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“…Él [Humboldt] se dió más tiempo en Quito de lo que tenía previsto, porque estuvo
completamente captado por la singular belleza de la ciudad y por el calor humano
de los ciudadanos y por ello se quedó muy a gusto…”
(Weizsäcker, 1993: 31)
Ha sido preciso que transcurran 26 años para contar con una visita oficial de alto
nivel, como ocurrió en noviembre de 1993, cuando llegó en igual misión, el
Presidente Richard von Weizsäcker y su esposa. Viene al recuerdo este hecho
porque en aquella oportunidad el Presidente conoció la Mitad del Mundo y recorrió
el monumento arqueológico de Pucará de Rumicucho guiado por el autor, con la
asistencia de la traductora Dña. Carmen Sevilla. Para aquella fecha nos
encontrábamos en pleno trabajo de campo, por lo que el ilustre visitante se interesó
en los detalles de este proyecto de investigación. Al recorrerlo, se desprendió de su
chaqueta y corbata y expreso su emoción por el ambiente de silencio y tranquilidad
que transmite el lugar, y la amplitud de visibilidad en el horizonte de los cuatro
puntos cardinales. Un año antes de esta experiencia, viajé a Venezuela y al pasar por
Maiquetía adquirí el libro de Alejandro von Humboldt, Viaje a las regiones
Equinocciales del Nuevo Continente, editado por Monte Ávila Editores (1991). En
el primer tomo de esta obra, que llevé al sitio arqueológico, tuve la oportunidad de
solicitarle que pusiera su firma y rubrica, hecho que lo hizo con mucho agrado; el
libro lo conservo como un recuerdo de mí actividad laboral en el campo de la
arqueología, particularmente en la atención que brindé a investigadores y
académicos venidos de fuera del país. Entre otros, John Murra (USA), José Alcina
Franch (España), Udo Oberem y Roswith Harmann (Alemania), Olaf Holm (Danés
nacionalizado ecuatoriano), Luis Lumbreras (Perú), Paulo Carvhalo Neto (Brasil),
todos amigos muy estimados de Hernán Crespo Toral, con excepción de Paulo, a
quien conocí en el Curso de Folklore que lo dictó en la Casa de la Cultura Ecuatoriana
en el año 1990. Sus enseñanzas y la lectura de su amplia bibliografía sobre el
Ecuador, me motivaron a investigar estos ámbitos de la cultura.
El Comercio. 11-11-1993
Por las condiciones de supremacía del gobierno colonial, el campo de las artes,
ciencias y letras estaban dominadas por la religión Católica, a través de centros de
enseñanza, universidades, seminarios y conventos, y por el predominio de la
autoridad eclesiástica sobre los derechos de los habitantes, en su mayoría indios. Se
debe anotar que 40 años atrás, había pasado por Quito la Misión Geodésica Francesa
presidida por Carlos María de La Condamine, primer contacto de las ideas de la
Ilustración en las tierras andinas.
Residió por algún tiempo en la casa del Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montufar,
en Quito y en el valle de los Chillos, escenarios en los que cultivó estrecha amistad
con Carlos Montúfar, hijo del Marqués, que al poco tiempo se convirtió en asistente
de Humboldt. Al final de las exploraciones, acompañó al sabio alemán a Lima, Cuba,
México y finalmente a Europa. La ciudad y sus habitantes lo recibieron con
espontánea simpatía, llegando a expresar “Mi estancia en Quito resultó de lo más
agradable (…). La ciudad respira únicamente una atmósfera de lujo y bienestar” (En
Arauz, 1959: 166). El contacto con la elite de la sociedad y su agudeza mental no le
impidieron reconocer que el descontento de la nobleza criolla no era cuestión de
novelería, sino más bien el fruto de un discurso de reivindicación basado en las ideas
filosóficas de la época (Ibíd., 167), que cuestionaban la legitimidad del poder del rey.
HERENCIA ADMIRABLE
La trascendencia del conocimiento que dejó el sabio alemán va más allá de sus libros
y aportes a la ciencia, toda vez que su nombre se perennizó en la corriente marina
que baña las costas de Ecuador, Perú y Chile, como también en la formación vegetal
asociada, llamada por Acosta Solís Xerofilia Humboldtiana, visible en las costas de
Santa Elena, Manabí y el Oro (1977: 348). Al cumplirse los 100 años de la muerte de
Humboldt (6 de mayo de 1959), las Secciones de Ciencias de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana, prepararon un nutrido programa académico en el que participaron
autoridades del país y delegados de Alemania. El detalle de este acontecimiento, que
contó con conferencias magistrales a cargo de personalidades de la talla de Carlos
Manuel Larrea, Julio Arauz, C. Troll, Hermann Trimborn, Walter Sauer, Isaac J.
Barrera, se publicó en el Boletín deInformaciones Científicas Nacionales N
90 (1959), cuando la Casa de la Cultura Ecuatoriana estaba presidida por el Dr. Julio
Endara. Se trata de una importante fuente de información para conocer la labor del
científico alemán y la situación de Quito en el tiempo de su visita. En materia
geológica, el documento recoge la conferencia del Dr. Walter Sauer, profundo
conocedor de las razones que motivaron a Humboldt a ascender a las montañas de
los Andes ecuatoriales.
Pionero del estudio del cambio climático. En gran parte de sus escritos,
Humboldt es crítico con la acción de los grupos humanos que en una labor
descontrolada destruyen la naturaleza, ya sea por las grandes plantaciones de
monocultivos o por la tala de árboles en bosques intocados. Es el hombre el causante
del cambio climático, porque al alterar uno de los componentes del paisaje, como
puede ser el suelo o el agua, se transforma el resto de elementos que lo integran. El
mayor perjudicado, a la final es el hombre. Fue en el lago Valencia (Venezuela) donde
se dió cuenta que la destrucción de los bosques incidía en la disminución de las
lluvias y afectaba los manantiales y ríos; y cuando se incrementaban las
precipitaciones en las tierras altas, éstos se convertían en torrentes que forman
quebradas, lavando las capas superficiales y generando “… esas inundaciones
repentinas que destruyen el país” (Ibíd., 28, 86).
“Ya han perecido en Quito, víctimas de su consagración a la patria, los más virtuosos
e ilustrados ciudadanos. Al describir regiones cuyo recuerdo se ha hecho tan caro
para mí, encuentro a cada instante lugares que me recuerdan la pérdida de algunos
amigos” (Humboldt, 1826/1991: 32).
Sin duda se refiere a Carlos Montúfar y Francisco José de Caldas, que perecieron
fusilados por las tropas realistas. En carta al Libertador Simón Bolívar de julio de
1822, resalta su amistad desde los tiempos en que “hacíamos votos por la
independencia y libertad del Nuevo Continente”. Una vez alcanzados estos objetivos,
reitera los deseos por la grandeza de los pueblos de América (Röhl, 1991: L).
Referencias bibliográficas
Acosta Solís, Misael, (1977). Ecología y Fitoecología. Editorial Casa de la Cultura
Ecuatoriana, Quito.
Acosta Solís, Misael, (1982). “Científicos alemanes que han contribuido a la geografía
e historia natural del Ecuador”. En Cultura. Revista del Banco Central del Ecuador,
Centro de Investigación y Cultura, vol. V, Número 13, Quito.
Humboldt, Alejandro de, (1826/1991). Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo
Continente.Traducción de Lisandro Alvarado. Monte Ávila Editores, Segunda
Edición, Tomos 1-5, Caracas.
Ramón Valarezo, Galo, (1991): “Los indios y la constitución del estado nacional”.
En: Los Andes en la Encrucijada. Indios, Comunidades y Estado en el siglo XIX.
Ediciones Libri Mundi-FLACSO, Sede Ecuador, Quito.
Salvador Lara, Jorge, (2003). “La exposición ‘Humboldt’, hito en la cultura nacional.”.
En Museo Histórico. Órgano del Archivo Municipal de Historia de la Ciudad de Quito,
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Trimborn, Hermann, (1959). “La aportación alemana a la Arqueología y Etnografía
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Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito.