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Por: Rolando Morales

Venezuela o la Sociedad del Conflicto

Lo que está ocurriendo en Venezuela, jamás puede ser enfocado desde una
perspectiva lineal tal y como
pretenden algunos estudiosos
del tema, porque las crisis de
los pueblos o de los países
tienen que ser objetivamente
analizadas a la luz de las
fuerzas políticas y sociales que inevitablemente gravitan en sociedades cual
se supone que jurídicamente están organizadas.

Se procura que el cientista social a la hora de examinar los hechos, cuide


para que su dictamen no esté sujeto a meros juicios valorativos como a
ningún tipo de prejuicios y mucho menos y mucho menos el que pueda
dejar al desnudo o al incierto destino, posición sectaria alguna, porque de
ser así, ello resulta inaceptable, entonces el peritaje que se pretende plasmar
en un texto, carece de legitimidad y se constituye al mismo tiempo en un
atlas de adefesio.

El problema político que se ha venido produciendo en Venezuela y me


permito con el consecuente permiso de ustedes para poner a modo de
contextualización algunos aspectos que entiendo relevantes para poder
entender es enorme barullo que en términos de crisis hoy golpea tan
severamente al atribulado país suramericano.

1- Venezuela al igual que la generalidad de los países del continente


americano, no es el único que le ha tocado vivir lo que es la
desgracia de regímenes autoritarios como lo representó el caso del
dictador Marcos Pérez Jiménez, siniestro personaje de triste
recordación para el pueblo Venezolano.
2- La cuestión de las dictaduras se constituyó por muy largo tiempo en
una especie de noche larga-donde el poder sedicioso y autoritario
bien pudo perpetuarse para que déspotas y verdugos violentaran lo
que es la esencia de la democracia y la libertad a cambio de maltratar
a sus respectivos países.
3- Cuando se pensaba que todo ese manto negro con su correspondiente
prontuario había terminado, cuando se pensaba que esa misma
América Latina tan vilipendiada y saqueada empezaba a echar raíces
con los nuevos aires de democracia y libertad, lamento decirles que
algunos gobernantes violentaron el pacto con su pueblo para desde
luego convertirse en antidemocráticos cargando con esa dolorosa
sombra que implica el síndrome de la corrupción, la simulación y el
descaro.

Es sobre la base de un sistema político que se corrompió hasta los tuétanos


en Venezuela, que el entonces oficial Hugo Chávez Frías encabezó en 1989
aquel trágico movimiento popular conocido como “El Caracazo”.

Para 1992, vuelve y participa en aquel fallido golpe de estado que se


produjo en contra del presidente Carlos Andrés Pérez, siendo indultado
tiempo después por Rafael Caldera.

El caso es, que Chávez logró prontamente capitalizar el descontento de una


mayoría de venezolanos que no creían en los partidos tradicionales,
entiéndase, que la crisis política ya había tocado fondo y por lo tanto tenían
que buscar o valerse de un “Mesías” para que pudiera al menos que
remediar ese gran atolladero político en que se encontraba Venezuela.
En efecto, ganó Chávez las elecciones de 1998 con un 56% de los votos.

El reinado del chavismo se prolongó por 14 años en Venezuela con sus


consabidas reformas y contrarreformas, siendo el 2007 uno de los años más
convulso para la administración chavista por aquello de las
nacionalizaciones de algunas empresas venezolanas, la ruptura de
relaciones diplomáticas con Colombia y Estados Unidos y lo peor, cuando
en el año 2010 perdió la mayoría del parlamento con 97 de los 165 escaños
para su PSUV y dejando 67 puestos en manos de la oposición.

Cuando examinamos de una manera desapasionada para continuar


analizando lo que está ocurriendo en Venezuela (insisto), hay que entender
que el descontento o la inconformidad con el llamado proyecto de la
República Bolivariana que con éxito aparente inicio el comandante Chávez
es un asunto que ya tiene sus raíces y que no necesariamente comenzó con
el actual presidente Nicolás Maduro, porque los hechos están ahí y son tan
claros y evidentes, que desde el 2007 la administración de Chávez empezó
a confrontar serios problemas y cito para especificar, sus constantes
enfrentamientos con la prensa Venezolana, con algunos sectores del
empresariado incluyendo la cúpula de la Iglesia y desiertos estamentos
militares y lo peor, con una política que en materia de servicio exterior
estuvo marcada por cuestiones de orden emocionales y no necesariamente
fundamentada en la razón tal y como se estila en materia de filosofía
diplomática para poder garantizar el particular interés de cada uno de los
países.

Continuaremos en lo adelante con otras puntualizaciones referente al tema.

17 de abril del 2019

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