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MATRIMONIAL
INTIMIDAD
NIVEL ESPIRITUAL:
Una pareja que desee armonía en una relación íntima debe tener
en cuenta que ambos, si se han unido bajo la bendición de Dios,
son una misma carne y tal como lo dijo el apóstol Pablo “
...nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la
cuida, como también Cristo a la iglesia”. (Ef. 5: 29)
NIVEL AFECTIVO:
Es identificarse con el otro, es estar con el otro siendo uno mismo, es darle la
bienvenida al otro en nuestro territorio sin sentirnos invadidos, puede ser
una profesión en común, un libro, una conferencia, una música, un cuadro
etc.
El otro extremo es en el que cada uno vive en lo suyo, nadie se mete en el
campo del otro ya que cada cual tiene su lugar en la pareja. Creen que
compartir es perder la individualidad y la libertad.
Vivir para el otro no es !o mismo que vivir con el otro.
Intimar es meterse en el pellejo del otro sin perder el propio. Es aceptar la
individualidad de cada uno y a la vez poseer un "nosotros" en común.
NIVEL CORPORAL:
1) Hay que ser capaz de ponerse en el lugar del otro sin confundirse o sin
transformarse en el otro.
2) Hay que ser receptivo a los mensajes del otro, estar dispuesto a dejarlo
entrar en la intimidad sin miedo a ser invadido. Para que exista intimidad
corporal debemos respetar las diferencias en la pareja y que ninguno de los
2 posee “los mejores o los peores gustos" sobre determinados temas sino
"gustos diferentes”.
Ni que uno sea más hermoso que el otro al pasar de los años, sino que en la
intimidad corporal puedan llegar juntos a la plenitud de sus días.
NIVEL SEXUAL:
Sucede con mucha frecuencia en la consulta pastoral que hay parejas que no
conocen sus gustos, preferencias, zonas erógenas y toques placenteros. Han
tenido relaciones muchísimas veces pero no se detuvieron a decir qué
sienten antes, durante y después de cada relación.
Hay principios que toda pareja debe respetar para que pueda haber un
mínimo de intimidad sexual.
Hay parejas que tienen relaciones cuando los chicos duermen con
ellos. Piensan que están dormidos y mantienen una relación apurada y
silenciosa para que el niño no lo advierta. Otros tienen relaciones con la
puerta abierta para escuchar si al nene le pasa algo.
Algunos han tenido malas experiencias en su niñez o adolescencia. A causa
de la promiscuidad en la que vivieron sufrieron incesto, trato homosexual,
perversiones, etc.
Una relación íntima de amor no es para apurados sino para cuando haya
tiempo suficiente para una entrega consciente y adecuada. No hay una regla
fija para la frecuencia de la relación. La regla sana es esperar hasta cuando
los dos tengan la mayor oportunidad y deseo, pero si no fuese así ambos
deben satisfacerse en el tiempo en que el otro lo necesite.
La ansiedad de muchos y la exaltación del clímax como lo más importante
en el acto sexual, hace que se tenga una relación tipo “rapidísimo". De
ninguna manera el “clímax” es lo más importante en el acto íntimo, los
gestos previos, las palabras dulces, las caricias, los piropos y la entrega
mutua hacen “un todo” en el acto matrimonial.
FINALMENTE: