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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA

FACULTAD DE HISTORIA
DOCTORADO EN HISTORIA

Desarrollo y consolidación de los tejidos productivos y empresariales


en la región del Golfo de California 1950-1992: Perspectiva comparada
de los puertos de Guaymas y Mazatlán

TESIS QUE PRESENTA

ULISES SUÁREZ ESTAVILLO

PARA OBTENER EL GRADO DE

DOCTOR EN HISTORIA

DIRECTORES DE TESIS

Dr. RIGOBERTO ARTURO ROMÁN ALARCÓN

Dr. GUSTAVO AGUILAR AGUILAR

CULIACÁN DE ROSALES, JUNIO DE 2016


A Bruno Canek

2
Agradecimientos

La presente investigación es el fruto de años de intenso trabajo durante los cuales


recibí apoyo incondicional de personas e instituciones a las cuales debo un
profundo agradecimiento:

A la Universidad Autónoma de Sinaloa por todo lo que me ha dado.

A mis padres y hermanos, que siempre han estado ahí en los momentos más importantes,
pero sobre todo en los más complicados; a mi esposa y mi hijo que son el motor principal.

Al Dr. Rigoberto Arturo Román Alarcón, no solo por su dirección en mis estudios de
posgrado, sino por la amistad que me ha brindado por tantos años.

A la Facultad de Historia que me ha brindado tanto; a mis profesores, Dr. Gustavo Aguilar,
Dr. Eduardo Frías, Dr. Arturo Sánchez Parra, Dr. Arturo Carrillo; mi admiración y respeto
para ellos.

A mis compañeros del programa de doctorado, en especial a Sara, Ricardo y Fabiola que
siempre tuvieron palabras de aliento en los momentos más difíciles.

A la Facultad de Ciencias Sociales, mi casa, que me ha permitido crecer como académico


y como ser humano. Al M.C. Giova Camacho Castro, principal impulsor de mi desarrollo
como docente e investigador dentro de nuestra alma mater, eternamente agradecido a su
apoyo y confianza.

A mis alumnos de Economía y Comercio Internacional que durante 5 años me vieron


batallar en este proceso. La retroalimentación que tuve con ustedes es invaluable: A
Diego, Cañedo, Naty, Indra, Pablo, Loya, Memo, Juan, Fernanda, Isela, Ricardo,
Samantha, Tito, Yessi, Ceci, Perla, Beto, Melissa, Grecia, Paloma, Paula, Coatzin, Yosef,
Pablo, Uli, Anel, Oscar, Rodrigo, Cinthya, Gloria, Fany, Fabiola, Karen, Jorge, Naim,
Amaya, Costeño, Fernando, Lidia, Gabo, Ana Graciela, Rocío, Moni, Frida, Gala, Dionicio,
Paola, Mani, Ivan, Eliel, Marcos, la Muñeca, Senpai Martin, Cesar, Yisus, Caro, Arturo,
Vanessa, Karla, Mario, Maleny, Tania, Agni, Majo, Andres, Sofia Denisse, Jaque, Kim,
Samuel, Irving, Crystian; a todos los demás.

Por último a mis amigos que hicieron de mis momentos libres en la escuela algo muy
divertido. A Adryan, Rigel, Jox, Alfredo, Largo, Kelly

3
Índice

Introducción

Capítulo I
Marco teórico - metodológico

1.1. Desarrollo: construcción constante y subjetividad. 13


1.2. Nociones espaciales del desarrollo 15
1.2.1. Desarrollo territorial 16
1.2.2. Desarrollo regional 17
1.2.3. Desarrollo local 21
1.2.4. Desarrollo endógeno 25
1.3. Categorías de análisis que adopta el desarrollo 29
1.3.1. Teorías de Localización 30
1.3.2. Distritos industriales 34
1.3.3. Contextos Innovadores 42
1.3.4. Cambio Institucional 47
1.3.5. Base PYME 50
1.4. Propuesta teórico – metodológica 54

Capítulo II
La Región – Producción Pesquera del Golfo de California

2. Introducción 62
2.1. Aspectos físico-biológicos del Golfo de California 63
2.2. Entorno económico del golfo de California 66
2.3. Conformación histórica de la Región-Producción Pesquera:

4
Mazatlán 69
2.3.1. Mazatlán: perfil económico y territorial 69
2.3.2. Mazatlán en el siglo XIX 70
2.3.3. La economía mazatleca de principios del siglo XX 74
2.3.4. La revolución en Mazatlán 77
2.3.5. Economía mazatleca posterior a la revolución 79
2.3.6. Mazatlán y atisbos de una nueva economía 83
2.4. Conformación histórica de la Región-Producción Pesquera:
86
Guaymas
2.4.1. Guaymas: perfil geográfico-territorial 86
2.4.2. Guaymas en el siglo XIX 87
2.4.3. Lo que la Revolución se llevó en Guaymas 90
2.4.4. Reconversión del tejido productivo guaimense 96
2.4.5. Inicios de la actividad pesquera en Guaymas 100
2.5. Conclusiones: aspectos históricos de una región-
102
producción

Capítulo III
Mazatlán: Cohesión y Desarrollo de un Tejido Productivo Local

Introducción 108
3.1. Génesis de la actividad pesquera en Mazatlán: 1950-1961 109
3.2. Nuevas estructuras en la red empresarial: dinero lejos de las 122
redes, 1961-1968
3.3. Desenvolvimiento del entramado productivo: crisis y 140
renovación de la pesca de camarón 1969-1981
3.4. Renovación de la iniciativa privada, disgregación de la red 155
empresarial pesquera, 1982-1991
3.4.1. Fin del sueño cooperativista: el sector social en los tiempos 166
de neoliberales
Conclusiones 170

5
Capítulo IV
Guaymas: La vida entre redes

Introducción 173
4.1. Inicio de la actividad pesquera en Guaymas: 1940- 1961 174
4.2. Transición productiva temprana; del camarón a la sardina, 187
1961- 1968
4.3. Transición productiva temprana; del camarón a la sardina, 202
1979- 1981
4.4. Heterogeneidad productiva, la inconstancia como constante 215
del tejido productivo guaimense 1982-1989
Conclusiones 222

Capítulo V:
Historia de dos puertos y una región

5.1. Consideraciones teóricas 226


5.2. Inicios de la pesquería del camarón: Hermanos de padres 228
distintos
5.3. Consolidación y diversificación de los tejidos: de las redes a 240
los hoteles
5.4. Diversificación productiva: engrosamiento del tejido productivo 252
local
5.5. Pérdida de identidad productiva: sobre diversificación y crisis 265
neoliberal
5.6. Flujo empresarial interportuario 275

Conclusiones Generales

Anexos

Bibliografía

6
Introducción

Dentro de la historia de las sociedades, la aparición de industrias con capacidad


de generar procesos de desarrollo en un territorio es una constante. El surgimiento
y posterior desarrollo de determinadas industrias no se da sobre una base de
casualidad, por el contrario corresponde a procesos históricos y sociales que
modelan las características del territorio sobre el cual aparecen estos sistemas
productivos. Partiendo de estas características socioeconómicas la territorialidad a
la que influyen estos aparatos productivos puede incluso rebasar el ámbito de lo
local convirtiéndose en articuladores de una región o incluso de espacios
geográficos que, aunque distanciados, establecen relaciones económicas y
culturales en torno a estas actividades.

Sin embargo, los factores económicos, sociales, culturales, geográficos que se


presentan en un territorio van a determinar el camino de desarrollo que este sigue,
independientemente del tipo de industria que se establezca, es decir, industrias de
una misma naturaleza pueden convertirse en motor de casos de desarrollo
completamente diferenciados los unos de los otros. Incluso la existencia de
diversas localidades en una región dedicada a la misma actividad puede presentar
estas diferencias.

El objeto de estudio que se aborda en esta investigación cumple con las


características mencionadas al final del párrafo anterior. La región costera del
Golfo de California en el noroeste de México sufrió a partir de la década de 1930
un fenómeno de desarrollo económico teniendo como base la explotación del
camarón en altamar, sin embargo, de manera individual los puertos que adoptaron
este camino productivo presentaron diferencias notables en su proceso de
desarrollo. Dada la interacción de sus agentes locales, lograron establecer
dinámicas económicas diferentes pese a compartir su vocación productiva.

El propósito general de esta investigación es determinar cuáles fueron las


características del desarrollo económico y social en los principales puertos del
Noroeste Mexicano (Mazatlán, Guaymas), tomando como punto de partida y
principal eje de análisis el desarrollo de la pesquería de camarón y el proceso de
7
diversificación productiva que se dio tras el éxito económico de ésta. A partir de
delimitar cuales fueron las características individuales del proceso en cada uno de
los puertos se analizarán las diferencias entre ellas.

El conocimiento de estos procesos diferenciados de desarrollo será factible a partir


del análisis entre las relaciones de los principales actores económicos y sociales
que participaron al interior de cada uno de las localidades. A través del estudio de
estos actores, podremos determinar los sucesos históricos que influyeron en los
puntos de diversificación económica que tuvieron estas sociedades a partir de un
proceso de acumulación derivado de la explotación de la pesquería de camarón.

Como un trabajo de historia económica comparada la periodización que se ha


determinado para esta investigación es de 1936 a 1992. Entendiendo que la
dinámica económica de los puertos mencionados sé extiende décadas atrás
tomandose como punto de inicio los primeros esfuerzos nacionales por participar
de la industria camaronera y como punto final la modificación a la ley de pesca de
principios de los años 90s a través de la cual se permitió de nuevo el ingreso de
los capitales privados a la actividad y que marca la quiebra económica de un gran
número de sociedades cooperativas dedicadas a la pesca del camarón.

Al tener establecida una periodización en base al desarrollo de la actividad


económica y no de la dinámica económica local, estamos en posición de
establecer parámetros comunes para la comprensión de los diferentes procesos
de desarrollo. De esta manera a través de una precisión taxonómica sobre cada
puerto podemos establecer criterios de diferencia entre su situación al adoptar la
actividad como base de su economía y la situación local al caer dicha actividad en
una crisis.

Así, el trabajo toma la pesquería de camarón como punto de partida para analizar
el desenvolvimiento económico de cada una de las localidades, ya que se
considera a esta como el agente detonante de la región. Adelantando aspectos de
la investigación, se tratara de determinar cuál fue el proceso a través del cual los

8
puertos parten de la pesca de camarón diversificando a pesca de atún y turismo
en Mazatlán y pesca de sardina en Guaymas.

Como problematización del objeto de estudio podemos plantear que el desarrollo


de la pesca comercial dentro del noroeste mexicano, cambio de manera radical la
dinámica de las localidades mencionadas, modificando de forma sustancial la
estructura de sus tejidos productivos locales. Junto con la aparición de las flotas
pesqueras, se desarrollaron una serie de actividades accesorias que permitieron a
la pesca ser una industria compacta, capaz de satisfacer sus necesidades de
manera endógena, por lo menos en lo que a región se refiere. Astilleros,
congeladoras, empacadoras, comercializadoras, ferreteras especializadas, fueron
sólo algunas de las empresas que en torno a la pesca de estos puertos lograron
desarrollarse.

Este crecimiento de la economía pesquera y las transformaciones


socioeconómicas que trajo consigo, estuvieron regidas por relaciones entre los
principales actores económicos y políticos de las diferentes regiones. Estas
relaciones de las que participaban, el Estado como dictaminador de las políticas
públicas encaminadas al desarrollo de la industria; la clase empresarial como
factor principal de la innovación tecnológica, administrativa y logística de la
industria; las cooperativas pesqueras como las encargadas de proveer mano de
obra calificada y como los poseedores de los derechos de explotación de algunas
especies; no siempre fueron cordiales y en algunas ocasiones impidieron el
desarrollo correcto de la misma actividad.

Los diferentes niveles de relación entre los principales actores de la industria de


las diferentes ciudades, ocasionaron diferencias importantes en cuanto a la
competitividad de cada uno de los puertos así como en el nivel de desarrollo.
Estas diferencias, permitieron a la industria de cada puerto, responder de manera
diferente a los estímulos del medio. Sin embargo, fue la figura de los empresarios
y las relaciones que se establecieron hacia el interior de este grupo, las que
permitieron posicionar tanto a la pesquería de camarón como a las actividades
que le sucedieron como principal actividad económica dentro de los puertos.

9
De lo anterior se desprenden las preguntas de investigación sobre las cuales
girara la construcción historiográfica de nuestra investigación:

 ¿Cuáles fueron las características del desarrollo de la pesquería de


camarón dentro de dos de los principales puertos del noroeste mexicano de
1940 – 1992?
 ¿Cuáles fueron las principales diferencias en el desarrollo económico de
Mazatlán y Guaymas a partir de la segunda mitad del siglo XX?
 ¿Cuál fue el papel que jugó la pesquería de camarón en el desarrollo local
de cada uno de los puertos mencionados?
 ¿En qué medida se modificó el tejido productivo local, con el ascenso de la
pesquería de camarón como actividad principal de cada uno de los
puertos?
 ¿Cuáles fueron las actividades a las que se transfirieron capitales de la
pesca de camarón en cada uno de los puertos?
 ¿Cómo estaba constituida la estructura material de la pesquería de
camarón de cada puerto?
 ¿Cuál fue el papel que los empresarios de cada puerto jugaron en el
proceso de desarrollo de la actividad y cuáles eran las principales
diferencias entre ellos?

Siguiendo las preguntas de investigación los objetivos que se plantea este trabajo
son acordes a los cuestionamientos, determinar cuál fue el camino de desarrollo
económico que siguió cada de uno de los puertos tomando como eje de análisis el
estudio de la pesquería de camarón. De igual manera se pretende diseñar cual fue
la estructura básica de los tejidos productivo y empresarial que se desarrolló en
ambas ciudades.

La hipótesis que regirá el trabajo de investigación es la siguiente: El repunte de la


pesquería de camarón en los puertos de Mazatlán y Guaymas durante la segunda
mitad del siglo XX, trajo consigo un proceso de desarrollo económico y social para

10
ambas localidades. Este proceso de desarrollo fue posibilitado por las relaciones
que se establecieron entre los diferentes actores económicos, sin embargo, fue la
conformación de un tejido empresarial sólido el hecho fundamental para el
establecimiento de un tejido productivo local capaz de posicionar a ambos puertos
como dos de los más importantes dentro del Pacífico mexicano. .

Durante el desarrollo de la investigación, ésta se regirá no solamente por la


hipótesis central, sino que además se tendrán en cuenta una serie de hipótesis
secundarias que se plantearan durante el desarrollo de la investigación, mismas
que se entienden como derivaciones de la hipótesis central. A diferencia de ésta,
las de carácter secundario serán definidas en la medida en que la investigación
avance, lo que supone una flexibilidad más grande que la hipótesis central.

Una de estas sería: el crecimiento de la actividad trajo como consecuencia un


cambio en las actividades tradicionales de los puertos donde se desarrolló,
ocasionando una expansión y paulatinamente una diversificación dentro de los
tejidos productivos locales.

11
Capítulo I

Marco teórico - metodológico

12
1.1. Desarrollo: construcción constante y subjetividad.

Desde su aparición como ciencia, la economía ha centrado su atención en


diversos tópicos. Como lo señalan Bustelo1 y Boisier2, mientras que para los
clásicos el problema central del devenir económico se centraba en el crecimiento,
la escuela Neo-Clásica dirigió sus esfuerzos a los mecanismos de distribución de
la riqueza. La posterior aparición de escuelas de pensamiento económico como
las propuestas por Keynes, Schumpeter o la llamada Síntesis Neo-Clásica
Keynesiana, aunque más integrales en su visión de la problemática económica,
coincidían con las primeras en una omisión sistemática de la noción de desarrollo
económico.

Como tal, el estudio del desarrollo económico es una herencia inmediata de la


post guerra. A partir del fin del conflicto bélico, con la aparición de organismo
internacionales que rigen las relaciones económico y político entre naciones, la
atención de los estudiosos de la economía se centraron en la formulación
mecanismos que permitieran una mejora en los niveles de vida de los habitantes
del llamado tercer mundo o en su defecto comprender los procesos de los que se
valieron aquellas regiones que alcanzaron un crecimiento importante dentro de
economías “atrasadas”

Teniendo como principales exponentes a estudiosos de la CEPAL, el desarrollo


encontró en sus primeras teorizaciones aspectos relacionados con la expansión
de capital, la diversificación de las economías y la diferenciación del concepto de
crecimiento. De esta forma, autores como Sunkel y Paz3, así como Jutkowitz4,
plantean al desarrollo como aquel proceso en el cual se genera una expansión de
la capacidad productiva de una actividad a través de la reinversión de los
excedentes. Dicha expansión no sólo afecta a determinada actividad sino que

1
Pablo Bustelo, Teorías contemporáneas del desarrollo económico, Ed. Síntesis, 1999.
2
Sergio Boisier, “Desarrollo (Local): ¿De qué estamos hablando?”, en Antonio Vázquez Barquero (comp)
Transformaciones globales, instituciones y políticas de desarrollo local, Homo Sapiens, España, 2001 ; Pablo
Bustelo, op. cit. p.78
3
Osvaldo Sunkel, Subdesarrollo Latinoamericano y la teoría del desarrollo, Siglo XXI, México, 1970
4
Solari Jutkowitz, Teoría, Acción Social y Desarrollo en América Latina, Siglo XXI, Buenos Aires, 1976

13
además tiene un efecto positivo sobre el resto de las actividades y el nivel de vida
de una población.

Tanto CEPAL y organismos como NACIONES UNIDAS, dotaron al concepto de


desarrollo de características similares al de crecimiento económico haciendo que
la medición de ambos se basara de manera principal en el PIB. Conforme
avanzaron los esfuerzos intelectuales sobre la materia, los grupos académicos y
las instituciones internacionales ampliaron los límites del concepto plateándolo no
sólo como una medición económica sino con parámetros subjetivos tales como
tradiciones, cultura, libertad de expresión.

La incursión en la temática de una serie de estudiosos como Amartya Sen, Dudley


Seers, Sergio Boisier, Giacomo Becattini y en los últimos años Antonio Vázquez
Barquero, ha desembocado en una resemantización constante del concepto de
desarrollo, fenómeno que ha generado una polisemia en torno al mismo. De esta
manera, tenemos que Desarrollo no es un concepto que se defina de manera
homogénea, por el contario cada una de sus precisiones atiende a
especificaciones propias del grupo académico desde el cual se construye.

Definir desarrollo y sus componentes de análisis, se ha convertido en una tarea


que rebasa el sobre esfuerzo académico en el que, dependiendo de parámetros
arbitrarios, cada escuela teórica analiza los procesos o modelos de desarrollo que
una sociedad ha seguido o debe de seguir en pos de conseguir el llamado estado
de bienestar de su población.

Como construcción científica el desarrollo no es ajeno a las discusiones


epistemológicas que validan los cambios de paradigma dentro de las ciencias
sociales, como asegura Boisier, el carácter axiológico, multidimensional, cualitativo
y constructivista del concepto de desarrollo lo vuelve no apto para su análisis a
través de los paradigmas científicos de Descartes, Newton y Bacón.5

En este mismo sentido, Boisier deja entrever la naturaleza de modernidad que


envuelve al concepto de desarrollo que cada vez se apega más en su
5
Boisier, “Desarrollo (Local)”, op. cit. p.5

14
construcción científica a paradigmas científicos holísticos como los propuestos
por autores como Maturana6, Morín, Fukuyama, Habermars. Así, podemos
asegurar que dicho concepto no sólo no puede definirse de una vez y para
siempre, sino que además se encuentra en un proceso de construcción constante.

El desarrollo como categoría de estudio no sólo encuentra un problema de


subjetividad en cuanto a los parámetros que componen su estudio (empresario,
instituciones, cultura, entornos innovadores, Pymes), sino que además parece no
existir consenso en cuanto la implicación espacial del mismo (territorial, regional,
local, endógeno). Partiendo de categorizaciones que han hecho autores como
Boisier7, Vázquez Barquero8, Calderón Vázquez9 se hará un recuento de las
principales perspectivas de desarrollo para finalizar con una propuesta teórico –
metodológica que permita acercarnos desde la perspectiva del desarrollo a
nuestro objeto de estudio.

1.2. Nociones espaciales del desarrollo

Al estar estructurado como un trabajo de desarrollo local, es necesario tipificar las


visiones teóricas que analizan a los procesos de desarrollo como una variable de
naturaleza espacial. De esta manera se hará un recuento de aquellos postulados
de corte geográfico-económico-histórico, sobre los cuales se sustentará el marco
teórico territorial de esta investigación. Para efectos prácticos se toman las
nociones propuestas de manera principal por Sergio Boisier10, ya que dentro de
los autores del desarrollo es quien tiene una visión con mayor interdisciplinariedad
en cuanto a la construcción del territorio como objeto de estudio.

7
Sergio Boisier, “El vuelo de un cometa. Una metáfora para una teoría del desarrollo territorial”, en Serie
Ensayos – ILPES No. 37, CEPAL-ILPES, Chile, 1997. pp. 41-79.
8
Antonio Vázquez Barquero, Desarrollo, redes e innovación: Lecciones sobre desarrollo endógeno, Ed.
Piramide, Barcelona, 1999.
9
Francisco Calderón, Distrito turístico rural un modelo teórico desde la perspectiva de la oferta, Edición
electrónica gratuita, España, 2007.
10
Sergio Boisier, “El vuelo de un cometa”, op. cit. p.10.

15
1.2.1. Desarrollo territorial

Dentro de los espacios de acción que encuentra el desarrollo en su discurso


teórico, es el territorio el más general de todos. Como plantean Furtado 11 y
Boisier12 este concepto hace referencia a un espacio geográfico en su estado
puro, no delimitado por cuestiones de carácter político. Así, la percepción de
territorialidad se relaciona de manera directa con el espacio natural que a la larga
delimita la acción humana y las relaciones de esta con el propio espacio.

De igual manera en una acepción próxima a sus orígenes como categoría de


estudio se comprende la existencia de territorios “equipados” y “organizados” que
son aquellos espacios geográficos en los que la mano del hombre ha generado
una estructura productiva por un lado y una estructura institucional u
organizacional por otro. De esta manera aún y cuando la territorialidad se instala
en la esfera de lo geográfico, es lo geopolítico lo que le da su pauta de estudio a
un nivel de praxis.

Como herencia de la postguerra la noción de territorialidad fue relacionada en un


primer momento con el desarrollo de una nación, del territorio nacional. Para
Storper13 los modelos de desarrollo implementados por los Estados a partir de la
década de 1950, tenían por objetivo desarrollar el territorio a partir de la imitación
de tecnologías de economías más fuertes. De esta manera podemos encontrar
uno de los principales parámetros de estudio del desarrollo territorial, aquel que
tiene que ver con el desarrollo tecnológico con que cuenta un territorio.

Así, en primera estancia definimos al desarrollo territorial como aquel proceso de


crecimiento económico en el que un territorio es dotado de una estructura
productiva definida, que le permite posicionarse de manera estable dentro de la
dinámica económica internacional. Si a esto aunamos la división internacional del

11
Celso Furtado, Desarrollo y estancamiento en América Latina (enfoque estructuralista), en Desarrollo
económico. Vol. VI N° 22-23, América Latina 3, París, 1966.
12
Sergio Boisier, “Teorías y metáforas sobre el desarrollo territorial”, en Revista Austral de Ciencias Sociales
N° 2, Chile, 1998.
13
Michael Storper, Desarrollo territorial en la economía global del aprendizaje: El desafío de los países en
desarrollo, Revista Eure. Vol. XX, N°60, Chile, 1994.

16
trabajo, cada territorio se encuentra en posibilidad de desarrollar una actividad
diferenciada dotándolo así de competitividad.

Aun y cuando los estudios sobre el territorio son cada vez menos en comparación
con otros de diferentes parámetros espaciales del desarrollo, su realización sigue
arrojando luz sobre el devenir de territorios a pequeña escala. Mozas y Bernal
sustentan que a través del estudio de las zonas rurales como un territorio es
factible determinar dinámicas capaces de generar progresos para las economías
más reprimidas.14

Tomando en cuenta que son los estudios de territorialidad los propicios para
analizar los procesos de acumulación en zonas marginadas o de reciente
incursión en la dinámica económica global, el marco teórico de esta corriente de
pensamiento se convierte en una herramienta poderosa aunque limitada para el
análisis histórico de los procesos que han seguido determinadas actividades
económicas a partir de su posicionamiento geográfico.

Uno de los modelos que se han desarrollado a partir de los estudios territoriales y
que se analizará más adelante en este capítulo, se puede apreciar el carácter
integral que estos análisis pueden llegar a desarrollar. A partir de la utilización del
concepto Milieu innovateurs, Elies Furio

Compartir un mismo espacio, una misma historia económica y una cultura técnica
idéntica constituye destacables elementos de construcción de una identidad
colectiva local, en otros términos, de un milieu. El milieu deviene la expresión de la
proximidad, no solamente espacial, sino igualmente cultural y social entre agentes
(…) El milieu remite a un todo coherente en el que se articulan un sistema
territorial de producción y una cultura técnica local. La coherencia de los diferentes
agentes reside en una manera común de aprender las situaciones, los problemas y
las oportunidades. El espíritu de empresa, las prácticas organizacionales, los

14
Adoración Mozas y Enrique Bernal, Desarrollo territorial y economía social, Revista de economía pública,
social y cooperativa, N° 55, España, 2006. pp.128

17
comportamientos empresariales, el modo de utilizar la técnica, de aprehender el
mercado son partes integrantes y constitutivas del milieu.15

Como se puede apreciar, teorías de corte territorial como el Milieu, no presentan


un carácter economicista sino que por el contrario expanden sus parámetros de
análisis a cuestiones de carácter cultural, colectividad, etnicidad, historia. Sin
embargo, sigue siendo el territorio el principal eje articulador de estos parámetros.
Como plantea Lecoq, “el Milieu es un ensamble territorial integrado de recursos
materiales e inmateriales”16

1.22.2. Desarrollo regional

Dentro de las acepciones espaciales con que cuenta el desarrollo es la esfera de


lo regional la que representa una mayor complejidad. Boisier así como muchos
otros se aventuran a definir el desarrollo regional como.

El desarrollo regional consiste en un proceso de cambio estructural localizado (en


un ámbito territorial denominado “región”) que se asocia a un permanente proceso
de progreso de la propia región, de la comunidad o sociedad que habita en ella y
de cada individuo miembro de tal comunidad y habitante de tal territorio.17

Si bien, esta conceptualización es una que difiere de muchas otras, nos permite
acercarnos a los componentes fundamentales de lo regional. Según explica
Boisier, toda concepción de desarrollo regional debe de tomar en cuenta tres
dimensiones: una dimensión espacial, una dimensión social y una dimensión
individual. El desarrollo regional se instala en lo territorial pero encuentra su

15
Elies Furió, Desarrollo territorial y procesos de innovación: Los Milieux Innovateurs, Edición electrónica
gratuita, Lyon, 1996. p.10. https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00516147
16
Bruno Lecoq, Organisation industrielle, organization territoriale: une approche integree fondee sur le
concept de reseau, Revue d’Economie Regionale et Urbanie. N° 34, Paris, 1991, p.328
17
Sergio Boisier, “Desarrollo (Local)”, op. cit. p.12

18
conclusión en lo individual, en la generación de condiciones básicas para la
concreción de los proyectos de desarrollo de cada individuo.

Si para autores como Boisier y Störh el desarrollo regional cuenta con esferas o
dimensiones inamovibles, también presenta un bloqueo epistemológico
importante, el concepto de región. Y es que como plantea Tarracena18 el concepto
de región y más aún, el de región histórica se encuentra en un constante debate
epistemológico.

Recoger todas las voces que han participado de la discusión sobre el concepto
región, requeriría un esfuerzo además de extenuante, multidisciplinario, no siendo
este espacio el adecuado para hacerlo. De manera reduccionista podemos
plantear que la principal problemática de este concepto radica en el precisar su
naturaleza, mientras que para ciertas corrientes de pensamiento la región es una
realidad dada partiendo de determinadas características territoriales; otras
corrientes de pensamiento la definen como construcciones epistemológicas, que
parten de parámetros arbitrarios dependiendo la disciplina científica desde la cual
se construya.

En este sentido, la disciplina base sobre la cual se define el concepto de región es


la geografía, sin embargo, gran parte del teorizaje que sobre la región se ha hecho
atiende a concepciones interdisciplinarias, en las que ramas de la ciencia como
economía, historia, antropología, sociología han hecho aportes que han
complejizado de manera exponencial el debate sobre este concepto.

En lo que a desarrollo regional se refiere, la región ha encontrado en la economía


a su principal eje significador, siendo la región económica uno de los principales
referentes al momento de modelar los parámetros de regiones que incluso
atienden a aspectos de carácter cultural. José Luis Sánchez plantea que la región

18
Arturo Tarracena, “Propuesta de definición histórica para región”, Estudios de historia moderna y
contemporánea de México, N°25, México, 2008, pp. 17

19
económica se puede definir como región - producción, región - localización, región
– red.19

Para nuestro objeto de estudio se destacan clasificaciones como la de Sánchez,


porque de manera sintética logra rescatar la complejidad que envuelve a los
diversos actores que participan de la dinámica en el desarrollo regional. En cada
una de estas categorizaciones el autor toma en cuenta aspectos como: dinámica
económica, Espacio y Estado. Así, dependiendo de la manera en que estos tres
aspectos interactúen es la clasificación que recibe la región.

Si la construcción teórica de una región depende del nivel de interacción que se dé


entre sus actores, incluido el territorio, la cantidad de construcciones puede ser
infinita. Dentro de las recientes discusiones se comienza a plantear la existencia
de regiones virtuales que son aquellas en las que no existe una proximidad
territorial entre dos localidades, que sin embargo por su nivel de relaciones
económicas, sociales y culturales conforman una región cohesionada.

Pese a la flexibilidad del concepto de región, desde nuestra perspectiva, este


presenta una problemática para la construcción de nuestro objeto de estudio. Si
bien, conceptos como región – producción, aportan un marco adecuado para el
análisis acertado de la pesquería de camarón en el noroeste mexicano, este no
contempla las especificidades de cada territorio que compone a la región,
homologando procesos locales que por aspectos de su propia dinámica individual
son heterogéneos.

Sin atender del todo a la definición de Boisier, el desarrollo regional hace


referencia a una serie de actores que se desenvuelven en una delimitación
territorial arbitraria, sin embargo, este recorte territorial se debe de entender como
un reduccionismo metodológico, que si bien, logra acercarse a la complejidad que
una territorialidad como la región comprende, falla en el intento de explicar las
realidades individuales de los territorios que constituyen tal región.

19
José L. Sánchez, “La región y el enfoque regional en geografía económica”, Boletín de A.G.E. N° 32, España,
2001, p. 8

20
1.2.3. Desarrollo local

Siguiendo una lógica de amplitud en cuanto a la magnitud del espacio del objeto
de estudio, es el parámetro de lo local el que se encuentra un nivel por debajo del
desarrollo regional. De esta manera tenemos que al encarar un estudio de
carácter local se hace en comparación con una idea territorial mayor, es decir, sólo
se puede definir a una localidad en la medida de una función territorial que sea
capaz de congregar hacia su interior diversos parámetros locales; un estado es
local en relación de un país, un municipio es local en función de un estado.

Pese a presentar discusiones epistemológicas similares a las del desarrollo


regional, el desarrollo local cuenta con una metodología que si bien no es aplicada
por todos los estudiosos de la materia, sí sienta un precedente en la manera en
que se perciben de manera empírica las nociones de desarrollo dentro de una
sociedad dada.

Más que categorías de estudio, Francisco Albuquerque plantea los objetivos que
busca un plan de desarrollo local así como los recursos de los que se vale para
cumplir con estos.

El desarrollo local busca el mejoramiento del empleo y la calidad de vida de la


población de la comunidad territorial correspondiente y la elevación de la equidad
social.20

Para la concreción de este objetivo general Albuquerque plantea que se requiere


la consecución de objetivos específicos como:

- Transformación del sistema productivo local, incrementando su eficiencia y


competitividad.
- Fomento de la diversificación productiva local e incremento del valor agregado
en las actividades económicas locales.
- Sostenibilidad ambiental de las actividades locales.21

20
Franciso Albuquerque, Teoría y práctica del enfoque de desarrollo económico local, CEPAL, Chile, 2003,
p.26

21
Siguiendo con la idea de Albuquerque encontramos que este amplía y nos brinda
los parámetros de estudio al abarcar de manera exhaustiva los recursos de los
cuales se valen los actores locales para alcanzar determinado nivel de desarrollo.
Es en este punto donde la perspectiva de Albuquerque se convierte en una
herramienta metodológica importante, ya que nos permite establecer un mapa
conceptual sobre los parámetros y su nivel de interacción que debemos de
analizar para establecer la existencia o el tipo de existencia de un proceso de
desarrollo local. Para el autor estos recursos son: Recursos físicos (económicos,
técnicos, sociales, ambientales); Recursos humanos (disponibilidad de empleo,
cualificación, calidad laboral); Recursos económicos y financieros; Recursos
tecnológicos; Recursos sociales o culturales (articulación social, ética ante trabajo,
actitud innovadora, valoración del entorno natural)

Por último, cerrando con el pensamiento del autor encontramos que define a
aquellos agentes que se vuelven indispensables en la administración de los
recursos para llegar a cumplir con los objetivos del desarrollo entre los cuales
encuentra: administraciones locales-regionales, Estado central, universidades,
empresarios.

Como se observa a través de la propuesta por Albuquerque, el desarrollo de una


localidad presenta una lógica de administración de recursos por parte de actores.
En la medida en que estos recursos se administran de forma diversa y ciertos
actores participan o no de esta administración, los procesos de desarrollo local
que se generan son heterogéneos, aún y cuando el modelo parta de una misma
lógica.

Con una postura menos practica y más teórica encontramos lo propuesto por José
Arocena quien plantea que dependiendo de las distintas articulaciones que se
producen entre la historia y la estructura socioeconómica de una zona
determinada, las modalidades de desarrollo que se presentan son de diversa
naturaleza. Partiendo del dicho grado de integración y la capacidad de respuesta

21
Francisco Albuquerque, Metodología para el desarrollo económico local, Edición electrónica gratuita,
España, 1994.

22
diferenciada de la sociedad local, Arocena, define una serie de clasificaciones
para el desarrollo.22

En la primera de las clasificaciones (grado de integración) el autor encuentra que


existen cuatro tipos de desarrollo: Desarrollo integral, desarrollo con tendencia a la
integralidad, desarrollo desarticulado dual, desarrollo disperso. En cada uno de los
modos de desarrollo planteados podemos encontrar diferentes niveles de
interacción entre los actores del territorio, incluso aquellos en los cuales aún con la
ausencia de uno de los recursos o agentes se presenta un proceso de desarrollo.
De esta manera el pensamiento de Albuquerque abre la discusión en torno a que
el desarrollo se aleja de pensamientos utópicos y perfeccionistas, presentándose
aún en sociedades con una dinámica social sui generis en las que no se pensaría
se pudiera generar un proceso de desarrollo.

La segunda de las clasificaciones que presenta el auto atiende a la capacidad de


respuesta que una localidad presenta ante las problemáticas que la dinámica
socioeconómica pueda presentar. Albuquerque define cuatro: Alta capacidad de
respuestas diferenciadas, construcción de respuestas diferenciadas, respuestas
diferenciadas a nivel de discurso, ausencia de referencias a la diferenciación de
respuestas. En la misma tónica de la anterior, esta clasificación expande la
discusión sobre los modelos perfectos de desarrollo, dándole al desarrollo local la
posibilidad de existencia aún en condiciones no favorables de ciertos aspectos de
la sociedad.23

Acercándose a una visión más compleja y que se entremezcla con el concepto de


desarrollo endógeno, Antonio Vázquez Barquero define al desarrollo local como un
estrategia a través de la cual las localidades pueden superar las crisis que se
generan de manera estructural en espacios más amplios, a través de la gestión
interna de sus propios recursos.

Los programas de desarrollo humano de las Naciones Unidas ponen de manifiesto


que la valorización de las capacidades locales y la formación de redes territoriales

22
José Arocena, El desarrollo local: Un desafío contemporáneo, Taurus, Uruguay, 2002.
23
Ibíd.

23
(de empresas, instituciones, y entidades de servicios) permiten mejorar la
productividad y competitividad de las empresas y territorios.24

Vázquez Barquero, al igual que los autores mencionados, argumenta que el


desarrollo local no se presenta de una manera homogénea en todas las
localidades, sino que, partiendo de las especificidades sociales de cada localidad,
los procesos de desarrollo adquieren diferentes matices. Para acceder
metodológicamente a esta heterogeneidad, Vázquez Barquero plantea que se
tiene que analizar el potencial de desarrollo existente en cada territorio y la
capacidad de organización de los actores locales.

Vázquez Barquero, visualiza el desarrollo local no solamente como un fenómeno


que aparece y que es propenso de ser conceptualizado y categorizado, sino como
una estrategia de planificación que desde la política pública se puede generar. En
este sentido, continúa su lógica de heterogeneidad del territorio, proponiendo que
los programas de desarrollo deben de partir de las especificidades de cada
localidad tomando en cuenta la dinámica económica que a nivel histórico ha
presentado.

Por último para Boisier el desarrollo local a diferencia del regional, es un concepto
de mayor complejidad en la medida en que no sólo funciona como un contenedor
de relaciones sino por si mismo presenta un contenido social complejo. A su vez,
el desarrollo local sólo puede ser apreciado desde arriba, desde una mirada más
general, lo que convierte al desarrollo local dependiente de una idea de región.25

De esta manera el concepto de local se convierte en el parámetro más adecuado


para acercarse al proceso de desarrollo que ha sufrido una localidad a través del
tiempo. Con una adecuada delimitación de sus actores principales y un análisis de

24
Antonio Vázquez Barquero, Desarrollo endógeno. Teoría y políticas del desarrollo territorial,
Investigaciones regionales N°11, Madrid, 2007.
25
Boisier, “Desarrollo (Local)”, op. cit. p.12

24
su comportamiento se puede definir el tipo de desarrollo que han presentado y
plantear propuestas para dinámicas socio-económicas posteriores.

En cuanto al análisis del desarrollo local histórico partiendo de una actividad


productiva en específico como se pretende hacer con la pesquería de camarón,
encontramos que las propuestas metodológicas analizadas cuentan con la
suficiente flexibilidad para encarar un tipo de estudio como el que se pretende
realizar.

1.2.4. Desarrollo endógeno

Dentro de las concepciones espaciales con que cuenta los procesos de desarrollo
encontramos aquella que se encuentra en el lumbral del conocimiento y que se
presenta como el paradigma dominante en los estudios de desarrollo: Desarrollo
Endógeno. Aunque como concepto aparece a la par del desarrollo local a
mediados de la década de 1960 y hace referencia a una territorialidad similar a lo
local, en los últimos años ha encontrados acepciones que los despegan de lo local
y lo presentan como un concepto de naturaleza interdisciplinaria.

Dentro de esta complejidad a la que se hace referencia cuando se utiliza el


concepto de desarrollo endógeno, se encuentran conceptos que atienden a
aspectos culturales que se gestan hacia el interior de cada sociedad, es decir, no
importa que un territorio presente ciertos o cuales elementos coincidentes con los
modelos de desarrollo, el accionar de estos estará en función de aspectos socio-
culturales y por lo tanto los resultados a nivel de desarrollo serán variados
dependiendo de cada localidad.

Autores como Garofoli y Friedmann plantean que solamente las culturas


regionales o locales tienen la capacidad de generar desarrollo desde adentro o por
sí mismas, esto debido a que dentro de estos procesos culturales se gestan
procesos de conocimiento que les permiten saber sus propias fortalezas y
debilidades. En este sentido Garofoli plantea:

25
Desarrollo endógeno significa, en efecto, la capacidad para transformar el sistema
socio-económico; la habilidad para reaccionar a los desafíos externos; la
promoción de aprendizaje social; y la habilidad para introducir formas específicas
de regulación social a nivel local que favorecen el desarrollo de las características
anteriores. Desarrollo endógeno es, en otras palabras, la habilidad para innovar a
nivel local.26

Siguiendo con los postulados de Garofoli, este deja ver que si bien existen una
pluralidad de caminos o trayectorias en los modelos de desarrollo local, dentro del
desarrollo endógeno no existen etapas fijas, por lo que es posible que
encontremos procesos no-lógicos dentro de los fenómenos individuales del
desarrollo. Así, la capacidad para controlar localmente aspectos como proceso de
acumulación, capacidad de innovación y expansión del mercado son aspectos
fundamentales del desarrollo endógeno.27

En este orden de ideas Elies Furió plantea que:

Uno de los rasgos de los procesos de desarrollo endógeno es su capacidad para


salvaguardar la autonomía del proceso de transformación del sistema económico
local, el cual para ser relativamente auto sostenido debe de estar basado en
características locales y en la capacidad local para controlar ciertas variables
fundamentales.28

Siguiendo la lógica de Elies Furió existen muchos autores que centran su atención
en la capacidad de sustentabilidad que se genera en una economía territorial a
partir de la aparición de un proceso de endogeneidad, poniendo en manos de los
actores la responsabilidad de generar estas condiciones. Fúa (1994) expande la

26
Giaocchino Garofoli, Las experiencias de desarrollo económico local en Europa: las enseñanzas para
América Latina, Universidad Varese, Italia 2009, p. 12
27
Giaocchino, Garofoli, “Desarrollo económico, organización de la producción y territorio” en Desarrollo
Económico Local en Europa, Colegio de Economistas, Madrid, 1995.
28
Elies Furió, “El desarrollo económico endógeno y local: reflexiones sobre su enfoque interpretativo”,
Estudios Regionales N° 40, Valencia 1994. p. 102

26
discusión sobre cuáles son estos actores y cuál es el rol que cada uno de estos
deben de jugar dentro de la dinámica económica.

Lo realmente decisivo para que el desarrollo sea sostenible y duradero son los
factores que determinan la competencia espacial del territorio, entre los que
destacan la capacidad empresarial y organizativa, la cualificación de la mano de
obra, la instrucción de la población, los recursos medioambientales y el
funcionamiento de las instituciones.29

De la participación empresarial e institucional dentro de los procesos de desarrollo


endógeno se hablara más adelante, sin embargo, autores como Becattinni (2002)
y Aydalot (985) plantean que las empresas no son entes aislados que aparecen
por una lógica estrictamente de capital, sino que se encuentran ligadas a procesos
territoriales y que son portadoras de parte de la cultura laboral de los espacios
geográficos en los cuales aparecen.

El mismo Boisier, explica la endogeneidad desde una perspectiva que escapa de


cuestiones estrictamente territoriales poniendo énfasis en aspectos de carácter
estructural.

La endogeneidad, en lo esencial, consiste en la capacidad del territorio para


ahorrar e invertir los beneficios en el propio territorio e impulsar el progreso
tecnológico del tejido productivo a partir del sistema territorial de innovación. El
enfoque evolutivo del desarrollo endógeno argumenta, además, que las
transformaciones económicas, sociales e institucionales son posibles si los
recursos que se utilizan en los proyectos de inversión inciden sobre las fuerzas del
desarrollo favoreciendo la aparición de rendimientos crecientes.30

29
Giorgio Fua, Problemas del desarrollo tardío en Europa, Ed. Institucio Alfons el Magnanim, Valencia, 1994.
30
Sergio Boisier, Desarrollo endógeno: ¿Para qué?, ¿Para quién? (El humanismo en una interpretación
contemporánea del desarrollo), Universidad Católica de Chile, Chile, 2004

27
Como se puede analizar en la definición anterior, Boisier importa categorías de
análisis de diversas escuelas del pensamiento económico que no coinciden en
tiempo ni corriente teórica. Si bien, se preserva la idea de territorialidad, esta se
complejiza en la medida en que se adhieren al discursos preceptos de carácter no
espacial. Podemos aseverar que el concepto de desarrollo endógeno aunque en
su mayoría territorial, funciona a manera de síntesis teórica que permite no sólo
una idea multidisciplinar sino además presenta un alto nivel de holismo en cuanto
a corrientes económicas se refiere.

Antonio Vázquez Barquero, principal exponente del pensamiento endogenista,


especifica que la construcción epistemológica que reviste a esta corriente se basa
en el trabajo de estudiosos como Schumpeter, Kuznets, Marshall, North, Coase,
Perroux, Rosenstein. Siguiendo estos nombres se deduce que la extensión de
análisis teórico del desarrollo endógeno no sólo toma en cuenta cuestiones de
carácter empresarial e institucional, sino que además se analizan aspectos de
carácter urbano, político, localización económica.

Vázquez Barquero, define el desarrollo endógeno como

El desarrollo de una localidad, de un territorio o de un país consiste en un proceso


de transformaciones y cambios endógenos, impulsados por la creatividad y la
capacidad emprendedora existente en el territorio y, por lo tanto, sostiene que los
procesos de desarrollo no se pueden explicar tan sólo a través de mecanismos
externos al propio proceso de desarrollo. Los procesos de desarrollo suelen
producirse de forma endógena; es decir, utilizando las capacidades del territorio a
través de los mecanismos y fuerzas que caracterizan el proceso de acumulación
de capital, y facilitan el progreso económico y social.31

Para Vázquez Barquero, el desarrollo endógeno trata sobre la generación de un


marco teórico que permita establecer límites de análisis claros en cuanto a los
alcances de los territorios objetos de estudio. Además de esto, supone que es una

31
Antonio Vázquez Barquero, “Desarrollo Endógeno”, op. cit. p.15

28
herramienta metodológica que permite generar una clara diferencia entre el
concepto de desarrollo y el de crecimiento. Esto es, el desarrollo no se centra
como el crecimiento en un aumento de las magnitudes de producción o
acumulación, sino que permite la capacidad de diversificación económica así
como la aparición de economías a escala.

Es el desarrollo endógeno un concepto de flexibilidad constante, en el sentido de


que permite la incursión de los bagajes teóricos tradicionales de desarrollo. Como
propuesta teórico metodológica el desarrollo endógeno puede prescindir o agregar
parámetros de análisis dependiendo de las características individuales de cada
uno de los territorios que se sometan a estudio.

Como parte de nuestro objeto de estudio, se entiende al desarrollo endógeno


como un estadío más amplio del desarrollo local sin encontrar diferencias
radicales, ya que los parámetros territoriales que definen a nuestro objeto puede
hacerse desde ambos postulados. La diferencia principal radica en el hecho de
que el desarrollo endógeno permite metodológicamente la anexión de conceptos
que aparezcan en el transcurso de la investigación, mientras que los estudios de
desarrollo local se definen de manera estática desde su inicio.

1.3. Categorías de análisis que adopta el desarrollo

Como ha quedado de manifiesto la idea de desarrollo económico parte en un


primer momento de una concepción territorial, a partir de la cual se desarrollan
actores que a través de su relación hacia el interior del territorio generan modelos
diferenciados de desarrollo. De esta manera, definido el espacio sobre al cual
atiende nuestro objeto de estudio se procede a definir las corrientes teóricas que
en base a la actividad empresarial definen los caminos de desarrollo de una
sociedad. Con el fin de simplificar estos modelos se recurre a la clasificación
teórica que propone Calderón Vázquez.

29
1.3.1. Teorías de Localización

Como se mencionó anteriormente, la ciencia económica comenzó a pensar en


desarrollo a partir de finalizada la segunda guerra mundial, sin embargo, el
teorizaje del cual se nutren las teorías de desarrollo son en gran medida del
periodo anterior al conflicto bélico. Las teorías de localización son quizá la primera
aproximación que se tiene para entender el papel de las empresas dentro de un
territorio determinado en función con el mercado al que se encuentra enfocada.

De manera general podemos argumentar que existen dos formas de localización


empresarial desde el punto de vista del desarrollo económico. La primera de ellas
se entiende como un conjunto empresarial que a partir de cierta localización
genera condiciones de desarrollo para una localidad o porque dadas las
condiciones de localización de un territorio las empresas deciden aglomerarse en
torno a él.

Perteneciente aún a la corriente de pensamiento clásica, Henrich Von Thünen


sustentaba que partiendo de la localización de un mercado central, una ciudad, las
tierras de cultivo alrededor de esta generaban un sistema de renta diferenciado,
en las cuales las más cercanas contaban con una renta mayor, mientras que las
más lejanas una renta menor. En esta lógica y contando con precios del transporte
similar aparece una serie de competitividades diferenciadas en cada uno de los
territorios, generando una división del trabajo de manera natural.

Pese a la simplicidad del modelo de Thünen y el error metodológico que conlleva


entender a la dinámica económica como homogénea en diferentes territorios, es
una primera aproximación a la lógica actual que siguen las empresas. Su
localización territorial depende gran parte del tiempo de la mezcla de factores con
que cuente el territorio y la ubicación de este en función de un mercado central.

Con un pensamiento muy similar, pero teniendo como base de análisis no a la


agricultura sino a la industria, encontramos a Alfred Webber. Para este autor los
postulados de Von Thünen son irrefutables y perfectamente adaptables al
problema de los entramados industriales que comenzaban a aparecer a principios

30
del siglo XX. Su teoría de la ubicación industrial, defiende la hipótesis de que son
los costos de transporte y la distancia del mercado central, lo que delimita el
posicionamiento territorial de las industrias, por ende este posicionamiento genera
sistemas de crecimiento económico territorial.32

Aunque la escuela clásica y neo-clásica a la que pertenecen estos dos autores, no


contempla el desarrollo como una categoría de análisis, los estudios empíricos
sobre los cuales fueron desarrollados estos modelos mostraron a través del cristal
de las teorías contemporáneas, síntomas de desarrollo en la medida en que esta
aglomeración industrial o de capital agrícola trajo consigo una acumulación de
capital que permitió la diversificación y desdoblamiento de las económicas locales.

Pese a presentar rasgos de validez metodológica las teorías propuestas por los
autores citados han perdido en su mayoría uso dentro de los estudios actuales de
desarrollo. No así el caso de la teoría de “lugar central”, propuesta de manera
original por Walter Christaller, esta teoría es una reformulación desde la geografía
cuantitativa de las teorías de localización propuestas por Von Thünen.

Para Christaller existen empresas en su mayoría de servicios que tienden a


funcionar como enclaves económicos que generan una red de poblaciones a su
alrededor situándola como centro económico de una región. Esto es, existen
poblaciones que a través de la instalación de una empresa o una actividad clave
genera aglomeraciones de población convirtiéndose en eje articulador de las
poblaciones que se encuentren dentro de su alcance, mismo que delimita por el
acceso a medios de transporte efectivos de la población más alejada.33

Sobre la teoría de “lugares centrales” Román Alarcón, plantea que partiendo del
pensamiento de Christaller, podemos entender al lugar central como una
jerarquización socio-territorial en el que el grado especialización de los bienes y

32
Alfred Weber, Teoría de la localización de las industrias, Universidad de Chicago, Chicago, 1929.
33
Walter Christaller, Central Places in Southern Germany, Ed. Fisher, USA, 1966.

31
los servicios delimitan el tamaño del área tanto del lugar como de su área
complementaria.34

La teoría de lugar central desarrollada desde la geografía tuvo repercusiones


relevantes en el entorno académico, esta fue retomada y complementada por
estudiosos de otras disciplinas que construyeron una teoría más interdisciplinaria.
Dentro de estos aportes a la visión geográfica, se encuentran las del economista
August Lösch quien desarrolla la teoría de localización y equilibrio territorial.

Para Lösch, existe una lógica de posicionamiento geográfico de la industria, que


parte del acceso de un territorio a una región complementaria, sin embargo, no
existe un posicionamiento óptimo, porque no se puede establecer el
comportamiento futuro del mercado. Sin desarrollar la idea por completo Lösch da
al territorio cualidades intangibles que son capaces de generar dinámicas
económicas imposibles de predecir. De esta forma, aunque exista una lógica de
posicionamiento a nivel de costos/beneficios, existen otros parámetros de corte
subjetivo.

Metodológicamente hablando las primeras aproximaciones a los modelos de


localización se hicieron desde la escuela neo-clásica partiendo desde el
individualismo metodológico, con la expansión de los modelos económicos a partir
de la década de 1950 las teorías de localización adhirieron parámetro de análisis
convirtiéndolas en mejores herramientas para el estudio del desarrollo territorial.
Los modelos de localización posteriores abandonan de manera sistemática la idea
del economicus y sitúan la decisión de localización en aspectos menos
cuantificables.

Trabajos notables son los desarrollados por Allan Pred que argumenta que la
decisión de localización de una empresa se da en base a una limitante de
información y de capacidad de uso de la misma por parte de los individuos, de
esta manera el posicionamiento de la empresa no depende de cuestiones

34
Arturo Román Alarcón, La economía del sur de Sinaloa 1910-1950, Universidad Autónoma de
Sinaloa/DIFOCUR, México, 2006.

32
enteramente lógicas sino que introduce en su análisis aspectos como la
incertidumbre y la probabilidad.35

Basado en parámetros similares y acerándose a la teoría de juegos encontramos


que en su trabajo Von Neumann y Morgenster, plantean que la decisión de
localización de una empresa la toman los individuos partiendo de las propias
posibilidades de desarrollar sus objetivos en determinado territorio, así como del
comportamiento proyectado por parte de la competencia. Stafford36y Rees37
desarrollan propuesta más empíricas a través del análisis histórico de las
decisiones de posicionamiento geográfico de las empresas, proponiendo que
estas toman sus decisiones a partir del acceso a los factores de producción y de la
aparición de una demanda insatisfecha.

Como herramienta teórico-metodológica para el análisis del desarrollo


local/regional, es la escuela estructuralista de localización empresarial la que se
presenta como de mayor validez. Según la línea de estudio de esta escuela, el
comportamiento empresarial tiene que ser explicado y no supuesto; el cambio
histórico de una dinámica económica tiene que ser comprendido tanto a nivel
individual (nivel micro) como dentro de un territorio determinado (nivel macro).

Dentro de los enfoques de localización empresarial, el estructuralista es el único


que plantea de manera abierta la necesidad de introducir la variable histórica ya
que considera que la conformación territorial y su dinámica económica son
resultantes directas del devenir histórico. Aunado a la perspectiva histórica, los
estructuralistas dan gran importancia a los factores económicos y políticos que se
gestan en el territorio en donde se localiza la empresa, ya que consideran que de
estos depende la aparición o no de determinados entornos productivos.

35
Allan Pred, Urban growth and city.systems interdependence in the United States, Cambridge,
Massachusetts, 1980.
36
H.A. Stafford, Anatomía de la decisión de localización, Hamilton, USA, 1974.
37
J. Rees, The industrial corporation and location decision analysis, Area 4, USA, 1976.

33
En este sentido tenemos las aportaciones de Massey38 quien hace una crítica a la
teoría-neoclásica y sus modelos estáticos y abstractos de comportamiento
empresarial. Para Massey, la localización empresarial parte de sus relaciones
espaciales y no espaciales dentro de su contexto histórico determinado, esto es, la
empresa y su localización se gestan sino desde el interior del territorio, si a la par
de este. Con una visión más actual, pero manteniendo una base estructuralista,
Scott39 y Vázquez Barquero40, plantean que existen a la par del movimiento
estructural aspectos como el cambio tecnológico, cualificación de la mano de obra
y cambios en la organización económica que van a delimitar los aspectos de
localización empresarial.

1.3.2. Distritos industriales

Aunque podemos establecer una relación cronológica entre el génesis de la teoría


de localización y los distritos industriales, la segunda no es consecución de la
primera aunque ambas se nutren en sus inicios de la escuela neo-clásica de
pensamiento económico. Desarrollado por Alfred Marshall a finales de siglo XIX
podemos entender el concepto de distrito industrial como una aglomeración de
actores sociales y económicos que a través de diferenciados niveles de
interacción generan procesos de crecimiento hacia el interior de un territorio
determinado.

Alfred Marshall (1920), define al distrito industrial como:

Una serie de economías externas que se centran en los beneficios obtenidos por
las empresas individuales, derivados del incremento en la dotación de factores

38
Doreen Massey, Capital and location change: The UK electrical engineering and electronics industry, RPE,
UK, 1978
39
M. Scott, Una nueva teoría del desarrollo económico, Oxford University, Oxford, 1989.
40
Antonio Vázquez Barquero, “Dinámica regional y reestructuración productiva”, Revista Sociológica del
Trabajo N°10, Siglo XXI, España, 1990

34
comunes tales como los recursos humanos cualificados, los proveedores
especializados y los repositorios tecnológicos.41

Sin embargo, los conceptos de los que va dotando a esta primera definición
configuran un entorno mucho más complejo sobre lo que es el distrito industrial.
Marshall no solamente define al distrito desde una perspectiva economicista en la
que la utilización de los excedentes de ganancia son reutilizados para un
desdoblamiento del sistema económico, por el contrario, toma en consideración
aspectos socioculturales que definen al distrito a la par de los aspectos
económicos.

Para Marshall, los distritos industriales son generadores de desarrollo territorial en


la medida en que son capaces de generar atmosferas industriales propicias para
la actividad que se desarrolla de manera principal. Estos entornos o atmosferas
industriales generan mano de obra cualificada, innovación tecnológica y
organizacional, cultura laboral, expansión del mercado de trabajo.42

Cabe precisar que las atmosferas industriales a las que hace referencia Marshall
parten de una división jerarquizada del trabajo dependiendo del tamaño de la
industria. Para Marshall, la existencia de empresas de diversos tamaños permite
que los riesgos y las tareas que comprende la innovación industrial y
organizacional sean absorbidos de manera conjunta, permitiendo el desarrollo y
cohesión de las empresas de menor tamaño.43

El distrito aunque entendido como un modelo de cohesión empresarial y


poblacional, basa esta cohesión en una diversificación de las actividades. Si bien,
un distrito industrial se caracteriza por funcionar en torno a una actividad
determinada, la aparición de industrias auxiliares en para satisfacer necesidades
particulares del territorio, es una constante dentro de este modelo. Si tomamos

41
Alfred Marshall, Principios de economía, Macmillan and Co., USA, 1920
42
Alfred Marshall, Industry and trade, A study of industrial technique and organization, Macmillan, Londres,
1919
43
Ibíd.

35
como ejemplo un puerto dedicado a la pesca de camarón, aparecerán en torno a
esta actividad otras que en un primer momento no tienen relación, pero que son
posibles a partir del desarrollo de la primera.

Los estudios de Marshall son la base sobre cual descansan la mayoría de los
estudios de aglomeraciones empresariales, generación de economías a escala y
flexibilidad de la producción, sin embargo, se presentan como modelos estáticos
que entienden el crecimiento territorial a partir de una jerarquización de empresa
central, no dejando cabida para el análisis de aglomeraciones de pequeñas
empresas sin una que funcione como eje central.

En ese sentido encontramos los aportes de la escuela italiana que toma como
principal punto de partida los trabajos de Marshall. Haremos referencia aquí a los
preceptos propuestos por Becattini, Sforzi, Dei Ottati, Garofoli. De manera general,
estos estudiosos entienden al distrito industrial como una construcción compleja y
flexible de la que pueden participar empresas de diversas naturaleza y tamaño, así
como aspectos de carácter que van de los sociológico hasta lo psicológico.

Becattinni, quizá el estudioso más avanzado del pensamiento Marshalliano,


establece que a partir de las dos guerras mundiales, las conceptualizaciones del
distrito industrial se han modificado de manera radical, por lo tanto, las
condiciones necesarias para la aparición de un distrito industrial también han
tendido a modificarse de lo que propuso Marshall. Haciendo referencia a nuestro
objeto de estudio podemos definir a los puertos pesqueros a estudiarse como
modelos de aglomeración contemporáneos ya que en su mayoría encontraron su
desarrollo a partir de la década de 1950.44

Para Becattini, las condiciones generales para la aparición de un distrito industrial


contemporáneo son dos, y tienen que ver con condiciones locales de oferta y
condiciones generales de demanda. Por el lado de la oferta el autor sostiene que
las localidades deben de contar con: a) complejidad cultural hecha de valores,

44
Giacomo Becattini, “Alfred Marshall fra analisi e storia económica”, Rivista di Storia Economica, Aprile
Italia, 2002

36
conocimientos e instituciones; b) estructura productiva formada por empresas,
talleres, producción familiar; c) estructura crediticia que otorgue créditos incluso a
las mociones más pequeñas de la dinámica económica.45

Por el lado de la demanda general, Becattini establece el Standart de conmfort,


entendiendo a este concepto como aquel nivel de consumo y necesidades con
que cuenta una sociedad. De esta manera, al rebasar este standart, la dinámica
económica tiende a buscar a través de un aumento de la producción la generación
y futura satisfacción de nuevas necesidades de consumo.

Sin embargo, haciendo un análisis sobre la obra de Becattini encontramos que


estos dos parámetros se van desenvolviendo en la medida en que el autor hace
más extenso su trabajo. De esta forma Becattini, establece una serie de
parámetros que aparecen a la par del desarrollo de los distritos industriales. Estos
son: a) comunidad local; b) población de empresas; c) recursos humanos; d) el
mercado; e) competencia y solidaridad; f) sistema adaptable; g) innovaciones
tecnológicas; h) sistema de crédito local: i) conciencia, clase social y localidad.

Precisando un par de puntos sobre los parámetros de análisis propuestos por


Becattini, este considera a la comunidad local como un sistema de valores y
pensamientos homogéneos que determinan la ética del trabajo, relaciones
familiares, nociones de intercambio y reciprocidad. En el pensamiento de Becattini
la estructuración de instituciones de carácter variado (cultural, artístico, sindical,
familia, iglesia) es la condición natural para la aparición de un distrito, ya que es a
través de estas instituciones como los sistemas de valores se preservan dentro del
ideario colectivo.

De esta forma encontramos en Becattini una propuesta de estudio de distrito


industrial que rompe con la concepción Marshialliana del concepto, pero
respetando sus postulados básicos. A nivel de multidisciplinariedad, histórico en

45
Giacomo Becattini, El distrito industrial marshalliano como un concepto socio económico, IILS, Genova,
1990

37
particular, es el pensamiento de Becattini el más completo para entablar un
estudio de corte histórico sobre la aparición y desarrollo de un distrito industrial.

Perteneciente a la escuela italiana, Gioachinno Garofoli cuenta con supuestos


teóricos similares a los de Becattini, sin embargo, presenta diferencias puntuales
en cuanto a los sistemas organizacionales que se presentan hacia el interior de los
distritos industriales o aglomeraciones empresariales con división del trabajo. De
manera general Garofoli (1992) plantea que el desarrollo de un territorio a partir de
la organización empresarial requiere de aspectos como: A) uso de recursos
locales; b) control local de los procesos de acumulación; c) capacidad innovadora;
d) existencia de interdependencias productivas a nivel local.

Siguiendo esta idea de desarrollo a partir de la generación de un distrito, Garofoli


plantea que:

La capacidad para transformar el sistema socio-económico; la habilidad para


reaccionar a los desafíos externos; la promoción de aprendizaje social; y la
habilidad para introducir formas específicas de regulación social a nivel local que
favorecen el desarrollo de las características anteriores. Desarrollo endógeno es,
en otras palabras, la habilidad para innovar a nivel local.46

Sin embargo, como se menciona anteriormente la percepción de los modelos


organizacionales que propician este desarrollo son diferentes para Garofoli. Según
este autor existen en la dinámica económica sistemas de pequeñas empresas que
se clasifican en: a) áreas de especialización productiva; b) sistemas productivos
locales; c) áreas-sistema.47

El primero de los modelos (área de especialización productiva) se caracteriza por


presentar una aglomeración de pequeñas empresas de producción similar, que
ven su origen dada la existencia de costos de producción bajos en el territorio
(mano de obra). El segundo de los modelos (sistemas productivos locales) se

46
Garofoli, “Desarrollo económico”, op. cit. 1992
47
Giaocchino Garofoli, Modelos Locales de Desarrollo, IILS, Milan, 1994

38
entiende como una aglomeración de empresas con alto nivel de relación entre
ellas, que aparece a través de un proceso de maduración de la dinámica
económica. El tercero de los modelos (aéreas de sistemas) consideradas como
un área de especialización de mayor evolución en las que la reproducción de la
dinámica económica del área depende de factores estrictamente endógenos.

De las aéreas de especialización propuestas por Garofoli, nos interesa el sistema


productivo local, ya que este es el principal referente teórico del concepto Tejido
productivo local, concepto recurrente en estudios de historia económica.
Ampliando el concepto de sistema productivo encontramos que estos se entienden
como sistemas de pequeñas empresas con una amplia especialización productiva
que tienden a tender relaciones hacia el exterior. De igual manera son
organizaciones territoriales que posibilita la participación de un gran número de
actores locales lo que permite que los procesos de innovación no sean
centralizados y se presenten desde muchos frentes. Por último cuentan con
marcos regulatorios internos que admiten la mediación socio económica de los
entes pertenecientes al sistema.48

Trabajado de manera principal por Mario Cerutti, plantea que el concepto de


Tejido productivo local en comparación con el Sistema productivo, es más
adecuado para el estudio de dinámicas económicas que no basaron su desarrollo
en un sistema meramente industrial permitiendo el análisis integral de economías
de carácter primario. De manera constante Cerutti se ha valido de este concepto
acompañado del de Tejido Empresarial, para analizar desarrollos económicos
históricos de economías agrícolas que presentan un nivel más bajo de
especialización en relación con los conceptos antes mencionados.49

Cerutti sostiene que las principales diferencias teóricas entre los conceptos son:
a) el tejido productivo y su tejido empresarial comprende también las áreas
agrícolas, es decir, no sólo se circunscribe a las economías locales basadas en la

48
Giaocchino Garofoli, Modelos Locales, op. cit.
49
Mario Cerutti, Crisis y reconversión del tejido productivo en un espacio regional del norte de México: La
Laguna (1875-1975), Revista de la Asociación Española de Historia Económica, España, 2008

39
aglomeración de empresas industriales en zonas urbanas; b) incluye a empresas
pequeñas, medianas y grandes; c) tampoco se requiere de un caso extremo de
especialización en el espacio estudiado, como suponen los conceptos de SPL y
DI; d) por último, permite analizar las relaciones empresariales, que pueden ser
puramente económicas, las parentales y aquellas sustentadas en la confianza. 50

En apego a que ambos conceptos se presentan como procesos de


resemantizacion de lo que Marshall y otros han definido como distrito industriales,
podemos observar que existe pertinencia de ambos para encarar el estudio de las
pesquerías de camarón en el golfo de California, ya que si bien, los puertos que se
dedicaron de manera intensa a esta actividad no contaban con un grado de
especialización mayor, tampoco se les puede considerar como entornos primarios
ya que desarrollaron en torno así una serie de economías a escala y auxiliares
que dotaron a las localidades de mayor dinamismo económico.

Siguiendo con otros autores de la escuela italiana sobre los sistemas productivos
locales y distritos industriales, encontramos lo propuesto por Gabi Dei Ottati quien
además de coincidir con los autores mencionados en las características de los
distritos industriales pone énfasis en el aspecto institucional. Dei Ottati, plantea
que los distritos industriales generan sistemas de competitividad internos partiendo
de los entornos institucionales que son capaces de generar.51

Dei Ottati, plantea que los sistemas institucionales formales e informales como,
por ejemplo, el gobierno local, las asociaciones de categoría, los sindicatos, la
banca, los centros de formación y de investigación que se gestan al interior de un
territorio, desarrollan sentido de pertenencia y conocimiento sobre el entorno
permitiendo ejercer acciones de desarrollo mejor estructuradas.52

Por último citaremos la discusión que Fabio Sforzi mantiene en torno a la relación
entre el distrito industrial y el desarrollo local. Para Sforzi, el distrito industrial es un

50
Ibíd.
51
Gabi Dei Ottati, El efecto distrito: algunos aspectos conceptuales de sus ventajas competitivas, Revista
Economia Industrial, España, 2006.
52
Gabi Dei Ottati, “Exit, voice and the evolution of industrial districts: the case of the post-World War II
economic development of Prato”, Cambridge Journal of economics, UK, 2003

40
catalizador del desarrollo local, sin embargo, como categorías de análisis se
encuentran en diferentes esferas motivo por el cual conciliarlas requiere de un
esfuerzo metodológico.53

Sforzi, argumenta que existe una asimetría teórica entre el distrito industrial y el
desarrollo local, ya que el primero tiene su origen en la economía política, mientras
que el segundo parte de una construcción multidisciplinaria ambigua. Asegura
que existe un problema desde la academia ya que no se diferencia entre lo que él
denomina modelo productivo distrital y paradigma teórico distrital, dando al
primero un carácter de política pública, que busca generar desarrollo y al segundo
un carácter de análisis teórico encargado de revisar en base a la historia de una
localidad su proceso de desarrollo.54

Para Sforzi, el problema radica en la territorialidad y la perspectiva que se tiene de


esta, ya sea como una realidad dada o como un modelo económico:

Los lugares, es decir sus límites, se transforman con el tiempo, no sólo por la
forma en que las familias, las empresas y las instituciones se compenetran entre
ellas, sino también por la forma en que la unicidad del lugar interactúa
dinámicamente con la multiplicidad de realidades “externas” con las que éstas
(familias, empresas e instituciones) se relacionan: los ambientes sociales, los
mercados, los contextos institucionales. Una forma de medición satisfactoria de los
lugares de vida son los sistemas locales del trabajo.55

De esta manera el distrito industrial a través de su construcción compleja y su


multiplicidad de variables de estudio se convierte en una herramienta básica para
el análisis histórico de los procesos de desarrollo que se gestan al interior de una
localidad. Más allá de los de los debates teóricos que dotan a lo local de ciertas o
cuales características, el concepto de distrito industrial hace referencia a un

53
Fabio Sforzi, Local development in the experience of Italian Industrial District, CNR, Roma, 2000
54
Fabio Sforzi, “Los distritos industriales ante el reto de la globalización”, en Geographicalia N° 40, Parma,
2002
55
Fabio Sforzi, “Del distrito industrial al desarrollo local”, en R. Rosales Ortega, coord., Desarrollo local:
Teoría y prácticas socio territoriales, Porrúa, México, 2007

41
recorte territorial haciéndolo metodológicamente propenso a un estudio de
economía política.

1.3.3. Contextos Innovadores

Siguiendo con la tendencia de estudios de carácter empresarial, encontramos las


propuestas teóricas que se enfocan en el papel de los empresarios como motores
del cambio tecnológico u organizacional. Relacionadas de manera directa con el
marco teórico propuesto por Schumpeter, estos postulados analizan a la sociedad
como un ente dinámico capaz de generar desde su interior procesos de
transformación cualitativa a través de entes empresariales.

Previo a la conceptualización de Schumpeter es valioso rescatar la visión que la


escuela neo-clásica tiene sobre el empresario, debido a que se centra en un
excesivo individualismo metodológico teniendo como empresario a lo que
coloquialmente definiríamos como capitalista. Según Mises56 y Kirzner57 el
empresario se define como el individuo que tiene la capacidad, a partir de datos,
de prever el comportamiento del mercado. Aquel que descubre oportunidades de
precios a partir de las imperfecciones del mercado.

Schumpeter, plantea que existe un determinismo tecnológico que permite el


desarrollo de una región. Para el autor sólo importan aquellas innovaciones
tecnológicas que son capaces de modificar de manera radical el entorno
económico al cual son aplicadas. Clasificadas como innovaciones decisivas estas
son: a) Introducción de nuevos bienes de consumo dentro de un mercado; b)
surgimiento de un nuevo método de producción y transporte; c) consecución de la
apertura de un nuevo mercado; d) generación de una nueva fuente de oferta de

56
Ludwing Von Mises, Human Action: A treatise on Economics, The Scholar´s Edition, Alabama, 1998
57
Israel Kirzner, The Nature and Role of Entrepreneurship in Markets: Implications for Policy, George Mason
Univesity, USA, 2006

42
materias primas; e) cambio en la administración de cualquier organización o
dentro de su proceso de gestión.58

Para el estudioso austriaco estos cambios tecnológicos se dan de la mano de los


empresarios. Schumpeter considera al empresario como un ente de destrucción
creadora, esto es, que cuenta con la capacidad de romper de manera radical con
los modelos de producción u organización de la producción establecida. En
palabras de Schumpeter:

El empresario no es ni un ingeniero, ni el capitán de una empresa, ni un burócrata


empresarial, sino, más bien y necesariamente un hombre de ideas, un innovador
(…) este empresario innovador, creativo e incluso subversivo y revolucionario es el
principal responsable del desarrollo económico.59

Tomando como parámetro de arranque los postulados de Schumpter,


encontramos que es el empresario el actor fundamental en los procesos de
desarrollo. Ya sea través del proceso de elección del posicionamiento territorial de
la empresa, o de la misma función empresarial, gran parte de la responsabilidad
del proceso de desarrollo se gesta a través de individuos al interior del propio
territorio.

Tomando como referente al empresario innovador, encontramos los aportes que


Peter Drucker hace para la tipificación del empresario. Para este autor, la
innovación empresarial parte del hecho de generar un sistema diversificado de
producción, en el que a partir del aprovechamiento de capital existente se le
encuentran nuevos usos a recursos antes ignorados.60

58
Joseph Schumpeter, The Theory of Economic Development: An Inquiry Into Profits, Credit, Interest and the
Business Cycle, Harvard University, USA, 1934
59
Joseph Schumpeter, The Creative Response in Economic History, Journal of Economy History N° 7, Harvard
University, USA, 1947, p. 151
60
Peter Drucker, The Practice of Innovation, Innovation and Entrepreneurship Practice and Principles,
Harper&Row, NY, 1985

43
Drucker plantea que estos procesos de innovación aún y cuando se generen en el
empresariado no siempre son ejecutados por los empresarios. De ahí que la
capacidad innovadora no solamente radica en el hecho de generar una innovación
productiva, radica en la propensión a aceptar, promover, responder y explotar la
innovación cuando esta se presente del territorio.61

Un punto de encuentro entre los dos autores es la percepción del innovador como
un marginal dentro de la dinámica económica. Para Drucker, el innovador no sólo
propicia cambios en las técnicas de producción o en el uso de una mercancía, sino
que además está atento a los cambios de percepción de la sociedad, a las
incongruencias del mercado. De esta manera los parámetros que Drucker analiza
corresponden a aspectos de la cultura social y económica en la cual se desarrolla
el innovador.62

Basando su análisis, no en el individuo, sino en un sistema de innovación,


encontramos a los teóricos de los entornos innovadores, en particular a los que
proponen el modelo territorial de Milieu. En este sentido el concepto de redes de
innovación se entiende como un estado previo a la aparición de un Milieu. De esta
forma por redes de innovación entendemos como una forma de organización
flexible de la producción en la que existen relaciones de confianza, reciprocidad y
solidaridad que permiten a sus miembros establecer respuestas más integrales e
inmediatas a los errores de mercado.63

Como se mencionó anteriormente el Milieu corresponde a un modelo de base


territorial en el que se comparten no solamente un modelo organizacional, sino
que este se convierte en generador de conocimiento en torno a las necesidades
del territorio. Para Furio la existencia de este tipo de prácticas tiene por objetivo
administrar la incertidumbre y la dimensión temporal de los procesos de
innovación, esto es, generan sistemas de información que le permite a los actores

61
Peter Drucker, Management’s New Paradigms”, Management Challenges for the 21 st Century, Harper
Bussines, NY, 1999
62
Peter Drucker,“The Practice of Innovation”, op. cit.
63
Bruno Lecoq, “Organisation industrielle”, op. cit.

44
del territorio gestar cambios en la producción y organización justo en el momento
en el que requieren hacerse.64

Pese a encontrar el génesis de este modelo en una idea economicista Furio


plantea que al desarrollarse en un plano territorial, la proximidad de los actores
genera interdependencias que sobrepasan las nociones mercantiles. De esta
manera encontramos que los modelos de aprendizaje e innovación se gestan en
gran medido al interior de relaciones mediadas por instituciones informales.

En este sentido Gaffard, expone que para que una aglomeración territorial se
constituya en una estructura socioeconómica capaz de acceder a procesos de
aprendizaje e innovación y poder definírsele como un Milieu, esta debe de
presenta ciertos parámetros como: a) contar con estructuras de cooperación
susceptibles de favorecer la creación de capacidades productivas específicas; b)
favorecer la creación de nuevas organizaciones productivas que participen de un
proceso de desintegración al nivel de la afectación de bienes inmateriales
favoreciendo con ello la creación de una casi-renta relacional; c) permitir la
promoción de mecanismos entre intermediarios financieros y firmas industriales.65

Continuando con el parámetro del Milieu, encontramos la obra de Roberto


Camagni quien argumenta que el territorio no es solamente el lugar en donde se
desarrolla una serie de relaciones sociales, sino que además es escenario en el
cual se sedimentan aspectos culturales y rasgos culturales no transferibles. Según
Camagni las relaciones que se establecen entre hombres, empresas, instituciones
públicas y privadas determinan la dinámica económica, sin embargo, estas
relaciones se encuentran mediadas por los aspectos culturales y locales no
transferibles.66

Camagni define al Milieu como un parámetro metodológico antes que una realidad
empírica:

64
Elies Furió, “El desarrollo económico”, op. cit.
65
Jean-Luc Gaffard, Innovación, Modelos de Crecimiento y Desarrollo Local, Revista de economía ministerio
de economía y hacienda, España, 1996
66
Roberto Camagni, Innovation networks: spatial perspectives, Belhaven-Pinter, Londres, 1991

45
El concepto de Milieu Innovateur interpreta los fenómenos de desarrollo del
espacio como consecuencia de los procesos innovadores y de las sinergias, que
se manifiestan en áreas territoriales no muy amplias. Se define como un conjunto
de relaciones que conducen a integrar un sistema local de producción, un conjunto
de sujetos y representaciones y una cultura industrial, que genera un proceso
dinámico localizado de aprendizaje colectivo.67

Siguiendo los parámetros de Camagni, encontramos que visualiza al Milieu como


un modelo que centra su dinámica en procesos cognitivos que se gestan al interior
del territorio. A través de su obra Camagni encuentra tres parámetros básicos
sobre las cuales descansa sus resultados cognitivos: a) reducción de
incertidumbre en los procesos de toma de decisiones y en los procesos
innovadores; b) coordinación previa entre agentes económicos con la finalidad de
la actuación colectiva; c) aprendizaje colectivo, como proceso que se realiza
dentro del mercado de trabajo y el ámbito industrial local (competencias,
conocimientos, profesionalidad).

Por último Aydalot asegura que son los medios los que innovan, despojando a las
empresas como ente principal de la innovación dentro del espacio. El desarrollo de
sistemas de aprendizaje debe de entenderse como un proceso de maduración de
las relaciones socio-espaciales de los actores económicos y no como la
innovación propuesta desde las administraciones empresariales.68

Acerca de la función de los medios sociales como motores de la innovación, se


sustenta que existen componentes que delimitan esta función. Sobre esto Rodrigo
Whitelaw (2009) plantea que:

El medio innovador se encuentra compuesto de los siguientes elementos. 1)


Sustrato territorial. Se entiende como un entorno económico homogéneo para sus
residentes, no atiende a divisiones administrativas y puede agrupar en su interior a

67
Roberto Camagni, “Milieux innovateurs and collective learning: from concepts to measurement”, en Acs Z.,
de Groot H., Nijkamp P. (coord.), The emeregence of the knowledge economy: a regional perspective,
Berlin, 2002
68
Phillip Aydalot, Milieux innovateurs en Europe, GREMI, Paris, 1986

46
localidades de diversas regiones; 2) Conjunto de Actores. Existencia un enramado
social que abarque desde instituciones, empresas y actores políticos; 3) Recursos
materiales e inmateriales. Una infraestructura material y una serie de costumbres
que sustenten las relaciones sociales; 4) Interacción lógica. Una relación
cohesionada entre los actores; 5) Lógica de aprendizaje. Capacidad de los actores
económicos de responder a los cambios de su entorno.69

1.3.4. Cambio Institucional

Dentro de los paradigmas de la historia económica y no tanto de la economía,


encontramos la propuesta de análisis que plantea que el desarrollo económico de
una región/localidad aparece sólo si esta cuenta con un marco institucional,
jurídico y político que regule de manera adecuada el comportamiento de los
diversos actores en torno a la dinámica económica. Se sugiere que esta teoría
pertenece de manera principal a estudios de historia económica ya que encuentra
en Douglas North a su principal exponente.

Ronald Coase, el primero de los estudiosos sociales que se presenta como un


institucionalista plantea que existen fuertes relaciones entre instituciones, costes
de transacción y teoría neoclásica. Para Coase, el sistema económico eficiente
planteado por los neoclásico sólo es posible en la medida en que no existan
costes de transacción diferenciados. Sin embargo, al ser la diferenciación de
costes una realidad, las instituciones juegan un papel fundamental en el sentido de
que es a través de ésta como se genera un control dentro de los mercados.70

Como estudioso de este primer institucionalismo, el inglés Arthur Lewis plantea


que a través de la disminución de los costes de transacción, así como la
intermediación institucional, se generará un proceso de desarrollo al interior de un
territorio mismo que establecerá condiciones adecuadas para un cambio
institucional constante y permanente. De esta manera podemos asegurar que el

69
Rodrigo Whitelaw, Mecanismos de cooperación en sistemas productivos locales, Presses Univ., USA, 2009
70
Ronal Coase, The nature of the firm, en Economica, New Series, Vol. 4, No. 16, The London School of
Economics and Political Science, Londres, 1936

47
cambio institucional encuentra en el desarrollo local su principal objetivo y su
motor cardinal, sólo el cambio institucional puede generar desarrollo y en
contraparte sólo el desarrollo puede generar un cambio institucional.71

Douglas North, comienza su propuesta teórica con una separación de los


conceptos de institución y organización. Para North ambos conceptos son de
naturaleza completamente diferentes:

Las instituciones son órdenes abstractos, independientes de los individuos que las
componen, que cumplen la función de facilitar a los individuos y las organizaciones
la consecución de sus fines particulares, pero que en sí mismas no tienen fines
específicos; las organizaciones, en cambio, son órdenes concretos, determinados
por los individuos y los recursos que los integran, creados para la consecución de
fines particulares y específicos.72

Tomando en cuenta lo anterior entendemos que si bien las organizaciones e


instituciones se entienden como convenciones sociales, las primeras son
propensas para ser diseñadas, construidas y cambiadas a través de una
metodología estructuralista, que sin embargo, no aplica la misma lógica para las
instituciones ya que estas son un proceso de construcción histórica. En este
sentido North define a las instituciones como:

Las instituciones son las reglas del juego en una sociedad; más formalmente, son
restricciones creadas por las personas para dar forma a la interacción humana. De
esta manera estructuran incentivos en el intercambio, ya sea político, social o
económico. El cambio institucional da forma a la manera en que las sociedades
evolucionan a través del tiempo y, de esta forma, es la clave para entender el
cambio histórico.73

71
Arthur Lewis, Economic development with unlimited supplies of labour, The Manchester School, UK, 1963
72
Douglas North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico, FCE, México, 1995
73
Douglas North, Understanding the process economic change, Princeton, USA, 2005

48
Douglas North establece que entre los principales organismos se encuentran los
de carácter público (partidos políticos y senado), económicos (empresas,
sindicatos, cooperativas), organizaciones sociales (iglesias, clubes sociales),
órganos educativos (universidades, centros de capacitación profesional). Si bien
las instituciones aparecen en cada una de estas, su aparición se da de una
manera abstracta como la normatividad que rige estas organizaciones.74

A lo largo de su obra, Douglas North, asevera que el desarrollo económico


generado por un cambio institucional no sólo es posible, sino que es constante en
cuanto a la evidencia empírica. La aparición o ausencia de un cambio en el
entorno institucional de una determinada sociedad traerá consecuencias
inmediatas los precios de transacción. De esta manera, el cambio institucional
aunque no puede ser controlado desde las organizaciones de poder, es propenso
de análisis metodológico a través de una construcción conceptual desde sus
parámetros internos.

Un parámetro de análisis de North tradicionalmente mal comprendido es el que


tiene que ver con el diseño político de las instituciones. Si bien, existe una
creencia generalizada de que las instituciones se pueden diseñar de manera que
sean más adecuadas para el desarrollo de un territorio, North plantea que estas
sólo se pueden inducir de manera ideológica, mas nunca diseñarse en la
búsqueda de ciertos objetivos.75

Por último Oliver Williamson continua con la idea de Coase acerca de los costes
de transacción que son mediados a través de la interacción institucional. Al
respecto Williamson plantea que:

Aún y cuando los modelos de competencia perfecta plantean que los intercambios
y las transacciones entre los agentes económicos no generan un coste, la realidad

74
Douglas North, “La evolución histórica de las formas de gobierno”, en Revista de economía institucional
N° 2, México, 2000
75
North, “Instituciones, cambio institucional”, op. cit.

49
es que estas interacciones económicas generan costes de tipo comercial y no
comercial.76

De esta manera, tenemos que el papel de las instituciones como motor del
desarrollo regional radica en la disminución de los costos de transacción entre los
diferentes actores económicos; esta disminución de costes se presenta a través
de procesos complejos como el manejo adecuado de la información, generación
de una cultura de trabajo, redes familiares.

1.3.5. Base PYME

Como se ha podido observar el camino del desarrollo local ha estado directamente


ligado a la función empresarial, no por que esta sea el camino único de encontrar
desarrollo, sino porque es en esta en donde se encuentran los procesos de
acumulación de capital capaces de generar el desenvolvimiento económico de una
sociedad. En este sentido, los estudios de desarrollo tienden cada vez más, a ver
la función de la empresa como procesos endógenos al territorio donde aparecen,
esto es, que la empresa se convierte en producto y productora del desarrollo
territorial de determinada sociedad.

De esta manera, el enfoque empresarial da un giro en el sentido que no es la gran


empresa externa a la localidad aquella generadora de la dinámica económica,
como sucede por ejemplo en los territorios manufactureros. Por el contrario, los
estudios de desarrollo local se concentran en la actualidad en la aglomeración de
pequeñas empresas dedicadas a una actividad en particular que a través del
tiempo generan sistemas organizacionales colectivos y dotan al territorio en el que
se encuentran de competitividad a nivel regional o incluso global.

76
Oliver Williamson, “The new institutional economics: Taking stock, Looking ahead”, en Journal of
economics literature Vol. 3, NY, 2005, pp.612

50
Las concepciones teóricas sobre la participación de la pequeña empresa pueden
entenderse como teorías de síntesis de las teorías aquí mencionadas. Aspectos
de localización, innovación empresarial y generación de redes a manera de
distrito, son los principales puntos de análisis en las concentraciones
empresariales. Sobre esto Calderón Vázquez plantea que la aparición de redes
de pequeñas empresas aparece en un territorio como una respuesta natural a
procesos de crisis de la actividad predominante, siendo estas propiciadoras de
reconversión productiva del territorio.77

A estas aglomeraciones empresariales se les analiza desde la teoría como


conformaciones de tejido empresarial. Keeble argumenta que la aparición de este
fenómeno se debe de manera principal a dos factores, ya sea la relocalización de
plantas pertenecientes a otras regiones o a la creación de nuevas empresas
endógenas al territorio.78

El mismo Keeble argumenta que la aparición de estos tejidos empresariales no se


da de manera homogénea en todos los territorios, existen aquellos que de manera
cultural presentan propensión a la innovación tecnológica ya que son los propios
obreros de grandes empresas los que comienzan a diversificar la producción al
interior de la región. De igual manera, la aparición de estas empresas se da en
entornos no industriales en donde las condiciones económicas desfavorables se
convierten en un motor de innovación productiva. 79

En este sentido Campos argumenta que el desarrollo de grandes empresas


genera necesidades internas de la misma. Por este motivo, la localización
territorial de una empresa de gran tamaño inventa en torno a ella industrias
accesorias que basan su primer empuje de crecimiento en una relación de
interdependencia productiva.

77
Francisco Calderon, “Distrito Touristic”, op. cit.
78
David Keeble, Collective Learning and Knowledge Development in the Evolution of Regional Clusters of
High Technology SMEs in Europe, en Regional Studies Volume 33, Issue 4, Londres, 1999
79
Ibíd.

51
Dentro de los estudios de aglomeraciones de pequeña empresa se pueden
apreciar cuatro categorías que explican el fenómeno desde su concepción hasta
su desarrollo. En primer lugar Gudgin (1984) plantea el modelo conocido como
income push theory, el cual establece que ante un periodo de crisis económica los
individuos que se encuentran en desempleo, desarrollan modelos de agrupación
social que les permiten convertirse en generadores de sus propios espacios de
trabajo. De igual manera el autor plantea que ante el desarrollo de una empresa
que abandona determinados procesos de producción, estos son retomados de
manera externa por aquellos agentes que se desenvolvieron en ellos.

El segundo de los modelos que se encuentra dentro de la literatura del desarrollo,


es el propuesto por Storey (1982) income growth theory. A través de esta
tipificación de aglomeración de pequeñas empresas, el autor propone que ante el
fortalecimiento económico de un territorio determinado aparece un crecimiento
gradual de la renta real, este aumento en los niveles de renta genera una
expansión de la demanda propiciando a su vez la aparición de oportunidades de
inversión en mercados internos no explorados. Autores como Chisholm, plantean
que esta diversificación de la demanda no es exclusivamente por un aumento en
la renta territorial, sino que intervienen factores culturales que propician un cambio
en las estructuras de consumo de la población perteneciente al territorio. 80

Por su parte encontramos el modelo propuesto por Keeble y Aydalot 81 proponen


la teoría thecnological change theory. Este modelo sigue la línea argumental que
plantean los estudiosos de los entornos innovadoras, pero con un enfoque
centrado en las nuevas tecnologías (biotecnología, inteligencia artificial, nuevos
materiales). Según éstos, los entramados de pequeñas empresas cuentan con la
capacidad de adaptarse a nuevas demandas a través de un sistema de
producción y organización flexible.

80
Michael Chisholm, Regions in recession & and resurgence, Ed. Unwin Hyman, , Londres, 1990
81
David Kleeble, New firms and regional economic development: Experience and impact in the 1980s,
Cambridge, UK, 1990

52
La aparición de modelos empresariales en base Pyme, no dista mucho de los
postulados de la escuela italiana de desarrollo. De hecho, la única diferencia que
se puede precisar es que la corriente italiana sienta su andamiaje teórico a partir
de la teoría marshalliana y comprende aspectos que rompen con el economicismo
de la teoría Pyme. Giorgio Fua, plantea que en la medida en que la pequeñas
empresas de un territorio no generen condiciones de mutua cooperación, no
estarán en capacidad de generar desarrollo endógeno, al interior de su dinámica
económica. Por el contrario, una aglomeración de pequeñas empresas que no
logran convertirse en una red, generan procesos de subdesarrollo y falta de
competitividad del territorio.82

Siguiendo con Fua este entiende al desarrollo en base a la innovación de la


pequeña empresa como un proceso evolutivo al interior del sistema. Las pequeñas
empresas aparecen como un entramado y es en base a sus relaciones constantes
como generan las condiciones adecuadas para la aparición de las acciones de
innovación.83 En este sentido el autor reconoce que las formas flexibles de
organización sólo aparecen tras el reconocimiento de que son los factores
culturales e institucionales puntos clave para la aparición del proceso de desarrollo
territorial.

Lo realmente decisivo para que el desarrollo sea sostenible y duradero son los
factores que determinan la competencia espacial del territorio, entre los que
destacan la capacidad empresarial y organizativa, la cualificación de la mano de
obra, la instrucción de la población, los recursos medioambientales y el
funcionamiento de las instituciones. El desarrollo es, además, un proceso que está
difuso en el territorio y se apoya no sólo en los factores económicos sino también
en los factores sociales y culturales del territorio.84

82
Fua, “Problemas del desarrollo”, op. cit.
83
Giorgio Fua, Economic growth: a discussion on figures, Itsao, Ancona, 1994
84
Ibd.

53
En cuanto al génesis de los sistemas de producción de pequeñas empresas
autores apegados a los estudios del desarrollo empresarial plantean aspectos un
tanto diferenciados a los teóricos de la base Pyme. En este sentido Scott y
Storper85 plantean que ante la existencia de un sistema de producción vertical cae
en problemas de ineficiencias ocasionando la aparición de un modelo de
producción vertical de pequeñas empresas especializadas centradas en la
producción de outputs de series cortas. Esto es, generan un sistema de
producción flexible capaz de adaptarse de manera casi automática a los
movimientos bruscos del mercado.

De manera general podemos decir que el estudio de las economías que se


desarrollan en base a Pymes sólo es adecuado para la problematización
contemporánea del desarrollo, ya que metodológicamente no presenta una línea
para afrontar estudios de carácter histórico. Aun y cuando existen líneas
argumentales en cuanto al desarrollo histórico de las economías, dentro de estos
marcos teóricos, no conforman una propuesta de análisis.

1.4. Propuesta teórico – metodológica

Tras la revisión de los distintos enfoques teóricos sobre el desarrollo económico se


retomarán conceptos de carácter espacial y empresarial para construir un marco
teórico conceptual que permita delimitar de manera adecuada la concepción
territorial en la cual se establece nuestro objeto de estudio, así como el análisis de
los actores y las relaciones que generaron los diversos procesos de desarrollo
local.

El análisis de las teorías de desarrollo servirá como base en la definición de las


variables de análisis que serán la directriz del trabajo de investigación. No se
pretende generar a través de estas un estudio de corte económico, se pretende
establecer parámetros específicos de análisis que ayuden a la investigación

85
A.J. Scott, New industrial spaces: Flexible production organization and regional development in North
America and Western Europe, Pion, Londres, 1989

54
historiográfica a problematizar el devenir histórico de los tejidos productivo y
empresarial teniendo a la pesquería de camarón como medio de acumulación de
capital y diversificación económica de los puertos a estudiarse.

Como ha quedado de manifiesto en los apartados anteriores, en su mayoría los


postulados teóricos y metodológicos que se han presentado desde las diferentes
escuelas del desarrollo económico, sobre todo aquellas que tienen que ver con
procesos locales, encuentran en la variable histórica un parámetro de estudio para
determinar cuál ha sido la conformación de los entramados productivos a lo largo
del tiempo. Por este motivo encontramos que existe pertinencia no sólo teórica,
sino metodológica al momento de abordar un estudio de corte histórico a través de
categorías de análisis salidas de las escuelas de desarrollo.

El estudio sobre las características de los entramados productivos que se realizará


contará con dos ejes teóricos básicos. El primero de ellos atiende a una lógica
territorial que permitirá ubicar de manera espacial tanto la región del Golfo de
California como los entornos locales de los puertos de Mazatlán y Guaymas. El
segundo de los parámetros de análisis tiene que ver con los actores que
determinan el crecimiento dentro de una localidad teniendo como base las
derivaciones teóricas que se desprenden del concepto marshalliano de distrito
industrial.

Previo al análisis de la pesquería de camarón como motor de desarrollo local será


necesario recurrir a conceptos de economía regional para poder construir de
manera adecuada el contexto económico, social y territorial en el que se
desenvolverán las dinámicas económicas particulares que analizaremos. De esta
manera, aunque la investigación centrará su atención en un espacio
local/endógeno, el primer capítulo de cuerpo de la investigación se estructura
metodológicamente sobre la lógica de región.

Para el desarrollo del capítulo perteneciente a la región, se retomará el concepto


de geografía económica de Región - Producción. Como ha quedado asentado
anteriormente, las discusiones en torno al concepto de región se encuentran

55
inmersas en un bloqueo teórico – metodológico, que impide definir de manera
homogénea un concepto que se adecue a todas las particularidades de este
espacio territorial tanto en la esfera empírica como en las diferentes ramas de las
ciencias sociales. De ahí que se retome el concepto de Región – Producción, ya
que se considera el más adecuado para establecer los parámetros de análisis
regional para los puertos pesqueros del Golfo de California.

El concepto de Región – Producción, pertenece a la primera corriente de geografía


económica que surge a partir de la década de 1950. De manera general el
concepto plantea la existencia de regiones que presentan una producción o
comercialización homogénea, un acceso a recursos naturales similares y una
participación estatal nula en cuanto a generadora de condiciones económicas se
refiere. Este modelo de región, puede llegar a considerarse básico en el aspecto
de que se enfoca de manera principal en economías primarias secundarias
dejando un tanto al margen el aspecto de los servicios.

Rudolf Lütgens propone la existencia de regiones económicas homogéneas y


especializadas, que se desarrollaban a partir de la dotación de factores naturales
así como la dinámica histórica del territorio objeto de estudio. Dentro de los
estudios geográficos se le considera a este tipo de concepción como región
contenedora de la actividad económica. La metodología en la construcción de este
tipo de región se presenta como altamente descriptiva, basada en el uso de la
estadística, con alta alusión a las condiciones y posibilidades del medio natural
como agente activo de la actividad económica.86

Pese a existir concepciones de región económica (región - localización, región -


red) teóricamente más desarrolladas y que permiten problematizar mas sobre el
espacio a estudiarse, el concepto de región – producción se adecua a las
necesidades de nuestra investigación, ya que nos permite contextualizar el
entorno regional de manera puntual. Debido a que este se concibe como un
estudio de desarrollo local, la región sólo interesa como un contenedor de la

86
Rudolf Lütgens, Los espacios productivos de la economía mundial, Omega, México, 1954

56
actividad económica, delegando la dinámica de sus relaciones internas a estudios
de otra naturaleza.

A través de este concepto se hará una reconstrucción histórica de la región


costera del Golfo de California a través de la cual se pretende llegar a comprender
la manera en que los diferentes puertos pertenecientes a esta región fueron
dirigiendo sus economías hacia la industria pesquera, hasta llegar al momento de
confluir como una zona dedicada a la pesquería de camarón. Este recuento
histórico de hechos sociales y aspectos naturales de la región, nos permitirá
generar una taxonomía de los diversos puertos que la componen, permitiéndonos
a su vez, entender el punto de partida de cada uno de los puertos y así, establecer
su dinámica de transformación a lo largo de la periodización propuesta.

Continuando con el andamiaje teórico territorial que será utilizado en los capítulos
posteriores encontramos que este será de carácter local ya que se analizará por
separado las particularidades que presentaron los procesos de desarrollo de cada
uno de los puertos que son objeto de estudio. De esta manera encontramos que el
trabajo se centrará de manera principal en los postulados propuestos por las
teorías de desarrollo local y desarrollo endógeno.

Como se menciona al principio de este capítulo, antes de ser un parámetro de


relaciones entre actores económicos, las concepciones de desarrollo local y
endógeno son parámetros de análisis territorial. Así, la construcción de un espacio
local depende por un lado de las características de la región en la cual se inserta y
por otro lado las condiciones territoriales de cada localidad. De esta manera
aunque pueden existir modelos generales sobre los cuales descansa el análisis
empírico del desarrollo local, lo ideal sería construir parámetros individuales para
cada una de las localidades que se analice.

Los capítulos del tres al cinco abordan de manera individual el desarrollo que
tuvieron los puertos de Mazatlán y Guaymas. De esta forma, la primer parte de
estos capítulos contará con un apartado de introducción teórica en el cual se
construirá de manera individual la propuesta metodológica de localidad sobre la

57
cual se analizará cada uno de los puertos. Esto no quiere decir que no existirán
parámetros básicos de análisis, pero a nivel de construcción territorial, cada uno
de los puertos tiene que partir de una base estrictamente individual.

Partiendo de lo anterior estableceremos nuestra delimitación de localidad a través


de los postulados de Francisco Albuquerque quien plantea que el concepto de
local sólo es posible definirlo partiendo de la existencia de un territorio mayor con
el cual la localidad mantenga relaciones estrechas. Por lo tanto, el ejercicio de
delimitación de región que desarrollado en el capítulo dos servirá como base para
estructurar los aspectos locales mencionados.

El resto del capitulado sobre la dinámica interna de los puertos se hará sobre el
segundo de los ejes de marco de teórico propuesto. Esto es, se establecerán
parámetros de análisis socioeconómicos que según las teorías derivadas de los
distritos industriales son parte de los procesos de desarrollo local/endógeno de
una sociedad. Como se vio anteriormente la teoría del distrito industrial propuesta
por Alfred Marshall ha sido la base para la aparición de nuevas teorías que
plantean que el desarrollo de una localidad se da en base a la correlación de una
serie de actores económicos, sociales y políticos que se desenvuelven dentro de
un territorio determinado.

Aunque no funcionará como un modelo estático será el concepto de sistema


productivo local a través del cual determinaremos el tipo de desarrollo que cada
una de las localidades presentó desde la aparición de la pesquería del camarón
en la década de 1930 hasta la reforma de la ley pesquera en 1992. Se toma como
modelo de análisis a este concepto debido a que la discusión teórica que se cierne
sobre él, le permite ser utilizado de manera flexible en cuanto a los componentes
de análisis que lo conforman, así como los tipos de desarrollo que se generan a
través de la interacción de estos parámetros de análisis.

Aunque cercanos a la concepción del desarrollo local/endógeno los sistemas


productivos locales no son un parámetro espacial de desarrollo, son una
concepción de entramado productivo que se desenvuelve hacia el interior de una

58
localidad, de esta manera, mientras que el desarrollo local/nos sitúa en la
espacialidad donde se desenvolverá el objeto de estudio, en tanto que el sistema
productivo local es el modelo de desarrollo que aparece o se centra en la
localidad.

Cuando se plantea que el sistema productivo local se utilizará de manera flexible y


no como un modelo estático, se hace referencia a que se retomarán algunos de
sus conceptos de análisis para determinar la pertinencia del desarrollo en los
puertos camaroneros del Golfo de California. A través de una revisión exhaustiva
de la literatura sobre sistemas productivos locales se considera que las principales
variables de estudio son: entornos empresariales (empresarios), sistemas
institucionales (instituciones), cultura local (trabajadores).

Para los diferentes estudiosos de los sistemas productivos locales, el desarrollo y


sus diversas tipificaciones se da en la medida en que estos componentes
encuentren un mayor o menor nivel de relación y cohesión entre ellos. Por lo tanto
los resultados de desarrollo se vuelven impredecibles ya que las el nivel de
relación entre los actores puede presentarse de manera muy variada. De esta
manera se analizarán empresarios, marco institucional y pescadores como
principales conceptos de estudio.

El análisis del desarrollo económico se llevará a cabo a partir de la conformación


de las redes empresariales, ya que a través de éstas, es posible determinar el
punto de partida en el desarrollo de una localidad. Teniendo como base de análisis
el comportamiento de la estructura empresarial es posible establecer una
continuidad en el discurso historiográfico para el desarrollo de la economía local

En cuanto a la utilización del concepto de tejido productivo local, este será


utilizado para establecer de manera puntual como fue apareciendo a través del
tiempo la conformación empresarial dentro del territorio, sin embargo,
consideramos a este como un concepto limitado ya que no plantea una línea
argumental para el análisis de economías protoindutriales, centrándose solamente
en aquellas de carácter primario. Así, el concepto de tejido productivo local servirá

59
de parámetro pero para efectos de la investigación será el sistema productivo local
el que la guie.

A nivel historiográfico la investigación se planteará de manera metodológica como


un estudio de historia económica comparada. Apegándonos al pensamiento de
Bloch, la historia comparada brinda la posibilidad de la interpretación de datos
para determinar la influencia de diferentes grupos sobre el devenir social,
existiendo diferencia de magnitud según la sociedad que se analice. A través de
la historia comparada se pueden establecer la comparaciones e interpretaciones,
para la determinación de la originalidad, de las diferencias entre los casos
comparados, bien porque sean completamente independientes unos de otros o
porque resulten de caminos divergentes, a partir de un mismo punto de partida.

De esta manera, se ha establecido un corpus de conceptos comparativos


(empresa, instituciones, trabajadores) que permitirá establecer el peso que cada
uno de estos tuvo en el desarrollo de cada uno de los puertos que se analizarán.
De igual manera permitirá observar el camino de desarrollo que cada uno de estos
tuvo a partir de un punto de partida similar que se establece como la aparición del
sistema cooperativista y la incursión de empresas extranjeras en la pesquería de
camarón en la década de 1930.

La construcción de esta historia comparativa se hará principalmente en base a la


revisión del archivo de Registro Público de la Propiedad (RPP) a través del cual
podremos acceder a la conformación del entramado productivo en cada uno de los
puertos objeto de estudio. Acompañando el análisis de este archivo, se revisarán
prensa local y archivos a nivel general para establecer el peso institucional y de la
parte laboral. Además de revisar archivos de registro público de la propiedad, se
analizarán archivos municipales, archivo general de la nación y archivos de
cooperativas.

60
Capítulo II

La Región – Producción Pesquera del Golfo de California

61
Introducción

La construcción teórica de una región, en este caso Región-Producción, no es una


tarea que parta desde cero, es necesaria la existencia de una región delimitada
por la homogeneidad de sus recursos o por una mera cuestión de proximidad
geográfica. Para el caso del Golfo de California esta región se constituye a partir
de sus condiciones físico-biológicas que la definen como un conjunto de
ecosistemas únicos en el mundo.

Estos ecosistemas comprenden una vasta zona de litorales, valles y desiertos que
de manera conjunta se establecen en el imaginario colectivo como el Golfo de
California, sin embargo, aunque a nivel natural todos guardan una relación
estrecha, la acción humana que se ha desarrollado sobre ellos permite hacer una
segmentación de regiones sin dejar de lado el aspecto de las condiciones
naturales; el Golfo de California posee un carácter geográfico que determina la
acción económica, sin embargo, es la interacción social de los individuos la que
brinda el un carácter de región, haciéndolo propicio para estudios históricos y
sociales.

Durante este apartado se profundizará sobre las continuidades físicas-biológicas y


económicas-históricas sobre los cuales se ha desarrollado la citada región. El
primero de los puntos de análisis se centrará en las condiciones geográficas en las
cuales se enmarcan las diferentes localidades pertenecientes al Golfo de
California, así como las actividades que estas condiciones permiten. Para el
segundo de los parámetros se establecerá el recorrido histórico que los puertos de
Guaymas y Mazatlán han tenido desde su fundación en la década de 1820 hasta
el despegue de la pesquería de camarón como actividad nodal de ambos, este
recuento histórico permitirá establecer los puntos de encuentro que ambos puertos
han tenido a través de los años y así precisar la existencia histórica de una región-
producción.

62
2.1. Aspectos físico-biológicos del Golfo de California

El Golfo de California, también conocido como Mar de Cortés o Mar Bermejo, es


un mar largo y estrecho parcialmente cerrado, el cual abarca las aguas cercanas a
los estados mexicanos de Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja
California Sur, cuya frontera sur se extiende, desde las perspectivas
oceanográficas y faunística, del cabo Corrientes, en el extremo noroeste del
estado de Jalisco, al cabo San Lucas, en la punta de la península de Baja
California.87

A nivel ecológico-biológico la extensión marítima del Golfo es separada en áreas


de conservación (APC), delimitando de esta manera el tipo de recursos que se
encuentran en diversos puntos geográficos. Según esta clasificación, las áreas
que componen al Golfo de California son: la APC 24 – Corredor Los Cabos/Loreto;
la APC 25 – Alto Golfo de California; la APC 26 – Grandes islas del golfo de
California/Bahía de Los Ángeles; la APC 27 – Humedales de Sonora, Sinaloa y
Nayarit/Bahía de Banderas, y la APC 28 – Islas Marías.88

Con una extensión de aproximadamente mil kilómetros de longitud y ciento


cincuenta kilómetros de ancho, el Mar de Cortés se presenta como una región
costera enmarcada entre dos sistemas montañosos, la sierra de Baja California y
la Sierra Madre Occidental, motivo por el cual el clima que prevalece en la zona
desde el Sur de Sinaloa hasta el delta del rio Colorado es de corte continental más
que oceánico, presentando amplios cambios de temperatura tanto anual como
diurna.89

Este micro clima ha favorecido al desarrollo de especies marinas con alto valor en
el mercado de consumo. En este sentido a nivel biológico, el golfo de California se
puede considerar como un sistema subtropical con variaciones a templado en el

87
Rick Brusca, “Macrofaunal diversity in the Gulf of California” en: J.L. Carton, Biodiversity, ecosystems and
conservation in northern Mexico, Oxford University Press, Oxford, 2005, pp. 179-202
88
L.S. Morgan, S. Maxwell, F. Tsao, Áreas Prioritarias Marinas para la Conservación, Baja California al mar de
Béring, Comisión para la conservación ambiental y Marine Conservation Biology Institute, Montreal, 2005
89
Tara Wilkinson, Ed Wiken, Ecoregiones Marinas de América del Norte, Comisión para la Cooperación
Ambiental, Montreal, 2009, p.98

63
cual se dan las condiciones necesarias para que se presente una alta
productividad primaria que aparece en grandes poblaciones de sardinas monterrey
y crinuda (o arenque de hebra) y muchas especies de anchovetas (anchoa,
anchovia, engraulis)90 el desarrollo de estas especies se ha convertido en parte
fundamental de una cadena alimenticia que ha permitido tener una actividad
pesquera desarrollada.

Como proveedor de especies con valor comercial, el golfo de California no tiene


comparación a nivel mundial. Entre las especies de más valor se encuentran:
camarones azul, blanco y café; jaiba (cangrejo azul); caracoles Murex, callo de
hacha; calamar gigante, anchoveta norteña; sardinas monterrey, japonesa,
crinuda, machete; pargo amarillo, colorado, flamenco; corvinas, berrugatas;
dorado, atún amarillo, atún azul, pez vela; y un centenar de especies más que
encuentran mercado al interior del país, y en países como Estados Unidos y
Japón.91

Sin embargo, pese a la riqueza en cuanto a especies comerciales se refiere, la


mayor riqueza biológica que presenta el golfo es a nivel de diversidad endémica.
Se calcula que habitan las aguas del mar de Cortés: 4500 especies de
invertebrados, 271 especies de peces de arrecife coralino, 28 especies de
cetáceos, 30 especies de mamíferos marinos, 5 especies de tortugas marinas, 875
especies de peces, 450 especies de macroalga. Sumado a esta diversidad, se
asegura que la verdadera importancia del golfo radica en la forma compleja de
cadenas alimentarias que se presentan entre estas especies.92

Si bien la importancia del golfo reside en el espacio oceánico diversificado que


conforma, no sólo debe de comprenderse como una franja marina, por el contrario
las zonas desérticas, valles y sistemas fluviales que contextualizan al litoral son
fundamentales en la conformación biológica y social del golfo, de ahí que a nivel

90
Ibíd, p. 99
91
Ibíd, p.101
92
Enric Sala, “The wealth of Undersea Life” en Gil Robles, The Gulf of California. A World Appart, Toppan
Printing Co., Japón, 2001

64
demográfico la costa no sea la zona con mayor densidad poblacional dentro de la
región.

Para autores como E. Ezcurra, la heterogeneidad ambiental del territorio


continental que rodea al golfo nutren al mismo de una variedad de climas que van
desde lluvias invernales tipo mediterráneo hasta las lluvias de verano tipo monzón
en el estado de Nayarit, con temperaturas que varían desde el punto de
congelación hasta los 48°C.93 Esta variedad permite que las interacciones
climáticas de las zonas terrestres y marinas generen micro sistemas biológicos
con una alta productividad a nivel económico.

Estas interacciones suceden en gran medida dentro de la cuenca marina de la


región, en particular las zonas que están ligadas a las influencias fluviales, como
los humedales y su relación con los deltas de grandes ríos. Esteros, bahías,
humedales se presentan como proveedores de agua dulce e incubadoras para
una gran cantidad de especies de los ecosistemas marinos.

Es a partir de esta característica de la región que este se vuelve de vital


importancia para la economía del país, pero también se presenta como la principal
problemática para la sobrevivencia biológica de los ecosistemas. El crecimiento
desmedido de actividades como la agricultura que de manera sistemática desvía
recursos hidráulicos para las tierras de cultivo limitando el abastecimiento de agua
dulce a los humedales; el desarrollo de la acuacultura que obtiene larvas de
especies de los mismos sistemas ha venido a mermar de manera radical tanto la
productividad primaria como el propio equilibrio ecológico del golfo.

93
E.M. Ezcurra, “Conservation and Sustainable use of Natural Resources” en Baja California: An Overview.
Briefing prepared for San Diego Dialogue’s Forum Fronterizo series, San Diego, 1998. (disponible en
http://sandiegodialogue.org/pdfs/)

65
2.2. Entorno económico del golfo de California

Al ser una zona que geográficamente se encuentra separada del resto del territorio
nacional por la sinuosa Sierra Madre Occidental, la región del golfo de California
tiene un origen previo a la colonia. Numerosos son los vestigios que se tienen de
las relaciones que se establecían entre los diversos grupos prehispánicos que
habitaron la zona, así como numerosas las huellas sobre su relación con el propio
entorno natural. La llegada de la colonia española y los primeros años del México
independiente significarían un desarrollo en las actividades económicas que se
establecerían en la región dotándola en mayoría de un carácter marino-mercante
en función de los mercados tanto español durante la colonia como de Estados
Unidos durante el siglo XIX.

Pablo Wong y Shoko Doode, establecen que se pueden encontrar tres micro-
regiones litorales socio-históricas dentro del golfo de California: 1) Una que
comprendería Sinaloa y el centro-sur de Sonora, que cuenta con la mayor
densidad demográfica y que está relacionada con la actividad mercante y
pesquera desde el Siglo XVIII de la región. Es una zona de humedales asociados
a su vez con zonas deltáicas de grandes ríos. 2) La región abarca la zona norte de
Sonora y los litorales de Baja California, incluyendo la zona de las Grandes Islas.
Posee densidad demográfica menor y su desarrollo se refiere al despunte de la
pesca comercial en el siglo XX, a excepción de los grupos prehispánicos (Seris).
Por último, la región 3) comprendería la Baja California Sur, con menor densidad
de población y un puerto mercante de antigüedad, La Paz y pequeños
asentamientos ligados a la pesca comercial del siglo XX. 94

Pesé a la tipificación de estas regiones socio-históricas, los investigadores afirman


que durante las últimas décadas se ha venido gestando un redimensionamiento de
la región del golfo, que ha puesto al noroeste costero de México en un lugar
central dentro de las expectativas de desarrollo económico dentro del país. Este

94
Shoko Doode, Pablo Wong, “El Golfo de California: Surgimiento de Nuevos Actores Sociales,
Sustentabilidad y Región” en Revista de Estudios Sociales No. 21, Centro de Investigación en Alimentación y
Desarrollo, México, 2001

66
fenómeno ha traído consigo la aparición de una zona de integración no sólo entre
las localidades pertenecientes a la región costera, sino en general de las
principales ciudades pertenecientes a los estados de la República que convergen
en esta región.95

En la actualidad encontramos una región ampliada con un alcance económico


gestado a través del tiempo y la geopolítica, que alberga ciudades en procesos de
desarrollo económico como: Tijuana, Mexicali, Hermosillo, Ciudad Obregón,
Guaymas, Puerto Peñasco, La Paz Culiacán, Mazatlán y Los Mochis; y que
además presenta un crecimiento demográfico acelerado por el propio crecimiento
de las ciudades y por un gran número de población migrante del sur del país que
han traído consigo estos procesos de desarrollo.

Siguiendo el pulso económico de estas localidades encontramos que han


establecido lógicas de desarrollo a partir de la especialización de su producción,
Luis Sánchez Carmona, clasifica este fenómeno de la siguiente manera:

En los estados del noroeste que conforman la Región del GC que existe una
especialización regional: pesca de escama y sal en la península de Baja California;
captura y cultivo de camarón en Sonora y Sinaloa; agricultura (trigo, sorgo, caña
de azúcar, arroz, legumbres) en el sur de Sonora y Norte de Sinaloa, y en algunas
porciones de la Península; Ganadería en el norte de Sonora, y tabaco en Nayarit.
Este sistema de especialización regional tiene una estrecha dependencia con el
mercado de los Estados Unidos y en menor proporción con el resto del país 96

Es posible notar que el autor sólo se enfoca en aspectos primarios de la


producción, dejando de lado aquellas actividades que tienen que ver con la
industria – en particular con la maquiladora – y aquellas actividades relacionadas
al sector terciario como el turismo y la actividad mercante. En este sentido
encontramos en el norte de Sonora y Baja California un amplio desarrollo de la

95
Ibíd, p.15
96
Luis Sánchez, Manifestación de impacto ambiental, en su modalidad regional para el plan maestro de la
escalas náuticas singlar, Centro de Planeación, México, 2003

67
actividad maquiladora; mientras que en el sector servicios encontramos una
vocación turística en toda la franja costera desde Puerto Vallarta y la Riviera
Nayarita hasta Los Cabos en la punta sur de la península de California.

Mapa 1. Principales Ciudades Zona Económica Golfo de California

Fuente: construcción propia

En lo que respecta a la actividad de comercio marítimo, ésta es quizá la actividad


que históricamente ha jugado un papel más determinante entre las diferentes
zonas económicas de la región, siendo el principal detonante para la aparición de
68
ciudades como Guaymas, Mazatlán y Topobolobampo. Si bien, en la actualidad
sigue siendo pieza fundamental en el desarrollo de la dinámica económica
encontramos que la diversificación de los puertos del golfo ha dejado a Mazanillo
(Colima) como el principal puerto comercial del Pacífico Mexicano.

El golfo de California se presenta como un engranaje complejo a nivel económico,


político y social, a partir del cual se pueden construir diversas regiones desde el
punto de vista de su especialización productiva. Sin embargo, estas regiones se
encuentran parcialmente determinadas por la los aspectos geográficos, físicos y
biológicos que el golfo en su conjunto representa, de esta manera se hace un
recuento que tipifica a partir de la vocación productiva las meso regiones que
componen al golfo de California.

2.3. Conformación histórica de la Región-Producción Pesquera: Mazatlán

2.3.1. Mazatlán: perfil económico y territorial

El puerto de Mazatlán se localiza en la zona sur del estado de Sinaloa. En la


actualidad la localidad cuenta con cerca de medio millón de habitantes, siendo así
la segunda población con mayor población dentro de su entidad federativa, sólo
por detrás de Culiacán. En el contexto de la región del Golfo de California, la
ciudad de Mazatlán ocupa el quinto lugar poblacional sólo detrás de Tijuana,
Hermosillo, Mexicali y Culiacán; en este sentido cabe resaltar que Mazatlán es la
ciudad costera con mayor índice poblacional dentro del noroeste mexicano.97

El puerto se encuentra localizado en el municipio del mismo nombre lo que le da


acceso al sistema de la Sierra Madre Occidental por un lado y a las aguas del
Golfo de California por otro. Pese a su cercanía con un sistema de sierras altas, el
clima que presenta el puerto es tropical semi-humedo con una temperatura media
anual de 26° y un factor de humedad cercano al 90%. Dadas las condiciones

97
INEGI, Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI,
http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/ExportaIndicadores.aspx?ag=26029&nent=Sonora&nmun
=Guaymas&lang=es&src=487&sec=0

69
climáticas de la localidad, esta no ha logrado desarrollar de manera profunda
economías agrícolas siendo sus principales actividades las relacionadas con la
pesca.

En lo referente a su perfil económico, en la actualidad la actividad turística ha


logrado posicionarse coma el centro neurálgico de la economía porteña; la
apertura a las inversión extranjera que ha presentado el puerto le ha llevado a ser
considerada como una de las ciudades latinoamericanas con mayor proyección en
esta rama.98 En el ramo pesquero la industria del atún ha logrado superar lo
importancia del camarón en gran medida por la sobre explotación de la segunda
especie y por lo tanto una considerable baja en sus niveles de productividad. Por
último la vocación comercial del puerto ha sido retomando con su inclusión en los
planes federales del llamado Corredor Económico del Norte, proyecto mediante el
cual el puerto sinaloense se concibe como el puerto clave para las exportaciones
de la producción del norte del país hacia el continente Asiático.

2.3.2. Mazatlán en el siglo XIX

El siglo XVIII fue testigo del ascenso de diversos reales de minas en lo que en la
actualidad se denomina como sur de Sinaloa. El Rosario, Pánuco y Cósala,
presentaron un aumento de su producción de metales preciosos, especialmente
plata, durante esta época. El aumento en la productividad de estos centros
mineros generó la necesidad de encontrar una salida natural para su ágil
comercialización con el exterior, es este punto en donde el actual puerto de
Mazatlán encuentra su origen más próximo como una entidad económica.

La apertura comercial y el inicio de actividades económicas como una población


establecida del puerto de Mazatlán se da en el año de 1822, sin embargo, es
hasta 1828 cuando se instala de manera permanente una aduana marítima,
dotando a la localidad de una instancia jurídica que legitimaba su posición dentro
del Pacífico mexicano. Cabe señalar que los primeros intentos de establecer al
98
Sin autor, “Ciudades Latinoamericanas del futuro”, The Financial Times, Londres, 2014.

70
puerto como enclave comercial se dan hacia el año 1813, esto debido a la gran
cantidad de tráfico ilegal de metales precioso que se presentaba.99

Durante los primeros años de actividades portuarias, la localidad no sólo sirvió


como punto natural de salida de las mercancías provenientes de los centros
mineros regionales, sino que además funcionó como eje articulador del mercado
regional fungiendo como abastecedor de productos provenientes de otros países.
Comerciantes ingleses fueron los principales promotores del comercio
internacional en el puerto, el cual se encontraba en un importante circuito
comercial americano teniendo como socio principal al puerto ecuatoriano de
Guayaquil; existen reportes de que Mazatlán no recibía solamente mercancías
americanas sino que además existía una gran presencia de mercaderías
provenientes de India.100

Al igual que otras localidades mexicanas abiertas a la navegación en la década de


1820, el puerto Mazatlán presentaba grandes carencias en su desarrollo como
emplazamiento económico; la falta de población así como las condiciones
climáticas del puerto sinaloense se presentaban como algunas de las principales
problemáticas que impedían su despegue económico. Pese a esto, la afluencia de
buques extranjeros que atracaban en este territorio aumentaba de manera
considerable con el paso de los años y con ello el arribo de comerciantes que se
establecían de manera permanente en suelo mazatleco.

Durante la década de 1830 las condiciones de Mazatlán no mejorarían de manera


considerable, inclusive se tiene registro que hacia el año de 1838 un violento
huracán azotó el puerto generando pérdidas económicas a las casas comerciales
allí establecidas, así como a una embarcación de bandera inglesa.101 Sin
embargo, es en este punto donde podría establecerse que los comerciantes
extranjeros que habían plobado la localidad comenzaron a funcionar a manera de

99
Luis Martínez Peña, “Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910)” en Historia de Mazatlán,
UAS, México, 1988, pp. 92-93
100
Sin autor, “The Mexican Primacy”, New Times London Middlesex, Londres, 08 de marzo de 1827, p. 2
101
Sin autor, Sin título, London Lloyd List, Londres, 07 de junio de 1839, p.3

71
bloque generando condiciones que llevarían a una notable mejora de las
condiciones portuarias apenas un año más tarde.

La década de 1840 trajo para el puerto sinaloense una renovada dinámica


comercial a nivel internacional, el ascenso de la localidad como enclave comercial
del Pacífico superaba las expectativas que el gobierno mexicano tenia. En pocos
años Mazatlán se convirtió en punto de llegada obligatorio para ciertas rutas
comerciales que tenían como destino final puertos en ambas costas de
Norteamérica. En primer lugar se encontraba la ruta que comerciaba especias de
las ciudades asiáticas de Macao y Cantón con la ciudad de Nueva York en el
océano Atlántico.102 En segundo lugar, se encontraba la ruta que transportaba
mercaderías rusas y alemanas hacia los nacientes puertos de California.103

El tráfico de mercancías extranjeras así como la confluencia de metales preciosos


de la región dieron como resultado la llegada de nuevas casas comerciales
provenientes de diferentes latitudes, acentuando así la multiculturalidad que se
respiraba en el puerto. Hacia el año de 1945 la procedencia de las casas
comerciales avecindadas en Mazatlán era de lo más variada siendo Europa la
principal proveedora de estas, marcando así una importante diferencia con el
puerto de Guaymas que en su mayor parte estableció relaciones con Estados
Unidos; las regiones que dotaron al puerto de empresarios fueron: Prusia, Lübeck,
Hamburgo, Francia, España, Suiza, Filipinas, Inglaterra y en menor medida
Estados Unidos.104

La falta de una población local provocó que el puerto mazatleco adquiriera rasgos
culturales diversos, la mayoría del tiempo ajenos a la identidad nacional que se
gestaba a partir de la declaración de independencia del país. La influencia que
ejercían las casas comerciales en el devenir del puerto alcanzaba no sólo la esfera
económica, sino además la política en la medida que la adquiría relevancia a nivel

102
Sin autor, “Latest of the Pacific and from China”, Boston Morning Post, Massachusetts, 02 de enero de
1840, p. 3; Sin autor, “From the Bangor Whing and Courier”, Washington National Intelligencer, Columbia,
03 de febrero de 1840, p. 3
103
Sin autor, “Trades Journal”, Charter, Londres, 09 de febrero de 1840, pp. 1
104
Martínez Peña, “Mazatlán, historia” , op. cit., p.96

72
nacional. Uno de los puntos más significativos de esta característica porteña
fueron las pretensiones separatistas que se gestaron en Mazatlán a mediados de
la década de 1850 cuando a través del patrocinio de las casas comerciales
extranjeras, el capitán Pedro Valdés se hace del control de diversas espacios
cívicos y militares de Mazatlán exigiendo el reconocimiento del puerto como un
estado más de la federación.105

Las condiciones comerciales que trajeron al puerto su primera oleada de


desarrollo no se modificaron de manera considerable hasta la llegada del
Porfiriato, sin embargo, a comienzos de la década de 1860 se presentó un hecho
que sería económicamente relevante para la estructura económica local durante
las siguientes décadas. Motivado por la presencia de minerales como una de las
mercancías más representativas en el comercio del puerto, en el año de 1862 el
señor Francisco Loubet funda la primer y más grande fundidora que se estableció
en Mazatlán;106 la consolidación de esta empresa es uno de los primeros
antecedentes que existen sobre el desarrollo del puerto sinaloense como una
economía en vías de industrialización.

La llegada de Porfirio Díaz al poder desencadenó un proceso de crecimiento


económico en algunas de las principales poblaciones mexicanas, las ciudades
portuarias del noroeste mexicano serían algunas de las más beneficiadas,
principalmente por el tendido de vías ferroviarias dentro de su territorio. Sin
embargo, el ferrocarril no sería una realidad inmediata en el puerto de Mazatlán
como si lo fue en Guaymas, esto no significó que el puerto sinaloense no
presentara mejoras notables en sus condiciones económicas, por el contrario la
tendencia comenzada por la familia Loubet a inicios de la década de 1860 se
materializó en la aparición de una incipiente industria de la transformación así
como la diversificación de los capitales en actividades ajenas a la mercantil.

105
Ibid., p. 100
106
Arturo Carrillo, “Alejandro Loubet y la Industria de la Fundición”, en Historia de Mazatlán, UAS, México,
1988, p. 118

73
De nuevo fueron los miembros de las casas comerciales, como grupo de poder
económico, los que lograron expandir las dimensiones de la dinámica sectorial
porteña. La minería como industria ligada a la actividad comercial así como la
agricultura, fueron algunas de las más importantes fuentes de diversificación. Sin
embargo, fue la industria de la transformación la que llama más la atención ya que
es el periodo del Porfiriato el único espacio histórico temporal en que el puerto de
Mazatlán ha presentado una vocación de carácter industrial.

Entre los años de 1862 y 1904 se constituyeron en Mazatlán una serie de


empresas con actividades relacionadas a la industria de la transformación,
generando con esto un pequeño distrito industrial que atendía de manera interna
algunas de las necesidades básicas de la región. En total fueron doce las
compañías que se instalaron, en su mayoría con capitales provenientes de las
casas comerciales que accionaban en el puerto desde la década de 1940. Mezcal,
cerveza, metalmecánica, textil, Muebles, zapatos, ladrillos, cigarros, jabones,
cceites, velas y cerillos eran algunas de las mercancías que se producían de
manera local.107

2.3.3. La economía mazatleca de principios del siglo XX

El arribo del siglo XX no significó un cambio considerable en la dinámica


económica del puerto de Mazatlán, sin embargo, el desarrollo que este presentó
durante los primeros años del gobierno de Díaz, ocasionaron que el enclave del
sur de Sinaloa estuviera en la mira de inversionistas extranjeros que veían un gran
potencial en esta localidad. Así, durante los primeros años de la década de 1900
es cuando se presentan los primeros planes para incluir al puerto dentro de la ruta
del ferrocarril Southern Pacific; la compañía ferrocarrilera estadounidense que ya
operaba en el estado de Sonora, contemplaba extender su red hasta la ciudad de

107
Arturo Román, “El Comercio en Mazatlán Durante el Porfiriato (1877-1910)”, en Historia de Mazatlán,
UAS, México, 1988, p. 177

74
Guadalajara, por lo tanto los poblados sinaloenses de El Fuerte, Mocorito, San
Ignacio, Cósala, Culiacán y Mazatlán serian beneficiados.108

El desarrollo portuario de la localidad no sólo le llevó a convertirse en un punto


neurálgico para el intercambio de mercancías a nivel regional, las condiciones
geográficas que presentaba lo situaban como una alternativa para la movilización
de productos provenientes de estados localizados en la zona centro de los
Estados Unidos como el caso de Missouri. El aumento en las exportaciones hacia
el continente asiático, así como su lejanía con el Pacífico, orilló a los empresarios
de esta zona a buscar en los puertos mexicanos una salida alternativa para sus
mercancías; de esta manera durante los siguientes diez años, los puertos de
Manzanillo y Mazatlán se convirtieron en puntos estratégicos para el comercio
internacional de ciudades como St. Louis y Kansas City.109

La naciente relación entre el puerto sinaloense y el estado americano de Missouri


aumentó el posicionamiento que Mazatlán tenía dentro del panorama comercial a
nivel internacional. Durante el otoño de 1901, la gestión de empresarios
manufactureros norteamericanos y mexicanos trajo como consecuencia la
instauración de una ruta comercial que uniría a los puertos de Hamburgo en
Alemania y San Francisco en Estados Unidos. Este circuito mercantil, que se
presupuestaba tuviera una periodicidad mensual, tenía como puntos intermedios
los puertos de: Londres (Inglaterra), Amberes (Bélgica), Acapulco y Mazatlán
(México); la empresa encargada de esto sería la Kosmos Steamship Company.110

Pese a lo relevante del crecimiento que presentó la actividad ultramarina del


puerto durante el inicio de siglo, el hecho económico de mayor relevancia de la
época fueron los planes que empresarios pesqueros de New York desarrollaron en
torno al puerto sinaloense. Pese a que el inicio de la pesca comercial se presenta
en los años veinte de la mano de pescadores yanquis y japoneses, en el año de
1901 industriales pesqueros de la costa este de Estados Unidos presupuestaron la

108
Sin autor, “Extension in Mexico: Southern Pacific to Build from Ortiz to the Port of Mazatlan”, New York
Times, New York, 03 de febrero de 1901, pp. 2
109
Sin autor, “For a New Pacific Port”, Kingstone Gleaner, Jamaica, 12 de junio de 1901, p. 1
110
Sin autor, “Mexican Matters”, Grapevine Sun, Texas, 05 de octubre de 1902, p. 2

75
construcción de una empacadora y enlatadora de pescado y camarón para el
aprovechamiento e importación de la riqueza marina que existía entre las costas
de Mazatlán y Tepic.111 Durante los años siguientes, los puertos pertenecientes al
Golfo de California se caracterizarían por convertirse en un distrito pesquero que
les llevó a posicionarse como la región de mayor producción de camarón a nivel
mundial.

La prosperidad porteña no cesó durante el primer decenio del siglo XX, por el
contrario las ciudades con las que Mazatlán establecía comercio aumentaron de
manera considerable. La relación que se tenía con la empresa alemana Kosmos
permitía a la ciudad sinaloense mantener relaciones constantes con los países
bañados por las aguas del Mediterráneo, por otro lado el ascenso de New York
como una de las ciudades con mayor poderío económico hizo que esta aumentara
el número de sus transacciones comerciales beneficiando a Mazatlán por su papel
de puerto intermedio entre el comercio de América y Asia; algunos de los puertos
a nivel mundial con los que Mazatlán estableció relaciones fueron: Honolulu, Hong
Kong, Melbourne, Callao, Valparaíso, Panamá, Gdansk.112

El arribo del Southern Pacific en el año de 1909 amplió las expectativas de la


región en cuanto a las actividades que podía desarrollar. El ser un punto de
encuentro entre comerciantes a nivel internacional y tener riqueza marina eran dos
aspectos conocidos en el puerto, sin embargo, la idea de ser adoptado como un
puerto turístico puede tener su primer antecedente en el año de 1909. Con una
promoción de su estructura pintoresca, así como la existencia del segundo faro
natural de mayor tamaño, diarios en toda la unión americana hacían referencia al
nuevo puerto mexicano accesible a través del tren del Pacífico.113

111
Sin autor, “Mexico to Have Fish Canneries”, North Adams Transcript, Massachusetts, 13 de julio de 1901,
p. 2
112
Sin autor, “General View of the Harbor of Salina Cruz”, Defiance Express, Ohio, 09 de febrero de 1909, p.
2
113
Sin autor, “Children Cry For Fletcher´s”, Logansport Pharos Tribune, Indiana, 07 de junio de 1909, p. 7

76
2.3.4. La revolución en Mazatlán

Comercio, Industria y una potencial industria turística se vieron detenidas con el


estallido de la revolución mexicana. Aun y cuando los conflictos que se
presentaron en la localidad no tuvieron la relevancia que los de otras latitudes de
la República, para una economía que dependía en su totalidad de la actividad
comercial y más aún, de su reciente incursión en la línea ferroviaria más
importante del noroeste del país, este tipo de sucesos representaba un retroceso
notable en sus condiciones económicas.

Los primeros años del conflicto armado no representaron un problema mayor para
la población y economía porteña. La presencia de una cantidad considerable de
comerciantes norteamericanos hacáa que los sucesos acontecidos en la ciudad
sinaloense cobraran más relevancia; de esta manera, ante la toma de la plaza por
parte de los insurgentes que se traducían en saqueos de comercios y el incendio
de las instalaciones de un periódico local114, el gobierno de Estados Unidos emitía
un boletín sobre la situación crítica de Mazatlán instando a sus ciudadanos a
abandonar el puerto de manera inmediata; mucha de la inversión extranjera que
sustentaba la dinámica del puerto se perdió durante los primeros años de
contienda.115

Al estado de pánico sufrido por los empresarios norteamericanos durante el inicio


del conflicto, siguieron años de relativa calma para el puerto y aunque la dinámica
social porteña sufrió afectaciones importantes no se presentó una destrucción total
de la estructura o infraestructura económica de la localidad. Sin embargo, los
conflictos que se siguieron presentando representaron baches para el correcto
desarrollo de Mazatlán. El sitio que la ciudad sufrió entre los años de 1913 y 1914,
fue el punto más álgido del conflicto para la población local, sin embargo, esta no
detuvo su accionar comercial.116 Incontables son los registros de desembarcos

114
Alonso Martínez Barreda, “La revolución Mexicana en Sinaloa y su Impacto en Mazatlán” en Historia de
Mazatlán, UAS, México, 1988, pp. 293
115
Sin autor, “Fire Storm”, Colorado Springs Gazette, Colorado, 14 de abril de 1911, p. 2
116
Alonso Martínez Barreda, “La revolución Mexicana en Sinaloa”, op. cit.

77
comerciales en el puerto que siguió siendo un punto constante en las rutas que
zarpaban de los puertos estadounidenses de San Francisco y New York.

Pese a lo anterior, es importante matizar el aparente estado de calma en el que se


encontraba el puerto durante los primeros años de conflicto, si bien éste no sufrió
grandes ataques o hambrunas como sí los padeció el puerto sonorense de
Guaymas, no todas las actividades mantuvieron estable sus comportamientos.
Como se mencionó anteriormente, el impacto del conflicto tuvo un importante
grado de afectación en cuanto a la confianza que los inversionistas tenían sobre el
puerto; los informes constantes sobre posibles ataques a la localidad generaban
un entorno de inestabilidad que orilló a ciertas cúpulas económicas a tomar la
decisión de trasladar sus capitales a otros puertos.

Como se ha mencionado al principio de este apartado fue el año de 1914 el de


mayor tensión política dentro de la localidad. En este contexto las instituciones
bancarias residentes en el puerto decidieron cerrar sus puertas y trasladar sus
valores a otras ciudades. Gustavo Aguilar establece que instituciones como Banco
Nacional de México y Banco Occidental de México trasladaron sus reservas físicas
a las ciudades de Colima y San Francisco respectivamente. La fuga de capitales
que se presentó en Mazatlán se manifestó en acciones desesperadas por parte de
algunos de los involucrados, diversos historiadores dan cuenta de empresarios
que al sentir en riesgo su vida decidieron emprender viajes con valiosos
cargamentos o de instituciones bancarias que recurrieron a la quema de billetes
con el objetivo de evitar saqueos por parte de alguna de las facciones
involucradas en el conflicto armado.117

El sistema bancario mazatleco de principios de siglo XX era el de mayor tamaño


del estado de Sinaloa y su radio de influencia afectaba no sólo la economía del
puerto sino la de toda la región, por tal motivo la pérdida parcial de éste significó
un estancamiento para la generación de nuevas inversiones ante la carencia de

117
Gustavo Aguilar, Banca y Desarrollo Regional en Sinaloa, 1910-1994, UAS/Difocur/Plaza y Valdés, México,
2001, pp. 115-122; Oses Cole, Banco Occidental de México, 1879-1981. Apuntes para su Historia, Impresos
Nueva Galicia, Guadalajara, 1996; Arturo Román, La Economía del Sur, op. cit., pp. 109-110

78
nuevas líneas de crédito por un lado y la falta de circulante para llevar a cabo las
transacciones comerciales internacionales que dotaban al puerto de vida
económica.

El desarrollo de una banca local fue uno de los principales rasgos del desarrollo
económico mazatleco. Al contar con un sistema financiera local, la diversificación
económica se presentó como una constante, misma que se vio interrumpida con la
propia interrupción de las actividades bancarias. La industria de la transformación
fue quizá la actividad con un mayor grado de afectación por este motivo. La falta
de nuevos créditos productivos impidió que la prominente industria mazatleca
continuara un proceso franco de expansión.

Arturo Román establece que la caída de la actividad industrial en el puerto


sinaloense se debió a una desarticulación del mercado regional del cual
participaban los estados mexicanos de Sonora, Nayarit, Durango, Chihuahua, así
como a un aumento en el precio de las importaciones y por ende en los costos de
producción.118 De esta manera, la pérdida de financiamiento local venía a agravar
la situación de los productores manufactureros locales quienes prefirieron
trasladar sus capitales a actividades con un menor de exigencia a nivel
económico; la perdida de una prometedora industria caló de manera profunda en
las autoridades locales quienes de manera infructuosa trataron de reactivar la
rama económica con exenciones de impuestos y facilidades para los industriales.

2.3.5. Economía mazatleca posterior a la revolución

La estabilización del conflicto armado hacia el año de 1916 trajo consigo un


resurgimiento de aquellas actividades que habían generado las condiciones para
que el puerto se desarrollara previo al inicio del movimiento. Pese a que el daño
en las diferentes ramas económicas de la localidad era de consideración no era
irreparable. De esta manera, la reactivación de los centros mineros en el sur del
estado significó la reanudación del tráfico de metales preciosos a través del puerto
118
Ibíd.

79
de Mazatlán. Aunque el comercio internacional nunca se detuvo dentro de la
localidad, el número de mercancías regionales que se intercambiaban en este
territorio había disminuido de manera considerable, motivo por el cual la
reactivación de la región eran grandes noticias para la economía porteña.

Para finales del mismo año los trabajos que pondrían a punto de comercio al
puerto de Mazatlán comenzaban a aparecer. El desarrollo de nueva infraestructura
que se adecuara a la aparición de embarcaciones de mayor calado fueron los
primeros síntomas de mejoría en la actividad.119 La activación del comercio con las
ciudades que se encontraban traspasando la sierra madre ocasionó que los
nuevos gobiernos vieran en Mazatlán un punto clave en la modulación de un
nuevo mercado interno, por este motivo se trazaron planes por montos cercanos a
los treinta y cinco millones de pesos con los cuales profundizarían de manera
inmediata el canal de navegación mazatleco.120

La atención recibida por parte del gobierno y la iniciativa privada ante el aumento
del tráfico marino dentro del puerto no se tradujo solamente en una expansión de
su estructura e infraestructura económica. La apertura de una escuela naval que
respondiera de manera inmediata a las necesidades profesionales de localidad,
habla de un proceso de desarrollo endógeno capaz de generar condiciones
institucionales que brindaron la posibilidad de auto reproducción de las
condiciones económicas internas; cabe mencionar que en la zona del Golfo de
México se presentó la apertura de una escuela naval en la ciudad de
Campeche.121

Retomando la idea de que fue a partir de la reapertura de los centros mineros


aledaños, como el puerto de Mazatlán logró reactivar su dinámica económica,
encontramos que esta tendencia permaneció como una constante hasta mediados
del siglo XX. Aun y cuando las cargas minerales que pasaron por la logística
porteña fueron importantes, el hecho más relevante que se apreció en torno a la

119
Sin autor, Sin título, Globe Arizona Silver Belt, Arizona, 01 de noviembre de 1916, p. 4
120
Sin autor, “Pacific Coast Traffic”, Galveston Daily News, Texas, 05 de noviembre de 1916, p. 27
121
Sin autor, “Mexico to Open New Naval Schools Soons”, Eau Claire Leader, Wisconsin, 16 de mayo de
1917, p. 3

80
actividad tiene que ver con la aparición de inversión productiva y en infraestructura
en torno al puerto.

Como se verá en los siguientes párrafos, la creación de infraestructura para el


comercio internacional logró dinamizar no sólo el tráfico marítimo de la producción
minera, sino que además permitió el desarrollo de economías como la agrícola. En
lo referente a las minas, uno de los puntos más altos en cuanto a la importancia de
la actividad dentro de territorio porteño (no en los centros mineros alrededor) fue la
construcción de una fundidora que permitiera procesar la producción de la región.
Con la participación de empresarios Belgas y una inversión cercana a los
trescientos mil dólares, esta fundición estaba considerada como una de las
modernas del continente, permitiendo así un mayor nivel de competitividad a la
producción mineral de la región.122

Pese a haber sido el comercio de productos mineros la principal actividad del


puerto tras la revolución mexicana, el flujo mercantil local siguió bajo control de
casas comerciales en su mayoría extranjeras. A la participación europea se le
unieron Estados Unidos y China como las naciones con representantes
comerciales de mayor peso en territorio porteño, ante el aumento de
multiculturalidad en la región le sobrevino un desdoblamiento de las mercancías
comerciadas, eso y el aumento en los mercados internacionales producto del
propio desarrollo del sistema.

Desde partes de automóviles hasta ganado era posible ver en las zonas de
descarga mazatleca entrada la década de 1920, sin embargo, el flujo internacional
de productos agrícolas fue la actividad que le siguió en importancia al comercio
minero. Entre los años de 1915 a 1920 durante la primera parte de la reactivación
económica local, el puerto se convirtió en la salida natural para la producción
agrícola de la región, sin embargo, este repunte del comercio primario se presentó
acompañado de un aumento y diversificación en la tierra de cultivo en las
inmediaciones del puerto.

122
Sin autor, “New Mexican Lead Smelter Ready for Operation in August”, Miami New Records, Florida, 25
de marzo de 1928, p. 13

81
De nuevo, la presencia de empresarios estadounidenses se volvió vital en el
repunte económico porteño. Las giras de éstos en territorio del sur de Sinaloa se
convirtieron en una constante, la búsqueda de espacios propicios para la siembra
era su principal prioridad. Dos ejemplos de esta participación se dieron en los años
de 1917 y 1920. El primero de ellos da cuenta de un empresario californiano que
comienza con la producción de tomate en la zona de Mazatlán;123 el segundo de
ellos, se trató de al menos una treintena de granjeros de Arizona que mudaron su
residencia 60 km., al sur de Mazatlán para explotar el potencial frutícola de la
región.124

Los años posteriores a 1920 y hasta el arribo de diversas pesquerías como


algunas de las principales actividades de la región en la década de 1930, la
actividad agrocomercial establecida en el puerto de Mazatlán no presentó
modificaciones severas. La tendencia al aumento de productos transportados y
producidos en sus inmediaciones era constante, de esta manera bienes como el
algodón y el agave se convirtieron en piezas clave dentro de las exportaciones
porteñas.

En el caso del algodón se tiene que la inversión de empresarios chinos comenzó a


detonar la producción nacional, si bien, los productores mexicanos se vieron
afectados ante esta situación, la necesidades de los orientales de trasladar el
algodón a su país de origen permitía que Mazatlán aprovechara su situación
geográfica como puerta de salida de mercancías nacionales al mercado
asiático.125 En el caso del agave, se estima que durante la década de 1920 las
exportaciones anuales promedio de la fibra resultante de la producción de mezcal
y tequila locales, ascendían a diez mil toneladas; aunque con una producción local
menor a la fibra de agave, se tiene registro que los agricultores de la región

123
Sin autor, “Coming After Tomato Seed”, Syracuse Lake Wawasee Journal, Indiana, 05 de septiembre de
1917, p. 5
124
Sin autor, Sin título, Abilene Daily Reporter, Texas, 17 de diciembre de 1920, p. 1
125
Sin autor, “Chinese Coming Over From Mexico Will Be Menace to Farmers”, Amarillo Daily News, Texas,
25 de febrero de 1928, p. 21

82
participaron en producción y comercialización internacional de fibras de cultivos
como henequén y sisal.126

Esta continuidad en la vida mercante del puerto sinaloense se traduciría en un


aumento significativo de su infraestructura portuaria durante las décadas de 1930
y 1940. La conectividad comercial que alcanzó a desarrollar a través de las vías
ferroviarias durante primera parte del siglo XX, se vio homologada por la
construcción de carreteras que permitieron ampliar el mercado regional al cual
tenían acceso los comerciantes avecindados en Mazatlán; la construcción de un
sistema carretero que conectó al puerto con las ciudades de Matamoros,
Monterrey, Saltillo, Torreón y Durango, se convirtió en una de las piezas claves
para la consolidación de la localidad como una de las economías más importantes
del país.127

2.3.6. Mazatlán y los atisbos de una nueva economía

Pese a las ventajas comparativas con las que contaba Mazatlán como potencial
destino turístico, las condiciones cinegéticas de Guaymas captaban la atención del
mercado estadounidense. Sin embargo, el aumento en el comercio internacional
del puerto sinaloense sirvió como escaparate para que viajeros, principalmente de
Estados Unidos, visitaran la localidad con fines lúdicos antes que mercantiles.
Aunque la presencia de norteamericanos en la fiesta de carnaval data desde
finales del siglo XIX, es hasta la década de 1920 cuando se presenta un registro
de expediciones que de manera explícita visitaban la ciudad por este motivo. 128
Aun y cuando Mazatlán aprovechaba su situación geográfica en medio de
Guaymas y Tepic, que tenían una mayor tradición turística, el proceso de
renovación económica comenzaba a gestarse en la figura del sector servicios.

126
Sin autor, “A Mexican Los Angeles”, Dubuque Telegraph Herald And Times Journal, 05 de junio de 1928,
p. 14
127
Sin autor, “Mexican Road to Start Soon”, San Antonio Light, Texas, 12 de octubre de 1929, p. 1
128
Sin autor, “Excursión Planned”, Yuma Sun, Arizona, 20 de enero de 1921, p. 5

83
Acentuando la idea de una posición estratégica en las vías de comunicación de la
costa oeste de los Estados Unidos con los centros turísticos y económicos de
México (Guaymas, Guadalajara, Tepic, Ciudad de México) existen registros de
expediciones no turísticas que azarosamente se encontraban con el puerto
sinaloense, generando con esto promoción de boca a boca que acrecentaba la
percepción positiva como destino turística del puerto en el país del norte; grupos
de estudiantes de Arizona que se dirigían a la ciudad de México y se detenían en
Mazatlán para practicar turismo de playa fueron una constante durante los
primeros años de la década de 1920.129

La sana interacción que existía entre el gobierno local y la iniciativa privada


porteña permitió respuestas inmediatas y activas a los estímulos que el mercado
tenía sobre la economía local. El creciente interés de viajeros estadunidenses de
visitar el puerto con fines de ocio se tradujo de manera casi inmediata en
campañas publicitarias a nivel internacional que exaltaban las virtudes naturales
de la región así como también el potencial económico de la misma. Si bien, el
puerto contaba con una infraestructura que le permitía solventar la demanda
turística, esta no se encontraba desarrolla de manera exprofeso para esta
actividad. En el año de 1927 a través de la construcción de dos malecones,
aparece uno de los primeros registros que se tiene sobre el desarrollo de
infraestructura propia de la actividad turística.130

Por el lado de la promoción turística el hecho más relevante que se presentó, y


quizá el que termina por legitimar la figura de Mazatlán como destino, fue el uso
de escenarios locales para la filmación del filme estadounidense Shipwrecked en
el año de 1925. Producción de la compañía Metropolitan y teniendo como estrella
principal a Seena Owen, los realizadores de esta cinta priorizaron sus grabaciones

129
Sin autor, “Co-eds Haled From Beach to Mexican Court”, Oakland Tribune, California, 09 de julio de 1921,
p. 4
130
Sin autor, “Actividades en la Mejora de los Puertos”, Laredo Daily Times, Texas, 02 de marzo de 1927, p.
5

84
en el puerto de Mazatlán por encima de puertos mexicanos y norteamericanos
más cercanos a California como Monterrey, Ensenada, Guaymas.131

Las décadas posteriores a 1920 mostrarían un aumento significativo en la


actividad turística de Mazatlán, la popularidad del puerto en el mercado
norteamericano se acrecentó en la medida en que aumentaron las vías de acceso
a la localidad. Al ferrocarril en la costa oeste y al sistema carretero que unía a la
costa este se sumó el arribo del transporte aéreo en la década de 1930; numerosa
era la oferta aérea por parte de agencias de viajes norteamericanas que veían en
la bina de Mazatlán y Durango un mercado lucrativo.132

A diferencia de otros puertos mexicanos localizados más al norte dentro del Golfo
de California como Guaymas, Puerto Peñasco y Topolobampo, la actividad
pesquera en Mazatlán no fue una realidad hasta entrada la década de 1930. Uno
de los pocos registros que se tiene de esta actividad durante los años veinte, se
da en 1927 cuando algunos pesqueros norteamericanos buscan refugio en el
puerto ante los estragos que ocasionó un huracán.133 Pese a que las aguas
cercanas a Mazatlán eran lugar de captura de diferentes especies, estas
embarcaciones no tenían su centro de operaciones en el puerto, motivo por el cual
no se puede considerar a la pesquería como una actividad con presencia local.

La llegada de diversas pesquerías a Mazatlán se da de manera formal en la


década de 1930; tras diez años de actividades regulares en las aguas del Golfo de
California, las pesqueras norteamericanas y japonesas comenzaron a ver en la
localidad sinaloense una base de operaciones y no sólo un punto de
abastecimiento. De esta manera en el año de 1937, la cooperativa de producción
pesquera Mazatlán, firma un contrato de participación con Cía. Suisan Kaisha
Maru de Japón; a través del cual la compañía le proporcionaba a la cooperativa

131
Sin autor, “Seena Oween is Off”, Davenport Democrat And Leader, Iowa, 21 de marzo de 1926, p. 5
132
Sin autor, “Travel Mexico By Air: Carnival Week”, Brownsville Herald, Texas, 24 de febrero de 1930, p. 8
133
Sin autor, “Great Tidal Wave on Mexican Coast”, Emporia Gazette, Kansas, 13 de septiembre de 1927, p.
1

85
tres naves a cambio de la compra de todo el producto. Esta misma cooperativa
lograría la compra de su primera nave en el año de 1941.134

2.4. Conformación histórica de la Región-Producción Pesquera: Guaymas

2.4.1. Guaymas: perfil geográfico-territorial

Localizada en la costa norte del Pacífico mexicano, Guaymas es una ciudad y


puerto perteneciente al estado de Sonora. Con una población ligeramente superior
a los cien mil habitantes, la también cabecera municipal del municipio del mismo
nombre es la quinta ciudad con mayor población del estado por detrás de
Hermosillo, Ciudad Obregón, Nogales y San Luis Rio Colorado. Sin embargo, las
ciudades de Guaymas y Empalme suelen ser consideradas como una zona
metropolitana por lo que sus poblaciones combinadas situarían a éstas con una
población ligeramente superior a los 150,000 habitantes.135

El puerto se encuentra localizado en el Valle Guaymas rodeado por un sistema de


sierras bajas (Bacatete y Santa Ursula) y por el Mar de Cortés. La mezcla de
estos ecosistemas genera las condiciones para la aparición un clima seco cálido
que va de los 15° a los 41° con una humedad cercana al 90%. Dadas las
condiciones climáticas de la localidad, esta presenta un uso del suelo
principalmente agrícola y una actividad pesquera prolífica.136

En lo referente a su perfil económico, en la actualidad la actividad pesquera sigue


siendo la actividad de mayor importancia dentro de la localidad; desde la década
de 1980 la industrialización y comercialización de la sardina ha sido el motor
principal de la ciudad. Sin embargo, durante los últimos años la baja en la
productividad ha ocasionado que la economía guaimense vire sus inversiones a la
134
Sin autor, “Nace el cooperativismo pesquero con el grupo Pescadores de Mazatlán”, El sol del Pacífico,
México, 2 de enero de 1962, p. 1
135
INEGI, Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI,
http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/ExportaIndicadores.aspx?ag=26029&nent=Sonora&nmun
=Guaymas&lang=es&src=487&sec=0
136
Guadalupe Borgo Valdez, Modelación del avance de la intrusión salina en el acuífero del Valle de
Guaymas utilizando el programa SHARP, Tesis de Licenciatura, UNISON, 2002, pp. 26

86
industria maquiladora y al turismo; en el caso del turismo, ha sido la población
cerca de San Carlos la que ha presentado un mayor dinamismo de desarrollo, sin
embargo, al igual que sucede con Empalme, esta localidad se encuentra dentro
del campo de influencia de Guaymas.

2.4.2. Guaymas en el siglo XIX

Al igual que otros puertos del Pacífico mexicano, el puerto sonorense de Guaymas
encuentra sus primeros días como ciudad en el primer tercio del siglo XIX. Si bien,
es posible encontrar nociones de su existencia con dos siglos de anterioridad,
estas se refieren a San José de Guaymas, uno de los primeros emplazamientos
españoles en el ahora territorio de Sonora, situado a quince kilómetros al norte de
la bahía de Guaymas. Pese a no ser este asentamiento el puerto objeto de esta
investigación, las actividades que aquí se desarrollaron se encuentran ligadas a la
aparición del puerto como enclave económico.

La aparición del puerto de Guaymas se presenta en la década de 1820 tras la


apertura de una aduana que permitiría el flujo de comercio internacional en la
región. Sin embargo, existen datos acerca de que desde el año de 1808 se
llevaban a cabo ferias comerciales entre empresarios ingleses y norteamericanos
en el poblado de San José.137 De cualquiera de las dos maneras el comercio
internacional, sobre todo aquel relacionado con la minería, seria la actividad sobre
la cual descansaría el devenir histórico del puerto durante sus primeros años de
vida.

Durante los primeros años de vida económica del puerto, fueron los comerciantes
ingleses los que presentaron un mayor número de actividad. Junto con Mazatlán,
San Blas y Acapulco en México, Lima en Perú y Guayaquil en Ecuador, el puerto
de Guaymas pertenecía a un circuito comercial a través del cual los empresarios
ingleses lograban obtener minerales en territorio americano; fue Álamos en el

137
Ignacio Almada Bay, Historia Breve de Sonora, FCE, México, 2010, p. 121

87
estado de Sonora, uno de los principales centros mineros que encontraron en la
bahía de Guaymas el punto a través del cual movilizar sus mercancías. 138

Sin embargo, la realidad del nuevo enclave del noroeste mexicano coincidía con el
desarrollo económico y social de un poblado recientemente creado. Para el año de
1928, muchos empresarios extranjeros veían en Guaymas a un territorio
miserable, en el cual existían casas sin techo y hechas de lodo. Inclusive algunos
comerciantes temían el contagio de enfermedades en la zona debido a la
proliferación de insectos.139 Las condiciones del puerto no mejorarían hasta la
década de 1840 con la proliferación de casas comerciales que crearon en
Guaymas su lugar de residencia y las cuáles expandieron el mercado del puerto
pudiendo exportar mercancías no sólo del estado de Sonora sino además
producción minera de Chihuahua.140

La importancia de los empresarios en la consolidación de los procesos de


desarrollo local es indiscutible. La conformación de un tejido empresarial sólido es
una de las piezas fundamentales para que el fenómeno del desarrollo económico
se presente en una localidad. Guaymas no se encontró exento de esto, si bien, los
capitales extranjeros dotaron de una primera envión anímica a la naciente
economía porteña, fue necesaria la acción conjunta de los mismos para consolidar
al puerto como una economía de peso dentro del panorama internacional.

De esta manera durante la década de 1950, el grupo empresarial guaimense en


conjunto con empresarios de la región, especialmente del centro minero de
Álamos, gestionaron con éxito la instauración de un gobierno local dentro del
puerto, a través del cual pudieran controlar de manera local los destinos del
enclave económico. Esta iniciativa por parte de los empresarios que tenía el
trasfondo para generarse mejores condiciones para sus actividades, resultó en la

138
Sin autor, Sin título, Washington National Intelligencer, District of Columbia, junio de 1830, pp.3
139
Sin autor, “A Falling Town in México”, Atlas London Middlesex, Londres, 08 de noviembre de 1828, pp. 6
140
Sin autor, “Silver Mines of Chihuahua”, Indianapolis Journal, Indiana, 28 de noviembre de 1840, pp. 2

88
denominación del puerto de Guaymas como ciudad por parte del gobernador
Ignacio Pesqueira, esto en el año de 1959.141

Los años de Ignacio Pesqueira como principal figura política del estado de Sonora
(1855-1875) el puerto de Guaymas vivió periodos de incertidumbre económica
dados los conflictos con Francia y los Estados Unidos, sin embargo, la simpatía
del gobernador hacia los empresarios comerciales del puerto permitió que estas
condiciones desfavorables no causaran estragos serios en la economía de la
localidad. Los años que siguieron al nombramiento de Guaymas como ciudad y
hasta comienzos del Porfiriato, logró consolidarse en el puerto un tejido
empresarial capaz de dotar a la localidad de los capitales necesarios para su
despegue económico, entre los principales actores de este grupo se encontraban
apellidos como: Maytorena, Iberri, Camou, Aztiazaran y Chisem.142

El último cuarto del siglo XIX fue de vital importancia para el futuro desarrollo del
puerto sonorense, si bien la revolución detuvo el crecimiento de la economía
guaimense, el Porfiriato trajo la certeza del potencial comercial e industrial de la
ciudad marcando el camino que esta seguiría durante el siglo XX. La llegada del
ferrocarril significó para Guaymas, así como el resto del país, la entrada hacia la
modernidad, la presencia del puerto en las rutas comerciales que unían la ciudad
de San Francisco con el resto del continente motivaron a que fuese posible la
pronta llegada del ferrocarril y con ello se expandiera la actividad comercial.

Las expectativas de desarrollo que aparecieron de la mano de la construcción de


la línea ferroviaria del Pacifico, se vieron cristalizadas en el año de 1882 cuando el
tramo que unía las ciudades de Hermosillo y Guaymas fue finalizado. 143 Durante
los siguientes años el tendido de la misma red ferroviaria conectó a Guaymas con
Nogales hacia el norte y con Guadalajara hacia el sur, adoptando de esta manera
la figura de eje articular del comercio internacional no sólo en el estado de Sonora
sino en la región noroccidental del territorio mexicano. De igual manera el estado

141
Gregorio Mora Torres, Los Comerciantes de Guaymas y el Desarrollo Económico de Sonora, 1824-1910 en
Memoria del VIII Simposio de Historia y Antropología, UNISON, México, 1984, pp. 215-221
142
Ibíd.
143
Ignacio Almada Bay, Historia Breve, op. cit.

89
de Arizona aprovechó esta ruta de tren para convertir al puerto sonorense en su
salida natural de mercancías para el comercio exterior.

Uno de los hechos de mayor relevancia que se presentaron con la llegada del Sud
Pacífico, fue la anexión del puerto de Empalme a la vida económica de Guaymas.
La resistencia de algunos empresarios locales guaimenses de establecer en esta
localidad la estación de tren, llevó a los más entusiastas del proyecto a virar la
mirada hacia Empalme. Aunque en un principio existió la idea de que esta decisión
restaría importancia a Guaymas como enclave económico, la vida mercantil de
Empalme dependía en su totalidad de la ciudad vecina.

Hacia el final del siglo XIX el puerto sonorense se había convertido en una Babel,
comerciantes de diversas partes del globo se daban cita en esta región con el fin
de poder movilizar mercancías en suelos mexicano y norteamericano. Metales
preciosos, maderas, productos agrícolas, fueron sólo algunas de las mercaderías
que transitabas por el muelle de Guaymas. Este frenesí mercantil que se vivía
durante la época desembocó en una expansión de las posibilidades productivas
del puerto, mismas que fueron visionadas por el grupo empresarial local durante la
siguiente década.

2.4.3. Lo que la revolución se llevó en Guaymas

Los primeros años del siglo XX consolidaron la bonanza económica que se vivía
en puerto de Guaymas tras su crecimiento como uno de los enclaves comerciales
del pacífico mexicano. Las casas comerciales francesas y alemanas, sumado al
intenso intercambio económico y cultural con el estado de Arizona, hacían de
Guaymas un territorio cosmopolita altamente propenso para el desarrollo de
diversas actividades económicas.

El dinamismo económico que experimentó la región gracias a la producción


minera de cobre de Santa Rosalía y otras minas de plata cercanas, dio por
resultado que los empresarios locales comenzaran a vislumbrar actividades

90
alternas que permitieran aumentar sus niveles de ganancia y con esto generar un
mayor crecimiento en Guaymas. Ejemplo de este fenómeno fue la asociación que
establecieron el empresario local J.P. Comou y la Wells, Fargo & Co., en los
primeros días del siglo para el desarrollo de un sistema de cultivo de ostiones,
tratando de emular las condiciones de algunos puertos del Atlántico
norteamericano en los cuales esta actividad comenzaba a dar grandes
dividendos.144

La explotación comercial del ostión en Guaymas, no llegaría sino hasta un par de


décadas después a través de capitales mixtos, sin embargo, hay motivos para
creer que la incursión de empresas pesqueras norteamericanas en Guaymas se
dio a principios de siglo XX y no en la década de 1920 como en otros puertos del
pacífico mexicano; esta teoría se desprende del hecho de que por lo menos una
treintena de periódicos en Estados Unidos reseñaron la nota sobre la captura de
ocho indios seris que habitaban la isla Tiburón145 en el Golfo de California,
acusados de antropofagia en contra de pescadores mexicanos y un par de
norteamericanos. Diarios de Massachusetts, Indiana, Iowa, Illinois, Arizona, Texas,
California, Florida presentaron notas sobre este suceso entre los meses de
octubre y diciembre de 1904.

No sólo la actividad pesquera mostró signos de avance durante el amanecer del


nuevo siglo. La riqueza agrícola del valle de Guaymas, que también había sido
eclipsada por la minería y el comercio ligado al ferrocarril, comenzó a posicionarse
como una actividad relevante en la localidad. Al ser considerada la salida natural
de mercancías de la región de Arizona hacia el mercado asiático, Guaymas se
convirtió en un importante captór de inversión norteamericana, como muestra de
esto se tienen las pretensiones que tenía un grupo de empresarios relacionados a

144
Sin autor, “MOLLUSK OF GUAYMAS: Projected Cultivation of oyster beds in Gulf of California ”, Phoenix
Arizona Republic, Arizona, 22 de enero, 1900, pp. 5
145
Perteneciente al municipio de Hermosillo, Isla Tiburón es la más grande del Golfo de California. En la
actualidad es considerada como una reserva ecológica y cultural ya que, aunque deshabitada, es un lugar
sagrada para los grupos Seri.

91
la Mexican Central Railway146, de echar a andar la industria algodonera en esta
región.147

Pese a estos asomos de crecimiento por parte de actividades como agricultura y


pesca, siguió siendo la actividad comercial y el tendido de redes ferroviarias el
principal eje rector de la economía porteña. La primera década del siglo XX,
significó un aumento en la infraestructura de transporte dentro del puerto de
Guaymas, el desarrollo de nuevas rutas comerciales entre diferentes ciudades del
estado de Sonora con ciudades de los estados de Sinaloa y Arizona redituaban
grandes ganancias para las casas comerciales asentadas en la localidad.

Además, al convertirse en la entrada de mercancías para la región, el contacto con


empresas pesqueras y comerciales de oriente se convirtió en una constante,
muchos de las mercancías extranjeras movilizadas en el estado de Arizona eran
comercializadas a través del puerto sonorense en detrimento de las localidades
portuarias de California; este fue el caso de diversos empresarios de Phoenix y
San Francisco que compraban durmientes japoneses a través de Guaymas.148
Tomando en cuenta el año en el que se presentan este tipo de importaciones de
territorio extranjero, la información coincide con lo propuesto por Héctor Aguilar
Camín en la obra La Frontera Nómada: Sonora y la Revolución Mexicana en la
cual establece que para el año 1907, Guaymas acaparaba más del cincuenta por
ciento de las importaciones y exportaciones que se presentaban en el estado de
Sonora.149

Durante los años previos a la revolución mexicana el comercio en el puerto de


Guaymas siguió expandiéndose de manera exponencial. Para finales del año 1908
la empresa Los Ángeles Harbor Company en conjunto con la Compañía Naviera

146
La Mexican Central Railway fue una empresa norteamericana de Massachusetts que enlazaba la ciudad
de México con Ciudad Juárez. De igual manera contaba con estaciones en Guadalajara y Manzanillo, así
como El Paso (Texas) en los Estados Unidos.
147
Sin autor, “Expresident Reynolds Visits EL Paso”, El Paso Daily Herald, Texas, 07 de septiembre de 1900,
p. 4
148
Sin autor, “Buying Railroad Ties in Japan”, The Washington Post, Washington, 10 de julio de 1906, p. 10
149
Héctor Aguilar Camín, La frontera nómada. Sonora y la Revolución Mexicana. 2 ed. México: Cal y Arena,
1997.

92
del Pacífico, anunciaban la apertura de una nueva ruta comercial entre los puertos
centroamericanos de San Salvador y San Pedro y el puerto californiano.150 Dentro
de esta ruta comercial los puertos mexicanos de Guaymas y Mazatlán jugarían un
papel importante en cuanto al reabastecimiento de los buques, así como de
comercio intermedio con las ciudades de Centro América; la relación del puerto
sonorense con la economía de los Estados Unidos ahora se ligaba a través de las
repúblicas bananeras.151

Las condiciones económicas que prevalecieron en Guaymas durante la primera


década del siglo XX, establecieron al puerto como la segunda economía más
importante del estado de Sonora, sin embargo, es preciso mencionar que durante
este periodo las condiciones sociales de la región no fueron optimas debido a los
constantes conflictos que el gobierno de Porfirio Díaz presentó con el pueblo
Yaqui. Los numerosos ataques del ejército a las comunidades indígenas así como
las respuestas violentas de éstas en contra de estaciones del ferrocarril o
haciendas ocasionaron un proceso de crecimiento accidentado. También cabe
mencionar que el constante arribo de inmigrantes ilegales chinos se convirtió en
un problema local; de forma paralela los miembros tanto de la comunidad indígena
como asiática se convirtieron en mano de obra barata que fue captada por
industriales locales para el propio desarrollo del puerto.

El comienzo de la década de 1910 lucía promisorio para la economía guaimense.


Pese a los continuos problemas con la población Yaqui y los avisos constantes del
gobierno norteamericano de no viajar a la región de Guaymas, una nueva
actividad económica comenzaba a dar muestras de vida dentro de la localidad. El
turismo cinegético, en particular la pesca deportiva, se convirtió con el tiempo en

150
Sin autor, “Line of Steamships to be Established”, Ogden Standar, Utah, 20 de noviembre de 1908, pp. 3
151
La nota periodística publicada en un diario de Utah no especifica la localización de la ciudad de San
Pedro, aunque existe una decena de poblados homónimos en todo el territorio centro americano se
especula que la ruta comercial que se estableció desde Los Ángeles fue con la ciudad hondureña San Pedro
Sula. Esta ciudad del norte de Honduras alcanzó desarrollo económico desde finales del siglo XIX cuando se
convirtió en un fuerte exportador de mercancías agrícolas como café y zarzaparrilla. (Darío Euraque,
Reinterpreting the Banana Republic: region and state in Honduras, 1870-1972, Baltimore, The University of
North Carolina Press). En lo referente a San Salvador, se asume que es la capital de la República del Salvador
ante la falta de un homónimo dentro del territorio.

93
una de las actividades más importantes para la región de Guaymas-San Carlos-
Empalme, sin embargo, fueron los primeros años de 1910 cuando se encuentran
los primeros registros de esta actividad dentro del puerto.

Tras una exhaustiva revisión de prensa norteamericana y bibliografía


especializada en el tema, se encuentra que es en el mes de junio de 1910 cuando
se encuentra el primer registro de la mencionada actividad dentro del puerto de
Guaymas. Vernon L. Clark un hombre, en apariencia adinerado, de Tucson tuvo
un viaje por México en el cual visito las ciudad de Tepic, Mazatlán y Guaymas,
durante su estancia en esta última desarrollo actividades de pesca deportiva en
compañía de empleados norteamericanos de las empresas ferrocarrileras; el
espacio dentro de la nota que se da a esta actividad, así como el detalle de la
misma se percibe como un aspecto publicitario más que descriptivo dentro de la
nota periodística.152

El aumento en el movimiento de mercancías en el puerto así como un inminente


crecimiento de la actividad turística relacionado con la pesca deportiva no fueron
hechos ajenos a las autoridades federales. Durante el año de 1910 el gobierno de
Porfirio Díaz invirtió casi cuatro millones en oro para la mejora de las condiciones
portuarias y la salvaguarda del comercio que se daba de la localidad. 153 Sin
embargo, el comienzo de la Revolución Mexicana trajo para el puerto sonorense
un periodo de profunda crisis que le llevó a desandar el camino de crecimiento que
había iniciado setenta años atrás.

Los puertos del pacífico mexicano fueron claves dentro de la revolución mexicana,
tener control sobre ellos significaba manejar el comercio y por lo tanto diversos
suministros, si a esto sumamos que los principales puertos del norte se
encontraban conectados por el ferrocarril la importancia de estos se duplicaba. En
el caso de Guaymas este siguió su íntima relación con los Estados Unidos,
funcionando como vía de escape de ciudadanos del vecino país que se
encontraban en territorio mexicano tras el advenimiento del conflicto; puertos

152
Sin autor, “Paisano V. l. Clark Back From Mexico”, The Arizona Repúblican, Tucson, 03 de junio de 1910
153
Sin autor, “Notes of the Day”, The Forth Wayne Sentinel, Indiana, 15 de octubre de 1910, pp. 4

94
como Mazatlán y San Blas enviaban ciudadanos americanos vía marítima hacia
Guaymas y desde el puerto sonorense estos viajaban en tren hasta Nogales.154

Durante los primeros meses de la lucha armada las rebeliones que se presentaron
en el estado de Sonora se dieron en diferentes frentes. Si bien existió un armisticio
tras la renuncia de Díaz en junio de 1911, este duró poco y el daño a la actividad
económica del puerto de Guaymas ya presentaba sus primeros síntomas. Para
mayo de 1911, un mes antes del armisticio, los ferrocarriles de Hermosillo a
Guaymas habían sido abandonados y el puerto sonorense había perdido contacto
con el Sud Pacífic que lo conectaba con el puerto de Mazatlán;155 para una
economía como la guaimense que había sustentado su dinámica económica en
torno al ferrocarril este tipo de sucesos eran devastadores.

Pese a ser el movimiento revolucionario uno de los principales factores por los
cuales el puerto más importante de Sonora cayó en una profunda crisis, no fue el
más determinante. En octubre de 1911 se presentó en el Golfo de California una
sería de eventos naturales que afectaron de manera significativa los puertos de
Guaymas así como Altata y Topolobampo en el estado de Sinaloa. En el caso del
puerto sonorense las pérdidas materiales fueron importantes al reportarse el
hundimiento de una veintena de embarcaciones comerciales y pesqueras.156

A partir de estos sucesos las condiciones económicas del puerto vinieron a la baja
de manera estrepitosa. Durante los siguientes años la ciudad fue escenario de
batallas entre la insurgencia y el ejército federal motivo por cual entre 1913 y 1914
estuvo sitiada durante algunos meses, deteniendo por completo cualquier tipo de
actividad comercial en el puerto. La importancia que Guaymas y Empalme
revestían para la economía de Arizona, llevaron al gobierno estadounidense a
intervenir la región para que esta pudiera continuar con sus actividades.157

154
Sin autor, “Vital Blow Dealt Peace”, Jeffersonville Daily Reflector, Indiana, 01 de mayo de 1911, pp. 4
155
Sin autor, “Cananea Goes”, Colorado Springs Gazette, Colorado, 14 de mayo de 1911, pp. 4
156
Sin autor, “Towns in Lower California Completly Destroyed; Hurricane Succeds Wave”, New Castle News,
Pennsylvania, 15 de octubre de 1911, pp. 3
157
Sin autor, “U.S. Take Two More Twons”, Lubbock Avanlache, Texas, 07 de mayo de 1914, pp. 3

95
Sin embargo, la intervención del gobierno norteamericano en suelo guaimense no
impidió que fuera este periodo el de mayor miseria dentro del puerto. Para los
últimos días del mes de junio de 1914, las incursiones de los yaquis en la ciudad
así como la escases de alimentos que tenían a la población sumida en la
hambruna, obligaron al gobierno federal a permitir la salida de niños y mujeres del
puerto, mismos que encontraron refugio en ciudad de Arizona y California.158

Aun y cuando el citado suceso marcó el punto más bajo en cuanto a la vida
económica y social en la historia del puerto, el año de 1915 no presentó mejoras
considerables en la dinámica porteña. Sin embargo, para mediados de 1916 el
puerto de Guaymas comenzaba una renovación de sus actividades económicas
abriendo espacio para el turismo cinegético, la agricultura y la pesca.

2.4.4. Reconversión del tejido productivo guaimense

El comienzo de la segunda mitad de la década de 1910 comenzaba con una


nueva realidad para el puerto de Guaymas, aunque siempre se había encontrado
a la vanguardia del puerto de Mazatlán en cuanto al dinamismo en captación de
importaciones, la brecha de desarrollo entre ambos nunca fue tan grande como lo
fue durante este periodo. Según las fuentes de las aduanas, Guaymas había
presentado una disminución de medio millón de dólares en importaciones en
relación a 1915. Durante ese año Guaymas había recibió una cuarta parte de las
importaciones totales del Pacífico mientras que para 1916 sólo recibió una quinta
parte.159

Si bien para el año de 1917 los conflictos revolucionarios aún afectaban el norte
de México, el estado de Sonora se encontraba en una relativa calma. Tras el
ascenso del guaimense Plutarco Elías Calles como principal figura política de la
región, el puerto de Guaymas encontró la calma necesaria para reactivar la

158
Sin autor, “Guaymas is Starving”, The Abilene Daily Reporter, Texas, 26 de junio de 1914, pp. 3
159
Sin autor, “New Rate Charges For Stock Freifht”, Janesville Daily Gazette, Wisconsin, 20 de julio de 1916,
pp. 10

96
prometedora vida económica que se había detenido con el inicio del conflicto. Una
de las primeras actividades que comenzó a posicionarse como generadora de un
futuro económico promisorio para la región fue la relacionada a la caza y a la
pesca deportiva, numerosas reseñas de viajeros provenientes de California,
Texas, Arizona eran publicadas en los diarios norteamericanos en las cuales se
exaltaban las virtudes de la región para la pesca de especies como: Toro, Skip
Jacks (Pez Sable), Caballete, Bonito; aunado a esto se hablaba de actividades
como caza de pato, tenis y Golf.160

El turismo cinegético que en 1909 había dado muestras de vida, seguía con un
crecimiento considerable, las décadas de 1920 a 1930 significaron el
posicionamiento de Guaymas como uno de los principales destinos turísticos para
el mercado norteamericano. El desarrollo de esta actividad no fue ajeno a los
gobiernos de ambos países y a los propios avances tecnológicos de la época, aún
en plena recesión aparecieron las primeras inversiones en la construcción de una
carretera que permitiría conectar las ciudades de Nogales y Guaymas, haciendo
con esto más ágil el flujo de mercancías y personas entre ambos territorios.161

La relación existente entre Guaymas y Estados Unidos se convirtió en un


temprano catalizador de la industria turística dentro del puerto, a diferencia de
otras ciudades costeras del pacífico mexicano, la localidad sonorense contaba
con una tradición hotelera que databa de finales del siglo XIX. Sin embargo, la
percepción de Guaymas como un destino vacacional para el mercado
estadounidense detona a mediados de la década de 1920. La publicidad que del
puerto se hacía era una constante logrando influir no sólo al mercado deportivo,
muestra de esto fue la celebración de la boda del actor Charlie Chaplin con la
también actriz Lita Grey dentro de las instalaciones del desaparecido Hotel
Albín.162

160
Sin autor, “Down The West Coast Of México”, The Record Silver lake, Indiana, 25 de enero de 1917, p. 2
161
Sin autor, “Mexico Planning 300-Mile Highway”, The Escanaba Daily Press, Michigan, 06 de junio de 1928,
p. 4
162
Sin autor, “Charlie Chaplin and Miss Lita Grey are Married in Mexico”, Bradford Era, Pennsylvania, 26 de
noviembre de 1924, p. 2

97
Durante el resto de la década de 1920 la fama de Guaymas como destino turístico
aumentó de manera considerable dentro de territorio norteamericano, alcanzando
su punto más alto a mediados de la década de los treinta cuando la Southern
Pacific Company estableció una ruta constante entre los estados de California y
Arizona con el puerto sonorense. Esta ruta tenía como objetivo principal, el
organizar viajes de excursión para pescadores deportivos que habían encontrado
en la línea piscatoria de Guaymas y Empalme la mejor de todo el norte del
continente.163

Pese a que fue el turismo la actividad que comenzó a desarrollarse en esta nueva
etapa de la vida porteña, esta actividad sumada al comercio atrajo la mirada de
inversionistas de todo Estados Unidos así como otros continentes. La
rehabilitación del comercio ferroviario motivo a empresarios de El Paso y
Alburquerque a invertir en nuevas rutas comerciales a través de las empresas
Topeka y Santa Fe.164 De igual manera los esfuerzos industriales comenzaron a
aparecer de la mano de la industria automotriz y cementara. En el primero de los
casos la empresa Chevrolet visualizaba en Guaymas el lugar idóneo para
establecer una manufactura de auto partes y así abastecer al mercado de la
zona;165 en el caso del cemento, inversionistas alemanas planeaban desarrollar un
distrito cementero entre el puerto y Hermosillo con una capacidad de producción
de noventa mil sacos de cemento al mes.166

No sólo el ascenso de Plutarco Elías Calles como una de las figuras políticas más
fuertes a nivel nacional ayudó a la reconstrucción de la economía de Guaymas,
durante los años posteriores a la Revolución Mexicana, tres fueron los presidentes
de la República nacidos en este puerto incluido el propio Calles. En el año de 1920
el oriundo de Guaymas, Adolfo de la Huerta, en calidad de presidente provisional
de México, lanzó un proyecto que pretendía la instauración de tres puertos francos

163
Sin autor, “Guaymas Will Be Atraction For Fishermen”, Oakland Tribune, Oakland, 07 de octubre de 1935,
p.5
164
Sin autor, “Railroads Need Many Men”, Kansas City Times, Kansas City, 16 de mayo de 1919, p. 4
165
Sin autor, “México is Again Put in Auto Field”, Oakland Tribune, Oakland, 02 de junio de 1918, p. 4
166
Sin autor, “Plan to Form German Empire in North México”, The Commerce Journal, Texas, 05 de
septiembre de 1919, p. 4

98
dentro de territorio nacional. El plan de De la Huerta, consistía en aprovechar la
atención que productores de manufacturas norteamericanos y asiáticos tenían
sobre puertos como Guaymas y Salina Cruz; al exentarlos de pago de impuesto
tanto en la producción como en la comercialización de mercaderías, De la Huerta
pretendía competir con los puertos de California a través de Guaymas, así como
con el canal de Panamá a través del comercio ferroviario entre Puerto México en
el Golfo y Salina Cruz en el estado de Oaxaca.167

A partir de esta apertura comercial y de la ventaja competitiva que el gobierno de


De la Huerta proporcionó al puerto de Guaymas, el comercio se convirtió de nuevo
en lo fundamental de la economía local. Sin embargo, a diferencia de otras
épocas, no eran la producción de las minas de la región las mercancías que
dinamizaban la actividad mercantil, por el contrario la agricultura de los valles
cercanos e inclusive la de Estados Unidos se convirtieron en el eje rector sobre el
cual giraría este nuevo comercio guaimense; mercancías como garbanzo, trigo,
maíz exportados a países como España, Inglaterra, Canadá, fueron las principales
transacciones que se realizaban desde el puerto sonorense.168

El resurgimiento de la economía guaimense reposicionó a la localidad como una


de las de mayor importancia en el circuito económico del pacífico mexicano, el
repunte de actividades que antaño presentaban potencial de desarrollo auguraba
un futuro promisorio para el puerto, sin embargo, es en el año de 1923 cuando la
actividad pesquera irrumpe en el mapa modificando de manera considerable la
vocación productiva local. La aparición de la actividad pesquera en las aguas del
pacífico mexicano se dio de la mano de empresas norteamericanas y japonesas
durante los primeros años de la década de 1920, sin embargo, para el puerto de
Guaymas este primer contacto se da a través de las pretensiones de empresarios
de Arizona que veían en el puerto mexicano una extensión de su propio territorio.

167
Ralph Turner “México Adopts Plan for Three Free Ports”, FayetteVille Democrat, Arkansas, 18 de
noviembre 1920
168
Sin autor, “Mexican Exports to U.S. Increase”, Galveston Daily News, Texas, 04 de septiembre de 1921, p.
4

99
Hacia el año de 1923 el congreso del estado de Arizona comenzó una infructuosa
gestión que le permitiera controlar una porción territorial del Golfo de California
para convertir a Arizona en un estado costero. Las relaciones culturales y
comerciales que se habían establecido entre los entramados empresariales
guaimenses y de Arizona, posicionaban al puerto sonorense como el principal
candidato para estas pretensiones. Las autoridades de Arizona argumentaban que
dado el nivel de mercancías que se movía entre las localidades de la región,
principalmente minerales y agrícolas, la propuesta de intervención económica no
era una realidad lejana.169

Sin embargo, una de las motivaciones más grandes que encontraban los grupos
empresariales de Arizona era la riqueza marina con que contaba el Golfo de
California. El avance tecnológico y la aparición de nuevas artes de pesca como el
“trawl” permitían a los inversionistas norteamericanos especular con la captura de
especies que comenzaban a aumentar su demanda en territorio yanqui; especies
como el camarón, atún, sardina y calamar se convirtieron rápidamente en un
negocio para los capitalistas.170

2.4.5. Inicios de la actividad pesquera en Guaymas

El desarrollo de la actividad pesquera en el pacífico mexicano no inicia en las


aguas del Mar Bermejo. Por su cercanía con puertos de California como
Monterrey, es el puerto de Ensenada en Baja California, el primero de los puertos
mexicanos en desarrollar su vocación pesquera. Aun y cuando fueron diversas las
especies pesqueras que las empresas norteamericanas pretendieron explotar en
el último puerto del noroeste mexicano, fue la sardina la de mayor importancia
comercial y a través de la cual se estableció una relación directa con el puerto más
importante de Sonora.

169
Sin autor, “Gulf of California”, Jewell Record, California, 24 de mayo de 1923, pp. 7
170
Ibíd.

100
Como se verá en el capítulo cuarto, la figura de Abelardo L. Rodríguez jugó un
papel fundamental en el ascenso de la pesquería de camarón como principal
actividad económica del puerto de Guaymas en la década de 1940, sin embargo,
la figura del político y empresario sonorense dentro de la explotación pesquera
tiene sus orígenes en Ensenada un par de décadas atrás. En el año de 1922, fue
fundada en el puerto de Baja California una de las primeras procesadoras de
alimentos relacionados a la actividad, esta empresas fundada por Maximiliano
Bernstein tenía por objeto la industrialización de langosta y abulón; dicha empresa
fue adquirida en 1929 por Abelardo L. Rodríguez, quien además fundó, durante
ese mismo año, la Compañía de Productos Marinos, la cual se dedicó de manera
principal a la pesquería de la Sardina.171

De esta manera, encontramos que el creciente interés por parte de los cuerpos
empresariales norteamericanos sumado a la participación activa de una figura
como Rodríguez significó para el puerto de Sonora una envión relevante en su
reconstitución económica. A partir de la década de 1920 las concesiones que el
gobierno mexicano emitió para que empresas extranjeras participaran de la
explotación pesquera en aguas nacionales aumentó de manera considerable. El
contacto de pescadores inexpertos del Golfo de California con tecnologías de
avanzada comenzó a rendir frutos en cuanto a la técnica de pesca, generando con
esto la aparición de una masa de pescadores semi-cualificados capaces de
sostener por si mismos actividades relacionadas a la extracción y comercialización
de productos del mar.

El citado fenómeno de aprendizaje que experimentaron los pescadores mexicanos


tras la cercanía con hombres de mar de Estados Unidos y Japón fue un gran
avance en el desarrollo de la actividad pesquera del noroeste del país, sin
embargo, el suceso que llevó a la explotación de especies marinas a otras
latitudes fue la atención que el presidente Calles puso en la instauración del
sistema cooperativista. Para Plutarco Elías Calles, consideraba de vital

171
Shoko Doode, Los Claro-Oscuros de la pesquería de la sardina en Sonora, Colegio de Michoacán, México,
1999, p. 108

101
importancia establecer un sistema de cooperativas entre los pequeños
productores de mariscos de los estados de Sonora y Sinaloa, mismo que les
ayudaría a comercializar de manera más adecuada sus mercancías a través de la
obtención de tarifas proteccionistas de transporte; para este efecto los planes
cooperativistas no se reducían a la participación de los productores pesqueros,
sino que se presupuestaban tratos con las empresas ferroviarias Sud-Pacífico de
México y Express Wells Fargo Co.172

Aun y cuando las características del sistema de cooperativas de producción


pesquera se alejaron del plan original de Elías Calles, fue la aparición de estas el
punto de inflexión en el ascenso de las diversas pesquerías como la principal
actividad económica de los puertos del pacífico mexicano, esto debido a que fue a
través de estos organismos como se organizó la actividad durante las siguientes
seis décadas. Guaymas encontró en las figuras políticas de sus hijos predilectos,
Plutarco Elías Calles y de Abelardo Rodríguez, a los principales promotores de la
actividad pesquera, de esta manera el puerto sonorense comenzaba con un paso
adelante sobre otros puertos, su camino a posicionar a la pesquería de camarón y
otras especies, como la piedra angular sobre la cual descansaría el desarrollo de
otras actividades como el turismo y la agricultura.

2.5. Conclusiones: aspectos históricos de una región-producción.

Como se mencionó en el primero de los capítulos, el concepto de región


producción se construye a partir no sólo de la correspondencia geográfica
existente entre dos territorios o localidades, por el contrario existe una tradición
productiva conjunta que ha sido determinada por la dotación de recursos con la
que cuenta cada uno de los participantes del espacio regional construido. Aun y
cuando pueden existir aspectos culturales y sociales que diferencian de manera
importante a los miembros de la región, estos encuentran en la similitud de sus

172
Sin autor, “Noticias de México”, El Nuevo Mexicano, Nuevo México, 15 de diciembre de 1932, p. 3

102
recursos un punto neurálgico a través del cual logran articular una historia, para el
caso de los puertos de Guaymas y Mazatlán, una historia llena de coincidencias.

La primera de ellas se puede precisar en el repunte económico de ambos puertos


tras la lucha de independencia. La gran necesidad de socios comerciales e
inversionistas que presentó el México independiente durante la década de 1820,
llevó a los primeros gobiernos nacionales a establecer acciones que permitieran
el desarrollo de espacios geográficos hasta ese momento desaprovechados. A lo
largo de la franja costera del Pacífico mexicano una serie de puertos, entre los
que se encontraban Mazatlán y Guaymas, fueron habilitados como puntos
comerciales a través de la instalación de aduanas en las cuales se concentraría el
comercio ultramar del país.

En segundo lugar encontramos que la inmejorable posición geográfica de ambos


puertos en el noroeste de México, les convirtió rápidamente en las puertas de
entrada y salida de mercancías de la región, motivo por el cual atrajeron la
atención de capitales productivos y mercantiles tanto nacionales como extranjeros.
La casi inexistente población que los dos puertos tenían, sumado a la diversidad
en el origen de la población que iba adoptando a Mazatlán y Guaymas como su
nuevo lugar de residencia, trajo consigo el desarrollo de localidades cosmopolitas
en donde convivían empresarios y comerciantes de diversas nacionalidades.

Como se aprecia a lo largo del capítulo, este ambiente multicultural fue común
para ambos puertos. Empresarios alemanes, franceses, españoles e ingleses eran
comunes entre los dueños de las casas comerciales más importantes de las dos
localidades, sin embargo, la presencia de empresarios estadounidenses fue mayor
en el puerto de Sonora, motivando así uno de los rasgos característicos de
Guaymas así como también una de las principales diferencias en relación al
puerto sinaloense. Este sincretismo cultural afectó de manera considerable el
propio desarrollo de los puertos, al existir una cultura de trabajo y comercial
desarrollada en diversas latitudes, los empresarios extranjeros lograron posicionar
de manera inmediata a ambos puertos como ejes articuladores del desarrollo de la
región.

103
En tercer lugar se encuentra la similitud en torno al tipo de comercio que se realizó
previo al Porfiriato. Los primeros años de vida de ambos puertos estuvieron
marcados por el impulso que dieron las casas comerciales a la economía local. En
este sentido, Arturo Román posiciona al puerto de Mazatlán por encima del puerto
sonorense, debido a que éste aglutinó a un número de casas comerciales de
mayor peso en su territorio.173 Pese a existir diferencias en los niveles de
desarrollo entre los puertos, la mayor parte del comercio que se realizaba a través
de estos se encontraba relacionado con los centros mineros cercanos.

Para el caso de Mazatlán fueron las minas de Cosalá, El Rosario y Concordia


aquellas que generaron el mayor flujo comercial, mientras que para Guaymas esta
función la cumplió Santa Rosalía así como algunas minas de Arizona y Nuevo
México. Si bien, la llegada del Porfiriato cambio de manera sustancial la economía
de los puertos en estudio, el comercio siguió presentándose como la actividad
nodal, sin embargo, este se amplió junto con el sistema productivo de cada una de
las localidades, permitiendo con esto un flujo de mercancías de diversas
naturaleza y no únicamente aquellas ligadas a la actividad minera.

En cuarto lugar, se encuentra la concordancia que existe entre ambas localidades


en cuanto al desarrollo que presentaron durante el periodo del Porfiriato. La acción
transformadora que el gobierno de Díaz instauró en el país, se materializó de
manera principal con el desarrollo económico ligado al ferrocarril. La región del
Golfo de California fue una de las grandes beneficiadas con este fenómeno al
encontrarse en la ruta que cubrió el tren Sud Pacific. Los puertos de Guaymas y
de Mazatlán lograron a través de su contacto con el ferrocarril aumentar de
manera significativa su actividad económica, esto debido a que se convirtieron en
centros nodales del comercio no sólo de ultramar sino en el movimiento de
mercancías hacia el suroeste de los Estados Unidos.

La activación que sufrieron las economías locales a partir del advenimiento del
ferrocarril repercutió de manera positiva en una expansión de los tejidos

173
R. Arturo Román, “Comerciantes Extranjeros de Mazatlán y sus Relaciones en Otras Actividades, 1880-
1910”, Revista Clío No. 5, UAS, México, 1992, p. 45

104
productivos locales. Tras cincuenta años de encontrarse asentados en territorio
mexicano, los empresarios extranjeros de los puertos de Mazatlán y Guaymas
comenzar un proceso de diversificación económica que les permitió a ambos
puertos acelerar sus procesos de desarrollo. Para el caso de Mazatlán esta
diversificación se dio hacia la industria a través de la fabricación de encere
domésticos como velas, cerillos, jabones; mientras que el puerto sonorense
diversifico su economía a través de un aumento en su actividad agrícola.

En quinto lugar, se tiene que ambos puertos detuvieron sus procesos de


crecimiento económico con al advenimiento de la revolución mexicana. Al haber
apostado por el ferrocarril como principal eje de desarrollo, los problemas que
presentó éste durante el periodo revolucionario provocaron que las dos
localidades dejaran truncos los procesos de diversificación económica que habían
iniciado. Para el puerto de Mazatlán, que había presentado un incipiente desarrollo
industrial, el final del conflicto armado trajo consigo un retorno a la actividad
comercial-minera; mientras que para el puerto de Guaymas el conflicto armado
presentó la oportunidad de estrechar sus relaciones con el estado de Arizona
estableciendo al turismo cinegético como su más prometedora actividad. De igual
manera, como se apreció a lo largo del capítulo, pese a que ambos puertos
presentaron proyectos de desarrollo pesquero desde comienzos del siglo XX, fue
hasta la década de 1920 y en especial 1930 cuando a partir del contacto con
empresas norteamericanas la extracción de especies marinas de forma comercial
se convierte en una actividad relevante para las dos economías.

Pese a las notables diferencias culturales, políticas y geográficas que se gestaron


en los puertos de estudio, la confluencia de ambos en la región del Golfo de
California les permitió tener un desarrollo histórico y económico similar. Estas
similitudes no generaron una competencia entre ambas ciudades, por el contrario,
ayudaron a que fueran visualizadas como ciudades complementarias
pertenecientes a un circuito comercial a través del cual se articuló la economía del
noroeste mexicano y su relación con los mercados asiáticos y el suroeste de los
Estados Unidos.

105
El hecho de que ambos puertos respondieran de manera similar a estímulos
económicos y sociales durante diversas épocas establece los parámetros
necesarios para considerar a la franja costera entre ambos puertos como una
región-producción. Esta construcción teórica y metodológica se encuentra
fundamentada en que durante casi dos siglos de historia, ambos puertos han
coincidido en sus actividades económicas y en los momentos en que estas fueron
adoptadas; inclusive existe pertinencia en las coyunturas históricas que generaron
los procesos individuales de reconversión en los tejidos productivos locales.

106
Capítulo III

Mazatlán: Cohesión y Desarrollo de un Tejido Productivo Local

107
Introducción

La ubicación geográfica que el puerto de Mazatlán presenta en relación al Pacífico


mexicano le posicionó desde su fundación como una de las localidades
estratégicas en el manejo de mercaderías provenientes del exterior así como de
aquellas de producción nacional encaminadas a la exportación. La tendencia
mercante que desarrolló el puerto sinaloense desde sus inicios asentamiento se
mantuvo durante casi un siglo impidiendo que actividades alternas de corte
productivo emergieran con fuerza.

Sin embargo, como se apreció en el capítulo anterior, la llegada del siglo XX trajo
consigo un espíritu renovado y un interés en el extranjero por la diversificación
económica del puerto. Las primeras tres décadas del siglo mencionado
significaron para el puerto de Mazatlán una reorganización de su sistema
productivo que le llevaron a desarrollar de manera incipiente las actividades
pesquera y turística. Este crecimiento de nuevas actividades cobró mayor fuerza
llegada la década de 1950, tiempo en el que se presentó un aumento
extraordinario de las inversiones así como un desdoblamiento del tejido productivo
y empresarial.

Durante este capítulo se analizará el proceso de desarrollo que presentó el tejido


productivo mazatleco tomando como punto de partida el crecimiento que sufrió la
pesquería de camarón a partir de 1950. A través de dicho crecimiento será factible
apreciar los puntos más altos de inversión en los cuales incurrió la actividad y que
permitieron a su vez generar las condiciones de concentración de capital para el
desarrollo de actividades paralelas a la pesquería.

Se pondrá énfasis en el comportamiento del tejido empresarial y como este se


aglutinó en torno a una actividad blindándola de los movimientos del mercado. De
igual manera se analizará el desarrollo de los grupos empresariales que
conformaron y modelaron el tejido productivo porteño, así como la influencia de
estos sobre el devenir histórico económico de la localidad.

108
3.1. Génesis de la actividad pesquera en Mazatlán: 1950-1961

No existen dentro de los procesos históricos aquellos que presenten un carácter


unicausal. El desarrollo o crecimiento que experimenta una localidad, atiende de
manera general a una serie de factores que actúan a favor o en detrimento del
devenir socioeconómico de dicha sociedad. Para el caso del puerto de Mazatlán y
su relación con la pesca de altura fue la gestión empresarial el principal detonante
del primer proceso desarrollo sufrido por la actividad camaronera.

Motivados por el entorno nacional que proponía un rápido aumento de la


producción interna, así como por un conjunto de relaciones de negocios, que se
extendían hacia atrás en el tiempo por lo menos un siglo, el empresariado
mazatleco se cohesionó como un grupo sólido capaz de cargar sobre su hombros,
en apoyo con otros actores, una industria que para su crecimiento requería de
fuertes cantidades de inversión.

La década de 1940 significó para el puerto de Mazatlán una transformación de su


vocación productiva, el comercio en función de la minería que se había
posicionado como la actividad neural de la región en torno al puerto, había
terminado por agotarse como fuerza diversificadora de la actividad económica
propiciando un nulo crecimiento de la economía porteña. En su lugar, una
incipiente actividad pesquera se hacía de nuevos espacios dentro del entramado
productivo.

Ya fuese por las limitadas enseñanzas que las empresas niponas y yankis habían
dejado durante la década de 1930 en cuanto a la pesca de camarón por arrastre
(trawl) o bien por un aumento en la demanda agregada global de productos
marinos durante la década de 1940, muchas de las inversiones de empresarios
mazatlecos comenzaron a trasladarse de manera sistemática hacia actividades
relacionadas con la pesca.

Fue el ramo de la extracción el que recibió una mayor cantidad de inversiones, sin
embargo, el desarrollo de industrias accesorias a la pesca se presentó como una
constante dentro de este cumulo de inversiones. Ferreteras especializadas,

109
congeladoras, enlatadoras, chinchorreras, e incluso un astillero fueron las
principales empresas que en torno a la pesca de camarón aparecieron. A nivel de
desarrollo económico, la aparición de empresas encaminadas a satisfacer las
necesidades productivas de una industria central significó uno de los fenómenos
más importantes en cuanto desdoblamiento de un tejido productivo.

Enfocados en su mayoría en la pesca de escama y en la actividad tiburonera, la


década de 1940 significó la incursión en la pesca de algunos de los empresarios
que a la postre se convertirían en piezas claves de la actividad. De esta manera,
empresarios como Mauro Cárdenas, Tomás de Ruda Jr. Martin Gavica, Jorge
Telleache y Arturo de Cima, comienzan a participar de pesca de camarón no sólo
en el puerto de Mazatlán, sino además en puertos como Guaymas y
Topolobampo.174

El aumento en la demanda de crustáceo en el mercado norteamericano crecía de


manera tal, que puertos como Guaymas y Topolobampo en el Pacífico, así como
Ciudad del Carmen y Tampico en el Golfo generaban grandes ganancias con la
exportación del productos dejando al puerto mazatleco como un productor
marginal que apenas participaba con el 0.60% del total de las exportaciones al
país del norte.175

La intermitente explotación camaronera que se dio en Mazatlán de 1920 a 1949 no


logró afianzar a la actividad como un eje motor de la dinámica económica regional,
o incluso para el propio desarrollo local. Pese a estos cimientos endebles de la
actividad, el empresariado Mazatleco veía potencial en la actividad y parecía no
sentirse cómodo con su posición marginal dentro del concierto productivo
nacional.

Apoyados en el conocimiento de contar con las ventajas comparativas necesarias


para tener un papel más activo dentro de la actividad, así como en políticas de

174
Arturo Román, “El surgimiento de la pesca comercial en Mazatlán. Empresas y empresarios 1940-
1960”, Revista Sociales, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México, 2008
175
Sofía Blancarte, Los recursos pesqueros en el desarrollo nacional. El caso del camarón en México,
UNAM, México, 1983, p. 65

110
desarrollo que promovían la inversión a través de subsidios y disminución en las
tasas de interés, en el año de 1950 se dan en el puerto de Mazatlán una serie de
inversiones que llevan a la pesca de camarón a convertirse en un año en la
actividad más importante del puerto mazatleco y al poco tiempo en el puerto
pesquero más importante del continente americano.

Los grupos empresariales mazatlecos, marcaron la pauta de la futura actividad


pesquera en el año de 1950 cuando a través de sus inversiones lograron un
aumento en su flota camaronera de 5 a 40 embarcaciones. Las embarcaciones de
origen estadounidense pertenecieron en un principio a las familias empresariales
tradicionales como Cevallos y Lupio176, sin embargo, la diversificación de los
inversionistas se hizo presente, no sólo en los rostros que participaban de la
actividad sino en las actividades que relacionadas a la pesca aparecían.

El aumento en los esfuerzos empresariales trajo como consecuencia inmediata un


aumento en los niveles de producción y por ende de participación dentro del
mercado norteamericano. El crecimiento en las exportaciones arrojó altos niveles
de ganancia permitiendo una reproducción ampliada de las condiciones de la
actividad. Los empresarios tomaron la batuta, comprendiendo que sólo a través de
la reinversión en la actividad, ésta tendría la capacidad de ser competitiva dentro
del ámbito regional e internacional.

Motivados por una producción de casi mil seiscientas toneladas177, las cúpulas
empresariales porteñas aumentaron sus inversiones productivas generando un
desdoblamiento de la flota que aumentó a un ritmo promedio de 50 embarcaciones
por año durante el siguiente lustro. Durante el periodo que va de 1950 a 1961
estas inversiones estuvieron cerca de los 60 millones de pesos178, llevando a la
actividad a convertirse en epicentro de la actividad económica.

176
Sergio Cevallos, “La primera congeladora de mariscos”, El Sol del Pacífico, 30 de enero de 1962, p. 7
177
Sin autor, Se triplican las capturas de camarón durante las últimas dos temporadas, ESP, 07 de diciembre
de 1958, p 3.
178
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961

111
Los esfuerzos comunes que se dieron entre los empresarios trajeron consigo no
sólo el desarrollo de la actividad pesquera, sino que además comenzó a gestarse
una intricada red empresarial que sirvió de sustento para la actividad. Aunque es
arriesgado afirmar que esta red surge a la par del boom camaronero, si es factible
decir que las relaciones empresariales que se habían dado a lo largo de la historia
del puerto se reafirmaron en torno a la actividad camaronera.

A través de la frecuencia en sus inversiones se ha logrado determinar que esta red


estaba compuesta de 84 inversionistas que participaron como capitalistas en al
menos 4 empresas, sin embargo, estas empresas no sólo fueron inversiones en la
actividad pesquera, también se consideran empresas turísticas, agrícolas,
mineras.179 De estos empresarios figuran como los más activos: Tomás
Balderrama, José Castelló, Rafael Domínguez, Héctor Escutia, Juan Gavica.

Se ha mencionado que el nivel de cohesión existente entre los diversos grupos


empresariales le permitió a la pesquería de camarón tener un arranque meteórico,
a nivel económico este tipo de fortalezas permite un desarrollo sostenido y
reproducido de las condiciones materiales del ramo económico del que se trate,
sin embargo a nivel administrativo y político un tejido empresarial cohesionado
presenta grandes beneficios para la actividad económica.

Para el caso de la pesca de camarón estos beneficios se tradujeron en la


aparición de cámaras locales con capacidad de gestión política en favor de la
actividad. Llegando incluso a tener injerencia en cuestiones de tipo federal y
diplomáticos a nivel internacional. Para el periodo que va de 1950 a 1961, fueron
hechos como la gestión de los empresarios con el gobierno de Estados Unidos
para la no imposición de nuevos impuestos a la exportación los que definieron la
actitud de la iniciativa privada en cuanto a la manera en que volcaba su acción en
favor de la industria pesquera.

179
Al centrarse este punto en la red de empresarios, no sólo se toman en cuenta las inversiones en la
actividad pesquera. También son tomadas en cuentas inversiones en aspectos turísticos y agrícolas. El uso
de las redes empresariales sirve para analizar el nivel de cohesión entre los miembros del grupo más
determinante en cuanto al desarrollo de la actividad.

112
Cuadro 1. Principales empresas Pesqueras en Mazatlán 1950-1961

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Congeladora de Mazatlán S.A. 1950 $400,000 Neyra, Espinoza
Pesquera de Altamar S.A 1961 $400,000 Coppel, Reynand
Transporte de Mariscos del Pacífico S.A 1961 $200,000 Cevallos, Escutia
Hielera del Pacífico S.A 1950 $160,000 Fuentevilla, Unger
Cima Hermanos S.A 1953 $160,000 Cevallos, Cima, Coppel
Camaronera del Pacífico S.A 1954 $160,000 Coppel, Alexanderson
Industrial Marítima del Pacífico S.A 1961 $160,000 Domínguez, Castello
Pesquera Teacapan S.A 1959 $150,000 Escutia, Patrón
Pesquera Oceánica S.A 1959 $150,000 Escutia, Patrón
Pesquera Reforma S.A 1960 $130,000 Domínguez, Gavica
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
*Inversión aproximada en dólares americanos

Aun y cuando existieron diversos grupos empresariales dentro del tejido


productivo mazatleco, éste se estableció como un grupo sólido en el que
aparecieron figuras que funcionaron como ejes articuladores de las diversas
parcialidades de inversionistas, sin embargo, fue un lugar común que un
empresario con participación en más de ocho empresas lograra reunir en su
círculo de socios comerciales por lo menos una docena de capitalistas más. En
este sentido los empresarios que presentaron un papel preponderante como
articuladores del entramado fueron: Rafael Domínguez, Juan Gavica y Tomás
Balderrama.

En el caso de Rafael Domínguez, presentó inversiones en al menos veintidós


empresas de las cuales diecisiete estaban dedicadas a actividades relacionadas a
la pesquería de camarón y cinco más abarcaron actividades agrícolas y turísticas
de manera principal. Pese a ser uno de los inversionistas más prolíficos en cuanto
al número de empresas de las cuales participó, el monto de inversión de
Domínguez apenas superó los ciento cuenta mil dólares, sin embargo, llego a
participar de actividades tan variadas como las industrias avícolas y porcinas en el

113
ramo de la agricultura, así como extracción, maquila y exportación de camarón en
el caso de la actividad pesquera.

Gráfico 1: Red Empresarial Rafael Domínguez 1950-1961180

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Rafael Domínguez como uno de los industriales clave en el tejido empresarial


mazatleco logró establecer en torno así una red de socios comerciales que le
permitió participar de diversas actividades de la localidad. Familias como Coppel,
Cevallos, De Cima, Gavica y Kelly, fueron algunos de sus principales socios
180
En esta representación gráfica sobre las relaciones comerciales que Rafael Domínguez mantenía al
interior del tejido empresarial mazatleco, se puede observar que existía un grupo central de empresarios
que funcionaban como articuladores del resto del tejido. Luis Fuentevilla, Jose Haas, José Antonio Cevallos,
José Castello lograron establecer un gran número de conexiones con el resto del empresariado que permitía
la mencionada cohesión del tejido. Cabe destacar que la posición central de estos empresarios no los
convierte en los de mayor relevancia a nivel de inversiones, sino en agentes dinamizadores de los diversos
grupos empresariales al interior del tejido.

114
comerciales, con el paso de los años estas familias serian algunas de las más
relevantes en industrias como la turística, inmobiliaria, comercial e inclusive de la
política local. De tal manera se puede decir que las relaciones que se establecían
a nivel empresarial, por lo menos en el caso de Domínguez, buscaban no sólo una
estabilidad económica, sino la de converger socialmente.

Gráfico 2: Red Empresarial Juan Gavica 1950-1961181

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Por otro lado encontramos la figura de Juan Gavica, quien junto con Domínguez
fueron los dos principales industriales mazatlecos durante el periodo de 1950-

181
A diferencia de la primera red, en ésta se puede apreciar una fuerte participación de la familia Coppel, así
como relaciones entre empresarios clave en el desarrollo económico del puerto sinaloense como Tomás
Balderrama y Roberto Gorostiza.

115
1961. Durante este lapso de tiempo Gavica participó de un total de veintitrés
empresas de las cuales diecisiete estaban relacionadas con la actividad pesquera,
tres con la actividad turística y tres más con actividades comerciales diversas. Al
igual que Domínguez, los niveles de inversión de este empresario fueron en bajos
en relación al número de empresas de las cuales fueron inversionistas,
alcanzando un aproximado de doscientos cincuenta mil dólares; cabe destacar
que durante el año de 1960, Gavica tuvo una inversión extraordinaria de ciento
veinticinco mil dólares en la empresa Pesquera la Reforma S.A., motivo por el cual
su masa de capital invertido es mayor que la Rafael Domínguez. 182

En cuanto a los socios comerciales con los cuales contó Juan Gavica, se tiene que
este se relacionó con una facción diferente del empresariado mazatleco. Familias
como Escutia, Fuentevilla, De Rueda, Unger Ferreira y Balerrama, permitieron a
este actor participar de la economía pesquera en actividades tan específicas como
la construcción de embarcaciones o el avituallamiento refaccionario de las
mismas. De la misma manera, fue miembro constante de actividades comerciales
como la venta de automóviles y bebidas alcohólicas.

Cuadro 2: Principales empresas Domínguez/Gavica 1950-1961

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Industrial Marítima del Pacífico S.A. 1961 $175,000 Domínguez, Mijangos, Castello
Pesquera Reforma S.A. 1960 $130,000 Domínguez, Bastidas, Gavica
Porcicultura y Avícola S.A. 1958 $120,000 Domínguez, Kelly, Coppel
Pesquera Ruiz S.A. 1961 $100,00 Domínguez, Bastidas, Mancillas
Gavica y Domínguez S.A. 1960 $80,000 Domínguez, Gavica
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
*Inversión aproximada en dólares americanos

Si bien, estos dos empresarios fueron los principales responsables del


florecimiento de la pesquería de camarón en el puerto de Mazatlán, no fueron los
182
RPP-Mazatlán 1950-1961

116
únicos. Una serie de industriales del mismo ramo abonaron esfuerzos para hacer
de esta un actividad prospera y altamente rentable. Uno de los casos más
representativos es el de Tomás de Rueda Jr., quien no solamente participó de
manera activa en el proceso del desarrollo del tejido productivo de la actividad,
sino que además, se consolidó como uno de los actores más innovadores y
emprendedores de la misma.

En un sentido Schumpeteriano del término, se puede entender la figura de Tomás


de Rueda Jr., como un empresario y no sólo como un capitalista, debido a que la
capacidad de gestión de éste le permitió jugar roles trascendental en el desarrollo
de la actividad. Ya fuera como intermediario entre cooperativas y armadores en los
conflictos contractuales de finales de la década de 1950, o como captór de
inversión holandesa para el fortalecimiento de las tareas de construcción naval en
el puerto, Rueda Jr., siempre mostró un carácter emprendedor convirtiéndose en
pieza clave de la pesquería de camarón.183

En cuanto a los socios comerciales con los cuales contó este empresario
encontramos actores diferentes a los que se encontraban en la órbita del dúo
Gavica/Domínguez. Apellidos como Kelly, Haas y Coppel, se encontraron entre
sus principales socios comerciales. Sin embargo, son las figuras de Pedro Pinzón
y Tomás Balderrama las que más resaltan al interior de su red de socios, dada la
importancia que ambos empresarios tuvieron en el desarrollo de la pesquería de
camarón.184

183
Sin autor, “74 millones invertirán en las ampliaciones de los astilleros”, ESP, 21 de julio de 1962, p. 5; Sin
autor, “Habla Tomás de Rueda Jr. ante el Senado”, ESP, 06 de noviembre de 1958, p.1
184
Pedro L. Pinzón el cual a pesar de estar relacionado de manera directa únicamente con 5 empresarios,
logró repercutir de manera positiva para la colectividad de la industria, alcanzado puestos estratégicos a
nivel federal dentro de los diversos organismos encargados de dictar la política pesquera. Pedro Pinzón, no
sólo ocupó puestos dentro de las cámaras pesqueras a nivel nacional, sino que además fue el pionero y
primer dirigente de la delegación local de la Cámara Pesquera Nacional. Por su parte Tomás Balderrama,
aunque no alcanzó los niveles de inversión que otros grandes industriales pesqueros fue uno de los pocos
que permaneció con aportaciones constantes a la industria durante gran parte de los cincuenta años que
abarca el estudio.

117
Cuadro 3: Principales empresas Rueda Jr./Pinzon/Balderrama 1950-1961

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Tomás de Rueda Junior S.A. 1951 $80,000 Rueda, Gámez
Compañía Mexicana de Navegación S.A 1953 $80,000 Balderrama, Rueda, González
Construcciones Tarriba S.A 1961 $80,000 Balderrama, Fuentevilla
Compañía Pesquera Águilas S.A 1958 $60,00 Rueda, Landin
Rueda y Reynaud S.A. 1950 $40,000 Rueda, Reynaud
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
*Inversión aproximada en dólares americanos

Es indudable que durante la década de 1950 la principal actividad que regía la


vida económica mazatleca era la pesquería de camarón. Sin embargo, las grandes
ganancias que este negocio generaba comenzaban a crear condiciones
adecuadas para que los diversos grupos empresariales trasladaran parte de sus
inversiones otras actividades; la industria turística se convirtió de manera casi
automática en esa actividad que de manera paralela engrosaría el entramado
productivo mazatleco.

Aunque la actividad turística estaba ligada de manera íntima a la pesquera por la


cantidad de armadores que participaban de ella, aparecieron aquellos empresarios
que emergieron con el propio sector servicios y que con el paso de los años
lograron una participación determinante en el devenir económico del puerto, sin
embargo, en su mayoría fueron los grandes industriales pesqueros los que
controlaron la actividad turística desde que ésta comenzó su expansión hacia
mediados de la década de 1950.

De esta manera, durante el periodo de 1950 a 1961 el tejido productivo local del
puerto de Mazatlán se vio engrosado por aquellas empresas que comenzaron a
desarrollar al sector turístico del puerto. Las empresas relacionadas con este ramo
fueron 87 en total, si bien no todas se encontraban en el plano del turismo, todas
aportaban al desarrollo del mismo. Al igual que con la pesquería de camarón, la
naturaleza heterogénea de las empresa dedicadas al turismo, le permitió a esta

118
industria cohesionarse como un ente sólido capaz de responder de manera interna
a las necesidades que su propio desenvolvimiento iba generando. Hoteles,
restaurantes, centros nocturnos, agencias de turismo, pesqueras deportivas,
fueron sólo algunos de los giros que modelaron desde su inicio al Mazatlán
turístico.

Cuadro 4: Principales empresas Turísticas/Inmobiliarias en Mazatlán 1950-1961

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Inmobiliaria Moderna de Mazatlán S.A. 1961 $300,000 Azcona, Cárdenas
Sábalo Country Club S.A. 1958 $250,000 Mozqueda, Zambrano
Inmobiliaria y Constructora Sinaloa S.A. 1958 $250,000 Azcona
Inmobiliaria Mexicana de Occidente S.A. 1961 $250,000 Fuentevilla, Rivas
Fraccionamiento Las Gaviotas S.A 1953 $215,000 Caballero, Ostos
Inversiones Bayern S.A 1959 $150,000 Barrón, Ferreiro
Balboa Club de Mazatlan S.A. 1955 $100,000 Gorostiza, Heimpel
Moteles Sinaloa S.A. 1952 $80,000 Pasquel, Santos
Inmobiliaria del Pacífico S.A 1952 $80,000 Gavica, Infante
Impulsora Hotelera de Mazatlán S.A. 1956 $80,000 Kelly
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
*Inversión aproximada en dólares americanos

En lo que se refiere a los actores que participaron de la diversificación del tejido


productivo local hacia las actividades turísticas se encontraron una serie de
familias que tradicionalmente habían participado de la actividad pesquera; De
Cima, Coppel, Kelly, Medrano, Fuentevilla, Cevallos e incluso los grandes
empresarios pesqueros Rafael Domínguez y Juan Gavica. Sin embargo, fueron las
figuras de Luis Gorostiza, Raúl Rico y José Azcona aquellas que contaron con una
mayor participación en cuanto al número de empresas de las cuales fueron
inversionistas, así como también de las relaciones que establecieron con otros
empresarios en favor de la consolidación de un tejido empresarial más
cohesionado.
119
Por un lado encontramos a Luis Gorostiza quien, para el periodo de este apartado,
participó de un total de quince empresas de las cuáles, de las cuales cuatro
pertenecían a la industria turística, una al ramo agrícola y el resto a la industria
pesquera. Entre las empresas turísticas de las cuales fue accionista Gorostiza se
encuentra la denominada Balboa Club de Mazatlán, que con un capital inicial
cercano a los cien mil dólares, fue una de las modernizadoras del turismo en el
puerto mazatleco hacia el año de 1955. En lo que respecta a sus principales
socios comerciales se encontraban principalmente las familias: Haas, Rico y
Fuentevilla.185

Por su parte José Azcona, presentó inversiones en un total de dieciséis empresas


de las cuales seis estaban dedicadas a actividades relacionadas al turismo y el
resto a actividades pesqueras. Al igual que el empresario anterior, Azcona
participó de la modernización hotelera del puerto como accionista del hotel
Aguamarina construido en 1958 con un capital cercano a los cincuenta mil dólares.
Aunque integrado al tejido empresarial mazatleco, José Azcona presentó un
comportamiento un tanto diferente al ser sus empresas en su mayoría de corte
familiar. Cabe destacar que durante la década de 1960, este empresario en
sociedad con la familia Unger Ferreira, tuvo grandes inversiones turísticas y
pesqueras en el puerto sonorense de Guaymas.186

El empresario Raúl Rico en base a una sólida red familiar logró participar de siete
empresas relacionadas a la actividad turista y cinco más a la pesquería de
camarón. En cuanto a sus afiliaciones comerciales, las relaciones que mantuvo
con familias pesqueras como los Escutia o Cevallos, le permitieron pertenecer de
manera constante a las grandes cúpulas empresariales y gubernamentales del
puerto. Por último, cabe mencionar que al igual que en la pesquería de camarón,
la industria turística tuvo un desarrollo a partir de la cohesión lograda por el
entramado empresarial porteño, de esta manera familias como Coppel, De Cima y
Kelly participaron de ambos industrias de manera regular.

185
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
186
Ibíd.

120
Gráfico 3: Red Empresarios Turísticos Mazatlecos 1950-1961187

Fuente: Construcción propia Software Pajek

La década de 1950 trajo consigo un proceso de profundo cambio en la estructura


productiva del puerto de Mazatlán. Pese a ser la pesquería de camarón el centro
de este desenvolvimiento económico, la diversificación hacia la industria turística
jugó un papel fundamental para la estabilización que del polo de crecimiento en el
cual se convirtió el puerto. Los esfuerzos gubernamentales no fueron ajenos a
este suceso, sin embargo, las relaciones comerciales que se generaron entre los
empresarios se presenta como el factor clave del crecimiento económico porteño.

187
Como se puede analizar en la representación gráfica de los principales empresarios turísticos mazatlecos,
la red en torno a la actividad de servicios presentó tres núcleos teniendo a Raúl Rico, Roberto Gorostiza y
José Azcona como centros de estos núcleos. Pese a marcarse una diferencia notable en los tres grupos
empresariales la cohesión que como red presentaban, les permitió desarrollar la actividad de manera
constante desde mediados de la década de 1950

121
3.2. Nuevas estructuras en la red empresarial: dinero lejos de las redes, 1961-
1968

Dentro de una actividad económica nunca todo está hecho, sin embargo,
conforme se acercó el inicio de la década de 1960, los niveles de inversión de la
iniciativa privada fueron decreciendo de manera paulatina en la pesquería de
camarón. Dos pueden ser las causas que causaron esta disminución, la primera
se debe a que las nuevas inversiones estaban encaminadas a reproducir las
condiciones de productivas establecidas durante un periodo anterior o en su
defecto comenzaban una lenta migración a otras actividades como el turismo. En
segundo lugar, algunos de los primeros capitalistas comenzaban a ver en el
crecimiento de las cooperativas una seria amenaza a sus capitales y a la
estabilidad que la actividad camaronera había adquirido tras sus primeros diez
años de ascenso.

Las condiciones de la red empresarial cambiaron de manera considerable con la


venida de un nuevo periodo, es difícil establecer la permanencia que se dio en las
relaciones de los diversos actores de la iniciativa privada, por lo que el análisis se
centra en la red de empresarios que se tejió a través de las nuevas inversiones, es
decir, a través de las nuevas relaciones que se fueron estableciendo en el
segundo periodo establecido para el estudio de la pesca de camarón en el puerto
de Mazatlán, que se enmarca entre dos de los años con más conflictos dentro de
la industria, 1962 con una crisis laboral y 1968 con una inestabilidad en nivel de
precios del crustáceo en el mercado estadounidense.

Lo anterior se puede ejemplificar analizando de manera simple el comportamiento


de la red en su totalidad durante los dos diferentes periodos. En primer lugar,
durante el periodo que va de 1950 a 1961 contó con 84 empresarios que
superaron en por lo menos cuatro empresas su participación dentro de la red,
mientras que en el periodo que comprende este capítulo apenas 43 empresarios
participaron de la misma cantidad de empresas.

122
Otro punto para analizar dentro de las formas de comportamiento de la red
empresarial en los diferentes periodos, es que, durante el primero de ellos el
empresario actuó de manera cohesionada siendo casi imposible determinar
cuántos pequeños grupos existían al interior de red; en cambio, para el segundo
de los periodos la red se encontró compuesta en su mayoría por pequeños grupos
que con el aporte de grandes cantidades de capital lograron establecer prácticas
monopólicas. Por último, en ambas de las redes se puede apreciar a capitalistas
que no mantenían una relación con algún otro hacia el interior de la red. Para el
primer periodo estos eran Ricardo Fillipini y Guillermo Rice; y para el segundo
periodo Tomás de Rueda Coppel y Ernesto Urquijo, este último uno de los
empresarios más activos en el ramo de la agricultura.

El cambio en las condiciones de la red empresarial de nuevos capitales, no debe


de entenderse sólo como una disminución de la participación de los empresarios
tradicionales, sino también como la aparición de nuevas fuerzas en los armadores.
El año de 1962 significa el de mayor nivel de inversión en el periodo que va de
1950 a 1991, algunos de los responsables de esto fueron empresarios como Juan
E. Carranza, quien a la larga se convertiría en el principal personaje atunero de
América Latina y el Ingeniero Julio Berdegué Aznar, quien con el tiempo seria uno
de los empresarios turísticos más activo del país.

El periodo de 1961 a 1968 se puede dividir en dos partes en cuanto a las


cantidades de inversión que se dieron en el ramo de la pesca. En primer lugar se
encuentra el dúo de años que va de 1961 a 1962 que podemos considerar, dados
los niveles de captura y productividad por embarcación, como los años dorados de
la pesca de camarón. Durante este periodo se constituyeron cincuenta y un
empresas relacionadas a la actividad camaronera y sus necesidades productivas,
mismas que en conjunto alcanzaron inversiones por casi cuatro millones de
dólares. Durante este periodo aún se pudo notar una participación importante por

123
parte de empresarios que fueron parte activa de un periodo anterior como: Rafael
Domínguez, Federico Medrano, Arturo De Cima, Jorge Coppel.188

El segundo de los periodos, que se extiende de 1963 a 1968, se presenta una


severa crisis en los niveles de captura de la especie y una fuerte disidencia por
parte de algunos de los armadores tradicionales más importantes, así como el
ascenso de los nuevos grupos de poder al interior de la actividad. En este periodo
se constituyeron un total de cuarentaicinco empresas relacionadas a la actividad
pesquera, con una inversión aproximada de veintisiete millones de pesos. En este
periodo las inversiones más fuertes se dan por líderes como: Rafael Domínguez,
Camilo Medrano, Ernesto Coppel y Héctor Escutia.189

De regreso al primero de los sub periodos, los dos primeros años de la década de
1960 significaron un segundo despegue de la economía mazatleca. Pese a los
fuertes problemas entre cooperativas y armadores, la pesquería de camarón había
puesto al puerto en el camino del desarrollo, posicionándolo como el puerto
pesquero de mayor importancia en el Pacífico Americano. Como se mencionó
anteriormente durante estos dos años se presentó uno de los mayores niveles de
inversión dentro de la actividad pesquera, de manera general, estas inversiones
fueron canalizadas a dotar a las actividades de extracción de una mayor flota así
como de empresas accesorias que permitían una mayor eficiencia a la actividad
en general.

Del total de empresas relacionadas a la pesquería de camarón que se


constituyeron en estos años: treinta de ellas se establecieron en el giro de pesca
general que les permitía desde actividades de extracción hasta aquellas
relacionadas con la comercialización; las veintiuna empresas restantes abarcaron
actividades más especializadas tales como astilleros, remolcadoras, congeladoras
y comercializadoras. De esta manera, encontramos que tras el primer proceso de
crisis en la actividad el empresariado cerró filas como grupo de poder y volcaron
encaminaron nuevas inversiones al fortalecimiento del tejido productivo pesquero

188
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1962
189
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1963-1968

124
y por ende a la economía mazatleca que para inicios de la década de 1960 ya
dependía en una gran parte del funcionamiento adecuado de la pesquería de
camarón.

Cuadro 5. Principales empresas Pesqueras en Mazatlán 1961-1962

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Pesquera de Altamar S.A. 1961 $400,000 Coppel, Reynaud
Refrigeradora Mexicana S.A. 1962 $400,000 Cevallos, De Cima
Industrial Marítima del Pacífico S.A. 1961 $160,000 Domínguez, Castello
Pesquera Astillero S.A. 1962 $160,000 De Cima, Cosió
Pesquera Playa Larga S.A. 1962 $160,000 Medrano
Pesquera Playa Hermosa S.A. 1962 $160,000 Medrano
Pesquera Balderrama S.A. 1962 $120,000 Fuentevilla, Balderrama
Pesquera La Sirena 1962 $105,000 Coppel, Escutia
Pesquera Naimari 1962 $95,000 Castillo
Pesquera Ruiz 1961 $95,000 Ruiz, Domínguez
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1962
*Inversión aproximada en dólares americanos

Como se puede observar en el cuadro anterior, las inversiones de mayor monto en


la industria pesquera durante los primeros años de la década de 1960 recayeron
en aquellas personas que un periodo atrás habían logrado desarrollar la industria.
Nombres como Rafael Domínguez, Fernando Fuentevilla, Jorge Coppel aparecen
entre los principales inversionistas de este periodo, sin embargo, durante estos
dos años algunos personajes que habían estado a la sombra de los grandes
inversores destacaron de manera importante siendo Héctor Rojas, Héctor Escutia,
Fernando Carrillo, Juan Bastidas y la familia Medrano los principales.

Pese a ser 1962, el año en donde algunos de los empresarios pesqueros más
importantes se retiran de manera parcial de la industria, este surgimiento de
“nuevos” inversionistas vino a constatar el hecho de que el tejido empresarial

125
mazatleco se encontraba en una constante expansión que permitía una
participación a gran escala de nuevos integrantes que permitieran procesos de
diversificación y aparición de economías a escala. En este sentido, cabe destacar
que es el año de 1962 cuando se presenta en el panorama mazatleco la figura de
Julio Berdegué, futuro líder de las actividades pesquera y turística.

Durante el primero de los sub periodos de este apartado, aparecieron en el


panorama empresarial mazatleco determinados grupos que funcionaron como
piedras angulares de la actividad camaronera. A la par de los grandes
conglomerados de inversionistas que dominaron la industria desde principios de
los años cincuenta aparecieron nuevas sociedades en el tejido que comenzó a
presentar cambios en su estructura con respecto al periodo anterior; esto fue la
aparición de grupos de poder segmentados de la colectividad y la perdida de
cohesión entre miembros.

Con respecto a los grupos de poder segmentados, durante este periodo ascendió
dentro del entramado económico mazatleco la familia Medrano como una de las
más influyentes dentro la industria camaronera. Si bien la familia Medrano,
presentó inversiones constantes en la pesquería de camarón desde 1951, fueron
los primeros años de los sesenta los que les permitieron posicionarse como un
elemento fundamental de la actividad; la familia Medrano es una de las pocas de
esa época que en la actualidad permanecen como miembros activos de las
acciones pesqueras en el puerto de Mazatlán.

Entre los años de 1951 y 1967 la familia Medrano participó de dieciséis empresas
en su mayoría dedicadas a la pesca de camarón, aunque también tuvieron
acercamiento con la industria de bienes raíces. Con una inversión cercana a los
dos millones de dólares, las empresas de la familia Medrano lograron posicionarse
(sobre todo entre 1961 y 1962) como algunas de las más importantes de puerto,
sin embargo, son dos puntos ajenos al tamaño de su empresas lo que los pone en
un punto de análisis: la creciente participación de Federico Medrano como

126
dirigente de los armadores y el poco nivel de negocios que establecieron hacia el
exterior de su propio núcleo familiar.190

La irrupción de Federico Medrano entre los líderes de los armadores se da en el


contexto de los conflictos de contratación con las cooperativas, las cuales
alcanzaron su punto más álgido en 1962; con el paso de los años el mismo
Medrano seria el principal opositor al traspaso de la flota camaronera a manos de
las Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera. En cuanto a la endogamia
que se presentó en sus inversiones encontramos que solamente el señor Federico
Medrano Olmeda contó con socios comerciales externos a su familia y esto como
producto de su participación en una de las empresas pioneras de la pesquería de
camarón en el puerto del sur de Sinaloa: Congeladora Unión.191 En esta empresa
constituida en 1961, fueron inversionistas dos empresarios de peso durante el
primer periodo de estudio: Jovito Domínguez y Antonio Haas.192

Pese a ser la familia Medrano Olmedo los miembros más importantes para el
esquema económico pesquero del puerto de Mazatlán, existieron otros miembros
de la misma que lograron posicionar su nombre entre los grupos de poder
pesquero. A mediados de los años cincuenta José Medrano Meléndez fungió
como pequeño inversionista de dos empresas camaroneras en las cuales
compartió créditos con Tomás Balderrama y Santiago León, quienes fueron dos de
los armadores más involucrados en torno al desarrollo de la actividad durante esa
época. De igual manera José Medrano se asoció con el armador Enrique Pérez
Arce, quien había trasladado su flota productiva del puerto sonorense de
Guaymas.193

190
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1951-1968
191
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1951
192
La sociedad que Federico Medrano logro establecer con Haas y Domínguez, le permitió acceder a
diversos grupos de empresarios a los cuales pertenecían dichos personajes. En el caso de Antonio Haas y de
su familia las relaciones que abarcaban llegaban a los grandes magnates de la industria como Juan Gavica o
José Luis Gorostiza; por su parte Jovito Domínguez se presentó en el entramado como cabeza de un
pequeño grupo empresarial que con un nutrido grupo de empresarios menores logro posicionarse entre los
principales inversionistas de la década de 1950.
193
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1962

127
Por último, cabe mencionar la presencia de un tercer grupo Medrano que participó
en la economía mazatleca al margen de la pesquería de camarón así como del
resto de los inversionistas con los cuales compartía apellido. De esta manera se
puede establecer que a pesar de ser una de las familias de mayor importancia
dentro de la iniciativa privada mazatleca sus nexos con el resto del empresariado
fueron nulas por lo cual cualquier acción a favor de la actividad era para ver por el
bien individual y no por la colectividad del tejido.

Gráfico 4: Red Familia Medrano 1950-1967194

Fuente: Construcción propia Software Pajek

194
Como se puede apreciar en la representación gráfica de las relaciones empresariales de la familia
Medrano, en su mayoría funcionaron como pequeños grupos de poder, siendo los señores Federico
Medrano y José Medrano los que establecieron relaciones hacia el exterior de su propio entorno familiar. En
color azul se encuentran los miembros de la familia Medrano Olmeda; en color negro las relaciones de José
Medrano Meléndez; y en color verde el pequeño grupo representado por Crescencio, Ramón y Adela
Medrano. Aunque no se puede establecer un parentesco entre todos los miembros de la red, la naturaleza
de sus inversiones los posiciona dentro de la misma esfera de influencia.

128
A la par de estos grupos de poder seccionados de la colectividad, emergieron
figuras dentro del tejido que vinieron a articular una red empresarial que
comenzaba presentar serios signos de división, los dos principales actores fueron:
Tomás Balderrama y Héctor Escutia. Ambos armadores presentaron un
comportamiento similar hacia el interior de la red, ya que se posicionaron como
articuladores, no de la totalidad del entramado empresarial, sino de grupos de
poder al interior del mismo, llegando a pertenecer hasta a tres grupos de manera
simultánea obteniendo así, el beneficio que cada uno de estos les podía otorgar.

En primer lugar se encontraba el grupo que conformaban ambos armadores con


Juan Perlo y Juan José Reyna. Los cuatros empresarios en conjunto tuvieron
inversiones por más de ochocientos mil dólares durante el periodo en cuestión;
sus inversiones por separado aportaban al grupo empresas dedicadas a la
extracción de camarón, construcción y remolque de embarcaciones,
transportación de productos alimenticios. De igual manera, todos los miembros de
este grupo de empresarios lograron una diversificación menor de sus inversiones
llevándolas a empresas de carácter agrícola, inmobiliario/turístico, servicios
profesionales y comercio en general.195

De manera individual Tomás Balderrama se encontraba ligado al grupo


empresarial conformado por: Víctor Arias, Santiago León, Fernando Fuentevilla y
Ezequiel Tortolero. Con un nivel de inversión similar al grupo anterior que
superaba por poco los ochocientos mil dólares, este grupo dotaba al colectivo de
empresas en su mayoría de extracción, comercializadoras y ferreteras
especializadas en la actividad. De igual manera se presenta una diversificación
menor en actividades de corte turístico y agrícola.196

Por su parte Hector Escutia, se relacionó al interior de uno de los grupos de poder
más grande y de mayor tradición dentro de la industria camaronera en el puerto de
Mazatlán; este grupo se encontraba conformado por los miembros de las familias
Cevallos y De Cima. En conjunto este grupo empresarial tuvo inversiones

195
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1968
196
Ibíd.

129
aproximadas al millón de dólares, y un periodo anterior logró inversiones
superiores a los seiscientos mil dólares; de 1950 a 1968, este grupo tuvo la
capacidad de participar en cada uno de los aspectos relacionados a la pesca
dotando a sus socios comerciales de una base productiva sólida.197

Gráfico 5: Red empresarial Héctor Escutia, Tomás Balderrama, Víctor Arias 1961-
1967198

Fuente: Construcción propia Software Pajek

197
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1968
198
Este gráfico en el cual se representan las relaciones comerciales de los armadores Tomás Balderrama
(verde) y Héctor Escutia (negro), se puede apreciar a través de las líneas en color rojo, la figura de Víctor
Arias. Este armador funcionó como enlace entre el tejido empresarial articulado en torno a la figura de
Balderrama y el grupo empresarial conformado por José Carranza y Julio Berdegué. Por separado cada uno
de los grupos de inversionistas contaba con una fuerte influencia en el desenvolvimiento económico
porteño, sin embargo, como se observa en el caso de estos tres empresarios la colectividad del entramado
empresarial comenzaba a presentar signos de profundo desgaste.

130
¿Generaron estos cambios en el entramado empresarial, modificaciones en su
accionar con respecto a las problemáticas de la actividad? Sin lugar a dudas. La
primera generación de empresarios, aunque preocupados por mantener un nivel
alto de ganancias, tenían una visión más integral en cuanto al papel que
desempeñaban hacia el interior del sistema productivo local, por lo que su relación
con los demás actores aunque con conflictos, siempre fue de mutua cooperación.

Hacia principios de la década de 1960 estos cambios no eran notorios y solamente


la familia Medrano comenzaba a posicionarse como un nuevo grupo de poder
dentro de los armadores, mientras que los empresarios tradicionales seguían
participando como los principales articuladores de la actividad. Por mencionar
algunas de las principales acciones, Tomás de Rueda Jr., gestionó la participación
de la empresa holandesa Dock en Werg - MaatschappigWilton - Fijenoord N.V.,
para la reactivación de los astilleros que se encontraban como empresas
paraestatales. Con una inversión de más de 70 millones de pesos y con
capacitación de primer nivel,199 esta acción permitió a los astilleros mazatlecos
convertirse en competitivos a nivel mundial y exportar embarcaciones a países
como: Kuwait, Guyana Francesa, Puerto Rico, Venezuela, Guatemala, India,
Chile, Japón, Corea del Sur y Nicaragua.200

El principio de la década de 1960 se convirtió en una búsqueda constante por


parte de los armadores de competitividad de la industria a nivel internacional,
como presidente de la Cámara Nacional Pesquera, Luis Felipe Cevallos hizo un
esfuerzo por implementar el sistema IQF (Individual Quick Frozen) dentro de las
congeladoras de la localidad. Este era un sistema de congelamiento que permitía
que cada unidad de producto permaneciera separada al momento de congelarse,
permitiendo al producto contar con la certificación de congelamiento adecuado
para penetrar el mercado europeo.201

199
Sin autor, “74 millones invertirán en las ampliaciones de los astilleros” El Sol del Pacifico, 21 de julio de
1962, p. 5
200
El Sol del Pacífico, Mazatlán, México, 1963 – 1981.
201
Sin autor, “Crédito mixto y auxilio técnico para impulsar la pesca camaronera, El Sol del Pacifico, 26 de
junio de 1962,

131
La búsqueda del consumo europeo no se dio únicamente a través de una
tecnificación de sus medios de producción, la dirección de la Cámara, lanzó una
campaña con empresarios que estudiaron en el viejo continente las opciones de
mercado que el producto mexicano tenia.202 Quizá la última prueba en pro de la
industria por parte de los armadores de la primera generación, se dio con el aporte
de tres millones y medio de pesos que estos dieron para que los trabajos de
construcción de un muelle exclusivo de la pesca se aceleraran por parte del
gobierno federal.203

A partir de 1962, motivado por los conflictos que se dan en el entorno de las
contrataciones con las cooperativas, se da un cambio radical en los mandos de los
armadores y se presenta un exilio de capitales de la pesca hacia otras actividades,
principalmente el turismo. Aunque de manera parcial, muchos de los empresarios
tradicionales en la pesca de camarón retiran sus capitales, no por el hecho de
compartir el control de la actividad con las cooperativas, sino por que pudieron
anticipar el camino que tomarían las políticas públicas pro cooperativas, a través
de las cuales estas se convertirían en las únicas que participarían de la economía
camaronera.

Cuadro 6: Principales inversiones de armadores disidentes 1963-1968

Empresario Empresa Año Giro Capital*


Jorge Fraccionamiento Playas del Mar 1963 Inmobiliaria $400,000.00
Coppel S.A
Bol del Mar S.A. 1963 Boliches $1,500,000.00
Fraccionamiento Trópico de 1968 Inmobiliaria $1,000,000.00
Cáncer
Héctor Inmobiliaria y Fraccionadora S.A 1964 Inmobiliaria $1,125,000.00

p.5
202
Sin autor, “Buscan mercado en Europa al camarón”, El Sol del Pacifico, 13 de julio de 1962, p.5
203
Sin autor, “3 millones y medio será la aportación de los armadores”, El Sol del Pacifico, 18 de julio de
1962, p.5

132
Escutia Remolcadores del Norte S.A. 1968 Transporte/Carga $1,250,000.00
Fernando Deshidratadora de Mazatlán S.A 1963 Alimentos $50,000.00
Fuentevilla Inmuebles Torrelavega S.A. 1966 Inmobiliaria Turismo $2,600,000.00
Familia Fertilizantes del Noroeste S.A. 1965 Agricultora $1,000,000.00
Cevallos CECOSA S.A. 1964 Constructora $250,000.00
NOROMEX 1965 Comercializadora $500,000.00

Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán 1963– 1968.


*Capital total de la constitución de la empresa en dólares americanos

Dentro de los empresarios más importantes que retiraron inversiones de la


actividad en 1962, encontramos a: Jorge y Sergio Coppel Careaga, Juan Gavica,
Arturo de Cima, Sigfrido Ruiz, Familia Fuentevilla, Roberto Sánchez, Víctor Patrón
y la familia Cevallos. Muchos de estos empresarios no presentaron reinversiones
inmediatas a su retiro, sin embargo, en mayor o menor medida todos participaron
de otras actividades económicas porteñas a lo largo de los siguientes cinco
años.204

Las acciones de los armadores entre 1963 y 1965, el segundo de los sub
periodos, fueron limitadas y se enfocaban de manera principal en mantener altos
los márgenes de ganancia, así como establecer cursos de acción en contra de la
política federal que beneficiaba de manera sistemática al sistema cooperativista.
Pocas fueron las acciones que se pueden contar como un impulso a la actividad
pesquera local, incluso se da el caso de armadores que migran a otros países a fin
de poder explotar la especie en otros mares con potencial como Brasil y Guyana
Francesa.205

Un nuevo conflicto de contratación en 1965 motivo una nueva desbanda de


capitales, entre los armadores disidentes se encontraban: familia Fuentevilla,
Roberto Sánchez, Víctor Patrón.206 Generó de igual manera acciones

204
El Sol del Pacífico, Mazatlán, México, 1962-1966
205
Sin autor, “Naves Mazatlecas irán de pesca hasta Brasil”, El Sol del Pacifico, 05 de Mayo de 1965, p.5
206
Sin autor, “Los armadores aún no se ponen de acuerdo” El Sol del Pacifico, 04 de Septiembre de 1969,
p.6;

133
desesperadas por parte de empresarios pesqueros como la de Tomás de Rueda
Jr., quien pretendió la pesca del crustáceo a 200 brazas de profundidad y fracasó
rotundamente.207 Por último, encontramos a empresarios de la familia Coppel que
diversificaron sus capitales dentro de la industria pesquera, más no camaronera, al
establecer empresas dedicadas al procesamiento de harina de pescado.208

Cuadro 7: Principales empresas Pesqueras en Mazatlán 1963-1968

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Productos Exclusivos del Mar S.A. 1967 160,000 Medrano
Pesquera San Fernando S.A. 1964 $144,000 Rojas, Carrillo
Pesquera Costa Azul S.A. 1963 $80,000 Coppel, Rueda
Proveedora Marina del Pacífico S.A. 1964 $80,000 Domínguez, Rico
Harina de Pescado de Mazatlán S.A. 1966 $80,000 Coppel, Reynand
Empresas Pesqueras del Pacífico S.A. 1966 $80,000 García González, Duger
Navieras Consolidadas S.A. 1966 $80,000 Escutia, Perlo
Pesquera Mar Azul S.A. 1965 $72,000 Domínguez, Castello
Fomento Pesquero del Pacífico S.A. 1963 $60,000 Domínguez, Gavica
Pesquera Libertad S.A. 1964 $55,000 Reyes, López
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1963-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

A partir de 1966 el papel de los empresarios de la pesca de camarón fue gris,


dejando en las cooperativas responsabilidades como las de innovación y
organización, que estas no implementarían y llevarían con el tiempo a un
decaimiento sistemático de las condiciones productivas de la pesquería de
camarón. Lo anterior pese a que es en este periodo cuando armadores como
Federico Medrano y Julio Berdegué se convierten en la cara visible de la iniciativa
privada.

207
Sin autor, “Beneficiara enormemente a la industria”, El Sol del Pacifico, 22 de noviembre de 1965, p.5
208
Sin autor, “Peligro de paro pesquero”, El Sol del Pacifico, 05 de enero de 1966, p.5

134
La irrupción que hizo Julio Berdegué dentro de la dinámica económica mazatleca
durante la década de 1960, cambió de manera considerable la forma en que se
concebía la industria del camarón. El pequeño grupo de inversionistas que
lideraba Berdegué presentaban un perfil tradicional capitalista en el cual se
preponderaba la obtención de una tasa de ganancia; esto ocasionaría un
alejamiento cada vez mayor de la relación armónica que armadores y cooperativas
habían tenido veinte años atrás.

Durante los años de 1962 a 1968 el señor Berdegué participó de un total de ocho
empresas de las cuales la mitad estaba dedicada a actividades directamente
relacionadas con la pesquería de camarón y la otra mitad a labores de
transportación marítima. Durante todas las inversiones que realizó durante este
periodo tuvo como socios comerciales al señor Marcial Camacho, a su esposa
Dolores Sacristán y en dos ocasiones a José Carranza. Sin embargo, fue una
inversión cercana a los veinticinco mil dólares en el año de 1967, la que puede dar
luz sobre la relación que este capitalista sostuvo con los grupos de poder de la
industria.

La empresa llamada Hielera Tropical, fue constituida en el año de 1959 por dos de
las familias de empresarios más importantes de la industria durante ese periodo:
Fuentevilla y Balderrama. A partir de la inversión mencionada, Berdegué se
convierte en accionista de la firma y en socio comercial de estas familias logrando
tomar control de una empresa con relaciones consolidadas con socios en los
mercados internacionales así como el sistema cooperativista.

Como se mencionó anteriormente, el ascenso de Berdegué a la cima del tejido


empresarial mazatleco no sólo cambió la manera en que se manejaba la
pesquería de camarón, sino que además hubo un aumento de la actividad turística
porteña. Aun y cuando el magnate pesquero se involucró en el sector servicios
hasta la década de 1970, el periodo que comprende este apartado fue de gran
avance para el sector, y logró convertirse en una parte vital de la economía
mazatleca y por ende de la actividad empresarial porteña.

135
Durante el periodo que va de 1961 a 1968 fueron constituidas setenta y dos
empresas relacionadas al sector inmobiliario y turístico. Del total de las empresas
al menos treintaicinco establecían su giro dentro del ramo inmobiliario, mismo que
les permitía participar de esa actividad en lo general o en el plano turístico, de esta
manera es difícil precisar cuántas empresa sólo dedicaron sus acciones al plano
inmobiliario general; aún con esto, la movilización masiva de capital hacia ambas
actividades fue una muestra del crecimiento de la economía local que comenzaba
a expandirse en actividades y espacios urbanos.209

Gráfico 6: Red empresarial Julio Berdegué, José Carranza, Tomás Balderrama210

Fuente: Construcción propia Software Pajek

209
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, : 1961-1968
210
Pese a encontrarse parcialmente segmentado del grueso del tejido empresarial mazatleco, Julio
Berdegué logró conformar en torno a su figura un grupo de empresarios cohesionados entre sí. De esta
manera, Berdegué se encontró en condiciones de reproducir de manera acelerada su capital y trasladarlo en
la década de 1970 hacia una pujante actividad turística. En la gráfica puede apreciarse que el grupo de
Berdegué encontró soporte en las figuras de José Carranza (verde) y Tomás Balderrama (negro) quienes
funcionaron como ejes articuladores al interior de este grupo.

136
El resto de las empresas relacionadas a la actividad turística tuvo un carácter en
extremo heterogéneo. Al ser los rubros de esta industria independientes entre sí,
aunque a la vez complementarios, se constituyeron empresas en los ramos de
hotelería, comida, pesca deportiva, agencias de viajes, campos de golf, comercio
de artesanías y transportación marítima. De esta manera, la industria del turismo
comenzaba un proceso de desarrollo similar al que presentó la pesquería de
camarón diez años atrás, y poco a poco se convirtió en una actividad capaz de
generar de manera endógena sus propias condiciones de desarrollo.

Cuadro 8: Principales empresas turístico/inmobiliaria en Mazatlán 1961-1968

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Inmobiliaria Moderna de Mazatlán S.A. 1961 $300,000 Azcona, Arnold
Inmobiliaria Mexicana de Occidente S.A. 1961 $250,000 Fuentevilla
Inmuebles Torrelavega S.A. 1966 $200,000 Fuentevilla, Soto
Inmobiliaria y constructora costera del 1962 $160,000 Escutia, Murguía, Cordova
Noroeste S.A.
Constructora Gral. S.A. 1965 $160,000 Carreón, Rafael Lizárraga
Inversiones Turísticas S.A. 1966 $160,000 Peña, Coppel, Haas
Inmuebles Mazatlán S.A. 1967 $160,000 Tortolero, Carlos Ortega
Bol del Mar S.A. 1963 $120,000 Coppel, Reynand, Zamora
Representaciones Exclusivas de 1967 $120,000 Clouthier, Levin
Mazatlán S.A.
Inmobiliaria y Fraccionadora S.A. 1964 $100,000 Escutia, Cordova

Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968


*Inversión aproximada en dólares americanos

Como se ha venido mencionando, la actividad turística encontró en las ganancias


producidas por la pesquería de camarón su principal fuente de desarrollo, por este
motivo no es raro encontrar a antiguos armadores entre los principales inversores

137
de esta actividad durante la década de 1960. Nombres comunes en la economía
mazatleca como Héctor Escutia, Jorge Coppel, Fernando Fuentevilla, figuraron
como los personajes con inversiones de mayor volumen, sin embargo, no
existieron liderazgos claros que funcionaran como articuladores de la actividad. Un
ejemplo de esto fue Roberto González quien a pesar de tener por cuenta propia
inversiones superiores a los seiscientos mil dólares no estableció contacto alguno
con la iniciativa privada porteña.211

Gráfico 7: Red empresarial en torno a la industria turística, 1961-1968

Fuente: Construcción propia Software Pajek

En cuanto al tejido que se concertó en torno a la actividad turística encontramos


que este se adhirió de manera natural al ya existente dentro de la pesquería de

211
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968

138
camarón aportando nuevos miembros que fungieron como los más frecuentes en
cuanto a inversiones se refiere. En este sentido la figura empresarial más
constante dentro del periodo para la actividad turística fue la de Adán Carreón,
quien fue accionista de ocho empresas con una inversión cercana a los doscientos
mil dólares. Carreón fue la cabeza de un pequeño grupo de inversionistas entre
los que se encontraron la propia familia Carreón, así como Gonzalo Sayas y
Roberto Gama; sin embargo, sus relaciones trascendieron el carácter familiar
llegando a establecer, aunque no con los principales miembros, relaciones
comerciales con algunas de las familias económicamente más activas de la
localidad.212

La década de 1960 trajo consigo cambios profundos en el accionar de la


pesquería de camarón y por ende en la economía del puerto de Mazatlán. Los
conflictos que se generaron entre los grupos de poder al interior de la industria
llevaron a la iniciativa privada a adoptar una postura de diversificación de las
inversiones con lo cual logaron fortalecer, el cada vez más pujante, sector
turístico.

Aun y cuando la economía del puerto se vio favorecida por el surgimiento de una
actividad nodal paralela a la pesquería de camarón, el tejido empresarial modificó
de manera profunda la forma en que se relacionaba. Tras el abandono de la
actividad pesquera por parte de algunos de sus miembros más reconocidos, el
tejido empresarial comenzó un proceso de fragmentación que desembocaría en
una pérdida de cohesión entre los integrantes generando con esto un entorno
económico individualista imposibilitado para responder de manera colectiva a los
estímulos del sistema a nivel local y externo.

212
A través de la inversión realizada en la empresa constituida bajo la razón social de Pesquera Haas S.A.
(Registro Público de la Propiedad Mazatlán, -1966) Adán Carreón logró establecer sociedad comercial con
Martin Gaviar Jr., Thelma de Haas y Martin Álvarez Tostado. En el caso de los dos primeros, la relación con
los grupos de poder que representan sus familias era de gran interés para Carreón, mientras que en el caso
de Martin Álvarez se tiene que fue un empresario que a pesar de encontrarse entre los más notables de
engranaje productivo se mantuvo constante en la economía mazatleca con inversiones en al menos tres
décadas diferentes.

139
3.3. Desenvolvimiento del entramado productivo: crisis y renovación de la pesca
de camarón 1969-1981

Los crecientes problemas entre los dos grupos dominantes de la pesquería de


camarón en el puerto de Mazatlán habían dado a la industria una inestabilidad
hasta entonces desconocida. A finales de la década de 1960 esta situación se
recrudeció al presentarse problemas ajenos a las disputas pero propios de la
actividad. La llegada del huracán Jennifer, un intento de embargo comercial por
parte de los productores pesqueros de Estados Unidos, así como una notable
disminución en la producción del producto fueron fuertes atenuantes a la mala
situación de la pesquería.

Para el cuerpo empresarial de la actividad pesquera la llegada del huracán


Jennifer (cuatro en la escala Saffir-Simpson) significó un replanteamiento de su
participación dentro de la industria camaronera. Aunque los daños en las
embarcaciones y plantas productivas del puerto no alcanzaron estratos
catastróficos, significaron un duro golpe a las endebles finanzas de los armadores.

A los daños por casi catorce millones de pesos que sufrió la actividad en el puerto,
se sumaron las pérdidas materiales de las flotas sureñas de los estados de
Guerrero y Oaxaca que maquilaban su producción en las congeladoras privadas
del puerto del sur de Sinaloa. Con casi 50 embarcaciones fuera de servicio las
cooperativas Suriana, Istmeña, San Cruz y Acapulco dejaron de ser una fuente de
ingreso para la industria pesquera de Mazatlán.213

El inicio devastador de este periodo sólo fue el punto de partida para la


reconfiguración de tejido productivo y empresarial que continuaron su proceso de
diversificación hacia el turismo y la pesca de otras especies como el atún. Al
observar el comportamiento del tejido empresarial en relación con el periodo
anterior, se tiene que este se cohesiona nuevamente en torno a la figura de José

213
Sin autor, “Merma de 33 millones de pesos sufrirá la cosecha camaronera”, El Sol del Pacifico, 29 de
octubre de 1969, p.3 y 5; Narváez García, Ramón, “Se pierde la flota”, El Sol del Pacifico, 13 de octubre de
1969, p.3; Sin autor, “Depreciación y devoluciones de nuestro camarón de exportación”, El Sol del Pacifico,
27 de noviembre de 1969, pp.3 y 5;

140
Carranza Beltrán, promotor de la pesca de atún en el puerto sinaloense y el mayor
socio de Julio Berdegué Aznar principal inversionista turístico en el puerto.

El empresario José Carranza Beltrán se convirtió en el eje articulador del tejido


empresarial mazatleca teniendo como principales socios, ya no solamente, a
industriales dedicados a la pesquería de camarón, sino que además se relacionó
con empresarios turísticos como Julio Berdegué y Sergio de Cima, empresarios
con participación política como la familia Rice, así como con la familia Coppel
quienes se consolidaron como el principal grupo empresarial en Mazatlán durante
la segunda mitad del siglo XX.

Durante el periodo que va de 1969 a 1981, José Carranza tuvo inversiones


cercanas a los dos millones de dólares en un total de catorce empresas. De las
empresas de las cuales participó, seis se desenvolvían en el giro pesquero, cinco
en el sector turístico y tres más en giros comerciales no especializados. Dentro de
estas empresas Carranza Beltrán logró mostrarse como un capitalista poderoso
con inversiones de hasta ochocientos mil dólares en una sola compañía
(Inmobiliaria Dolores S.A.), montos que pocos inversionistas locales lograron en
veinte años de actividad.214

Pese a ser José Carranza el principal inversionista en la pesca de atún y eje


articulador del entramado empresarial, los precursores de la diversificación
pesquera fueron los otrora empresarios camaroneros familia Cevallos. Cobijados
por el Plan Pesquero Nacional de Luis Echeverría, que pretendía dejar la pesca
de camarón en manos de las cooperativas y financiar a los privados con la
explotación de otras especies, en el año de 1971 la familia Cevallos con una
inversión de más de cinco millones de pesos funda las empresas Atunes del
Pacífico y Empacadora Cevallos, dando inicio de esta manera a la pesca e
industrialización del atún dentro del puerto de Mazatlán.215216

214
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981
215
Sin autor, “Quieren aprovechar sólo especies inexplotadas”, El Sol del Pacifico, 25 de mayo de 1971, p.3
216
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1971

141
Gráfico 8: Red empresarial en torno a José Carranza, 1969-1981217

Fuente: Construcción propia Software Pajek

En el caso de la familia Cevallos se tiene en el periodo que va de 1969 a 1981


participaron de diez empresas de las cuales siete estaban encaminadas a la
pesca, dos más al turismo y una más a servicios de autotransportes. Como fue su
costumbre desde la década de 1950, la familia Cevallos establecía el grueso de
217
En la representación gráfica del tejido empresarial que se conformó en torno a la figura de José Carranza,
ha sido omitidas las relaciones comerciales que se desprendieron de la compañía constituida bajo la razón
social, Promotora de inversiones industriales en Mazatlán S.A. de C.V., esta compañía fundad en 1973 contó
con un capital cercano a los diez mil dólares y tenía por objetivo funcionar como un asociación de
empresarios a través de la cual se buscaba generar condiciones de colectividad que permitieran responder
de manera adecuada a los estímulos del medio y a los problemas que se generaran en la totalidad del tejido
productivo local. Los empresarios que formaron parte de esta sociedad fueron: Isaac López Arregui, Oses
Cole, Humberto Rice, Miguel Valadez, Joaquín Vega, Alfonso Alatorre, Segismundo Arnold, Raúl Cárdenas,
José Carranza, Arturo y Sergio De Cima Guereña, Sergio Coppel, Luis Fuentevilla, Martin Gavica Jr., Fernando
Letamendi Lie, Quirino Ordaz Luna, Octavio Rivera y Tomás de Rueda Coppel. Con una inversión individual
de ochocientos dólares está empresa contó con al menos un miembro de algunas de las familias
empresariales más influyentes en el puerto de Mazatlán. Sin embargo, este tipo de empresas no puede ser
tomada como una filiación comercial, sino como una unión estratégica entre empresarios para establecer
lazos de cooperación ante una coyuntura o una planeación a futuro. De igual manera cabe destacar que es
el capítulo cuatro en la red empresarial general del periodo cuando estas relaciones son tomadas en cuenta,
generando la idea de un tejido en recuperación de la cohesión perdida en la década de 1960.

142
sus inversiones de manera interna entre los miembros de su familia. Durante este
periodo en particular lograron establecer relación comercial con empresarios de
las familias Fuentevilla, Farriols, Toledo; inclusive lograron establecer asociación
con empresas norteamericanas como la Westgate-California Food, misma que le
permitió acceder al mercado californiano al margen de la colectividad.

Aun y cuando las inversiones atuneras fueron las de mayor monto dentro del
periodo de 1969 a 1981, muchos de los inversionistas trabajaron al margen de la
red dominante. Con excepción de Tomás de Rueda Coppel y José Carranza,
armadores como la mencionada familia Cevallos y Miguel Castro operaron de
manera individual haciendo de la pesquería del atún una actividad menos
cohesionada que la aún dominante pesquería de camarón.

Cuadro 9: Principales empresas Atuneras en Mazatlán 1969-1981

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Atunidos S.A. 1980 $800,000 Castro, Peña
Pescados Industrializados S.A. 1981 $400,000 Carranza, Saracho
Atunes y Derivados S.A. 1981 $300,000 Cevallos
Productos Alimenticios del Mar S.A. 1972 $300,000 Arellano
Empacadora Cevallos S.A. 1972 $280,000 Cevallos
Atuneros Sinaloenses S.A. 1981 $250,000 Coppel, Rueda
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

La dualidad productiva que presentaba la industria pesquera con el viraje hacia a


pesca de atún, generó un proceso similar en cuanto los grupos que dominaron la
actividad. Por el lado de la pesquería de atún encontramos a la familia Cevallos
como los principales actores del entramado productivo y empresarial; mientras que
del lado de la pesquería de camarón ese papel fue tomado por José Carranza.
Nunca antes el tejido productivo mazatleco había se había encontrado tan

143
polarizado sobre la figura de algún industrial, este hecho fue el que marcaría de
manera significativa el camino que la economía porteña tomaría los siguiente
años.

Cuadro 10: Principales empresas camaroneras 1969-1981

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Refrigeradora Mexicana S.A 1973 $2,000,000 Cevallos, De Cima
Frigopesca S.A 1981 $900,000 PROPEMEX, Berdegué
Harina y Aceite de Pescado S.A. 1980 $400,000 Coppel Careaga
Congeladora de Productos Pesqueros 1977 $300,000 Carranza
Productos Marinos Framza S.A 1981 $270,000 Garza
Reconstructora de Motores del 1980 $192,000 Ramos, Frias
Pacífico S.A.
Refrigeradora Estrellas del Pacífico 1977 $170,000 Cuen, Llamas
Hielo Viva S.A. 1980 $150,000 Coppel, Goicochea
Alimentos Marinos S.A. 1979 $120,000 Llausas, Ricardo Lizárraga
Transportes Refrigerados Tropicales 1979 $120,000 Berdegué
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

En este sentido se puede percibir que la pesquería de camarón continuó siendo el


epicentro de los esfuerzos de la iniciativa privada. En este periodo encontramos a
figuras como Sergio Coppel, Luis Fuentevilla e incluso Rafael Domínguez que
durante los periodos anteriores fueron pieza clave de la actividad. Sin embargo,
las inversiones que se dieron en torno a la pesca de camarón no estuvieron
encaminadas a actividades extractivas, por el contrario fueron llevadas a la
constitución de empresas conexas a la extracción del crustáceo como
congeladoras, astilleros, ferreterías especializadas.

144
Esta tendencia a la inversión dentro de empresas no dedicadas a la extracción la
podemos entender como una respuesta de los armadores a las condiciones que la
federación imponía en cuanto al papel de las cooperativas dentro de la pesquería
del camarón. A partir de 1971 el BANFOCO anunció la construcción de 800
embarcaciones camaroneras que serían destinadas al sistema cooperativista
nacional, en lo particular para el puerto de Mazatlán esto significó un ascenso de
la flota cooperativista por encima de la flota de armadores, dejando a estos últimos
en una situación vulnerable.218

El papel de los empresarios pesqueros durante la primer parte de la década de


1970 fue de franca resistencia ante el embate de las cooperativas. Al ser estas
últimas la principal fuerza productiva de la actividad, intentaron establecer de
manera unilateral las condiciones de contratación llevando a la clase empresarial
replantearse su permanencia dentro de la actividad. Pocos fueron los empresarios
que encabezaron esta resistencia, sin embargo, los que lo hicieron eran
considerados los monstruos de la industria.

Las condiciones adversas que la actividad había presentado durante los últimos
años de la década de1960 hacían pensar que los cooperativistas y armadores
buscarían una mejora en las relaciones contractuales, sin embargo, lejos estuvo la
calma dentro de estos procesos. Para la temporada de 1972 los cooperativistas
hicieron manifiesta su pretensión de secar a los armadores de la actividad
exigiendo un contrato de participación en el cual los armadores cedieran el 85%
de las utilidades.219

Es en este punto en donde la participación de la red empresarial comenzó a


convertirse en resistencia más que en acción creadora. En un primer momento
atendiendo a la razón en el industrial Federico Medrano hizo pública su opinión
sobre la importancia de la cooperación entre ambos grupos por el bien de la

218
Sin autor, “Total modernización de la flota pesquera”, ESP, 29 de mayo de 1971, p.3 y 5
219
Sin autor, “Necesitan más unión armadores y cooperativistas”, El Sol del Pacífico, 18 de enero de 1971,
p.5

145
pesca, dando el debido respeto al papel de ambos bandos.220 En segundo
momento esta resistencia se convirtió en un ataque directo a las relaciones entre
ambos grupos. Recurrentes habían sido las paralizaciones de las flotas a manera
de presión, sin embargo, para septiembre de 1972 los armadores mazatlecos
decidieron contratar sus embarcaciones con cooperativas de otros puerros
mexicanos afectando de esta manera a aquellas cooperativas que aún no
contaban con flota propia.221

Este proceso de resistencia activa duró cuanto duraron los problemas de


producción y de precios en el mercado, como se observa en la tabla anterior las
principales inversiones en la actividad se dieron después de 1976, año que
significó un repunte en las tasas de utilidad. Con una moneda devaluada en
76%,222 las ganancias por la comercialización del producto en Estados Unidos
fueron las más redituables en 40 años de actividad.223

Como otras ocasiones, las condiciones de abundancia no se sostuvieron más de


dos temporadas y los problemas de la actividad se hicieron presentes de nuevo en
1978, siendo este año el que marcaría la retirada (al menos moral) de los grandes
empresarios de la pesca de camarón. Por un lado Julio Berdegué aseguraba que
las cabezas del cooperativismo tenían la consigna de expulsar a la iniciativa
privada de la actividad y que dicho objetivo era apoyado por el estado, por lo que
ellos se encontraban en imposibilidad de defender su papel dentro de la
industria.224 Por otro lado José Carranza establecía que problemas changuerismo,
un deficiente sistema de comercialización y un mediador parcial, hacían de la
pesca de camarón un negocio poco rentable.225

220
Sin autor, “Necesitan más unión armadores y cooperativistas”, El Sol del Pacífico, 18 de enero de 1971,
p.5
221
Sin autor, “Salió la flota rumbo a distintos puertos del Pacífico”, El Sol del Pacífico, 13 de septiembre de
1972, p.5
222
Gabriel Zaid, La economía presidencial, Océano, México, 2000, p.47
223
El Sol del Pacífico, Mazatlán, México, julio de 1976 – octubre de 1976
224
Sin autor, “Niegan despachos de pesca a los armadores”, El Sol del Pacífico, 28 de noviembre de 1978, p.7
225
Sin autor, “La actividad pesquera no es rentable, dice Carranza en desconsolador balance”, El Sol del
Pacífico, 17 de febrero de 1979, p.7

146
El tejido de la red que se desarrolló durante el periodo de 1969 a 1981 se puede
comprender de manera más adecuada partir de los sucesos acaecidos en 1980,
debido a que este año significó un rompimiento entre los actores de la iniciativa
privada. Por un lado aquellos que aparecen en la red establecida buscaban de
manera sistemática aprovechar los créditos de las instituciones financieras a las
cooperativas para deshacerse de sus flotas, muchas de ellas en condiciones
deplorables. Este grupo liderado por José Carranza y Julio Berdegué
materializaron su proyecto en octubre de 1981, cuando un total de 207
embarcaciones propiedad de los armadores fueron vendidas a las cooperativas
por un total de 1,242 millones de pesos, a través de créditos otorgados por la
banca pública.226

Por otro lado, apareció un grupo de pequeños armadores que se aferraban a su


permanencia dentro de la actividad, asegurando que su participación dentro de la
actividad era vital, debido a que las cooperativas y sus líderes jamás podrían
hacerla crecer al carecer de una visión empresarial. Los integrantes de la familia
Medrano, grandes armadores, fueron los principales líderes de este grupo. Sin
embargo, durante ese mismo año la familia Medrano vendería parte de su flota a
una de las recién creadas cooperativas atuneras.227

Ante la pérdida de su líder moral los pequeños armadores obligados a vender sus
embarcaciones camaroneras optaron por formar la empresa Exportadores de
Mazatlán S.A., que agrupaba aproximadamente a 40 socios liderados por Enrique
Castro. La creación de esta empresa financiada a través de un crédito de casi tres
millones de dólares otorgado por BANPESCA, tenía como principal objetivo la
diversificación pesquera para la extracción de especies como tiburón y calamar.228
La no participación de estos pequeños armadores en las actividades atuneras se
debió de manera principal al monopolio que se estableció en el puerto en torno a
esta actividad, mismo que se tejía en torno a la red liderada por José Carranza.

226
Sin autor, “Formalizan la compra de barcos”, El Sol del Pacífico, 16 de octubre de 1981, p.5
227
Sin autor, “La flota completa saldrá a pescar”, El Sol del Pacífico, 28 de agosto de 1981, p.3
228
Sin autor, “Crédito por 2 millones de dlls a armadores”, El Sol del Pacífico, 01 de Febrero de 1982, p.5

147
La última administración de grandes armadores que tuvo la delegación local de la
cámara pesquera estaba integrada de la siguiente manera: Camilo Medrano
Olmeda, presidente; Julio Berdegué Aznar, secretario; Jesús Antonio Cevallos,
tesorero; José Carranza, Jorge Coppel, Héctor Rojas Oriol, Tomás Balderrama y
Genaro Morán, vocales.229 Esta última se presentó en 1974, así, con la unión de
pequeños armadores antes mencionada llegó a su fin uno de los entornos
empresariales más productivos y lucrativos que vio el norte del país durante el
siglo XX

Atendiendo el devenir de la pesquería de camarón y el aporte de ésta al tejido


productivo y empresarial del puerto de Mazatlán, aparece a mediados de la
década de 1970 un nuevo tipo de inversionista, antiguos líderes cooperativistas.
Es difícil determinar si estos nuevos participantes de la iniciativa privada lograron
su intervención del tejido empresarial través del ahorro de sus utilidades o del
desvío de recursos de cooperativas, lo cierto es que algunos de ellos lograron
insertarse en redes empresariales que contaban con algunos de los empresarios
más poderosos de la actividad.

El caso más extraordinario que se presentó fue el del cooperativista Fulgencio


Cruz Jamit, quien en el año de 1977 fungía como tesorero de la cooperativa
Pescadores de Mazatlán. En junio de ese año dimite a su puesto y es acogido por
por un importante consorcio empresarial en el que figuraban empresarios como
Emilia Haas Bishop, José Manuel Castello, Fernando Letamendi Lie; como grupo
empresarial, tenían inversiones en una cantidad importante de pesquerías,
además de tener diversificadas sus inversiones en ferreteras, constructoras,
inmobiliarias y hoteles.

Durante el periodo, Cruz Jamit tuvo inversiones por un de ochenta mil dólares
distribuidos en dos empresas: Pesquera Fuleca S.A. (1979) y Pesquera Escualo
S.A (1980).230 Las relaciones que formó en estas empresas con empresarios como

229
Sin autor, “Armadores acordes en parar la pesca si es necesario”, El Sol del Pacífico., 07 de Mayo de 1974,
p.3
230
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1979-1980

148
Letamendi Lie y Manuel Castello, le unían de manera indirecta a un entramado
empresarial que tenia a las figuras más importantes de la pesca de camarón como
Juan Gavica, José Carranza, Rafael Domínguez.

Gráfico 9: Red empresarial en torno a Fulgencio Cruz Jamit, 1969-1981

Fuente: Construcción propia Software Pajek

El caso de Cruz Jamit se puede considerar extraordinario por las conexiones que
a nivel de tejido empresarial este logró desarrollar, sin embargo, existieron casos
de otrora lideres cooperativistas con inversiones superiores a las del mencionado
tesorero de la cooperativa Pescadores de Mazatlán. De esta manera tenemos el
caso de Jesús Becerra quien fungió como presidente de la cooperativa Ignacio
Allende, este presentó inversiones conjuntas cercanas a los setenta mil dólares
siendo su inversión más grande por la cantidad de sesenta mil dólares en la

149
empresa Exmaz S.A., en la cual mantuvo una relación comercial con el
empresario atunero Miguel Castro.231

Por otra parte tenemos la Pesquera Emilia S.A. en la cual el cooperativista


Filemón Romero aparece con una inversión de treintaicinco mil dólares. El resto
de los inversionistas son esposa e hijos: Emilia García Contreras, Carlos, Héctor y
Filemón Romero García. Si bien dentro del acta constitutiva de esta empresa,
cada uno de los miembros de la familia es dueño de una parte de la misma,
podemos clasificar a esta empresa como un negocio familiar, en donde inversión,
gastos y ganancias eran parte de un mismo capital. Para el caso de la empresa
Hielo y congelación del Pacífico S.A., aparecen como inversionistas tres familiares
de Filemón Romero Murillo.

Por último se encuentran las empresas fundadas por Guillermo García García. No
se tiene registro de que los hermanos Aurelio, Ramiro y Jesús García García,
pertenecieran a la Cooperativa Trópico de Cáncer, de la cual Guillermo García
García fue tesorero. Sin embargo, el sistema cooperativista de Mazatlán,
presentaba una estructura sustentada en redes sociales, a través de la cuales
familiares, amigos y vecinos de un cooperativista se convertían en socios de forma
sencilla. Pese a ser Guillermo García el personaje que figura entre los líderes
cooperativistas, fue su hermano Aurelio quien tuvo mayores niveles de inversión
así como una red de socios más fuerte. Aurelio García García tuvo inversiones en
seis empresas, si bien en la mayoría sus principales socios eran sus hermanos,
llegó a tener inversiones conjuntas con José Carranza Beltrán.

Los actores pesqueros constituían de nuevo el grueso del entramado económico


portuario, sin embargo, el desarrollo paralelo que había sufrido la industria turística
durante los años sesenta puso a las inversiones del sector servicios en el mismo
orden de importancia que las diversas pesquerías. De este modo los tejidos
productivos local y empresarial habían logrado establecer una dualidad de la cual
se desprenderían treinta años después con el ascenso del turismo como actividad
nodal del puerto.
231
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1979-1980

150
Así como la pesquería de camarón se vio influenciada por la figura de José
Carranza como el empresario de mayor peso, la actividad turística contó con la de
Julio Berdegué como el principal inversionista y gestor a nivel local. De esta
manera una gran parte de la actividad económica del puerto pasaba por las manos
de esta sociedad.232 Para el periodo que va de 1969 a 1981, Berdegué tuvo
inversiones en el ramo turístico superiores a los cuatro millones de dólares
posicionándolo no sólo como uno de las cabezas de la economía mazatleca sino
como uno de los empresarios turísticos más prominentes del país.233

Cuadro 11: Principales empresas Turísticas 1969-1981

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Inmobiliaria Dolores S.A. 1971 $4,000,000 Berdegué, Carranza
Hoteles Palmar S.A. 1974 $3,000,000 De Cima
El Cid Golf & Country Club S.A 1972 $2,400,000 Berdegué, Velazco, Carranza
Constructora Playa Sábalo S.A. 1978 $1,700,000 Berdegué, Velazco
Sociedad Promotora de 1973 $950,000 Kelly, Legazpi
Establecimientos Turísticos S.A.
Hotelera Los Caracoles S.A. 1974 $950,000 Coppel
Promotora Mazatlán S.A. 1972 $800,000 Díaz, Pulido
Inmobiliaria y Constructora Roseli S.A 1981 $800,000 Parolari
Inmuebles Cazador S.A. 1980 $500,000 Ordaz, Coppel
JICSA S.A. 1980 $800,000 Coppel
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

Otro de los inversionistas turísticos que continuó con una participación constante
durante el periodo de 1969 a 1981 fue Adán Carreón; éste tuvo participación en

232
El grupo de empresarios que acompaño a Julio Berdegué durante este periodo no presentó diferencias en
relación a uno anterior, siendo José Carranza y Dolores Sacristán sus principales socios comerciales.
233
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1979-1981

151
veintitrés empresas con una inversión cercana a los doscientos mil dólares. Sin
embargo, al igual que en un periodo anterior la lista de asociados comerciales con
los que contaba Carreón no ascendían a más de cuatro, motivo por el cual su
participación no abonó de manera directa a la conformación de un cohesionado
tejido empresarial.

Si bien los empresarios mencionados presentaron continuidad en cuanto a su


participación de la industria turística con respecto a un periodo de estudio anterior,
durante la década de 1970 se puede presenciar el despunte de familias
empresariales que habían dedicado inversiones a la industria de servicios pero
mantenían una fuerte filiación a la pesquería de camarón evitando a su un mayor
grado de especialización en su accionar como empresarios turísticos.

Dos casos que ejemplifican de manera importante el punto anterior son los de las
familias De Cima y Coppel. En el caso de la familia De Cima se tiene que para el
periodo que comprende los años de 1969 a 1981 sus miembros constituyeron un
total de ocho empresas relacionadas con la actividad turística; estas inversiones
sumaron de manera conjunta un aproximado de tres millones de dólares divididos
en tres miembros.234 Como era una costumbre desde la primera mitad de los años
cincuenta, la familia De Cima era ampliamente valorada dentro del tejido
empresarial Mazatleco por lo que logró establecer relaciones comerciales con los
socios más poderosos del entramado local.

Durante el periodo en cuestión, la familia De Cima tuvo como socios comerciales a


personajes como Rafael Domínguez, Jaime Coppel y Quirino Ordaz, sin embargo
no logró establecer una continuidad de grupo con alguno de ellos, por el contrario
se estas relaciones se presentaron en el contexto de una participación conjunta
con cada uno de los antes mencionados. De igual manera cabe destacar que los
hermanos Arturo y Sergio de Cima Guereña fueron miembros de la antes
mencionada Promotora de Inversiones Industriales en Mazatlán S.A., que apareció
como una asociación estratégica a la cual pertenecían algunos de los miembros

234
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981

152
más prominentes de la iniciativa privada porteña como José Carranza, Martin
Gavica y Tomás de Rueda Coppel.235

Gráfico 10: Red empresarial en torno a Familia De Cima, 1969-1981

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Por su parte la familia Coppel en conjunto presentó inversiones cercanas a los tres
millones de dólares, a diferencia de los De Cima, esta familia tuvo grupos al
interior. Si bien es factible encontrar relaciones entre todas estas facciones
familiares en otras épocas, para el periodo de estudio de este apartado no todos

235
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981

153
entablaron acción conjunta en alguna empresa. Dentro de estos grupos familiares
fueron los Coppel Correa los que lograron cohesionar en torno a ellos a un mayor
número de actores entre los que destacaron Fernando Fuentevilla y Quirino Ordaz
Luna.

Gráfico 11: Red empresarial en torno a familia Coppel, 1969-1981236

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Pese a lo anterior, el grupo con más peso fue Coppel Careaga, éste se presentaba
como los inversionistas que de manera tradicional habían pertenecido al
entramado productivo mazatleco desde la década de 1950. De igual manera
lograron establecer relaciones con la mayoría de los subgrupos familiares como

236
Como se puede apreciar en el gráfico a través del cual se representan las relaciones comerciales de la
familia Coppel entre los años de 1969 y 1981, el principal grupo de poder dentro de esta familia fueron los
señores Jorge y Sergio Coppel Careaga quienes lograron generar sinergia no sólo con otros miembros del
tejido empresarial sino con los propios grupos familiares (rojo). De igual manera se puede apreciar el
desligue existente de la familia Coppel Kelly que se convertiría hacia la década de 1990 en la cabeza
empresarial turística de la IP mazatleca.

154
Rojo Coppel, Rueda Coppel, Coppel Peña y Coppel Salcido; la familia Coppel
Careaga aportó el 70% de las inversiones totales de la familia.237

El tejido productivo y empresarial mazatleco que encontró en la pesquería de


camarón a su gran detonante sufrió en la década de 1970 un cambio profundo que
le llevaría a tener a la pesquería del atún y al turismo como actividades base de su
crecimiento. El abandono de la pesquería de camarón como actividad nodal del
entramado productivo desembocó en una pérdida de cohesión empresarial
trayendo consigo un cambio en la el accionar de los empresarios quienes optaron
por formas de organización en pequeños grupos más allá de darle preponderancia
a la colectividad.

3.4. Renovación de la iniciativa privada, disgregación de la red empresarial


pesquera, 1982-1991

El traspaso de la flota camaronera de los armadores a manos de las cooperativas


no fue un hecho sorpresivo. La negativa de las cooperativas de producción
pesquera de firmar contratos de participación en el año de 1981 fue sólo la
culminación de un proceso que comenzó veinte años atrás en la lejana temporada
de 1961. Incluso, muchos de los grandes armadores como Julio Berdegué o José
Carranza, habían comenzado con la diversificación de sus capitales hacia el
turismo y la pesquería de atún una década atrás. La negativa a la disolución de las
relaciones entre cooperativas e iniciativa privada por parte de algunos armadores
no tuvo en ningún momento la fuerza necesaria para hacer cambiar el rumbo de lo
que comenzó dos décadas atrás.

La decisión que tomaron las cooperativas en conjunto con las instituciones


estatales de dejar fuera a los armadores de la extracción del camarón, no fue un
motivo para que estos detuvieran su actividad empresarial, por el contrario, gran
parte del dinero obtenido a través de la venta de sus embarcaciones a las
sociedades cooperativas fue reinvertido de manera inmediata dentro de empresas
237
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981

155
conexas a la actividad. Por lo que el traspaso de la flota camaronera tiene que
entenderse como un retiro parcial de los armadores de la pesquería de camarón,
ya que si bien, no participaron de manera activa en la pesca del crustáceo, aún
fueron parte vital en empresas de avituallamiento, reparaciones, maquila,
congelación y comercialización.238

Cuadro 12. Principales inversiones de empresarios desplazados de la pesca de


camarón 1981-1982

Empresario Empresa Año Giro Inversión*


Julio Berdegué Aznar Frigopesca S.A 1981 Congeladora $552,000
Sergio Coppel Careaga Frigorificos Coppel S.A 1982 Congeladora $500,000
Antonio Toledo Ortiz Navemar S.A 1982 Transportación $480,000
Humberto Rice García Marco Rice S.A 1982 Reparación $1800,000
Melitón Garza Sepúlveda Producto Marinos 1981 Congeladora $180,000
Framza
Antonio Cevallos Gómez Atunes y Derivados S.A 1981 Pesca Atún $150,000
Jorge Coppel Careaga JICSA S.A. 1981 Hotelería $150,000
Tomás de Rueda Coppel Atuneros Sinaloenses 1981 Pesca Atún $120,000
S.A
José Velazco Rodríguez Inmobiliaria Turística El 1981 Inmobiliaria $50,000.00
Cid
Marcial Camacho M. Inmobiliaria Turística El 1981 Inmobiliaria $50,000.00
Cid
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1981-1982
*Inversión en dólares americanos

238
El traspaso de la flota camaronera no fue un proceso muy claro entre los actores de la pesca. La falta de
archivos hace imposible determinar los montos exactos a través de los cuales las cooperativas compraron
sus flotas a los armadores. Además de esto, entre los líderes cooperativistas de la época se tienen diversos
testimonios de que el traspaso fue desarrollado en una colusión entre armadores e instituciones como
BANPESCA, hecho que llevó a tasar las embarcaciones (muchas de ellas en condiciones no óptimas para la
actividad) en precios que superaban su valor real en el mercado. Por este motivo el traspaso de la flota
camaronera no puede ser tomado como un triunfo del cooperativismo sobre los capitalistas de la actividad,
sino como una maniobra del propio capital para evadirse de una actividad que mostraba claros síntomas de
desgaste en cuanto a sus niveles de productividad por las condiciones biológicas de la misma especie.

156
Como se puede observar en la tabla anterior las inversiones algunos de los
principales armadores camaroneros, no se detuvieron a partir de su salida de la
actividad en 1981, no solamente no se detuvieron sino que continuaron
presentándose dentro de giro pesquero ya fuera como actividades conexas a la
extracción de camarón o en la pesquería de otras especies. Para el caso de
inversionistas pertenecientes al grupo de Julio Berdegué así como la familia
Coppel estos habían comenzado su proceso de diversificación hacia el turismo al
menos una década atrás.

Sin tener los registros de propiedad en su totalidad, encontramos que para los
años de 1981 y 1982, se constituyeron alrededor de 30 empresas ligadas a la
pesquería de camarón u otra especie dentro del puerto de Mazatlán. Estas varían
sus giros siendo las relacionadas a la venta de equipo marino y ferreterías las
dominantes así como las relacionadas a la pesquería de atún en segundo lugar.
Dentro de los niveles de inversión en la actividad pesquera, estos dos años se
posicionan como uno de los periodos de mayor intensidad alcanzando un
aproximado de 170 millones de pesos.239

En cuanto a la red empresarial y al papel que esta jugó dentro de la economía


mazatleca durante el periodo, tenemos que presentó un comportamiento similar al
periodo de 1961 a 1969 en el que se fraccionó en pequeños grupos empresariales
de corte familiar. Sin embargo, durante este aparecieron nuevos empresarios que
trabajaban de manera autónoma, mientras que los tradicionales dejaban su lugar a
las nuevas generaciones de su familia. El traspaso de la flota de los armadores a
las cooperativas de producción pesquera no sólo trajo consigo un cambio en la
estructura de la pesquería de camarón, sino que también acarreó a una nueva
generación de inversionista

Aun y cuando empresarios como los hermanos Medrano, Julio Berdegué y José
Carranza siguieron manteniendo el liderazgo organizacional y moral de las
cámaras pesqueras y empresariales del puerto de Mazatlán, la desarticulación del
grupo armador en torno a la pesquería de camarón dio paso a la aparición de
239
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1981-1982

157
nuevos personajes que funcionaron como ejes articuladores de las empresas
conexas a la extracción de camarón. Siendo su participación más relevante con el
retorno parcial de la iniciativa privada en 1988 a través de la llamada Ley Ojeda.240

Poca fue la participación de los armadores dentro de la opinión pública una vez
que fueron desplazados de la actividad camaronera, la desarticulación de su red y
la negativa de las cooperativas a entrar en un proceso de conflicto en 1981 les
permitieron concentrarse en la diversificación de sus inversiones, generando de
esta manera un proceso de engrosamiento de las cadenas de valor a partir de las
ganancias obtenidas de los últimos años en actividades como la pesca de
camarón y atún, así como el turismo, mercado inmobiliario y los servicios.

Durante el periodo que va de 1982 a 1987 se registraron alrededor de 200


empresas relacionadas a la actividad pesquera, turística e inmobiliaria, de las
cuales 29 contaban con una inversión superior a los 10 millones de pesos. De
estas casi 30 empresas 10 se encontraban relacionadas con actividades
pesqueras y el resto fue parte de inversiones turísticas, comerciales e
inmobiliarias241

Pese a que su grado de cohesión fue menor que el de periodos anteriores la red
empresarial mazatleca mostró puntos de articulación importantes que permiten
explicar algunos de las características del desarrollo de la economía portuaria, en
particular la pesquería de camarón como actividad nodal. Tres fueron los

240
La ley Ojeda, fue una modificación a la ley propuesta en 1987 por Pedro Ojeda Paullada y aprobada por el
congreso en 1988. En esta ley se hacía referencia a lo necesario de la participación de la iniciativa privada
dentro de la pesquería de camarón. Esto debido a las condiciones de competitividad que los mercados
globales exigían y con lo que la actividad camaronera en Mazatlán no podía cumplir dados los manejos
ineficientes de las sociedades cooperativas de producción pesquera. De manera textual Ojeda Paullada
establece que: “Las condiciones en que se desarrolló la pesca hasta 1988 fueron las propias de una economía
cerrada, por lo que se hacía menester tener un ordenamiento transparente, más sencillo y claro que otorgue
certidumbre jurídica para que el sector social y los empresarios privados puedan planear a mediano y largo
plazo su actividad, promover un mayor flujo de inversión y lograr una mayor participación del sector
pesquero en la economía del país. Para facilitar la capitalización del sector la nueva ley establece la
posibilidad de transferencia de concesiones, así como disposiciones para impulsar una mayor integración de
la cadena productiva.”
(Recurso web en disponible en línea) http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/957/22.pdf
241
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1982-1986

158
principales actores que articularon la pequeña red que se estableció en el periodo:
Guillermo García García, Fernando Berdegué Sacristán y Ernesto Coppel Kelly.

Cuadro 13. Principales empresas constituidas relacionadas a la pesca y turismo


1982-1987

Empresa Giro Año Inversión Socios


Navemar S.A. de C.V. Transportación 1982 $2,000,000 Fuentevilla, Toledo
Productos Congelados Pesca/Congeladora 1987 $1,600,000 Camacho, Arellano
Santa Cruz, S.A.C.V
Operadora Teodoro S.A.C.V Turismo 1987 $1,600,000 Romero Dousset
Refrigeración, Maquinaria y Refrigeración 1987 $1,200,000 Sánchez, Víctor Ibarra
Mantenimiento S.A.C.V
Servicios y operaciones Servicios
monetarias internacionales, Financieros 1986 $1,000,000 Collard, Apodaca
casa de cambio S.A. C. V.
Casa de Cambio Gladis Servicios 1987 $1,000,000 Beltrán, González
S.A.C.V Financieros
Industria MECA, S.A.C.V Pesca 1987 $800,000 Medrano, Freeman
Inmobiliaria FILSEP Inmobiliaria 1987 $800,000 Ibarra, Septien
S.A.C.V
Operadora Claussen Turismo 1987 $800,000 Romero Dousset
S.A.C.V
Frigorificos Coppel S.A Pesca/Congeladora 1982 $720,000 Coppel, PROPEMEX
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán,1981-1982
*Inversión en dólares americanos

Como se mencionó anteriormente Guillermo García García, quien fungió como


directivo de una de las cooperativas de producción pesqueras más grandes del
puerto, había participado de la inversión privada de manera discreta, siendo su
hermano Aurelio quien mostró una mayor actividad durante un periodo anterior.
Sin embargo, para el periodo de 1982 a 1992, Guillermo García García tuvo la
mayor de las participaciones dentro de la pesquería de camarón con una inversión
única de 97 millones pesos, esto en 1991.242

A través de esta inversión, Guillermo García García junto con sus hermanos
mantiene las relaciones con el grupo económico más dominante de los últimos 20

242
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1991-1992

159
años en el puerto de Mazatlán, que encabezaban José Carranza y Julio Berdegué.
El hecho de que comenzando la década de los noventa y con un nuevo proceso
de privatización de la pesquería de camarón, un antiguo miembro cooperativista
presente la inversión histórica más grande en la actividad, da muestra de los altos
niveles de corrupción que se manejaron al interior de la pesca social. Y dados los
socios comerciales con los cuales se relaciona, podemos ver que las relaciones
entre armadores y cooperativas fueron manipuladas no para beneficiar al colectivo
de los empresarios, sino para dar preferencia a las inversiones de los grandes
capitalistas.

El periodo de 1982 – 1992 trajo consigo la aparición de uno de los empresarios


más prolíficos de los últimos años en el puerto de Mazatlán, Ernesto Coppel Kelly.
Si bien, sus inversiones para este periodo no fueron de gran tamaño (apenas 2
millones de manera conjunta), comenzó a tejer una red familiar que le permitió
posicionarse como el segundo empresario turístico más importante del periodo
sólo detrás de los magnates Berdegué. De los cuales cabe mencionar que
comenzaron a presentar un relevo generacional en cuanto a la gerencia de sus
empresas, a partir de 1988 tanto Fernando como Carlos Berdegué Sacristan
participaron de manera más activa en la toma de decisiones de las empresas
pertenecientes a su familia.

Como se mencionó anteriormente la Ley Ojeda aunque ambigua y lenta en su


aprobación terminó pronto con la ausencia de los armadores dentro de la
pesquería de camarón. Dentro del puerto de Mazatlán fue el año de 1986 cuando
comenzaron a escucharse las voces de los diferentes actores sobre el posible
retorno de estos a la actividad.

En agosto de 1986, Ricardo Michel Luna líder de la confederación cooperativista


ante los rumores de la ley Ojeda aseguró que era imposible que lo armadores
retornaran a la actividad, incluso que llevarían su descontento con el intento del
ley al senado;243 en contraparte el líder armador José Carranza aseguraba que la

243
Sin autor, “Lideres cooperativistas repudiaran nueva ley de pesca ante el senado”, El Sol del Pacífico, 06
de Agosto de 1986, p.3

160
situación de discriminación a la cual habían sometido a la iniciativa privada por no
permitirles la inversión en la explotación del crustáceo acabaría de manera pronta,
ya que sólo estos tenían la capacidad de gestión empresarial sobre la pesquería y
las presiones de los mercados externos exigían una industria que en manos de las
cooperativas se había tornado ineficiente.244

Dos años después de estas declaraciones el 8 de agosto de 1988, Antonio


Cevallos Elizondo líder de la cámara pesquera de Mazatlán aseguraba que ningún
armador de los considerados “grandes” tenía interés en regresar a la pesca del
camarón, ya que aunque la ley Ojeda permitía la participación de estos, las
cooperativas mazatlecas no tendrían un espíritu de cooperación haciendo de su
participación un constante conflicto.245

Sin embargo, había una serie de pequeños armadores y ex cooperativistas


desplazados en 1981, que estaban esperando la oportunidad para introducirse de
nuevo dentro de la actividad camaronera a los cuales no les interesaba que la ley
Ojeda fuese ambigua, por lo que en 1988 se convierten en los primeros armadores
que participaron de nuevo en la pesquería de camarón. En agosto de 1988
Thelmo Cevallos, líder de la cooperativa Nicolás Bravo, hacia público que tras la
modificación de la ley pesquera al menos siete armadores habían vuelto a la
actividad tras la compra de embarcaciones; estos eran: Héctor Torreblanca,
Gilberto de la Fuente, Filemón Romero, Paulino Navarro, El Güero Félix, Camilo
Medrano, Crescencio Cevallos.246

A través de cotejar las declaraciones del líder cooperativista con las actas de
constitución de empresas del periodo se encontraron únicamente inversiones de
cinco de los siete armadores citados. Para el caso de Crescencio Cevallos no se
encontró participación en ninguna empresa para cualquier periodo y no se puede
determinar que armador se refiere en el caso del “Güero” Felix. Del resto, fue

244
Sin autor, “Imposible, que armadores regresen a la producción de camarón”, El Sol del Pacífico, 12 de
agosto de 1986, p.3
245
Medrano, Cesar “Ambigua la ley de pesca; no arriesgaremos el capital: CNIP”, El Sol del Pacífico, 08 de
Agosto de 1988, p.1
246
Sin autor “Ex armadores adquieren embarcaciones, acusan” El Sol del Pacífico, 04 de Agosto de 1988, p.9

161
Héctor Torreblanca el que tuvo un mayor nivel de inversión superando los cien
millones de pesos en un total de tres empresas. En el caso de Camilo Medrano,
este aunque con inversiones más discretas pertenecía a una de las familias
pesqueras más dominantes desde la década de 1960, por lo que su participación
de manera indirecta en la pesquería de camarón fue siempre constante.

Cuadro 14. Principales inversiones de empresarios que inician el retorno a la


actividad 1986-1992

Empresario Empresa Año Giro Inversión*


Héctor Torreblanca Sociedad Pesquera White Tower S.A. 1991 Astilleros $2,400,000
Héctor Torreblanca Pesquera Loto S.A. 1990 Pesca $1,900,000
Gilberto De la Fuente Pesquera El Marismeño 1991 Pesca $400,000
Filemón Romero Pesquera Don Filemón 1991 Pesca $400,000
Camilo Medrano Industrial Meca S.A. 1987 Pesca $400,000
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1981-1982
*Inversión en dólares americanos

Como se observa en el cuadro anterior, fue la inversión de Camilo Medrano, o al


menos el registro de esta, la que coincide con las declaraciones de Thelmo
Cevallos. Sin embargo, a partir de 1987 las inversiones por parte de los armadores
fueron una constante dentro de la extracción del crustáceo, rompiendo de esta
manera la creencia generalizada de que el retorno de la iniciativa privada a la
pesca de camarón se dio en el año de 1992. El proceso de retorno fue paulatino
extendiéndose durante 5 años, algo similar a lo que sucedió con la propia salida
de los armadores de la actividad, proceso que comenzó en 1961 y se concretizo
dos décadas después.

Quizá esta creencia se sustenta en el hecho de que son los años de 1990 y 1991
aquellos en los cuales retornan a la pesca de camarón algunos de los llamados
grandes armadores, incluso que un 80% de las inversiones se da entre estos
años. Sin embargo, los últimos años de la década de 1980 presentaron niveles de

162
inversión importantes, siendo algunos de los más representativos la constitución
de la empresa Pesca Industrial del Sur S.A., con un capital de 50 millones de
pesos y la congeladora Los Camaroncitos S.A., con un capital de 30 millones de
pesos.

Cuadro 15. Principales empresas pesqueras de la iniciativa privada 1987-1992

Empresa Giro Año Inversión* Socios


Pesquera Zdeyna S.A Pesca 1991 $211,000,000 Ramón Cruz Jamit, Miguel Reyes
Pesquera Penaens S.A. Pesca 1991 $200,000,000 Guillermo García, Fernando Berdegué
Pesquera Lena S.A. Pesca 1990 $150,000,000 Benjamín Chang Urias
Pesquera Loto S.A. Pesca 1990 $10,000 Enrique López, Héctor Torreblanca
Pesquera Chamagui S.A. Pesca 1991 $10,000 Oscar Gamboa, Néstor Luna
Pesca Industrial del sur S.A. Pesca 1989 $5,000 Francisco Arias, Javier Garate
Pesca Industrial Moros S.A. Pesca 1990 $5,000 Juan Carranza, Guillermo Alonso
Playa del Caimanero S.A. Pesca 1990 $5,0000 José Zambrano
Productos Congelados del Mar Pesca 1990 $5,000 Heriberto Riojas
Monterrey S.A.
Pesca Gagui S.A. Pesca 1990 $5,000 Guillermo Alonso
Pesquera Santa Gertrudis S.A. Pesca 1991 $5,000 Miguel Castro, Eduardo Valdez
Pesca Tacamachin S.A. Pesca 1991 $5,000 Ricardo Torres, Roberto Ureña
Pesca Mar y Sol S.A. Pesca 1991 $5,000 Aristeo Sánchez
Pesquera Tapilu S.A. Pesca 1990 $5,000 José Rentería, Amalia Zatarain
Pesquera Valrive S.A. Pesca 1991 $5,000 Anastasio Baldenegro
Pesquera Jalili S.A. Pesca 1991 $5,000 Javier Lizárraga Lizárraga
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1990-1991
*Inversión en dólares americanos

Continuando con el camino de los empresarios cabe resaltar los procesos de


diversificación que se dieron en torno a la industria. Como se ha mencionado a lo
largo del capítulo fue la pesca de atún y la industria hotelera lo que le dio al puerto
de Mazatlán la capacidad de reestructurar su economía y continuar con el proceso
de desarrollo que la pesca de camarón había comenzado en 1950, sin embargo,
durante la década de 1980 se dio un nuevo proceso de diversificación que a la
larga se convertiría en una de las piezas claves para el futuro desarrollo
económico mazatleco; la migración de capitales a la acuacultura.

Durante muchos años la acuacultura se visualizaba como una actividad dañina


para la pesca de altamar. Bajo la argumentación de que esta podía afectar de
163
manera biológica el proceso de reproducción de la especie, pocas veces encontró
en el Estado el apoyo necesario, si a esto sumamos la constante presión que las
cooperativas ejercían sobre la esta actividad, la acuacultura tardó en despegar
dentro del contexto económico del puerto.

En la década de 1980, la acuacultura se convirtió de manera paulatina en una


realidad para el puerto de Mazatlán y aunque no fue un determinante, el hecho de
que la FICART (Fideicomisos para crédito en áreas de riego y temporal) aprobara
en 1986 apoyos por 100 mil millones de pesos para la comercialización de
productos de agroindustria y acuacultura, significo un repunte importante para la
actividad.247

A partir de este suceso se puede notar un cambió en el discurso político y público


en torno a la actividad acuícola, para el Estado se volvía necesario seguir
generando divisas a partir de la exportación del crustáceo y los niveles de
productividad de la pesca de altar mar se veían disminuidos año con año. Pocos
días después del anuncio del FICART, el candidato a la gubernatura de Sinaloa
Francisco Labastida Ochoa, declaraba que la principal preocupación de los
actores pesqueros consistía en encontrar una nueva forma de producción que les
permitiera competir con países como Ecuador, Panamá y China, ya que estos se
encontraban acaparando los mercados internacionales a través del desarrollo de
su acuacultura. 248

Casi por automático la postura del gobierno federal, empresas paraestatales e


iniciativa privada fue la de apoyar de manera sistemática los proyectos de
acuacultura, sin embargo, el sector cooperativista al ver la inminente entrada de
este tipo de producción hizo grandes intentos por acapararla, intento que a la larga
terminó por no fructificar. La acuacultura en Mazatlán comenzó a ser tan
importante que tres bancos en los Estados Unidos, entre ellos City Bank, a través
de la comercializadora Ocean Garden ofrecieron líneas de créditos a largo plazo

247
Sin autor “Demostraciones agrícolas de la SARH en ejidos de Rosario y Mazatlán, hoy”, El Sol del Pacífico,
10 de Agosto de 1986
248
Sin autor “Acuacultura, el futuro de la pesca mundial: FLO”, El Sol del Pacífico, 15 de Agosto de 1986

164
para que pudieran llevarse a cabo más proyectos acuícolas.249 De la misma
manera, a través de BANPESCA se abrió una línea de crédito por 40 mil millones
de pesos para proyectos acuícolas en todo el país, siendo Sinaloa la punta de
lanza de estas inversiones.250

Aunque la acuacultura se convirtió rápido en el refugio de algunos armadores,


también se posicionó como la manzana de la discordia entre las relaciones de los
grupos dominantes. En noviembre de 1987 la comercializadora Meridian Products
anunció que el nivel de precios del crustáceo en el mercado internacional no se
había modificado desde dos años atrás, esto dado los niveles de sobreproducción
generados con la actividad acuícola de países como Taiwán y Ecuador.251 La voz
y la voracidad cooperativista, al menos en Mazatlán, no se hizo esperar; el
gobierno federal estaba en obligación de concesionar la acuacultura a la pesca
social o desincentivar a la iniciativa privada.

Por último, cabe destacar que el desarrollo de la acuacultura trajo consigo un


desenvolvimiento no sólo de la actividad económica en el puerto de Mazatlán, sino
que además se presentó un desarrollo institucional ajeno a la federación que logro
sustentar de manera más integral la actividad acuícola. En primer lugar, la
Universidad Autónoma de Sinaloa en Mazatlán anuncio la creación de un
laboratorio acuícola para colaborar con lo que se denominó “la nueva realidad
económica del puerto”;252 en segundo lugar, ante el crecimiento desmedido de la
actividad en Sinaloa, la FAO anuncia que se involucrara en el proceso de
tecnificación de la misma, por lo que las relaciones de los armadores con los
grandes países acuícolas se volvió una constante posicionando al puerto como
uno de los nuevos centros acuícolas en el globo.253

249
Sin autor “54 mills. de libras de camarón, langosta y atún, exportados a EU”, El Sol del Pacífico, 16 de
Enero de 1987
250
Sin autor “127 mills. de BANPESCA para Mazatlán”, El Sol del Pacífico, 30 de Junio de 1987
251
Medrano, Cesar “Devaluado el precio del camarón por el auge en la acuacultura en otros países”, El Sol
del Pacífico, 04 de Noviembre de 1987
252
Sin autor “Inaugurarán laboratorio de acuacultura en la Esc. Ciencias del Mar”, El Sol del Pacífico, 02 de
Junio de 1988
253
Zepeda, Fernando “Apoyara la FAO la acuacultura en Sinaloa”, El Sol del Pacífico, 22 de Agosto de 1988.

165
Es imposible determinar cuáles fueron los niveles de inversión acuícola entre los
armadores mazatlecos, ya que las actas constitutivas de estas empresas no
especificaban el tipo de producción que establecerían, dado el nombre de la
misma, podemos asegurar que los magnates de la pesquería de camarón y la
industria hotelera, la familia Berdegué, participaron del inicio de esta actividad al
constituir en junio de 1987 la empresa Biotecnicas de Acuacultura S.A. de C.V.,
esta empresa que contaba con un capital de 10 millones de pesos, contaba
también con los socios habituales de la familia en cuestión: José Carranza y
Marcial Camacho.254

3.4.1. Fin del sueño cooperativista: el sector social en los tiempos neoliberales

Como se mencionó en el apartado anterior la salida de los armadores de la


pesquería de camarón fue un proceso que se gestó durante 20 años. Desde el
inicio de este proceso en 1961 las cooperativas fueron tomando un papel cada vez
más dominante en relación a la actividad camaronera, incluso convirtiéndose en el
grupo dominante en la década de 1970. Sin embargo, nunca prescindieron de la
gestión organizacional que el cuerpo empresarial le brindaba a la actividad hasta
el año de 1982.

La salida de los armadores de la actividad de camarón trajo consigo dos


problemas que las cooperativas nunca pudieron sortear. El primero, el gran
endeudamiento en el que incurrieron con las instituciones financieras públicas
para la compra de los armadores en el año de 1981; y el segundo las malas
administraciones y el despilfarro que se presentó entre los cooperativistas una vez
que comenzaron a manejar de manera íntegra los altos márgenes de ganancia
que generaba la comercialización del crustáceo.

Inmenso es el número de testimonios que se tienen sobre los excesos en los que
incurrían los miembros de las cooperativas una vez que se hicieron con la
totalidad de la extracción del crustáceo. Dentro del imaginario colectivo mazatleco,
254
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1987

166
el cooperativista era concebido como un gran derrochador que tenía como parte
de sus costumbres habituales el cierre de burdeles, fiestas con música de tambora
en la zona del muelle pesquero, consumo suntuoso de automóviles.

El derroche es una acción criticable desde un punto de vista moral, sin embargo,
se presume que mucho del dinero derrochado no era precisamente fruto de la
comercialización licita del crustáceo. La venta de camarón, en altamar y en
puertos de toda la república a través de coyotes, por parte de los cooperativistas
mazatlecos se convirtió en una práctica constante.

Los cooperativistas fueron ineficientes para el manejo de la pesquería de


camarón, pero lo que realmente llevó a la industria y a las mismas sociedades de
producción a una severa crisis, fue el coyotaje. Poco a poco las formas de
intermediación se fueron apoderando del sistema cooperativo, mostrándoles el
camino para la evasión ya fuera de las comercializadoras oficiales (Ocean Garden
y Meridian) e incluso del mismo sistema hacendario.

El coyotaje se convirtió en aliado de los cooperativistas, no así de las


cooperativas, invadiendo todos los niveles posibles: producción, comercialización
y organización. Se hizo popular entre despachos contables y de abogados el
asesoramiento y tráfico de influencia con políticos estatales, para las
recuperaciones de IVA que involucraba cifras superiores a los 10 mil millones de
pesos.255

De igual forma, la iniciativa privada a través de sus plantas congeladoras se


convirtieron en asiduos compradores de producto en altamar, y de esta forma
evitaban los canales de comercialización oficiales obteniendo una tasa de
ganancia mayor, pero disminuyendo el patrimonio común de la cooperativa. Tal
fue el caso de la congeladora del armador Gilberto Lem Noriega, quien en
noviembre de 1987 fue investigado por la PGR y le fueron incautadas 5 lanchas

255
Fernando Zepeda “Contadores y abogados, convertidos en coyotes: Federación de Cooperativas”, El Sol
del Pacífico, 22 de Julio de 1987

167
de motor rápido en donde se cree se robó o comercializó camarón de una
cooperativa.256

Como se mencionó anteriormente, la ley Ojeda significó el retorno de los


armadores a la pesca de camarón, de manera conjunta el crecimiento de la
acuacultura significaron el derrumbe de las cooperativas. Sin embargo, este se
cristalizó en el momento en que las sociedades de producción pesquera
comenzaron a tener discrepancias con los mecanismos estatales de
financiamiento y comercialización. Después de cinco años de acumular adeudos
en agosto de 1986 BANPESCA hizo pública su decisión de privar de apoyos a
cuatro cooperativas deudoras evidenciando que también tenían problemas
internos de liderazgo. Estas cooperativas eran: Marinos y pescadores, Mariano
Jiménez, Egresados de la Tecnológica de Teacapán y Joaquín Garanda257

A partir de ese punto la relación de BANPESCA con el sistema cooperativista se


vino a pique, ya que la institución financiera hizo más rígido su sistema de
préstamos por lo que en ese mismo mes 14 de 27 cooperativas deudoras de esta
organización recurrieron a la comercializadora Ocean Garden para recibir créditos
de avituallamiento e iniciar la reparación de sus embarcaciones.258 BANPESCA,
no hizo esperar sus acciones contra las cooperativas y en noviembre del mismo
año comenzó a aplicar descuentos a la cartera vencida de las cooperativas por
más de 2 mil millones de pesos, dejando a muchas a de estas al punto de la
quiebra.259

Las cooperativas estaban en clara desventaja en su lucha contra BANPESCA, y la


institución financiera hizo sentir su poder durante los siguientes meses. Para julio
de 1987 había embargado 29 embarcaciones de al menos 10 cooperativas con
altas deudas, por lo que la entrada de los armadores se materializo a través del

256
Fernando Zepeda “El patrón y otros tres tripulantes, cómplices”, El Sol del Pacífico, 14 de Noviembre de
1987
257
Sin autor “4 cooperativas deben millonarias cantidades a BANPESCA”, 16 de Agosto de 1986
258
Sin autor “BANPESCA no les presta y recurren a OCEAN GARDEN”, 28 de Agosto de 1986
259
Sin autor “BANPESCA realiza descuentos arbitrarios a las cooperativas: Ricardo Michel Luna”, El Sol del
Pacífico, 27 de Noviembre de 1986

168
remate de este tipo de embarcaciones.260 La relación disfuncional entre las
cooperativas y BANPESCA llevó a ambas a la ruina, para finales de 1989 la
institución bancaria se disolvía ante una quiebra que involucraba desvíos de
fondos por la suma de 2.7 billones de pesos.

A partir de la disolución de BANPESCA y una inminente privatización de la banca


comercial, las cooperativas de producción pesquera del puerto de Mazatlán fueron
perdiendo poder y activos. El año de 1992 comenzó con una seria de cooperativas
rematando sus embarcaciones para poder pagar sus adeudos, otras buscando
unirse a la iniciativa privada para poder levantar una actividad que se encontraba
en crisis por la sobre explotación en altamar y por la sobre producción acuícola a
nivel mundial.

Una declaración del secretario de promoción económica del Gobierno del Estado
de Sinaloa, resumió de manera clara el paso de las cooperativas como los únicos
tenedores de la pesca de camarón. En abril de 1992, Sergio Aceves aseguró que
las cooperativas siempre habían sido pobres, sólo que este hecho se hacía más
notable porque ya no existía BANPESCA para otorgar créditos, que la existencia
de la institución generaba una ilusión de bonanza que nunca estuvo sustentada en
eficiencia.261

La caída de las cooperativas en el año de 1992 no significó el fin de la pesquería


de camarón en el puerto de Mazatlán, sin embargo, la actividad dejo ser el
epicentro de la economía porteña dando lugar a un crecimiento del turismo y la
pesquería del atún. La pesquería de camarón subsiste hasta la actualidad, sin
embargo, a partir de la segunda década del 2000 el gobierno federal implementó
programa de retiro voluntario para disminuir el tamaño de una flota que se negó a
modernizarse y subsistió a base de añorar los tiempos dorados.

260
Sin autor “Guillotina BANPESCA a otra cooperativa”, El Sol del Pacífico, 08 de Julio de 1987
261
Sin autor “Crisis pesquera que vive Mazatlán”, El Sol del Pacífico, 12 de Abril de 1992

169
Conclusiones

El proceso de desarrollo que experimentó el puerto de Mazatlán a partir de la


década de 1950, se encontró directamente relacionado con la existencia de un
tejido empresarial cohesionado, que a su vez, logró consolidar un tejido productivo
local capaz de sustentar de manera endógena las diferentes actividades que se
desarrollaron hacia su interior. Aunque fue la pesquería de camarón la actividad
sobre la cual se sentó el proceso de crecimiento de la localidad, actividades como
el turismo y la pesquería del atún encontrarían espacio dentro de la dinámica local,
consiguiendo con esto un mayor nivel de estabilidad económica para el puerto.

En referencia al tejido empresarial se tiene que éste había comenzado su proceso


de conformación desde finales del siglo XIX, sin embargo, a partir de mediados del
siglo XX es cuando éste logra cohesionarse en torno a la pesquería de camarón.
Este proceso de conjunción permitió que las actividades que desarrollaron a la
postre lo hicieran en un entorno empresarial sólido, capaz de responder de
manera casi inmediata a los estímulos que el mercado marcaba.

El comportamiento del tejido empresarial que propició el primer envión en el


proceso de desarrollo, no mostró un comportamiento similar a lo largo del periodo
de estudio, por el contrario, tras una década de profunda cooperación, éste
presentó una tendencia a la desarticulación; este hecho no afectó de manera
significativa el camino de desarrollo que se había marcado para la localidad, pero
si generó cambios en la estructura empresarial generando pequeños grupos de
poder capaces de manejar de manera simultánea los caminos de diversas
actividades económicas como el turismo y la pesca.

Los relevos generacionales que se dieron al interior del tejido empresarial


mazatleco trajeron consigo un cambio en el paradigma del empresario. Mientras
que en los años cincuenta la figura del empresario mazatleco calzaba más en la
estampa del emprendedor, la generación que se hizo presente en la década de los
ochenta encajaba de mejor manera en el arquetipo capitalista. La relevancia de
estos cambios radicó en el hecho de que el entorno de cooperación empresarial

170
fue disminuyendo de manera paulatina abriendo espacio a un periodo de
competencia predatoria entre los miembros del tejido.

En el caso del tejido productivo local, éste sufrió un proceso de reconversión


productivo que le llevó a adoptar a la pesquería de camarón como su economía
nodal. La actividad pesquera logró establecer encadenamientos productivos que le
permitieron abarcar un amplio espectro de tareas relacionadas con la explotación
del camarón. De esta manera la existencia de empresas dedicadas a la extracción
del crustáceo se vio acompañada de la presencia de otras que dedicaron sus giros
a la comercialización, industrialización y refacción de la misma actividad.

La cohesión del tejido productivo, permitió la generación de economías a escala


que a su vez generaron altas tasas de ganancia. Este efecto multiplicador permitió
la rápida diversificación de la economía porteña, siendo el turismo el principal
destino de los capitalistas relacionados con la pesca de camarón. Por su parte,
esta actividad presentó un comportamiento similar a la que propició su
crecimiento, no sólo aparecerían actividades dedicadas a la hospedería, sino que
la constitución de empresas de servicios relacionados al turismo, como agencias
de viajes, restaurantes, centros nocturnos, fue una constante.

Como se pudo ver a lo largo del capítulo, la industria turística logró desplazar a la
pesquería de camarón en su figura de actividad central, sin embargo, no fue el
único giro que engroso el tejido productivo local. La pesquería del atún se
convirtió en una fuerza económica relevante para la localidad a partir de la década
de 1970 permitiendo amortiguar el estancamiento en el que cayó la economía
camaronícola.

Aunque irregular en cuanto a participación empresarial y la presencia de una


actividad central, el proceso de desarrollo que presentó la economía mazatleca a
partir de la década de 1950 es innegable. La intencionalidad en los empresarios
por generar un tejido productivo sólido y capaz de sustentar de manera endógena
sus procesos de producción lograron hacer de este puerto sinaloense uno de los
más relevantes a nivel Latinoamérica en cuanto a economía se refiere.

171
Capítulo IV

Guaymas: La vida entre redes

172
Introducción

Al igual que otras ciudades del norte del país, el interés que despertó Guaymas
entre los inversionistas extranjeros – en especial los de Estados Unidos - fue el
principal motor de desarrollo de su economía. De la misma manera, presentó
similitudes con otros puertos mexicanos que vieron en el comercio marítimo una
forma de vida dejando de lado cuestiones de carácter primario.

Ya fuera a través del ferrocarril o como puerto de altura, Guaymas se convirtió


desde finales del siglo XIX en uno de los ejes articuladores del comercio del
noroeste del país. El triunfo de la facción sonorense en la revolución, en especial
con los mandatos de Plutarco Elías Calles y Abelardo L. Rodríguez, pusieron al
puerto en una situación inmejorable para su diversificación económica hacia la
pesca. A mediados de la década de 1930, el ex presidente Calles sentó las bases
para la conformación de las primeras cooperativas de producción pesquera dando
a Guaymas un carácter productivo hasta entonces desconocido sino que
desperdiciado.

Sustentado por un cuerpo empresarial con gran participación de capitales


norteamericanos, el puerto de Guaymas volcó sus esfuerzos económicos en la
actividad camaronera y tiburonera, encontrando un rápido crecimiento debido a su
estrecha relación con los mercados internacionales. La década de 1940 significó
un desenvolvimiento exponencial de su entramado productivo, sin embargo, la
falta de cohesión del tejido empresarial y el despegue meteórico del puerto de
Mazatlán en 1950, le llevaron a una pronta diversificación parcial de sus
actividades, adoptando así una vocación económica heterogénea que iba de las
pesquerías de diversas especies al desarrollo de una industria turística en su zona
rural aledaña.

La pesca del camarón se convirtió para Guaymas una punta de lanza para su
crecimiento económico, aunque en apariencia poco cohesionados, el puerto
contaba con empresarios capaces de responder de manera positiva a los

173
estímulos de la región, y más importante aún, a las necesidades del mercado
norteamericano.

4.1. Inicio de la actividad pesquera en Guaymas: 1940- 1961

La existencia de un cuerpo empresarial en una localidad no supone la existencia


de un tejido como tal. Las relaciones entre los empresarios y el nivel de cohesión
de éstas determinan la aparición de un tejido, que a su vez actúa como principal
soporte en el desarrollo de una economía. Para el caso de Guaymas, la existencia
de un cuerpo empresarial desde finales del siglo XIX no significaba un trabajo
conjunto a favor del desarrollo de una actividad en específico, sin embargo, la sola
presencia de éste sentaba las bases de un posible desarrollo, mismo que
detonaría a partir de la influencia ejercida por la acción política a nivel estatal y
nacional.

Mucho se ha citado la importancia que tuvo para los puertos de la región la


participación de empresas japonesas y estadounidenses dentro del desarrollo de
la actividad pesquera. Así como lo que significó el aumento en la demanda
internacional de productos derivados de la pesca del tiburón; para el puerto de
Guaymas el impacto fue mucho mayor, ya que se convirtió en la base de
operación y exportación de estas empresas extranjeras, principalmente por la
conexión ferroviaria con el estado de Arizona. De la mano de Abelardo L.
Rodríguez y Lázaro Cárdenas, el puerto sonorense se convirtió, en la década de
1930, en el epicentro de donde se desprendería el desarrollo pesquero del pacífico
mexicano.

Sin embargo, es la década de 1940 la que trajo consigo el proceso de desarrollo


de la actividad camaronera. En el inicio de la década el presidente Ávila Camacho
retiró la concesión de pesca a las empresas japonesas que operaban en la región
desde 1937262, dejando el camino libre para que Abelardo L. Rodríguez junto con

262
Existen diferentes opiniones y versiones en cuanto a que presidente fue el responsable de retirar las
concesiones de pesca a las empresas japonesas, estas varían entre Lázaro Cárdenas y su sucesor Manuel

174
empresarios locales de Guaymas accionara una serie de inversiones que
pretendían desarrollar la industria del crustáceo.

En 1940 abrió en Guaymas la primera congeladora de camarón que hubo en el


país: Productos Marinos de Guaymas, S. A.; en 1941, La Financiera del Golfo de
Cortés, S A. con capital inicial de un millón de pesos y que tenía como objeto
financiar la adquisición de barcos y equipos de pesca. En ese mismo año abrió
también un astillero, Construcciones Navales de Guaymas S. de R. L.; la Sociedad
Proveedora de Buques S. de R. L. y la Pesquera Topolobampo (Sucursal
Guaymas).263

La empresa Productos Marinos de Guaymas S. A., contó con un importante capital


inicial que ascendía a los $2, 500,000.00 ($500,000 USD) y existe la creencia que
una fracción de éste monto se destinó a la compra de una veintena de
embarcaciones propiedad de las empresas niponas desplazadas.264 A la par de
estas empresas el político participaba de la pesca del tiburón y robalo a través de
la Compañía Vitamínica y de Extracciones S. A., con lo cual tenía a la industria
pesquera de Guaymas como la principal proveedora para el mercado de la costa
oeste de los Estados Unidos.

A mediados de la década de 1940, Abelardo L. Rodríguez abandonó la actividad


económica para ocupar el cargo de gobernador del estado de Sonora, puesto
desde el cual constituiría en 1946 el instituto de pesca del Pacífico que tenía por
objetivo un desarrollo integral de aquellos actores que estuvieran ligados a la
actividad pesquera, ya fuera en su faceta productiva o en aspectos de carácter
científico.265 Sin embargo, al momento de su partida dejó una actividad en un claro
proceso de crecimiento de la mano de inversionistas locales que cohesionados por

Ávila Camacho. La versión más desarrollada apunta a que dada la tensión por la segunda guerra mundial
algunas de las empresas japonesas fueran acusadas de desarrollar bases militares en suelo mexicano,
comprometiendo así la relación diplomática con Estados Unidos, estas acusaciones eran imputadas al
guaimense Abelardo L. Rodríguez.
263
O. Shoko Doode, Los Claro-Oscuro, op. cit., p.125
264
Sin Autor, “Mexican Shrimp Business $14,000,000 a Year Industry ”, Long Beach Press Telegram, Long
Beach California, 19 de septiembre, 1948, pp. B-4
265
Shoko Doode, op. cit., p.126

175
su influencia comenzaron a generar un entramado productivo en torno a la pesca
del crustáceo. La misma Shoko Doode hace un recuento de las empresas
relacionadas a esta actividad que se gestaron través de la década de 1940.266

Cuadro 16. Empresas Camaroneras Guaymas década de 1940

Nombre de la empresa Familia accionista


Empresa Naviera de Sonora S.A Héctor Ferreira
Productos Congelados de Guaymas S .A Familia De Cima
Fomento Marítimo S.A Silvano Pérez Ramos
Pesquera Industrializadora del Pacífico S.A Héctor Ferreira
Pesquera y Hielera del Golfo de Cortés S.A Alberto Tirado
Hielera del Noroeste Familia Vielledent
Pesquera e Industrializadora de Guaymas S.A Familia Brittinham
Fuente: Shoko Doode, op. cit., 1999

Es importante precisar que el crecimiento económico del puerto sonorense en la


década de 1940 se presentó con una característica diferente a otros puertos, fue
un crecimiento diversificado. Mientras aumentaba la inversión en la actividad
pesquera, la industria turística cinegética en su modalidad de pesca deportiva
comenzaba a tener un proceso paralelo de desarrollo, que al igual que el de la
pesca comercial se encontraba directamente ligada a un aumento en la demanda
del mercado norteamericano.

Existe poca información precisa sobre quiénes fueron los actores que participaron
en esta actividad o cuáles fueron los montos de sus inversiones en la década de
1940, sin embargo, a través de revisión hemerográfica de Estados Unidos se
puede asegurar que el flujo de visitantes norteamericanos al puerto sonorense era

266
Ibíd., p.126

176
nutrido y que la promoción que se hacía del puerto era en su mayoría propuesta
por el gobierno del estado.267

De esta manera durante la década de 1940, estados como Arizona, Texas, Iowa,
Michigan, Wisconsin, Nevada, Kansas, Pennsylvania, Nuevo México, Louisina,
New York, Ohio, California, Indiana y Maryland proporcionaron a la ciudad de
Guaymas grupos de turistas de manera regular, posicionando al puerto como el de
mayor importancia en esa actividad en el norte del continente americano.268

La década de 1950 significó un repunte en la actividad turística de Guaymas, que


presentaba a diferencia de la actividad pesquera, un proceso de desarrollo en
cuanto a sus actividades complementarias. La pesca deportiva siguió siendo la
punta de lanza de esta industria, aumentando sus inversiones en poco más de
trescientos mil dólares repartida en cinco empresas de las cuales destaca la
Compañía de Inversiones Inter-Americanas S. A., con una inversión cercana a los
doscientos cincuenta mil dólares, fundada en el año de 1956.269

La activación económica que se presentó en Guaymas a partir de la década de


1950, trajo consigo un desenvolvimiento de su población, motivo por el cual la
industria inmobiliaria presentó altos niveles de inversión durante el periodo. Si
bien, no todas las inversiones inmobiliarias estaban relacionadas a la actividad
turística, muchas de éstas se dieron en el ramo de la hotelería y condominios en
zonas de consumo turístico, motivo por el cual se puede apreciar un crecimiento
mayor dentro de la actividad.

Una de las principales características que presentó el crecimiento de la economía


guaimense, fue la participación de accionistas de origen o de descendencia
estadounidense, lo que refuerza la hipótesis de la íntima relación que existía entre

267
Sin autor, Muscatine Journal, Iowa, 20 de diciembre, 1940; Monessen Daily Independent, Pennsylvania,
23 de marzo, 1940; Dunkirk Evening Observer, NY, 20 de diciembre, 1940; Manitowoc Herald Times,
Wisconsin, 20 de diciembre, 1940; Hutchinson News Herald, Kansas, 8 de febrero, 1942; Deming Headligh,
Nuevo México, 28 de mayo, 1943; Ruston Daily Leader, Louisiana, 20 de diciembre, 1945; Hagerstown Daily
Mail, Maryland, 3 de octubre, 1946; Logansport Press, Indiana, 25 de julio, 1947; El Paso Herald Post, 10 de
marzo, 1948; Phoneix Arizona Republic, 25 de marzo, 1948.
268
Sin autor, El Paso Herald Post, 10 de marzo, 1948
269
Registo Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1962

177
el puerto sonorense con ciertas regiones del vecino país del norte. Para el caso de
la empresa mencionada encontramos entre los inversionistas a Johan Davidson,
quien también participó en la empresa fundada en 1959 Compañía Inmobiliaria
San Carlos, con un capital que superaba los doscientos cincuenta mil dólares; en
la Compañía Turística de Bacochibampo S. A., constituida en 1954 se contó con la
participación de Howell Manning; la presencia de apellidos de origen francés
dentro de las familias de mayor participación en la economía porteña es un
fenómeno sobresaliente ya que apellidos como Pierre, Villedent, Rigallet, se
encuentran relacionados a las empresas de mayor influencia en la región y fueron
parte fundamental del tejido empresarial que se desarrolló en el puerto.

Cuadro 17. Principales empresas turístico/inmobiliaria en Guaymas 1950-1962

Nombre de la empresa Año Accionista Inversión*


Nuevo Guaymas S.A 1961 Víctor Pierre Munsio, Víctor $500,000.00
Villedent

Compañía Inmobiliaria San 1959 Johan Davidson, Alberto Cubillas, $250,000.00


Carlos S.A Rafael Caballero

Compañía de inversiones 1956 Johan Davidson, Héctor Suárez, $240,000.00


Inter-Americanas S.A. Graciano Navarro

Inmuebles Miramar S.A 1955 Georgette Vda. De Ávila, Juan Iñigo $160,000.00

Motel Flamingos S.A 1957 Enrique y Mario Rodríguez Mata $80,000.00

Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1962


*Inversión aproximada en dólares americanos

El paralelismo que existía en el crecimiento de las dos actividades, era sólo


comparable en cuanto a los tiempos de despegue de las actividades, ya que los
niveles de inversión que se registraron en la actividad pesquera fueron mucho
mayores en relación a la actividad turística, es decir, la pesca deportiva aunque
178
importante, no tenía la capacidad de cargar con el papel de motor de desarrollo de
la localidad, siendo la pesquería del camarón la principal apuesta. Sin embargo, el
despegue que tuvo esta actividad en el puerto de Sonora, no tuvo el impacto de
arrastre económico que sus actores esperaban, pese al aumento en los niveles de
inversión. Entrada la década de 1950 la actividad cayó en un profunda crisis que le
llevaría a perder el papel de principal puerto camaronero del Pacífico mexicano a
manos del puerto sinaloense de Mazatlán.

La crisis pesquera de inició, al comenzar los años cincuenta, no fue exclusiva del
puerto de Guaymas, el sobre esfuerzo productivo que se generó en todo el golfo
de California desde 1940 trajo consigo una disminución en la productividad por
embarcación y por lo tanto en la tasa de ganancia; los constantes problemas entre
armadores y cooperativas así como las fluctuaciones de los precios del crustáceo
en Estados Unidos generaban un descontrol en las pesquerías de camarón a lo
largo de la región.

Para el puerto de Guaymas, este descontrol fue sinónimo de crisis generalizada. A


finales de 1952 un grupo de empresarios sonorenses se dirigían a la Ciudad de
México para entrevistarse con autoridades federales ya que la situación era
insostenible y corrían peligro de quedar sin empleo casi 3,000 personas entre
pescadores, planteros, transportistas y cargadores.270 Meses atrás durante ese
mismo año una de las cabezas de la industria, Silvano Pérez Ramos,
abandonaba el puerto con trece embarcaciones y una planta congeladora para
residir en el puerto de Mazatlán.271

Diez años habían pasado desde los comienzos de la industria camaronera en


Guaymas, en los cuales no se había presentado una crisis que pusiera a prueba a
los actores de la actividad, llegada ésta la reacción de los agentes económicos fue
casi nula. Entendiendo que no existe unicausalidad en los procesos de desarrollo
económico, podemos atribuir la falta de respuesta positiva ante la crisis, al propio

270
Sin Autor, “Crisis Pesquera en Guaymas”, El Sol del Pacífico, Mazatlán, 20 de diciembre, 1952
271
Sin Autor, “Aumenta la Flota Pesquera: Pescador Guaimense se Suma a Mazatlán”, El Sol del Pacífico,
Mazatlán, 10 de octubre, 1952

179
origen del tejido productivo y empresarial pesquero dentro del puerto sonorense.
Mientras que en puertos como Mazatlán la actividad aparece motivada por la
acción conjunta de un cuerpo empresarial, en el puerto de Guaymas esta aparece
por la influencia de Abelardo L. Rodríguez quién era de manera primordial un
agente de carácter político.

El tejido productivo que comenzó a gestarse en la década de 1940 de la mano del


ex presidente Rodríguez, no carecía de elementos necesarios para encontrar de
manera endógena las respuestas a los estímulos negativos de su medio, a partir
de 1950 comenzó a establecerse como una pesquería capaz de llevar a cabo de
manera interna todas las partes de su proceso productivo, desde la construcción
de las embarcaciones hasta su exportación hacia los Estados Unidos. Con una
inversión cercana a los cuatro millones de dólares, el periodo que abarca de1950
a 1961 puede considerarse como de amplio crecimiento.272

Durante este periodo las empresas de extracción fueron las que acapararon la
mayor parte de las inversiones, generando con esto un aumento acelerado de la
flota camaronera que para el año de 1952 era de aproximadamente 200
embarcaciones. Sin embargo, las empresas complementarias a la actividad
aparecieron en gran número, de esta forma encontramos constituciones de
empresas dedicadas a actividades capaces de sustentar las necesidades internas
de la actividad, tales como: reparaciones marinas, ferreterías especializadas,
congeladoras, empacadoras, remolcadoras, almacenes, astilleros.273

El entramado productivo que comenzó a desarrollarse a partir de 1950 en el


puerto sonorense, se acompañó de un tejido empresarial sólido con liderazgos
marcados a partir del nivel de participación económica en la actividad. Shoko
Doode274 ve en la figura del empresario hermosillense Héctor Ferreira uno de los
principales impulsores de la actividad a mediados de la década de 1940,
definiéndolo como el brazo ejecutor de la política de Abelardo L. Rodríguez, sin

272
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1962
273
Ibíd.
274
Shoko Doode, op. cit., p.126

180
embargo, fueron otros los empresarios que con sus inversiones conformaron
ambos tejidos.

Gráfico 12. Red Empresarial Pesquera Guaymas 1950-1961275

Fuente: Construcción propia Software Pajek

En este sentido resaltan figuras empresariales que participaron no sólo de la


actividad pesquera, sino que además establecieron parámetros de diversificación

275
La red empresarial que se constituyó al interior de la pesquería de camarón durante la década de 1950
en el puerto sonorense de Guaymas, marcó la pauta en la existencia de grupos empresariales consolidados
pero con nula participación entre ellos. Los grupos e que se logran apreciar en el gráfico fueron los mismos
que participaron de la actividad turística, de esta manera, aunque existía una concentración dentro de las
actividades económicas en un pequeño número de empresarios, estos no lograron generar la cohesión
interna que si se presentó dentro del tejido empresarial mazatleco. La aparición de figuras centrales como
Alberto Cubillas y Víctor Pierre Muncio fue una de los paralelismos que se marcaron entre ambos puertos.
De esta manera, pese a la falta de relación entre los grupos empresariales, la presencia de líderes
empresariales permitió que el proceso de desarrollo se gestara de forma medianamente viable.

181
económica hacia el sector agrícola, inmobiliario y turístico. Ramón Vizcaíno,
Roberto García, Emilio Vielledent, Víctor Pierre y la familia De Cima, lograron
establecer con grandes inversiones las condiciones materiales para el desarrollo
de la pesquería del camarón y a su vez de la localidad, sin embargo, el tejido
empresarial que se gestaba en el puerto distaba de presentar un entramado
cohesionado.

Cuadro 18. Principales empresas Pesqueras en Guaymas 1950-1962

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Productos Congelados S.A 1951 $400,000 De Cima, Cubillas, Milhe
Frigorífica Guaymas S.A 1950 $320,000 Cubillas, Iñigo
Pesquera e Industrializadora 1950 $250,000 Lluellert, Ferreira
de Guaymas S.A.
Armadores Asociados S.A 1960 $250,000 García, Pierre, Rigallet,
Vizcaíno
Congeladora de Guaymas 1954 $160,000 Obregón, Duarte,
Gutiérrez
Armadores San Carlos S.A 1960 $144,000 García, Pierre, Rigallet,
Vizcaíno
Pescadores del Pacífico 1956 $120,000 Abanoa, Obregón
(Guaymas) S.A.
Armadores Mar Bermejo 1958 $120,000 García, Pierre, Rigallet
Armadores de Sonora 1958 $96,000 García, Pierre, Rigallet
Redes y Piolas S.A 1951 $80,000 De Cima, Cubillas, Milhe
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas,: 1950-1962
*Inversión aproximada en dólares americanos

El desarrollo del tejido empresarial Guaimense se dio sobre la base de sociedades


empresariales que mostraban cohesión hacia el interior de su grupo, más no una
clara relación con el resto de los empresarios, generando de esta manera una
concentración de capitales, que en apariencia, les hacía prescindir del colectivo.
Los tres grupos empresariales más importantes que encontramos para la época
son los formados por las familias: De Cima-Cubillas y Pierre-Rigallet-Vizcaíno-

182
García; existieron de la misma manera inversionistas de peso pero que actuaban
de manera aislada como el caso de Silvano Pérez Ramos y la familia Villedent.

Gráfico 13. Red Empresarial Pierre-Rigallet-Vizcaíno-García 1950-1961276

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Para el caso del grupo conformado por las familias De Cima y Cubillas,
encontramos que éstas participaron de la constitución de nueve empresas de las
cuales ocho estaban relacionadas a la actividad pesquera y una más al ramo
inmobiliario/turístico. Estas empresas representaban una inversión superior a los

276
Como se puede apreciar en el gráfico los diversos grupos que conformaban el tejido empresarial
guaimense (en este caso el compuesto por Ramón Vizcaíno, Víctor Pierre Muncio y Roberto García Borboa)
se encontraban cohesionados hacia su interior pero desligados entre ellos. La función de empresarios
centrales como García y Muncio permitió la existencia de una red articulada capaz de presentar frente a
estímulos del mercado como disminución en los precios de exportación del camarón o el daño de la flota a
causa de fenómenos meteorológicos.

183
doce millones de pesos y abarcaban actividades como: pesca de camarón,
construcción de equipo marino de redes, congeladora y distribuidora de mariscos.

Dentro de este grupo de inversionistas encontramos importante participación de


otros empresarios como: Juan Iñigo, Gabriel Milhe y la familia Lazcano; sin
embargo, aunque su participación al interior del grupo a nivel de inversión es
significativa, sus relaciones empresariales no se extienden más allá del mismo;
incluso la diversificación de actividades sólo se presenta para el caso del señor
Juan Iñigo quien participó de la industria agroquímica.

Por otro lado el grupo económico al cual pertenecían los señores Víctor Pierre
Munsio, Juan Rigallet, Ramón Vizcaíno y Roberto García, participaron de la
economía de Guaymas a través de la inversión en doce empresas, de las cuales
siete estaban relacionadas a la pesquería de camarón y cinco más al sector
turístico/inmobiliario, a través de estas empresas alcanzaron una inversión
superior a un millón de dólares para el periodo de 1950 a 1962.

Cuadro 19. Principales empresas Pesqueras Cubillas/De Cima 1950-1961

Empresa Año Capital* Principales inversionistas


Productos Congelados S.A 1951 $400,000 Ernesto De Cima, Alberto Cubillas
Frigorífica de Guaymas S.A 1950 $320,000 Juan Iñigo, Manuel Cubillas
Redes y Piolas S.A 1951 $80,000 Gabriel Milhe, Ernesto De Cima
Pesquería Cima S.A 1956 $80,000 Ernesto De Cima, Manuel Urrea
Pesquera Teresita S.A 1950 $44,000 Alberto Cubillas, Octavio Lluellert
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas,: 1950-1962
*Inversión aproximada en dólares americanos

A diferencia del grupo anterior, estos empresarios establecieron relaciones con


actores de peso que no se encontraban en contacto directo con todos los
miembros del grupo y que dominarían la actividad a partir de mediados de la

184
década de 1960. De esta manera nombres como Víctor Vielledent y Pedro
Zaragoza se hacen presentes en las inversiones de este grupo aunque sus
relaciones hacia afuera del mismo eran casi inexistentes.

Gráfico 14. Red Empresarial Cubillas – Cima 1950-1961277

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Es importante resaltar que el señor Ramón Vizcaíno se encontraba relacionado a


ambos grupos empresariales pudiendo entender que funcionaba como miembro
articulador del tejido empresarial, sin embargo, la relación con el primer grupo se

277
A diferencia de la red empresarial anterior que se tendió en torno a Roberto García y Víctor Pierre, el
tejido empresarial comandado por Alberto Cubillas y Hernando De Cima logró establecerse como un grupo
con mayor nivel de integración y participación conjunta. En este sentido cabe destacar las redes de inversión
que lograron establecer con empresarios mazatlecos como Arturo De Cima Jr., y con la Pesquera
Topolobampo perteneciente al puerto del mismo nombre y pionera de la pesquería de camarón en el
noroeste mexicano.

185
dio a principios de 1950, mientras que con el segundo de los grupos comienza la
relación a partir de 1958, motivo por el cual deducimos que hubo una transferencia
en sus capitales en cuanto a sus filiaciones comerciales.

Cuadro 20. Principales empresas Pesqueras García/Pierre/Rigallet/Vizcaíno


1950-1961

Empresa Año Capital* Principales inversionistas


Armadores Asociados S.A 1960 $240,000 Víctor Pierre, Roberto García
Armadores San Carlos S.A 1960 $144,000 Juan Rigallet, Roberto García
Armadores Mar Bermejo S.A 1958 $120,000 Víctor Pierre, Pedro Malvieux
Armadores de Sonora S.A 1958 $96,000 Roberto García, Ramón Vizcaíno
Guay-Mex S.A 1958 $72,000 Víctor Pierre, Ramón Vizcaíno
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas,: 1950-1962
*Inversión aproximada en dólares americanos

La conformación del tejido productivo y empresarial del puerto de Guaymas en


torno a la pesquería de camarón para el periodo que va de 1950 a 1961, debe de
entenderse como una serie de esfuerzos individuales que vieron en esta actividad
una coyuntura adecuada para la expansión de sus capitales, no así como un
esfuerzo colectivo que pretendiera extender a largo plazo la explotación de la
misma.

Tomando en cuenta que en la mayoría de los puertos de México el inicio de la


actividad a gran escala se da en los años cuarenta, por el aumento en las
exportaciones del crustáceo, el periodo al que se hace referencia en este apartado
debió significar la consolidación de la actividad, sin embargo, para el puerto de
Guaymas éste puede entenderse como un proceso de conformación extendida ya
que aún y cuando la estructura material de la actividad era sólida, las relaciones
entre sus principales empresarios distaba mucho de serlo.

186
4.2. Transición productiva temprana; del camarón a la sardina, 1961- 1968

El crecimiento que la pesquería de camarón presentó en el puerto de Guaymas


durante la década de 1950, sentó las bases no sólo para el desenvolvimiento
económico de la propia actividad sino para la consolidación del puerto como un
punto económico de importancia para el noroeste de México. Pese a la falta de
cohesión entre sus miembros, el cuerpo empresarial guaimense respondió de
manera positiva a la coyuntura que significó el desarrollo de la actividad en
diversos puertos de la región, logrando convertir a ésta en el punto de partida para
el despegue de otras actividades.

Como se apreció en el capítulo tercero, las temporadas de 1961 y 1962 sentaron


un precedente importante en la pesquería de camarón, al ser aquellas en las
cuales se presentó el primer gran conflicto entre armadores y cooperativistas que
llevó a un paro generalizado de labores en todos los puertos del Pacífico por lo
menos de tres meses. Para el puerto de Guaymas este proceso de crisis comenzó
tres años atrás cuando la caída en el precio del crustáceo a nivel internacional
llevó a la actividad a un colapso momentáneo.

Muchas fueron las veces que la industria a nivel nacional se encontró en una
encrucijada de precios, sin embargo, a finales de 1959 los empresarios
sonorenses volvieron a mostrar actitudes que marcarían su relación con la
pesquería de camarón. Durante el mes de noviembre de 1959 ante el desplome
de los precios en Estados Unidos, los empresarios de Guaymas paralizaron sus
actividades argumentado incosteabilidad; de nueva cuenta, dejaban en manos de
los empresarios mazatlecos la responsabilidad de velar por los intereses de la
industria. Con el paso de los meses la situación se normalizó, pero la actitud de
los industriales sonorenses no.278

Este desapego de los problemas de la industria se trasladaría hacia el conflicto


mencionado a principios de la década de 1960 en donde las cooperativas y
armadores mazatlecos libraron una batalla por las condiciones de contratación

278
Sin autor, “Barcos amarrado en Guaymas”, El Sol del Pacífico, 13 noviembre de 1959, p. 3

187
entre ambos grupos para la realización de la zafra. Durante este periodo de
conflictos que se extiende durante toda la década, la participación de los
armadores sonorenses se resumió a secundar las decisiones que se tomaban
desde el cuerpo empresarial mazatleco. Por otro lado el proceso de diversificación
económica se seguía gestando de manera casi ininterrumpida siendo la industria
sardinera y turística los principales focos de atención al exterior de la pesquería de
camarón.

El periodo que va de 1961 a 1968 no presentó un cambio significativo en cuanto al


crecimiento de la pesquería de camarón, por el contrario está mantuvo sus niveles
de inversión a un nivel casi igual ya que para el periodo de 1950 a 1960 se
registraron treinta y seis empresas ligadas de manera directa a esta actividad;
mientras que para el periodo que abarca este apartado el número de empresas
constituidas fue de treinta y cuatro.279

De igual manera el avance de la actividad turística se siguió presentando, así


como el viraje de muchas empresas camaroneras a la pesca de sardinas y otras
especies que no eran exclusivas de las cooperativas. Sin embargo, uno de los
sectores que mayor crecimiento presentó, dándole al puerto de Guaymas un
carácter mucho más heterogéneo en cuanto a su vocación económica, fue el
ganadero en particular la actividad avícola.

El viraje de la actividad pesquera hacia la producción de sardina se dio casi al


finalizar el periodo de 1961 a 1968; durante gran parte de éste fue la pesca de
camarón la que recibió las inversiones más importantes, reforzando así el
entramando productivo que comenzó a gestarse en la década de 1950. Pese a la
consolidación de la actividad camaronera durante los años sesenta, el
comportamiento de los empresarios pesqueros siguió siendo errático en cuanto a
su compromiso con la actividad, de esta manera se puede percibir a una nueva
generación de inversionistas en torno a la explotación del crustáceo

279
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1968

188
Es imposible negar que fuera la pesquería de camarón el principal motor de
desarrollo del puerto sonorense de Guaymas, así como que la participación de los
empresarios fuera la pieza fundamental en el crecimiento de esta actividad. Sin
embargo, es justo decir que el carácter heterogéneo de las inversiones
productivas por parte de los empresarios impidió un mayor aprovechamiento de
los recursos y por lo tanto no se presentó un desarrollo a plenitud de la actividad.

Este carácter heterogéneo al cual se hace referencia se ve representado en la


diversidad de industrias desarrolládas de manera paralela dentro del puerto, así
como irregularidad de inversiones por parte de un mismo empresario dentro de
una en particular. Para el caso de la pesca se tiene que de los principales
inversionistas que aparecieron en el primer periodo sólo tres de ellos se
mantuvieron constantes en la actividad durante el periodo de este apartado: Víctor
Pierre, Juan Emilio Rigallet y Ramón Vizcaino; mientras que otros como Ernesto
De Cima, Alberto Cubillas y Roberto García participaron de nuevas empresas de
manera casi nula.

Cuadro 21. Principales empresas Pesqueras en Guaymas 1961-1968

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Congeladora M de Guaymas S.A 1964 $800,000 Kreger, López
Astillero Monorea S.A 1964 $560,000 Hosspertt, Rogers
Empacadora de Guaymas S.A 1961 $240,000 Donadieu, Varela
Marimex S.A 1961 $216,000 Santoyo
Friolax S.A 1962 $160,000 García, Pierre, Rigallet
Bol de Guaymas S.A 1964 $144,000 Llano, Zaragoza
Pesquera Sonorense S.A 1961 $144,000 Santoyo, Diaz, Torres
Pesquera Guaymense S.A 1962 $120,000 Azcona, Hernández
Congeladora Modelo de Guaymas S.A 1962 $100,000 Ibarra, Llano, Ruiz
Industrializadora de productos S.A 1968 $80,000 Bendet, Vielledent, Pierre
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

189
Gráfico 15. Tejido Empresarial Pesquero en Guaymas 1961-1968280

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Como se puede observar en la tabla anterior, las principales inversiones


pesqueras se presentaron a través de nuevos empresarios que participaron no
sólo de las actividades de extracción sino que fortalecieron el entramado en tareas
como la maquila y exportación de crustáceo, así como la construcción de navíos
para la reproducción de la actividad. Sin embargo, muchos de éstos presentaron
inversiones únicas en el puerto y nunca más participaron (al menos con nuevas
inversiones) de la vida económica porteña.

280
Como es posible apreciar dentro del gráfico correspondiente al entramado empresarial pesquero del
puerto de Guaymas durante gran parte de la década de 1960, este continuó con una tendencia al
distanciamiento entre sus miembros. Como se logra observar en gráficos de red anteriores, los grupos
empresariales que lograban establecerse dentro de la actividad contaban con una fuerte cohesión interna,
sin embargo, la falta de relación entre ellos ocasionaba que el proceso de desarrollo económico local dentro
del puerto sonorense ralentizara su ritmo no pudiendo así competir con otros puertos cercanos como el de
Mazatlán en el estado de Sinaloa.

190
Empresarios como Emilio Kreger, Francisco Hosspertt y Luis Donadieu que en
conjunto tuvieron inversiones superiores al millón de dólares sólo aparecieron en el mapa
durante el periodo de años de 1961-1964, mismo que se caracterizó por ser el de mayor
producción a nivel nacional. De esta manera no es arriesgado asegurar que la
participación de éstos dentro de la actividad respondió más a un oportunismo que a la
intención de establecerse como inversionistas productivos constantes dentro de
Guaymas. En este sentido aunque aparecieron industriales con inversiones constantes
éstas difícilmente superaban la participación en más de dos empresas pesqueras dentro
del periodo, solamente el industrial mazatleco Francisco Azcona tuvo inversiones es tres
empresas siendo el más activo de la industria.

A Francisco Azcona se le suman nombres como los de Carlos Gil Anguiano, Porfirio
Hernández, Javier Millán, Ramón Santoyo, con inversiones en al menos dos empresas.
Sin embargo, ninguno de estos figuró dentro de los principales inversionistas de la
actividad durante la década de 1950, por lo que se puede aseverar que existió un cambio
generacional en los empresarios pesqueros. En este sentido, el grupo compuesto por
Roberto García, Víctor Pierre y Juan Rigallet mantuvieron una participación constante
convirtiéndose en pieza fundamental de la actividad durante al menos un periodo de
quince años.

Por su parte, empresarios que durante la década de 1950 habían funcionado como eje
articulador de la industria trasladaron sus capitales a otros rubros generando con esto una
mayor diversidad en el número de actividades de las cuales participaba la economía
guaimense. Dos son los casos más sobresalientes, por un lado Ernesto De Cima que se
posicionó como uno de los más grandes industriales pesqueros durante el primer periodo
de estudio, para la década de 1960 sólo participó de la empresa constituida bajo el
nombre de Naviera De Cima S.A., que tenía como giro principal comercio de cabotaje y
representaciones comerciales de otras empresas; de esta manera tenemos que De Cima
pasó de tener inversiones cercanas a los cuatrocientos mil dólares a una empresa que
apenas si superaba los dos mil.281

Por otro lado se encuentra la figura de Alberto Cubillas, quien a pesar de mantener un
nivel de inversión estable entre ambos periodos, diversificó de manera total sus
actividades pasando de la pesquería de camarón a la industria turístico/inmobiliaria. Esta

281
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1969

191
diversificación que presentaron las inversiones del señor Cubillas no pueden verse como
una nueva vocación productiva ya que desde 1950 estableció empresas de carácter
inmobiliario, sin embargo, mientras que para la década de los cincuentas este tipo de
empresas se traducían en el 10% de sus inversiones, para la década de 1960
representaban el total del porcentaje.

Como se menciona al principio del apartado, la falta de consistencia de los inversionistas


guaimenses en la pesquería de camarón fue el principal detonante para que ésta no
alcanzara niveles de desarrollo más altos, aún así, seguía manteniendo su rol como
principal motor de desarrollo de la localidad, a partir de la cual se generaba un proceso
de acumulación de capital que posibilitaba el sustento de otras actividades.

Los conflictos contractuales con las cooperativas de producción pesquera en 1961,


pudieron significar para el puerto sonorense una migración masiva de capitales de la
pesquería de camarón hacia otras actividades, sin embargo, aunque la actividad motriz se
vio cercenada hacia su interior, este suceso permitió que Guaymas adoptara una
personalidad productiva heterogénea dando lugar a un entramado económico
diversificado.

El tejido productivo guaimense, aunque menos cohesionado que durante el periodo de


1950 -1961, tuvo al igual que en ese periodo su principal característica en el hecho de que
se presentaron dos aglomerados empresariales sobre las que giraron las principales
actividades del puerto. Por un lado se encuentra aquel que conjuntó a empresarios como
Víctor Pierre, Javier Millán Yáñez y Rodolfo Ruiz, que presentaron en su mayoría
inversiones dentro del rubro pesquero; y en segundo lugar se encuentra aglomerado
empresarial del cual participaban personajes como Ernesto Zaragoza, Jesús Forte y
Carlos Gil Anguiano que tenían inversiones más diversificadas, sobre todo en la figura de
la familia Zaragoza que se presentaron como los grandes impulsores de la actividad
agrícola de la región.

Dentro de este primer grupo que centró sus inversiones en empresas de corte
turístico y pesquero, encontramos que Rodolfo Ruiz funcionó como eje articular
del entramado empresarial, ya que éste era el socio común para dos diferentes
grupos, uno compuesto por empresarios tradicionales como Ramón Vizcaíno y
Víctor Pierre, y un segundo conformado por una nueva generación de industriales

192
como Jaime Hinojos, Ignacio Tamayo y Javier Millán. Es en este polo empresarial
en complemento con empresarios independientes en el que la industria pesquera
encuentra nuevos bríos que le permitieron consolidar su estructura productiva y
llevar a cabo el inicio del proceso de transición a la pesquería de sardina y atún.

Cuadro 22. Principales empresas grupo empresarial Pierre/Millán/Llano

Empresa Año Capital* Rubro Inversionistas


Nuevo Guaymas S.A 1961 $500,000 Turismo Víctor Pierre, Víctor Vielledent
El Barvio S.A 1966 $160,000 Turismo Agustín López, Javier Millán
Friolax S.A 1962 $160,000 Pesca Emilio Rigallet, Ramón Vizcaino
Bol de Guaymas S.A 1964 $144,000 Pesca Francisco Llano
Congeladora Modelo de Guaymas 1966 $100,000 Pesca Rodolfo Ruiz, Francisco Llano
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

En este sentido, los conflictos entre armadores y cooperativistas que se suscitaron


a nivel nacional en los años de 1961 y 1965, en los cuales los armadores
perdieron parte importante del control que mantenían sobre la industria
camaronera al ceder partes de las ganancias en favor de las sociedades
cooperativas, significaron para los diversos puertos del pacífico un
desplazamiento por parte de los armadores hacia actividades (pesqueras o no), en
las cuales no existieran concesiones productivas hacia el sector social.

Tras los conflictos de principios de la década, aparecieron en Guaymas, los


primeros intentos de pesca de sardina, siendo esta la base de la futura
diversificación del tejido productivo. Este primer acercamiento a la actividad se da
de la mano de Jesús Alverde, quién en 1962 monta una reductora para
aprovechar la fauna de acompañamiento del camarón. Durante los años
siguientes, el mismo Alverde adaptaría un par de embarcaciones camaroneras
para continuar con la actividad sardinera, sin embargo, estos intentos mantuvieron

193
un carácter marginal ya que la planta era alimentada con los residuos de la
producción camaronera.282

Gráfico 16. Tejido Grupo Empresarial Pierre/Millan/Llano283

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Hacia el año de 1967 el empresario Juan Rodríguez, originario del puerto de


Ensenada e hijo de Abelardo L. Rodríguez, trasladó algunas de sus
embarcaciones sardineras de la localidad fronteriza hacia el puerto de Guaymas
dando pie al primer esfuerzo formal de pesca de sardina en la ciudad sonorense.

282
Shoko Doode, op. cit., p.140
283
Dentro de esta red empresarial se hace referencia a las figuras de Víctor Pierre Muncio, Javier Milla Yáñez
y Francisco Llano Zaragoza como los principales inversionistas de la red debido al monto de sus capitales
invertidos. Sin embargo, como se puede ver al centro del gráfico la figura de Rodolfo Ruiz fue el eje central a
través del cual lograron establecer relación los diversos grupos. En el caso de Francisco Llano que no aparece
relacionado con un grupo, la mayor parte de sus comerciales eran miembros al interior de su propia familia.

194
Durante ese mismo año el empresario guaimense Víctor Vielledent realizó la
conversión de algunos de sus barcos camaroneros en sardineros inaugurando así
de manera formal la industria sardinera en el puerto de Guaymas con inversión de
industriales locales.

Cuadro 23. Principales empresas Víctor Vielledent 1950-1967

Empresa Año Capital* Rubro Inversionistas


Inmobiliaria Mar y Sol S.A 1955 $24,000 Turismo Roberto García, Víctor Vielledent
Construcciones, Inversiones y 196 $40,000 Pesca Ramón Vizcaíno, Víctor Vielledent
Estudios S.A
Procesadora del Pacífico S.A 1960 $24,000 Pesca Pedro Zaragoza, Víctor Vielledent
Nuevo Guaymas S.A 1961 $500,000 Turismo Víctor Pierre, Víctor Vielledent
Astillero Playa S.A 1962 $40,000 Pesca Antonio Vidal, Víctor Vielledent
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

El nacimiento de la industria sardinera en el puerto sonorense no se presentó


únicamente a través de la actividad de extracción; al igual que sucedió con la
aparición de la pesquería de camarón, el proceso de maquila se desarrolló de
manera paralela. El propio Víctor Vielledent fue uno de los primeros empresarios
en adaptar sus congeladoras de camarón para la industria sardinera, sin embargo,
no fue el único en participar en esta actividad. A través de la empresa Alimentos
Concentrados de Guaymas S.A, empresarios menores como la familia Escalante
contribuyeron en los primeros pasos de la industrialización de la sardina.284

Siguiendo la pista de la diversificación pesquera, el puerto sonorense se convirtió


en punto de inversión para algunos de los industriales pesqueros mazatlecos más
poderosos. Como se mencionó anteriormente el industrial Francisco Azcona
participó de la pesquería de camarón de manera constante durante los primeros
años de la década de 1960 junto con el empresario local Porfirio Hernández; para
284
Ibid., p.142

195
este mismo periodo personajes como Julio Berdegué y José Carranza participaron
de la economía porteña constituyendo en el año de 1966 la empresa Pesquera
Bora, con un capital cercano a los ochenta mil dólares.

Dentro del acta constitutiva de la citada empresa no se especifica el tipo de


especie que explotaría, sin embargo, el año de su constitución coincide con dos
hechos que marcaron a la industria pesquera de todos los puertos del noroeste
mexicano y que probablemente motivaron a los industriales mazatlecos a
diversificar sus inversiones, no sólo en lo productivo, sino en el espacio geográfico
en el cual se desarrollaban; por un lado los problemas contractuales entre
armadores y cooperativistas en el año de 1965 y por otro el inicio de la industria
atunera en el puerto de Mazatlán hacia 1964.285

Cuadro 24. Principales empresas Ernesto Zaragoza Iberri 1950-1967

Empresa Año Capital* Principales inversionistas


Avícola de Miramar S.A 1962 $160,000 Familia Zaragoza
Avícola del Pacífico S.A 1962 $160,000 Familia Zaragoza
Empresas del Océano S.A** 1966 $80,000 Familia Zaragoza
Industrias Porcina de Sonora S.A 1966 $80,000 Familia Zaragoza
Granja Santa Teresa de Guaymas S.A 1965 $60,000 Familia Zaragoza
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos
** Empresa constituida bajo el giro de hotelería

En cuanto al segundo de los grupos empresariales, como se mencionó, éste


encontraba en las figuras de Ernesto Zaragoza, Jesús Forte y Carlos Gil
Anguiano, a sus empresarios más activos. Si bien se presentaron inversiones

285
La pesquería de atún en el puerto de Mazatlán comienza en el año de 1964 como parte de un esfuerzo
estatal para tener una explotación más integral de sus recursos pesqueros. Con el paso de los años el señor
José Carranza se convertiría en el principal empresario atunero de territorio mexicano, sin embargo, fue la
familia Cevallos la pionera de este tipo de pesca en el puerto de Mazatlán; dicha familia participó de manera
activa en la economía de Guaymas durante las dos siguientes décadas.

196
dentro de la industria pesquera que fueron encaminadas a la pesquería de
camarón contribuyendo a fortalecer un entramado que para finales de la década
de 1960 contaba con una participación mayoritariamente cooperativista, la
relevancia de este grupo radica en el hecho de que encontraron en la figura
Ernesto Zaragoza al empresario avícola por excelencia en el puerto, quien añadió
otra actividad clave a la ya heterogénea economía guaimense.

Gráfico 17. Tejido Grupo Empresarial Zaragoza Iberri286

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Según los datos obtenidos del Registro Público de la Propiedad de Guaymas,


desde el año de 1959 la familia Zaragoza se convirtió en uno de los principales

286
Figuras como Alberto Cubillas desarrollaron la capacidad de tender redes empresariales complejas por
periodos prolongados de tiempos, sin embargo, al comparar la densidad en las relaciones del empresario
entre la década de 1950 y 1960, es posible percatarse que para el segundo de los periodos esta densidad fue
menor. La tendencia decreciente en las redes personales de los empresarios es una constante, esto debido
al relevo generacional y la pérdida de presencia de los mismos dentro de la vida económica local.

197
promotores del crecimiento económico del puerto, participando de actividades
pesqueras, turísticas y en especial ganaderas dentro del rubro avícola. Este
carácter homogéneo en las inversiones típico de los industriales del puerto de
Guaymas no se reflejó del todo en la principal cabeza de este grupo, Ernesto
Zaragoza Iberri, quien dedico el 80% de su capital a la explotación de granjas
avícolas.

Pese a fenómenos como el reforzamiento de la pesquería de camarón, la


diversificación hacia la sardina y el atún, así como el desarrollo de la industria
avícola, fue el sector turístico/inmobiliario el que presentó un mayor crecimiento
tanto en inversiones como en su papel como actividad dominante de la economía
guaimense. Con un monto superior a los dos millones de dólares, las nuevas
inversiones turísticas vinieron a complementar una industria que en la década de
1950 se había enfocado al desarrollo de una flotilla de pesca deportiva, este
complemento se dio de la mano de inversiones en infraestructura que iban desde
restaurantes hasta condominios de segunda residencia.

Cuadro 25. Principales empresas turísticas en Guaymas 1961-1968

Empresa Año Capital* Rubro Inversionistas


Nuevo Guaymas S.A 1961 $500,000 Turismo Víctor Pierre, Pedro Zaragoza
Lomas de Cortes S.A 1968 $400,000 Turismo Rodolfo Caballero, Cesar Gandara
Bienes Raíces de Guaymas S.A 1965 $160,000 Turismo Alberto Cubillas, Alejandro Iberri
El Barvio S.A 1966 $160,000 Turismo Agustín López, Javier Millán
Hotel Modies S.A 1968 $160,000 Turismo Moisés Salazar, Fco. Rodríguez
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

La proximidad geográfica entre el puerto de Guaymas y el estado norteamericano


de Arizona, fue uno de los principales detonantes para que la industria turística se
fortaleciera dentro de la ciudad sonorense. Esta relación comenzó hacia finales del

198
siglo XIX con la inauguración de la línea ferroviaria Benson, que permitía a los
industriales de Arizona transportar maderas pesadas para el desarrollo de su
actividad minera.287 Durante el periodo de este apartado las relaciones entre
ambos territorios habían alcanzado un desarrollo importante y los sectores público
y privado de Arizona pujaban de manera constante por convertir al puerto de
Guaymas en una zona libre de impuestos, y transferir sus exportaciones de carne
y cártamo de los puertos californianos a Sonora.

Esta profunda relación entre los territorios se cristalizó dentro de la industria


turística con un aumento en el flujo de visitantes atraídos por la pesca deportiva;
poco a poco la oferta cinegética aumentó en el número de especies propensas
para el deporte, sumando en la década de 1960 la pesca del atún rojo y Delfín. 288
Sin embargo, no fue el único rubro turístico que encontró un despunte dentro de la
actividad, Guaymas al igual que otras ciudades mexicanas se convirtió en centro
vacacional de universitarios estadounidenses (especialmente de la Universidad de
Arizona); los años sesenta significaron la llegada de los springbreak al puerto de
Guaymas encontrando de esta manera un nuevo nicho de mercado para
explotar.289

El aumento en los niveles de demanda de servicios turísticos por parte de


norteamericanos caló de manera importante en algunos de los empresarios
guaimenses, quienes adoptaron una postura más agresiva en cuanto a la
expansión de dicha actividad. En agosto de 1966, el empresario Cesar Gándara
comenzó una campaña con el gobierno local y estatal para dotar al puerto de un
aeropuerto moderno que tuviera la capacidad de recibir aeronaves
norteamericanas de manera constante.

Para mayo de 1968 los esfuerzos de Gándara se materializaron cuando la


empresa Air West Airlines en colaboración con empresarios y autoridades locales,

287
Sin Autor, “Quinta conferencia de comercio Arizona-Sonora”, Tucson Ciudadano Diario, Tucson Arizona,
31 de enero, 1964
288
Sin autor, El Paso Herald Mensaje, Texas, 09 de junio, 1966; Tucson Ciudadano Diario, Arizona, 11 de
octubre, 1966.
289
Sin Autor, “Springbreak on Mexico”, Tucson Ciudadano Diario, Tucson Arizona, 27 de marzo, 1964

199
así como PEMEX, comenzaron la construcción de un aeropuerto internacional (así
como la construcción de pozos de agua para un correcto abasto de los hoteles)
con una inversión superior a los treinta millones de pesos.290

Un fenómeno suscitado por el aumento del turismo que comenzó a suceder dentro
de la economía guaimense fue la diversificación de las inversiones turísticas hacia
la zona rural cercana al puerto. Durante la década de 1950 algunas inversiones
productivas, en especial pesqueras, se habían movilizado hacia el municipio de
Empalme, una década después se presentó un hecho similar pero ahora para el
territorio de San Carlos al noroeste de Guaymas, en donde se presentaron
algunas de las más importantes inversiones turísticas.

Imagen. Campo de acción empresarios de Guaymas

Fuente: Google Earth

Las inversiones en el territorio de San Carlos comenzaron hacia el final de la


década de 1950, esta tendencia fue en un aumento constante alcanzando su

290
Sin autor, Tucson Daily Citizen, Arizona, 01 de mayo, 1968; Arizona Republic, Phoenix, 18 de agosto,
1966.

200
máximo punto en la década de 1980. Si bien, fueron las inversiones dedicadas a
actividades turísticas las que moldearon la estructura productiva esta localidad, las
inversiones que se dieron en este territorio también abarcaron actividades
pesqueras. Empresas como Armadores de San Carlos y San Carlos Marina fueron
algunas de las dedicadas a la actividad pesquera que se descentralizaron de
territorio guaimense para establecerse en San Carlos.

En cuanto a los empresarios que participaron de las inversiones de esta localidad


se encontraron diferentes nombres importantes como Víctor Pierre, Ramón
Vizcaíno, Johan Davison, Francisco Llano y Ramón Uribe. Al ser estos personajes
miembros de diversos grupos económicos, se puede comprender que San Carlos
no era tomado como otra localidad, sino como parte esencial del propio Guaymas.
De cualquier manera, la aparición de un espacio alternativo al territorio porteño se
debe entender como parte de la tendencia diversificadora que el empresario
Guaimense tenía como característica principal.

Cuadro 26. Principales empresas en San Carlos 1950-1968

Empresa Año Capital* Rubro Inversionistas


Compañía inmobiliaria de San 1959 $250,000 Turismo Johan Davison, Alberto Cubillas
Carlos S.A
Armadores de San Carlos S.A 1960 $144,000 Pesca Roberto García, Víctor Pierre
Impulsora Comercial San Carlos 1960 $160,000 Turismo Francisco Llano, Alfredo Pérez
Granja San Carlos de Guaymas 1967 $60,000 Agrícola Josefina Maytorena, Ramón Uribe
San Carlos Marina S.A 1967 $12,000 Turismo Javier Yáñez, Jaime Hinojos
Operadora de San Carlos S.A 1967 $40,000 Turismo Rodolfo Gil, Jesús Moncayo
Marítima San Carlos S.A 1968 $20,000 Pesca Paul Block, Javier Yáñez
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

El desenvolvimiento del tejido productivo del puerto de Guaymas durante el


periodo de 1961- 1968 estuvo caracterizado por el carácter heterogéneo de las

201
inversiones productivas. Si bien éste se había presentado desde la década de
1950, fue durante este periodo en donde se hizo más visible con el desarrollo de la
actividad turística y la diversificación de las actividades pesqueras.

En este sentido la pesquería de camarón siguió presentándose como la piedra


angular de la economía guaimense y a partir de la cual los empresarios generaron
procesos de acumulación de capital que sirvieron como fuerza motriz de la
diversificación productiva. Los conflictos pesqueros de 1962 y 1965, llevaron a la
pesquería de camarón a ser en su mayoría controlada por las cooperativas de
producción pesquera, esto motivó que los industriales buscasen nuevos espacios
para sus inversiones favoreciendo el desarrollo de un tejido productivo menos
dependiente de una sola actividad.

4.3. Transición productiva temprana; del camarón a la sardina, 1979- 1981

El periodo de 1961-1968 significó una expansión en la economía de Guaymas que


alcanzó no sólo a la pesquería de camarón, sino que además presenció el
fortalecimiento de actividades como el turismo, avicultura y la diversificación
pesquera. Este desdoblamiento de las actividades económicas caló no sólo en el
plano de lo nacional en donde Guaymas se posicionaba junto con Mazatlán como
los de mayor relevancia económica del país, sino que a nivel internacional
ratificaron la importancia que el puerto sonorense representaba para los intereses
económicos del estado norteamericano de Arizona que veía en el puerto un
espacio vital para la concreción de actividades comerciales, turísticas e inclusive
de inversión directa.

La paulatina pérdida de presencia empresarial dentro de la pesquería de camarón


en favor de las sociedades cooperativas no significó que ésta perdiera su papel
preponderante como detonante económico de la localidad, sin embargo, la
aparición de otras actividades centrales propició que las crisis de la actividad no
pusieran en juego todo el entramado económico porteño. De esta manera, el
espíritu empresarial guaimense aún y cuando no había encontrado el camino de la

202
cohesión, sí adoptó el camino de la diversificación económica como estrategia
para el desarrollo de un entorno económico sólido.

Siguiendo la pista de las diferentes pesquerías en el puerto sonorense


encontramos que el periodo de este apartado debe de dividirse en dos sub-
periodos. El primero de 1969-1975 durante el cual la pesca de sardina se vio como
una actividad paralela a la del camarón y en su mayoría se practicaba durante la
veda de ésta. El segundo va de 1976-1981, se caracteriza por una profunda caída
de los precios internacionales del camarón, motivada por la crisis monetaria de la
época, así como por el traspaso de la flota de los armadores a las cooperativas de
producción pesquera.

La década de 1960 presentó continuidad en cuanto al comportamiento de los


industriales guaimenses, un profundo desapego hacia su actividad nodal que les
llevó a ver en actividades como el turismo y la avicultura como opciones más
lucrativas y menos conflictivas para desarrollar negocios. El comienzo de la
década de 1970 disminuyó esta actitud ya que existió una aparente calma entre
cooperativistas y armadores, así como una bonanza en los precios motivada por la
crisis del dólar a nivel internacional.

El periodo que va de 1969 a 1981 presentó un cambio significativo en cuanto al


crecimiento de las diversas pesquerías siendo la más importante la del camarón;
al contrario de los periodos anteriores en donde en conjunto se constituyeron
sesenta y ocho empresas ligadas a la actividad pesquera, para el periodo que
abarca este apartado el número de empresas constituidas fue de noventa y seis. A
su vez, dentro del periodo 1969-1975 se constituyeron sesenta empresas
pesqueras y para el periodo de 1976-1981, un total de treinta y siete; cabe resaltar
que para el año de 1975 que es considerado como el clave para el desarrollo de la
pesquería de sardina, no se presentó ninguna constitución de empresa ligada a la
extracción de productos del mar, siendo el procesamiento de mariscos la
tendencia de las inversiones de este año. 291

291
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1981

203
De lo anterior se desprenden dos conjeturas importantes, la primera tiene que ver
con el hecho de durante el sub-periodo de 1969-1975 hubo un tiempo de bonanza
y aparente calma dentro de la industria, motivo por el cual los inversionistas
guaimenses se volcaron hacia la actividad, denotando con eso su actitud hacia la
misma que se caracterizaba por participar de manera activa únicamente cuando
existían condiciones favorables y retrayéndose cuando se desataban conflictos
con otros grupos de poder o en su defecto con crisis de precios como en el propio
año de 1975. La segunda se relaciona con el puerto de Mazatlán en donde este
periodo significó un descenso en sus niveles de inversión (ver capitulo 3) motivo
por el cual podemos establecer que ante los mismos pulsos del mercado, los
entramados productivos reaccionaban de manera diferente.

A diferencia de los dos periodos anteriores, el tejido empresarial para éste


alcanzó un importante nivel de cohesión teniendo como ejes articuladores
empresarios como Ernesto Zaragoza, Rafael Caballero, Ramón Ramírez y
Francisco Llano, si bien, no todos participaron de manera significativa en la
actividad de explotación marina, sino sirvieron como puntos de encuentro para
otros que si lo hicieron. Por su parte inversionistas como la familia Bellot, Porfirio
Hernández y el grupo conformado por Carlos Gil Anguiano y Manuel Peralta,
mantuvieron una presencia importante dentro de la actividad.

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Refaccionaria Arce S.A 1974 $360,000 Romándia,
Hielera y Proveedora de Buques S.A 1975 $240,000 Mendivil, Alapizco
Empacadora de Alimentos Guaymas S.A 1970 $240,000 Órnelas
Pesquera H Cima 1971 $200,000 De Cima
Harinera Marítima Sonorense S.A 1974 $100,000 Zeiss, Rigallet
Hielera Delicias S.A 1975 $80,000 Iberri, Millán
Bocarpa S.A 1974 $70,000 García, Vázquez

204
Pesquera Galmar 1972 $90,000 Ledesma, Benítez
Transportes Refrigerados Inca S.A 1972 $80,000 Aragón, Beltrán
Empacadora Babria S.A 1973 $80,000 Laboreiro, Noriega
Cuadro 27. Principales empresas Pesqueras en Guaymas 1969-1975

Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1974


*Inversión aproximada en dólares americanos

Como se mencionó anteriormente durante el primero de los sub-periodos se


constituyeron más empresas pesqueras que en cualquier otro estudiado. Muchas
de estas empresas vinieron a reforzar el entramado productivo de la pesquería de
camarón ya que de las sesenta empresas que se constituyeron, dos terceras
partes estaba destinada a actividades de corte extractivo, mientras que la tercera
parte restante la conformaban rubros como la maquila, comercialización y otras
actividades complementarias de la actividad.

Una de las principales características que se presentaron para este sub-periodo


en cuanto a la participación de los armadores, es que a diferencia de los dos
anteriores, durante éste se dio la presencia de inversores más enfocados en una
sola industria, una especialización de las inversiones. Una de las principales
características del tejido empresarial guaimense fue la heterogeneidad en la
vocación productiva de los empresarios, para este periodo se puede observar una
mayor lealtad a una misma actividad, generando de esta manera fortalecimiento
cohesión hacia el interior de la pesquería de camarón.

Una década atrás habían sido las figuras de Francisco Azcona y Porfirio
Hernández, quienes habían participado en al menos tres empresas pesqueras
diferentes durante un periodo, para el que va de 1969-1975 se encuentran por lo
menos ocho inversionistas que participaron de manera activa en el mismo número
de empresas, de los cuales los más importantes fueron: Roberto García, Ramón
Ramírez, María Ojeda, Rosa María Álvarez.292

292
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1975

205
La llegada de inversionistas constantes a la pesquería de camarón, aunque
importante para el establecimiento de un tejido empresarial cohesionado, significó
un nuevo cambio en los líderes de la industria. Si bien, la figura de Roberto García
sobresale como la del empresario más constante durante los tres periodos,
empresarios fundadores de la actividad como Ramón Vizcaíno, Ernesto De Cima,
Gabriel Milhe, cada vez contaban con menor presencia dentro del entramado
pesquero. Así, pese a la mejora en la participación de los armadores dentro de la
pesquería, el tejido empresarial general del puerto de Guaymas seguía su
constante diversificadora.

Cuadro 28. Principales Inversionistas pesqueros en Guaymas 1969-1975

Empresa Empresas Tipo de empresas Familias Asociadas


Ramón Ramírez 5 Extracción Gaxiola, Núñez
Rosa Álvarez 5 Extracción Estrada, Caballero
María Ojeda 4 Extracción Ramírez, Álvarez
Leopoldo Navarro 3 Extracción Llano, Caballero
Roberto García 3 Extracción Pierre, Llano
Elodia Amézquita 3 Extracción Ramírez, Ojeda
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1974

Como se mencionó anteriormente, la aparición de la economía sardinera en el


puerto sonorense se presentó hacia finales de la década de 1960 de la mano de
algunos empresarios locales como Jesús Alverde y Víctor Vielledent. Entre 1967 y
1975, ésta jugó un papel secundario dentro de la economía porteña utilizando
para su captura barcos camaroneros improvisados que llegaron a formar una flota
cercana a las 35 embarcaciones. De igual manera mucha de producción se
destinaba a una creciente industria nacional de harina de pescado de la cual
participaban la mayor parte de los puertos pesqueros del golfo de California.293

Sin embargo, a partir de la crisis sufrida por la pesquería de camarón en 1975, así
como la tendencia Pro-Cooperativas y estatizadora del Plan Pesquero Nacional

293
Shoko Doode, op. cit., pp.162

206
del presidente Luis Echeverría, la pesquería de la sardina encontró en el puerto de
Guaymas agua fértil para su desarrollo. De esta forma para principios de la
década de 1980 el número de embarcaciones dedicadas a la actividad superaba
las setenta, y la maquila de la sardina ya no se concentraba únicamente en la
elaboración de harina de pescado, sino que era procesada para el consumo
humano.294

Este desenvolvimiento de la pesquería de la sardina puede verse reflejado dentro


de muchas de las constituciones de empresas pesqueras del sub-periodo que va
de 1976-1981, las cuáles en sus actas constitutivas establecen que se dedicaran a
la pesca de especies no exclusivas de las sociedades cooperativas de producción
pesquera. De igual manera el volumen de inversión en que presentaron empresas
procesadoras fue mayor en comparación con el sub-periodo anterior, denotando
con esto la implementación de innovaciones en las plantas productivas que
permitiesen el procesamiento de la especie pelágica.

Cuadro 29. Principales empresas Pesqueras en Guaymas 1976-1981

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Constructora de Barcos y Tractores S.A 1977 $2,000,000 Fourcade
Congeladora RAAMSAS S.A 1977 $200,000 Amezquita, Ramírez
Hielera y Congeladora Ramos S.A 1979 $200,000 Ramírez, Quiroz
Pesquera Ramos S.A 1979 $200,000 Ramírez, Quiroz
Armadores Industriales del Pacífico 1979 $200,000 Vielledent
Pesquera Gaxiola S.A 1979 $180,000 Gaxiola, Monge
Productos del Golfo del Pacífico S.A 1977 $180,000 García
Productos Pesqueros Alfa S.A 1981 $1300,000 Gallegos, Traslaviña
Pesquera Hernández S.A 1977 $120,000 Hernández
Astilleros Edo. S.A de C.V 1978 $150,000 Ramírez, Quiroz
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1974
*Inversión aproximada en dólares americanos

294
Shoko Doode, op. cit., pp.165-168

207
En cuanto a la diversificación el tejido empresarial hay dos aspectos que vale la
pena resaltar, el primero tiene que ver con un punto ya mencionado, que es la
aparición de empresarios constantes en sus inversiones dentro de la industria, en
este sentido encontramos que para el periodo completo de 1969-1981, figuras
como la de Ramón Ramírez sirvieron como ejes articuladores del tejido
empresarial participando con inversión en al menos diez empresas.

Gráfico 18. Tejido Empresarial Pesquero en Guaymas 1969-1981295

Fuente: Construcción propia Software Pajek

295
Como es posible apreciar en este gráfico, aún y cuando el tejido empresarial en torno a la pesquería de
camarón logró un nivel de cohesión mayor durante este periodo, esta actividad siguió mostrando rezago en
relación a la actividad turística que se verá más adelante. La aparición de nuevos inversionistas en la
actividad se dio sobre la base de participaciones individuales, ajenas en todo momento a generar
condiciones que permitieran la consolidación de un grupo empresarial sólido.

208
Por otro lado, encontramos que durante el segundo de los sub-periodos volvieron
aparecer inversionistas mazatlecos no sólo en la industria pesquera sino además
en la industria turística. Durante el año de 1975, el empresario camaronero, y
pionero de la pesca del atún en el puerto de Mazatlán, José Antonio Cevallos
funda la compañía Sardinas y Derivados, misma que para la década de 1980 se
convertiría en una de las más completas para la explotación integral de la
sardina.296

Dentro de la misma empresa como uno de los socios de la familia Cevallos,


encontramos la figura de Heriberto Zazueta, empresario mazatleco que desde
1955 participó de manera activa en empresas de carácter pesquero, eléctrico
industrial, turístico. Hacia el año de 1974, el mismo Zazueta funda la empresa
turística Inmuebles Draca en el puerto sinaloense, para el año de 1976 un acta de
reunión extraordinaria de la citada empresa es registrada en el libro quinto del
Registro Público de la Propiedad en la ciudad de Guaymas. A partir de aquí se
puede deducir que el atractivo que Guaymas despertaba en los industriales
mazatlecos no se ligaba únicamente a actividades de carácter pesquero, sino que
el despunte turístico del puerto sonorense se erigía como una opción rentable para
la diversificación de sus capitales.297

En este sentido, en el año de 1975 uno de los grupos empresariales mazatlecos


más fuertes participó de la industria turística a través de la constitución de la
empresa El Palacio del Océano de Empalme, esta empresa, con un capital de
doscientos mil dólares, centraba su actividad en la pesca deportiva y sus socios
eran: Jaime Coppel, Quirino Ordaz Luna y Ramón Fuentevilla; en conjunto estos
tres empresarios lograron inversiones superiores a los cuatro millones de dólares
en el puerto de Mazatlán durante la década de 1960 y 1970.298

296
Shoko Doode, op. cit., pp.165-168; Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1975-1976
297
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1975-1976; Registro Público de la Propiedad, Mazatlán 1955-
1974
298
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1975; Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-
1974

209
El paralelismo que se dio entre el desarrollo de la pesquería de camarón y la
industria turística fue un fenómeno que no se detuvo durante este periodo. Por el
contrario ésta presentó niveles de inversión extraordinarios con empresas que
sobrepasaron los dos millones de dólares así como una participación activa por
parte del gobierno del estado de Sonora. La industria turística durante la década
de 1970 no sólo siguió su proceso de consolidación sino que se posiciono como el
principal motor de económico que impulsaría al puerto sonorense.

Al igual que la industria pesquera, la actividad turística vivió un proceso de


crecimiento durante el periodo de 1969-1981, que no había vivido en los periodos
anteriores. Durante el periodo citado se constituyeron un total de 76 empresas
dedicadas de manera directa a la expansión de la actividad turística, sin embargo,
a diferencia de las diversas pesquerías muchas de las inversiones turísticas
presentaron un monto de inversión superior a los cien mil dólares, inclusive al
menos cuatro de ellas presentaron inversiones superiores a los dos millones de
dólares.

Cuadro 30. Principales empresas Turístico/Inmobiliaria en Guaymas 1969-1981

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Villas de San Carlos S.A 1975 $4,000,000 Vázquez, Caballero
Inmobiliaria Hotelera de Noroccidente S.A 1981 $3,500,000 Llano, Edo. Sonora
Fomento Urbano de San Carlos S.A 1974 $3,000,000 Vázquez, Caballero
Inmobiliaria Totocalite S.A 1975 $2,500,000 Vázquez, Iberri
Marinas de La Costa S.A 1979 $500,000 Grossman, Baker
Ingenierías y Marinas de la Costa S.A 1979 $500,000 Grossman, Baker
Arrendadora Monarca del Pacífico S.A 1981 $450,000 Fourcade
Inmobiliaria del Valle de Guaymas S.A 1974 $350,000 De Cima, Zaragoza
SARAGA S.A 1974 $300,000 Vázquez, Murillo
Condominios del Mar S.A 1977 $200,000 Llano, Navarro
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1974
*Inversión aproximada en dólares americanos

210
Gráfico 19. Tejido Empresarial Turístico/Inmobiliaria en Guaymas 1969-1981299

Fuente: Construcción propia Software Pajek

Una de las primeras y quizás la más importante de las características de las


inversiones turísticas durante este periodo tiene que ver con la participación activa
del gobierno del estado de Sonora. Desde 1971 se anunció de manera oficial que
el gobierno estatal invertiría, en conjunto a la iniciativa privada, la cantidad de
cuarenta y ocho millones de pesos para el desarrollo turístico de la localidad.300
Sin embargo, es hasta los años de 1975 y 1981 cuando estas inversiones se
concretan, la primera de ellas en la compañía Servicios de Aguas y Drenaje Nuevo

299
A diferencia del tejido empresarial que se tendió en torno a la actividad pesquera que carecía de
cohesión interna, en el gráfico se puede apreciar que la actividad turística tuvo un comportamiento
ampliamente diferenciado. Los niveles de inversión conjunta que se presentaron en la actividad permitieron
que el puerto de Guaymas continuase con el proceso de desarrollo impulsado 3 décadas atrás por la
pesquería de camarón.
300
Sin Autor, “Inversiones oficiales para el desarrollo turístico en Guaymas”, Tucson Ciudadano Diario,
Tucson Arizona, 26 de junio, 1971

211
Guaymas S.A., en donde con una inversión cercana a los cuatrocientos mil
dólares tuvo como su principal socio al empresario Oscar Estrada; la segunda
inversión se dio en la empresa, Inmobiliaria Hotelera Noroccidental S.A., que se
presenta como la segunda inversión más grande en el periodo de 1950-1989
dentro del puerto de Guaymas, con un monto aproximado de cuatro millones de
dólares tuvo en la figura de Octavio Llano Zaragoza a su principal socio
comercial.301

La participación del gobierno estatal de Sonora representaba una de las ventajas


más fuertes con las que contó en el entramado turístico guaimense, mientras que
en la industria pesquera el gobierno federal apostaba todo por el desarrollo del
sector social representado por las sociedades cooperativas, los empresarios
turísticos del puerto de Guaymas encontraban en su gobierno local a un aliado
que sustentaba con inversiones en infraestructura su propias inversiones
productivas.

Incluso el nivel de gestión por parte del gobierno sonorense se puede ver en el
caso de la Inmobiliaria Hotelera Noroccidental S.A, ya que además de contar con
inversionistas privados locales, contó entre sus socios a la institución denominada
Nacional Hotelera, que funcionaba como una asociación nacional de empresarios
turísticos que brindaba a sus miembros asesoría legal, financiera, administrativa.

Al igual que la pesquería de camarón, la industria turística encontró en este


periodo a una generación de inversionistas avocados a una sola actividad que
lograron establecer una industria más cohesionada tanto a nivel productivo como a
nivel de relaciones empresariales. En este sentido, aparecen las figuras de
Alejandro Vázquez del Mercado, Rafael Caballero y la familia Llano Zaragoza,
como aquellas sobre las cuales se articularia el resto de los empresarios y como
las cabezas visibles de la actividad.

En el caso de Alejandro Vázquez del Mercado se tiene que participó de un total de


diez empresas para el periodo que va de 1969-1981, con un monto de inversión

301
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1975

212
cercano a los dos millones de dólares, todo fue canalizado al desarrollo de la
industria turística.302 Así como la pesquería de camarón fue la industria de la cual
se desprendieron algunos de los empresarios turísticos más activos, Alejandro
Vázquez encontró en el desarrollo avícola de mediados de los años sesenta el
impulso para poder consolidarse como uno de los más importantes industriales de
servicios del puerto de Guaymas.303

Gráfico 20. Red Empresarial Rafael Caballero304

Fuente: Construcción propia Software Pajek

302
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1960-1981
303
Durante el año de 1963 el industrial Alejandro Vázquez del Mercado participó como uno de los
principales accionistas de la empresa Huevo Selecto S.A. Ésta contó con un capital inicial de apenas veinte
mil dólares, sin embargo, pertenecía al grupo de empresas desarrolládas por Ernesto Zaragoza Iberri, quien
como se mencionó fue uno de los miembros de la iniciativa privada más influyentes dentro del puerto de
Guaymas.
304
Como se puede apreciar en este gráfico, el tejido empresarial guaimense siguió contando con la
existencia de empresarios centrales que fueron capaces de articular en torno a si mismos, a una serie de
empresarios que funcionaban como soporte de diversas actividades. En el caso de esta red encontramos las
figuras de Alejandro y Rafael Caballero como los agentes dinamizantes de su grupo empresarial.

213
Por su parte Rafael Caballero, quien fue uno de los principales socios de Vázquez,
participó de un total de once empresas para el periodo que va de 1969-1981, de
las cuales nueve estaban ligadas al desarrollo hotelero del puerto y dos más
fueron parte de la naciente industria frutícola de los valles cercanos a la localidad.
A diferencia de Alejandro Vázquez cabe resaltar que la familia Caballero fue una
de las principales impulsoras del turismo en la localidad de San Carlos, durante
los dos periodos estudiados anteriormente. Entre los años de 1959 y 1967
fundaron las empresas Compañía Inmobiliaria de San Carlos S.A. y Operadora de
San Carlos S.A., respectivamente.

La aparición de inversionistas más comprometidos con una sola industria caló


profundamente en las condiciones de crecimiento turístico de la localidad. Este
crecimiento tuvo consecuencias inmediatas en cuanto a la percepción que el
mercado norteamericano tuvo sobre el puerto sonorense generando con esto las
condiciones para que la industria turística se posicionara como la principal
actividad de la localidad.

En el año de 1971 la empresa Huges Air West estableció vuelos regulares desde
las ciudades de Tucson y Phoneix, además de que se generaron mejores
condiciones para la captación de turismo de residencia al construirse un campo de
golf de 18 hoyos, 84 unidades de condominios y lugar para 2,500 viviendas
unifamiliares.305 De esta manera el puerto sonorense de Guaymas, que existía en
el imaginario del ciudadano norteamericano desde muchos años atrás, se
posicionaba como uno de los principales sitios de turismo de residencia dentro de
territorio nacional.

El periodo de 1969-1981 trajo consigo una nueva cara al entramado productivo


guaimense. El ascenso de las sociedades cooperativas de producción pesquera
como principales actores de la pesquería de camarón en todo el país, llevó a la
clase empresarial a diversificar sus actividades de manera que otro tipo de
economías se posicionaron como las principales en cuanto a la participación de la
iniciativa privada. La diversificación de actividades fue una constante desde la
305
Sin Autor, “Corridor to sea: Nogales-Guaymas”, Arizona Republic, Tucson Arizona, 01 de febrero, 1971

214
década de 1940, para esta localidad sonorense el ascenso de las cooperativas se
tradujo en un cierre de filas por parte de los empresarios que lograron
cohesionarse como un entramado empresarial sólido, logrando con esto un
crecimiento generalizado para todas las industrias de la economía guaimense que
habían visto su génesis durante las décadas de 1950 y 1960.

4.4. Heterogeneidad productiva, la inconstancia como constante del tejido


productivo guaimense 1982-1989

Como quedó establecido en el capítulo tercero correspondiente al desarrollo del


tejido productivo del puerto de Mazatlán, el año de 1982 marca un hito dentro de
las economías de aquellos puertos mexicanos que habían apostado en la década
de 1950 por la pesquería de camarón como su principal motor para el crecimiento
económico. El ascenso que la política de Luis Echeverría Álvarez dio a las
Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera durante la década de 1970, se
convirtió en el impulso definitivo para que éstas se hicieran con la totalidad de la
explotación camaronícola del país.

Sin embargo, no todos los puertos dedicados a la pesca de camarón, se


presentaban como el campo de batalla entre armadores y cooperativistas que
sucedió en el puerto de Mazatlán. Sistemas pesqueros como el de Manzanillo en
el estado de Colima, tuvieron un abandono temprano de la actividad por parte de
la iniciativa privada, permitiéndoles canalizar sus inversiones a otras actividades
que con el tiempo alcanzaron un alto nivel de especialización, y por ende, un
nuevo proceso de crecimiento local.

En el caso de Guaymas, el año de 1982 no cobró mayor relevancia en cuanto al


movimiento de su tejido productivo, la tan mencionada heterogeneidad productiva
de la economía guaimense había llevado a su iniciativa privada a tener un proceso
de diversificación constante desde la década de 1950. Así, llegado el traspaso
nacional de la flota de los armadores a manos de los cooperativistas, la pesquería
de camarón, aunque importante, compartía su lugar como principal actividad

215
económica con al menos un par de actividades más: el turismo y la pesquería de
sardina.

Como determinante de la economía de la ciudad de Guaymas el periodo de 1969-


1981 revistió una mayor importancia que cualquier otro debido a la cohesión que
encontró el sistema productivo local a manos inversionistas constantes dentro de
todas sus actividades. La solidez económica que actores como Ramón Ramírez y
Octavio Llano le dieron al puerto de Guaymas fue determinante para los procesos
de crecimiento que el puerto tendría a partir de la década de 1980, de esta manera
el periodo de análisis de este apartado que abarca los años de 1982-1989 debe de
entenderse como una extensión del periodo anterior, ya que no existió un cambio
significativo en las condiciones productivas del puerto, funcionando este último
periodo como un lapso de consolidación productiva para las inversiones
establecidas durante la década de 1970.

Cuadro 31. Principales empresas constituidas en Guaymas 1982-1989

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Naviera Marítima Mexicana S.A 1986 $2,500,000 Borcovich, González
Productos Congelados Bajo Mar S.A 1987 $2,500,000 Morales, Ojeda
Marinos Arpón S.A 1987 $1,250,000 Ibarra, Pacheco
Almacenes Zerimar S.A 1988 $1,000,000 Ramírez, Jottroy
Autoservicios Zerimar de San Carlos S.A 1988 $1,000,000 Ramírez, Jottroy
Industria Proveedora Computacional de 1988 $500,000 López, Vejar
México S.A
Comercializadora de Barcos S.A 1988 $500,000 Fourcade, Echeverría
Componentes Automotrices y Marinos del 1988 $500,000 Duarte, García
Pacífico S.A
Playa Algodones de Guaymas S.A 1983 $800,000 Llano, Schoener
Mecánica Pesquera S.A 1988 $500,000 Morales, Nava
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1974
*Inversión aproximada en dólares americanos

216
En este sentido, se puede observar que empresarios como Octavio Llano, Ramón
Ramírez, Javier Millán y Francisco Fourcade, mantuvieron su posición como los
miembros de la iniciativa privada más activos dentro del puerto. A su vez apellidos
como Bellot, De Cima, Zaragoza Vielledent, Navarro, Gil Anguiano, Vizcaino;
aunque aparecieron como inversionistas marginales cumplieron cuatro décadas
como parte activa de la economía porteña.306 Sin embargo, la aparición de
nuevas figuras empresariales continuó siendo una constante dentro de Guaymas.
Empresarios como Alain Mener y Brunilda Schoener quienes vinieron a
posicionarse dentro de diferentes actividades como sangre nueva dentro del tejido
empresarial estableciendo sociedades con inversionistas tradicionales como la
familia Llano. O el pequeño grupo de inversionistas que conformaban las familias
Chávez, Gastélum.

Como se puede observar en la tabla anterior, el protagonismo de familias como


Ramírez (Ramón Ramírez), López (Agustín López Elías), Llano (Octavio Llano)
permaneció inmutable entre ambos periodos, sin embargo, la participación de
inversionistas ocasionales como Francisco Borcovich o Adriana Ibarra Pacheco
siguió siendo la característica más constante del tejido empresarial guaimense.
Ésta radicó en el hecho de que ante los periodos de expansión de la economía
local se veían atraídos inversionistas casuales que poco o ninguna relación tenía
con la vida económica del puerto.

Como se mencionó anteriormente el año de 1982 que significó el traspaso de la


flota de los armadores a las cooperativas, no repercutió en el tejido empresarial de
Guaymas como sí lo hizo en el puerto de Mazatlán. La migración de capitales de
la pesquería de camarón a la de sardina durante la década de 1970 permitió que
este fenómeno pasara de manera casi desapercibida. El tejido productivo
pesquero del puerto de Guaymas había logrado estabilizarse con el paso de los
años, si bien el cambio de la pesquería dominante trajo consigo cambios en la
estructura productiva, estos fueron mínimos y el periodo de 1982 a 1989 sirvió
para complementar aquellos espacios se encargaban no de la extracción de

306
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1982-1989

217
especies, sino del avituallamiento de las embarcaciones así como de la
industrialización y comercialización de las diversas especies.

Durante de 1982-1989 se constituyeron en el puerto de Guaymas treinta y cinco


compañías ligadas a la pesquería de alguna especie. De éstas, únicamente tres
marcaban en su giro actividades de extracción mientras que el resto se
relacionaba con actividades que iban desde la construcción de barcos hasta
servicios especializados de instalaciones eléctricas navales. Aun y cuando la
industria sardinera requería de nuevas embarcaciones, la posibilidad de adecuar
barcos camaroneros a la pesca del pelágico, motivó a los inversionistas a llevar
sus capitales al reforzamiento de la planta a través de la cual se industrializaría la
sardina.

Para Shoko Doode307 el industrial Víctor Vielledent pionero guaimense de la


pesca de sardina, reafirmó su posición como principal cabeza de la actividad. Si
bien, Vielledent no presentó ninguna inversión dentro del periodo, en el año de
1979 constituyo la compañía Armadores Industriales del Pacífico S.A., la cual con
un monto ligeramente superior a los doscientos mil dólares se convirtió en piedra
angular para la actividad del industrial.

A la par de Vielledent, se levantó la figura del industrial mazatleco José Antonio


Cevallos, quien sumó un par inversiones más dentro de la industria sardinera de
Guaymas, ésta fue a través de la constitución de las compañías Evaporadora de
Guaymas S.A., e Hidrogenadora del Noroeste S.A., las cuales contaron con un
monto de inversión superior a los quinientos mil dólares y fueron considerada
como las empresas más completas de la década para la industrialización de la
sardina.308

A la par de estos dos industriales, otros que habían sido importantes inversionistas
camaroneros decidieron suerte con una menos riesgosa y más consolidada
industria sardinera. Porfirio Hernández, quien durante la década de 1960 se había

307
Shoko Doode, op. cit., p.184
308
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1982-1989

218
convertid junto al mazatleco Francisco Azcona en los principales empresarios
camaroneros del puerto, fundó en el año de 1985 la compañía Industrializadora y
Procesadora del Mar S.A.; un caso similar se puede apreciar en el caso de las
familias Uribe y Maytorena, quienes constituyeron la empresa Armadora Atunera
de Guaymas S.A., dicha compañía fue establecida en el año de 1987 con un
pequeño capital de veinticinco mil dólares, si bien ésta no se sumaba a los
esfuerzos de la creciente industria sardinera, permite notar de manera puntual el
camino que algunos empresarios pesqueros siguieron para el periodo de este
apartado.309

Cuadro 32. Principales empresas pesqueras en Guaymas 1982-1989

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Productos Congelados Bajo Mar S.A 1987 $2,500,000 Morales, Ojeda
Marinos Arpón S.A 1987 $1,250,000 Ibarra, Pacheco
Maquinaria Marítima Mar de Cortez S.A 1984 $700,000 Morales, Nava
Componentes Automotrices y Marinos del 1988 $500,000 Duarte, García
Pacífico S.A
Mecánica Pesquera S.A 1988 $500,000 Morales, Nava
Comercializadora de Barcos S.A 1988 $500,000 Fourcade, Echeverría
Varadero Almage S.A 1985 $500,000 Félix, Rocha
Empacadora El Gaucho S.A 1983 $400,000 Forte, Castro
Evaporadora de Guaymas S.A 1984 $350,000 Cevallos
Equipos y Accesorios de Pesca S.A 1988 $250,000 Ríos, Ávila
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1974
*Inversión aproximada en dólares americanos

El periodo de 1982-1989, se enmarca entre el traspaso de la flota camaronera en


1982 y el auge de la pesquería de sardina en 1989. En el primero de los casos
cabe resaltar que aunque la ley pesquera se modifica hasta el año de 1991 para

309
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1982-1989

219
permitir de nuevo la participación de la iniciativa privada, desde 1987 a través de
lo dictaminado en la Ley Ojeda, se dio un retorno paulatino de capitales privados
motivo por el periodo de no participación fu solamente de cuatro años; en el puerto
de Guaymas este retorno no se dio de manera clara hasta 1992.

Por su parte, es en el año de 1989 cuando la pesquería de sardina alcanza su


punto más alto dentro del puerto de Guaymas. El impulso que recibió la industria
con el flujo de inversiones en la década de 1980, le permitió posicionarse no sólo
como la actividad más prometedora de la localidad sino que además expandió su
territorio de influencia permitiendo un parcial desarrollo del puerto pesquero de
Yavaros en el municipio de Huatabampo al sur del propio Guaymas. Este pequeño
puerto se convirtió en punto clave para la diversificación de las inversiones de los
empresarios guaimenses quienes trasladaron hasta aquí algunas de sus
actividades relacionadas con la maquila de la sardina.310

Pese a esta expansión, los años que siguieron a 1989 significaron un retroceso
para todas las actividades económicas del puerto sonorense. Por un lado, la
apertura económica que a nivel internacional tuvo el país, puso de manifiesto la
profunda ineficiencia de la pesquería de camarón en manos de las cooperativas,
por lo que se suscitó un desmembramiento masivo de éstas, dejando una
actividad en manos de una nueva generación de armadores que no contaban con
la experiencia para una reestructura de la actividad.

Por otro lado, la pesquería de sardina presentaba signos de agotamiento debido al


sobre esfuerzo productivo, de igual manera la apertura comercial y una clara
desventaja tecnológica para la maquila en relación a los industrializadores
estadounidenses llevaron a la prometedora actividad a un ocaso temprano. La
repentina caída de pesquería de sardina dejo a la actividad turística la
responsabilidad de cargar con el peso de la economía guaimense, sin embargo, el
proceso de desarrollo de la zona de San Carlos había avanzado con el paso de
los años trasladando una gran mayoría de las inversiones de este rubro a esa
localidad. Si a ese suceso se agrega que el crecimiento industrial de Guaymas
310
Shoko Doode, op. cit., p.196

220
generó procesos de contaminación en sus playas que le hicieron perder su ventaja
comparativa del atractivo natural, se tiene que el inicio de la década de 1990 trajo
para Guaymas una crisis económica de la cual no se ha podido recuperar.

Para el caso de la industria turística se tiene que durante el periodo de 1982-1989


ésta mantuvo su nivel de inversiones constantes constituyéndose un total de
cuarenta y tres empresas. Familias como De Cima, Llano y Zaragoza
permanecieron en su posición de inversionistas tradicionales, dándole sustento al
proceso de desarrollo que la actividad arrastraba desde la década de 1950; de ese
total de empresas al menos una veintena establecieron en su acta constitutiva su
domicilio en la localidad de San Carlos dándole continuidad al proceso de
diversificación espacial que comenzó en la década de 1960.

Cuadro 33. Principales empresas turísticas en Guaymas 1982-1989

Empresa Año Capital* Familias inversionistas


Playa Algodones de Guaymas S.A 1983 $800,000 Llano, Schoener, Schoner
Condominios Med de San Carlos S.A 1983 $600,000 Llano, Russels
Inmobiliaria Camuk S.A 1984 $400,000 Vejar, León
Promotora y Administradora de Hotelerías 1986 $400,000 Cuen, Bazua
del Pacífico S.A
Deportes Acuáticos del Mar S.A 1985 $250,000 Celis
Promotora Playa Algodones S.A 1985 $250,000 Llano, Mener, Schoner
Industria Cimaco S.A 1983 $200,000 Llano, Acosta
Impulsora Turística Garibay Hermanos S.A 1984 $200,000 Garibay
Restaurante del Rio de Guaymas S.A 1988 $125,000 Rio, Ahumada
Coordinadora Mar de Cortés S.A 1985 $125,000 Llano, Schoener, Schoner
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1982-1989
*Inversión aproximada en dólares americanos

Como se puede observar en la tabla anterior, la sociedad Llano-Schoener- Mener


fue la más constante de la actividad turística, aunque fue la familia Llano presentó

221
inversiones en sociedad con algunos otros empresarios diferentes. En total la
familia Llano (Llano Zaragoza, Llano De Cima) tuvo inversiones por más de tres
millones de dólares en un total de diez empresas dedicadas a actividades
turísticas. Como se mencionó anteriormente el crecimiento de la localidad de San
Carlos robaba importancia turística al puerto de Guaymas, de las diez empresas
constituidas por la familia Llano, las diez tenían sus operaciones en la pequeña
localidad el noroeste del puerto.

Conclusiones

A la vanguardia de los puertos del noroeste mexicano, Guaymas comenzó su


proceso de desarrollo económico impulsado por la pesquería de camarón desde
mediados de la década de 1940. El crecimiento exponencial de los tejidos
productivos local y empresarial fue un fenómeno que la localidad sonorense
compartió con Mazatlán, sin embargo, los niveles de cohesión y encadenamiento
que alcanzaron fueron significativamente menores que los del puerto sinaloense.

Tomando en cuenta lo anterior, una primera línea explicativa del fenómeno se


relaciona con el tamaño de la economía local. Al ser Guaymas un puerto de menor
tamaño que otros de la costa del Pacífico mexicano el nivel de interacción entre
sus actores presentó un menor desarrollo. Sin embargo, los motivos aparentes
sobre los cuales se sucedió este fenómeno, fue la falta de regularidad en la cultura
empresarial local; por un lado, los empresarios que iniciaron con la actividad no
pertenecían de manera exclusiva al mundo empresarial y por otro lado los
procesos de diversificación fueron ambiguos.

En el primero de los casos se tiene el claro ejemplo del ex presidente de la


república Abelardo L. Rodríguez quien fue uno de los principales impulsores de la
actividad desde sus orígenes en la década de 1930. Como un consagrado hombre
de negocios, Rodríguez vio en la pesca de camarón un negocio a través del cual
aumentar su injerencia en los tejidos productivos locales de diversos puntos en el
estado de Sonora, sin embargo, su participación en la actividad no fue de manera

222
exclusiva, esto debido a los múltiples intereses económicos y políticos con los que
contaba.

Así como Rodríguez, muchos otros empresarios presentaron un comportamiento


que podría catalogarse como mercenario. Su accionar en torno a una actividad en
específico dependía de la rentabilidad que la misma tenía de manera presente, de
esta forma ante problemas de que se suscitaban en ciertos giros económicos, los
empresarios preferían trasladar sus capitales a otra actividad que en ese momento
contara con un mayor nivel de estabilidad.

Los cambios de giro comercial que se dieron al interior del tejido empresarial no
pueden entenderse como un proceso de diversificación económica dentro del
puerto de Guaymas. A menudo las etapas de crecimiento de una industria local se
veían interrumpidas por la falta de identidad productiva con la que contaban los
empresarios porteños. Aun y cuando la pesquería de camarón fue la actividad
base para el desarrollo de las demás esta padeció múltiples periodos de
contracción en el flujo de sus inversiones dando pie al surgimiento, más no al
desarrollo, de industrias que de manera paralela buscaban protagonismo dentro
de la localidad.

Dado lo anterior, el proceso de desarrollo del tejido productivo local del puerto de
Guaymas fue limitado y las cadenas de valor que se gestaron en torno a su
economía la solidez necesaria para responder de manera adecuada a los
estímulos del mercado.

Es importante resaltar que el devenir económico guaimense se encontró


estrechamente ligado a la economía de Arizona. Los intercambios comerciales y
de capital que la ciudad tenía con localidades como Tucson o Phoneix,
permitieron que inversionistas norteamericanos participaran de manera actividad
en los procesos productivos de la localidad. De esta manera, muchos empresarios
norteamericanos tenían inversiones esporádicas generando que las condiciones
de dispersión de capitales del tejido local se acentuaran.

223
El desarrollo económico de Guaymas se vio limitado por la falta de un tejido
empresarial sólido, sin embargo, esto no impidió su existencia. Aun y cuando el
proceso de desarrollo no fue el idóneo permitió posicionar al puerto sonorense
como uno de los de más prometedores en cuanto a economía pesquera y
mercante a nivel nacional.

224
Capítulo V

Historia de dos puertos y una región

225
5.1. Consideraciones teóricas

El desarrollo económico de una localidad es innato a su propio devenir histórico.


En mayor o menor medida los territorios logran establecer mecanismo de
aprendizaje que les permiten responder de manera adecuada a los estímulos que
la región y el mercado presentan. De esta manera, es posible establecer que el
desarrollo es una constante en cualquier sociedad, pero no así la magnitud del
mismo; todas las sociedades se desarrollan pero no todas en la misma
proporción.

En el caso de los puertos de Mazatlán y Guaymas es innegable el desarrollo


económico que ambas localidades sufrieron desde su aparición como puertos
comerciales en la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, el resultado que cada
uno de los puertos arrojó, dependió en gran medida de las características propias
de la localidad y no así de la influencia que el territorio regional ejerció sobre ellas.
De esta manera, se puede entender que la suma de las historias locales no se
convierte en un parámetro para definir la historia de la región, sin embargo,
permiten apreciar las diversas fisionomías que adopta el desarrollo a partir de la
homogeneidad de las condiciones geográfico-territoriales.

A estas condicionantes se suma la ambigüedad que encierra el propio concepto


de desarrollo. En apariencia sencillo, si tomamos como referencia los procesos
evolutivos dentro de las condiciones de vida de una sociedad, el concepto de
desarrollo padece la problemática del sobre esfuerzo académico que le impide
definirse de manera concreta haciendo difícil su precisión dentro de la esfera de lo
empírico. Capital humano, entornos innovadores, fortaleza institucional,
mecanismos culturales, estabilidad jurídica, procesos de democratización,
colectividades, son sólo algunos de los parámetros que se analizan en torno al
desarrollo, generando con esto una idea utópica del mismo, inalcanzable.

La ciencia histórica, a través del tiempo, se ha mostrado generosa con la adopción


de corpus teóricos que ayuden a la reconstrucción precisa de los procesos a
través de los cuales se ha ido gestando una sociedad, sin embargo, atender a

226
cada uno de los parámetro de desarrollo que han establecido por múltiples
escuelas, redundaría en una tarea titánica cercana a la propuesta por Braudel con
su historia total. De esta manera, una historia del desarrollo debe de ser limitada
en cuanto a sus parámetros de análisis, centrando sus esfuerzos en aquellas
variables que complementen de manera adecuada al objeto de estudio, ya que a
posteriori es una tarea sencilla en la reconstrucción del desarrollo.

Aunque no de manera determinante, una historia económica del desarrollo local


debe de centrar sus esfuerzos en la forma en que han logrado establecerse y
generar crecimiento las condiciones de producción internas. Esto es, la manera en
que se ha gestado el entramado productivo de una localidad. A partir del análisis
de las condiciones de producción así como de las vocaciones productivas de
éstas, se puede establecer una columna vertebral en cuanto al devenir histórico y
económico de una localidad. Para el caso de las localidades estudiadas diríamos
que, no es trascendente el hecho de que sus condiciones como puertos les doten
de cierta riqueza natural, sino que cobra relevancia cuando se genera en torno a
estas riquezas un entramado productivo, un tejido productivo.

Siguiendo este orden de ideas, se tiene que el tejido productivo de una localidad
encuentra en la figura del empresario a su catalizador; de ahí que el análisis de
uno se base en la dinámica que logre establecer el otro. De esta manera el
capítulo cinco de este trabajo centra su análisis en la figura del empresario como
detonante del desarrollo del tejido productivo local, estableciendo una relación
directamente proporcional entre la solidez de las elites económicas y el camino de
desarrollo que se establece en una localidad.

Así, pese a las diferencias existentes en el tamaño de ambas economías, el


análisis preponderante se situará en las formas de organización y grado de
cohesión que se desarrolló al interior de las iniciativas privadas de cada uno de los
puertos. Dando como resultado realidades de desarrollo que aunque similares,
son distintas entre sí.

227
5.2. Inicios de la pesquería del camarón: Hermanos de padres distintos

La participación de industrias extranjeras dentro de la pesquería de camarón en el


Golfo de California durante la década de 1930, fue el génesis de una industria que
se convertiría con el paso de los años en el punto de partida para el crecimiento
de los puertos de Guaymas y Mazatlán. Sin embargo, el contacto con las
empresas norteamericanas y japonesas no fue sino una demostración para los
cuerpos empresariales de cada localidad de lo lucrativo de una industria que era
sistemáticamente ignorada o quizás desconocida por ellos.

El impulso que la pesquería de camarón tuvo en ambos puertos se gestó de


manera interna con el accionar de sus actores locales y sus esfuerzos por generar
modelos económicos a partir de los cuales pudiera marcarse un despegue en las
condiciones económicas de las localidades e incluso de la región. Sin embargo,
como se ha planteado teóricamente, los actores que confluyen en un territorio y
que sirven como agentes de desarrollo económico son diversos y la motivación
para participar de una actividad determinada puede responder a aspectos de
carácter económico, político, ideológico, etc.

La industria pesquera que se desarrolló en los puertos objeto de estudio, aunque


presentó el mismo punto de partida, así como una base política y laboral similares,
encontró su motor de crecimiento en una acción empresarial diferenciada a partir
de su propio génesis. Por un lado, el puerto de Mazatlán con un trabajo
empresarial conjunto que con el paso del tiempo fue definiendo a sus propios
líderes y por otro lado el puerto de Guaymas de la mano de un empresario como
Abelardo L. Rodríguez que nunca perdió de vista sus objetivos políticos.

Esta diferencia en el carácter empresarial que definía a cada uno de los puertos
fue definitiva en el curso del desarrollo de la actividad y de aquellas que
aparecieron a partir del proceso de acumulación que se generó con la pesquería
de camarón, sin embargo, un primer análisis muestra que la estructura productiva
que se generó en ambos puertos en el periodo de 1950 a 1962 presentó un
comportamiento similar, estableciendo así un primer punto de comparación.

228
Para el año de 1950 las condiciones económicas de ambos puertos eran
diferentes, mientras que el puerto sinaloense había alcanzado un desarrollo
urbano considerable y alojaba en su territorio a una población superior a los
setenta mil habitantes311, Guaymas en el estado de Sonora apenas superaba los
cuarenta mil habitantes.312 Debido a esto, los niveles de inversión que se dieron en
cada una de las localidades fueron considerablemente dispares, sin embargo, el
tejido productivo que se generó en ambos puertos fue similar sólo que con una
escala diferente.

Gráfico 21. Inversión pesquera en pesos corrientes puertos de Guaymas y


Mazatlán, 1950-1961

20,000,000.00
18,000,000.00
16,000,000.00
14,000,000.00
12,000,000.00
10,000,000.00 Mazatlán

8,000,000.00 Guaymas

6,000,000.00
4,000,000.00
2,000,000.00
0.00
1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961

Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961 (Anexo 1)

Como se observa, el nivel de inversión que se dio en el puerto de Mazatlán


excede de manera significativa al monto que se presentó en Guaymas. En total el

311
Shoko Doode, Los Claro-Oscuros, op. cit., p.125
312
Ibid.

229
puerto sinaloense captó más de setenta y cinco millones de pesos en inversión, en
contraste con los poco más de cuarenta millones que se inyectaron en la
pesquería de camarón guaimense. A pesar de esto, es posible notar en el gráfico,
que la inversión en los puertos presentó un comportamiento similar a lo largo del
periodo, siendo los años de 1958 y 1959 los únicos con un comportamiento
diferente ya que mientras la inversión bajaba en uno de los puertos en el otro
presentaba crecimiento. De igual manera, las inversiones en el puerto de Mazatlán
presentaron un comportamiento más regular, mientras que en el puerto de
Guaymas existen años como 1953 y 1957 en donde la inversión en la pesquería
de camarón fue igual a cero.

Pese a estas diferencias, se ha establecido que el comportamiento del tejido


productivo presentó similitudes. En este sentido vemos una tendencia por parte de
los inversionistas de establecer en torno a la extracción del camarón una serie de
empresas que establecieran a la pesca de camarón como una pesquería, esto es,
una actividad que no sólo estuviera encaminada a la explotación primaria sino que
participara de manera activa en aspectos como la congelación, maquila,
distribución y exportación del producto.

De la misma manera, el tejido productivo se constituyó como un entramado sólido


en el cual los empresarios de ambas localidades se encargaron de generar una
actividad con un proceso de reproducción endogámico a través del cual se daba
respuesta inmediata a cualquier necesidad que la pesquería presentaba; aparejos,
abarrotes, ferreterías especializadas, equipos electrónicos, astilleros e incluso
servicios legales y contables, fueron sólo algunas de las empresas que se
gestaron en torno a la actividad y que constituyeron el mencionado entramado
productivo.

Para el caso de Mazatlán las empresas que constituyeron el tejido productivo


pesquero, durante el periodo de 1950 a 1961, se dividieron de la siguiente
manera: 12 congeladoras, 1 industrializadora, 1 remolcadora, 9 ferreteras
especializadas, 2 astilleros, 98 de extracción; mientras que el puerto de Guaymas
presentó la siguiente distribución: 4 congeladoras, 2 industrializadoras, 1

230
remolcadora, 4 ferreteras especializada, 2 chinchorreras, 1 astillero, 45 de
extracción.313

Como se analizó en los capítulos correspondientes al desarrollo de cada uno de


los puertos, la década de 1950 fue un espacio de tiempo lleno de altibajos para la
pesquería de camarón del Golfo de California. La actividad camaronera, que
encontró en el aumento de los precios del crustáceo a nivel internacional a su
principal detonante, padeció durante los primeros años del periodo de la
inestabilidad del mercado norteamericano, generando con esto una primera
prueba para la fortaleza de los recién creados tejidos productivos.

Súbitas caídas de los precios del camarón en Estados Unidos, medidas fiscales
proteccionistas así como un sobre esfuerzo productivo que disminuyo los
márgenes de productividad por embarcación de manera casi inmediata, fueron los
principales problemas que enfrentó la industria camaronera del Golfo de California
en sus primeros años de crecimiento. Pese a las similitudes que presentaron en su
desarrollo los puertos de Guaymas y Mazatlán, la respuesta a estos problemas se
dio de manera diferente, generando con esto multiples sendas de desarrollo que
terminarían con una diversificación turística para el puerto sinaloense y con una
especialización pesquera en la sardina dentro del puerto de Sonora.

Mientras que Guaymas se vio profundamente afectado por los problemas antes
mencionados, el puerto de Mazatlán encontró un detonante de carácter exógeno
para cerrar filas y buscar condiciones de desarrollo endógeno. Una primera línea
explicativa al fenómeno sería que, dado que el tamaño –a nivel de inversión- de la
pesquería en el puerto de Mazatlán era mayor que el de la ciudad de Guaymas,
esta contaba con mayores condiciones materiales y económicas para superar los
retos que encontraba una industria floreciente.

Sin embargo, es un argumento reduccionista pensar que únicamente aquellos


entramados con determinado nivel de inversión lograron superar de manera

313
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, : 1950-1962; Registro Público de la Propiedad, Guaymas,
1950-1962

231
satisfactoria los escollos que se presentan al inicio de su crecimiento. De esta
manera, se establece que no es de capital importancia el tamaño del tejido
productivo sino la manera en que éste se encuentra constituido y el nivel de
cohesión que existe entre sus actores. Dando por sentado que la constitución de
ambos tejidos presentaba las mismas características en cuanto al desarrollo de
actividades complementarias, y por ende a su capacidad endógena de solucionar
necesidades. Es en el nivel de cohesión entre sus actores donde se puede
establecer la capacidad de cada una de las localidades de responder de manera
diversa a un mismo tipo de estímulos por parte del contexto económico.

Durante los primeros dos años de la década de 1950 la industria camaronera


sufrió un colapso; ha quedado establecido que el cuerpo empresarial mazatleco
respondió a estos problemas de manera proactiva a través del establecimiento de
organizaciones que permitieran la mediación entre los productores nacionales y
los exportadores norteamericanos, incluso a través de canales diplomáticos que
permitieron contacto directo con congresistas norteamericanos y autoridades
federales en México.

Con una actitud radicalmente opuesta, el empresariado guaimense no presentó


ninguna capacidad de respuesta, dejando en sus iguales sinaloenses la tarea de
ver por una industria que sostenía la dinámica económica de toda la región. Sus
acciones se resumieron a entrevistas con los poderes federales en busca de que
estos participaran del rescate de la industria, inclusive como quedó de manifiesto
en el capítulo cuarto, Silvano Pérez Arce una de sus principales cabezas
empresariales movilizó sus capitales al puerto de Mazatlán para salvaguardarlos
con el cobijo de una industria más cohesionada. A través de la participación
conjunta en diferentes empresas es posible determinar el grado de cohesión que
se presenta al interior de un tejido empresarial y a partir de éste podemos inferir el
nivel de participación de la clase empresarial dentro del proceso de desarrollo de
una actividad en un territorio determinado.

El entramado productivo que se constituyó en el puerto de Mazatlán en torno a la


pesquería de camarón durante el periodo de 1950-1961, se conformó con un total

232
de 170 empresas relacionadas con la actividad, de éstas 84 se constituyeron
durante los primeros cuatros años, siendo el espacio de tiempo con una mayor
participación por parte de los empresarios. Durante todo el periodo contó con 84
empresarios que superaron en por lo menos cuatro empresas su participación
dentro de la industria, siendo los más importantes Juan Gavica, Rafael
Domínguez, Tomás de Rueda Jr., José Azcona y la familia Coppel.314

Cuadro 34. Principales empresarios pesqueros Mazatlán 1950-1961

Empresario No. Empresas Ramos No. Principales Familias


Socios
Juan Gavica E. 24 Extracción, 28 Domínguez,
Congelación Fuentevilla,
Rafael Domínguez 17 Extracción, 23 Gavica,
Ferretera González,
Tomás Balderrama 13 Extracción, 21 Gorostiza,
Congelación Farriols,
Luis R. Gorostiza 9 Extracción, 22 Azcona,
Congelación Farriols,
Tomás de Rueda 9 Astillero, 18 Reyna,
Jr. Extracción Balderrama
José Azcona 9 Extracción, 18 Coppel,
Comercialización Haas,
Sergio Coppel 8 Extracción, 18 González
Congelación De Cima,
Juan Bastidas 8 Extracción, 9 Domínguez,
Comercialización Gavica,
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1950-1961

La base empresarial mazatleca no aparece a la par de la industria camaronera, sin


embargo, es a través de ésta cuando el puerto adquiere una vocación productiva
endógena provocando un aumento en la interacción de los empresarios y con ello
la aparición de un tejido empresarial cohesionado. El año de 1950 significó un
vuelco por parte del cuerpo empresarial mazatleco a la pesquería de camarón
constituyendo más de cincuenta empresas en las que confluyeron tanto
empresarios tradicionales como nuevos inversionistas del puerto.

314
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1950-1961

233
Como se puede apreciar en el cuadro anterior los principales empresarios
pesqueros mazatlecos presentaron un perfil de inversión diversificado en cuanto al
número de socios con los que entablaban relación, de esta manera lograron
establecer un sistema de relaciones que les permitía por un lado minimizar el
riesgo que conllevan las inversiones en empresas propias de gran tamaño y por
otro lado abarcar aspectos varios de la producción a partir de la diferencia en la
vocación empresarial de cada uno de los socios.

De los ocho empresarios mencionados dentro del cuadro anterior, cinco de ellos –
Juan Gavica, Rafael Domínguez, Tomás Balderrama, Luis Gorostiza y Juan
Bastidas- establecieron inversiones constantes entre ellos. Por su parte Sergio
Coppel, Tomás de Rueda Jr., y José Azcona, mantuvieron relaciones menos
constantes con el principal grupo de poder, sin embargo, se relacionaron de
manera regular con otros empresarios de gran importancia como los miembros de
las familias De Cima, Fuentevilla y Cevallos.

Este nivel de interacción que se generó entre los principales inversionistas


mazatlecos se presentó también entre aquellos que no participaron de la actividad
con muchas empresas. Si bien, existieron aquellos que depositaron sus
inversiones en empresas de carácter familiar o con un número reducido de socios
comerciales, la gran mayoría optó por una repartición de su capital entre diferentes
grupo. De esta manera las responsabilidades de la industria se volvieron
compartidas, aunque el fracaso de una empresa no significaba gran pérdida para
uno de los grandes actores, sí significaba una crisis generalizada de la industria,
motivo por el cual las externalidades que se presentaban eran solucionadas por el
colectivo, el cual también incluía a los miembros más importantes de las
sociedades cooperativas.

La representación gráfica del tejido empresarial mazatleco para el periodo que


comprende de los años 1950-1961, muestra de manera clara como se
establecieron las relaciones del empresariado porteño a través de figuras
centrales que fungieron como ejes articuladores entre diversos grupos de
inversionistas. A partir de estos puntos centrales dentro del entramado, se puede

234
establecer que existieron al menos seis grupos empresariales constituidos de la
siguiente manera: 1) Fuentevilla/González Alarcón/Unger, 2) Domínguez/Gavica,
3) Coppel/De Cima/Cevallos, 4) Gorostiza/ Rueda Jr./Rico, 5) Medrano.

Gráfico 22. Tejido empresarial pesquero Mazatlán 1950-1961315

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

La figura de Tomás Balderrama aparece en el centro como eje articulador de todo


el entramado, ya que es el único empresario que tuvo al menos una inversión
directa con alguno de los principales miembros de los grupos mencionados. A
pesar de la existencia marcada de diversos grupos, no se presentó en el puerto de
Mazatlán una especialización productiva, de manera que es fácil encontrar
315
Imagen Ampliada en Anexo 5

235
miembros de los diversos grupos participando de actividades como construcción
de embarcaciones o comercialización de la producción.

Aunque se ha logrado establecer la existencia de determinados grupos, el tejido


empresarial mazatleco se concibe como un bloque sólido, del cual sólo se
desprenden algunos empresarios como Guillermo Rice, Antonio Toledo Corro,
Octavio Rivera, Jovito Domínguez y la familia Medrano. Estos empresarios,
presentaron un perfil de inversiones más tradicional en el sentido de que la
mayoría de estas era de corte familiar y no presentaban diversificación dentro de
sus actividades, ya fuera dentro o fuera de la pesquería del camarón.

Cuadro 35. Principales empresarios pesqueros Mazatlán 1950-1961

Empresario No. Ramos No. Socios Principales Socios


Empresas
Ramón Vizcaíno 12 Extracción, 12 Pierre,
Comercialización García B.
Roberto García 8 Extracción, 7 Pierre,
B. Comercialización Vizcaíno
Víctor Pierre 8 Extracción, 7 Vizcaíno
Comercialización García
Alberto Cubillas 5 Extracción, 20 De Cima,
Congelación Martínez
Juan Rigallet 7 Extracción, 5 Pierre,
Comercialización Vizcaíno,
Ernesto De Cima 4 Redes, 16 De Cima,
Extracción Cubillas
Juan Iñigo 4 Congelación 10 Cubillas,
Morales
José A. Rosas 4 Extracción, 5 Pierre,
Comercialización Vizcaíno
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1950-1961

Por su parte el entramado productivo que apareció en el puerto de Guaymas en


torno a la pesquería de camarón durante el mismo espacio de tiempo, se
conformó con un total de cuarenta un empresas relacionadas con la actividad.
Durante este periodo se encontraron treintaiocho empresarios que participaron en

236
al menos 3 empresas relacionadas a la pesquería del camarón siendo los de
mayor presencia Ramón Vizcaíno, Roberto García, Víctor Pierre y la familia De
Cima.316

Al igual que el puerto de Mazatlán, el de Guaymas comenzó su desarrollo


empresarial con años de antelación al surgimiento de la pesquería de camarón.
Durante la década de 1940 el puerto sonorense se encontraba en los ojos del
mercado turístico norteamericano, posicionándose como el principal puerto del
continente para la pesca deportiva.

De manera súbita, de la mano de Abelardo L. Rodríguez, la pesca de camarón se


volvió el eje central de la actividad guaimense generando con esto una dualidad
dentro del entramado empresarial local; por un lado entendían que la pesca del
crustáceo era una actividad redituable por lo cual participarían de ella, pero por
otro lado el incipiente crecimiento del sector turístico no podía ser descuidado ya
que esta era la actividad que de manera “natural” se había desarrollado en la
localidad.

Esta dualidad de actividades incipientes generó un comportamiento diferente del


tejido empresarial en relación con el comportamiento presentado por la clase
empresarial del puerto del sur de Sinaloa. En primer lugar, muchos accionaron de
manera conjunta en actividades tanto pesqueras como turísticas, motivo por el
cual encontramos un nivel de participación menor dentro de la actividad pesquera
en relación con el puerto de Mazatlán. En segundo lugar, las inversiones que se
presentaban en las empresas pesqueras guaimenses eran de mayor volumen que
las mazatlecas, generando así, empresas de mayor tamaño y alcance productivo,
pero más vulnerables a padecer los efectos de una crisis.

316
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1961

237
Cuadro 36. Principales empresas no pesqueras Guaymas 1950-1961

Empresa Año Capital Principales inversionistas


Nuevo Guaymas S.A 1961 $6,250,000 Víctor Pierre, Víctor Villedent
Compañía Inmobiliaria San 1960 $3,125,000 Alberto Cubillas, Johan
Carlos Davidson
Compañía de Inversiones Inter- 1956 $3,000,000 Johan Davidson, Héctor Suárez
Americanas S.A
Inmuebles Miramar S.A 1955 $2,000,000 Juan Iñigo, Georgette Dávila
Impulsora Comercial San Carlos 1958 $2,000,000 Francisco Llano, Alfredo Pérez
S.A
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1961

La principal característica que presentó el tejido empresarial del puerto de


Guaymas fue su falta de cohesión interna. Pese a encontrar personajes como
Alberto Cubillas o la familia De Cima, que contaron con un número de socios
considerablemente mayor al número de sus empresas, la mayoría de los
empresarios distribuyeron sus inversiones entre pequeños grupos de socios o con
empresas de corte familiar. Si a esto sumamos, la excesiva diversificación de
capitales en empresas turísticas, agrícolas, ganaderas y comerciales, la actividad
pesquera era la apuesta principal de desarrollo sin un claro compromiso por parte
de los apostadores.

A través del análisis de la representación gráfica del tejido empresarial guaimense


para el periodo que comprende de los años 1950-1961, queda establecido que el
empresariado tuvo un crecimiento a partir de por lo menos tres grupos que
presentaron una fuerte cohesión hacia su interior pero un claro desapego hacia el
colectivo.

De estos grupos el de mayor tamaño y cohesión es aquel que tuvo como ejes
articuladores a Alberto Cubillas y Hernando De Cima; en segundo término aquel
que tenía como principales cabezas a Víctor Pierre Munsio y Pedro Zaragoza; por
último apareció un grupo familiar que presentó inversiones tanto en Mazatlán
como en Guaymas y que tiene como origen las empresas constituidas por Héctor

238
Ferreira en la década de 1940, este grupo tenía como cabeza al empresario
Federico Unger.

Gráfico 23. Tejido empresarial Guaymas 1950-1961317

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Aunque se ha argumentado que el puerto de Mazatlán presentó un


comportamiento similar en cuanto a la aparición de diversos grupos, existe una
diferencia notoria, ya que en el entramado empresarial de Guaymas no apareció
una figura central que fungiera como eje articulador de estos grupos como lo fue la
figura de Tomás Balderrama en el puerto sinaloense. Al no existir una figura
central que sirviera como puente entre los diversos grupos empresariales, los

317
Imagen Ampliada en Anexo 6

239
esfuerzos que se presentaban al interior de éstos estaban encaminados a generar
un beneficio particular al grupo y no a la pesquería en general.

Las diferencias de tamaño que presentaron los tejidos productivos de cada uno de
los puertos, no fue una determinante en cuanto al accionar de estos durante su
primera década de vida, por el contrario presentaron condiciones similares de
producción como acceso a la tecnología, recursos naturales, relaciones de
contratación con las cooperativas. En este sentido, las diferencias en el
comportamiento del tejido empresarial adquieren gran relevancia, que es a partir
de la acción de los empresarios, como los dos puertos concibieron su relación con
la pesquería de camarón que se posicionaba en ambos puertos como la base del
tejido productivo.

5.3. Consolidación y diversificación de los tejidos: de las redes a los hoteles

El crecimiento que presentaron las economías locales de Mazatlán y Guaymas en


la década de 1950 tuvo como base el desarrollo de la pesquería de camarón. El
aumento en la demanda del crustáceo mexicano dentro de los mercados
internacionales permitió no sólo la aparición de una industria articulada de manera
casi repentina, sino que además posibilitó una rápida diversificación de capitales
hacia otras actividades a partir del proceso de producción que se generó en la
actividad camaronera.

Las claras diferencias que se presentaron en el desarrollo de ambos tejidos


productivos radicaron de manera esencial en la actitud que los empresarios de
cada uno de los puertos adoptaron frente a los estímulos de la industria. Mientras
que el cuerpo empresarial mazatleco cerraba filas ante los problemas de la
industria, los empresarios guaimenses movilizaban sus capitales a otras
actividades económicas con potencial dentro de su propio entorno.

Si bien, es verdad que ambos sistemas productivos pesqueros encontraban su


accionar influenciado por el contacto con las sociedades cooperativas de

240
producción pesquera, estas no determinaban la acción empresarial ni la manera
en que la iniciativa privada de cada puerto establecía sus relaciones de manera
interna y con actores externos como los diferentes niveles de gobierno o las
propias cooperativas.

A partir del primer análisis de comparación se pudo determinar que a pesar de las
diferencias en los volúmenes de inversión que presentaron los entramados
productivos de los dos puertos, también existieron coincidencias en cuanto a la
conformación de una industria central articulada, capaz de solventar su proceso
productivo desde la construcción de embarcaciones hasta la exportación del
crustáceo. De esta manera tenemos que para la década de 1960 el crecimiento de
la actividad pesquera había llegado al punto en el que se podía buscar el
desarrollo de actividades paralelas que pudieran cargar de manera conjunta, con
la responsabilidad de articular el entramado económico de ambas localidades.

Gráfico 24. Inversión pesquera en pesos corrientes de Guaymas y Mazatlán,


1962-1968

35,000,000.00

30,000,000.00

25,000,000.00

20,000,000.00
Mazatlan (P)
15,000,000.00 Guaymas (P)

10,000,000.00

5,000,000.00

0.00
1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968

Fuentes: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1968; Registro Público de la Propiedad,


Guaymas, 1961-1968

241
Como se ha mencionado en capítulos anteriores, la década de 1960 caracterizó a
las pesquerías de camarón de ambos puertos por las disputas contractuales entre
armadores y cooperativas. Ha quedado de manifiesto cual fue la postura de
ambos tejidos empresariales ante el conflicto y las repercusiones económicas de
las acciones que emprendieron en cada uno de los casos. Sin embargo, pese a
las diferencias en estructurales de cada uno de los cuerpos empresariales, estos
respondieron de manera similar a los movimientos de la economía pesquera.

Gráfico 25. Inversión turística en pesos corrientes puertos de Guaymas y


Mazatlán, 1950-1968

16,000,000.00

14,000,000.00

12,000,000.00

10,000,000.00

8,000,000.00 Mazatlan (T)

6,000,000.00 Guaymas (T)

4,000,000.00

2,000,000.00

0.00
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968

Fuentes: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1968; Registro Público de la Propiedad, Guaymas,
1961-1968

Por este motivo, como se puede apreciar en gráfico anterior, aún y cuando los
niveles de inversiones fueron dispares (cerca de seis millones de dólares para
Mazatlán y cuatro millones de dólares para el puerto de Guaymas) la tendencia de
sus inversiones presentó similitud en cuanto a los años de mayor y menor

242
participación de la propia economía. De esta forma se puede observar que salvo
los años de 1962 y 1964 la inversión en la pesquería de camarón por parte de la
iniciativa privada en ambos puertos respondía de manera similar a los procesos de
expansión y contracción de la propia industria.

La principal característica que presentaron ambos tejidos productivos durante el


primer periodo, estaba relacionada con el hecho de que constituyeron su actividad
pesquera como un entramado sólido de empresas capaces de auto gestionarse al
interior de su propio territorio. La aparición de astilleros, congeladoras, ferreterías
especializadas, abarrotes especializados permitió que pese a los periodos de
crisis de la actividad, ésta lograra sobreponerse y continuar sus labores. Aun y
cuando esta tendencia se mantuvo estable durante el segundo periodo (1961-
1968) la principal características que presentaron ambos entramados productivos
fue la diversificación de sus actividades hacia la industria turística de manera
principal.

Aun y cuando el volumen de inversión para ambas actividades era diferente en


favor de la actividad pesquera, es posible apreciar la importancia que el turismo
revestía para el puerto de Guaymas, ya en la década de 1960. Como se puede
apreciar en el cuadro anterior la cercanía de los montos de inversión es muy corta,
tomando en cuenta que la economía mazatleca era mayor que la del puerto
sonorense, entonces podemos establecer que el turismo jugaba un papel más
determinante para el segundo de los puertos. Aun así, es de sorprender la
similitud que existió en cuanto a la tendencia de las inversiones en la actividad
turística para ambos puertos. En un periodo de dieciocho años el único que
presentó una diferencia notable fue el año de 1967 en el cual la industria turística
mazatleca sufrió un aumento significativo y por su parte la de Guaymas se
contrajo por lo menos en cuanto al nivel de inversiones.

Sería arriesgado aseverar que los puertos desarrollaron dos sistemas productivos
paralelos, cada uno de los cuales se enfocaba en una actividad, ya que muchos
de los inversionistas con participación en más de una empresa diversificaron de
manera sistemática sus capitales ya fuera en una dualidad turismo-pesca o con

243
participación marginal en actividades como minería, agricultura o servicios
generales para el comercio de las localidades. Inclusive como se aprecia en el
capítulo cuarto la diversificación de los capitales fue la característica que definió
de manera más precisa al entramado guaimense.

La diversificación de capitales que presentaron ambos puertos a partir de la


década de 1960, puede explicarse de manera precisa desde dos puntos de vista.
El primero de ellos tiene que ver con la madurez y consolidación natural que
alcanza cualquier sistema productivo una vez que sus inversionistas han abarcado
de manera integral todas las facetas de la producción. En este caso se puede
observar que pese a los problemas que presentó la actividad camaronera
durante la década de 1950, los márgenes de ganancia que obtuvo la iniciativa
privada le permitieron aprovechar las ventajas comparativas del territorio
desarrollando actividades paralelas que a su vez se tradujeran en mayores
ganancias.

En este sentido se debe de entender que la madurez de una actividad no se


presenta como una característica temporal, sino con el número de actividades
relacionadas a una industria central que posibilitan la aparición de economías a
escalas y una disminución constante de costos de producción haciendo de la
actividad algo más lucrativo. De ahí, que la aparición de empresas locales
interconectadas entre sí, dieran esta característica a la pesquería de camarón de
ambos puertos, propiciando una diversificación casi automática de los capitales
privados.

La segunda de las líneas explicativas tiene que ver con un fenómeno opuesto que
es el de la falta de seguridad que brinda un entorno productivo para el desarrollo
de una actividad. La relación de cooperación que se estableció entre las
cooperativas y los armadores, estuvo mediada en todo momento por la
participación del estado como promotor de las cooperativas y por el deseo de
estas de contar con los medios de producción necesarios para prescindir de los
capitales privados. Pese a que fue la gestión de los armadores la que propicio el
crecimiento acelerado de la pesquería de camarón en los puertos del Pacífico, su

244
participación siempre fue evaluada bajo la lente del capitalista que aprovechaba
sus recursos para obtener ganancia de aquello reservado para el sector
desposeído de la población.

Pese a que existieron periodos de tiempo en los cuales esta relación se dio bajo
términos de cooperación, la década de 1960 fue la más álgida en cuanto a los
conflictos sucedidos entre ambos grupos. Entre los años de 1962 - 1965 los
conflictos entre armadores y cooperativas generaron un entorno productivo
enrarecido que no brindaba la seguridad adecuada para la participación de la
iniciativa privada dentro de la pesquería de camarón. Desde 1962 las cooperativas
encontraron en la figura contractual de participación productiva, la manera más
adecuada de afectar los intereses económicos de los armadores. Con propuestas
de contratos que les redituarían la mitad de las ganancias de la comercialización
del crustáceo orillaban a los empresarios a paralizar sus flotas por periodos de
meses, como el perder los primeros días de temporada que a su vez eran los de
mayor productividad.318

Los años siguientes no fueron mejores en las relaciones, para el año de 1963 los
ataques entre cooperativas y armadores eran constantes, todos se encaminaban
afectar la productividad del otro, ya fuera negándose a maquilar la producción de
las cooperativas en el caso de los armadores, o negándose a firmar las
concesiones de pesca para que los privados pescaran crustáceo en el caso de las
cooperativas.

Este campo de batalla en el que se convirtieron los puertos del noroeste del
Pacífico mexicano puede entenderse como el segundo de los motivos por los que
el tejido empresarial buscó diversificarse de manera temprana; incluso importantes
familias de inversionistas como los Coppel en Mazatlán y los De Cima en
Guaymas, aprovecharon la coyuntura de los conflictos para movilizar parte de su

318
Sin autor, “Comenzó el estira y afloja en la contratación de camaroneros, El Sol del Pacífico., 07 de agosto
de 1962, p.3; Sin autor, “Frente a frente armadores y cooperativistas, hoy”, El Sol del Pacífico, 05 de
septiembre de 1962, p. 3 y 5; Sin autor, “55% armadores, 45% cooperativas, El Sol del Pacífico, 20 de
septiembre de 1962, p. 3; Sin autor, “Será tremendo el colapso económico de prolongarse el conflicto
pesquero”, El Sol del Pacífico, 18 de septiembre de 1962, p. 3 y 5

245
inversiones a una actividad más estable como lo fue el turismo. Como se observó
en el apartado anterior, la actitud medrosa de los empresarios guaimenses no fue
exclusiva de ese puerto, aunque existieron familias como la Medrano que
entablaron una lucha férrea con las cooperativas hasta el año de 1981, hubo
aquellos como Rafael Domínguez y Jaime Coppel que ante la primera crisis
decidieron abortar su participación de la actividad camaronera.

Cuadro 37. Principales empresarios pesqueros Mazatlán 1961-1968

Empresario No. Ramos No. Principales Familias


Empresas Socios
Rafael 12 Extracción, 23 Gavica,
Domínguez Comercialización González
Juan Gavica E. 11 Extracción, 28 Domínguez,
Comercialización Unger
Fernando Carrillo 11 Extracción, 16 Rojas
Comercialización Reyes
Sergio Coppel 10 Extracción, 18 González,
Congelación De Cima,
Julio Berdegué 9 Extracción, 5 Camacho
Congelación Carranza
Héctor Escutia 9 Extracción, 12 Perlo
Congelación Reyna
Héctor Rojas 7 Extracción, 16 Reyes
Comercialización Domínguez
Federico Medrano 6 Extracción 3 Federico Medrano

Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968

A pesar de la diversificación en las inversiones, la pesquería de camarón siguió


manteniendo su lugar como actividad central de la economía mazatleca. De esta
manera el tejido productivo pesquero del puerto del sur de Sinaloa se constituyó
para el periodo de 1961-1968 con un total de ochenta y nueve empresas. Estas
inversiones mantuvieron un carácter diverso concentrándose no solamente en las
actividades de extracción, sino en cuestiones como la industrialización de la
especie e inclusive actividades tan especializadas como remolcadoras de
embarcaciones descompuestas en alta mar. Los rubros de las empresas se

246
dividieron de la siguiente manera: 10 congeladoras, 3 industrializadora, 2
remolcadora, 5 ferreteras especializadas, 2 astilleros, 66 extracción.

El tejido productivo pesquero mazatleco, aunque disminuyó su nivel de inversión


con respecto al primer periodo de estudio, mantuvo constante la reproducción de
sus condiciones productivas al no centrar sus nuevos capitales sólo en empresas
dedicadas a la extracción de las diferentes especies de crustáceo. A nivel
empresarial, aunque personajes como Juan Gavica, Rafael Domínguez y Sergio
Coppel mantuvieron su papel de cabezas de la industria, apareció una nueva
generación de empresarios con una capacidad asociativa menor, generando con
esto una pérdida importante en el nivel de cohesión que la industria había
alcanzado durante la década de 1950.

Los empresarios Gavica, Domínguez y Coppel lograron añadir a su círculo


empresarial a personajes importantes como Héctor Rojas y Fernando Carrillo,
fortaleciendo aún más el grupo empresarial que habían comandado desde los
inicios de la actividad. Sin embargo, la aparición empresarios como Federico
Medrano y Julio Berdegué, vinieron a cambiar las condiciones en la manera en
que se asociaban los empresarios mazatlecos. Por un lado Federico Medrano
mantuvo relaciones comerciales exclusivamente con personas de su familia; por
otro lado el señor Berdegué perteneció a un grupo empresarial que comandaba de
la mano del futuro magnate atunero José Carranza.

Por su parte la industria turística aunque en un constante crecimiento no presentó


el desarrollo de un cuerpo empresarial paralelo, por el contrario se tiene que los
ocho principales inversionistas pesqueros del periodo mantuvieron en su totalidad
una participación constante de la industria pesquera; a estos cabe agregar
apellidos como De Cima, Cevallos y Fuentevilla, que pese a no figurar entre los
principales empresarios de la pesca por el número de empresas constituidas,
fueron parte angular del crecimiento de la actividad durante los cuatro periodos de
estudio.

247
Gráfico 26. Tejido empresarial Mazatlán 1961-1968319

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

El único caso de un empresario de alto calibre exclusivo de la actividad turística,


se materializa en la persona de Adán Carreón, quien tuvo inversiones superiores a
los dos millones de pesos, en un total de siete empresas dedicadas en su mayoría
a la actividad inmobiliaria. Al igual que la nueva generación de empresarios
pesqueros, Carreón sólo compartió sociedad con miembros de su familia y los
señores Gonzalo Sayas y Roberto Gama.

La representación gráfica del tejido empresarial mazatleco para el periodo que


comprende de los años 1961-1968, muestra de manera clara como se
establecieron las relaciones del empresariado porteño a través de figuras

319
Imagen Ampliada en Anexo 7

248
centrales que fungieron como ejes articuladores entre diversos grupos de
inversionistas. A partir de estos puntos centrales dentro del entramado, se puede
establecer que existieron al menos nueve grupos empresariales constituidos de la
siguiente manera: 1) Berdegué/Carranza, 2) Domínguez/Gavica, 3)
Coppel/Reynand, 4) De Cima/Cevallos, 5) Medrano, 6) Carrillo/Rojas/Reyes, 7)
Carreón/Sayas, 8) Bastidas/Castelló, 9) Medrano.

A diferencia del periodo anterior, el tejido empresarial perdió cohesión y no contó


con una figura central que articulara a todo los grupos que aparecieron. Incluso es
notorio como la sociedad existente entre los señores Juan Gavica y Héctor Escutia
lograron unir al entramado, denotando que si esta no se hubiera dado el nivel de
cohesión en el tejido empresarial seria aún menor. La pérdida de cohesión en el
entramado se puede entender como una reacción negativa hacia los sucesos de
los años de 1962 y 1965. La presencia de un gran empresario exclusivo de la
industria turística y la renuncia de algunos de los principales armadores de la
actividad pesquera, pueden traducirse como claros signos de esta pérdida
constante de cohesión dentro del tejido.

A diferencia del puerto de Mazatlán, en el puerto sonorense de Guaymas, las


inversiones turísticas fueron parte fundamental de la conformación del entramado
productivo. Quizá al ser una economía de menor tamaño los empresarios
intentaban disminuir el riesgo de sus inversiones al diversificar su capital hacia
diversos rubros. En caso de la actividad pesquera tenemos que se constituyeron
un total de treinta y cuatro empresas, de las cuales: 25 extracción, 2 astilleros, 3
congeladoras, 1 remolcadora, 3 avituallamiento. A la par de esto, se consolidaron
veintidós empresas turísticas que oscilaban entre la construcción inmobiliaria,
tráiler parks, restaurantes, pesca deportiva, etc.320

320
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1961-1968

249
Cuadro 38. Principales empresarios Guaymas 1961-1968

Empresario No. Ramos No. Socios Principales Socios


Empresas
Ernesto Zaragoza 7 Turismo 10 De Cima
Iberri Agrícola Catalán
Javier Millán 6 Turismo 7 López
Pesca Hinojos
Jesús Forte 5 Turismo 7 Zaragoza
Pesca Gil Anguiano
Alberto Cubillas 5 Extracción, 20 De Cima
Comercialización Iñigo
Dora De Cima 4 Turismo 8 Catalán
Agrícola Zaragoza
Porfirio 4 Redes, 16 Juan Rodríguez
Hernández Comercialización Teresa Salguero

Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1961-1968

Marcando un claro paralelismo con el puerto de Mazatlán, el tejido empresarial de


Guaymas se contrajo durante este periodo, motivado de manera principal por los
problemas de la pesquería de camarón, la tendencia de diversificar capitales por
parte de los empresarios se volvió más fuerte.

En contraste con el primer periodo de estudio, se puede observar que únicamente


el señor Alberto Cubillas mantuvo su posición como uno de los principales
inversionistas del puerto, mientras que figuras como Víctor Vielledent, Ramón
Vizcaíno, Juan Rigallet, Ernesto De Cima, perdieron protagonismo al grado de
participar con sólo la constitución de una empresa a lo largo del periodo. Por otro
lado apareció la figura de Ernesto Zaragoza Iberri, como principal empresario del
tejido productivo guaimense, sin embargo, cabe destacar que salvo por su
participación en dos empresas turísticas, el resto de las inversiones de Ernesto
Zaragoza estuvieron enfocadas en la actividad avícola.

A través del análisis de la representación gráfica del tejido empresarial guaimense


para el periodo que comprende de los años 1961-1968, queda establecido que el
empresariado tuvo un crecimiento a partir de por lo menos cinco grupos que

250
presentaron una fuerte cohesión hacia su interior pero un claro desapego hacia el
colectivo. Estos grupos los podemos clasificar de la siguiente manera: 1)
Pierre/Villedent/Rigallet, 2) De Cima/Zaragoza, 3) Hernández/Azcona, 4)
Millán/Ruiz/Hinojos, 5) Cubillas/Iberri

Gráfico 27. Tejido empresarial Guaymas 1961-1968321

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

El periodo que comprende los años de 1961-1968, los entramados productivos de


los puertos de Mazatlán y Guaymas, presentaron similitudes en sus
comportamientos. En primer lugar, encontraron en la diversificación, un camino
adecuado para fortalecer los logros obtenidos tras la explosividad con la cual tuvo
génesis la pesquería de camarón. En segundo lugar, este proceso de

321
Imagen Ampliada en Anexo 8

251
diversificación trajo consigo una renovación en los puestos de principales
inversionistas dentro de la economía de ambos puertos.

Estas nuevas generaciones de empresarios parecían, contrario de los del primero


periodo, rehuir a la integración empresarial, estableciéndose en pequeños grupos
de inversionistas a través de los cuales lograban mayor protagonismo en una
industria en particular. Sin embargo, la principal diferencia entre el comportamiento
de los tejidos productivos y empresariales de ambos puertos, radicó en el hecho
de que el empresariado mazatleco parecía establecer relaciones estrechas con la
industria de la cual participaba, mientras que los industriales guaimenses
establecían sus inversiones a partir de la estabilidad que cada una de las
actividades representaba.

Esta visión a corto plazo que llevaba al empresariado del puerto sonorense a
buscar la actividad más rentable del momento, también le condujo por un camino
de perdida sistemática de visión de conjunto, ya que al no existir una industria que
generara sentido de pertenencia a un grupo los esfuerzos di versificadores eran
individuales generando con esto la aparición de un gran número de actividades
diseminadas en un espacio territorial incapaz de responder de manera positiva a
las exigencias de cada una.

5.4. Diversificación productiva: engrosamiento del tejido productivo local

La década de 1960 se caracterizó por un profundo desgaste en las condiciones


productivas de la pesquería de camarón. La dualidad de poder que suponía la
existencia de la iniciativa privada y las cooperativas pesqueras como principales
cabezas de la actividad, pasó de presentarse como un modelo de cooperación a
un sistema en constantes conflictos con capacidad de detener la fragua durante
meses y con ello la economía local de cada uno de los puertos.

Las diferencias existentes en los procesos de desarrollo de ambas ciudades


permitieron que el grado de afectación de estos conflictos fuera diferente; mientras

252
que en Guaymas la pesquería de camarón cedió protagonismo a otras actividades
finales de la década de 1950 y los años sesenta no significaron una crisis mayor a
las anteriormente padecidas, para el puerto de Mazatlán significó una
reorganización de tejido productivo y una pérdida de cohesión en el empresarial.

Pese a esto, los paralelismos en el comportamiento de ambas economías


persistían como una constante. El traslado de los esfuerzos pesqueros que ambos
tejido productivo presentaron así como el paulatino crecimiento de la industria de
los servicios fueron la principal características similar que presentaron ambas
economías durante la década de 1960. Este proceso de diversificación que
sufrieron siguió el rumbo establecido para el periodo que va de 1969 a 1981,
mientras que Mazatlán encaminaba sus esfuerzos a la captura e industrialización
del atún, Guaymas hacia lo mismo con la sardina.

El desarrollo existente del tejido productivo pesquero se presentó como la base a


través de la cual se sustentaría otro tipo de pesquerías diferentes a la del
camarón; la modificación para posibilitar la captura de atún y sardina de las artes
de pesca con las que contaban las embarcaciones camaroneras no significaba
una inversión mayor, por otra parte el resto del entramado empresarial cumplió
funciones similares al momento de construcción naval, procesamiento de
especies, congelación, comercialización y avituallamiento de las embarcaciones.

Pese a la existencia de un amplio número de parámetros para la evaluación del


desarrollo de una localidad, el punto anterior confirma que la economía de ambos
puertos, aunque a escalas diferentes, había logrado desarrollar su economía de
manera que podía generar nuevas actividades sobre lo construido, esto es que el
cambio en la vocación productiva no significó un rompimiento con una actividad
previamente dominante, por el contrario la aparición de nuevas actividades
engrosaba de manera importante el tejido existente haciendo, en teoría, a las
economías locales menos proclives a caer en crisis por el derrumbe de una
actividad en particular.

253
El rápido ascenso de las pesquerías de atún y sardina no coincidió en ninguno de
los puertos con el del turismo. Al ser la actividad de servicios de naturaleza
diferente las condiciones de su entramado productivo distaban de ser
desarrolládas. Si bien, es verdad que el turismo se practicó en ambos puertos de
manera constante desde la década de 1940, fue hasta el periodo de 1969 - 1981
cuando adquirió relevancia para el fenómeno de desarrollo. Lo que es innegables
es que para el periodo que abarca este apartado, hablar de tejido productivo local
ya no hacía referencia exclusiva a la pesquería de camarón.

La década de 1970 fue de profundos cambios económicos a nivel mundial, la crisis


monetaria sufrida por los Estados Unidos, así como los cambios radicales en los
precios del petróleo a nivel internacional trajeron consigo inestabilidad a todas
aquellas actividades que tenían en los mercados internacionales a su principal
nicho. El tipo de impulso que encontró la pesquería de camarón en el aumento de
precio del crustáceo en el mercado norteamericano a principios de 1950, se
convirtió en uno de sus grandes males a través del tiempo, alcanzando en los
años setenta su máximo nivel de afectación.

Como se puede apreciar en el siguiente gráfico las inversiones conjuntas de las


actividades turística y pesquera presentaron un comportamiento irregular durante
la década de 1970. Con una mayor sensibilidad a los movimientos del mercado, la
economía guaimense presentó picos de inversión muy altos como en los años de
1972 y 1981, así como profundas depresiones como en años de 1973 a 1976. La
economía mazatleca que contaba con un tejido con mayor solidez fue más estable
en cuanto a los niveles de inversión teniendo sólo una caída importante en el
contexto de la devaluación del peso en el año de 1975.

Para el periodo de estudio el flujo de inversión que recibió el puerto sinaloense fue
cercano a los cuarenta y cinco millones de dólares, mientras que para el puerto de
Sonora apenas rebasó los veinte millones. Pese a las similitudes presentadas por
ambos entramados productivos en los periodos anteriores, en este es posible
notar diferencias en la manera en que ambos respondieron a las crisis del sistema
económico. Las contracciones en los flujos de inversión que se presentaron en el

254
puerto de Guaymas coincidían con la actitud de sus empresarios que se habían
caracterizado por rehuir de las problemáticas que se presentaban en sus distintas
actividades e inclusive a cambiar de manera abrupta de giro productivo.

Gráfico 28. Inversión conjunta pesca y turismo en dólares puertos de Guaymas y


Mazatlán, 1969-1981

120,000,000.00

100,000,000.00

80,000,000.00

60,000,000.00
Mazatlan

Guaymas
40,000,000.00

20,000,000.00

0.00
1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981

Fuentes: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1969-1981; Registro Público de la Propiedad, Guaymas,
1969-1981

En contraparte al tipo de empresario guaimense, los miembros del tejido


mazatleco se presentaban como capitalistas con una profunda identidad de su giro
y entorno productivo. Como ha quedado manifiesto en el capítulo correspondiente
al puerto de Mazatlán, la década de los setenta trajo consigo un tipo de
empresario capaz de articular en torno a sí mismo a las dos principales
actividades económicas, sin embargo, la actitud de estos en relación a la
colectividad del tejido empresarial rayaba en tintes monopólicos.

255
¿Puede entenderse la aparición de este tipo de empresarios como un retroceso en
los procesos de desarrollo de ambos puertos? En términos generales sí, sin
embargo, el contexto de crisis a nivel sistema exige un comportamiento diferente
por parte de la iniciativa privada. En el caso de los empresarios de Guaymas que
optaron por una actitud de contracción, se puede entender que la cercanía del
puerto sonorense con el mercado de Estados Unidos (Arizona) le hizo más
vulnerable a los movimientos del dólar y por lo tanto más precavidos en cuanto a
su participación dentro de cualquier actividad que supusiera riesgo; en el caso de
Mazatlán la aparición de empresarios en apariencia predadores respondía a las
mismas causas del entorno de crisis generalizada, ya que este tipo de actores
responden como salvaguardas del entramado al que pertenecen.

Continuando con el caso de puerto de Mazatlán, ha quedado de manifiesto que las


actividades que fueron José Carranza y Julio Berdegué quienes se posicionaron
como los principales actores del entramado productivo y que fue en torno a su
figura como se lograron desarrollar las industrias del turismo y la pesquería del
atún. Sin embargo, el tejido empresarial que se constituyó en el puerto iba mucho
más allá de las figuras de estos empresarios. En lo que respecta a las actividades
pesqueras322 durante el periodo que va de 1969 - 1981 se constituyeron un total
de doscientas veintidós empresas.

Al igual que en otros periodos el grueso de las empresas constituidas se


encontraban dedicadas a acciones de extracción teniendo embarcaciones como
sus principales activos. Sin embargo, las inversiones en actividades refaccionarias
de la industria pesquera siguió siendo una constante, llevando su especialización
al ramo de los servicios organizacionales como despachos jurídicos
especializados en temáticas pesqueras.323 Los rubros a los que estuvieron
encaminadas estas empresas son los siguientes: 145 extracción, 15 congeladoras,

322
La maquinaria productiva utilizada para las pesquerías era similar entre sí. Pocas empresas establecieron
en su acta constitutiva a cual pesquería iban encaminadas y por lo tanto es difícil determinar desde los
archivos cuantas estaban enfocadas a la explotación del atún y cuantas a las del camarón. Del mismo modo
aparecieron pesquerías marginales como la jaiba o el calamar que es casi imposible determinar a través de
los registros de propiedad.
323
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981

256
22 comercializaras, 12 industrializadoras, 2 astilleros, 4 asociaciones de
armadores, 22 de servicios diversos.324

En lo referente a la actividad turística/inmobiliaria que había logrado posicionarse


como una fuerza económica a la par de la pesquería, se tiene que se
constituyeron para el periodo de 1969-1981, un total de doscientas ochenta y seis
empresas. Al igual que sucedió con la pesquería de camarón muchas de estas
empresas se encontraban constituidas bajo la figura de inmobiliaria general que a
su vez tenía en su rubro la explotación hotelera y cualquier actividad relacionada,
motivo por el cual es poco factible determinar con exactitud cuántas empresas de
estas se dedicaron de manera exclusiva al turismo.

Al ser una actividad en expansión el sector turístico/inmobiliario fue dotando a su


actividad de una serie de empresas con la capacidad de convertir al rubro en auto
gestionable de manera local; el mismo proceso de generación de economías a
escalas que había sufrido la pesquería de camarón en la década de 1950 se
presentó veinte años después dentro de la industria turística.325 Los rubros a los
que pertenecían estas empresas se dividían de la siguiente manera: 72
inmobiliarias, 28 operadoras turísticas,326 12 constructoras, 12 hoteleras, 10
agencias de viajes, 10 restaurantes, 142 servicios varios.327

324
Dentro de estas empresas se encontraban: remolcadoras, chinchorrerías, ferreterías especializadas,
talleres, despachos jurídicos y contables.
325
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981
326
Las operadoras turísticas eran las empresas turísticas que contaban con el acta constitutiva más
completa. Contemplaba dentro de su rubro: hotelería, restaurantes, agencias de viajes, servicios
profesionales al turismo y pesca deportiva.
327
Uno de los fenómenos de mayor interés que aparecieron dentro del tejido empresarial mazatleco fue el
establecimiento de asociaciones entre empresarios que funcionaban como alianzas estratégicas para hacer
frente a los embates del mercado. Si bien este tipo de organizaciones se habían presentado para pesquería
de camarón, no se habían presentado dentro del entorno turístico. Para el periodo de estudio dos fueron los
casos más representativos: Promotora de Inversiones Industriales en Mazatlán S.A., y Pronovo Asociados S.A.
En el caso de la primera de las empresas logró reunir en torno a sí a algunos de los empresarios más
importantes del periodo como José Carranza, Sergio De Cima Guereña, Sergio Coppel y Tomás de Rueda; por
la segunda empresa contó con el que sería con el paso de los años el principal actor del turismo en el puerto
sinaloense Ernesto Coppel Kelly, acompañado de empresarios como Fernando Fuentevilla, Antonio Toledo y
Henry Collard

257
Cuadro 39. Principales empresarios Mazatlán 1969-1981

Empresario No. Ramos No. Principales Familias


Empresas Socios
José Carranza 14 Pesca, 21 Berdegué,
Turismo Rice
Julio Berdegué 12 Pesca, 17 Carranza,
Turismo Fuentevilla
Manuel Castelló 10 Pesca, 12 Coppel,
Turismo Domínguez
Emilia Haas 10 Pesca, 10 Letamendi
Turismo Castelló
Sergio Coppel C 8 Pesca, 18 Ordaz,
Turismo Cima
Ramón 7 Pesca, 12 Toledo,
Fuentevilla Turismo Balderrama
Sergio De Cima 6 Turismo, 10 Coppel,
Servicios Ordaz
Rafael Domínguez 6 Pesca, 8 Gavica,
Turismo Coppel
Juan Gavica 6 Turismo 10 Domínguez,
Agrícola Castelló
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981

El crecimiento de la industria turística así como la aparición de nuevas pesquerías,


significó un cambio profundo en las condiciones de desarrollo del tejido productivo
mazatleco, sin embargo, estos cambios no permearon de manera importante en el
tejido empresarial. La muy mencionada hegemonía económica de la dupla
Carranza/Berdegué, no impidió que el empresariado tradicional mazatleco se
posicionara dentro de los más participativos. De esta manera posible ver a
personajes como Rafael Domínguez o Juan Gavica repitiendo en su papel de ejes
articuladores de la economía por tercera década consecutiva.

De la mano de Gavica y Domínguez, aparecen en los puestos más altos del


entramado familias como Fuentevilla, Coppel, Haas, De Cima, quienes desde los
años cincuenta eran del grupo económico dominante dentro del puerto. De esta
manera cabe preguntarse si en realidad existió un engrosamiento de la maquinaria
empresarial con la llegada de las nuevas actividades. La respuesta es afirmativa;
el hecho de que las figuras tradicionales repitieran su participación determinante

258
en la economía porteña no fue una limitante para que se presentara una actividad
mayor en el número de empresarios.

Durante el periodo que va de 1969 - 1981, aparecieron pequeños empresarios en


Mazatlán que participaban en industrias de diversa naturaleza. Ya fuera por un
cierto grado de oportunismo en la inversión o por la misma tendencia de
diversificar los capitales. Los nuevos miembros de la iniciativa privada que se
unieron al sistema tenían como común denominador la carencia de constancia en
una actividad determinada. Del mismo modo, en este cuando aparece un mayor
número de empresarios con participación en al menos tres empresas.

Otro punto notable en el comportamiento del tejido empresarial mazatleco es que


para este periodo se acabaron los grandes empresarios exclusivos de una
actividad. La diversificación de los capitales pues, no fue únicamente para
aquellos que durante la década de los sesenta dimitieron de la actividad pesquera,
sino que esta tendencia alcanzó a la totalidad del tejido empresarial. En una
muestra notable de la conciencia colectiva que alcanzó el empresariado
mazatleco, este migraba sus capitales de manera conjunta de manera que la
solidez de sus relaciones no depende de una actividad en específico sino de una
conciencia de grupo.

La representación gráfica del tejido empresarial mazatleco para el periodo que


comprende de los años 1969-1981, muestra de manera clara como se
establecieron las relaciones del empresariado porteño a través de la figura central
de José Carranza, quien logró conjuntar en torno a su figura al grueso del cuerpo
empresarial porteño. La tendencia que se había marcado durante dos décadas
atrás en donde era factible percibir de manera gráfica los distintos grupos
empresariales y las relaciones que estos establecían. Como se puede apreciar en
la gráfica anterior solamente las figuras de Fernando Letamendi Lie y Tomás de
Rueda Coppel lograron articular a más de cinco empresarios del tejido.

Pese a la pérdida de ejes articuladores dentro del tejido empresarial, en su


conjunto éste logró recuperar cierto nivel de cohesión que le permitió responder de

259
manera más efectiva a las externalidades que suponía un sistema financiero
internacional en crisis. El tejido productivo que había logrado establecer formas de
liderazgo a partir de empresarios innovadores, mutó de tal manera que encontró
en la figura de empresarios más agresivos la manera de ir adaptándose a las
condiciones del mercado.

Gráfico 29. Tejido empresarial Mazatlán 1969-1981328

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Por su parte, el puerto de Guaymas que había marcado una división de sus
actividades principales desde muy temprano en la segunda mitad del siglo XX,

328
Imagen Ampliada en Anexo 9

260
logró un crecimiento de todas estas durante la década de 1970. Pese a su
posición vulnerable por su cercanía con los Estados Unidos y su profunda
dependencia de la estabilidad del dólar, Guaymas respondió ante la crisis de una
manera muy similar a la que lo hizo el puerto de Mazatlán, permitiendo el ascenso
de grandes empresarios de corto monopolista.

Durante el periodo de 1969 a 1981, en el puerto de Guaymas se constituyeron un


total de cien empresas directamente relacionadas con las diferentes pesquerías
que se habían asentado en la localidad. Al igual que el puerto sinaloense, en éste
la mayoría de las empresas dedicadas a la pesca tenían por objetivo la extracción
de especies marinas.329 Del total de las compañías constituidas sus rubros fueron:
68 extracciones, 18 congelaciones e industrialización y 14 de servicios variados.330

Como sucedió un periodo anterior, para el puerto de Guaymas la inclusión de las


inversiones turísticas e incluso agrícolas en la construcción de su tejido productivo
responde a la disparidad en el volumen de inversiones respecto al puerto de
Mazatlán así como por la temprana migración de capitales de la pesquería de
camarón a otras actividades. La industria turística guaimense aventajaba a su
símil de Mazatlán no en tamaño pero si en las condiciones de desarrollo que
presentaba respecto al tamaño de la localidad en la que se desenvolvía; para el
periodo de 1969 a 1981 se constituyeron ochentaiuna empresas turísticas,
cantidad menor que las dedicadas a las pesquerías, contrario al puerto sinaloense
en donde la industria turística presentó más inversiones.

Cuadro 40. Principales empresarios Guaymas 1969-1981

Empresario No. Ramos No. Principales Familias


Empresas Socios
Rafael Caballero 11 Turismo 12 Vázquez
Agrícola Ochoa
Fernando Zaragoza 11 Turismo 9 Ferreira
Pesca Catalán

329
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, : 1969-1981
330
Dentro de estas empresas se encontraban ferreteras especializadas, talleres así como un astillero

261
Alejandro Vázquez 11 Turismo 11 Zaragoza
Caballero
Ramón Ramírez 8 Pesca 8 Caballero
Quiroz
Edward Grossman 7 Turismo 5 Celis
Ahumada
Octavio Llano 7 Pesca 7 Zaragoza
Turismo Cima
Marco Murillo 6 Turismo 5 Ochoa
Vázquez
Edna Ojeda 5 Pesca 9 Ramírez
Amezquita
Javier Millán 5 Turismo 9 Iberri
Pesca Richardson
Manuel Peralta 4 Pesca 7 Gil
Acosta
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1981

Dentro de las empresas constituidas en el ramo de la actividad


turístico/inmobiliaria, fue la segunda la que captó un mayor nivel de inversión
mientras que la industria turística en específico se centró en el engrosamiento de
su tejido con la generación de empresas que aumentaran su oferta de servicios.
Los rubros de las compañías turísticas que aparecieron en el sistema fueron: 27
inmobiliarias, 10 promotoras turísticas, 4 hotelería, 3 constructoras, 3 marinas, 34
servicios diversos.331

Haciendo una comparación entre los principales inversores guaimenses de este


periodo con el anterior, se percibe una falta de permanencia entre los miembros
más activos de la iniciativa privada. De los diez principales empresarios para el
periodo, únicamente Fernando Zaragoza y Javier Millán lo fueron también en la
década de 1960. Al contrario de la economía mazatleca en donde la aparición de
nuevos empresarios se traducía en un engrosamiento del tejido productivo local,
para el puerto sonorense significaba una sustitución en las estructuras del poder
privado, una falta de tradición productiva y con ello una ralentización de los
procesos particulares de desarrollo en cada una de las industrias.

331
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1981

262
Otra diferencia notable que se presentó entre ambos puertos e incluso para el
propio Guaymas en comparación con un periodo anterior, fue la existencia de
inversionistas exclusivos de una actividad. Como se puede apreciar entre los
nombres que figuran en el cuadro anterior hubo cinco que solamente participaron
en un giro económico: Alejandro Vázquez, Marco Murillo, Edward Grossman como
exclusivos del turismo y Ramón Ramírez, Edna Ojeda, Manuel Peralta exclusivos
de la pesca.

Es importante hacer hincapié en este fenómeno ya que es uno de los principales


síntomas de la depresión que sufrió el puerto de Guaymas en la década de 1980.
La existencia de empresarios exclusivos de una actividad se debe de percibir
como algo positivo debido a la filiación que se genera en torno a un sistema
productivo en particular, filiación que lleva al individuo a trabajar de manera
constante en favor de su industria; este fenómeno se presentó de manera
generalizada en los industriales mazatlecos de 1950.

Sin embargo, en el caso de Guaymas este tipo de exclusividades no se


presentaron en los primeros años del crecimiento del tejido productivo, siendo la
diversidad en las inversiones una constante en los empresarios. La aparición de
este fenómeno hace suponer la proliferación de empresarios oportunistas que
participaban de actividades que gozaban de equilibrio momentáneo generando
con esto un mayor nivel de pérdida de cohesión en el entramado empresarial
sonorense.

A través de la representación gráfica del tejido empresarial guaimense para el


periodo de 1969 - 1981 se puede notar un aumento en el nivel de cohesión del
empresariado, coincidiendo con el puerto de Mazatlán en cuanto a la contracción
de sus actores económicos dado el contexto de crisis monetaria a nivel mundial.
De igual manera se puede apreciar la figura de tres empresarios como ejes
articuladores de este proceso de cohesión: 1) Francisco Llano, 2) Ramón
Ramírez, 3) Ernesto Zaragoza.

263
Gráfico 30. Tejido empresarial Guaymas 1969-1981332

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Aunque presumiblemente el tejido empresarial alcanzó un grado de cohesión


hasta ese periodo inexistente, es posible percatarse de la cantidad de empresarios
que se encontraban al margen de la colectividad, así como aquellos que
establecían relaciones comerciales en pequeños grupos de dos o tres miembros.
Este hecho convirtió a la economía de Guaymas en un sistema productivo
vulnerable propicio para la quiebra de sus entes en lo individual al no tener
relaciones que ayudaran a sostener los procesos de declive económico.

332
Imagen Ampliada en Anexo 10

264
5.5. Pérdida de identidad productiva: sobre diversificación y crisis neoliberal

El crecimiento de una actividad económica localizada en un territorio determinado


alcanza uno de sus puntos de maduración cuando las ganancias que se obtienen
de esta logran trasladarse a nuevos rubros. El proceso de diversificación que
sufrieron los puertos objeto de estudio atendió a la citada maduración sólo de
manera parcial. El rápido crecimiento de la pesquería de camarón generó las
condiciones adecuadas para la diversificación, sin embargo, las crisis que sufrió la
actividad a menos de diez años de su aparición como eje nodal de las economías
porteñas, eran una señal de que la diversificación no era el mejor camino y que la
pesquería de camarón requería mayor atención por parte del empresariado.

Los problemas que acontecieron en la actividad pesquera a finales de la década


de 1950, calaron profundo en los armadores llevándoles a un temprano
desprendimiento de la actividad. La política federal a favor de las cooperativas
marcaba una tendencia irreversible que terminaría con el traspaso de la flota
camaronera a manos del sector social en el año de 1982. Conscientes de esta
situación, muchos empresarios pesqueros encontraron en la diversificación de sus
actividades la manera adecuada para perpetuarse dentro del juego económico de
sus diferentes entornos productivos.

El año de 1982, marcó la salida de la iniciativa privada de la pesquería de


camarón; el agente innovador que había construido en torno a un recurso natural,
una industria poderosa, había sido marginado de las artes de producción
dejándole solamente espacio en las tareas conexas a la actividad. En este sentido
cabe mencionar, que fue la actividad de extracción de camarón la que fue vedada
de la iniciativa privada, y que esta siguió participando de la pesquería de camarón
a través de congeladoras, exportadoras, ferreteras que brindaban sus servicios al
sistema cooperativista.

El traspaso de la flota camaronera de los armadores a manos de las sociedades


cooperativas se hizo sobre la base de créditos estatales que permitieron a estas
últimas comprar con un sobreprecio las embarcaciones pertenecientes a la

265
iniciativa privada. A partir de esta lógica a reinversión de capital en otras
actividades económicas se antojaba como el camino a seguir por parte de los
empresarios que aún dedicaban la mayoría de sus esfuerzos a la pesquería de
camarón, sin embargo, la pérdida de competitividad de la economía mexicana en
el nuevo entorno neoliberal así como una constante devaluación del peso pusieron
a ambos puertos en una situación económica de deterioro, en la cual los tejidos
productivo y empresarial presentaron un severo retroceso con respecto a periodos
anteriores.

Gráfico 31. Inversión conjunta pesca y turismo en pesos corrientes puertos de


Guaymas y Mazatlán, 1982-1991333

3,000,000.00

2,500,000.00

2,000,000.00

1,500,000.00 Mazatlan
Guaymas
1,000,000.00

500,000.00

0.00
1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991

Fuentes: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1981-1991; Registro Público de la Propiedad, Guaymas,
1981-1991

Manteniendo la línea discursiva de los apartados anteriores los tejidos


empresariales y productivos de ambos puertos respondieron de manera similar al

333
Para el puerto de Guaymas solamente se tiene información hasta el año de 1988.

266
traspaso de la flota y a las condiciones de crisis monetaria del país, a través de
una contracción de las inversiones dentro de las principales actividades
económicas. Sin embargo, fue el puerto de Mazatlán el que logró recuperar a
mitad del periodo cierto nivel de participación empresarial, mientras que el puerto
de Guaymas cayó en un profundo proceso de crisis del cual logró recuperarse
hasta entrada la década del año 2000.

Como se puede apreciar en el gráfico anterior la caída en los niveles de inversión


de ambos puertos fue significativa en comparación a los periodos de estudios
anteriores. Sin embargo, la respuesta del empresariado mazatleco se presentaba
de manera constante y no con picos tan radicales como sucedió en el puerto
sonorense. Referente a la pesquería de camarón en Mazatlán se aprecia que para
el año de 1986 los niveles de inversión presentaron una pequeña mejoría
motivada de manera principal por antes mencionada Ley Ojeda que permitía a los
inversionistas privados retornar a la pesquería de camarón.

En este sentido resalta la lealtad que el empresariado sinaloense tenia hacia su


industria fundacional, ya que los hechos acontecidos en 1982 no representaron
para ellos un rompimiento con la industria como si lo fue para los empresarios
guaimenses. De esta manera las características de uno y otro tejido empresarial
se perpetuaron en el tiempo siendo los primeros un tipo de empresario más
comprometido con relaciones de sus acciones en pos del desarrollo local, y los
segundos un tipo de inversionistas motivados principalmente por la obtención de
ganancias en el corto plazo.

El trastrocamiento en las condiciones de producción, así como en los mercados


internacionales, que se presentó en la década de 1980, se materializó en una
pérdida significativa del nivel de cohesión de los entramados empresariales así
como una contracción en el nivel de inversiones. Al ser eliminada la iniciativa
privada de las acciones de extracción en la pesquería de camarón, el
comportamiento de la industria en el puerto de Mazatlán se presentó de la
siguiente manera; en el periodo de 1982 - 1991 se constituyeron un total de
setenta y tres empresas relacionadas a la actividad pesquera.

267
De este número de empresas solamente 22 tenían como giro la pesquería en
general y la mayoría de estas compañías se constituyeron al final de periodo
cuando el sistema cooperativista se encontraba colapsado y la pesquería de
camarón al borde de la desaparición. Al igual que sucedió en los periodos
anteriores el resto de las empresas se dividieron en actividades como congelación
y comercialización del crustáceo. Sin embargo, uno de los caminos tomados por
algunos de los empresarios seccionados de la pesquería de camarón, fue el de
trasladar sus inversiones a la actividad acuícola; si bien, para este periodo
únicamente dos empresas contaban en su giro con esta actividad, el aumento en
la población de granjas acuícolas, así como los apoyos gubernamentales dan
cuenta de algunas empresas de pesca en altamar que participaron de esta
actividad.334

Referente a la industria turística/inmobiliaria, ésta también presentó un


comportamiento distinto al de periodos anteriores. Como es de esperarse, la
imposibilidad de los armadores de seguir participando de la extracción de
crustáceo repercutió de manera positiva en el aumento de las inversiones en el
sector servicios, esto sin dejar de lado el proceso de crisis de la moneda mexicana
que redundo en una disminución de las condiciones productivas de la localidad.

Para el periodo de 1982 a 1991 se constituyeron ciento cuarentaicinco empresas


ligadas de manera directa a la actividad turística. Contrario a otros periodos, no
fueron las inmobiliarias las que mayor peso tuvieron constituyéndose solamente
veintidós de éstas. La figura de operadora turística se posicionó por encima de
cualquier otro tipo de empresas, y es que como se explicó antes, este rubro
permitió a los empresarios diversificar sus empresas a cualquier servicio turístico.
Sumadas a las inmobiliarias, se constituyeron en Mazatlán 25 operadoras
turísticas, 18 restaurantes, 9 hoteles, 4 casas de cambio, 4 centros nocturnos y el
resto de las empresas presentaba giros diversos como: salas de cines,

334
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1982-1991

268
arrendadoras de autos, clubes de tenis y golf, servicios de pesca deportiva,
tiendas de ropa de playa, artesanías. 335

Cuadro 41. Principales empresarios Mazatlán 1982-1991

Empresario No. Ramos No. Principales Familias


Empresas Socios
Fernando Berdegué 6 Pesca 9 Velazco
Turismo Garcia
Quirino Ordaz L. 5 Turismo 8 Ordaz
Servicios Testas
Ernesto Coppel 5 Turismo 11 Fuentevilla
Kelly Haas
Sergio Coppel S. 4 Turismo 8 Gil Díaz
Servicios Valadez
Henry Collard 4 Turismo 5 Ordaz
Servicios Valadez
José Carranza 3 Pesca 6 Berdegué
Cevallos
Juan Castro 3 Turismo 6 Ordaz
Testas
Ana de la Fuente 3 Pesca 3 De La Fuente
Turismo
Fernando Madero 3 Turismo 5 Murguía
Lemus
Gaspar Pruneda 3 Turismo 8 Heimpel
Rivera
Fuente: RPPMAZ: 1982-1991

La disminución de cohesión en el tejido empresarial que había comenzado en la


década de 1970, alcanzó una década después su punto más alto. La pérdida de la
pesquería de camarón a manos de las cooperativas fue un golpe duro para el
modelos organizacional de los capitalistas porteños quienes se contrajeron en un
tipo de economía de corte familiar en donde las relaciones comerciales hacia fuera
de ese núcleo fueron siendo dejadas de lado.

335
Ibid, 1982-1991

269
La permanencia de empresarios como José Carranza, así como el ascenso de
segundas generaciones de familias empresarias tradicionales como Sergio Coppel
Salcido o Fernando Berdegué Sacristan, habla de cierto nivel de permanencia en
la estructura empresarial del puerto. Sin embargo, la aparición de personajes
como Henry Collard y Quirino Ordaz Luna permite asegurar que las condiciones
del tejido permitieron la incursión de nuevos empresarios con una menor
capacidad a los que tradicionalmente habían llevado las riendas de la economía.
Los cambios en el entramado empresarial no presuponían una disminución de la
actividad económica mazatleca que como se demostró en el capítulo tercero se
encontraba en un constante crecimiento.

Gráfico 32. Tejido empresarial Mazatlán 1982-1991336

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

336
Imagen Ampliada en Anexo 11

270
Un punto que cabe resaltar es la llegada de Ernesto Coppel Kelly como uno de
los miembros más activos del tejido empresarial, la incursión de este capitalista
significaría un cambio en el paradigma turístico imperante en el puerto
imprimiéndole un sentido de modernidad a la actividad; este espíritu innovador en
torno al turismo llevó a Coppel Kelly a ser miembro activo del puerto turístico de
Los Cabos en Baja California Sur, generando una estrecha relación entre puertos.

A través del análisis de la representación gráfica del tejido empresarial mazatleco


para el periodo que comprende de los años 1982 - 1992, se puede apreciar en
relación con el periodo anterior, una pérdida de cohesión entre los inversionistas
de mayor peso dentro del entramado productivo. Alrededor de veinticinco
empresarios que participaban del tejido productivo con al menos tres empresas
diferentes no establecieron relaciones entre ellos, limitándose a tener miembros de
su familia o empresarios menores como socios comerciales.

De igual manera la disminución en las inversiones por parte de familias


tradicionales como Coppel, De Cima, Medrano, Domínguez y Gavica, era síntoma
de la disgregación que sufrió a partir de la década de 1980 el tejido empresarial
porteño, ya que si bien el tejido productivo siguió en aumento, la función de estos
grupos radicaba en la generación de sistemas de cooperación que permitían a la
economía local responder de manera más rápida y eficiente a los estímulos del
mercado. En este sentido, sólo el pequeño grupo conformado por las familias
Carranza y Coppel así como los empresarios en torno a Ernesto Coppel Kelly
mantuvieron las condiciones de interacción empresarial que caracterizaron al
tejido productivo mazatleco desde la década de 1950.

Las condiciones de los tejidos productivo y empresarial de Guaymas, no fueron


diferentes a las del puerto sinaloense, siendo este el periodo en donde un mayor
paralelismo alcanzó. Si bien eran pocos los empresarios sonorenses que para
1982 se encontraban ligados a la pesquería de camarón, el traspaso de la flota
pesquera, así como la crisis del peso tuvieron un fuerte impacto dentro de la
estructura productiva de la localidad.

271
Para el periodo que comprende los años de 1982 a 1988 337 se constituyeron en el
puerto de Guaymas treintaicinco empresas ligadas a la actividad pesquera, en su
mayoría dichas empresas estuvieran encaminadas a la pesquería de sardina, y no
es posible determinar por las condiciones del Registro Público de la Propiedad si a
partir de la Ley Ojeda hubo retorno de capitalistas guaimenses a la zafra del
camarón. Pesé al número limitado de compañías constituidas, la diversidad de
estas daba cuenta de un tejido productivo que aún lastimado por las condiciones
económicas generales, intentaba abarcar todos los aspectos necesarios para
llevar a cabo la actividad. En este sentido aparecieron industrias encaminadas a la
construcción naval, comercialización de mariscos, congeladoras, enlatadoras,
ferreteras especializadas.338

Cuadro 42. Principales empresarios Guaymas 1982-1988

Empresario No. Ramos No. Principales Familias


Empresas Socios
Ernesto Zaragoza I. 4 Turismo 5 Llano
Servicios Zaragoza
José Uribe 4 Pesca 6 Maytorena
Turismo Bernal
Brunilda Schoener 4 Turismo 4 Llano
Mener
Ramón Ramírez 4 Pesca 4 Quiroz
Servicios Jottroy
Julio Luebbert 4 Pesca 7 Duarte
Servicios Cardozo
Octavio Llano 4 Turismo 6 Zaragoza
Servicios Schoener
Amadeo Acosta 3 Turismo 7 Llano
Cima
Amado Navarro 3 Pesca 5 Uribe
Bellot
Anita Rodríguez 3 Turismo 6 Celis
Garay
Alberto Tirado 3 Turism0 4 Almada
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1982-199

337
La información que se maneja a lo largo del documento es extraída de los archivos de Registro Público de
la Propiedad de ambos puertos. Para el caso de Guaymas el acceso a la información ha sido posible hasta el
año de 1988 dadas las condiciones de archivo.
338
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1969-1981

272
En lo que respecta a la industria turística encontramos que para el mismo periodo
de tiempo se constituyeron cuarenta y tres empresas que vinieron a engrosar el
entramado que en torno a la actividad se había desarrollado desde la década de
1940. Al igual que el puerto de Mazatlán, las inversiones turísticas fueron
acaparadas por las operadoras turísticas que sumaron en total dieciocho. Por otro
lado se tiene que las empresas dedicadas al préstamo de servicio para la pesca
deportiva abundaron durante este periodo, retomando así la vocación del turismo
cinegético que caracterizó al puerto sonorense cincuenta años atrás. Al margen de
estos tipos de empresas durante el periodo, se constituyeron 12 inmobiliarias, 3
constructoras, 2 marinas y algunas otras de servicios variados. 339

Como se puede apreciar en el cuadro anterior en relación con los principales


inversionistas guaimenses del periodo únicamente los señores Ramón Ramírez y
Octavio Llano repitieron en papel de piezas productivas clave dentro del tejido
productivo porteño. Este fenómeno se presentó de manera constante en
Guaymas, en donde las cabezas de la iniciativa privada cambiaban de manera
constante. Si bien es verdad que dentro de los socios comerciales que se
relacionaron con estos empresarios encontramos familias empresariales
tradicionales de manera local, no se encontraban estas con un peso fundamental
dentro de la actividad económica.

Una de las similitudes más notables en el devenir económico de ambos puertos


fue el número de empresas de las cuales llegaron a participar los actores
primarios. Mientras que en periodos anteriores aparecían aquellos que tenían
presencia en más de un veintena de empresas, para este periodo solamente
Fernando Berdegué Sacristán de Mazatlán logró posicionarse en más de cinco.
De igual manera se aprecia una contracción en el número de relaciones
comerciales que estos industriales establecieron, para el primer periodo de estudio
en el puerto de Guaymas, llegaron a presentarse capitalistas con una veintena de
socios comerciales fuera de sus núcleos familiares, mientras que en este último
periodo ninguno rebasó la decena de socios.

339
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1982-1988

273
Gráfico 33. Tejido empresarial Guaymas 1982-1991340

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Pese a las condiciones de disminución paulatina en la solidez del tejido empresarial


guaimense, a través del análisis de la representación gráfica del mismo, es posible
apreciar figuras como Ramón Ramírez, Octavio Llano y Edgardo Gastélum, las cuales
sirvieron como ejes articuladores de las escasas relaciones que se establecieron entre la
iniciativa privada. Al igual que el puerto de Mazatlán la década de 1980 trajo consigo un
nuevo tipo de organización empresarial en donde la colectividad era dejada de lado para
darle preponderancia a las acciones individuales. La pérdida parcial de la pesquería de
camarón a manos de las cooperativas significó también la perdida de la actividad nodal
sobre la cual se encontraban articulados todos los procesos de diversificación de ambos
puertos.

340
Imagen ampliada en Anexo 12

274
5.6. Flujo empresarial interportuario

El Golfo de California como espacio geográfico funcionó como uno de los


principales determinantes en las vocaciones económicas de las diversas
localidades que se desarrollaron en torno a él. Si bien se ha hecho manifiesto que
aspectos como la política y la cultura local son en última instancia los que permiten
el éxito de una actividad en un territorio determinado, la variable geográfica se
presenta como un génesis de las acciones productivas que se entablan una
sociedad.

De esta manera, como ha sido plasmado a lo largo de la investigación, pese a la


diferencia en el tamaño de las economías de los puertos de Guaymas y Mazatlán
su proximidad geográfica al pertenecer ambos a Golfo de California, les dotó de un
devenir histórico económico similar desde su aparición como localidades en el
primer tercio del siglo XIX. Desde sus primeros años como puertos comerciales,
su viraje a la pesquería de camarón en la década de 1940 y por último el
desarrollo de la industria turística en los años setenta, ambos puertos presentaron
similitudes que sólo pueden ser explicados por su relación con el Golfo y el
sistema económico que se había desarrollado en torno a esta región.

La concordancia en cuanto a condiciones productivas que se generaban para


ambos puertos a partir de su contexto geográfico, no redundaban de manera
natural en una interconexión de las economías; la región geográfica extendida
facilitaba la similitud de las acciones productivas pero no establecía las
condiciones adecuadas para la interacción de las localidades.

En este sentido encontramos que pese a pertenecer a la misma región-producción


los puertos de Guaymas y Mazatlán tenían únicamente como punto de encuentro
las acciones empresariales que se llevaban a cabo en torno a una actividad
determinada, como acuerdos entre administraciones locales de cámaras
pesqueras o en su defecto a través de la inversión directa de empresarios de un
puerto dentro de la economía del otro.

275
Es en el caso de las inversiones directas en donde ambos puertos encuentran una
correlación que permite establecer un paralelismo más entre el desarrollo que
ambas economías tuvieron a partir de 1950. Aun y cuando el flujo de inversiones
entre ambos puertos fue bajo, es notable que se presentara este tipo de
interacción ya que permite analizar esbozos de una región articulada más allá de
las limitaciones espaciales. Atendiendo de nuevo a la diferencia de tamaños entre
ambos tejidos productivos se tiene que el flujo de inversiones de Mazatlán hacia el
puerto de Guaymas fue mayor que su contraparte, sin embargo, la interacción
empresarial fue mayor para los inversionistas del puerto sonorense.

Comenzando con Mazatlán se ha podido documentar la participación de diecisiete


empresarios del puerto sinaloense dentro de la economía guaimense. Sin
embargo, cabe precisar que algunas de estas inversiones se gestaron como una
oportunidad de diversificación del espacio productivo para algunos grupos de
empresarios, por lo cual pese a formar parte del tejido productivo local de
Guaymas estos no establecieron relación con los industriales locales por lo cual
funcionaron al margen del tejido empresarial del puerto sonorense.

Cuatro fueron las empresas constituidas en Guaymas que contaron


exclusivamente con empresarios mazatlecos, de igual forma estas empresas
representaron el total de la inversión de estos industriales dentro de suelo
guaimense. La primera de ellas fue constituida en el año de 1959, bajo la
denominación de Navegación del Pacífico S.A. de C.V.; esta empresa que contó
con un capital cercano a los cincuenta mil dólares y tenía como giro principal el
transporte de carga, fue constituida por los señores Juan José Reyna, Tomás de
Rueda Jr., Juan y David Perlo y Juan Chang Niebla.341

Al ser 1958 un año de tensión en las contrataciones entre cooperativas y


armadores, podría entenderse esta inversión como un intento de los industriales
mazatlecos de explorar entornos productivos más sanos que el mazatleco, sin
embargo, dos hechos llevan a descartar esta línea explicativa. En primer lugar,
una empresa idéntica fue constituida en el puerto de Mazatlán en el año de 1956
341
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1959

276
por los mismos accionistas, lo que lleva a suponer una relación matriz-sucursal
entre las compañías de ambos puertos.342 En segundo lugar, se tiene que pese al
nivel de afectación que las economías porteñas sufrían durante los periodos de
crisis organizacional de la pesquería de camarón, las actividades de carga
permanecían constantes dado el papel fundamental de ambos puertos dentro del
comercio con la costa oeste de Estados Unidos y el continente asiático; dado lo
anterior, la acción de los citados empresarios se entiende como un proceso natural
de expansión de los mercados por parte de la empresa.

La segunda de las empresas fue constituida en el año de 1966, bajo la


denominación de Pesquera Bora S.A. de C.V., la compañía tuvo una inversión
inicial de ochenta mil dólares siendo sus socios los señores: Julio Berdegué Aznar,
José Carranza Beltrán, Marcial Camacho, Jesús Salazar Reyes y Alejandro
Salcido; aunque coincide en tiempo con el comienzo de la diversificación pesquera
en el puerto de Guaymas, no es igual para el puerto de Mazatlán que comenzó
este proceso al menos cuatro años después.343

Tomando como base el punto anterior y el giro de la empresa, que se enmarca en


la pesca general, se puede afirmar que ésta sirvió como un acercamiento de los
industriales mazatlecos a un entorno productivo menos conflictivo que el
mazatleco. La aparición del grupo de Julio Berdegué en el tejido empresarial de
Mazatlán se da en el año de 1962, en el contexto del abandono parcial de la
actividad camaronera por parte de algunos de los más importantes capitalistas con
los que contaba, así pues pese a contar con empresas sólidas estos inversionistas
especulaban con las condiciones de traspaso de la flota armadora a las
cooperativas que terminó por gestarse veinte años después.

La tercera de las empresas fue constituida en el año de 1975 con la razón social
de El Palacio del Oceáno de Empalme S.A. de C.V., la compañía contó con un
capital cercano a los ochenta mil dólares, y tuvo como principales socios comercial
a los industriales mazatlecos: Quirino Ordaz Luna, Jaime Coppel y Ramón

342
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1956
343
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1966

277
Fuentevilla; dentro de esta sociedad mercantil existió un cuarto inversionista en la
figura de Rómulo Díaz, sin embargo, es imposible determinar la procedencia de
dicho individuo ya que no presentó ninguna otra operación de constitución en
ninguno de los dos puertos durante el periodo de tiempo de estudio.344

Esta empresa se estableció bajo el giro de pesca deportiva, la cual había sido la
punta de lanza del crecimiento turístico dentro de la región de Guaymas a
mediados de los años cuarenta. Como su nombre lo indica, estableció sus
actividades dentro de la denominada región Bahía de Guaymas, en la cual se
encuentra el puerto de Empalme que se localiza a 10 km del puerto en estudio;
como se manejó dentro del segundo capítulo, los tejidos productivo y empresarial
de Guaymas abarcaron no solamente este puerto, sino se extendieron a los
puertos de Empalme y San Carlos concibiéndose como una sola traza urbana.

Al igual que sucedió con la primera de las cuatro empresas, ésta se presentó
como una búsqueda de expansión del mercado para sus integrantes y no como
respuesta a un proceso de crisis de la localidad de origen. Durante los años de
1974 y 1975, los socios de esta firma fundaron en el puerto de Mazatlán las
compañías Océano Palace S.A. de C.V. y Operadora del Océano S.A. de C.V.,
ambas empresas pertenecían a un pequeño consorcio que comenzaba a
desarrollarse en lo hotelero. De esta manera se puede encontrar continuidad en el
flujo de capital por parte de los hoteleros en donde Guaymas aparece como un
espacio ampliado sobre el cual poder ejercer acción productiva.345

Por último se encuentra la compañía de 1982 denominada como Agualuz del


Noroeste S.A., que tenía como giro la comercialización de productos
especializados en reparación marítima. Los socios de esta compañía, de apenas
cinco mil dólares de inversión, fueron los mazatlecos José Manuel Castelló, Emilia
Haas Bishop y los hermanos Letamendi Lie. A diferencia de los otros casos este
acercamiento por parte de los industriales sinaloenses a la ciudad de Guaymas se
da en el contexto de una crisis generalizada, así como de una reestructuración de

344
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1975
345
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1974-1975

278
los sistemas productivos locales después del traspaso de la flota camaronera a
manos de las cooperativas de producción pesquera.346

Los hermanos Letamendi Lie y José Castelló, principales socios de esta empresa
fueron constantes inversionistas mazatlecos desde la década de 1950, con
participación igualitaria en las industrias pesquera y turística habían logrado
establecer en torno a ellos una importante red de empresarios, sin embargo, el
año de 1982 marca su última inversión dentro de la economía mazatleca (datos
hasta 1999) a través de la compañía Distribuciones Marinas S.A. de C.V., la cual
contó con un capital cercano a los cincuenta mil dólares. Por su parte Emilia Haas
Bishop, quien había sido parte de este pequeño grupo empresarial, desde la
década de 1960, dio cuenta de una inversión en el puerto de Mazatlán en el año
de 1988, bajo la denominación de Plásticos de Sinaloa S.A. de C.V., en la cual
contó con socios comerciales diferentes. 347

Los casos de las anteriores compañías reflejan de manera parcial la interrelación


que existía entre el puerto de Mazatlán y Guaymas, en donde la ciudad sonorense
se percibía como una extensión del territorio geográfico a través del cual poder
expandir su influencia dentro del mercado o bien comenzar un proceso de
crecimiento similar al que se tuvo en Mazatlán años atrás dependiendo del caso
de la empresa. Sin embargo, existieron aquellos empresarios que veían en
Guaymas un espacio de desarrollo conjunto a través del cual podían establecer un
sistema de cooperación que permitiera a través de la interacción de ambos tejidos
productivos empresariales el desarrollo integral de las industrias que se
desarrollaban en ambos puertos.

Cuatro fueron los empresarios sinaloenses que además de presentar inversiones


constantes dentro de la región de Guaymas interactuaron de manera regular con
la iniciativa privada de este territorio generando con esto un engrosamiento del
tejido y su propio entramado de relaciones comerciales que les permitían

346
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1985
347
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1982-1988

279
responder de manera más adecuada a los pulsos del mercado; estos empresarios
fueron: José Azcona, José Cevallos, Federico Unger y Wifredo Acosta.

Cuadro 43. Principales inversionistas mazatlecos en el tejido productivo de


Guaymas 1950-1988

Empresario No. Periodo de No. Principales Socios


Empresas tiempo Socios
José Azcona 7 1951-1968 3 Porfirio Hernández,
Magdalena Jáuregui
Teresa Salguero
Federico Unger 4 1959-1973 6 Silvano Pérez, Oscar
Morales, Rafael
Valdez y Valdez,
Héctor Villavicencio,
Soledad Foz,
José Cevallos 3 1976-1984 10 Flavio Elizondo,
Quirino Parra, Carlos
Gil Anguiano, Marco
Llano, Julio Luebbert,
Javier Millán Yáñez,
Rolando Skutson,
Rolando Valenzuela,
Hans Zalfe, Arturo
Zepeda
Wilfrido Acosta 2 1979-1983 2 Francisco Llano
Zaragoza
Amalia Saldman

Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1988

Como se puede apreciar en el cuadro anterior, la cantidad de empresarios del


puerto sonorense con los que se estableció relación comercial fue basta y cada
uno de los industriales mazatlecos se insertó en grupos económicos diferentes,
esto ocasionó que el capital mazatleco abarcara una mayor parte del entramado
guaimense. Sin embargo, algo que se debe de tomar en cuenta es la red
empresarial que estos inversionistas tenían en su lugar de origen, en este sentido
encontramos que estos cuatro personajes funcionaron como un eje articulador
entre los grandes grupos de poder económico entre puertos.

280
En el caso de José Azcona se tiene que participó de cuatro empresas en el puerto
Guaymas: Pesquera Guaymense S.A. de C.V. (1962), Almacén de Armadores
S.A. de C.V. (1962), Hotelera de Occidente S.A. de C.V. (1963), Pesquera del Mar
S.A. (1963). En conjunto estas cuatro compañías alcanzaron un monto de capital
cercano a los trescientos mil dólares, y tuvieron al local Porfirio Hernández como
principal socio comercial; Hernández quien había aparecido en la década de 1950
como un empresario menor, se convirtió en la cabeza de la iniciativa privada de
Guaymas en los años sesenta, esto pese a no haber establecido relación con los
grandes grupos de poder económico porteño.348

En lo que respecta a su participación dentro del entramado productivo mazatleco,


Azcona estableció, en conjunto a sus socios comerciales un total de catorce
empresas entre los años de 1950 y 1961. A diferencia de su socio en Guaymas,
quien no se encontraba dentro de los principales grupos de poder, las relaciones
que Azcona mantuvo en el puerto sinaloense fueron con algunos de los más
influyentes miembros del tejido empresarial. Coppel, Gorostiza, Haas, Ordaz, Rico,
fueron sólo algunas de las familias con los que este personaje entabló
coinversiones.349

Federico Unger también participó en cuatro empresas dentro del puerto


sonorense, con un flujo de capital conjunto cercano a los cuatrocientos mil dólares.
A diferencia de otros industriales mazatlecos avocados a las industrias pesquera y
turística, Unger Ferreira se movió dentro de actividades comerciales específicas
como el mercado de autos o el de comidas. Las empresas de las cuáles fue socio
Unger fueron: Automotriz Marina de Occidente S.A de C.V. (1959), Transportes
Golfo de California S.A. (1961), Corona y Pacífico S.A de C.V. (1966), Inmobiliaria
Colonial de Guaymas S.A de C.V. (1973).350

348
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1962-1963
349
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1950-1961
350
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1959-1973

281
Gráfico 34. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las
inversiones de Federico Unger y José Azcona: 1950-1988

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Dentro de estas empresas Federico Unger estableció relaciones comerciales con


pequeños empresarios con los que logró consolidar un pequeño consorcio que
participó de diversas actividades clave dentro de la economía local. Sin embargo,
fue su relación con Silvano Pérez Ramos la que dotó de relevancia las relaciones
interportuarias de los empresarios. Como quedó manifiesto en el capítulo cuarto,
fue Silvano Pérez el primer armador de Guaymas en trasladar su flota camaronera
al puerto de Mazatlán ante la crisis de la actividad en 1952, es a partir de él donde

282
se desprende la tipificación del empresario guaimense. Pese a ese episodio,
Silvano Pérez continuó con su acción empresarial en la localidad sonorense
llegando a establecer relación comercial con empresarios a nivel nacional como
Armando Garza Sada, con el cual participó de la empresa Transportes de carga
Pullman S.A. de C.V. (1979).351

Gráfico 35. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Federico Unger y José Azcona: 1950-1988 (2)352353

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

351
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1979
352
En este cuadro se puede apreciar la manera en que interactuaron los tejidos empresariales de ambos
puertos a partir de las relaciones comerciales de los señores Federico Unger y José Azcona. En esta
representación gráfica se observan las relaciones de ambos empresarios con el tejido empresarial mazatleco
(rojo) sus relaciones con el tejido empresarial guaimense (verde) así como relaciones que existieron entre
los empresarios y socios comerciales de los antes citados (azul)
353
Imagen ampliada en Anexo 13

283
Con respecto a su actuación dentro del entramado productivo mazatleco, Unger
Ferreira participó en seis empresas perteneciendo a uno de los subgrupos
empresariales que lideraba Juan Gavica. Contrario a tipo de empresas de las que
fue accionista en Sonora, dentro de Mazatlán dividió su capital entre la pesquería
de camarón y el turismo. En este punto es preciso hacer hincapié en el tipo de
entorno empresarial que se había gestado en cada una de las ciudades, mientras
que una presentaba continuidad en el desarrollo de una actividad, la otra no
definía la vocación productiva sobre la cual sentaría la bases de su desarrollo.

Aunque con menor nivel de cohesión entre los tejidos productivos de cada una de
las localidades, se encontraban los señores José Cevallos y Wilfredo Acosta.
Muchos se ha dicho sobre la familia Cevallos como el principal motor de la
diversificación hacia la pesquería del atún que sufrió el puerto de Mazatlán a
finales de los años setenta. El campo de influencia de la familia Cevallos como
empresarios atuneros alcanzó el desarrollo del puerto sonorense en donde José
Antonio Cevallos participó de tres empresas encaminadas a esta pesquería.

Estas empresas alcanzaron en conjunto una inversión cercana a los trescientos


mil dólares siendo punto de encuentro de algunos de los industriales guaimenses
más activos de la época como Javier Millán y Carlos Gil Anguiano. En este
sentido, cabe destacar que la familia Cevallos logró posicionarse como uno de los
ejes articuladores del tejido empresarial guaimense en marcada diferencia de los
otros empresarios mazatlecos que participaron de la dinámica económica de
Guaymas. Las empresas que estableció esta familia en territorio de Sonora fueron:
Sardinas y Derivados S.A. de C.V. (1976), Hidrogenadora del Noroeste S.A. de
C.V. (1982), Evaporadora de Guaymas S.A. de C.V. (1984)354

En lo que respecta a su participación dentro de los entramados productivo y


empresarial del puerto de Mazatlán, se tiene que la familia Cevallos logró
establecer un nutrido número de relaciones comerciales con las principales
familias de inversionistas. Sin embargo, cabe resaltar que a partir del año de 1976,
durante el cual comienzan sus inversiones en el puerto de Guaymas, todas las
354
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1976-1984

284
empresas de las cuáles fueron inversionistas en el puerto de sur de Sinaloa fueron
estrictamente familiares, con escasa o nula inversión de empresarios ajenos a su
núcleo familiar.355

Gráfico 36. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de José Cevallos y Wilfredo Acosta: 1950-1988 (1)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Aun con lo anterior, se tiene que la familia Cevallos logró articular en torno a sí, a
los principales miembros de los tejidos empresariales de ambos puertos,
convirtiéndose con esto en pieza fundamental del desarrollo económico de la
región productiva objeto de estudio. Sin la certeza que provee el análisis del
registro público de la propiedad del municipio de Ahome (Sinaloa), a partir de los

355
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1950-1988

285
registros hemerográficos se puede establecer que este grupo empresarial logró
una fuerte relación con el puerto de Topolobampo, por lo que una participación
directa como inversionistas de éste no puede ser descartada. De ser así,
encontraríamos en la figura de los Cevallos al eje empresarial que generó
cohesión entre la región pesquera del Golfo de California.

Gráfico 37. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Federico Unger y José Azcona: 1950-1988 (2)356357

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

356
En este cuadro se puede apreciar la manera en que interactuaron los tejidos empresariales de ambos
puertos a partir de las relaciones comerciales de los señores José Cevallos y Wilfredo Acosta. En esta
representación gráfica se observan las relaciones de ambos empresarios con el tejido empresarial mazatleco
(rojo) sus relaciones con el tejido empresarial guaimense (verde) así como relaciones que existieron entre
los empresarios y socios comerciales de los antes citados (azul)
357
Imagen ampliada en Anexo 14

286
En comparación con José Cevallos, el señor Wilfredo Acosta se presentó como un
empresario menor en ambos tejidos productivos. En lo que se refiere a la
economía del puerto sonorense, se tiene que participó en dos empresas avocadas
al ramo turístico, ambas compañías tuvieron una inversión cercana a los cien mil
dólares y funcionaron bajo la razón social de: MAEOS Tours S.A. de C.V. (1979)
MAEOTOURS S.A de C.V. (1983).

El tejido de empresarios que se conformó en torno a la figura de Acosta fue


limitado, aunque de gran peso para fines de desarrollo empresarial. Como se
puede apreciar en la representación gráfica de la red de la cual participó este
industrial, tuvo entre sus socios comerciales al señor Marco Antonio Llano
Zaragoza, quien además de estar asociado con José Cevallos, fue una de las
figuras clave al interior de la familia Llano Zaragoza que fungieron como uno de
los grupos empresariales más sólidos de la localidad sonorense. Por otro lado, se
tiene la figura de Amadeo Acosta, quien pese a no participar con inversiones
dentro de territorio mazatleco, fue uno de los más activos inversionistas
guaimenses tendiendo en torno a su figura relaciones comerciales con otro de los
grupos empresariales importantes de ambos puertos, la familia de Cima.358

La participación de Acosta dentro del tejido productivo mazatleco también se dio


dentro de un contexto marginal, al no figurar él o sus socios comerciales entre los
principales inversionistas de la localidad; tal es así, que pese al alto nivel de
cohesión dentro del tejido empresarial mazatleco ninguno logró relacionarse con
las familias dominantes. Wilfredo Acosta tuvo inversiones en el puerto de Mazatlán
en cuatro empresas que en conjunto alcanzaron un monto cercano a los
doscientos mil dólares; en estas empresas se encontró asociado con Arturo
Calderón, José Gallardo y Francisco Sánchez Padilla.359

En lo que respecta a la participación de empresarios del puerto sonorense dentro


del tejido productivo de Mazatlán, encontramos que ésta fue menor en número de
actores pero con un grado de cohesión mayor en cuanto a las relaciones que se

358
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1988
359
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1970-1986

287
establecieron con ambos tejidos empresariales. Un menor grado de integración de
los tejidos productivo y empresarial en el puerto de Guaymas llevó a algunos de
sus empresarios a buscar relaciones comerciales más estables en los puertos
pertenecientes a la región; dada la proximidad geográfica que existió con puertos
como Peñasco (Sonora), Huatabampo (Sonora) y Topolobampo (Sinaloa) es
posible encontrar una fuerte participación de capitales guaimenses en los mismos.

Para el caso de Mazatlán se pueden documentar el caso de cinco industriales


sonorenses que lograron establecer inversiones productivas en torno a las
actividades y periodos de tiempo analizados: Leticia Kelly López, Mario Nadal,
Hernando de Cima, Fernando Urrea y Arturo Zepeda. De manera similar a los
empresarios mazatlecos que fueron parte del tejido productivo del puerto
sonorense, la actuación de los industriales guaimenses en la economía mazatleca
fue sobre la base de integrarse en el entorno de los grandes grupos
empresariales, fortaleciendo así las condiciones productivas locales.

En primer lugar se encuentra el caso de Mario Nadal y Hernando de Cima,


quienes se pueden considerar como unos de los pioneros dentro del desarrollo de
la pesquería de camarón en el puerto de Guaymas.360 Ambos empresarios sólo
fundaron una compañía dentro del puerto del sur de Sinaloa. Bajo la razón social
de Hotelera el Dorado S.A. de C.V., ésta contó con una inversión cercana a los
doscientos mil dólares y tuvo como sus principales socios a los hermanos Arturo y
Sergio de Cima Guereña, así como a su paisano Fernando Urrea. 361 La
asociación que lograron establecer ambos empresarios con la familia de Cima
(para el caso de Hernando por cuestiones filiales) logró posicionarlos en la órbita
de una de los grupos turísticos más influyentes a nivel regional; esta influencia
llevaría a ambos empresarios a participar de manera activa en la consolidación de
dicha industria en el puerto de Guaymas.

360
Para el periodo de estudio, Mario Nadal sólo cuenta con una constitución de empresa dentro del puerto
de Guaymas en el año de 1950. Sin embargo, si extendemos el análisis de sus socios comerciales a la figura
de Mario Nadal Iberri, entonces la influencia de ambos dentro del tejido productivo guaimense es mayor en
la medida de que este último logró establecer un mayor número de relaciones empresariales con la IP de su
localidad.
361
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961

288
Cuadro 44. Principales inversionistas guaimenses en el tejido productivo de
Mazatlán 1950-1988363

Empresario No. Periodo de No. Principales Socios


Empresas tiempo Socios
Fernando Urrea* 7 1951-1968 10 Arturo De Cima,
Jorge Coppel, Sergio
Coppel, Fidel Salcido,
Felipe Cevallos, Luis
Gorostiza, Evaristo
Gómez, José Haas,
Juan Zamora
Leticia Kelly López* 4 1973-1980 7 Alfonso Martínez,
Carlos Rueda, Jaime
Lugo, Herculano
Sarabia, Oscar Levin
Morales, Rafael
Domínguez, Rafael
Domínguez Kelly
Arturo Zepeda 2 1987 4 José Carranza, José
Antonio Cevallos,
Juan Oliveros,
Alfredo Osuna
Mario Nadal362 1 1961 2 Arturo de cima,
Sergio de Cima
Guereña, Hernando
de Cima, Fernando
Urrea
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Guaymas, 1950-1988
*Empresarios de origen mazatleco

La participación de ambos empresarios en la economía mazatleca respondió a la


coyuntura que significó la relación familiar de Hernando de Cima con el grupo
empresarial mazatleco del mismo nombre, a partir de eso es difícil asegurar que
buscaban de manera sistemática un ensanchamiento de su mercado o su espacio
362
Hernando de Cima y Mario Nadal participaron de la misma empresa mazatleca, por lo tanto presentaron
los mismos socios comerciales en ese puerto; no así en el puerto de Guaymas en donde a pesar de coincidir
en algunas empresas pertenecieron a núcleos empresariales diferentes.
363
La inclusión de los empresarios mazatlecos Fernando Urrea y Leticia Kelly López en este espacio obedece
a que en los registros públicos de la propiedad de ambos puertos ambos puertos, es en Guaymas donde
aparecen como inversionistas de cualquier empresa de manera más temprana. Pese a esto la mayor parte
de su vida empresarial se desarrollo en el puerto de Mazatlán.

289
productivo. Sin embargo, la participación de estos industriales en la economía de
Guaymas fue fundacional a distintos niveles, ya que desde la década de 1950
lograron posicionarse como piezas claves en la ingeniería empresarial del puerto.

En el caso de Hernando de Cima, fungió como la cabeza de una familia


empresarial, que en conjunto logró establecer doce empresas dedicadas a la
pesquería de camarón y al turismo. El prestigio que los De Cima lograron
establecer en el entramado productivo guaimense radicó de manera principal en la
red empresarial que pudieron establecer en torno a ellos, logrando posicionar su
apellido en el campo de influencia de familias como Zaragoza, Vizcaíno, Milhe e
Iberri. El caso de Mario Nadal y su hijo Mario Nadal Iberri, se presentó de manera
similar al pertenecer al mismo grupo empresarial, sin embargo, estos consiguieron
establecer relación con pequeños grupos de empresarios que permitieron
diversificar sus inversiones en lo que respecta al número de socios comerciales
entablando relación con familias como: Murillo, Deffis y Amezquita.364

El caso de Fernando Urrea es atípico en cuanto a cómo se movilizaron sus flujos


de capital, para el periodo de tiempo que va de 1950 - 1988 se tiene que
constituyó siete empresas en el puerto de Mazatlán, por sólo una constitución en
Guaymas. Sin embargo, existe evidencia que previo a sus inversiones en el puerto
de Mazatlán, que comenzaron en 1951, Urrea estuvo asociado con el cuerpo
empresarial guaimense.365 Dicho lo anterior las relaciones que estableció Urrea en
el puerto de Mazatlán lo llevaron a posicionarse como uno de los empresarios más
importantes del periodo entre década de 1950 y 1960; en total constituyó siete
empresas que en conjunto tuvieron una inversión cercana a los quinientos mil
dólares. A través de dichas inversiones, este industrial guaimense logró
establecerse con algunas de las cabezas principales en diferentes actividades

364
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, : 1950-1988
365
Se estima que Fernando Urrea comienza su relación en el puerto de Mazatlán durante el mismo proceso
de crisis en el puerto sonorense, que llevó a Silvano Pérez Ramos a movilizar su flota pesquera hacia el
puerto de Mazatlán a principios de la década de 1950. Sin embargo, por las condiciones del Registro Público
de la Propiedad del municipio de Guaymas es imposible establecer aquellas empresas en las cuáles invirtió
Urrea.

290
económicas en el puerto: Cevallos y Coppel (pesca), De Cima (turismo), Gorostiza
(agricultura).366

Gráfico 38. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Mario Nadal, Hernando de Cima y Fernando Urrea: 1950-1988 (1)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

En este sentido, las inversiones de Fernando Urrea se pueden entender como una
migración de capitales de puerto de Guaymas a Mazatlán, que al darse en el

366
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, : 1961

291
contexto de la crisis local del puerto sonorense a principios de la década de 1950,
se percibe como una acción natural dentro de los capitalistas que buscan movilizar
sus factores a lugares que proyectan una mejor utilización de los mismos. Sin
embargo, la filiación de los mismos industriales a lo local genera procesos de
retorno como lo fue la inversión que presentó en 1966 dentro del puerto
sonorense.

Gráfico 39. 367 Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Mario Nadal, Hernando de Cima y Fernando Urrea: 1950-1988
(2)368

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

367
Imagen ampliada en Anexo 15
368
En este cuadro se puede apreciar la manera en que interactuaron los tejidos empresariales de ambos
puertos a partir de las relaciones comerciales de los señores Hernando de Cima, Fernando Urrea y Mario
Nadal. En esta representación gráfica se observan las relaciones de ambos empresarios con el tejido
empresarial mazatleco (rojo) sus relaciones con el tejido empresarial guaimense (verde) así como relaciones
que existieron entre los empresarios y socios comerciales de los antes citados (azul).

292
Con un capital de cuatrocientos mil dólares y bajo la razón social Inmobiliaria
Nautas S.A. de C.V., esta empresa da cuenta de la participación de Urrea en el
entramado productivo del puerto sonorense, ya que en esta se congregaron los miembros
de uno de los grupos empresariales más sólidos de Guaymas. De esta manera, al igual
que su participación económica dentro de Mazatlán, Urrea logró establecer sociedad con
algunos de los empresarios más importantes de sus actividades: Zaragoza Iberri
(agricultura), Vizcaíno (pesca), Cima (turismo).369

Gráfico 40. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Leticia Kelly y Arturo Zepeda: 1950-1988 (1)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

Otro personaje que presentó mayor número de inversiones en el puerto de


Mazatlán que en su ciudad de origen fue Leticia Kelly López; esta empresaria que
presenta una única inversión en Guaymas hacia el año de 1967, constituyó cuatro

369
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, : 1950-1988

293
compañías en el puerto sinaloense entre los años de 1973 y 1980. Estas
empresas alcanzaron en conjunto una inversión cercana al millón de dólares
(siendo la inversionista interportuaria con mayor capital invertido) y en su mayoría
estuvieron avocadas a la actividad turística. De la totalidad de las compañías que
fundó en el puerto de Mazatlán la que mayor relevancia tiene es la denominada
Inmuebles Comerciales de Mazatlán S.A. de C.V.,370 en la cual traba una relación
comercial con uno de los ejes articuladores del entramado mazatleco, Rafael
Domínguez.371

Gráfico 41. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Leticia Kelly y Arturo Zepeda: 1950-1988 (2)372

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

370
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, : 1974
371
En el año de 1980 se tiene registrada la empresa Distribuidora de Refacciones y lubricantes de Sinaloa
S.A., la cual tiene como socios a Leticia Kelly y Rafael Domínguez Kelly. De esta manera la relación entre los
dos empresarios situaría a Rafael Domínguez como un miembro activo de la actividad económica
guaimense. Aunque ha sido imposible situar al fundador de la pesquería de camarón mazatleca en alguna
empresa del puerto sonorense, esta posible relación abriría las puertas para que otro grande de la economía
mazatleca hubiera participado de la vida económica del puerto del centro de Sonora.
372
Imagen ampliada en Anexo 16

294
En lo que respecta a la relación de Kelly con el entramado empresarial guaimense,
se tiene que solamente contó con tres socios que a su vez no pertenecieron a los
grandes grupos de poder del puerto sonorense. De esta manera pese a presentar
un comportamiento similar al de Fernando Urrea, en lo que respecta a su origen
como industrial y a su mayor participación en el puerto mazatleco, ésta no logró un
peso económico en Guaymas como si lo hizo el citado empresario.

Por último, se encuentra el caso de Arturo Zepeda, quien participó en apariencia


de manera marginal dentro de ambos tejido productivos ya que sólo presentó
inversiones en dos empresas dentro de cada puerto, pero que logró entablar
relaciones económicas con algunos de los miembros más sólidos de cada uno de
los puertos. En el caso de Mazatlán, se tiene que fundó las compañías, Operadora
de Frio S.A. de C.V. (1986) y Sardineros Unidos S.A. de C.V (19879) en las cuales
compartió créditos con las familias Carranza Beltrán y Cevallos respectivamente;
de manera conjunta ambas compañías alcanzaron un monto de inversión cercano
a los trescientos mil dólares.373

La participación de Zepeda en la economía de puerto sinaloense se vio motivada


por la asociación que esté estableció con José Cevallos dentro del puerto de
Guaymas. Es sintomático, el hecho de que ambas inversiones se presentaran
posterior al traspaso de la flota camaronera a manos de las cooperativas y que
ambas estuvieran dedicadas a diversificaciones de la actividad pesquera como el
caso de la sardina y el atún. Dentro del puerto sonorense Zepeda logró
constituirse como una de las piezas claves de la diversificación logrando trabar
relaciones con un gran número de familias dominantes como, Laboreiro, Llano y
Millán.374

373
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, : 1986-1987
374
Registro Público de la Propiedad, Guaymas, : 1950-1988

295
Conclusiones Generales

La región – producción que constituyen los entornos productivos localizados en la


franja costera del Golfo de California experimentaron un proceso de crecimiento
económico a partir del boom que tuvo la pesquería de camarón durante la década
de 1950. Aun y cuando estos procesos internos mostraron características
similares, la dinámica que imprimieron sus actores locales dieron como resultado
procesos de desarrollo diversificados. Esta diversidad no sólo se manifestó en el
grado de desarrollo que alcanzaron las diferentes economías sino en el tipo de
relaciones que se establecieron entre sus actores.

Aunque existen en las teorías de desarrollo postulados básicos sobre aquellas


relaciones entre actores locales que posibilitan estos procesos, este tipo de
axiomas no suelen ser rígidos en la praxis, por lo que es posible encontrar
economías en las cuales se ha presentado un desenvolvimiento económico
notable pese a la no existencia de relaciones que la teoría establecía como
necesarias. Por este motivo, los modelos de desarrollo local que se pueden
apreciar en la región del Golfo de California, son igual en número a las
localidades económicamente activas que componen la región.

Topolobampo, Puerto Peñasco, Huatabampo, San Blas y La Paz fueron algunos


de los puertos pertenecientes a la región que encontraron en la pesquería de
camarón a su principal motor de crecimiento, sin embargo, la magnitud de éste no
se equiparó al obtenido por los puertos de Mazatlán y Guaymas, que se
posicionaron como dos de los principales entramados productivos del Golfo de
California. Acercarse al análisis del camino que siguieron ambos puertos para
construir entramados económicos sólidos de manera endógena, es corroborar
que, pese a la existencia de regularidades, fueron las particularidades de cada una
de las localidades, las que determinaron el nivel de desarrollo y la identidad
productiva de ambos enclaves.

Durante los capítulos segundo y quinto de este trabajo fue posible apreciar que el
devenir histórico-económico de ambas localidades se presentó de manera similar,

296
sino que idéntica. A manera de recapitulación se puede establecer que ambas
poblaciones comienzan un largo camino de coincidencias desde su génesis como
localidades durante la lejana década de 1820. La necesidad de comercio
ultramarino que tuvo México durante sus primeros años de independencia,
llevaron al gobierno nacional a la habilitación de puertos comerciales a lo largo de
toda la costa del Pacífico; Guaymas y Mazatlán encontraron en esta necesidad el
origen de su vida económica.

Durante los primeros años de vida económica de ambos puertos, hasta antes de la
revolución de 1910, estos lograron un notable desarrollo como enclaves
mercantiles. Este crecimiento se dio de la mano de casas comerciales, propiedad
de extranjeros, que vieron en la posición estratégica de ambos puertos la
posibilidad de establecerse como los articuladores de los mercados
internacionales con el mercado del noroeste de México.

La participación de estos capitalistas dio a los puertos en cuestión un aire


cosmopolita. La presencia de extranjeros en ambas localidades fue una constante,
generando con esto un entorno multicultural que permitía que las condiciones de
inversión extranjera se reprodujeran de manera regular. Las casas comerciales
que modelaron los primeros trazos de los entramados económicos locales
pertenecían a diferentes naciones, China, Alemania, Italia, Francia, Estados
Unidos, España, Holanda fueron algunas de las más destacada; sin embargo, en
el caso del puerto de Mazatlán fueron las empresas alemanas y españolas las que
tuvieron una participación más activa, mientras que en el puerto de Guaymas,
chinos y estadounidenses ocuparon los lugares preponderantes.

El porfiriato y la apuesta por la modernidad económica, significaron para los


puertos sus primeros puntos de diferenciación económica. La incorporación más
temprana de Guaymas a los circuitos ferroviarios del norte, ocasionó que la
localidad sonorense reafirmara su vocación comercial; si bien, Mazatlán no
abandonó la actividad comercial, por el contrario ésta siguió en aumento, sí logró
desarrollar una incipiente industria. Como se ha visto en los capítulos
correspondientes a cada uno de los puertos, la tendencia a la diversificación

297
económica fue una particularidad que el tejido empresarial mazatleco adoptó de
manera permanente; mientras que la identidad hacia su actividad nodal fue una
actitud que los empresarios guaimenses fueron perdiendo con el tiempo.

La revolución mexicana, aún y cuando tuvo diferentes efectos en la vida


económica de los puertos, marca el inicio de un lento ascenso de la pesquería de
camarón y el turismo como actividades centrales de ambas comunidades. La
ralentización de las dinámicas económicas durante el conflicto y en el caso de
algunas actividades la pérdida de infraestructura, obligó a los tejido económicos
locales a buscar nuevas actividades una manera rápida de reactivar la economía.
Si a lo anterior se suma un marcado aumento de interés por parte del
empresariado norteamericano de ensanchar los vínculos económicos con
localidades mexicanas, las condiciones para el crecimiento de ambas actividades
estaba dado.

En el caso de la pesquería de camarón, la incursión de embarcaciones


estadounidenses y japonesas en la región durante los años veinte, sembró la
semilla que llevaría a los hombres de capital a invertir en esta actividad, siendo
Guaymas el puerto más aventajado de la mano de Abelardo L. Rodríguez en los
primeros años de la década de 1930. Para el caso del turismo, la aparente
estabilidad social, así como el tendido de vías férreas a lo largo del Pacífico norte
permitió a ambos puertos acceder al mercado estadounidense, el cual posicionó a
ambos puertos entre los más importantes de América en lo que a turismo
cinegético se refiere.

Hasta la década de 1950 las economías de ambos puertos habían mantenido un


paralelismo notable en lo que se refiere a comportamiento del tejido productivo y
tamaño del mismo. Sin embargo, durante este año el puerto de Mazatlán
experimentó un inusual crecimiento posicionándose por encima del puerto
sonorense. La adopción de la pesquería de camarón como principal actividad dejó
al descubierto diferencias en el comportamiento de los tejidos empresariales que
fueron determinantes en las formas de desarrollo diferenciado entre ambas
localidades.

298
Por el lado del tejido empresarial mazatleco se tiene que este logró convertirse en
un bloque sólido, en el cual, la mayoría de sus integrantes participaron de manera
directa en la edificación del tejido productivo pesquero a través de inversiones. Ya
fuera de manera directa con empresas dedicadas a la extracción del crustáceo o
de manera indirecta a través de la constitución de empresas accesorias como
cordelerías. El grueso de las inversiones en el puerto de Mazatlán se encaminó a
dotar a la actividad pesquera de una estructura infranqueable que le permitirían
sortear de manera adecuada las crisis que se generarían en torno a la actividad.

Por su lado, el tejido empresarial guaimense no logró establecer un claro


compromiso hacia el desarrollo de la actividad, motivo por el cual sus empresarios
dividieron sus inversiones en un número considerable de actividades. Esta falta
lealtad por parte de los empresarios a una industria en particular desembocó en un
proceso de desarrollo de un tejido productivo local ambiguo en donde ninguna
actividad se encontraba por encima de otra en cuanto a su relevancia dentro de la
economía local. Pese a esto fue la pesquería de camarón el punto sobre el cual
crecieron el resto de las actividades.

Poniendo este fenómeno en una perspectiva temporal, el puerto de Mazatlán tuvo


a la pesquería de camarón como su principal actividad durante un periodo cercano
a los veinte años, mientras que el puerto de Guaymas comenzó con la adopción
de nuevas actividades apenas cinco años después del despegué de la actividad
camaronera en los mercados internacional comenzando la década de 1950.

Dado lo anterior, fueron los años cincuenta el punto de quiebre en el proceso de


desarrollo de ambos puertos, mientras que Mazatlán continuó con un crecimiento
en torno a la pesquería de camarón, el puerto de Guaymas retornó a la economía
mercantil y comenzó una proyección hacia el turismo. El paso de los años traería
consigo un proceso de diversificación profunda para ambos puertos, llevando a
Guaymas a combinar la pesquería de sardina con el turismo; por su parte el puerto
de Mazatlán incursionó en la pesquería de atún y el turismo.

299
El desenvolvimiento económico de ambos puertos a través de los años encontró
en la figura del empresario a su factor más determinante. Las relaciones que
establecieron entre ellos y el grado de cohesión de éstas, marcaron el ritmo sobre
el cual se desenvolvieron los tejidos productivos locales. De esta manera, pese a
contar con condiciones naturales y productivas similares, los puertos
experimentaron procesos diferenciados de desarrollo dada a la actuación de su
tejido empresarial.

300
ANEXOS

301
Anexo 1: Principales empresas relacionadas a la industria pesquera en Mazatlán
1950-1992

Empresa año Inversión Familias Inversionistas


Frigopesca S.A. de C.V. May-81 $23,000,000.00 Berdegué, Martínez
Atunidos S.A. May-81 $20,000,000.00 Von Bertran
Pescados Industrializados S.A. Abr-80 $10,000,000.00 Carranza, Morales
Harina y Aceite de Pescado S.A. Jun-80 $10,000,000.00 Coppel
Congeladora de Productos Pesqueros S.A. Abr-77 $7,000,000.00 Carranza, Castillo
Productos Marinos Framza S.A. Ene-81 $7,000,000.00 Garza
Atunes y Derivados S.A. Sep-81 $7,000,000.00 Cevallos
Atuneros Sinaloenses S.A. Sep-81 $6,000,000.00 Rueda Coppel
Congeladora de Mazatlán S.A. Jul-50 $5,000,000.00 Neyra, Ayala
Pesquera de Altamar S.A. Sep-61 $5,000,000.00 Reynaud, Coppel
Refrigeradora Mexicana S.A. Sep-62 $5,000,000.00 Cevallos, Cima
Refrigeradora Mexicana S.A. (Aumento) Ago-73 $5,000,000.00 Cevallos, Cima
Pesquera y Empacadora Rocamarh S.A. de C.V. Dic-74 $5,000,000.00 González Burgueño
Pesquera Goleta S.A. Jun-78 $5,000,000.00 Letamendi, Haas
Exmaz S.A. Jul-79 $5,000,000.00 Castro, Becerra
Reconstructora de Motores del Pacifico S.A. Sep-80 $5,000,000.00 Frías Valenzuela
Pesquera Aproa S.A. Nov-77 $4,500,000.00 Castro Contreras
Pesquera Occidente S.A. (aumento) Sep-74 $4,300,000.00 Escutia, Flores
Refrigeradora Estrella del Pacifico S.A. May-77 $4,000,000.00 Cuen
Hielo Viva S.A. Ene-80 $4,000,000.00 Coppel, Goicochea
Productos Alimenticios del Mar S.A. Nov-72 $3,750,000.00 Rueda Coppel
Empacadora Cevallos S.A. Ago-71 $3,600,000.00 Cevallos
Astilleros Unidos del Pacifico S.A. (aumento) Oct-66 $3,350,000.00 Rueda Coppel
Alimentos Marinos S.A. Abr-77 $3,000,000.00 Llausas
Pesquera El Prieto S.A. Feb-78 $3,000,000.00 Pintado
Transportes Refrigerados Tropicales S.A. Oct-79 $3,000,000.00 Berdegué, Camacho
AguaLuz S.A. Dic-79 $3,000,000.00 Letamendi, Haas
Salvamentos y Servicios Navales de Mazatlán Kelly, Urrutia
S.A. Abr-80 $3,000,000.00
Transportes de Mariscos del Pacifico Feb-61 $2,500,000.00 Escutia, Cevallos
Pesquera Cevallos S.A. Sep-77 $2,500,000.00 Cevallos
Pescadores de Merluza S.A. de C.V. Oct-78 $2,500,000.00 Berdegué, Rueda
Pesquera Fuleca S.A. Ago-79 $2,500,000.00 Letamendi, Haas
Pesquera Escualo S.A. Mar-80 $2,500,000.00 Letamendi, Haas
Pesquera Bertha S.A. Abr-78 $2,200,000.00 Berumen, Zepeda
Hielera del Pacifico S.A. Dic-50 $2,000,000.00 Fuentevilla, Unger
Cima Hermanos S.A. Dic-53 $2,000,000.00 Cevallos,Coppel
Camaronera del Pacifico S.A. Jun-54 $2,000,000.00 Coppel, Reynaud
Industrial Marítima del Pacifico S.A. Jul-61 $2,000,000.00 Domínguez, Estavillo
Pesquera Astillero S.A. Jul-62 $2,000,000.00 Cima, Cosio
Pesquera Playa Larga S.A. Ago-62 $2,000,000.00 Medrano
Pesquera Playa Hermosa S.A. Ago-62 $2,000,000.00 Medrano
Camaronera del Noroeste S.A. Sep-62 $2,000,000.00 Medrano
Congeladora del Pacifico S.A. (aumento) Nov-66 $2,000,000.00 Coppel
Productos Exclusivos del Mar S.A. Mar-67 $2,000,000.00 Medrano
Maquinaria y servicios Ciesa S.A. Oct-75 $2,000,000.00 Escutia
Pesquera Guadalupana S.A. Dic-75 $2,000,000.00 Ibarra, Valenzuela
SeaFood de Mexico S.A. Nov-77 $2,000,000.00 Campos

302
ARGOMAZA S.A. Jun-79 $2,000,000.00 González
Naviera e Industrializadora Dolores S.A. Jul-79 $2,000,000.00 Berdegué, Cárdenas
Carla de Mazatlán S.A. Nov-79 $2,000,000.00 Vega, Alonso
Pesquera Salver S.A. Feb-80 $1,700,000.00 Cruz, Salcedo
Pesquera Teacapan S.A. Abr-59 $1,680,000.00 Escutia, Patrón
Pesquera Oceanica S.A. Abr-59 $1,680,000.00 Escutia, Patrón
Pesquera Reforma S.A. Jul-60 $1,600,000.00 Domínguez, Gavica
Fomento Pesquero S.A. Ene-71 $1,600,000.00 Domínguez, Gavica
Pesquera Costa Brava S.A. Dic-74 $1,600,000.00 Haas, Castello
Pesquera Balderrama S.A. Ago-62 $1,500,000.00 Balderrama, Fuentevilla
Pesquera Denisse S.A. Ago-70 $1,500,000.00 Domínguez Morales
Alianza de Exportadores S.A. Oct-72 $1,500,000.00 Cevallos
Propesca del Pacifico S.A. May-73 $1,500,000.00 Haas
Mariscos Cortes S.A. Dic-73 $1,500,000.00 Toledo, Fuentevilla
Pesquera Claudita S.a. Jul-79 $1,500,000.00 Colin
Pesquera Apolo XI S.A. Ago-79 $1,500,000.00 Hernández Pérez
Distribuidora de Refacciones y lubricantes de Domínguez, Kelly
Sinaloa S.A. Mar-80 $1,500,000.00
Pesquera Dialey S.A. Ago-80 $1,500,000.00 Diaz, Moreno
Pesquera Valiente del Mar S.A. Jun-74 $1,350,000.00 Barron
Pesquera Rio Florido S.A. Dic-60 $1,300,000.00 Barron, Ferreira
Pesquera La Sirena S.A. Sep-62 $1,300,000.00 Coppel, Escutia
Pesquera Sierra S.A. Abr-59 $1,200,000.00 Balderrama, Fuentevilla
Pesquera Ruiz S.A. Ene-61 $1,200,000.00 Domínguez, Bastidas
Pesquera Cerrador S.A. May-61 $1,200,000.00 García Castro
Pesquera Naimari S.A. Dic-62 $1,200,000.00 Castillo
Pesquera Patrimonial S.A. Sep-74 $1,200,000.00 Fuerte, Brito
Prodimar Mazatlán S.A. Jul-79 $1,100,000.00 García, García
Congeladora del Pacifico S.A. Feb-50 $1,000,000.00 Cevallos, Coppel
Coppel y Cima S.A. Mar-51 $1,000,000.00 Cima, Coppel
Tomás de Rueda Junior S.A. Dic-51 $1,000,000.00 Rueda
Pesquera Patron S.A. Mar-59 $1,000,000.00 Patrón
Pesquera Rayito S.A. Oct-60 $1,000,000.00 Medrano
Gavica y Domínguez S.A. Dic-60 $1,000,000.00 Gavica, Domínguez
Astilleros Unidos del Pacifico S.A. Oct-62 $1,000,000.00 Gavica, Coppel
Pesquera Costa Azul S.A. Ene-63 $1,000,000.00 Partida, Rueda
Proovedora Marina del Pacifico S.A. Ene-64 $1,000,000.00 Domínguez, Rico
Harina de Pescado de Mazatlán S.A. May-66 $1,000,000.00 Coppel, Reynaud
Empresas Pesqueras del Pacifico S.A. Sep-66 $1,000,000.00 García Gónzalez
Navieras Consolidades S.A. Nov-66 $1,000,000.00 Escutia, Perlo
Promotora Pesquera S.A. Sep-69 $1,000,000.00 Cevallos
Pesquera San Carlos S.A. Jul-70 $1,000,000.00 Carranza, Salazar
Pesquera Carranza S.A. May-71 $1,000,000.00 Carranza, Salazar
Pesquera Belem S.A. Jul-71 $1,000,000.00 García García
Pesquera San Juan S.A. Jul-71 $1,000,000.00 Escalante
Atunes del Pacifico S.A. Ago-71 $1,000,000.00 Cevallos
Pesquerias Diaz Bolona S.A. Sep-71 $1,000,000.00 Lopez Reynoso
Instalacion y Equipos Electromecanicos S.A. Abr-72 $1,000,000.00 Escutia, Llausas
Alimentos Congelados de Mazatlán S.A. May-72 $1,000,000.00 Rojo, Troncoso
Pesquera Industrial Estero S.A. Feb-73 $1,000,000.00 Thompson, Molina
General del Pesca S.A. Feb-73 $1,000,000.00 Campos
Pesquera Violeta S.A. Jun-73 $1,000,000.00 López Lizárraga
Empacadora y Congeladora S.A. Nov-73 $1,000,000.00 Molina
Derivados Marinos de Teacapan S.A. Ene-76 $1,000,000.00 Fuentevilla, Castro

303
Anexo 2: Principales empresas relacionadas a la industria pesquera en Guaymas
1950-1992

Empresa año Inversión Familias Inversionistas


Constructora de Barcos y Tractores S.A Nov-77 50,000,000.00 Fourcade, Echeverria
Marinos Arpón S.A de C.V Sep-88 50,000,000.00 Ibarra, Pacheco
Varadero Almagee S.A. Mar-85 20,000,000.00 Rocha, Felix
Comercializadora de Barcos S.A de C.V Mar-88 20,000,000.00 Fourcade, Echeverria
Componentes Automotrices y Marinos del García, Duarte
Pacifico S.A Jun-88 20,000,000.00
Mecánica Pesquera S.A. Ago-88 20,000,000.00 Morales, Nava
Maquinaria Marítima Mar de Cortés S.A Ago-84 18,000,000.00 Morales, Nava
Congeladora M de Guaymas S.A Ene-64 10,000,000.00 Krager
Empacadora El Gaucho S.A Jul-83 10,000,000.00 García, Castro Alverde
Equipos y Accesorios de Pesca S.A Jul-88 10,000,000.00 Ríos Valencia
Evaporadora de Guaymas SA Nov-84 9,000,000.00 Cevallos, Elizondo
Ormago S.A Oct-84 8,500,000.00 Doan, Godefray
Mariscos Rey Del Sur S.A May-84 8,000,000.00 Covarrubias, Wayne
Electrónica Marina del Golfo S.A Dic-83 7,800,000.00 Soto, Bernal
Astilleros Monorea S.A Dic-64 7,000,000.00 Hosspert, Echeverria
Eléctrica Genral e Guaymas S.A. Jun-86 7,000,000.00 Quevedo, Preciado
Refaccionaria Arce S.A Mar-74 6,000,000.00 Romandia
Distribuidora Mar de Cortés S.A Jun-86 6,000,000.00 Rodríguez, Camacho
Productos Congelados S.A. Abr-51 5,000,000.00 Cima, Cubillas
Congeladora RAAMSA S.A Jul-77 5,000,000.00 Ramírez, Amezquita
Armadores Industriales del Pacifico S.A Mar-79 5,000,000.00 Vielledent
Hielera y Congeladora Ramos S.A Oct-79 5,000,000.00 Ramírez, Quiroz
Pesquera Ramos S.A Oct-79 5,000,000.00 Ramírez, Quiroz
Pesquera Vikingo S.A. Feb-82 5,000,000.00 Fourcade, Echeverria
Harina del Mar S.A. Oct-84 5,000,000.00 Paz, Becker
Motores y equipos Marinos de Guaymas S.A Dic-87 5,000,000.00 Grijalva
Pescaderia Castro S.A. Jul-88 5,000,000.00 Castro, Ramos
Importaciones Pesqueras de Guaymas S.A Jul-88 4,500,000.00 Salazar, Martínez
Pesquera Gaxiola S.A Sep-79 4,200,000.00 Gaxiola, Monge
Frigorifica Guaymas S.A Mar-50 4,000,000.00 Cubillas, Iñigo
Hielera y Proveedora de Buques S.A Oct-75 4,000,000.00 Mendivil, Alapizco
Productos del Golfo del Pacifico S.A Dic-77 4,000,000.00 García, Arellano
Pesquera e Industrializadora de Guaymas S.A. Mar-50 3,000,000.00 Lluellert, Ferreira
Armadores Asociados S.A. Ago-60 3,000,000.00 Rigallet, Vizcaino
Empacadora de Guaymas S.A. Mar-61 3,000,000.00 González García
Empacadora de Alimentos Guaymas S.A Oct-70 3,000,000.00 Ornelas, Toscano
Pesquera Hernández S.A Jul-77 3,000,000.00 Hernández, Brito
Astilleros Edo. S.A. de C.V. Feb-78 3,000,000.00 Ramírez, Amezquita
Productos Pesqueros Alfa S.A Jul-81 3,000,000.00 Gallegos, Traslaviña
Industrializadora y Procesadora del Mar S.A. Abr-85 3,000,000.00 Hernández, Salguero
Refrigeración del Mar de Cortés S.A Nov-84 2,750,000.00 Hernández, Chávez
Marimex S.A Ene-61 2,700,000.00 Santoyo
Pesquera H Cima Ago-71 2,300,000.00 Cima
Congeladora de Guaymas S.A. Dic-54 2,000,000.00 Pesquera Topolobampo
Friolax S.A Jun-62 2,000,000.00 Vizcaíno, Rigallet
Empacadora Dos Mares S.A Mar-76 2,000,000.00 Alverde, Laboreiro
Hielera Rosalia S.A May-76 2,000,000.00 Vielledent

304
Sardinas y Derivados S.A Jul-76 2,000,000.00 Cevallos
Guaymas Seafood S.A Dic-77 2,000,000.00 Borboa, Peralta
Refrigeración Industrial del Mar de Cortez S.A Jun-78 2,000,000.00 Vargas, Mayorga
Productos Alimenticios SonMex S.A Jul-81 2,000,000.00 Meza, Castro
Mariscos y Productos del Mar S.A Ene-84 2,000,000.00 Wayne, Laborin
Importadora y Exportadora Mar de Cortés S.A Oct-88 2,000,000.00 Romero, López Cota
Armadores San Carlos S.A Sep-60 1,800,000.00 Vizcaíno, Rigallet
Pesquera Sonorense S.A Ene-61 1,800,000.00 Santoyo
Bol de Guaymas S.A Abr-64 1,800,000.00 Llano Zaragoza
Harinera Maritima Sonorense S.A May-74 1,600,000.00 Rigallet, Zeiss
Pescadores del Pacifico (Guaymas) S.A. Oct-56 1,500,000.00 Abanoa, Obregón
Armadores Mar Bermejo S.A Ene-58 1,500,000.00 García Borboa, Rigallet
Pesquera Guaymense S.A Ene-62 1,500,000.00 Azcona, Hernández
Hielera La Peninsula S.A Sep-77 1,500,000.00 Ramírez, Amezquita
Compañía Pesquera Juan Bellot S.A Jul-77 1,400,000.00 Bellot
Congeladora Modelo de Guaymas S.A Nov-62 1,250,000.00 Ruiz, Llano
Hielera Delicias S.A Ene-75 1,250,000.00 Iberri, Millán
Pesquería Gaviota S.A Mar-76 1,250,000.00 Laboreiro
Armadores de Sonora S.A Ene-58 1,200,000.00 García Borboa, Rigallet
Pesquera Galmar S.A Sep-72 1,200,000.00 Ledezma, Encinas
Bocarpa S.A May-74 1,200,000.00 García Borboa, Lujambio
Procesadora de Fauna Marina San Fernando S.A Oct-77 1,200,000.00 Meza, Aguilar
Redes y Piolas S.A Feb-51 1,000,000.00 León, Milhe
Armadores de Guaymas S.A Jun-56 1,000,000.00 Díaz, Torre
Pesquería Cima S.A. Nov-56 1,000,000.00 Cima, Urrea
Pesquera Bora S.A Jul-66 1,000,000.00 Berdegué, Carranza
Pesquera Tres Marcos de Guaymas S.A Oct-66 1,000,000.00 Aguilar, Pato
Mariscos Mar S. de Guaymas S.A Abr-68 1,000,000.00 Rodríguez Hernández
Industrializadora de Productos Marítimos S.A Ago-68 1,000,000.00 Bendet, Vielledent
Refacciones y baleros de Guaymas Abr-71 1,000,000.00 Solórzano, Lerma
Transportes Refrigerados Inca S.A Mar-72 1,000,000.00 Hanna, Godínez
Pesquera San Vicente de Guaymas S.A Jul-73 1,000,000.00 Llano Zaragoza
Empacadora Babria S.A Oct-73 1,000,000.00 Laboreiro, Noriega
Hielera San Carlos S.A Dic-74 1,000,000.00 Wong, Espinoza
Astillero Orona Velazquez S.A Ago-76 1,000,000.00 Velázquez, Orona
Congeladora de Pescados y Mariscos S.A Jul-77 1,000,000.00 Sánchez
Astilleros Bellot de Guaymas S.A Abr-79 1,000,000.00 Bellot, Rojas
Productos Alimenticios Gil S.A Jul-81 1,000,000.00 Gallegos, Traslaviña
Productos Frigorificos del Pacifico S.A Jul-81 1,000,000.00 Gallegos, Traslaviña
Implementos Marinos de Guaymas S.A May-82 1,000,000.00 Real
Motores y Equipos del Mar S.A Jul-84 1,000,000.00 Coronado, Bellot
Rescates de Guaymas S.A Nov-84 1,000,000.00 Bautista, Anda
Armadora Atunera de Guaymas S.A Dic-87 1,000,000.00 Uribe, Capri
Guay-Mex S.A Ene-58 900,000.00 García Borboa, Rigallet
Pesquera San Thelmo S.A. Ago-70 850,000.00 García Borboa, Lujambio
Remolques y Servicios Marítimos S.A Feb-58 800,000.00 Iberri, Martínez
Pesquera Seis Hermanos S.A Dic-72 800,000.00 Vega, Ayala
Cia Pesquera San Francisco de Sonora S.A Sep-77 800,000.00 Mayorga, Ramírez
Pesquera Cacliomas S.A Jul-70 780,000.00 Montoya, Rosas
Hielera y Congeladora del Golfo de Cortes S.A. Jun-50 750,000.00 Bernal, Collard
Pesquera Lobar S.A Ago-62 750,000.00 Arriaga, Espinoza
Pesquera Conero S.A Feb-68 700,000.00 González
Pesquera S.A Ago-68 700,000.00 Luna

305
Anexo 3: Principales empresas relacionadas a la industria turística/inmobiliaria en
Mazatlán 1950-1992

Empresa año Inversión Familias Inversionistas


Inmobiliaria Dolores S.A. Jul-71 $50,000,000.00 Carranza, Berdegué
Hoteles Palmar S.A. Jul-74 $40,000,000.00 Cima, Arriaga
Constructora y Materiales Playa Sábalo S.A. Dic-78 $34,000,000.00 Berdegué, Sacristan
El Cid Golf & Country Club S.A. Dic-72 $30,000,000.00 Carranza, Berdegué
Inmobiliaria y Constructora Roseli S.A. Jun-81 $20,000,000.00 Parolari
Sociedad Promotora de Establecimientos Kelly, Sarabia
Turísticos S.A. Jul-73 $12,000,000.00
Hotelera los Caracoles S.A. Sep-74 $12,000,000.00 Coppel
Promotora Mazatlán S.A. Feb-72 $10,000,000.00 Díaz, Pulido
Inmuebles Cazador S.A. Ene-80 $10,000,000.00 Coppel, Ordaz
JICSA S.A. Feb-81 $10,000,000.00 Coppel
INNS de México S.A. de C.V. Nov-79 $8,000,000.00 Jewkes, Rider
Impulsora y Arquitectos Asociados S.A. Oct-67 $7,700,000.00 González (Roberto)
Fraccionamiento El Dorado S.A. Ene-71 $6,500,000.00 Cuevas, Ramos
Hotelera Mazatlán S.A. de C.V. Sep-73 $6,000,000.00 Kelly, Domínguez
Villa Serens S.A. Ago-73 $5,500,000.00 Gallardo, Gómez
Océano Palace S.A. Sep-74 $5,500,000.00 Fuentevilla, Ordaz
Construcciones y Terrenos S.A. Sep-76 $5,000,000.00 Kelly, Domínguez
Bienes Raíces de Mazatlán S.A. Sep-79 $5,000,000.00 Partida, Rojo
Hotel Playa Mazatlán S.A. Ene-73 $4,500,000.00 Gorostiza, Morel
Inmuebles Oñate (aumento) Oct-74 $4,075,000.00 ------
Suites Las Flores S.A. May-70 $4,000,000.00 Pruneda, Heimpel
Inmobiliaria Sindo S.A. Mar-80 $4,000,000.00 León, Herrera
Inmobiliaria Moderna de Mazatlán S.A. May-61 $3,700,000.00 Arnold, Azcona
Inversiones Letamendi S.A. May-71 $3,500,000.00 Letamendi
Inmuebles Turísticas Tres Islas S.A. Jun-75 $3,500,000.00 Peña, Farber
Sábalo Country Club S.A. Mar-58 $3,000,000.00 Lozano, Mozqueda
Inmobiliaria y Constructora de Sinaloa S.A. May-58 $3,000,000.00 Azcona
Inmobiliaria Mexicana de Occidente S.A. Oct-61 $3,000,000.00 Fuentevilla, Rivas
Rovena S.A. Oct-69 $3,000,000.00 Ramos, Medrano
Inversionistas Asociados de Mazatlán S.A. May-73 $3,000,000.00 Rico, Capaceta
Bienes Plaza S.A. Jun-74 $3,000,000.00 Capaceta
Fraccionamiento de la Loma Oct-75 $3,000,000.00 Madero
Inmobiliaria Tiermaza S.A. Jun-76 $3,000,000.00 Padilla
Compañía de la Costa S.A. Ene-78 $3,000,000.00 Arrayales
Inmobiliaria Avalla S.A. Dic-79 $3,000,000.00 Llamas, Álvarez
Lope Saracho Y Compañía S.A. Sep-80 $3,000,000.00 Saracho
Cruceros Bahia S.A. Sep-80 $3,000,000.00 Saracho, Alday
Servicios y Administraciones Coppelia S.A. May-74 $2,700,000.00 Coppel, Jonhson
Fraccionamiento las Gaviotas S.A. Dic-60 $2,645,000.00 Caballero, Ostos
Inmuebles Torrelavega S.A. Ene-66 $2,600,000.00 Fuentevilla
Don El GUIA S.A. Ene-74 $2,500,000.00 Heimpel, Pruneda
Actividades Turísticas de Mazatlán S.A. Mar-75 $2,500,000.00 Cima, Domínguez
Operadora del Océano S.A. Sep-75 $2,500,000.00 Arechiga, Ordaz
Promociones Turísticas Doña Lourdes S.A. Sep-75 $2,500,000.00 Fuentevilla, Toledo
Inmobiliaria Acuario de Mazatlán S.A. Dic-76 $2,500,000.00 Robles Guevara
Constructora y Operadora de Restaurantes y Morales, Castañeda
Bares Trueno S.A. Sep-79 $2,500,000.00

306
Inmobiliaria Isopa S.A Dic-79 $2,500,000.00 Arballo, Solís
ACCI Inmuebles S.A. de C.V. Ene-78 $2,250,000.00 Haro, Medina
Inmobiliaria y Constructora Costera del Noroeste Sep-62 $2,000,000.00 Murguía
Constructora Cral S.A. Jul-65 $2,000,000.00 Carreón, Gallardo
Inversiones Turísticas S.A. Ene-66 $2,000,000.00 Coppel, Peña
Inmuebles Mazatlán S.A. Feb-67 $2,000,000.00 Tortolero, Ortega
Villas de la Cruz S.A. Jul-72 $2,000,000.00 Irvine, Álvarez
Servicios Turísticos Sinatlan S.A. Nov-73 $2,000,000.00 López Cuevas
Inmobiliaria Central de Mazatlán S.A. Ago-74 $2,000,000.00 Castro, Vejar
Vacacional del Sol S.A, May-75 $2,000,000.00 Patrón, Fuentevilla
Inmobiliaria Mar - Al. S.A. Jun-76 $2,000,000.00 Bustillos, Avilés
Inmobiliaria Coronado de Occidente S.A. May-77 $2,000,000.00 Coronado, Pazos
Mercado de Artesanías Regionales S.A. Dic-78 $2,000,000.00 Irvine
Anna Mar S.A. Nov-79 $2,000,000.00 López Lizárraga
Administración Corporativa del Pacifico S.A. Ago-80 $2,000,000.00 Ferrer, Martínez
Operadora HouBal S.A. Ago-81 $2,000,000.00 Cobian
Sábalo Mazatlán S.A. Sep-73 $1,800,000.00 Duarte
Inversiones Bayer S.A. Jul-59 $1,750,000.00 Barrón, Ferreiro
Inmobiliaria Bravo Irma S.A. May-71 $1,600,000.00 Sánchez Padilla
Inmobiliaria Bravo Adriana S.A. May-71 $1,600,000.00 Sánchez Padilla
Bol del Mar S.A. Dic-63 $1,500,000.00 Coppel, Reynaud
Representaciones Exclusivas de Mazatlán S.A. Nov-67 $1,500,000.00 Clouthier, Levín
Inversiones Marbella S.A. Dic-70 $1,500,000.00 López Puerta, Estavillo
Inmobiliaria El Camarón S.A. Ene-71 $1,500,000.00 Peña, Farber
Industrias Turísticas de Mazatlán S.A. Jul-71 $1,500,000.00 Crisantes de Pechi
Inmobiliaria Rincón Colonial de Mazatlán S.A. Feb-72 $1,500,000.00 Jacknes, Capistran
Unifleet S.A. Jul-73 $1,500,000.00 Gallardo, Patrón
Arrendadora Comercial y de Restaurantes S.A. Ene-74 $1,500,000.00 Mercado, Sarabia
Operadora Turística Prince S.A. Oct-74 $1,500,000.00 Romero Dousset
Inmobiliaria GUIOUZCOA S.A. Dic-74 $1,500,000.00 Letamendi, Haas
Hoteles y Restaurantes Kemac Ago-75 $1,500,000.00 Araujo, Zazueta
Inmobiliaria la Buena Esperanza S.A. Sep-79 $1,500,000.00 Freman, Haro
Inmuebles Comerciales de Sinaloa S.A. Sep-69 $1,300,000.00 Gavica, Domínguez
Balboa Club de Mazatlán S.A Oct-55 $1,250,000.00 Heimpel, Gorostiza
Promotora Turística de Occidente S.A. Jul-71 $1,250,000.00 Crisantes de Puchi
Inmuebles Oriente S.A. Abr-73 $1,250,000.00 Letamendi, Haas
Inversiones Lugui Ago-74 $1,250,000.00 Ordaz, Cima
Inmuebles VATPAM S.A. Mar-69 $1,200,000.00 Gavica, Escutia
Inmuebles Pamvat S.A. Dic-69 $1,200,000.00 Gavica, Escutia
Inmobiliaria Mazatleca S.A. Jul-70 $1,200,000.00 Llausas, Insunza
Inversiones Belvaz S.A. May-73 $1,200,000.00 Beltrán, Vázquez
Inmobiliaria y Fraccionadora S.A. May-64 $1,125,000.00 Escutia, Cordova
Moteles Sinaloa S.A. Ene-52 $1,000,000.00 Pasquel, Santos
Inmobiliaria del Pacifico S.A. Sep-52 $1,000,000.00 Gavica, Infante
Club del Rey S.A. Feb-56 $1,000,000.00 Collard
Inmuebles Cima S.A. Abr-56 $1,000,000.00 Cima, Cevallos
Hotelera Internacional S.A. Dic-56 $1,000,000.00 Loaiza
Hotel Las Arenas S.A. Ago-57 $1,000,000.00 Kelly
Impulsora Hotelera de Mazatlán S.A. Dic-57 $1,000,000.00 Coppel, Ordaz
Inversiones Nina S.A. Ago-59 $1,000,000.00 Unger, Iñiguez
Inmobiliaria Jabalines S.A. Oct-60 $1,000,000.00 Azcona, Rico
Fomento Urbano de Mazatlán S.A. Feb-61 $1,000,000.00 Medrano
Construcciones Tarriba S.A. Jul-61 $1,000,000.00 Fuentevilla, Balderrama
Rosales Internacional S.A. Ene-62 $1,000,000.00 Nieto, González

307
Anexo 4: Principales empresas No Pesqueras en el tejido productivo local
Guaymas 1950-1992

Empresa año Inversión Familias Inversionistas


Inmobiliaria Hotelera de Noroccidente S.A. Nov-81 84,000,000.00 Llano, Russek
Villas de San Carlos S.A May-72 51,000,000.00 Caballero, Vázquez
Fomento Urbano de San Carlos S.A Ago-75 46,500,000.00 Caballero, Vázquez
Inmobiliaria Totolicate S.A Ago-75 41,000,000.00 Iberri, Vázquez
Playa Algodones de Guamas S.A Ago-83 20,000,000.00 Llano, Schoener
Condominio Med de San Carlos S.A Dic-83 15,000,000.00 Llano, Russek
Marinas de la Costa S.A Jul-79 10,000,000.00 Baker, Grossman
Ingenierías y Marinas de La Costa S.A Jul-79 10,000,000.00 Baker, Grossman
Arrendadora Monarca del Pacifico S.A Feb-81 10,000,000.00 Fourcade, Echeverria
Inmobiliaria Camuk May-84 10,000,000.00 Vejar, León
Promotora Playa Algodones S.A de C.V Ene-85 10,000,000.00 Llano, Schoener
Deportes Acuáticos del Mar S.A May-85 10,000,000.00 Celís, Trueba
Nuevo Guaymas S.A Sep-61 6,250,000.00 Zaragoza, Vielledent
Inmobiliaria del Valle de Guaymas S.A Abr-74 6,000,000.00 Zaragoza, Cima
Lomas de Cortes S.A Jul-68 5,000,000.00 Gándara, Caballero
SARAGA S.A Mar-74 5,000,000.00 Vázquez, Murillo
Condominios del Mar S.A Nov-77 5,000,000.00 Llano, Navarro
Villa Hermosa de San Carlos S.A Oct-80 5,000,000.00 Cevallos, Vázquez
Industria Cimaco S.A de C.V. Jun-83 5,000,000.00 Llano, Zaragoza
Impulsora Turística Garibay Hermanos S.A Jul-84 5,000,000.00 Garibay
Coordinadora Mar de Cortes S.A Ene-85 5,000,000.00 Llano, Schoener
Embarcaciones Turísticas y Recreativas S.A Abr-85 5,000,000.00 Llano, Cima
San Carlos Bahía Motel S.A Oct-69 4,600,000.00 Caballero, Lozano
Inmobiliaria Dorado de San Carlos S.A Oct-81 4,000,000.00 García, Nava
Bearcon S.A Sep-73 3,750,000.00 Claussen, Espiru
Compañía Inmobiliaria de San Carlos S.A Oct-59 3,125,000.00 Caballero, Cubillas
Compañía de Inversiones Inter-Americanas S.A Jun-56 3,000,000.00 Davidson, Campaña
Tetas de Cabra de San Carlos S.A Abr-80 3,000,000.00 Bellot
Comercial Náutica del Mar S.A Nov-80 3,000,000.00 Bellot, Coquet
Restaurantes y Bares del Mar S.A Oct-81 3,000,000.00 Zaragoza, Cima
Condominios Plaza Guaymas S.A Mar-82 3,000,000.00 Murillo, Díaz
Inmobiliaria TetaKawi S.A Mar-82 3,000,000.00 Murillo, Díaz
Constructora e Inmobiliaria Union S.A May-82 3,000,000.00 Campaña, Reyes
Inmobiliaria Lucia S.A Nov-74 2,500,000.00 Duarte, Luebbert
Inmobiliaria Pacifico de Guaymas S.A Mar-76 2,500,000.00 Llano, Escalante
Agencia de Viajes Ilda S.A Nov-83 2,500,000.00 Tirado, Almada
Urbanizadora playa blanca San Carlos Nov-71 2,375,000.00 Caballero, Vázquez
Promotora Ores S.A Ago-75 2,300,000.00 Iberri, Navarro
Inmuebles Miramar S.A Jul-55 2,000,000.00 Iñigo, Davila
Impulsora Comercial San Carlos S.A Dic-60 2,000,000.00 Caballero, Llano
Bienes Raíces de Guaymas S.A Jun-65 2,000,000.00 Cubillas, Iberri
El Barvio S.A Sep-66 2,000,000.00 Millán, López Elías
Hotel Modies S.A Abr-68 2,000,000.00 Rodríguez, Salazar
Inmobiliaria Gral de Guaymas S.A May-74 2,000,000.00 Ramirez, Blancarte
Inmobiliaria Faljor S.A Oct-74 2,000,000.00 Duarte, Luebbert
Alimentos y Bebidas de San Carlos S.A Jul-80 2,000,000.00 Caballero, Romero
Motores y Equipos Marinos del Noroeste S.A Nov-80 2,000,000.00 Echeverría, Grijalva
Marina de Nuevo Guaymas S.A Feb-81 2,000,000.00 Caballero, Vázquez

308
Operadora de Hoteles Sol y Mar S.A Jul-82 2,000,000.00 Llano, Cima
Inmobiliaria Marina Guaymas S.A Ene-85 2,000,000.00 Llano, Schoener
Servicios Turísticos Marinos del Golfo de California Mar-85 2,000,000.00 Navarro
Inmueble y Terrenos de Guaymas S.A Nov-75 1,750,000.00 Zaragoza, Catalán
Inmobiliaria Miramar Jun-71 1,500,000.00 ------
Compañía inmobiliaria Costa Ángel de Guaymas Feb-72 1,500,000.00 Pierre, Vielledent
Vázquez de la Costa S.A Abr-72 1,500,000.00 Duran, Vazquez
La Costa de San Carlos S.A May-79 1,500,000.00 Becker, Grossman
La Costa Construcciones S.A May-79 1,500,000.00 Becker, Grossman
Nueva Posada de San Carlos S.A Sep-80 1,500,000.00 Caballero, Romero
Ralou de San Carlos S.A Sep-80 1,500,000.00 Caballero, Tapia
Inmobiliaria Lunas S.A Sep-73 1,250,000.00 Gregorie, Claussen
Terraza de San Carlos S.A Mar-72 1,200,000.00 Llano, Zaragoza
Inmobiliaria Campillo Mexia S.A Dic-83 1,200,000.00 Campillo, Mexia
Compañía Turística de Bacochibampo S.A. Ene-54 1,000,000.00 Quiroz, Ordaz
Motel Flamingos S.A Ago-57 1,000,000.00 Rodríguez Mata
Constructora Costa Occidental S.A Jul-60 1,000,000.00 Quiero, Leopoldo
Fraccionamiento San Bernardo S.A Jun-64 1,000,000.00 Cubillas, Block
Empresas del Océano S.A Sep-66 1,000,000.00 Zaragoza, Ruiz
Inmobiliaria San Carlos S.A Oct-69 1,000,000.00 Ramírez, Lozano
Inmobiliarias Borboa S.A Nov-69 1,000,000.00 Zaragoza, López
Promoción y Turismo de Guaymas Abr-72 1,000,000.00 Salcido, Pickers
Inmobiliaria Colonial de Guaymas S.A Nov-73 1,000,000.00 Valdez, Unger
Marina del Rey San Carlos S.A Nov-73 1,000,000.00 Vázquez, Murillo
Inmobiliaria Hernández Salguero S.A Ene-74 1,000,000.00 Hernández, Salguero
Promotora Plancton S.A Abr-74 1,000,000.00 Nadal, Deffis
Inmobiliaria Santa Mónica S.A May-75 1,000,000.00 Zaragoza, Catalan
El Palacio del Océano de Empalme S.A Jun-75 1,000,000.00 Coppel, Ordaz
Motel Colonial S.A Nov-75 1,000,000.00 Garzón, Treviño
Inmobiliaria Almamaiba S.A Mar-76 1,000,000.00 Martínez Soto
Taxis Aereos del Golfo S.A May-76 1,000,000.00 Aztiazaran, Acosta
Inmobiliaria Loma Linda de Guaymas S.A Oct-77 1,000,000.00 Beltrán, Espiru
inmobiliaria y Fraccionadora del Pacifico S.A Feb-79 1,000,000.00 Aztiazaran, Acosta
Inmobiliaria Paraje Viejo S.a May-79 1,000,000.00 Zeiss, Ciapora
Operadora de Campos de Trailers S.A Abr-80 1,000,000.00 Merino, Alamos
Hotel Delicias del Mar S.A Jun-80 1,000,000.00 Iberri, Millán
Inmobiliaria Bacochibampo S.A Jul-81 1,000,000.00 Ciapora, Clements
Constructora del Mar de Cortes S.A Mar-82 1,000,000.00 Cima, Zaragoza
Operadora de Restaurantes el Paradise S.A Jul-82 1,000,000.00 Cima, Acosta
Inmobiliaria Las Tinajas S.A Jul-82 1,000,000.00 Salguero, Jimenez
Operadora de Bares y Restaurantes S.A Mar-83 1,000,000.00 Nadal, León
MAEOTOURS S.A. May-83 1,000,000.00 Llano, Acosta
Viajes Marina de San Carlos S.A Ene-85 1,000,000.00 Celis, Garay
Inmobiliaria Náutica Mexicana S.A May-77 900,000.00 Celis, Grossman
Moteles del Pacifico S.A May-56 800,000.00 García, Casanova
Urbanizadora Pila S.A Ago-74 750,000.00 Muñoz, Espiru
Fomento Inmobiliario de Guaymas S.A Nov-68 700,000.00 Cubillas, Iberri
Inmobiliaria Zaragoza de Guaymas Jun-71 660,000.00 Ferreira, Zaragoza
Compañía Vista del Mar S.A Jul-67 625,000.00 González, Mora
Fincas Urbanas de Guaymas S.A. Oct-55 600,000.00 Ramonet
Inmobiliaria Sinaloa Dic-71 600,000.00 Maytorena
Fraccionamiento María del Carmen y Anexos S.A. 8/50 500,000.00 Unger, Valenzuela

309
Anexo 5

Gráfico 22. Tejido empresarial pesquero Mazatlán 1950-1961

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

310
Anexo 6

Gráfico 23. Tejido empresarial Guaymas 1950-1961

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

311
Anexo 7

Gráfico 26. Tejido empresarial Mazatlán 1961-1968

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

312
Anexo 8

Gráfico 27. Tejido empresarial Guaymas 1961-1968

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

313
Anexo 9

Gráfico 29. Tejido empresarial Mazatlán 1969-1981

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

314
Anexo 10

Gráfico 30. Tejido empresarial Guaymas 1969-1981

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

315
Anexo 11

Gráfico 32. Tejido empresarial Mazatlán 1982-1991

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

316
Anexo 12

Gráfico 33. Tejido empresarial Guaymas 1982-1991

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

317
Anexo 13

Gráfico 35. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Federico Unger y José Azcona: 1950-1988 (2)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

318
Anexo 14

Gráfico 37. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Federico Unger y José Azcona: 1950-1988 (2)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

319
Anexo 15

Gráfico 39. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Mario Nadal, Hernando de Cima y Fernando Urrea: 1950-1988 (2)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

320
Anexo 16

Gráfico 41. Tejido empresarial combinado Guaymas-Mazatlán a partir de las


inversiones de Leticia Kelly y Arturo Zepeda: 1950-1988 (2)

Fuente: Construcción propia (Software: PAJEK)

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 Colorado Springs Gazette: 1911 (Colorado)
 Davenport Democrat And Leader: 1926 (Iowa)
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 Deming Headligh: 1943 (Nuevo México)
 Dubuque Telegraph Herald And Times Journal: 1928 (Iowa)
 Dunkirk Evening Observer: 1940 (New York)
 Eau Claire Leader: 1917 (Wisconsin)
 El Nuevo Mexicano: 1932 (Nuevo México)
 El paso Daily Herald: 1900, 1948, 1966 (Texas)
 Emporia Gazette: 1927 (Kansas)
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 Galveston Daily News: 1916, 1921 ( Texas)
 Globe Arizona Silver Belt: 1916 (Arizona)
 Grapevine Sun: 1902 (Texas)
 Hagerstown Daily Mail: 1946: (Maryland)

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 Monessen Daily Independent. 1940 (Pennsylvania)
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