbólico que determina al sujeto.
El sinthome remite al sujeto en su calidad de único y lo inscribe en la estruc-
tura al permitirnos percibir que el lenguaje no depende solo de los consensos
sociales, sino también del sujeto de la enunciación; y que no hay un uso objetivo
de las palabras, es decir, que no hay elección de palabras sin la consideración de
varios niveles de sentido, algunos de los cuales escapan a la conciencia.
Así como Freud consideraba al inconsciente como la entidad psíquica
de lo reprimido en su primera tópica, y luego lo consideraría como un eje
transversal del Yo, Ello y Superyó en su segunda tópica; Lacan entiende al
inconsciente como un lugar vacío, en base a su estudio, de la obra de Freud.
Hay que revisar la conveniencia para la teoría, en relación a la práctica
psicoanalítica, sobre las concepción de sujeto del inconsciente como reserva
de significantes, que tiene mayor uso hoy, o relanzarlo en torno a sujeto del
inconsciente como vacío (Lévi-Strauss (1987, p. 226; Miller, 1988b, p. 96). Las
consecuencias que esto acarrearía son, por ejemplo, el estatuto de toda identi-
ficación como imaginaria.
Las concepciones del inconsciente que prevalecen en los llamados lacania-
nos, son en general dos: